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Universidad Nacional de la Patagonia “San Juan Bosco”

FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS

INCIDENTE DE VERIFICACION TARDÍA:

ASPECTOS PROCESALES

Autor:

Jorge Santos Stacco

Profesor Adjunto Ordinario

Trelew, noviembre de 1997


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ÍNDICE

1) La Verificación de créditos en la Ley de Concursos y Quiebras (LCQ)

2) Distintos momentos para la verificación de créditos en la LCQ

3) Caracterización de los incidentes

4) El Incidente de Verificación Tardía en el Concurso Preventivo

4,1) Riesgo en relación a la verificación tempestiva


4,2) Diferencias con la verificación tempestiva
4,3) Contenido de la demanda
4,4) Patrocinio Letrado
4,5) Competencia
4,6) Partes
4,7) Intervención del síndico
4,8) Honorarios del síndico
4,9) Costas
4,10) Recurribilidad
4,11) Caducidad de instancia
4,12) Efectos
4,13) Supuesto procesal respecto a la posibilidad de plantear este
incidente

5) El Incidente de Verificación Tardía en la Quiebra

5,1) Partes
5,2) Costas

6) Bibliografía
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1) La Verificación de créditos en la Ley de Concursos y Quiebras (LCQ)

Tratándose el Concurso de un proceso judicial destinado a superar la crisis


patrimonial del deudor, regla general: que se encuentre en estado de cesión de pagos
(conf. arts. 1 y 78 LCQ), -a través de un acuerdo con los acreedores o la liquidación de
sus bienes- la determinación de su activo y pasivo constituyen objetivos principales.
Desde el inicio, en el auto de apertura del proceso (arts. 14 inc. 1º y 88 inc. 1º,
LCQ), el Juez determina quién es el deudor (una de las partes necesarias) y emplaza a
sus pretensos acreedores -para quienes se constituye en carga procesal- a que se
presenten solicitando su reconocimiento como tales (arts. 14 inc. 3º y 88 último párrafo
LCQ). A quienes lo hacen se los llama acreedores concurrentes.
La LCQ tiene distintos procedimientos para que los acreedores obtengan la
inclusión de sus créditos en el concurso: a) por el pedido de verificación de crédito
(arts. 32 y 200 LCQ); b) por la solicitud de pronto pago del crédito laboral (art. 16
LCQ); c) por incidente de verificación (art. 202 1er. párrafo LCQ); d) por continuación
del juicio contra el concursado preventivamente, a opción del acreedor actor (art. 21 inc.
1º LCQ); e) por incidente de verificación tardía (arts. 56 y 110 LCQ); f) si el concurso
concluyó, cesó la actuación del síndico (art. 59 LCQ), mediante la acción individual que
corresponda entre acreedor y deudor, que tramita ante el Juez del Concurso.
A lo largo de un concurso, como en todo proceso, es dable encontrar etapas bien
diferenciadas. En los concursos, una de dichas etapas es la verificación de créditos (O.J.
Maffía, “Verificación de Créditos”, ed. Depalma, Buenos Aires 1989, 2da. ed., pág. 57),
caracterizada en la exposición de motivos de la Ley 19.551 (decreto) como
procedimiento “necesario y típico”, caracterización receptuada por la doctrina (Fassi
Gebhardt, “Concursos y Quiebras”, ed. Astrea, 5ta. ed., Buenos Aires, 1996). La Ley
24.522 mantiene el error terminológico de denominar a esta etapa procesal o
procedimiento, como “Proceso de Verificación”.
Respecto a la caracterización de “necesario y típico” recien efectuada,
conceptualmente útil para su comprensión, no se puede soslayar la aguda crítica que le
efectúa O.J.Maffía, obra cit., pág. 97 y sgtes.

