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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN

5267/2014

PONENTE: MINISTRO JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ


SECRETARIOS: GABINO GONZÁLEZ SANTOS
LUZ HELENA OROZCO Y VILLA

En atención a lo dispuesto por el artículo 73, segundo párrafo, de la


Ley de Amparo, así como la jurisprudencia de rubro: “PROYECTOS
DE RESOLUCIÓN DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA
NACIÓN Y DE LOS TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO.
SÓLO DEBEN PUBLICARSE AQUELLOS EN LOS QUE SE
ANALICE LA CONSTITUCIONALIDAD O LA CONVENCIONALIDAD
DE UNA NORMA GENERAL, O BIEN, SE REALICE LA
INTERPRETACIÓN DIRECTA DE UN PRECEPTO
CONSTITUCIONAL O DE UN TRATADO INTERNACIONAL EN
MATERIA DE DERECHOS HUMANOS.”1, a continuación se hace
público el fragmento del proyecto de sentencia del Amparo Directo en
Revisión 3916/2015, en el cual se realiza el estudio de
constitucionalidad respectivo:

27. Como ya lo ha referido de forma reiterada esta Suprema Corte de Justicia


de la Nación, el artículo 1° de la Constitución Federal prohíbe la
discriminación con base en las categorías sospechosas derivadas del origen
étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición
social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias
sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad
humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades
de las personas.
1
Jurisprudencia P./J. 53/2014 (10a.), publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, Décima Época, Pleno, Libro 12, Noviembre de 2014, Tomo I, Página: 61.
28. De conformidad con el parámetro de regularidad constitucional del principio
a la igualdad y la no discriminación 2 éste permea todo el ordenamiento
jurídico. Así, cualquier tratamiento que resulte discriminatorio respecto del
ejercicio de cualquiera de los derechos garantizados en la Constitución es
per se incompatible con la misma. En otros términos, es incompatible toda
2
Ver, entre otros, Artículo 1º constitucional, Articulo 1 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, Artículo 26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, Artículo 1 de la
Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer; el artículo
1.1 de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación
Racial; el artículo 1.2 de la Convención Interamericana para la Eliminación de todas las formas de
Discriminación contra las Personas con Discapacidad, y el artículo 1º de la Ley Federal para
Prevenir y Eliminar la Discriminación. Véase igualmente: Corte Interamericana de Derechos
Humanos, OC-18/03 del 17 de septiembre de 2003. Serie A No. 18, OC-21/14 de 19 de agosto de
2014. Serie A No. 21 y los casos: Corte IDH. Caso de personas dominicanas y haitianas
expulsadas vs República Dominicana. Sentencia de 28 de agosto de 2014. Serie C. No. 282; Corte
IDH. Atala Riffo y Niñas vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia del 24 de febrero de
2012. Serie C No. 239; Corte IDH. Reverón Trujillo vs. Venezuela. Excepción Preliminar, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de junio de 2009. Serie C No. 197; Corte IDH Niñas Yean
y Bosico vs. República Dominicana. Sentencia de 8 de septiembre de 2005. Serie C No. 130; Corte
IDH Yatama vs. Nicaragua. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 23 de junio de 2005. Serie C No. 127; Corte IDH Nadege Dorzema y otros vs. República
Dominicana. Fondo Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de octubre de 2012 Serie C No. 251;
Corte IDH Comunidad Indígena Sawhoyamaxa vs. Paraguay, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 29 de marzo de 2006. Serie C No. 146, entre otros. En el mismo sentido, Comité de
Derechos Humanos, Observación General 18 y Observación General 28; Comité de Derechos
Económicos Sociales y Culturales, Observación General 28, y Comité contra la Discriminación de
la Mujer, Recomendación General 25. Propuesta de Modificación a la Constitución Política de
Costa Rica relacionada con la Naturalización. Opinión Consultiva OC-4/84 del 19 de enero de
1984. Serie A No. 4 y Caso Comunidad Indígena Xákmok Kásek. vs. Paraguay. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de agosto de 2010 Serie C No. 214, Condición Jurídica y
Derechos de los Migrantes Indocumentados. Opinión Consultiva OC-18/03 del 17 de septiembre de
2003. Serie A No. 18, párr. 101 Ver Acción de Inconstitucionalidad 8/2014, resuelta por el Tribunal
Pleno en la sesión de once de agosto de dos mil quince, bajo la ponencia de la Ministra Margarita
Beatriz Luna Ramos (y como encargado del engrose, el Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena). En
la Primera Sala, ver Amparo en revisión 581/2012, resuelto en sesión de cinco de diciembre de dos
mil doce, por unanimidad d cuatro votos, bajo la ponencia del Ministro Arturo Zaldívar Lelo de
Larrea. Amparo en revisión 457/2012, resuelto en sesión de cinco de diciembre de dos mil doce,
por unanimidad de cuatro votos, bajo la ponencia de José Ramón Cossío Díaz. Amparo en revisión
567/2012, resueltos en sesión de cinco de diciembre de dos mil doce, por unanimidad de cuatro
votos, bajo la ponencia del Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo. Amparo en revisión 152/2013,
resuelto en sesión de veintitrés de abril de dos mil catorce, por mayoría de cuatro votos, bajo la
ponencia del Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Amparo en revisión 263/2014, resuelto en
sesión de veinticuatro de septiembre de dos mil catorce, por mayoría de cuatro votos, bajo la
ponencia de la Ministra Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Amparo en revisión 122/2014,
resuelto en sesión de veinticinco de junio de dos mil catorce, por unanimidad de votos, bajo la
ponencia del Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo. Amparo en revisión 591/2014, resuelto en
sesión de veinticinco de febrero de dos mil quince, por unanimidad de cinco votos, bajo la ponencia
del Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo. Amparo en revisión 483/2014, resuelto en sesión de
quince de abril de dos mil quince, por mayoría de cuatro votos, bajo la ponencia del Ministro Arturo
situación que, por considerar superior a un determinado grupo, conduzca a
tratarlo con algún privilegio, o que, inversamente, por estimarlo inferior, se le
trate con hostilidad o de cualquier forma lo discrimine del goce de derechos
que sí se reconocen a quienes no se consideran incursos en tal situación3.

