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Pedos: también llamado, "flato", o gas intestinal, está formado por, obviamente, ¡gas!

Cuando comes, no sólo tragas comida. También tragas aire, el cuál contiene gases como el
nitrógeno y el oxígeno. Mientras digieres la comida, una pequeña cantidad de estos gases
viaja por tu aparato digestivo. Otros gases, como el hidrógeno, el dióxido de carbono (el que
hace las burbujas de las sodas) y el metano se forman cuando los alimentos se descomponen
en el intestino grueso. Todos estos gases en el aparato digestivo tienen que "escapar" de
alguna manera, ¡como pedos!

Los gases son también responsables del mal olor de los pedos. El gas adquiere olor cuando
pequeñas cantidades de hidrógeno, dióxido de carbono y metano se juntan con el sulfuro de
hidrógeno y el amoníaco en el intestino grueso. ¡Uf!

Toda la gente en algún momento se ha tirado un pedo, sea que viva en Francia, las islas Fiyi o
Fresno, California. Si tienes un perro, seguramente hayas tenido la mala suerte de haber
escuchado (u olido) sus pedos. El gas intestinal es algo completamente normal, y es muy raro
que los gases sean una señal de que algo en tu cuerpo no está bien.

Si deseas no tener tantos gases, trata de comer menos alimentos como los frijoles, las
cebollas y evitar las comidas fritas. Estos alimentos pueden liberar grandes cantidades de
gases al descomponerse en tu cuerpo. Si tienes muchos gases después de tomar un helado,
un yogurt o leche, coméntaselo a tus padres. Es posible que a tu cuerpo le resulte difícil digerir
una azúcar natural llamada lactosa, la cuál se encuentra en los productos lácteos. Y no te
olvides que tener gases es muchas veces la manera que tiene el cuerpo de avisarte que es
hora de ir al baño.

Si sientes que tienes muchos gases, ir al baño sea posiblemente una buena opción ya que no
está muy bien visto socialmente que te tires pedos en la clase o en la cena. Pero no te
preocupes si esto te sucede por accidente. Simplemente recuerda decir, ¡"Disculpen"!

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