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Orígenes de la Fotografía Artística o de Autor

La Escuela Pictorialista
Continuando con el recorrido iniciado en el número anterior, a través de las diferentes
tendencias y escuelas artísticas que consolidaron a la fotografía como forma de arte, hoy
hablaremos de la escuela Pictorialista.

Dada desde finales de la década de 1880 hasta aproximadamente el final de la 1ra


guerra mundial, este movimiento supuso –o al menos pretendió generar- una ruptura
con la precedente escuela Academicista, centrada en emular lo mas fielmente posible a
la pintura.

Fueron principalmente dos los factores que confluyeron para dar a luz a esta nueva
escuela, o más precisamente, movimiento fotográfico. Por un lado, en aquellos años
estaba muy en boga aún el debate sobre si la fotografía era arte o no; la realidad es que a
pesar de sus bienintencionados pero limitados esfuerzos, los fotógrafos academicistas
poco habían podido hacer para cambiar la percepción del mundo del arte respecto a esta
nueva técnica, algo que los pictorialistas estaban firmemente decididos a revertir.
Tampoco ayudo demasiado en este sentido el nacimiento y la amplia difusión de la
primera cámara automática Kodak con carrete de papel (sustituyendo a las placas de
cristal empleadas hasta ese momento) en el año 1888 (Fig. 1), y que con el slogan
"Usted aprieta el botón, nosotros hacemos el resto", dio inicio a la fotografía de
aficionados, considerada vulgar y mecánica por estos artistas.

Así, los fotógrafos pictorialistas decidieron reivindicar las características propias del
método fotográfico, prescindiendo de los recursos que lo emparentaban con la pintura
utilizados por los academicistas (escenografías, fotomontajes, atrezzos, etc), pero
haciendo uso a su vez de técnicas que “enriquecían” en cierta forma el acto fotográfico,
principalmente en la fase del positivado. Cabe aclarar aquí que el nombre “pictorialista”
deriva del inglés “picture” (imagen, foto, fotografía), y no de “painting” (cuadro,
pintura).

Estos artistas adhirieron a una serie de planteos teóricos y recursos técnicos a fin de
legitimar sus obras. Para empezar, la foto tomada, si bien constituía un registro de la
realidad (característica propia de la fotografía), era ésta una realidad aislada de su
contexto, es decir una realidad que el artista “descubría” y que, valiéndose de diversas
técnicas, convertía en “arte”. Las imágenes obtenidas eran siempre difuminadas y
borrosas (el tan buscado efecto floue), dando como resultado escenas bucólicas e
intimistas (Fig. 2), lo que las emparentaba estéticamente con el incipiente movimiento
pictórico impresionista y a nivel temático con el romanticismo del siglo XIX. Para ello
no se limitarían a realizar tomas directas, sino que utilizarían filtros, veladuras,
desenfoques, objetivos inapropiados o antiguos –los llamados “objetivos de artistas”-y
movimientos durante largas exposiciones que distorsionaban las imágenes obtenidas
(Figs. 3 y 4). Asimismo, en el proceso de positivado, se valían de impresiones al carbón,
bromóleo, goma bicromatada, así como de diversos retoques que producían imágenes
similares a grabados o dibujos (Figs. 5 y 6). Como se mencionó previamente, para estos
fotógrafos el positivado era el paso más importante de todo el acto fotográfico, ya que
era en ese momento cuando el artista dotaba de originalidad a la obra y la enriquecía,
siendo el negativo tan solo una especie de lienzo que la mayoría de las veces era
destruido una vez finalizado el retoque, a fin de que el resultado final sea una obra única
e irrepetible –las denominadas impresiones nobles-, similares a una pintura.

Fueron muchos los fotógrafos que en su época adhirieron a este movimiento, algunos de
ellos -como la inglesa Julia Margaret Cameron, pionera y de quien ya hablamos en el
número anterior- emparentados previamente con la fotografía academicista. Otro de los
padres del pictorialismo fue el francés Robert Demachy, que a pesar de que nunca se
dedicó profesionalmente a la fotografía, fue enorme su contribución tanto teórica como
práctica a este movimiento; de hecho llegó a escribir mas de mil artículos sobre la
estética pictorialista y las técnicas de manipulado de las impresiones. Mediante el uso de
impresiones con goma bicromatada (técnica característica en su obra) logró impactantes
imágenes similares a pinturas y dibujos que influyeron decisivamente en los fotógrafos
de su tiempo. Otra de sus grandes contribuciones a este movimiento fue la fundación
junto a Maurice Bucquet del Photo Club de París, entidad dedicada a la difusión de la
fotografía artística y relacionada con otros grupos similares como The Linked Ring en
Reino Unido y el influyente Photo-Secession en Estados Unidos.

Otra de las grandes figuras dentro de este movimiento y dentro del mundo de la
fotografía en general fue el norteamericano Edward Steichen. Su importancia en el la
evolución de la fotografía artística es esencial, pues no solo fue uno de los principales
representantes del pictorialismo y miembro fundador del Photo-Secession y su
emblemática revista “Camera Work” (Fig. 7), sino que también podría considerarse
como el padre de la fotografía de vanguardia y publicitaria debido al giro que tomó su
obra en las primeras décadas del siglo XX, trabajando para las revistas Vogue y Vanity
Fair (Fig. 8) y realizando fotos llenas de glamour, concepto que prácticamente nace con
él. Resulta interesante señalar que una de sus obras, The Pond Moonlight (Fig. 9) -
perfecto ejemplo de la estética pictorialista- se convirtió en el año 2006 en la fotografía
mas cara de la historia cuando fue subastada en Sotheby´s por casi 3 millones de
dólares, ocupando en la actualidad el tercer lugar de este ranking.

Finalmente, es evidente que a pesar de sus grandes esfuerzos, este movimiento -presa
del espíritu de la época- no logró acabar con el vasallaje de la fotografía hacia la
pintura, pero a pesar de las críticas que contra él y sus representantes se han hecho, lo
cierto es que logró grandes avances en su afán por humanizar un invento que, debido a
su parte mecánica, tenía en contra a la opinión pública y a la clase intelectual de la
época, y lo hizo no sólo produciendo obras de inobjetable valor artístico, sino
rompiendo ciertos paradigmas estéticos que más adelante serían profundizados y
radicalizados por los mismos o nuevos artistas, dando origen a la que podría
considerarse la primer corriente artística fotográfica que se desliga totalmente de los
patrones estéticos pictóricos y reivindica todas las características intrínsecas del método
fotográfico, la llamada “Fotografía Directa”, tema de nuestro próximo número.
Epígrafes

Figura 1: Primera cámara de carrete: Kodak Vista 100

Figura 2: Fotografía sin título de Clarence H. White

Figura 3: “Lady in the Forest” de George Seeley

Figura 4: “Black Bowl” de George Seeley

Figura 5: “Struggle” de Robert Demachy

Figura 6: “Portrait” de Gertrude Kasebier

Figura 7: Primer número de la prestigiosa revista Camera Work.

Figura 8: Retrato tomado por Edward Steichen aparecido en la revista Vanity Fair en el
año 1928.

Figura 9: “The Pond Moonlight” de Edward Steichen

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