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“Art. 160: El contrato de trabajo termina sin derecho a indemnización alguna cuando el empleador le ponga
término invocando una o más de las siguientes causales: (…) 7. Incumplimiento grave de las obligaciones que
impone el contrato.”
Requisitos que la jurisprudencia considera para configurar esta causal de despido (incumplimiento
grave de deberes):
Primer requisito: Tiene que haber incumplimiento contractual o bien, no cumplir un deber u
obligación establecida en el contrato de trabajo.
Pese a sonar bastante obvio, los contratos de trabajo en nuestro caso, no están hechos para
prever todos los deberes que debe cumplir un trabajador y por tanto, los deberes u obligaciones
que debe cumplir el trabajador no son solamente aquellas obligaciones establecidas en el
contrato. En consecuencia, emanan obligaciones laborales de otros instrumentos fuera del
contrato de trabajo, como por ejemplo, las obligaciones contenidas en el Reglamento Interno.
Recordar que el reglamento interno es muestra del poder normativo del empleador, indica la
facultad de crear reglas generales para los trabajadores bajo su dependencia y subordinación. De
aquí, que cuando nos encontramos ante obligaciones unilateralmente establecidas por el
empleador en el reglamento interno, pese a que no es un instrumento contractual, la
jurisprudencia lo valida como una fuente de naturaleza contractual. De este modo, se amplía el as
de deberes que debe cumplir el trabajador.
Así, el contenido del contrato es flexible y contiene todo aquello que emana de la buena fe de las
partes, además del contenido propiamente jurídico del contrato.
Cuando hablamos de buena fe contractual, nos referimos a que la buena fe contractual implica el
comportamiento leal y honesto al momento de contratar, durante la permanencia del contrato y
una vez terminada la relación contractual. Este comportamiento leal y honesto, pese a no estar
establecido en el contrato, se entiende parte del contenido de la relación laboral. Ejemplo: Quien
tiene a su cargo la operación de una retroexcavadora se entiende que tiene la obligación de
manejarla, pero además, tiene la obligación de operarla “correctamente, adecuadamente”. Otra
fuente de obligaciones de la relación laboral que corre en paralelo al reglamento interno y al
contrato de trabajo, son las instrucciones que da el empleador. Por ejemplo, en instructivos de
operación de maquinaria o computación, donde establece que el trabajador debe apagar el
computador con la finalidad de proteger el acceso comercial en los computadores de la empresa.
Si el trabajador no cumple con esta instrucción y deja el computador prendido con el resultado de
una filtración de información comercial importante, se podría configurar la causal de despido por
incumplimiento grave de deberes.
En consecuencia, el as de deberes o el abanico de deberes que debe cumplir el trabajador es
mayor que las obligaciones establecidas en el contrato. Por tanto, las obligaciones que considera
esta causal son:
Segundo requisito: Dicho incumplimiento contractual debe tener una consecuencia GRAVE o
bien, una consecuencia de entidad grave.
“Art. 161: Sin perjuicio de lo señalado en los artículos precedentes, el empleador podrá poner término al
contrato de trabajo invocando como causal las necesidades de la empresa, establecimiento o servicio, tales
como las derivadas de la racionalización o modernización de los mismos, bajas en la productividad,
cambios en las condiciones del mercado o de la economía, que hagan necesaria la separación de uno o más
trabajadores. La eventual impugnación de las causales señaladas, se regirá por lo dispuesto en el artículo
168.
En el caso de los trabajadores que tengan poder para representar al empleador, tales como gerentes,
subgerentes, agentes o apoderados, siempre que, en todos estos casos, estén dotados, a lo menos, de
facultades generales de administración, y en el caso de los trabajadores de casa particular, el contrato de
trabajo podrá, además, terminar por desahucio escrito del empleador, el que deberá darse con treinta días de
anticipación, a lo menos, con copia a la Inspección del Trabajo respectiva. Sin embargo, no se requerirá esta
anticipación cuando el empleador pagare al trabajador, al momento de la terminación, una indemnización en
dinero efectivo equivalente a la última remuneración mensual devengada. Regirá también esta norma
tratándose de cargos o empleos de la exclusiva confianza del empleador, cuyo carácter de tales emane de la
naturaleza de los mismos.
Las causales señaladas en los incisos anteriores no podrán ser invocadas con respecto a trabajadores que
gocen de licencia por enfermedad común, accidente del trabajo o enfermedad profesional, otorgada en
conformidad a las normas legales vigentes que regulan la materia.”
Importancia de esta causal: Da derecho a indemnización por años de servicios e indemnización
sustitutiva en caso de que el empleador no de aviso previo en un plazo de 30 días.
Procedencia de la causal: El Código del Trabajo contempla esta causal de despido en las
siguientes situaciones:
1. Racionalización de la empresa que hagan necesaria la separación de uno o más
trabajadores.
2. Modernización de la empresa que hagan necesaria la separación de uno o más
trabajadores.
3. Bajas en la productividad de la empresa que hagan necesaria la separación de uno o más
trabajadores.
