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CURSO : CIVISMO
CURSO : EL SIDA
GRADO : 5° SECUNDARIA
2019
DEDICATORIA
Uno de cada 100 adultos de edades comprendidas entre los 15 y los 40 años
está infectado por el VIH, el virus que provoca SIDA. Solamente 1 de cada 10
personas infectadas sabe que lo está. Se estima que en la actualidad hay más
de 30 millones de personas viviendo con la infección por el VIH. Para el corriente
año se espera que la cifra aumente a 40 millones.
Desde el principio de la epidemia se estima que 3,8 millones de menores de 15
años de edad se han infectado por el VIH y que 2,7 millones han fallecido. Más
del 90% de esos niños han contraído el virus a través de sus madres
seropositivas, antes o durante el parto o a través de la lactancia natural. Más de
8 millones de niños han perdido a su madre por causa del SIDA antes de cumplir
los 15 años, y muchos de ellos también han perdido a su padre. Se calcula que
esta cifra casi se duplicará para este año 2000.
El SIDA se convirtió en la gran epidemia del siglo XX, y la proyección a futuro
sobre la expansión de esta enfermedad se transforma en una considerable carga
para los sobrecargados sistemas asistenciales de la mayoría de los países
afectados.
Muchos factores se encuentran afectados por el impacto del SIDA. Este impacto
no se limita con exclusividad a las estadísticas sanitarias. Plantea además, un
grave problema económico dado el alto costo que implica la asistencia médica
de los pacientes. A su vez, el SIDA tiene una repercusión social, y ha modificado
conductas y hábitos.
Las malas condiciones de vida, las dificultades para lograr un acceso fluido a los
sistemas de salud y las carencias educativas de gran parte de la población,
favorecen el crecimiento incesante de la epidemia.
Desde un punto de vista científico debe reconocerse que se ha avanzado en el
conocimiento de la fisiopatogenia de la infección, los mecanismos de daño
inmunológico, sus formas clínicas, su evolución a través del tiempo y la
prevención y el tratamiento de muchas infecciones oportunistas que son la
habitual causa de muerte de los pacientes. El empleo de drogas antiretrovirales
mejoró y prolongó la sobrevida de muchos enfermos.
Pero la realidad nos muestra que la enfermedad todavía no tiene un tratamiento
curativo, y es por esta razón, la lucha debe centrarse en adecuadas tareas de
prevención en la lucha contra el SIDA. Y es la educación
1.1. DEFINICION
Cabe destacar la diferencia entre estar infectado por el VIH y padecer de sida.
Una persona infectada por el VIH es seropositiva y pasa a desarrollar un cuadro
de sida cuando su nivel de linfocitos T CD4 (que son el tipo de células a las que
ataca el virus) desciende por debajo de 200 células por mililitro de sangre.
cuerpo hasta que aparecen los síntomas puede pasar mucho tiempo, entre 10 y
12 años, período que puede extenderse si se comienza un tratamiento temprano.
Sin embargo, es necesario tener en cuenta que se trata de plazos promedio
globales que varían de país en país y se modifican sustancialmente con el propio
desarrollo de la epidemia en cada lugar y con la evolución de los tratamientos.
Por otra parte, datos serológicos han sugerido la presencia de infección por VIH
en Zaire desde 1959. Otros investigadores han detectado evidencia de VIH en
tejidos de un marinero que falleció en Manchester, Inglaterra, en 1959.
El VIH recién se transformó en epidemia 20 ó 30 años después, quizás como
consecuencia de las migraciones de zonas rurales a centros urbanos de países
desarrollados, de individuos jóvenes, pobres y sexualmente activos, con el
consiguiente retorno a su zona de origen e internacionalmente, como
consecuencia de guerras civiles, turismo, viajes de negocios y tráfico de drogas.
Las prácticas homosexuales son las que se asocian con mayor riesgo de
padecer la infección sobre todo las relaciones ano-genitales siendo el
compañero receptivo el más expuesto. En las prácticas heterosexuales el riesgo
es bidireccional pero la probabilidad de transmisión hombre-mujer podría ser
hasta 20 veces mayor que la de transmisión mujer-hombre. En todos los casos
el riesgo se incrementa cuando se padece alguna enfermedad de transmisión
sexual (ETS) y cuando existen múltiples parejas.
Personal sanitario
En caso de exposiciones accidentales el riesgo se puede situar entre el 0 y el
0,75 %.
Este riesgo es más bajo cuando se adoptan precauciones universales (todos los
días, con todos los pacientes). Las medidas de higiene existentes en los centros
sanitarios reducen el riesgo a cifras despreciables.