2) Distintos momentos para la verificación de créditos en la LCQ

Los plazos, en todo procedimiento, constituyen una de las condiciones para el


avance del proceso -concursal en nuestro caso- y la consiguiente aplicación del
principio procesal de preclusión. El pedido de verificación será entonces una carga
procesal de todos los acreedores, a quienes el Tribunal emplaza a hacerlo desde su
primer auto (arts. 14 inc. 3º, 27, 74 y 89), otorgando un plazo para ello.
a) verificación tempestiva: el procedimiento de verificación de créditos
comienza con la solicitud del acreedor (art. 32 LCQ), incluye el informe individual del
Síndico (art. 35, 88 último párrafo, 200 penúltimo párrafo) y concluye con la definición
de los acreedores admitidos (verificados y admisibles) por el Tribunal (art. 36 LCQ).
Además de otorgar el reconocimiento y alcance de la condición de acreedor,
permite precisar la composición del pasivo a los fines de un eventual acuerdo con el
deudor.
Están comprendidos los acreedores que obtienen su reconocimiento mediante los
procedimientos identificados en el apartado anterior con las letras a, b y c, realizados
antes del mencionado informe individual del síndico, dentro del plazo establecido por el
Tribunal, que permite al Juez resolver definitivamente y habilitar a los acreedores “a los
fines del cómputo en la evaluación de mayorías y base del acuerdo” (art. 36 LCQ). Es
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decir, permite tener la contraparte del deudor, el pasivo en condiciones de votar, de


acordar.
En definitiva, la solicitud de verificación (art. 32 LCQ) es tempestiva si se la
efectúa hasta la fecha fijada por el Tribunal en el auto de apertura del concurso (art. 14
inc. 3º LCQ) o en la sentencia declarativa de la quiebra (art. 88 párrafo final LCQ).
b) A los acreedores que no cumplen con la carga procesal (ver el concepto en
Lino Palacio, “Manual de Derecho Procesal Civil”, 13era. de. actualizada, Abeledo
Perrot, Buenos Aires, 1997, págs. 59, 226 y conc.) de insinuarse en término, les queda
la posibilidad de presentarse en un momento posterior, mediante una verificación
“tardía”, situación en la que también se encuentran los acreedores que optaron por
continuar el juicio contra el deudor (art. 21 inc. 1º LCQ), apartado anterior letras “e” y
“d” respectivamente.
Estos pedidos de verificación que se presentan una vez vencido el plazo
judicialmente establecido, se tramitan mediante el procedimiento de los incidentes
concursales.

3) Caracterización de los incidentes

La LCQ trata el tema de los incidentes dentro de las “Reglas Procesales”, Título
IV, capítulo III, Sección II, artículos 280 a 287. El Código de Procedimiento civil y
comercial del Chubut -coincide con el Código de Procedimientos Civil y Comercial de
la Nación-, trata los incidentes en el libro 1ero. de Disposiciones Generales, Título IV
Contingencias Generales, Capítulo 1ero, artículos 175 a 187.
Como “Principio General” (art 175 C.P.C.C.) o “Casos” (art. 280 LCQ) definen
ambas normas que el procedimiento de los incidentes es aplicable a “toda cuestión que
tenga relación con el objeto principal del concurso y no se halle sometida a un
procedimiento especial, debe tramitar en pieza separada, en la forma prevista por las
disposiciones de este capítulo”.
El incidente, procedimiento especial previsto en la LCQ, es un procedimiento de
conocimiento pleno, por lo tanto la Sentencia producirá cosa juzgada material, “es un
proceso abreviado, con posibilidades de audiencia y prueba, adaptable a todas las
cuestiones relacionadas con el objeto principal del concurso y que no tengan un trámite
específico distinto regulado en la misma ley concursal” (A. N. Rouillón, “Régimen de
Concursos y Quiebras. Ley 24.522”, ed. Astrea, 6ta. edición, Buenos Aires 1996, pág.
310, nota al art. 280).
Siguiendo a J. C. Rivera (“Instituciones de Derecho Concursal”, tomo 1, pág.
173, Rubinzal Culzoni Editores, Bs. As.1996), cabe señalar que el trámite del incidente
concursal es residual, y ha quedado limitado con la sanción de la LCQ en relación a la
Ley 19.551, al haber desaparecido el incidente de calificación de conducta, mientras
que a las acciones de revocatoria concursal, responsabilidad de representantes y terceros
y extensión de quiebra, se les atribuye el trámite del proceso ordinario (ver arts. 119,
174 y 164 respectivamente). No obstante, como nueva situación a tramitar por el
procedimiento de los incidentes, tenemos los procesos de conocimiento que continúen
(art. 21 inc. 1º LCQ).
Pero “no se debe confundir el título -incidente- para querer hallar una identidad
inexistente con la figura del mismo nombre regulada en los códigos de rito. En materia
concursal, bajo el rubro incidente se comprende un tipo de procedimiento o, mejor, un
procedimiento tipo, previsto para servir de marco ritual dentro del que deben
encarrilarse todas las pretensiones que se susciten entre el concursado, el síndico y los
acreedores (o aspirantes a serlo).” (Rouillón, ob. y lug. cit.; conf. Di Luca Erramuspe,
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“Manual Práctico de concursos y quiebras”, Nuevo Pensamiento Judicial Editora, Bs.


