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El cerebro adolescente
La adolescencia representa uno de los mayores desafíos de la crianza.
Nuevas investigaciones han revelado qué pasa por la cabeza de estos
jóvenes y qué tipo de apoyo deben recibir de sus padres.
11 a 12 años
Aunque cada vez más niños y niñas se desarrollan más temprano, entre
los 11 y 12 años todos se encuentran en la preadolescencia. Según los
estudios, en estos años se puede presentar un declive en el aprendizaje
espacial y algunos tipos de razonamiento, pues las zonas del cerebro
encargadas de la memoria prospectiva, es decir, la que permite recordar
acciones a realizar en el futuro, están apenas madurando. Por eso es
importante que los papás ayuden a sus hijos a organizar su agenda
diaria para que no se les olviden las cosas que deben hacer. Las
aplicaciones para gestión de tareas que se pueden descargar al celular
pueden ser herramientas útiles para este fin.
13 a 14 años
A esta edad los niveles de estrés llegan a un punto muy alto, pues las
partes del cerebro más vulnerables ante sus efectos nocivos están
madurando todavía. De hecho, muchos adultos que han sufrido
trastornos mentales han sido diagnosticados antes de los 15 años. Todo
esto se debe a que los jóvenes son muy sensibles en esta etapa a la
presión social y se dejan afectar mucho por las opiniones de sus amigos
y compañeros, lo cual los lleva a reaccionar violentamente. El problema
es que en ese momento no han desarrollado las habilidades sociales
necesarias para aprender a aceptar que otros pueden pensar diferente.
Por eso los expertos señalan que es una de las etapas más confusas y
aburridas para un adolescente, y es muy común que sufran fuertes
regaños por su mal comportamiento.
15 a 16 años
Los expertos dicen que los papás deben permanecer muy atentos en
este periodo para estar lo más cerca posible de los hijos. Esto no quiere
decir que no los dejen salir, pero sí mantener una comunicación abierta
con ellos para que sepan que cada acción tiene su reacción y deben
atenerse a las consecuencias de sus actos. La cercanía de los padres en
esta etapa es esencial, tal y como reveló un estudio publicado en la
revista Developmental Cognitive Neuroscience en el cual se afirmó que
los adolescentes que mantenían buena relación con sus padres a los 15
años tenían menos activa la región del cerebro relacionada con tomar
riesgos.
17 a 18 años