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‘Arrowto V, Semrene Navanno ¥ José Losin Atcaraz CONCLUSION En definitiva, y de aqui el titulo del presente estudio, lo que es que: 1) Elegislador posefa a facultad de excluira os empleadosde referencis det \bito laboral, operéndose una expulsién constitutivao ex lege. 2) Sin embargo, los términos en que aparece redactada tal exclusién son ynamente confusos y en s{ mismos inaplicables. 3) La disposicion transitoria octava de la Ley 3/1993 esté redactada scbre ‘supuestos erréneos. 4) Aunque una interpretacién teleolégica podria salvar tales obstéculos, ‘ece preferible postular Ia inocuidad de la citada norma de derecho transitorio, -firmar la global y clara sujecién al Derecho del Trabajo de los empleados al -vieio de las Cémaras, al margen de cufl sea su fecha deingresoen tal acivicad, LA HUELGA COMO DERECHO CONSTITUCIONAI LA TECNICA ESPECIFICA DE ORGANIZACION. JURIDICO-CONSTITUCIONAL DE LA HUELGA (y 11) Por Jost Luis Movereo Pénez* SUMARIO: I. Inadecuacién constitucional de la concepcién Privatista del derecho de huelga: La huelga como derecho subjetivo fundamental de ibertad. Il. Estudiodelos lementos * «configuradores» del derecho de huelga como derecho subje- tivo fundamental de libertad: Elderecho de huelga: derecho subjetve. 1. La huelga como derecho subjetivo. 1.2, La hhuelga como derecho subjetivo de titularidad individual, La ‘itularidad yet contenido del derecho subjetivedehuelga.2.E1 derecho de huelga: derecho de la personalidad. 3. Bl derecho de Ihuelga: derecho especifco de libertad 4. El derecho de huelga: derecho subjetivo piblic. 5, Bl derecho de huelga: derecho Jundamental. 6, Et derecho de huelga: derecho de eficacia ‘subjetiva serga omnes» (derecho absolutoen sentido éenico).7. Elderechode huelga: derecho social.8, La huelgacomoderecho social fundamental y su funcién polticourtdiea en el sistema consttucional 4. El derecho de huelga: derecho subjetivo pai UES un derecho subjetivo piblico 0 un derecho subjetivo privado 0 civil? Probablemente, como se dijo antes, el derecho de huelga esté en el mismo éentrecruzamiento del derecho piblico y privado, y, por qué no decirlo también, e su «crisis», provocada por la imerferencia manifiesta entre lo piiblico y lo Privado en cl Estado de Detecho contemporiineo, El derecho de huelga es un derecho de ciudadanta sociopolitica, esto es, se tata tanto de un derecho del ciudadano frente al poder piblico, como de un derecho de trabajador ciudadano. frente a los pasticulares, en las relaciones intereubjetivas privadas. Se puede hablar, hecha esta salvedad, de un derecho subjetivo pablico (verdadera libertad. pablica, la cual de ordinario adquiere también el sentido de un derecho de Participacién que va més allé del émbito de ls relaciones interprivadas), siempre {que se comprenda (y se parta) de esa eficacia no sélo vertical sino también horizontal del derecho fundamental de huelgs. * Catedrtico de Derecho del Trabajo y Seguridad Social de a Universidade Granada. ‘Laprimera pare de este ensayo se public6 en el anterior n*27 de esta Revista, La categorta de los derecho’ pablicos subjetivos no puede ser entendida en * fase actual del Estado de «servicio publico» y del Estado cempleadore en In ‘sin evertical» (que sitéa al ciudadano frente al Estado), sino también en In epPectiva chorizontal entre particulars, entrando en juego el deber positive «es poderes piblicos de garantizar aquellos valores superiores que se expresan {raves de tales derechos pibicos (243). Las figuras de «lo piblico» y «lo Svador tienen otra dimension més complej en las sociedades del eaptafsme vanzado (244). La aparicién y Ia evolucion misma de los derechos piblicos abjetivos va unida a la propia evolucién del Esiado y de las Adminisraciones Ablicas. La reformulaciény-o sise quiere deciras, eecontiguracidne-de lec 2rechos piblicos subjctivos y de las libertades piiblicas en términos de sdere. ts fundamentales» se corresponde con ese proceso complejo de evolueita ‘t6rica (245). Hoy la centralidad se sitda en el papel nuclear de los derechos 49) ‘Se ha dicho con raza (GARCIA DE ENTERRIA-FERNANDEZ, «Cuto de Derecho Adninistraivor (U), op. cits pég. 60) que «al lado Is obligato tradicional de no hacer, la estructura técnica dea libertad grava hoy al Estatocon [obligaciones accesorias de hacer para povler hacer eficez esa libertad que la sola abstencin yano aseguraca una sociedad menestrosayescasementcautoouicenies Enesta direecign se siti precisamente el art. 9.2 CE. ‘4) Esta problemstica habia sido ya intvids por DUGUIT,L.: eLas ransformaciones fel derecho(pibliceyprivade), Buenos Aires, 1975, pgs. 9} sign 7 gs $5) La comprensén de ese proceso histrico (que permite fuwdamentr la poston ‘expresada en el texto) se hace posible mediante el andisis de laconsolidacin del ‘Estado de ploraided de clases», con una mayor dversficeién de los inersea Publics y de as formas de actuacidnadministrativa. Véase GIANNINLMS, ob oder piblco. Estados yAdninistacionesPiblicas cit. pigs 85y sigs ;GARCIA DEENTERRIA-FERNANDEZ, TR. «Curso de Derecho Adminitrative, T Ht esl, Madrid, pgs. 28, sigs. Se ha hablado con propiedod dela superacionde le tcorfa de los derechos subjelives piblicos. Vid, PACE, A. «Problencnea iets Ieridcostitusonali. Parte generates, cit, pgs. 20 sigs.) 32y sigs ‘Los derechos fundamentales no s6lo son reconocides y asumen reliove en las felaciones intercurrent entre el individu y los poderes publices, han oe ser también garantizados (hechos rspetr) en iasrelciones ene pariculat, oe Aetir, cualquiera que sea el poder! piblicoo privedo, que pueda potencianemes Julnerarios o desconocerlos. Vid. LOMBARDI, G.: «Potere private e dit Fondamantall«. Vol. ly Totino, 1910, pags. 87 sigs; CASETTA, Vou sina ‘ubblici subitivts, en ED, Vol. XI, Milano, 1964, pig. 796, sigs, Adeins, cuando se trata de derechos fundamentals We libertad no asurnenexelu- de una sliberad negativa», puesto que debe tenerse-encventa 2 dimensgn de libertad positivay, condcionando I inervencién de los pocete piblicos. Vid. PACE, Ax «Problematic delle libeté.m. op. cic. pigs 32 igs En verdad existe ciertarazén en aquéllos que piensan que en Ia actualdediy ‘categoria calificacin de los derechos pabticos subjetivos deberfa tender aa ‘eservarse nicamiente pra los derechos e que estitulat la persona fenteal Evade 9 Administracién Piblica» (cfr. DIEZ PICAZO, L-GULLON, A. eSitena do Derecho Cwils,T.1,8e6,, Maid, 1992, pgs. 420, Beer error jimportante novedad: la proclamacién de la hueiga como derecho subjetivo y te 10 derecho de cardcter fundamental. La formula que el texto emplea («se econoce») sla misma que la Consiuclonuilize para referee derecho de i idn o al derecho de asociacién» (STCo. 11/1981, fj. 9). Con ello se precisa sn cca momen 2 mo amas ere ‘abe os erechos fndneiscrpmenicnenlaiencnte Seal ito juridico» (Predmbulo y articulo 1 CE) y dan Nate ala unidad de oes individuo ya sea en «los grupos en que se integra» (cfr. el blog ee ieee respon nana Stetniearessteaarerae Sole nee ce eens Stents complements ys cna tifrencn de ecm tsicny Oe organ oe renee aman ee Serene mance eta Siaadyaemeemcmsaen are a Se en mapuhanoonciod a as ar sala 1.1 CE), Bsa funcién pol nfirmada expresamente por 2. HI/1981. f. 7 y 9). Desde este punto de vista juriico-constitucions Ig ¥ease vincula al «trabajo» como dmbito de desarrollo de la personatided. De eualquies modo, los derechos de in personalidad (grupo que incluye la “mreBorfa de Tos derechos de libertad) sucten encuadrarse atin desde el punto {Stade la dogmética tradicional y segtn la doctrina publicista dominante. en ‘seporla general de Los derechos pablicos subjetivos del individuo (248). derecho de huelga: derecho fundamental {a formulaci consttuconl ye condense el econocinieto del wdew- satnelgosSonlosdaseemeniosdecrafemulalosqueceumeostsehis seacin, De a dlimiacign del heln como cdoncher noon ‘tho esto del emino (como stuacisn jdcosnjetvn evar a sora quesetratdeun derecho sbjtvofindamentlaitubdeae ane Fe seh dio qucel dere de helga cs un deccho fund an ok 7B & cerecho de huclga ex arulo 282 CEI Miles ee oe sv del uabjadr que simulineamene ge confgua Soe on ene ‘wena conttuconiente corsagra, en cohernciaconlscuacn ny fe socal ydemocrtico de Derecho. E derecho de Migs paca fal en a perpetiva cinema» inconstiuionl come dota saa, fSenobéscanenscasicontenidoyconotundamenalpursscetn ne, ‘siguricin» consttcional Gora ademis de um sngur eee seioresdesa gape postin nen prs ante eee f iteosanene prteidos. Es coloeada en ugar petaens Gina, sical arulo282CE.confiensleunamajarconsnines te PEER BISCARETTIDIRUFFIA, P DerechoConsttuional, pélogoy nots [og de P- Lucas Verdi, Maca, 1973, pigs. 189-190 pgs 677 y ogee Seti panielar deta vigente Constitocign italiana (en eto andloge & Semis oi ceticn pig 73 siones gmsals sabe I dros subctvo plies * PABIN R: «El dreto jenn ca pigs Seay ashe 2 ©E.STCo. 11981 9411 La Sen, 12062, de Sekge eteneae socnins yess chap au cono hecorcomaceain cece fe tahoe un derecho jt da rebar ae oe smiura como un arch nda contenant eee Aeherecaconlaiteadel Esato Socy domveaticode Denna Wa ‘a mueiga como derecho constitucional 3 ‘en l mayor rango exigible para la ley que lo regula y en la més completa tutela Jurisdiccional, con un cauce procesal «ad hoc» en la via judicial ordinara y el ecurso de amparo constitucional (articulas 53.1, 81 y 161 CE) (250). Los derechos fundamentals, como se sabe, son derechos subjetivos de caricter especial en cuanto que son inalienables, imprescriptibles, irtenunciables, intransmisibles e inembargables (251), A este carfcter de derecho fundamental acompafia -como a todos Jos derechos y libertades fundamentales pertenecientes a su categoria- la gerantia constitucional de su «contenido esenciab» (ar(culo $3.1 CE). Precisamente es garantia especificamente constitucional viene a «traducit» ese aspecto «, no seria baladt ional de derecho de huelga» (en Lm intento de categorizaciGn objetiva onormativa)y el posible «modelo-tipo» del ‘Tribunal Constitucional. Ast, después de ls elaboraciones dela jurisprudencia (as7 Stender por el momento a la posicién del Tribunal Consttucional sore fa dfinickin del contenisyesencia! del derecho de huelgen la Consiucion;cusstion , ra, L. Dez-Picez0, Madrid, 1986, pgs. 373 y sig. En algunas construcciones doctinales se verifica una singular relacin entre el derecho de huelga y el derecho de propiedad. Hasta el punto de que se purde ‘onstatarlaexistencia de una cert tendencia doctrinal hacia la equiparacion entre ‘ambos derectios (no excesivamente generalizada en nvesto pals, por forina) El 6) 165) ta hs neti ae i eee bt li a ai A An adi peabbag belie ‘La huelga como derecho constitucional 37 «comisa» representada por la utilizacién de conceptos juriicos indeterminados tales como «la grave desorganizacién de la actividad productivar y «un dafio (eft. CRUZ VILLALON, P. «£1 legislador de los derechos furda- ‘mentaless, en LOPEZ PINA (Di): «Las garantfas constcacianales..», op. ct, égs. 131g, Peroesioesloquehay ylelaboracindel Tribunal Consiucienal noha dado para mas, -Extsposicin de! Tribunal Constitucional ha hecho forunaen una mukiplicidad de seniencas. st, por ejemplo, SSTCo. 