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1.

- Quizás haya contestado algo así: Liliana podría renovar su mente reconociendo cuál
es su tentación y descartando los catálogos antes de mirarlos. Podría reemplazar las
ganas de comprar cosas por las ganas de aprender principios bíblicos acerca de las
posesiones materiales y desarrollar un plan específico para reducir las deudas de la
familia.

2.- Antonio podría renovar su mente cambiando la hora o lugar en que corre para
evitar una situación que lleve su matrimonio a la ruina. Podría orar para que el Espíritu
Santo le demuestre la manera de fortalecer su matrimonio, dedicando más tiempo a
su esposa, hablando honestamente sobre el asunto y buscando un consejero
matrimonial cristiano que los ayude a pasar por esta experiencia difícil.

3.- Luis podría renovar su mente pidiéndole al Espíritu Santo que lo ayude a leer la
Biblia para aprender las razones por las cuales debemos testificar. Mientras lee
Filipenses 2:5-8, podría dejar que la mente de Cristo le enseñara cómo ser humilde.

¿Quién Es Usted?
Ahora evaluémonos nuestra propia vida. ¿Somos una persona natural con su espíritu
muerto? ¿Tenemos el control de nuestros sentidos físicos y de nuestros deseos
naturales?
¿Somos cristianos carnales que hemos permitido que Cristo entre en nuestras vidas,
pero siguimos dominado por los deseos de la carne? ¿Acaso todavía nos domina el
gran “YO”?

¿O, somos cristianos espirituales que hemos sido crucificado con Cristo y estamos
controlado por el Espíritu?

Debemos Abrir la puerta al Espíritu de Dios pidiéndole que nos llene (Efesios 5:18).
Cierre la puerta de la carne a Satanás, confesando sus pecados y señalando que su
carne está crucificada con Cristo (Gálatas 5:24).
Renueve su mente saturándola en la Palabra de Dios (Romanos 12:2; 2 Timoteo 3:16,
17).
Permita que el Espíritu Santo domine nuestras emociones produciendo el fruto del
Espíritu en nuestras vidas (Gálatas 5:22, 23). Fruto del espíritu es: amor, gozo, paz,
bondad fe, paciencia y mucho mas

Ame al Señor su Dios con todo su corazón, y con toda su alma, y con toda su mente, y
con todas sus fuerzas (Marcos 12:30).

REEMPLACE LOS VIEJOS PENSAMIENTOS


PORQUE CUAL ES SU PENSAMIENTO EN SU CORAZON, TAL ES ÉL PROVERBIOS 23:

Este versículo nos confirma que somos lo que pensamos. Hablamos, sentimos y
actuamos conforme nuestros pensamientos
La Biblia es clara y nos enseña qué pensamientos deben ocupar nuestra mente.
Solamente lo verdadero, honesto, puro, justo y amable debe tener espacio en
nosotros. Porque si pensamos en algo injusto seremos injustos, por el contrario, si
pensamos honestamente seremos honestos

