Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Materiales
Pigmentos puros en polvo.
Aceite de linaza purificado o blanqueado.
Aceite de cártamo (también llamado aceite universal).
Cera de abeja decolorada. En buenas droguerías se compran latas
de cera para muebles compuestas de cera de abeja blanqueada en
forma de pasta. Esta cera se ha disuelto en esencia de trementina.
Un envase de plástico duro con paredes bajas y planas, parecido
a un envase de yogur cortado por la mitad.
Una cucharilla de postre.
Dos espátulas
Un cristal de 50 x 50 centímetros —cuanto más grande mejor—.
Una moleta o un vaso de cristal con el culo totalmente plano.
Un tarro de cristal con tapa —de esos en los que se venden los
medios y aceites—.
Tarros de boca ancha de cristal con sus tapaderas de 30 ó 50
mililitros.
Una olla.
Aclaraciones.
Hasta que no esté la pintura de prueba seca, no podrá concluir si
la elaboración ha sido o no un éxito. Puede que quede más bien
mate —señal de un exceso de cera— o que las huellas de la
pincelada se suavicen —señal de un exceso de aceite con relación
al pigmento. La pasta, antes de desleír con la moleta, no era
suficientemente espesa—.
Si va a hacer el color blanco puede desleírlo con aceite de
cártamo o adormidera, pues el blanco con este aceite no amarillea.
No olvide mezclar el aceite de cártamo con cera. Con el aceite de
linaza los blancos tienen una tonalidad algo amarillenta.
Los colores fabricados por usted mismo los debe usar
relativamente pronto, en uno o dos meses. Suele ocurrir que un
tarro con poca cantidad de pintura se seque.
Utilice pigmentos buenos finamente molidos. Al desleír pigmentos
de grano grueso se nota como arenoso al deslizar con la moleta.
Si no usa pigmentos de calidad no merece la pena el esfuerzo, ya
que los pigmentos malos se alteran rápidamente, los blancos
amarillean.
Haga pruebas antes de aplicar el óleo en un cuadro de calidad
para comprobar que no se separa el pigmento, que no cambia el
color, que no se arruga la superficie —circunstancia que se sabrá en
dos o tres meses—. Cada color puede requerir un tratamiento
distinto. Si se separa, habrá que añadir más cera al aceite.
La pintura artesana al óleo no va a quedar como la pintura
comercial, es una pasta algo más blanda o fluida. La pintura
comercial es más densa porque está fabricada con molinos de
rodillos que permite desleír una mayor cantidad de pigmento con
menos aceite —y seguramente tendrá más sustancias que
desconocemos—. La pintura artesana al óleo presenta un aspecto
parecido al de la pintura acrílica. A los pintores antiguos este
aspecto no le preocupaba, ya que los cuadros que realiza tenían un
acabado liso, eran mínimas las partes con texturas. La pintura
artesanal no va a valer para hacer empastes.
El secado de la pintura al óleo artesana es más lento que la
comercial, seguramente por la misma causa: desconocemos lo que
le añaden en sus fórmulas.
Se habrá dado cuenta del poco rendimiento para el mucho tiempo
que empleará. Si usted necesita gran cantidad, está perdido. Ya
entenderá por qué los pintores antiguos tenían un aprendiz para
estos menesteres y por qué se desarrolló la industria de los colores.
Creo que aún así no está mal que un artista pruebe a fabricar sus
colores con el fin de conocer los materiales y tener una agradable
experiencia.