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ARQUEOLOGÍA EN JAPÓN

Por Cristina Gómez Miguelsanz

Esta publicación, no pretende ser un estudio sobre el tema en cuestión, sino un breve resumen de la
ponencia impartida por la Dra. Irene Seco Serra de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).Cuerpo
Facultativo de Conservadores de Museos, el día 20 de febrero de 2012, en la Facultad de Geografía e
Historia, organizada por la asociación Unión Cultural Arqueológica (UCA).

La Arqueología en Japón tiene sus paralelos con el continente durante el Paleolítico Inferior y Medio,
pero únicamente hay evidencias de industria lítica y en ningún caso restos humanos.
Sin embargo en el Paleolítico Superior sí que existen evidencias de restos humanos, aunque muy mal
conservados, ya que el clima de Japón no es propicio para ello. Una excepción es el hombre de
Minatogawa, encontrado en Okinawa junto con restos de entre 5 ó 9 individuos más, siendo éste el
esqueleto más completo. Tiene una perforación en el cráneo
provocada por un objeto duro y puntiagudo, y los dos brazos
están fracturados de la misma forma. Una de las conclusiones a
las que se ha llegado es que pudo haberse dado un
enfrentamiento con otro grupo y que los perdedores hubieran
sido objeto de canibalismo por parte de los vencedores.

Las etapas en el Paleolítico Superior en el territorio de Japón


se clasifican por la industria encontrada:
 Hachas de mano y chopper, en los yacimientos de
Nakazanya, Heidaizaka y Nishinodai
 Cuchillos de lasca, en Iwajuku
 Microlitos, en Yasumiba
 Puntas de flecha y jabalina, en Odai Yamamoto I y
Pirika.
Figura 1: ARTURO ASENSIO (2011), Minatogawa man

La primera etapa dentro de lo que podemos considerar Neolítico, entre el 13.000 y el 300 a.C., es
conocida con el nombre de Periodo Jōmon 縄文時代, (que se puede traducir por “marcas de cuerda”, ya
que las cerámicas de esta etapa se decoraban de esa manera). Este periodo se caracteriza por una sociedad
de cazadores-recolectores, producía una cerámica a mano, los conocidos vasos jōmon, que se utilizaban
para cocinar y eran cocidos en agujeros en el suelo hechos con ramaje.
Esta sociedad sería bastante igualitaria, pero a finales del periodo se empieza a observar el comienzo de
una diferenciación social, sobre todo en lo ajuares, donde se han encontrado algunas piezas de jade. Las
construcciones también han sido un indicio de esta separación social, sobre todo en la etapa de transición
entre este período y el siguiente, como se puede observar en el yacimiento de Sannai Maruyama. Aquí
aparecen muchas casas, una de ellas en versión “gigante”, y también edificios enormes de postes de
madera (casi siempre de castaño de 3 metros de diámetro). Una de las hipótesis sostiene que eran torres
vigías, mientras que otros defienden que eran elementos de tipo sacro, o incluso silos para almacenar
grano, pero de lo que se está seguro es que eran comunitarios. Los estudios métricos han llegado a

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concluir que la unidad de medida que se utilizaba en este periodo para construir era de unos 30 cm más o
menos.
También ciertos lugares han sido estudiados por su carácter sacro, como son los yacimientos de Higashi
Kushiro y Mawaki. En el primero se han encontrado cráneos de delfín dispuestos en forma de abanico,
enfrentados, por parejas y cubiertos de ocre rojo, dando a entender que eran de gran importancia para las
creencias del momento. En Mawaki aparecen grandes postes de madera, con crecientes lunares inscritos
en ellos. También dentro del ámbito de lo simbólico, la presencia de rocas con una función ritual (tanto
transportables como fijas) es una constante en esta época y en momentos posteriores. Estos afloramientos
rocosos sacros son conocidos como Iwakura, o “deidades que ocupan la roca”'.
En lo referente a la cultura material, lo más característico de
este periodo son las figuras Dōgu, de arcilla, algunas planas, pero
la mayoría son tridimensionales, de unos 40 o 50 cm de tamaño.
En la época siguiente se reutilizarán, para introducir cenizas de
huesos. Aparecen alrededor del fuego central del hogar, colgadas,
posiblemente con al idea de exvoto, ya que algunas se rompían
quizás con el propósito de librarse del mal de ojo o para curar
alguna enfermedad. También en ocasiones se encontraban en las
tumbas, como representaciones de fuerzas espirituales que
protegen a los vivos y en algunos casos para acompañar a los
muertos.
Otras estatuas son antropomorfas masculinas, algunas de ellas
con una especie de máscaras, que podrían representar animales.
Las figurillas femeninas, como la ‘Vénus’ de Tanabate son mucho
menos abundantes. Estas estatuas, en general se caracterizan por
unos ojos muy resaltados. La más famosa es la de Kamegaoka.
Figura 2: Kamegaoka, Tokyo National Museum

Como se puede observar en la figura 2, la forma de los ojos es muy curiosa, esto ha llevado a muchos
investigadores a pensar que son gafas como las que utilizan los pueblos del norte del continente para
protegerse de los fuertes y fríos vientos, así como de la nieve. Incluso algunos han llegado a estipular
hipótesis extraterrestres.

Período Yayoi 弥生 時代, entre 300 a.C. y 300 d.C.


