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RESUMEN CÓMO SER UN LÍDER

¿POR QUÉ LA INTELIGENCIA EMOCIONAL SI IMPORTA?

GIORGIO CASTRO HENAO

Presentado al docente HENRY OSPINA J

UNIVERSIDAD PONTIFICIA BOLIVARIANA

ESPECIALIZACIÓN GERENCIA DEL TALENTO HUMANO
MONTERÍA – CÓRDOBA
2017
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El autor de este texto expone su pensamiento sobre la inteligencia emocional (IE) y el

coeficiente intelectual (CI), y de cómo se determina cual tiene mayor importancia para llegar a

buenos resultados. “La paradoja es que ambas son importantes, pero de diferentes modos”.

¿Qué se requiere para ser un líder? No es el que el CI y que las capacidades técnicas

sean irrelevantes. Importan, pero principalmente como ‹‹competencias de percepción››, es decir,

son requisitos para puestos ejecutivos. La mayoría de las grandes empresas de hoy en día han

contratado a psicólogos expertos en el tema para que desarrollen un ‹‹modelo de competencias››

para poder identificar, entrenar y promocionar a aquellos con probabilidades de ser nuevos

líderes, sin dejar de lado que los psicólogos también han creado otros modelos para puestos de

menor nivel. El autor analizo modelos de competencias en diferentes empresas, determinó las

capacidades y las agrupó en tres categorías: Destrezas técnicas, como la contabilidad y la

planificación de negocio; destrezas cognitivas, como el razonamiento analítico, y competencias

que demuestren una IE, como la capacidad de trabajar con otros y el cambio de liderazgo.

Conocimiento de uno mismo:

Conocerse a uno mismo significa tener un amplio conocimiento de las emociones

propias, de su lado fuerte, sus debilidades, sus necesidades y sus impulsos. El conocimiento de

uno mismo se extiende a los conocimientos que una persona tiene de sus propios valores y

objetivos. Alguien que posee un alto conocimiento de si mismo sabe a dónde se dirige y por qué.

Autogestión:

Un alto ejecutivo que ha visto como un equipo formado por sus empleados presentaba un

análisis “Chambom” a la junta directiva de su empresa. Este ejecutivo podría sentirse enojado y
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golpear la mesa, ponerse de pie y gritar a los empleados o podría guardar la calma y

autocontrolarse, ver desde un enfoque diferente. Buscará las razones por determinar el problema,

plantear una soluciona esta.

Si hay un rasgo que prácticamente todos los líderes efectivos comparten es la motivación.

Es el autocontrol que les permite movilizar sus emociones positivas y así llevarlos a sus metas.

Empatia:

Significa más bien tener en profunda consideración tanto los sentimientos de los

empleados como otros factores durante el proceso de tomar decisiones inteligentes. La empatía

es particularmente importante hoy en día como componente del liderazgo, el veloz ritmo de la

globalización y la imperiosa necesidad de mantener el talento.

Habilidad social:

Los primeros dos componentes de la IE son capacidades del autocontrol. Las dos últimas,

la empatía y la habilidad social tienen que ver con la capacidad de una persona para manejar sus

relaciones con los demás.

El proceso no es sencillo. Requiere tiempo y, sobre todo, compromiso. Pero los

beneficios, tanto para el individuo como para la empresa, que resultan de poseer una inteligencia

emocional bien desarrollada, hacen que el esfuerzo merezca la pena.

“Habilidades de inteligencia emocional que requieren ahora los empresarios”

Trabajar bien en equipo, Comunicación clara y efectiva, Saber adaptarse a los cambios, Saber
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interactuar con una amplia variedad de personas, Capacidad de pensar con claridad y de resolver

problemas bajo presión.

Un liderazgo que propociona resultados:

Encontramos seis tipos de líder: Los líderes autorizados movilizan a la gente hacia una

visión. Los líderes asociativos crean armonía y lazos emocionales. Los líderes democráticos

construyen un consenso a través de la participación. Los líderes que marcan la pauta esperan

obtener la excelencia y el autogobierno. Los líderes entrenadores preparan a la gente para el

futuro. Y los líderes coercitivos exigen una sumisión inmediata.

La investigación que se usó sobre los estilos de liderazgo tenía como propósito ver una

visión más amplia de los lazos de unión entre el liderazgo y la IE.