As. 1996, etc.).
En el escrito en que se plantea el incidente debe ofrecerse toda la prueba y
agregarse la documental (art. 281 LCQ), debiendo plantearse conjuntamente todas las
cuestiones incidentales cuyas causas existieran simultáneamente y sean conocidas por
quien lo promueve (art. 286 LCQ).
El Juez tiene la posibilidad de rechazar in limine la petición si la considera
manifiestamente improcedente. Si la admite corres traslado por diez días al accionado,
correspondiendo se notifique con las formalidades de la notificación de una demanda.
La contestación de demanda debe incluír el ofrecimiento de prueba y acompañar
la documental de que intente valerse (art. 281 LCQ).
La prueba tiene un plazo limitado de tiempo para producirla (art. 282 LCQ), la
pericial se practica por un perito o tres, designados de oficio según la complejidad del
tema, a criterio del Juez (art. 283 LCQ), mientras que los testigos se limitan a cinco (art.
284 LCQ). Vencido el plazo de prueba, aún cuando exista alguna pendiente el Juez
puede dictar Resolución si estima que no es necesaria la faltante (art. 282 LCQ).
Sólo es apelable, en el procedimiento de los incidentes, la Resolución que
rechaza la presentación in limine, al sólo efecto devolutivo (art. 281 LCQ), y la que
pone fin al incidente (art. 285 LCQ), en relación y con efecto suspensivo (art. 273 inc.
4º LCQ), con la salvedad respecto a los efectos recien indicados, que el recurrente
puede replantear ante la alzada la “revocación” (sic) “de las resoluciones que deciden
artículo o que niegan alguna medida de prueba ... fundadamente en el recurso previsto
en el párrafo precedente”(art. 285 LCQ).
Un tema especial es el de los honorarios en los incidentes. En general, como
política legislativa respecto a los honorarios en la LCQ, al decir de uno de los
redactores del proyecto, “se modifica también, sustancialmente, el régimen de los
honorarios, reduciendo en un 50 % las escalas previstas originariamente por la ley
19.551, y haciendo inaplicables las normas arancelarias locales que pudieran establecer
algún régimen diferenciado en cuanto a la regulación” (D.R. Vitolo, “Comentarios a la
Ley de Concursos y Quiebras Nº 24.522”, editorial Ad-Hoc, Bs. As. 1996, pág. 48).
Respecto a los incidentes, la norma del art. 287 LCQ es clara al establecer que
“en los procesos de revisión de verificaciones de créditos (art. 37 LCQ) y en los de
verificación tardía (art. 56 LCQ), se regularán honorarios de acuerdo a lo previsto para
los incidentes en las leyes arancelarias locales, tomándose como monto del proceso
principal el del propio crédito insinuado y verificado” (art. 287 LCQ), de modo que el
coeficiente arancelario local “no es aplicable más que a los supuestos mencionados. Los
casos diversos a ellos deben ser resueltos sobre la base de las reglas locales.” (Fassi
Gebhardt, “Concursos y Quiebras”, 5ta. ed. actualizada, ed. Astrea, Bs. As. 1996, pág.
534, nota 1 al art. 287).
Finalmente, cabe señalar que en los incidentes opera la perención de instancia a
los tres meses (art. 277 LCQ). Esta es una modificación respecto a la Ley 19.551, que
había establecido la regla de la no aplicación de la perención de instancia en el concurso
y los incidentes promovidos por el síndico. En cambio, sí perimían a los tres meses los
incidentes y cuestiones promovidas por los restantes interesados (art. 300 ley citada).
Era una ventaja a favor de la actuación del síndico.