Para pensar bien


Romanos 8:5 dice: Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero
los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.
Los pensamientos tienen que ver con la presencia o ausencia del Espíritu.
Entreguemos nuestro cuerpo y mente al Señor para ser una persona que piensa y vive
por Él y no por la carne.
En el siguiente escrito nos enfocaremos en algunas cualidades que hay en nuestra
vida cuando tenemos La Mente de CRISTO – el orden en el cual están colocadas no
indica que una sea más importante que la otra:
1- Cuando tenemos La Mente de CRISTO sabemos cómo reaccionar ante pruebas y
tentaciones.
2- Cuando tenemos La Mente de CRISTO somos prudentes al hablar.
3- Cuando tenemos La Mente de CRISTO estamos conscientes de que todo tesoro
terrenal es pasajero, por lo tanto no nos aferramos a las cosas terrenales.
4- Cuando tenemos La Mente de CRISTO nos cuidamos a la hora de juzgar a los
demás – antes de condenar pedimos misericordia, en vez de murmurar a nuestro
prójimo oramos por él/ella.
5- Cuando tenemos La Mente de CRISTO sabemos que por nuestros frutos nos
conocerán, por lo tanto cuidamos nuestro testimonio.
6- Cuando tenemos La Mente de CRISTO tememos a DIOS.
7- Cuando tenemos La Mente de CRISTO estamos conscientes de que somos templo
del Espíritu Santo, por lo tanto procuramos no contaminarnos.
8- Cuando tenemos La Mente de CRISTO procuramos ser el menor entre nuestros
hermanos – porque sabemos que aquel que se humilla será exaltado.
9- Cuando tenemos La Mente de CRISTO sabemos que debemos levantar a nuestro
hermano cuando éste se encuentre en el suelo.
10- Cuando tenemos La Mente de CRISTO estamos conscientes de que debemos de
amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos – porque él que no ama no ha
conocido a DIOS, porque DIOS es Amor.
11- Cuando tenemos La Mente de CRISTO sabemos que DIOS tiene El Control de todas
las cosas, por lo tanto estamos tranquilos.
12- Cuando tenemos La Mente de CRISTO sabemos que DIOS pelea por nosotros, por
lo tanto descansamos en ÉL.
13- Cuando tenemos La Mente de CRISTO sabemos que no estamos solos porque DIOS
nunca nos ha abandonado ni nos abandonará.
14- Cuando tenemos La Mente de CRISTO sabemos que La Oración es vital para estar
en contacto con DIOS.
15- Cuando tenemos La Mente de CRISTO sabemos que La Gran Comisión es un deber
que debemos acatar de todo corazón.
16- Cuando tenemos La Mente de CRISTO sabemos que sin Fe es imposible agradar a
DIOS, le creemos a DIOS aunque parezca ser lógicamente equivocado, ya que nosotros
no vivimos por lógica sino por Fe.
17- Cuando tenemos La Mente de CRISTO sabemos que tenemos Autoridad sobre los
demonios, enfermedades y cualquier dificultad que se pueda presentar.
18- Cuando tenemos La Mente de CRISTO atendemos al necesitado.
19- Cuando tenemos La Mente de CRISTO amamos La Verdad y rechazamos La
Mentira.
20- Cuando tenemos La Mente de CRISTO no estamos afanados ni ansiosos.
21- Cuando tenemos La Mente de CRISTO nos interesa más servir que ser servidos.
22- Cuando tenemos La Mente de CRISTO nos preocupamos por unir y no por dividir.
23- Cuando tenemos La Mente de CRISTO sabemos que el mundo no nos entenderá
porque no vivimos conforme a sus principios.
24- Cuando tenemos La Mente de CRISTO nos parecemos a ÉL.
Estas son algunas de las cualidades que poseemos al tener La Mente de CRISTO.

GENESIS 50:15-21
La promesa de José a sus hermanos
15 Al reflexionar sobre la muerte de su padre, los hermanos de José concluyeron: «Tal
vez José nos guarde rencor, y ahora quiera vengarse de todo el mal que le
hicimos.» 16 Por eso le mandaron a decir: «Antes de morir tu padre, dejó estas
instrucciones: 17 “Díganle a José que perdone, por favor, la terrible maldad que sus
hermanos cometieron contra él.” Así que, por favor, perdona la maldad de los siervos
del Dios de tu padre.»
Cuando José escuchó estas palabras, se echó a llorar. 18 Luego sus hermanos se
presentaron ante José, se inclinaron delante de él y le dijeron:
—Aquí nos tienes; somos tus esclavos.
19 —No tengan miedo—les contestó José—. ¿Puedo acaso tomar el lugar de Dios? 20 Es
verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para
lograr lo que hoy estamos viendo: salvar la vida de mucha gente. 21 Así que, ¡no tengan
miedo! Yo cuidaré de ustedes y de sus hijos.
Y así, con el corazón en la mano, José los reconfortó.

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