29. Es importante recordar, sin embargo, que no toda diferencia en el trato


hacia una persona o grupo de personas es discriminatoria, siendo
jurídicamente diferentes la distinción y la discriminación, ya que la primera
constituye una diferencia razonable y objetiva, mientras que la segunda
constituye una diferencia arbitraria que redunda en detrimento de los
derechos humanos4. En igual sentido, la Constitución no prohíbe el uso de
categorías sospechosas, sino su utilización de forma injustificada. No se
debe perder de vista, además, que la discriminación tiene como nota
característica que el trato diferente afecta el ejercicio de un derecho
humano5. El escrutinio estricto de las distinciones basadas en las categorías
sospechosas garantiza que sólo serán constitucionales aquellas que tengan
una justificación muy robusta6.

Zaldívar Lelo de Larrea. Amparo en revisión 823/2014, resuelto en sesión de diecisiete de junio de
dos mil quince, por mayoría de cuatro de votos, bajo la ponencia del Ministro José Ramón Cossío
Díaz.
3
Cfr. Amparo directo en revisión 597/2014 resuelto en sesión de diecinueve de noviembre de dos
mil catorce, por unanimidad de cinco votos, bajo la ponencia del Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz
Mena, en donde se cita, Cfr. Condición Jurídica y Derechos de los Migrantes Indocumentados.
Opinión Consultiva OC-18/03 del 17 de septiembre de 2003. Serie A No. 18, párr. 55.
4
Cfr. Corte IDH. Caso Artavia Murillo y otros (Fecundación in vitro) vs. Costa Rica. Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de noviembre de 2012. Serie C. No.
257.
5
Ver Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, la cual, en su artículo 4 establece que:
“Queda prohibida toda práctica discriminatoria que tenga por objeto o efecto impedir o anular el
reconocimiento o ejercicio de los derechos y la igualdad real de oportunidades en términos del
artículo 1o. constitucional y el artículo 1, párrafo segundo, fracción III de esta Ley.” Ver también
Observación General No. 18 del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, párrs. 6 a 8.
6
Cfr. Amparo en revisión 152/2013, op cit, Amparo en revisión 155/2015, op. cit. Amparos en
revisión 704/2014 y 735/2014, op. cit. Ver también la tesis 1a. XCIX/2013 (10a.), emitida por la
Primera Sala de esta Suprema Corte, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Décima Época, Tomo I, abril de 2013, página 961 de rubro y texto: “IGUALDAD. CUANDO
UNA LEY CONTENGA UNA DISTINCIÓN BASADA EN UNA CATEGORÍA SOSPECHOSA, EL
JUZGADOR DEBE REALIZAR UN ESCRUTINIO ESTRICTO A LA LUZ DE AQUEL PRINCIPIO.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sostenido que cuando una ley contiene una
distinción basada en una categoría sospechosa, es decir, en alguno de los criterios enunciados en
el último párrafo del artículo 1o. constitucional (el origen étnico o nacional, el género, la edad, las
30. Una vez establecido que la norma hace una distinción basada en una
categoría sospechosa, corresponde realizar un escrutinio estricto de la
medida legislativa. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia
estima conveniente explicar la forma en la que se tiene que realizar el
examen de igualdad en estos casos para poder clarificar las diferencias que
existen entre un escrutinio ordinario y el que debe aplicarse a las
distinciones legislativas que se apoyan en una categoría sospechosa7.

