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Sustantivo concreto

Los sustantivos concretos son los que percibimos mediante nuestros sentidos, es decir,
que los podemos ver, tocar, oler, escuchar, saborear...

Por ejemplo:
Podemos ver: mar, nieve, niña, mamá,...
Podemos tocar: pelota, tela, zapato,...
Podemos oler: perfume, comida, flor,...
Podemos escuchar: música, gritos, voz,...
Podemos saborear: pan, helado, fruta, galletas,...

La gramática funcional define al sustantivo como palabra de inventario abierto capaz de


cumplir en las oraciones la función de sujeto explícito o la de complemento directo sin
necesidad de ningún otro elemento.

Viene Yolanda. (S)


Martín apesta. (S)
¿Tienes fuego? (CD)
Hay clase. (CD)

Las funciones del sustantivo se tratan en la sección El sintagma nominal; su estructura


interna consiste, en general, en la combinación de un signo léxico (la raíz o lexema) y
unos signos morfológicos (accidentes o morfemas) que lo caracterizan: género, número
y artículo.

nombre propio. El sustantivo propio distingue o particulariza a cada individuo de los


demás de una misma clase, especie o género. Se aplica a un solo ser, persona, animal o
cosa. Por eso, los sustantivos propios se consideran sustantivos individuales. Los
nombres de las personas y de los países son nombres propios. Los sustantivos propios se
escriben siempre con letra inicial mayúscula.

Los sustantivos propios correspondientes a personas se denominan antropónimos. Un


listado no exhaustivo de ellos puede encontrarse en la categoría:Antropónimos.

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