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El Método Biográfico-Narrativo.

Aportaciones y obstáculos

Los seres humanos somos contadores y escuchadores de historias, somos imaginarios,


utópicos, irracionalmente aventureros al imaginarnos los que queremos ver hecho en la
realidad, tomando siempre nuestros referentes para la construcción de futuros parajes de
conocimiento donde quisiéramos llegar a través de lo que podemos percibir con nuestros
sentidos, edificamos metas que nos motivan a vivir el presente desde planear unas relajantes
vacaciones en alguna playa paradisiaca, hasta el reto de obtener un nuevo trabajo o adquirir
el nuevo nivel académico soñado.

Sabemos que nuestro sistema conductual tiene 2 grandes influencias en nuestro pensamiento,
aunque en diferente proporción en cada uno de nosotros, los hemisferios en nuestro cerebro
tienden a acrecentar o inclinarse por un ciertas prácticas y hábitos en específico, y a veces
pensamos que es una información congénita incorregible, el hecho de tener poco desarrollado
uno u otro, por eso a la hora de redactar o analizar cierta información anteponemos el
estereotipo de nosotros mismos en el cual nos hemos quedado varados toda la vida, y en este
caso, hablamos de lo bello y hermoso que es el usar nuestro lado, reflexivo, soñador que nos
ayuda a ponerle color a nuestros pensamientos y ver más allá de lo que captan nuestros
sentidos.

La investigación educativa, amerita un profundo compromiso con la sociedad y todos


aquellos que puedan adquirir conocimiento, por lo mismo, el investigador debe abrirse ante
las diversas posibilidades de conocimiento y tomar en cuenta el alcance que puede llegar a
obtener por medio de la información que ha aportado. Ya que hay que tener en cuenta que la
educación no es sólo un elemento más de desarrollo, la educación tiene nombres y apellidos,
tiene años de vida y biografía, aunque no vive por sí misma, ocupa un lugar entre nosotros,
por lo mismo no podemos remitirnos sólo al alcance, o al impacto que ella tiene, no podemos
englobar en porcentajes fríamente su avance o retroceso, así como no podemos decir que una
persona está 40% sana o 60% deprimida, necesitamos escucharla, sentirla, observarla para
determinar si necesita algo más o así se la está pasando bien, y es sólo por medio de quienes
la viven y la transmiten que podemos obtener esa información, por ello la narrativa cómo
método es
"Mediante la narrativa construimos, reconstruimos, en cierto sentido hasta reinventamos,
nuestro ayer y nuestro mañana. La memoria y la imaginación se funden en este proceso"
(Bruner, 2003, p. 130).

El relato no constituye sólo una enumeración de hechos ligados sino que "incluye el sentido
de esa relación y la trama explicativa de su conexión reproduciendo las experiencias de una
manera relevante y con sentido"(Connelly y Clandinin, op. cit., p. 39).

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