Las casas varían muy poco respecto al período anterior, ya que se utilizaban los mismos materiales y la
misma estructura de planta. Al final de la glaciación se habrían formado corredores que unían el
archipiélago al continente (3 en concreto), por lo que parece ser que hubo nuevos aportes de población,
que por medio de una navegación de cabotaje llegaron desde la zona polinésica.
Otras líneas de investigación defienden la llegada de gente de Corea, portadora de innovaciones como
son: la agricultura y la metalurgia. De las dos variedades de arroz cultivadas en China desde por lo menos
el 7000 a.C., en Japón sólo se ha conservado el de grano redondo, que parece ser la especie más
resistente. Se ha propuesto la desembocadura del Yang Yang, en el sureste, como vía de entrada. Otras
posibilidades serían por un ‘salto’ de isla en isla, o posiblemente incluso desde Corea, ya que su
expansión ha sido hacia el norte, hasta encontrar en Hokaido una barrera natural, y en parte climatológica,
que frena su avance.

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En principio los yacimientos Yayoi más tempranos tienen zonas cultivables inundables naturales, que
posteriormente acabaron siendo artificiales, con puertas de madera que permitían inundarlas o no a
voluntad.
El hierro y el bronce llegan, y se empiezan a trabajar al mismo tiempo, pero los aperos agrícolas eran de
madera de castaño, y se han conservado muy bien (sandalias, azadas, hoces etc.). Debido a la importancia
del arroz, hay muchas ceremonias relacionadas con el cultivo y recolección del mismo. Una vez
recolectado, se almacenaba en silos, siendo los primeros subterráneos, iguales a la tipología coreana.
Debido a la humedad del clima japonés, el arroz se pudre con facilidad, por lo que pronto aparece un
nuevo tipo de silo sobre postes de madera (especie de hórreos). La importancia de lo anterior se puede ver
en Izumo, uno de los principales santuarios de Japón, que como símbolo característico tiene una cuerda
sagrada hecha con arroz. Los postes hacen que el suelo quede sobrevolado, pero para un santuario no es
necesario, siendo esto una muestra de un silo que se ha sacralizado. Además de arroz se cultivaba mijo y
legumbres y también se seguía recolectando y pescando (sabemos, por ejemplo, que el pez globo ya se
pescaba en época Jōmon).

El bronce y el hierro se usaban para la fabricación de espejos. Las tipologías fueron en un principio las
coreanas, pero se van adaptando y van formándose poco a poco tipologías japonesas.
La cerámica persiste, pero los vasos son más sobrios - algunos sin decoración – sin embargo siguen
siendo enormes, encontrándose esta cerámica muy bien cocida.

El primer yacimiento Yayoi es Itatsuke donde las casas varían muy poco a lo conocido en época
anterior: se construyen zonas para los animales, ya que se empieza a introducir ganado doméstico con
especies importadas desde China.

La diferenciación social se hace cada vez más clara, sobre todo en los ajuares que presentan elementos
metálicos como armas (puntas de flecha y de jabalina) y campanas. Las famosas campanas Yayoi,
algunas tan grandes que llegan a tener la altura de una persona, no tienen badajo y para que suenen se
tienen que golpear (muchas de ellas depositadas en las tumbas). Es un elemento de prestigio muy caro,
cuya tipología es coreana, tradicional durante la etapa de los 3 reinos.

El Primer “Estado” Japonés, Yamato, 大和 時代 conocido como Reino de Yamato, o reino de Wa en


China.
Es un periodo que se caracteriza por los enfrentamientos constantes entre clanes, se denominaban UJI y
que luchaban por la supremacía. El más importante, que se dice descendiente de la diosa del Sol, lo
constituyen los Yamato, se hacen con el poder y se va expandiendo hacia el norte, unificando el territorio.
Los primeros siglos se denominan la KOFUN, periodo de los túmulos, o de los primeros enterradores,
descendientes de los vientos de la diosa del Sol.

Los jefes de los clanes se enterraban en túmulos, uno de los más importantes se encuentra en
Maruyama, Daisen Kofun. Los túmulos en general suelen estar rodeados por un foso de agua. El más
antiguo se encuentra en las proximidades de Nara, es Koganezuka
Estos túmulos, aunque que han sido saqueados nos han proporcionado valiosa información: en sus bases
se colocaban Haniwa, cilindros de arcilla que simbolizaban una conexión con el inframundo. Los

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primeros eran solo tubos por los que el difunto podía recibir alimento u otros enseres desde el mundo de
los vivos, posteriormente aparecieron con formas humanas o de animales. Aparece también un caballo
con estribos, tres siglos antes de que haya mención de éstos en Occidente. Aunque no sepamos la
identidad de los difuntos aquí enterrados, sí podemos afirmar que se trataba de guerreros.

La cerámica de este periodo se cuece en hornos tradicionales. La doméstica se realizaba a torno y se


cocía en hornos de túnel (Anagama) que alcanzaban los 1000 ºC de temperatura. Esta cerámica,
denominada Cerámica Sue es más oscura y simple, y presenta algunas decoraciones. Tenían una
funcionalidad diversa. Conocemos seis tipos de alfares, que hasta el s. XII no cambian.

La escritura se introduce desde China en torno al s. VII, usando ideogramas chinos. Estos se adaptaron y
formaron dos silabarios distintos: katakana e hiragana.

Bibliografía y referencias:

Conferencia impartida por Dra. Irene Seco Serra de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).Cuerpo
Facultativo de Conservadores de Museos, el día 20 de febrero de 2012, en la Facultad de Geografía e
Historia, organizada por la Unión Cultural Arqueológica (UCA).

Imágenes:

Figura 1: ARTURO ASENSIO (2011), Minatogawa man(fotografía). MIGUEL BARRAL (2011)


Crímenes Prehistóricos, Abatidos a flechazos.
http://www.quo.es/ciencia/prehistoria/crimenes_en_atapuerca

Figura 2: GOGGLE-EYED DOGU, Kamegaoka, Aomori prefecture, Final Jomon (100-300 BC), height
34.8 cm, Important Cultural Property, Tokyo National Museum
http://www.asianartnewspaper.com/article/the-power-of-dogu

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