Kovaliov, Serguei I. - Historia de Roma. Tomo 3 (1959) PDF

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S. I. KOVALIOV HISTORIA DE ROMA Ill EL IMPERIO EDITORIAL FUTURO / a3¢ J K 22h, S. I. KOVALIOV Traduccién del italiano de Marceto Ravontr ‘HISTORIA DE ROMA, Tomo III. - El Imperio EDITORIAL FUTURO 6. R. L., 1959 ‘Hecho el depésito que marca la ley 11.723 Iwpreso EN LA ARGENTINA EDITORIAL FUTURO S$. R, L, BUENOS AIRES Capiruto I lODOS Y FUENTES DE LA HISTORIA DEL IMPERIO , Subdivisién en periodos de la historia del Imperio.—La ae del Imperio se puede subdividir en los siguientes lodos: I, Principado de Augusto (80 a.C.-14 d.C.), Periodo de eaccién y de perfeccionamiento de la organizacién imperial. II. Perfodo del régimen terrorista y su fin (14-69) , Periodo del gobierno de los emperadores de la estirpe Julia-Claudia. \umento de la oposicién republicana y lucha contra ella con inétodos terroristas. Guerra civil del 68-69. _ III. Apogeo del Imperio (69-161). Gobierno de los Fla- og y de los primeros Antoninos. Extensién de la base social de la autoridad imperial y su consolidacién, IV. Crisis del Imperio (161-284). Gobierno de los tiltimos \ntoninos y su fin, Guerra civil del 193. Gobierno de los Severos y tentativa de detener la crisis con la militarizacion del Imperio. Crisis general del Imperio del siglo m. __ V..Epoca de Diocleciano y Constantino (284-337), Debili- iento momentdnco de la crisis. Perfudo de la monarquia bsoluta burocrdtico-militar. VI. Caida del Imperio (fin del siglo 1v-fin del siglo v). ucién de los esclavos e invasién de los barbaros, Fuentes literarias de la historia del Imperio.— Los diferen- tes pea de Ia historia del Imperio estan documentados por las fuentes literarias con gran disparidad. La época ‘del primer _Imperio (siglo 1) es la més ampliamente ilustrada. Entre los itores que ya conocemos, escribieron sobre esta época Plutar- ia (en las biografias de los emperadores Galba y Otén) , Dién Casio (desde el libro 52° hasta el 679; de los cuales nos han 8 Ss. lL KOVALIOV legado los que van del 619 al 679 en Ios extractos de Jifilino) y Suetonio (biografias de Augusto, Tiberio, Cayo Caligula, Claudio, Nerén, Galba, Otén, Vitelio, Vespasiano, Tito y Domiciano) . Al mismo periodo se refiere también Ticito, el mas grande historiador romano, cuya obra constituye una fuente literaria de fundamental importancia. Publio! Cornelio Tacito (apro- ximadamente 55-120) provenia de una familia de caballeros italos bastante rica y habia recibido una magnifica educacién. Habia iniciado la carrera bajo los Flavios: en el 88 fué pretor, en el 97 cénsul con Nerva. Algunas veces tuvo también cargos importantes en las provincias. Parece ser que murié en los primeros afios del imperio de Adriano. La primera obra literaria de Tacito fué el Didlogo sobre los oradores (alrededor del 81), en el que razonaba sobre las causas de la decadencia de la oratoria en Roma. Tacito pensa- ba que estas causas debian buscarse en la falta de libertad de la vida politica bajo los emperadores, Quince afios después, Tacito escribia la biografia de su suegro, Vida de Agricola, obra que contiene datos interesantes sobre Britania. El largo intervalo entre la primera y la segunda obra se explica por el hecho de que, durante el gobierno de Domiciano, no habia posibilidad alguna de libre creacidn literaria, Casi contempo- raneamente a la Vida de Agricola, aparecié una de las obras mas importantes de Tacito, Germania, breve compendio de nociones geograficas y etnogrdficas que contenia la descripcién del pais y de las costumbres de las tribus germanas. Este estu- dio de Tacito constituye la fuente principal para la historia antigua de aquellos pueblos. Es poco probable que haya sido escrito en base al conocimiento personal del pais y de sus habitantes por parte del autor. Lo mds seguro es que los datos de Ticito se basen en producciones literarias y descripciones de personas que habian pasado algtin tiempo en Germania. Cuando Tacito empezé a trabajar sobre sus obras mayores (Las Historias y Los Anales), era ya un escritor maduro y posefa ademds una gran experiencia en la funcién publica. Las Historias fueron escritas probablemente entre el 105 y el 109. En su edicién original comprendian 12 libros y abrazaban 1 El nombre propio de Tacito no esta establecido con precisién. En el més antiguo manuscrito mediceo de sus Anales es Hamado Publio, HISTORIA DE ROMA 9 periodo desde el 68 al 96, es decir desde la muerte de Nerén sta el asesinato de Domiciano. Hasta nosotros sélo han llega- } los primeros 4 libros y parte del 5%. Los Anales, escritos ledor de los afios 115 al 117, se subdividian, segiin parece, 18 libros, de los que nos han llegado los primeros 4, frag- entos del V, y el VI, mas o menos la mitad del XI, el XII, el JIT, el XIV, el XV y la primera mitad del XVI. En Los nales se exponen los acontecimientos desde la muerte de uugusto hasta la de Nerén (14-68). De modo que las dos obras rincipales de Tacito dan un cuadro completo de la historia : ana de casi todo el siglo 1 y constituyen también, en su @stado actual, una fuente excepcionalmente valiosa para la historia de los primeros tiempos del Imperio. Tacito fué el mds grande de los historiadores romanos, y uno de los mds eminentes historiadores antiguos en general. Pero habra que convenir que no se lo puede poner al mismo nivel que Tucidides 0 Polibio: no tiene la objetividad de los ‘andes historiadores griegos, no posee la capacidad de descu- ie Jas causas fundamentales de los hechos histéricos; en realidad, demuestra no tener ninguna concepcién de la histo- tia. Fué sobre todo un artista: en este sentido, es el tipico representante de la historiografia antigua que, salvo poquisi- mas excepciones, fué mds un arte literario que una ciencia. Tacito fué un gran psicélogo. Si nos fuera permitido hablar de una cierta concepcidén “metodoldgica” suya, ésta consiste en su individualismo psicoldgico: la personalidad con su particular psicologia es para Ticito el principal impulso de la Historia. Y Tacito, con toda la fuerza de su talento artistico, se dedicdé a la descripcién de las personalidades histéricas. En sus obras principales el historiador romano dié un cuadro vibrante de dramatismo de la degeneracién del princi- pado de Augusto en la sanguinaria tirania de sus sucesores. Descripto con un estilo conciso pero sin embargo extraordina- riamente expresivo, pleno de vivos ejemplos, este cuadro tuvo una influencia decisiva sobre todo el desarrollo posterior de la historiografia dedicada al siglo 1 del Imperio. Las figuras creadas por Ticito se hicieron tradicionales tanto en la ciencia como en el arte mundiales, y cualquier tentativa de corregirlas, de dar a las figuras y a la actividad de los primeros emperado- res romanos rasgos distintos, ha sido vano hasta el dia de hoy. 10 S. I. KOVALIOV ¢Hasta qué punto el cuadro descripto por Tacito corres- ponde a la realidad? Si nos referimos a los hechos no podemos acusar al historiador de falsificaciones conscientes, Tacito sabta muy bien que el primer deber del historiador consistia en la reconstruccién prolija y cuidadosa de la realidad de los hechos en favor de la realidad objetiva. Se sirvié largamente de todo el material literario de fines de la Republica y comienzos del Imperio: obras histéricas, memorias, libelos, discursos, etc. Es indudable que pudo consultar importantes documentos oficia- les. Ademds pertenecia a la alta burocracia imperial, estaba al corriente de la politica del momento y no carecia de los cono- cimientos militares y politicos que son indispensables para el historiador. En efecto, en los casos en que tenemos la posibilidad de controlar la exposicién de Técito con fuentes literarias parale- las (Plutarco, Dién Casio, Suetonio, etc.) 0 con documentos, constatamos que no podemos hacerle ningtin reproche por alteracién de los hechos. Las cosas son distintas si consideramos su modo de reagru- par e interpretar los hechos. Tcito era partidario de la repti- blica aristocrtica: sus simpatias hacia esa forma de gobierno no se resentian ni siquiera por el hecho de que comprendia la inevitabilidad del advenimiento de la monarquia. Seguia siendo un inconsolable republicano. Odiaba particularmente la forma despética que la monarquia habia tomado con los suce- sores de Augusto. De ahi la prevencién del historiador en la presentacién del gobierno de los emperadores de las dos dinas- tfas. No altera los hechos, pero los selecciona y los agrupa unilateralmente. El arbitrio, las violencias sanguinarias, la refinada depravacién estén mostradas a la luz, mientras que la actividad positiva de los emperadores la deja tendenciosa- mente en las sombras. A esto debe agregarse el pathos’ de moralista que condena severamente el vicio, y el talento del gran artista en busca de conflictos y contrastes dramaticos. Como consecuencia de todas estas caracteristicas en la obra de Tacito, la representacién que nos da de la actividad de Tiberio, Cayo César (Caligula), Claudio, Nerén y Domiciano exige correcciones sustanciales. No sélo a priori resulta impo- sible creer que el Estado romano haya podido resistir muchos afios dominado por locos, sino que los hechos (muchas veces HISTORIA DE ROMA uy ignados por el propio Tacito) demuestran lo contrario, lo que hablan de muchas medidas inteligentes tomadas por personas cuyo lugar debié haber sido el manicomio, ;cémo fa esto ser posible? Evidentemente, el gran historiador ano fué demasiado subjetivo. Pero, como ya hemos dicho antes, “corregir” a Tacito no facil. Especialmente, porque la segunda fuente principal ra la historia del siglo 1, las biografias de Suetonio, nos da sustancia el mismo cuadro de crimenes irracionales y de wuinaria depravacién de los emperadores. Los motivos que pulsaron a Suetonio son totalmente distintos: si Tacito, al describir la evolucién de la autocracia de Augusto hacia el despotismo, expresaba las ideas de la oposicién republicana, Suetonio no se inspiraba en absoluto en tan altos fines. El autor de las Vidas de los doce Césares es antes que nada un ‘Narrador ameno (ver tomo II, pag. 165) , el aspecto politico de Tas cosas no le interesa para nada. Acepta el imperio en su conjunto, y las biografias sélo son para él una reunién de relatos y anécdotas amenas, Cuanto mds picantes eran esas anécdotas, mds gustaban al publico. De ahi la tendencia a detalles pornogrificos, a la descripcién de perversiones y exce- $0$ sanguinarios. Ciertamente también Ja obra de Suetonio contiene mucho material precioso; pero no puede proporcio- narnos ninguna nueva luz y ningtin nuevo juicio critico sobre Ja época que tratamos. La tercera fuente literaria, Dién Casio, carece de origina- lidad porque toma sus informaciones sobre todo de Tacito y de Suetonio. Lo mismo hay que decir de la mayorfa de los escritores de segundo Plano de la ultima ¢poca del Imperio, eseritores que ya hcmos rccordado en la parte I: Eutropio, Aurelio Victor y Orosio. Excepcion a la regla es, en cierto modo, Cayo Velayo Patérculo (ver tomo I, pag. 165). Oficial en tiempos de Tiberio, en la ultima parte de §u obra se deticne especialmente en el gobierno de este monarca. Su expo- ficién adquiere en este punto un tono de panegirico que habria podido servir de correlativo a Ja tradicién de Tacito si Velayo no hubiera caido en el cxtremo opuesto, En Valerio Maximo (ver pig. 34 del tomo I). Ja adulacién del cortesano a Tiberio aparece atin mas evidente. Muchos datos preciosos para la historia del primer imperio se encuentran también en el escritor hebreo Josefo Flavio (mas o menos 37-100) . A él pertenecen 4 obras que han Hegado bay Ss. lL KOVALIOV hasta nosotros escritas en lengua griega: Historia de la guerra judaica (en 7 libros), Antigiiedades judaicas (en 20 libros), Contra Apidn y Awtobiografia. La més interesante para la his. toria de Roma es la Historia de la Guerra Judaica que contiene la historia de la rebelién en Judea de los aiios 66-70. Durante el curso de la rebelidn, Josefo tuvo por cierto tiempo una funcién directiva, y por lo mismo estaba bien informado sobre los acontecimientos. Es cierto que su posicién prorromana y la tendencia a presentar sus propias acciones del modo mds ven- tajoso Io hacen en gran parte subjetivo; pero con todo, la obra es una buena fuente. También en las obras de Josefo hay mu- chas indicaciones valiosas referentes a la historia romana. Entre los escritores de caracter no histérico presentan gran interés para la historia de los primeros tiempos del Imperio las obras de Plinio el Joven, amigo de Tacito. Cayo Plinio Cecilio Segundo el Joven eta sobrino e hijo adoptivo del famoso sabio Plinio el Viejo, muerto durante la erupcién del Vesubio del 24 de agosto del 79. Durante el imperio de Traja- no, Plinio el Joven gozé de una gran influencia y ocupé varios puestos importantes: en el 100 fué cénsul, del 111 al 113 gober- né las provincias de Bitinia y el Ponto, De sus escritos nos han llegado las Cartas a los amigos y al propio emperador, y el Panegirico de Trajano. Las primeras son de gran valor histé- rico, el segundo es de menor interés, valido sélo como ejemplo de la literatura cortesana de adulacién. Las obras cientificas y técnicas de los primeros tiempos del Imperio no sdlo proporcionan abundante material para la historia de la ciencia y la técnica romana; contienen también datos interesantes para la historia en general. Entre ellas pode- mos sefialar la obra de Vitruvio Sobre la arguitectura, la Historia Natural de Plinio el Viejo, el escrito sobre los acue- ductos de Frontino®, Las relaciones agrarias y Ia técnica agri- cola del siglo 1 d.C. estan magnificamente descriptas en el De re rustica de Columela 3. : Los numerosos escritos de Séneca sobre temas filoséficos- morales proporcionan también un éptimo material para conocer las caracteristicas de la época. Lo mismo puede decirse, con 2 Ya hemos recordado Tomo HU, pig. 11 Estratagemas de guerra de Frontino. 8 Su nombre completo es Lucio Junio Moderado Columela. HISTORIA DE ROMA 13 raz6n, de la literatura artistica de la época de Augusto sus sucesores. En las producciones de Horacio, Ovidio, onio, Lucano, Marcial, Juvenal y muchos otros, la vida, | Costumbres, los sentimientos politicos y morales de los ‘$08 estratos de la sociedad romana estan bien reflejados. Como puede verse, el siglo 1 del Imperio no carece de tes literarias. Pero en esto las cosas no estén tan bien ido se trata de los siglos u y ur. La fuente principal para periodo es una gran recopilacién de biografias de empera- es, desde Adriano hasta Numeriano (117-284) , conocida m el titulo de Scriptores Historiae Augustae (Escritores de | historia de los Augustos). Las biografias pertenecen a dis- tos autores, y en la obra se indican seis: Elio Esparciano, lio Capitolino, Vulcacio Galicano, Elio Lampridio, Trebelio Polién y Flavio Vopisco. De estos autores no sabemos nada por tras fuentes, lo que nos hace pensar que son personajes inven- tados, y que toda la recopilacién no es sino una grandiosa falsificacién. Varias hipdtesis generales se han propuesto sobre sta obra. Lo mds probable es que haya sido compuesta a prin- ¢ipios del siglo 1v en tiempos de Diocleciano y Constantino, y que a fines del mismo siglo haya sido reelaborada. Independientemente de su origen, la recopilacién es de poco valor (son un poco mejores las primeras biografias, las que van hasta Caracalla). Sus autores no demuestran tener ningun sentido de lo histérico: los hechos importantes se ierden en un farrago de absurdos inimaginables y de enormes lutilezas. Lo peor es que en las biografias se han introducido intencionalmente hechos falsos. Son falsos, especialmente, casi todos los documentos (por ejemplo las cartas de los em- peradores) . Pero por suerte poseemos, para los siglos my m1, otras fuen- tes literarias que, aunque sea en parte, pueden compensar el escaso valor de los Scriptores. En primer lugar, la produccién de Herodiano, escritor de origen sitio (aproximadamente 170- 240) titulada Ocho libros de historia desde la muerte del _divino Marco. La obra, escrita en griego, abraza el periodo desde Ja muerte de Marco Aurelio hasta la de Maximino (180- 238) . Aunque Herodiano es retérico y superficial, proporciona, sin embargo, valiosas informaciones. 5 En el siglo 1v vivid el ultimo gran historiador romano, Amia- “no Marcelino, natural de Antioquia (nacido alrededor del 14 SL KOVALIOV 330). Era funcionario imperial y estaba en relaciones amisto- sas con el emperador Juliano, en cuyas expediciones tomé parte. A él le pertenece una gran Historia en 31 libros, que abraza el periodo desde Nerva hasta la muerte de Valente (96-378) . De ella sdlo nos han quedado los ultimos 18 libros (desde el 149 al 31%) que abrazan el periodo de tiempo comprendido entre el 352 y el 378. Amiano es sobrio y objetivo y se remite a buenas fuentes. Tiene gran importancia el hecho de que fué muy competente en el arte militar. Son interesantes sus fre- cuentes divagaciones de cardcter geografico y etnografico, tanto mds valiosas por el hecho de que el autor habia recorrido y observado personalmente algunos paises. Sin embargo, el idio- ma de Amiano es muy dificil: es tan rebuscado y enfatico que a veces resulta imposible comprenderlo. Entre los historiadores de segundo plano de los siglos 1v y v, ademas de los ya recordados (Eutropio, Aurelio Victor, Orosio, etc.), podemos seflalar también a Zdsimo, escritor de fines del siglo v, encarnizado ene- migo del cristianismo, Escribié en griego la Nueva historia, en 6 libros que se han conservado casi enteros. En su obra describe sumariamente Jos acontecimientos desde la época de Augusto hasta fines del siglo 1v. El pe- riodo comprendido entre los anos 395-410 (6% y 6 libro) esta expuesto en modo mds detallado. Zésimo tiene la virtud de haberse liberado de la forma retérica, Gon la difusién del cristianismo y con la decadencia del pensamiento histérico de la antigiiedad, desde el siglo mm se difundié ampliamente un tipo particular de produccién histé- rica. Se trata de crénicas universales, que contienen breves sumarios de historia que van desde la creacién del mundo hasta generalmente la época en que vivia el autor. Carentes de valor cientifico, estas crénicas contienen sin embargo indica- ciones sobre hechos que nos son desconocidos, porque sus auto- res se servian de fuentes que no han Ilegado hasta nosotros. Entre estos cronistas corresponde el primer lugar a Sexto Juliano Afri- cano, presbitero en Alejandrfa, que vivid cn el siglo m. A él pertenece un sumario cronolégico de los acontecimientos de la historia universal desde la “creacién del mundo” hasta el 221, en 5 libros, De la crénica de Africano no ha Ilegado hasta nosotros casi nada, pero fue el modelo y la fuente principal para Ja crénica de Eusebio, obispo de Cesarea (apro- ximadamente 260-340) , la llamada Crénica hasta el 325 y para la mayoria de las crénicas bizantinas: Juan Malala (siglo vm). Jorge Amartolo (siglo 1x), Jorge Sincelo (comienzos del siglo 1x), ete. HISTORIA DE ROMA 15 La literatura cristiana y anticristiana4 de fines del Imperio : : y na pe porciona material no sdlo para la historia de la religidn, también para la historia en general. Entre los escritores cristianos recordamos: el mismo Eusebio de Cesarea ademas de la crénica, escribié la Historia de la Iglesia en 10 libros; Tector Lactancio (comienzos del siglo 1v), los “santos padres” Origenes lo 1), Tertuliano (siglos um), Jeronimo (iy-v), etc. numerosa literatura anticristiana nos ha Iegado, naturalmente, en iciones peores, y pocas veces se encuentran algunas noticias sobre ella | través de las citas de sus enemigos, los apologistas del cristianismo, De literatura se destacan las obras de Celso (siglo 1), de Porfirio (si- am) y del rector Libanio (siglo tv). La literatura cientifica del siglo 1 esta representada por el 1080 Sistema astrondmico (llamado luego Almagesto) del ‘lejandrino Claudio Tolomeo, claramente sintomatico de la Wecadencia del pensamiento cientifico, y por numerosas obras de medicina de Claudio, médico de corte del emperador Comodo, La filosofia de los ultimos siglos del Imperio pierde cada Yez mas su espiritu cientifico y se trasforma en ética y religion. Los Recuerdos de Marco Aurelio son el ejemplo clasico del ultimo estoicismo y un hermoso testimonio de los sentimientos sociales de la segunda mitad del siglo 1. Las obras de los neo- Platénicos (Plotino, Porfirio, Jamblico y otros) pueden ser también utilizadas como fuentes histéricas no sélo para la historia de la religién y de la filosofia de los siglos mm y 1v. La rica literatura juridica del periodo final del Imperio esta Tepresentada por pocas obras totalmente conservadas y por numerosos fragmentos de los grandes juristas de los siglos m y mt: Gayo (Instituciones, manual de derecho), Papiniano, Do- micio Ulpiano, Julio Paulo, etc. Mas adelante hablaremos de Jas recopilaciones de leyes del periodo imperial. La literatura artistica de fines del Imperio fué un fiel “@spejo de las relaciones sociales de su época. Las satiras de Luciano, ese “Voltaire de la antigiiedad clasica”, seguin la expresion de Engels, y la novela filosdfica de Apuleyo El asno de oro son un precioso material de estudio para el siglo m1. En el poeta Ausonio encontramos una cantidad de hechos inte- 4 De las fuentes para la historia del cristianismo primitive hablare- thos especialmente en el capitulo x1v. 16 S. I. KOVALIOV resantes para la historia de la cultura de Galia en el siglo 1. La misma importancia para la Galia del siglo v tienen las cartas y los versos de Sidonio Apolinario. Las obras del ilustre poeta alejandrino Claudiano (fines del siglo rv) contienen una rica materia para la historia general de su tiempo. Fuentes originales. — Hasta aqui las fuentes literarias, en el mds amplio sentido de la expresién, para la historia del Impe- rio, Veamos ahora cual es el material documental, es decir las fuentes originales. Con respecto al periodo republicano, este material se presenta mucho mas rico. Las recopilaciones de leyes de los emperadores bizantinos Teodosio Il (primera mitad del siglo v) y Justiniano (primera mitad del siglo vr) representan un sumario de precioso mate- rial juridico de la época imperial. La gran mayorja de las inscripciones (latinas y griegas) , esa categoria basica de fuentes originales para la historia ro- mana, pertenece justamente a la ¢poca imperial. Tenemos inscripciones como el famoso monumentum Ancyranum del que ya hemos hablado en la pagina 166 del volumen II, leyes imperiales, edictos, decretos, cartas, diplomas militares (decre- tos de baja) , decretos senatoriales, inscripciones de municipios, de colegios, y una cantidad de inscripciones privadas (sobre las tumbas, sobre los edificios, sobre los objetos, etc.) . Un importante material documental se puede encontrar también en los papiros egipcios de la época imperial. Por ejemplo, hasta nosotros ha Iegado transcripto en un papiro ° (aunque muy dafiado) el famoso edicto del emperador Cara- calla del 212 (constitutio Antoniniana) sobre la concesién de los derechos de ciudadania a todos los habitantes libres del Imperio. Sobre las monedas romanas se puede decir todo lo que hemos dicho de las inscripciones, es decir que las de la ¢poca imperial son inmensamente mds numerosas que las de los periodos mas antiguos. Las monedas constituyen. una fuente original muy importante. Por medio de ellas podemos estable- cer los nombres y Ios titulos de los distintos emperadores o de los usurpadores de la autoridad imperial, como asi también sus efigies. La llamada iconografia de la época imperial tiene su fuente principal en las monedas. Finalmente, el cardcter del cufio de Ia moneda y el porcentaje de metales nobles que HISTORIA DE ROMA 17 mos permiten extraer conclusiones sobre el estado de la econom{a, de la técnica y de la cultura de la 4 que pertenece determinado grupo de monedas. Numerosos restos arqueolégicos de la época imperial jan las fuentes escritas y en algunos casos son la winica de informacién referente a periodos enteros de la histo- la civilizacién. Las excavaciones de Pompeya nos han ionado un valioso material, que caracteriza la vida de pequefia ciudad itdlica en la segunda mitad del siglo 1. s columnas de Trajano y de Marco Aurelio, que aun se en Roma, se representan escenas que ilustran sobre el militar de los romanos en el siglo 1. Las excavaciones en provincias romanas, Africa, Galia, Germania, Sicilia, Asia r, etc., nos revelan los ultimos restos del sistema romano siglos 1 y 11, que se encaminaba ya hacia el derrumbe. Capiruio I EL PRINCIPADO DE AUGUSTO Formacién juridica del poder de Octaviano.—Las lineas de la formacién juridica del poder de Octaviano habian sido indicadas ya por sus dos predecesores, Sila y César. Sin embargo, el cauto Octaviano habia comprendido la leccién de los idus de marzo del 44 y traté de dar a su poder una forma mas “constitucional”, manteniendo en la organizacién estatal, den- tro de lo posible, elementos republicanos, La Republica siguidé existiendo formalmente y Octaviano no manifest ninguna ten- dencia monarquica. El sistema que se concreté bajo su poder, conocido con el nombre de “principado”, pasd a través de una lenta formacion, Representa el fruto de la voluntad conciente del emperador, pero igualmente el resultado de Jas circunstancias y de una real relacién de fuerzas. Clave de su comienzo fué la ley de Publio Ticio, del 43, por la que se concedian a los triunviros poderes ilimitados por 5 afios. Después del acuerdo de Tarento €sos poderes habian sido prorrogados hasta el $1 de diciembre del 33. Por eso el primero de enero del 32 los poderes dictato- riales de Octaviano y de Antonio cesaban juridicamente. Sin embargo ellos no habjan renunciado, y en el 32 Octaviano continuaba todavia haci¢ndose Hamar “triunviro”. En rigor de verdad, esto constituia una usurpacién y se hacia necesario legalizarla de cualquier modo. Un sistema de legalizacién habia sido el juramento que en el $2 tanto Antonio como Octaviano habian pedido a sus propias tropas. La muerte de Antonio el 19 de agosto del 30 habia converti- do a Octayiano, de hecho, en el tinico jefe absoluto de Roma y de todos sus dominios; pero juridicamente su posicién no HISTORIA DE ROMA 19 imbiado en Jo mds minimo, Ya hemos recordado que | 86, después de la victoria sobre Sexto Pompeyo, Octa- bia sido investido del poder de tribuno por vida. En nado Je confirmé estos poderes y los amplid, 1 29 Octaviano regress a Roma y celebré un gran En esa ocasidn el titulo de “emperador”, que usaba uicla algunos afios, pero no oficialmente, le fué atribui- 1 y se trasformd, como habia sucedido con Gésar, en personal (praenomen). En el 28 Octaviano fué elegido junto con Agripa (era su sexto consulado) y en el mis- los cénsules efectuaron el censo general de todos los nos ® (que no habia sido hecho desde el 70) con moti- | cual se realiz6 una “depuracidn” del senado. El mimero dores, que en los ultimos afios habia crecido hasta 1.000, licido a 800. El nombre de Octaviano fué puesto a la de la lista y de ese modo se convirtié en el princeps fin el 13 de enero del 27 se representé el ultimo acto: ino declaré al senado y a la asamblea popular que aba a los poderes de “triunviro” y anuncié la “restau- de la Republica. El senado, reconocido, le confirid tres | después el sobrenombre honorifico de “Augusto”® y le itd otros altos honores 7, jpuds de este hecho, zcudles eran los derechos formales quedaban al jefe de estado? Con la autoridad tribunicia vida mantenja, en toda su plenitud, la potestas civil 8. 0 de consul que Augusto ocupé durante algunos afios tiyos, junto con el imperium personal, le daba la auto- militar. Finalmente, en su calidad de primer cénsul de toda la autoridad moral (auctoristas) del jefe de la ta instancia del Estado. ud representaba este sistema? Augusto mismo, para escon- Ta esencia monarquica de su poder, prefirié Hamarse “pri- Tos cénsules procedian asi en base a una disposicién especial que feria poderes censoriales. ligustus=sagrado, alto, majestuoso (de augeo). destaca entre ellos que el mes “sextil” fué Namado augustus Potestad tribunicia de Augusto era considerada mayor (potestas fon respecto a la de otros tribunos. 20 Ss. I. KOVALIOV mer ciudadano del Estado” (princeps civitatis). Esta denomina- cién no fué inventada por él; ya la habian usado Cicerén y otros contempordneos refiriéndose a Pompeyo y a César para indicar su funcién directiva en el Estado, Augusto sanciond el término: “principado” empezé a Iamarse definitivamente el sistema de organizacién estatal romana que se formé bajo su dominio y que continuéd existiendo bajo sus sucesores, siste- ma en el que una monarquia de hecho estaba cubierta por formas y supervivencias republicanas. Hasta qué punto fué brusca Ja aparicién de estas nuevas formas y hasta qué punto era exteriormente complejo y confu- so el sistema, queda demostrado por la famosa divisién de las provincias en imperiales y senatoriales. Renunciando a los poderes de triunviro, Augusto habia también renunciado a su autoridad en las provincias. Sin embargo, después de mu- chas insistencias, consintié en mantener durante 10 ajfios® el poder de procénsul en tres provincias: Siria, Espafia y Galia, a las que se agregaba de hecho Fgipto, que desde el 30 era considerado su dominio personal. En las otras provincias habia sido restaurado de nueyo el viejo gobierno senatorial por medio de procénsules republicanos, También la administra- cién del tesoro estatal (erario) habia sido devuelta al senado Yy @ sus cuestores, mientras que para las tres provincias men- cionadas y para Egipto se creé una organizacién financiera independiente, administrada directamente por agentes de Au- gusto. La caja imperial fué denomidada “fisco” (fiscus). Este paralelismo de poderes dié pie a Mommsen para Ila- mar a todo el sistema “diarquia”. Como es légico pensar, en los hechos no existia nada semejante, pues los poderes no estaban para nada divididos y se concentraban. todos en las manos del “principe”. Tampoco en el gobierno de las provincias existia, en rigor, ningun dualismo de poder, porque Augusto goberna- ba directamente las zonas de mds importancia militar: Siria y Egipto en Oriente, Galia y Espafia en Occidente. Sin embargo, en lo juridico habia una gran confusidn entre el emperador y los érganos republicanos del poder: la asamblea popular, el senado y las magistraturas. Por este motivo los afios sucesivos 9 Luego este término fué prorrogado varias veces hasta fines del rei- nado de Augusto. HISTORIA DE ROMA 21 notables precisiones en ese aspecto y también dejé Ja aparente diarquia. i definicién exacta de los poderes fué determinada por circunstancias. En el 27 Augusto habia partido para vincias occidentales, donde se detuvo algunos aiios. ) representante suyo en Roma habia dejado a Marco » Mesala Corvino en calidad de prefecto (praefectus ste habfa sido en el pasado un firme republicano y se habia adherido al partido de Augusto. Unos dias de Ja partida del emperador, Mesala habia renunciado , segiin parece justamente a causa de lo indefinido relaciones con los magistrados. el 23 se habia descubierto un complot para atentar la vida de Augusto’. Los conspiradores habian sido eesados y condenados, pero el hecho habia atemorizado al werador, demostrindole que tampoco las apariencias repu- NaS Constituian una defensa segura. ‘Debe agregarse ademas una grave enfermedad que habia tendo al emperador con toda su fuerza el problema de la én y el de 1a consolidacién del principio dindstico (ver adelante) . "Todo esto explica por qué justamente en esos afios se (loptaron varias medidas tendientes a definjr con mayor laridad Ya situacién del principe. Desde el tiempo de su viaje wovincias, Augusto, aprovechandose de los poderes pro- ares, habia organizado una guardia personal de 9 cohor- wetorianas, de 1,000 hombres cada una (cohortes practo- Mt, Después de haber regresado en el 24 a Roma, seguido Jas cohortes pretorianas, habia establecido tres en la misma dad y scis cn las pequefias ciudades de los alrededores. mils, formé en Roma tres cohortes urbanas (cohortes urba- iw) con funciones de policia. De este modo, en Roma y sus Wneabezado por Terencio Varrén Murena y Fanio Cepién, 41 La cohorte pretoriana existia ya en tiempos de la Republica como Hill personal del comandante (pretor). A fines de la Republica el 0 de cohortes habia llegado a tres. Augusto, tomando en conside- el hecho de que sus poderes proconsulares se extendfan sobre tres \nelas, habia actualizado el niimero de cohortes. Los soldados que tuban servicio en éstas, tenfan una situacién de privilegio y eran iuilos “pretorianos” (ver mas adelante). 22 S. I. KOVALIOV alrededores se habia creado un apoyo militar directo para el emperador. El 1° de julio del 23 Augusto renuncié al cargo de cénsul que habfa retenido ininterrumpidamente desde el 31, y desde ese mismo afio empez6 a considerarse su poder tribunicio como una magistratura anual1?, Gon esto se creaba un precedente y también los sucesores de Augusto comenzaron a contar el periodo de su gobierno por los afios del tribunado, Pero atin renunciando al consulado Augusto habia mante- nido una de sus prerrogativas ms sustanciales: el derecho a presentar ante el senado propuestas con prelacién sobre los otros magistrados (jus primae relationis), y al afio siguiente le fué “concedido” también el derecho a convocar el senado y presidirlo, sentindose entre ambos cénsules. Mucho mas importante fué la decisién adoptada por el senado en el 23: el “imperio de Augusto fué reconocido como mayor (imperium maius) respecto al de los demas jefes mili- tares, especialmente al de los procénsules de las provincias senatoriales. De este modo Augusto se convirtié en jefe de toda la administracién provincial..., jla diarquia desaparecié para siempre! El significado del cambio producido entre el afio 24 y el 22 estd completamente claro'*, Por una parte se trataba de un paso mds hacia la “restauracién de la Republica’. Renun- ciando a sus derechos exclusivos al consulado, Augusto lo hacia, al mismo tiempo, accesible a otras personas, mientras que la potestad tribunicia subrayaba el caracter general de su poder. Por otra parte, las reformas se proponian consolidar la autoridad personal del emperador. Ya la eleccién de la potestad tribunicia como forma republicana basica en la que quedaba expresa la autoridad civil de Augusto revela la tendencia a la consolidacién de la autocracia, puesto que segtin las concep- ciones republicanas la potestad tribunicia representaba el més alto poder en relacién con todas las otras magistraturas. Ade- 12 Hay que hacer notar que Augusto, como patricio, no podia juridi- camente ser tribuno de la plebe. Para superar esa dificultad se instituyé un procedimiento segiin el cual Ia potestad tribunicia podia transmitirse del tribuno de Ja plebe investido a otra persona, en este caso Augusto. 18 Algunas de estas medidas fueron, segtin parece, resueltas en los comicios, otras por decretos senatoriales. HISTORIA DE ROMA 23 renunciando para siempre al consulado, Augusto rvado, como hemos visto, una situacién de predo- el senado, y actos como el de declarar la autoridad Augusto superior a cualquier otra, sin hablar de la jen la misma Roma de una guardia permanente para ma del emperador, se dirigian, con toda evidencia, a tendencias autocraticas 14. fonjunto de todas estas circunstancias no deja lugar a WM pesar de la demagédgica afirmacién del principio mano, el resultado fué la consolidacién del principio juico y de la diarquia sélo quedé una férmula despro- le sentido real. ul termind substancialmente la evolucién del principado. @ debe agregar que en el 13 Augusto fué elegido en los pontifice maximo y se convirtié de ese modo en jefe | religién romana. En esencia, gen qué se resumia la base i] del principado? En tres puntos esenciales: la potestad cia, ampliada, hizo de Augusto el jefe de toda la ad- stvicion civil (senado, comicios y magistraturas) ; el im- maius le didé el alto mando de todas las tropas romanas | las provincias; el cargo de pontifice maximo le atribuyé funcidn directiva en el campo religioso. A esto deben nse ademas los varios cargos y poderes extraordinarios de vez en cuando asumia: la vigilancia censorial sobre las y las costumbres” (cura legum et morum), la direccién ibastecimiento de viveres en Roma (cura annonae), la vi- ela sobre los acueductos (cura aquarum ). litica interna de Augusto. —La politica interna de Augus- vo marcada por la restauracién de lo antiguo, cosa que légicamente del espiritu de profunda reaccién que do- 4 toda la sociedad. En su politica interna Augusto fué presentante abierto de esa reaccién. Si bien en los co- de su actividad se mantuvo, como sus predecesores, la plataforma de la soberania del pueblo, durante la juracién de la Reptblica” renuncié a ella, La restau- Wi debia proyectarse muy lejos en el tiempo, de cualquier El derecho formal a la guardia estaba dado por la circunstancia de ee" proconsular de Augusto tenfa un cardcter permanente; wvaba atin hallandose fuera de Roma. Por lo tanto, tenia derecho en Roma la cohors praetoria. 24 Ss, L KOVALIOV modo mds alla de los Gracos. Era necesario restaurar no la Republica democratica de la época de las guerras civiles, sino la vieja Republica aristocratica de los nobles con predominio del senado, con escasa autoridad de los comicios, con su sim- plicidad de vida, sus buenas costumbres, etc. Habia en esto mucho de utopia reaccionaria. Augusto, al igual que Sila, en su tentativa de revitalizar la antigua Rept- blica, cred una nueva monarquia. Pero formalmente se volvié a un régimen senatorial. La autoridzd de los “padres” (pa- trum auctoritas) fué restituida a sus antiguas proporciones. Las decisiones de los comicios, como en los viejos tiempos, debian ser aprobadas por el senado. Al mds alto érgano del Estado se le atribuyé también el derecho, que antes nunca habia tenido, de juzgar a sus propios miembros; un comité especial de altos magistrados y de 15 senadores, tenia la misién de preparar los proyectos de los decretos a presentarse en el senado. Sin embargo, para elevar hasta tal punto la autoridad del senado, Augusto se vid obligado a librarlo de todos los ele- mentos “sospechosos”, En los ultimos decenios de las guerras civiles, comenzando desde Sila, se habia nombrado senadores, como hemos visto, a elementos heterogéneos que por su origen no tenfan derecho a sentarse en la curia. Entre ellos habia oficiales de Sila y de César, libertos, provinciales, etc. El nu- mero de senadores, después de César, superaba a los 1.000. Durante las repetidas “depuraciones” del senado (28, 18 y 8 a. G; 4 y Md. G), que Augusto cumplid gracias a sus po- deres censoriales, el ntimero de miembros del cuerpo fué re- ducido a 600. Paralelamente se produjo la definitiva diferenciacién de la clase senatorial con respecto a las dos restantes. De hecho esta diferenciacién ya existia antes; pero sdlo Augusto le did una forma juridica. Para los senadores se establecié el censo de 1 millén de sextercios. Ademds, para pertenecer a la clase se- natorial era necesario, a mas del censo, haber tenido ante- pasados de, por lo menos, dos generaciones (padre y abuelo) senadores. Los otros ciudadanos, aun cuando alcanzaran el censo establecido para los senadores, eran inscriptos en la cla- se de los caballeros. Para estos ultimos se mantuvo el antiguo censo de 400.000 sextercios. Al orden ecuestre pertenecian también los hijos de HISTORIA DE ROMA 25 wlores hasta tanto no hubieran logrado la primera 4 (cuestura) que les daba la posibilidad de Hegar Tin tiempos de Augusto empez6 también la trans- del orden ecuestre como clase. Junto a los cargos fam ser ocupados por personas de la clase senatorial ai categoria especial de funcionarios, que fué am- con el tiempo y que el emperador elegia solamente halleros: el prefecto de Egipto, el prefecto del pre- _ prefecto del escuadrén antiincendios 16, etc. Esto 1 acercamiento entre los senadores y los caballeros, tirse ambas en categorias de funcionarios, Pero mien- ‘ kenadores cubrian principalmente los viejos cargos re- 08, cl orden ecuestre ocupaba, sobre todo, los nuevos veados por el Imperio7. De modo que los caballeros de ser una categoria de grandes mercaderes, contra- ¥ usureros, como lo fueron durante la Republica, a con- we en una clase de funcionarios imperiales. Este proceso eld con Augusto y se completd en el siglo 1. 10 it las dos clases superiores, Ja senatorial y el orden , existia una tercera que habia conservado el antiguo de “plebe” pero que muy poco tenia de comin con he cle los siglos 1v y v8. Esta tercera clase no era homo- sino que estaba subdividida segin el censo. ‘quel mismo tiempo se iba produciendo un curioso 0 de diferenciacién entre la plebe y una nueva categoria jonarios (la tercera), la de los libertos. Ya en tiempos sto los libertos tuvieron una cierta importancia en la Ntvacién de palacio como agentes financieros (procura- j pero fué luego, con sus sucesores, que adquirieron, yeremos en seguida, una funcién de primer plano. fines de la Republica la cantidad de libertos habia cre- mormemente gracias a la liberacién de numerosos escla- Jus guerras civiles habian determinado la ruina o la des- Pracfectus praetorio—jefe de los pretorianos. fi J cohortes de vigilantes (cohortes vigilum), constitufdas en el afio o 1 Los limites entre ambas categorfas no fueron bien definidos, it También el antiguo patriciado se habia vuelto mas raro, y desde Oetaviano habia concedido el titulo de patricias a algunas familias 26 Ss. I. KOVALIOV truccién de muchas familias ricas y, como consecuencia, la liberacién de sus esclavos (recordemos los Cornelios de Sila) . Augusto luché enérgicamente contra los libertos en nombre de la pureza de la ciudadania romana: en su época los libertos no fueron admitidos en Jas clases altas aunque cumplieran con el censo; tampoco se les autorizé el servicio militar (con excep- cién del servicio en el escuadrén antiincendios) ; a los sena- dores no se les permitié casarse con las hijas de los libertos. El emperador tomé también medidas directas contra el prin- cipio mismo de transformacién de los esclavos en libertos, dictando en el afio 2 a. C. una ley (lex Fufia Caninia) que limitaba Ja liberacién por testamento. Segtin la nueva ley el muimero de esclavos que se podian liberar estaba fijado en un determinado porcentaje de la propiedad del amo. Asi, quien tenia de 8 a 10 tesclavos no podria liberar a mas de la mitad; quien poseia de 10 a 30, no a mas de un tercio; quien tenia de 30 a 100, no mas de un cuarto, y quien tenia de 100 a 500, no mas de un quinto. En general, se prohibia liberar mas de 100 esclavos con un solo testamento; ademas, los esclavos li- berados debian indicarse nominativamente. En el afio 4 d. C. se dié una segunda ley (lex Aelia Sentia) que limitaba el derecho de liberacién por parte de los propie- tarios vivientes. Sdlo el propietario mayor de 20 aitos, y tinica- mente para esclavos con mas de 30, podia decidir por si sdlo la concesidn de la libertad. Si faltaba una de estas condiciones, Ia ley exigia la intervencién de una comisién especial formada por 5 senadores y 5 caballeros 19 que debia decidir si la libe- racién de un esclavo (0 de una grupo de esclavos) respondia verdaderamente a exigencias reales. Habia una categoria de esclavos que, en caso de liberacion, no era admitida por lo general en la ciudadania. Se trataba de aquéllos que habian tenido castigos 0 por parte de los amos © por parte de los dérganos estatales. Se los consideraba “vicia- dos” y en caso de liberacién se encontraban,’ya no en situa- cién de ciudadanos, sino de “stibditos extranjeros” (peregrini dediticti): varias condiciones limitaban su libertad, principal- mente la de vivir a no menos de 100 millas de distancia de Roma. 19 En Roma. En las provincias la comisién debia formarse con 20 ciudadanos romanos. HISTORIA DE ROMA a7 M estas medidas Augusto trataba de detener la fuerte de elementos extranjeros que se iba infiltrando en la iia romana. No sabemos cual fué el resultado, y es bable que haya sido digno de considerar. Siempre ha- jilidades de eludir las leyes, y las circunstancias eco- favorecian el aumento ulterior del fenémeno. Es cier- : habian terminado las guerras civiles, pero también lo en su lugar se habia colocado el régimen de terror de peradores de la casa Julia-Claudia, que destruyeron los la antigua nobleza. La crisis general del sistema es- i, iniciada en tiempos del Imperio, contribuyé también dizacién del fendmeno. Esto esta confirmado indirec- por el aumento del peso especifico de los libertos en ito burocratico imperial, cosa que ya hemos sefialado que hablaremos mas adelante, Y es caracteristico, como | de la época, el hecho de que el mismo Augusto, que luchado contra el fenémeno de la liberacidn, se vid obli- ft aprovechar ampliamente los servicios de los libertos. {tleas la contradiccidén entre las palabras y los hechos, entre fa y Ia prdctica. Gpoca de las guerras civiles habia conocido muchos casos Mitirmscion “jlegal” de hombres libres en esclavos. Con de normalizar las cosas, Augusto inicié mds de una vez ma del sistema carcelario de los esclavos (ergastulos) 6 a gran parte de los que provenian de ciudadanos li- Hin la literatura se recuerdan casos en que el emperador ino a favor de los esclavos.. En general puede decirse le la época de Augusto empezé un cierto mejoramiento situacién de los esclavos, lo que indica —junto a otros "4s la incipiente crisis general del sistema esclavista. politica de Augusto frente a los provinciales fué, por te, la continuacién de la de sus predecesores y en par- de César: confirmé la abolicién del sistema de contra- aura Ia recaudacién de los impuestos directos; los pro- files obtuvieron el derecho a dirigirse directamente al em- ilor para cualquier queja eventual. Por otra parte, Augusto 6 de la politica de César en lo referente a la concesién chos de ciudadania. Si en el periodo de la lucha de los viros por el poder, ambos habfan recurrido ampliamente 28 8. I. KOVALIOV , a la concesién del derecho de ciudadania romana, después de la muerte de Antonio y de la consolidacién de su poder, la politica de Octaviano a este respecto cambid. Seguin las pala- bras de Suetonio*, el emperador, absorbido por la preocupa- cién de mantener pura la sangre del pueblo romano, era muy ayaro en la concesién de derechos de ciudadania. Cosa que, naturalmente, se conformaba a la perfeccién con su politica conservadora. A esta politica se vincula también la lucha de Augusto con- tra la disolucién de las costumbres, en nombre de la antigua simplicidad de vida romana, de la consolidacién de las bases de la familia, etc. La gran acumulacién de riquezas y las con- mociones sociales de la época de las grandes conquistas y de Jas guerras civiles habian destruido definitivamente la familia de las clases elevadas, determinando su desmembramiento que, como ya hemos visto, se habia iniciado desde el siglo u. Las mujeres jévenes preferian no tener hijos y por este motivo habfa disminuido catastréficamente la natalidad. Las familias numerosas se convirtieron en una rareza. Muchos hombres permanecian solteros; las mujeres defacto habian logrado una completa emancipacién; pero casi siempre su libertad sdlo se traducia en libertad de adulterio. El nimero de infidelidades conyugales y de divorcios habia aumentado considerablemente. La frivola poesia de Ovidio y la vasta popularidad de que ésta gozaba en la sociedad son un dato muy caracteristico sobre Ja época. Augusto traté de consolidar la familia y de aumentar la natalidad con rigidas medidas, promulgando en el periodo del 18 a. G. al 9d. C. (no es posible establecer con mayor pre- cisién las fechas) una serie de leyes tendientes a ese fin. Entre ellas debemos sefialar sobre todo la “ley Julia contra el adul- terio” (lex julia de adulteriis coercendis), Modificando las an- tiguas costumbres, esta ley daba, en algunos,casos, al padre de la mujer casada, el derecho de matar a su propia hija junto con el amante; igualmente, el marido ofendido podia, en al- gunas circunstancias, matar al amante de la mujer (pero no a ésta). La novedad sustancial de esta ley consistia en el hecho de que ademds sacaba del ambito familiar todos los casos 20 Biografia de Augusto, 40. HISTORIA DE ROMA 29 para conyertirlos en objeto de proceso publico ante a denunciar a una mujer por adulterio correspondia, en al marido y al padre de la culpable, y luego, pasado el “lus, a cualquier ciudadano de edad superior a los 25 afios; lel marido habia perdonado a la mujer culpable y no se le ella, la denuncia ya no podia tener lugar (salvo en aquellos se demostrara que el marido, al perdonar a la esposa, habia ‘por interés) . eilso en que Ia sentencia reconociese su culpabilidad, dos eran condenados al exilio sobre una pequeiia isla o de la costa itdlica y a la confiscacién de sus bienes. mujer no podia volver a casarse con un hom- los fendmenos de perversion sexual de los hombres que no omiprendidos en Ia categoria del adulterio (adulterium) eran como stuprum y severamente castigados. ley de Augusto sobre el matrimonio (lex Julia de mari- | ardinibus) se dirigia contra el estado nubil y contra la le hijos. En su primera forma presentaba un cardcter muy Infortunadamente, no estamos en condiciones de re- Ja por completo y debemos limitarnos, en muchos a hacer hipdtesis. Segiin la ley decretaba la obligato- tle los matrimonios entre los ciudadanos libres y tam- ‘@ntre los libertos (se exclufa a los senadores) ; quienes | casaban eran castigados; los hombres de 25 a 60 afios y ijeres de 20 a 50 debian estar unidas en matrimonio. sores eran castigados con la privacién del derecho sus propios bienes por testamento* y, si se trataba de , también con la imposicién de una tasa especial igual del valor de sus bienes. anciones eran momentdneas y cesaban en el momento el ciudadano se casaba. El nacimiento de cada nuevo vba a los padres nuevas yentajas. Pero no esta claro si dlidas tendientes a estimular Ia natalidad estaban con- en la lex Julia. severidad de la ley Julia suscité en los altos estratos de i romana una oposicién fortisima, que obligé a Au- Ivo a los parientes inmediatos. 30 Ss. 1. KOVALIOV gusto a ceder en algunos puntos. El resultado fué la emisién, en el 9d. C., de la Mamada “ley de Papio y Popeo” (lex Pa- pia Popaea)®?. Esta segunda redaccién mitigaba por un lado las duras normas de Ia ley primitiva y reforzaba, por el otro, las medi- das tendientes a estimular la matalidad. La ley de Papio y Popeo ampliaba los limites de las relaciones familiares dentro de los cuales se permitia la libertad de testar, prolongaba los plazos en que Ja mujer divorciada o viuda debia encontrar un nuevo marido. Aquéllos que no habian tenido hijos podian transmitir en herencia la mitad de la suma de que habrian dis- puesto en caso contrario. La ley preveia una serie de beneficios para los padres con prole numerosa: los hombres tendrian ventajas de carrera y las mujeres gozarjan de una mayor liber- tad en la disposicién de sus propios bienes y de otras ventajas (el famoso “derecho de los tres hijos’’, jus trium liberorum) . Las medidas del gobierno para sanear la familia no se li- mitaron solamente a la actividad legislativa. En la literatura de la época de Augusto encontramos intensificada la propa- ganda en favor de la vida familiar (Horacio). En general el emperador aproveché ampliamente la influencia de la litera- tura para educar a la sociedad en el sentido que él deseaba. Exaltacién de las bases familiares sélidas, lucha contra el lujo, idealizacién de las antiguas costumbres romanas, todo esto se encuentra en aquella corriente literaria que gozaba de la sim- patia y del apoyo del emperador (Virgilio, Horacio, Tito Livio) . viet También el ejemplo personal debia actuar en ese sentido: Augusto trataba de convertirse, con la simplicidad de su vida, en un ejemplo para las clases altas de la sociedad romana. “Vivid primero cerca del Foro —dice Suetonio— en una casa que per- tenecia antes al orador Calvo, Iuego sobre el Palatino; pero también en- tonces en la modesta casa de Hortensia, Esta casa no aparentaba gran- deza ni Iujo. Los pequefios pérticos eran de piedra de Albano, en las habitaciones no habfa adornos de marmol ni pisos elegantes, Durante mis de 40 afios Augusto vivid, invierno y verano, siempre en el mismo dormitorio... De su mesura en el moblaje y en los implementos do- mésticos puede tenerse nocién ain hoy por los utensilios que han que- dado, la mayor parte de ellos apenas adaptable a habitaciones privadas, 22 De los nombres de los cénsules del afio , Marco Papio Mutilo y Quinto Pompeyo Segundo. HISTORIA DE ROMA $1 que dorm{a sélo sobre camas bajas y simples. Las ropas que lle- jovenian exclusivamente de la produccién doméstica, hechas por , la hermana, la hija o las sobrinas” 23, jué resultado dié la audaz tentativa de Augusto de sanear ostumbres romanas? Si confrontamos los datos del censo 48 a. C. con los del 13 d. C., vemos que en el curso de 40 afios el numero de ciudadanos romanos aumenté de millones‘, Este aumento, pequefio en si mismo, puede icarse facilmente con la cesacién de las guerras civiles y tablecimiento de las condiciones normales de vida. Es ) probable que la politica demografica de Augusto haya po- ‘influir seriamente sobre la dinamica de la poblacidn, mils que esta politica afectaba s6lo a las clases altas, que stitufan un pequefio porcentaje de la poblacién romana. jue agregar que para estas categorias siempre era po- @ eludir la ley por medio de matrimonios ficticios, adop- lo hijos, etc. in lo referente a la consolidacién de la moral en general, nilia del propio legislador constituia un triste ejemplo @ poco que se puede obtener con medidas de gobierno don- Ja evolucién histérica marcha en otra direccién. Augusto 6 contra los divorcios, pero él mismo se divorcié tres ve- y s€ casé con una divorciada. in su juventud Octaviano habia estado prometido a Servilia; pero el jonio no tuvo lugar porque, por consideraciones politicas, Octaviano Wbla casado con Clodia, hijastra de Antonio, De ésta se habia divor- en el 41 para casarse con Escribonia, pariente de Sexto Pompeyo, Fuuntes del matrimonio con Qctaviano habia estado casada dos veces. fin, habiéndose enamorado Iocamente de Livia Drusilia, la hermosa gente esposa de Tiberio Claudio Nerén, la habia hecho divorciar marido en el 38 y se habia casado con ella, junto a la cual ter- wus dias. Augusto luché contra la disolucién, mientras su hija y su se comportaban en un modo tan escandaloso que el perador se vid forzado a castigarlas, en base a la ley dictada ¢1 mismo, con el exilio de por vida. Wh Augusto, 72-73. A fines del gobierno de Augusto, la poblacién del Imperio se es- en 70 a 100 millones de almas, Julia, hija de Augusto y de Eseribonia y Julia, hija de Julia y “Agripina. 