Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
INTRODUCCIÓN
El trabajo de modelación del acuífero que se desarrolla sobre de la margen derecha del río
Mendoza se ha realizado en el marco del proyecto: “Avance en el conocimiento de la dinámica
hídrica de la subcuenca El Carrizal – Área de restricción margen derecha del río Mendoza”
(Informes técnicos: IT Nº 42 y 55 - CRA), como resultado del convenio realizado entre el
Departamento General de Irrigación y el Instituto Nacional del Agua.
En esa área se desarrolla una importante actividad agrícola–industrial que se sustenta por el
uso de las aguas superficiales y subterráneas provenientes principalmente del río Mendoza.
El uso del agua subterránea para la agricultura e industria, y la decreciente tendencia del
derrame medio del río Mendoza en las últimas décadas, ha ocasionado un déficit hídrico que se ha
manifestado en los cálculos de los balances hidrológicos, y se refleja en el descenso de los niveles
piezométricos del acuífero. Ello indujo al Departamento General de Irrigación a tomar medidas de
restricción preventivas respecto de la explotación del agua subterránea y a requerir estudios más
precisos sobre el comportamiento y capacidad del acuífero allí existente.
Principalmente se analizaron los aspectos hidrológicos del cuerpo acuífero que se encuentra
bajo el área, que se extiende al sur del río Mendoza y alcanza al río Tunuyán y al Dique Embalse El
Carrizal, conocida como Subcuenca El Carrizal.
OBJETIVOS
Estrictamente, la subcuenca El Carrizal tiene como límite norte al tramo del cauce del río
Mendoza comprendido entre su desembocadura y un punto ubicado 1000 metros aguas abajo del
dique Las Compuertas; luego continúa por la línea divisoria de agua subterránea hasta el cruce de
las rutas nacionales nº 7 y nº 40 aproximadamente, al sur de la localidad de Perdriel (Figura 1). Se
extiende hacia el sur hasta el río Tunuyán y el dique El Carrizal. Tiene una superficie aproximada
de 600 km2. Abarca parte de los departamentos Luján de Cuyo y Tupungato.
INFORMACIÓN
Para la implementación del modelo fue necesario recopilar información en las distintas
dependencia del Estado Nacional y Provincial y obtenerla además en forma directa en el lugar de
estudio mediante tarea censal.
Información recopilada
Las visitas a las explotaciones se llevaron a cabo por el sistema de barrido. Las entrevistas,
generalmente a propietarios o encargados de las explotaciones, se concretaron mediante el llenado
de dos tipos de formularios de encuestas: uno orientado a caracterizar la explotación y otro a
establecer la presencia y algunas características de las perforaciones que extraen o extrajeron agua
subterránea.
Una síntesis extraída de los datos censales depurados, es la que se detalla a continuación:
En relación con las especies cultivadas, los resultados generales obtenidos expresados en
hectáreas son los siguientes:
Uno de ellos es el sistema agua - suelo - vegetación, en el cual el cuerpo físico al que
ingresan y del que egresan los componentes del flujo es el suelo explorado por las raíces de las
plantas. Esa aplicación, a través del tiempo, permite conocer el estado hidrológico de ese cuerpo en
un momento dado, así como la incidencia de cada uno de los componentes.
- La infiltración, por la cual el agua pasa a través de la superficie del terreno ingresándola al
suelo y haciendo posible su almacenamiento en el mismo.
- La percolación, según la cual el agua se mueve hacia abajo por entre los poros del
subsuelo; cuando en ese movimiento el agua supera la profundidad que exploran las raíces
y se pone fuera de su alcance, se dice que egresa del suelo para percolar a través del
subsuelo.
- La evapotranspiración por la que el agua, ingresada y almacenada entre los poros del
suelo, es evaporada a través de la superficie de este y transpirada por las plantas, egresando
del mismo y regresando a la atmósfera.
De allí surgen los tres componentes básicos de flujo para el balance hídrico que se está
describiendo y cuya incorporación a la ecuación vista, para un período de tiempo determinado, se
presentan de la siguiente forma:
De esos tres componentes, sólo lo infiltrado constituye un flujo de ingreso, para lo cual es
necesario la previa depositación de agua sobre la superficie del terreno. Esto ocurre cuando llueve,
cuando se riega y cuando discurre agua por los cauces naturales y artificiales.
El agua evapotranspirada origina un flujo de egreso hacia la atmósfera, se evapora desde los
primeros decímetros de suelo y se transpira, a través de las hojas de los vegetales, la que
previamente es absorbida por las raíces. Este egreso esta condicionado por las características de los
suelos, el tipo de vegetación y las condiciones meteorológicas que imperan en el período que se
considere.
El agua que percola, es otro flujo direccionado hacia la profundidad del terreno, es un egreso
del suelo que también ha sido condicionado previamente por la capacidad de almacenamiento de
ése.
El segundo de los sistemas considerados tiene como cuerpo físico, al que ingresan y del que
egresan los componentes de flujo, a la formación acuífera. Lo percolado del suelo, considerado
como egreso del mismo en el balance anterior, sigue su movimiento vertical descendente a través
del subsuelo hasta alcanzar el nivel saturado e incorporarse al volumen almacenado en el acuífero y
se transforma, para este otro sistema, en un flujo de ingreso.
El otro componente de flujo para este sistema no es originado por un fenómeno natural,
como lo han sido todos los considerados hasta ahora, sino que es el resultado de la acción directa
del hombre: el bombeo del agua almacenada en el acuífero. Este bombeo provoca el egreso de agua
del acuífero.
Puede deducirse, aquí también se trata con flujos verticales ascendentes y descendentes, y la
utilización de la ecuación del balance hídrico sólo resuelve lo que se conoce como recarga/descarga
vertical neta del acuífero. Es decir, no contempla los flujos horizontales que, cuando se trata de
cuerpos porosos saturados con alta conductividad hidráulica horizontal suelen tener mucha
importancia.
