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CUALIDADES DE UN BUEN MATRIMONIO

Se ha dicho y escrito tanto acerca del matrimonio —gran parte de ello bastante
complicado o aparentemente contradictorio— que me interesaba lo que pudiera decir
Jesús al respecto. Él tiene una forma tan estupenda de explicar las cosas con sencillez y
claridad, con un enfoque positivo, que estaba segura de que las pondría en su debida
perspectiva. Así que le pedí que resumiera algunas de las principales cualidades de un
buen matrimonio, cosa que hizo. He aquí el mensaje que dio:

La idea no era que el matrimonio fuera tan complicado o difícil que apenas unos pocos
lograran hacerlo bien. En realidad está al alcance de casi cualquiera. Es también lo que
hace más felices a las personas, y lo que hace que su vida sea más valiosa, productiva y
satisfactoria, pues se trata de un aspecto primordial del plan de Dios para la humanidad.
Nadie cumple a la perfección todos los aspectos que señalo a continuación. Por tanto, no
se desanimen si les parece que se quedan cortos en algunos. Hagan lo que puedan y
pídanme que los ayude con lo demás.
Reservarme el primer lugar. En virtud de un sencillo principio espiritual, si dan
prioridad al tiempo que deben pasar conmigo, tanto a solas como en pareja, todo lo
demás se arreglará. «Buscad primeramente el reino de Dios y Su justicia, y todas estas
[otras] cosas os serán añadidas» (Mateo 6:33).

Altruismo. La mayoría de los conflictos matrimoniales son consecuencia del egoísmo.


Ambos cónyuges deben anteponer la felicidad del otro a la propia. En eso consiste el amor
verdadero y duradero.

Voluntad para reconocer y abordar los problemas. La mayoría de los problemas que
acaban por hundir una relación no son graves inicialmente, pero se van de las manos
porque la pareja no los aborda a tiempo, pensando que se disiparán por sí solos si no les
prestan atención, o cuando cambien las circunstancias. Pero eso raramente da resultado.
Los matrimonios más sólidos son aquellos que aprenden a afrontar los conflictos y a
acordar medidas prácticas para superarlos.

Buena comunicación. Para comprender y satisfacer mutuamente sus necesidades, y


para superar juntos las dificultades, es imprescindible la buena comunicación.
Perdón. Perdonarse el uno al otro es la clave para disfrutar de una relación matrimonial
firme y segura. Pídanse enseguida disculpas por toda palabra o acción con que puedan
haberse ofendido.

Apoyarse el uno al otro. Para cultivar una buena relación matrimonial, fíjense siempre
en las buenas cualidades del otro y busquen formas de ayudarlo a lucirse, en vez de
denigrarlo, criticarlo o darle la lata.

Cooperación. Conversen y pónganse de acuerdo sobre sus objetivos prioritarios y


aprendan a afrontar juntos las dificultades. «Mejores son dos que uno; porque tienen
mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero»
(Eclesiastés 4:9,10).
Consideración. Además de comunicar amor de una forma muy tierna y convincente, el
hecho de mostrarse considerados con los sentimientos, los gustos, las aversiones, el
tiempo y las energías del otro alivia las tensiones, previene roces e impide que se susciten
un montón de pequeños enredos.

Cariño. Es sorprendente la cantidad de matrimonios que naufragan por falta de cariño.


Aunque las expresiones verbales de cariño también son importantes, a veces las caricias,
los besos y los abrazos son más eficaces a la hora de manifestar amor y confortar a la
persona amada. Son expresiones físicas de lo que se siente por dentro.

Igualdad. Igualdad significa hacer participar al otro en las decisiones, criar a los niños
juntos y compartir las obligaciones económicas y domésticas. Pero es también algo más.
No se trata simplemente de programar el trabajo o repartir la carga por igual, sino de
valorarse y respetarse mutuamente a fin de sacar a relucir las virtudes de cada uno.

Admiración. No hay como saber que las buenas cualidades que uno tiene son
reconocidas y admiradas para que crezca su autoestima y se sienta motivado a sobresalir
en lo que es verdaderamente importante. Procuren, pues, apreciar más a la persona
estupenda con quien se casaron, y verán cómo se vuelve aún más estupenda.

