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EFECTOS DE EMISIÓN AMBIENTAL

La emisión de sustancias contaminantes a la atmósfera, procedentes tanto de fuentes naturales como


antropogénicas puede incidir en la salud de las personas, en la degradación de materiales y en los seres
vivos y funcionamiento de los ecosistemas. Los diferentes grupos de sustancias y sus efectos se
describen en el apartado de problemática ambiental y contaminantes.
Para evitar o minorar estos efectos perjudiciales se plantea la regulación y el control de las emisiones
de determinados contaminantes, bien mediante restricciones al uso de sustancias concretas, bien
mediante la regulación de las actividades potencialmente contaminadoras. Estas actividades se suelen
agrupar por sectores, tales como la producción de energía, sector industrial, transporte, gestión de
residuos, actividades agrarias (ganadería, uso de fertilizantes, cultivos), sin olvidar actividades
domésticas (uso de pinturas o aerosoles).
Las diferentes fuentes de emisión y sus regulaciones se analizan en el apartado fuentes de emisión,
así como en los dedicados a contaminantes o sectores específicos.

PROBLEMÁTICA AMBIENTAL Y CONTAMINANTES

La contaminación atmosférica es un problema tanto local como global provocado por la emisión de
determinadas sustancias que, bien por sí solas, bien por las resultantes de sus reacciones químicas,
provocan efectos perjudiciales para el medio ambiente y la salud.
En relación con la salud, el ozono troposférico y las partículas (“polvo fino”) son los contaminantes
más preocupantes dado que la exposición a los mismos puede acarrear consecuencias que van desde
leves efectos en el sistema respiratorio a alergias o incluso mortalidad prematura.
El ozono no se emite directamente, sino que se forma a partir de la reacción de los compuestos
orgánicos volátiles (COV) y los óxidos de nitrógeno (NOx) en presencia de luz solar.
Las partículas pueden emitirse directamente a la atmósfera (las llamadas partículas primarias) o
formarse en ella como “partículas secundarias” a partir de gases como el dióxido de azufre (SO2), los
óxidos de nitrógeno (NOx) y el amoniaco (NH3).
Los ecosistemas resultan asimismo dañados por:
1) los depósitos de sustancias acidificantes como los óxidos de nitrógeno, el dióxido de azufre y el
amoniaco, que provocan alteraciones ecológicas y pérdida de biodiversidad;
2) el exceso de nutrientes de nitrógeno en forma de amoniaco y óxidos de nitrógeno, que pueden
perturbar a las comunidades vegetales y filtrarse a las aguas dulces, lo que provoca un fenómeno
denominado “Eutrofización” generado por un exceso de nutrientes que genera una alteración de los
ecosistemas acuáticos, y una pérdida de su biodiversidad;
3) el ozono troposférico, que ocasiona daños físicos a los cultivos agrícolas, los bosques y las plantas,
además de frenar su crecimiento.
La contaminación atmosférica también deteriora los materiales con la consiguiente degradación de
edificios y monumentos.
Además, los metales pesados y los contaminantes orgánicos persistentes afectan al funcionamiento
de los seres vivos y a su reproducción, tendiendo a bioacumularse y a biomagnificarse a medida que
ascendemos en la cadena trófica.
Por otro lado también es importante mencionar también la existencia de una serie de contaminantes
que tienen una influencia directa en el calentamiento global, ya que poseen un Potencial de
Calentamiento Global muy elevado, así como la existencia contaminantes implicados directamente en
la destrucción del ozono estratosférico con la consiguiente reducción de la capa de ozono.

Actividades emisoras

La emisión de sustancias contaminantes a la atmósfera, procedentes tanto de fuentes naturales como


antropogénicas puede incidir en la salud de las personas, en la degradación de materiales y en los seres
vivos y funcionamiento de los ecosistemas. Los diferentes grupos de sustancias y sus efectos se
describen en el apartado de problemática ambiental y contaminantes.
Para evitar o minorar estos efectos perjudiciales se plantea la regulación y el control de las emisiones
de determinados contaminantes, bien mediante restricciones al uso de sustancias concretas, bien
mediante la regulación de las actividades potencialmente contaminadoras. Estas actividades se suelen
agrupar por sectores, tales como la producción de energía, sector industrial, transporte, gestión de
residuos, actividades agrarias (ganadería, uso de fertilizantes, cultivos), sin olvidar actividades
domésticas (uso de pinturas o aerosoles).
Las diferentes fuentes de emisión y sus regulaciones se analizan en el apartado fuentes de emisión,

así como en los dedicados a contaminantes o sectores específicos:

 INDICE EMISIONES EN TRANSPORTE Y MAQUINARIA

Durante las últimas décadas el transporte se ha desarrollado enormemente, especialmente en países


como España, donde actualmente supone cerca del 40% de la energía consumida. Este consumo
energético deriva indirectamente en una serie de emisiones contaminantes, en algunas de las cuales,
como en los óxidos de nitrógeno, el transporte supone más del 40% del total de las emisiones totales de
ese contaminante. En cuanto a emisiones de gases de efecto invernadero, actualmente el transporte
genera aproximadamente una cuarta parte del total de las emitidas en España.

 GRANDES INSTALACIONES DE COMBUSTIÓN

Se define como instalación de combustión a cualquier dispositivo técnico en el que se oxiden


productos combustibles a fin de utilizar así el calor producido.
Para producir calor se utiliza fundamentalmente combustible fósil, el cual se quema generalmente
con aire como fuente de oxígeno.
La combustión se puede definir como una combinación del oxígeno con los elementos del
combustible, que en los combustibles fósiles son fundamentalmente tres: carbono (C), hidrógeno (H2)
y, en menor medida como fuente de producción de calor, azufre (S). Estas reacciones liberan el calor
que se aprovechará para obtener el vapor. Los productos de estas reacciones son de manera teórica:
dióxido de carbono (CO2), agua (H2O) y dióxido de azufre (SO2), respectivamente, aunque en la
realidad además de ellos se producen otros dependiendo de la composición del combustible y de la
cantidad de oxígeno introducida (NOx, CO, partículas, etc).
Por tanto, las emisiones de contaminantes a la atmósfera derivadas de la combustión de combustibles
fósiles más importantes son las de SO2, NOx, CO, partículas y gases de efecto invernadero, como el
CO2. También se emiten otras sustancias en pequeñas cantidades como, por ejemplo, metales pesados,
compuestos de haluros y dioxinas.
Se entiende por gran instalación de combustión (GIC) a una instalación de combustión cuya potencia
térmica nominal sea igual o superior a 50 MWt, o a un conjunto de instalaciones de combustión
consideradas por la Administración como única unidad, cuya suma de potencias térmicas nominales sea
igual o superior a 50 MWt, pues, según el Real Decreto 430/2004, de 12 de marzo, y el Capítulo V del
Reglamento de emisiones industriales aprobado por el Real Decreto 815/2013, de 18 de octubre, cuando
dos o más instalaciones independientes estén instaladas de manera que sus gases residuales se expulsen
por una misma chimenea, o a juicio de la Administración competente y teniendo en cuenta aspectos
técnicos y económicos, puedan ser expulsados por una misma chimenea, la combinación resultante de
tales instalaciones se considerará como una única unidad.

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