31. Así, en primer lugar, debe examinarse si la distinción basada en la categoría


sospechosa cumple con una finalidad imperiosa desde el punto de vista
constitucional. Cuando se aplica el test de escrutinio estricto para enjuiciar
una medida legislativa que realiza una distinción no debe exigirse
simplemente, como se haría en un escrutinio ordinario, que se persiga una
finalidad constitucionalmente admisible. Dicho de otra forma, la finalidad
perseguida no debe ser abiertamente contradictoria con las disposiciones
constitucionales. Así, al elevarse la intensidad del escrutinio, debe exigirse
que la finalidad tenga un apoyo constitucional claro: debe perseguir un
objetivo constitucionalmente importante, es decir, proteger un mandato de
rango constitucional8.

32. En segundo lugar, debe analizarse si la distinción legislativa está


estrechamente vinculada con la finalidad constitucionalmente imperiosa. La

discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las
preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga
por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas), el juzgador debe
realizar un escrutinio estricto de la medida para examinar su constitucionalidad a la luz del principio
de igualdad, puesto que estas distinciones están afectadas de una presunción de
inconstitucionalidad. Si bien la Constitución no prohíbe que el legislador utilice categorías
sospechosas, el principio de igualdad garantiza que sólo se empleen cuando exista una
justificación muy robusta para ello”.
7
Cfr. Acción de inconstitucionalidad 8/2014 fallado por el Tribunal Pleno, así como el Amparo en
revisión 581/2012, el Amparo en revisión 152/2013 y el Amparo en revisión 704/201, resueltos en la
Primera Sala, citados anteriormente.
8
Idem.
medida legislativa debe estar directamente conectada con la consecución
de los objetivos constitucionales antes señalados; es decir, que la medida
debe estar totalmente encaminada a la consecución de la finalidad, sin que
se considere suficiente que esté potencialmente conectada con tales
objetivos9.

33. En tercer y último lugar en cuanto a las gradas del examen de igualdad, la
distinción legislativa debe ser la medida menos restrictiva posible para
conseguir efectivamente la finalidad imperiosa desde el punto de vista
constitucional.

34. Finalmente, ya el Tribunal Pleno ha reconocido que si bien es incuestionable


la libertad de configuración que poseen los Congresos estatales para
regular ciertas materias —como en el caso es la materia penal— es de la
mayor importancia destacar que dicha libertad se encuentra limitada por los
mandatos constitucionales y el reconocimiento de derechos humanos desde
la Constitución y los tratados internacionales suscritos por México, de
conformidad con el artículo 1° constitucional. 10 En similar sentido, la Corte
Interamericana de Derechos Humanos ha destacado que la legitimidad
democrática de ciertos actos o hechos “está limitada por las normas y
obligaciones internacionales de protección de los derechos humanos […] de
modo que la existencia de un verdadero régimen democrático está
determinada por sus características tanto formales como sustanciales.11

(…)

9
Idem.
10
Cfr. Acción de inconstitucionalidad 8/2014 fallada por el Tribunal Pleno. Véase también la tesis
1ª./J. 45/2015, emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte, publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, tomo I, junio de 2015, página 533, de rubro:
“LIBERTAD CONFIGURATIVA DEL LEGISLADOR. ESTÁ LIMITADA POR LOS DERECHOS
FUNDAMENTALES A LA IGUALDAD Y NO DISCRIMINACIÓN QUE OPERAN DE MANERA
TRANSVERSAL”.
11
Corte IDH. Caso Gelman vs. Uruguay. Fondo y Reparaciones. Sentencia de 24 de febrero de
2011. Serie C No.221, párr. 239.
40. Asimismo, se inserta en el reconocimiento de la necesidad de crear un
régimen específico de protección de los derechos de las mujeres,
materializado a nivel internacional desde 1997, cuando la Asamblea General
de las Naciones Unidas aprobó la Convención sobre la Eliminación de
Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (en adelante “CEDAW”,
por sus siglas en inglés) al comprobar que la normativa general no era
suficiente para garantizar la defensa de las mujeres, quienes por su
condición de género requieren una visión especial para el respeto de sus
derechos.