4. Cambios en las condiciones del mercado que hagan necesaria la separación de uno o más
trabajadores. Ejemplo: baja en la oferta o demanda del mercado.
5. Cambios en las condiciones de la economía que hagan necesaria la separación de uno o
más trabajadores. Ejemplo: crisis económicas.
En todos los casos anteriores se indica que debe ser NECESARIA la prescindencia del trabajador. Es
decir, deben existir condiciones OBJETIVAS del mercado que requieran el despido del trabajador.
En la práctica, esta causal es una “bolsa de gatos” porque contiene muchas causales. Ejemplo: En
el caso de la reestructuración de la empresa que implica el despido de determinadas personas. La
jurisprudencia trata esta causal como una causal económica de tipo objetivo: no le importa si el
empleador quiere reestructurar la empresa “alocadamente” o quiere eliminar un área completa
porque considera que así va a “producir mejor”. Lo que importa es que exista una causal
económica objetiva que obliga al empleador a despedir un trabajador. No procede cuando el
empleador quiere hacer cambios de gestión porque tiene problemas de gestión o mala
administración de la empresa. Tampoco procede cuando “le está yendo mal en su negocio” o
cuando tiene problemas financieros. En estos dos casos la jurisprudencia mayoritaria dice que
no procede el despido por necesidades de la empresa. O sea, el empleador no puede despedir
cuando el problema económico se ha producido por el mismo en una mala gestión: no puede
invocar una razón de economía objetiva cuando ha sido el mismo quien gatilló esa situación.
En consecuencia, el despido por necesidades de la empresa procede cuando “hay una causa
económica externa a la empresa”. Ejemplo: por una crisis económica.
Además, la jurisprudencia entiende que esta causal debe contener los siguientes requisitos:
Nota: El desempeño de un trabajador NO puede servir como argumento para alegar necesidades
de la empresa. La jurisprudencia desde el 2011 ha eliminado este argumento. El “desempeño”
implica estar bajo un estándar de rendimiento óptimo del trabajador, alejándose del supuesto de
aplicación de necesidad de la empresa provocado por una superposición de la economía o el
mercado que obliga al empleador a despedir al trabajador. No se trata tampoco de un problema
de incumplimiento. El despido por desempeño se asocia a un “despido libre”. En Chile el despido
puede ser motivado sólo por causas legales (“no me pueden despedir por no ser bueno a ojos de
mi empleador”).
Como bien se ha señalado, la importancia del despido por necesidad de la empresa, radica en la
obligación de indemnizar al trabajador. Da derecho a indemnización por años de servicios e
indemnización sustitutiva en caso de que el empleador no de aviso previamente (30 días).
Es necesario recordar que al momento de despedir un trabajador por necesidades de la empresa, el
trabajador que recibe la carta de despido debe observar que en ella se “debe indicar
específicamente el monto de la indemnización por término de contrato”. La importancia de la
carta de despido por necesidades de la empresa radica en su funcionalidad judicial, pues se trata
de un título ejecutivo, refleja un derecho indubitado, tal como una sentencia ejecutoriada. En la
práctica, la carta de despido permite ir un tribunal de cobranza judicial y perseguir el pago de la
indemnización. “Tiene más diente que un juicio por necesidades de la empresa”, porque el
tribunal de cobranza iniciará un juicio ejecutivo (conocido como “el embargo”) en contra del
empleador hasta que pague la indemnización o bien, hasta que alegue haberla pagado.
Adicionalmente la ley establece un recargo de hasta un 150% en caso de que el juez observe que
el empleador no ha pagado.
En consecuencia, la carta de despido es un documento de importancia patrimonial y jurídica
porque “es el acto que desvincula”. Luego, el finiquito es “sólo una forma de cerrarlo” y se trata de
una convención. Cuando decimos que se trata de una convención, nos referimos a que se trata de
un acuerdo de voluntades y por ende no se puede obligar a firmar una convención; tampoco me
pueden forzar a firmar el finiquito. Se recomienda en este caso “reservas las acciones pertinentes
al momento de firmar”. Del mismo modo, si el empleador no quiere pagar la indemnización, se
recomienda ir a un tribunal de cobranza y pedir un recargo del 150% por no pago.
Nota: Es importante recordar que la firma del finiquito puede hacerse con reserva de derechos.
Sin embargo, esta reserva no es general ni genérica, debe ser específica pues son derecho estricto
y el juez las valorará de ese modo. En consecuencia, firmo y escribo por ejemplo: “Me reservo las
acciones de despido injustificado”, “Me reservo el pago del bono trimestral”, “Me reservo el pago
de horas extraordinarias”, “Me reservo la acción de despido con vulneración de Derechos
Fundamentales”, etc.
Nota: El plazo para interponer la demanda de despido injustificado es de 60 días hábiles. Este
plazo se suspende si interpongo la denuncia en la inspección del trabajo, pero nunca podrá
superar los 90 días de plazo desde que se produce el despido.