32 s. I. KOVALIOV La politica de restauracién y de defensa de Augusto tocd todos los aspectos de la sociedad romana. Restablecié los anti- guos cultos y los colegios sacerdotales olvidados casi a fines de la Republica (por ejemplo, lo hermanos Arvales), y él mismo fué uno de sus fervientes miembros, fomenté el estudio de las glorias pacadas del pueblo romano y es probable que durante su reino se compusieran los fastos triunfales y con- sulares; protegié la historiografia romana de tendencias con- servadoras (Tito Livio) y propugno la formacién de una epo- peya “nacional” romana (Virgilio) . La asamblea popular, que en aquella época se componia en su gran mayoria de elementos urbanos desclasados fué “do- mesticada” por Augusto hasta tal punto que no puso ninguna~ traba a su politica reaccionaria. Las cohortes pretorianas y urbanas tuvieron en esto una parte no menor en el sistema de corrupcién directa u oculta de las masas populares. Augusto superé en este campo a su padre adoptivo. Ya hemos visto que César habia disminuido el ntimero de raciones gratuitas de pan de 300.000 a 100.000; Augusto aumentdé nuevamente este numero Ilevandolo a 200.000 y mas. Su “testamento’ re- cuerda numerosas donaciones extraordinarias de pan y dinero a la poblacién de la ciudad y a los colonos. Mas de 300.000 soldados recibieron a titulo de recompensa por los servicios prestados, parcelas de tierra o sumas de dinero. Durante su rei- nado, en los combates de gladiadores, intervinieron en total cerca de 10.000 hombres y por lo menos 26 veces el emperador organizé combates con fieras africanas, durante los cuales fue- ron muertos cerca de 3.500 animales. “He dado al pueblo —escribié en su “testamento”— el especticulo de una batalla naval, mds alla del Tiber, en la localidad donde hoy se en- cuentra el “bosquecito de los Césares”, haciendo excavar con ese fin una cuenca de 1.800 pasos de largo y 1.200 de ancho. En esta batalla toma- ton parte 30 navios rostrados de tres o dos érdencs de remos y un mayor mimero de naves de menor tamaiio. A mds de los remeros, narticipaban en la batalla alrededor de 300 hombres”, a Las numerosas construcciones hechas por Augusto debian dar a su reinado un esplendor imperecedero. Las fuentes recuerdan; el Foro de Augusto, el templo de Apolo en el Palatino, el pértico de Octavia, el santuario del “divino” Julio que surgia en el lugar donde habia sido cremado el cadaver de César, el teatro de Marcelo, el templo de Marte Vengador y muchas otras cons- HISTORIA DE ROMA 33 ones, El emperador restauré el Capitolio, el teatro de Pompeyo y templos de la capital, mejord los conductos de agua, reparé la Via ia de Roma a Rimini, etc, emperador fundé el culto de su padre adoptivo, el “di- Julio, y siguiendo su ejemplo, fomenté en todos los mo- ibles el de la “genitora’’ de la estirpe Julia, la diosa (Afrodita)., Sin embargo, prohibid que se hiciese tam- de él un dios, por lo menos en Italia y en Roma, En las Wincias se permitié la adoracién del genio (espiritu protec- ) del emperador. En las provincias también empezé por es a difundirse el culto de la diosa Roma, que habia ho su aparicién ya en la época republicana. ‘Las reformas militares de Augusto.—La dictadura de los iperadores romanos, tuvo, desde Sila, un abierto cardcter litar, Esto era totalmente natural porque su poder se apo- tba directamente sobre el ejército. Este ultimo, que de jure iia siendo una milicia ciudadana, defacto ya desde mucho ites de Ja caida de la Republica se habia transformado en un ito profesional. Con sus reformas, Augusto le dié el as- to que iba a conservar en lo fundamental durante casi dos slos. Ya hemos hablado de la creacién de la guardia personal del perador, las cohortes pretorianas. Se trataba de un cuerpo vilegiado del ejército: los pretorianos presentaban servicio 16 aiios (los legionarios por 20) y recibian 20.000 sexter- al afio como sueldo (los legionarios 12.000) ; se los reclu- iba exclusivamente entre los italos. Pero, como es natural, no eran los pretorianos quienes ponian el grueso del ejército imperial. Eran las legiones Is tropas auxiliares. Estaban destacadas en las provincias, ncipalmente en aquéllas donde la situacién militar era de- da, es decir, sobre los confines del Rin y del Danubio, en to y en la Espafia nor-occidental. Augusto disminuyd la ntidad @e tropas respecto a la época del segundo triunvirato, ando las legiones a 27 6 28°°, El numero total de los sol- os oscilaba de 250.000 a 300.000, de los cuales la mitad fa en las legiones y la otra mitad en las tropas auxiliares. tas wltimas comprendian infanteria, organizada en cohortes, y caballeria, que formaba los flancos. 40 En el afio 31 el niimero total de las legiones romanas era de 70 a 75. 34 S. I KOVALIOV El reclutamiento se realizaba sobre el principio del enrola- miento voluntario, pero era frecuente que se recurriera a la conscripcién obligatoria; se enrolaban especialmente elementos de la poblacién barbara de las provincias para completar las tropas auxiliares. El servicio en las tropas auxiliares era pro- bablemente gratuito, con la winica ventaja de que las personas que habian cumplido su periodo de servicio, en el momento de ser licenciadas eran por lo general premiadas con la con- cesién de la ciudadania. En las legiones sdlo se enrolaban los ciudadanos. El periodo de servicio del legionario habia sido establecido, como ya hemos indicado, en 20 afios; el periodo de servicio en las tropas auxiliares llegaba hasta los 25 aiios, Pero era frecuente que quienes ya hab{an terminado su periodo de servi- cio fueran retenidos por la autoridad algun tiempo mis, cir- cunstancia que motivaba descontentos y rebeliones abiertas. Estos aplazamientos de las bajas se debian sobre todo al hecho de que, como era usual premiar al soldado licenciado con parcelas de tierra o sumas de dinero, el licenciamiento de muchos soldados podia poner al erario ante serias dificultades financieras. En tiempos de Augusto Ilegé a su término el proceso de formacién del ejército permanente, que se transformé en ejér- cito profesional. A esto contribuyeron principalmente el en- rolamiento voluntario, los largos periodos de servicio y el sueldo relativamente alto. Hasta el momento de la licencia los soldados no podian casarse legalmente, lo que contribuyé a hacer de ellos una categoria distinta de la sociedad ciuda- dana. Las unidades militares (legiones, cohortes, etc.) tuvie- ron un nombre y un mimero que las distinguian; en ellas se desarrollaron sdlidas tradiciones y un fuerte espiritu de cuer- po; la disciplina fué Mevada a un alto nivel, y del desorden que reinaba en el ejército en tiempos de las guerras civiles ya no quedo otra huella que el recuerdo. Paralelamente a la organizacién definitiva del ejército re- gular se produjo la creacién de la flota permanente. Aunque en épocas del Imperio no se produjo siquiera una batalla na- 27 Con este fin Augusto habia institufdo una caja militar especi (aerarium militare), que se alimentaba con nuevas tasas sobre las sticesio- nes y otros rubros. HISTORIA DE ROMA 35 (la de Accio fué Ja ultima), sin embargo, en interés de feguridad de las vias maritimas internas se hacia necesario fantenimiento de alguna escuadra en el mar Mediterraneo. scuadras estaban destacadas en Miseno, Ravena y Alejandria. lemas, las largas operaciones militares sobre el Rin yel inubio (ver mds adelante) hicieron necesaria la formacién lotillas fluviales para la seguridad de esos rios. 1 personal de Ia flota se reclutaba generalmente entre los ambres libres de las provincias; sin embargo, en las escuadras Miseno y de Rayena habia muchos esclavos, capturados por gusto a Sexto Pompeyo. La politica exterior de Augusto.— Augusto necesitaba un te ejército para la realizacién de su vasta y compleja poli- exterior, En el espiritu de la politica general del prin- ido, que tenia un cardcter defensivo, tampoco la politica xterior fué agresiva. El emperador, que trataba de restablecer ® aintiguo en todos los érdenes, también quiso en este campo ® ir mas alld de la consolidacién de las poco seguras fron- s del Imperio y del realce del nombre romano, que durante iW guerras civiles habia decaido. Pero todo esto debe enten- mse en un sentido muy lato: Augusto pensaba lograr sus es por medio de una politica exterior muy activa, Ademis Reptiblica habia dejado en herencia algunas cuestiones es- Mnosas con las que era necesario terminar a cualquier costo, que mas aguda se presentaba era la de los partos. La derrota del ejército de Craso y la infortunada expedi- de Antonio habian producido una gran impresién sobre opinién publica. Muchos prisioneros y banderas romanas bfan quedado en manos de los partos. Augusto logré termi- com estas verglienzas por medios pacificos, aprovechando la lucha que entonces se desarrollaba en ¢l reino de los tos por la sucesién al trono y del hecho que cada una de dos facciones que se combatian pedia la intervencién de Roma a su favor. Augusto obtuvo de ese modo la entrega de todos los prisioneros y de los trofeos romanos y establecid sd- Hdlas fronteras en el Eufrates entre los dominios romanos y los fle los partos. El hecho tuvo un eco més que favorable en la Mteratura contempordnea a Augusto y contribuyé en mucho a It consolidacién de su autoridad. También en los otros reinos willos de Oriente la influencia romana se vié reforzada. 36 s. I. KOVALIOV Otro problema a resolver era el de Espafia. La regién nor- occidental de la peninsula atin no habia sido conquistada y continuaba siendo un foco de propaganda y movimientos an- tirromanos. Ya en el periodo del triunvirato se habia iniciado una guerra contra las tribus de los cantabros, astures y vascos, guerra que en el 26 habia adquirido un cardcter particular- Frente encarnizado. Recién en los afios 20-19 Agripa logré aplastar la resistencia de los ultimos defensores de la libertad espaiiola. Una parte de los cantabros fué trasladada a otras regiones de Espafia; los territorios sometidos fueron unidos a la provincia de Espafia citerior 6. Luego, pacificada totalmen- te, la peninsula ibérica fué romanizada en todo. Durante su lucha contra Roma, las tribus nérdicas espano- Jas habfan sido ayudadas frecuentemente por sus vecinos de Aquitania. La ayuda cesé después del sometimiento definitivo de Aquitania, que se produjo en el 28. La frontera de Italia se habia corrido hasta los Alpes, por- que después de la batalla de Filipos, la provincia de Galia Cisalpina habia sido abolida. De ahi que fuera muy importante para los romanos garantizar la seguridad completa de los pa- sos alpinos. La mayoria de las tribus romanas habia aceptado desde hacia ya tiempo el dominio romano, adoptando la orga- nizacién administrativa romana; sdlo la tribu de los saleses, que tenia en sus propias manos el paso del Pequefio San Ber- nardo, habia logrado mantener su propia independencia. A ve- ces se daba el caso de que comandantes romanos se vieran obligados a pagar a ¢sa tribu el derecho de libre paso a través de su territorio, En el 25, Augusto, aprovechando de una nue- va tentativa de los saleses de rebelarse, ordend destruir la ma- yor parte de las tribus y trasladar a otras regiones a los sobre- vivientes. Pero el peso de la politica exterior de Augusto recayO en el Danubio y en el Rin, puntos neurdlgicos en los cuales los limites del Imperio eran particularmente inseguros. En el 16, con el pretexto de defender a Istria de Jas incursiones de las tribus barbaras, se emprendié una expedicién al norte contra los tauriscos, a consecuencia de la cual se formé una nueva provincia, el Norico (Estiria y parte de Carincia), rica en 28 Fué Iamada Espafia Tarraconense. La Espafia ulterior fué divi- dida en dos provincias Lusitania y Bética, HISTORIA DE ROMA 387 0 y en oro. En el afio siguiente fueron sometidas las tri- de los recios y de los vindélicos (en los Alpes centrales To largo de la costa del Danubio) y poco més tarde se ituyé en su territorio la provincia de Recia. Finalmente, is de cuatro afios (12-9) de dura guerra, que los romanos plieron bajo el mando del hijastro de Augusto, Tiberio dio Nerén, fueron sometidos los panonios, que vivian en tual Austria y en Hungria occidental. Su territorio fué Nsformado mas tarde en una provincia llamada Panonia. Como consecuencia de todas estas conquistas el limite sep- ntrional del Imperio pasaba por el curso superior y medio Danubio; pero también el curso inferior del rio debia ser Morgado. Con este fin se sometid a la Mesia superior (Yugoes- it), habitada por los getas, que fué unida a Macedonia. Mesia inferior (Bulgaria septentrional) fué otorgada por sto al reino vasallo de Tracia, que se encargé también su defensa. De este modo se aseguraron las fronteras en el Danubio. Quedaba el Rin, donde la situacién era particularmente alar- lwnte. Los germanos habian pasado el rio muchas veces para quear Galia. Estas incursiones se habian verificado, por ejem- lo, en el 29, en el 17 y en el 12. Ademds los germanos acostum- ban sostener las rebeliones de las tribus galas. Augusto idié vencerlos y envid a sus hijastros, Druso Claudio Nerén, e en el curso de algunas campafias (12-9) penetrd en Ger- ania occidental hasta el Elba, actuando por mar y por tierra. ruso murié por una caida de caballo y la guerra germanica ié continuada por su hermano Tiberio, Con las campaias del 7 a.C. y del 4-5 dC. el dominio romano sobre el pais se in iplid y se consolidé6. Contempordneamente, los germanos eran ados por el sur, sobre las frontcras del Danubio. En el 6 d.C. Tiberio inicié una gran ofensiva contra las ibus de los marcomanos. Su jefe Marbod habia creado un erte reino birbaro en la actual Bohemia, y, a pesar de toda cautela ante los romanos, habia promovido sus sospechas @fectuar una reforma militar calcada de la organizacién omana. E] ejército de Marbod contaba con 75.000 hombres. Pero precisamente en ese momento estallé, a las espaldas 20 De Macedonia en el 27 se habia separado Grecia, trasformada en ‘Provincia de Acaya. La Mesia superior fué provincia desde el 6 ac. 388 Ss I KOVALIOV de Tiberio, una rebelién de panonios y dalmatas, que trataban de librarse del dominio romano impulsados por el descontento que habia provocado el reclutamiento de tropas para la expe- dicién a Alemania. La rebelién adquirié amplias proporcio- nes: el ntimero de los rebeldes alcanzé a los 200.000 (de com- batientes solamente). La situacién se hizo atin més dificil por un ataque contempordneo de los getas en Mesia. El peligro amenazaba a Macedonia ¢ incluso a Italia. Augusto envid al sitio-de la rebelién considerables fuerzas: al fin de la guerra se concentraban alli 15 legiones y muchas tropas aliadas al mando de Tiberio y del hijo de Druso, Germanico. Después de una lucha que duré tres afios, la rebelién fué sofocada en el 9 d.c, Durante Ja rebelién en Panonia los germanos habian per- manecido tranquilos. Recién hacia el final habian comenzado algunas agitaciones en los territorios comprendidos entre el Elba y el Rin. La causa era una tentativa del lugarteniente romano Publio Varo de imponer impuestos e introducir el procedimiento judicial romano. En el 9 habia estallado la rebelién abierta, dirigida por la tribu de los queruscos, al mando del joven Arminio. Varo cayé en una emboscada con tres legiones y con las tropas aliadas en el bosque de Teutobur- go, mientras regresaba de los cuarteles de verano, y después de una encarnizada batalla que duré cuatro dias, todo el ejército romano fué destruido y el propio Varo se mats. La derrota de Varo provocé en Roma una gran alarma: se temia un ataque de los germanos sobre Galia y la rebelién general de los galos. Pero nada de esto sucedid: sdlo se perdie- ron todas las conquistas de mas alla del Rin. En el 10 y en el 11 Tiberio emprendié expediciones punitivas y con ayuda de la flota penetré de nuevo en el corazén de Germania. Pero Augusto comprendié que seria dificil mantener sélidamente ese territorio y finalmente retiré las tropas romanas hasta el Rin, que desde ese momento quedé como limite definitivo. Sélo una estrecha faja sobre la margen derecha y un tridngulo comprendido entre los cursos superiores del Rin y del Danubio quedaron en manos romanas. En este punto el limite fué refor- zado artificialmente con un valle y un sistema de puestos de vigilancia (el llamado Limes) . HISTORIA DE ROMA 39 werte de Augusto. Su personalidad, su significado his- En esta alarmante situacién se produjo, en agosto del 77 afios de edad, la muerte del emperador. Augusto « su padre adoptivo, un genio; no poseia la ener- jumana de César, su vasto horizonte, sus sorprenden- les; sin embargo fué un politico inteligente y sobrio, y cauto, un buen organizador que supo elegirse loves capaces. Desarrollando las bases del nuevo régi- las por Sila y por César, Augusto cred un sistema se mantuvo durante casi tres siglos. camente, las circunstancias le fueron muy favora- ticamente, aproveché la herencia de César. La época etud no requeria ya figuras excepcionales o persona- eroicas. El cauto y astuto Octaviano era el hombre para la mision que la historia le habia puesto por , y lo era mucho mas que sus adversarios. Por eso salié Y goberné durante 40 afios, gozando de excepcional lad y sin encontrar ninguna oposicién organizada. ‘omplot que se traméd para atentar contra su vida pasd consecuencias politicas. Cariruto IIL LA CULTURA ROMANA A FINES DE LA REPUBLICA Y PRINCIPIOS DEL IMPERIO Epoca de las guerras civiles.—La cultura romana alcanz6 su maximo esplendor en el periodo de las guerras civiles y en el subsiguiente del principado de Augusto, Esto coreapongle a una ley interna. Al comienzo de las guerras civiles la socieda romana no s6lo habia absorbido muchas conquistas de la cul- tura helénica, sino que habia sabido también reelaborar la mayor parte dentro dei espiritu nacional romano. Roma ile ya a sus espaldas un largo periodo de desarrollo cultural u- rante el cual los preceptores venidos del exterior habian empe- zado a convertirse en parte orgdnica del proceso interno de evolucién cultural. Fué as{ que hacia mediados del siglo 1 a.C. se colocaron en Roma las bases de la ideologia social, para cuya evolucién completa dieron un fuerte impulso las guerras civiles. La maxima tension de los contrastes sociales, el amplio desarrollo de la lucha de clases, el florecimiento de la vida politica, 1a complicacién de las relaciones internaciona- Jes, fueron elementos que actuaron como poderosos estimulos para una rdpida evolucién de todos los aspectos de la vida espiritual romana. Ira Bs El fin de las guerras civiles y el largo perfodo de paz civi que las siguié después del 30 a.C. provocaron en amplios circu- los esclavistas una psicologia de feliz alivio y de elevacién creadora. Si bien es cierto que se trataba de un despertar de la reaccion, que generé la futil poesia de Ovidio, la historiografia conservadora de Livio y la lirica epictirea de Horacio y que, en muchos aspectos, el “siglo de oro” de Augusto desmerecia en la confrontacién con el periodo anterior —naturalmente la HISTORIA DE ROMA 41 del principado no podia crear ni un Salustio, ni un Cice- i, ni un Catulo, ni un Lucrecio— sin embargo algunos ele- de la ideologia social alcanzaron con Augusto su apogeo ftivo, Hay que agregar también que los dos periodos —las imas décadas de las guerras civiles y el principado— no estan lidos, en el campo de la evolucién cultural, por una linea ‘La oratoria politica y forense.—En la época de las guerras yiles Megé a su pleno desatrollo un gran instrumento de la ira europea: la lengua literaria latina. La causa determi- nte de este desarrollo fué el florecimiento de la oratoria, pensable en la activa vida politica que tuvo sus comienzos n la época de los Gracos. Y no es causal que ambos hermanos layan sido los primeros que pueden ser denominados oradores pliticos romanos. Naturalmente, el terreno favorable para ‘desarrollo de la oratoria habia sido preparado ya por Catén, wrencio, Escipién el Joven y otros; pero sdlo con las guerras iles se determiné una situacién en la cual el don natural de Gracos tuvo posibilidades de manifestarse. Tiberio sorpren- ya a sus contempordneos con la fuerza de sus discursos; ro solamente su hermano alcanz6 la yeta de la oratoria poli- tea, en la que algunos elementos de retérica no podian escon- el auténtico pathos y la profunda sinceridad. Después de los Gracos, encontramos en la politica y en la buna forense una serie de eminentes oradores, El mas grande 4 segtin parece, Lucio Licinio Craso (140-91), que ya en juventud se habia distinguido en este campo. Con su inter- icién contra C. Papirio Carbén, que era un traidor a los Gracos, lo habia liquidado casi, hasta el punto de forzarlo al icidio. Durante su servicio en Oriente, Craso habia vivido Atenas, donde tuvo ocasién de escuchar a los mds grandes dores y maestros de oratoria; a su regreso a Roma habia ado parte en algunos procesos y desempefié una importante incién politica como hombre del partido senatorial. Cicerén lo considera uno de los mds grandes oradores romanos, que bia unir Ja elegancia de la expresién con la fuerza del discurso. Sobre el arte oratorio romano influyé también grandemente retérica de la escuela asidtica con su rebuscamiento, su ito por los efectos exteriores, el énfasis, el sentido del ritmo 42 I. KOVALIOV del discurso, etc. El mayor representante de la oratoria asiatica, aunque en su aspecto moderado, fué Molén de Rodas, maestro, de todos los grandes oradores romanos del siglo I a.C. Segin parece, también fué uno de sus alumnos Q. Hortensio (114-50), de profesién abogado, y optimate por convicciones, que fué considerado el mejor orador de su tiempo hasta que lo superd Cicerén. Con este ultimo la oratoria romana alcanzd su apogeo, aunque al mismo tiempo perdié mucho de su pasada sinceridad y de su fuerza de sentimientos. Cicerén habia pasado a través de una magnifica escuela de retérica, primero en Roma y luego en Atenas, donde le habia sido posible asimilar los consejos de famosos maestros y escuchar a los mas brillantes oradores de su tiempo. Ademas, la agitada época en que vivid le did las mejores oportunidades para aplicar en la practica sus conoci- mientos y su talento, A mds del gran numero de discursos Politicos y forenses que pronuncié, nos quedan algunas de sus obras sobre la teorfa del arte oratorio: De oratore, Brutus, etc. El estilo de Cicerén puede definirse como “moderadamente asidtico”. Sus discursos se caracterizan por una prolija elabo- racién y una composicién sujeta a determinadas reglas; cada uno de ellos se divide siempre en las mismas partes: la premisa (exordium), la exposicién de los hechos (narratio), el plan de la parte principal del discurso (probatio), un resumen de Ja parte principal (repetitio) y finalmente la conclusién (pero- ratio). Como orador Cicerén era extraordinariamente variado: con la misma facilidad pasaba del sentimiento a la ironia y a los ataques violentos; su vocabulario era vastisimo; se servia de sinénimos, metaforas, parangones, etc. La escuela retérica griega gustaba de recubrir a Ja prosa ritmica y también Cice- rén se servia ampliamente de este medio. A nuestros oidos esto suena muy artificial, pero sus contempordneos estimaban mucho el ritmo patético y rebuscado de su prosa. Como quiera que sea, hay que reconocer que fué un brillante ‘estilista y que sus discursos, como el resto de sus obras literarias, tuvieron una gran influencia en la evolucién de la prosa latina. Cicerén no sdélo fué apreciado por sus contempordneos y por aquellos que lo siguieron inmediatamente en el tiempo, como por ejemplo los padres de la Iglesia: su influencia ha ido mucho mas alld. En Ia época del Renacimiento los creadores de los HISTORIA DE ROMA 43 Mas literarios de la nueva Europa se inspiraron en él y los mnajes de la gran revolucién burguesa en Francia estudia- ton dedicacion sus discursos y trataron de imitarlos, prosa histdrica.—Ya hemos hablado (II, p. 160 y sig.) historiadores de la época de las guerras civiles, los 8 analistas, Salustio y César. Aqui sélo debemos subrayar jortancia en el proceso de elaboracién de la prosa lite- importancia no inferior a la de la oratoria politica y . La influencia de la retérica griega, que penetré en la jograffa a través de la mas reciente analistica, fué sobre- ft por maestros del estilo como era Salustio y César. El nero habia tomado como modelos a Tucidides y Catén, a mes estudid a fondo; el segundo, gracias a sus eminentes lidades literarias y oratorias, gracias a la sencillez y a la idad de su mente racional, supo crear ejemplos de prosa ina que han permanecido insuperables. El estilo de César distingue por su excepcional claridad y simpleza: renuncié Malquier embellecimiento retérico y especialmente al discur- Htitmico. Su idioma se convirtid en ejemplo del “latin dureo” i¢ en los afios sucesivos sirvid, mas que lo que hubiera podido cerlo cualquier otra lengua, para reflejar el genio del pue- ) romano. y La filosofia. Cicerén.—El espiritu filoséfico fué completa- Mte extrano al cardcter sobrio y practico de los romanos, or lo ae €n este campo aparece como mas profunda la influen- de los griegos. En los siglos m y 1, las escuelas filosdficas populares en Grecia fueron dos: el escepticismo académico lerado y el estoicismo. Cicerén, que era un ecléctico puro ‘jue se habia fijado la misién de difundir en la sociedad nina las ultimas conquistas de la filosofia griega, reunid en puntos de vista las concepciones mds recomendables de sistemas: la doctrina del probabilismo como criterio de (lad y, en el mismo espiritu del estoicismo, algunos concep- m generales, comunes a todos los hombres, como la inmortali- del alma, la existencia de Dios, etc. Entre las obras puramente filosdficas de Cicerén, las mas ortantes son las siguientes: De finibus bonorum et malorum, ulunae disputationes (exposicion critica de las principales lanzas filosdficas de Grecia), De officiis, De natura deo- y De divinatione. Las dos obras De Republica y De legibus, 44 8s. L KOVALIOV que en la antigiiedad fueron muy populares, pertenecen mas bien a la categoria de los tratados politicos. Gicerén, mas que propdsitos cientificos, se fijé fines de divulgacién. Por lo demas, no fué un verdadero filésofo: de eso surgen tanto los méritos como las insuficiencias que s¢ encuentran en sus obras filosdficas, que por otra parte son accesibles y estén escritas en un idioma simple y elegante. Cicerén superé brillantemente las dificultades propias de una traduccién en lengua latina de la terminologia filoséfica grie- ga- Por otra parte, al no poseer conocimientos especificos del tema, se dejé escapar muchas veces errores en la exposicién de los sistemas filoséficos. Muchas cosas parecen escritas apresura- damemte y con frecuencia faltan consideraciones criticas sobre el texto expuesto. A pesar de todo esto, corresponde a Cicerén el gran mérito, ante la historia de la cultura, de haber sido el primero en dar a conocer en gtan escala la filosofia griega al mundo cultural romano. Los hombres de la nueva Europa, antes de poder aprovechar directamente los tesoros de esa filosofia, la cono- cieron sobre todo por Cicerén. Lucrecio. El defecto basico de la filosofia romana, la falta de originalidad, aparece también en la produccién del gran filésofo romano Tito Lucrecio (alrededor del 98 - alrede- dor del 54). De su vida no conocemos nada que sea verosimil; de su produccién sélo nos ha quedado un poema en 6 libros, De rerum natura, inconcluso y no suficientemente elaborado, escrito en hexdmetros. La concepcidn filoséfica de Lucrecio no es original y tiene sus bases en las ideas del gran materialista ; pero su poema en sf tiene la importancia de nalidad, sin igual en Ja literatura mundial. En él Lucrecio logré fundir arménicamente la ciencia, la filosofia y la poesia. Con claros ejemplos pictéricos presenta un cuadro de la naturaleza y de la sociedad humana captadas en su ince- sante desarrollo, como mundo de la materia eternamente en movimiento. Lucrecio fué un producto de las guerras civiles, época que habfa creado en Ia conciencia de los hombres la desconfianza en el mafiana, el temor de la muerte, el miedo a los dioses. Lucrecio queria librar al hombre de estos temores imaginarios con la filosofia de Epicuro, que negaba la inmortalidad del HISTORIA DE ROMA 45 Jas recompensas del mas alla y la intervencién de los en la vida terrena, vida que se desenvuelve segtin leyes e inmutables. Fué un humanista y un optimista. Creia hombre, que del estado animal habia sabido elevarse a imas de la civilizacién. En la segunda mitad de su libro V sta un cuadro notable del desarrollo de la sociedad huma- ando para ello como base la evolucién sufrida por los jlumentos de trabajo, Esto confirma su genial intuicién de | y filésofo que supo acercarse en mucho a la concepcién erialista del proceso histérico. La ciencia, — La gigantesca figura de Lucrecio y su tentativa tablecer una verdadera teoria cientifica de la naturaleza Ta sociedad son tinicas. Los otros estudiosos romanos de la ci no fueron mds allé de la simple recopilacién del mate- y su primaria elaboracién empirica, descuidando por ello completamente las ciencias naturales. Es significativo el ho de que César, para la reforma del calendario, se haya obligado a recurrir a la ayuda de un astrénomo alejan- 0 (I, 469). Representante tipico de la ciencia romana de nes de Ja guerra civil fué Varrén (I, 20 y 316). La indepen- Micia de los estudiosos romanos se manifestd en esa €poca todo en el campo de la jurisprudencia (Q. Mucio Escé- la, Servio Sulpicio Rufo) y de la lingiifstica (L. Elio Estilén, co Terencio Varrén) . Poesia, Sdtira, — Ya hemos visto que en el siglo 1 empezaron lamarse “sdtiras” ciertas composiciones ligeras en prosa o verso de caracter muy variado. Algunas fueron escritas, por mplo, por Ennio (I, 302). Gon el correr del tiempo, la tira adquirié esa forma de burla acusadora que mantuvo en | curso de los siglos. El primer representante de este género Gayo Lucilio (mas o menos 180-100), rico caballero roma- @, amigo de Escipin el Joven. Habiendo vivido en tiempos la reaccién posterior a Ios Gracos, fué testigo de la decaden- de Roma por obra de las camarillas oligdrquicas, cuando W vida de todos los dias daba abundante pie para las acusa- ones. Lucilio escribid 30 libros de satiras, de los cuales han ado hasta nosotros alrededor de 800 fragmentos, escritos te en hexdmetros, parte en jambos y troqueos. El elemento iii(tico propiamente dicho no es siempre muy evidente en Micilio, pero alli donde se presenta tiene un cardcter clara- 46 Ss. IL KOVALIOV mente acusador. Lucilio aproveché ampliamente el hablar popular, lo que fué motivo de la gran difusién publica de sus obras. En el género satirico se cimenté con éxito también Varrén, que escribié una gran recopilacién de Sdtiras Meni- peas® en 150 libros, de los cuales sélo se conservan fragmentos en mal estado. La lirica, Catulo.—Hasta la época de las guerras civiles faltaron en Roma condiciones para el desarrollo de la lirica. Este género poético intimo presupone la existencia de una compleja e intensa vida interior, y el viejo ambiente romano no proporcionaba material suficiente para esa experiencia. Recién la agudizacién de las contradicciones sociales en los siglos 1 y 1 cre6 el terreno favorable para su desarrollo, Tam- bién tuvieron gran importancia en este campo el conocimiento de la poesia lirica griega y, particularmente, de la refinada literatura alejandrina. En el siglo I a.C. aparecié en Roma un grupo de jévenes poetas que formaron un circulo literario%!, Ellos iniciaron la reforma de la lengua poética latina, rechazando los arcaismos de Ennio e introduciendo las variedades métricas de la Ifrica griega. Entre ellos el mas famoso fué Cayo Valerio Catulo (alrededor del 87 - alrededor del 54). Habia nacido en Verona, Italia septentrional, y provenia de una rica familia de caballe- ros. En Roma habia caido en un valiente grupo aristocratico de poetas y tuvo oportunidad de manifestar sus brillantes dotes artisticas. Catulo fué un poeta extraordinariamente variado: también él pagé su tributo al alejandrinismo entonces en boga, escri- biendo algunas obras plagadas de erudicién, pero su fuerza no esta en esos versos alambicados; por el contrario, aparece en su lirica inmediata y Hena de sentimiento. Catulo escribid también versos de cardcter politico: una serie de encendidos epigramas contra César y su séquito, que saqueaban despiada- damente Galia (por otra parte, luego el poeta se reconcilié con el futuro dictador) . Lo que mas fuertemente influyé sobre la creacién de Catulo fué su ardiente y atormentado amor hacia Clodia, hermana del 80 Menipo fué un gtiego de Gédara, que vivid en el siglo m, del que los poetas romanos tomaron Ia forma exterior de la sitira. 81 Valerio Catén, Licinio Calvo, Valerio Catulo, etc. HISTORIA DE ROMA 47 ido politico Publio Clodio (I, 446). Con fuerza extra- maria el poeta pinté todas las etapas y peripecias de su miento, desde el primer encuentro hasta la tragica conclu- EI famoso distico: Odi et amo, quare id faciam, fortasse linis / Nescio, sed fieri sentio et excrucior (“Odio y amo. vez me preguntes por qué. / No lo s¢, pero siento que asi j lo sufro”) pertenece a la mejor poesia universal, “En yersos esta toda la vida humana”, ha dicho un fildsofo. Ell teatro.—En la época de los Gracos el drama alcanzé su nto maximo de desarrollo y luego empezé ripidamente a Cher, En las tragedias de Lucio Accio (170-mas o menos el espiritu heroico de la época encontré su expresidn. Accio, de un liberto umbrio, escribié un gran numero de tra- (alrededor de 50, de las cuales sdlo pocos versos han do hasta nosotros) imitando a los griegos (sobre todo a lilo, Séfocles y Euripides). A Accio pertenecen también OK Praetextae sobre temas romanos: Bruto (sobre el tema Ta expulsion de los Tarquinos) y Enéadas (que trata del iitificio de Decio Mure en la batalla del Sentino). _Accio fué el ultimo gran escritor dramitico de la época epublicana, En el siglo 1 a.C. Ja tragedia y la comedia surgie- de aquel bajo género de arte escénico que conocemos con Nombre de “atelana” o “mimo” (LI, pag. 222). Estos dos ti- 4 le comedia primitiva comenzaron a tener una elaboracién leraria, en parte bajo la influencia de Sila, apasionado por Mistica bufonada escénica. Conocemos los nombres de los wlas romanos de comienzos del siglo 1, Pomponio y Novio, dieron a las atelanas una forma literaria precisa. De ellos han Megado numerosos titulos y algunos pequeiios frag- htos. Bajo su nuevo aspecto la atelana se difundié amplia- lente y puede ser considerada como la antepasada de la “‘come- ia del arte” italiana. 1.08 modelos para el mimo romano probablemente hayan lo composiciones griegas andlogas de la época helénica; pero to No excluye que en Italia existiera un género propio de Wnticat farsa popular. También este género adquirié forma eraria a comienzos del siglo 1 a. C. Los mds famosos autores mimos fueron el caballero romano Décimo Laberio y el tO Publilio Siro. Mientras la atelana se fundaba sobre cuatro personajes fi- 48 I. KOVALIOV jos fundamentales (Papo, Doseno, Maco y Bucén) que actua- ban en las més distintas situaciones y partes (incluso en las femeninas), el mimo ofrecia mayores posibilidades, tanto al autor como al actor. Los personajes no eran mascaras, y en las partes femeninas intervenian mujeres. La vida de todos los dias proporcionaba los temas, pero también se encontraban en ellos fragmentos de aventuras o de cardcter mitolégico. La lengua usada en el mimo era la simple del pueblo, Se dejaba un gran lugar a la improvisacién y en general el esquema de la comedia no era respetado. Como la atelana, el mimo res- pondia a los gustos del espectador romano y se mantuvo sobre Jos escenarios de Roma hasta fines del Imperio. El principado de Augusto.—Ya hemos dicho antes como el paso del largo periodo de las guerras civiles a un estado de sOlida paz habia producido en los circulos culturales romanos un espectador de las fuerzas creadoras, aunque de caracter muy limitado y especifico. A lo dicho hay que agregar la politica conciente del emperador, que protegia a las corrientes litera- rias acordes con el espiritu de sus reformas. Por eso sostuvo constantemente a Virgilio y Horacio, verdaderos poetas de cor- te, y perdond a Tito Livio su moderado republicanismo en virtud del cardcter generalmente patridtico y conservador de su obra. El emperador no sdlo buscé influir personalmente sobre la literatura de su tiempo, sino que con este fin se sirvié también de colaboradores. En este aspecto es particularmente conocido Cayo Cilnio Mecenas, intimo amigo de Augusto, cuyo nombre se ha con- vertido en sindnimo de generoso protector de la literatura y del arte. Mecenas era é]1 mismo un escritor diletante; en su casa se reunian grupos de escritores y de poetas, entre ellos Virgilio, Propercio, Horacio, etc. Ayudaba generosamente a los lite- ratos, pero dirigiendo su actividad en la direccién que con- venia a Augusto, Otro circulo literario fué el de Mesala8?, Aunque éste era considerado partidario de Augusto, segtin parece no se habian desarraigado en él las antiguas convicciones republicanas. Esto explica el hecho de que en el grupo de Mesala, en el que par- ticipaban también varios poetas importantes (por ejemplo Ti- 32 Marco Valerio Mesala Corvino, mencionado ya en pag. 15 it. HISTORIA DE ROMA 49 faltaba el culto del emperador, caracteristico en el de Mecenas. Pero esta circunstancia no elimina el he- Si mismo de la proteccién del arte y de la literatura le de los representantes de la nobleza, hecho tipico de pact principado de Augusto. fgilio.— Entre los poetas de la época de Augusto, é nte fué sin duda alguna Publio Virgilio Maron ae Nacié en una aldea cercana a Mantua, en la Italia sep- nal. Su padre, terrateniente bastante rico, pudo darle lena educacién. Virgilio estudié en Cremona, en Milén ‘a. De regreso a su patria al término de su estudios, privado de su propiedad, confiscada a favor de los vetera- le Octaviano (42). Sin embargo Virgilio logrd llegar hasta ano y obtuvo la restitucién de la tierra. Ma primera notoriedad la obtuvo el poeta con las Bucé- coleccién de 10 “églogas”, canciones pastorales del tipo idilios de Tedcrito, Sin embargo no todas las églogas de io imitan a Tedécrito; en algunas estan Tepresentados, el aspecto de pastores, personajes contemporaneos del y no faltan referencias a los acontecimientos politicos época. Las ¢glogas estén escritas en un hermoso idioma rij eben considerarse la primera produccién poética le oro” de la literatura romana. Su lectura atrajo la én de Mecenas y, por intermedio de éste, la de Octaviano, Siguiente obra importante de Virgilio, escrita por deseo Mecenas, fueron las Gedrgicas. Desde el punto de vista se trata de una obra de propaganda a favor de la fa agraria, arruinada por las guerras civiles. El poema ompone de 4 libros: el primero esté dedicado a la agri- , el segundo a la jardineria, el tercero a la cria Tel el cuarto a la apicultura. Sobre las Gedrgicas el poeta j6 durante 7 afios y se siryié de todas las numerosas obras leas y artisticas escritas sobre el tema. Se dice que Octa- © 8 entusiasmd tanto com el poema que en el-31, de re- de Accio, escuchdé duranté cuatro dias seguidos su jectura. | obra mayor de Virgilio, que le valid la gloria inmortal, ‘Ta Eneida, poema épico en 12 cantos. Aunque ¢l poeta 6 en él durante 10 afios, no logré terminarlo y dejé © en su testamento que lo destruyeran después de su muer- Nive: c SEDE San BIBLIOTEC 50 Ss. L KOVALIOV te. Pero Augusto ordené publicar el poema tal cual se encon- traba cuando una muerte imprevista arrebatd a Virgilio. La Eneida imita a los poemas homéricos en su tema, en su composicién, en sus distintos episodios, en su lenguaje; hay en el poema un fuerte elemento de artificiosidad. Pero ser una de las obras mas grandes de la literatura mundial. Tanto sus contempordneos como sus SU cesores lo han reconocido undnimemente. Se dice que cuando Virgilio se presentaba en el teatro, los espectadores se ponian de pie para saludarlo. Dante en Ja Divina Comedia lo eligid como guia durante el viaje al infierno y al purgatorio; Vol- taire lo colocé por encima de Homero... La Eneida fué el primer gran poema romano, escrito por un gran maestro de la palabra en la época de apogeo de la literatura latina. El fin que Virgilio se propuso no era sola- mente artistico, sino también politico: representar la suerte providencial del pueblo romano, glorificando su antiguo valor, y enaltecer a la estirpe de Augusto. Con este fin eligis como base de su poema la antigua leyenda sobre la fuga de Eneas a Italia. no por eso deja de EI poema comienza con la descripcién de Ja tempestad que sorprende a Eneas y suis compaiieros de viaje durante la travesia desde Sicilia a Ttalia en el séptimo afio de su peregrinacién. La tempestad habia sido provocada por Juno, enemiga de los troyanos. La madre de Eneas, Venus, Toga aplacar las furias del mar y ditige la nave hacia Africa. La reina car taginesa Dido recibe festivamente a los viajeros y Inego, enamorada de Eneas, Je pide que le relate sus aventuras, El relato de Eneas sobre la caida de ‘Troya y su fuga de la ciudad constituye las mejores paginas del poema (libros II-III). Fl amor de Eneas y Dido concluye con su unién. Pero a los troya- ‘nos les estaba reservado un destino distinto: ante Eneas se aparecié el cnviado de Jupiter, Mercurio, que le ordené abandonar a Dido y zarpar hacia Italia, donde debia fundar un nuevo reino, Eneas se somete a la yoluntad de los dioses y Dido, desesperada, se mata. ‘Una vex desembarcado en la costa de Italia (libro VI), cerca de Cumas, Eneas desciende a la caverna de la Sibilia y junto con ella baja hasta el reino de los infiernos, Alli encuentra al padre, Anquises, que le muestra los futuros destinos de Roma: ante Eneas desfilan sus grandes sucesores, desde Rémulo hasta César y Augusto, En el discurso de An- quises encontramos el famoso paralelo histérico entre los romanos y los otros pueblos, especialmente los griegos: Otros con mds primor rostros vivientes Hardn de bronce duro o mdrmol fino; Oradores habrd mds elocuentes; HISTORIA DE ROMA 51 Sabios podrin con mds seguro tino ee escudrivar y las estrellas, los cercos medir y el poder de ell ee ee regir debes el mundo; 9 paces dictar, te asigna el had Humillando al soberbio, al iacunda Levantando al rendido, al desgraciado, : (La Encida, canto VI, traduccion de Miguel Antonio Caro) En los caitos siguientes se relatan las aventuras de Eneas en el Lacio, aa rey Latino recibe con agasajos a los troyanos y quiere dar Sire 2 sons Eneas; pero Juno suscita la discordia entre ee latinos. El principal enemigo de Eneas es el rey d , Turno, al que antes habia sido prometida Lavinia. Conien. uma guerra en la cual Turno muere a mano: Eneas. En este punto 10 P € a manos de Eneas. En est Horacio.—La lirica de los tiempos de ‘deter completamente distinto de la de la Civiles. En lugar de la poesia apasionad: ‘adicciones de Catulo, tenemos el arte calmo y equilibrado de oracio, que sabe apreciar la vid: eae Piven fee vida y gozar plenamente la fe- ae Horacio Flaco (65-8 a. C.) era hijo de un liberto, pe ae en Telia meridional. De joven habia sido . tenas, donde habia terminado su: i fen ena del ejército de Bruto en Clausen tar. Pero en la batalla de Fili : t pos su valor habj. Bee: pe a una dura prueba: arrojando vengpnioutneric ee loracio huyé del campo de batalla. Luego él mi: ‘cordé el episodio en una oda: : ot Augusto tiene un época de las gue- lay Hena de con- “Contigo sufri Filipos i y la rapida fuga, cuando, y f Jt el escudo, porque la virtud fue violada, y los mis valicnee nce | suelo co P Wa denny ycnemton. Pero yo, espantado ain, Mercurio me ali a igos en medio de una densa nube; a ti te volvié a ber el empuje del tumulto y te Ievé de nuevo a G a: iT la guerra a tr: mc nee ee iene de Horacio fueron confiscados c obligado a permanecer lejos de Itali: inte un cierto tiempo. Una ve i ccuttineee . ‘ez obtenida la amnistia, el 36 a Roma, donde se j seer eat i puso a trabajar como escrib: rimeras composiciones poéti j ibn de Me. i icas atrajeron la atencién de @¢nas quien, aunque no de ii i Sore ‘ b le inmediato, empezé a protege a af e Horacio, regalandole finalmente una pequefia proviedan Si KOVALIOV 52 iit Jos montes Sabinos. La vida tranquila en contacto con la na- turaleza, en medio de amigos, constituia el nec plus ultra de las aspiraciones del poeta. Desde ese momento su produccién alcanzé la cima. Horacio levé la métrica latina a la perfeccién total. En una de sus odas el mismo declara: Fui el primero en trans- formar las canciones edlicas en ritmos de los italos *. Se trata naturalmente de una exageracién, porque ya antes de Hora- cio, Catulo y otros poetas innovadores se habfan ocupado de Ja reforma de la métrica latina. Pero de todos modos Horacio los superé en efecto a todos, por la variedad de los metros usa- dos, por la riqueza del idioma, por la elegancia de las imagenes. El poder creador de Horacio alcanzé su plena madurez en las odas. Con este nombre designaban los gramaticos roma- nos a breves composiciones pocticas sobre distintos temas. Ho- mina. Se conocen 103, racio las Ilama simplemente poesias, car’ reunidas en cuatro libros. En ellas se destacan tanto la per- feccién de la expresién poética como su apacible humanismo y la concepcion epictrea de la vida. Carpe diem: he alli la norma de vida de Horacio: “No te importe saber lo que traerd el mafiana, acepta contento la jornada de hoy que te ha sido concedida por la suerte y no descuides, amigo mio, ni la danza ni la caricia de la amada”. ‘Una gran notoriedad ha tenido la $0? oda del III libro, el famoso “Monumento”: Exegi monumentum aere: perennius, Regalique situ pyramidum altius. .. (Erigi un monumento mas perenne que el bronce, mas alto que las pirdmides reales...) Entre las otras obras de Horacio tienen particular impor- tancia las Espistolas por el aspecto histérico-cultural. Gon ellas Horacio cred un nuevo género poético. La tercera epistola del libro IJ, dirigida a los hermanos Pisones, titulada De arte poetica, es un tratado tedrico en verso (todas las epistolas estan escritas en hexdmetros) sobre el arte pottica y, especial, mente, dramatica. En ella Horacio expone con concisién las teorias estéticas griegas, fundandose principalmente en Aristé- teles. La epistola dirigida a Jos Pisones sirvid durante mucho tiempo como guia para la creacién dramatica, El poeta fran- 38 Odas, Tl, 80. HISTORIA DE ROMA 53 és del siglo xvu, Boil irvi : i leau, se sirvid de ellas para A é. jue (1674), fundament i ree deen a ito tedrico del clasicismo de los tiem- ae muy distinta tendencia fué el tercer gran poeta e poca de Augusto. Publio Ovidio Nasén (48 a. G.-17 ae eo de una vieja y Tica familia ecuestre, que vivia ; oo aa central. Siguiendo la costumbre existente a ‘amilias de la época, Ovidio recibid una cuidadosa . mn ae en Roma y luego emprendié un viaje a Atal Ae, Menor para perfeccionarse. Al regreso, y por a Be su padre, decidié emprender la carrera politica, ee Boe nine resultado. Desde su mas joven edad, fa atraido por la poesia y quiso dedi . fimente a su pasién, Ievando un Hgide WicokoasGeniee 3 i a vida de rico icul. or medio de su esposa 4, eoMle de d 8 , que pertenecia a una noble di ndencia, logré introduci frculoside dala Sea : irse en los mds elevados circulos de PY ere literaria de Ovidio se divide en tres periodos: ‘0 se remiten las obras eréticas: i - I : una coleccién de ele- is amorosas en tres libros 35, ti ie 5, titulada Amores; Las Heroi eirtas de amor escritas i iti ee ene, s por heroinas miticas y por sus am: pete antes; ao pees EI arte de amar, en tres libros, y, como n ed el pencte poema Remedios de amor. iy i las estas obras i: ; Be rc 1 conteutto exits, cue 1 sees liege , ‘ético, que a veces llega sta la pornografia, expuesto en forma magistral, le aa a gtan éxito en la sociedad romana. : aa ie correr de los afios el poeta se hizo mis serio, entre pe oo porque el emperador no estaba nada satisfecho aa ent Spe frivolas. Durante los ultimos afios ante- a exilio, Ovidio se puso a trabajar en Los fastos y ee pues En la primera produccién quiso describir 4 ae las pereelss fiestas romanas y su origen: ema debia constar de 12 libros, uno 0 Ovidio no legs a escribi e Ey Wee eae > ir ma: i Bia tectonic is que los seis primeros (hasta 4 Las metamorfosis es su obra principal. En el poema, en a : 44 Era la tercera cs] i r posa de Ovidio; de la prime ivorei ie o y la segunda, segrin parece, tabla Bane ee comienzo eran 5 libros, pero Iuego el autor los redujo a 3 54 s. I. KOVALIOV 15 libros, se narran las fabulosas transformaciones de los dio- ses, los hombres y los objetos, empezando desde el caos, del que nace el mundo, y Ilegando hasta Julio César, cuya apoteosis canta. La prodigiosa variedad de temas, la ferviente inventiva, la pureza de la lengua que linda a veces con la retérica, ase- guraron a Las metamorfosis un gran éxito atin en vida del poeta. El hijo del Sol, Faetén, que pide al padre le confie el carro de fuego y que por su inexperiencia casi provoca el in- cendio de la tierra; la patética pareja conyugal de Filemén y Baucis: Pigmalién, que se enamora de una eéstatua de mujer espléndidamente modelada por él en un colmillo de elefante; Dédalo e Icaro, los primeros hombres que se alzaron al cielo con alas construidas por ellos mismos, son todos episodios de Las metamorfosis que, junto a muchos otros, se incorporaron a la literatura y al arte mundial. Las metamorfosis atin no es- taba terminada por completo cuando el poeta cayé en des- gracia. Ovidio, desesperado, quemd el manuscrito y el texto fué reconstruido por medio de copias que ya habian sido difundidas en Roma. En el 8 d. C., por orden de Augusto, Ovidio fué enviado a la pequefia ciudad fortificada de Tomis (actual Constanza) , en la costa del Mar Negro. Las causas de su exilio siguen sien- do hoy desconocidas. Por algunas referencias del propio Ovi- dio puede deducirse que de algin modo se hubiera mezclado en una de las tantas historias de amor de Julia, la nieta del emperador%, Augusto, que ya desde antes no podia soportar al poeta, habria aprovechado la ocasién para alejarlo defini- tivamente de Roma. Todos los ruegos del poeta, las implora- ciones de su esposa y las intervenciones de amigos influyentes fueron sin resultado: ni Augusto ni su sucesor Tiberio perdo- naron a Ovidio, que murié en Tomis en el 17 d. C. El exilio en la lejana periferia barbara destroz6 la vida de Ovidio. Sin embargo también entonces siguid siendo un poeta. En Tomis escribié dos colecciones de versos: Los tristes, en 5 libros, y las Cartas del Ponto, en 4 libros. Si bien en estas Ultimas obras se siente la decadencia del poeta, algunos frag- mentos presentan un gran valor. Asi el relato de la ultima noche pasada en Roma, la descripcin de la tempestad que 36 Habia sido exilada de Roma casi al mismo tiempo. HISTORIA DE ROMA 55 nprendié durante el viaje, los bellisimos cuadros de la leza que lo circundaba en el lugar del exilio, salvajes ojos de un italo. j historiografia.—El mayor historiador de la época fué io, de quien ya hemos hablado (I, 16 y siguientes). los escritores menores de historia se destaca Pompeyo Trogo, ‘hacimiento, proveniente de la Galia Narbonense, Trogo escribié ia universal en 44 libros dedicada especialmente a la historia onia, por lo que dié a toda la obra el titulo de: Historiae Philip- is interesante notar cémo en algunos fragmentos Trogo se ex- favorablemente sobre los romanos. Su produccién no ha Ilega- ia nosotros, salvo breves sumarios del contenido de todos los y lina sucinta relacién sobre toda la obra escrita por el rector M Marco Juniano Justino (I, 185), ndes personajes del siglo de Augusto —Agripa, Mecenas, Me- excribieron memorias que desgraciadamente no han Ilegado hasta También el propio emperador escribié memorias. Mi ciencia.