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¿Qué es el estrés?
Cuando los directivos experimentan estrés, tienden a tener una fijación por un solo
método para el entendimiento de un problema, sobreestiman el tiempo y es por
eso que siempre se sienten presionados. Pueden tener una perspectiva o crisis a
corto plazo y dejan de considerar las implicaciones a largo plazo. No saben
escuchar a los demás o no consultan otros puntos de vista, Consultar y escuchar
menos a los demás. Tienen una menor capacidad de crear pensamientos
creativos y soluciones únicas a los problemas. Las tendencias en las que pueden
caer los directivos es extensa, pues éstas son unas de las más comunes.
Por lo tanto, la habilidad de manejar el estrés es crucial para alguien con un cargo
de dirección o gerencia, pues se pueden generar ganancias significantes.
En el manejo del estrés, se ha encontrado que lo más eficaz ha sido utilizar una
jerarquía particular de métodos (Kahn & Byosiere, 1992; Lehrer, 1996). El primer
método es eliminar o minimizar todo factor que lo produce por medio de
las estrategias de ejecución, estas crean un nuevo entorno para el individuo que
no contiene los factores de estrés.
Se puede llegar a tener un buen control del tiempo a partir de un método eficaz,
por consecuente teniendo resultados significativos en el aprovechamiento y
rendimiento en el trabajo, no sólo a nivel personal.
Las personas pasan su tiempo en los asuntos importantes, no solo en los asuntos
urgentes; éstas son capaces de distinguir claramente entre lo que ven como algo
importante y lo que ven como urgente; los resultados son el enfoque de las
estrategias de administración del tiempo; por último, la gente tiene una razón para
no sentirse culpable cuando debe decir “no”. Administrar el tiempo basándose en
los principios centrales para deliverar la importancia de cada actividad que se
tiene, es la clave para decir “no” sin sentirse culpable.
¿Por qué la importancia de saber decir “no”? Hay momentos en los que se cuenta
con la disposición y el sentimiento de compañerismo se tiene bien desarrollado,
pero esto puede ser un arma de doble filo, pues al querer ser solidarios se deja en
segundo plano las actividades a las que se les debe dar prioridad y uno sale
afectado por la falta de tiempo, lo cual, trae como consecuencia pasar un episodio
de estrés.