Dadas así las cosas, el reemplazo en la ecuación del balance hídrico para un período
determinado, se presenta así:
Datos de entrada
En virtud de que el área de la cuenca fue discretizada en 785 celdas activas, los datos para
cada una de ellas se ordenan en tres archivos. En el primero se ingresan los datos que son
establecidos como constantes para cada celda a lo largo del período de ejecución y que caracterizan
a las celdas (superficie cultivada por especie y por fuente del agua que recibe, tipo de acuífero sobre
la que se encuentra la celda, número de curva para la aplicación del método del CN, superficie que
riega cada canal en la celda, coeficiente de pérdida en canales y de eficiencia de riego, estación
meteorológica en cuya área de influencia se encuentra la celda, agua disponible total en el perfil del
suelo según textura para cada especie en cada celda); en el segundo se incluyen los datos
hidrológicos que son variables a través del período, es decir, mes a mes, como las dotaciones de
canal por canal y las lluvias por estación meteorológica; en el tercero se incorporan los datos
meteorológicos vinculados al cálculo de evapotranspiración de los cultivos y de las áreas incultas,
también mes a mes. (Método de Penman-Monteith modificado por FAO).
- Datos meteorológicos
Chacras de Coria:
X: 2.511.897
Y: 6.349.210
Altitud: 920 m.s.n.m.
Perdriel:
X: 2.510.493
Y: 6.338.845
Altitud: 960 m.s.n.m.
Agrelo:
X: 2.505.641
Y: 6.330.869
Altitud: 975 m.s.n.m.
Los datos meteorológicos mensuales requeridos para aplicar ese método son:
Las lluvias mensuales, además de ser utilizadas para los balances, se utilizan para calcular
escorrentía por el método del CN.
La cantidad de lluvias por mes es utilizada en el cálculo del coeficiente de cultivo Kc para
terrenos incultos.
La estación con mayor información para el período setiembre de 1979 a agosto de 1999 es
Chacras de Coria. Tiene un faltante de información sobre velocidad del viento desde setiembre de
1988 a marzo de 1991. También, se encuentra extraviada la publicación del mes de mayo de 1998
con toda su información.
En relación con los valores de fracción de insolación, se tomaron para las tres estaciones las
registradas en Chacras de Coria. De igual forma se procedió con las velocidades del viento, ya que
no parecía existir correlación entre los datos de chacras de Coria y los de las otras dos estaciones.
Para completar la serie de Chacras de Coria respecto de las velocidades del viento, en los meses que
no hubo registros, se utilizaron los valores promedio de la serie histórica 1979/99.
- Datos agronómicos
Los estudios de suelos consultados indican una cierta variabilidad textural en materia de
suelos agrícolas, que van desde francos a franco-arenosos para el área regada con aguas que
provienen directamente del río Mendoza (desde el río Mendoza hasta la picada a Tupungato). El
resto del área hacia el sur carece de un estudio sistemático, por lo que se decidió extenderle las
características texturales mencionadas. Esas texturas de suelo se volcaron sobre la grilla definiendo
el tipo de suelo en las celdas. Del “Cuadro representativo de las propiedades físicas del suelo” del
libro “Principios y aplicaciones del riego” de Israelsen y Hansen, se extrajo la humedad disponible
por cada 1m de profundidad de suelo para cada de esas texturas, según lo siguiente:
Franco-arenoso (FA) 80 mm
Franco-areno-limoso (FAL) 100 mm
Franco (F) 130 mm
Franco-limo-arenoso (FLA) 130 mm
Los Kc mensuales de cultivo utilizados para el cálculo en la evapotranspiración, son los que
se detallan a continuación:
Meses
Cultivos
Set Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago
1 0,60 0,79 0,89 0,90 0,90 0,84 0,75 0,68 0,53 0,40 0,40 0,40
2 0,53 0,64 0,70 0,70 0,70 0,69 0,60 0,46 0,40 0,40 0,40 0,43
3 0,60 0,79 0,89 0,90 0,90 0,84 0,75 0,68 0,53 0,40 0,40 0,46
4 0,64 0,85 0,94 0,95 0,94 0,89 0,80 0,73 0,55 0,40 0,40 0,46
5 0,67 0,68 0,69 0,70 0,70 0,70 0,70 0,70 0,70 0,67 0,65 0,66
6 0,93 1,21 1,25 1,25 1,25 1,22 0,97 0,62 0,44 0,40 0,40 0,54
7 0,67 0,68 0,69 0,70 0,70 0,70 0,70 0,70 0,70 0,67 0,65 0,66
8 0,40 0,40 0,70 0,96 1,13 1,01 0,40 0,40 0,40 0,40 0,40 0,40
9 0,79 0,87 0,81 0,40 0,40 0,40 0,40 0,64 0,64 0,64 0,64 0,68
10 0,81 0,95 0,95 0,95 0,95 0,95 0,95 0,83 0,57 0,40 0,40 0,54
11 0,40 0,40 0,85 0,85 0,85 0,85 0,83 0,81 0,80 0,40 0,40 0,40
12 0,81 0,40 0,40 0,40 0,40 0,40 0,40 0,60 0,80 0,80 0,80 0,80
13 0,81 0,83 0,85 0,85 0,85 0,85 0,83 0,81 0,80 0,80 0,80 0,80
14 0,40 0,40 0,40 0,40 0,40 0,40 0,40 0,40 0,40 0,40 0,40 0,40
- Datos de superficies
Todas las celdas activas contienen terrenos cultivados o incultos o ambos. Cada celda
contiene uno o más grupos de cultivos con la superficie que abarca cada uno e identificadas con la
fuente de agua de la cual se proveen: agua superficial exclusiva, agua subterránea exclusiva, uso
conjunto de agua superficial y subterránea o secano.
Para procesar la información de cada celda se elaboró un programa que vincula la base de
datos con el parcelamiento existente en las hojas catastrales, relacionando nomenclaturas catastrales
y coordenadas.
Cada celda de 100 ha, tiene incorporadas las superficies cultivadas o no, discriminadas por
cultivo y fuente de agua de la que se abastece. En la tabla siguiente se representan, como ejemplo,
los datos de la celda 541, tal cual se incorporan en el archivo mencionado. En la 1ª columna se
identifican las fuentes del agua que utilizan. SUP significa agua superficial exclusiva, SUB agua
subterránea exclusiva, SPB uso conjunto y SEC secano. Fuera de la tabla, en la parte superior, se
identifican los cultivos de 1 a 14. La matriz se rellena con datos de superficie. Así, la celda 541
tiene 0,8949 ha de vid parral regada con agua superficial, 21,2225 ha de vid parral regadas con agua
subterránea, 22,3208 ha de vid parral más 23,9106 ha de vid espaldero más 0,3414 ha de forestales
de hoja caduca regadas con agua superficial y subterránea conjuntamente, además de 31,3098 ha
incultas que reciben exclusivamente agua de lluvia.