23/1983 2: 9/198, (2, 51/1988, Vid. la _exposiitn sucinta de P. CRUZ VILLALON (op. ci, pigs. 1324134). Hace notar ‘este autor que eel leislador no cubre una zona suplementaria en la normacie de tos derechos fundamentals. Consttucén y legslacgn, pr el contrario, opera ‘sobre un mismo objeto, el derecho fundamental, en es tsminos de una verdadera YYautémtica colaboraci6n itemormativss en laque cada uno de os Legisladars, loonstituyentey el eonstituido, tienen asignada su propia funcidine (ib pig. 134), 72) Se ha hablado grficamente de! Tribunal Constucional como aLezislaror cow. ‘muado de los derechos fundarmentales» (ct. CRUZ VILLALON, Pe Hlegislador de los derechos fundamentals, et, op. eit, ps. 136-137) 3) EITC parece mantener una concepcida absoluta oestricta del contenido esecia, ‘nel sentido de entender que es un nicleoverdaderaments intangible de derecto ‘yaue, en consecuencia, no puede ser menaseatatdo por el Leisladar. Ea efecto, oasis sa i dilema planteato por Ia alternaiva de con rnido-interés, opta por un eriterio «s La huelga como derecho constitucional 9 igaracién contenido-facultad y conte- »» (274) que permita combinar 1a perspectiva estructural (facultades jurfdicas inherentes) y funcional (intéreses Juridicamente protegidos) de la reconstruccién del contenido de los derechos subje 05 (275). El problema esté en que Ia identificacién de esos elementos Constituidos en factores determinantes del contenido esencialy las opciones que lrespecto se adoptcn no esta exenta de connotaciones ideolégicas (276). ElAlto ‘Tribunal desatendi6 las alegaciones del recurso de inconstitucionalidad promo. vido contra el RDLRT pretendiendo ef rechazo de toda conceptualizacién ‘cabada de Ia huelga y la aceptacién como ms conforme a la formulacién Constitucional del derecho de una configuracién dindmica de Ia huelga capaz de abarcar al fenémeno social huelga, haciendo remisién a las praxis de las Felaciones sindicales (277), EI Tribunal no formula expresamente un concepto previo pero se venee hacia una concepcién iusprivatista del derecho de huelga, y Jo bace no sin ciertas vacilaciones y ambigiledades detectables en los distintos fundamentos jurfdicos de la sentencia (278). amy 5) 276) en) ca ‘firma el Alto Tribunal que «Como cualquier otto derecho, el de huclga ha de ‘overse denizo de un perimetro que marcan, por una part, su coneniGn © $0 ‘oposcion respecto de otros derechos con asiento en la ConstiniciGn, més 0 menos intnsarents protgidos, parla oa, los limites cuyo establecimiento se deja a 1a Ley, siempre que en ningtin caso se Hlegue a negar o menoscabar su contenido esencial.(STCo, 125/1992, fj 4) La famosa STCo, 11/1981, ya venta aestablecet luncoaceptoestictode «contenido esencal» del derecho de huelge,puesel Teipanal, espuésde dejar setado que el derecho de huelga noes un detecho limitado, aad Seguidamente gue «puede el legisiadr introducirlimitaciones o condiciones de. cierccio de derecho, siempre que con cio rebase su contenido esencial> (9) fr. MATIA-SALA-VALDES-VIDA, «HHuelga, clerrepatronal_.» cit. pag. 41: Tribunal clara al respecto como procedimiento adectado el sincrdtica, que ‘onjugue la investigacén de cusles sean las wfecultades 0 posibilidades Ue mc. |wacidnnecesarasparaque el derecho searecognascible comopertenecientea po ‘escrito y sin os cuales dea de pertenecera este pas (odo referido al momento histérco de qu se trata.) y ta Investigacion de ends sean «los inereses fur. dicomente protcpidos como nicleo y waédula de Ios derechos subjetives.» |La metodologia no es enteramente nueva, pussto que se tna de scoper une ‘configuration mists de los derechos subjetivos es decir, se encuentra la solucién ‘2n Ia combinacin de los dos elementos de interés y e poder de la voluntad {corpreasvode las facuttades oposibildades de actuscin inherentes).Estateorla itenta realizar I sntesis de los dos elementos aludidos y también de sus respec tivos centvos de gravedadenel sujet elobjetorespeciva yprincipamente, vase portodos: DABIN.R. «El derecho subjeivos cit, pigs. 90, sigs. especialmente, Vid. enesiesenido, VIDA SORIA enMATIA-SALA-VALDES-VIDA, «/luclga, ler petroral..» op. ct, ig, 4. (Cir. VIDA SORIA en MATIA-SALA-VALDES-VIDA, «/fuelga, cierr¢ patro- aan op. ct BAGS. 43-44, Vid. CASAS BAAMONDE, eLas huelgas afpicas..e, op. cit, pis. S14 sigs, 1 bibliogafiactada en la nota anterior. Parael Tribunal es posible detectar un concepto ampli de huelga (279), pero »nosignifica que todo el contenido posible que de ese concepto deriva integre cesariamente aquella «parte» del derecho considerada «esencial» ene! sistema stitucional de derecho de huelga. Ello supone la «reduccién del contenidodel cho constitucionalmente garantizado a su contenido esencial o minimo» 0), Pues bien, siguiendo esta opcidn interpretativa, el Alto Tribunal entieade «el contenido esencial dei derecho de huelga consiste en una cesacién det ‘ajo,en cualquiera de las manifestaciones o modalidades que puede revesir> 1). Pero matiza que esa delimitacién del contenido esencial «no excluye por ola que el legislador al regular las condiciones de ejercicio del derecho de Iga pueda entender que algunas particulares modalidades de cesacién del >ajo pueden resultar abusivas, como es posible que remita este juicio en iados casos a los tribunales de justicia (..) siempre que lo haga ‘ifeadamente,que ladecisién egislativa no desbordeel contenidoesencialdel «cho, y que los tipos omodalidaces que el legislador admita sean bastantes por ‘los para reconover que el derecho existe como tay eficaces para obtener las alidades del derecho de huelga» (STCo. 11/1981, fj 10) (282).. Pero el TC va més lejos en la delimitaci6n del contenido del derecho y nose iene ahi. En efecto,como se recordar para aproximarse ala idea de «contenido rials el Tribunal opté por una configuracin mixta del contenido de los fechos subjetivos, sean 0 no constitucionales: combinando la perspeciiva ‘uetural (contenido-facultad; facultades juridicas inherentes al poder juridico buido a su titular) y funcionalista (contenido interés; intereses juridicamente tegides por medio det derecho subjetivo). Sobre ello, las SSTCo. 11/1981 y 571992, contienen importantes elementos de andlisis. Sin perjuicio de lo que Sadelante se dir, conviene anotar al respecto que el Tribusal considera como ‘mentos integrativos del sistema constitucional de derecho de huelga (283)los, tlentes: ~ laatribucién de titularidad a los trabajadores por cuenta ajena (STCo. 11/ 31,§.9y 12: 123/1992, fj 2y 4); con una calculada ambigiiedad respecto ala lusion de los funcionarios pablicos en el émbito subjetivo del derecho damental de huelga (fj. 13) ¥,€s0 sf, nftda, y comrecta, exclosién del mismo {os trabajadores aut6nomos (STCo. 11/1981, fj. 12). Vid. STCo. 11/1981, §. 10. Cir. CASAS BAAMONDE, elas huelga atpicas..v, op cit, pg. 516. Precisione al respecto en STCo. 123/992, f.5. Vid. SSTCo. 72/1982, y 41/1984. Consiese GARCIA FERNANDEZ, M: £1 ‘ierre paironals, Barcelona, 1980, pags. 124 y sigs.; GARATE CASTRO, F..: «Modelidades de huelga en el ordenamientojuridco espafols, enREDT, nim 25 (1986), pigs. 47y sigs. 4) Esdecir respectodetos cuales lagarantfconstitucional «preigurany «configeras ‘en lo esencil (ene nicieo y médola del derecho, en sentido ampli) el derecho fundamental en cuestién, iesion Lo huelga como derecho constitucional 41 —quese ratadeun derecho subjetivoindividual de eercciocolectivo(SSTCo, 11/1981, §) 11; 123/1992, 4),porloqueel contenido del derechoconstitueiona de huelgaesinelaiblemente complejo en el ipo constituciona, toda vezque en leontenidoestrecturaldeberén necesariamenteexistr dos categorfasdefacultades; faculades individuaes y faculades coletivas (284). Desde este punto de visi, 4a Constitucién «prefigura» y también el derecho mediante Ia ‘arantia del contenido esencial Lo cu, se eomprende perfectament, tiene una extrardinariarelevanciarespectoalGmbitooespacioposibledeintervenciGndel Jegisladoren lanormaciGno regulaciGny del derecho fundamestal (€lyafamoso contenido posible»), porque poco puede haber de contingente en los dos elementos del contenido estructural, que tan slo podri ser especificado 0 ‘concretado por el Legisiadorinfraconstitucional, pero nada més, Respocto a los objetivos perseguibles (en suma, la perspectiva de os intereses» protegidos como nicleo o médula de los derechos subjetives), el ‘Tribunal Constituciona parece situarse en una poscidnesencialmente privatista aldelimitariosimereses para cuyaconseeuciénelderechose otorga.Escierto que Tribunal no ignora la funcin politico-juridica del derecho consttucional de hnvlga en relaciGn a a realizacin de los valores superiores proclamados por la Constitucién (STCo. 11/1981, fj. 9), pero cuando concreta los ebjetivos (284) ElTribanal lobia expresado con claridad,conindependencia del ipolegal concrete se regulacin legislativa; «Define al derecho de huelpael ser un derecho stibuido alos trabajadores a singul aunque tenga que ser ejerctado colectivamente me sant concierto o acuerdo etre ellos. Para aclara Toque e entiende por eercicio colectivo (intento de delimitcién de su contenido estructural minimno) debe sefalarse que son faculades del derecho de huelgs la convocatoriao llamada, el ‘estableimiento de las reivindicacanes, la publicidad o proyeccin exterior, la negociacin y, fnalmente, la decisién de dazla por terminada. Se puede, por elo, decir que si bien La titularidad del derecho de huelga pertenece a los trabajedores ¥ que a cada uno de ellos comesponde el derecho de sumarse ono alas huelgas Sectaradas(afucultades»esrietamenteindividvaes), as facultadesen que contisie fl ejerccio del derecho de huelga, en cuanto accién coletiva y eoncertada, ‘comesponden tanto alos trabsjadores como a sus epresentantesy las organiza , en MARTIN-RETORTILLO, L-OTTO y PARDO. L: «Derechos fundomentaes y Consttuciéns, Madrid, 1988, pgs. 123 ¥ sigs: GARCIA TORRES, 1: Reflexiones sobre ta eficacia vinculante de los derechos fandamenialese, cit, pgs. 1031 y sigs. soso tion ei cna tai eee san lb ade ee es Marnuetga como derecho constitucional a3 |adefinicién del derecho sehace prescindiendode lapluralidadde facutadescon que puode alcanzarseel final queel derecho sirve como instrumento» (288), Pero ello supone un cierto alejamiento de os elementos de la realidad del hechade la ‘uelga y reduce al minimo la eficacia conformante 0 predeterminacién cont twcional de la tabor legistativa, ampliando correlativamente el espacio de I bertad para! Tepislador, que le permite gradu la proteccién de conductas que en principio tendrfan acogida en la definicin abstracia 0 incluso exetuirias del tipo legal. Es discutible esta amplia disponibilidad legislaiva del derecho fun- damental de huelga (289), En el fondo, la bésqueda esencialista y formalista del «tipo» se orienta snccesariamente ala ‘naturaleza de las cosas’». Desde esta perspectiva se reaiza la construceién juridica «sobre laesencia del comportamiento huelguisticodefinidocn ‘modo prioristico» yen términos iusprivatisias (290), Peroel Tribunal Consttucional 1nos6lo opera con bas al penstmiento «tipoldgico», sino que también construye su razonamiento con base al pensamiento«t6pico» propismente dicho, que implica el reclamo de los t6pioas de us juridico o «standards» tradicionsles dela buena fo, abuso de derecho, dao injuso,eteétera (291).Lacombinacién enlametodologia. ‘empleada por el Tribunal Consttucional entre estas dos formas de pensamiesto (288) Vid. OTTO y PARDO, «La regulacién del efercicio..», ep. lt, pég 157 (289) Sobre ta diferenciacién entre contenido esencial y contenido adcioval, véaseP. ‘CRUZ VILLALON, «Ei legislador de los derechos fundamentalese ea UOPED PINA (Dit), «La garantia constitucional.» cit, pags. 132 sigs. Coneerencian, al econtenido global o total» (contenido abstracio 0 genérco de las derechos {andamentales), Ease paradigmaticmente las SSTCo, 23/1983, 2"y9/1988, 2 S1/1988. Conplanteamientocrtcorespectoalalferenciacién ent contenide «esencialy contenido aicionl ha adverido P.CRUZ VILLALON (eéllegistaton de las derechos fundamentalet», op cit, pgs. 133-4) que con ello va dfinicion iécnica) de absolut A derecho. Convene reflerionar sobre ello remit la teoria general de log rechos fundamentals, porque en definitive decir que el dereche de hlga ca 1 derecho de eficacia erga omnes» es sustancilmente equivalente «Ia iimacién, de exactind imegable, de que es un derecho de wefcuciadoblen eg “ir, que desplegue su eficace frente a terceros. Bs importante reparar gree recho de huelgaes un derecho de lbertd que, amis de cumplisfunciones de ualaci6n sustancal y de patcipacién activa en los varios fmbito dl rida cial encuentra una intrfnsecao inmanenteeficaca frente terseroe, Art le ‘nvirkung se introdace en la misma estructura juridco funcional del devseho, tanto que esf peasado para su despicgue en las rlacionesintersabjeives ivades y fremte sl poder pablico. 1a buelga como libertad publica Fundamental (recko ea.) tiene un ‘eter diferencada (rete a las lbertadespblicas més iniferencladas, con «que por supuesio no se contrapone sino que las complement, introduc ‘componente igulitaio; soponen un plus de granta de as dems iberiaees. rolorelevante es anotarque ese carécterse deriva expliitamente dela female {gran constituciona: el derecho de huelgapertenece a exe reducio niles ‘derechos fundamentalescuyaprotecciénconstiticionl desdeelmismo orien ‘4 pensada sobre Ia base de Ia relacién entre patculres. Uno de Ios casos ‘adigmiticos unto tambign ala libertad sindical general) es 1 derecho de lea, quces (en asia fuente constiteiona de rconocimieno) un derecho >tegido frente a todos, siendo adtitida una universalidad dat ceulo de ‘wacién (296). Asfentendidalacabsolutividads, como efcaca frente a todos | derecho consttucionalmentettalado, noexist inconvenient algun 9 nde ‘una perfectaadecuacién téenicay funcional enestaadjetivaciSnceneaieces ste derecho fundamental de libertad de lapersona (qu esel derecho de huelgn el sistema consttucional) como un derecho «absouto» do la persona, sites ‘mpletumente al margen de las connoiaciones «individualist lierales» ‘woluisas) de cietos derechos subjedves, sobre todo respeeto de los que sen al patimonio (297). 