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09.03.2015
8 minutos de lectura
Resumen
Introducción
Es una realidad para muchos países que el sistema educativo aplicado no ha sido
capaz de satisfacer las necesidades de la población, tanto en temas de
accesibilidad como de calidad; es decir, son muchas personas las que no se
integran a los procesos de formación y aquellos que participan de este,
generalmente no logran desarrollar las competencias requeridas para el mundo
globalizado y dinámico en el que deben desempeñarse.
No obstante, países como Singapur, Filipinas, Japón y China han diseñado planes
de acción que les han permitido con éxito posicionar a su talento humano de modo
tal, que son quienes encabezan a nivel mundial, los principales productos de
investigación en innovación, emprendimientos, empresas y marcas, avances
tecnológicos, la creación de know how, entre otros. Todo ello, como consecuencia
inmediata de la inversión en la educación; implementación de estrategias
innovadoras para la gestión del conocimiento; de la misma manera, en que han
involucrado a este proceso a otros actores significativos tales como el grupo familiar,
instituciones y gobierno local.
En este contexto, los casos de éxito coinciden en que la educación requiere ser
verdaderamente una prioridad, más aun a la hora de asignar recursos financieros,
materiales, de tiempo y de talento humano eficiente. Así pues, se han focalizado en
la enseñanza primaria hasta la universitaria de forma metódica, interactiva,
disciplinada, con altos niveles de exigencia y aun más de estimulo tanto para los
estudiantes como para los docentes. Tal como lo expresa Delors, Jaques (1996): si
bien hay que aprovechar todas estas posibilidades de aprender y perfeccionarse, no
es menos cierto que para poder utilizar bien ese potencial la persona debe poseer
todos los elementos de una educación básica de calidad. Más aún, es deseable que
la escuela le inculque más el gusto y el placer de aprender, la capacidad de
aprenderá aprender, la curiosidad del intelecto. Imaginémonos incluso una sociedad
en que cada uno sería alternativamente educador y educando.(p.15)
Venezuela tuvo, hasta hace poco, su año escolar con 180 días (cuando se
cumplían) con 5 horas diarias de trabajo, con un total máximo de 900 horas al año.
Ahora tenemos 200 días de clase al año, pero con la limitación de que tan solo las
escuelas públicas bolivarianas son de un solo turno, realizando estas un total de
unas 6 a 7 horas de actividades.(p.3)
Por otra parte, es evidente en el modelo venezolano así como en gran parte de
Latinoamérica, que la educación está centrada en la formación para la producción;
enfocada en lo tangible, en el uso de recursos naturales. A diferencia de los
modelos exitosos, quienes han disminuido la brecha entre ricos y pobres,
optimizando la calidad de vida de la población mediante el desarrollo de capital
intelectual, con especial énfasis en el potencial intangible, la inteligencia. Sobre ello
Cordeiro (2010:XVIII) plantea que: “hoy, más que nunca, necesitamos con urgencia
un gran plan educativo para Venezuela. Un plan basado en desarrollo de la
inteligencia, en la utilización de las nuevas tecnologías y en las prácticas más
modernas de la educación”. Asimismo, Ugas (2007:45-46) sostiene que “Vincular la
escuela con la cibercultura implica abrirla a otros lenguajes y
competencias…Vivimos en un ecosistema comunicativo que configura un nuevo
clima cognoscitivo y de aprendizaje”.
En este contexto, Cordeiro (2010: 50) indica que: “la revolución que se inicia estará
centrada en las capacidades mismas de la mujer y del hombre, en su inteligencia y
su capacidad de comunicarse y transformarse. Sera la revolución de la inteligencia”.
En consecuencia, los modelos educativos requieren optimizar el potencial de cada
individuo a través del perfeccionamiento de competencias genéricas, técnicas y
actitudinales que les permitan desenvolverse en el mundo dinámico del presente y
del futuro. En este contexto, Oppenheimer (2010) sostiene lo siguiente:
Reflexión final
Es una realidad que para forjar un país, debe en principio desarrollar su potencial
humano para lo cual la educación formal es un pilar ineludible. A nivel internacional,
ya son muchos los casos que han logrado la fórmula del éxito teniendo como
resultado un talento humano capaz de prepararse en función del bien individual y
colectivo. De esta manera, la formación va más allá del cumplimiento de un requisito
académico, es parte de una filosofía de vida.
Referencias bibliográficas
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EDUCACIÓN
Te explicamos qué es la educación y sus diversas acepciones según varios autores.
Además, los tipos de educación que existen.
1. ¿Qué es la educación?
Se denomina educación a la facilitación del aprendizaje o de la obtención de
conocimientos, habilidades, valores y hábitos en un grupo humano
determinado, por parte de otras personas más versadas en el asunto enseñado
y empleando diversas técnicas de la pedagogía: la narración, el debate, la
memorización o la investigación.
Y sin embargo, el acceso a este tipo de educación suele estar restringido a las
clases medias y altas, lo cual supone siempre una dificultad adicional para las
clases más desfavorecidas, a menudo sumergidas en la ignorancia.
2. Conceptos de educación
Dependiendo del autor consultado, la educación se define como:
“La educación consiste en dirigir los sentimientos de placer y dolor hacia el orden
ético” – Aristóteles (filósofo griego, 384-322 a.C.)
“La educación tiene por fin el desarrollo en el hombre de toda la perfección que su
naturaleza lleva consigo” Immanuel Kant (filósofo alemán, 1724-1804)
“La educación es la única manera de aprender a vivir para otros por el hábito de
hacer prevalecer la sociabilidad por sobre la personalidad” –Auguste Comte (filósofo
francés, 1798-1857)
3. Tipos de educación
La educación formal suele conducir a la obtención de un título.
Existen numerosas clasificaciones del acto educativo, algunas veces por modelo
o por temas de interés. Sin embargo, la distinción más importante a menudo es
la siguiente:
Educación formal. Aquella que tiene lugar dentro del programa organizado,
planificado, evaluado e impartido por las instituciones de la sociedad: las academias,
las escuelas, los institutos, las universidades y otras instancias de saber organizado.
Suelen conducir a la obtención de un título y un reconocimiento social de los saberes
adquiridos.