4) El Incidente de Verificación Tardía en el Concurso Preventivo


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Sintetizando lo ya adelantado respecto a los acreedores habilitados para plantear


el incidente de verificación tardía, lo pueden promover todos aquellos que se insinúan
estando pendiente el concurso preventivo y vencido el plazo para demandar verificación
al síndico (art. 32 LCQ), hasta que se dicte la resolución del art. 59 primera parte de la
LCQ.
A partir del momento recien indicado, deberá ejercer “la acción individual”, ante
el Juez del Concurso, pero conforme el procedimiento que indique la normativa
procesal local, correspondiente a la naturaleza de la acción. La Sentencia que recaiga en
estos casos no es ejecutable, sino que cumple la función de la verificación.

4,1) Riesgo en relación a la verificación tempestiva


A contrario del procedimiento de verificación (art. 32 LCQ) que es el
procedimiento necesario y típico, la “verificación tardía” es “atípica” y “privilegiada”,
en relación a la ausencia de control por los restantes acreedores (el art. 34 LCQ lo prevé
en el procedimiento típico). La carencia de este control recíproco respecto a estos
acreedores, es un riesgo de perjuicios eventuales para los restantes acreedores
(O.Maffía, “Verificación de Créditos”, 2da. ed., Ed. Depalma, Bs. As. 1989, pág. 446).

Cabe la posibilidad de entender el penúltimo párrafo del art. 56 con la mayor


amplitud, es decir, interpretando que en oportunidad de expedirse el síndicouna vez
concluída la prueba, también puedan hacerlo los acreedores insinuados en el concurso,
aunque esta interpretación no surge del texto de la norma. Esta interpretación amplia
puede ser la oportunidad del control recíproco cuya falta acusa el maestro Maffía..

4,2) Diferencias con la verificación tempestiva


Entre la verificación de crédito tempestiva y la tardía, podemos señalar algunas
diferencias sustanciales:
a) el acreedor debe presentar una verdadera demanda (para iniciar el incidente) a
contrario de la nota que requiere el pedido de verificación (art. 281 LCQ y 303 C.Pr.C.
y C.).
b) se inicia un procedimiento contradictorio o contencioso, de índole dispositiva.
c) la presentación se hace ante el tribunal y no ante el síndico, como en el pedido
de verificación (art. 32 LCQ).
d) hay una suerte de intercambio de roles procesales entre el deudor concursado
y el síndico; el síndico deja de ser el responsable de la investigación (art. 33 LCQ) y ese
rol es asumido por el propio concursado (art. 56 LCQ), asumiendo plenamente su
carácter de parte procesal (en sentido material y formal) en el contradictorio abierto
para la eventual admisión del deudor “tardío”, restándole al Síndico una tarea de
control, mediante la presentación de un informe luego de la producción de la prueba.
Recordemos que en el procedimiento típico, tempestivo, el deudor está limitado a
formular por escrito “observaciones e impugnaciones” (sic, art. 34 LCQ).
e) las “costas” de la verificación tempestiva, el pago del “arancel” (art. 32 LCQ)
las “anticipa” el propio acreedor (“...el acreedor pagará al síndico...”) y, finalmente, son
a cargo del concursado (“...que se sumará a dicho crédito...”). Mientras que en la
verificación tardía, aún admitiéndose el crédito, las costas las soporta como regla
general el acreedor incidentista (Repertorio revista El Derecho, 14 - 797 nº 69, 72, 74).
Esto último encuentra fundamento en cuanto el acreedor tardío no ha cumplido con la
carga procesal de presentarse en término y provoca un dispendio procesal evitable.
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f) la admisión tardía no altera los efectos ya ocurridos en el concurso (art. 56 in


fine LCQ) respecto a los acreedores tempestivos. Tiene la misma justificación que la
imposición de costas en el incidente, ya señalada.

4,3) Contenido de la demanda


Tratándose de una demanda en un procedimiento contencioso, de conocimiento
pleno, la misma debe reunir todos los requisitos que le son propios (arts. 281 LCQ, y
303 C.Pr.C.y C.).
Dicha presentación debe incluír la personería y legitimación activa de quien se
presenta, acreditar la legitimación procesal si corresponde, constitución de domicilio
procesal, objeto pretendido claramente expresado, explicación de los hechos,
fundamentación en derecho, acompañar la documentación de que intente valerse y
ofrecimiento de la restante prueba.
Debe presentarse con las copias para traslado (art. 120 C.Pr.C.y C.).

4,4) Patrocinio Letrado


El patrocinio letrado es requisito para la promoción de un incidente (art. 56 y 57
C.Pr.C. y C., art. 278 LCQ), mientras que el pedido de verificación (art. 32 LCQ) no
tiene igual exigencia.