Cultivos
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14
541SUP 0,8949 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000
541SUB 21,2225 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000
541SPB 22,3208 23,9106 0,0000 0,0000 0,0000 0,3414 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000
541SEC 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 31,3098
En la siguiente tabla se detallan los tipos de vegetación considerados para toda el área de
modelado y para la subcuenca El Carrizal y las superficies que abarcan expresada en hectáreas:
Relacionados con el agua de lluvia que llega al suelo y permanece sobre él para ser
infiltrado, se consideró lo siguiente:
Muchas de las celdas de la cuenca tienen derechos de riego. Usan para regar todos o parte de
sus cultivos con agua superficial exclusivamente o en conjunto con agua subterránea.
Un canal puede regar más de una celda y una celda puede ser regada por más de un canal.
Consecuencia de ello, cada celda con derechos de riego debe vincularse a el/los canales y
determinarse las superficies que cada canal tiene empadronadas en ella.
El mismo programa, ya mencionado antes, que vincula la base de datos con la cartografía,
permitió extraer las superficies que riega cada canal en cada celda.
La información registrada por el DGI acerca del agua distribuida para riego se circunscribe a
las dotaciones de los canales principales. Consecuencia de ello, fue necesario agrupar a los canales
de la red secundaria según el canal principal que la provee de agua.
Todas las celdas que tienen cultivos regados con agua superficial exclusiva o se realiza uso
conjunto, tienen aporte de agua a través de canales que en muchos casos no están
impermeabilizados e infiltran parte de las aguas que conducen. La cantidad de agua que se infiltra,
desde el punto de vista exclusivamente superficial, se pierde. De allí el nombre del coeficiente.
Sin embargo, el modelo no aplica el coeficiente de pérdidas a los canales sino a las celdas.
Todos los canales que riegan una celda infiltran en proporción a lo que establece el coeficiente
aplicado a ella. Es decir, que a cada celda debe aplicarse un coeficiente de pérdidas en canales.
Para ello se tomaron como base estudios sobre pérdidas realizados en el área.
(Chambouleyron, J. y otros, 1982; Hernández, J. 1982; Hernández, J. 2003).
Resultados y discusión
ndoza
Rio Me
yán
T unu
Rio
GRILLA
CELDAS ACTIVAS E INACTIVAS
2
Figura 2.Grilla. Celdas activas e inactivas
Las áreas afectadas a las diferentes fuentes de agua se discriminan así:
De lo anterior surge que sólo el 16,8 % del área se encuentra bajo riego.
Cuando las relaciones se establecen en el área bajo riego, las proporciones son:
Los vaivenes de la precipitación sobre el área oscilan entre los 695 mm (1983/84, un período
excepcionalmente rico) y 170 mm anuales (1994/95). De esas lluvias anuales entre el 57 % y 94 %
(76 % promedio) de lo precipitado alcanza el suelo y participa de los balances hídricos,
contribuyendo al proceso evapotranspiratorio y al de recarga de acuíferos. Entre el 1 % y el 39 %,
aunque la media es el 19 %, escurre fuera de la subcuenca. El resto (5 % del promedio) es devuelto
a la atmósfera por evaporación desde las superficies de intercepción como el follaje, ramificaciones
aéreas de los vegetales y la hojarasca.
Entre suelo cultivado y suelo inculto, del total de la lluvia que cae sobre área cultivada sólo
aproximadamente el 68 % alcanza el suelo; en cambio, cuando el área está inculta o de vegetación
natural, lo hace aproximadamente el 78 %.
Las pérdidas ocurridas durante la conducción hasta las bocatomas de las parcelas o
propiedades son del orden del 14 %.
En los períodos considerados, la cantidad de agua subterránea osciló entre los 64 hm3/año y
93 hm3/año. El agua que se deriva del arroyo El Carrizal, producto del drenaje desde el acuífero
somero, es utilizada para riego y representa entre el 13 y el 36 % del total de agua subterránea
utilizada. El bombeo varió entre los 45 y 77 hm3/año, siendo el promedio de 61,2 hm3/año.
La información que proveen los resultados permiten comparar los usos del agua subterránea
y de la de superficie para riego a nivel de disponibilidad en la toma de los canales derivados del río
Mendoza y del arroyo El Carrizal. De ello, como promedio, se obtiene lo siguiente:
Agua de superficie: 34 %
Agua subterránea: 66 % (50 % bombeo y 16 % dren El Carrizal)
Todo lo anterior está vinculado al uso agrícola; si se tiene en cuenta el bombeo industrial
que es del orden de los 5,5 hm3/año, se puede decir que en la subcuenca el uso en general del agua
depende mayormente del agua subterránea.
De los balances a nivel del suelo surge que, el aporte de cada componente al suelo de la
subcuenca es, porcentualmente y en promedio, el siguiente:
Lluvia: 59 %
Agua superficial: 12 %
Agua subterránea: 29 % (22 % bombeo y 7% dren El Carrizal)
Nota: al agua de superficie le fue sustraída la del arroyo El Carrizal y sumada al bombeo.
Lluvia: 17 %
Agua superficial: 24 %
Agua subterránea: 58 % (44 % bombeo y 14 % dren El Carrizal)
El bombeo presenta sus valores más altos desde mediados de la primavera a la mitad del
verano.
De los balances realizados (R/Dvn) surge que en la mayoría de los períodos los acuíferos
ganan agua y que el bombeo del agua subterránea sólo representa, en promedio, aproximadamente
el 86% del total recargado por canales y áreas cultivadas. De esto último, se puede inferir que existe
una mejoría de la eficiencia del sistema complejo superficial- subterráneo cuando se explota agua
subterránea que es producto de la ineficiencia del manejo de la de superficie.