—Esta mantiene el mismo cardcter empirico tivo y aplicado que hemos notado al hablar de la cien- a de la época de las guerras civiles. De nuevo hay época de Augusto el interés por los problemas técnicos, ninado por la intensa actividad edilicia y por el desarro- tle la técnica en general. El famoso trabajo del arquitecto 0 Vitruvio Polién es un buen ejemplo. Se trata del Sobre Wquitectura, en 10 libros. contenido del trabajo de Vitruvio es mds amplio de su titulo deja suponer, porque el autor no se limita tblar de Ja arquitectura en el sentido exacto de la palabra le el 19 al 72 libro), sino que habla también de la mecd- i uplicada en general. Asi Vitruvio describe los mecanismos aicién (polispastos), procedimientos para la elevacién aguas (timpanos), para Ia medida de distancias reco- por un vehiculo (como el taximetro moderno), etc. ite las otras ramas del saber, resulta significati : ignificativo el desarrollo heowra oe El on general M. Agripa (63-12 a.C.), yerno y com- I presas de Augusto, compuso una gran carta geografi ; ce Brel road n ee lego Estrabén, nativo del Ponto (66 a.C. - 24 d.G.) escribié en griega, fundandose en gran parte sobre observaciones personales, ografia en 7 libros, que ha legado hasta nosotros casi completa y tye Ia fuente principal para saber cudles eran los conocimientos Ff ico de Ia antigiiedad (I, 315). Ui continuador de la tradicién romana de los erudi ear es eruditos fué Marco CarituLo IV EMPERADORES DE LA FAMILIA DE AUGUSTO El problema de la sucesién. — Juridicamente los poderes de Augusto, por su cardcter personal, debian cesar con su muerte. ¥s natural que el emperador lo hubiese previsto y se esforzase en prepararse por anticipado una sucesién. Se trataba de una historia larga y complicada. Augusto no tenia hijos directos (ver el Arbol genealdgico de la casa de Augusto a fines del capitulo). Por eso, cuando en el 23 cayd gravemente enfermo y se vid cerca de la muerte, entregd su anillo con el sello al hombre que siempre habia estado a su lado: Agripa. Julia era aun soltera, y los dos hijastros, Druso y Tiberio, eran dema- siado jévenes. Una vez curado, Augusto confirié a Agripa el poder proconsular sobre todas las provincias imperiales, lo que significaba prcticamente preparario para la sucesion, Sin em- bargo pronto el emperador cambié sus planes: entrego a Julia como esposa a M. Claudio Marcelo, hijo de su hermana Oc- tavia, y lo indicé como su sucesor. Marcelo murié casi en se- guida y Agripa yolvio al primer plano. En el 21, Augusto lo hizo casar con la viuda de Marcelo y le concedid el alto mando de las provincias senatoriales y los poderes de tribuno. De este modo Agripa se convirtié de hecho en co-reinante de Augusto. Sus dos hijos mayores, tenidos con Julia, fueron adoptados por el emperador con los nombres de Cayo y Lucio César, Todo parecia ya solucionado. Pero la muerte de Agripa, que se produjo el 12 a. C., destruyé lo planeado. Sus hijos eran atin muy jévenes y en- tonces Augusto puso su mirada sobre los hijastros Tiberio y Druso. En el 11 obligé a Tiberio a divorciarse de su es- posa y a casarse con la disoluta Julia. Paralelamente, entregd HISTORIA DE ROMA 57 NO esposa a Druso su nieta Antonia, hija de Marco Antonio Octavia. Druso murié en el 9 a. C. y Tiberio quedo 9 unico candidato a la sucesién. La concesién del poder )tribuno (6 a. C.) parecia haber consolidado definitiva- Inte su posicién. Pero la escandalosa conducta de Julia hacia absolutamente posible la vida familiar de Tiberio, Ademds Augusto, que p queria a su hijastro, empezd a demostrar claros signos de eferencia por sus nietos Cayo y Lucio. Por eso Tiberio par- para Rodas el mismo afio en que habia sido investido de | poderes de tribuno, y alli permanecid durante 7 afios, rom- do toda relacién con la familia imperial. Recién en el oud. C. Augusto le permitié regresar a Roma, donde sin bargo Tiberio continuéd fuera de la vida politica 37. Mientras ito, Lucio César murié (afio 2 a. CG.) y dos afios después Hurié también su hermano. De toda la sucesién masculina de ipa y de Julia sdlo quedaba vivo Marco Agripa Péstumo, in tenia sin embargo un cardcter tan irritable que no era ble pensar en é1 como sucesor, y Augusto se vid obligado a sjarlo también a él a una pequefia isla cerca del Elba, donde tarde fué muerto. _ Fué asi que Tiberio qued6 como unico candidato a la su- jién. Después de la muerte de Cayo César, Augusto tuvo que Bee y enel siglo xm d. C. sintiéndose cercano a la muer- t@, lo invistid con los poderes preconsulares. Por eso a la muerte de Augusto todos consideraban a Tiberio lu Sucesor legal, tanto mds que en el testamento el emperador 0 habia nombrado su heredero principal. Tiberio. — El periodo de gobierno de los cuatro sucesores Augusto: Tiberio, Galigula, Claudio y Nerén (afios 14-68), rtenecientes a la estirpe Julia-Claudia, se conoce como poca del terror”, Este nombre se debe a que los cuatro em- adores (Claudio en grado mucho menor) recurrieron a nétodos de violencia sistematica y abierta con los represen- ites de la oposicién aristocrdtica (menos hacia la oposici6n Memocratica). Este sistema de terror se originaba sobre todo Ta debilidad de la base social de la dinastia Julia-Claudia. con Augusto el Imperio habia podido gozar de una com- #1 En el 2 d.C. Julia fué exilada. _ #8 Gon Ja condicién de que adoptase a su sobrino Germanico. 58 S. I. KOVALIOYV pleta paz civil durante 44 afios, se debié a la derrota y el ago- tamiento de todas las fuerzas democraticas revolucionarias y por Ia psicologia de depresién que habia invadido a la socie- dad romana. En sustancia, con la dictadura militar faltaba una base social amplia, salvo que se considere el ejército profe- sional y unos grupos de poblacidn itdlica, no muy numerosos y aislados, Después de los 44 afios de gobierno de Augusto la sociedad se habia repuesto de las espantosas consecuencias de las gue- tras civiles. Los testigos de esos tiempos terribles estaban casi todos muertos y la joven generacién no sabia, en general, nada de ellos. La tradicién republicana estaba avin muy arraigada en Roma por algo Augusto habia dado a su dictadura formas republicanas. Pero las formas no engafiaban a nadie y si bajo Augusto la oposicién republicana se manifesté moderadamen- te, bajo sus sucesores adquirié mayor fuerza. A esto hay que agregar otra circunstancia, Los sucesores de Augusto habian recibido en palacio una educacién de es- piritu mondrquico. En cuanto al origen “democratico” del po- der de los emperadores romanos, sdlo sabian que provenia de una revolucién. Augusto sabia y se comportaba con una gran cautela; pero sus sucesores se consideraban verdaderos mo- narcas hereditarios. Fué asi que los emperadores de la dinastia Julia-Claudia se encontraron frente a una creciente oposicién republicana que provenia sobre todo de las filas de la antigua aristocracia, la cual, después de haber cedido por un tiempo el poder por espititu de conservacién, queria ahora reconquistarlo, ¢Y cé- mo podian los sucesores de Augusto luchar contra una oposi- cién que anidaba precisamente en su séquito? Solamente adop- tando métodos de terror individual. Dada la debilidad de la base social del primer Imperio, este sistema de lucha did inevi- tablemente origen a violencias sanguinarias que determinaron un desequilibrio psiquico incluso en aquéllos que lo organi- zaban, En el caso del primer sucesor de Augusto, que abrid la €poca del régimen terrorista, existian circunstancias particu- lares. Tiberio Claudio Nerén, que durante su reinado asumié el nombre de Tiberio César Augusto, era hijastro de Augusto e hijo del primer matrimonio de su esposa Livia. HISTORIA DE ROMA 59 Cuando Augusto murié, Tiberio habia cumplido ya los 55 afios. Su infeliz vida conyugal y el largo periodo de dudas, fando nadie sabia (y él menos que nadie) quien seria el jefe del Estado, habianle creado un cardcter cerrado, sospechoso, ees gran capacidad para la hipocrecia. Era por naturaleza un hombre indeciso. A pesar de todo esto, Tiberio era inteli- gente, poseia grandes dotes militares y administrativas y tenia muy, desarrollado el sentido del deber. Este doble aspecto de ‘Su cardcter, junto con la complicada situacién que lo sorpren- dié en Roma cuando subié al trono, explica todas las contra- dicciones de su politica. Estas contradicciones vieron la luz desde los primeros mo- mentos inmediatos a la muerte de Augusto. Por una parte, aprovechando del imperio proconsular y de la potestad tri- bunicia, Tiberio did ordenes a las cohortes pretorianas, se hizo jurar fidelidad por las poblaciones del Imperio y convocé al ‘senado; pero por otro lado representé en el senado una larga comedia renunciando al poder y volviéndolo a aceptar sdlo lue- go de largas discusiones. E] senado voté para él todas las pre- trogativas de Augusto. Esta resolucién surgié no sélo de la hipocrecia propia de Tiberio, sino también de un consciente ‘edleulo politico. En la familia imperial ‘Tiberio era un ex- trafio llegado de afuera. El sobrino Germanico, que se encon- traba entonces en las fronteras germanicas, gozaba en Roma de una mayor popularidad. Obligando al senado a decidir a favor, Tiberio habia prevenido cualquier acusacién de pador. La debilidad del Imperio, y en particular del poder del pio Tiberio, se manifests desde los primeros meses de su lado con una rebelidn de tres legiones en Panonia y de as cuatro destacadas en el Rin. Los soldados estaban des- tentos por cl atraso en el pago de los sueldos y porque se retenia en el servicio mds tiempo del plazo previsto (pag. 7 it.). El pretexto para insurreccionarse fué la proclamacién lel odiado Tiberio como emperador. Los soldados del Rin Ie- jaban hasta exigir que Germanico, su Jefe, asumiese los po- es imperiales. Germanico, lealmente y con peligro para su ia vida, rehusdé hacerlo. A Panonia fué enviado el hijo de uso. En ambos lugares fué necesario llegar a concesiones: | los soldados se les pagé el doble de lo que se les debia por 60 8s. I. KOVALIOV sus haberes; los que habian cumplido sus aiios de servicio fueron licenciados y ademds se les prometié que no serian em- pleados en trabajos pesados. Para restablecer la disciplina se emprendieron algunas ex- pediciones mas alla del Rin (afios 14-16) con las cuales se irataba, al mismo tiempo, de liquidar a aquellas tribus que habfan derrotado a Varo y que mantenian atin su alianza en- tre ellas. Pero los triunfos que Germinico obtuvo no dieron resultados satisfactorios, y en cambio las pérdidas resultaron excesivas. Por otra parte, Tiberio envidiaba a su sobrino y temia por su creciente popularidad. Fué asi que finalmente lo hizo regresar a Germania, lo premié con un triunfo (Afio 17) y lo envié a Oriente con poderes extraordinarios. Luego Germania fué separada de Galia y tuvo una admi- nistracién independiente. Sélo incluia los territorios sobre la margen izquierda del Rin y fué dividida en dos provincias: la Germania superior y la inferior, gobernada cada una por un legado consular. Germinico pasé dos afios en Oriente (desde el 17 al 19), ocupandose de solucionar algunos asuntos pendientes. Los estados vasallos de Capadocia y Comagenes fueron transfor- mados en provincias y se concerté un acuerdo con los partos. En el 19 Germdnico murié imprevistamente en Siria, en las cercanias de Antioquia. En Roma se empezé a murmurar que habia sido envenenado por el legado de Siria, Cneo Pisén, y su esposa Plancina; y también sobre el emperador recayeron graves sospechas. Aunque Pisén fué llevado ante un tribunal por orden de Tiberio, bajo la acusacién de haber organizado intrigas contra Germanico, esto no fué suficiente para disipar las sospechas sobre la participacion del emperador en la muer- te de su sobrino. Especialmente Agripina, esposa de Germa- nico, mujer de cardcter altivo y autoritario, hija de Julia y de Agripa, avivaba el fuego. Los desacuerdos entre los miembros de la familia imperial eran mantenidos vivos por el Seyano, prefecto de los pretorianos, llamado “el angel malo del em- perador”. Las cosas empeoraron atin mds cuando murié el hijo de Tiberio, Druso (afio 23), y los hijos de Germdnico y de Agripina —Nerén, Druso y Cayo— quedaron como los mis préximos sucesores del emperador. La situacién se hizo total- mente insostenible después de la muerte de Livia, en el 29, HISTORIA DE ROMA 61 la habia logrado, con su influencia personal, contener rde de las pasiones. Las cosas terminaron con el exilio pina y con su muerte (afio 33), con la muerte de Druso ién y con el suicidio de Nerén, que también habia sido Sdlo quedé vivo el tercer hijo, Cayo (Caligula), que optado por Tiberio%, 5 fueron las circunstancias que llevaron al emperador nino de las mds severas medidas. También el dnimo de sas populares en Italia y en las provincias se estaba con- ido en algo muy alarmante. Un tal Tacfarinas, nimida, bia servido en las tropas auxiliares romanas, de las que ® desert6, suscité en el 17 en Numidia una rebelién que locada recién en el 24. el mismo afio 24, se logré descubrir en Italia meridio- ‘tin gran complot organizado por esclavos. Un ex soldado corte pretoriana, un tal Tito Curtisio, lanzando procla- organizando reuniones secretas en Brindisi y en las ciu- vecinas, empezé a llamar a la revuelta a los esclavos- § que vivian en los aislados prados montafieses. Por casualidad se acercaron a la costa tres naves de guerra y fl su ayuda el cuestor local logré sofocar la rebelion en sus nzos. El tribuno militar enviado por Tiberio con un escuadrén de tropas detuvo a todos los jefes del com- ty los Mev a Roma, donde empezaban ya a circular ru- alarmantes ‘odo esto obligé a Tiberio a reforzar las bases militares del io. El mismo empezé a presentarse en todas partes se- por una guardia personal (jhasta en el senado!). Las tes pretorianas fueron trasladadas a Roma, donde se cons- on para ellas cuarteles especiales (afio 23) . jefe, Lucio Elio Seyano, se convirtié en la persona mis jortante después del emperador. Como ya hemos dicho, no tuyo una triste parte en la historia del reinado de Ti- Parece que su propdsito hubiera sido llegar a ser el del emperador, o que tal vez tuviese también inten- n de derribarlo; de todos modos, el hecho innegable es Mevé a cabo una politica sistemdtica tendiente a suscitar ‘Wospechas de Tiberio contra la familia de Germanico y ‘Abn era muy joven como para resultar peligroso. 62 I. KOVALIOV quienes la rodeaban. Corria insistentemente el rumor de que él fué el culpable del envenenamiento de Druso y que tenia intenciones de casarse con su viuda, Livia 4°. La concentracién de los pretorianos en Roma tenia como finalidad permitir a Seyano hacerse dueiio de Roma en el momento oportuno. El tuvo bastante que ver en la partida de Tiberio en el 26 para Campania y luego para la isla de Capri. Sin embargo los planes del omnipotente favorito IHegaron a conocimiento del emperador gracias a Antonia, madre de Germinico (aiio 31). Se imponia obrar con una gran cautela, dada Ja enorme influencia de que gozaba Seyano. Muy habil- mente, Tiberio organizé un contra-complot sui generis, Sin que Seyano se diera cuenta de nada, con la ayuda de un oficial pretoriano que le era fiel, Sertorio Macrén, y con generosas regalias, alejé a los pretorianos de su jefe. Cuando el terreno estuvo bien preparada, se leyé en el senado una carta del em- perador (que en ese momento se encontraba en Capri) acu- sando a Seyano de traicién. El senado lo condené a muerte y el favorito fué ajusticiado. Muchos de sus amigos y partidarios corrieron la misma suerte. Macrén fué nombrado prefecto de Jos pretorianos. El hecho habia demostrado a Tiberio que no se podia considerar seguro ni siquiera entre los suyos, y esto hizo aumentar su desconfianza y su odio hacia los hombres. El ré- gimen de terror llegé a su mis alto grado La politica interna de Tiberio se dirigié, desde un prin- cipio, a la abolicién de algunos elementos “democraticos” del principado. Fué asi que las elecciones de los magistrados fue- ron confiadas al senado*! y la actividad legislativa de los co- micios fué de hecho abolida. El senado gozaba, especialmente en los primeros afios de su gobierno, de una gran autoridad: el emperador sometia a su consideracién los asuntos mas im- portantes y estimaba en mucho su opinidn. Pero luego, a me- dida que crecia la oposici6n y aumentaba la tenebrosa descon- fianza de Tiberio, éste pasé a métodos de gobierno puramente 40 Estos rumores encontraron un eco en Tacito, Pero es poco pro- bable que los hechos referidos sean veridicos en lo referente al envene- namiento de Druso. 41 Los comicios sélo tuvieron el objeto formal de confirmar las lis- tas de candidatos, aprobadas pot el emperador y el senado, HISTORIA DE ROMA. 63 utocriitico y el senado se transformé en un simple instrumen- de terror. Ya en el 26, bajo la influencia de una morbosa misantrop {a de los consejos de Seyano, Tiberio habia dejado Roma, La erte de Livia habia ahondado el abismo entre el emperador a familia de Germanico. El complot de Seyano fué el acon- ‘imiento decisivo que lo empujé al método de las condenas, exilios y las confiscaciones. Para los procesos sobre traicién, ) con mayor frecuencia, de “lesa majestad” (laesae majestatis) atribuyé ampliamente al senado aquella competencia judi- que raras veces tuvo en el periodo de la Republica. La an- gua ley del 103 (I, 387) sobre las ofensas a la grandeza del iueblo romano se aplicé a la persona del emperador y cons- tituyé una base “juridica” para perseguir a todos los elementos Opositores del nuevo régimen. Es comprensible que esto se wprovechara para cumplir una gran cantidad de abusos: ven- inzas personales, ocasiones para los delatores, que recibian en “Gompensacién el 25% de los bienes confiscados, etc. Aunque ‘el emperador trataba de luchar contra los abusos, la situacion era tal que se hacia imposible eliminarla. A pesar de los aspectos negativos de su cardcter, Tiberio fué tin éptimo administrador, digno de la escuela de Augusto. Se distinguié por el sentido de economia que puso de manifiesto ‘Al disponer de los recursos del Estado ( por eso la plebe no Io _ quiso). Durante su reinado las provincias se encontraron en a situacién relativamente buena. Los numerosos procesos por concusiones demuestran el control a que eran sometidos quienes regian las provincias. Varias veces concedié subsidios ‘@xtraordinarios a ciudades que fueron victimas de terremotos. las nuevas provincias (Galia, Danubio, Espaiia) promovid construccién de numerosos caminos. En Italia luché enér- icamente contra el bandidaje, obteniendo grandes éxitos. Mas dificil era superar Ja otra consecuencia de las guerras civiles: la crisis agraria. En el 33 el senado habja invitado a las per- nas de fortuna (sobre todo a los representantes del capital jurario) a invertir 2/3 de su capital en la tierra. Esto habia ‘provocado una aguda crisis anciera, porque los acreedores ibian empezado a exigir enérgicamente el pago de la parte ue se les debja. Tiberio intervino con la constitucién de un mdo especial de crédito con los recursos del fisco. 64 8. 1 KOVALIOV Tiberio pasé los wltimos afios de su dominio en plena so- ledad en Capri, sin interesarse casi por los negocios de estado, que eran dirigidos por el prefecto de los pretorianos y el de la ciudad. La vida solitaria del emperador dié origen a una serie de leyendas sobre monstruosas perversiones y refinadas crueldades que habria practicado en Capri. Es poco probable que haya algo de verdad en esas fantasias. El 16 de marzo del $7, el emperador murié a los 78 afios de edad en su yilla sobre el cabo Miseno, sin dejar indicacién alguna sobre su suce- sor 42, Dejé sus bienes por partes iguales a su sobrino Cayo César, tinico hijo que quedaba vivo de Germinico y Agripi- na‘, y al nieto, Tiberio Gemelo. La opinién publica se vid influida a favor de Cayo, hijo del popular Germanico, Tam- bién Macrén, el prefecto de los pretorianos, se puso de su lado, y esta circunstancia resulté decisiva. El ejército y el pueblo juraron fidelidad a Cayo y el senado lo invistié de los mismos poderes que habia tenido Tiberio. Gemelo fué dejado de lado. Caligula. —Cayé César Augusto Germinico, 0 mas simple- mente Caligula‘#, ascendié al trono con los mas favorables augurios. De él se esperaba, como hijo de Germanico y de Agripina, un régimen bien distinto de la crueldad de Tiberio; efectivamente, en los primeros meses de su reinado Caligula justificd lo que de él se esperaba. Mostré ostentosamente res- peto por el senado y el pueblo y devolvid a los comicios el derecho a elegir los magistrados. Los pretorianos fueron gene- rosamente premiados; se organizaron para el pueblo maravi- Hosos especticulos en el circo y combates de fieras; su primo, Tiberio Gemelo, fué adoptado por él; se permitié regresar a a la patria a todos los exilados y fueron condenados quienes se habian hecho culpables de delacién bajo Tiberio. Sin embargo pronto las cosas cambiaron bruscamente. Cali- gula era relativamente joven (25 afios) ; habia crecido en Ca- pri, donde Tiberio lo habia tenido siempre cerca suyo, lejos de los asuntos de Estado, en condiciones de servidumbre. De su madre Agripina habia heredado el cardcter indomable que en 42 También sobre su muerte existen relatos anecdéticos, 43 Formalmente Cayo era nieto adoptive del emperador, ya que su padre habia sido adoptado como hijo. 44 “Botita”, diminutivo del calzado militar. Asi era llamado por los soldados cuando de pequeiio vivia con su padre en los campamentos. HISTORIA DE ROMA 65 € habia transformado en desequilibrio psiquico. Después de inos meses de su reinado ordené matar a Gemelo y a Ma- sin la menor apariencia de proceso. La frivola disipacién oe que Tiberio habia acumulado lo Ilevé a elevar ipuestos y a reanudar la prdctica de las confiscaciones ara Tevitalizar el tesoro del Estado, En el 39 emprendié una pedicion a Germania y a Galia septentrional con fines pu- Megar pic Ppunie de la misma no resulté nada, a Roma celebré un i i 6 Mie cbimes (10), grandioso triunfo que le costé _ EI gobierno de Caligula constituyé una importante etapa n Ja transformacién del principado en monarquia. Por a ma vez introdujo en palacio un ceremonial mondrquico: Ias flexiones, el beso de los pies, etc. El palacio imperial fué izado rigidamente y los libertos empezaron a ejercer en interior una funcién importante. A causa del desequilibrio quico del emperador, las manifestaciones de respeto hacia _pétsona comenzaron a adquirir pronto las formas mas ab- Wirdas (por ejemplo Caligula exigia honores divinos, paran- fomindose a Jupiter, y queria hacer senador a su caballo edilecto, Incitato, etc.); pero histéricamente se trataba de proceso Idgico. Se sentia también Ia influencia de las mo- quias helénicas, en las que la divinizacién de la persona vey empezé con Alejandro de Macedonia. _ El régimen terrorista provocé en el 39 la organizacién de complot para atentar contra la vida de Caligula. Fué en- bezado por el jefe de las legiones de la Germania superior, #0 Cornelio Lentulo Geuilico, En el complot estaba impli- do también Marco Emilio Lépido, marido de Drusila, the las hermanas de Caligula, Es posible que él hubiera sido ‘Mestinado a subir al trono después de la muerte del empe- lor, El complot fué descubierto 4 y una nueva ola de tea esencadend. Las hermanas de Caligula, Agripina y Julia tienes se sospechaba estuvieran implicadas, fueron. exi, 8, Se dice qu i ipi me que las hermanas del emperador, Drusila y Agripina, eran ‘W Es muy probable que la absurda expedicién de Caligula a Germa- @ lo fuera tanto como parece a primera vista, pues estaria vincu- fon el descubrimiento del complot de Cneo Lentulo. 66 §. 1 ROVALIOV Después del regreso del emperador de Galia, se organied en el 40 un segundo complot, en el que participaron los co- mandantes de los pretorianos, y el 24 de enero del 41 Caligula cay6 bajo los puiales de los conspiradores. Claudio. — No estaba establecido quién debia ser el sucesor del emperador asesinado. Pasaron dos dias de interregno du- rante los cuales el senado estudid la posibilidad de restaurar la Repuiblica. Reconociendo que esto era imposible, los sena- dores se pusieron a buscar un emperador que proviniese de su ambiente; pero mientras tanto la solucién ya habia sido en- contrada fuera de su circulo. Después del asesinato de Caligula los pretorianos habian encontrado por casualidad escondido en el palacio al tio del emperador, Claudio, hermano de Germanico. Todos se habian olvidado de él porque no parecia adaptarse, por su tempera- mento, a Jas funciones de emperador. Pero Claudio era herma- no de Germinico, y esto fué suficiente para que los pretoria- nos Jo Hevaran a su cuartel y lo proclamaran alli emperador. ‘Ante el hecho consumado, el senado no tuvo otro remedio que atribuirle todos los poderes y nombrarlo principe. Tiberio Claudio Nerén Druso Germanico, que ése era su nombre completo **, subié al trono teniendo mis de 50 anos. En el palacio de Caligula habia sido siempre objeto de burlas. Torpe, de ridiculo comportamiento, Claudio era increible- mente amnésico y distraido; cualquier trabajo lo agotaba y a veces le sucedia que, en medio de un proceso, se dormia en el lugar o debia alejarse para un pequerio suefio. Pero no carecia de un cierto buen sentido. Muchas de sus palabras y de sus actos demuestran inteligencia, aunque al mismo tiempo él ma- nifestaba ideas completamente absurdas. Augusto y Tiberio lo vonsideraban totalmente inepto para una actividad practica y Jo habian mantenido alejado de los asuntos de Estado, En sus horas libres Claudio se dedicaba a inyestigaciones histéricas y escribié una Autobiografia, una Historia de Etruria, una His- foria de Cartago; se ocupé de la reforma del alfabeto latino, introduciendo en él tres nuevas letras, etc. Inmediatamente después de haber Iegad lo al trono, Claudio 47 En las. inscripciones Germénico. oficiales: Tiberio Claudio César Augusto HISTORIA DE ROMA 67 tregd con ardoi j ardor al trabajo, pero sus di ajo, sus defectos sé haci: eo oie con el correr de los afios. Por eso cae : Pee ne eoperny por otros. Su mérito Haein eet pede colaboradores capaces y no haberles iets mes colaboradores eran los libertos Calixto carrera Jali a ii , ‘a con Caligula), Narciso, Palante y ha eo importante del gobierno de Claudio ‘in act le las bases del aparato burocratico del [m- ee ente este proceso no se habia iniciado con in Wises venia mucho tiempo atrds: los primeros em encontrarse en los gobierno c > iern ésar Ngusto. Ya hemos visto que bajo Ai c 1 uh Hehe ee me Augusto se habia hecho una ‘ 's Categorias: los ocupado: r oe de los caballeros, y los de los nibeveae Con C ae ertos habjan empezado a distinguirse muy espe. mente como agentes pei cor rsonales di jt administracién de i corte. Pea eee: Claudio did otro irecci tro paso en esta direccién, Did r a 16 a los procu- id ee ameleros del emperador que ptevently eh ees foe th TtOs) jurisdicci6n Judicial, es decir Mal ass ncias sobre cuestiones referentes al tesoro ) Se trataba de una medida de gran impor. ja de principi . i ipio, que transform: a cts ale q rmaba a los procuradores en r 1 ay sarnente pone lugar una evolucién de la administ fe a ca la formacién del aparato central bu- Bie ine Os, a hemos dicho que con Caligula la cn pe fi ‘© en clerto modo organizada, En tiem- oa Hens del Imperio habian Megado a tal @ que se impona un sistema ordenado de administra Betis) eas en la organizacién de 4 cancillerias de dinigas Be .. o importante se Hamaba ab epistulis acca ee y servia de secretariado general de ht cancer Antics dees pe eee ae aba de ta administracién de las finateas treet oe Tugar, la cancilleria a Us ee ce re : a o- Ya bajo Tiberio se dividia en dos secciones: Wilitutis. grace ab epistulis latinis y 68 s. I. KOVALIOV libio, que trataba todo lo referente a quejas, pedidos, suiplicas, etc, Finalmente un equipo 4 patrimonio administraba todos los pienes inmuebles de la casa imperial. ‘Todas las cancillerias servian en un principio para la ad- ministracién privada del emperador, pero dada su enorme am- plitud (los bienes del emperador habian aumentado muy €s- pecialmente después de las confiscaciones efectuadas en la época del terror), dada la relativa distincign entre derecho publico y privado que habia en la antigiiedad, y también como Penecuencia de la creciente autoridad del poder imperial las cancillerias de corte se transformaron gradualmente en drganos centrales de la administracién del Imperio, es decir en una e€s- pecie de ministerios. El secretario general (ab epistulis) reunia en su persona toda la administracion en el mas amplio sentido de la pala- Lear recibia los informes de los lugartenientes y jefes mili- tares, promulgaba decretos sobre sus nombramientos, compl Jaba instrucciones para los funcionarios, publicaba los edictos imperiales, etc. De modo que el secretariado general se con- virtié en algo asi como un ministerio del interior y de guerra. La cancilleria a rationibus se transformé en algo similar a un ministerio de finanzas. En ella se concentraba el control de la recaudacién de impuestos (incluso algunos provenientes de las provincias y senatoriales), la contabilidad del trigo para el abastecimiento de Roma, la adjudicacién de los medios para las construcciones, para la fabricacién de moneda, para el pago de los sueldos a los funcionarios imperiales, etc. La oficina de las peticiones a libellis se convirtié en mi- nisterio de justicia. Esta funcién se basaba en el hecho de que el cmperador decidia, a propuesta del jefe de la cancilleria, sobre las peticiones presentadas con resoluciones escritas que se convirtieron en una de las mds importantes fuentes del derecho. Junto a estos tres ministerios, la oficina a patrimonio (que podia considerarse una seccién del ministerio @ rationibus) tenia, como es légico, una importancia muy inferior. La creacién del aparato central burocratico imperial tuvo una gran importancia histérica. El aparato administrativo de la Republica, con Ja sustitucién anual de los magistrados pro- yenientes del ambiente senatorial, ya no se adaptaba a la ad- HISTORIA DE ROMA 69 histracion del enorme y complejo mecanismo del Imperio. istema representativo (parlamentario) era en realidad ex- loa la organizacién esclavista, fundada sobre la opresién {umerosas masas de la poblacién por parte de una minoria llegiada, Y aunque en el curso de toda la historia del Im- i |S esa se pusieron gradualmente a la par con Aon 5 ne respecta a sus derechos, hasta el punto de que i ipios de siglo tm todos Jos habitantes libres del Impe- obtuvieron la ciudadania romana, esto recién se produjo do el Imperio comenzaba a encaminarse hacia Ia en: mica. En cambio, en el periodo en que se organizaba el Im io el sistema esclavista era atin bastante fuerte, y en oe midiciones la monarquia burocratica aes te bite na estatal posible. Aunque la burocracia a fines del Im- f fo resulté una fuente de grandisimos abusos que causaron ruina de su poblacion, en un primer tiempo la introduc- ld | del sistema fué sin duda alguna un alivio para las pro- las, agotadas por la conducta de saqueadores que ber " than los lugartenientes republicanos. Es por esto que las ro incias gozaron, durante el reinado de Claudio, de paz Merior y de algunas ventajas materiales. ' i En general en su politica inci: i i ' ns provincial Claudio volvié a | taddiciones de César. Fué amplisimo en la concesién de ee hos de ciudadania *, En el 48 el senado daba a los galos, a sopuesta del cmperador, el jus honorum, y en consecuencia, ucceso al senado (la concesié izo inici ién se hizo inicial bu de los eduos). aa Al respecto surgié en el senad i jo una larga discusién, pues una part ae se oponia a la medida, Claudio Benusus wAlaleses (0, refiriéndose a ejemplos histéricos que demostraban con ita frecuencia habian alcan: altas_posicione: alcanzado ; iciones en Roma los ex Claudio mitigé considerablemense el régimen de terror { Bric por sus predecesores, en parte porque era consciente el callején sin salida al que Ievaba la politica de violencias, W El censo del 47-48 estimé en 6.00001 .000.000 el il a aumento de 1.000.000 respecto al del 3 BC uea Ty aca at Ticito, Anales, XI, 23-25. El di igina , XI, 28-25. El discurso original de Claudi vado fiagmentasiamente ‘en tas lamadas Faia Weve eo referido a él hablando de la cuestién de Mastarna, f 70 1, KOVALIOV en parte por su cardcter no depravado. El senado se recobrd, los procesos por lesa majestad fueron suspendidos: el empera- dor se hacia presente en el senado y tomaba parte en las * discusiones. Sin embargo la oposicién de la nobleza distaba mucho de haber sido derrotada por Tiberio y Caligula. Pre- cisamente a comienzos del reinado de Claudio, Camilo Escri- boniano, legado en Dalmacia, habia sido proclamado empe- rador por sus tropas. Si bien es cierto que pronto fué aban- donado por sus propios soldados, lo significativo es el hecho de que en Roma muchos se pusieron inmediatamente de su parte, dirigidos por Annio Viniciano. La rebelién fué sofocada en sangre. Poco después, el amante de la emperatriz Mesa- lina, Cayo Silio, habia organizado un complot para apoderatse del trono. Al descubrirsele, f{ué muerto junto con Mesalina y los otros complotados, Estas y algunas otras tentativas de me- nor gravedad mantenian al temeroso emperador en un estado de miedo y de tensién que lo hacia facilmente accesible a las delaciones, cosa que fué muy aproyechada por su esposa y por sus favoritos. En politica exterior e interior Claudio tomé algunas im- portantes medidas. El mejoramiento de sus finanzas hizo po- sible la realizacién de obras tan monumentales como la cons- truccién de un nuevo puerto en Ostia (afto 42) y la dese- cacién en el 52 de parte del lago Fucino, lo que habia sido el sueno de César. Esta ultima empresa absorbid el trabajo de 10.000 hombres durante 11 afios. La politica exterior se vid coronada de éxitos. También ésta se hizo posible por el excelente estado de las finanzas, A fines del reinado de Caligula, en el reino vasallo de Mauri- tania habia estallado una revuelta, originada porque el em- perador habia hecho ajusticiar al rey Tolomeo. El general Cayo Suctonio Paulino sofocd el movimiento; las tropas roma- nas superaron la cima del Atlante, legando hasta el Sahara. La Mauritania fué divida en dos provincias: Mauretania Tin- gitana (Marruecos) y Mauretania Caesarensis (Argelia) . En Asia Menor, y con el fin de resguardar la costa meri- dional de las incursiones de las tribus montafesas, la Licia y la Panfilia fueron unidas en una sola provincia: Lycia Pam- philia (43). La mayor empresa de Claudio fué la conquista de Britania, HISTORIA DE ROMA nm Galigula habia tenido la intencién, durante su expedicién iia, pero en ese entonces la operacién se aplazd. En el 43 ‘ito romano de 50.000 hombres, al mando de A. Plaucio no, desembarcd en la regién sur-oriental de Inglaterra mt) y pasd el Tamesis. El emperador mismo se hizo pre- een el lugar; ante él los romanos derrotaron a las tropas Carataco, que reunia bajo su mando a las tribus de la sur-oriental de la isla, y ocuparon su capital, Camalo- (Colchester). Después de esta victoria, Claudio regresé a y alli celebré el triunfo 1, mientras sus comandantes >? tinuaban la conquista de las regiones meridionales y orien- de Inglaterra. A fines del reinado de Claudio fueron con- das también las regiones centrales de la isla. shemos recordar ademas los asuntos balcdnicos. En el No vasallo de Tracia, fundado por Augusto, se manifestaban fordias dindsticas y eran frecuentes las revueltas provocadas f ¢l reclutamiento forzado para el ejército romano. Claudio eché la ocasién para liquidar los ultimos restos de in- jendencia de ese pais. En el 46 la dinastia local fué depuesta ‘Tracia meridional transformada en provincia bajo la ign de un procurador. La regidn septentrional del pais unida a la Mesia, que se habia extendido hasta el Ponto. Ya hemos hablado de la pasion de Claudio por la historia ji, Esta circunstancia tuvo una cierta influencia también la politica interna. A ella se debe en parte la revitaliza- del senado, el restablecimiento de la censura (en los aiios » que Claudio asumié personalmente *3, la reanudacién Aigunas antiguas ceremonias, la introduccién de tres nue- § letras en el alfabeto latino, la prolongacién del cerco sa- ilo de la ciudad (pomerio), etc., cosas todas que otorgan | eardcter original y un poco de ridiculo arcaismo al rei- de este cientifico diletante. vida fimiliar de Claudio fué muy infortunada. Se casé De las dos primeras esposas se divorcid. La tercera, ia Mesalina, escandalizaba por su libertinaje a la propia sociedad romana, acostumbrada a todo, Llegé al punto de brar bodas oficiales con su amante Cayo Silio, jy Claudio El hijo de Glaudio y Mesalina fué Hamado entonces Britanico. Entre ellos, el futuro emperador Vespasiano, Su colega fué Lucio Vitelio, 72 s. IL KOVALIOV estaba vivo! Parece ser que este matrimonio, como lo hemos sefialado, tenia sobre todo una finalidad politica: los nuevos esposos fueron asesinados por orden de Narciso, mientras el emperador demostraba, como siempre, su extrema indecision sobre lo que se debia hacer. Inmediatamente después de la muerte de Mesalina, Claudio se casé por cuarta vez con su propia sobrina Agripina (la menor), hija de Germinico y de Agripina. Como su madre, la nueva esposa se distinguia por su fuerza de cardcter y por su indomable ambicién. Gasdndose con el viejo emperador logré alejar a Britanico y hacer adoptar a su propio hijo con el nombre de Nerén Claudio César (afio 53). Octavia, hija de Claudio y de Mesalina, fué dada luego como esposa a Nerén. Un aiio después (54) Claudio murié de improviso. Se dice que Agripina lo envenend para asegurar el trono a su propio hijo, y 1a cosa aparece muy probable por cuanto Claudio habia empezado, en los ultimos tiempos anteriores a su muerte, a alejarse de la compafiia de su esposa y de sus cortesanos, y parecia que pensaba restituir a Britdmico sus derechos. Pero no tenemos pruebas suficientes para afirmar que ésta sea la verdad. Es probable que el emperador haya muerto envene- nado por hongos que habla comido la noche anterior sin ninguna moderacién, La muerte del emperador se mantuvo oculta durante algun tiempo, hasta que Agripina, ayudada por Afranio Burro, pre- fecto de los pretorianos, se aseguré el apoyo de éstos para su hijo. Luego el senado confirié a Nerén los poderes de regla. Nerén. — Nerén Claudio César #4 subié al trono cuando aun no habia cumplido 17 aiios. No era por temperamento tan mal- vado como falto de voluntad. no carecia de cierto talento y en algunos sentidos prometia bien, Pero las circunstancias del primer afio de su reinado sofocaron en él cualquier buen sen- timiento para dar paso a los mas maléficos instintos. En los primeros tiempos Jos asuntos de Estado fueron diri- gidos por Afranio Burro y por el educador del joven empera- dor, el famoso fildsofo y escritor L. Anneo Séneca. Estos bus- caban restablecer el régimen. senatorial en el espiritu del prin- 54 En los documentos oficiales; Nerén Claudio César Augusto Ger- manico, HISTORIA DE ROMA 73 ilo de Augusto. Pero se trataba mds bien de un programa ico, porque en la practica la administracidn del Estado encaminaba cada vez mas hacia el burocratismo, instaurado ” Claudio. De cualquier modo, en el campo de las relaciones iticas internas no se manifestaron, en los primeros afios del bierno de Nerén, sintomas alarmantes. Pero al mismo tiempo se producian, en el estrecho circulo la familia imperial, hechos que debian Hamar la atencién “cualquier observador inteligente. En el 55 moria de im- WOViso Briténico, el hermanastro de Nerén. La muerte de im- oviso y la desacostumbrada prisa con que se le did sepultura jcen pensar en un asesinato. Por orden de quién? Nuestras Mentes estén acordes en hacer recaer sobre Nerén Ia culpa. Este hecho tiene entretelones mds vastos. Tras el joven em- wador se producia una sorda lucha entre dos grupos de cor- evnos, encabezados uno por Séneca y Burro y el otro por ipina. Cada uno trataba de ejercer su influencia sobre ier6n de todos los modos posibles, con la adulacién, estimu- Inclo sus gustos artisticos, protegiendo a sus favoritos (método te especialmente indicado), etc. La influencia de Agripina hacia sentir a través de Octavia, la joven esposa del empe- «lor, mientras que Séneca y Burro se servian de la liberta iis habian determinado una reaccién, y es muy probable que itiinico haya sido envenenado por orden del mismo Nerén @ por disposicién de Burro y Séneca. Todo esto empeord gravemente las relaciones entre Agri- ina y Neron, quien ya, desde antes, trataba de escapar a la wluencia de su ambiciosa madre. Finalmente se produjo la Wistrofe, En el 58 Nerén conocié a la hermosisima Popea bina, esposa de uno de sus compafieros de orgfas, un tal tvio Otén. Popea adquirié enseguida una gran influencia bre el débil Nerén y puso en juego todas sus artes para que Nerdn se divorciase de su esposa Octavia y se casara con ella. INto originé un nuevo conflicto entre Nerén y Agripina, que até de obstaculizar como fuera el divorcio de Octavia. En- 74 S. I. KOVALIOV tonces Nerén decidié deshacerse de su madre; organizé un com- plot haciendo preparar la nave en que Agripina debia realizar una travesia, de modo tal que se hundiera en medio del mar, pero ella logré salvarse y el emperador temié que lo descu- briese todo y que empezara a actuar abiertamente contra él. Entonces Nerén la hizo matar por un grupo de soldados al mando del liberto Aniceto (59). Luego Nerén se divorcié de Octavia. Popea se separé de Oton y se casé con el emperador. Octavia fué enviada a una isla, donde se le dié luego una muerte cruel (62) Apro- ximadamente por ese tiempo murié Burro; en su reemplazo Nerén nombré dos prefectos de los pretorianos, uno de los cuales era Sofonio Tigelio %%, Este empezo a ejercer muy pron- to una perniciosa influencia sobre el emperador. Viendo Séneca que Nerén se escapaba definitivamente de sus manos, se retil de la vida publica. Asi desaparecié también el ultimo freno y el emperador pudo entregarse sin obstaculos a sus pasiones teatrales, a la prodigalidad y al libertinaje, perdiendo en poco tiempo toda contencién. Por otra parte, también en el campo de la politica interna empezaron a formarse densas nubes. Habia en Roma una anti- gua ley que establecia que si un propietario era muerto por sus propios esclavos, todos los esclavos que vivian en la casa eran pasibles de castigo. En el 57 el senado emitié un decreto complementario extendiendo el castigo, en caso de muerte del propietario, también a los esclavos que debian recibir la libertad por testamento. La tinica consecuencia fué que se mul- tiplicaron los complots y los asesinatos organizados por esclavos. En el 61 fué muerto por uno de sus esclavos Pedanio Se- gundo, prefecto de la Urbe: 400 esclavos fueron condenados a muerte. Ante semejante masacre, algunos esclavos se rebelaron expresando su desaprobacién; pero la mayoria se pronuncid por una rigida aplicacién de la ley. El dia en que los con- denados debian ser Ievados al lugar de la ejecucién, se reunid una multitud que traté de liberarlos y sdlo fué posible cum- 35 Luego murié también Popea. En un acceso de rabia, Nerén Ie habia dado un puntapié en el vientre que, dado su embarazo, le resulté fatal. 1 Tal vex seq mas justo el nombre Ofonio, HISTORIA DE ROMA 75 plir la sentencia con la ayuda de las tropas, que formaren un ¢ordén a lo largo del camino a recorrer. Tres aiios después Roma fué castigada por una gran cala- ‘midad. En el verano del 64, en un dia ventoso, estallé en la ciudad un incendio que alcanzé répidamente grandes propor- -ciones y duré 6 dias. De 14 barrios sdlo se salvaron 4; 3 que- daron al ras del suelo y de los demas slo sobrevivieron ruinas. Aunque el gobierno tomé todas las medidas posibles para aliviar la suerte de las victimas, se decia en la ciudad que el culpable del incendio era Nerén. Se decia que habia querido destruir Roma para reconstruirla mas hermosa que antes y también que habia provocado el incendio para gozar el espec- fiiculo de Ja ciudad en lamas y obtener asi la inspiracion para un gran poema. Pero parece que estos rumores no se corresponden con la vealidad, y que el incendio fué puramente casual. Hay que Sefialar que el hecho ocurrié una noche de luna Ilena (en el mes de julio), precisamente cuando el efecto “escénico” del incendio no era tan grande. Pero no por eso dejaba de correr insistentemente el rumor y el descontento popular amenazaba con tomar formas abiertas*", Por eso se decidié encontrar a los “culpables". Fueron arrestadas varias personas pertenecien- tes a distintas organizaciones ilegales, y acusados de haber pro- vocado el ineendio fueron condenadas a la muerte por tor- turas. Nuestra tradicién (Tacito y en parte también Suetonio) pina que los condenados eran cristianos, pero es poco probable que en aquella época existiese ya una precisa diferencia entre (ristianos y adherentes a otras religiones orientales, lo que induce a creer que los correspondientes fragmentos de Tici- to" y de Suetonio® hayan sido agregados luego. A pesar de la condena de los “incendiarios”, los rurnores sobre la culpabilidad del emperador no cesaron, sobre todo porque el propio Nerén les did asidero, comprando a bajo “precio una vasta zona entre el Palatino y el Esquilino y ha- ‘ti¢ndo iniciar en ella la construccién de un lujoso palacio, el Domus Aurea. 57 Por la misma ¢poca los gladiadores intentaron rebelaise en Pre- neste, 58 Anales, XV, 44, {i Nerdn, XVI, 76 8. I. KOVALIOV El incendio de Roma tuvo una cierta influencia en lo que respecta al refuerzo de los sentimientos de oposicién dentro de la sociedad romana. Otras causas que también influian eran el libertinaje, la sed de sangre, la increible prodigalidad y la maniaca pasién del emperador por el teatro. Gustaba presen- tarse en publico como cantante, poeta, actor 0 citarista, hasta habia introducido la costumbre de dos nuevas fiestas: las Ju- venales y las Neronianas, sobre el modelo de las competencias griegas. Una “claque” bien organizada que costaba sumas enor- mes de dinero debia demostrar el entusiasmo del ptblico. En el 62 terminé la era liberal del “régimen senatorial’. Su fin coincidié con aquellos hechos de la vida de corte, Ja muer- te de Burro, la promocién de Tigelino, el retiro de Séneca y la muerte de Octavia, de los que ya hemos hablado. En el senado se reanudaron los procesos de lesa majestad; volvieron a empezar las condenas y las confiscaciones causadas tanto por Ja necesidad de luchar contra la oposicién de la nobleza como por Ia de procurrarse recursos para hacer frente a los colosa- les gastos. La respuesta al regreso al régimen de terror se produjo con la organizacion de un gran complot (65) en el que tomaron parte diversas personas del ambiente senatorial y ecuestre. Al frente de los conspiradores estaba C, Calpurnio Pisén, joven proveniente de familia noble, que debia ser proclamado em- perador después del asesinato de Nerén. Entre los principales personajes que participaban en el complot se encontraba tam- bién el segundo prefecto de los pretorianos, Fenio Rufo, des- contento por la preferencia que el emperador demostraba por Tigelino. La lentitud de los conspiradores y su mala organi- zacién hicieron que el complot fuera descubierto. Se produ- jeron innumerables condenas. Nerén aproveché la oportuni- dad para deshacerse de aquellas personas que no Ie eran sim- paticas. Fué asi que Anneo Lucano, el popular poeta, sobrino de Seneca, a quien Nerén envidiaba hasta el punto de haberle prohibido publicar sus wersos, fué forzado a matarse; una suerte andloga corrié Séneca y también T. Petronio, probable autor del Satiricén, y muchos otros exponentes de la cultura. Petronio habia sido uno de los amigos mds {ntimos de Nerén, 0 Tacito afirma que Lucano tuvo participacién en ¢l complot (Ana- les, XV, 49). HISTORIA DE ROMA 7 que tenia la mayor confianza en sus consejos estéticos *!; esto habia suscitado la envidia de Tigelino, que causé la ruina de Petronio acusindolo de estar implicado en el complot. En lo ee respecta a Séneca, Nerén lo aborrecia como representante le las ideas y tendencias de la primera mitad de su reinado, En los afios 66-67 el emperador emprendié una tournée artistica a Grecia, por considerar que en Roma no se lo apre- ciaba lo suficiente... Tomé parte en los juegos olimpicos y en los de Delfos, trayendo consigo a su regreso 1.800 coronas. Para recompensar la buena acogida que recibié en Roma, de- claré libres a los helenos El viaje cost6 sumas enormes de di- nero y causé la ruina definitiva de las finanzas estatales. En el mismo afio del viaje de Nerén a Grecia estall6 una gran revuelta en Judea. Desde Grecia el emperador envié a Vespa- siano, uno de sus generales, para sofocarla, La politica provincial de Nerén se distinguia por su in- consecuencia. Por un lado se manifestaban en ella elementos progresistas que permitian ver en Nerén el continuador de las tradiciones de César, Augusto, Tiberio y Claudio, por el otro el desorden de la administracién provincial y la prodigalidad del emperador, que obligaban a recurrir a una mayor presién fiscal, ocasionaban incontables abusos y profundos descontentos. Ya a principios de su reinado se habia producido en Bri- tania una rebelidn provocada por los impuestos excesivos y las malversaciones de la administracién romana. Las tribus rebel- des se habian reunido bajo el mando de la reina Boudica. C. Suetonio Paulino, conquistador de Mauritania, no habia es- tado en condiciones, en el primer momento, de yencer a los rebeldes, que hab(an ocupado Camalodunum y Londinium, masacrando en esas ciudades a numerosos romanos que alli vivian. Recién después de haber reunido todas sus [uerzas, Paulino habia logrado derrotar a los rebeldes en una gran ba- talla al sur del Tamesis (afio 60). Boudica se habia quitado la vida y la rebelién habia terminado. El gobierno de Nerén habia tomado algunas medidas para eliminar las injusticias mas evidentes. La situacién en Oriente era muy compleja. Desde los tiem- pos de Tiberio el problema armenio permanecia sin solucién. «1 Se lo Mamaba arbiter elegantiarum. 98 8. t ROVALIOV Su mayor dificultad consistia en el hecho de que én él se inte: resaban también los partos, que mantenian en Armenia a sus propios protegidos. Cneo Domicio Corbulén, en parte por medios diplomiticos, en parte por la fuerza de las armas, ha- bia actuado en Oriente con un gran éxito: como resultado de algunas campaiias °° y de largas tratativas de paz, Tiridates, hermano del rey armenio y protegido de los partos, habia re- nunciado a sus pretensiones formales sobre Armenia, acep- tando ponerse bajo la proteccién de los romanos y recibir la corona armenia de manos de Nerén. Con este fin se habia pre- sentado personalmente en Roma, donde fué solemnemente coronado. De este modo, él problema de los armenios y los patos ha- bia sido resuelto satisfactoriamente para Roma. El mérito le correspondia sobre todo a Corbulén. Pero Neron, temiendo la popularidad de este eminente general, lo Hamoé en el 67 a Grecia, donde se encontraba él, y lo habia condenado a muerte. El] punto mas débil de Ja politica provincial de Nerén de- mostré ser Palestina, En esa regién la situacion era particular- mente compleja: la politica romana tendiente a agudizar las contradicciones nacionales, la crasa ignorancia de las particu- laridades de la religion y de la vida de los hebreos y los abusos de los procuradores imperiales eran causa de una ca- dena casi ininterrumpida de rebeliones. Mientras el alto clero del Templo de Jerusalén y los grandes propietarios se habian, en general, reconciliado con los romanos, la masa popular, oprimida por un doble juego, era un vivero de descontento. El pueblo creia firmemente en la legaba de un Mesias, el prome- tido Salvador, que debia salvar a los hebreos de la opresién de los extranjeros ¢ instaurar en la tierra el reino de la Verdad. En el 66, en Cesarea *, con el permiso del procurador Yesio Floro, tuvo lugar la persecucién de los hebreos. En respuesta, estallé en Jerusalén una rebelién dirigida por el partido de Jos celotes, corriente nacionalista que trataba de echar abajo no slo el yugo de los romanos, sino también el de los grandes terratenientes, de los usureros y del rico clero del Templo de G2 En el 58 y en el 59 las tropas romanas habian conquistado ambas capitales de Armenia: Artaxata y Tigranocerta. 