Se comprueba que el flujo de electrones (FEM) es una propiedad extensiva de la
materia, debido a que la cantidad de materia que interviene en las reacciones de tipo oxido-reducción no modifica la magnitud en el flujo de energía de las celdas, o sea, el FEM siempre es constante sin importar la cantidad de materia intervenida en el proceso. Se infiere que el cambio en el potencial de reducción o flujo de energía dependerá de las concentraciones de reactivos implicados, ya que no se considera cantidad de materia directamente, sino más bien un equilibrio entre la formación de sustancias oxidadas y reductoras, gracias a la favorabilidad de reacciones proporcionada por la termodinámica. Se determina la ecuación de Nernst como elemento fundamental, en el análisis y cálculo de potenciales de reducción, que se vean afectadas las situaciones normales de reacción como lo es la concentración, presión entre otras. La adición de sustancias inertes que benefician la trasferencia de electrones provocan cambios en la FEM a manera de aumento en la corriente eléctrica, sin embargo se comprueba que todas aquellas reacciones tienden volver al equilibrio inicial y por consiguiente a su flujo eléctrico inicial.