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Objetivo General: Optimizar conocimientos, habilidades y aptitudes para un mejor desempeño laboral
dentro del Hogar Protegido.
Objetivos Específicos:
- Identificar la importancia del desarrollo de habilidades sociales del monitor.
- Analizar y diferenciar el rol y los límites del vínculo entre monitor y usuario.
- Plantear posibles estrategias para abordar situaciones de crisis en los usuarios.
- Ejemplificar los conceptos aprendidos en situaciones cotidianas dentro del Hogar Protegido.
Tipos de Empatía
Empatía Afectiva: También denominada empatía emocional, implica la capacidad de responder con un
sentimiento adecuado a los estados mentales de otro. Se supone que nuestra capacidad de empatía emotiva se
basa en el contagio emotivo, la afectación por el estado emotivo o de excitación del otro. En relación a la
dimensión afectiva Davis propone dos escalas: Angustia empática, que es la tendencia a experimentar
sentimientos de compasión y preocupación por el otro y Aflicción Personal, que se refiere a la ansiedad que se
experimenta al ser testigo de un suceso desagradable para otro.
Empatía Cognitiva:
Se puede entender como la capacidad de comprender el punto de vista o estado mental de otro/a.
La capacidad de representarse los pensamientos y motivos del otro ha sido recogida en la noción de adopción
de perspectiva cognitiva.
TEMA II. ROLES Y LÍMITES DE LA LABOR EN EL HOGAR PROTEGIDO
En todo acompañamiento es importante tener una comprensión global del sujeto, no recortar los síntomas
del contexto que esté atravesando sin que se convierta en justificación. Y comprender que los límites que se
deben establecer, deben ser firmes, entendemos que, dado que comparten muchas horas con ellos, quizás es
difícil mantener una postura más profesional y no sobrepasar los vínculos, ya que compartir tanto con una
persona genera un vínculo más íntimo y personal, lo cual no es malo, pero si a veces puede ser perjudicial
al momento de tomar decisiones y/o tratar de poner reglas, en este caso en el hogar. A su vez es importante
generar un encuadre terapéutico, el cual sirve de frontera tanto al usuario como al profesional, ya que este
encuadre aclara las normas de lo que es posible y lo que no es posible o no está permitido en el hogar.
En Psicología, el encuadre hace referencia a lo constante, es decir, se trata de fijar algunas variables como
constantes, estables. Incluye la modalidad, los objetivos de trabajo, el tiempo, el lugar, los horarios, los
honorarios y al establecimiento de los roles de cada uno.
Utilizar un encuadre significa mantener constantes ciertas variables que intervienen en dicho proceso, a
saber: a) aclaración de los roles respectivos (naturaleza y límites de la función que cada parte integrante,
paciente y psicólogo, desempeña en el contrato); b) lugares donde se realizarán las entrevistas; c) horario y
duración del proceso (en términos aproximados, tratando de no plantear una duración ni muy corta ni muy
prolongada); y d) honorarios (si se trata de una consulta privada o de una institución paga). Siquier de
Ocampo, García Arzeno, Grassano de Piccolo y col (1974) Las técnicas proyectivas y el proceso de
psicodiagnóstico. Buenos Aires: Nueva Visión.
Entre las múltiples funciones que ustedes desarrollan como monitoras, se deben destacar las de contención
y socialización, en tanto y en cuanto su trabajo parte de un posicionamiento epistemológico e ideológico
que entiende que las personas aquejadas de patología mental son parte de la sociedad y su tratamiento debe
realizarse, siempre que sea posible, prescindiendo del aislamiento. Contención a través de un vínculo
humano que posibilita que el sujeto no sea segregado de la trama social y relacional a la que pertenece.
Una crisis es “un estado temporal de trastorno y desorganización, caracterizado principalmente, por la
incapacidad del individuo para abordar situaciones particulares utilizando métodos acostumbrados para la
solución de problemas, y por el potencial para obtener un resultado radicalmente positivo o negativo”.
(Slaikeu, 1988)
“Una crisis psicológica ocurre cuando un evento traumático desborda excesivamente la capacidad de una
persona de manejarse en su modo usual” (Benveniste, 2000).
Una situación rebasa, tanto en intensidad como episódica, toda experiencia conocida. Por lo que únicamente
les queda la biología, sus creencias y estilo personal para afrontarlo, pero les faltan la parte de procesamiento
cognitivo, las experiencias que lo integren con las emociones.
