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Sabrina Imbrogno
I. Introducción.
Este informe va a tratar una temática que fue de suma relevancia para la sociedad
argentina, durante la década de los ’50 y los ’60. El país estaba atravesando
profundos cambios sociales y culturales, lo cuál se vio reflejado, como sostiene
Plotkin, en modificaciones de la concepción tradicional de la familia y en el rol de
la mujer tanto en el hogar como en la sociedad (Plotkin, 2003:118). Esto vino
aparejado por un incremento en el mundo laboral de las mujeres, como así también
se produjo un aumento de las mismas en las universidades. Esto tuvo lugar, entre
otros acontecimientos que lo posibilitaron, a partir del voto femenino en 1947 con
el gobierno peronista. De ahí en adelante la mujer ha ido tomando un rol cada vez
más activo y el problema de la crianza de los niños se convirtió en un debate a
nivel social. Autores como Marie Langer y Arnaldo Rascovsky sostenían que la
mujer debía permanecer en su domicilio encargándose de llevar a cabo
correctamente su maternidad, porque de no ser así nunca iban a encontrar su
satisfacción plena, y en el caso de Rascovsky, iba mucho más allá y “acusaba al
feminismo de ser causa de la proliferación de enfermedades mentales” (Plotkin,
2003: 154-161).
Como se ha mencionado anteriormente, se produjo un progreso en la situación
social de la mujer, provocando también cambios en la relación social entre los
géneros. El psicoanálisis comenzó a tener un mayor prestigio en nuestro país
porque era visto como el encargado de canalizar y legitimar las ansiedades
sociales, entre otras funciones. Esto dio lugar a que profesionales se encarguen de
enseñar y ayudar a los padres con la difícil tarea de la crianza de sus hijos, en
tiempos tan complicados, logrando de esta manera prevenir enfermedades
mentales. Tanto Arminda Aberastury como Eva Giberti se encargaron de ésta
función con Grupos de Orientación hacia Madres en el caso de la primera autora, y
con la formación de Escuela para Padres por parte de la última.
[1] Sin embargo, fue una gran difundidora del psicoanálisis en la Argentina,
aunque muchos psicoanalistas no la aceptaron por no tener relación con el
establishment psicoanalítico. De todos modos sus conocimientos despertaron un
peculiar interés y fueron difundidos en toda la sociedad, ya que sus discursos se
daban para una audiencia más amplia que otros divulgadores como Enrique
Pichon Riviére, Marie Langer y Arnaldo Rascovsky (Plotkin, 2003:168). “Eva
Giberti inició la divulgación del psicoanálisis a partir de una necesidad de la
comunidad que demandaba nuevas pautas para educar a sus hijos”. (Carpintero y
Vainer, 2004: 127).
También ella les brindó un lugar muy importante a los padres ya que consideraba
que el trabajo con ellos complementaba el análisis de los niños. Por esta razón
trabajaba las ansiedades de los padres para con sus hijos, logrando así evitar la
neurosis infantil que les podrían provocar.
Eva Giberti fue una de las divulgadoras de los nuevos saberes y valores en relación
al niño. Fue ella quién, según Borinsky, encontró una demanda creciente de los
padres que necesitaban consejos para educar a sus hijos (Borinsky, 2005:124).
Comunicaba sus conocimientos a un público mucho más vasto, incluso de
condiciones económico-sociales medio-baja, y se refería a temas de los más
diversos órdenes, desde cuestiones de la vida cotidiana que los padres debían
enfrentar diariamente, desde como pasar un día festivo, hasta temas delicados
como la violencia familiar.