Liderazgo primario:

Las crecientes investigaciones sobre el cerebro humano muestran que, para bien o para

mal, los estados de ánimo de los líderes afectan a las emociones y a la gente que los rodea. Ya

que razón de esto nace en lo que llaman la naturaleza de circuito abierto del sistema límbico del

cerebro: nuestro centro emocional.

Los investigadores han visto una y otra vez cómo las emociones se extienden de manera

irresistible cuando las personas están cerca unas de otras.

Haciendo inventario:

El proceso que se recomienda para llegar al autodescubrimiento y la reinvención personal

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no es una teoría moderna ni viene de la psicología pop, como si ocurre en muchos de los

programas de autoayuda que ofrecen a los ejecutivos en la actualidad.

El efecto del estado de ánimo sobre el rendimiento:

La tarea del liderazgo es controlar tu estado de ánimo y el de las personas que te siguen,

ya que no pretendemos sugerir que el estado de ánimo sea lo único importante.

El liderazgo emocional es la chispa que enciende el rendimiento de una empresa,

creando una hoguera de éxito o un paisaje de cenizas. Los estados de ánimo importan hasta tal

punto.

Renovar tu pasión por el trabajo:

El proceso no es sencillo, pero se ha comprobado que este tipo de renovación es saludable

y necesario; los líderes necesitan llevarlo a cabo cada corto tiempo para rellenar sus niveles de

energía, creatividad y compromiso (y para redescubrir su pasión por el trabajo y la vida).

Estrategias para la renovación:

Hay estrategias para evaluarla y realizar correcciones si has perdido el rumbo. La mayoría

de las personas aplican no solo una sola estrategia sino una combinación de ellas, y así otras

personas buscan ayuda exterior mientras que otros prefieren realizar un proceso más solitario.

Sea cual sea el camino que tú elijas, necesitas tiempo de reflexión. Algunas conocidas son:
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Solicita un tiempo muerto, encuentra un plan, reflexión sobre el pasado, definir tus principios

vitales, ampliar el horizonte, imaginar el futuro y encontrar nuevos propósitos en tu familia.

Inteligencia social y la biología del liderazgo:

El descubrimiento es que ciertas cosas que hacen los líderes (la exhibición de empatía y

los estados de ánimo de los otros) afectan tanto a su propio cerebro como al de sus seguidores.

Los grandes líderes son aquellos cuyo comportamiento influye de manera poderosa en el

sistema de interconexión cerebral. Se ha confirmado que existe una gran diferencia en cuanto a

rendimiento entre líderes socialmente inteligentes y líderes que no lo son. Las cualidades que

siempre debe tener un líder son la empatía, sintonía, conciencia empresarial, influencia,

desarrollar a otros, inspiración y trabajo en equipo.

La triple atención del líder:

Los líderes nos muestran dónde concentrar nuestras energías, y ellos también necesitan,

controlar su propia atención. Los tres tipos de atención son: Atención interior, atención hacia

otros y atención exterior. Cada una de estas tres clases de atención y sus variedades tienen sus

beneficios, y los líderes necesitan poseer las tres clases de manera equilibrada: la clase de

atención correcta para el objetivo adecuado en el momento idóneo.

Mirando hacia un futuro de la atención, entre los jóvenes se encuentran nuestros líderes

del futuro. Si los colegios les enseñan habilidades para la atención que necesitarán a lo largo de

su vida y de su carrera laboral, las empresas no tendrán que crear programas para llenar sus
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carencias cuando entren a trabajar en ellas. Pensemos en ello como un entrenamiento para el

liderazgo.

No solo listo, sino también sabio:

La atención interior y la atención hacia otros pueden ser vistas en términos

de competencias de IE. Los dos primeros de los cuatro dominios de la IE (conocimiento de uno

mismo y autocontrol) indican una saludable atención interior.

Debemos poner como objetivo un bien mayor:

Hoy día se necesitan líderes que no sean tan solo listos, sino sabios. Los líderes sabios

formulan estrategias que tienen como objetivo un bien mayor, no solo la meta de una empresa

concreta. Cuanto más seleccionen nuestras comunidades, sociedades y el mundo en conjunto

líderes de este tipo, mucho mejor nos irá a todos.