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Lixiviación y Cementación de Cobre

El método de disolución con ácido sulfúrico y sulfato férrico, y la precipitación química con la chatarra
de acero o hierro esponja parece ofrecer las mejores posibilidades de amplia aplicación. Su química
básica no es compleja pero su aplicación económica depende de la manipulación de materiales y
soluciones por tales procedimientos para asegurar que los costos operativos sean bajos.

En el caso del tratamiento de un mineral oxidado de cobre, el proceso de lixiviación se realiza con
ácido sulfúrico y sulfato férrico. El proceso es adecuado para gran tonelaje si hubo un
dimensionamiento correcto de los distintos equipos. El proceso contempla un período de seis a siete
días de lixiviación y lavado con un tanque que se descarga y carga cada día.

En las plantas de lixiviación la recuperación de cobre normalmente oscila entre 80 a 90% para
óxidos de cobre, y cerca de 70% para sulfuros de cobre.

PREPARACIÓN DEL MINERAL


El proceso descrito se limita en general a la lixiviación por percolación como el método para dar el
contacto correcto del disolvente con el mineral de cobre. Uno de los factores importantes en la
lixiviación es la reducción del tamaño necesario para la recuperación de cobre dentro de plazos
razonables.

Es evidente que cuanto mayor sea el tamaño de las partículas que pueden ser fácilmente lixiviados,
menor es el costo de chancado, y cuanto más pequeña es la partícula, menor es el tiempo necesario
para la extracción. Por lo tanto un tamaño debe ser seleccionado para dar un mínimo de material
fino, y el producto del chancado debe tener la mayor uniformidad posible que permita la lixiviación
económica dentro de los límites de tiempo. En la mayoría de los casos, un tamaño menor a 3/8″ ha
sido satisfactorio.

Si el mineral chancado contiene exceso de finos puede ser ventajoso agregar una fracción gruesa de
mineral o material de desecho para evitar la necesidad de eliminar los finos.

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