6) Nétese que, como se ha dicho, strata de un derecho pablo {con as matizaciones que sobre esta calificacin se han hecho agu]subjetivo de libertad, a tenor de su forma de garanifaconstitional ex at. 28.2 CE. 77) Una reflexion sobre los aderechos fundamentales de tipo social» y de la eficscia freote a terceros de ls derechos fundamentals de ibertsd,en RAMIM, Ts Dit fondamentate drito del lavoro», en GDTRI, nim, 30 (1991), pgs, 359 9 sie La huelga como derecho constitucionat a 7.1 derecho de huelga: derecho social Es underecho de libertad, 10 cual no contradice su cualidad de derecho social fundamental, no tanto en atin ala técnica de organizaciGn del derecho, que Porlodemases anslogaalade losclisicos derechos de libertad, sino bésicamente enconsideraci6naladobl dimensidn subjetiva (298) yasu proyecciGn funcional (como instrumonto de las class trabajadoras para remover los obsdculos que se ‘oponen aia igualdad sustancil y como mecanismo doemancipacin y participa. cin en las decisiones sociopoltcas que les conciemen en todas las reas 0 ‘imibitos dela vidasocial)(299).Es asique lahuelgaseinsituyeenla Consttacion ‘como un derecho de igualdad que se dirige a atenuar el desequiibrio existente {entree rabajador y cl empresario en el plano de la relaciones de trabajo (300) ¥Y como un medio para la realizaci6n del Estado social (301), Esa condicién de derecho social no queda slo refrendada en la sistemética (298) Entomoalostrabejadoresporcuent2ajenaen sentido amplio, estos, contemplando al homie concreto o specifica, como productor o trabaadorciudadano. Es de sefalaraqu la especific y compleja diferencacign entre ttlardad individual y sjercico coletive del derecho de huelga (299), Esestaperspctiva funcional aque mejor conviene parala verficacin de ise trata 4e un derecho de cualfcada dimensi6n social, Aparte de que, como se veri lnmediatament, esa cualidad «social» adguiererelevanciajuriica en dstintos insramentos ingemcionaes yes consentiéo deducirla de larelacign quel propio ‘Tribunal Constiucionl ha extablecdo entre el sistema de derecho de huelen que nace del art. 28.2CE y ! principio de igualda sustancial que preside el ar 9.2 del {exo consiucional. Ello conecia con la idea de plasmuar como Derecho cierto (y praxis cirta) la constitucidn social propiamentedicha, EI derecho de huelga como derecho social no s6lo esté ligado, sino que, mds ‘ntensamente,esexpresin del Estado social asentadoentas ideas de homogeneidad ‘social ya a teoria de ie «democracia socal» entendida como extensién al orden ‘el trabajo de i idea de Estado material de Derecho. En este send, vid. los fensayos de HELLER, H.: «Estado de Derecho o dictadura’» y «Demueracia politica yhomogeneidad social», en «Eseritos Polttcase, tra, S. Gomer Arteche, 4y seuidado do A. Lopez Fina, Maid, 1985, pgs. 283 y sigs, en particular pd, 290, y 257 y sigs, en particular pig. 282, respectivamente. Es importante la propeccién de todos estos esquemas de peusamiento en Ia Construccién del ~Derecho social del Trabajo» en su conjunto. Vease, con sor Prendente lveide, SINZHEIMER, H.: «BI perfeccionamiento del Derecho det Trabajo» en SINZHEIMER,H. «Crisis econémicay Derecho de! Trabajo, tra. {Est Preliminar de F. Vézquez Mateo, Madrid 1984, pigs. 62, sigs (G00) Sobre esa vatoracién constiucional del derecho de huelea como derecho de ‘gualded, véase MENGONI, La gréve ele ‘ock-outs, Luxemburgo, 1961, pg m. GOI) Vid. ROMAGNOLL, Uz «Ordinamento sindicale ¢ sistema economico nella Costtuiones,en A.V. Lo Seiopero, Della Casttucione al? autacsciplinas, Bologna, 1975, pigs. 19 y sigs. Pee tee eee L texto constitucional y en el arduo proceso de elaboracidn y tramitacién lamentaria (302), sino wambiéaen los instrumentos internacionales ratficados ‘€ Espaia (que tuvieron una clara influencia en la f6rmula constitucional) {ativos a los derechos fundamentales y a las libertades, que sirven de canon, ‘rmenéutico pera la interpretacién de los reconocidos por la Constitucién tenor Tarticulo 10.1 CE (303), Adquiere relevancia constitucional al respecto el omocimiento det derecho de huelgaen la Carta Social Europeade 18 deoctubre 1961, ratiticada por instrumento de 29 de abril de 1980. Mas alla de su topia ‘nominacién (Carta Social Europea) es el mismo Preémbulo quien subraya que que se pretende es garantizar sel goce de los derechos sociales». Mas pecificamente, el articulo 6.4 de este Tratado internacional reconove «el -wecho de los trabajacores y empleadores, en caso de conflicto de intereses, ‘prender acciones colectivas, incluido el derecho de huelga, sin perjuiciodelas ‘agaciones que puedan dimanar de los Convenios Colectivos en vigor» (304), En relaci6n también con el art 10.2. CE. se ha de anotar que en el Derecho ‘semacional, el derecho de huelga estd expresamente reconocid en el art 8 del ‘cto Intemacional de Derechos Fconémicos, Sociales y Culturales, de 19 de ‘Hembre de 1966, ratificado por Instramento de 13 de abril de 1977 (30S). 9) Véase las intervenciones de VIDA SORIA y de otros parlamentarios en la Ses Plenaria del Senado mimero 35, clebrada el 28 de septiembre de 1978, «Cortes. Diario del Senado», nie. 61, Ate 1978, pgs. 3033 y si 08) Vid. sobre su operatvidad en el campo ée los derechos sociales fundamentals, MONEREOPEREZ, «1a Carta comunitara..», pigs. 291 y sig. Setinel Te ‘nal Constitucionalelan, 10-2 CE consagraun crterioinerptetativo delos derechos fondamentales ya reconocidos en el texto constitucional, Cf. STCo, 65/1586, de 22de mayo, 4% i) Escieno quela «filosofa» juridico-potticansitaenelreconocimicntodel derecho de huelga en la Carta Social Europea parece ser restrctva, sobre todo pore la ‘uelga se vincula estrictamenteal derecho de negociacién colectiva, En efecto el ‘at 6 eva por ribrica «Derecho de negociacion coletivae y expresa gue eben tg te oy mt mg ini ee ae ee er eee Se pela cern Se Sa eee ne re er ee Se er ere Satesocrr eae are meee eee pg perpen tert Fei erent —— Se oa raeenepriee meeps oe papper gag leer erent oe ee ee oa Seer ted erent pee arp ioe Pe oor fae perro Ee eee eee eee oe Se Sconhatticteteerae eT ‘Simms nstoee conta La huelga como derecho constitucional 3 Laconfiguracién del derecho de huelga como derecho social de libertad tiene tuna extraordinaria relevancia, porque expresa la funcionalidad del derecho sin incidir en lo esencial en una correlativa diferencia de estructura técnica respécto a Jos derechos de libertad «tradicionales». Esto permite no s6lo crear un «puente» (perspectiva externa) entre libertad-igualdad sino, de forma més ambiciosa, «ana dar» ambos principios como componentes innatos e inescindibles de un mismo derecho: el derecho de buelga como derecho social de libertad. Esta categorizacién, (nferida det texto constitucional) obliga a tener en cuenta tambign el «lado de la funcién» de este derecho: se ha de contemplar el modo de configurar el derecho de muelga desde el punto de vista complementario de la funcién (313). Y este perspectiva conduce a afirmar que, rectamente entendido, el derecho de huelga es lun derecho instrumental que no se agota en sf mismo, sino que sirve de soporte y da autenticidad 2 otros derechos y libertades de los trabajadores. Se habla aqui del ‘carter funcional para decir que el derecho de huelgasirveal interés de sustitulares, eroesel soporte funcional paracl ejerciciode otras libertades fundamentales delos ‘tabajadores. Aparte del hechomismode que suejerciciovaunidoalamenifestaciGn del pensamiento y, en general, ala libertad de opinién. Sibienes en cierto sentido referible una funci6n social de todos Jos derechos, esen algunos tipos de derechos ms principalmente que en otros donde Ia idea de lo social est més acusada, mis intensa (314). ‘© insist, de C. SCHMITT) entre derechos fundamentalese y garantios insitweionaler» es altamentesignficativa cuando se proyecta en os foncionatios pOblicos, para ls cuales nose confezen auéuticos derechos fundamentals sno ‘eras garantesinsttucionalesmslimitadas que el ederscho general de Homibre> individual (pgs, 184-185), De cuniquier modo, con independencia de estas connotaciones poico ideo cas, se debe a C. SCHMITT Ia formulacién del concepto de «garaifa institcio- nalv, que, comose sabe, tend despufselaboraciones masacordesconleevolucign de los sistemas de Estado socal G13) _Esecir, adopnco.un sincretismo metédio, que no se debe confundircon elpuro ‘eclecticism init porta confusicnente Js vrtents diversas de las insituciones Junieas Recuérdeseel pnsamiento de R.IHERING,enel sentido de que el finesel alma el Derecho. Agulaconfiguraién del instituojurdice dela huelga se refiereala relacidn meio-fin y presupone el principio fundamental de THERING (el finesel ‘reagorde todoe! Derecho). Vid. amplixment laobr clésicade HERING, R21 finen el Derechow trad. D. Abad de Santillan, México, 1961, especialmente pgs 312y sips. Ids «La lechaporel Derecho», trad. A. Posada, con peblogode1. Alas (Carn), Madrid, 1921, pig 1. Vid. CARNELUTTI, Fs «Metadologia del Dere. cho», trad. A. Osorio, México, 1940, pig. 9. (314) Vig, GURVITCH, Gis aL” Lage du Droit Socal. Notion et sysidme du Droit Socal Histoire doctrnale despuisle I7*sécle jusgu’ dla fin du 19" idcle, op. ct. pps. 154 y sigs. EI derecho de fnielga frente alos derechos que tienen naturlezs individualist, se atbuye al sujeto en su espectfca calidad de miembro o de Dartcipe de una determinads comunidad. Vid, ESPOSITO, C:: «Liberté di ‘manifetazione del pensiero nl’ ordinamnento italiana, Milano, 1958, pig. 8 Bs de realzar que el ensamblaje més perfecto hasta et presente ene los erechos de libertad y los derechos de igualdad se ha producido a través de le rmulacion de los «derechos sociales» a los que pertenccen los derechos de uclga y de libre sindicaciGn, que se organizan con la écnicade las devecios de ‘monomia (315), pero en consideracién funcional con la evertiente sociel» del ‘arus de ciudadano: el derecho fundamental de huelga (como en el fondo ‘min el derecho de libertad sindical) marca un spuntode encuentro» entre las istintas categorizaciones (0 grupos) de los derechos findamentales de! hombre {erecho de auronoma, derecho de partcipacién y derecho de prestacién),cuya \visién es puramente funcional. No siendocl debuelga un derecho de presiacidn ‘esun derecho social de libertad (que introduce un componente igualitarioenel ‘reno de las libertades piblicas fundamentales) (316) un derecho de dimen '6n sociopottica (en cuanto que constituido en cauce de participacin entodos 's Ambitos de le vida social). Como se ha indicado, el derecho de huelga como ‘mbign otros derechos de libertad de contenido igualitario) es una apuesta con se juridico-constitucional en favorde la refrmulacién unitaria de los derechos sndamentales anudados por la unidad de la dignidad humana, Elderecho de huelga aeinsertacn lafase de wespecificactén» de os derechos 2 traduce o refleja el cardcter «pluridimensional» del chombre genérico, del omire abstracto en cuanto tal, en sus diversas proyecciones sociales, es decir, 15) Cuando la técnica de organizacion jurtdica de los derechos sociales esta de «derechos de autonomia» tales derechos wadoptan a uisma forma de organzacion eos derechos més eléscos de libertad. De To que se tata es de patna al ) (Ib, pég. 278). Véase también en esta dseccibn elfamosoensayode BERLIN, I: ~Dasconceptosdeliberads,en «Cuatro enasyos sobre la libertad», Madsid, 1988, ps. 181 y sigs. Tales dorechos presenten un contenido igualitario, Vid. unas sugerentes ‘puntuliraciones Sobre libertad e iualdad en MACCORMICK, N.: «Derecho Tegal y sociademocracia.» op. ct, pags. 1 9 sigs, 16) i ean hom etag shana Neb Levant ignb inten heures 1a huetga como derecho constitucional 3 sitwando enel «hombre especifico»,en laespecificidadde sus diferentes situacio- ‘eso status sociales, en relaci6n a distntos criteios