3 Ciudad costera de Palestina, en el confin entre Galilea y Samaria. Era la capital de la provincia, residencia de los gobernadores romanos. MISTORIA DE ROMA 9 salén. Los pertenecientes al ala extrema dei partido nacio. lista eran llamados en Roma “sicarios”’, porque acostumbra- in recurrir a métodos terroristas de lucha. Los sicarios eran eclutados. entre los esclavos, los campesinos mas pobres y los stratos inferiores de la poblacién urbana. Los jefes del movi- lento eran Juan de Gischala y Simon, hijo de Yora. Los re- Ides pusieron sitio a numerosas guarniciones romanas en lerusalén, matando a sus componentes ni bien capitulaban. Las autoridades romanas sé mostraron completamente des- wientadas. Yesio Floro no tomé ninguna medida y el lugar- teniente de Siria, Cestio Galo , levanté el sitio de Jerusalén y fué derrotado mientras se retiraba. Luego la rebelién se ‘extendié a toda Judea, a Samaria, a Galilea y a parte de la ‘Transjordania. En las ciudades se producian encarnizados en- ¢uentros entre los hebreos y los “paganos”, y en Jerusalén, en los primeros tiempos de la revuelta, nacionalistas moderados } extremistas constituyeron un gobierno de coalicién que tomé ja direccién del movimiento. __ Nerén envié al sitio de Ia revuelta a su ultimo gran ge- heral, Tito Flavio Vespasiano, que habia sobrevivido a todos los otros porque, siendo de origen modesto, Nerén no lo con- sideraba peligroso. Vespasiano provenia de la ciudad sabina tle Reate, de la familia de un recaudador de impuestos. Cuan- lo empez6 la revuelta en Judea, tenia ya 57 afios. En la corte No resultaba muy simpatico, dado su temperamento mds bien Mistico; pero era, sin embargo, el unico general a quien podia confiarse Ia represién de la peligrosa revuelta. En el 67, Vespasiano ® con un ejército de 50.000 hombres, Inicié las operaciones en Palestina. Al aiio siguiente, la rebe- lidn estaba dominada en todas partes, salvo en Judea, Sabe- dor de la deposicion de Nerén, Vespasiano intérrumpis. las operaciones, En el afo 68 el emperador habia apenas regresado de su Viaje a Grecia cuando se supo de un nuevo movimiento, mu- cho mas peligroso, La condena de Corbulén, que no se justi- “4 Tenia también el alto control sobre Judea, 4% Suctonio dice que Vespasiano formé parte del séquito de Nerén durante el viaje a Grecia y que cay6 en desgracia porque mientras Nerén fantaba se dormia o se alejaba. Por esto se le prohibié presentarse en Ma corte (Tespasiano, 4). 80 8S. I. KOVALIOV ficaba con nada, habia impulsado a apurarse a los repre- sentantes de la nobleza que atin se encontraban vivos: el gobernador de la Galia Lionesa 68, C, Julio Vinoex, de acuerdo con el de la Espaiia Tarraconense, Servio Sulpicio Galba, se habia rebelado bajo la bandera de restauracién de la Repu- blica. A las legiones de los rebeldes se habian unido las tribus galas, Hevadas por el descontento que surgia del aumento de los impuestos. Las legiones de la Germania superior, al mando de Virginio Rufo, intervinieron contra el movimiento en Ga- lia y Vindex fué derrotado, pera los soldados de Germania pretendieron en cambio que Virginio se proclamase empera- dor... Es cierto que Virginio se negé, pero no por esto me- joré la situacién de Nerén. La noticia de la rebelién de Vindex fué la sefial para una oleada de descontento también en Roma. Nerén, desorientado, no supo tomar ninguna medida: pasaba de una fe infantil en si mismo a actos de completa desesperacién. Los pretorianos empezaron a vacilar y de esto se aprovechdé el nuevo prefecto Ninfidio Sabino, que empezé a trabajar en favor de Galba. Tigelino no hizo nada para salvar a su ex protector. El senado depuso a Nerén y lo declaré fuera de la ley. Abandonado por todos, salvo algunos esclavos y libertos, el emperador depuesto huyo de Roma y después de muchas vacilaciones se maté en una de sus villas. Pero no dejé de exclamar, ante Ja muerte: ‘Qué artista que desaparece...!” (Verano del 68). Suetonio cuenta que durante mucho tiempo hubo descono- cidos que adornaron la tumba de Nerén con flores, le eri- gieron bustos y catedras oratorias en el Foro, publicaron pro- clamas en las que se afirmaba que Neron estaba vivo y que pronto regresaria para castigar a sus enemigos. Un buen re- auerds de Nerén comeervaron Jos gtiegos y los partos. Es sig. nificativo que durante los 20 afios siguientes a su muerte, en Oriente aparecieron tres veces sedicentes Nerones que runieron en torno suyo a muchos partidarios. G6 Regién central de la Galia Cisalpina con centro en Lyon, HISTORIA DE ROMA 81 Arbol genealdgico de la casa de Augusto Livia (en primeras nupcias con Tiberio Claudio Nerén) Augusto (4 dc) Julia Druso Tiberio de Agripa) (14.37) t, L. César, ‘ipa, Péstu- F 4 lia, Agripina C&™nico ee Druso | —_ Britanico Octavia Tiberio Gemelo Ner6n, Druso, Caligula, Agripina, Drusila, Julia q (87-41) (en. prime- res nupcias con Domi- cio Enobar- bo) | Nerén 54-68) CapituLo V LA GUERRA CIVIL DEL 68-69 Galba.—Galba era uno de los pocos representantes de la cia gentilicia que habia sobrevivido a los afios del terror. Su origen fué, sin lugar a dudas, uno de los motivos principales del rapido y benévolo reconocimiento del senado. Pero la situacién del nuevo emperador se presentaba muy inestable. primer lugar, no todos los lugartenientes pro- vinciales lo habian reconocido: el procénsul en Africa, Publio Glodio Macrén, que junto con Galba habia intervenido con- tra Nerén, le habia negado obediencia luego y Galba se habia deshecho de él mandandolo matar. Lo mismo habia sucedido con el comandante de las tropas de la Germania inferior, Fon- teyo Capitén, desplazado luego por uno de los comandantes que de él dependian. En segundo lugar, Galba fué traicionado enseguida por uno de sus mds importantes partidarios, el pre- fecto de los pretorianos Ninfidio Sabino, irritado por el hecho de que Galba habia nombrado un segundo prefecto eligién- dolo entre sus amigos espafioles. Es cierto que la tentativa de Sabino de atraerse a los pretorianos termind con su muerte, y que Galba, al final de cuentas, fué reconocido por todos; pero la situacién general no por eso mejoré en mucho. Galba se encontré frente a dos dificiles problemas hereda- dos de Nerén: el saneamiento de las finanzas y la restauracién de la disciplina en el ejército. Pero el emperador no era persona indicada para esa misién: anciano* y ademas, no muy inteligente, rodeado de consejeros ineptos (la mayor par- te era lisa y Hanamente un montén de imitiles), desde los ui Galba tenia mis de 70 aitos, HISTORIA BE ROMA 83 Jinienzos de su reinado did una serie de pasos en falso, La oria de los que habian estado cerca de Nerén fué muerta ningtin proceso, las riquezas confiscadas pasaron a manos los nuevos favoritos. Todo recordaba los peores momentos da época pasada. _ El error principal fué que Galba no supo congraciarse ni m los pretorianos ni con las tropas de las provincias. De- Ostrando una gran avaricia, adopté métodos de mezquina homia. A su vez, Ninfidio habia prometido én su nombre hindes recompensas a los pretorianos, pero una yez empera- Galba habia evitado mantenerlas. Lo mismo pasé con las lones germinicas, que esperaban ser recompensadas pot her luchado y vencido la insurreccién de Vindex. Hay que wegar a esto que Galba habia cambiado los cuadros de las ppas destacadas en Germania, con desastrosos resultados. Las cosas Ilegaron a tal punto que el 19 de enero del 69 is legiones de la Germania Superior se negaron a renovar el wmento de fidelidad a Galba y pretendieron que el senado el pueblo eligieran un nuevo emperador. El ejemplo fué ido répidamente por las tropas que se encontraban sobre €urso inferior del Rin, que proclamaron emperador al pro- @ jefe, Aulo Vitelio. La situacién de Galba se complicé atin mis por el pro- de su compaiiero de gobierno y sucesor. Iniormado de ecesién de las legiones germanicas y comprendiendo que si solo no lograria vencer al movimiento, habia adop iad. ombrado a su compaiiero de gobierno, Piséu Liciniano, mbre de noble origen, relativamente joven y absolutamente Xperto. Hsta desacertada eleccién no encontré ningiin apoyo entre Wopas, pero fué sin embargo sancionada por el senado en itud del origen altamente aristocratico del candidato y del ho de que su familia habia sido perseguida por Claudio por Nerén. También aspiraba a la adopcién el ex marido de Popea, Salvio Otdn. En los ultimos afios del reinado de Nerén, gobernaba la Lusitania y habia ayudado a Galba. Burlado is €speranzas, Otén empezd a agitar a los pretorianos, en- rando un terreno muy favorable gracias a ta avaricia y las “84 8.1. KOVALIOV exigencias de Galba. El 15 de enero del 69 Otén fué procla- mado emperador y Galba y Pisén fueron muertos. Otdén.—El senado y la mayoria de las provincias (salvo Espafia, Galia y Britania, donde era fuerte Ja influencia de los secuaces de Vitelio) reconocieron a Otén. Durante su bre- ve reinado (unos 3 meses) demostré una energia y una inteli- gencia que dificilmente podian esperarse de un hombre mun- dano y licencioso como él. Pero no por eso pudo superar todas las dificultades que se le presentaron. Instruido por la amarga experiencia de Galba, ni siquiera taté de reducir los gastos de los pretorianos y de luchar contra el libertinaje. En esos tiempos, sefiala Tacito, “todo se hacia segiin la voluntad de los soldados” ®8, La amenaza principal venia del norte. Vitelio era, en si mismo, una completa nulidad y su carrera se’ debia mas que nada a las influencias de que gozaba su padre durante el reinado de Claudio. Pero detras del “emperador germdnico”, como se lo Ilama en algunas monedas, habia dos habiles ge- nerales: Fabio Valente y Aulo Cecina. Ya antes de la muerte de Galba, tropas seleccionadas del ejército de Germania, en dos grupos, al mando de Valente uno y de Cecina el otro, habian comenzado a marchar hacia el sur. Vitelio debia seguirlos con las reservas. La muerte de Galba, naturalmente, no habia detenido el movimiento, y ha- bia fracasado una tentativa de Otén de establecer tratativas de paz. Los grupos de Vitelio forzaron, a comienzos de la prima- vera, el paso de los Alpes, y se reunieron en la ciudad de Cremona sobre cl curso medio del Po (habian entrado a Italia por dos rutas distintas). Las fuerzas de los adversarios eran aproximadamente iguales, pero las de Vitelio estaban mejor adiestradas y tenian jeles mas experimentados y resueltos. Las fuerzas de Otén, entre otros inconvenientes, tenian el de estar muy desconcentradas y no fué posible reunirlas a tiempo. A mediados de abril del 69, se produjo en Cremona la ba- talla decisiva. Ot6n fué derrotado y se maté, demostrando en el acto supremo gran decisién y dominio de si mismo. Vitelio 68 Historias, I, 46, HISTORIA DE ROMA 85 é reconocido por el senado y por los gobernadores pro- vinciales. Vitelio.—De los tres efimeros emperadores del 68-69, Vi- telio fué el mds insignificante. Insaciable, avido y disipador, mn su prodigalidad Wevé al Estado a una completa bancarrota. En el ejército decayé la disciplina; los soldados, al no recibir das prometidas recompensas en dinero (a Vitelio ya no le bas- ‘taban los recursos a su disposicién) , empezaron a recompen- arse solos a costa de la poblacién de Italia. Las provincias y las tropas orientales (entre ellas también lis legiones destacadas en Judea) en un primer momento re- conocieron a Vitelio; pero las medidas represivas adoptadas on aquellas tropas que habian apoyado a Otén suscitaron un fran descontento, en especial entre las legiones iliricas. Y lo le fué que también las tropas orientales decidieron dedicarse a la ventajosa ocupacién que consistia en “hacer” ‘emperadores. “Ahora se conocia el secreto de la autoridad im- perial: uno podia hacerse jefe del Estado no sélo en Roma, ‘sino también en otros lugares” 9, A las tropas orientales esto les resultaba mucho mis facil ie cuanto estaban concentradas en grandes cantidades para Mt guerra judaica. El prefecto de Egipto, Tiberio Alejandro, y el lugartenien- tte de Siria, C. Licinio Muciano, se convirtieron en iniciadores de un gran complot militar que tenia como finalidad Ievar l trono a Vespasiano. El 1° de julio del 69, las tropas de Alejandria juraron fidelidad a Vespasiano, Algunos dias des- és, el ejemplo fué seguido por las legiones establecidas en idea y luego por todas las provincias orientales y estados allos. ; Vespasiano se dirigié a Alejandria para hacer cesar el en- 4o de cereales a Italia y vencer asi a Vitelio por agotamiento. ontempordneamente, Muciano pasé con sus tropas del Asia fenor a Europa. Pero las legiones del Danubio lo precedieron. Las tropas de ionia, de Mesia y de Iliria, ni bien tuvieron conocimiento la proclamacién de Vespasiano, se pasaron de su parte. Con tonio Primo, comandante de una de las legiones, que s¢ W Tacito, Historias, 1, 4, 86 S. I. KOVALIOV puso al frente de todas las tropas, marcharon rapidamente sobre Italia (fines del otofio del 69). La rapidez de su movi- miento tomé a Vitelio por sorpresa; le fué imposible dirigir las operaciones; Valente yacia enfermo y Cecina con sus ofi- ciales, estaba dispuesto a pasarse del lado de Flavio. Pero los soldados, después de haber arrestado a su comandante, eligie- ron uno nuevo y marcharon contra las fuerzas de Vespasiano. Cerca de Cremona, no lejos del lugar donde las tropas de Vi- telio habian derrotado a Otén, tuvo lugar una nueva batalla. Aunque los partidarios de Vitelio eran numéricamente supe- riores y combatian encarnizadamente, la brillante conducta de Antonio Primo y la mejor preparacién militar de sus legiones decidieron la suerte de la batalla. Los vencedores cometieron con los vencidos una espantosa masacre. Cremona fué destruida por completo (diciembre del 69). Vitelio hizo una tentativa de frenar los nuevos avances de sus enemigos, ocupando con las cohortes pretorianas y la ca- balleria los pasos de los Apeninos; pero sus fuerzas se disper- saron al acercarse Antonio Primo. Entonces Vitelio entablé tratativas con Antonio y Muciano, que mientras tanto habia entrado a Italia, con la mediacién de Flavio Sabino, hermano de Vespasiano, que comandaba las cohortes urbanas de Roma (Vitelio le habia perdonado la vida y hasta lo habia mante- nido en sus funciones, a pesar de la lucha contra Vespasiano) . Las tratativas terminaron en un acuerdo segun el cual Vitelio salvaria su vida si renunciaba al poder. Pero entonces intervinieron los pretorianos, que no desea- ban que Wespasiano subiera al trono, porque esto habria sig- nificado para ellos, en el mejor de los casos, la dimisién. Agre- dieron a Sabino y a los suyos y los fueron empujando hasta el Capitolio, Después de un breve asedio, la fortaleza fué tomada y durante la batalla fué destruido, con otros edificios, el anti- guo templo de Jupiter. Flavio Sabino fué muerto, aunque Vitelio traté de salvarle la vida. Enterado del combate en el Capitolio, Antonio Primo se apresuré a marchar sobre Roma, pero no logré salvar a Sa- bino. En los alrededores de la ciudad y bajo los muros del cuartel de los pretorianos, tuvo lugar el ultimo y encarnizado combate. Los estratos mas bajos de la plebe y los esclavos sostenjan a Vitelio, pero a pesar de ello éste fué derrotado y HISTORIA DE ROMA 87 Muerto; sus secuaces fueron casi todos masacrados (diciem- del 69) . Enseguida Roma fué dominada por la soldadesca desenfre- ida, que se entregd a toda clase de crimenes y saqueos. El «nado invistid a Vespasiano de todos los derechos y privilegios jie comportaba la dignidad de principe. Su joven hijo Domi- glano, que por casualidad se habia salvado durante el sitio del pitolio, fué proclamado César; pero esto no podia restable- wer el orden publico en la ciudad. Antonio mismo no podia @ no queria hacerlo. Sélo Muciano, que llegé con tropas fres- impuso finalmente la disciplina entre aquellas fuerzas que habian degenerado. Muciano ejercié también las funciones de lugarteniente del perador hasta la Iegada a Roma de Vespasiano (verano 170) . Significado de las guerras civiles del 68-69.—En la motiva- én de los acontecimientos del 68-69 hay un hecho cardinal, jue ya nos hemos referido: la inestabilidad de la base social fie “dinastia” Julia-Claudia. Aunque algunos emperadores ¢ esta dinastia (especialmente Claudio) hicieron tentativas wa extender los limites de la ciudadania romana y consoli- ir de ese modo su propia base social, se trataba de tentativas le caracter esporidico que no podian cambiar radicalmente tl estado de cosas existente. El principado de los Julios-Clau- lios habia seguido siendo una monarquia militar, que se apo- Yilba sobre todo en el ejército. La antigua aristocracia sena- wial se mantenia en la oposicidn; el orden ecuestre, perjudi- judo en el sistema de recaudaciones, habia perdido importancia y la nueva clase —la burocracia imperial— distaba mucho de berse consolidado. La restriccién de Ia base social del primer Imperio, como mos sefialado, fué la premisa para el régimen de terror y Wlotivd los hechos que siguieron a la muerte del ultimo re- sentante de ese régimen. Con la muerte de Nerén se inte- mpia el hilo proveniente de César y Augusto: de la dinastia ante no quedaba vivo un solo representante. En esos co- jenzos del Imperio no existia ningiin orden de sucesién pro- fiindamente arraigado; hasta un cierto punto ésta se fundaba bre el prestigio de la dinastia fundadora y en especial de Migusto. EL aspecto formal del problema consistia en el hes 88 8. I KOVALIOV cho de que el principe adoptaba a un miembro cualquiera de la familia reinante y lo investfa de poder proconsular o tribunicio; el acto final y decisivo era la proclamacidn del nue- vo emperador por parte de la guardia y del senado. Luego se producia su reconocimiento por parte de las tropas y de los gobernadores de provincia. A veces (caso de Claudio) el procedimiento era ain mucho mas simple y se limitaba a Ia aclamacién de los pretorianos, a Ja forzada confirmacién del senado y al reconocimiento de Jas provincias. Pero hay que anotar también que en algunos documentos se hace referencia al juramento de fidelidad de todos los pueblos y a la votacién en los comicios que definian la potestas tribunici Nerén cay6 victima del régimen de terror, que él llevé has- ta su fin légico. Las formas en las que se manifesté este régi- men y la conducta personal de Nerén fueron tales que hasta la paciencia de la sociedad romana no las soporté. Si al em- perador podian perdonarse el execrable envenenamiento de Britanico, el abyecto y cobarde asesinato de la madre, la des- truccién de los mejores representantes de la intelectualidad romana, un actor en el trono era —esto si— algo absolutamente inaceptable para la conciencia romana. Nerén mismo habia puesto un abismo entre él y su clase. Pero peor atin fué para él haber roto con el mayor apoyo de la dinastia, es decir con el ejército. Nerén era profunda- mente “civil” y esto podia no haber sido un gran mal (tam- poco Claudio amaba las cuestiones militares, pero habfa estado personalmente en Britania). Nerén la tinica vez que fué a las provincias lo hizo como actor para recoger discutibles laureles. El ejército romano sélo conocia a su emperador a través de los monstruosos relatos que Hegaban de la capital. Sin embargo, Nerén habria podido conservar el poder aun un cierto ntimero de afios si en las provincias no se hubiera iniciado el movimiento separatista. Aunque el régimen de te- rror s¢ limitaba sobre todo a Ja nobleza romana, tocaba tam- bién indirectamente a las provincias. Los gobernadores y los jefes militares que en ellas se encontraban, como representan- tes de esa misma nobleza, podian de un momento a otro caer victimas del sistema terrorista; y no s6lo ellos. Plinio el Viejo HISTORIA DE ROMA 89 e7, que la mitad de la provincia de Africa pertenecia a grandes terratenientes que Nerén habia condenado a muer- y a la confiscacién de los bienes. El terror muchas veces peaba no sélo a los adversarios politicos del principado, sino ibién a la gente rica cuyos bienes se hacian necesarios para rir los colosales gastos del fisco. Con la misma finalidad se nentaban los impuestos en las provincias. De ese modo, «lo lo positivo que habia dado a las provincias la politica César, de Augusto y de sus sucesores, fué, hasta cierto Minto, anulado por los excesos del sistema terrorista. Por eso no hay nada sorprendente en el hecho de que en rovincias donde la autoridad de Roma se habia con- jolidado con fuerza durante el siglo transcurrido desde la ba- la de Accio, se manifestara bajo Nerén un movimiento wparatista. Dejando de lado Judea, donde existian condicio- articulares, no podemos ignorar los movimientos de las wovincias occidentales, que constituyen ¢l principio del fin Nerén y con é] de todo el sistema de principios del Imperio. Tistos movimientos fueron deteminados por tres circunstancia: tendencia de los estratos ricos locales a separarse de Roma, 1 descontento de las legiones provinciales y el temor de los yobernadores frente a la suerte que los esperaba. Cuando la Moticia de la secesi6n de Occidente legs a Roma encontré Wn terreno favorable: Nerén quedé totalmente aislado y de- hid perecer. Los acontecimientos posteriores surgieron naturalmente de situacién que se habia venido creando. La dinastia habia minado. Sobre la arena politica quedaban el senado, Jos torianos y grandes formaciones militares en las provincias. todas estas fuerzas el senado era la menos importante, de- grada y en decadencia durante el tiempo del régimen te- orista. En realidad el poder se encontraba en manos de la ardia y de las tropas provinciales. Ya sabemos cémo, a pnsecuencia de la lucha, se sucedieron en Roma cuatro em- eraclores en seis meses. Ia guerra civil del 68-69 fué para el Imperio una dura ueba y una amenazadora advertencia. Demostré, en primer lo inestable de la autoridad imperial y hasta qué gra- 1 Historia natural, XVI, 35, 90 8S. I KOVALIOV do dependia del ejército; en segundo lugar, puso en eviden- cia el hecho de que las provincias habian crecido y ya no querfan ser sélo un objeto de la politica del gobierno cen- tral, Las lecciones de Ja guerra civil fueron aprendidas por la nueva dinastia, Caprituto VE LOS FLAVIOS Vespasiano.—En el periodo en que Tito Flavio Vespasia- no‘! se convertfa en emperador romano, el Estado se en- ‘contraba en una situacién excepcionalmente dificil. En Orien- te continuaba la guerra judaica: a la caida de Nerdn, la rebe- lién habia sido sofocada en todas partes menos en Judea; ‘Vespasiano habia interrumpido momentineamente las opera- ciones militares. En los dos afios de respiro que los rebeldes habian obtenido asi en forma inesperada, el frente unico que ‘en los primeros afios de la guerra se habia formado entre “moderados y nacionalistas extremos se habia deshecho. En Je- ‘Yusalén tomaron la delantera los elementos extremistas, con ee de Gischala a la cabeza, y aprovecharon su dominio para onsolidar las instalaciones defensivas de la ciudad y preparar- en general, para resistir el sitio. En la ciudad se desenca- lenaron persecuciones contra los ricos, sospechosos de abrigar timientos filo-romanos. Una vez proclamado principe, Vespasiano dejé el mando fupremo en manos de su hijo mayor ‘Tito. Recién en la pri- mavera del 70, después de haber recibido refuerzos de Egipto, ‘Tito pudo empezar las operaciones importantes. Los roma- cifieron la ciudad con un estrecho anillo. El sitio de Je- uulén, dada su posicién inaccesible y las tres lineas fort! adas que la defendian, se prolongé durante 6 meses (abril- wptiembre del 70). Aunque la poblacién fué reducida al imbre y al maximo grado de agotamiento, opuso una encar- ada resistencia. En los primeros meses del sitio cayeron las 71 Nombre oficial: César Vespasiano Augusto, 92 8S. I. KOVALIOV dos primeras lineas de fortificaciones, pero la ciudadela (ciudad vieja) y el templo continuaban resistiendo, Por fin, en agos- to fué conquistado por asalto el templo, que fué destrufdo, y un mes después cayé también la ciudadela. Jerusalén fué destruida: los restos de la poblacién fueron reducidos a esclavitud. A todos los hebreos que vivian en el Imperio se les impuso una tasa personal en favor de Jupiter Capitolino: se prohibid la reconstruccién del templo de Je- rusalén; en territorio de la ciudad establecid sus cuarteles per- manentes una legién romana. Tito regresé a Roma en el 71 y celebré el triunfo con su padre y su hermano. En ese mismo afio fué ajusticiado, al pie del Capitolio, uno de los jefes de la rebelién, Simén, hijo de Yora. Juan de Gischala termind sus dias encarcelado a perpetuidad. La rebelién judaica, a pesar de su cardcter violento y de la importancia que tuvo para la suerte del pueblo hebreo, des- de el punto de vista de Roma tuvo un caracter local. Mucho més peligroso fué un movimiento que tuvo que enfrentar la nueva dinastia. Las tibus de los batavos, pueblos del curso inferior del Rin, habian apoyado primero a Vitelio en su lu- cha contra Otén, pero cuando, en el verano del aio siguiente, Vitelio habia empezado a exigir refuerzos, los batavos se habian rebelado bajo la direccién de uno de sus jefes, Julio Civilis, que gozaba de los derechos de ciudadano romano, Civilis se habia declarado partidario de Vespasiano y en ése caracter habia derrotado en el bajo Rin a algunas guarniciones roma- nas que sostenian a Vitelio. Después de la victoria de Vespasiano, el movimiento no habia cesado, més aun habia adquirido una mayor ampli- tud y cambiado su propio cardcter. A Givilis se agregaron las tropas del Rin, malquistadas con Vespasiano. Empezaron las revueltas de algunas tribus galas los treverios, los lingones, etc. También los germanos de la orilia derecha del Rin se pu- sieron en movimiento; se consideré una finalidad del mo. vimiento la constitucién de una Galia independiente (impe- rium Galliarum). Casi todos los puntos fortificados romanos sobre el Rin cayeron en manos de Civilis, Sin embargo la mayoria de las tribus galas se rehusé a apoyar la reyuelta. Esta circunstancias fué decisiva. En el verano del 70, el ejército romano formado por Muciano, al HISTORIA DE ROMA 93 ando de un pariente de Vespasiano, Petilio Cerialis, inter- ino contra los rebeldes. Al acercarse esta tropa, los romanos ertaron de la milicia gala y se pasaron a Cerialis. En Au- sta Treverorum (Tréves) los galos fueron vencidos en feroz batalla. Inmediatamente Cerealis invadié el terri- ‘io de los batavos. Pero la prosecucién de la guerra en esa marca result tan dificil que Cerealis en el otofio del 70 se vid obligado a entablar tratativas con Civilis y a concluir la wiz. El gobierno romano debié hacer algunas concesiones a los bitavos. También en otras regiones del Imperio la situacién daba ‘motivos de alarma. En el Ponto, en ei afio 69, el liberto Ani- eto, actuando como partidario de Vitelio, habia conquistado ‘Trebisonda y con su flota corsaria sembraba el terror sobre el Mar Negro. En el Danubio los sirmatas y los getas hacian correrias sobre los territorios romanos. También en Britania reinaba una gran agitacidn, Una de las consecuencias de las guerras civiles habia sido ¢l debilitamiento del poderio militar del Imperio: en el ejér- cito la disciplina se habia venido abajo; los soldados se sen- tan duefios de la situacién viendo que los emperadores les debian el poder exclusivamente a ellos. Algunas unidades mili- fares se habian desbandado por completo. La situacién de las finanzas estatales era pavorosa. Segtin Suetonio”?, Vespasiano habia declarado a principios de su reinado que el déficit del Estado llegaba a los 4 mil millones de sextercios. Se imponfa, pues, tomar medidas extremas para afrontar Ja situacién en todos los problemas, y hay que dejar cons- tancia de que Vespasiano estuvo a la altura de esa misidn. Proveniente de una desconocida familia de caballeros, era lo que se suele llamar un hombre hecho por si mismo. Cuando se enicontré al frente del Imperio, tenia ya 60 afios y una lar- Ba y sustancialmente activa carrera de administrador a sus ‘espaldas. Una vez sobre el trono, Vespasiano siguié siendo, so- bre todo, un dptimo administrador: la inteligencia, la expe- riencia, el espfritu de observacién que lo distinguian, lo ayu- daron a considerar justamente Ja situacién y a trazar los pla- — 42 Vespasiano, XVI. ot $8. i. KOVALIOV nes para la mejor solucién del problema no sélo de Ia restati- racién, sino también de la consolidacion del Imperio. Ves- pasiano fué excepcionalmente modesto y simple y demostré poseer una gran capacidad de trabajo, Hacia sus inferiores era muy exigente, pero no insoportable: poseia en alto grado un especial sentido del humorismo, Una de las tareas mas urgentes era la restauracion de la disciplina en el ejército. En este campo, Vespasiano demostré una firmeza y una consecuencia inconmovibles, Las legiones germanas que habian tomado parte de la rebelién fueron di- sueltas en su mayor parte; distintas unidades se formaron de nuevo; el niimero de las cohortes pretorianas fué disminuido de 16 (ese numero tenian con Vitelio) a 9. En el campo de las finanzas se hizo promotor de econo- mias excepcionales. Los gastos de corte fueron reducidos al minimo; en esto el sentido de economia personal de Vespa- siano tuvo una gran importancia. Se introdujeron nuevos impuestos tanto en Italia como en !as provincias, y el empe- rador no tuvo ambages en recurrir a los mas inusuales expe- dientes para recaudar dinero, Suetonio 7 narra un hecho curioso que parece que no ha sido in- ventado, Una vez Tito expresé su descontento al padre, diciéndole que si continuaba por ese camino, pondria también una tasa sobre las letri nas pliblicas. Después de un cierto tiempo, Vespasiano puso bajo la nariz de ‘Tito un pniiado de monedas y Je pregunté si por casualidad olfan mal. Ante la respuesta negativa del hijo, observé: “Y sin embargo pro- vienen de las letrinas”. Los resultados de la politica financiera de Vespasiano fue- ron dptimos. No solamente cubrié el déficit colosal y dejé a sus sucesores el tesoro en buen estado, sino que pudo también destinar grandes sumas a trabajos publicos. Durante su reina- do fué contruido el Capitolio, erigido el templo de la Paz e iniciada la construccién de un enorme anfiteatro, destinado a contener algunos millares de espectadores. Se trata del Co- liseo, terminado recién después de la muerte de Vespasiano, cuya grandiosa mole se yergue atin en Roma como testimo. nio del progreso de la técnica constructiva de aquellos tiempos. El principado, como ya lo hemos sefialado, no tenia ningu- na constitucién escrita; cada nuevo emperador era aclamado 78 Vespasiano, XXII. HISTORIA DE ROMA 95 _ por el ejército y luego sus poderes eran confirmados por el senado y, probablemente, por una votacién de los comicios. Todo esto existia mds como derecho consuetudinario que como orden establecido fijado por una ley. Vespasiano tal vez fué el primero en tratar de dar un fundamento juridico a su poder; de esto habla la famosa inscripcién conocida con el nombre de lex de imperio Vespasiani, que se ha conservado en parte, Tiene la forma de un senatus consultum al que pare- ce se le haya dado fuerza de ley con una votacién de la asam- blea popular. Segtin este documento, a Vespasiano se le con- cedia el derecho a realizar todos aquellos actos que conside- Tara necesarios para el bien del Estado, como se habia hecho para Augusto, Tiberio y Claudio. Pero naturalmente no fué esta “constitucién” Ja causa del hecho de que el gobierno de los Flavios marcara el comienzo de la consolidacién de la autoridad imperial, del mismo modo que las medidas adoptadas en el campo financiero y en el militar, tomadas aisladamente, no pueden considerarse como claye de la estabilizacién. El elemento mas importante fué otro. Vespasiano, con su clara visién de los problemas, la inte- ligencia y la experiencia administrativa que tenja, no podia dejar de comprender dénde residia la mayor debilidad del Imperio. Por eso decidié seguir el camino trazado por César Claudio en su politica provincial y concedid con generosi- dad derechos de ciudadania a los habitantes de las provincias y especialmente a las regiones mas romanizadas de Occidente. Fué asi que muchas comunidades galas y espafiolas tuvieron esos derechos. Pero el emperador fué mis lejos. En Jos _aiios 78 y 74 asumid, junto con su hijo Tito, el cargo de censor, redactando nuevas listas de senadores y caballeros. En ambas categorias se incluyé a muchos ciudadanos de las provincias, especialmente de las occidentales. Muchos tuvieron también titulos de patricios. Esta medida tuvo una gran im- portancia de principio en cuanto significaba la ampliacién de la clase dominante con elementos extraitdlicos y, al mismo tiempo, una ampliacién de la base social del Imperio, Desde entonces la autoridad imperial dejé de ser sdlo una expresién de los intereses del ejército y un pequeno grupo de esclavistas {talos, para convertirse en el érgano de dominio de clase de todos los esclavistas del Mediterraneo. 96 Ss. I. KOVALIOV Naturalmente, no hay que exagerar la obra de Vespasiano en este campo. Ya algunos de sus predecesores la hab{an ini- ciado (especialmente Claudio), pero su mérito consiste en haber sido el primero en adoptar esta politica de un modo decidido y consecuente, indicando ei camino justo a sus su- cesores, ‘Tampoco hay que exagerar el grado de previsién conscien- te que pudo estar implicito en su politica. En definitiva, esta- ba impulsado por Ja necesidad y no tenfa otro camino para elegir. A principios de su reinado, sdlo quedaban en el sena- do unos pocos representantes de la antigua nobleza. Habia encontrado las dos categorias dirigentes totalmente debilita- das y desorganizadas desde la época del terror y de las guerras civiles. Era pues natural que las reforzaran elementos nuevas y sanos. ¢Y dénde podia encontrarlos? Evidentemente, sélo en las provincias. Cualquier buen administrador no habria ac- tuado, en su lugar, de distinto modo. Y Vespasiano sélo fué un buen administrador y no un genio. De todo lo expuesto surge que Vespasiano debia estar en buenas relaciones con el renovado senado, y asi fué también en la segunda mitad de su reinado y durante el de Tito. Sélo algunos elementos de la oposicién republicana, que se man- tenfan atin en el senado, con Elvidio Prisco a la cabeza, indig- naron en tal forma a Vespasiano con su conducta que éste ordené por primera vez exilar y luego condenar a su jefe. También por este motivo fueron exilados los fildsofos de la escuela estoica y cinica, idedlogos de los sentimientos repu- blicanos. Parcce que para influir sobre la opinion publica en el sentido por él deseado, Vespasiano funddé una escuela de retd- rica griega y latina con maestros pagados por el Estado, poniendo de ese modo las bases de Ja instruccién superior estatal. La politica exterior’ de Vespasiano estuvo estrechamente ligada a la consolidacién interior del Imperio. La rebelién de Civilis habia puesto en evidencia toda la importancia del confin renano, por lo que se amplié la faja dominada por los romanos en la margen derecha del rio. La regién compren- dida entre los cursos superiores del Rin y del Danubio (los HISTORIA DE ROMA OF amados agri decumates) "4 fué unida al Imperio y poblada galos. Una carretera militar unia el campamento que se aba en la actual Estrasburgo con el Rin. La frontera danu- jana. en Mesia y en Panonia fué también asegurada por un tema de campamentos militares, La rebelién de Aniceto en Trebisonda marcé un despertar le la politica romana en el Mar Negro: guarniciones romanas uestos de vigilancia aparecieron también sobre las costas jentales y en Iberia. Por consideraciones de caracter financiero, Vespasiano qui- a Acaya la libertad que Nerén le habia concedido y la edujo de nuevo al estado de provincia. Varios estados vasa- los y auténomos del Asia Menor fueron unidos al Imperio. , Con Vespasiano se inicié una nueva ofensiva romana en Britania, que continuaron sus sucesores, El anciano emperador murié en el verano del 79. Su ha- bitual sentido del humorismo no lo abandond siquiera en el iltimo minuto; al caer enfermo, exclamé: “jAy de mi, pare- €€ que estoy por convertirme en un dios!” AI sentirse cerca del fin, se levantd con grandes dificultades y después de haber ‘declarado: “Un emperador debe morir de pie”, cayé en los Drazos de quienes lo rodeaban, Tito.—E1 hijo mayor del emperador de la dinastfa habia inado ya de hecho junto a su padre. Ya en el 70 los soldados habjan atribuido el titulo de emperador y a su regreso de ludea habia sido nombrado jefe tinico de los pretorianos. En misma ¢poca Tito fué investido también con la autoridad wibunicia. En el 73-74 habia cubierto junto con Vespasiano €1 cargo de censor, y algunas veces fué cénsul. No cabe ninguna da de que era —de hecho y de derecho~ el sucesor al trono, @ntre otras razones porque de ese modo se mantenia a la au- toridad imperial Ja solidez que Vespasiano le habia conferido. Tito’ reiné s6lo dos afios y murié en abril del 81 por enfermedad contraida casualmente. Puede decirse que en fundamental siguié la politica de su padre, aunque se haga 74 Eran lamados asi porque quienes explotaban sus tierras estaban ligados a entregar al Kstado la décima parte de los productos que ‘nan, 1% El nombre oficial, grabado sobre las monedas, era: Emperador fito César Vespasiano Augusto, 48 & t KOVALIOV dificil un juicio por la brevedad de su reinado, Tito gozaba de una gran popularidad en la sociedad romana; era llamado deliciae generis humani y de su bondad habla el mismo Suetonio. Con motivo de dos grandes catastrofes que se produjeron bajo su reinado, demostré ser un buen administrador. El 24 de agosto del 79 se produjo una terrible erupcién del Vesuvio, volcan que estaba inactivo desde hacia siglos. Tres ciudades, Herculano, Pompeya y Estabia, fueron destrui- das por el terremoto y sepultadas por una lluvia de cenizas volc4nicas. La flota, anclada frente a Miseno, al mando de! famoso sabio Plinio el Viejo, tomé parte en las operaciones de salvataje. Durante las excavaciones, efectuadas en ¢poca més 0 menos reciente, se rescataron en Pompeya no menos de 2,000 cadaveres (de los 30.000 habitantes de la ciudad). Tam- bién Plinio murié, sofocado por las emanaciones dle los gases Ae, El otro gran desastre fué un incendio de Roma, que duréd tres dias y, como en tiempos de Nerén destruyé gran parte de la ciudad. Domiciano77,—Vespasiano no queria a su hijo menor y lo habia mantenido lejos de los asuntos de Estado. Esto se debia probablemente a la gran ambicién de Domiciano y al caracter autoritario que habia demostrado desde los tiempos de la caida de Vitelio, También durante el reinado de su her- mano permanecié en las sombras, cosa que contribuyé a la formacién de su cardcter cerrado, desconfiado y proclive a toda clase de sospechas. Envidiaba y odiaba a su hermano. A la muerte de Tito, aunque no estaba investido de_ ningun poder especial, quedé como tinico candidato al trono. Los pre- torianos lo proclamaron emperador y el senado, como de cos- tumbre, le confirié las prerrogativas de principe. Entre todos los Flavios, Domiciano fué indiscutiblemente 76 La erupcién del Vesuvio esta descripta en una carta a Tacito de Plinio el Joven (libro VI, carta 16) que fue testigo ocular del terrible fendémeno natural, 47 Em los documentos oficiales Domiciano es llamado cominmente Emperador César Domiciano Augusto Germanico, El tltimo titulo lo asumié con motivo de la victoria sobre las tribus germanas de los catos. Domiciano asumia cada aiio el cargo de cénsul y desde el 84 asumid el de censor con caracter vitalicio. HISTORIA DE ROMA 99 mas grande, pero, al igual que Tiberio 7, no tuvo “suerte” on la tradicién historiogrdfica. Sus tendencias monarquicas lemasiado manifiestas, su carécter rudo y autoritario, su enér- ‘gica Iucha contra la oposicién y contra los abusos de los fun- Gionarios lo hicieron muy impopular entre la alta sociedad Yomana y le valieron el apelativo de “Nerén calvo" (Juvenal) “que le dieron sus contempordneos. En cambio, el pueblo, el ejército y los provinciales lo amaban. , f Con el titimo de los Flavios la esencia mondrquica del Principado aparecié. mas clara que nunca. La causa debe bus- Garse no tanto en el cardcter personal de Domiciano, como en Ja evolucién natural de la monarquia militar, apoyadd ya so- bre bases mds sdlidas. El emperador tenia un concepto muy _ elevado de su propia persona y exigia que se lo Ilamara dom- nus € incluso deus noster. Aprovechdndose del poder censo- rial, continud Ja obra iniciada por Vespasiano para la reno- vacion de las categorias senatorial y ecuestre, pero conside- Mindolas sdlo como un simple instrumento en sus manos tratando a los senadores y a los funcionarios desde lo alto. Como su padre, Domiciano demostré ser un excelente ad- ministrador. El mismo Suetonio, que por lo general se expre- 4a sobre él negativamente, debe reconocer que: y “Se ocupé asiduamente y con i i 1 nt gran atencién del procedimiento judi- rf I. pastgando a los jueces venales... los magistrados de la capital y tenets Provincias eran tan controlados que nunca hubo tantos fun- marios honrados y justos como en su tiempo” 79, Igual que sus predecesores, Domiciano traté de luchar contra la crisis agraria en Italia, uno de los aspectos de esta ¢risis era el aumento de los cultivos de yiftedos en detrimento Jas dreas que en otro tiempo se destinaban a los cereales, m el 91, cuando la cosecha de trigo fué excepcionalmente ma- ta, mientras que el vino, debido a la gran produccién, habia legado a precios bajisimos, Domiciano dicté un decreto or el que prohibia la plantacién de nuevas vifias en Ttalie disponia se arrancara la mitad de las vides en las previnclas Seguin Suetonio, sin embargo, esta drdstica medida no did i’ 78 Es curioso que entre él y el hijastro de Augusto haya mucho en -eomt i famiin, tanto en el caricter como en la biogtafia y en el juicio de los 19 Domiciano, VIII. 100 $s. I KOVALIOV ningtin resultado, probablemente porque en Ja mayor parte de Ios casos no se cumplieron las érdenes. Bajo Domiciano reiné en las provincias un relativo orden. A las comunidades espafiolas, que desde Vespasiano habjan yecibido derechos de ciudadania, se les permitié la organiza- ci6n municipal °, Los numerosos trabajos emprendidos por Domiciano en las provincias (especialmente en Grecia) de- muestran su preocupacién por el embellecimiento de las ciu- dades provinciales. Por otra parte, Ia gran actividad edilicia de Domiciano (en Roma prosiguié los trabajos iniciados por sus predecesores) sé explica también por las tendencias autocraticas de su gobier- no y la politica demagégica que con ella se vincula. En este aspecto Domiciano volvid en parte a las tradiciones de los emperadores de la casa de Augusto. Sintiendo a su alrededor el descontento de la nobleza, temiendo complots, traté de atraer- se las simpatias de amplios estratos de la poblacién urbana y provincial y del ejército, Con este fin organizé magnificos es- pectaculos *!, hizo generosos regalos al pueblo y aumenté con- siderablemente el sueldo de las tropas. Todo esto era sin em- bargo en parte contraproducente, porque significaba un au- mento de los impuestos y reactualizaba el antiguo y “probado’ sistema de las confiscaciones. En politica exterior, Domiciano siguid las lineas generales dictadas por Vespasiano, cuyo fin ultimo no era tanto la conquista como la consolidacién de las fronteras. En Brita- nia continuaron cumpliéndose las operaciones militares in} ciadas ya en los tiempos del fundador de la dinastia. Cneo Julio Agricola (suegro del historiador Tacito) penetro en Escocia y parece que en ese periodo la flota romana habia cumplido ja circunnavegacién de la isla (88). Agricola habia estable- cido también un plan de navegacién de Irlanda, pero Domi- ciano no dié su consentimiento, En el 84, Agricola fué vuelto a llamar y las operaciones en Britania fueron interrumpidas. 80 Dos ordenanzas municipales de la ciudad de Malaga y Salpensa Mlegaron hasta nosotros en inscripciones (lex Municipalis Malacitana y lex municipalis Salpensana). hoes 81 Debemos recordar también Jos juegos capitolinos, instituidos por €1, que tenian lugar cada 4 afios, Durante esos festejos se organizaban competencias literarias en griego y en latin, HISTORIA DE ROMA 101 in embargo, gracias a la penetracién en el norte, las pose- ones romanas en la isla estuvieron bastante seguras. Sobre el curso medio del Rin estallé un conflicto con los atos, quienes con sus correrias amenazaban permanentemente frontera renana. Después de dos campafias dirigidas por el ‘opio emperador (83 y 89) las posesiones romanas sobre el so medio y alto del Rin fueron ampliadas extraordinaria- lente, y sobre la margen derecha del rio se pusieron las bases. le aquella franja fortificada que fué Hamada limes y que ‘durante algunos siglos contuvo la presién de los barbaros ger- ‘Manos. Consistia en un complicado sistema de campamentos ‘mnilitares, fortines (castella) y caminos que los comunicaban. _ Mas compleja y peligrosa atin se presentaba la situacién en la frontera danubiana. Las tribus de los dacios, que vivian en Ia actual Rumania y Transilvania, se habian unido bajo la conduccién del valeroso Decébalo, uno de sus jefes. Este habia “Organizado su propio ejército sobre el modelo romano y en el 86 habia pasado el Danubio, invadiendo la Mesia. El lugar- teniente de la provincia habia sido derrotado y muerto en la batalla. Domiciano se hizo presente en el teatro de operacio- nes. Para atraer al enemigo, el prefecto de los pretorianos Cornelio Fusco atacé con grandes fuerzas la Dacia, pero fué derrotado y murié en el combate. Recién después de dos o tres afios su sucesor Tetio Juliano, renoyando la tentativa, obtu- Yo la victoria sobre Decébalo. Pero precisamente en ese momento Domiciano se vid obli- _gado a interrumpir Ja guerra en Dacia. A lo largo del curso medio del Danubio una coalicién de tribus germanas y sér- matas —sueyos, cuados y marcomanos—, impulsada por Dec¢- balo, habia atacado la frontera romana. El emperador se di- vigié a la regién amenazada, pero fué derrotado. Domiciano comprendié muy bien que continuar la gue- ‘fra sobre las inmensas llanuras transdanubianas habria cos- tado enormes pérdidas materiales y que habria sido poco pro- able obtener resultados satisfactorios. Por eso se detuvo en el curso medio del Danubio y concluyé la paz con los dacios. Decébalo mantendria su territorio y los romanos le pagarian un tributo (subsidio), En cambio 1 se reconocia vasallo de Domiciano (aiio 89). Las guerras danubianas sirvieron como 102 Ss. I. KOVALIOV ocasién para consolidar las fronteras del Imperio también en zona. ‘ ay ui Las operaciones militares sobre el Danubio se hicieron mas dificiles por un brusco empeoramiento de la situaci6n interna, Durante las guerras en Dacia, el lugarteniente de Ja Germania Superior, Lucio Antonio Saturnino, se habia rebe- lado con dos legiones, asegurindose el apoyo de las tribus germanicas. Pero los aliados no estuvieron en condiciones de ayudarlo en el momento decisivo y Saturnino fué vencido y muerto (88). ale La rebelién de Saturnino arruiné definitivamente las re- laciones entre Domiciano y la alta sociedad romana. La se- gunda mitad de su reinado, y en particular los ultimos aft, se caracterizé por una serie de procesos de “lesa majestad”. De nuevo fueron exilados de Italia fildsofos at varias perso- nalidades fueron condenadas a muerte y sus bienes confisca- dos. Victimas de Domiciano cayeron también algunos miem- bros de la familia imperial. Un complot en el que también tomaba parte la emperatriz Domicia, que temia por su propia vida, puso fin en septiembre del 96 al nuevo terror: Domiciano fué apuifialado en su lecho por el siervo Esteban y otros cons- piradores. @2 Entre ellos, los dos mas famosos fildsofos griegos de la época: Epicteto y Didn Criséstomo, Capiruto VIL LOS ANTONINOS Nerva. —Los conspiradores indicaron como sucesor de Do- miciano al viejo senador Marco Cocceyo Nerva, que en cali- Zad de principe asumié el nombre de Emperador César Nerva Augusto. Con él empieza una serie de emperadores (Nerva, Trajano, Adriano, Antonino Pio, Marco Aurelio y Gémodo) ‘que Hevan el nombre convencional de Antoninos*. Con una linica excepcidén *, su derecho de sucesién se fundé no sobre el nacimiento sino sobre Ia adopcién. Los Antoninos pertenecen a dos épocas distintas, El go- bierno de los primeros cuatro principes de esta “dinastia” (des- de el afio 96 al 161) representa el periodo de maxima estabi- lidad del poder central. La politica de los Flavios habia dado Sus frutos y el breve periodo de reanudacién del régimen terro- Tista con Domiciano no habia podido romper la alianza que ‘se habia concertado entre el poder imperial y los esclavistas. La estabilizacién del poder central no podia dejar de refle- rs€ positivamente sobre el Imperio en su conjunto. Aunque ya en esa época habian aparecido algunos sintomas del pro- eso general de crisis del sistema esclavista, uma serie de fac- tores positivos en el campo econdmico, social y politico qui- ‘taban todo motivo de alarma. No por nada los contempora- “neos definieron a su tiempo como “el siglo de oro”. $3 En rigor de verdad, Antoninos fucron sélo los ultimos tres. 84 Comodo, hijo de Marco Aurelio, 104 8S. I. KOVALIOV A pesar de esto, desde el momento en que Marco Aurelio subié al trono se manifests con toda intensidad la larga cri- sis del Imperio. La época de aparente florecimiento termind, y esos procesos de descomposicién que poco se notaban en la primera mitad del siglo saltaron bruscamente a un primer pla- no. De ahi que cuando queremos definir los perfodos del Im- perio ponemos a los Antoninos en dos épocas distintas. EI asesinato de Domiciano se habia cumplido sin partici- pacién de la guardia pretoriana, en la cual el emperador go- zaba de una gran popularidad. Pero como uno de sus coman- dantes, Petronio Segundo, formaba parte del complot, fué po- sible contener a los pretorianos durante un cierto tiempo. El senado habia podido asi Ievar a cabo sin obstaculos Ja elec- cién del nuevo emperador, elegido entre los senadores. Pero cuando comenzaron los actos de venganza contra la memoria de Domiciano (destruccién de sus representaciones, cancela- cién de su nombre en los monumentos oficiales, etc.) y contra sus ex partidarios, los pretorianos se rebelaron, La guardia pretendiéd le fueran entregados Petronio Segundo y demas cau- santes de la muerte de Domiciano, y Nerva se vid obligado a ceder, aunque no sin luchar. De modo que desde el comienzo de su reinado Nerva se encontré frente al problema de arreglar las relaciones con el ejército. Era anciano, no tenia ninguna experiencia militar y no gozaba de ningin prestigio en los circulos del ejército. Esta circunstancia lo indujo a tomar una decisién muy sabia: adoptar a uno de sus jefes militares, el lugarteniente de la Germania Superior, Marco Ulpio Trajano, nativo de Espafia **. Nerya dié a Trajano el nombre de César y le confirié la po- testad tribunicia, haciendo de él_no sdélo su sucesor sino su —compafiero de gobierno. (Trajanojera un gran general, un experto administrador y estaba respaldado por las legiones de Ja alta Germania. Asi se resolvié el dificil problema de refor- zar el nuevo reino con un elemento militar y al mismo tiempo se cred un precedente para un nuevo sistema de sucesién. Como favorito del senado, Nerva goberné en pleno acuer- do con el mas alto érgano del Estado, renovado por los Flavios. Al subir al trono, habia jurado no condenar a ningun senador 85 Trajano nacié en el 83. HISTORIA DE ROMA 105 fin permiso del propio senado, permiso que debia otorgarse después de un proceso judicial publico y regular. Esta pro- esa fué respetada también por sus sucesores. Ademis, el se- lo empezé de nuevo a tomar parte en las discusiones sobre los problemas de administracién ordinaria, a confirmar las leyes, a ratificar los tratados de paz, etc. Sin embargo todos ‘estos factores constitucionales no perjudicaron en nada las ba- ses de la monarquia militar que se iba transformando, cada % en mayor medida, en una monarquia burocratica, Si du- vante el reinado de Nerva pudieron alimentarse avin algunas ilusiones constitucionales, que surgian del modo mismo en que se habia originado la nueva dinastia, ya sus sucesores no tuvieron en cuenta para nada la “constitucién”. De cualquier modo, las buenas relaciones entre el emperador y el senado ¢ontinuaron ininterrumpidas hasta el ultimo representante de Ja dinastia, Comodo. ___ Hacia fines del siglo 1 la economia agricola italiana estaba en plena decadencia. Ya hemos sefialado como estaba minada desde el siglo 1 a.C. por culpa de las guerras civiles. Las ten- tativas de Augusto y de sus sucesores de mejorar la situacién parecen no haber dado los resultados que se esperaban, por- ue si debemos creer a los contempordneos la Italia de media- dos del siglo 1 d.C. estaba precisamente frente a una grave crisis agratia (ya hablaremos de esto con mayor detalle en el capitulo VIII). Vinculadas estrechamente con la crisis se pre- sentaban la pobreza de las masas y la brusca disminucién de la hatalidad incluso en las clases mas bajas. Parece ser que la miseria era tan grande que obligaba al gobierno a adoptar medidas que escapaban de los limites de las acostumbradas Yegalias y distribuciones de viveres a la poblacién urbana. A. la luz de estos hechos se hace comprensible el famoso sistema alimenticio de asistencia estatal del que Nerva®® eché las bases y que fué desarrollado por sus sucesores. Su finalidad directa era ayudar a los estratos més pobres de la poblacién libre y nutrir a sus nifios. Paralelamente, el gobierno tendia a _ sostener la agricultura en Italia. Con los recursos del fisco, Nerva habia creado un fondo al que podian recurrir quienes 86 Ya antes que é1 algunos personajes ricos habian aplicado aisla- damente el sistema, El mérito de Nerva esté en haberle dado cardcter estatal. 