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Bamako no era más que una aldea de unas 600 personas cuando en 1883 el teniente

coronel Borgnis-Desbordes puso la primera piedra para la construcción del fuerte militar
que iniciaría el desarrollo urbano colonial de la actual capital de Mali. La elección de esta
aldea, que en la historia de los grandes imperios africanos no jugó ninguna clase de rol
significativo, tiene que ver con la pretensión francesa de extender su influencia en el
territorio conocido como Sudán y conectar por vía férrea el curso superior del río Senegal
con el delta central del río Níger. A partir de Bamako el río Níger era navegable y había
supuesto durante siglos una de las principales rutas de comunicación, comercio y
transporte del Sahel. De igual forma, a partir de Médine, el río Senegal conectaba con la
capital política de la colonia francesa, Saint-Louis, y el Atlántico.

Por su posición estratégica, en 1899 Bamako se convirtió en la capital del Alto Senegal
Níger aumentando su importancia comercial una vez se inauguró la línea férrea Dakar-
Níger en 1904.

Su importancia administrativa se consolidó en 1920 al convertirse en la capital del Sudán


francés y en 1960 al proclamarse capital del Mali independiente. Hoy en día, Bamako, con
dos millones y medio de habitantes, es la ciudad africana con mayor ritmo de crecimiento
y la sexta a nivel mundial. En menos de 140 años ha pasado de ser una pequeña aldea
fortificada en tierra cruda a

Ambición extractivista

tuvo que ver con cuestiones geográficas y técnicas

En la historia de los grandes imperios africanos Bamako no juega ninguna clase de rol.

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