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Ciencia
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Sólo los ideólogos del proletariado, Marx y Engels, elaboraron una ciencia verdadera de
las leyes del desarrollo social. Su concepción del mundo liberó del mismo modo a las
ciencias naturales de las limitaciones filosóficas que les son propias bajo el régimen
capitalista (influencia de la filosofía idealista y de los métodos metafísicos de
investigación).
La victoria del socialismo permitió el desarrollo sin límites de todas las ciencias. La clase
obrera tiene interés en hacer progresar la ciencia, pues para edificar el comunismo utiliza
todos sus beneficios. La Gran Revolución de Octubre y la edificación del socialismo en la
URSS inauguraron una nueva era en el desarrollo de la ciencia. Por primera vez ésta,
liberada del yugo capitalista, ha sido puesta al servicio de los trabajadores. El socialismo y
la ciencia son indivisibles. El establecimiento del régimen socialista provoca un vuelo
prodigioso de la ciencia, suprime todos los obstáculos opuestos a su desarrollo por el
capitalismo. La dispersión y el diletantismo, la anarquía y la espontaneidad, el
individualismo y el aislamiento en la investigación científica, inevitables en el régimen
capitalista, han sido reemplazados en la URSS por la utilización planificada, conforme a las
necesidades del país, de todos los recursos de la ciencia, con el fin de resolver los
problemas urgentes de la economía y la defensa nacionales, así como los del desarrollo
cultural del país. Desde los primeros años de la existencia de la URSS, Lenin trazó el plan
de una reorganización completa de la economía nacional sobre una base científica (el plan
de electrificación). Gracias a la organización socialista de la ciencia soviética, ésta ocupa
hoy el primer lugar en ciertos dominios de la ciencia mundial. Por primera vez en la
historia de la humanidad, se ha construido una central atómica en la URSS. Los sabios
soviéticos ponen todas las conquistas de la ciencia al servicio del pueblo. La ciencia
soviética de vanguardia que se apoya en la doctrina marxista-leninista es, por los problemas
que aborda, por los objetivos que se asigna, y por el apoyo de que goza, una ciencia que
pertenece al pueblo entero. Tanto para plantear como para resolver los problemas, no se
encierra dentro de sí, sino que se apoya en la experiencia de vanguardia: las realizaciones
prácticas y las invenciones de los trabajadores de la industria y la agricultura, de los
criadores, de los michurinistas, &c. (ver Michurin). En la URSS no son sólo los sabios los
que hacen progresar la ciencia: millares de innovadores, obreros y koljosianos contribuyen
a ello. La colaboración de los sabios y los trabajadores de la industria adquiere en la URSS
una amplitud cada vez mayor, estimulando así el desarrollo de la ciencia. La ciencia
soviética se interesa por los progresos científicos en los países capitalistas. Los sabios
soviéticos aprecian en alto grado las conquistas de la ciencia en el extranjero y mantienen
contactos estrechos con los sabios avanzados de otros países.
La ciencia soviética realiza el principio de la unidad de la teoría y la práctica. La nueva
experiencia enriquece a la ciencia, la hace progresar al tiempo que demuele las tradiciones
caducas. Un rasgo característico de la ciencia soviética es la lucha contra toda petrificación
de la teoría, contra su transformación en un sistema de prejuicios. Llegado el caso, se hace
marchar la ciencia al compás, venciendo la inercia aun de sabios distinguidos que se
consideren “monopolistas” del saber científico. La ciencia verdaderamente avanzada, se
halla siempre pronta a recibir fuerzas nuevas, frescas y vigorosas de sabios jóvenes, de
trabajadores con experiencia práctica, de innovadores que reemplazan las tradiciones
envejecidas por métodos nuevos, más avanzados. Uno de los medios principales de resolver
las contradicciones entre lo viejo y lo nuevo en la ciencia soviética, es la crítica y la
autocrítica (ver). La discusión desempeña también un papel importante. El marxismo
estima que la ciencia no puede desarrollarse sin lucha de opiniones, sin libertad de crítica.
Este axioma es de una importancia muy grande para la lucha contra el estancamiento, el
espíritu conservador y la arbitrariedad en la ciencia. La experiencia de las discusiones
científicas en la URSS demostró que por medio de la lucha de opiniones, la crítica y la
autocrítica, la ciencia realiza nuevos progresos: lo que es caduco es rechazado; los
elementos conservadores que se aferran a ello, son destronados, y se desbroza el camino a
lo nuevo, a lo progresivo.
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