de diferenciacién (317). Visto desde! punto de vista funcional, estoes, desde su funciénenclsistema Jariico y politico, se deberd, asf, convenir que el marco para su comprensiGn y explicacién es 1 modelo de Estado social y fa cuestiGn de la inserctén de leg derechos sociales en la ciudadan tendencialmente englobada (oal menos orientada a ello) en la ciudadanta integral. Pero sin desconover que en una sociedad conflictual -dividida en grupos y clases sociales en situaciGn de des. ‘gualdad matcrial- una tal insercién de los derechos sociales en el rea de in Giudadanfa es conflictiva, porque la figura de los derechos sociales implica una Ssuperacin del inicial universalismo juridico. Frente al universalismo juridico Como tradicional mecanismo de atribucién de los derechos se opera una ) Se parte de un concepio de ciudadanfa entendda en términos de un conjumto de ituacionessubjetivas garatizadas por el ordenamientojuriico, y que puede Presentar el riesgo de fomentar un tipo de windividualismo metodolégicos, asentado en l figura del ciudadano aislado en sus distintas esferas sociales, De de tiularidad det Tos fines que deben ser alcanzados y Ia propia ‘organizacin de la sociedad, Porello,en una sociedad fragmentada ia nocién de cindadania no puede sino ser econfictivan. en la medida en que las verientes intensament diferenciadas del «hombre espectfico> no pueden sino situarse en posicicn de contraste. Ast, esta «cindadania integra conflictiva» se deberiasituar «nel marco de ia reatizacin de a libertad material y de la dstribucin del poder ena sociedad, que convierte en «transparente» la lucha politica por el eimterés general» (322). En relacin a ello, se podria mantener el papel de los derechos Subjetivos fundamentals como nicleo esencial de la Consttucion social y material ‘Tras lo expuesto, la tesis que se mantiene podrfa quedar formulada as: el derecho de huelga es un derecho fundamental delibertad inherente ala persona el trabajadoren la especficidad de su stuacign owstatus» social. Bnealidad de {al participa de todos los atributos aque aludidos. 8. Lahuelgacomo derecho social fundamental la funcién politico-jurtdica ‘en el sistema constitucional En relaci6n al acentwado canécter «social» del derecho fundamental de hhuelga y a su consideracién como derecho fundamental se deberd situar la Droblemftica de la funcién politco-juridica del reconocimiento constitucionsl del derecho de huelga, En cl orden constitucional parece atribuirse una funcién genérica al derecho se huelga. En primer lugar, por la intima conexién con la libertad sindical (auticulos 7, 28 y 37 CE), toda vez que ain no existiendo un monopolio sindical del derecho de huelga (323), ésta sin embargo forma parte del contenido intangible de la libertad sindical, «ya que un sindiceto sin derecho al ejercicio de 4a huclga quedaria, en una sociedad democrdtica, vaciado précticamente de Contenido» (STCo, 11/1981, fj. 9) (324). En segundo lugar, porque se tata de un. (622) Vid. BARCELLONA, «Los suetosy las normas..» ap. cit, pig, 4S. (323) En la Consttucién no tiene acogia una concepeién orginica de la huelge. La ‘nuelga se configura como un derecho subjetivo piblico del trabejador individual, Vid. infra, (24) Chr. SSTCo, 39/1986, 31 marzo; 9/1988, de 25 de enero; 51/1988, 22 de marzo, Doctrina que oportunamente recoge el legislador ex art. 2.2, d) LOLS. steumento de presién para la afirmacion de ls intereses generales (cf. at. 28.2 )de os trabajadores en todos los émbitos de una sociedad global maresda por 5 desigualdades de clase. Lo cual cs coherente con el sistema pluraista de stado social y democritica de derecho (art. 1.1 CE),en cuyomarcoel sirdicato -tenta un papel en la escena politica como «sujeto politico», La huelga se onstituye asfen instrumento de influencia y participacién de los trabajadores en 8 decisiones politicas. Enfin, porque es un medio idéneo para la promoci6n de las condiciones para la libertad y la igualdad de los individuos y grupos sociales sean reales y ‘ectivas (art. 92 CE) (STCo. 11/1981, fj. 9) 325). Por consiguiente, ccapa un spel fundamental en Ia reatizacin del principio de efectividad de los derechos indamentales en el Estado consttucional (326). Se ha podido hablar, en este -ntido, del «valor instrumental del derecho de huelga en el sistema politico smoeritico y precisamente en conexién con la autonomta sindical como ‘stumento de «transformacién sociab> (327). Desde este punto de vista, se 525) Vid. VIDA SORIA, en MATIA PRIM, J-SALA FRANCO, T-VALDES DAL- RE, F-VIDA SORIA, J: «Huelga cierre patronal y conflicts colectivor», Ma did, 1982, pigs, 28-29. nsisten sobre esa significaciéa DE LA VILLA, LE- GARCIA BECEDAS, G.-GARCIA PERROTE ESCARTIN, L elnsttuciones de Derecho de! Trabajo», 2 ed, revisads, Madrid, 1991, pigs. 458-459, Vid, en general, HABERLE, en LOPEZ PINA, «La gurantia constitucional..», op. cit, pigs. 260 y sigs. quica, por cierto, clifica de vejemplar» al art. 9.2 de la Constiucién Espafola (ib, pig. 262). Vid. PALOMEQUE LOPEZ, «Derecho sindical espaol», edie, Mactié, 991, ‘igs. 260 y sigs, Antes de la Sentencia de! Tribunal Constitucional sehabia puesto ‘de manifiestola vinculacgn del derecho constitucional de huelgaccoalas cliusulas generates de la Consttacin. Vid, MARTIN VALVERDE, A. «Regulaclinde a ‘uelgaen la Consttuci6ns, en RODRIGUEZ-PINERO, M. (cord): «Los traba Jaoresy 1a Consttuciéns, Madti, 1980 (Separata nim. 4 dela Revista Cue ‘dernasde Derecho del Trabajo»), pigs. 206-207, La vinculecinexistente sree derecho de huclgay el principio de igualdad sustancal fue realzada desde hace tiempoporla dociring italiana, ynada menos qve desde el extraordinarioensaye de P. CALAMANDREI, «Significato castinzionale del dirito di scioperon, en sOpere Gturiiches, cit, especialmente pigs. 460.4 462, Recientemente, vase ft STCo. 123/199, de 28 de septiembre (3), que relacionael art. 28.2 CE con el at. 9.2 dela misma 327) Cfe. CALAMANDREI,P.: «Signficatocostitucionale dl divtta di sciopero>,en Opere Giuridiches ci. pgs. 459 y sigs. Vease la severa crtica que reaza ala cconcepcién de F. CARNELUTTI, que veia en it huelge no s6lo un hecho ‘ocialmentedafioso, sino que suponia también legitimar el recurso ala gusra en 4a sociedad civil («dejar combatirla guerraenze las categoria, como se hahecho en J Consttucién italiane, es un ejemplo de debilidsd, conira él debe reaccinar el jurstacrsianow; ft. CARNELUTTI, F: «Sciopero.egludisio», en Riv. cit. prOP 1949, 1 pigs. 1ysigs..en particular, pg. 12)en CALAMANDREI, op. cit. ples. 461-462. Para CALAMANDREL, en un sistema de huelgn-derecho, éta es consi- av iii ne bt on sea acti San emma cuny derecna constinucional a7 comprende quc ls huelga sea un poder «instrumental (un earma> de lucha, en cuanto qué legitima el recurso la fuerza por la via de ejercerno sélouna presign conémica, sino més incisivamente una coacidn prcoldgica en la contapete privada o pablica) puesto unilateralmente a disposicién de la colectivided los {rabsjadores y que constituye un medio idéneo para progresar en el camino trazado por el constituyente ex art.9.2 CE. De ahi, su caréctrinstrumentalselser un medio para Ia promociGn efectiva de la igualdad y participacién de ine trabajadores como tales en la wansformacién del sistema social. Aunque el Ondenamiento no «otorga» nada que no tuvieran ya adquirido en su poder social ls clases trabajadoras (328, Sin que, es obvio, esto suponga desconocerelefecto e «inmuunidad» respecto alas esponsabilidades de orden penal, civil y laboral que deriva de Ia garantia constitueional del derecho fundamental de huelge, Es decir enel sistema de huelga-derecho se crea una posicin de eventajam delladode {odas as instituciones juridico-laboralcs el reconocimiento de la huelga derecho, ‘emits insttuionalizar el conflict social, normalizarl y someteloa unas reglas «de juego: tiene un inevitable efecto de cierta edomesticaciOn» que eno més hondo Preside la natural éiléctica del Derecho todo-, que es el precio que supone su Psicologica colectiva, que es surazén de seren su proyeccién «instrumentals ln.consecucién de los objetivos mediante ella perscguibles (325), Ha Esa vinculacién con el principio formulado en el art. 9.2 CE, no s6lo , trad. S, Sentis Melendo y M. Ayera Redin, Buenos Ales, 1964, pig 158),apropdsitode la garauaconstitucional delderecho de hvelga, que el «Derecho determina fj, inmoviliza,crstaliza, nun cierto sentido que hay que intrpretarrectamente, ls manifestaciones de a vida social a Tas usles se extiende sv eficacia, que estan varia segin a naturaleza yl fines de Tosordensmientorsingulares», Sobre Ia funcion cordenante» o con planteamientos no del todo acorées con los aqui mantenidos, en LATOURNERIE, Re: eLe droit francais de la gréve», Paris, 1972, pies. 276 y sigs. 345) Cit, MONEREO, «Los derechos de informacién..» op. ct. ig, 224 y bblio- graff all ctada, ¥46) ‘Sobre tos valores en y del crdenamiento juritico del Estado, véase, PECES BARBA, G: «Los valores superiores, Madrid, 1984, especialmente pags. 34 y Sigs I: «Los valores superioress, en Anuaro de Filosofia del Derecho. IV, 1987, pigs. 373 y sigs; PAREJO ALFONSO, L: «Consitucion y valores del ‘ordenamiento», Maid, 1990, especialmente pigs. 119 y sigs. nde i Ast adi Mat muciga como derecho constitucional 6 el valor del Estado social no se traduce tan solo en el deber postive del poder Piiblico de hacet realidad la libertad, la igualdad y Ia participacign de los casda, anos y grapos, sino tambign en Ia predisposicién de medios de autoyitcla coleetivay participacién en todos los bites de la vida social, como es el caso de Ia huelga de rabajadores. Por otra parte, en el texto consttucional no tiene acogia una concepcin neslaborales, En a Consttucion ls huelga nes ya slo un derecho dela persone (en sa desarrollo en un status social especifico), sino tambiga un medio i pazalarealizacion de los valores superiores del ordenamientojuriico general: ee lun medio i para dar autentcided (refijando su estrecho enlace politico) a los Principios de libertad, igualdad y participaciéa (348). La progresiva intends. Pendencia entr el sistema police y el sistema de relaciones laborales-espe- cialmente manifiesta (0 patente) en las dos iltimas décadas- no hace sino realeay ‘esa dimensign publi Nia democritico-parlamentariay via sindical, para remover las desigualdades de hecho existentes en la sociedad y que impiden dicha participacién. Pero es lo Gierto que de esta posicién «optimista» se ha pasado a una postura © sctitad ‘pesimistay respecio al valor (y finciGn) de Ta huelga en una coyuntura de de icalismode clase», asentado en el principio dela Solidaridad colectiva o general y en la émancipacién social de las elaces mas Gestavorecidas. Es el contexto del adesencantom, en expresiGn grifica pore ‘ssencialmente acertada- de L. GABTTA (349). ¥ es que, seguramente, & un (G47) Estneralaconcepeia inicil deta huelgaen ts primeresclaboraciones doctrines &¢ la insttucén como, con rigor, ha puesto de manifesto TARELLO, G., «Teenie « ideotogi ne dria sindacale», Milano, 1967. pe. 125 (48) La hue es asf un medio de promocién de la efectva paricipacién de los trabajadores en latransformacida dela estructurasocal:esteconocidoconstnecle ralmente como un medio de waveleracton de ia dindmiea dela atone tt J tele csconcebide como un medio de promocign del efeciva parilpacion ,en «Co- rmentarias a las Leyes Poltcas. Consttucién Espafola de 1978», . Ul, tit, O. ‘Alzaga Villaamil, Mai, 1983, pég. 230. (G55) Vid KAHN-FREUND, 0: «/ldiriuodsciopero, asua estensione ei soilimiti», Riv. Dir. Lav., nim 4 (1978), en pigs. 375 y sigs. en panicular pigs. 378-379, (55) Vid. en general, VIDA SORIA, J: «Comentario aiarteulo 28.2 de la Consttuciin Espatolas,en«Comentariosalas Leyes olticas.ConstituciénEspapotade 19782, sir,0. Alzaga Villani I, Maid, 1983,pgs.230-231; MARTIN VALVERDE, ‘A. «Bl derecho de huelgaen la Constitacign de 1978+, en RPS, niza. 121 (1979). La huelga como derecho constitucional or fundamental de tipo social atribuidoa todos os trabajadores incividuales),o bien como un derecho sindical normalmente vinculado a la contratacion colectiva(y, 4e ordinaro, ello conduce a una concepcisn orgénica del derecho, enka medida due es reconocido como de exclusiva titularida sindical) y uilizable como el ‘timo recurso deque disponenlos rabajedoresen as relacionesIaboraes(ligado alosconfliciosque se suscitanen loscentrosde