3.1. CONTAGIO:
a. Penetración.-
La infección por VIH por las relaciones sexuales ha sido comprobado de hombre
a mujer, de mujer a hombre, de mujer a mujer y de hombre a hombre. El uso de
condones de látex se recomienda para todo tipo de actividad sexual que incluya
penetración. Es importante enfatizar que se debe usar el condón hecho del
material látex, pues otro condón (de carnero) que existe en el mercado, hecho a
base de material orgánico, no es efectivo para la prevención. Los condones
tienen una tasa estimada del 90-95% de efectividad para evitar el embarazo o el
contagio de enfermedades, y usado correctamente, esto es, bien conservado,
abierto con cuidado y correctamente colocado, es el mejor medio de protección
contra la transmisión del VIH. Se ha demostrado repetidamente que el VIH no
pasa efectivamente a través de los condones de látex intactos.
El sexo anal, debido a la delicadeza de los tejidos del ano y la facilidad con la
que se llagan, se considera la actividad sexual de más riesgo. Por eso los
condones se recomiendan también para el sexo anal. El condón se debe usar
una sola vez, tirándolo a la basura y usando otro condón cada vez. Debido al
riesgo de rasgar (tanto el condón como la piel y la mucosa de la paredes
vaginales y anales) se recomienda el uso de lubricantes con base acuosa. La
vaselina y los lubricantes basados en aceite o petróleo no deben usarse con los
condones porque debilitan el látex y lo vuelven propenso a rasgarse.
b. Sexo oral
En términos de trasmisión del VIH, se considera que el sexo oral tiene menos
riesgos que el vaginal o el anal. Sin embargo, la relativa falta de investigación
definitiva sobre el tema, sumada a información pública de dudosa veracidad e
influencias culturales, han llevado a que muchos crean, de manera incorrecta,
que el sexo oral es seguro. Aunque el factor real de trasmisión oral del VIH no
se conoce aún con precisión, hay casos documentados de transmisión a través
de sexo oral por inserción y por recepción (en hombres).
c. Vía parenteral
Se sabe que el VIH se transmite cuando se comparten agujas entre usuarios de
drogas inyectables, y éste es uno de las maneras más comunes de transmisión.
Todas las organizaciones de prevención del sida advierten a los usuarios de
drogas que no compartan agujas, y que usen una aguja nueva o debidamente
esterilizada para cada inyección.
Los trabajadores médicos pueden prevenir la extensión del VIH desde pacientes
a trabajadores y de paciente a paciente, siguiendo normas universales de
asepsia o aislamiento contra sustancias corporales, tales como el uso de guantes
de látex cuando se ponen inyecciones o se manejan desechos o fluidos
corporales, y lavándose las manos frecuentemente.
El riesgo de infectarse con el virus VIH a causa de un pinchazo con una aguja
que ha sido usada en una persona infectada es menor de 1 entre 200Una
apropiada profilaxis pos-exposición (con medicamentos anti-VIH) logra
contrarrestar ese pequeño riesgo, reduciendo al mínimo la probabilidad de
seroconversión.
d. Circuncisión
e. Resistencia natural
Investigaciones recientes confirmaron que de hecho existen personas más
inmunes al Virus, debido a una mutación en el genoma llamada "CCR5-delta 32".
Según se cree, habría aparecido hace 700 años, cuando la peste bubónica
diezmó a Europa. La teoría dice que los organismos con ese gen impiden que el
virus ingrese en el glóbulo blanco. Este mecanismo es análogo al de la peste
negra. El VIH se desarrolla en estas personas de manera más lenta, y han sido
bautizados como "no progresores a largo plazo".
f. Saliva
Después de la sangre, la saliva fue el segundo fluido del cuerpo donde el VIH se
aisló. El origen del VIH salivar son los linfocitos infectados de las encías (gingiva).
Estas células emigran dentro de la saliva en una tasa de un millón por minuto.
Esta migración puede aumentar hasta 10 veces (diez millones de células por
minuto) en enfermedades de la mucosa oral, las cuales son frecuentes en un
huésped inmunodeficiente (tal como un individuo con infección por VIH).
Estudios inmunocitoquímicos recientes muestran que en los pacientes con sida
hay una concentración más alta de VIH en los linfocitos salivares que en los
linfocitos de la sangre periférica. Esto sugiere que los linfocitos infectados
reciben una estimulación antigénica por la flora oral (bacterias en la boca) lo que
da lugar a una mayor expresión del virus" (A. Lisec, "Za zivot", izdanje "U pravi
trenutak", Dakovo 1994. s.27O-271.)
g. Abstinencia
Según algunos estudios, los programas que preconizan la abstinencia sexual
como método preventivo exclusivo no han demostrado su utilidad para disminuir
el riesgo de contagio del virus. Edward Green, director del Aids Prevention
Research Project de Harvard, asegura que "El preservativo no detiene el Sida.
Sólo un comportamiento sexual responsable puede hacer frente a la pandemia"
h. Monogamia
En el África subsahariana, y otros países subdesarrollados, se ha mostrado
eficaz en la lucha contra el SIDA el fomento de la monogamia y el retraso de la
actividad sexual entre los jóvenes.