“Si bien persisten las vinculaciones sanguíneas y el afecto entre sus componentes,
sus relaciones en cambio, están siendo analizadas con distintos criterios” (Giberti,
1968: 97). La concepción de familia estaba cambiando: se pasó a una familia nuclear
que dejaba al margen a otros parientes diferentes a padres e hijos, donde cada uno
tenía asignado un rol. Ya se venía hablando para este entonces de que los
determinantes de los trastornos mentales pueden ser causados por la relación del
individuo con la sociedad-familia. Como afirma Giberti el niño necesita de estar en
un medio que sea coherente y para que esto pueda darse los padres deben de ser
coherentes, y así lograr obtener un adecuado ambiente familiar. Ese fue el ámbito
donde Eva Giberti intervino. Daba consejos acerca de como debiera ser propicio un
ambiente familiar para que éste no provocase ningún trastorno en el niño. Por
ejemplo: aconsejaba que discusiones violentas en la pareja afectan al niño porque
obligaba a éste a tomar partido por alguno de los padres, como así tampoco era
aconsejable mostrarle un matrimonio sonriente y rozagante porque no sería un
reflejo de la realidad. “..Sucede que cuando la tensión entre mamá y papá es muy
grande, a pesar del disimulo, el niño no solo lo presiente sino que lo integra a su
ritmo de vida” (Giberti, 1968: 251).
Este informe hizo un recorrido acerca de los aportes de Eva Giberti y Arminda
Aberastury, en la sociedad argentina. Ambas lo hicieron dentro del ámbito
familiar, pero el centro de interés, como ya ha sido mencionado, fueron los niños y
las relaciones de ellos con sus padres. Insistiendo en el campo de intervención de
cada una de ella se puede decir resumiendo lo expuesto que Aberastury se centro
en los niños, mientras que Giberti lo hizo indirectamente a través de los padres.
No sólo desarrollaron aportes teóricos sino que también los mismos fueron
llevados a la práctica, en un momento en que la sociedad así lo requería.
Una futura investigación que se refiera a la crianza de los niños debería indagar las
causas y/o acontecimientos que dieron lugar a las disciplinas “psi” para ocuparse
de dicha cuestión. ¿Cómo fue que la sociedad argentina vio reflejado en el
psicoanálisis un saber que consideró legítimo? ¿Cómo se fue implementando en
Argentina ese saber? ¿Cómo fue que confiaron en el psicoanálisis para un tema
delicado como lo es la crianza de los niños? Estos interrogantes brindarían una
explicación más exhaustiva y profundizarían en el desarrollo de cuestiones de
suma relevancia, como el que se ha expuesto en este informe.
Bibliografía.
Fuentes primarias
Aberastury, A. (1962). Cáp. 5 “La entrevista inicial con los padres”, Cáp. 8
“Entrevistas posteriores con los padres”. En Teoría y técnica del psicoanálisis de niños.
Buenos Aires: Paidós.
Giberti, E. (1968). La familia, El niño ante la pareja (Vol. 1). En Escuela para padres
(3 Vols.). Buenos Aires: Esece.
Fuentes secundarias.
Borinsky, M. (2005). Todo reside en saber que es un niño. Aportes para una
historia de divulgación de las prácticas de crianza en la Argentina. Anuario de
investigaciones. Facultad de Psicología, Vol. 8, Tomo II, 117-126.
[1]Trabajo realizado en el marco del seminario de grado ““La familia como objeto
de intervención en la Argentina: tradiciones intelectuales y psicoterapéuticas (1950-
1979)” dictado por la Dra. Florencia Macchioli, abril-julio de 2010.
[1]Comenzó la carrera de Psicología en la década del ’60, en la Universidad de Buenos
Aires.
[3]Su libro teoría y Técnica del Psicoanálisis de Niños es de inspiración kleiniana pero con
sus propios aportes: introdujo una sistemática en la entrevista con los padres, la confección
minuciosa de la historia clínica, la hora diagnostica, la primera sesión, la organización del
consultorio y el cajón de juguetes (Carpintero y Vainer, 2004:156-157).
[4] Fue a parir de entonces, en 1942, que Ángel Garma, su analista, la introduce en los
trabajos de Klein (Dagfal, 2009: 121).