106 1. KOVALIOV tenfan necesidad de préstamos a bajo interés (5%). Los inte- reses eran pagados en las cajas municipales donde se acumu- Jaban de ese modo fondos locales que debian servir para dis- tribuir subsidios a las familias pobres, para el mantenimiento de sus hijos y también de los huérfanos.» Las fuentes hablan también de otras resoluciones y pro- yectos de Nerva, tendientes a superar la crisis. Asi por ejemplo tenemos noticias sobre una ley agraria *’, promovida por él por medio de los comicios tribales, que disponia la compra de tierras para la redistribucién a los estratos mas pobres. Tam- bién la grave situacién financiera de las comunas italas, de- terminada por la crisis, provocé algunas medidas de gobierno. De todos modos, no tenemos noticias muy precisas sobre la politica de Nerva, dado el mal estado de las fuentes tradicio- nales, y a veces no nos es posible establecer si determinadas medidas deben atribuirse a él 0 a sus sucesores **, A pesar de Ia importancia minima de las operaciones mi- litares conducidas por Nerva en el Rin inferior y en el Da- nubio, éstas le sirvieron de pretexto para asumir el titulo de Germanicus. > Trajano.—Nerva murié a principios del 98, Trajano, que en ese momento se encontraba en la frontera renana, en la actual Colonia (la romana Colonia Agripina), se convirtis en emperador sin encontrar la mas minima oposicién®*. Es significativo el hecho de que Trajano no se haya hecho pre- sente en Roma inmediatamente después de la muerte de Ner- va, y se haya quedado en cambio avin un afio y medio sobre el Rin, tratando de consolidar la frontera. Esto demuestra hasta qué punto era segura su posicién como jefe del Estado. El emperador Iegé a Roma recién en el verano del 99, y uno de sus primeros actos de gobierno fué el castigo de los preto- rianos que se habian rebelado bajo Nerva. Los historiadores burgueses modernizantes acostumbran Ila- mar al reino de Trajano “absolutismo iluminado”. Semejante 87 Este parece haber sido el tiltimo acto legislativo de la asamblea popular bajo el Imperio. 88 Parece que los curadores de las comunas, es decir los controles de sus asuntos econémicos, fueron nombrados por primera vez por ‘Trajano, 80 Su nombre oficial era Emperador César Nerva Trajano Augusto. Luego se Je agregaron los dos titulos honorificos: Germdnico y Dacico, HISTORIA DE ROMA 107 definicion, aunque no es esencialmente veridica, subraya sin embargo dos factores de su politica: 'la firmeza y la benevolen- ia,|/Trajano, con quien la autoridad imperial habia legado al maximo de su estabilidad, pudo en efecto permitirse el lujo de ser “benévolo”. Supo fundir el caracter sustancialmente au- tocratico de su gobierno con la tolerancia y una aparente blandura. Por este motivo el titulo de principe éptimo (Opti- ‘mus Princeps) que el senado le atribuyé no fué solamente “una expresién de servilismo. Aunque Trajano ni siquiera asumié el titulo oficial de censor, siguiendo el ejemplo de sus antecesores continudé con la obra de renovacién del senado, Empezé a nombrar nuevos senadores entre los originarios de las provincias orientales helenizadas. En este campo sus sucesores siguieron el mismo camino, hasta el punto que en el siglo 1 el senado empezé a representar realmente los intereses de los esclavistas no sola- mente occidentales sino también orientales. Por otra parte, iba perdiendo paralelamente cada vez menos importancia en el sistema de gobierno, que iba cediendo terreno a la burocracia. Un documento de la actividad administrativa de Trajano €5 su correspondencia con Plinio el Joven, en la época en que este ultimo se encontraba en Bitinia en calidad de goberna- dor. Es de hacer notar el cuidado del emperador por las ne- eesidades de las provincias, que Iegaba a manifestarse a veces en un pormenorizado y riguroso control sobre la vida local. El gobernador (no hablamos de los gobiernos auténomos) ¢arecia de toda iniciativa. Sin el consentimiento de Trajano, or ejemplo, Plinio no podia permitir a los habitantes de usa construirse un bafio, a los de Nicomedia crear un cuer- po de bomberos, y asi en todo. Sobre las formaciones milita- res o similares, el emperador expresaba el temor de que pu- diesen servir como pretexto para la creacién de cualquier or- ganizacién peligrosa para el orden publico y negaba por lo tanto el consentimiento para su constitucién. La correspondencia de Plinio con Trajano contiene indi- caciones interesantes sobre la difusién del cristianismo a co- mienzo del siglo u, especialmente valiosas porque aqui no existe duda alguna sobre la autenticidad de los escritos. Plinio pide al emperador cémo debe comportarse en los casos en que Je sean denunciados cristianos, Trajano responde que no hay 108 Ss. IL KOVALIOV que creer en las denuncias andénimas y que en todo caso, si se demostrara la pertenencia al cristianismo, seria suficiente con una simple abjuracién, Sdlo en caso de que el acusado se negara a renunciar a la nueva religién habria que recurrir al castigo. De esto pueden hacerse las siguientes deducciones. Primero: a principios del siglo m en las provincias orientales del Impe- rio el cristianismo estaba bastante difundido y parece que se habfa diferenciado ya del judaismo. Segundo: se reconocia al cristianismo como enemigo de la religién oficial romana. Tercero: frente a él Trajano se porté con relativa moderacién y no se puede hablar de persecuciones sistematicas y masivas de cristianos. En este aspecto vernos aflorar nuevamente las tendencias liberales de los emperadores de la época de la esta- bilizacién del Imperio. El sistema de asistencia estatal alcanz6é con Trajano su ple- no desarrollo. Recuerdos epigraficos hablan de fondos locales creados con recursos del fisco, o gracias a contribuciones de particulares. Los nifios de las familias pobres 0 los huérfanos recibfan subsidios mensuales: los varones, 16 sextercios y las mujeres, 12. La administracién directa de los fondos era de competencia de las autoridades municipales locales, pero el gobierno central ® ejercia un severo control. En Roma 5.000 nifios necesitados fueron puestos en las listas de las personas a quienes se distribufa gratuitamente el pan. A la distribucién gratuita del pan en la capital Trajano agregé también la dis- tribucién de vino y grasas. Este sistema se practicé también en la demas localidades con recursos puestos a disposicién por los municipios y por benefactores privados. Para el mejoramiento de la economia agricola italiana, el gobierno de Trajano no se limité a la organizacién del cré- dito a bajo interés del fondo alimenticio, Por una disposicién del emperador se resolvié que cada senador emplease por lo menos un tercio de su fortuna para adquirir tierras en Italia. Esta medida perseguia un triple fin: 1) vincular con Italia a los nuevos senadores provenientes de las provincias; 2) inver- tir nuevos capitales en la economia agraria y favorecer asf la introduccién de mejores instrumentos de trabajo; 3) dar la 90 Adriano cred con ese fin el cargo de pracfectus alimentorum. HISTORIA DE ROMA 109 osibilidad a los propietarios {talos necesitados de vender sus webles a un precio mds alto y adquirir tierras a bajo pre- en las provincias. " En politica exterior Trajano abandoné las tradiciones del rimer Imperio y traté en cambio de renovar las tendencias conquista de Ja Republica. Si algunas de Jas guerras que él levé a cabo tuvieron un cardcter “preventivo” y la finalidad le asegurar las fronteras, en conjunto (y en lo esencial) su litica exterior tendia a la conquista. En el 101 empezé la guerra con los dacios. Formalmente traté de la mds “preventiva” de todas las guerras de Tra- jano. La alianza de las tribus dacias representaba sin duda ima amenaza para la frontera danubiana. Decébalo era iin enemigo serio: la guerra que habia hecho con Domiciano no habia significado mucha gloria para las armas romanas. Las operaciones militares en Dacia presentaban grandes ‘dificultades por culpa del cardcter del terreno y del valor de sus defensores. Antes de empezar la guerra, Trajano tuyo la previsién de realizar grandes trabajos preparatorios en la frontera danubiana. Dacia fué invadida por grandes colum- mas que marcharon segiin algunas lineas operativas; pero el wimer afio de guerra no dié a Trajano ningtin resultado lecisivo. En el 102, las tropas romanas, superando la encarnizada ‘resistencia enemiga, llegaron por diferentes lados sobre Sar- mizegetusa, la capital de Decébalo (sus ruinas ain se encuen- tran en la actual regién de Varhely), derrotaron a los dacios y los obligaron a concluir la paz. Dec¢balo mantuvo formal- ‘mente la independencia, pero fué obligado a destruir una ‘parte de sus fuertes y a ceder los otros a guarniciones roma- nas. Para el control sobre Dacia los romanos construyeron un gran puente de piedra sobre el Danubio. Trajano celebré el triunfo y asumié el titulo de “Dacico”. _ La paz no duré mucho tiempo. Decébalo, que secretamente se habia preparado para una nueva guerra, atacéd por sorpresa en el 105 las guarniciones romanas, desiruyé una parte e in- _ vadio la Mesia. El hecho constituyé un buen motivo para Tra- jano para terminar con los dacios. Con 12 legiones (cerca de 120.000 hombres) marché contra Dectbalo y después de dos campafias la guerra concluyé con una nueva batalla frente a 110 § L KOVALIOV Sarmizegetusa y con el sitio de la ciudad. Decébalo, desespe- rado, se mat6 y, después de su muerte, la resistencia de los dacios cesé (106). Muchos de ellos fueron muertos o redu- cidos a esclavitud, otros deportados. Dacia fué trasformada en provincia romana y poblada por veteranos y por colonos del Asia Menor y de los territorios danubianos °, Las escenas de la guerra dacia estan representadas en la Columna Trajana, alzada en su recuerdo en el nueyo Foro, entre el Capitolio y el Quirinal. La columna, conservada con sus bajorrelieves hasta nuestros dias, constituye una de las mas valiosas fuentes histéricas. La conquista de Dacia reforzé la expansién romana en el Mar Negro; la costa septentrional del Ponto se encontré en la esfera de influencia romana. Continuando la politica de sus predecesores, Trajano consolidé de nuevo el alto poder de Roma sobre el reino del Boésforo, También aumenté la influen- cia politica sobre los {beros. Trajano transporté definitivamente el centro de gravedad de la polftica exterior romana de Occidente a Oriente %, cosa perfectamente Iégica si se considera que en Occidente el Im- perio habfa Hegado a sus limites naturales —el océano Atlanti- coJ, mientras que en Oriente quedaban vastas regiones de an- tigua civilizacién aun no sometidas. Habiendo decidido Jan- zarse por el camino de las conquistas, Trajano no podia actuar de otro modo. Paralelamente a la segunda guerra dacia, las tropas roma- nas conquistaron el reino nabateo en la Arabia nor-occiden- tal. Se trataba de una regién de gran importancia para el comercio oriental, porque por ella pasaban todas Jas rutas de caravanas que llevaban de Arabia y del Mar Rojo a la costa palestinense, El territorio conquistado formé la nueva provincia arabe. A fines de su reinado, Trajano condujo a término sus mis importantes conquistas orientales. Fl pretexto le fué dado por Jos asuntos armenios (como sabemos, desde hacia ya tiempo Armenia constituia la manzana de la discordia entre Roma y los partos). El rey de los partos, Osrocs, habia puesto en el 1 A Sarmizegetusa se le dié el nombre de Colonia Ulpia Trajana Au gusta, y se convirtié en la principal ciudad de la provincia. 92 Su predecesor en este campo habia sido Nerén, HISTORIA DE ROMA tit trono armenio a un sobrino suyo, contra el deseo de Trajano, “que tenfa preparado otro candidato, Esto habia originado tuna lucha intestina tanto en Armenia como entre los partos. “Trajano aproveché enseguida para intervenir. En el 114, un €jército romano, apoyado por tropas auxiliares provistas por los pueblos del Caticaso, ocupé Armenia. Trajano depuso al fayorito de los partos y declaré a Armenia provincia romana. En el 115 inicié luego la invasién de la Mesopotamia nor- occidental, donde los reyezuelos locales, vasallos del rey de los partos, no opusieron casi ninguna resistencia, mientras Osroes estaba ocupado en la regidn oriental del reino y no podia _ ayudarlos de ningiin modo. ‘Trajano pasé el invierno 115-116 en Antioquia, destruida en diciembre del 115 por un espantoso terremoto. En el Eufra- tes se construyé una gran flota y a comienzos de la primavera las tropas romanas marcharon en dos columnas a lo largo de los cursos de ambos rios. Probablemente la vinculacién se man- tenia por medio del antiguo canal entre el Eufrates y el Tigris, reacondicionado por Trajano. Las dos columnas se reunieron eo el asalto a la capital de los partos, Ctesifonte, situada so- re el Tigris. Osroes huyé y la flota romana bajé hasta los alrededores del Golfo Pérsico (116). Trajano comenz6 a es- tudiar planes para una expedicién a la India. Mientras tanto Osroes, después de haber arreglado las co- sas en Oriente, habia pasado a la contraofensiva. Paralelamente en la retaguardia romana estallé una revuelta, preparada por _ agentes del rey parto. La revuelta no se limité a la Mesopo- tamia, sino que se extendié entre los hebreos de Palestina, de _Chipre, de Cirenaica y de Egipto. Estaba acompafiada por _ masacres en masa de la poblacién griega y romana. Trajano fué obligado a interrumpir la ofensiva y a em- _ plear grandes fuerzas para afrontar a los rebeldes, El movimien- to fué sofocado en todas partes menos en Palestina, donde sdlo ces con Adriano. La represién de Ja revuelta se complemen- 16 con crueles persecuciones de hebreos por parte de la po- blacién no hebrea. Estos hechos obligaron a Trajano a renunciar a la con- quista definitiva del reino de los partos. Se limité a coronar rey en Ctesifonte a un favorito suyo, mientras la Mesopotamia nor- occidental y la Asiria eran declaradas provincias romanas (117). 112 S$. 1. KOVALIOV Inmediatamente después el emperador se vid atacado de aralisis. Mientras era trasportado a Roma murié en Cilicia en el verano del 117. El breve resumen que hemos hecho sobre la politica exte- rior de Trajano confirma cuanto ya hemos afirmado sobre su cardcter de conquista. ¢Cudles fueron las causas que obli- garon a Trajano a cambiar Ja tradicién politica del primer Imperio? Dejando de lado las inclinaciones personales y el talento militar de Trajano, debemos buscar las raices mds pro- fundas de su politica exterior en las condiciones objetivas del Imperio. En esto sdlo nos es posible presentar hipdtesis, por- que las fuentes nada dicen al respecto. La hipétesis mds pro- bable es que la causa de la activacién de la politica exterior romana de principios del siglo fuera la crisis econémica—a la que ya _nos hemos referido. La organizacién de Ja asistencia estatal iniciada por Nerva y continuada por sus sucesores re- queria enormes recursos. Los impuestos personales habian lle- gado ya al maximo con los Flavios y, como luego lo demostré Ja politica exterior de Adriano, no podia ser aumentada mis. Sdlo quedaba un camino: las conquistas, que debian aportar ricos botines y aumentar las entradas del tesoro. La afluen- cia de nuevos esclavos resolveria ¢l problema de la mano de obra, que se hacia cada vez mis dificil, y finalmente seria po- sible hacer emigrar colonos a los territorios conquistados, ali- viando asi la pesada situacién itdlica. Pero los acontecimientos posteriores demostraron que el camino elegido por Trajano para luchar contra la crisis no podia resolver el problema. Adriano.—Trajano designé para su sucesién a un lejano pariente suyo, su coterrdneo Publio Elio Adriano, Pero el acto formal de Ja adopcién fué cumplido por el emperador muy tarde, probablemente poco antes de su muerte, y esto habia originado rumores segtin los cuales la adopcién habria sido obra de la emperatriz Plotina, de quien era el favorito; ésta habria falsificado el testamento de Trajano. Es poco pro- bable que estos rumores tuvieran algin fundamento, dado que en vida el emperador estaba en éptimas relaciones con Adria- 9% Adriano nacid en el 76. Trajano habia sido su tutor en la juven- tud. Se casé con Sabina, nieta de la hermana de Trajano, Marciana, HISTORIA DE ROMA 113 No, a quien habia confiado, al partir de Roma, el mando de las Tegiones Sirias. Adriano fué también proclamado emperador por sus tropas, después de haber sido confirmado por el se- mado %, Sin embargo, entre las personas que mds de cerca rodea- ban a Trajano, Ia eleccién de Adriano provocé descontento. Parece que algunos de ellos se consideraban més aptos para Ta dignidad imperial. Ademds Adriano unia a su excepcional talento y amplitud de miras® algunos rasgos negativos de eardcter: desconfianza, mezquindad, pedanteria. También es “posible que en el circulo de los amigos se hubiera expresado desfavorablemente sobre la politica agresiva de Trajano y que esto legara a conocimiento del alto mando que, naturalmente, _debfa haber quedado contrariado. En el 118, antes de la lle- Re de Adriano a Roma, cuatro ex colaboradores de Trajano ueron arrestados por el prefecto de los pretorianos y entre- Gados al juicio del senado bajo Ia acusacién de complot con- tra el emperador. Parece que no habia un verdadero complot, ¥ esto lo reconocié el propio emperador, expresando su des- €ontento por la excesiva prisa del senado, que habia conde- mado a muerte a los acusados, y sacando de su puesto al pre- fecto de los pretorianos. Adriano empezé su reinado concertando en Antioquia, fintes atin de dirigirse a Roma, la paz con Osroes. Fué un acto de excepcional importancia, impuesto por el convencimiento de que las conquistas orientales de Trajano, aunque hubieran iodido mantenerse, habrian costado sacrificios excesivos. Para Hevar adelante Ia guerra con los partos, Trajano habia des- arnecido las otras fronteras hasta tal punto que en Dacia, bre el Danubio, en Britania y en Mauritania, podian des- jotamia demostraba claramente su propia enemistad hacia romanos. La nueva frontera, extendida mds all4 del Eu- tes, era mucho mds vulnerable que la antigua, que seguia curso del rio, Probablemente todas estas consideraciones ya § habia hecho Trajano cuando en el 117 habia renunciado 4 Asumié el nombre de Emperador César Adriano Augusto. 95 Escribié versos y ensayos eruditos y se ocupé de mtisica, pintura, ematicas, escultura y medicina, 14 $ 1. KOVALTOV a nuevas conquistas. Adviano sélo sacé de ellas las légicas consecuencias. También en las otras fronteras Adriano renuncié a grandes operaciones ofensivas, limitandose sélo a la defensa. Se hizo presente personalmente en todos los puntos amenazados, en Mesia, en Dacia, en Germania, en Britania y en Africa. En todas partes adopté medidas tendientes a consolidar la disci- lina en las tropas y a reforzar las fronteras (el Namado “cer- co de Adriano” en Britania). Con él la defensa del Imperio fué Mevada al méximo limite de perfeccién posible en la época. Asi como las conquistas de Trajano no pueden explicarse por su “espiritu guerrero”, la politica pacifica de Adriano no estuvo determinada por su amor personal a la paz. Con Tra- jano el imperio habia hecho el ultimo esfuerzo gigantesco para detener Ja crisis creciente por medio de las conquistas exte- riores, pero independientemente de los provisorios resultados positivos obtenidos, éstas habian costado tales sacrificios hu- manos y financieros que una continuacién de la politica ex- terior activa se habia hecho imposible. El mérito de Adriano consiste en haber comprendido la situacion y haber actuado en consecuencia. Es importante sefialar como una de las primeras medidas de politica interna de Adriano fué el perdén de la enorme suma de impuestos atrasados que se habian acumulado sobre la poblacién de Italia y de las provincias en el curso de los Ultimos 15 afios; a esto siguid una ampliacién del sistema alimenticio y otras medidas de asistencia. La importancia de estas medidas no disminuye por el hecho de que fueron pre- sentadas como “actos de clemencia” del nucyo emperador a principios de su reinado. Entre estos “actos de clemencia” se contaban también el juramento de no condenar a muerte a Jos senadores sin un proceso cumplido por el mismo senado, la organizacién de magnificos juegos de gladiadores, de com- bates de fieras, etc. En la eyolucién del principado hacia el gobierno mon quico burocratico, el reinado de Adriano constituyé una eté pa muy importante. Ya con los primeros emperadores, se ha- bfan echado, como hemos visto, las bases del sistema buro- cratico imperial. Al principio eran los libertos quienes for~ HISTORIA DE ROMA 115 ban su estructura, porque el aparato estatal no era distinto Ja administracién privada del principe, y esta ultima esta- a dirigida fundamentalmente por libertos. Con la posterior liferenciacién de ambas administraciones, la funcién de los ibertos disminuy6, tanto mas que el orden ecuestre volvia a Klquirir importancia. Ya con los Flavios la cantidad de libertos empleados en la ministracién imperial habia empezado a disminuir, Adria- dié un nuevo paso adelante. Con él casi todos los altos estos administrativos, no ocupados por personas con titulo e senador (jefes de las cancillerias, procuradores mas _im- portantes), fueron quitados a los libertos y pasados a los ca- Nalleros. Paralelamente se reorganizd el orden ecuestre. En lo undamental, el censo dejé de ser la condicién necesaria para par cargos destinados a los caballeros, Para estos cargos driano empezé a nombrar personas que habian seryido cud freito o €n un cargo civil, aunque no poseyeran el censo sario. La preferencia se dié a quienes tenian una cultura iridica, Cualquiera que hubiese alcanzado un cargo ecues- te obtenia tambicn el titulo correspondiente. E] nuevo prin- pio no exclufa el antiguo del censo, ni el derecho del em- erador a nombrar motu proprio los caballeros, le los publicanos % desaparecié en forma definitiva para pasar Manos de los funcionarios locales. Es cierto que se trataba mpre de particulares, pero en primer lugar no se solicitaba le ellos el pago anticipado de toda la suma del impuesto y br lo tanto se podian contentar con un porcentaje menor, en segundo lugar la recoleccién se hacia bajo control de procuradores imperiales, De este modo, terminaba una de mayores fuentes de enriquecimiento de los caballeros, cosa [it¢ no podia dejar de influir sobre el debilitamiento de las clones econdmicas del orden ecuestre como clase adinerada. Adriano instituyé algunos nuevos cargos burocriticos, co- #5 La de los impuestos directos les fué a c cl ué quitada, 5 y principios det Imperio, a Oc RCT 116 I. KOVALIOY mo ser los abogados del fisco (advocati fisci), los prefectos para la vialidad (praefecti vehicolorum), etc. La importancia creciente de la burocracia se tradujo en la adopcién de una jerarquia mds rigida en Jos cargos y en los titulos honorificos correspondientes a cada grado. Asi los se- nadores fueron Hamados viri clarissimi (abreviado en V.C.), el titulo correspondia también a los miembros de sus fa- milias; los representantes de los mds altos cargos ecuestres (el prefecto de los pretorianos, el prefecto de Egipto), viri eminentissimi; los funcionarios de rango medio (praefecti- annonae, praefecti vigilum, ver nota 16), viri perfectissimi; fi- nalmente los funcionarios de grado inferior al orden ecues tre fueron Hamados viri egregi. Los titulos concedidos a los caballeros no se extendian a los miembros de sus familias. Con Adriano el consejo imperial (consilium principis) tu- vo una organizacién definitiva. De hecho, existia ya desde los tiempos de Augusto; al principio sus funciones eran des- empefiadas por un comité de 15 senadores, 2 consules y repre: sentantes de otras magistraturas (III, p. 28); luego Augusto lo habia ampliado incluyendo en él a los miembros de la fami- lia imperial y a un cierto numero de caballeros. De tiempo en tiempo Augusto convocaba también reuniones especiales de personas competentes en distintos problemas, sobre todo juri- dicos. De estas dos fuentes se origind el consejo permanente del principe que con los sucesores de Augusto adquirié una forma cada vez mas definida, ampliando el campo de su competencia. Gon Claudio, por ejemplo, el consilium principis habja sustituido al senado en calidad de érgano superior para Jos asuntos politicos. Adriano transformé definitivamente el consejo en una ins- tituci6n burocratica: establecié un sueldo para sus. miembros permanentes, convirtiéndolos en meros funcionarios. En con- secuencia el consejo perdid los wltimos restos de su indepen- dencia, volviéndose un décil instrumento de la voluntad del emperador. Se incluyé en él a muchos juristas, lo que geforz y amplié su competencia judicial y lo hizo convertirse en una de las fuentes de interpretacién del derecho. El sustituto del emperador en el consejo, sobre todo para los asuntos juridicos, fué el prefecto de los pretorianos. La formacién definitiva del consilium principis no pudo HISTORIA DE ROMA 117 sjar de influir sobre la posicién del senado. El consejo, por il comipetencia, era en verdad un doble del senado y sdlo el iperador decidia qué asuntos debian ser tratados por el con- jo y cudles por el senado. _ La burocratizacién del Imperio bajo Adriano se manifesté on claridad en el procedimiento judicial. La competencia ju- licial de los magistrados fué fuertemente reducida. A los pre- Jos edictos anteriores fueron recopiladas, por encargo del mperador, por el famoso jurista Salvio Juliano en un compen- Mio que fué Hamado “edicto perpetuo” (Edictum perpetuum). Ademas, Adriano instituyé cuatro jueces para Italia, contribu- yendo también con esto a reducir la competencia judicial de los magistrados. Aumentaron en cambio las funciones judicia- les de los funcionarios imperiales, como, por ejemplo, las del ‘acfectus urbi, que se conyirtid en el mds alto funcionario judicial de la capital. Adriano se preocupé muy atentamente por las provincias. Esto se manifest6, entre otras cosas, con sus viajes sistematicos de inspeccién, durante los cuales visité las mds lejanas regiones 1 Imperio. De sus 21 afios de reinado, Adriano pasé mis de mitad fuera de Italia. Muchas ciudades provinciales recibie- m los derechos de colonias o de municipios; se fomentaron $ construcciones, generosamente subsidiadas por el emperador, obre todo en Grecia (Adriano era un apasionado entusiasta de la civilizacién griega) *". Esta politica, acompafiada por la paz general que reinaba in el Imperio, determiné un renacer de la vida provincial, el rgimiento de nuevas ciudades y la renovacion de las antiguas. La yida cultural tuvo un ultimo resplandor: su centro se trasladé a Oriente, a la regién de Ja lengua y de la civilizacion griega, donde se manifesté el llamado “resurgimiento griego” ver capitulo IX). La época de Adriano se caracteriza en su conjunto por una relativa paz civil. Sin embargo en los uiltimos anos de su reina- do en Palestina estallé de nuevo una gran rebelién provocada 07 En Atenas fundé el culto de Jupiter Olimpico, y también se di- inizé a la emperatriz Sabina bajo la figura de Hera. ‘También Antinoo, Mi favorito, fué divinizado después de su muerte. 118 8. L. KOVALIOV por los romanos, Durante su segundo viaje a las provincias orientales, a principios de la tercera década del siglo u, Adriz no habia decidido “resolver’’ el problema hebreo con Ia asimi- lacién forzada. En el 131 habia dado un edicto por el que pro- hibfa la circuncisién y habia fundado en Jerusalén la colonia romana de Aelia Capitolina. En lugar del templo de Jerusalén, destruido en el 70, pensaba fundar un santuario a Jupiter Capitolino. Estos hechos habian decidido la rebelién, que bajo la guia del “mesias” Simén Bar-Koheba (hijo de la estrella) habia asumido un cardcter de encarnizada guerra de guerrillas (131- 134). Para hacerle frente fueron enviadas a Palestina grandes fuerzas tomadas de las otras fronteras, En el 134 se nombré su. comandante en jefe a Sexto Julio Severo, que fué hecho venir de Britania. El propio emperador se hizo presente en el teatro de operaciones. Las tropas romanas empezaron sistemd- ticamente a ocupar una regidén tras otra, sometiéndolas a des- piadadas devastaciones. Alrededor del 135 la rebelién fué sofo- cada. Resultado: 50 fortalezas y 985 aldeas destruidas, 580.000 hombres muertos, sin contar los fallecidos por enfermedades o por hambre. A los hebreos sobrevivientes se les prohibid visitar Jerusalén mas de una vez por afio. Aunque el sucesor de Adriano abolic en seguida las medidas tomadas contra los hebreos, la segunda guerra judaica cumplié ese proceso de dispersidn del pucblo hebraico en todas las regiones del Imperio (la Hamada “didspora”) que se habia iniciado ya en la primera guerra judaica, con Vespasiano. Adriano pasé sus ultimos dos afios y medio de vida en Italia. Los trascurrié en su lujosa villa sobre el Tiber, donde habia reunido los objetos de arte mds raros y los mds curiosos productos de la naturaleza provenientes de todas partcs dcl mundo. Durante la vejez su desequilibrio psiquico auments. Se vid cada vez mas sujeto a ataques de morbosa melancolia, agudizados por las circunstancias de su vida privada. Durante el viaje por el Nilo, a principios de la tercera década del siglo, se habia ahogado su favorito Antinoo, joven de extraordi- naria belleza. Su muerte conmovid tremendamente al empera- dor. En el 136, no teniendo hijos®’, habia adoptado al joven 98 Su pariente Serviano y el sobrino Fusco fueron ajusticiados en 136 por sentencia del senado, acusados de haber participado en un complot. HISTORIA DE ROMA 119 Lucio Ceionio Cémodo Vero, persona sin mérito alguno aparte de su belleza, y ademas enfermo. En el 138, seis meses antes de la muerte del emperador, el hijo adoptivo muri Enfermo y desesperado, Adriano decidié entonces nombrar Gomo sucesor a Tito Aurelio Antonino, miembro del conse- jo imperial 1, a condicién de que éste a su vez adoptara al joven de 17 afios Marco Annio Vero, uno de sus favoritos 19! y a Lucio Elio Vero, hijo de 8 afios del heredero muerto 1°, Antonino, cuyos hijos legitimos habian muerto de pequeiios, aceptd las condiciones y fué adoptado por el emperador. El senado sancioné el acto, Antonino fué investido del imperio proconsular y de la potestad tribunicia. En el verano del 188 Adriano murié en Baya y Antonino subié al trono. Antonino Pio.—El largo reinado de Antonino (murié en el 161, 2 los 75 afos de edad) fué el periodo ms calmo y mas “impersonal” de todo el Imperio. Los motivos de esto deben buscarse no tanto en los rasgos individuales del emperador como en la situacién general internacional e interna. La poli- tica de sus predecesores habia traido una cierta estabilizacién del Imperio y habia sefialado el camino a recorrer. Antonino *° abolié algunas medidas administrativas tomadas en su pensamiento, y en general siguid, en politica exterior, las huellas de Adriano. El perdén de los impuestos atrasados que no se habian podido recoger y el sistema de las distribu- ciones se habfan convertido ya en una tradicién para los empe- radores del siglo u. Sin embargo en el campo de las finanzas Antonino demostré una economia mayor que su predecesor. En especial redujo considerablemente la gran actividad cons- 99 Con el nombre de Lucio Elio César, 100 Su nombre completo era Tito Aurelio Fulvio Boionio Arrio An- tonino (a partir del siglo m el sistema de nombres se habia vuelto muy complejo). Nacié en el 86. Era un viejo amigo de la familia imperial y tal vez pariente de Plotina. 101 Sobrino de Antonino por parte de la esposa, 102 De este modo trataba de garantizar la sucesion contra cualquier eventualidad. 108 Asumiendo el nombre de Emperador Tito Elio César Adriano An- tonino Augusto Pio, EI sobrenombre de Pius se le dié porque, contra la voluntad del senado, insistié para la deificacién de su padre adoptivo, 120 8. I. KOVALIOV tructiva de Adriano, hasta tal punto que a su muerte en las cajas del Estado se habian acumulado 675 millones de denarios. Antonino abolié algunas medidas administrativas tomadas por sus predecesores; permitié de nuevo la circulacién de los judios, hizo cesar las persecuciones de cristianos. La situacién de los esclavos mejoré considerablemente; entre otras cosas, se prohibiéd a los propietarios matar a sus propios esclavos 1, Hubo también una mitigacién de las severas normas de dere- cho penal aplicadas hasta ese momento. Sin embargo la politica “liberal” de Antonino no evité al Imperio las conmociones internas. De sus tiempos se recuerdan una nueva revuelta de los hebreos y movimientos en Acaya. Las fechas correspondientes no se pueden establecer con pre- cision dado el mal estado de las fuentes. A principios de la quinta década del siglo estallé en Egipto una rebelién que por algiin tiempo privé a Roma del trigo egipcio. Esto provocd movimientos también en la capital, durante los cuales la mul- titud casi lapida al propio emperador. Antonino se vid forzado a organizar distribuciones de pan, vino y harina costedndolas él mismo. En los asuntos exteriores Antonino mantuvo la linea paci- fica de su predecesor, lo que no excluyé sin embargo activas operaciones militares para la defensa de las fronteras. En Bri- tania sus generales combatieron con las tribus escocesas y esta- blecieron una nueva franja fortificada al norte del “cerco de Adriano” (el cerco de Antonino). En Africa se hicieron més frecuentes los ataques de los mauritanos, y por este motivo las tropas romanas se vieron obligadas a avanzar al interior del Atlante. En la costa septentrional del Mar Negro hubo que rechazar ataques de tribus barbaras. Internacionalmente el emperador gozaba de gran autoridad. Esto ha quedado demostrado por las embajadas que legaron hasta él desde la India, desde Hircania, desde Batriana y por su autorizada intervencién en los asuntos del Bésforo, de Iberia, de Célquida y de Armenia. La amplitud de las relaciones comerciales internacionales de la época se evidencia en la aparicién en el 166 de una delegacién de mercaderes griegos en la corte del emperador chino Huan-Ti, Se decian embajadores del emperador An-Tun 104 Para la situaci6n de los esclavos yer cap. VIL, HISTORIA DE ROMA 121 (Marco Aurelio Antonino, sucesor de Antonino Pio) y reali- zaron tratativas para establecer un comercio directo entre los paises del Mediterraneo y la China. En marzo del 161 Antonino murié dejando el poder a su hijo adoptivo Marco Aurelio Antonino“, que inmediatamen- te asocié al gobierno a su hermano de adopcidn, L. Aurelio Vero 16, De hecho reiné Marco Aurelio, pues el hermano era una nulidad y, ademas, murié en el 169. Con el gobierno de Marco Aurelio se abre el comienzo de la crisis general del imperio. Esta crisis aparece a primera vista como algo tan imprevisible, el contraste entre la época de Antonino Pio yla de Marco Aurelio es tan grande, que se hace necesario, en este punto, detenerse a considerar el aspecto de las relaciones econémicas del Imperio para desentrafar Jas causas que Meva- ron al primer estallido de la crisis en la segunda mitad del siglo u. Al mismo tiempo haremos una breve referencia a la cultura de los siglos 1 y 1. 105 Marco Annio Vero, que después de la adopcién por parte de An- tonino habfa asumido el nombre de Marco Elio Aurelio Vero César. Su nombre oficial como emperador fué: Emperador César Marco Aurelio Antonino Augusto, Antonino habia predestinado para la sucesién a Mar- co Aurelio confiriéndole todos los derechos de heredero, el imperio proconsular, la potestad tribunicia, y déndole ademas como esposa a su propia hija Faustina. 106 Lucio Elio Vero, que después de la adopcién por parte de An- tonino habia asumido el nombre de Lucio Ceyonio Elio Aurelio Gémodo Vero. Su nombre como co-reinante de Marco Aurelio era: Emperador César Lucio Aurelio Vero, CarituLo VIL ECONOMIA Y RELACIONES SOCIALES EN LOS SIGLOSIY I ~ Caracteristica general.—Los procesos que se produjeron en el campo de la economia y de las relaciones sociales en Jos primeros dos siglos del Imperio son muy complejos y no es facil su interpretacién. La dificultad de su comprensién se debe sobre todo a lo contradictorio de los mismos. El Imperio habia traido consigo una relativa paz civil, acompaiiada’ por un considerable relajamiento de la politica de conquistas. El cambio de la politica con respecto a las provincias habia hecho que la explotacién de las mismas adqui- riera un caracter organizado y menos bandidesco. Muchos emperadores, especialmente los Antoninos, habjan fomentado la actividad edilicia y se habian preocupado por el desarrollo de la vida cultural de las provincias, La pirateria fué liquida- da, o por lo menos reducida sensiblemente. Se habia desarro- Nado una magnifica red vial y se habia introducido una moneda imperial tinica. Todos estos factores habian influido en modo favorable sobre los distintos aspectos de la sociedad romana. En el Imperio de los dos primeros siglos se puede ademas notar el desarrollo de Ja técnica (naturalmente dentro de. los estrechos limites de la produccién esclavista) , la evolucién del artesana- do, el impulso que Ia vida econémica recibié en muchas pro- vincias, el desarrollo en ellas de la produccién y el comercio locales, el aumento de los intercambios regionales, el incre- mento del comercio con Oriente, etc. La fortuna de las clases altas en las provincias habia aumentado, las ciudades provin- HISTORIA DE ROMA 123 ciales habian logrado su autonomia y vivian una intensa vida econémica y cultural. Algunas ciudades antiguas, que a fines de la Republica habian comenzado a decaer, renacian. En los confines del Rin y del Danubio, en Africa septentrional y en Dacia surgia una gran cantidad de nuevos centros urbanos. Pero junto a estos fenédmenos positives un observador atento podia notar sintomas amenazadores de decadencia escondidos bajo el aparente bienestar: la ya crénica crisis agraria de Italia, importantisimo centro vital del Imperio; la disminucién del numero de esclavos, la disminucién de la productividad de su trabajo y las distintas tentativas de los esclavistas de encontrar formas nuevas y mas eficaces de explotacién; la pauperizacion de amplios estratos de poblacién en Italia y en las provincias y el esfuerzo de las tendencias de parasitismo y de una psicolo- gia de ocio; el agotamiento de los recursos militares del Imperio y la imposibilidad de volver a una politica de conquistas, Y debe hacerse notar que los sintomas de decadencia eran m: serios que los de bienestar, pues se referian a los aspectos fun- damentales de la vida del Imperio, caracterizando a los ele- mentos mds importantes de la sociedad romana. Ya hemos visto qué era lo que determinaba los fenémenos positivos. ¢Cudles eran, en cambio, las causas de la decadencia? Logicamente el Imperio habia traido un cierto mejoramiento del sistema romano, en el sentido que le habia dado un carac- ter de mayor organizacién; pero el sistema, también con el Imperio, habia seguido siendo esclavista, a pesar de algunos signos de la incipiente degradacién de la esclavitud: el mimero de esclavos habia empezado a disminuir, su situacién estaba muy mejorada; junto con el trabajo de Jos esclavos se iban desarrollando otras formas de explotacién; la economia latifun- dista centralizada habia empezado a dejar sitio a una econo- mia fraccionada de esclayos unidos a la tierra y de colonos semilibres arrendatarios. Todos estos cambios sin embargo sdlo eran cuantitativos, incapaces de determinar una nueva calidad. El sistema seguia siendo en lo sustancial el antiguo, y en él continuaban gravitando todos aquellos factores que inevitablemente conducen al fin de un sistema esclavista des- * arrollado. En el curso de los siglos la regién del Mar Mediterrdneo habia sido el escenario de Ja economia esclavista en su forma 124 S. I. KOVALIOV romana, la mds bandidesca y cruel, que habia agotado las fuer- zas productivas. No se puede negar que el imperio habia mi gado bastante la antigua prdctica republicana: las provincias respiraban mds libremente y habian tenido una cierta indepen- dencia econémica. El sistema imperial de recaudacién de im- puestos era menos despiadado que el de los empresarios repu- blicanos; los funcionarios imperiales se comportaban, en los primeros tiempos, con menor crueldad que los magistrados republicanos; pero también éstos eran, en fin de cuentas, sdlo cambios cuantitativos, que no podian dar un ‘mejoramiento radical. Ademas la burocracia imperial bien pronto alcanzé y luego superé a los magistrados republicanos en avidez y corrupcién; las fuerzas productivas de las regiones mds impor- tantes del Imperio —Italia y la peninsula balcdnica— estaban tan minadas por el secular dominio de la esclavitud que su renacimiento se hizo imposible durante muchos siglos. De este modo el caricter doble y contradictorio de los fenédmenos econémico-sociales de los primeros dos siglos del Im- perio resulté totalmente natural, El Imperio fué la forma estatal que sustituyd al sistema de la polis de la época de la esclavitud “clisica”. El Imperio, como la monarquia helénica que lo precedié, fué un “estado territorial”, pero un estado que distaba mucho de ser completo. No habiendo una _con- ciencia nacional, era en sustancia poco més que un conglome- rado de ciudades, territorios y tribus de nivel cultural y econdémico distinto, unides por la dictadura militar de los emperadores. El Imperio habia hecho mucho por fundir este conglomerado en un todo orginico, pero los resultados no fueron grandes. Mientras la base econémica continuaba siendo el sistema esclavista era irrealizable una union sélida, dado que era imposible la existencia de un unico y vasto mercado interno. Ademas el Imperio era una superestructura politica del sistema esclavista mediterraneo, encaminado ya hacia su decadencia. Esta circunstancia agudizaba todas las, contradic- ciones propias de la sociedad esclavista. Resulté natural que entre las dos tendencias sefialadas —el desarrollo y la decadencia— tomara por fin la delantera la segunda. La recuperacién fué un fendmeno transitorio y relati- vo: 0 tocaba aspectos exteriores (renovacién de las ciudades) 0, si se referia a procesos internos (desarrollo de la vida eco- HISTORIA DE ROMA 125 némica de las distintas provincias), sdlo representé un fend- meno local que, ademas de no poder salvar al Imperio en su conjunto, no podia, como yeremos adelante (cap. XII) sino proiundizar la crisis, facilitando el proceso de desintegracin. La decadencia como expresién de las leyes internas de la sociedad esclavista fué un proceso fundamental y natural. La técnica. —Con el sistema de la esclavitud Ja técnica de la produccién podia desarrollarse dentro de ciertos limites restringidos. A causa del relativamente bajo nivel de los inter- cambios y de la parte considerable que en él tenia la economia natural cerrada, el mercado de la sociedad esclavista no tenia gran extensin. La demanda de mercancias era limitada, y en consecuencia el productor no tenia los suficientes estimulos para ampliar e intensificar la propia produccién. Si bien ese estimulo subsistia en ciertos casos, la presencia (en el periodo de florecimiento de la esclavitud) de un mercado de esclavos a bajo precio y casi ilimitado permitia extender la produccién mediante el aumento cuantitativo de la fuerza-trabajo, pero hacia igualmente desventajoso el tratar de obtener el aumento de la produccién mediante la aplicacién de instrumentos y medios de trabajo perfeccionados, a causa también del bajo grado de productividad de los esclavos. Sobre esto leemos en La Odisea: 1 esclavo es negligente: si el patrén no Jo obliga con severidad, no emprende el trabajo. por su yoluntad; el penoso destino del hombre caido en la esclavitud destruye sus mejores cualidades” 107. He aqui por qué con el sistema esclavista los instrumentos de trabajo fueron por lo general muy primitivos. “Esto (es decir, el uso no correspondiente de las materias primas y de los medios de trabajo) es una de las circunstancias —dice Marx— que encarecen la produccién fundada sobre la escla- vitud. En este tipo de produccién el trabajador se distingue, segtin la exacta expresién de los antiguos, sélo como instru: mentum vocale del animal, instrumentum semivocale, y del inerte instrumento de trabajo, imstrumenturn mutum. Pero él se encarga de hacer sentir al animal y al instrumento que no es su igual, sino un hombre, y se procura, maltratindolos y gastindolos con amor, Ja seguridad de esa diferencia. Por eso 107 La Odisea, XVII, $20-823. 126 S. 1 KOVALIOV en este modo de produccién vale como principio econdmico {a adopcién de los instrumentos de trabajo mds rusticos, mas pesados, pero dificilmente arruinables precisamente por su pesadez” 108, La antigiiedad no conocié la aplicacién de maquinas a la produccién, salvo algunas formas embrionarias (molino) . Sin embargo hay que poner algunos limites a lo que hemos dicho, En primer lugar, también. los esclavistas lograron obte- ner una productividad bastante elevada de ciertos grupos de esclavos, principalmente los artesanos calificados, con el sistema de la recompensa. En segundo lugar la técnica quedé estancada sobre todo en el periodo de mayor desarrollo del sistema escla- vista. En otras épocas, cuando el trabajo de los artesanos libres © de los propios esclavos sujetos a formas mas blandas de explo- tacién (por ejemplo lo esclavos entregados “en alquiler”) com- petia con la forma esclavista propiamente dicha, la técnica de la produccién habia cumplido notables pasos hacia adelante, pero dentro de los estrechos limites histéricos de la época. Los primeros dos siglos del Imperio representan_precisa- mente un periodo de desarrollo de la técnica dentro de los limites de sus formas antiguas. El Imperio, culminacién de la larga historia del Mediterraneo antiguo, fué el heredero de toda la evolucién cultural precedente. Se apropié también de muchas conquistas técnicas de la época helénica (mecanismos para eleyacion, molino de agua, etc.) 9. El aumento del volu- men de los intercambios comerciales internos y externos habia estimulado el desarrollo de la técnica artesanal; la intensa actividad edilicia en las ciudades habia dado impulso a la arquitectura y a la mecdnica aplicada; finalmente, la reduccién del mimero de esclavos disponibles y la decadencia iniciada ya del sistema econémico esclavista habian aumentado el peso especifico de las formas libres o semilibres de trabajo. Varios autores antiguos confirman el nivel relativamente alto de la técnica en los siglos 1 y 1: Vitruvio (III, p. 55) ha- bla de aparatos para elevaciones en los que se aplicaba el bloque 408 EL Capital, libro I. 109 Varias conquistas técnicas del helenismo habian sido introducidas en Roma desde la época de la Repiblica (téenica militar, maritima, me- canismos hidraulicos) . HISTORIA DE ROMA 127 ‘Compuesto (polispasto) 49, de mecanismos hidraulicos (tim- panos), de instrumentos de medicién del tipo taximetro™, ién Casio (68, 13) describe asf el puente tendido sobre el Danubio por Trajano: _ *Trajano construyé un puente de piedra sobre el Istro, a propésito lel cual no sé como expresar un modo digno de admiracién por este perador. También llevé a término otras obras notables, pero ésta pera a todas. El puente comprende yeinte pilones de piedras escua- ‘dradas, de 150 pies de alto 112, sin contar la base, y del espesor de 60 pics. Los pilones cstin dispuestos a 70 pies de distancia el uno del otro 'y unidos por arcos, ,Cémo no matavillarse de los gastos demandados por esta construccién? ,Cémo no maravillarse del modo en que cada_pilén ‘fué construido en medio de un rio de gran caudal, peligroso por los “yemolinos de agua, por el fondo desparejo? Hay que tener en cuenta que “ino cra posible desviar la cortiente”. i Por las descripciones de Diodoro (V, 35, 38) y de Plinio el , Viejo (XX XIII, 67-68; XXXIV, 143-145) tomamos conocimien- to de la compleja técnica de extraccién de Ja plata y del oro, de Ja aplicacién de instalaciones para la desecacién de las minas, del uso de hornos de fusién y de los distintos medios para fundir el hierro. Vitruvio (X, 5) y Plinio (XVIII, 97) nos dejaron una descripcién del molino de agua que probable- mente habia aparecido por primera vez en Asia Menor, bajo Mitridates 11%. En el siglo 1 d.C. el molino de agua comenzé a difundirse lentamente también en Occidente (Italia). También la técnica agricola, por lo general estacionaria, “hizo un cierto progreso desde fines de Ia Republica. Plinio (XVUI, 172) habla del arado con ruedas inventado “desde hace poco” en Recia. Mas interesante aun es la descripcién “que hace el propio Plinio de una maquina que recuerda la _ segadora: “En las vastas fincas de Galia, para la cosecha, se arrastran por Ios “campos, tiradas por animales, grandes cajas sobre dos ruedas, que Hevan 110 Sobre la arquitectura, X, 2, 1-3. El famoso relieve sepulcral de Centoceles, probablemente de la época de los Flavios, representa la cons- “tiuccién de un sepuicro con el empleo de ese mecanismo, UL Sobre la arquitectura, X, 4, 1-2; 1-4, 412 El pie griego y romano correspondia a mds o menos 30 cm, Us Estrab6n, Geografia, XU, 556, 128 8S. I. KOVALIOV en su extremidad dientes dispuestos de tal modo que las espigas que cortan caen en la caja” 114, Es de sefalar que la “segadora” no fué usada en Italia, donde los cultivos de cereales no estaban lo suficientemente desarrollados y donde ademds, en la época del Imperio, reina- ba la crisis; pero fueron si utilizadas en Galia. El testimonio de las fuentes literarias se ve confirmado por una infinidad de restos arqueolégicos de esos dos siglos. Las construcciones romanas sorprenden por sus dimensiones y su perfeccién técnica. Baste recordar el anfiteatro de los Flavios (el Coliseo) que contenia no menos de 50.000 espectadores, los grandiosos acueductos romanos (puentes en arco sobre los que pasaban los tubos para la conduccién del agua, los arcos de triunfo de los emperadores (el de Tiberio en Orange y el de Tito en Roma), la famosa Columna Trajana, de 27 m. de alto, con una franja de bajorrelieve de 200 m. de largo, el Mausoleo de Adriano (el Mamado Castel Sant'Angelo) y otras construcciones. Los puentes y las calles romanas fueron cons- truidas con tal cuidado que algunos estan atin en uso en Italia, en Francia meridtonal y en Espana. Debemos agregar también los numerosos restos de hornos para fusién y calcinacién (para cerdmicas) encontrados por los arquedlogos en varias regiones del Imperio, los numerosos talleres de artesanos descubiertos en Pompeya, la representacién de procesos productivos en mura- les y relieves, etc. Finalmente, el infinito refinamiento de los objetos domésticos, de los adornos, de los muebles y de los instrumentos 16 confirma el alto nivel de la técnica artesanal. En la época del Impetio se descubrieron —y se aplicaron ampliamente— distintos procedimientos técnicos nuevos. En la segunda mitad del siglo 1 a.C., los artesanos de Sidén descu- brieron el procedimiento para trabajar el vidrio mediante el soplado, en lugar del antiguo sistema de la horma. Esto did la 114 Historia natural, XVII, 296. Hay una descripcién ‘mas detallada en Sobre la agricultura (VI, 2, 2-4) del escritor romano Paladio (me- diados del siglo IV d.C.). 115 La altura de algunos acueductos Megé a los 55 m, En Roma cl agua cra distribuida por nueve acueductos provenientes de distintas zonas. 116 Véase por ejemplo 1a conocida coleccién de instrumentos quirix- gicos de Pompeya. HISTORIA DE ROMA 129 osibilidad de producir vidrio de mejor calidad y en mayor antidad. En Galia, segtin parece en el siglo 1, fueron inventa- el laton (aleacién de cobre y cinc) y el procedimiento de fiado de los recipientes. En los talleres mds grandes, donde se ocupaba a algunas €cenas de artesanos, se aplicé hasta cierto punto la divisién écnica del trabajo. En la produccién de la ceramica, los dis- mtos procesos —modelado, coccidn, decoracidén— se cumplian Or grupos especiales de artesanos. Para el laboreo de los me- wiles existian los modeladores, los herreros, los pulidores, etc. a especializacién andloga encontramos en los talleres de los yanaderos, de los tejedores y de los pintores, En algunos casos divisién del trabajo asumia la forma de preparacion de las itintas partes del objeto en diversos talleres y también en tintas ciudades. Asi por ejemplo, las incrustaciones meté- sobre muebles preparados en Pompeya, se hacian en Ca- ; los elegantes pies de los triclinos, sobre los cuales se yacia durante las comidas, en Delos. Los candelabros se componian @ dos partes: la inferior se preparaba en Tarento y la supe- or en Egina 17, Agustin 18 nos ha proporcionado una teoria completa de divisién del trabajo artesanal: ‘Es ridiculo ver que [los dioses romanos] en mérito a las distintas nes humanas, estiin representados dividiéndose sus ocupaciones, no si fucran simples recaudadores de impuestos 0 artesanos de los ta- eres en os que se trabaja la plata, donde para que un objeto esté ter- nado debe pasar por las manos de muchos artesanos, aunque podria €jecutado por uno solo con tal que éste fuera excelente, Parece por Parte que con el conjunto de los artesanos no podia hacerse otra que adiestrar a las distintas personas rdpidamente y con facilidad en distintos procesos de produccién, excluyendo de ese modo la necesi- lil de hacerles alcanzar la perfeccién en la produccién de la obra en su junto” 119, Iue su testimonio se refiere a una época mny posterior, puede sin bargo adaptarse también al periodo inicial del Imperio. La tendencia feral de la evolucién del artesanado fué disminuyendo desde el siglo 1, © en Jas distintas regiones del Imperio los habitos de la produccién nal se mantuvieron durante mucho tiempo, U7 Plinio, Historia natural, XXXIV, 11. §MS San Agustin, famoso escritor cristiano de fines del Imperio (354-480) , “U9 La ciudad de Dios, VI, 4. 