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Originariamente denominados los Garras de Fuego, este capítulo es uno de los más
secretistas y sobre los que menos información se conoce desde su fundación. A ello
contribuye el hecho de que son colaboradores asiduos con ciertas ramas de la
Inquisición, quienes les prestan sus vastos recursos para perseguir su objetivo mutuo: la
lucha contra el Caos. Pero, a diferencia de los inquisidores más puritanos, aquellos que
les prestan su ayuda no buscan únicamente aniquilar a los adoradores de los poderes
ruinosos y destruir sus objetos de veneración. El tipo de lucha en el que participan los
Despojadores es mucho más peligroso, pues buscan comprender al Caos, desentrañar
los secretos de la Disformidad se los que se valen sus enemigos y utilizarlos en
beneficio y defensa del Imperio de la Humanidad.
Según se desprende de las transcripciones del Mythos Angelica Mortis, los Garras de
Fuego fueron creados como parte del llamado Astartes Praesus, una fundación de
capítulos de marines espaciales cuyo único propósito fue reforzar las defensas
imperiales alrededor del Ojo del Terror, antes de la Cicatrix Maledictum, en los tiempos
en que Cadia aún se alzaba desafiante. Desde el principio ese capítulo se destacó entre
sus hermanos por su capacidad para contrarrestar a los insidiosos cultos de Caos como
el Ojo Interior, y ayudaron a salvar millones de vidas durante el refuerzo de la Cruzada
de Hendrik. Pero el punto de inflexión, el momento que determinaría su suerte futura,
tuvo un único nombre: Cazador del Pecado.
Bautizado bajo ese nombre, un pecio espacial apareció de la nada cerca del mundo forja
Stygies, en el Segmentum Obscurus, cargado con una partida de guerra de marines
espaciales del Caos cuyo paladín era conocido sólo como El Difamador. Respondiendo
a la llamada del inquisidor De Marche, el bibliotecario Decario y una vanguardia de
exterminadores Garras de Fuego se unieron al abordaje del pecio y llevaron a cabo su
justa purga. Al verse rodeados, los renegados se retiraron hasta una antigua sala de
motores monstruosamente grande, donde creyeron que el temor a detonar alguna de
aquellas unidades milenarias frenaría el avance de los siervos del Emperador.
No fue así, y durante la batalla el propio Difamador se vio cara a cara con Denario y De
Marche. Aún estando en desventaja, el paladín del Caos era un rival formidable, incluso
alardeaba de haber encarcelado a un gran demonio a su espada, siendo ellos oponentes
insignificantes en comparación. De Marche cayó primero, herido gravemente, y poco
después, durante un forcejeo, Denario y el Difamador se precipitaron desde una pasarela
a un nivel inferior. Aún mientras el monstruoso paladín reía, el bibliotecario volvió a
empuñar su espada al alzarse y la blandió en un potente arco que cogió desprevenido a
su rival. La cabeza del Difamador cayó al suelo cuando su cuerpo aún estaba de rodillas,
pero lo que llegó desde el piso superior no fue un grito de victoria. De Marche,
horrorizado, había visto cómo el marine espacial había recogido sin darse cuenta el
arma demonio de su enemigo y le había destruido con ella.
Manteniendo el suceso bajo el más estricto secreto, el inquisidor tomó bajo su custodia
la espada del Difamador y ayudó a Denario a explicar lo sucedido a su señor del
capítulo. Habían sido testigos de cómo el poder demoníaco que sus rivales esgrimían
podía ser vuelto contra ellos, pero no era algo que ni la Inquisición ni los demás
capítulos del Adeptus Astartes fueran a aceptar de buen grado. Decidido a comprobar su
teoría, el señor del capítulo de los Garras de Fuego se embarcó en su propia cruzada
alrededor del Ojo del Terror en busca de otros artefactos demoníacos que pudieran ser
utilizados contra los adoradores del Caos. Se desconoce qué sucedió a lo largo de las
décadas siguientes, pero a su regreso a la fortaleza-monasterio el capítulo cambió su
heráldica y pasó a autodenominarse Los Despojadores.
DESPOJADORES
Un ejército de Marines Espaciales puede pertenecer al Capítulo de los Despojadores. En
ese caso, sustituye la clave <CAPÍTULO> de las entradas de las unidades por la clave
DESPOJADORES.
Un ejército de Despojadores veterano tendrá acceso a su Táctica de Capítulo,
Estratagema y Rasgo de Señor de la Guerra correspondientes tal y como se indica en la
sección Hijos de los Primarcas del Codex Marines Espaciales.
Los Despojadores sólo pueden adquirir Reliquias de la lista indicada en este artículo.
Ninguna de sus miniaturas PRIMARIS puede ser equipada con una Reliquia.
AZOTE DE ARTEKUS
Las mazas de este enorme mayal
resplandecen como
fantasmagóricos rostros
demoníacos cuando es blandido.
El señor del capítulo Artekus
Bardane llegó a ser célebre por
su dominio sobre esta arma
poseída y la destrucción que
podía causar entre los enemigos
del Imperio con ella.
Sólo miniaturas DESPOJADORES
con bastón de fuerza o maza de energía. Esta arma reemplaza el bastón de fuerza o
maza de energía del portador y tiene el siguiente perfil:
GRIMORIUM PANDAEMONUM
En el nombre de este libro se han realizado numerosos sacrificios y rituales de
invocación demoníacos. Normalmente un artefacto de esta naturaleza sería
inmediatamente destruido o entregado a la Inquisición, pero los Despojadores
descubrieron que, cuando se leen al revés, sus blasfemas oraciones provocan oleadas
en la Disformidad que desestabilizan a todo lo relacionado con ella.
Al inicio de tu fase psíquica, el portador puede leer pasajes del Grimorium
Pandaemonum. En ese caso tira 3D6 por cada unidad DEMONIO o PSÍQUICO a 12" o
menos de él, amiga o enemiga; si el resultado es superior al atributo de Liderazgo de la
unidad, se aplica un -1 a sus tiradas de salvación invulnerable y a sus intentos de
manifestar o negar poderes psíquicos o de invocar unidades con la regla Ritual
Demoníaco hasta el inicio de tu siguiente fase psíquica.
ESENCIA DE PHAEDRON
Se invirtieron valiosos recursos en capturar la Espada
de Phaedron, pues se dice que fue concebida no como
arma sino para encarcelar la esencia de un demonio
que siente un feroz odio contra los de su propia raza.
Temerosos de que un artefacto tan valioso se pierda en
la batalla, Los Despojadores no utilizan esta espada
para combatir sino que han desarrollado un complejo
ritual para transmitir parte de su poder a otras armas
debidamente preparadas. Incluso con una ínfima parte
del poder de Phaedron, un arma sencilla se vuele un
instrumento de aniquilación de demonios sin parangón.
Antes de la batalla, elige un arma del portador que no
sea de tipo Granada para imbuir en ella la Esencia de
Phaedron. El arma pasará a considerarse parte de esta
Reliquia; siempre herirá a unidades DEMONIO con
resultados de 2+ y duplicará todo el daño que les
inflija.