El área definida para el montaje del modelo MODFLOW, y en consecuencia para el modelo
de superficie que proveerá parte de la información de entrada a aquel, abarca el sur del río Mendoza
y un sector al norte del mismo (760 km2). Esa área fue discretizada en polígonos o celdas
cuadrangulares de 1000 metros por lado. Esto dio origen a una grilla de 35 km. de oeste a este y de
52 km. de norte a sur, con 1820 celdas de 100 has cada una (Figura 2). Desde los puntos de vista
hidrogeológico e hidrológico sólo 785 celdas se consideraron activas, por lo que la ejecución de los
modelos se realizó sobre 78.500 has. Cada una de estas celdas posee características que le son
propias y constantes durante la ejecución del modelo; además, a lo largo de ese período de
ejecución, cada celda recibe información de carácter mensual.
Para el presente trabajo se utilizó este modelo (en su versión 2000) con una interfase gráfica,
Visual MODFLOW Pro V. 3.0 desarrollados por Waterloo Hydrogeologic Inc., que facilita y
permite visualizar el ingreso de datos y los resultados del procesamiento de los mismos.
El Visual Modflow soporta a Modflow como pre y post procesador. La entrada de datos al
Modflow es generada por Visual Modflow y salvada en un juego de archivos que son leídos por el
Modflow cuando se ejecuta. La salida con los resultados es importada al Visual Modflow para su
posterior visualización.
Entre los resultados que entrega en sus salidas se encuentra un balance hídrico, cotas,
velocidades y direcciones de flujo.
El primer paso en el montaje fue definir el modelo conceptual de la cuenca, que es una
descripción de alto nivel de la misma. Para ello se importó el plano base de la figura 2 en el cual se
encontraban definidos los límites de la cuenca y se creó una grilla de tres dimensiones (3D) cuyas
magnitudes en profundidad coincidente con el relleno sedimentario y en superficie se corresponden
con lo descrito a continuación.
Se definieron como celdas activas a todas las que se encuentran dentro de los límites de la
cuenca, entendiéndose como activas a aquellas que son susceptibles de ser afectadas por acciones
externas de recarga y descarga y los niveles de agua subterránea varían en el tiempo. Todas ellas
fueron afectadas de pozos para aplicar la recarga y el bombeo.
El módulo de drenaje, considera el drenaje de la cuenca desde el acuífero libre a través del
arroyo El Carrizal
Además, se decidió que la aplicación del modelo con la finalidad de conocer la respuesta de
la cuenca de agua subterránea se realizara en estado transitorio, tomando 15 años para el ajuste y 5
para su validación. Esos períodos anuales comienzan en el mes de setiembre de 1979 y terminan en
agosto de 1999.
Información
- Nueve celdas de cota constante en el extremo norte de la cuenca. Dado que la densidad
tanto espacial como temporal de las observaciones de nivel de agua no permitía una
parametrización más detallada, se eligió establecer un parámetro de cota constante (CHD)
para cada uno de los 15 ciclos hidrológicos (setiembre-agosto) utilizados en la calibración,
vinculándolo al derrame del río Mendoza en Cacheuta en cada período, mediante la
ecuación calibrada:
CHDt 776.85 11.602 ln( Derrt )
- Diez celdas de cota constante (770.80 m) en la frontera sur de la subcuenca Carrizal, para
reflejar el flujo subterráneo hacia el Dique Carrizal. No se posee observaciones que
permitan calibrar la magnitud de este flujo. Se ha calibrado de manera de reflejar de la
mejor forma posible las cotas observadas para los pozos
Los parámetros del modelo, como las conductividades hidráulicas horizontal y vertical, y las
conductancias de los drenes, surgieron del proceso de calibración. Las conductividades hidráulicas
horizontales utilizadas como partida para ser ajustadas durante el proceso de calibración, fueron
resultado de los ensayos de bombeo realizados en pozos particulares.
Para cada una de las celdas fue necesario establecer sus cotas de techo y base. Como punto de
partida se utilizó la topografía realizada por el Departamento General de Irrigación (DGI) al norte
de la ruta provincial nº 86, conocida también como Carril a Tupungato. Hacia el sur del Carril a
Tupungato, se tomaron puntos acotados de la Red Altimétrica Rural de Spartan Air Service (que se
apoyó en puntos del IGM) y pozos acotados a partir de ella. Las cotas topográficas de superficie en
el centro de cada celda de la grilla fueron obtenidas mediante interpolación. Las cotas de las celdas
de la base resultan de las profundidades obtenidas a través de los métodos geofísicos aplicados a la
cuenca y de la interpretación hidrogeológica que dio origen al mapa estructural. La obtención de la
cota del basamento para cada celda requirió del mismo procedimiento descrito para la superficie del
terreno, el cual también se utilizó para definir los niveles del agua subterránea. La información
fuera del área de modelado es imprecisa y no se tomó en cuenta debido a que es una extensión de
datos resultante del método de grillado utilizado.
Para determinar las cotas de las celdas de drenaje del arroyo El Carrizal, se efectuó una
nivelación partiendo de puntos de la Red Altimétrica Rural; simultáneamente, se tomaron las
coordenadas Gauss Krüger con un navegador satelital (GPS).
Una vez incorporados los parámetros iniciales del subsuelo y los datos que caracterizan
físicamente a la cuenca, se agregó la información hidrológica apropiada para comenzar con el
proceso de calibración. Dado que la misma se realizó en estado de flujo transitorio, fue necesario
preparar información de aquellos componentes que varían a través de los períodos de simulación:
días, meses y años. Esto es así porque la simulación en estado transitorio implica que partiendo de
una situación de inicio dada se alcanza otra situación final, teniendo en cuenta la variable tiempo.
Como ya se mencionó, el modelo se corrió para 20 períodos anuales:15 años para el ajuste y
5 para su validación (setiembre de 1979 y terminan en agosto de 1999). Se tomaron como cotas de
agua de partida las medidas a campo durante el período de máxima quietud del acuífero,
correspondientes al invierno del año 1979.
Las recargas en las celdas fueron el resultado de sumar las infiltraciones del río Mendoza,
del canal Cacique Guaymallén y de las zonas urbanas a los retornos de riego e infiltración en los
canales calculados a través del modelo JUANCRAS utilizando información meteorológica y
dotación de canales a nivel de promedio mensual, desde setiembre de 1979 a agosto de 1999.
La recarga del río Mendoza en el tramo Cacheuta – Cipolletti se calculó con la ecuación
desarrollada por el INA (Hernández, J., 1984), I = 1,086*D0,58, donde I es el volumen de agua
infiltrado durante un mes como consecuencia del derrame D ocurrido durante ese mismo período de
tiempo.