4,5) Competencia
La competencia corresponde al Juez del Concurso (art. 21, 32, 56 y 280 LCQ),
regla general aplicable en estos casos, que responde a principios de unicidad concursal
y universalidad del mismo, atento a que estas acciones están dirigidas a acreditar su
pasivo.

4,6) Partes
La definición del tema la tenemos con el art. 56 LCQ, en cuanto claramente dice
que “...serán parte en dicho incidente el acreedor y el deudor, debiendo el síndico emitir
un informe una vez concluído el período de prueba”. Conforme la norma transcripta, el
Síndico tiene una función acotada. Ver ut supra, el apartado 4,2 letra d).

4,7) Intervención del síndico


Corresponde efectuar algunas reflexiones, tratando de interpretar el juego
armónico de la norma recien citada, con otras de la misma ley y teniendo en cuenta el
fin perseguido por la misma.
Frente a la norma particular en este tema, tenemos otras de carácter general tales
como los arts. 254 y, principalmente, 275 in fine, en cuanto dice: “ ...el síndico es parte
en el proceso principal, en todos los incidentes y en los demás juicios de carácter
patrimonial en los que sea parte el concursado, salvo los que deriven de relaciones de
familia en la medida dispuesta por esta Ley”.
Es la norma de carácter particular la que debe primar, frente a normas que tienen
un carácter general. Por consiguiente, el Síndico emitirá su opinión luego de producida
la prueba, sin encontrarse condicionado por la misma ni por la posición procesal
asumida por el concursado, quien pudo allanarse válidamente. Para el Juez tampoco es
vinculante la actitud del deudor ni la opinión del síndico (conf. Fassi Gebhardt,
“Concursos y Quiebras”, 5ta. ed. actualizada , Ed. Astrea, Bs. As. 1996, pág. 180, nota
al art. 56, primer párrafo).
No obstante, salvo por el entorpecimiento o demora procesal que pudieran
ocasionar las peticiones del síndico, correspondería darle la más amplia intervención
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para favorecer el control del pasivo a admitir en el concurso y con fundamento en las
normas de carácter general antes citadas.

4,8) Honorarios del síndico


Fassi Gebhardt concuerdan con la jurisprudencia más reciente (CNCom.,
enplenao, 29/12/88, “Cirugía Norte”, L.L. 1989-A-537) en cuanto establece que
corresponde regular honorarios al síndico (ob.cit. pág. 181, parágrafo 2 y nota14) por su
actuación en estos incidentes.

4,9) Costas
Las costas en estos incidentes son a cargo del presentante tardío, salvo las
circunstancias de cada incidente que puedan justificar una decisión judicial
imponiéndolas por su orden, por encontrar una conducta del concursado y del síndico de
injustificada oposición.
El fundamento de la regla general de imposición, se encuentra en el carácter de
tardía de la presentación, en relación a la oportunidad de presentación tempestiva que la
normativa concursal otorga y privilegia (art. 32 LCQ), técnicamente una carga procesal
del acreedor.
Estas costas incluyen los honorarios del letrado del incidentista, los del
patrocinante del deudor, los honorarios de los peritos, los gastos de diligencias
procesales y, como antes indicamos, los honorarios del síndico.

4,10) Recurribilidad
Se aplica la norma correspondiente a los incidentes que permite la apelación (art.
285 LCQ) de la resolución que le pone fin, oportunidad en que también se puede
solicitar “fundadamente”, al tribunal de alzada, la revisión de resoluciones tomadas por
el tribunal durante el trámite, que denieguen prueba o decidan artículo, en la medida que
puedan incidir en la modificación de la decisión final.

4,11) Caducidad de instancia


Se produce a los tres meses, conforme lo dispuesto por el art. 277 LCQ, que
excluye únicamente de la perención de instancia al principal del concurso.

4,12) Efectos
La Sentencia definitiva recaída en el incidente de verificación tardía de créditos
tiene el carácter de cosa juzgada material.
Así como “el pedido de verificación produce los efectos de la demanda judicial,
interrumpe la prescripción e impide la caducidad del derecho y de la instancia” (art. 32
LCQ), la demanda que inicia el incidente de verificación tardía produce iguales efectos.
En relación con estos efectos, recordemos que la perención de instancia en el
concurso está ahora admitida con mayor amplitud que en la Ley 19.551 (ver art. 277
LCQ) y la prescripción contra el acreedor concursado tiene un plazo máximo común de
dos años, que puede ser menor conforme la naturaleza de la obligación de que se trate
(art. 56 LCQ, 5to. párrafo, 2da. parte).