abajo). Para sorpresade muchos, ia configuracién del derecho de huelga como derecho humano fundamental (derecho subjetivo plblico de libertad) amplia los objetivos legitimamente pereeguiblesmediantelahuelga,sinposibilidadcoherentede excuirsudimensidn politica tras ser clevado a rango de derecho fundamental; en cambio, su conformacién como detecho sindicel no siempre ha permitido gerantiar esa funcionalidad (357). Delos modelos sipo (ideals) individvalizados porladoctrina desdeel punto dc vista fundamentalmente de los objetivo y de la funei6n (modelo «contrsc- tuale, modelo «laboral» y modelo edindmico» o saciopolitco) (358) parece ‘quedar rechazado claramente en la Consttuci6n el emodelo contractual» pro y tener sin embargo, acogidadentro de larelaivaférmulaabieria(359) que enclia (G57) Sobre esa parka sensing despots. Laconformacin del sistema fumes comormonsaopuraliancis ambien sobeladacceevononiay eee worden fa reulcin de a condones de esc del deco, Via (258) Vid MARTIN VALVERDE,A:-/ucgalaorl yl pica utes de modelosnarmatiassenRINEROLAMAS (soon) «Elderech del abo ante Clancy potion, Zara, 19 sp 71 Sys et derek de iciga en ta Contin, ev RPS, am. el (1919), VALDES DALRE ‘Limies el derecho de hugs pute erlicose en Cuaderis de Derce del Trabej, nim. 3 (1977, fe. 1, poblicadounbisa en DE LA VILLA. LE= SACARDOY BENGOECHEA,J.A «£1 Derecho de! Trabaen Espasa, es. 609 sigs. Resa VALDES (pc, pg 1) que elmodso dnt de faelgs sce eo unaeentacin ms ample gue popoe lesen dels perspective private del emeno sini Tensei se sda ena perspectva deans de le bein ines gue elorsenantentomeonce sete ana delach Vic ese apepecteel ‘lado intros a Doeho os eto ees dete pues nai con ‘lmodeoisécco-vaaivo de ans de cerecto de lpn temas tglogacisieade CALAMANDIL,P Signet cotarionledel dita Selpere en i. Gite. Lav, 1952, pgs 2 Sis que como seb lee ‘living enrlas sistas norntivos de etelpa dls, chele brads 3 chslgnderecton. ° Es intrest nexprcn dos distinos modelos nomatvs doa ig hilo Gea voli jurispsdencl Rocha en el excelente esa de BORBATO DACRUZ, E: «Poder normatvo y poerjuivia en la elaboracin del nave Derecho del Tatar eh nr 48 (198 ps 18 yi (239) Quescomo ha indiado el Tanal Constuceal, ate istinas lciones de PoltcaJgistatva en el desarollo de as prevsiones constitucionales(STCo. 11/ 1981, 6.7, 68 Jost Luis Mowerco Pérez s¢ consagra los modelos de huelga laboral»y «dinimico o sociopolitice» (que Permiten conectar Ia hueiga -como medio para la autotutelaeolectva- con el concept de trabajador por cuenta ajent la defense de todos sus intereses frente ‘cualquier instancia y que, en consecuenci, se aparta del modelo restritvo de ‘dhvelga contractual) En primer lugar al referiela norma a eto trabajadoress y fla cdefensa de sus intereses» sin restrccidn, En efecto respecio de los bjetivos de ln huelga (perspectiva de afuacidn y del interés objeto de autotwela) (260), a referencias «la defensa de sus intere- se8», que ena férmula legal (en coherencia, por ota parte, con la consttucional cexart.28.2E) no seadjetiva, como «profesionalese, ni siquiera como «econéeni- 08 y sociales» (ef. art. 7 CB), Formulacién de los fines que reconduciéndose & unidad como sintereses colectives» 0 xgenerales ode clase» de los trabajudores, adguiere una proyeccién multidimensional a hvelgaes un «arman de lucha ode presidn queno queda wencorsetada» en la sociedad civil y se proyectatumbién en laesfera de la «sociedad pola» (361). Alcance comprensivo que no cs ‘esencialmentecontrarestao pore ratamient legalde losestictos supuestosde itud concemniente alos objetivo perseguibles mediante la huelga (at, 5.1 PLOHN; an. 5.1 PLOHC) (362). En segundo lugar, stendiendo a una interpretacin sistemtica del art 28.2 CCE con el sistema de principios consttucionales y la funcién promocional impuesta a los poderes pblicos de promover la realizacidn efectiva de los principios de ibertade igualdad sutancial (ats. 7.9.2 37 CE) (363). Desde el ‘modelo «sociopoitico», que es el que mejor conviene al sistema de phralismo poltico-uriico trazado en el texto constitucional, a huelga es un medio de auiottela colectva de as clases trabajadoras en todos los émbitos de fa vida social y politica en tanto que queden implicados los intereses coleaivos ‘eneralesdeostrabajadoresy, porconsiguiene, es proyectable erga omnes 364). (260) ‘Se bers tener en cuenta Ia imporancia que el fn ene en cualquier iniucién ja: y queen definitva tatindose de derechos (stuacionesjuridicas activas {de poder) el fin estéanudado al interés juridicamente protegido como anicleo y ‘médla de los derechos subjetvos» (STCo. 11/1981, 6. 8). (361) Que el derecho de Iuelga sea coafigurato como’ derecho subjtivo pibico, cconduce ineluctablemente als legiimidad de las huelgs sociopoliticas.Loexige la l6gica de la calificaién constitucional: la presencia dc un interés de devancia [pblca y no exclusivamente privada (62) Una vez ms, aciferencia de as previsiones del sistema restrictive del RDLRT, at. 11, y 62 propio PLOH inci! presentado por el Gobierno, art. 8 8). (363) Cif. VIDA SORIA, eArticulo28..», op cit pigs. 230-231. (G68) Proyectivita «frente a todose que, como s ha visto, es sencillamente inherente ‘ala categorizaciGnjuridico-constiicional del deecho de huelga como derecho de lapersona, en la contemplacién de sa dimensién al mismo tiempo de shombre bstracto» ehombre epectfico». Ello se corresponde también coa ef plaralismo Juriicoy potico-social que inspire texto constucional; concepcion pluralist ‘La huelga como derecho consttuclonal o ‘Ahora bien, en el fondo los abjetivas legttimamente perseguibles con ta welga estdn determinados por Ia funcién constitucional atribuida al derecho de cenlague el hombres considerado nosloensudimensidaglobaly abstract sino también en sus proyecciones sociales especificas, como perienecente a disinos {grupos y clases sociales y en relacGn ala raultptcidad de centro de poder que ‘caracterizaal «Estado de pluralida de clases» (0 Estado del de la Norma fundamental y Ia legislaci6n orgénica reguladora de su ejercicio (eft. art. 53.1 CE). Se hizo referencia yaa a tipologfa posible de modelos normativos de derecho de huelga, enrelacién auna scrie de variables que puedanexistir enun ordenamientojuridico Aeterminado (369). La metodologfa seguida por el ‘Tribunal Constitucional al enjuiciar Ia constitucionalidad det RDLRT no ha sido formalmente partir de un ‘modelo aprioristico de huelga. En la secuencia I6gica del razonamiento se ha ‘adoptado como punto de partida la identificacién del contenido esencial del ubia postalado una interpretacinextensiva de alcance dela garantia el derecho id huelga ene texto constitucional. Véase, entre otros, VIDA SORIA, «Comen, tarioatart.28.2CE»,citpigs.230y sigs: MARTIN VALVERDE. A.«Elderecho de huelgaen la Constitaciénde 1978s, en RPS, nim. 121 (1979),piga 227 y sigs. RAMIREZ MARTINEZ, J.M.: «Huelga y cierre patronal en la Constitucion «spatiolay, en Estudios de Derecho del Trabajo en memoria del profesor Gaspar Baydn Chacén», Madd, 1980, pgs. 439 y sigs (G75) Cit. PALOMEQUE LOPEZ, «Derecho sindical espaol», cit, pig. 262. (376) Es suficieate para verificr esta afimacién reparar en la telativaincoherencia Je ‘firmacianes contenidas en los fundamentos juridicos nsmeros 9,10, 12,21 y 22 {dla misma, ilo no cbstante, se comprobardcémo gradvalmente el Alto Tribunal iri pecilando su inicial docirna sentada en esta «sentencia-marco». ‘ease, al respecto, MATIA-SALA.VALDES-VIDA, «Hivelga,eferre patronat Yoon op. ct. pags. 145-146: DURAN LOPEZ, F.: «Li régimen legal», pig St; ESCUDERO, R: «Modelo normativo del derecho de huelga cit, pigs. 117-118; PALOMEQUE, «Derecho sindical Espatol», op. cit, pig. 264. fd: «La regula, «in por Ley del derecho de huelgas, en DL, aim. 23 (1987), pigs. 16-17: La disciplina det RDLRT parece responder a primera vista a lo que se ha Uamado modelo de huclga contractual, aquélla que «se desencadena 0 produce en el ‘momento dela negociacisn de los convenios clectivos con e fin de presionar en favor de los mismos, de modo que Ta huelga es un instrumnento del convenion GSTCo. 11/1981, de 8 de abril, §. 14). No es correcto dicho diagndstico, sin erabargoal decir de! Tribunal Constinucfonal, por cuantoal RDLRT eno establece ‘anecesara vinculaciénentrehoelgay coaveniocoletivo,nientrefasceonfictal- ‘egociacdn delconvenioy fase devigencia del convenio-paclaboraly». «Es cierto La ordenacign del derecho de huclga operada enc! RDLRT era fel reflejo de tuna precisa opcién de politica del Derecho, tendente a configurar el modelo restrictivo 0 estético (modelo iusprivatista). E) propio TC afirma (a pesar de declarar Ia indiferencia para el juicio de constitucionatidad de la coxcepcién global del derecho de huelge que ha tenio el legislador ordinaric) que la regulacién del RDLRT es restrictiva: «Efectivamente, es posible entender que introducido el derecho de huelga en Ja Constitucién como un instrumento de realizacién de la democracia social y del principio de igualdad, politcamente eberia sostenerse una concepcién mas amplia y generosa, Sin embargo, el ‘movimiento pendular entre la amplitud la gonerosidad o la estriceidnvuelve a ser una decisién politica que tiene que adoptar el legislador ordinate sin més limites que los queel derecho fundamental tenga, puesningin derecho, a aén os de naturaleza ocaricter constitucional, pueden considerarse como ilimitados. De este modo, el reconocimiento del derecho de huelga no tiene por quéentrafiar ‘ecesariamente el de todas las formas y modalidades, el de todas las posibles finalidades pretendidas y menos ain el de todas las clases de accién directa de los trabajadores» (STCo. 11/1981, fj. D)- Desde este punto de vista la regulacién establecida en el sistemalegal del RDLRT no es la tnica opcién de politica legislativa admisible -una vez «depu- ada» por e! propio TC-, dentro de Ia formula abierta trazada en la Constitucién es «una de as constitucionalmente posibles» (377) (STCo. 11/1981, fj 5). Tras esa abor depuradora, el modelo normativo de derecho de huelga cristalizadoen el vigente RDLRT-y efectuada la interpretacién «correctiva» del Alto Tribunal- ‘no es el modelo estrctamente «contractual», sino matizadamente el modelo laboral. Ello es perfectamente coherente con la indeterminacién de los fines ‘perseguibles a través del derecho de huelga («para la defensa de sus itereses en {a formulacién del an, 28.2 CE) (378). Dicho de ouo modo, la admisibilidad del {que el ar. 11 (del RDLRT) no permite Ia huelga pars alterar lo pactido en un convenio durante Ia vigencia det mismo. Sin embargo, nada imide la huclge arate et periodo de vigencia del convenio colectvo cuando la final de la Inuelga no sea estrctament ia de alterar el convenio(.), Por eto lado es posible ‘eclarsar una aleracign del convento en aquelis casos en que &ste aya sido {ncumpld por parteenpresri se haya producidouncambio absolute yadical de ias circunstancias que pemitan aplicar llamada cliusula rues sic tanibus (STCo. 11/1981, de 8 de abril, 14). EI modelo de derecho de huelga esultante (6el RDLRT depurado constiicionalmente es, por tanto, el labora enel que It Invelgn es tna medida ejrcitable en relacia con cualesqueraaspectosdtivados 4e is relaciones de trabajo y no s6lo en el Ambito dela negocaciGn coectiva, (G7) Cir. PALOMEQUE LOPEZ, MG.: «Derecho Sindical Espafol cit. pig, 263 (B78) Vid. PALOMEQUE LOPEZ, M.G.: «Las derechos laborales en la Constiacion Espoholas, Madrid, 1991, pég. 60; MARTIN VALVERDE, A: «Et drecho de ‘nuelga en (a Constincién de 1978», cit, pg. 231; ESCUDERO, «Modelo nor- ‘mativodel derecho de huelga.cit., pg. 129, que define come elaboral» al modelo ‘normative espafiol de derecho de huelea. Ss yestupepse tempt i i i La hwelga como derecho constitucional w modelo normativo contractual puro hubiera encontrado obstéculos dficilmente superables enel sistema constiucional de huelga. Psto era la poste una de las argumentaciones de los recurrenesy que a doctrina més atorizada ha puestode imanifiesio (379). En efecto, existen dos elementos que relatvizan las «pesiciones optimistas» respecto ala doctrina sentada originariamente en la justia constitueional. En primer jugar, en el discurso de la sentencia se detecta una clerta «oncepeinprvatista de la huelga, tanto en la redefinicgn de sus fines como.en relaciOn a las modalidades eatiicas» de ejercicio del derecho (380), Este comportaunaevidentecontradiccin-lgicay