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POSADAS NAVIDEÑAS

Las Posadas son tradicionales celebraciones de México y Centroamérica


con las que se preparan los nueve días previos a la celebración de
Navidad. En medio de la secularización de estas fiestas, el Sistema
Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME) ha preparado una guía
práctica para vivirlas de una forma cristiana.

La guía del SIAME busca “hacer de las Posadas un tiempo de preparación


para recibir al niño Jesús como se merece”, y no “una mera ocasión para
bailar, romper piñata, comer y beber sin medida, pero sobre todo, sin
ningún beneficio espiritual”.

Para esto, el informativo de la Arquidiócesis de México propone 6 pasos:

1. La bienvenida. Como indica el SIAME, “es muy común que las Posadas
se realicen en diferentes lugares cada noche”, por lo que “los anfitriones
de la casa en turno deberán estar atentos a la llegada de los invitados,
evitando distraerse con preparativos de última hora”.

“Una buena recepción garantiza una mejor convivencia entre los


participantes, pues se sentirán acogidos”, señala.

2. La integración. “Mientras se ameniza la recepción de los invitados con


villancicos, la familia anfitriona puede repartir entre los asistentes hojas-
guía con las letras de los mismos, lo que provocará que los asistentes
comiencen a entonarlos y vayan perdiendo la timidez, creando así un
ambiente de integración”.

“Los villancicos son cantos que expresan la alegría de la comunidad


cristiana, que espera y reconoce el nacimiento de Jesucristo, y como tales,
es importante llenar el ambiente de ellos”, destaca el SIAME.

3. El rezo del Rosario. El informativo mexicano señala que “orar con María
durante estos nueve días es la mejor forma de prepararnos para la
Navidad” y advierte que “para rezar el Rosario adecuadamente, primero
es necesario concientizar a los asistentes -principalmente a los adultos-
que esta práctica permite acompañar a los Peregrinos en su andar, pero
también constituye una oportunidad para pedirle a María su intercesión
por la unidad de la comunidad y de las familias presentes”.

4. La Letanía. Al concluir el quinto misterio del Rosario, indica SIAME, “se


organiza una procesión con las imágenes de los Santos Peregrinos,
mientras se canta la Letanía, que es una serie de invocaciones que se
hacen a la Virgen con la finalidad de alabarla en sus distintas advocaciones
y pedirle que interceda por nosotros”.
“Con estas invocaciones, los participantes de la procesión –portando velas
encendidas o luces de bengala que representan la luz de Cristo–
acompañan a los Peregrinos en su caminar en busca de alojamiento”,
explica.

Una sugerencia propuesta en la guía de la arquidiócesis de México es que


los Santos Peregrinos “sean cargados por niños atendiendo a las palabras
de Jesús: ‘Dejar que los niños se acerquen a mí’”.

5. La Petición de Posada. La guía del SIAME propone que “al llegar a la


casa donde se habrá de pedir Posada, se sugiere que uno de los invitados
lea una pequeña reflexión catequética –previamente escrita– en torno al
momento de preparación que se vive y se hace una petición por alguna
familia o sector específico de la comunidad”.

“Concluida esta reflexión, se da paso a la petición de Posada: dentro de


la casa permanecen los anfitriones y fuera de ella los demás participantes.
Cada uno de los grupos cantan sus correspondientes versos, al término
de los cuales se abren las puertas de la casa para que ingresen los
Peregrinos. La alegría y el júbilo debe ser notorios porque una familia ha
abierto las puertas de su hogar a José y María”, señala.

6. La convivencia final. El SIAME indica que “dentro de la casa, el anfitrión


reparte la comida (también puede ser de ‘traje’; es decir, que cada familia
comparta algo) y el tradicional ponche, al tiempo que se rompe la piñata
y se entregan los aguinaldos”.

“Este debe ser el momento adecuado para la convivencia familiar y el


espacio propicio para acabar con las diferencias, envidias o rencores entre
la comunidad con la finalidad de llegar con el corazón limpio al encuentro
de Nuestro Señor Jesucristo en Navidad”, aconseja.

“Mientras tanto, la imagen de María y José permanecen durante esa noche


en la casa que sirvió de Posada, desde donde saldrán al día siguiente para
llegar a su próxima morada”, finaliza el SIAME.

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