Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Con justa razón Dios predijo que la condición del cristianismo antes de la venida
del Señor, sería la de Laodicea, algo que le provoca náuseas (Ap.3:16-17) "Pero
por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque TU
DICES: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y
no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo".
Dios dispuso en su pueblo terrenal, Israel, que la tribu de Leví no podía tener
propiedades, por esta razón ordenó al resto de la nación sustentarlos con el 10%
de sus ingresos, para que los sacerdotes levitas pudieran dedicarse al servicio
del tabernáculo. Labor que debían efectuar desde los 25 años, y al cumplir los
50 años, tenían que retirarse (Nm.8:24-25).
Esto es muy diferente a lo que vemos hoy en día entre los que gustan
llamarse "levitas espirituales", quienes se han transformado en grandes
empresarios con esta práctica inmoral y anti bíblica de introducir el diezmo en la
iglesia.
El Señor para evitar esta corrupción dentro de su pueblo Israel, ordenó
que SIEMPRE el diezmo fuera entregado en productos: trigo, vino, aceite,
animales, etc. Todo lo cual era guardado en el "alfolí", que era una gran pieza
que estaba en el templo y que servía de bodega para almacenar el diezmo,
porque era para suplir las necesidades para el sustento diario de los sacerdotes,
jamás para que éstos obtuvieran bienes terrenales.
Esto no se hacía, como pretenden explicar los engañadores de hoy diciendo que
era de esa manera, porque en aquel tiempo no existía el dinero. La Biblia dice
que en los días de Abraham ya existía el dinero, él compró con dinero el terreno
para la tumba de su esposa. Además, son múltiples los pasajes que señalan que
los trabajadores recibían "un denario" como salario por cada día de servicio.
Incluso en la ley, en los días de Moisés, Dios había ordenado que no se retuviera
el salario del jornalero hasta el día siguiente, debía ser cancelado cada día
(Lv.19:13).
La inmensa mayoría eran jornaleros que trabajaban para la minoría que era
dueña de las tierras. Entonces ¿por qué no se señala en la Biblia que esa
mayoría de Israelitas no entregaban 3 denarios mensuales correspondientes a
sus diezmos? En cambio, hasta en los días del Señor se menciona que para
pagar el diezmo no traían dinero. Lc.11:42 "diezmáis la menta, y la ruda, y toda
hortaliza". Y todo eso se guardaba en el alfolí, que obviamente tampoco era una
"alcancía" como mienten los comerciantes de la fe.
Este es un tema tan sensible para los Neo Evangélicos, como lo es "María" para
los romanistas. Y esto es porque ambos son una fuente de ingresos económicos
muy importantes para quienes los manipulan.
No hay que ser muy observador para darse cuenta que justamente los que
incluyen, son aquellos que les puedan reportar algún beneficio material, como el
diezmo y la "fiesta de las primicias".
Ni los Pentecostales han mostrado interés alguno por añadir a sus iglesias la
fiesta de Pentecostés, porque esa, ni ninguna de las seis restantes que se
mencionan en Lv.23 les aportarían beneficio económico.
Todo lector imparcial de la Biblia tendrá que admitir que esas dos ordenanzas
también fueron entregadas exclusivamente para Israel, y no para la iglesia. ¿O
alguien se atrevería a decir que la fiesta de las primicias no corresponde a la
ley?
La fiesta de las primicias, como las otras seis fiestas solemnes que se mencionan
en Lv.23, corresponden al calendario judío, para celebrarlas UNA vez al año
¿Por qué los comerciantes de la fe acuñaron la frase: "Diezmos y primicias" y
demandan su pago mensualmente en las iglesias?
Estos engañadores que han traído tanto desprestigio al evangelio, nos tienen
acostumbrados con pasajes sacados de contexto para atemorizar al pueblo de
Dios, sus favoritos son: Malq. 3:8 "Vosotros me habéis robado vuestros
diezmos". 2Cor.9:7 "Dios ama al dador alegre".