urdicofoltca.consucaificacion ‘como derecho pablicosubjetivo($TCo. 11/1981, 4.9) loqueen puridad conduce necesariamenteaentender que la huelgaes un instrumentode autotutelacolestiva detos tabajadoresentodoslos planos de la vida social en quese tomas decisiones concemiontes a su intereses generales En segundo lugar -pasando del «modelo objetivo o finalist» (que atiende a dos fines persegublesleitimamente a uavés de Ia huelga) ala perspective del ‘modelodeandiss que centasu atenciénen el examen de las Meentesde regulacicn 4 gestin del conflicto («modelo de regulacin y gestién do la huelgse). enn oncepcignprivatsta del modelo normative de huelga hace acompafiar por una Para el sentido de Ia matizacin que se hace en el texto véase VIDA SORIA, ‘Comentario alart.28.2de aConstincinsit. i. 231,yCASASBAAMONDE: Las huelga atipicas.., op, cits pig. 515. Amos insite, con maz6a, en queen l maodelo legal espaol de derecho de huelga acteslmente vigente existe ana presencia muy acentuads de los rasgs iusprivatists, (879) Vid. VIDA, «Comentario a at, 282 CE», op. cit, pgs, 230-232, Aunque TC(STCo. 111981) ludioatoscisintos modelos normativos ehuelga sistematizados por la octrina cientitiea, opt6 por afimar que en la formule , op. lt, pigs. 457 ysis Asi lo reconoce expresamente RODRIGUEZ. PINERO, M.: «Jurlsprudencia onstitucional de tas derechos fundamentales ci, pg. 355. ‘Un planteamientocrttico de sintesis sobre el diseo regulador de as fculades de sutottclacoletiva en el modelo normativo de huelga actualmente vigent, en BAYLOS GRAU. A. «Derecho del Trabajo: modelo para armars, Madd, 1991, és. 138 a 140, con amplia referencia bibliog. Uncambio de perspectives operaconel PLOHN (Cip. ly también PLOHC, Cap 1D, que dotardx muesto sistema de relacianeslaborales de una praia atculada de insiumentos normativos de reglaci de! derecho de huelge, seialadamence en Lespnoso campo de a huelgs en servicios eseniales per la comunidad 384) G85) Jose Luss Mosereo Perez tes en materia tan controvertida como es la determinacién de los minimos de tividad para el mantenimiento de los servicios esenciales (STCo. 53/1986, de ide mayo); pero, sin embargo, ni siquiera en esto llega hasta sus dikimas sasecuencias porque la previa negociacién o consulta noes entendida como un ‘quisito de validez de la decisién administrativa (STCo.51/1986, de 24 deabsil) 80. Pero en la «regulacién» del derecho de huelga ha intervenido profusamente derecho judicial. Se puede hablar sin exageracién de una intensa (y en buena aute eexcesiva)judiciallzacin de perfil juridico del derecho de huelga (387). ocsséloyalaintervenciGn destacadisimadel TCenlainterpretacién «comrectivas ‘el modelo legal de derecho de huelga Vigente por el momento. Lo que también hade realzares el importante papel creativo desempefiado por los Tribunales Fdinarios en la delimitacién concreta de las condiciones de ejercicio de! derecho ‘ehuelga. Se ha tratado de una jurisprudencia evolutiva que ha ido perfilando cl ‘ontenido y las formas de ejercicio del derecho en base a Ia redefinicién de limites intemos» y «extemos» del derecho, y en relacién a ello, la gonerosa iilizacién de conceptosjusfdicamente indeterminados, en buena parteasentados sn planteamientos estandarizados de pura t6pica jurfdica (abuso de derecho, ‘wena fe, proporcionalidad o equivalencia de sacrificios, ete.) (388). Le juris- >rudencia -incluida ta del Tribunal Constitucional- ha realizado una intespreta- “ign extensiva del concepto de servicios esenciales como limite al eercisio det derecho de huelga, sobre todo haciendo entrar en escena la nocién impresisa de «bienes constitucionslmente protegidos», afadida a los derechos de relevancia onsttucional. Lo cual ha permitido la restriccign desmesurada del derecho de hnuelga frente a intereses no calificables de «esenciales» y Ia ruptura de Yos (386) Esta cuestion centra la atenci6a de la reforms lepslativa proyectada en materia de hnvelgaenla queet Legislador (previa enegociaciGn» dela propuestade ordenacién Iegislativa hecha ene I instancia guberaamentaly las dos orgaizaciones sindi- ‘eles ms representatives del pas) supera los planteamientes del TC y abog® ‘ecididamonte por un sistema de regulacidn micta que concede ampliosespacios {e intervenciéa ala tegulacion colectiva del ejercicio del derecho de hwelga en servicios esenciales para la comunidad, Vid, MONEREO PEREZ, J.L.: «Conf [twacinjurdica det derecho de huelgas, cit, Sas. 362 Sigs. (987) Loqueproyectado en lahuelgaea serviciosesenciales «ha dadolugar dcisiones {que comporian, en consecueneci una relatva aleatoriedad y un cierto margen de inseguidad jusdicas. Clr. Presentacion de la propuesta sindcal conjunta de regulacisn del derecho de huelga en los servicios esenciales de la comunidad. Fl textoen AA.WV.: «Estudios sobre la huelga», Maid, 1992, pégs. 201-202. (888) Vid. BAYLOS GRAU, A. «Derecho del rabajo: modelo para armar+, cit. ARS. 135-137. Sedebe sobre todo, alas sportaciones dela doctrinaftaianaun elaborado plasieamientoertco de los limites sinternos». En nuestro pais, vase DURAN LOPEZ, F: «Derecho de huelga y lepalizacién del conflco de clases», Sevills, 1975, pigs. 83 sigs. La eats a8 a Hep neeiabie La huelga como derecho constitucional p equltvion instsionnes demo de ves de derechos consnconses Es bien sabido que la Constitucién ha formalizado un orden de preferent respecto ala garantta de los derechos que econace. Un orden preferencial quees reflejo de una operacién de politica constitucional de reforzar fos por ella ‘considerados valores preeminentes del sistema jurfdico-politico que instaura. ‘Todos los derechos fundamentales reflejan valores superiores del ordenamiento. Juriico general construido en 1a norma fundamental y constituyen «la esencia ‘misma del régimen constitucional» (390). Establecer una indiferenciada Timita- ciéndel derecho de huelga frenteacualquier «bien insitucionalmente protegido» etrafi, pues, el riesgo manifiesto de alterar la unidad del ordenamiento que la ‘Constitucién asegura sobre la base de su eorden de valores» (391). qued6 dicho, parte de que el derecho de huelga es un derecho fundamental, tana nts de ln ciatinacontguocin gue eal sent a dere (99) Yeap ob, YALDESDAL-RE Fs Decode bayer a fncon plies, RL, in 9 (1985), pgs. 18 i, See case bit romain appa ne ei ec en sewihs vencies,eLareptin-» pel on STS. 15 febrero de 1989. eee eine eee (290) Par te ignites jutcopltica det rconocimieno 6 ca del econacinieno de 1s derechos ted fndamenais, veae GARCIA DE ENTERRUA, E-FERNANDEZ, TER «Cursnde Derecho haminstravon Ul, ¥et Mai 1991 pps 579i EvTribon Constucionltaheco ver tecentrte enero coger Prenineciwdeduiblede zany esse protec coal Sa Perea ee incre ee At Til a neva est reco prof, rane sje ee de oc Encieo modo aesesn, arzaro matre nana va vegeta, aera ovros derechos qunensitunciones de moraidd pen debon despa ta apacidad potencial» (STCo, 123/192, fj. 5). doy Vanna pide coi el det dogs O91) Una ver mit se inpone Ie cts liga de GARCIA DE ENTERRIA, E- FERNANDEZ, Ti sce de Derete Adniniation Lac gag BA si (022) ETAto Taba sha recap de precise! pape scpon cine papel cogwadr que spone "sconce ena Cantina! reco Geurlgacao deco fundamental Ct ‘STCo. 123/192, 28 septiembre, fj. 4y 5. H -eitima. La jurisprudencia ha venido distinguiendo entre huelgas de motivacién srofesional y hueigas de motivacién sociopolitica, recogiendo el hecho reat del ‘arc pluridimensional de los fines objeto de le huclga. La realidad (el hecho socialde la huelga) -como habia vaticinado ia doctrina (393)- se encargarfa de la slegallaacién» deestas précticas del movimiento sindicel, como lo demuestra las, Jos sdmelpas generals» acontecidas en nuestro pais en Tos ditimos afios, y no ‘somo meras libertades de hecho, sino en ejercicio reconacido del derecho de ‘uelga,segiin confirmara la docttina de los Tribunales. Bimarco normative bisicoa tener en cuenta al respecto viene constituito por tesantenlos7,28.2.CE (394), Porsuparte,enel sistema egal vigenteessignificativo _qae elwatamiento de ls fines de Ia hnelga se hace en via negativaen virtud de! at 11 RDERT. Las previsiones de Ia reforina legisltiva se sitéan en una eleccién polion-legislaiva distin, segin se atienda al Proyecto (PLOH) o al royerto enegociado» (PLOHN) y su traduccién en ei Proyecto aprobado por las Cortes Generales (PLOHC). Ser interesante la comparacién entre esas dos direc- ‘cloves de politica del Derecho reflejadas en ambos instrumentos, aunque, como se sabe, se deberd atender ante todo a la nueva regulacién del PLOHN. ‘Ala idemificacin de los objetivos perseguibles con Ia huelga interesa la ‘consideracién de los arts.3 y 8 PLOH y los arts. 2.1 y 5.1 del PLOHN (arts 2.1 5.1 PLOHC), Elart 5.1 PLOHN (y art 5.1 PLOHC, aligual queelart.3PLOH) trazama definicién genérica del objeto dela huelga pica alreferir ala «defensa ‘de sasintereses», con loque efectéa un traslado omera trasposiciGn de a férmula cconstiucional, la que se recordaré acotaba el mbito objetivo de la huelga con ‘déntiea expresién, Por su parte, el art. 8 PLOH completa -en un plaro mas especifico- el disefo legal del abjeto de la huelga. En un sentido matizadamente isto -como se veré-, el ar. 5.1 PLOHN (art. 5.1 PLOHC) «especifica» las ‘consideradas motivaciones licitas de la actuaci6n huelgutstica Deloque se rata, en definitiva,es de establecer el mbitode losimtereses que pueden hacerse valer mediante la huelga. Pero al concretar la identificacién de ‘esotintereses, cuyatutela es objeto de Ia huelga, se pone de manifiesto el factor de complejidad representado porque cnlapraxis dels relaciones conflictivas no cexistonintencionalidades «puras», sino que,porelcontrario,elmévilde laaccién Thuelgastaes con frecuencia mito, y solo puede, siacaso, establecerse cul ese! ‘mévadeterminantede laactuaciSnhuelguista(395), Eloderivadelaespecificidad de! sistema de relaciones laborales caracterizado por uns imbricacién de los ‘teres en escena en e! mundo del trabajo y pore hecho, decisivo, de que no se (393) Vid, VIDA SORIA, «Comentario al ort 28.2 dela Consttucine cit. pig. 233. £394) Enrelacion, es cbvio,con todo el bloque normativo wsindial» en ts Constitucién: ats. 728.1, 37, 120 131 CE. Y tambien en directa vinculacn con la fra de Estado Social institu en el et. 1.1 CE la funci6n promocional del principio de iqualdad sustancal consagrada ex a. 9.2 CE, (895) Sobre ilo reflexiona OJEDA AVILES. Derecho sindical» cit, pags. 477 479. AAA ENS CONT GEPECRO Constitucional 81 Fe moat apres ea vine a trai en tooo Unc annem ue i lemme erp cma sen es pp is He ceils nike sem fel cla Dec os in Be SSeS citation mano crpeesmrapa tenet ee acinar i ens sie Pen inn pce Ears ran ne en hope aren eee comrade mona eos a ere mtu i ico ee eh SSVIgCi plana emer rt te Scene fb eons mona peste rine ce gt ee en reeeaaeenncmenme tegatana (696) Essuficienterecordarque lanatraezaendoledelas func alezae fade dels funcionesadesempea por Jos sndicatos mas representatives rompe defsitvament con less iciona: Je leeds del bjt del snd es ei con a dition core ional entre accion reivindcativa pura (circnscria fs acciones putamecte ‘ondiics) y cid socio ota. Desde exe pomp, papel sera los sindicatos mas representativossuponepotensar el arcir soc pice de) ‘ovimieto sina eranzadr. Cf MONEREO PEREZ, sa not dein deo ms eresntivo op cl ht 33 is. en paren 34Lo lentoes que lisa separacgn sesgaa entre slo profesional y «lopolicoees fsa y artificial apart de quel td de erplee de mediospolticonal save eobjetivs profesionales s incontestable. Vit. LYON CAEN, G. eSondhcrner ert ptiens exo Son 2 (170, 7. ciertoes qu en elcaitlsmo maar lt frntrade sepaaci ott Estado asune una itervencign dyecta en la determinacion dele laos de Lmbajo» (ALONSO GARCIA et ali: La huey el eiere empresas Ma did, 1979, pla. 185), Vid. infra : (97) Cle.SCHMITT, C:«Teoriade a Constiucion, tad F Ayala, Madrid 1982p 171,que precisamente poresolenegabalaconsierain de derecho ge iberadeh sido del Estado literal de Derecho. Ena misma perspective CARNELUTTL ayy) Lie aloe posta enterament dita CALAMANDRE Vin exosicin de sinesis de DURAN LOPEZ, F «Forma dereclzaibn de lahuelga: referencia especial ala hucga legal yaas cts abusivos dan de lahuelgav,en ANY. aEstudiossobrelahuelgar, Madi, 1982, pgs 3) spn Se Sie lo See oc ee Sele peed ohare rile inci acon ae ie cee none a oe ha eerie rem e aerators ome Seoietereeiey am eect, isrosies na ecemeiaa ane teenth