4,13) Supuesto procesal respecto a la posibilida de plantear este


incidente
Se puede señalar como un caso particular de una petición procesal a introducir
mediante el planteo de un incidente de verificación tardía, el siguiente: posibilidad de
accionar tardíamente peticionando el reconocimiento de un crédito y/o una preferencia
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de cobro; si a pesar de haberse efectuado la solicitud tempestivamente, el síndico omite


considerarlo en el informe (art. 35 LCQ) y el Juez omite resolver sobre el crédito (art.
36 LCQ).
La indicada es una situación diferente de la que se puede presentar naturalmente:
“el acreedor que solicitó verificación tempestiva y cuyo crédito oprivilegio fué
declarado inadmisible, no puede recurrir al incidente de verificación tardía para intentar
revertir la situación, porque o bien no solicitó la revisión de la declaración de
inadmisible, o bien la solicitó y no logró su revocación, y en ambos casos hay cosa
juzgada”(Tonón), citado por O.J. Maffía, “Verificación de Crédito”, 2da. edición, ed.
Depalma, Bs. As. 1989, pág. 463 in fine y 464.

5) El Incidente de Verificación Tardía en la Quiebra

En la quiebra, la verificación tardía procede por incidente hasta la conclusión del


concurso (art. 231 último párrafo LCQ).
En la presentación tardía de acreedores reclamando verificación de crédito o
preferencia, posterior a la presentación del proyecto de distribución final: “...sólo tienen
derecho a participar de los dividendos de las futuras distribuciones complementarias,
...” (art. 223 LCQ).
Por su parte, la clausura del procedimiento (art. 230 LCQ), condiciona la
admisión de acreedores no presentados hasta ese momento, requiriendo la verificación
tardía de sus créditos, a que “...denuncien la existencia de nuevos bienes” (art. 231 2do.
párrafo, LCQ).
Cabe hacer algunas aclaraciones sobre el procedimiento del incidente de
verificación tardía en el procedimiento de quiebra, que se diferencian del
correspondiente al concurso preventivo.

5,1) Partes
Conforme el art. 110, 2do. párrafo LCQ, el deudor puede “...hacerse parte en los
incidentes de revisión y de verificación tardía...”, posibilidad que es adicional a la
efectiva intervención del síndico como contradictor, quedando la posible presentación
del quebrado como “coadyuvante”, es decir, para actuar junto al síndico, en ningún caso
excluyendo a éste.
La posición de contradictor legitimado otorga al Síndico la carga procesal, al
contestar la demanda en el incidente de verificación, de aceptar o negar categóricamente
los hechos, la documental y la recepción de las comunicaciones que se le hubieran
dirigido (art. 329 inc. 1º C.Pr.C.).
Respecto a lo recien indicado, el síndico se puede acoger a lo prescripto en el
segundo párrafo de dicho inciso, que autoriza a “... reservar su respuesta definitiva para
después de producida la prueba”.
De modo que el síndico debe contestar dentro del plazo procesal
correspondiente. Es decir, que si el síndico no contesta en témino o, de haber reservado
su respuesta definitiva para después de producida la prueba, no se expide expresamente
en el momento procesal oportuno, originará el decaimiento del derecho y será
responsable por los perjuicios que ocasione al concurso.
Es oportuna alguna aclaración adicional respecto a la naturaleza jurídica de la
participación del síndico.
Lino Palacio, con cita de Guasp, menciona que “parte es quien pretende y frente
a quien se pretende, o más ampliamente, quien reclama y frente a quien se reclama la
satisfacción de una pretensión” (ob.cit., pág. 222).
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En el procedimiento de quiebra, parte en el sentido recien indicado,