Abrirse a otras personas. Aun las parejas que mejor congenian y en las que ambos se
sienten totalmente satisfechos y seguros en compañía del otro necesitan de más amigos.
Otras personas pueden ayudarlos a madurar de formas que su cónyuge no sería capaz. Su
vida en común se fortalecerá si ambos pasan tiempo y realizan actividades con otras
personas.

Sentido del humor. «El corazón alegre constituye buen remedio» (Proverbios 17:22). No
se lo tomen todo tan en serio. Verán que muchos de los contratiempos, molestias y
contrariedades de todos los días no son tan graves.

Optimismo. El optimismo —la tendencia a esperar el mejor desenlace en una situación


dada— unido a la fe en Mí casi siempre reporta grandes dividendos, pues a Mí me encanta
recompensar la fe. Por otra parte, nada hunde tan rápido un matrimonio como el
pesimismo, la actitud de esperar lo peor y quejarse del cariz negativo de toda situación.

Incluirme a Mí. Yo deseo que les vaya bien, tanto en el matrimonio como
individualmente, y conozco todas las soluciones. Puedo lograr que se disipen montañas de
problemas y que se hagan realidad todos sus sueños, pero hay una condición: tienen que
incluirme en su relación. ¡Les sorprenderá lo que los tres juntos podemos lograr!

Valores importantes en el matrimonio


El valor del desinterés:
Esto simple y llanamente es estar con el novio o el esposo por el bien financiero que de él
se puede obtener. Estas personas no pueden ver el valor de su cónyuge fuera del
contexto del dinero o bienes que se pueden recibir. Es triste decido pero si sabes que tu
cónyuge está contigo sólo por interés financiero, te estas engañando a ti mismo, lo mejor
es hablado y dejar paulatinamente que tu pareja se valga por si mismo en cuanto a
sus finanzas personales para que empiece a valorarte sin relacionarte con un beneficio y
para que aprecie lo difícil que es salir a la calle a ganarse la vida con trabajo a veces duro,
pero honrado.

A continuación, una breve descripción de los antivalores más importantes que no


debemos permitir en nuestra relación:

1. Deshonestidad: se contrapone a la honestidad. Marca el uso de medios no


correctos o ilegales para la consecución de determinados fines, incluyendo el
robo, la mentira y el engaño.
2. Discriminación: falta de entendimiento hacia el otro, hacia el diferente desde
distintos puntos de vista: sexual, capacidades físicas, inclinaciones políticas,
etc. Puede incluir violencia y sometimiento a las minorías.
3. Egoísmo: lo contrario al altruismo. Indica actitudes que ponen siempre por
encima las necesidades individuales sobre las del conjunto, a un nivel extremo.
4. Enemistad: en vez de buscar la amistad y la concordia, la persona que actúa
a partir de este antivalor busca el enfrentamiento y la revancha con sus
semejantes.
5. Esclavitud: sometimiento de una persona a los requerimientos de otra u
otras, sin considerar la libertad individual ni los derechos inherentes a todo ser
humano.
6. Guerra: contrario a la paz. Actitud beligerante de un grupo o país para con
otros, propiciando la lucha armada o la violencia de cualquier tipo.
7. Ignorancia: desconocimiento extremo del capital cultural humano o de las
virtudes morales, aun cuando la persona tiene las condiciones intelectuales
para lograr el entendimiento.
8. Imitación: actitud de copiar a otros y de hacer ver lo producido como propio.
Contrario a la originalidad.
9. Improductividad: falta de resultados concretos en nuestras acciones, se
contrapone a la búsqueda de productividad y utilidad en lo que hacemos de
acuerdo a objetivos planteados de antemano.
10. Imprudencia: actitud no atenta a las circunstancias que se viven y a la
presencia de otras personas. El individuo se guía demasiado por impulsos, no
sabe esperar, no es prudente.
11. Impunidad: ante la ausencia de castigo frente a hechos que lo merecen, la
persona actúa como si hubiera obrado correctamente.
12. Impuntualidad: desprecio al tiempo del otro, incumplimiento de pautas
temporales en citas, entrevistas, encuentros, jornadas laborales, actividades
académicas, etc.
13. Indiferencia: desinterés por la suerte de otras personas o por cualquier
cuestión.
14. Ineficacia: hacer mal las cosas. Contrario a eficacia.
15. Inequidad: falta de equilibrio, aplicado principalmente en las situaciones de
desigualdad social cuando las mejores condiciones socioeconómicas son
acaparadas por una minoría, en desmedro de una mayoría que no tiene acceso
a las mismas. Ver: ejemplos de equidad.
16. Infidelidad: rotura de un pacto de fidelidad y respeto mutuo entre dos
personas, por ejemplo cuando se producen engaños por parte de uno de los
integrantes de un matrimonio.
17. Inflexibilidad: incapacidad para adaptarse a distintas circunstancias, para
cambiar de opinión o forma de actuar cuando es necesario o para entender
múltiples puntos de vista.
18. Injusticia: falta de respeto a las normas jurídicas o morales que no es
debidamente castigada o penada. Se opone a la justicia.
19. Intolerancia: incomprensión frente a cualquier tipo de diferencia. El valor
contrario es la tolerancia.
20. Irrespeto: no respetar a otras personas ni a sus necesidades.
21. Irresponsabilidad: falta de cumplimiento de las tareas asignadas en tiempo y
forma. Contrario a la responsabilidad.
22. Mentira: faltar a la verdad en cualquier situación.
23. Odio: se contrapone al amor. La persona tiene una actitud negativa y violenta
ante todo y ante todos, enfrentando a otros incluso sin razón aparente.
24. Parcialidad: analizar o juzgar una cuestión solamente desde el punto de vista
propio, sin apreciar el resto de las visiones. El valor contrario es la
imparcialidad.
25. Soberbia: colocarse por encima del resto, menospreciando a otras personas.
Contrario al valor de la humildad.

Los valores son los principios por los que se rige una persona, un grupo o una
sociedad. Los valores son conceptos abstractos, pero se manifiestan en cualidades y
actitudes que desarrollan las personas.

En una sociedad existen diferencias de valores entre diferentes grupos, según clases
sociales, orientaciones ideológicas, religión y generación.

Incluso una persona puede adoptar diferentes valores en diferentes momentos de su


vida.