Las crisis pueden ser del desarrollo o evolutivas (esperables) o circunstanciales (accidentales inesperadas o
imprevisibles:
Crisis del desarrollo: Las crisis del desarrollo son más predecibles y sobrevienen cuando una persona va
cumpliendo etapas en su vida desde la niñez a la senectud. Presentan una conducta diferenciada y marcan un
trastorno en el área intelectual y afectiva. como por ejemplo la crisis del nacimiento e infancia o crisis de la
pubertad y adolescencia y/o crisis de la tercera edad
Crisis circunstanciales Son inesperadas, accidentales y dependen sobre todo de factores ambientales. Abarca
alteraciones emocionales y de la conducta ante pérdidas o amenaza de pérdidas de los aportes básicos (físicos,
psicosociales y socioculturales que están interrelacionados): Separación, Pérdidas, Muerte, Enfermedades
corporales, Desempleo, Trabajo nuevo, Fracaso económico, Violaciones
Cuando la conducta usual de la persona se modifica como consecuencia de experiencias estresantes, esta se
manifiesta como cambios en pensamientos, emociones y respuesta. Estos cambios de conducta se pueden
interpretar como indicio de que las funciones biológicas están alteradas en la persona que está sufriendo por
el cambio repentino en su vida debido al efecto del desastre sobre su persona y el entorno familiar.
Respecto a posibles soluciones es importante saber que no hay una solución única para afrontar dichas
situaciones y es sumamente importante encontrar la estrategia más adecuada para regular los sentimientos
negativos y entender su origen para tratar la causa, es la única forma de evitar que tomen el control total de
nuestra mente. Es primordial conocer al respecto que las técnicas tendrán sentido siempre y cuando la persona
reconozca que tienes un problema (no necesariamente en el momento, dado que es difícil que se de cuenta en
ese momento, ya que está fuera de sí, pero si encontrar la forma de hablarlo y tratar de que tome conciencia
de lo sucedido, dado que en este caso a pesar de la enfermedad psiquiátrica o grado de discapacidad intelectual
que tenga los usuarios son adultos). A su vez siempre habrá que tener en cuenta que según el grupo de
población las manifestaciones al trauma y/o situación pueden ser diferentes, es por eso que las intervenciones
de ayuda difieren. Entre estas poblaciones están los niños, adultos mayores, discapacitados, enfermos
mentales y enfermos crónicos.
CAPACITACIÓN II : “HACIA UNA MEJOR COMPRENSIÓN DE LA
ESQUIZOFRENIA”
Objetivos Específicos:
- Conocer las principales características y síntomas de la Esquizofrenia.
- Identificar principales dificultades entre la Esquizofrenia y el concepto de Habilidades Sociales.
- Ejemplificar los conceptos aprendidos en situaciones cotidianas dentro del Hogar Protegido.
- Plantear posibles estrategias para abordar situaciones relevantes en los usuarios.
Prevalencia en la Poblancion
Un estudio Multicéntrico patrocinado por la OMS en 10 países, mostró una incidencia anual
de entre 16 a 40 por 100.000.
El riesgo para desarrollar Esquizofrenia alguna vez en la vida se estima en un rango de 0,3
a 2,0%, con una media aproximada de 0,7%.
Los hombres tienen un riesgo levemente mayor que las mujeres de desarrollar
Esquizofrenia, con riesgo relativo hombre-mujer de 1,48 9. En hombres el inicio puede ser
más temprano y con peor pronóstico. Inicio hombres 15 a 25, mujeres 25 a 35 y segundo
peak postmenopausia.
En Chile, la prevalencia de la esquizofrenia es de 1,4 a 4,6 personas por cada mil habitantes,
siendo la incidencia de 12 casos nuevos por cada cien mil habitantes por año.
Etapas de Esquizofrenia
Fase Aguda: Es definida como el primer episodio psicótico de un paciente o como la recaída en
un episodio psicótico de un paciente que previamente ya había sido diagnosticado con
esquizofrenia. El objetivo de esta fase es lograr la remisión sintomática del paciente, para lograrlo
se utiliza como farmacoterapia de elección los antipsicóticos. En adición a ello es recomendable
implementar también estrategias psicoterapéuticas y/o psicosociales que conjuntamente
contribuyan a la remisión de la sintomatología del paciente.
Fase de Mantención: Ocurre luego de superarse la fase aguda, y constituye aquella fase de la
enfermedad en la cual los pacientes se mantienen con un adecuado control de los síntomas
psicóticos, sin que necesariamente ellos hayan desaparecido completamente. El objetivo de esta
fase es minimizar los síntomas y la alteración funcional, evitar las recaídas y promover la plena
integración de los individuos con esquizofrenia a la sociedad.
Tratamiento Integral
Consideraciones Relevantes
Aunque una minoría de pacientes con esquizofrenia es capaz de trabajar, estudiar, mantener
vidas independientes, o tener relaciones familiares normales, la esquizofrenia se asocia
frecuentemente con disfunción familiar y social, global y profunda.
El rol que juega el cuidador al interior de los programas residenciales es altamente
relevante; en algunos casos, se constituyen en el único apoyo instrumental y/o emocional
para el usuario. Comparten tiempos y experiencias, lo que finalmente genera una
vinculación usuario-cuidador, que, en algunos casos, se traduce en importantes resultados
a nivel de funcionamiento, identidad y sentido de vida de los usuarios, situación que
también ha sido planteada por Jiménez et al., el año 2000 y por Sprioli y Silva el año 2011.