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ASPECTOS PROCESALES
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ÍNDICE
5,1) Partes
5,2) Costas
6) Bibliografía
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La LCQ trata el tema de los incidentes dentro de las “Reglas Procesales”, Título
IV, capítulo III, Sección II, artículos 280 a 287. El Código de Procedimiento civil y
comercial del Chubut -coincide con el Código de Procedimientos Civil y Comercial de
la Nación-, trata los incidentes en el libro 1ero. de Disposiciones Generales, Título IV
Contingencias Generales, Capítulo 1ero, artículos 175 a 187.
Como “Principio General” (art 175 C.P.C.C.) o “Casos” (art. 280 LCQ) definen
ambas normas que el procedimiento de los incidentes es aplicable a “toda cuestión que
tenga relación con el objeto principal del concurso y no se halle sometida a un
procedimiento especial, debe tramitar en pieza separada, en la forma prevista por las
disposiciones de este capítulo”.
El incidente, procedimiento especial previsto en la LCQ, es un procedimiento de
conocimiento pleno, por lo tanto la Sentencia producirá cosa juzgada material, “es un
proceso abreviado, con posibilidades de audiencia y prueba, adaptable a todas las
cuestiones relacionadas con el objeto principal del concurso y que no tengan un trámite
específico distinto regulado en la misma ley concursal” (A. N. Rouillón, “Régimen de
Concursos y Quiebras. Ley 24.522”, ed. Astrea, 6ta. edición, Buenos Aires 1996, pág.
310, nota al art. 280).
Siguiendo a J. C. Rivera (“Instituciones de Derecho Concursal”, tomo 1, pág.
173, Rubinzal Culzoni Editores, Bs. As.1996), cabe señalar que el trámite del incidente
concursal es residual, y ha quedado limitado con la sanción de la LCQ en relación a la
Ley 19.551, al haber desaparecido el incidente de calificación de conducta, mientras
que a las acciones de revocatoria concursal, responsabilidad de representantes y terceros
y extensión de quiebra, se les atribuye el trámite del proceso ordinario (ver arts. 119,
174 y 164 respectivamente). No obstante, como nueva situación a tramitar por el
procedimiento de los incidentes, tenemos los procesos de conocimiento que continúen
(art. 21 inc. 1º LCQ).
Pero “no se debe confundir el título -incidente- para querer hallar una identidad
inexistente con la figura del mismo nombre regulada en los códigos de rito. En materia
concursal, bajo el rubro incidente se comprende un tipo de procedimiento o, mejor, un
procedimiento tipo, previsto para servir de marco ritual dentro del que deben
encarrilarse todas las pretensiones que se susciten entre el concursado, el síndico y los
acreedores (o aspirantes a serlo).” (Rouillón, ob. y lug. cit.; conf. Di Luca Erramuspe,
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4,5) Competencia
La competencia corresponde al Juez del Concurso (art. 21, 32, 56 y 280 LCQ),
regla general aplicable en estos casos, que responde a principios de unicidad concursal
y universalidad del mismo, atento a que estas acciones están dirigidas a acreditar su
pasivo.
4,6) Partes
La definición del tema la tenemos con el art. 56 LCQ, en cuanto claramente dice
que “...serán parte en dicho incidente el acreedor y el deudor, debiendo el síndico emitir
un informe una vez concluído el período de prueba”. Conforme la norma transcripta, el
Síndico tiene una función acotada. Ver ut supra, el apartado 4,2 letra d).
para favorecer el control del pasivo a admitir en el concurso y con fundamento en las
normas de carácter general antes citadas.
4,9) Costas
Las costas en estos incidentes son a cargo del presentante tardío, salvo las
circunstancias de cada incidente que puedan justificar una decisión judicial
imponiéndolas por su orden, por encontrar una conducta del concursado y del síndico de
injustificada oposición.
El fundamento de la regla general de imposición, se encuentra en el carácter de
tardía de la presentación, en relación a la oportunidad de presentación tempestiva que la
normativa concursal otorga y privilegia (art. 32 LCQ), técnicamente una carga procesal
del acreedor.
Estas costas incluyen los honorarios del letrado del incidentista, los del
patrocinante del deudor, los honorarios de los peritos, los gastos de diligencias
procesales y, como antes indicamos, los honorarios del síndico.
4,10) Recurribilidad
Se aplica la norma correspondiente a los incidentes que permite la apelación (art.