Pero cortan y omiten mañosamente el resto del pasaje. Veamos lo que
realmente dice Dios, y Ud. comprobará que lo que aseguran esos líderes, no
corresponde a la enseñanza de la Biblia.
CONCLUSIÓN:
Esto lo está diciendo a los que guardaban Su ley, a los hijos de Jacob, a la nación
de Israel; no a la iglesia.
Si Ud. consulta con una concordancia, comprobará fácilmente que todas las
veces que se menciona el diezmo, siempre es para la nación de Israel.
En Lc.11:42 Jesús reprende a los fariseos hipócritas y les dice: "¡Ay de vosotros
fariseos! Que diezmáis la menta, y la ruda, toda hortaliza, y pasáis por alto la
justicia y el amor de Dios".
Es decir, sin dejar de hacer lo más importante que menciona el Señor: la justicia,
la misericordia y la fe, porque ellos se estaban preocupando únicamente de lo
material, el diezmo ¿O Ud. es de aquellos que le han creído a los mercaderes
de la fe que lo más importante que se refiere el Señor y que no hay que dejar de
cumplir era el diezmo? ¿La menta, y el eneldo y el comino?
Por
Resulta muy evidente, aún para el lector más obcecado defensor del pago del
diezmo dentro de la iglesia, que lo que está diciendo el Señor y no admite otra
interpretación posible, a no ser que desee intencionalmente torcer las Sagradas
Escrituras, que aquello que dijo el Señor fue: "Ay de vosotros, escribas y fariseos
hipócritas, porque diezmáis la menta, y el eneldo y el comino, y dejáis lo más
importante DE LA LEY: la justicia, la misericordia y la fe. Esto (el diezmo: la
menta, y el eneldo y el comino) ERA necesario hacer, sin dejar de
hacer aquello". "Aquello" lo más importante que esos hipócritas habían dejado
de cumplir que era: la justicia, la misericordia y la fe. No podría estar
refiriéndose al diezmo, porque esos hipócritas aún lo seguían pagando.
Juzgue Ud. ¿Qué puede ser más importante para el Señor y que Él dice no hay
que dejar de hacer? (Y note que dice "hacer" y no "pagar" como debería ser
si es que el Señor se estuviera refiriendo al pago del diezmo para mantenerlo en
la gracia para la iglesia) ¿El diezmo? (la menta, y el eneldo y el comino) ¿o la
justicia, la misericordia y la fe?
Además resulta curioso, por decir lo menos, cómo estos pastores que obligan a
sus congregaciones a pagar el diezmo, hoy en día, para no tener ellos que pagar
"el diezmo de los diezmos", que es lo que debe pagar toda iglesia que pertenece
a una organización; han decidido muchos de ellos retirar sus afiliaciones y seguir
funcionando como "iglesias independientes", para de esta manera no tener que
pagar ese "diezmo de los diezmos".
En Heb.7:5 dice: "Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el
sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo LOS DIEZMOS SEGÚN
LA LEY". Claramente indica que los diezmos son: "según la ley". Era un
mandamiento establecido en la ley.
En cuanto a Jacob, nunca dice la Biblia que cumplió esa promesa (como muchas
otras) que hizo cuando huía de su hermano Esaú a quién había suplantado con
engaño para obtener con astucia y fraude la primogenitura y bendición de su
padre. Si él hubiera dado el diezmo, las Escrituras tendrían que decirlo y ¿A
quién se lo hubiera entregado? Todo aquel que diga que Jacob pagó el diezmo,
debería ser capaz de citar el pasaje de la Biblia donde dice que lo hizo y a quién
se lo entregó.
Estos son los únicos pasajes en todo el Nuevo Testamento donde se menciona
el diezmo. Uno para reprender a los fariseos hipócritas, y otro para recordar a
Abraham, el padre de la nación de Israel cuando en una ocasión "dio" el diezmo.
