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DECLARACION PÚBLICA TERRITORIO

KONA RUPÜ FUTA MAPU


Las comunidades del lof declararan e informan a la opinión publica lo
siguiente:
Kultrunkura, kuchutuwe, tralko, y Pichi Korrel, son los nombres originarios de los lugares
que hoy en día se conocen como “La Misión San Miguel” en Coñaripe, una franja entre la
carretera a Panguipulli y la rivera sureste del lago Calafquen, que comprenden un espacio
de 100 hectáreas que es parte integrante del Título de Merced N° 2429 otorgado a Carlos
Antimilla de 1913.
En 1908, mientras se realizaba por el estado de chile el llamado proceso de radicación de
indígenas, el vicariato apostólico obtuvo un decreto que le concedió permiso para ocupar
hasta cien hectáreas en el lugar de Coñaripe, con el objetivo de evangelizar y educar a las
comunidades, argumentando: “fomentar la civilización de los indijenas… llevando al seno
mismo de los aborígenes los beneficios de la cultura”.
Durante el último siglo los descendientes del lof Kona rüpü, hemos realizado diversas
gestiones ante el Vicariato y sus representantes para que este predio sea restituido a la
comunidad, teniendo nula respuesta por parte de la iglesia católica. A la fecha se han
sostenido reuniones con el vicariato, para evitar en reiteradas ocasiones el cierre de la
escuela, planteándose la restitución de este espacio, e incluso apelando a la máxima
autoridad de la iglesia católica, el cual a la fecha no se pronunciado frente a la solicitud de
la comunidad que hoy exigimos la devolución de las 100 héctareas, por las siguientes
razones:
Las 100 hectáreas que ocupaban los capuchinos, hoy Vicariato Apostólico de la Araucania,
quedaron dentro del título de merced de Carlos Antimilla, y no están señaladas como
terrenos fiscales ni especifica deslindes, como es posible ratificar en el plano de la
subdivisión, que se levantó en la época.
En 1982 bajo la dictadura militar, se dividió el título de merced en 400 hijuelas individuales,
dejando fuera, nuevamente, y sin adjudicar las 100 hectáreas que ocupaba el vicariato. Por
tanto el título de merced en estas 100 hectáreas no fue liquidado ni adjudicado a nadie, por
lo que se encuentra jurídicamente vigente a nombre de los legítimos herederos y
continuadores del título de merced de Carlos Antimilla.
El vicariato, sabiendo que no es dueño, pues solo tiene un permiso para ocupar, a partir
del 2015 intentó regularizar por bienes nacionales, y así obtener un título de propiedad a su
nombre. Dicha gestión ha fracasado porque el Ministerio de Bienes Nacionales de Valdivia
ha señalado oficial, formalmente, y por escrito, que las 100 hectáreas no son fiscales.
Hoy el Lof Kona Rüpü y sus autoridades ancestrales estamos ejerciendo ante el Juzgado
Civil de Panguipulli una Acción Reivindicatoria, para lograr la restitución de las 100
hectáreas que ocupo la iglesia católica por más de un siglo. Esta acción tiene una base
histórica que todo el lof aún recuerda:
La manera engañosa en que se solicitan las tierras al estado aun conociendo el rechazo
manifestado por el lof en la época (1905-1908) y su posterior instalación en la comunidad
bajo un objetivo evangelizador que significo una invasión cultural, religiosa y económica que
desvalorizo, despreció la identidad mapunche.
El compromiso de educación asumido por la iglesia para obtener el permiso de uso no se
ha cumplido, no ha dado respuesta a las necesidades educativas de las comunidades en
el pasado y mucho menos en la actualidad. Hoy en día la iglesia no cumple con las
necesidades de educación, ya que ha externalizado la administración de la escuela y el
programa educativo no cuenta con pertinencia cultural, que debería contemplar un proyecto
educacional hacia el 2019, para los territorios de las comunidades indígenas.
Además, la iglesia católica en estos años ha usufructuado de los bienes que ancestralmente
le corresponden al lof, talando bosque para madera, arrendando espacios para camping a
particulares y desarrollando actividades que se alejan de lo comprometido y por lo cual se
les otorgó el permiso de uso.
Este lugar es, también uno de los espacios centrales en lo espiritual y físico para el pueblo
mapunche al encontrarse aquí parte de la red de humedales del territorio de Kona Rüpü.
Hoy como ayer los habitantes del lof continúan haciendo uso cultural y medicinal por lo que
es necesario resguardarlo y restaurarlo.
Hemos acordado que este espacio sea de uso colectivo, para desarrollar en él una
propuesta educativa, de buen vivir y de restauración de los ecosistemas, construida
colectivamente, basada en el mapunche kimun (sabiduría) y el az mogen (forma de la vida),
desde la valoración de la cultura y lengua propias del territorio Kona Rupu, que contribuya
a proyectar este legado a las futuras generaciones.
A partir de hoy volvemos a hacer uso permanente del espacio que legítimamente nos
corresponde a la espera de que este proceso judicial reconozca legalmente los derechos
ancestrales de las comunidades, amparados en la ley indígena N°19.253 y en diversos
convenios internacionales.
Por último hacemos un llamado a los lof y comunidades a ejercer el derecho a la libre
determinación y a defender el territorio ancestral mapunche, y la sociedad en general a
reconocer y respetar la preexitencia del pueblo mapuche y sus justas demandas de
restitución territorial y formas de vida que contribuyen al buen vivir de todos los que habitan
el territorio.

Lof Kona Rüpü Futa Mapu


14 de diciembre 2019

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