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Cuando salíi de mi Paíis, le dije a Carmen que le escribiríia, o la llamaríia.

E, en ese

momento no habáian celulares, ni menos internet, solo teléefonos con marcador de

disco o cartas que se enviaban a traves del correo. Ojala Ojalá hubiera existido el internet. Nos h, hubiera

facilitado tanto las cosas.

Un díia llamée a Ccarmen. E, estaba contenta en la ciudad del jazz, Nnew Oorleans. Le contée acerca

del internado y de mi compañera mexicana Patricia que era la cola de Judas y que ese fin de semana, con

mi amiga, escaparíiamos hacia la frontera mexicana, a divertirnos un poco. Queríiamos conocer ciudad

Jjuarez, inspeccionar un poco la ciudad e ir a escuchar los mariachis. Era un plan bastante atrevido para

nuestra edad. Ademáas, compraríiamos una botella de tequila para traer al colegio y esconderla en el

dormitorio, por si acaso andabamos en la “Ccalle de la Aamargura”, sin nadie que nos invitara o por si

estáabamos aburridas.

El fin de semana llegóo y nos pasóo a recoger una compañera que vivíia muy cerca del colegio, ella era

americana de padres mexicanos. Su nombre era Dalila. E, esa primera semana me hice su amiga y la

chica era tan simpáatica como Patricia. Tenía la pPiel bronceada, ojos marrones, pelo negro hasta los

hombros, cuerpo voluptuoso. Tenia, un rostro bien mexicano.

Ddalila tenÍia las mejores notas de la clase, pero era máas loca que una cabra. En cuanto salimos de

clase de clases, subimos a nuestra habitacion , a vestirnos y , maquillarnos. , Dalila llegaríia por nosotros

para llevarnos a “Lla ciudad del Ppecado”, Juarez. Al terminar, bajamos las escaleras como si fuéeramos

un tropel de caballos desbocados. Cuando cruzamos el gran portóon del colegio vimos a Dalila en un

flamante Chevrolet Bel Air descapotable, color aqua y blanco, modelo 57, esperandonos para llevarnos.

Era toda una diva. U, un pañuelo de seda cubríia su cabeza. U, usaba lentes oscuros enormes, que

apenas dejaban ver su lindo rostro.

Subimos de un salto en su auto. L, la múusica tejana de Hhank Williams, con su famosa cancion: Your

Cheating Heart, sonaba a todo volumen.

Despuées de unos minutos ya estáabamos en la frontera. Ddalila manejaba bastante veloz.

Al pararnos frente a la casilla de control, el guardia fronterizo nos miróo con curiosidad y nos dijo:

-Ustedes son muy jóovenes, ¿quée las lleva a Ciudad Juarez?


-Señor, es que vamos a la Ccatedral de Juarez a un rezo de la Vvirgen de Guadalupe, nos han

invitado. Estudiamos en Loretto Academy, un colegio cáatolico.

-!Pasaportes! por favor.-dijo con autoridad.

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