Pero nunca se pidió a ningún cristiano pagar el diezmo. Jamás leemos "Oísteis
que fue dicho a los antiguos que debían pagar el diezmo (la menta, el eneldo, el
comino), mas yo os digo que vosotros ahora debéis pagar el diezmo, las
primicias y las ofrendas todos los meses".
Entonces ¿por qué las iglesias piden el diezmo? Inclusive en algunos lugares
hasta publican listas con los morosos para humillarlos públicamente. También
aquellos que se atrasan en sus pagos, son castigados separándolos de las
actividades que desarrollan en la iglesia.
Aunque es una práctica sin ningún fundamento bíblico para la iglesia, insisten
en mantenerla porque es muy lucrativa, esa parece ser la única razón por la cual
cobran indebidamente el diezmo.
Esta exigencia que siempre está ligada a fuertes cadenas de superstición con
las cuales estos comerciantes de la fe cuidan de atar a sus congregaciones, para
atemorizar a los que pretendan escapar de esta "obligación", atemorizándolos
con todos los males del infierno que le vendrán si no cumplen con este "deber",
y prometiéndoles que las ventanas de los cielos se les abrirán si pagan; sólo
puede ser comparada a las practicas gansteriles que realizaba la mafia en los
tiempos de Al Capone, obligando a sus víctimas a pagar por su "protección".
Los atemorizan con historias que inventan sobre tragedias que supuestamente
le han acontecido a aquellos que no han pagado sus diezmos, o como las
ventanas de los cielos se han abierto en bendiciones sobre los que están al día
en su pago. Conectan todo lo bueno y lo malo que el ser humano pasa en esta
vida terrenal, a una consecuencia directa del diezmo; todo gira en sus vidas
supersticiosas en torno a la consecuencia del pago del diezmo.
Cualquiera persona que no se haya dejado atemorizar con estas artimañas (aún
los inconversos con un criterio formado), tendrá que admitir que el dios que estos
líderes religiosos presentan, es un dios que está más interesado en el dinero que
en las almas, y que eso no corresponde al Dios que enseña la Biblia.
Los apóstoles condenaron duramente a los que pensaron que podían manipular
o influenciar a Dios, por medio del dinero.
El diezmo fue una disposición divina para sostener a los sacerdotes levitas, que
por ordenanza de Dios, no podían poseer bienes materiales, ninguna propiedad
(casa, terrenos, animales, etc.) Y esta era la razón por la cual el diezmo debía
ser entregado en especies, NUNCA en dinero.
Dt.28:2 "y vendrá sobre ti estas bendiciones:...más tierras, más animales, más
frutos, más hijos, más siervos". Este es el motivo por el cual todos los hombres
fieles del Antiguo Testamento, fueron personas muy ricas.
A diferencia de esto, en la gracia, no existe el pago del diezmo ni la promesa de
que recibiremos más prosperidad terrenal, por el contrario, ahora nos manda a
que no nos hagamos de tesoros aquí en la tierra, sino en el cielo. Las
recompensas que espera el verdadero creyente se encuentran en las moradas
celestiales que Cristo fue a prepararnos, no acá en la tierra.
Los primeros cristianos donaron todo a la iglesia, incluyendo sus casas, pero
ninguno de ellos llegó a ser rico, como falsamente les prometen hoy los
exponentes del evangelio de la prosperidad.
Si alguien le dice que tiene que pagar el diezmo, entonces ya no sería libremente
como propuso en su corazón, sino que sería una imposición.
La gran mayoría puede citar solamente una frase de 2Cor.9:7 "Dios ama al
dador alegre" porque eso es lo único que le han enseñado, y esto es porque no
escudriñan las Escrituras como lo mandó el Señor.
El versículo completo dice: "Cada uno dé como propuso en su corazón: no con
tristeza, ni por necesidad (por ejemplo, para ser sanado o conseguir algún otro
favor), porque Dios ama al dador alegre".