I. Tratamiento
Actualmente existen medicamentos, llamados antirretrovirales, que inhiben
enzimas esenciales, la transcriptasa reversa, retrotranscriptasa o la proteasa,
con lo que reducen la replicación del VIH. De esta manera se frena el progreso
de la enfermedad y la aparición de infecciones oportunistas, así que aunque el
sida no puede propiamente curarse, sí puede convertirse con el uso continuado
de esos fármacos en una enfermedad crónica compatible con una vida larga y
casi normal. La enzima del VIH, la retrotranscriptasa, es una enzima que
convierte el ARN a ADN, por lo que se ha convertido en una de las principales
dianas en los tratamientos antirretrovirales.
Este virus ataca al sistema inmune y deja el cuerpo vulnerable a una gran
variedad de enfermedades. Estas enfermedades suelen estar ocasionadas por
bacterias, hongos y virus muy comunes que ordinariamente no ocasionan
enfermedad.
EL VIH ha sido encontrado en la sangre, esperma, saliva, lágrimas, tejido
nervioso, leche materna, y secreciones del tracto genital. Sin embargo está
probado que de éstos son la sangre, el esperma, las secreciones del tracto
genital, y la leche materna las que transmiten la infección a otros. La transmisión
del virus ocurre mediante el contacto sexual incluyendo el sexo anal, vaginal y
oral; por medio de la sangre mediante transfusiones o aguja infectada; y en
mujeres embarazadas al feto, o al dar de mamar al bebé. Otros métodos mas
raros de transmisión incluyen el pinchazo accidental con una aguja, la
inseminación artificial, en la que la transmisión ocurre a través del esperma
donado, y el transplante de riñón, en el que el transmisor es el riñón donado.
La infección no se transmite por contacto casual tal como abrazar o tocar, ni por
objetos inanimados tales como asientos de servicio o platos, ni por mosquitos.
No se transmite a las personas que donan sangre (aunque puede transmitirse
desde la sangre contaminada a la persona que recibe la transfusión). Es por esto
por lo que los bancos de sangre analizan a los donantes y su sangre. Tampoco
se transmite a una persona que, por ejemplo, dona un riñón para un transplante.
COMPLICACIONES
3.4. Tratamiento
Pronóstico
Actualmente, no existe una cura para el SIDA que es una enfermedad siempre
mortal si no se suministra algún tratamiento. En los Estados Unidos, la mayoría
de los pacientes sobrevive muchos años después del diagnóstico debido a la
disponibilidad de la terapia antirretroviral altamente activa. Esta terapia ha
incrementado enormemente el tiempo que las personas con VIH permanecen
vivas.
Las investigaciones continúan en las áreas de tratamientos farmacológicos y
desarrollo de una vacuna. Infortunadamente, los medicamentos para el VIH no
siempre están disponibles en los países en desarrollo, donde la magnitud de la
epidemia es incontenible.
3.5. Prevención
Cada minuto, el VIH infecta a seis menores de 25 años. Más de la mitad de las
personas que contraen esta infección cada año en el mundo tiene entre 15 y 24
años, edad en que la mayoría de las personas inicia su vida sexual.
La búsqueda de nuevas sensaciones y experiencias, la sensación de
invulnerabilidad frente a los peligros o la muerte, y la inmadurez característica de
la adolescencia, exponen especialmente a los jóvenes a la infección por el VIH.
Los expertos responsabilizan el índice creciente a la constante exposición al
sexo en los medios de difusión que envían mensajes confusos a la juventud. A
los chicos se les advierte del SIDA y de las enfermedades sexualmente
transmisibles, pero a la vez están expuestos diariamente a la televisión y a
Internet.
Los adolescentes más jóvenes tienen contacto sexual mucho antes que en otras
épocas. Esto es peligroso para los adolescentes que aún están en desarrollo y
que no están preparados para las consecuencias emocionales de la sexualidad.
Pero la falta de educación sexual y de información sobre el VIH, así como las
dificultades de acceso a programas y medidas de prevención, contribuyen
también de forma decisiva a la diseminación de la infección por VIH entre los
jóvenes y es sobre estos factores sobre los que se puede y se debe intervenir.
Durante muchos años, a los jóvenes se les ha dicho lo que deben y no deben
hacer, en lugar de ayudarles a comprender los "porqué" y no se les ha implicado
en la toma de sus propias decisiones.
La escuela desempeña un importante papel en la promoción de actitudes
responsables y conductas saludables entre los niños y adolescentes. Por ello
debe colaborar con la familia en el ámbito de la promoción de valores como el
respeto, la igualdad entre sexos y los derechos humanos. La educación sexual
contribuye a aplazar la edad de inicio de las relaciones sexuales y, en los
adolescentes sexualmente activos, ayuda a disminuir los embarazos no
deseados y la infección por VIH y otras enfermedades de transmisión sexual
(ETS).