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En un número anterior de la revista presentamos una reseña del libro de Alexander

Anievas y Kerem Nisancioglu publicado por Pluto Press en el año 2015. El año
pasado la revista marxista británica Historical Materialism (Volumen 26, Tema 3)
publicó una serie de artículos de polémica a propósito del libro. En esta nota
daremos cuenta de algunos puntos de ese debate, principalmente centrados en la
discusión acerca de la pertinencia del uso de la Teoría del Desarrollo Desigual y
Combinado (TDDC) para comprender la transición del feudalismo al capitalismo y
el ascenso de Europa Occidental al centro de la política mundial.
Neil Davidson plantea en su artículo: “La opinión entre el creciente cuerpo de
aquellos que encuentran útil el concepto (de la TDDC) se ha dividido ampliamente
en dos y ambos se arguyen diversos grados de sustento en los escritos de Trotsky.
Una escuela, entre la que se encuentra el presente autor (Davison), ve al desarrollo
desigual y combinado como un proceso asociado al capitalismo en su fase industrial
y este solo fue posible en una escala global durante la era imperialista del
capitalismo (1870) (…). La otra ve (a la TDDC) como a un proceso transhistórico que
puede ser hallado a lo largo de toda la historia humana. ‘How the West Came to
Rule’ está, entre otras cosas, una intervención en este debate desde la perspectiva
de esta última tendencia”.
¿Agarrar el planteo de Novack para explicar desarrollos teóricos acerca del
concepto?
Al mismo tiempo, Davison destaca el combate que los autores se proponen dar con
su libro al interior de su campo de estudio (las relaciones internacionales): “Por
supuesto esta no es la primera vez en la historia del Marxismo que un concepto
teórico con implicancias estratégicas ha experimentado una segunda vida como
cura de las deficiencias metodológicas u ontológicas de la sociedad burguesa y la
ciencia política- pensemos, por ejemplo, en la versión gramsciana de la
‘hegemonía’. Anievas y Nisancioglu, así como Rosenberg antes que ellos, están
reaccionando a la forma que la dominante Escuela Realista al interior de su
disciplina tiende a ver a los Estados y sociedades como entidades esencialmente
autosuficientes (la llamada ‘falacia doméstica’) y han buscado enfatizarla extensión
en que la fertilización cruzada entre sociedades ocurre a lo largo de la historia”.
Pero retoma la crítica: “Este es un proyecto enteramente destacable; el problema
es que esos aspectos que son genuinamente innovativos- quedan oscurecidos por
su obsesión por etiquetar esos procesos como desarrollos desiguales y combinados.

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