proyecto de nueva regulacién de la huclga (PLOHN | yPLOHC), principalmente sore geduersfceel sn toca stupas ita dl an #PLOH sins, pigs unineme juin eae lege) dens snl sb yo consaercn de tc legiaiva compors ua spacin elspect desea 2 utspn Tear Sona evo omelet tota veg cPLOHN er. so ed MEOHC spear tome ap notes esas suns ens ncn (at 32PLORNy SESGPLONC parsed scr oginana scenes espeto Tos poses couse res, ee _ 2°, La huelga de solidaridad no es considerada huelga ilegal, lo que permite ‘scomodar-en el plano de las xexistencias», alejéndose de la perspectiva insatis- factoria de apreciaciGn de las «esencias»-el Derechoal hecho, porque después de Ja interpretaci6n det TC (STCo. 11/1981, fj. 21) ser& muy dificil que existan hnuelgas de solidaridad ilegales, pues siempre habré una conexién indirecta de intereses entre los trabajadores huelguistas, al menos en cuanto pertenecientes al ‘mismo grupo profesional o a Ja misma clase trabajadora en su conjunto, 38. Las huelpas sociopoliticas encuentran un mayor espacio de aceptacién legistativa en comparacién con los términos de prohibicién del RDLRT y con la ambigitedad de Ia doctrina del TCen lo concemiente aeste tipo de huelgas, Ahora bien, mientras que cn el PLOH, art. 8,2), se prohfben las hnelgas que subviertan el orden constitucional y las que coarten el libre desarrollo de la actividad parlamentaria (401), el PLOHN, art. 5.1, a) fart. 5.1, a) PLOHC], extiende el espacio de tos objetivos sociopoliticos legitimamente perseguibles con la huelga al considerar tan sélo como ilegales «las huelgas que tengan por objeto subvertir el orden constitucional». EI snico Kimite explicito esté, en consecuencia, en las amadas «telgas insurreccionales» (402). Esto implica el rechazo del principio ‘de «adecuacién social» en su proyecci6n limitativade los fines de La huelga (403). La huelga politica merece un andlisis més detenido, La motivacién de la huclga viene abstractamente establecida en el art. 28.2 CE, al precisar que la ‘huelga es un derecho que sirve para la defensa de «sus intereses», Por su parte, lart, 11, a) RDLRT considera ilegal la huelga «cuando se inicie o sostenga por (201) Lo cual no deberia entenderse, en ningén caso -pero podria dar lugar a una ta interpretacién—, como prohibicion de las huelgas de imposicicn econémico- Politica. es decir, de exigencia de pretensiones frente al Gobiemo y a otras poderes bios para la orientaciGn dela politica econsmicay social enel senida que mds interes sls clases tabajadoras, (402) Pero ental casos la corelacion de fuerza generada en la nueva sitsaciéa la que prevalece sobre el derecho. Vid. MARTIN VALVERDE, «Huelga laboral y muelga pottica-, op. ct, pag. 20; VALDES DAL-RE, «Limites al derecho de huelga.», op ci, pi 624 (403) El principio encuentra su elaboracién ms scabada en i forimulacn hech porta Jurispradenciaalemana,y permite laexclusi6n no so de la hvelga politica esrcta « cexizs hvelgas poiticasel sujeto pasivo sigue siendoel empresatio, apesardeque (pig. 37. ‘Deeeste modo, ent a. 8, a) PLOH, se admita la huolga politica, entendida como ‘aqua gue incide en el campo de la actividad politica del Paslamento 0 del Gobiemo, con excepcin de los dos asos limites corsistemes en la que vadirigida 8 subvert el ordenamiento constitucional 0 impedir o a abstactlizar el libre ejerciiode lospadees legtimos través de los que seexpresala soberania popular (6s decir, la actividad del Pzlamento y/o del Gobiemo, Se debe anotarlaafnidad {que guardabe la formula utlizada en el ar 8 a) PLOH [nétese que segin este Drecepto son ilegales »las huelgas que tengan por objeto subverir el orden Cconstitucionsl y, en particular, obstaculizar el libre desarrollo de la actividad parlamentaria»} con esta docrina sentadaporel Alto Tribunal del pas veeino (por ‘trapare tan cercano al nuestro enesté orden de problemas), hasta el puntode que parece haber sido tomsda prestada De cualquier modo, la formulacién de ar. 8,2) PLOH se prestaainterpretaciones ifcilmentesjutables al texto consttucional yen vit de ella se podiera Negar ‘prohibir incluso las huelgas de imposicién econémico-poitica. De ak que aqut se valore postivamente lanuevaformulacién hecha por elart.5.l,a) PLOHN (art. 5.1, 8) PLOHC] (408) Asiste plenament la az6n a quienes defincn Ia huelge polfica como la huelga de protesta contra la orientacién politica o econdmica del Gobiemo, en la cual 10s \wubajadrespaticipanen su doble condicin de tabajadores ydeciudadanos. Cf, SINAY-JAVILLIER, «La gréve>, cit pg, 216, (409) Segn ese precepto Ia huelga cs legal «cuando se inice o sostengn por motivos poltcos ocon cualquier ota finalidadajena al interés profesional de Tos tabaja- ores aecrados» 86 Joss Luis Monento Péxez como derecho subjetiv piblica de efieaia erga omnes, enonden aladefensa de loss amplios intereses de ls trabajadores en su condici6n de taeser todos ios debits de la vida social y no s6lo exclusivamente en el plano esictamente ‘profesional;esdecir,en addble condicién de los rabajadores como pates de una relaxin laboral y como miembros de una clase socal (410). Pero en verdad ef “Tribal no se pronuncia con clasidad respecto al verdadero aleance de los isemses tutclables mediante Ia huelga. -Esnecesario esperar ala doctrina sentade porel AlioTribunalenlaSentencia 36/1993, de 8 de febrero. Si como se acaba de sefalar en la STCo. 11/1981, el “Tritens! Constitucional muestra cieiaambigiedad sobre a admisibila de as ‘huagas sociopolitcas,shora en Ia STCo. 36/1993, de & de Febrero, no deja sin cenbargo, margen al equivoco y afrma resueltamente que las helgas ce motiva- iasociopolitin tienen acogida al amparo del derecho fundamental de huelga ‘Emansizado en el art. 28.2 de} Texto constitucional. Enesta importante Sentencia el Alto Tribunal afronta directamente el tema dee admisiilidad consttucional de las huelgas de inspiraci6n socopolitica, dado que a Sentencia del Juzgado de lo Social (aceptada por el Tribunal Superior {de Iasticia)aduee, wo como azn decisiva, pero sf como argumentaién com- ‘Plamentaria, que no procederfa tampoco la demanda porgue la huelgs era ajena alinterés de ls trabajadores recurrentes (f°) llo conduceinevitablemente a ‘que el Tribunal Constituciona reflexione sobre los objetivos legtimamente ppeneguiblesa través de la actuacion huelguista. Teniendo en cventacue el Alto “Tribunal considera que es esta una cuestion de relevancia constitucenal (como sgxdbicamente se dice en la fj, 3, el Tribunal se pronuncia wen el limite de su repercusin consttucional relativo a la legalidad de la huelga»). Primeramente el Alto Tribunal aduce que esta objeccin eno parece, cier- tamente, muy seorde con el derecho cosstticional de huelga que sereconoce lestrabajadores para la defensa de «sus interests» (art 28.2 CE). EITC parece inniauar con esta afirmacién que a expresion adefensa de sus interes» ex art 282 CE adguicre en el marco del texto consttucional un sentido amplio, ‘comprensivo de todos los intereses «colectivos» (0 de relevancia colectiva) ‘peseguibles mediante la huelga. Con todo, se viene a rflejar la ie, antes ‘Cepesade, do quccn a perspectivaconstitucionallaprobleméticade eefines et ‘earalidad sobredeterminada por la funcidn especificaaribaida al nuelga por lennstituyente Bajo este prisma interpetativo se rechazaigualmente que tales revinde canes de poltica social permitan laexpulsiénde lamedida de presiéndel campo dela huelgs leita ex ar. 11, a) RDLRT (f. 39. De este modo los intereses defendibles mediante a huelga pueden separa (410) Vease «Escritode Alegacionespreseniados or el recurrentex en MATIA-SALA- \VALDES-VIDA, «ffuelga..», op. it, pis. 253 sigs Y pags. 2688 271; IES. La doctrina del Tribunal Constitucional en materia de huelga y conflctos colectivos. Senencia de 8 de abril de 1981 », Madrid, 1981, pgs. 524 57 cuvette sclboney habe ren eSgoRtieR i Aa ‘La huelga como derecho consttucional 87 1 Tribunal los prepios de lacategoria social (clase. grupo social) en su conjunto, {y Que, en coberencia, el calificativo de profesional «ha de entenderse referido a ios intereses de los trabajadores en cuanto tales» (fj. 3°). Partiendo de estas premisas el Tribunal concluye, en summa, «que resulta en verdad diffit que la politica social Nevada a cabo por el Gobierno... y por las ‘dems reivindicaciones de la huelga del 14 de diciembre, eran por completo aajenas al interés profesional de los trabajadores {art. 11.8) RDLRT] 0 a los intereses de los trabajadores (art. 28.2 CE)» (fj 39. Es evidente que el Tribunal Constitucional en esta Sentencia ha clarficado ‘a postura respecto a las huelgas sociopoliticas, considerindolas plenamente Tegitimas en el evadro del sistema constitucional de derecho de huelgs. Este sistema normativo comprende la autotutela de todos los intereses colectivos del ciudadano en sucondicién social especifica de tabajador por cuenta ajena, pues, enefecto, en ells el trabajador participa al mismo tiempo en su doble condicion de trabajador y de ciudadano; quedando excluidas tan solo de la garantia ‘onstiucional ex art. 28.2 CE las huelgas polticas ajenas o enteramente desco- inectadas de esa condiciGn social especifics. Fundamento importante para la admisibilidad de las huelgas de imposicién econdmico-poliica lo constituyc la cléusula remisoria contenida en el art. 10.2 CE, toda vez. que tas huelgas sociopoliticas son edmitidas por et Comité de Libertad Sindical de la OFT (411) y 1a Comision de Expertos de la Carta Social Europea, Se entiende, pues, que a configuracién constitucional del derecho de huelga se corresponde con un modelo abierto y dinémico. Segin este modelo, 1a hnuelgaes un medio de autotutela de los trabajadores por cuenta ajena.en todos los Ambitos de la vida social en que se adoptan decisiones atinentes a sus intereses, no s6lo en el Ambito de las relaciones laborales. Para esta concepcién la huelga puede ejercitarse frente a todas las instancias de poder cuyss decisiones puedan ‘afectar alos intereses de los trabajadores, y no solo frente al empresario. ‘Aun cabe traer a colacién otro elemento relevante para fijar el disefio constitucional dela huelga sociopolftca en el texio constitucional. Se trata de la ‘consideracién del papel atribuido a fos sindicatos en el sistema politico. En tal sentido, conviene tener en cuenta que los sin GALL) Téngeseen cuenta ques principio general de la OFT que vEl derecho de hvelgaes ‘uno de les medio esecielesa disposicin de los rabajadoresy sus crganizaciones para promovery defender sus inereses econémicesy sociales, es decir, no sélo los Felativos al logro de mejores condiciones de trabajo y ls satsfaccion de as teivindicacionescolectivas de orden profesional, sino también ls relacionados con 4a busqueda de solciones para los problemas de poticaeconémica y social o de {indole laboral que atanendirectamente alos trabajadorese, Cfr.O.:Lalibertad sindicals, ® e8.(revisada), Ginebra, 1988, pg. 68. Se subraya en esta Tinea la iferenciaentrehuelgas que defendea ntreses aque estén vintlados alabisqueda 6e soluciones para problemas generals de paliica econsmica y social» (buelgas socio-poticas) y «las huelgas de carter puramente poitioe (ib, pg. 70). 3 José Leis Moweneo Pész ’elementos esenciales del sistema politico, como se deduce del ant.7 CE (cfr. an. 131 CE), De modo que la referencia a los intereses econémicos y son propios no puede sino conectarse con la ful ales que le general del sinficato, es ecit,conlas distintas vertontes odimensiones de actividad sindical. Adviértase, por otra parte, que en las sociedades de capitalismo maduro los partidos y sindicatos no se diferencian tanto por sus fines, como pot los medias que unos y otros ilizan (412). Desde este punto de vista se puede identficar a indole de los intereses defendibles mediante Ia huelga, entendiendo que abarca la ¢efensa de losintereses generales de los trabajadores, siendo ello plenamente coherente con Ja referencia en Ia formula constitucional de «sus» intereses. Est, in duda, pone de relieve laestrecha vinculacién que tiene laidentificacion {éel objeto de la hdelga con el disefo normativo del modelo de huelga. Eto se ‘comprende perfectamente porque la negacién dela huelga politica vaunida casi Sempre politica y dogmaicamentea Is limitacin y regularizaciin del derecho de huelga mediante su wni6n funcional al sistema de negociaciGn colectva, es decir, al llamado «modelo contractual» de huelga (413). La concepzién de ta huelgacomomeroinstrumento de leficaciadel sistema denegociacioncoleetiva se comesponde con la metodalogta funcionalista proyeciada en el inlitutojuc- dico de Ia hvelga, y en generl, respecto a la ordenacién de los coaflitos cnlectivos de trabyjo. ‘El error de partida de esta metodologia unilateralista reside en desconocer que elexamien de las funciones no debe sustituiral de las causes, porque una vez due previamente han sido establecidas éstas es menester comprobar de qué modo han contribuido a la formacién de las relaciones funcionales de conflict, EL dualismo metodol6gico se impone inevtablemente ‘Asi, pes, si se tene en cuenta ese conjunto de eriterios hermenéaticos send ‘muy diffi legara una conclusién muy distnta de la doctrina del CLS de la OFT ‘que distingue entre huelgas politicas oltico» (STCo. 11/1981, fj. 1). ‘Sinembargo, es mésque probable que la formula sea sustituida porlaprevista ondian. 