Esta es la voluntad de Dios: "Cada uno dé (no dice que pague) como propuso
en su corazón".
En 1Cor.16 añade: "cada primer día de la semana (el Domingo) cada uno de
vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado".
El creyente ahora en la Gracia debe dar (no pagar), sin esperar recibir algo a
cambio, libremente por amor, según lo que haya prosperado. Lo deberá hacer
cada día Domingo (no todos los días de la semana), porque es anti bíblico
recoger ofrendas en todas las reuniones, especialmente si son reuniones
públicas donde se encuentran visitas presentes que vinieron a escuchar la
Palabra, que debería entregarse de gracia (gratuitamente) como ordenó el
Señor.
RESUMEN:
1.- El diezmo fue ordenado por Dios entregarlo en productos a los sacerdotes
levitas, NUNCA en dinero, porque era para su sustento diario, no para tener
bienes y menos aún para acumular dinero, porque ellos no podían poseer
propiedades.
3.- En la Gracia debemos ofrendar todos los días Domingo, libremente, como
cada uno propuso en su corazón, sin que tu izquierda sepa lo que ha dado tu
derecha.
El verdadero cristianismo se basa en lo que Dios ha dicho, jamás en lo que NO
ha dicho. Aún el padre de mentiras le decía al Señor: "escrito está". Y el
argumento del Señor siempre fue: "escrito está".
Lo que siempre caracterizó a un verdadero profeta de Dios, era que decía: "Así
ha dicho el Señor". Hoy los falsos maestros han llegado a la necedad, debido a
que no existen versículos de la Biblia que les autorice a pedir el diezmo;
pretenden justificar sus prácticas inmorales con un argumento que sólo puede
ser aceptado por personas muy fanáticas o ignorantes, dicen: "Muéstrennos un
versículo de la Biblia que prohíba cobrar el diezmo".
Con este dicho están haciendo público que el diezmo no es algo que Dios ha
mandado para la iglesia, porque son incapaces de mostrar un solo versículo que
les autorice, y se ven forzados a torcer el argumento recurriendo a lo que la
Biblia NO DICE. Sería lo mismo que un drogadicto se justificara diciendo que en
la Biblia no existe un versículo que prohíba la marihuana, o que un católico
justifique el credo de los romanistas que María murió, luego resucitó y subió al
cielo con cuerpo glorificado, como lo aseguró el Papa Pío XII en el año 1950,
total como la Biblia no dice lo contrario, habría que aceptarlo.
¿No desea liberarse de las ataduras de la superstición con que los mercaderes
de la fe han amarrado esa obligación impuesta por ellos?
Aprenda a dar libremente por amor, sin esperar nada a cambio. Hágalo sin que
su izquierda sepa lo que ha dado su derecha, eso es dar verdaderamente porque
amamos al Señor, y no para ser vistos por los hombres. Hágalo sin hacer tocar
trompetas como los hipócritas, no esperando recibir nada a cambio, porque no
se puede "comprar" el favor de Dios. El Santo no se puede manipular, menos
con algo como el dinero.
Quizás llegue a dar lo mismo que el diezmo o más, pero la gran diferencia está
en que no será una carga impuesta y la recompensa vendrá del Señor, de lo
contrario todo ese esfuerzo será quemado como paja en el tribunal de Cristo.
Tampoco es suficiente que usted se engañe diciendo que el diezmo que doy, es
mi ofrenda para el Señor; eso es adormecer su conciencia para eludir su
responsabilidad de enfrentarse a la práctica impuesta por los hombres,
despreciando lo que el Señor realmente ha mandado. El diezmo no es lo mismo
que la ofrenda, uno pertenecía a la ley ("era según la ley"), y la ofrenda
corresponde a lo que el Señor ha dispuesto para la iglesia en la Gracia.