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NEUROCIENCIA | 8/21/2016 12:00:00 AM



El cerebro adolescente
La adolescencia representa uno de los mayores desafíos de la crianza.
Nuevas investigaciones han revelado qué pasa por la cabeza de estos
jóvenes y qué tipo de apoyo deben recibir de sus padres.

El cerebro adolescente Foto: 123RF / Montaje Semana

No hay una etapa de la vida con tantos vaivenes como la adolescencia.


Erik Eriksen, uno de los psicoanalistas más influyentes del siglo XX, la
definió como la más tumultuosa y problemática de la existencia, pues es
el momento en el que el cuerpo y la identidad toman forma. Pero no
solo es un periodo difícil para los jóvenes. Los padres se enfrentan al
mayor desafío de la crianza de sus hijos y muchas veces no saben cómo
acompañarlos en ese proceso de crecimiento y maduración.
Varios científicos exploraron en el pasado la adolescencia de forma lineal
sin clasificarla por etapas, pero nuevos estudios del campo de la
neurociencia han revelado detalles sobre el funcionamiento del cerebro
en diferentes fases que ocurren entre los 11 y 18 años. Esto con el fin
de explicar los cambios físicos, psicológicos y sociales que sufren los
adolescentes en esta etapa. Para ello se han dado a la tarea de analizar
imágenes tomadas mediante resonancias magnéticas que han
evidenciado cómo el cerebro experimenta amplias remodelaciones,
semejantes a las de un computador cuando se actualizan sus redes y
cableado.

Aunque un fenómeno tan complejo como la adolescencia no se puede


analizar únicamente desde el punto de vista neurológico, estos nuevos
hallazgos sí permiten identificar las fases del desarrollo intelectual,
social y emocional, así como los patrones de actividad en esa etapa.
Además, reafirma la teoría de que los papás deben pensar en navegar
esta década tan volátil de sus hijos junto a ellos y no alejarse por el
hecho de que ya son grandes y deben aprender a ser independientes.
“Por más que hayan crecido y reclamen mayor autonomía, en realidad
ellos necesitan compañía y apoyo. Es una oportunidad para que los
papás se mantengan conectados emocionalmente con sus hijos”, dijo a
SEMANA el psiquiatra infantil Germán Casas. Esto es lo que sucede en
las diferentes edades de la adolescencia.

11 a 12 años

Aunque cada vez más niños y niñas se desarrollan más temprano, entre
los 11 y 12 años todos se encuentran en la preadolescencia. Según los
estudios, en estos años se puede presentar un declive en el aprendizaje
espacial y algunos tipos de razonamiento, pues las zonas del cerebro
encargadas de la memoria prospectiva, es decir, la que permite recordar
acciones a realizar en el futuro, están apenas madurando. Por eso es
importante que los papás ayuden a sus hijos a organizar su agenda
diaria para que no se les olviden las cosas que deben hacer. Las
aplicaciones para gestión de tareas que se pueden descargar al celular
pueden ser herramientas útiles para este fin.

Los expertos también recomiendan a los papás comenzar a enseñarles a


tomar sus propias decisiones en esta etapa, no sin antes evaluar los
pros y los contras de cada situación. Un estudio publicado en la revista
Journal of Behavioral Decision-making reveló que los niños que recibían
este tipo de apoyo mostraban menos niveles de ansiedad, tristeza y
también agresividad. Otra investigación hecha por científicos de la
Universidad de Melbourne, Australia, expuso que los adolescentes que
recibían mayor afecto y apoyo de sus papás a los 12 años eran mucho
menos problemáticos a los 16.

13 a 14 años

A esta edad los niveles de estrés llegan a un punto muy alto, pues las
partes del cerebro más vulnerables ante sus efectos nocivos están
madurando todavía. De hecho, muchos adultos que han sufrido
trastornos mentales han sido diagnosticados antes de los 15 años. Todo
esto se debe a que los jóvenes son muy sensibles en esta etapa a la
presión social y se dejan afectar mucho por las opiniones de sus amigos
y compañeros, lo cual los lleva a reaccionar violentamente. El problema
es que en ese momento no han desarrollado las habilidades sociales
necesarias para aprender a aceptar que otros pueden pensar diferente.
Por eso los expertos señalan que es una de las etapas más confusas y
aburridas para un adolescente, y es muy común que sufran fuertes
regaños por su mal comportamiento.

Los psicólogos y psiquiatras recomiendan a los papás enseñarles a sus


hijos a escoger sus amistades. Para ello deben basarse preferiblemente
en que sean personas con los mismos intereses y estilos de vida.
Aunque los padres no deben imponerles los amigos, sí pueden
acompañar ese proceso de cerca para guiarlos y que ellos mismos lo
hagan por su cuenta. También deben instruirlos para que aprendan a
respetar la forma de pensar de los demás y a hacer las paces. Algunos
psicólogos dicen que pueden ser muy útiles la meditación, el ejercicio y
escuchar música para hacer menos traumático este periodo.

15 a 16 años

El deseo de tomar riesgos sin importar las consecuencias está en su pico


más alto a esta edad. Según un estudio realizado por investigadores de
la Universidad de Leiden, en Holanda, las zonas relacionadas con la
recompensa en el cerebro se disparan, por lo cual es muy alta la
respuesta de los jóvenes a la dopamina, neurotransmisor asociado con
los sentimientos de placer y satisfacción. No en vano muchos comienzan
su vida sexual a esta edad y salen más de la casa para irse de fiesta con
sus amigos. Algunos prueban el cigarrillo y toman bebidas alcohólicas.
También muchos quieren aprender a manejar para salir en el carro de
sus papás y sentirse más adultos.

Los expertos dicen que los papás deben permanecer muy atentos en
este periodo para estar lo más cerca posible de los hijos. Esto no quiere
decir que no los dejen salir, pero sí mantener una comunicación abierta
con ellos para que sepan que cada acción tiene su reacción y deben
atenerse a las consecuencias de sus actos. La cercanía de los padres en
esta etapa es esencial, tal y como reveló un estudio publicado en la
revista Developmental Cognitive Neuroscience en el cual se afirmó que
los adolescentes que mantenían buena relación con sus padres a los 15
años tenían menos activa la región del cerebro relacionada con tomar
riesgos.

17 a 18 años

En esta etapa el cerebro ya ha madurado lo suficiente para saber


adaptarse a diferentes situaciones. Los jóvenes ya controlan más sus
acciones, pues saben medir más los riesgos que van a tomar. También
ya logran entender más los sentimientos de los otros y mostrar mayor
empatía. Además, es común que presenten un incremento en el
coeficiente intelectual y que aprendan a resolver problemas y planear
estrategias. Así lo reveló un estudio hecho por investigadores de la
Universidad Sheffield Hallam, en Inglaterra. Sin embargo, varias áreas
del cerebro todavía están en etapa de desarrollo hasta después de los
20 años. Aunque en ese momento los jóvenes ya dejan de ser
adolescentes y cumplen la mayoría de edad, los expertos afirman que
los papás deben seguir guiándolos sin llegar al extremo de
sobreprotegerlos.

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