5.1, 2) del PLOHIN [art 5.1, 2) PLOHC], que limita el émbito material de la prohibicién a las huelgas que «tengan por objeto subvertir el orden somtitucional» (416). Esta opci6n de polttica legislativa es mas acorde con la imensién constitucional del derecho de huelga y menos problemética para su xpzacién préctica, El giro operado con la nveva formulacién es importante, ‘ose reclamando la interpretacién «E contrario» todas las restantes huclgas pollicas gozan, en principio, de Ia presuncién de legalidad. Se hace referencia, 28 divo, a las llamadas huelgas de imposicién econdmico-politic, cuya legiti- ‘mild se deduc‘a en el fondo del mismo texto constitucional, pero siempre -y he aque alcance de limite legal posible delasmmismas-quenosean «insurrecionales, ‘28d, que tengan por objeto «subvertirel orden constitucionaly. Se ratarfa de taswuelgas revolucionarias» (asf calificadas con independencia de la orienta- iGepolitca de fondo que las inspire), en cuyo caso el Derecho cede su papel a tosmedios de accién politica directa y daré cuenta ulteriormente de su resaltado cerktico (417). (4) Agutl concep justi indtemiondo apr nel supeso de hecholes> (secs fonmano pare dl conju de reps qe condivonalandearon Sin de consul are) de a propos jury wo en conse uence aconsecerei rise ovis negra on algae In eng pct ccna de qe sess puntmetee sup de hecho rent) For eta va sin da se conga legen un peso deco unario elitasoree bo eas ca Se pont respeto nl tpt de hecho legal dea 5.1)PLOHN [ar 5.18) PLONC) qu conn nosaeso se rect susanaimentunaro deta toa pers, el ben eee {uence general es una rari expe coos supests de hecho que ‘barca con gran genera un cio deo y es sla su voneporene tetanste, ET pblem de scones jure indtemindos aguee ue pra srendence respects anion onside servicios eels pr omnia eel ses de evr de nite conta deco deljei det dered hang Se poproyetarpareneimosipues is cost iriones ‘ala agu Vid ENGISCH,cnrctOnelpoanienjrticoy pig 251 yampinente pps. 27 yee (ary Retainers resi coos yelorenanic juin en SANTI ROMANO: «Vor Revolucion y Derecho én sFragnenos de un Diccionario dries tas.8 5. elena yM, Aes Ken, Bono Avs 198 pie 3 yar ‘La huelga como derecho cansitacional o ‘A partir del art 5.1, a) PLOHN (art. 5.1, a) PLOHC), no eabea ya hacer planteamientos maximalistas (huelga sf-huelga no) sobre la admisibilidad de las hhuelgas poitias, sino sobre eto de huelga politica legalmente admisble, pues el sistema tegal consideraré licitas tas huelgas con finalidad politica, con la Anica excepcin de los supuestos excluids expresamente en dicho precepio, De ‘manera que los otros tipos de huelga polticas gozarén de lapresuncidn decid, tan s6lo destruible mediante prucba en contrario de una motivacién de fondo realmente destinada a subvertir el orden constitucional En suma, el derecho huelga «politica» parece dificil que puede resolverse ‘negativamente teniendo en cuenta la funcién del sindicato como «actor politico» (art. 7y 131 CE) enel sistema constitucional (418). Se tendré que aceptar-como dijera GALLART FOLCH (419)- que ciertos conflictos sociales adguieren Proyecciones extra-laborales que no pueden ser ignoradas por quienes intenten arunaexplicaciGn integral yun tratamiento juridicondecuadoaeseimportanisimo {ferxémeno contemporéneo que esel sindicalismo y sus medios de accién, Por otra parte, la inherencia de Ia actividad politica al fenémeno sindical es un hecho histérico innegable (420), (418) Extoes admitdo, desde una perspective nada sospechosa de excesos ideolgicos, or ZANGARI, G.: «Dirito di sciperoe sindacio come eactores politicos, en ZANGARI,G.: «ll Dirio di scioperd», Milano, 1976, pigs. 447 y sigs, (419) Chr. GALLART FOLCH, A. «Proyeccionesexiralaborales en los conflictos colectvosde trabajo», en AK.VV.: de Europa- se garantiza el derecho de trabajadores a recurir a medios de presi6n colectiva, incluido el derecho de huelgs. Este derecho aparece especialmente vinculado al derecho de negociaciéncolectiva (art. 6.4). Alora bien, que laCarta, ccontemple el derecho de huelga como institucién complementaria de la negocia~ i¢n colectiva no commporta sunegacién como derecho humano fundamental sino tan s6lo un limitado reconocimiento instrumental eneste instrument internacio- nal, que no prejuzeaen nada natal calificacign, i tampoco su configuraciéa més sgeaerosa en los ordenamiento estatales (429), (427) Es una forma de garantajurdica do reconocimiento del derecho de hue que impera en Estados Unides, Alemania, el Reino Unido, Canada o Australia (428) Deeste modo, parece asistr Is azSaa0. KAKNFREUND undo afirmague «La ‘iferencia ene esis dos enfoques de a huelga, 0 como medio de pesignen las relacioneslaborsies 0 come derecho humane fundamental, no es merareente un problema de ter‘a politica (de politica consttcional) ni posee solo trascendencia ‘rictica en relacin alas huelgas que persiguen fines politicos. Silos wabajadores poscen un sderechoe de huelga, eso es aly ns oe una mer shibertade fete & laresponsabildad criminalo civil, frenteals inervencién administatva, Setrata de un derecho positive al que no pueden renuncar, y especialmente no pueden hacerlo enel conirto de trabajo. El ejercicio de ese derecho tiene piardae sobre ‘cualquier estipelacién contractual lo que (.) puede tener importantes consteuer cas préctcas». Vid. KAHN-FREUND, 0. ePrabajo y Derecho», trad. y Est. Preliminar, JIM. Galina Moreno, Madrid, 1983, pps. 406 y ses. (429) Contra KAHN-FREUND, «Trabajo Derecho» ct, pgs. 408-409, paraqaien el erecho de huelga no es reconacido en la Cara ecomo vn derecho humane fandamental (en cuanto tal no hubieratenidocabida en Ia Carta)». Aparte de lo cexpresadoencl texinesta opinidnno puede ser compat por a sencilla raxén de ‘quela Carta Social Europea reconoce verdadero derechos sociales fandamentales ‘no devaluedos en relacin a ls libertades iracionaes. Ver ls consideraciones Deches supra tse is ‘La huelga como derecho consttucionat 95 Por otra parte, conviene recordar aquf también que el derecho de huelga es reconocido como derecho humano fundamental en el art, 8.1, 4) (430) del Pacto Internacional de derechos econémicos, sociales y culturales, de 19 de diciembre ‘de 1966, ratticado por instrumento de 13 de abril de 1977 (IES) (431), que se ha de poner en conexién con el Predmbulo del IES. Este texto pone de manifiesto, por sihubiera duda al respecto, que cl derecho de huciga adquiere en esta sede el rango de un derecho humano positivado como derecho fundamental social (formulaaquide sintesis dels derechos de contenido econémico y sociopolitica) 432), En consecuencia, la huelgaes un derecho éel «hombre especifico» que est tMamado a complementar a los derechos atribuidos al «hombre abstracto» (433). Pero os que, ademés, su cardcter de derecho de la persona (derecho subjetivo piiblico de libertad) en su condicién de trabajador contribuye a admitir su proyeccién erga omnes afin de permitir la exigencia de pretensiones actuables frente al poder pablico y en el Ambito de las relaciones intersubjetivas privadas (das de trabajo). Como se puede comprobar, la forma de garantia jurdica del derecho de huelga tiene una repercusién considerable en lo concemiente a la identificacién de su émbito objetivo. Este, por tanto, es en buena medida un (430) Segin este articulo, «los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a egarantzar..) El derecho de huelgsejercido de conformidadcon lasleyesdecada (431), Repérese en la eldasula hermenéutica contenida on el art 102 CE., y extrafganse deel todas las consecuencias pertinentes que de ello razonablemente se deriven. Via. supra. (432) EltextodePredmbulono dejaduda algunaalrespecto. Enefectoelmismose precisa: ‘«Considerande que conforme a los principios enunciados en la Carta de las Nacionales, la berad, Ia Justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconccimiento de la dignidad, inherente a todos los miembros de la f humana y de sus devechot iguaese inalienable. Reconociendo que estos derechos se desprenden de ladignidad inherente ala ‘persona humana (vineulacién con la personalidad). Reconociendo que, con farregio a ia Declaracign Universal de los Derechos Humanos, no puede teall- zarge el ideal de ser hurnano lib, liberado del temor y dela miseria, a menos {que se creen condiciones que permitan a cala persona gozar de sus derechos, ceconsmicos, sociales y culturales, tantocomo de sus derechos civiles y politicos {ndtese ol reflejo de la construccién de los derechos sociales como «derechos ‘condicidn [via. supral). Considerando que la Carta de las Naciones Unidas, Jmpone alos Estados la obligacién de promover el espeto universal y efectivo ‘dels dereches ylibertades humanos. (He aquf ahora reflejo de lacldusula de ‘efectivided.) CComprendiendo que el individuo, pr tener deberes respecto de otros individvos y ‘delacomunidada que pestenece estobligadosprocurarlavigilanciayobservancia 6e los derechos reconocidos en este Pact.» (433) Advisriase que Ia idea de «completar» se opone a la idea de esustiturs. recipitado de la opcién de politica juridica respecto a su configurzcién como ‘derecho fundamental de libertad. Ahora bien, e sentido de Ia insercin de la huelga en el ordenamientojuriico ‘no puede ser comprendida slo dese puntos de vst funcionales. La hicga seh Aicho hasta ia saiedad,constitye una edesviaciGn» de los principios queinfooman €lcomportamiento de las relaciones intersubjtivas privadas (al set une medida de resin colectiva aunque el comportamiento abstencionista del trabaladores on elemento constitutivo y no secundasio del fendmeno colecivo— su innate ‘nocividad» que formaparedesuldpicaintema..);erotambigndelafoncionalidad socialmenteasignadaaesamedidadefuerzacapazdepoderseruilizadaleptimamente for los trabajadores frente a los poderes pblicos afin de infu en su pois ‘conémicay socal. Deahfese caricter«refracario» delahuelyahaciasunegulacién rica con todas sus consecuenciasleptimas. De ah queelamismacomao hha social y st regulacin especifica se sitéen siempre en poscion de const cone ordenamienojuridico gener Inevitablemente vaaexistiunaconredscdn entre os ligicas (que ala poste es e efejo del conlicto de intereses, cua soluicn stbstracia es jurdificada»): la Bigica propia de un istrumentoautGnemo, coma cama de lucha», asentada en el principio de le Fuerza, y Ia logics witerna» del Derecho que tiende por su misma funcionalids juriico-potica ala inegracion y acificacicn de los conflictos sociales y a salvaguardar 1s inteeses cosigerndos Preeminentes en cl orden establecido que foraliza jurdicament. Nadiecomo CALAMANDREI 434)hasabidoreflejaresatensiinde lgicas insttucionaes: «quel derechoes, por sunaturaleza, prefijaciGnde limtes,y que, ‘por consiguiente, desde el momento en que lahuelga ha aceprad converse en ‘ua derecho, se ha adaptado neceseriamente a dejese predisponet condiciones restricciones de ejercicio que si no son establecidas por la ley, deberie ‘neluctablemente ser disefadas, antes 0 después, sobre la base del er. 40 de la Consttucién, por la jurisprudencia. La dialécticajuridica requier, por su natu. ralera, claridad de dfiniciones, precisin de distinciones,indagacion defines, Js huelga, para entrar en el campo del derecho, deberéresignarse ast definida, Jo que, en opinién de algunos, puede querer dcie tambien disminuid. Pero eso limites no pueden privar en ningsn caso, deeficain funcional ala Imvelgs como sarma» de lucha capaz de eercer su furcion de coacién pscolégica

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