Entre Cipolletti y puente Barrancas se aplicó la misma ecuación anterior pero afectándola
por un coeficiente de 0.666 que tiene en cuenta la proporción entre áreas mojadas aguas arriba y
aguas abajo del dique Cipolletti. En este caso, D representa el volumen mensual de agua que como
sobrante o desareno escurre aguas abajo del dique Cipolletti por el curso del río.
Para estimar la infiltración ocurrida a través del lecho del canal Cacique Guaymallén se
utilizó un relevamiento del mismo realizado por la Universidad Tecnológica Nacional para el
Departamento General de Irrigación. A base del mismo se determinaron las áreas no
impermeabilizadas de los tramos del cauce que se encuentran dentro del área del modelo (
aproximadamente 10 ha en total). De las planillas de distribución de caudales de la Subdelegación
de Aguas de Río Mendoza se extrajeron los días que estuvo dotado el canal durante los 20 años,
discriminándolos según la dotación fuera para riego o uso público. A partir de allí se asumió que,
cuando la dotación estaba destinada al riego, la superficie del cauce no impermeabilizada se
encontraba mojada en su totalidad y a través de ella se producía la infiltración; cuando se trataba de
uso público, la infiltración sólo se producía a través del 20% de ella. Finalmente, el caudal de
infiltración adoptado fue de 60 l/s.ha, valor que surge de experiencias realizadas por el ex CRAS en
terrenos de características similares. Con esos elementos como base se calcularon las infiltraciones
mes a mes para cada una de las celdas recorridas por el canal
Los criterios y cálculos de la infiltración del agua potable en zonas urbanas, al no contarse
con registros históricos, se aplicaron por igual a todos los años considerados en el estudio. Los
datos que sirvieron de base para los cálculos fueron obtenidos de una entrevista que se tuvo con el
Director de Química y Saneamiento de la Municipalidad de Luján de Cuyo.
Los bombeos en las celdas fueron el resultado de sumar los considerados como con fines
industriales a los calculados para la zona de riego a través del modelo JUANCRAS.
En este caso se ha utilizado como criterio para evaluar la calibración el error cuadrático
medio de los desvíos de lo simulado respecto de lo observado.
Para la calibración del drenaje por el arroyo El Carrizal se dispone de aforos instantáneos de
las derivaciones para riego en las cinco tomas existentes y del vuelco del arroyo al dique. Se trata de
aforos realizados cada dos meses, a veces cada tres; para el resto de los meses se ha considerado
valores interpolados.
El criterio de calibración utilizado ha sido minimizar el error cuadrático medio del drenaje
total, con la restricción de que el caudal de drenaje disponible para cada toma no sea inferior a la
observación de derivación, siendo el caudal pasante el resultante de restar al drenaje simulado la
derivación observada. No existen mediciones de caudal pasante que permitan calibrar este aspecto.
Para analizar la calidad de la calibración realizada se han considerado los desvíos entre los
valores observados de nivel de agua y los calculados por el modelo. Del análisis de los desvíos se
obtiene un desvío medio de –0.39 m con una desviación estándar de 4.63 m. En la figura 3 se
pueden observar los pares de valores de cota en metros (calculado, observado), así como la recta
resultado de ajustar esos valores por una recta forzada a pasar por el origen.
970
Obs = 0.9996 Calc
950 2
R = 0.9866
930
910
890
Obs
870
850
830
810
790
770
770 790 810 830 850 870 890 910 930 950 970
Calc
Desvíos Frecuencia
0
-16 a -14 0
-14 a -12 0
-12 a -10 12
-10 a -8 46
- 8 a -6 98
- 6 a -4 123
- 4 a -2 187
-2a0 277
0a2 192
2a4 109
4a6 113
6a8 72
9 a 10 49
10 a 12 17
12 a 14 0
14 a 16 0
0
Total 1295
300
250
Frecuencia
200
150
100
50
0
-16 a -14
-14 a -12
-12 a -10
10 a 12
12 a 14
14 a 16
-10 a -8
9 a 10
-8 a -6
-6 a -4
-4 a -2
-2 a 0
0a 2
2a 4
4a 6
6a 8
Desvío (m)
La tabla siguiente consigna los valores de desvío inferior y superior que incluyen un
porcentaje determinado de las observaciones. Por ejemplo, el 50% central de las observaciones
presentan desvíos en el intervalo –3.61; 2.77, calculado mediante los percentiles 25 y 75,
respectivamente.
Porcentaje central de las observaciones
50% 60% 70% 80% 90% 95% 100%
Percentil
-3,50 -4,20 -5,32 -6,42 -7,69 -9,31 -10,90
inferior
Percentil
2,57 3,78 4,91 6,18 8,07 8,87 11,24
superior
Se observa que un porcentaje importante de las observaciones se ubica entre desvíos que,
aunque un poco altos, son explicables por la imprecisión de la topografía y la discretización
utilizada para el modelo.
En la figura 5 se presentan los caudales medios mensuales simulados para el drenaje total
por el arroyo Carrizal y la suma de caudales instantáneos observados o interpolados para la
observación del mes.
2.5
2.3
2.1
1.9
1.7
1.5
1.3
1.1
0.9
0.7
0.5
1
11
21
31
41
51
61
71
81
91
101
111
121
131
141
151
161
171
Meses
Los caudales medios calculados, con un mínimo de 1.30 m3/s y un máximo de 1.75 m 3/s, se
consideran razonables para el drenaje natural del arroyo, resultando en un promedio anual de
18.3 hm3 de drenaje para el período 1979-94.
970
950
Obs = 1.0006 Calc
930 2
R = 0.9812
910
890
Obs
870
850
830
810
790
770
770 790 810 830 850 870 890 910 930 950 970
Calc
60
50
Frecuencia
40
30
20
10
0
0a 2
2a 4
4a 6
6a 8
-2 a 0
-8 a -6
-6 a -4
-4 a -2
9 a 10
-10 a -8
10 a 12
12 a 14
14 a 16
-16 a -14
-14 a -12
-12 a -10
Desvío (m)
La siguiente tabla consigna los valores de desvío inferior y superior que incluyen un
porcentaje determinado de las observaciones. Por ejemplo, el 50% central de las observaciones
presentan desvíos en el intervalo –3.36,3.21, calculado mediante los percentiles 25 y 75,
respectivamente.