Ejemplos de valores
1. Alegría: tener la alegría como valor implica una actitud positiva incluso ante
las situaciones negativas de la vida.
2. Altruismo (generosidad): el altruismo como valor se ve reflejado en la
búsqueda desinteresada de la felicidad del otro.
3. Aprendizaje: la capacidad de aprender no sólo permite mejorar se a uno
mismo y desarrollar nuevas habilidades sino que también tiene como base el
respeto por el saber de otros.
4. Autodominio: considerar el autodominio como un valor implica desarrollar la
capacidad de controlar los propios impulsos. Esto puede ser beneficioso para
los demás cuando los propios impulsos son agresivos o negativos en cualquier
otro sentido.
5. Autonomía: quienes consideren que la autonomía es un valor, intentarán
valerse por sí mismos y logrando la capacidad de tomar decisiones sin
depender de otros (independencia). La autonomía está asociada a la libertad.
6. Capacidad: tener capacidad o competencia es haber desarrollado ciertas
habilidades. Se considera un valor para elegir a participantes de determinadas
tareas grupales, incluyendo trabajos. Las capacidades se desarrollan a través
del aprendizaje y la superación.
7. Caridad: compartir lo que uno tiene y a otros le falta. La caridad no sólo se
expresa a través de lo material, sino que puede compartirse tiempo, alegría,
paciencia, trabajo, etc. Por eso, no es necesario tener muchos recursos
materiales para ser caritativo.
8. Colaboración: participar de esfuerzos colectivos sin tener en cuenta el
beneficio personal e individual sino el beneficio para todo el grupo o la
comunidad.
9. Compasión: tener la compasión como valor implica no sólo ser consciente del
sufrimiento ajeno, sino también evitar juzgar duramente las faltas ajenas,
considerando las limitaciones y debilidades que llevaron a cometerlas.
10. Empatía: es la capacidad de comprender los sentimientos y pensamientos
ajenos, la situación por la que pasan otras personas aunque sea diferente a la
propia.
11. Esfuerzo: la energía y trabajo involucrado en alcanzar objetivos. Está asociado
a la perseverancia.
12. Felicidad: la actitud que apunta al disfrute de la vida. Tomarla como valor en
lugar de objetivo o de estado que depende de las circunstancias, permite
apuntar a esa actitud a pesar de la situación de cada persona.
13. Fidelidad: puede considerarse un valor como la predisposición de seguir los
compromisos seguidos con una persona, una serie de principios, una
institución, etc.
14. Franqueza: es la expresión de la sinceridad.
15. Justicia: considerar la justicia como valor es buscar que cada uno reciba lo
que merece. (Ver: Injusticias)
16. Honestidad: quien tiene como valor la honestidad no sólo evita la mentira
sino que también su conducta es congruente con lo que dice y piensa. La
honestidad está asociada a la integridad.
17. Independencia: la capacidad en diferentes aspectos de la vida de accionar y
pensar sin depender de otros.
18. Integridad: la rectitud, la coherencia con los propios valores.
19. Gratitud: reconocer a quienes nos han prestado ayuda o nos han beneficiado,
incluso involuntariamente.
20. Lealtad: es el desarrollo de un sentido de responsabilidad ante las personas y
los grupos a los que pertenecemos.
21. Misericordia: es la actitud que lleva a compadecerse del sufrimiento ajeno.
22. Optimismo: el optimismo permite observar la realidad considerando las
posibilidades y aspectos más favorables.
23. Paciencia: la capacidad no sólo de esperar sino también de comprender las
debilidades propias y ajenas.
24. Perseverancia: es la capacidad de continuar esforzándose a pesar de los
obstáculos. Está asociada a la paciencia, pero requiere una actitud más activa.
25. Prudencia: quienes consideran que la prudencia es un valor, tienen en cuenta
las consecuencias de sus actos antes de llevarlos a cabo.
26. Puntualidad: la puntualidad puede considerarse un valor porque es una forma
de cumplir con lo pactado con otras personas. Está asociada al respeto y a la
responsabilidad.
27. Responsabilidad: cumplir con las obligaciones aceptadas.
28. Sabiduría: la sabiduría puede tenerse como valor a alcanzar, ya que se
desarrolla a lo largo de toda la vida. Es el conjunto de conocimientos amplios y
profundos que se van adquiriendo gracias al estudio y la experiencia.
29. Superación: quienes tienen la superación como valor intentan mejorarse a sí
mismos en diferentes aspectos de la vida, incluyendo la capacidad de ser
coherentes con sus propios valores. La superación está asociada al aprendizaje.
30. Sacrificio: si bien la capacidad de sacrificio depende del altruismo y de la
solidaridad, al mismo tiempo los excede. El sacrificio no es sólo compartir o
colaborar, sino perder algo propio y necesario por el bien de otros
31. Sencillez: la sencillez es no buscar lo superfluo.
32. Sensibilidad: es la capacidad de conectarse con los sentimientos propios y
ajenos. La sensibilidad también puede estar asociada a la capacidad de
conectarse con el arte en sus diferentes formas.
33. Tolerancia: tener la tolerancia como valor implica aceptar las opiniones y
actitudes de otros, incluso si van en contra de los propios valores.
34. Servicio: el servicio puede considerarse un valor como la capacidad de estar
disponible para otros y serles útil.
35. Sinceridad: expresar los propios sentimientos y pensamientos como son
realmente.
36. Solidaridad: implica involucrarse en problemas de otros, colaborando con la
solución. Por eso está asociada a la colaboración.
37. Voluntad: es la actitud de intentar hacer determinadas cosas o lograr
determinados objetivos.
38. Respeto: es la capacidad de aceptar la dignidad de otros. En algunos casos, el
respeto está asociado a la sumisión o la distancia.

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