41. En el amparo en revisión 554/2013, esta Primera Sala destacó la


interpretación evolutiva y progresiva de la que ha sido objeto el derecho
humano de las mujeres a una vida libre de violencia, tanto a nivel interno
como internacional. En tal sentido, este órgano jurisdiccional refirió como el
citado derecho se traduce en la obligación del Estado en adoptar medidas
integrales para cumplir con la debida diligencia al combatir la violencia
contra las mujeres, lo que incluye un adecuado marco jurídico de
protección, políticas de prevención y prácticas para actuar eficazmente ante
las denuncias.12

42. En el derecho internacional de los derechos humanos resulta fácilmente


rastreable la evolución indicada. Después de la aprobación de la CEDAW,
fue hasta 1992 que el Comité para la Eliminación de la Discriminación de la
Mujer reconoció el vínculo entre discriminación y violencia contra las
mujeres en la Recomendación General 19. Dicho órgano de control señaló
que la definición de discriminación contra las mujeres contenida en el
artículo 1° de la CEDAW incluye la violencia basada en el género, es decir,
“la violencia dirigida contra la mujer porque es mujer o que la afecta de

12
Amparo en revisión 554/2013, resuelto en sesión de veinticinco de marzo de dos mil quince, por
unanimidad de votos, bajo la ponencia del Ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
forma desproporcionada”.13 Asimismo, en el apartado de recomendaciones,
el Comité de CEDAW incluyó la adopción de medidas jurídicas concretas,
“como sanciones penales, recursos civiles e indemnización” para proteger a
las mujeres contra todo tipo de violencia, no sólo en la familia sino en el
lugar de trabajo.

43. Un par de años después, la Asamblea General de Naciones Unidas publicó


la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en la que
propuso una definición de violencia contra la mujer como “todo acto basado
en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado
un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las
amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad,
tanto si se producen en la vida pública como en la privada”. 14 Esta
Declaración implicó el compromiso de los Estados parte de asumir sus
responsabilidades y de la comunidad internacional para eliminar la violencia
contra la mujer.

44. Por su parte, en el sistema interamericano se adoptó la ya referida


Convención Belém do Pará en 1994, ratificada por México en 1998, la cual
representa el primer instrumento internacional que afirma de manera
contundente que la violencia contra la mujer es una ofensa a la dignidad
humana y una manifestación de las relaciones de poder históricamente
desiguales entre mujeres y hombres. Notablemente, en el artículo 7 de la
Convención se establece lo siguiente:

“Artículo 7. Los Estados Partes condenan todas las formas de


violencia contra la mujer y convienen en adoptar, por todos los
medios apropiados y sin dilaciones, políticas orientadas a

13
Naciones Unidas, Comité de CEDAW, Recomendación General 19: La violencia contra la mujer,
11° período de sesiones, HRI/GEN/1/REV.1, 1992, párr. 6.
14
Naciones Unidas, Asamblea General, Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la
Mujer, A/RES/48/104, 23 de febrero de 1994, artículo 1.
prevenir, sancionar y erradicar dicha violencia y en llevar a cabo lo
siguiente:

a. abstenerse de cualquier acción o práctica de violencia contra la


mujer y velar porque las autoridades, sus funcionarios, personal y
agentes e instituciones se comporten de conformidad con esta
obligación;
b. actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar y
sancionar la violencia contra la mujer;
c. incluir en su legislación interna normas penales, civiles y
administrativas, así como las de otra naturaleza que sean
necesarias para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra
la mujer y adoptar las medidas administrativas apropiadas que
sean del caso;
d. adoptar medidas jurídicas para conminar al agresor a
abstenerse de hostigar, intimidar, amenazar, dañar o poner en
peligro la vida de la mujer de cualquier forma que atente contra su
integridad o perjudique su propiedad;
e. tomar todas las medidas apropiadas, incluyendo medidas de
tipo legislativo, para modificar o abolir leyes y reglamentos
vigentes, o para modificar prácticas jurídicas o consuetudinarias
que respalden la persistencia o la tolerancia de la violencia contra
la mujer;
f. establecer procedimientos legales justos y eficaces para la
mujer que haya sido sometida a violencia, que incluyan, entre
otros, medidas de protección, un juicio oportuno y el acceso
efectivo a tales procedimientos;
g. establecer los mecanismos judiciales y administrativos
necesarios para asegurar que la mujer objeto de violencia tenga
acceso efectivo a resarcimiento, reparación del daño u otros
medios de compensación justos y eficaces; y
h. adoptar las disposiciones legislativas o de otra índole que
sean necesarias para hacer efectiva esta Convención.”