Porcentaje central de las observaciones
50% 60% 70% 80% 90% 100%
Percentil
-3.36 -3.92 -4.81 -7.20 -8.27 -10,02
inferior
Percentil
3.21 4.28 5.85 6.91 8.93 9.81
superior
En lo que respecta a la validación de caudales de drenaje del arroyo Carrizal sólo se dispuso
de observaciones para el período setiembre 1994 – agosto 1996. Se pueden formular
consideraciones similares a las realizadas para la calibración.
En la figura 8 se presentan los caudales medios mensuales simulados para el drenaje por el
Arroyo Carrizal y la suma caudales instantáneos observados o interpolados para la observación del
mes. Se incluye el período total 1979-1999, correspondiendo los meses 181 (setiembre de 1994) a
204 a las observaciones disponibles en el período de validación.
2.5
2.3
2.1
1.9
Caudal (m3/s)
1.7
1.5
1.3
1.1
0.9
0.7
0.5
113
127
141
155
169
183
197
211
225
239
15
29
43
57
71
85
99
1
Meses
Resultados y discusión
Período Derrame Flujo horizontal Recarga Ingreso total Bombeo total Flujo horizontal Drenaje del Evapotranspiración Egreso tota Variación de
Río Mendoza ingreso (norte) vertical (agríc + ind) egreso (sur) Aº El carrizal acuífero freático almacenamiento
79-80 1550,2 86,1 72,7 158,8 73,3 48.3 45,7 2,1 169,3 -10,6
80-81 1853,6 107,0 80,0 187,0 67,7 40,8 43,8 3,7 156,0 31,0
81-82 1279,8 83,4 69,5 152,9 73,0 39.8 42,8 3,9 159,3 -6,6
82-83 2813,8 136,2 81,0 217,2 6,9 39.7 41,9 3,9 154,3 62,9
83-84 1968,9 122,6 91,6 214,2 53,4 39.7 44,7 4,0 141,8 72,3
84-85 1823,7 108,8 86,5 195,3 55,6 40,0 49,5 4,4 149,5 45,8
85-86 1342,5 81,9 72,7 154,7 66,7 40,7 52,2 5,5 165,1 -10,5
86-87 2123,2 108,3 92,5 200,9 65,5 41.5 52,7 6,3 166,0 34.9
87-88 2157,8 121,7 93,1 214,8 71,1 42.0 54,2 6,3 173,6 41,2
88-89 1383,0 89,3 74,5 163,8 67,5 41.8 54,8 6,0 170,1 -6,3
89-90 1233,5 74,1 67,3 141,4 67,3 41.6 53,8 5,8 168,6 -27,1
90-91 1067,1 62,3 67,6 129,9 63,0 41.7 52,3 6,3 163,3 -33,4
91-92 1735,9 91,2 65,0 156,2 59,7 41.7 49,9 6,0 157,3 -1,1
92-93 1672,7 97,0 67,5 164,6 50,6 41.5 48,4 5,8 146,4 18,2
93-94 1422,6 87,4 62,2 149,6 71,6 41.3 46,9 5,8 165,6 -16,0
94-95 1448,1 84,2 65,3 149,5 82,3 40,9 44,8 5,7 173,7 -24,2
95-96 1165,7 72,4 64,8 137,2 66,1 41.3 44,5 6,0 157,9 -20,7
96-97 838,1 49,9 47,8 97,7 76,2 40,9 41,6 5,6 164,5 -66,8
97-98 1328,0 69,4 69,4 138,7 64,4 40,5 39,2 5,4 149,6 -10,8
98-99 989,1 62,4 51,8 114,2 70,3 40,4 36,5 5,5 152,8 -38,6
Prom 1559,9 89,9 72,1 161,9 66,7 41,3 47,0 5,2 160,2 1,7
Min 838., 49,9 47,8 97,9 82,3 48,3 36,5 6,3 141,8 -66,8
Max 2813,8 136,2 93,1 217,2 50,6 39,7 54,8 2,1 173,7 72,3
La segunda columna presenta los derrames anuales del río Mendoza como elemento de
referencia. Las tres columnas que le siguen hacia la derecha contienen los ingresos, parciales y total,
al acuífero. El flujo subterráneo desde el norte, salvo pequeñísima recarga vertical de celdas
próximas al río Mendoza, puede asumirse en su totalidad como aporte del río a la subcuenca; se
trata del 5,8 % del derrame del río en promedio. La recarga vertical es la suma de lo infiltrado en los
lechos de los canales, la percolación en las áreas regadas y en las áreas de secano no cultivadas. La
contribución del río Mendoza es casi siempre superior a lo largo de la serie, especialmente en años
ricos desde el punto de vista hídrico. Las proporciones en que ambos participan como promedio y a
lo largo de la serie son:
Las cinco columnas que siguen a las descritas en el párrafo anterior contienen los valores
periódicos calculados para los componentes efluentes del acuífero y la efluencia total. La primera
de ellas, es decir la sexta columna de la tabla 1, contiene el bombeo total de agua subterránea, tanto
con destino agrícola como industrial. Ese bombeo total representa en promedio el 41 % del egreso
total del acuífero y es siempre el mayor de los componentes de salida. El bombeo industrial
constituye una estimación que se estableció fija a lo largo de los 20 períodos de análisis:
5,5 hm3/año. El bombeo agrícola estimado ha oscilado entre los 45 y 77 hm3/año, con un promedio
de 61,2. De ello, surge que el bombeo industrial representa entre 7 y 12 % del total bombeado (9 %
promedio).
La séptima columna constituye el flujo subterráneo de salida del acuífero hacia el dique El
Carrizal; es la que presenta menor variación.
En la octava columna se observa el drenaje total a lo largo del lecho del arroyo El Carrizal.
Parte de él es utilizado para riego y el resto vuelca superficialmente al embalse; después del
bombeo, constituye el egreso más importante. Varía suavemente a través de los períodos, aunque no
se pudo establecer algún paralelismo con ninguno de los componentes del ingreso de agua al
acuífero ni con la recarga neta (total ingreso menos bombeo).