285 LCQ) de la resolución que le pone fin, oportunidad en que también se puede
solicitar “fundadamente”, al tribunal de alzada, la revisión de resoluciones tomadas por
el tribunal durante el trámite, que denieguen prueba o decidan artículo, en la medida que
puedan incidir en la modificación de la decisión final.
4,12) Efectos
La Sentencia definitiva recaída en el incidente de verificación tardía de créditos
tiene el carácter de cosa juzgada material.
Así como “el pedido de verificación produce los efectos de la demanda judicial,
interrumpe la prescripción e impide la caducidad del derecho y de la instancia” (art. 32
LCQ), la demanda que inicia el incidente de verificación tardía produce iguales efectos.
En relación con estos efectos, recordemos que la perención de instancia en el
concurso está ahora admitida con mayor amplitud que en la Ley 19.551 (ver art. 277
LCQ) y la prescripción contra el acreedor concursado tiene un plazo máximo común de
dos años, que puede ser menor conforme la naturaleza de la obligación de que se trate
(art. 56 LCQ, 5to. párrafo, 2da. parte).
5,1) Partes
Conforme el art. 110, 2do. párrafo LCQ, el deudor puede “...hacerse parte en los
incidentes de revisión y de verificación tardía...”, posibilidad que es adicional a la
efectiva intervención del síndico como contradictor, quedando la posible presentación
del quebrado como “coadyuvante”, es decir, para actuar junto al síndico, en ningún caso
excluyendo a éste.
La posición de contradictor legitimado otorga al Síndico la carga procesal, al
contestar la demanda en el incidente de verificación, de aceptar o negar categóricamente
los hechos, la documental y la recepción de las comunicaciones que se le hubieran
dirigido (art. 329 inc. 1º C.Pr.C.).
Respecto a lo recien indicado, el síndico se puede acoger a lo prescripto en el
segundo párrafo de dicho inciso, que autoriza a “... reservar su respuesta definitiva para
después de producida la prueba”.
De modo que el síndico debe contestar dentro del plazo procesal
correspondiente. Es decir, que si el síndico no contesta en témino o, de haber reservado
su respuesta definitiva para después de producida la prueba, no se expide expresamente
en el momento procesal oportuno, originará el decaimiento del derecho y será
responsable por los perjuicios que ocasione al concurso.
Es oportuna alguna aclaración adicional respecto a la naturaleza jurídica de la
participación del síndico.
Lino Palacio, con cita de Guasp, menciona que “parte es quien pretende y frente
a quien se pretende, o más ampliamente, quien reclama y frente a quien se reclama la
satisfacción de una pretensión” (ob.cit., pág. 222).
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5,2) Costas
La norma general de imposición de costas es la misma que en la verificación
tardía en el Concurso preventivo (ver punto 4.9 anterior), es decir, deben ser soportadas
por el acreedor.
Queda claro que pueden ser impuestas al concurso si hay una oposición
manifiestamente infundada del síndico y/o del deudor, o bien por el orden causado si el
acreedor tiene justificación para su presentación extemporánea, casos que cita Maffía
como ejemplos: “cuando la exacta determinación del crédito depende de la realización
previa de liquidaciones en trámites administrativos... o la omisión en cuanto a la carta
que el síndico debe dirigir a los acreedores (art. 30)”(ob. cit. pág. 458).
Un caso particular, respecto a las costas, lo constituye la presentación de
acreedores posteriores a la apertura del concurso preventivo en las quiebras derivadas
(art. 77 inc. 1º LCQ). Si bien el trámite se hace mediante incidente -aunque el art. 202
LCQ diga “puede”-, la presentación no es “tardía”, sino que es el procedimiento normal
de incorporación de estos acreedores a la quiebra (art. 202 1er. párrafo LCQ). En estos
casos “...no se aplican costas sino en casos de pedido (a cargo del acreedor peticionante)
u oposición (por parte del del síndico y/o quebrado) manifiestamente improcedente”.
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
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3) Fassi y Gebhardt, “Concursos y Quiebras”, ed. Astrea, 5ta. ed., Buenos Aires, 1996.
4) José A. Iglesias, “Concursos y Quiebras. Ley 24.522 comentada”, ed. Depalma, Bs.
As, 1995.
5) Osvaldo J. Maffía, “Verificación de Créditos”, ed. Depalma, Buenos Aires 1989, 2da.
ed.
6) Lino Palacio, “Manual de Derecho Procesal Civil”, 13era. de. actualizada, Abeledo
Perrot, Buenos Aires, 1997.