130 Ss. IL KOVALIOV La produccién artesanal. — La tendencia general de la evolucién de la produccién en los primeros dos siglos del Im- perio se caracteriza por un aumento en las provincias (espe- cialmente en las occidentales) y por una lenta decadencia en Italia. Se trata sin embargo de un proceso complejo que re- sulta imposible simplificar. A fines de la Republica, la produccién artesanal en Italia se encontraba en un nivel no muy alto (1, 333). Las guerras civiles, que habian interrumpido el curso normal de la vida econémica, el cardcter especulativo del capital romano, la im- portacién de los productos del artesanado desde las provincias, frenaban el desarrollo de la industria local. En algunos aspec- tos, la produccién itala habia hecho también retrocesos con respecto a periodos anteriores. Asi por ejemplo, habian desapa- recido casi por completo los minerales de cobre etruscos que ya eran famosos en la antigiiedad. Por otra parte, el siglo 1, a. C. fué un periodo de intensa actividad edilicia. Los tesoros traidos de las provincias se em- pleaban en la construccién de edificios publicos y de lujosos palacios para los romanos ricos. Desde la época de los Gracos Ja construccién de calles habia tomado un gran impulso. La llegada de habiles artesanos griegos habia favorecido la recu- peracion de algunos ramos de la produccién artesanal, en particular de la cerdmica y de la fusién del bronce. Capua se habia convertido, en el siglo 1 a. C., en el centro de este Ulti- mo arte y abastecia de los productos de su artesanado (vajilla, lamparas) no sdlo a Italia, sino también a la Europa septen- trional. La ciudad etrusca de Arretinum (Arezo), que cono- cemos ya por la guerra de Anibal, habia desarrollado amplia- mente ‘la produccién de cerdmicas. La vajilla aretina, ador- nada de relieves, constitufa una dptima imitacién de aquel tipo especial de vajilla griega conocido como originario de Samos. El primer Imperio (siglo 1) habia traido consigo una mo- mentanea recuperacién del artesanado italo, determinada por aquellas causas generales que ya conocemos: el fin de las gue- rras civiles, la relativa seguridad de las vias de comunicacién, el incremento del comercio interior y exterior, etc. Fué en- tonces cuando la produccién de cerdmicas aretinas y la in- dustria capuana del bronce alcanzaron el punto mas alto de HISTORIA DE ROMA 131 _ desarrollo. Este tipo de cerémica se encuentra en Espafia y en Marruecos, en el Rin y en Britania, e incluso en los confines orientales del Imperio. Junto a estos antiguos centros de produccién surgieron nuevos. Un tipo mis ristico de trabajos de arcilla (lamparas y ladrillos) se producia en la Italia septentrional, en Aquilea y en Modena. Parma, Mediolanum (Milan), Patavium (Pa- dua) y Pompeya fueron famosas por sus manufacturas de lana. Las ciudades de Campania abastecian a Italia de objetos de vidrio soplado. Roma misma, que nunca habia sido un gran centro de produccién, habia empezado a desarrollar algunos Tamos especializados de la produccién (joyeria) . Conocemos muy bien la produccién artesanal de Pompeya en la época que antecede inmediatamente a su fin (aiio 79). Entre los objetos que alli se han encontrado, la mayor parte de los cuales se producia en el mismo lugar, hay lamparas de ar- cilla y de bronce, vajillas de arcilla y de bronce, objetos de vidrio y de hierro, pesos, instrumentos quirtirgicos, etc. Sor- Prende-el gran nitmero de talleres artesanales, pues se los en- cuentra casi en cada casa. Encontramos talleres de tejidos, joyerfas, perfumerias, negocios de panaderos (unidos general- mente a los molinos), instalaciones para la elaboracién del vidrio, herrerias, etc. Pero en el siglo 11 cambia el cuadro de este florecimiento del artesanado itdlico, La recuperacién era un fendmeno mo- mentdneo. Las fuerzas productivas de la peninsula estaban minadas y no podian sostener la competencia de aquellas re- giones del Imperio que en la situacién de “paz romana” que se habia establecido se encaminaban hacia un intenso desarro- Mo econémico, Desde mediados del siglo x la cerdmica aretina empez6 a perder el primer lugar en los mercados para dar paso a los productos galos. Lo mismo sucedié en el siglo m con los productos de bronce y de vidrio de los artesanos de Capua, sobrepasados por la produccién gala. En el ultimo siglo de la Reptiblica el desarrollo econédmico de las provincias orientales habia sido frenado por la politica de rapifia de los romanos y las guerras internas y externas. El Tmperio, como hemos visto, habia mejorado las cosas. Ya con los primeros emperadores los antiguos centros industriales del Mediterraneo oriental se recobraron y con su competencia apre- 132 S. I. KOVALIOV suraron la decadencia econémica de Italia. En Fenicia y en Egipto floreci6 una nueva industria del vidrio. Los finisimos tejidos de seda y de lino que se hacian en Asia Menor se di- fundieron répidamente y no sdlo en las regiones orientales. En las provincias occidentales la metalurgia tuvo un in- tenso incremento. Aunque las antiguas minas de plata de Es- pafia meridional se habian vuelto menos rediticias por culpa del agotamiento de las vetas, se empezaron a explotar yaci- mientos locales de plomo, metal cuya demanda habia aumen- tado desde que en las ciudades de Occidente, a imitacién de Roma, se habia empezado a emplear el plomo para los tubos de los acueductos. En la costa occidental de Espafia se descu- brieron yacimientos de estafio que hicieron de la peninsula ibérica la fuente principal de este precioso metal, quedando en segundo plano Britania con sus antiquisimos yacimientos. En Galia se descubrieron nuevos yacimientos de hierro (Lieja) . En el Nérico y en Iliria se explotaron intensivamente los grandes recursos en metales. En el mismo periodo inicial del Imperio, Galia empez6 a desarrollar una produccién propia de cerdmicas y de tejidos, convirtiéndose en una peligrosa competencia para Italia. Ha- cia mediados del siglo 1 aparecié en los mercados una ceramica barnizada en rojo proveniente de Galia, adornada con relieves, que por ser de precio mas bajo que la aretina, empezd a ha- cerle competencia con éxito, Pero recién en el siglo 1 el desarrollo econémico de las provincias alcanzé su grado maximo, Galia obtuvo éxitos par- ticularmente importantes. Este enorme pais, rico en fuerzas productivas naturales, habia sido conquistado tarde por Roma por eso fué relativamente poco explotado durante la Repti- blica. Galia y el territorio del Rin se conyirtieron en el mayor “taller” de Europa. La produccidn del vidrio, que aparecié en el siglo 1 en Lyon, se difundié pronto en Normandia e incluso en la Inglaterra meridional. Su centro se trasladé mds tarde a Colonia (Colonia Agripina). Los productos galos de latén, con adornos de estilo local y céltico, sustituyeron a los bronces de Capua en los mercados de Europa septentrional. La cerd- mica gala alcanzd su pleno desarrollo. Esta produccién hizo competencia a una vyajilla negro brillante preparada en Bél- gica. En Britania aparecieron imitaciones locales de la cera- HISTORIA DE ROMA 133 mica gala con adornos en estilo celta (en Colchester). En la region de los helvecios (Suiza) la ciudad de Vindonisa se con- virtid en el centro de produccién de las lamparas de terra- cota. En Occidente continué desarrollindose la metalurgia. En Dacia se descubrieron nuevos y ricos yacimientos de oro, En Britania se explotaban yacimientos de hierro y de plomo. Este ultimo era transportado a Roma en lingotes para preparar Jos tubos de los acueductos. En lo referente a las formas organizativas de la produccién ésta siguid siendo en su conjunto del tipo del pequefio arte- sanado. Normalmente trabajaba el propietario mismo del ta- er, en la mayoria de los casos un liberto, con uno o dos esclavos. En las empresas de tipo medio se ocupaban de 5 a 10 hombres. F1 taller artesanal (officina) servia casi siempre al mismo tiempo de tienda (taberna). Un cuadro similar se nos presenta por ejemplo en Pompeya. En algunos rubros de la produccidn, especialmente en la cerdmica, que, dadas las pro- porciones de entonces, pueden considerarse importantes, los talleres contaban hasta 100 artesanos y obreros. Ef las cons- trucciones se aplicaba en gran medida el sistema de contrato. El empresario-contratista reclutaba un equipo de obreros (en- tre los cuales podia haber libres artesanos, peones e incluso esclavos entregados en alquiler o de propiedad del empresario mismo) y concertaba con el comitente un acuerdo, En tiempos del Imperio el porcentaje de trabajadores libres en la pro- duccién aumenté cada vez mas, especialmente en las provin- cias. Sin embargo en las minas del Estado se continudé explo- tando el trabajo de los prisioneros condenados por un tribunal a trabajos forzados (damnatio a metalla). Los libertos eran 0 propietarios de talleres 0 empresarios o dirigentes de las em- presas industriales de sus amos. La situacién de los artesanos libres y en particular de los obreros contratados era dura tanto desde el punto de vista del pago de su trabajo como de su posicién de derecho. El trabajo de los esclavos a bajo precio pesaba sobre ellos, manteniendo bajos sus salarios. La privacién de los derechos para los esclavos era una condicién que se reflejaba también en los obreros li- bres. Si un pequefio artesano independiente gozaba ain de una 134 8. KOVALIOV cierta posicién en la sociedad romana, la posicién juridica del obrero libre asalariado no era muy distinta de la de un esclavo. El comercio. — El aumento de la produccién local en el cuadro del mejoramiento general del estado de las provincias, el desarrollo de los trasportes, la mayor seguridad de las vias de comunicacidn, etc., determinaron en la época del Imperio una notable recuperacién del comercio entre Italia y las pro- vincias y entre éstas a su vez. Ya hemos sefialado algunos he- chos que se relacionan con esto; agreguemos ahora que en el siglo 1 los productos de vidrio de Fenicia y de la Campania eran exportados a Lyon, de donde pasaban a la regién del Rin y a Britania. En el Mar Negro, en el oeste de Inglaterra (Gales) y en Escocia se han encontrado utensilios de bronce de Capua, con el sello de un tal Cipio Polibio, evidentemente propietario de un gran taller. La ceramica aretina Iegé hasta el Rin, Britania, Espafia, Marruecos y se la ha encontrado in- cluso en el Caucaso, La de Galia meridional hizo competencia a la aretina en las provincias occidentales y en la propia Italia; las ldmparas de terracota, construidas en gran cantidad en Médena, eran exportadas al Africa septentrional; el vino y el aceite de las zonas mediterraneas se difundieron por todo el continente europeo; el Rin se convirtié en una de las mas importantes arterias comerciales. Es significativo el hecho de que no s6lo los productos de lujo eran objeto de este comercio interregional. La simple va- jilla de cocina, las lamparas y las calidades baratas de aceite y vino figuraban junto a la rica cerdmica aretina y a las elegantes manufacturas de vidrio. El comercio exterior no le iba en zaga al interior. Seguin los datos que da Plinio el Viejo 120, en su época los romanos com- praban anualmente a la India mercaderias por un valor no menor de 55 millones de sextercios. Los precios a que luego eran vendidas estas mercaderias eran cien veces mds altos que los usuales en la India. El valor total de las importaciones anuales romanas de la India, China y Arabia alcanzaba a los 100 millones de sextercios. Plinio expresa su pesar por el hecho de que estas sumas salian del Imperio: “Tanto nos cuestan el lujo y las mujeres!” 129 Historia natural, VI, 101; XU, 84. HISTORIA DE ROMA 185 Para el desarrollo del comercio con la India tuvo una im- rtancia decisiva en la época de Augusto o de Tiberio el lescubrimiento de los monzones, vientos estacionales constan- es, hecho por un tal Hipalos, griego, segtin parece de Alejan- fa. Con su ayuda se podfa alcanzar facilmente la India desde 1 Mar Rojo y volver atras. Hipalos mismo habia llegado hasta las bocas del Indo. En tiempos de Claudio y de Nerén, nave- ores aislados empezaron a aparecer en la isla de Ceylin y en el Golfo de Bengala. Todo esto favorecid, a fines del si- glo 1, el establecimiento de relaciones comerciales mas 0 menos ‘-regulares entre las regiones mediterrdneas y la India. _ Un objeto de la importacién de Oriente eran las especias (particularmente la pimienta), sustancias aromaticas, piedras preciosas y tejidos fimos (muselinas indias) . En la época inicial del Imperio no se puede atin hablar de relaciones comerciales directas por via terrestre con el Orien- te, El hallazgo de tejidos griegos de la época de Augusto en Mongolia se debe probablemente a algun intercambio casual. Las principales vias trascontinentales desde el Eufrates hacia Oriente, hasta la Antioquia Margiana; (Mery, en el Turkme- nistén) y hacia el sur, al Golfo Pérsico, se encontraban a mer- ced de los partos y en cualquier momento podian interrum- y fe Por otra parte, parece que en aquel tiempo la ruta del urkmenistdén a la China era desconocida. El mismo cardcter casual tuvieron las relaciones comercia- Tes a lo largo de la costa oriental de Africa, al sur del Mar Rojo. Sdlo algunos navegantes aislados Megaron a Zanzibar. Pero la importacién de incienso de Somalia parece haber te- _nido un cardcter mds regular. El interior del continente afri- ano era casi desconocido en Ja época del Imperio que trata- mos. El comercio por caravanas de Tripolitania seguia en manos de los némades; ni siquiera la ocupacién de Mauritania por parte de los romanos habja restablecido el antiguo comer- _ cio cartaginés, que se efectuaba a lo largo de la costa occiden- tal de Africa. En los confines septentrionales del Imperio (excluyendo Britania, donde los mercaderes italos y galos empezaron la obra de pentracién mucho tiempo después de la conquista) , en el siglo 1 se fijaron las primeras rutas comerciales, que mas tarde se hicieron muy frecuentes. Druso y Tiberio habian 136 8S. I KOVALIOYV abierto entre Germania y Escandinavia la ruta maritima del curso inferior del Rin a través del Mar del Norte. En los tiempos de Nerén un viajero romano en busca de Ambar habia pentrado hasta la costa meridional del Baltico, partiendo del curso medio del Danubio y bajando a lo largo del Vistula. El hallazgo de objetos de bronce de Capua en las regiones sep- tentrionales de Europa demuestra ademas que ya en tiempos de los comienzos del Imperio existian ciertos vinculos (podria- mos decir indirectos) entre el norte y el sur del continente europeo, Desde fines del siglo 1 el comercio exterior romano alcanzé el punto mas alto de su desarrollo, Debemos sefialar, sobre todo, el establecimiento de relaciones comerciales con China, hecho que se vincula con la actividad de la dinastia de los Khan. Los emperadores de esta dinastia habian unido a sus dominios en el ultimo tercio del siglo 1 las regiones del rio Tarim y habian organizado dos rutas comerciales hacia Occt- dente: una dirigida a Mery y Ia otra a Bactra (Balch, en el Afganistén septentrional) . Aqui los mercaderes griegos y sirios se encontraban con las caravanas chinas. Por fuentes chinas se sabe que en el 97 un embajador chino se presentd en una ciu- dad siria (probablemente Antioquia) para tratar de establecer relaciones comerciales. Bajo Adriano y Antonino, algunos mer- caderes griegos Iegaron a los confines occidentales de la region del Tarim. En ese lugar, en la arena del desierto, se han en- contrado restos de tejidos de seda chinos y de telas de lana cosidas de origen sirio. En los monasterios budistas del Tibet han aparecido pinturas murales de estilo greco-sirio, lo que demuestra la presencia en esos lugares de artesanos griegos. El comercio maritimo con la India, cuyas bases ya habian sido puestas en el periodo anterior, continué desarrollandose. A fines del siglo 1 d. GC. los griegos penetraron, desde la costa occidental de Ia India, en Punjab y en el Dekdn y en el siglo 11, en el Golfo de Bengala. Un mercader griego Ilégé incluso a atravesar la peninsula malaca. Segtin fuentes chinas, en el 166 una delegacién de mercaderes griegos, que se presentaban co- mo embajadores del emperador An-Tun (Marco Aurelio An- tonino), fué recibida por el emperador de la dinastia de los Khan, Huan-Ti, en su capital. Los griegos entablaron trata HISTORIA DE ROMA. 137 tivas para establecer un comercio maritimo regular entre Chi- na y la cuenca del Mediterraneo, Si las tentativas para establecer un comercio regular con la China no dieron buenos resultados, las relaciones con la costa occidental de la India, en cambio, adquirieron en el siglo 1 un cardcter mas regional que antes. Esto est4 demostrado sim- plemente por el hecho de que bajo Domiciano se construyeron en Ostia depdsitos especiales para la pimienta proveniente de la costa de Malabar. Los precios de las mercaderias de la India cayeron notablemente con respecto a los de los tiempos de Plinio el Viejo; la balanza comercial de Roma se hizo menos pasiva de lo que habja sido en el periodo anterior, puesto que contra la importacién de objetos de lujo se empezaron a ex- portar productos locales como cobre, estafio, vino, productos de vidrio y tejidos de lana. No obstante esto, la salida de me- tales nobles del Imperio no cesé completamente. Aunque los viajes de exploracién en las regiones interiores de Africa obtuvieron ciertos éxitos a fines del siglo t y en el 1 (penetracién en la region de los grandes lagos ecuatoriales, en el Sahara y en el Sudan), es poco probable que estos viajes esporddicos hayan podido influir sustancialmente sobre el co- mercio africano, exceptuando un cierto aumento de la im- portacién del marfil. Por el contrario aumenté considerablemente el comercio con las regiones septentrionales. En la costa oriental de Irlan- da se han descubierto monedas de Adriano y de Trajano, Las vias de comunicacidn descubiertas en el siglo r en el mar Bal- tico y en el interior de Germania adquirieron una gran im- portancia. Una de esas vias iba desde la desembocadura del Rin a lo™ largo de las costas de Holanda y de Frisia y permitia penetrar en el interior de Germania siguiendo el curso de uno de los siguientes rios: el Ems, el Weser o el Elba; si no, se podia navegar por las costas de la peninsula de Jutlandia y Megar a Dinamarca y Escandinavia. Otra ruta era la que se abria desde el curso medio del Da- nubio. Siguiendo la Vistula Negaba a la costa baltica, desde Ja cual se podia alcanzar Suecia. Las numerosas monedas ro- manas, especialmente del siglo 11, encontradas en Eslesia, en 138 Ss. I. KOVALIOV Posmania y en las islas suecas 121 demuestran la importancia relativamente considerable que tenia esta ruta comercial orien- tal que unia al Mediterraneo con el norte de Europa. El punto de concentracién del comercio exterior e interior fué Ia capital del Imperio, Roma. No siendo un centro de produccién, fué sin embargo durante el Imperio la ciudad que mas productos absorbia, dada su numerosa poblacién y la presencia en ella de la corte imperial. Del volumen de las im- portaciones romanas hablan no sdlo las fuentes literarias (Es- trabén, Plinio, Marcial, etc.) sino también otros datos, como por ejemplo las dimensiones del puerto de Ostia, en la desem- bocadura del Tiber. La reconstruccién de Ostia, promovida en tiempos de Claudio y de Trajano, habia transformado este centro en un puerto maritimo accesible a las mds grandes na- ves. Los restos de los grandes depdsitos de mercaderias mues- tran que, después de Alejandria, Ostia ocupaba en el Imperio el primer lugar por el volumen de los intercambios comercia- les. Se supone que la poblacién de la ciudad no era inferior a las 100.000 personas. Ya hemos visto (1, 332) que en la época de la Republica el numero de mercaderes de ascendencia romana pura era rela- tivamente pequefio. La crecida importancia econdémica de las provincias y la decadencia de la produccién itala hicieron ain mas evidente este fendmeno. Por eso no hay nada sorprendente en el hecho de que el comercio con Oriente estuviera en manos de los griegos y de los sirios, y en Occidente mismo éstos dis- taban mucho de ocupar un sitio de ultimo plano. Encontrar un mercader sirio en Galia, en Britania 0 en Dacia no era una cosa rara. Sin embargo en las provincias occidentales y en Italia eran los galos quienes tenian la parte mds importante, Jo que correspondia a la creciente importancia de Galia en la economia del Imperio. El capital financiero usurario. — Con la caida de la Repti- blica terminé también el dominio del capital usuarario. Como ya hemos visto, César y Augusto habian puesto las bases para la liquidacién del sistema de los contratistas en la recaudacién de los impuestos directos en las provincias. En tiempos de Adriano también la de los indirectos habiaseles quitado a las 121 En la isla de Gotland se descubrieron m4s de 4.000 monedas ro- manas. HISTORIA DE ROMA 139 mpafijas romanas de contratistas, confiindola a los recauda- dores locales bajo el control de los procuradores imperiales (III, p. 115). Con esto se habia asestado un duro golpe al gran pital financiero usurero, porque de ese modo se habia eli- inado el campo principal de su actividad y la mayor fuente de sus entrafias. Naturalmente esto no significé para nada la desaparicién del capital financiero usurario en general. Los andes comerciantes y los empresarios-artesanos de la época del Imperio eran fuentes de demanda de capital y mantenian actiyos a los usureros. En las provincias aparecieron “ban- “queros”’ locales, mientras que antes éstos eran por lo general {talos. El porcentaje de interés rebajé notablemente. La vida €conémica del Imperio fué tomando un cardcter mds sano: las especulaciones disminuyeron, las enormes entradas de los romanos ricos de fines de la Republica cesaron 122, El porcen- taje medio de interés se redujo hasta 4 - 6%. Los contratistas no desaparecieron del todo. El sistema se mantuvo para los almacenes y edificios comerciales del Estado, para la recaudacién de los impuestos aduaneros, para las cons- trucciones y obras ptiblicas, para la explotacién de las minas estatales (imperiales) 1°%, para la administracién de las pro- piedades imperiales (ver mds adelante) etc. Pero por lo ge- neral estos contratos se concedian sobre el lugar y las opera- ciones que comprendian no tenian gran importancia. Légicamente, tampoco desaparecié la mds menuda usura “consuetudinaria”. Los campesinos y los simples artesanos te- mfan a veces necesidad de préstamos en dinero o en especie. Es natural que recurrieran a los servicios del vecino rico o del pequesio usurero, Veremos luego la parte que este endeudarse 122 Lo que no excluyé la acumulacién de enormes riquezas en dine- To también durante el Imperio, Pero es significativo el hecho de que esas fortunas ya no se encontraban en Roma, sino en las provincias, El viquisimo licio Hopramoas habia financiado las expediciones orientales de Trajano; el mecenas ateniense Herodes Atico era famoso en los tiem- 5 de Antonino y de Marco Aurelio por las enormes sumas que ofrecié & las ciudades griegas; el alejandrino Firmo, empresario y comerciante en papiro del siglo mr, era tan rico que podia mantener con sus propios re- cursos toda wna flota, con la que luché contra el emperador Aureliano. 128 Las aldeas de mineros tenian sus propios negocios, talleres, pelu- Beas, afios, etc, que se entregaban por contrato a. pequefios empre- sarios. 140 Ss. L KOVALIOV de los campesinos tuvo en el proceso que los redujo a siervos primero en lo econdémico y luego en lo politico. La ciudad y la vida urbana. — La época del Imperio (par- ticularmente el siglo 1) sorprende por el extraordinario des- arrollo de la vida urbana. Hasta entonces nunca la zona del Mediterraneo habia conocido una tal cantidad de ciudades florecientes y bien construidas. Tampoco mas tarde la vida urbana de los paises del Mediterraneo pudo alcanzar durante mucho tiempo el nivel romano. El grado mayor de desarrollé fué alcanzado por los antiguos centros ciudadanos. En Italia la poblacién de Roma alcanzé probablemente el millén de habitantes. Dos grandes ciudades maritimas —Puteoli (en Campania) y Ostia— lucharon larga- mente por la supremacia hasta que por fin vencié Ostia. Capua fué en el siglo 1 un gran centro de produccién artesanal; en Italia septentrional, entre un gran numero de ciudades flore- cientes, se distinguieron Patavium (Padua) y Aquilea, nacidas del comercio con las regiones del Danubio 124; 500 ciudadanos de Aquilea pertenecian al orden ecuestre. En el Mediterraneo oriental, Corinto, resurgida de las an- tiguas ruinas, y en el Asia Menor la vieja ciudad de Efeso, tenian en sus manos el comercio de transito con Fenicia y con Siria. En Antioquia terminaban las rutas de caravanas terres- tres provenientes del interior del Asia. El centro mds impor- tante del comercio de transito de caravanas era la ciudad siria de Palmira. Alejandria, cuya poblacién libre alcanzaba a los 300.000 hombres, recogia enormes riquezas del comercio con Arabia, con la India y con el Africa ecuatorial y aprovisionaba de cereales y de tejidos egipcios a los paises de la cuenca del Mediterraneo, En Africa septentrional, Cartago, resurgida de sus cenizas, y Utica, eran los principales centros de las exportaciones afri- canas. Gades (Gédiz) sobre la costa sur-occidental de Espafia, abastecia a Roma de productos agricolas provenientes de la Espafia meridional. El ntimero de sus ciudadanos de censo ecuestre no era menor al de Aquilea. 124 Eran objeto de exportacién por parte de Aquilea los vinos, acei- tes, productos textiles, cerdmicas, vidrio y varias mercaderias orientales. Las importaciones consistian en bovinos, ovinos, pieles, ambar y esclavos. HISTORIA DE ROMA 141 Los centros importantes del artesanado y del comercio de Europa occidental en Galia eran Arelates’ (Arles), sobre el curso inferior del Rédano y en particular Lugdunum (Lyon). Colonia compartia con estos ultimos el puesto de intermediario principal entre los paises del Mar Mediterraneo y las regio- nes de los mares septentrionales. Incluso en la lejana Britania, Londinium (Londres) se habia convertido en un gran centro artesano-comercial. En el siglo 1 aparecen muchos nuevos centros urbanos for- mados en torno a los campamentos militares romanos sobre las fronteras (sobre todo en la regién renano-danubiana). Los _ campamentos habian atraido a los comerciantes y artesanos lo- ' cales, que construyeron en sus alrededores pequeiias aldeas. _ Era frecuente que los soldados licenciados se establecieran con sus familias en la nueva aldea. Si ésta Hegaba a adquirir una cierta consistencia,-continuaba existiendo incluso después que _ el campamento que le habia dado vida era trasladado a otras localidades y recibia los derechos de colonia o de municipio. Muchas ciudades de ese tipo surgieron sobre el Rin y el Danubio en los tiempos de los emperadores Flavios y Antoni- nos. Entre ellas podemos sefialar: Bonn, Maguncia, Argento- rates (Estrasburgo) sobre el Rin, Vindobona (Viena), Aquin- cum (Budapest) y Singidunum (Belgrado) sobre el Danubio. Las ciudades del Imperio romano fueron distintas, desde el punto de vista de su organizacién politica, de las antiguas poleis grecoromanas. Estas ultimas eran ciudades-estado, dota- das de una total independencia politica. El Imperio habia su- plantado definitivamente el sistema de las poleis, pasando al , ‘Estado territorial’. Aunque, como ya hemos indicado antes, "ese Estado muy lejos de ser algo definitivo y mantenia varias supervivencias de la organizacidn de la poleis. Una de estas supervivencias era la organizacién municipal de las ciudades {talas y de muchas ciudades provinciales. Los municipios estaban formados por las ciudades princi- ' pales y las aldeas y suburbios que de ellas dependian. De los _ derechos municipales gozaban los nativos libres de un dete: minado municipio (no los extranjeros). Sus habitantes se di- vidian en tres categorias: decuriones, augustales y plebe. A Ja primera categoria, que correspondia a la de senador en Ro- ma, pertenecia la nobleza local: terratenientes, grandes comer- 142 Ss. I. KOVALIOV ciantes, militares licenciados, etc. Los augustales correspondian al orden ecuestre y por lo general provenian de los libertos 1?*, A la plebe pertenecia Ja restante masa de la poblacién libre. La organizacién politica de los municipios imitaba a la re- publicana romana. Sus érganos de gobierno eran la asamblea popular (comicios), el senado (curia) y los magistrados. Las funciones de la asamblea popular, formada por todos los ciu- dadanos del municipio, consistian en las elecciones de los magistrados, la votacién de peticiones al senado y la aproba- cién de sus decretos. Desde fines del siglo 11 las asambleas po- pulares desaparecieron y sus poderes pasaron al senado. El senado municipal se componia normalmente de 100 miembros elegidos entre los decuriones de edad superior a los 25 afios poseedores por censo de una fortuna no menor de 100.000 sextercios, Los magistrados eran elegidos cada aiio y comprendian: dos altos cargos, correspondientes a los cén- sules romanos (duoviri oduumviri), dos ediles y dos cuestores. Una vez cada cinco afios los duovéri realizaban el censo y re- dactaban Ja lista de senadores. Con ese motivo asumian el titulo de quinquenales (duoviri quinquennales) 0 censores. Desde fines del siglo u el gobierno central empezd a nom- brar en algunos municipios funcionarios especiales, los cura- dores urbanos para la vigilancia de las finanzas. Luego los curadores aparecieron en muchas ciudades. El cargo se convir- tié en permanente y el campo de su competencia fué ampliado. De este modo el gobierno empezé a intervenir en los asuntos locales. Un elemento importante de la vida ciudadana fueron las corporaciones (collegium, sodalicium). Nacidas en épocas muy antiguas, alcanzaron un desarrollo particular durante el Im- perio. Collegia eran Mamadas las uniones locales de personas de una u otra profesidn, a las alianzas que se proponian el lo- gro de una determinada finalidad comun. Un collegium debia componerse de por lo menos tres personas (tres facium colle- 125 La categorfa de los augustales debe su origen a un colegio sacer- dotal de 6 hombres (seviri augustales) vinculado al culto de Apolo y en- cargado de organizar fiestas y juegos piiblicos. Este colegio era nombra- do cada afio por el senado municipal. Los augustales mantenian sus de- rechos honorificos después de dejar el cargo. Estos podian concederse tam- bién a personas que no hubieran servido en el colegio. HISTORIA DE ROMA 148 gium). Se los conoce de los mds distintos: de mercaderes, de artesanos, de armadores, de veteranos, de pescadores, de heral- dos, etc. Existian uniones puramente religiosas y corporaciones del tipo de los clubes. Habia asociaciones para los funerales o de “pequefia gente” (collegia tenniorwm) que se proponian organizar para sus adherentes exequias decorosas. Desde luego el punto de vista de su situacién juridica, las corporaciones se dividian en licitas (collegia licita) e ilicitas (collegia ilicita). Las primeras estaban permitidas oficialmente por las autoridades y desde los tiempos del Imperio tenian personalidad juridica; las segundas sdlo eran toleradas mien- tras su actividad no asumiera formas peligrosas para el Estado. En algunas corporaciones se admitia incluso a los esclavos, a condicién de que sus amos accedieran a ello. Los miembros debian pagar cuotas (tinicas o periddicas) y las corporaciones poseian edificios en los que se organizaban las reuniones; tenian bienes propios, funcionarios electos, una bandera propia, fiestas y estatutos, Cada corporacién tenia su dios protector y un patrono entre las personas influyentes. A pesar de que muchas corporaciones tenian un cardcter religioso o recreativo, a pesar de que en su vida se daba gran importancia a las fiestas, a los festines, a los funerales, a los ritos, etc., no debemos dejar de considerar su base politico- social. Frecuentemente bajo la apariencia de uma asociacién se escondia un contenido politico. No por casualidad el perio- do de desarrollo de los collegia se produce en la época del Im- perio, cuando habia sido destruida la posibilidad de una vida politica abierta. No sabemos qué parte tuvieron las corpora- ciones en. las luchas electorales de los municipios italos y pro- vinciales: con sus proclamas electorales escritas sobre los muros recomendaban cilidamente a tal o cual candidato para uno u otro cargo municipal, haciendo loas de su generosidad, hones- tidad y otras cualidades, o requerian de ellos ciertos gastos en favor de la ciudad. También resulta indudable la participacién de los collegia en muchos movimientos populares de la época del Imperio, No debemos tampoco olvidar que los collegia ofrecian una forma de unién semi-profesional, semi-social y semi-religiosa a aquellas personas que no disponian de otros vinculos sociales. La polis se habia disgregado, la vida politica estaba muerta, 144 8. I KOVALIOV Ja sociedad quebrada, el yugo nivelador del Imperio pesaba cada vez mas sobre todos. ,Dénde podia refugiarse el “hom- bre comun”? El collegium sustituia a la familia, al Estado, al partido politico. En el collegium podia sustraerse al aburri- miento y a la opacidad de la vida, levantar su 4nimo en una conversacién placentera y, de cuando en cuando, comer y be- ber a su agrado. En las asociaciones de tipo religioso se des- ahogaba ese sentimiento siempre creciente de insatisfaccién por el presente, de ansiedad por las cosas desconocidas, esa sed de religién que se haba manifestado con gran impulso en la €poca del Imperio y habia provocado una vasta difusién de Jos cultos orientales, entre ellos también el cristianismo, que pronto se transformd en religién mundial. El cuadro de la vida urbana del Imperio no quedaria com- pleto si no nos detuvi¢ramos a considerar las costumbres de vida de los estratos altos y bajos de la sociedad romana, Em- pecemos por la capital. Aunque con la instauracién del Imperio la antigua aristo- cracia republicana habia perdido notablemente su propia in- fluencia politica, el cuadro de la vida de la alta sociedad ro- mana en lo referente a usos y costumbres no cambiéd mucho con respecto a los tiempos de fines de la Republica; y si cam- bid, fué mas bien para peor. Con Augusto la decadencia de la vida politica y el advenimiento de un largo periodo de paz civil habian difundido la aspiracién a una vida de placeres x despreocupacién. Ya hemos visto cémo Augusto traté de du char contra el relajamiento de las costumbres, la disolucién de Ios vinculos familiares y la difusién del lujo, sin obtener grandes éxitos. Al legar con Tiberio ¢l régimen de terror la situacién cambié. Muchos representantes de la antigua aristocracia pe- recieron; la crisis agraria alcanzé incluso a las grandes propie- dades y no fueron pocas las familias ricas que, endeudadas desde la época de Augusto, se encontraron al borde de la ruina. La alta sociedad no tenia realmente ganas de divertirse y por otra parte el sombrio cardcter de Tiberio y la simplicidad de su vida de corte no podian crear motivos de alegria en el vivir entre las clases altas. Los tiempos de Nerén aportaron nuevos cambios. Aunque el terror alcanzé con él su punto culminante, el lujo refinado, HISTORIA DE ROMA 145 el libertinaje, de su corte y el culto de los espectaculos sirvie- ton de ejemplo a la decadente antigua nobleza, que traté de entrar en la vordgine de los placeres. Se trataba en verdad de “un festin en medio de la peste”. Con la muerte del ultimo representante de la casa Julia- Claudia, cesé para siempre este tragico carnaval. La antigua aristocracia habia desparecido casi por completo; su lugar lo ocupaba la nueva nobleza de los municipios italos y provin- ciales, mds laboriosa, econdémica y sencilla. El ayaro Vespa- siano modificé bruscamente todo el tenor de vida del palacio. imperial dandole un cardcter mds simple, que mantuvo tam- bién con los emperadores sucesivos. En el siglo u, en tiempos de Adriano, hubo nuevamente una fuerte influencia de la cultura y de la moda griega sobre Ta alta sociedad romana. Fué asi que segtin la usanza griega Jos romanos empezaron a apasionarse por los viajes. El propio emperador fué un ejemplo con sus viajes interminables por las Provincias, durante los cuales las preocupaciones administra- tivas se unian a las atracciones turisticas#2*, Imitando al em- Pperador, los provinciales ricos se volcaron a Roma para cono- cer sus bellezas, mientras que los romanos, utilizando guias, Visitaban Grecia, Egipto y el Asia Menor. La moda griega y el ejemplo del emperador impusieron también un retorno a la antigua costumbre romana de dejarse crecer la barba. Adriano tenia en el rostro una profunda ci- cartiz producida por una herida que se habla hecho cazando; para esconderla se dejé crecer la barba y fué inmediatamente imitado por la alta sociedad. Mas constante fué la vida de las grandes masas de la po. Blacién urbana. Poco habian cambiado sus condiciones de vida con el paso al sistema imperial. Igual que antes, Roma Seguia atrayendo a un gran numero de subproletarios, que arrastraban una existencia miserable y de hambre. La capital Siguié siendo la ciudad de los contrastes sociales, El Imperio, con la destruccién de Ja asamblea popular, habia privado al pueblo romano de una de sus principales fuentes de subsisten- cia, la venta de votos en las clecciones. Pero los magistrados urbanos, esta supervivencia de la organizacién republicana, 1 126 Por ejemplo, su famosa ascensién a la cima del Eta para con- templar desde alli el nacimiento del sol. 146 8. I. KOVALIOV continuaban opinando que debian sostener las tradiciones re- publicanas, organizando para el pueblo espectaculos y rega- lias. La atraccién y la distraccién del subproletariado seguia siendo una necesidad politica. Los mismos emperadores com- rendieron esta necesidad e instituyeron cargos para la orga- nizacién de los espectaculos (procuradores de los juegos, procu- ratores ludorum, munerum). Del sistema de alimentacién del aumento de la distribucién de trigo, vino y aceite ya hemos hablado. Las distracciones mds gratas a las muchedumbres romanas siguieron siendo las representaciones de mimos, los combates de fieras, los juegos de gladiadores y sobre todo las carreras de carros, Estas ultimas se convirtieron en una mania después que se empezé a vestir a los conductores de distintos colores: entre los espectadores surgieron fracciones “rojas”, “verdes” y “gules”; se hacfan apuestas jugando sumas enormes y a veces se producian entre los distintos grupos violentas refriegas. En la ultima época del Imperio los “partidos” deportivos Hegaron 1a ser los sucedaneos de los partidos politicos. Los conductores y los gladiadores favoritos gozaban de una enorme populari- dad, sus retratos eran pintados sobre los muros y sobre las ceramicas y las mujeres enloquecian por ellos. Otro tipo de diversiones eran las termas, que empezaron a aparecer en Roma en gran cantidad desde la época de Augus- to. Los romanos ociosos pasaban en estos originales circulos jornadas enteras. Adriano se vid incluso obligado, en bien de la vida activa, a limitar el tiempo de apertura de las termas a sdlo determinadas horas de la jornada. Los municipios trataron por todos los medios de imitar a Ja capital. Los magistrados y los augustales trataron de supe- rarse el uno al otro en los gastos para las construcciones y las diversiones del pueblo. No habia siquiera una ciudad pro- yincial donde no existiera el bafio publico, el teatro o el an- fiteatro. Los sanguinarios combates de los gladiadores y de las fieras no eran del gusto de los pueblos orientales, mientras que en Occidente y en Africa septentrional los propios pueblos indigenas, por no hablar de las colonias romanas, seguian tam- bién en esto el mal ejemplo de la capital. La agricultura. Desarrollo de la colonia.—La agricultura continud siendo la base principal de la economia tanto en HISTORIA DE ROMA 147 a ae en las provincias. Si a pesar de eso recién hablamos BP He a inal de este andlisis de los fendmenos econdmico ! es i ae a la dee ep mae lo hacemos porque fué sobre campo de las relaciones agraria i a ici is donde se mani- festaron los sintomas de Ia crisis del sistema de 1. oi esclavista. ees pS ae las confiscaciones masivas de tierras hechas a aes de 4 ieee dav de los soldados 127 habian podido ¢ cierto debilitamiento de la grai i _ Tia, pero se traté de un fend eee Gu jomeno que no convi r eo fe at q conviene sobreva- orar. os veteranos en realidad habii a. abian vuelto a la ae a ae de ae Saag en Taco de los trabajos del wida de aldea, habian preferid j § Idea, in preferido dejar sus par- an ier anos de los antiguos propietarios, ciiitentandose reoH i: ro los una cuota de arriendo. Ademas, frecuentemen. € s propietarios vendian el terré ° ‘ = los” ic eno 0 a los ¢; - lo a a los ciudadanos ricos que deseaban inyerdiv any ahorros en la tierra. De i propio 5 3 erra. De ese modo, a comienzos del eo Ja pane habia cambiado en poco, Js Pore perturbaciones del siglo 1 a. GC. habian levado itamiento provisorio de |; i i itam: ‘a economia latifundis a la consolidacién de la fi sy pronte r ja pequefia y mediana propiedad, el proceso inverso de co: id fea ian aes ) ncentracién de la tierra volvié €n un primer plano la gran i mewonaten: u propiedad y las grande: z traciones agrarias 128, ] i asin . En todo caso, ya a mediad i y 4 1 , los del siglo 1 ‘Ss Jas fuentés literarias hablan nuevamente de latifurdiog y ee que oe eonsuan para Italia, Por ejemplo, ‘imonio de Plinio el Viejo 129; “ ii i ee i jo 78: “A decir verdad, s romanos arruinaron tanto i $ eee 0S a Italia como a |: | provincias”. En el Satiricon, Petroni iid fa figura del liberto Tri i ay Ren Eg rimalcién, que era t i f i ‘an rico que “los pa- Jaros no habrian podido sobrevol. i i : : ‘ lar ni las fieras recorrer” Posesiones. Tenia tantos esclavi i siqui teeta 0s que ni siquiera la déci u cima porte Re ales conocia personalmente a su sear Como gico, Trimalcién es una caricatura y sus riquezas estan 127 Se considera que 120,000 istril 80.000 por César y 170,000 por Oduvans, ui ceo ako aT 128 Una parte considerable d i le estas ji 0 estaba formada por cotos de cara o parquen, CO" PA¥# Pastoreo 129 Historia natural, XVIII, 35. 148 s. IL KOVALIOV exageradas deliberadamente; pero si en la literatura artistica pudo aparecer un ejemplo como éste es sin duda porque sé trataba en el fondo de hechos reales 1°. Un gran valor para juzgar el nivel de la agricultura itala de mediados del siglo 1 presenta la obra de Columela Sobre la agricultura (época de Nern). En el prefacio leemos: “Oigo cémo frecuentemente entre nosotros las mas altas personalida- des del Estado acusan ya a Ja tierra de ser drida, ya al clima de ser in- Constante y fatal para las cosechas, Ciertas personas Halal incluso de mitigar estos lamentos refiriéndose a una ley determinada: la tierra, se- gin su opinién, fatigada y agotada por culpa de las rica cosechas de Sos tiempos, mo estaria Ya ms en condiciones de proporcionar a los hombres el sustento con su antigua generosidad. Yo estoy convencido. . . de que todo esto estd muy lejos de la verdad... Pienso que no se trata de tras celestes, sino que més bien la culpa es nucstra, Hemos abando- nado. la agricultura, como a un verdugo para castigarla, al mas inepto de los esclavos, mientras que nuestros antepasados empleaban en ella la mejor gente en el mejor de los modos”. Este fragmento es interesante por dos motives: porque en l hay una referencia directa a la crisis a que estaba sujeta en el siglo 1 Ja agricultura en Italia, y porque Columela se- fiala también su causa en la esclavitud. En otro fragmento de su obra (I, 7) aclara también por qué ¢l trabajo de los es- clavos no era util en Ja agricultura: na terceros, por una compensacién determinada, el ganado del patron para hacerlo trabajar; no se prescupan del ganado fde trabajo ni del otf0, trabajan malamente la terra; durante la siembra SSmuestian haber gastado una cantidad de semillas mayor que la reals ho se preocupan de que las semillas arrojadas en ta tierra den una rica Toxeché y cuando llevan esta ultima a su Iugar de reunién disminuyen i e'fantidad, ya sea sustrayendo una parte o por negligencia en ©) Oot bajo. Aunque ellos mismos no roben el grano, ne st preocupan de pro- tegerlo de los otros ladrones, Finalmente, cuando to Hevan a depdsito, no if8ican con precision la cantidad en la tablilla correspondiente, En esen- dia, como el administrador, tambicn los esclavos defraudan y el campo lay Comin desastroso estado, Por eso, como ya lo he dicho, cuando el propietario no esti presente en su fundo, es necesario entregar éste en arriendo”. “Los esclavos cede 180 Quejas sobre el aumento de las grandes propiedades y sobre la absorci6n que hacian de las pequefias se encuentran ch Ja literatura del siglo 1, Las hay en Séneca, Juvenal, etc., Aunque hay que reconocer que no estan privadas de cierto ‘ropaje retbrico. HISTORIA DE ROMA 149 En esto Columela presta mucha atencién a los colonos, pe- s col P quefios arrendatarios libres. Este fragmento (I, 7) es muy im. portante porque nos da notici: i x icias sobre la i lonos a medianos del siglo 1: act: halen: “EI propietari Misi cr creas cones con ic oorieiad el og ce Genk cele opic n particular de pe va ee = Sue ee Estas uiltimas se dividen en dos pen iol Golonos y esclavos, encadenados 0 no, Hacia los colonos debe se condes- Biticne dibe star. de ir al encoeniz ae eis neemiiadey, debe x fils exigent en To que repecia a trabajo, que en lo referents a pagos a demasiado sobre sus derechos y las obliga Giones que de los derivan yar el colon, como por slemplo el aun Blimenio exacto de Tos plas, de. pogo, de la provsién de lela) otcs Pequcias coms... Lucio Volusio, ex cénsul, Hombre extraordinariamente Fico, recuerdo ahora que afitmaba que Ja propiedad que en mejores con- diciones se encontraba era aqudlla que tuviee cotonos esiablecidos en el si, desde mucho tiempo y que hubieran pando al_propietatio por he. eee por lazos estrechos, mejor aun por lazos de i Be cic comparames Columela con los mas antiguos es- agrarios, como Catén y Varrd que en estos ultimos no se h i tian e habla nunca de d: i ave 8 ar la tierra en eee opens parcelas como medio para acrecentar ee rodnetividad Evidentemente en la época de Columela la le la fuerza-trabajo en Itali; i c ia habfa cambiad : c I iado, La fe ie guerras exteriores debid reflejarse también en ao ee le esclavos. El trabajo de los esclavos se habia pesto mas: cat, y esto obligaba a preocuparse por su bajo . y a tratar de encontrar algo para sustituirlo 1 pe er ae el sistema de arriendo podia mejorar radi- nte la situacién de las cosas. El propio Columela reco- noce que el trabajo de | ia di ae ajo los colonos en esencia diferia muy poco “Sin em| i i isn Sit Embarso, a a ims y el terreno son satisfactorios, 1a conduc- ion diterta por parte del propietario dard siempre frutos mejores que en colonos; también 1 i i ea ia conduccién administrador ser& mas ventajosa, siempre que éste eine 131 Es significati ie fenificative’ que oo. se reficra al estado fisico y a la esclavos con mucha i ae 4 0 mayor preocupa predecesore, En. parteular se interest mucho. por las ‘medida a tomar para estimularlo: el trabajo y aumentar su natalidad (ver mas 1s en ‘ i id ( 350 8s. L KOVALIOV esclavo negligente y avido... Pero en las fincas aisladas que el propieta- tio no este en condiciones de visitar con frecuencia, sera preferible en- cargar de cualquier trabajo a los colonos libres antes que a un admi- nistrador esclavo; esta regla se refiere particularmente a los campos cul- tivados con cereales, a los que el colono puede causar dafios mucho menores que a los vifiedos o a los huertos, mientras que los esclavos si causan muchos dafios a esos cultivos”. Se trata de una afirmacién de excepcional importancia. Confirma que el sistema esclavista habia minado hasta tal punto las fuerzas productivas en Italia, habia llevado Ja fuer- za-trabajo a tal degradacién que el trabajo libre ya no podia salvar la situacién, La falta de acostumbramiento a un trabajo productivo, la tendencia al parasitismo ocioso, la debilidad econémica de los pequefios propietarios, su fluidez, hacian del trabajo de los colonos un sustituto insuficiente del de los es- clavos. Es perfectamente comprensible que el paso al sistema de los arriendos en gran escala resultara imposible en el cua- dro de la esclavitud en general y en la situacién del Imperio en el siglo 1 en particular. La esporddica utilizacién del traba- jo asalariado en los ultimos siglos de la Reptiblica se hizo cada vez més rara, puesto que los ultimos peones libres de- gtadaban inevitablemente en subproletarios 197, De modo que, segtin las fuentes literarias, en el siglo 1 Italia estaba sumida en uma crisis agraria. Esto esta confir- mado también por la politica agraria de los emperadores, desde Tiberio hasta Nerva. Naturalmente los fenémenos de la crisis no aparecieron con toda evidencia y regularidad en todo el curso del siglo 1 y no abrazaron toda la economia. Junto a ellos podian constatarse hechos contrarios, como ser un mejor estado del cultivo de las vides y de los olivos. Columela opi- naba que la mejor inversidn de capital era la vid. La creciente demanda de vino y aceite en la capital no podia satisfaccrsc con las importaciones de las provincias. Las calidades mds finas de vinos y de aceite de oliva, en competencia con los mejores productos griegos de su tipo, salian de Italia, especialmente de Campania y del Lacio. El comercio con las zonas del Danubio estimulaba la viticultura en el valle del Po. 132 Paxa aumentar la productividad del trabajo de los esclavos los propietarios empezaron también a practicar el sistema de entregar a los Mclavos mds fieles parcelas de tierra, dandoles los derechos de colonos (pseudocolones) . HISTORIA DE ROMA 151 Una de las causas mds importantes de la decadencia de la agricultura en Italia, especialmente en el campo de los culti- vos de cereales, fué, ademas de las ya indicadas, la competencia de algunas provincias en Jas que la mano de obra costaba me- nos y el terreno atin mantenia su fertilidad. Sicilia, que en el periodo republicano habia sido el “granero de Italia”, habia perdido importancia. Tampoco su extraordinaria fertilidad habia podido resistir a la aplicacién intensa del trabajo de los esclavos durante siglos y el terreno se presentaba extraor- dinariamente agotado. Ademas, las dos grandes rebeldias de ‘on Saee pebie minado enormemente la economia escla- vista. El lugar de Sicilia fué Egi i se fué ocupado por Egipto y por Africa Augusto, después de haber conquistado Egipto y haberlo transformado en un dominio personal suyo, habia hecho mu- cho por elevar la agricultura del pais, descuidada durante los Ultimos Tolomeos. Se mejoré el sistema de irrigacién, se au- menté la superficie de tierra cultivada. Bajo la administracion romana, Egipto se habia convertido en el principal abastece- dor de cereales para Italia. El sistema de explotacién habia seguido siendo el antiguo: Ia masa principal de los producto- res directos continuaba siendo, como con los Tolomeos, de campesinos locales, que estaban obligados a tomar en arriendo la tierra imperial contra entrega de una parte considerable de la cosecha. En el Africa septentrional (Tunez) la intensa colonizacién romana bajo César y Augusto habia creado una gran cantidad de Propictarios pequefios y medianos. Pero también alli exis- tian, a mediados del siglo 1, grandes posesiones de ricos ro- manos, de las que habla Plinio el Viejo: “La mitad de Africa pertenecia a seis propietarios cuando Nerén condené a muerte a estos ultimos”’ 15°. Este hecho cambié el titulo de propiedad, pero no el cardcter de la propiedad agraria: las grandes sesiones privadas se convirtieron en grandes latifundios iwe riales (ver mas adelante). Sin embargo, parece ser que en el Africa septentrional prevalecié el tipo de propiedad media perteneciente a un propietario romano y trabajada en parte Por esclavos, pero sobre todo por colonos locales. Los fértiles 133 Historia natural, XVIII, 85. 