La penúltima columna presenta la suma de los componentes egresantes del acuífero. Esos
componentes se encuentran en las siguientes proporciones en el promedio:
La tabla presenta en su última columna las variaciones del almacenamiento del acuífero que
se calcularon para cada período. Puede observarse que los primeros 9 años el acuífero aumenta su
almacenamiento, salvo excepciones, y que en los siguientes 11 años tiende a disminuirlo. El
promedio de los 20 años daría un saldo de aproximadamente 1.7 hm3/anuales, valor que pondría de
manifiesto una situación de equilibrio en ese período.
60
40
20
0
y = 107.85Ln(x) - 789.85
-20
R2 = 0.8384
-40
-60
-80
500 750 1000 1250 1500 1750 2000 2250 2500 2750 3000
Derrame (hm3)
Uno de los escenarios que se analizó es el que considera a toda la subcuenca sin cultivar. Es
decir, se ejecutó el programa MODFLOW bajo un régimen de secano como si sólo el río y las
lluvias recargasen el acuífero y se eliminasen las alteraciones producidas por la percolación desde
canales y el retorno en parcelas regadas y por el bombeo. Los resultados son los siguientes:
La figura 10 muestra las variaciones de almacenamiento para los escenarios con cultivos y
sin cultivos para los años incluidos en el período 1979/99. En ambos casos esas variaciones de
almacenamiento se anularían con un derrame en el río Mendoza cercanos a su módulo, lo que puede
interpretarse como que las acciones humanas no han cambiado la situación de equilibrio. Puede
observarse que, dada la ausencia de recarga vertical inducida y el bombeo, en el caso de secano las
variaciones de almacenamiento son de menor magnitud. La situación opuesta produce mayores
fluctuaciones en los niveles del acuífero, pero sin alterar sustancialmente el derrame que produce el
equilibrio del acuífero.
60 y = 66.011Ln(x) - 484.09
2
40 R = 0.8138
20
0
y = 107.85Ln(x) - 789.85
-20 2
R = 0.8384
-40
Escenario c/ cultivos
-60
Escenario secano
-80
500 750 1000 1250 1500 1750 2000 2250 2500 2750 3000
Derrame (hm3)
Figura 10. Variaciones de almacenamiento para los escenarios con cultivos y sin cultivos
Las salidas gráficas del modelo permitieron definir con mejor precisión las direcciones de
flujo del agua subterránea y velocidades. En las figuras 11 y 12, elaboradas para un año húmedo y
uno seco, respectivamente, donde de observan sus piezometrías y vectores que indican direcciones
y magnitudes relativas de velocidades de flujo.
LUJAN
ndoza
Rio Me
n
uy á
Tun
Rio
3
Figura 11. Curvas equipotenciales y vectores de velocidades de flujo para un año
hidrológico húmedo (1983).
LUJAN
ndoza
Rio Me
n
uyá
Tun
Rio
4
Figura 12. Curvas equipotenciales y vectores de velocidades de flujo para un año
hidrológico seco (1997).
Análisis de sensibilidad a aumentos en la extracción
Con el objeto de mostrar la sensibilidad de los distintos componentes del balance al aumento
de la extracción de agua subterránea, se ha analizado aumentos de 10 y 20 por ciento en la
extracción neta (a través de un aumento del bombeo, manteniendo constantes todas las otras
condiciones de borde del modelo) y tomando como base la situación correspondiente al período
1979-99 modelado.
A continuación se muestra los efectos sobre los promedios anuales de los distintos
componentes del balance (los valores entre paréntesis corresponden a los porcentajes de cambio
respecto de la situación base):
Como era de esperar el efecto más pronunciado se manifiesta en el drenaje del arroyo El
Carrizal y en la variación del almacenamiento, estrechamente ligados a las variaciones en los
niveles estáticos del acuífero.
El efecto sobre el drenaje no es homogéneo a lo largo del recorrido del arroyo, con efectos
más pronunciados en las primeras tomas. Esta situación puede observarse a continuación donde se
muestran los promedios anuales de los drenajes naturales en los distintos tramos.
CONCLUSIONES
Excepto la conclusión que hace referencia a la calibración del modelo, en todos los párrafos que
siguen se concluye respecto de la subcuenca El Carrizal.
Desde el punto de vista del agua que se incorpora al suelo de toda la cuenca, la lluvia
constituye el mayor aporte. Sin embargo, dada la gran extensión sobre la que se produce, se
presenta como deficitaria respecto de la potencialidad evapotranspiratoria existente. Cuando
se trata de suelo cultivado su participación no es despreciable, aunque la aleatoriedad de su
presencia hace que el agricultor local, en general, no la tenga en cuenta cuando planifica sus
riegos.
El uso del agua subterránea involucra una mayor superficie regada que la que se riega con
agua de superficie y también es mayor la cantidad utilizada, especialmente si se contabiliza
el agua del arroyo como subterránea.
A nivel de parcela, en promedio para los 20 años, el agua de bombeo representa más del
50% de la utilizada.
El balance hídrico que se incorpora a estas conclusiones permite visualizar los órdenes de
magnitud medios y extremos de los componentes del mismo (figura 13).
La infiltración en el lecho del río Mendoza, cuya manifestación es el flujo horizontal desde
el norte, constituye siempre, tanto en años ricos como en años pobres, la mayor parte de la
recarga al acuífero.
El bombeo de agua subterránea constituye siempre la mayor de las salidas del acuífero.
SUBCUENCA EL CARRIZAL
Balance del acuífero. Período 1979 – 1999 (hm3/año)
Bombeo: 67 Evapotranspiración: 5
BIBLIOGRAFÍA
Agie, J., V. Berra y O. Demartini (1969). Descripción de perfiles en la zona comprendida entre los ríos Mendoza
y Tunuyán. Provincia de Mendoza. CRAS – P 19, San Juan.
Ambiental S.A. (1998). Manifestación General de Impacto Ambiental Emprendimiento Potrerillos. Volumen 3 -
Sección 1. Capítulo 6. Hidrogeología. Provincia de Mendoza.
Berra, V. (1972). Informe con relación a los perfiles litológico generales y radiales del área norte de Mendoza.
CRAS – P 49 San Juan.