(…)

48. La Convención Belém do Pará define la violencia contra la mujer como


“cualquier acción o conducta, basada en género, que cause muerte, daño o
sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público
como en el privado”.15 En esa lógica, la Corte Interamericana de Derechos
15
Artículo 1 de la Convención Belém do Pará.
Humanos ha establecido “que no toda violación de un derecho humano
cometida en perjuicio de una mujer conlleva necesariamente una violación
de las disposiciones de la Convención Belém do Pará”. 16 Esto lleva a
concluir que la protección específica a la que hemos aludido consiste en
actuar contra la violencia que, como manifestación de la discriminación, la
situación de desigualdad y las relaciones de poder entre hombres y
mujeres, se ejerce en razón de género.

49. Esta precisión fue particularmente desarrollada por la Corte Interamericana


en el Caso González y otras (“Campo Algodonero”) vs. México en
noviembre de dos mil nueve, de especial trascendencia en nuestra materia,
en donde el tribunal internacional de derechos humanos sostuvo que los
asesinatos de las tres mujeres víctimas en el asunto “fueron por razones de
género” y estaban “enmarcados dentro de un reconocido contexto de
violencia contra la mujer en Ciudad Juárez”. 17 En este sentido, la Corte
Interamericana de Derechos Humanos refirió que si bien no era posible
pronunciarse de manera definitiva sobre cuáles homicidios de mujeres en
Ciudad Juárez constituían homicidios de mujeres en razón de género, más
allá de las tres víctimas en el caso particular, lo cierto es que el propio
Estado mexicano admitió la situación de discriminación estructural y
violencia contra las mujeres en la que ocurrieron los hechos.

50. Entonces, retomando el nexo entre violencia y discriminación, debe


señalarse que la finalidad constitucionalmente imperiosa es garantizar el
derecho humano de las mujeres a una vida libre de violencia y
discriminación basada en el género, combatiendo para ello las leyes,
costumbres y prácticas que las colocan en una situación de indefensión y

16
Cfr. Corte IDH, Caso Perozo y otros Vs. Venezuela. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de enero de 2009. Serie C No. 195., párr. 295.
17
Cfr. Corte IDH, Caso González y otras (“Campo Algodonero”) vs. México. Excepción Preliminar,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 16 de noviembre de 2009. Serie C No. 125, párrs.
144 y 450-463.
desigualdad. Esta especificación no resulta menor, como se verá a
continuación.

(…)

54. En este orden de ideas, para determinar si el homicidio de una mujer fue
cometido en razón de género no basta con identificar el sexo de la víctima,
sino que se requiere conocer la motivación y el contexto del crimen, para lo
que puede ser orientador el tipo de violencia a la que fue sometida. Esta
Primera Sala reconoce que tal reconstrucción no está exenta de dificultades
probatorias, pero de dicha circunstancia no debiera derivarse sin más la
presunción adversa de que todo daño infligido a una mujer tuvo como
motivación su género o que se desarrolló en un contexto de dominación,
pues la misma no es solamente epistemológicamente falsa sino
constitucionalmente inadmisible.

42. Por otro lado, al centrar el elemento diferenciador en el sexo (entendido


como característica biológica) y no en el género (entendido como
construcción cultural), la norma jurídica asume y promueve una concepción
de la mujer como sujeto intrínsecamente vulnerable, que el propio legislador
equipara a los menores de edad, de quienes se presume una posición de
debilidad sin posibilidad de prueba en contrario. Este enfoque esencialista
resulta inaceptable a la luz del parámetro general del principio de igualdad y
no discriminación, y también resulta en sobre-inclusión, pues junto con los
sujetos pasivos vulnerables se incluyen otros que no lo son. Ello es
particularmente grave si se toma en cuenta la intensidad jurídica de las
normas penales, en donde la diferenciación tiene como consecuencia la
privación de la libertad de una persona.

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