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La discusión que hoy nos concierne es y será siempre de una complejidad especial,

cuando se empezó a tener el análisis a la pregunta de si vale la pena discutir sobre


fines y valores la reacción primaria un poco tímida y conservada fue responder un
no sé. Son preguntas a las que uno en el diario vivir, afanado y despreocupado no
le da mente, pero son cuestiones a las que examinado el modo en que vivimos y
pensamos ya teníamos respuesta.

No se piensa en si vale la pena tenerlas o no, sólo es cuando se hace explicita la


pregunta que enfocamos y nos ponemos en situación, mejor dicho, creamos
mentalmente momentos y suponemos posibles reacciones. Porque para pensar en
una respuesta -en grandes comillas- ‘universal’ primero hay que hacerla propia,
comprenderla acá para luego mirar más allá, siendo esto que acabo de decir una
mezcla inconsciente de la anterior discusión sobre la universalidad. ¿Será acaso el
contextualismo una analogía a ‘hacerla propia’ en pro, o con fin directo a ‘hacerla
universal’?, siendo de esta manera no sería tan descabellado estar en la mitad, estar
en el ‘no sé’, entender aquella pregunta desde una visión de frontera.

Después de encontrar respuesta a estas situaciones creadas, está el proceso de


tomar postura, y creo personalmente que a priori la reacción es evitar tenerlas (las
discusiones) por muchos motivos, dentro de los cuales importa de sobre manera el
contexto especial en el que nos situamos, como ciudadanos adheridos a una cultura
a una forma de pensar, a una forma de compartir y trocar información el
funcionamiento de afuera afecta nuestra respuesta. Haciéndolo propio; acá en
Colombia en una sociedad tan polar y con tan pocos ánimos de dialogar y sobre
todo escuchar la respuesta sería: No, no vale discutir sobre fines y valores.
Pero volviendo atrás, a esta pregunta, nosotros ya le tenemos respuesta y esa
respuesta es que a diario tenemos estas discusiones, y creo, ahora que hemos leído
y discutido que vale la pena hacerlo, el motivo primario es el crecimiento personal,
fortalecer y derrocar aquello juicios o valores que hacen parte de nosotros, es
fomentar el crecimiento personal poniendo siempre las ideas sobre la balanza
-Tomar al ‘niño’ y lanzarlo al agua, para luego ver si flota- y ya estando en tierra de
alguien al tener postura, sigue abalar y refutar los argumentos presentados.

Entonces tomamos como base la idea de entender al igual que Putnam que los
valores no son creados, sino que los valores se descubren a la hora de resolver un
problema específico, pienso que deberíamos empezar desde ahí para después
discutir y concluir si el valor realmente es ‘valioso’ o simplemente está valorado.
¿Porque es importante?, porque al ser esta forma cuasi método científico, los
descubrimientos fallan o pueden estar equivocados, por ser descubiertos a través
de la percepción, de una manera u otra hay muchas formas de resolver un problema
lo que se necesita es encontrar la correcta o la mejor. Con adherirnos a esta postura
entenderíamos entonces que todo son procesos. Que el fortalecimiento especifico
que se debe hacer es a los medios para llevar a cabo estos procesos. De estas
reflexiones tomadas y habladas uno pensaría que realmente el problema y lo que
hace existentes estas preguntas es el lenguaje y su ambigüedad. Antes de abordar
una discusión y tomando ideas presentadas anteriormente por Rorty, es importante
entender que muchas veces no estamos dispuestos a discutir con todos, tenemos
un ‘selector’ de específicos, discutimos con los que tienen valores afines, y eso es
entendible desde el punto de la educación y contexto, pero para ir más allá hay que
fortalecer el lenguaje y la forma de comunicación del mismo, para estas discusiones
de vital importancia por lo antes ya dicho, lo fundamental es proponer y pre
establecer unos parámetros, intentar crear en ambiente ‘sintético’ la situación idea,
donde se puedan compartir y buscar de manera mutua algo, aunque no sea un
acuerdo, es querer ver el agua, aunque en ella se encuentren dos niños flotando.

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