Chambouleyron, J. y F. Olmos (1969). Los suelos del área regada por el río Mendoza (Capítulo 1 de la obra:
“Estudio de la prefactibilidad técnica-económica para la construcción del dique embalse Potrerillos”).
Gobierno de Mendoza. IATASA-Latino Consultores.
Coria, E., J. Hernández y M. Poblete (1984 a). Consumos especiales riego por bombeo. Zona Norte. Provincia
Mendoza. CRAS – D 84. San Juan.
Hernández, J. (1984). Río Mendoza - Infiltración en el tramo Cacheuta - Cipolletti. Provincia de Mendoza. CRAS
– D 87. San Juan.
Hernández, J. (1985). Balance agrícola de la zona norte de la Provincia de Mendoza. Períodos 1967 a 1983.
CRAS – IT 56, San Juan.
Hernández, J., N. Mercado, J. Rodríguez, J. Robles y N. Martinis (1983). Estudio de la recarga artificial en el
río Mendoza. con énfasis en la cuenca Carrizal. Provincia Mendoza. CRAS – P 265, San Juan.
Hernández, J.; J. Pazos y N. Martinis (1996). Análisis del comportamiento del acuífero subterráneo de la
subcuenca El Carrizal ante una hipótesis de incremento del bombeo agrícola. CRAS - RR-M-025. Mendoza.
Hernández, Jorge, E. Comellas, R. Barone, G. Bozzo y M. Nuñez (2002). Estimación de la infiltración en
canales derivados del río Mendoza. Informe Final. IT-Nº 22-CRA. Mendoza
Hernández, J.. (1982). Infiltración en la red secundaria del río Mendoza. CRAS D 39. San Juan
Martinis, N y H. Herrada (1997). Parámetros hidráulicos de la Cuenca Mendoza Norte; Permeabilidad -
Almacenamiento – Percolancia. Provincia de Mendoza. INAS , DI 286, San Juan.
Martinis, N, A. Alvarez y J. Robles (1997). Análisis de las variaciones de nivel del agua subterránea en el valle
de Carrizal. Período 1967/1997. Provincia de Mendoza. INAS , DI 287, San Juan.
Martinis, N y J. Robles (2000).Cuenca hidrogeológica del Oasis Norte de Mendoza. Variación del
almacenamiento en el acuífero libre. Período 1969/99. Provincia de Mendoza. INA - CRA, IT 4, Mendoza.
Martinis, N. y O. Ortíz (1985). Evaluación del estado hidrológico de las cuencas norte y centro, año 1985.
Provincia de Mendoza. CRAS – IT 57, San Juan.
Martinis, N., E. Coria, J. Bartolomeo y H. Herrada (1994). Evaluación del estado hidrológico la cuenca norte de
la Provincia de Mendoza. CRAS – D 132, San Juan.
Martinis, N., E. Ortíz y J. Bartolomeo (1983). Evaluación del estado hidrológico de las cuencas norte y centro.
Provincia de Mendoza. CRAS – D 77, San Juan
Ortíz, A. y J. Zambrano (1975). Investigación geológica del área Mendoza Norte. CRAS – P 94, San Juan.
Ortíz, A., J. Zambrano, R. Alvarez, G. Ortíz Maldonado y B. Ortíz (1975). Investigación del agua subterránea
en el área Mendoza - zona Norte. Provincia de Mendoza. CRAS – P 89, San Juan.
PASNOA (1972). Investigación de las aguas subterráneas en el noroeste. Argentina. Estudio de las aguas
subterráneas en el valle de Carrizal. Informe técnico nº 5. Nueva York.
Pazos, J, Herrada, H y O. Ortíz (1993). Análisis de las mediciones hidrológicas en la Cuenca Norte. Años 1991-
1992. Provincia de Mendoza. CRAS - DI 193, San Juan.
Pazos, J. (1972). Aplicación de modelos digitales en la zona norte de Mendoza. CRAS – P 48, San Juan.
Pazos, J. (1978). Balance hidrológico subterráneo zona norte. Provincia de Mendoza. CRAS – P 210, San Juan.
Pazos, J. (1988). Ajuste de los parámetros hídricos JAIM 4 y evolución futura de los niveles de agua subterránea -
Modelo ELIS - en la cuenca norte. Provincia de Mendoza. CRAS – IT 102, San Juan.
Pazos, J., J. Bartolomeo, O. Ortíz y H. Herrada (1988). Evaluación del estado hidrológico de la cuenca norte de
Mendoza - Año 1987. Provincia de Mendoza. CRAS - DI 116, San Juan.
Pazos, J., J. Bartolomeo, O. Ortíz, R. Nieto y J. Becerra (1986). Aplicación del modelo digital JAIM4 en la
cuenca de Mendoza Norte. CRAS – IT 91, San Juan.
Pazos, J., O. Ortíz y H. Herrada (1988). Evaluación del estado hidrológico de la cuenca Mendoza Norte - 1988.
CRAS – IT 111, San Juan.
Pereyra, M. (1984). Avance en el conocimiento hidrogeológico de la zona norte de la Provincia de Mendoza.
CRAS - D 104, San Juan.
Robles, J. (1997). Espesor del relleno aluvial moderno. Interpretación geoeléctrica. Cuenca Norte, Provincia de
Mendoza. INAS , DI 288, San Juan, 1997
Robles, J. y J. Pazos (1986). Evaluación del estado hidrológico de las cuencas de agua subterránea norte y centro
para el período de verano año 1986. Provincia Mendoza. CRAS – DI 48, San Juan.
Robles, J.. (1983). Prospección geoeléctrica en la subcuenca Carrizal. Zona Norte - Provincia de Mendoza.
CRAS – D 69, San Juan.
Robles, J., J. Hernández, N. Mercado, J. Rodríguez y N. Martinis (1985). Estudio de la recarga artificial en el
río Mendoza, con énfasis en la subcuenca Carrizal. CRAS – D 158, San Juan.
Romanella, C.. (1957) Los suelos de la región del río Mendoza. Ensayo de Establecimiento de series (Apartado del
“Boletín de Estudios Geográficos” Nº 14. U.N.C). Mendoza
Waterloo Hydrogeologic (2002). Visual Modflow V. 3.0. User´s Manual.
Zambrano, J. (1985). Regionalización hidrogeológica preliminar de la Provincia de Mendoza. CRAS – D 155,
San Juan.