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Breve historia de la literatura Infantil y Juvenil en Argentina

Siglo XIX Para una minoría alfabetizada existían los manuales didácticos europeos.
Para una mayoría analfabeta existía la literatura oral.Sarmiento se interesa en este tipo de literatura
tremendamente ligada al ámbito escolar y reconoce el valor de escritoras como Juana Manuela Gorriti y
Eduarda Mansilla.

Siglo XX Ada María Elflein maestra, periodista, escritora considera la precursora de la literatura infantil en
Argentina.
´60. Javier Villafañe. Famoso titiritero
María Elena Walsh
70 Laura Devetach
Clásicos de Kapelusz
Elsa Bornemann (Socorro, doce cuentos de terror para niños; Mil grullas, Un elefante ocupa mucho
espacio)

´80 Apodada por los críticos como la banda de Cronopios ( en clara alusión a los seguidores de Julio Cortázar)
Se da un desarrollo impresionante de escritores infantiles. Graciela Montes, Ema Wolff, Silvia Schujer, Gustavo
Roldán, Ricardo Mariño, Ana María Shúa.

Con la llegada de La democracia se produjo un “Boom” de la literatura infantil y juvenil


1- en cuanto a la producción
2- en cuanto a las editoriales que se dedican exclusivamente a este tipo de literatura
3- Se fundan asociaciones sin fines de lucro para el fomento de la lectura como ALIJA.
4- `84 se establece el Plan nacional de Lectura.

´90 Aparece la literatura infantil y juvenil en Argentina con escritores como Pablo de Santis ( Pesadilla para
hackers, El inventor de juegos, El enigma de París) y Marcelo Birmajer ( El alma del diablo)
1998 Ojos de perro siberiano, A Santa Ana

( 1997. Aparece el primer libro de la saga de Harry Potter , Harry Potter y la piedra filosofal.
1998 Harry potter y la cámara secreta.
1999 Harry potter y el prisionero de Azkaban. )

Leer en el mundo de la imagen


.Los libros nacidos para el “niño-alumno” no permanecen, no resisten el paso del tiempo, las
transformaciones sociales, las modificaciones de la moral ni tan siquiera a las conquistas sucesivas de la
pedagogía y de la psicología infantil. Los libros nacidos de la imaginación y para la imaginación, sin embargo,
permanecen, y, a veces, hasta incluso se hacen más grandes con el tiempo. Se tornan en “clásicos”. Gianni
Rodari (2), Gramática de la Fantasía

La escritora argentina María Rosa Lojo considera que la literatura infantil es una división innecesaria, que
existe como tal sólo en las colecciones editoriales.
En su artículo ¿Existe una literatura infantil? 3, el francés Michel Tournier dice que la literatura infantil es
aquélla que también pueden leer los niños. En la búsqueda infructuosa de un editor interesado en publicar
su obra, Tournier encontró algunos de los elementos que definen a la literatura infantil: la brevedad del
relato, su limpidez, el ritmo ágil de los acontecimientos.

Por su parte, el británico C. S. Lewis, autor de Las crónicas de Narnia decía que, no tiene caso leer un libro a
los diez años si no vale la pena leerlo nuevamente a los 50. Una de las definiciones más populares sostiene
que la literatura infantil no es la que se escribe para niños, sino aquélla de la que los niños se apropian.

“Lo importante es acceder a la literatura por alguna puerta que despierte la imaginación y satisfaga la
búsqueda de sentido.”

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