estrictamente, son los acreedores y el quebrado, con las facultades procesales que le
otorga la Ley Concursal 24.522 (ver limitación de actuación, art. 252 LCQ). El fallido
conserva su legitimación en los casos en que la ley le reconoce esa posibilidad: arts. 34,
35, 94, 96, 117, 218, 225, 228.
El Síndico es un “funcionario del concurso” (art. 251 LCQ), cuya actuación es
personal (art. 258 LCQ), con las funciones que le otorga la Ley (art. 254 LCQ),
indicadas en distintos artículos de la normativa, particularmente en los aspectos
procesales (art. 275 LCQ). Ver al respecto el comentario de José A. Iglesias,
“Concursos y Quiebras. Ley 24.522 comentada”, ed. Depalma, Bs. As, 1995, pág. 268.
Lo recien expuesto reviste particular importancia para analizar la naturaleza
jurídica de la participación del síndico en el proceso, en especial respecto al último
párrafo del citado art. 275, que dice: “ el síndico es parte en el proceso principal, en
todos sus incidentes y en los demás juicios de carácter patrimonial en los que sea parte
el concursado, salvo los que deriven de relaciones de familia en la medida dispuesta por
esta ley”.
Debe interpretarse que el Síndico asume, como órgano del concurso, la posición
formal de contradictor legitimado por la L.C., impropiamente llamado “parte” en la
terminología de la Ley (ver Julio C. Rivera, “Instituciones de Derecho Concursal”,
Rubinzal-Culzoni Editores, Tomo I , pág. 152).
Con el pragmatismo que se autoasignan, Bonfanti y Garrone concuerdan con lo
expuesto y lo precisan, al decir que “parte fundamental del proceso es el síndico;
entendiendo este concepto en el sentido de “parte procesal” es decir sujeto necesario en
las relaciones procesales de los juicios e incidentes que menciona la ley. No,
evidentemente, parte sustancial como titular del derecho en litigio” (“Concursos y
Quiebras”, 5ta. edición, Bs. As. 1997, pág. 641).

5,2) Costas
La norma general de imposición de costas es la misma que en la verificación
tardía en el Concurso preventivo (ver punto 4.9 anterior), es decir, deben ser soportadas
por el acreedor.
Queda claro que pueden ser impuestas al concurso si hay una oposición
manifiestamente infundada del síndico y/o del deudor, o bien por el orden causado si el
acreedor tiene justificación para su presentación extemporánea, casos que cita Maffía
como ejemplos: “cuando la exacta determinación del crédito depende de la realización
previa de liquidaciones en trámites administrativos... o la omisión en cuanto a la carta
que el síndico debe dirigir a los acreedores (art. 30)”(ob. cit. pág. 458).
Un caso particular, respecto a las costas, lo constituye la presentación de
acreedores posteriores a la apertura del concurso preventivo en las quiebras derivadas
(art. 77 inc. 1º LCQ). Si bien el trámite se hace mediante incidente -aunque el art. 202
LCQ diga “puede”-, la presentación no es “tardía”, sino que es el procedimiento normal
de incorporación de estos acreedores a la quiebra (art. 202 1er. párrafo LCQ). En estos
casos “...no se aplican costas sino en casos de pedido (a cargo del acreedor peticionante)
u oposición (por parte del del síndico y/o quebrado) manifiestamente improcedente”.

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
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1) Bonfanti y Garrone, “Concursos y Quiebras”, Quinta edición. actualizada, Abeledo


Perrot, Buenos Aires 1997.

2) Di Luca Erramuspe, “Manual Práctico de concursos y quiebras”, Nuevo Pensamiento


Judicial Editora, Bs. As. 1996.

3) Fassi y Gebhardt, “Concursos y Quiebras”, ed. Astrea, 5ta. ed., Buenos Aires, 1996.

4) José A. Iglesias, “Concursos y Quiebras. Ley 24.522 comentada”, ed. Depalma, Bs.
As, 1995.

5) Osvaldo J. Maffía, “Verificación de Créditos”, ed. Depalma, Buenos Aires 1989, 2da.
ed.

6) Lino Palacio, “Manual de Derecho Procesal Civil”, 13era. de. actualizada, Abeledo
Perrot, Buenos Aires, 1997.

7) Julio C. Rivera, “Instituciones de Derecho Concursal”, Rubinzal Culzoni Editores,


Bs. As., 1996.

8) Adolfo A. N. Rouillón, “Régimen de Concursos y Quiebras. Ley 24.522”, ed. Astrea,


6ta. edición, Buenos Aires 1996.

9) Daniel R. Vitolo, “Comentarios a la Ley de Concursos y Quiebras Nº 24.522”,


editorial Ad-Hoc, Bs. As. 1996

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