152 I. KOVALIOV valles fluviales de Tiinez y de Argelia, junto con Egipto, se convirtieron en las fuentes principales de abastecimiento de trigo para Italia. En las zonas mis secas de estos territorios se cultivaba el aceite. La agricultura de Africa septentrional de- bid su éxito al dptimo sistema de irrigacién artificial. La Galia meridional era el principal centro provincial de Ja viticultura. También las costas orientales y meridionales de Espaiia producian vino para la exportacién, aunque en es¢ lugar el cultivo mas difundido era el del olivo. En Ia agricultura de las provincias del Imperio en el siglo 1r resulta caracteristica la importancia relativamente menor del trabajo de los esclavos con respecto a Italia y el prevalecer de distintas formas de arriendo libre y semilibre (especialmente en Oriente). El fenémeno de la crisis agraria se hizo sentir alli mas tarde que en Italia. En el siglo u, la politica de los Antoninos revela las tenta- tivas de luchar contra la crisis creciente en Italia. Es posible que el sistema de alimentacién y la organizacion de créditos a bajo interés hubieran levado un cierto alivio a los pequefios propictarios, pero se trataba de un paliativo incapaz de dete- ner el proceso de Ia inevitable degradacién econémica y social de los campesinos italos. Para caracterizar el estado de la agricultura y Ja situacién de los colonos a fines del siglo 1 y comienzos del 11, disponemos de un valioso material en las cartas de Plinio el Joven. El mis- mo era un gran propietario rural que posela algunas fincas en distintos lugares de Italia. Plinio se muestra alarmado por varios sintomas negativos: los precios de la tierra habian caido muchisimo, evidentemente como consecuencia de la larga cri- sis, y por es0 mismo no era dificil comprar terrenos; pero encontrar mano de obra se habia convertido en un problema muy complejo. Los esclavos eran insuficientes y habia que recutrir a los. colonos, dandoles Ja tierra en arriendo. Pero igual era dificil encontrar gente apta; la mayoria de los colo- nos se hallaba en desastrosas condiciones. Estaban obligados a pedir préstamos a los propietarios entregando como garantia sus propias herramientas. La venta de éstos por parte del acree- dor extinguia provisoriamente la deuda, pero al mismo tiempo arruinaba por completo al colono, Cada aio crecian las deudas del colono, y este hecho le quitaba decisién y fe en el porvenir. HISTORIA DE ROMA 153 Presa de la desesperacién, luego ya no se preocupaba de pagar las deudas; la productividad del trabajo disminufa; no ane: mizaba las provisiones; robaba la cosecha pensando ue de cualquier modo a él no le quedaria nada. i _ Cudl era Ja salida? Segin Plinio, la tinica forma de salva- cién era renunciar al arriendo de la tierra por dinero, limitén- dose a exigir en pago una parte de la cosecha 34, f Este es el cuadro de la evolucién de las relaciones agrarias en Italia, trazado por un observador atento, administrador no tedrico sino prdctico, excelente conocedor de las condiciones de la agricultura. Con respecto a los tiempos de Columela, en- contramos un sensible empeoramiento. Los fendmenos “que apenas si se podian notar a mediados del siglo 1, se habian desarrollado; el rendimiento de la agricultura disminuia, la cantidad de mano de obra disminuia, la poblacién se hacia mas pobre. Los colonos se redujeron atin mas a la sujecién frente a los propietarios de las tierras; no se trataba a una servidumbre en masa, pero poco faltaba. La evolucién de los colonos en el siglo 1 se puede seguir claramente en las posesiones imperiales, que existian aoe todo en las provincias. Su formacién se debia en parte a causas €condmicas (concentracién de las tierras), en parte sobre todo a factores politicos. Las confiscaciones de la época del terror habian echado las bases; luego, compras, donaciones, herencias, apropiacién de nuevas tierras habjan contribuido a su am- Pliacién sucesiva. Los emperadores adoptaron en este campo una politica oportuna tendiente a reforzar y defender sus i. piedades. En la época de los Antoninos los dominios BEI Tes fueron rigidamente organizados por medio de leyes espe- "ad que definian los métodos de administracién y las rela- eo de las personas que se encontraban en esos _ Las posesiones imperiales fueron agrupadas en distritos espe- ciales. En lo administrativo, fueron totalmente independientes de los municipios. Al frente de cada distrito habia un procu- rador, y cada propiedad se entregaba por contrato a un em- presario principal (conductor). Este ultimo trabajaba la tierra por si solo, por medio de sus propios esclavos, o la daba, a su 134 Plinio el Joven, Cartas, TIT, 19; VII, 80; 1X, 37 154 Ss. 1 KOVALIOV yez, en arriendo a los colonos (subarriendo). Lo mas comin era una combinacién de ambas formas. Las relaciones entre el conductor y el colono estaban reglamentadas por un esta- tuto. Por lo general el colono pagaba de 1/, a 1/s de la cosecha y, ademés, estaba obligado a trabajar durante 6 dias en bene- ficio del empresario o del propietario. Documentos del siglo 1 hablan del empeoramiento de la situacién de los colonos en las posesiones imperiales. Asi por ejemplo, la queja de los colonos de la propiedad de Buri- nitano presentada al emperador Comodo (180-192), en la que los colonos protestaban contra las pretensiones del conductor, que habria violado el estatuto al aumentar ilegalmente Jos pa- gos, pretendiendo un trabajo mayor y haciendo uso de la violencia, Los colonos que vivian en las posesiones imperiales y pri- vadas en el siglo 1 estaban atin libres. Al vencer el contrato de arriendo (generalmente estipulado por cinco afios) , estaban facultados para abandonar la finca. Pevo en la mayoria de los casos se trataba de una facultad puramente tedrica. De hecho los colonos, empefiados por deudas y pagos atrasados, no po- dian desligarse del contrato. Su dependencia del propietario de la tierra o del conductor se hacia ain mayor por el hecho de que en la mayoria de los casos no poseian herramientas ni ganado de trabajo propios y también para esto estaban obliga- dos a recurrir a sus patrones. De este modo, los colonos esta- ban de hecho ligados a la finca de la que eran parte insepa- rable, Si ésta pasaba a un alto propictario, también se le transferian las herramientas, los esclavos y los colonos. Evolucién de la esclavitud.—La colonia fué una forma es- pecial de explotacién en la agricultura, forma que iba sustitu- yendo a la esclavitud “pura”, la cual, si bien en los dos pri- meros siglos del Imperio continuaba desempefando atin una parte importante, revelaba ya un indicio de su progresiva de- cadencia: el cambio de la situacién de los esclavos, que se pue- de seguir a través de todas las fuentes. En los tiempos de Catén, época del desarrollo méximo de la esclavitud, cuando los esclavos costaban poco, no se ponia ninguna atencién en su salud. Caton da muchos consejos sobre el cuidado de los animales de trabajo, transmite recetas para curar a los bueyes, pero no dice nada sobre la curacién de HISTORIA DE ROMA 155 ‘ los esclavos enfermos. Recomienda, en cambio, vender a los esclavos enfermos 0 viejos (II, pag. 158). _ Un siglo después, con Varrén, los esclavos continuaban atin siendo considerados como “instrumentos parlantes” (II, 178) . Pero ya Varrén empieza a demostrar un cierto interés én su multiplicacién y en los medios para estimular su trabajo 2. Columela va mis alla en la misma direccién, Aconseja cons- truir las habitaciones para los esclavos con las mayores previ- siones higiénicas posibles (II, pag. 177). Mas de una vez sub- Taya que el patrén debe demostrar el mayor cuidado hacia las personas que se encuentren en su posesidn, incluidos los esclavos. El aumento de la productividad del trabajo se con- vierte, en el siglo 1 d.C, en el problema central. Columela se Ocupa atentamente del modo en que se puede interesar a los esclavos en su trabajo forzado: “En lo que respecta a los esclavos, hay que atenerse a las siguientes Teglas a las cuales yo nunca he faltado; con Ios esclavos que se dedican @ los trabajos agricolas, que se distinguen por su buena conducta, con- yerso con mayor frecuencia y mas confidencialmente que con aquéllos que se destinan al servicio de personal; viendo que el trato familiar por parte del amo les hace soportar mejor el constante trabajo, a veces bromeo con ellos, y permito incluso bromas de su parte. A veces Mego incluso a pe- dirles consejos, como si fucran mas expertos en Ios nuevos trabajos, y de ee peie. leer conocer el cardcter de cada uno y su grado de inteli- Con el propdsito de aumentar Ia natalidad de los esclavos, Columela admite la concesién de una serie de privilegios para Tas esclavas con muchos hijos: “A aquellas esclavas que se distinguen por su prole numer cuales conviene por Io tanto conceaeiles ubaclerta distinelgn’ cn aceelta a este motivo, Jes concedemos la dispensa del trabajo y a veces también la libertad. Para ser exactos, se dispensa del abajo a aquéllas que tienen tres hijos y se deja libre a aquélla que tiene mas de tres” (I, 19). Un cierto mejoramiento de la situacién de los esclavos en la época del Imperio se manifesté también en el aumento del eae. y de las liberaciones. Peculio (peculium, de pecus) se lamaba en Roma a la fortuna que el jefe de famlia (pater fa- milias) trasmitia condicionalmente en propiedad a las perso- 135 Sobre la agricultura, II, 1, 26; I, 17. 186 Sobre la agricultura, I, 1415. 156 I. KOVALIOV nas que se encontraban bajo su potestad: hijos, libertos o esclavos. En los tiempos de la Republica, los propietarios de esclavos, especialmente los de la clase senatorial, habian utili- zado ampliamente ese derecho para organizar distintos tipos de empresas: comerciales, artesanales, etc. Las personas que de ellos dependian dirigian estas empresas independientemente, pagando al patrén una “cuota” determinada. El peculio era ventajoso en primer lugar para los patrones, en cuanto les daba la posibilidad de ampliar el circulo de los negocios y aumentar las entradas sin ocuparse directamente del trabajo, que recaia todo sobre las espaldas de los libertos y de los esclavos. Pero era sobre todo yentajoso para los esclavos que as{ venian a gozar de una cierta libertad y tenian la posi- bilidad de hacer algunos ahorros con los cuales rescatarse y pasar a la categoria de libertos. Con el Imperio, la practica del peculio recibié un nuevo impulso a causa de la crisis de la esclavitud. Junto al creci- miento de los colonos, la difusién del peculio representa una tentativa de levantar la economia esclavista a un grado mas alto. En base a esta costumbre se empezaron a transmitir sobre todo a los esclavos parcelas de tierra. De ese modo los esclavos establecidos sobre la tierra y obligados a una cuota de arriendo se transformaron en una categoria similar a la de los colonos (pseudocolonos) . Ya hemos hablado mds de una vez del enorme aumento del mimero de libertos qué se iba verificando a fines de la Rept- blica. La causa directa de este fendmeno habia sido el fin de la antigua aristocracia. Pero al mismo tiempo se manifestaban en esto procesos mucho mis profundos de disgregacién de todo el sistema esclavista. Los esclavos se iban convirtiendo en cl lastre improductivo de la economia; transformandolos en li- bertos, los propietarios podian aprovechar su trabajo y su ini- ciativa. La institucién de la colonia, la del peculio y la de la liberacién en la época del Imperio fueron distintos aspectos de un unico fenémeno: tenian como finalidad crear, en los limites de las relaciones esclavistas existentes, una forma de explotacin mas blanda y, en consecuencia, mas racional. Sin embargo, mientras el sistema esclavista se mantuvo en sus Tas- gos fundamentales, todas estas tentativas sdlo fueron palia- tivos incapaces de aportar un mejoramiento radical. HISTORIA DE ROMA 157 La evolucién de la esclavitud en un sentido mas blando _ esté también demostrada por un mejoramiento en la situacién - legal de los esclavos. Con el Imperio, en efecto, comienzan las tentativas para limitar el arbitrio de los propietarios y de abo- lir por caminos legales las formas mas monstruosas de la escla- vitud. El primero que hizo algo en este sentido fué el empe- rador Claudio. En su biografia leemos: “Los esclavos enfermos 0 débiles que los propietarios, para no curar- Jos, enviaban a la isla de Esculapio 187, debian considerarse libres; si cura- ban, podian no volver junto a sus amos. Quien matara un esclavo en- fermo en lugar de mandarlo a la isla, debia responder por esto ante la ley como de un asesinato” 138, Gon Tiberio, segtin la ley de Petronio, se prohibié enviar a los esclavos al combate con las bestias feroces sin que media- ra sentencia del magistrado 13°. Adriano “prohibié a los propietarios matar a los esclavos y ordend que éstos fueran juzgados por un tribunal si lo merecian; prohibié también vender Jos esclavos como gladiadores sin motivos plausibles y vender las esclavas a las casas puiblicas” 140, Con Antonino Pjo, la muerte injustificada de un esclavo fué considerada lisa y Ilanamente un asesinato. En una orden a nombre de un pretor provincial el emperador aclaraba que en los casos en que Ja exagerada crueldad de un propietario obligase al esclavo a buscar refugio junto a la estatua del em- perador, no habia que restituir el esclavo al propietario du- rante la investigacién. En el derecho romano se difundié la idea de que si bien la esclavitud era un instituto social legal, se trataba, sin embargo, de algo “contra natural”; “Desde el punto de vista del derecho civil —dice Ulpiano 142— los es- clayos no cucntan para nada, Sin embargo no es lo mismo para el dere- cho natural, segtin el cual todos los hombres son iguales” 143, 197 Isla sobre el Tiber, 188 Suetonio, Claudio, XXV. 189 Digesto, XLVI, 8, 11. El Digesto es la parte mas important Corpus juris civilis de Justiniano. ° P Te a 140 Scriptores Historiae Augustae, Hadrianus, 18. 141 Digesto, I, 6, 1-2. 142 Famoso jurista romano de principios del siglo m d.C. 143 Digesto, L, 17, 32. 158 S. 1. KOVALIOV Agudizacién de los contrastes sociales y preparacién de la crisis general y revolucionaria del Imperio.— Pero el mitigar la forma de explotacién no significé para nada una disminucién de la cantidad de trabajo, es decir del grado de explotacién. Al contrario, cuanto mas se profundizaba la crisis de la eco- nomia esclavista, md4s manifiesta se hacia la tendencia de los propietarios a aumentar la explotacién. En la época del apo- geo de la esclavitud, la condicién tanto consuetudinaria como legal de los esclavos era, como sabemos, extraordinariamente dura; al esclavo se lo consideraba un objeto; su salud y sus fuerzas no eran cuidadas; se lo trataba peor que a los animales de trabajo. Pero como habfa esclavos en abundancia, la canti- dad de trabajo que a cada uno le correspondia era relativa- mente pequefia. La “familia urbana” del patrén no hacia en verdad nada, y Ilevaba una existencia parasitaria, Incluso los esclayos ocupados en trabajos productivos trabajaban con des- cuido, eran perezosos, y trataban por todos los medios de es- capar de cualquier esfuerzo; su rendimiento era bajisimo. La situacién empezd a cambiar en la época del Imperio. Disminuyé el mimero de esclavos disponibles, mientras crecian los elementos ociosos entre la poblacién libre. La crisis de mano de obra se hizo seria y tuvo como escenario la decaden- cia general de las fuerzas productivas de las regiones centrales del Imperio, agotadas mas que todas las otras desde el periodo anterior. Esto habia impulsado a los propietarios a tratar de elevar el rendimiento de los esclavos y de los colonos. Por este motivo, la situacién de las masas trabajadoras fué empeorando decididamente en el curso de los dos primeros siglos del Imperio, Si por una parte los esclavos, entregados “en alquiler”, se transformaban en pseudocolonos, si su_posi- cién juridica mejoraba, por otra parte el nivel general de sus condiciones materiales de vida continué empeorando (excepto los pocos que lograron con sus ahorros personales comprarse la libertad). Los pequefios arrendatarios se arruinaron y fue- ron acercandose a la servidumbre completa. A esto se agregaba el yugo del aparato imperial, la amplia- cién del ejército, el aumento de las tasas, los abusos de los funcionarios, etc. Como expresién de Ja crisis general del sis- tema esclavista, estos fendmenos politicos influian por su parte sobre la economia, profundizando la propia crisis. HISTORIA DE ROMA 159 La crisis agudiz6 los contrastes sociales. Mientras por un lado se iban concentrando las riquezas de la tierra en manos del emperador, de la nobleza senatorial, de los libertos ricos y de Jos altos funcionarios, mientras crecia la fortuna del estrato mds alto de la poblacién urbana de las provincias, por otro lado se iba concentrando la miseria. Los esclavos, los colonos, los pequefios comerciantes y los artesanos iban cayendo lenta pero inevitablemente en el abismo de la ruina y del hambre; crecia en ellos la desesperacién y el odio contra los ricos, los funcionarios y el Estado romano en general. Fué un largo proceso que se desarrollé en dos siglos. La crisis se fué preparando lentamente, invisible en las propias visceras de la sociedad romana. Y cuando se manifest fué por eso mas inesperada y espantosa. Cuando hablamos de fenédmenos internos que se producen en la sociedad esclavista, y en particular de fenémenos de cri- sis, no debemos olvidar una particularidad importante de toda sociedad fundada sobre la esclavitud, y ésta es la periferia ‘“‘bar- bara” que la circunda. En el periodo del desarrollo del sistema esclavista esta periferia es una de las premisas mds importantes para su existencia, puesto que en ella se recluta precisamente el mayor contingente de esclavos; pero cuando se produce un periodo de crisis su funcién cambia. Ni bien las fuerzas mili- tares de la sociedad esclavista empiezan a debilitarse, los bar- baros pasan al ataque. Quienes antes habjan sido principal- mente objeto de explotacién se transforman en una espantosa amenaza para los propios explotadores. Los ataques de los barbaros profundizan la crisis interna de la sociedad y deter- minan su disolucién. Mas adelante veremos que la primera ma- nifestacion abierta de la crisis del Imperio, producida bajo Marco Aurelio, fué determinada, precisamente, por un ataque de barbaros, Sin embargo, antes de pasar al estudio de ese periodo, nos detendremos a considerar la cultura romana en los dos prime- Tos siglos del Imperio. Capituto TX LA CULTURA EN LOS SIGLOS I Y II DEL IMPERIO Esa duplicidad y ese contraste que hemos observado cola economia y en las relaciones sociales de los dos primeros sig los del Imperio se manifiestan también en el campo de Ja cultura. Por un lado, en algunos campos de la ideologia se puede constatar un desarrollo mds intenso de las antiguas formas y Ja aparicién de nuevas. Las obras de Tacito representan ¢€ yértice de la historiografia romana; el Sa tiricon de Petronio es el modelo de un nuevo género de novela satirica sobre las aven- turas de la vida; Ja retratistica en escultura y en pintura leva a una perfeccién nunca conocida en las épocas anteriores; € trabajo creativo de los grandes juristas de los siglos 1 y, ae anima el largo proceso evolutivo del SE a i esas formas que sirvieron de base a la evolucion juridica ¢ sun Europa moderna; el desarrollo econémico cee prosinciae genera un grupo de grandes escritores provinciales ¢ imp’ nuevas formas estilisticas en las artes decorativas. — i Por otra parte, algunos antiguos géneros literarios se sete: nen en su desarrollo y se fosilizan, como es el caso de Ja tra- gedia y de la epopeya. La retorica invade la literatura, introdu- ciendo un estilo declamatorio y un pathos artificioso. Aparece un género de literatura adulatoria y cortesana (panegirico) . Los gustos de corte hacen presién sobre los vastos circulos sociales, apoyando el desarrollo del formalismo y el progreso a las viejas formas (arcaismo) . La filosofia renace y sé funde con el espiritu mistico-religioso. Creencias supersticiosas (ma- gia, astrologia) penetran en las ciencias y en el arte. : Los sintomas de decadencia se hacen mas fuertes en el si- HISTORIA DE ROMA 161 glo u. También aqui, como en los demis campos de la vida social romana, se iba preparando la crisis del siglo m1, La ciencia.— El cardcter de recopilacién que tenia la cien- cia romana siguié caracterizando a la época del Imperio. Para la segunda mitad del siglo 1 es tipico Cayo Plinio Segundo (el Viejo) (afios 23-79) famoso autor de la Historia Natural en 37 libros. Esta obra representa un enorme sumario de los cono- cimientos de ciencias naturales de la época, algo asi como una enciclopedia, un testimonio de la extraordinaria laboriosidad de su autor. El propio Plinio afirma haber consultado mds de 2.000 obras para su trabajo. Hay en ella nociones de astrono- mia, fisica, geografia, antropologia, zoologia, botdmica, agro- nomia, medicina, metalurgia, pintura, escultura, En medio de todo esto estan diseminados muchos hechos puramente histé- ricos. El material est4 muy poco ordenado y por lo general faltan las generalizaciones tedricas. Plinio, mas bien un dile- tante que un verdadero cientifico, se refiere a sus fuentes sin critica, y por eso cae frecuentemente en errores, incluso desde el punto de vista de la ciencia de su tiempo, A mas de la Historia Natural, Plinio escribié varias obras de historia, arte militar y retérica, que no han Ilegado hasta nosotros, Otro famoso escritor de la misma época fué Lucio Anneo Séneca (nacido a comienzos de la nueva era y muerto en el 65). De origen espafiol, crecié y fué educado en Roma. Ya hemos hablado de él como preceptor y educador del joven. Nerén. Séneca fué un escritor multiforme y fecundo: entre sus numerosas obras hay también 7 libros de Cuestiones naturales. Igual que Plinio, también Séneca fué considerado, a fines de Ja antigiiedad y durante el Medioevo, como una de las ma- yores autoridades en el campo de las ciencias de la natura- leza. Lo que es caracteristico en Séneca y en cambio falta en Plinio, es que las ciencias naturales son consideradas como medio para el conocimiento de la divinidad y fundamento de la moral, cosa que corresponde a su concepcién estoica de la vida (ver mds adelante) . Como sintoma de decadencia de la astronomia antigua pue- den considerarse las ideas del famoso matemiatico, gedgrafo y astronomo Claudio Tolomeo, que vivid en Alejandria en tiempos de Antonino Pio. Las grandes tradiciones de la escuela de Alejandria encontraron en él al ultimo Tepresentante. Pero 162 I. KOVALIOV en el campo de la astronomia Tolomeo dié un paso atras con respecto a sus antecedentes helénicos, al volver al sistema geocéntrico de Aristételes. Las supersticiones de la época se reflejan en su concepcién, segtin la cual los cuerpos celestes tienen influencia sobre el destino del hombre (astrologia). La obra principal de Tolomeo, el Almagesto, en 13 libros, gozd de una autoridad indiscutida hasta Copérnico (siglo x1v). De Tolomeo han Ilegado hasta nosotros también algunas otras obras de fisica, astronomia, géografia y astrologia: entre ellas presenta gran interés para el historiador el Canon de los reyes (el Hamado “Canon tolemeico”), una lista de reyes seguin la cual se fechaban las observaciones de los cientificos babilonios y alejandrinos, Se trata de una lista de excepcional importan- cia para la cronologia de la historia antigua. El ultimo gran representante de la medicina antigua fué el médico de corte del emperador Cémodo, Claudio Galeno (nacié en el 129 y muriéd a principios del siglo 1m). Nativo de Pérgamo, estudié filosofia en Asia Menor y Alejandria, donde desde mucho antes existian sdlidas tradiciones de cien- cia médica. En sus tiempos Galeno fué muy famoso. De él se conservan muchas obras: alrededor de 100 se cree son origi- nales, mientras que algunas decenas se supone que son imi- taciones. Muchos otros trabajos suyos se han perdido. Gran parte de su produccién existe en traducciones arabes, hebreas y latinas hechas en el Medioevo, lo que demuestra la gran autoridad de que gozaba hasta fines del Medioevo. Su Arte Médica fué por mucho tiempo el principal manual de medi- cina. En lo fundamental Galeno continué las gloriosas tra- diciones materialistas de la medicina griega, siguiendo los principios de Hipécrates. Pero también en él la época puso su sello, a través de la concepcién teologica de la naturaleza, las tendencias mistico-religiosas, la creencia en los suefios, que se infiltraron en sus obras. De la historiografia de los tiempos imperiales ya hemos ha- blado (ver cap. I). Aqui solo subrayaremos que también en este campo se puede observar esa decadencia gradual que se nota en los demds aspectos de la ideologia: nivel mas bajo en la investigacién histdrica, factores no cientificos mas nu- merosos, decadencia del estilo, etc. A partir de Tacito, la his- HISTORIA DE ROMA 163 toriografia romana degenera en los Scriptores Historiae A ustae y en los recopiladores de los siglos wv y vy. i La filosofia.—Ya hemos visto que la filosofia romana del periodo republicano no era original, sino mas bien proclive al eclecticismo 144; en la época del Imperio, esta caracteristica se hace aun mas clara. Un ecléctico tipico fué Séneca. En su produccién hay una obra sobre cuestiones filosdficas: Cartas By ion. y varios pequefios tratados sobre temas one pec rene, De ira, De tranquillitate animi, De otio, De vita , €tc. Seneca no se ocupa de problemas ontoldgicos o gnoseoldgicos; la naturaleza, como acabamos de decir, le inte- Tesa exclusivamente desde el punto de vista ético-religioso, El centro de gravedad de su filosofia se apoya sobre los roble. mas morales. Aunque diciéndose partidario de la ae oe toica, Séneca toma sin embargo mucho de Epicuro. La época en que vivid y la posicién que le tocé ocupar, definieton a) caracter de sus concepciones morales; la misin principal de la filosofia es dar al hombre independencia interior 7 tran- quilidad de conciencia; sélo de ese modo se lo Diciat del mal y de las tristezas de la vida. El ultimo ideal del abo es Por €s0 Ja muerte y toda la vida no debe ser sino una pre- paracion para la muerte. En esta ensefianza aparecen nitida- mente la resignacién y el pesimismo de la aristocracia roma- Ma agonizante en Ja ¢poca del régimen terrorista. En el espi- Titu de las ensefianzas estoicas, Séneca reconoce la igualdad Be todos los hombres, incluso los esclavos; ataca a la riqueza; exalta la senciller de vida del pobre y la felicidad que de ella se deriva. Sin embargo no reniega de la viguels) en un mee absoluto: ensefia solamente que no hay que conver- : ace su esclavo, que hay que saber renunciar a ella y no por su pérdida. Esta doble actitud puede explicarse con el hecho de que Séneca era rico y no tenia el suficiente cora- J€ como para ser coherente con su propio pensamiento. En Ja practica viol6 frecuentemente sus propios principios mora- les. Engels dice de él: “Este estoico, predicador de virtudes de abstinencias, ra el primer intrigante de Ia corte de Ne. rén, lo que significa que no podia dejar de ser servil: se ha- ‘144 i i Con una tinica excepcién: Lucrecio, Aunque si bien no fué un escéptico, sus concepcione: sficas fueron originales, como ya lo , ‘s_filos ficas no 01 iginales, 164 S. I. KOVALIOV cia regalar dinero, tierras, huertos, palacios y mientras predi- caba como el pobre Lazaro del Evangelio era en realidad el hombre rico de la misma parabola. Recién cuando Nerén quiso su cabeza, suplicd al emperador que se Ilevara todos sus regalos, que a él con su filosofia le bastaba”’ 4°. Pero cualquiera que haya sido su vida, Séneca expié mu- chos de sus pecados con una muerte viril. Ya hemos visto que Nerén, con la excusa del complot de Pisén quiso desembara- zarse de él y le ordené morir, cosa que Séneca, de acuerdo con sus convicciones filoséficas, supo hacer con estoica sere- nidad ordenando que le abrieran las venas. El estoicismo se convirtié pronto en la filosofia mas di- fundida y casi en la oficial del Imperio. No lamaba a la lu- cha activa contra el mal, se limitaba a ensefiar una resisten- cia pasiva con el recogimiento de la vida interior: Ja salva- cién no esta fuera del hombre, sino en lo intimo. Esto res- pondia al espiritu de la época. La confusa percepcién de la catdstrofe social inminente generaba en los hombres un sen- timiento de impotencia y pesimismo. Los vinculos sociales estaban minados, la sociedad se descomponia en sus elementos constitutivos. La unica salvacién consistia en refugiarse en el propio “yo”, encerrarse en el mundo de la perfeccién moral personal. Con Ia ensefianza de un espiritu universal divino, del cual el espiritu individual era una pequefia parte, el estoicis- mo favorecié el desarrollo de las tendencias religiosas idealis- tas, Ademds, los rasgos de cosmopolitismo que lo caracteriza- ron desde su nacimiento correspondian al cardcter universal y cosmopolita del Imperio romano, que no llegé a realizarse en Estado nacional pero confundié todas las particularidades locales, todas las diferencias de tribu y todos los pueblos en el crisol gigantesco del mecanismo estatal romano y de la uni- ca cultura de ese tiempo, la cultura greco-romana. ~— Discipulo y continuader de Seneca fué el liberto frigio Epic- teto (segunda mitad del siglo 1 - comienzos del siglo m) , cuyas lecciones eran escuchadas por el propio emperador Trajano. El pesimismo y la ética individualista son caracteristicas tam- bién de Epicteto. Las Bruno Baver ed il cristianesimo primitive, en F. Engels, Sulle ni del cristianesimo, Ed, Rinascita, Roma, 1953. orit HISTORIA DE ROMA 165 Una forma distinta y mds activa tuvo el estoicismo con Mar- co Aurelio, “fildsofo en el trono”. Su posicién de jefe de esta- do obligado a luchar contra una crisis amenazadora no le per- mitia ocuparse solamente del perfeccionamiento interior. vas tareas practicas del poder requerian de él una gran actividad que no podia dejar de reflejarse en sus ideas filosdfico-morales, Tas cuales encontraron su expresién en los Recuerdos, en 12 libros. Aqui el factor social aparece mas determinante que en toda la otra literatura de los estoicos. E] hombre es ees en su lugar por la voluntad divina, que lo obliga a cumplir su deber hasta el fin, por mds dificil e ingrato que sea: fi “Deja que Ja divinidad sea en ti la guia del romano viril maduro, iel a los intereses del Estado, investido de pod i ° ee ee a s poder, consciente de su res- P lad; hombre que no necesita ni de juramentos ni de encargos ¥ espera con el corazén sereno el momento de la muerte, Asi tu espiritu sera iluminado y no tendris necesidad de que otros te ayuden 0 - le otros te ayuden 0 te ase. a pe hombre es popre tore un miembro de la sociedad; por s is Sus acciones deben estar en armoni. id om nia con la vida so- tug O0me tH mismo formas parte de ta sociedad civil, asi cada_una de oa ‘aad debe estar en armonia con la vida civil. Si hay algo que No tiene relaciones divectas nit indizectas con el fin. general, ese a acciona la vida, destroza su unidad, produce un choque a’ semejania de un hombre que siendo mi lo miembro de la asamb i someterse a Ias decisiones comunes” 147, ee ae En el estoicismo de los tiltimos tiempos hubo muchos moti- vos puramente religiosos, que luego fueron acentuindose cada vez mas. En el siglo m, la sed de religién provocada por la si- tuacién general empezé a dominar con gran fuerza a la pobla cién del Imperio. La vasta difusién de los cultos ceeds ; Ja aparicién de sistemas filoséfico-religiosos proteiformes (; mee ticismo) concurrieron a la creacién de la nueva religion el em. que tom6 mucho también del estoicismo. De esto perms mas adelante, cuando nos ocupemos del cristia- El derecho. —Ya hemos visto (volumen II) que el derecho 146 Recuerdos, I, 5. 147 Recuerdos, IX, 23. 166 Ss. I KOVALIOV romano habia alcanzado un alto grado de desarrollo Pie la época de la Republica. La evolucién del derecho al cane durante el Imperio, proporciones mucho mas vastas. La vida misma asi lo exigia; el Imperio comprendia un Seen EN disimo y heterogéneo unido por vinculos cron po ee y culturales que iban mucho mas alla de los limites er di- terraneo. Las disimiles normas de derecho y consuetudinarias de los distintos paises que componian el Imperio hacian ne- cesaria una unificacién juridica. Los contrastes sociales crecien- tes obligaban a la clase dominante a dedicar su eae = fuerzo a reforzar juridicamente la propia situacién privi Se da y aplazar la ruina inminente. Esto explica por qué sen 8 siglo u y a comienzos del m1 la jurisprudencia romana ale: su maximo desarrollo. Habiendo cesado la actividad de la asamblea popular, - la época del Imperio fueron fuentes del derecho los cee de! senado (senatus consulta) y las leyes dictadas por los empe- radores. Estas wltimas adquirieron una importancia exclusiva desde que el senado perdié sus funciones legislativas (a fines lel siglo mi). [ as eee ied de los emperadores se dividian en las o tegorias siguientes: edictos, disposiciones generales para H la la poblacién del Imperio; mandatos, instrucciones Dea funcionarios; rescriptos, disposiciones sobre problemas aisla- dos; decretos, decisiones sobre problemas en discusién, re cialmente judiciales. Ademds algunas resoluciones imperiales recibieron Ia denominacién de “leyes” (leges). 4 ‘A fines del Imperio también adquirieron cardcter legis lativo las disposiciones de los altos funcionarios: prefecto de los pretorianos y prefecto de la ciudad. Paralelamente a esto ces6 la actividad judicial del pretor. Ya hemos visto (III, p. 117) que bajo Adriano el jurista eano Juliano habia compuesto un texto definitivo de todos los edic- tos de los pretores, el Edicto perpetuo. i : El proceso judicial comienza a cambiar ya a fines de la Reptiblica: junto al proceso por formulas surge el proceso extraordinario. En este ultimo el pretor, valiéndose de sus poderes, decidia directamente la causa fuera del orden nor- mal (extra ordinem). Con el Imperio, como es légico, el_pro- ceso extraordinario se hizo mds frecuente, aunque continua- HISTORIA DE ROMA 167 ba existiendo la vieja forma de procedimiento. Pero incluso en el proceso por formulas el derecho del pretor a compilar la férmula fué limitado gradualmente por las disposiciones imperiales. Con la extincién que se fué produciendo en la actividad de los pretorianos, se abrié paso la actividad judicial de los altos funcionarios imperiales. El principe tenia la facultad de dirimir personalmente cualquier causa extra ordinem y podia ademas trasmitirla a un funcionario para su examen. En la practica era justamente esto ultimo lo que sucedia con mayor frecuencia. De este modo el prefecto de la ciudad se convir- tid en Roma en el principal juez para las causas civiles, y su misma funcién correspondié en las provincias a los promagis- trados. Era posible presentar ante el emperador recursos contra sus decisiones. En los procesos extraordinarios, toda la causa, desde el principio hasta el fin, era conducida por un wnico funcionario. Modificaciones andlogas sufrié también el proceso penal. La actividad de las comisiones permanentes penales (quaestio- nes perpetuae) fué primero limitada y Iuego desaparecié por completo. El emperador y sus funcionarios se convirtieron en los Grganos principales de la autoridad judicial. Todo el procedimiento, tanto civil como penal, adquirid un cardcter burocratico y fijo, lo que no dejé de favorecer la venalidad y la corrupcién de los jueces, En todo el curso de Ja historia del derecho romano tuvo una gran importancia la actividad de los intérpretes del de- recho, los juristas. Al principio eran sacerdotes y, desde Apio Claudio en adelante, laicos. Ya hemos recordado a los juris- tas del siglo 1 d.C., Quinto Mucio Escévola y su disctpulo Scr- vio Sulpicio Rufo (tomo III, pag. 45). En tiempos de Augusto hubo, contrapuestos el uno al otro, dos gran- des juristas, Antistio Labeén y Atcyo Capitén, Discipulo del primero fué Proculo, que dié nombre a la escuela de los proculianos; del segun- do lo fué Sabino, cuyos partidarios fueron Iamados sabinianos. La dife- rencia entre ambas escuelas parece ser consistia en el hecho de que los Proculianos eran partidarios de un poder centralizado (monarquia) y por lo mismo admitian una interpretacién mits libre de las antiguas normas republicanas, Los sabinianos, cn cambio, se mantenian en. las posiciones de la democracia esclavista y por Jo tanto eran conservadores en cuestiones de derecho. 168 Ss. L KOVALIOV El florecimiento de la actividad de los juristas romanos se produce como hemos dicho, en el siglo m y a comienzos del mm. En el siglo m vivieron el ya mencionado Salvio Juliano y Gayo. De este ultimo muy poco sabemos (ni siquiera su nombre completo) y sdlo nos ha quedado de ¢l un breve manual de derecho privado (Las instituciones), escrito con gran claridad y método. Las Instituciones de Gayo constituye una de las fuentes principales de nuestros conocimientos sobre el dere- cho romano. A fines del siglo 1 y a comienzos del mm se desarrolla la actividad de famosos juristas: Papiniano (condenado en el 212; ver luego), Julio Paulo (muerto mas o menos a media- dos del siglo m) y Domicio Ulpiano (muerto por los preto- rianos en el 228; ver luego). La literatura. — Uno de los mas famosos autores de los tiem- pos de Nerén fué el sobrino de Séneca, Marco Anneo Luca- no (39-65). Dotado de una magnifica educacién retorica y fi- loséfica (en el espiritu del estoicismo), pronto se distinguid como poeta de talento. Se dice sin embargo que sus éxitos literarios despertaron la envidia de Nerén, quien le habria prohibido practicar la lectura de obras potticas. Esto habria empujado a Lucano junto a la oposicién aristocratica. El he- cho es que tomé parte en el complot de Pisén y, condenadd a muerte, se corté las venas. De las numerosas obras de Lucano sélo ha Ilegado hasta nosotros una epopeya histérica inconclusa: La guerra civil, en 10 libros. En ella se describe la lucha entre César y Pompeyo, que llevé al fin de la Republica. El poema se interrumpe en la guerra alejandrina. Esta escrito en el tradicional hexametro épico, pero no hay en é1 la igualmente tradicional interven- cién de los dioses en los asuntos de los hombres. Por sus con- vicciones filoséficas Lucano fué un estoico: para él la fuerza superior que dirige el mundo es el Hado, el Destino, ya no los dioses tradicionales de la mitologia greco-romana, Sin em- bargo esto no excluye Ja gran parte que tienen en el poema todas las supersticiones posibles: los oraculos, la magia, la astrologia, los presentimientos, etc. Ia obra de Lucano cons- tituye un ejemplo de la moda de la poesia retorica de enton- ces, El estilo rebuscado y declamatorio, el pathos del hiperbo- lismo, el sentido tragico de las cosas, los fuertes contrastes, HISTORIA DE ROMA 169 tienen como finalidad impresi i i fis y bellnte eto unt ionar al lector. El estilo es refi- Lucano es un representante de la oposicién aristocratica. Idealiza a la antigua Roma republicana desaparecida en las guerras civiles, aunque considera, como Tacito, que el Impe- tio es un mal inevitable. Es significativo notar que en los pri- meros libros del poema, escritos cuando Lucano todavia for- maba parte del ntimero de cortesanos, su oposicién es algo casi inexistente. En ellos encontramos loas a Nerén, y Gar y Pompeyo son considerados como culpables por igual del fin de la Republica. En los otros libros las opiniones de Lucano cambian; se lanza contra el despotismo y se manifiesta contra tio a la deificacién de los emperadores. La batalla de Fat- salia es presentada como una enorme desgracia, como el co- mienzo de la ruina de Roma. En correspondencia con este Viraje, cambia también la opinién de Lucano sobre los prin- cipales personajes del poema. Todas sus simpatias se eeleh por Pompeyo, defensor de la Republica, mientras que a César se lo representa como un tirano y un malvado. La epopeya era, incluso en el aspecto de poema histérico que le dié Lucano, un género en decadencia 148, Mads vital se presentaba la satira, surgida, como ya hemos visto, durante la Repiiblica (III, p. 45). El Imperio le daba nuevos ‘motivos. El modelo mas hermoso de ese género y al mismo tiempo una de Jas obras mds grandes de la literatura mundial es la novela Satirica y de aventuras Satiricon49. Lo mas probable es que su autor haya sido aquel Petronio, amigo de Nerén, “arbitro de la clegancia”’, que termindé su vida matdndose sin esperar Ja orden de Nerén, Poco se ha conservado de la obra: frag- mentos que empiezan en el libro 149 y no Ilegan hasta el Beat, a. a Bie da la posibilidad de hacernos una idea El contenido de Ia parte de la novela que se ha conser- vado trata de un viaje cumplido en Italia meridional °° por 148 Esto es evidente en los poetas de la se; i i Fstacio, Valerio Flaco y otros. P Say Mae, BS ele ae 149 Por su forma se trata de una “sitira meni, 3 ea” (ver nota 30) en que la prosa se w ‘dad ti ¢ en gue a ine a los versos, pero en realidad el Satiricon sale de 150 En las partes que se han perdido, la accién no s¢ limitaba a Italia. 170 8. I. KOVALIOV dos vagabundos desclasados, un tal Encolpio y su amigo Gi- tén, que se complican en una serie de aventuras. De tanto en tanto se une a ellos un tercer personaje cualquiera, como por ejemplo el poeta vagabundo Eumolpo. La trama de la novela da al autor posibilidad de describir usos y costumbres de los distintos estratos de la sociedad romana, empezando por el liberto enriquecido Trimalcién y terminando en los bajos fondos de la sociedad (que el Satiricon describe profusamente) . Al nudo principal de la novela se han agregado algunos rela- tos aislados no directamente vinculados con la trama. El cardcter y el tono de Ja novela son muy variados y van desde un completo naturalismo hasta la parodia de otros gé- neros (por ejemplo, de la obra de Lucano), la caricatura y el grotesco fantastico. El idioma del Satiricon es extrema- damente flexible y expresivo; el autor obliga a sus personajes a hablar en la forma en que hablaban las distintas clases de la sociedad romana a la cual pertenecfan. Dado que la mayo- ria de los personajes pertenecen a las clases sociales mds bajas, el Satiricon nos ha conservado ejemplos de Ja lengua popular Jatina. El episodio mas hermoso de la parte de la novela Iegada hasta nosotros es la cena de Trimalcién, en la cual participan nuestros héroes. Trimalcién es un ex esclavo sirio que ha merecido la clemencia de su amo y de ese modo se ha ganado Ia libertad y luego la herencia. Con habiles especulaciones co- merciales y usuratias ha logrado acumular una fortuna fabu- losa. Trimalcién es ristico, vanidoso, muy ignorante supersti- cioso. El lujo que lo cireunda es simplemente glotin; en cada detalle se revela al ex esclavo. Sin embargo Trimalcién no esta exento de algunos rasgos positivos; tiene espiritu practico, es generoso y, a pesar de su terquedad, no trata mal a los esclavos. Pintando a Trimalcién, Petronio nos da un boceto que, aun en su tono caricatural, refleja los procesos econémico- sociales reales del siglo 1, de los que ya hemos hablado muchas veces: el aumento de la significacién social de los libertos, la concentracién de la propiedad agraria, Ja aparicién de los nue- vos ricos creados por el Imperio. Petronio, representante de la antigua aristocracia, no puede dejar de despreciarlos y ridi- culizarlos con toda Ja fuerza de su talento. Sin embargo su HISTORIA DE ROMA 171 sentido artistico lo ayuda a mantener la justa medida tam- bién en el cuadro de esta maligna caricatura y a darnos, en lo esencial, tipos realistas. Lo mismo hay que decir también de Jos otros retratos contenidos en la obra. El Satiricon es una de las fuentes histéricas mds importantes para la segunda mi- tad del siglo 1 d.C. i fy De espiritu satirico estén también imbuidos muchos epi- gramas**t de Marco Valerio Marcial (mds o menos 41 - mds o menos 102). Inteligente proletario de origen espajiol, habia ido a Roma “en busca de fortuna”. Durante mucho tiempo arrastré una misera existencia de hambre hasta que alcanzdé Ja notoriedad. Pero tampoco la gloria le did una existencia segura; muchas veces se vid obligado, como antes, a hacer de parasito, como cliente en las casas de ricos protectores. Hacia el final de su vida, Marcial regresé a Espafia. La reunién de sus versos esta comprendida en 15 libros (1.200 epigramas). No todos tienen cardcter satirico; muchos son epigramas de tipo ordinario, es decir breves composiciones en verso, descriptivos, de dedicatoria, de alabanza, funerarios, etc. Pero prevalecen los epigramas lubricos. La satira de Mar- cial no se dirige tanto contra personas determinadas 152 como contra tipos caracteristicos de la vida romana: esposas infie- Jes, médicos, taberneros ladrones, jovenzuelos mundanos, an- cianos ricos y sin familia, rodeados por una multitud de pre- tendientes a la herencia, poetastros diletantes y plagiarios. Es caracteristica en Marcial su comprensién de la “pobre gente”, de la miseria escondida en las grandes casas romanas e incluso de los esclavos. Junto a esto se manifiesta también la adula- cién y condescendencia ante el emperador y los poderosos pre- tores. La satira de Marcial, a pesar del realismo de sus retratos y el poder de su humorismo, se queda en la superficie y no logra atrapar la raiz de los fenémenos. Falta en ella un ver- dadero sentimiento. En este sentido Juvenal es superior. Décimo Julio Juvenal escribié bajo Trajano y Adriano. Faltan casi por completo datos biograficos precisos sobre ¢l, pe- ro evidentemente su condicién material debia ser mas indepen- 161 Breve composicién en verso referida a los hechos del momento. 162 Los nombres que hay en sus versos son por lo general inventados. 172 Ss. LL. KOVALIOV diente que la de Marcial y esto influyé también sobre el cardc- ter de su poesia. De él nos han quedado 16 satiras en 5 libros. Juvenal es céustico: se acerca a Marcial por las tendencias humanitarias en lo que respecta a los que sufren y a los opre- sores, pero lo supera por la pasién y la violencia de sus acusa- ciones y por su capacidad de hacer generalizaciones mas vas- tas. Juvenal denuncia el despotismo de Domiciano (jcosa nada peligrosa en tiempos de Trajano!) , ridiculiza a la nobleza ro- mana y a los ricos libertos, habla de la decadencia de las ciudades jtalas, denuncia el libertinaje de las mujeres de mun- do, la posicién humillante de los clientes, etc. Sin embargo la pasién de moralista leva a Juvenal un poco demasiado lejos, y si mos acercamos a sus obras como a una fuente histérica, hay que suprimir y corregir mucho. Es significativo el hecho de que aun ridiculizando los vicios de su tiempo, Juvenal no presenta ningiin programa positivo. Evidentemente refleja la posicién de clase de los pequefios propietarios italos, cuya sal- vacién era imposible, fueran cuales fueran las reformas de Nerva o de Trajano. Por esto todos sus ideales se encuentran en el pasado lejano. En la Europa moderna Juvenal es considerado el mas grande satirico de la antigiiedad. La burguesia revolucionaria vid en él un ferviente acusador de tiranos y de la aristocracia resurgente. También se encuentran elementos satiricos en la famosa novela de Apuleyo Las metamorfosis (o El asno de oro). Apu- leyo nacié alrededor del 125 en Africa septentrional 1%. De familia rica, Apuleyo recibid una educacién retorica en Car- tago, estudid filosofia en Atenas y viajé mucho por el Orien- te griego, Pasé también un periodo en Roma, donde se de- dicé a la actividad forense. Luego vivid en Cartago rodcado de gran respeto y popularidad. Apuleyo es un tfpico hijo de su siglo: rector y filésofo. Su filosoffa consiste en una mezcla ecléctica de pitagorismo y pla- tonismo. Dado el espiritu de la época, Apuleyo se ve atraido por cultos misticos y por la magia. Escritor fecundo y versa- 153 Es de hacer notar que muchos escritores romanos del siglo 1 y 1 eran originarios de Jas provincias, Es uma circunstancia mas que con- firma el aumento de la importancia de las provincias en la vida del Amperio. HISTORIA DE ROMA 173 | t til, poseia por igual la lengua puinica, la griega y la latina. _ Sus obras griegas se han perdido por completo, de las latinas se han conservado varias. La importancia de Apuleyo en la literatura mundial 154 esta dada no por los discursos o los tratados filoséficos, sino por su novela. El contenido de Las metamorfosis es, resu- miendo, el siguiente. El joven Lucio, atraido por la magia y deseoso de penetrar todos sus secretos, llega durante un viaje a Tesalia, tierra de magos. Se aloja en la casa de un conocido Suyo cuya esposa es una hechicera poderosa. Con la ayuda de una sierva, Lucio trata de penetrar en el mundo oculto, pero por error bebe una bebida magica que lo trasforma en asno. El asno-Lucio conserva su psicologia de hombre. La misma noche algunos ladrones lo roban y empieza para é1 una larga serie de aventuras y sufrimientos, Por fin, Lucio dirige sus Tuegos a la diosa Isis, quien le promete la salvacién siempre que Lucio le dedique su vida. Al dia siguiente el asno encuen- tra una procesién de Isis, huele las rosas sagradas de la coro- na de su sacerdote y se convierte de nuevo en un hombre. El renacido Lucio, arrepentido, se dedica a la adoracién en se- creto de la diosa egipcia, convirtiéndose en sacerdote de su culto. [PRE En la trama de la novela se insertan muchos relatos ais- lados, entre los cuales se distingue la conocida leyenda de Amor y Psiquis, retomada luego mas de una vez por la li- teratura y el arte posteriores. Las Metamorfosis representa, por su forma, una amena no- vela de aventuras, trazada sobre el modelo de una fabula gtiega andloga. Apuleyo no sélo amplié considerablemente el original griego, sino que le dié también un sentido religioso, filoséfico y moral. El héroe de la novela es trasformado en asno por castigo de su curiosidad y su tendencia a penetrar en los secretos ultraterrenos; con sus sufrimientos bajo el as- pecto de asno, Lucio paga el pecado y logra la santidad, El tema de la novela permite a Apuleyo mostrar los aspec- tos negativos de la vida. Al asno le es permitido ver y observar 164 Aquellos dias cuando en Jos jardines del Liceo yo florecla quietamente, lela con gusto a Apuleyo y descuidaba a Cicerén,.. (Pushkin, Eugenio Oneguin, cap. VII). 174 Ss. IL KOVALIOV mucho de los entretelones de los fenémenos sociales, porque ante él los hombres actiian mds abiertamente y hacen y dicen Jo que esconden con cuidado ante sus semejantes. Por eso hay en Las Metamorfosis mucho material satirico e histérico-cul- tural. Apuleyo da un cuadro vivo de la vida de las provincias romanas del siglo 1; pone en evidencia los abusos de la admi- nistracién, el duro estado de los esclavos, la ruina de los pe- queiios propietarios rurales. El renacimiento griego.—La literatura romana del siglo m estuvo sometida a la fuerte influencia del Mamado “renaci- miento griego”. Como las otras provincias romanas, también Grecia iba resurgiendo, favorecida en esto por el traslado del centro de gravedad de la politica exterior romana al Oriente, impulsado por Nerén, y por la politica helendfila de los em- peradores. Esto se reflejaba favorablemente también en la peninsula balcdnica, en el Asia Menor y en Siria, bases avan- zadas de la expansién oriental de Roma, Como consecuencia de esto, en el siglo 1 se produjo un considerable despertar de la vida cultural en el Oriente grie- go. Hay que admitir que carecia de originalidad; se volvia a lo antiguo, prevalentemente a los elementos arcaicos y for- malistas. El idioma literario pasaba de las formas helénicas a las clisicas (aticismo), diferencidndose definitivamente de la lengua popular. La oratoria, carente ya de cualquier contenido politico, se trasformaba en retérica vacia de imitacién (se- gunda sofistica). Todos los posibles discursos solemnes —lau- datorios, conmemorativos, nupciales, etc.— fueron el atributo necesario de cualquier creacién publica. Con todo esto el “renacimiento griego” did dos escritores eminentes que ganaron fama mundial. Uno de ellos es Plu- tarco. De él como historiador ya hemos hablado (I, pag. 29) 3 ahora agregaremos algo sobre su actividad literaria y sobre sus concepciones ético-filoséficas. Aunque la moda del retorno a lo antiguo fuera seguida también por él, Plutarco supo es- capar al aticismo extremo y a la retérica. A mas de las famo- sas biografias, conservamos de Plutarco numerosas “obras mo- rales’ 155, Su punto de vista filoséfico consistia en una mez- 155 El término “obras morales” en lo referente a la produccién de Plutarco no es muy preciso, puesto que en ellas él toca no sélo proble- HISTORIA DE ROMA 175 cla ecléctica, tipica de la época, en Ia que predominaban fac- tores religioso-idealistas. Creia en un dios tinico, pero junto a él reconocia la existencia de los dioses griegos y orientales, de los demonios buenos y malos; creia en los ordculos, en los Suefios, etc. Su ética es humana, como podia serla la de un Tico, pero carece de la fuerza y la agudeza de una verdadera humanidad. Fs una disertacién hecha en su juventud, Marx eae sobre esta bondadosa moral pronta a reconciliarse con cual- quier mal y a encontrar en cada fenémeno un aspecto bueno: En su biografia de Mario, Plutarco da la prueba histérica de como este sentimiento moral destruye cualquier imparcia- lidad, tanto tedrica como practica. Describiendo la espantosa masacre de los cimbrios, cuenta que la cantidad de cadaveres €ra tal que los marselleses pudieron abonar con ellas sus vides Luego vinieron las Iuvias y ese afio fué el de mayor abun. dancia en la cosecha de uva y de fruta. éQué dice el noble historiador sobre el tragico fin de todo un pueblo? Plutarco €ncuentra perfectamente moral que el dios haya permitido matar a todo un noble pueblo, para que los filisteos marse- lleses pudieran tener una buena cosecha. De modo que la tras- formacién de un pueblo en un montén de abono proporciona la ocasién para deleitarse en fantasias sobre temas morales” 18°, _ Luciano de Samosata (nacido alrededor del 120, muerto a fines del siglo 1) , hijo de un pobre artesano, logré con intenso estudio alcanzar las cimas de la retérica. Recorrié Italia, fué a Roma y enseiid oratoria en una ciudad gala. Luego Luciano yolvié a Oriente, donde continué su actividad de orador y es- critor y termind su existencia en Egipto ocupando un alto grado en la burocracia imperial. _Iniciada su actividad en calidad de rector, Luciano superd finalmente la “sofistica” y se convirtié en el ultimo gran autor Satirico de Ja antigiiedad, Su satira se dirige contra todas las formas de la ideologia que disgregaba a la antigua sociedad, contra las supersticiones religiosas, la decadencia del pensa- miento filosdfico, las novelas de aventuras, la historiografia re- mas éticos en el cabal sentido de la palabra, sino también otros temas ae En efecto, escribe de literatura, musica, religién, pedagogia, po- ica, etc, 186 Diferencia entre la filosofia de la naturaleza y la de Epicuro (tesis de graduaci6n) . 176 8S. IL KOVALIOV térica, etc. Luciano es particularmente duro en Jos ae contra la religién. Engels lo ha llamado el Voltaire de la antigiiedad cldsica, que mantiene una actitud iguelorate = céptica ante cualquier clase de supersticién religions? - Marx ha dicho de él: ‘Los dioses de Grecia, ya trégicamente heridos de muerte en el Prometeo encadenado de Esquilo, oe vieron que sufrir una seguna muerte en los Didlogos de Lu- iano”. 158 A Chasse se burlé despiadadamente de los dioses del olmee (Didlogos de los dioses; Timédn) pero fué menos despia ae con las corrientes religiosas de su época (Alejandro el fa profeta, La muerte de Peregrino). Los profetas alae one i. las sectas religiosas del siglo 1, de quienes escribid, fees Live pios cristianos, estén representados bajo el aspecto de bribor y charlatanes. En La verdadera historia Luciano hace una pe rodia del género de los relatos fantasticos; en Cdmo . a s escribir la historia pone en evidencia la ampulosidad y la fals ‘ica de la historiografia. a eee escepticismo, aa ironia para con todo son BOF si ale un signo profundo de Ja decadencia ideoldgica de la sere sociedad del siglo 11. Luciano ya no cree en. nada y ne ee en qué confiar. No tiene ningun ideal positivo pone ¢ i luchar. De esto dependen la superficialidad y la aH ae la sdtira de Luciano que, en realidad, no entra en los verda- deros contrastes sociales de la época. En la exposicién anterior hemos hablado mas de una vez ae la literatura novelesca. El viejo género de los viajes tae Ea a i oe f ntiguo Egipto en el periodo helénico, asumié la for ; orcas de davela pseudohistorica (Historia de ia caida de are, Besta de Alejandro). Junto a esto siguid existiendo , segin parece, des- arrollandose, el género de aventuras fantdsticas del cual Luciano hizo dia en La verdadera historia. i y ys ane aspecto distinto de esta novelistica fué la novela griega de aven turas, representada por algunas Pensa ate et ie near ee ado enteramente y en parte en fragmentos 159, J meie un modelo iinico. Los héroes enamorados, el joven y la muchacha 151 Per la storia det cristianesimo primitioo, en F. Engels, Sule origi i del cristianesimo, Ed, Rimascita, Roma, 1953, P ig. 18. fi oa a comedia, tiltima fase de una forma histdrica, en wees Sobre la literatura y el arte, Ed. Calomino, Ta Plata, 1946, pig, 105. 159 Dafnis y Cloe (siglo m y um), Historia etiope de Heliodoro ( glo mi), ete, HISTORIA DE ROMA 177 le extraordinaria belleza y excepeional bondad, son separados por gente ligna. Después de una ‘serie de increibles aventuras, tempestades, pri- siones, esclavitud, muerte imaginaria, etc, al final logran siempre re- unirse, casarse y vivir felices. Otro aspecto de la novela de aventuras de amor fué su variedad fendiente a la sitira, Entre los ejemplos ilegados hasta nosotros, este tipo no esta representado directamente, Pero los hemos encontrado en El Satiricon de Petronio y en Las Metamorfosis de Apuleyo. El teatro. — Ya a fines de la Republica se podia constatar, junto con la degeneracién de los gustos teatrales en Roma, la decadencia del drama serio CII, pag. 47). Naturalmente, el Im- _ perio no estuvo en condiciones de aportar ningtin mejoramiento, Al contrario, el estilo ampuloso del siglo 1, los espectaculos Sanguinarios, el aumento de la ciudadania desclasada termina- Ton por matar el teatro serio. El mimo, la atelana y la pan- _tomima (ballet) se convirtieron en las timicas formas de es- peéctaculo teatral reconocidas por el Publico romano. Los ris- ticos gustos de la turba, por lo demas no diferentes de los de las clases sociales mds elevadas, exigian sobre la escena verda- deras muertes y ejecuciones (los actores destinados a hacer la parte de “muertos” eran esclayos). En esas condiciones, el drama serio se convirtié en género literario, destinado a la lectura y no a la representacién escé- nica. E] mayor representante de ese género fué Séneca. De él nos han Ilegado ocho tragedias: Medea, Oedipus, Phaedra, A ga- “mennon, Hercules Furens, Hercules Oetaeus, Troades y Thyes- tes. Octavia, obra dedicada a la tragica suerte de la hija de Claudio y esposa de Nerén, aunque esta escrita en el estilo de Séneca, es probable que no le pertenezca. Los dramas de Séneca imitan la forma de la wagedia grie- 8@ y su contenido se remite al mismo bagaje de mitologia tiega que habia sido ya caracteristica de los grandes tragicos atenienses del siglo v. ‘Sin embargo hay en el autor romano mucho de nuevo. En relacién con la época dificil para la aristocracia en la que Séneca vivid, y gracias a su pesimismo personal, sus tragedias estén Ienas de terror y desesperacidn; $us héroes son fuertes personalidades condenadas a sufrimien- to terribles y a la muerte. Ni un rayo de luz ilumina este ibismo de grandes tormentos, de espantosos delitos y de des- speracion sin salida. Ademas los personajes de Séneca son 178 Ss. L KOVALIOV esquematicos, mondtonos; sus caracteres casi no cambian en el curso de la accién; son la encarnacién de un sentimiento winico, de una sola pasién, son intelectualisticos y mds que vivir declaman sus desventuras. Séneca es retérico, su verso es sencillo, pero monétono y chato. Sefialaremos otra caracteristica de los dramas de Séneca: la frecuencia de los ataques contra el despotismo, contra los reyes y los tiranos. Aunque era un lugar comin de la retérica griega, parece sin embargo muy probable que en Séneca sea mas bien un reflejo de las condiciones politicas de Roma en la época del régimen de terror. Las tragedias de Séneca tu- vieron una gran influencia sobre el desarrollo de Ja drama- turgia en los tiempos modernos, a partir del Renacimiento. La arquitectura y las artes figurativas.—El arte romano de los tiempos del Imperio contintia las tradiciones helenistas de la Republica, pero reelaborandolas en un espiritu nuevo. Se viene a crear asi un estilo oficial de la primera época de Augusto (I, pag. 222) esta mal representada por los restos ar- queolégicos; ni siquiera uno de los templos construidos en- tonces en la propia Roma se ha conservado. Una cierta idea del caracter de las obras publicas puede tenerse por los restos de la inmensa “basilica Julia” en el Foro, basilica construida por César, incendiada luego y mas tarde reconstruida por Augusto. Es caracteristico en ella el empleo de los arcos, en cuya construccién los romanos fueron, como se sabe, maes- tros (I, 176). Igualmente independientes fueron los romanos en el cam- po de la escultura retratista. Ya en los ultimos siglos de la Republica este arte habia alcanzado un alto grado de per- feccién; ésta resultaba de la fusién de la antigua costumbre itdlica de preparar realistas mdscaras de cera de los antepa- sados, con los elementos del arte helénico. Algunas esculturas de los siglos 1 y 11 a.C. sorprenden por la gran semejanza con el modelo. El siglo de Augusto aporté a la escultura una caracteris- tica nueva. Las estatuas de Augusto y de los miembros de la familia imperial, sin perder su parecido con el modelo, ad- tuieren un cardcter mds idealizado. Este tipo de estatua “idea- lizada” se mantuvo durante todo el siglo 1 en el arte oficial. La época del apogeo del Imperio romano (Flavios y An- ‘HIST! i ‘ORIA DE ROMA 179 J monumentalidad y el desarrollo de ages deta or Is BBE! anfiteatro de los Flavios sin duda tianmville nor ee diosidad, por el amplio uso de los RAI at ae cional de la superficie. El Panteén (templo de todos ae ca erprecenta también una de las mas perfectas creaciones a quitectura de su época. Los arcos de triunfo (I, p. 223) c muestran el desarrollo completo del principio del arco, Este Be cento Se adquiere un cardcter independiente; “aes oe’ Complejo constructivo y se convierte en un mo- lento aparte destinado a glorificar el poder del Imperio El realismo de la escultura romana aparece claro He 1 ; Namados “bajorrelieves histéricos”. De la é oca de At ane han Hegado hasta nosotros fragmentos de a llamada “ara ere x eye bajorrelieves representan una solemne procesién ae participa el propio emperador junto a los miem- “ae S wu poll, ela Semejanza retratistica de las figu- eos an ismo y a la solemnidad oficial de Luego el bajorrelieve histérico adquiere un cardcter md: Tealista. Asi por ejemplo los bajorrelieves del arco de Tit ; donde se representa la marcha triunfal de las legiones con ‘i Jefe a la cabeza. Los soldados Ievan los trofeos tomados is cl templo de Jerusalén. Los bajorrelieves sorprenden por i ee de su composicién, la capacidad de sebteren at el ” en tres dimensiones y la vitalidad de las escenas de Mucho mis perfectos desde este Punto de vista son 1] bajorrelieves de la famosa Columna Trajana (I. 226' = _ Tepresentan escenas de las guerras dacias. Junto Be fe ret sion documental (armamento de los soldados romanos, "i - dacios, ete.) encontramos en ellos una vitalidad y un dine mismo excepcionales. Igualmente realistas y expresivos son ihe Re tieves de la columna de Marco Aurelio aunque a s ultimos ya empi i ignos, ae ye sie a manifestarse signos de decaden- La época de Adriano trajo consigo el renacimiento de | escultura y del arte clasico griego. Ejemplo: las estatuas de Antinoo, el favorito de Adriano, En ellas se manifiestan cla- 180. Ss. I. KOVALIOV ramente las tendencias idealizantes: los rasgos del rostro pier- den casi por completo semejanza con el modelo. Después del “renacimiento” griego la evolucién del estilo artistico (especialmente en Ja arquitectura) pasa de los mo- delos clasicos al rebuscamiento, a la grandiosidad y al lujo. Asi por ejemplo el arco de Septimio Severo, las ruinas de su palacio, el llamado “septizonio”, construccién decorativa sobre el Palatino (203), las termas de Caracalla, etc. Los relieves de la columna de Marco Aurelio, aunque imi- tan exteriormente a los de Ja Columna Trajana, muestran ya elementos de decadencia: ausencia de prolijidad en los de- talles, influencias de estilo “barbaro”. Esta trasformacién de las formas artisticas greco-romanas de los siglos 11 y 1m se produjo bajo la influencia directa del arte provincial. En Jas provincias el estilo artistico habia asu- mido fuertes elementos de los estilos locales: oriental en Siria, fenicio-cartaginés en Africa, celta en Gallia, etc. La arquitectura del Oriente romano habia evolucionado hacia formas rebus- cadas y pomposas con predominio de efectos pictéricos de vivos colores. En Galia y en Germania surgié, sobre la base del arte popular, el Iamado estilo galoromano, cuyos ejemplos mas interesantes son los relieves sepulcrales con escenas realistas de la vida cotidiana. Las tradiciones de Ja escultura retratista se mantuvieron firmes y dieron atin en el siglo ur modelos insuperados como los bustos de marmol de Herennia Etrusila, esposa del em- perador Decio, y del emperador Filipo 16°, Desgraciadamente, no tenemos ejemplos de pintura roma- na en cuadros; en cambio nos han Ilegado muchas pinturas decorativas sobre paredes, conservadas sobre todo en Pompeya. Se trata de escenas aisladas, paisajes, detalles arquitecténicos y conjuntos enteros, ornamentaciones, naturalezas muertas, etc. La perspectiva lineal es sdlo aproximativa; la disposicién de la luz y de la sombra es por Jo general vivaz; la eleccién de colores, bastante limitada. Las influencias helenistas son evi- dentes; los verdaderos retratos son raros, pero a veces s¢ €n- cuentran magnificos modelos, como por ejemplo el retrato de Proculo y de su esposa, conservado en el museo de Napoles. 160 Ambos bustos se conservan en cl Exmitage de Leningrado. HISTORIA DE ROMA 181 Las arenas y el clima seco de Egipto nos han conservado algunos maravillosos retratos realistas de la época del Imperio, pintados sobre planchas de madera. Se hacian como home. naje a las momias y tenian un caracter ritual. i i Cariruto X EL FIN DE LOS ANTONINOS Marco Aurelio. —En los principios mismos del reinado de Marco Aurelio empezaron a moverse las tribus barbaras del norte, en Britania y en Germania. La tribu germanica de los catos Hevd su audacia a pasar el limite para saquear las re- giones fronterizas romanas. Los movimientos que se venfan no- tando en las provincias orientales eran atin mids peligrosos. En los ultimos afios del reinado de Antonino se habia inicia- do una guerra contra los partos a causa de Armenia. Las tro- pas romanas habian sido derrotadas en Armenia y los partos habian penetrado en Siria. En el 162 Marco envidé contra estos ultimos tropas frescas al mando de Lucio Vero; éste personal- mente no tomé parte en las operaciones, pero sus gencrales Avidio Casio y Estacio Prisco lograron desalojar a los partos de Siria, reocupar Armenia y, en 165, también la Mesopotamia. Justamente entonces empezd en Oriente Ia carestia y estalla- ron epidemias de peste, lo que hizo imposible la continuacién de las operaciones militares. Con los partos se concluyé una paz, en base a la cual los romanos sdlo conservaban una parte de los territorios conquistados. E El ejército regresé a su patria; los dos emperadores celebra ron el triunfo, asumieron los titulos de “Partico”, ““Armenio” y “Maximo”, pero la situacién del Imperio empeord sensible- mente. Las tropas que regresaron de la guerra habian traido consigo la peste, que se difundié en todo el Imperio y que durante algunos aiios continud haciendo estragos en Italia y en las provincias occidentales. En el 174-175 se inicié una gran HISTORIA DE ROMA 183 rebelidn de campesinos en Egipto1*!, Los rebeldes derrotaron a las guarniciones romanas y casi Ilegan a ocupar Alejandria; sdlo Avidio Casio, que acudié desde Siria, logré salvar la situa- cién. También en Galia hab{a una cierta agitacién y Espatia era continuamente objeto de incursiones por parte de los mau- Titanos, provenientes de Africa, El peligro mayor era sin embargo el que se presentaba en Jos limites del Danubio, donde ya desde la guerra contra los partos se habia iniciado una encarnizada lucha con las tribus germanas y sarmiaticas de los marcomanos, cuados, etc., pueblos que vivian al norte del Danubio. En el 167 habian pasado el limite, penetrando en el territorio del Imperio y saqueando Jas zonas fronterizas. El Imperio, abocado en ese momento a dificultades financieras y castigado por la peste, no tenia fuerzas para detenerlos, y fué asi que algunos escuadrones de vanguar- dia de los barbaros Ilegaron hasta el norte de Italia. Se hizo imprescindible movilizar a todas las fuerzas del Estado; se reclutaron para el ejército incluso esclavos y gla- _ diadores. Marco Aurelio sacrificé a las necesidades de la guerra sus propias alhajas. Después de muchas dificultades, los barba- ros fueron finalmente arrojados a la frontera, después de lo cual las tropas romanas, bajo la guia personal de ambos empe- radores (Lucio Vero murié al comienzo de la guerra), pasaron a la ofensiva. La guerra fué de lo mds encarnizada; mas de una yez los barbaros derrotaron a los romanos, reno- vando sus incursiones a Italia. Sin embargo el Estado romano demostré tener todavia fuerzas suficientes para ahuyentar el Peligro. Alrededor del 175, los marcomanos y los cuados se vieron obligados a someterse. Los romanos les concedieron una estre- cha faja de tierra a lo largo de la frontera y ellos se compro- metieron en cambio a proporcionar a Roma tropas auxiliares. Una parte de los prisioneros fué trasladada al territorio romano en calidad de colonos militares: estaban obligados a trabajar la tierra y al mismo tiempo a servir en las tropas romanas. Esta medida era, en virtud de la disminucién y el empobreci- miento de la poblacién, uno de los recursos para aumentar la eficiencia de la defensa del Imperio, y a ella recurrieron mas 101 Se trata de la Mamada tebelién de los biicolos, dirigida por el sacerdote y profeta Isidoro. 184 Ss. I. KOVALIOV de una vez también los sucesores de Matco Aurelio; pero resul- té en el futuro una de las causas de la “barbarizacién” del Imperio y de la decadencia de su fuerza militar. La guerra en el Danubio no terminé por completo, como queria el emperador, porque las noticias sobre hechos alarman- tes en Oriente lo obligaron a apresurarse a hacer la paz. El gobernador de Siria, Avidio Casio, al haberse difundido la noticia de que Marco Aurelio habia muerto, se proclamé em- perador. Varias provincias orientales lo habian reconocido. Pero aun antes de que Marco Aurelio Megara a Oriente, el usurpador fué muerto, después de tres meses de gobierno, por sus propios partidarios (175). Al afio siguiente el emperador regresé a Roma, pero en el 178 fué obligado de nuevo a dirigirse al Danubio, donde los marcomanos y los cuados se habian vuelto a rebelar. Esta vez la guerra tuvo para Roma un mayor éxito; pero antes de que terminara, cl emperador murié en Vindobona (Viena) en marzo de 180. Gémodo.—Lo sucedid en el trono su hijo, Cémodo (180- 192) , nombrado correinante ya desde el 176. El hijo era todo lo contrario del padre: disoluto, indolente y frivolo; sélo tenia una pteocupacién: terminar la guerra lo mds pronto posible para regresar a Roma. Cuando Marco muridé, Comodo tenia apenas 19 afios. La guerra continué atin algunos meses, luego el emperador concerté con los marcomanos y los cuados una paz ventajosa para ellos (hasta les prometié un “regalo mensual en dinero) . De regreso en Roma en el mismo afio 180, Comodo se entre- go con pasién desenfrenada a las diversiones, dejando que sé ocuparan del gobierno sus favoritos: el prefecto de los preto- rianos y otros. Sus contempordneos tenian la impresion de que en la persona de Cémodo se habian reencarnado los peores representantes de la dinastia de los Julio-Claudios: Caligula y Nerén. Cémodo adoraba los espectaculos y los combates de gladiadores y no se limitaba a ser sdlo un simple espectador. Cubierto con una piel de leén y armado con un garrote, gusta- ba hacerse el Hércules bajando a la arena, en donde golpeaba a personas y animales indefensos. El Imperio se cubrié de estatuas de Cémodo-Hércules, y en Roma se fundé un nuevo colegio de sacerdotes para el culto del nuevo dios... HISTORIA DE ROMA. 185 En el 183 se descubrié un complot contra su vida, del que formaban parte su esposa Crispina y su hermana Lucila. La represién fué sanguinaria y hubo numerosas condenas de aris- técratas. Perdido el apoyo de la nobleza, Comodo empezé a hacer una politica demagégica tendiente a ganarse a los solda- dos y a la plebe. Aumento de los sueldos, toda clase de conce- siones a los pretorianos, espectaculos en el circo, distribucién de viveres y regalos eran los viejos y probados medios para realizar esa politica, La consecuencia fué un relajamiento ca- tastréfico de la disciplina. En el 185 el prefecto de los pretoria- nos, Perenne, fué entregado a sus soldados, que se habian amo- tinado. Su sucesor fué el liberto Cleandro, que con su corrup- cién y sus violencias se habia atraido el odio general. Cuando en el 189 estallé en Roma una sublevacién provocada por el hambre, el canallesco Comodo también sacrificé a la turba este favorito, La situacién interna del Estado era extremadamente grave. En Italia, grupos de bandoleros aterrorizaban a la poblacién; en Galia, en el 187, el ex soldado Materno habia organizado todo un ejército de esclavos fugitivos y desertores y saqueaba no sélo Galia, sino también Espafia, Hevando su audacia a atacar incluso las grandes ciudades. El movimiento de Materno alzaba la bandera de la defensa de todos los oprimidos. Las prisiones eran destrufdas y los prisioneros liberados. Por fin Materno, derrotado en Galia, decidié poner en practica un plan de enorme audacia: disfrazado, pensaba presentarse en Roma con su gente de confianza, matar al emperador y apode- rarse del poder. Pero el complot fué descubierto gracias a la traicién y se produjo uma nueva oleada de condenas. Cémodo continud con sus extravagancias. Llegé hasta el punto de presentarse en pitblico como gladiador y mudarse a un cuartel. La corte ya no pudo soportarlo mas y en el 192 fué otganizado un nuevo complot por el prefecto de los preto- rianos, Q. Emilio Leto, y por la propia favorita del emperador, Marcia. El 1° de enero del 193 Cémodo debia asumir el cargo de cénsul vestido de gladiador, pero la noche anterior fué muerto ¢n el cuartel de los gladiadores. Cariruto XI LOS SEVEROS Septimio Severo.—Los conspiradores eligieron al senador Publio Helvio Pertinax, de bajo origen, como sucesor de Cémodo. Hombre capaz y rigido, empezé con la tentativa de poner freno a los pretorianos y a la demente prodigalidad de Cémodo. Pero muy pronto los pretorianos, el pueblo, los cor- tesanos y el propio Emilio Leto se rebelaron y después de 87 dfas de teinado, Pertinax fué muerto (28 de marzo del 193). Luego tuvo lugar en Roma un espectaculo inaudito: los pretorianos abrieron concurso para el titulo de emperador. Dos personas se presentaron: Marco Didio Juliano, rico senador, ¥ Tito Flavio Sulpiciano, prefecto de la ciudad y cufiado de Pertinax. La licitacién fué ganada por Juliano, que habia ofre- cido la suma mayor, y fué proclamado emperador. El nuevo emperador habia hecho demasiadas promesas a los pretorianos y no le era posible mantenerlas, por eso en el momento decisivo fué abandonado por ellos. Como en el 68, la crisis del poder central habia repercutido en las provincias: después de la muerte de Pertinax, las tropas provinciales habian proclamado, casi contempordneamente, tres emperadores: Dé- cimo Clodio Albino en Britania, Cayo Pescenio Nigro en Siria y Lucio Septimio Severo en Iliria y Panonia. Este ultimo tenia sobre sus adversarios una gran ventaja: la de encontrarse mds cerca de Roma. Para neutralizar momentdneamente a Albino, concerté con él un acuerdo, lo adopté, le did el titulo de César y el alto mando en Britania, Galia y Espafia. Luego, con el pretexto de vengar a Pertinax, ocupé rapidamente Roma. Los pretorianos no opusieron casi ninguna resistencia, entregaron HISTORIA DE ROMA 187 al asesino de Pertinax y fueron desarmados. El senado, aterro- rizado, condendé a muerte a Didio Juliano, que fué ajusticiado después de haber reinado 60 dias. Después de haber sido confirmado por el senado, Septimio Severo se dirigié al encuentro de Pescenio Nigro, que mientras tanto habia sido reconocido por las provincias asidticas y por Egipto. Las tropas de Nigro ya habian penetrado en Europa y habian ocupado Bizancio. La guerra en Oriente se prolongé durante tres afios. Nigro fué derrotado y huyé de los partos, que al principio lo habian ayudado pero que lo mataron por Sorpresa en su huida. Severo castigé despiadadamente a los partidarios de Nigro, recurriendo a ejecuciones en masa y a la confiscacién de los bienes; luego marché contra los partos y ocupé la Mesopotamia septentrional hasta el Tigris. Pero en el 196 se vid obligado a interrumpir la guerra con- tra los partos. Albino se habia proclamado Augusto con el consentimiento de gran parte del senado y habia ocupado Galia. Severo marché contra él directamente desde Oriente, a través de la regién danubiana; destruyé su ejército en una sanguinaria batalla en Galia y recurrié también en Occidente a las mismas severas represiones que ya habia aplicado en Oriente. Sdlo recién después de la muerte de Albino, Severo yolvié a Oriente para terminar la guerra contra los partos. Durante la guerra civil en Galia, los partos habian pasado mientras tanto a la ofensiva, recuperando los territorios que los romanos les quitaran. Severo los arrojé nuevamente al otro lado del Tigris y ocupé Seleucia y Ctesifénte (198). Luego se estableciS una paz por la cual los partos cedian la Mesopo- tamia. Parecia como si el Imperio hubiese encontrado su salvador en Septimio Severo, rigido soldado cuyo pufio de hierro lograba sostener a Roma sobre el borde del abismo; y en realidad su reinado (193-211) sefialé un mejoramiento en la crisis y una cierta consolidacién de la autoridad imperial. Después de restaurar la unidad del Imperio y reforzar sus fronteras, Septimio Severo se entregé a la reorganizacién del aparato estatal. En esta reorganizaci6n no habia nada de abso- lutamente nuevo; era mds bien una ampliacién de los princi- Ppios implicitos en la esencia misma del Imperio, desarrollados ya por los predecesores de Septimio. El poder imperial era, por 188 8. I. KOVALIOV su naturaleza, una dictadura militar surgida de la lucha contra el movimiento revolucionario de los siglos u y 1 a.C. Esta dic- tadura reflejaba, desde su comienzo, intereses mucho mas am- plios de los que podia mostrar la Republica romana, ligada uinicamente al esclavismo itdlico. Es por esto que desde los tiempos de Sila, primer emperador de hecho, podemos observar la militarizacion det poder central unida a una sensible mitiga- cién del yugo bajo el cual yacian las provincias. Los sucesores de Sila habian seguido su camino hacia la creacién de una monarquia militar mediterranea: unes con mds decisién (Cé- sar) , otros con mas lentitud (Augusto y sus sucesores directos) . En la época de los Antoninos el Imperio se habia trasformado en una monarquia burocratica apoyada sobre los sectores pudientes de las provincias y de Italia, pero al mismo tiempo la crisis habia empezado a minar sus bases. Bajo los ultimos Antoninos, la crisis se habia manifestado abiertamente, deter- minando la necesidad de adoptar medidas. extremas en salva- guardia del Estado. Septimio Severo did definitivamente al Imperio un cardcter militar. Se cuenta que antes de morir, en el 211, dijo a sus hijos: “jEnriqueced a los soldados y no os preocupéis de los demis!” Es probable que Septimio no haya pronunciado en realidad estas palabras, pero ellas caracterizaban con gran, precisidn su politica. Habiendo obtenido el poder con la ayuda del Ejército, y consciente de la importancia que éste tenia en la lucha contra la crisis, dedicé toda su atencién a la consoli- dacién y la organizacién del aparato militar. Desde su primera intervencién en Roma, deshizo la guardia pretoriana. Este cuerpo habia degenerado hasta tal punto bajo Cémodo y sus sucesores que no sélo habia dejado de ser el apoyo directo del Empcrador, sino que se habia conyertido en un fuerte foco de desmoralizacién. Ademas, la situacién de los pretorianos, reclutados entre los italos, habia suscitado, desde hacia ya tiem- po, la envidia de las tropas provinciales. Severo establecid que el reclutamiento de Ja guardia pretoriana reorganizada debia hacerse entre los soldados de las legiones provinciales que mis se distinguian. En general la situacién del ejército mejoré considerable- mente. El sueldo fué aumentado, se mejoraron las recompensas y se difundieron los signos de distincién. Pero Severo adopté HISTORIA DE ROMA 189 también otras medidas de importancia mds sustancial. Al crear el ejército permanente, Augusto habia prohibido a los soldados tener una familia legal. El matrimonio de un soldado se consi deraba una simple convivencia: no daba ningtin derecho ni a Ja mujer ni a los hijos. Recién al ser licenciado el soldado la €sposa se convertia en su consorte legal, pero los hijos no podian ser legitimados hasta que a su vez no cumplieran el servicio militar. Severo permitid, en algunas legiones, el matri- monio legal. Se permitid a las familias de los soldados vivir en las cercanias del campamento militar y a los soldados que vivian en los campamentos permanentes sobre el Rin les fué permi ido, en consecuencia, tomar en arriendo y trabajar la tierra perteneciente a sus legiones. De ese modo se establecia un vinculo mas sdlido entre el ejército y la localidad de la guarnicién, y se facilitaba el abastecimiento de las tropas. Pero hay mds atin. Antes un simple soldado no tenia ningu- na posibilidad de alcanzar los grados de mando: prefecto de cohorte o de escuadrén o tribuno de legién. Estos cuadros se reclutaban exclusivamente entre los caballeros. En el mejor de los casos la carrera de un soldado terminaba en el grado de primipilo, el ms alto en la centuria. Severo establecié que este grado debia significar la admisién en el orden ecuestre, lo que significaba abrir a cada soldado capaz el camino no sdlo para la carrera militar, sino también para la civil. Septimio ocupé a muchos militares en el aparato burocratico, obteniendo ventajas de su disciplina y experiencia, Con Septimio y sus hijos se completé también otro impor- tante proceso que se habia iniciado en los comienzos del Impe- rio: la equiparacién de los derechos de los italos y de los provinciales, En este campo tuvo gran influencia el propio origen y la educacién del fundador de la dinastia. Septimio provenia de Africa y su educacién no se basé en los antiguos principios romanos. Es significativa, por ejemplo, su admira- cién por Anibal, a cuya memoria hizo alzar estatuas en todas partes, en solemne homenaje a quien habia sido el enemigo mortal de Roma. Septimio estaba casado con la siria Julia Domna y también este hecho lo alejaba de las tradiciones romanas, Con él las provincias fueron equiparadas casi por completo a Italia. Ya hemos hablado de la abolicién del privilegio en 190 I. KOVALIOV Jo referente al reclutamiento de los pretorianos. A mds de los pretorianos fué acuartelada en Italia, no lejos de Roma, una legién provincial completa (la 2 partica), caso inaudito en toda la historia del Imperio. Igualmente inaudito fué el hecho de que Severo asumié para Italia el titulo de procénsul, que los emperadores precedentes se habian reservado sdlo para las provincias. La potestad proconsular, que sdlo podia ejercerse en las provincias, caia asi también sobre Italia. Paralelamente al debilitamiento de la funcién politica de los italos se iban consolidando también los derechos de los provinciales. Las ciudades provinciales fueron liberadas de algunas servidumbres: a muchas de ellas se les concedicron derechos de colonia romana y el Ilamado “derecho italico”, que significaba liberacién de impuesto territoriales y pro ca- pite. Alejandria de Egipto fué la primera en ser organizada como municipio. Con Severo se produjo una nueva disminucién de la im- portancia del senado. El emperador no quiso perdonar a los senadores el apoyo que le habian dado a sus adversarios; mu- chos de ellos lo pagaron con la vida y la confiscacién de sus bienes, El senado siguid existiendo formalmente, pero sus fun- ciones fueron reducidas a cero, Toda su actividad legislativa , se limité a escuchar y aprobar los edictos del emperador. El nombramiento de los magistrados (cénsules, etc.) se volvid asunto de competencia del emperador, y el senado sdlo era puesto en conocimiento de ello. Por otra parte, también la funcién de estos magistrados se habia vuelto insignificante. En compensacién, crecid la importancia de los funcionarios imperiales. Esto fué particularmente evidente en lo que respecta al prefecto de los pretorianos, que s¢ convirtid en el sustituto del emperador en el campo del procedimiento judicial. Fué por esto que para el cargo de prefecto pretorio se empezaron a nombrar insignes juristas; con Severo ocupé el cargo el fanioso Papiniano. De este modo, con Septimio Severo se hizo cada vez mas evidente el cardcter autocratico de la autoridad imperial. El régimen militar, unido a las reformas, mejoré en muchos sentidos la situacién del Imperio, Pero la atmésfera general seguia siendo alarmante, como lo demuestra el hecho siguiente. En la segunda mitad del periodo del reinado de Severo, un HISTORIA DE ROMA 191 tal Bulas, un italo, reunié una banda de cerca de 600 hombres de la cual formaban parte esclavos, desertores e incluso funcio- narios de gobierno, y con ella saqueé Italia durante dos afios. Aprovechando el apoyo de las poblaciones mds pobres, utili- zando tanto la astucia como la corrupcién, Bulas se habia hecho inatrapable. A un centurién que fué tomado prisionero y luego dejado en libertad, le dié la siguiente orden: “‘Aconseja a los amos que alimenten bien a sus esclavos para que éstos no se vean obligados a pasarse a los bandidos”, Por fin el empera- dor, irritado, envié contra Bulas una poderosa unidad de pre- torianos y caballeria. Sdlo asi se logré detenerlo y liquidar su banda; pero con todo, siempre gracias a la traicién. El movi- miento de Bulas, andlogo al de Materno, demuestra a qué grado habia Ilegado la disgregacién del aparato estatal, a pesar de todas las reformas. Caracalla.— Ya en el 196 Severo habia proclamado César a su hijo Basiano, con el nombre de Marco Aurelio Antoni- no12, Basanio tenia en ese momento 8 afios; a los 10, fué nombrado co-reinante con el titulo de Augusto. A fines de su reinado, Severo hizo lo mismo con su segundo hijo, Geta. En el 211, cuando murié en Britania durante la guerra con las tribus indigenas 18, quedaron en Roma dos emperadores lega- Jes. Los dos hermanos se odiaban a muerte y cada uno de ellos tenia el apoyo de una parte de los cortesanos y de la pobla- cién. En el 212, durante una discusién, Basiano maté-a su hermano entre los brazos de su madre Julia Domna. El emperador Marco Aurelio Severo Antonino (212-217), conocido por el sobrenombre de Caracalla 1, heredé el severo cardcter de su padre; pero en él ese rasgo se trasformé en crueldad. Después de la muerte de su hermano, Caracalla se vengé de sus partidarios activos o simpatizantes, y el propio Papiniano fué condenado. Caracalla se ocupé poco de los asuntos de estado, dejandole la direccion a Julia Domna. Las __ 182 Septimio Severo se consideraba oficialmente hijo de Marco Aure- lio y hermano de Cémodo, Esta adopcién ficticia post mortem le era necesaria para consolidar su propia dinastia. 168 Desde entonces y durante G0 afios todos los emperadores muric- ton de muerte violenta, 164 El sobrenombre parece debetse a la capa con capuchén que usa- ban los galos, que Basiano puso de moda en Roma, 192 8. I. KOVALIOV lineas fundamentales de politica interna, establecidas por Sep- timio continuaron siendo desarrolladas; los soldados fueron colmados de recompensas, y de toda clase de prodigalidades; el sueldo fué aumentado de nuevo, con gran perjuicio de las finanzas. Es posible que a esto se haya debido el famoso edicto del 212, que concedia el derecho de ciudadania a cualquier habitante libre del Imperio, con tal que estuviese inscripto en alguna comunidad (constittutio Antoniana). Se supone que de este modo el gobierno romano esperaba unificar el sistema de impuestos y aumentar las entradas. De todos modos, cuales- quiera que fuesen las causas directas que determinaron el edicto del 212, hay que considerar el hecho de que, histérica- mente, representa la culminacidn de la politica tradicional del Imperio romano, de la politica iniciada por César y desarrolla- da por Claudio, Vespasiano, Adriano y Septimio Severo, dirigi- da a ampliar la base social del Imperio. La politica exterior de Caracalla en parte se fijé el objetivo de consolidar las fronteras (y en este sentido no defraudé las antiguas tradiciones), en parte traté de dar de vivir a los sol- dados. Dos veces combatié Caracalla sobre el Danubio, pero sin obtener resultados notables; luego marché contra los partos, sofiando con las empresas de Alejandro de Macedonia. Durante su permanencia en Oriente, aproveché la ocasién para vengarse de los alejandrinos, que en su momento se habian mostrado partidarios de Geta. En el 215 Alejandria fué entregada al saqueo de los soldados. i La guerra contra los partos se prolongé por mucho tiempo y_ no fué precisamente gloriosa para las armas romanas; el ejército no estaba preparado para ella. Por eso se produjo el descontento, agudizandose aun mas por la crueldad de Caracalla, Se organizé un complot dirigido por el prefecto pretoriano Marco Opelio Macrino, mauritano de origen. En abril del 217 Caracalla fué muerto y después de tres dias Macrino fué pro- clamado emperador, El ejército y Roma lo reconocieron. Julia Domna se suicidé. Macrine,— Como prefecto de los pretorianos, Macrino go- zaba de gran popularidad; pero al convertirse en emperador no supo superar las dificultades vinculadas a su alto cargo. El ejército, viciado por los Severos, esperaba nuevas regalias, pero Macrino no sabia a dénde recurrir y se vid incluso obliga- HISTORIA DE ROMA 193 do a reducir los sueldos. La guerra contra los partos anduvo mal y terminé vergonzosamente con la compra de la paz a precio de oro, En el ejército sirio se produjeron motines y se empezé a buscar un nuevo emperador, La difunta esposa de Septimio Severo, Julia Domna, pro- venta de la ciudad siria de Emesa y era hija del gran sacerdote del dios Sol, Heliogdbalo. Tenia una hermana, Julia Mesa, y ésta dos hijas: Solmia y Mamea. La mayor, Solmia, habia tenido, del matrimonio con un tal Vario Marcelo, un_ hijo: Vario Avito Basiano. Después de haber subido Macrino al trono y haberse suicidado Julia Domna, toda la familia fué exilada a Emesa, donde a Basiano se lo eligié sacerdote del Sol. Julia Mesa, mujer enérgica y autoritaria, decidié aprove- char el descontento del ejército sirio contra Macrino para obtener el trono para su sobrino. Empezé asi una agitacién entre las tropas, basada en la popularidad que habian tenido Septimio Severo y Caracalla, Se prometieron a los soldados generosas “‘recompensas” en lugar de la mezquina politica de Macrino. Preparado el terreno, los conspiradores proclamaron en el 218 emperador a Basiano, con el nombre tradicional de Marco Aurelio Antonino, Las tropas que habian permanecido fieles a Macrino fueron derrotadas frente a Antioquia y el propio emperador fué capturado y muerto mientras huia hacia Occidente. Habia reinado poco mas de dos aiios y durante todo €se tiempo no estuvo ni siquiera una vez en Roma. Heliogébalo.—El nuevo emperador asumié el nombre de Heliogabalo como nombre propio complementario, y con él pasé a la historia. Dejé Emeso, pero no abandond sin embargo sus deberes sacerdotales. El senado se vid forzado a escoger en la religion romana al “invicto dios sol Heliogdbalo”, de quien el emperador fué sacerdote supremo. Para el nuevo dios se construyé un templo cercano al palacio imperial, en el Palati- no, adonde fué trasladado el altar de la diosa Vesta junto con las otras reliquias sagradas del Estado romano, Este hecho demuestra no sdlo la extravagancia del emperador, sino tam- bién el servilismo del senado; revela también que en Italia y en Jas regiones orientales del Imperio se habjan difundido en aquellas época distintas creencias y cultos orientales que habian creado una variada mezcla religiosa. Este sincretismo religioso 194 $8 f ROVALIOV creé la base sobre la cual por el mismo tiempo comenzé a difundirse rapidamente el cristianismo (ver luego) . ; Sin embargo, el viraje decisivo hacia el Oriente no podia menos que provocar la protesta de vastos circulos sociales. a oposicién a la politica orientalista de Heliogabalo se vid refor- zada por el descontento que provocaba la conducta del joven emperador y el circulo de sus cortesanos. Si bien es ee que en este punto en Roma no quedaba mucho de qué maravillarse, lo que sucedia en Ja corte de Heliogbalo superaba cones medida. A pesar de su juventud, el emperador era corrompido al extremo. Era un pervertido sexual; las escenas de libertinaje que se producian en el Palatino superaban en mucho a las orgias de Caligula, Nerén y Cémodo. Las personas mis cates: nas al emperador, su madre Soemia, el favorito Hierocles, el prefecto de Roma Fulvio, el ministro de finanzas Eubulo y otros, disipaban abiertamente el dinero del Estado y se permi- tian abusos inauditos. satiny» La abuela de Heliogabalo, Julia Mesa, que al principio dirigia todos los negocios de estado, comprendié pronto que su “criatura” era absolutamente incorregible y que no sélo seria incapaz de consolidar la dinastia sino que, por el contrario, la arruinaria inevitablemente. Por eso convencié a Heliogabalo, de que adoptase a su primo Alejandro, hijo de Mamea, y lo proclamara César. Inmediatamente después, Heliogdbalo, en- tonces de 18 afios de edad, fué muerto por los pretorianos junto con toda su camarilla (a principios del 222) . Alejandro Severo,— Alejandro fué proclamado emperador con el nombre de Marco Aurelio Severo Alejandro. ‘Tenia apenas 13 afios y medio. De los asuntos de estado se ocupo al principio Julia Mesa y luego, cuando ésta mee! Mamea. Alejandro era todo lo opuesto a su primo; habia recibido una optima educacién en el espiritu del sincretismo cultural de entonces, con preyalencia de ideas estoicas y religioso-filos6fi- cas, La abuela y la madre Io habian preparado con dedicaci6n para su futuro desempefio como gobernante y habia crecido conciente de su responsabilidad. Sin embargo Alejandro fué extremadamente débil y décil de cardcter. Hasta el fin de sus dias siguié sometido a la influencia de Mamea, mujer autori- taria y severa, de cardcter similar al de la madre, Julia Mesa. HISTORIA DE ROMA 195, Mamea vigilaba al hijo en las cosas mas minimas, tratando de salvaguardarlo contra cualquier mala influencia. La caida de Heliogibalo dié la pauta para una reaccién en el sentimiento de regreso a los “yerdaderos’ principios romanos. El dios sirio fué expulsado del Panteén romano, su templo destruido y todas las reliquias sagradas volvieron a su sitio anterior. Pero la reaccién no se limité solamente al culto. Durante el reinado de Alejandro Severo, los altos circulos de Ja sociedad romana representados por el senado hicieron una tentativa para destruir el régimen militar y restaurar su anti- gua situacién privilegiada y su influencia directa sobre los asuntos de estado. El senado volvid a ocupar una posicién influyente: como en los tiempos de Augusto, entre sus miem- bros se eligié un comité especial, con el cual el joven empera- dor se aconsejaba sobre todas las cuestiones mds importantes y que de hecho ponia en practica la politica de la “augusta madre” Mamea. Otras de sus “criaturas” eran el prefecto pre- torio Domicio Ulpiano, el mayor jurisconsulto de la época, y su ayudante Julio Paulo. Las tendencias civiles triunfaron n todos los sectores de la vida en agudo contraste con el carac- ter militar de la politica de ios primeros Severos. Sin embargo todo esto no trajo ninguna mejora. La grave situacién de las finanzas estatales obligé al gobierno a disminuir el sueldo de las tropas y el mtimero de cargos de centurién, altamente recompensados 1°; medida que naturalmente provocd un agudo descontento en el ejército, sobre todo por su contraste con el generoso comportamiento de Caracalla y Heliogabalo, Mamea y su gobierno fueron acusados de avaricia. Empezaron las rebeliones de soldados. Los desérdenes estallaron en la pro- pia Roma; durante tres dias se produjo en las calles de la ciudad la lucha entre la poblacién y los pretorianos, odiados por su disolucién y también porque en su mayoria eran bd ros reclutados en las legiones provinciales. La rabia de los pretorianos encontré un desahogo en la persona de su jefe, Ulpiano, que arrancado literalmente de las manos del empera- 165 Para salir de la grave situacién financiera, Mamea habia dismi- nuido la cantidad de metales nobles en las monedas, Este procedimiento habia sido adoptado ya por Septimio Severo. El mejoramiento proviso- tio de Tas finanzas que esto trajo aparejado, termind Inego en un ‘empeo- Tamiento mis grave, 196 8. 1. KOVALIOV dor y de Mamea, que intentaban defenderlo, fué muerto ante sus ojos (228). } 3 A pesar de las buenas intenciones del gobierno de ali el gravyamen fiscal, las dificultades financieras lo obligazen a aumentar los impuestos. Aumentaron especialmente los direc- tos, que gravaban con todo su peso al campo. La poblacién sufriéd por esto y presa de la desesperacién se dispersé por todas partes. Las calles se volvieron inseguras por la cantidad de bandidos y la pirateria en el mar asumid proporciones tales que detuvo casi por completo el comercio. Mientras tanto en Oriente, en el Iran, se producian hechos gravidos de consecuencias para los romanos. En el Estado de los Partos habia estallado una revuelta; la dinastia reinante de los Arsacidos, debilitada por continuas discordias, habia sido despuesta por Artajerjes (Ardashir), gobernador de Per- sia, y el Irén habia sido unido bajo el poder de los Sasdnidos, nueva dinastia puramente persa. Los elementos persas obtuvie- ron asi la delantera en Oriente. El movimiento habia tenido como pretexto Ia restauracién de la antigua religion del Iran, la de Zaratustra, y de la antigua monarquia persa de los Aqueménides, destruida en el pasado por Alejandro de Mace- donia. Los nuevos gobernantes de Iran tenian la intencidén de, expulsar a los romanos de Oriente. Hacia el 230 las tropas per- sas invadieron Siria y Capadocia, destruyendo las guarniciones romanas. El peligro era tan grande que Mamea decidié ir con su hijo a Oriente. En las provincias danubianas se reunid un gran ejército romano que fué trasladado a Antioquia. En Siria la situacién era alarmante no sélo por la amenaza persa, sino también porque en Emesa habia aparecido un tal Uranio Antonino que se hizo proclamar emperador. Eliminado Ura- nio, las tropas de Egipto proclamaron emperador a un nuevo usurpador, de nombre Taurino. También éste fué vencido, pero todos estos hechos fueron como una amenazadora profe- cia para la dinastia de los Severos. 1 El mando romano elaboré un complicado plan ofensivo contra los persas. Las tropas fueron divididas en tres ejércitos: septentrional, meridional y central. La primera debia mover- se desde Capadocia, a través de Armenia, a la Media; la segunda, yendo en direccién sur-este, tendria la misién de HISTORIA DE ROMA 197 apoderarse de Babilonia; la tercera, al mando personal del emperador, debia cortar la Mesopotamia. Los tres ejércitos se reunirian finalmente del otro lado del Tigris. Las operaciones tuvieron mayor éxito en la direccién norte, donde los persas evacuaron Armenia. En cambio el ejército central se movia muy lentamente a causa de la presencia del emperador y de Mamea, que impedian sus desplazamientos. La madre, muy afectuosa, temia por su hijo, y preferia que la gue- rra la terminasen otros. Por fin, con el pretexto de una enfer- medad del emperador, a quien se dijo no le sentaba el aire de la Mesopotamia, la corte se quedo en la retaguardia y el ejercito tuvo la posibilidad de moverse con mayor rapidez. Pero aun antes de que pudiese alcanzar el Tigris, fué atacada por numerosas fuerzas persas. Los romanos, tomados por sor- presa como ficil blanco para los magnificos arqueros iranios, se vieron forzados a retirarse. Al haber cedido el ejército principal, los otros dos tuvieron que retirarse. La marcha de regreso, en pleno invierno, a tra- vés de Armenia, fué fatal para el ejército septentrional; tam- bién la meridional sufrié duramente por la aspereza del clima. Finalmente, los restos del ejército romano se reunieron en Antioquia. El descontento hacia el inepto emperador y su madre invadid. a todo el ejército; sélo con generosos regalos se logré calmarlo provisoriamente. Por suerte para los romanos, los persas no aprovecharon Sus éxitos e interrumpieron las operaciones militares. La corte se habia entregado a las diversiones en Antioquia, cuando lle- garon del norte nuevas noticias alarmantes. En el Danubio los birbaros habian roto la linea fortificada y sus correrias llega- ban hasta las fronteras de Italia. De regreso de Oriente, las tropas romanas restablecieron Ia situacién y consolidaron la linea defensiva danubiana. En el 233 el emperador regresé a Roma, donde celebré el triunfo... jpor sus “victorias” sobre los persas! Al aiio siguiente la madre y el hijo tuvieron que acudir a Ja frontera del Rin, donde se habia venido creando una situa- cién catastrofica, La politica de los wltimos emperadores, que habia permitido el establecimiento en vasta escala de tribus barbaras a lo largo de la faja fronteriza, habia tenido resulta- dos fatales: la defensa de las fronteras resulté grandemente 198 Ss. I. KOVALIOV perjudicada. Los escuadrones romanos habianse visto obligados a retirarse sobre la margen izquierda del rio, El emperador Hegé a Maguncia; el ejército romano fué completado con nue- yos reclutamientos en Tracia y en Panonia y se incluyeron también tropas mauritanas y sirias. Sobre el Rin se construyé un puente de barcas; el ejército ardia del deseo de recuperarse de los fracasos en la guerra contra los partos. Pero el emperador no estaba en absoluto dispuesto a com- batir y habria preferido comprar la paz. Con este fin envié a Germania una embajada, ofreciendo una fuerte suma de dine- to, mientras él y su corte se distraian con carreras y otras diversiones. La noticia de la vergonzosa paz hizo perder la paciencia a los soldados. En ese tiempo, uno de los personajes mas populares en el ejército era Cayo Julio Vero Maximino. Originario de Tracia, se decia que en su juventud habia sido pastor. Con Septimio Severo, entré en Ja caballeria aliada, donde habia hecho una rdpida carrera gracias a su extraordi- naria fuerza, a su estatura colosal y a su valor personal. Con Alejandro, Maximino habia ocupado ya cargos importantes y una vez Iegé a gobernador de provincia. Durante la expedi- cién a Germania, el emperador Je habia confiado la instruccién de los reclutas. Pronto Maximino se conquist6 entre éstos su amor y respeto, por la diligencia con que cumplia su deber y: por el dptimo trato que daba a los soldados. Ademds los reclutas provenian casi todos de los “barbaros” y para ellos tenia no poca importancia el hecho de que también su jefe era del mismo origen. Una mafana de marzo del 235, habiéndose reunido los reclutas como de costumbre para la instruccién, a la Megada de Maximino lo saludaron con fuertes gritos, le hicieron colocar un vestido de purpura que habian traido especialmente y lo proclamaron emperador. Dado el procedimiento, Maximino se mostré un poco indeciso, no sabiendo si aceptar o no tal honor, pero pronto cedié a los ruegos y a las amenazas de los soldados. EI campamento de los reclutas se encontraba a una jornada de marcha del grueso de las tropas, y Alejandro se enteré de la revuelta el mismo dia. Aterrorizado y Horando se precipité fuera de su tienda y conté lo sucedido a los soldados, que se habian reunido en torno suyo, lamentandose amargamente de la negra ingratitud de Maximino. En un primer momento los HISTORIA DE ROMA 199 soldados demostraron fidelidad al emperador y prometieron defenderlo con todas sus fuerzas. Pasé una noche de alarma, A la mafiana temprano aparecié a lo lejos una nube de polvo y resonaron fuertes gritos. Ale- jandro reunié de nuevo a los soldados para convencerlos de marchar contra los rebeldes; pero durante la noche los 4nimos habian cambiado, los soldados se mostraron indecisos y no tomaban las armas. Empezaron a oirse voces que reclamaban Ja entrega de todos los consejeros del emperador como prin- cipales responsables del pasado; otras reprochaban a la madre del emperador su avaricia, exigiendo su alejamiento. Mientras tanto, los rebeldes habian llegado hasta las puertas y habian empezado a llamar a sus companeros, exhortdndolos a unirse a ellos. Hubo ain algunos minutos de indecisién; luego las puertas fueron abiertas, la masa de los soldados fué a ponerse del lado de los rebeldes y Maximino fué reconocido por todo el ejército. Abandonado por todos, Alejandro, totalmente desalentado, Iegé a duras penas a su tienda. Caido en los brazos de su madre, hablaba, Iloraba y la acusaba de haberlo evado a Ja ruina con su politica irracional. En ese estado Io sorprendieron los centu- riones enviados por Maximino, que lo mataron sobre el pecho de Ja madre. Mamea y los cortesanos que no habian logrado huir corrieron Ia misma suerte que el emperador. Antecedentes y cardcter de la crisis del siglo m.— El vergon- zoso fin del ultimo representante de la dinastia de los Severos marcé el comienzo de una aguda crisis politica que envolvié a todo el Imperio y se arrastré durante casi 50 afios. En las paginas anteriores ya hemos indicado, mas de una vez, los factores que prepararon esta crisis. Volveremos ahora al tema para abrazar el fenémeno en su conjunto. El Imperio Romano representaba el punto culminante del largo desarrollo histérico del Mediterraneo. Mucho antes del nacimiento de Roma, en los milenios m y mm a.C., en la mitad oriental de esta cuenca existian ya las antiguas monarquias orientales egipcia y babi- Ignica, el Estado del Asia Menor de los Hititas, las ciudades comerciales de Fenicia. A mediados del primer milenio, en el dngulo nor-occidental del Mediterraneo, al sur de la peninsula balcanica, en las islas del mar Egeo y sobre la costa del Asia Menor, florecieron las pequefias ciudades-estado griegas. En el

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