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Ritzer, George (1993): Teoría sociológica clásica.

Mc Graw Hill
Interamérica de España, S.A.U, Madrid.
Pág. 2- 33
Feminismo
En cierto sentido, la perspectiva feminista ha existido siempre. Dondequiera
que las mujeres están subordinadas –y lo han estado casi siempre y en casi
todas partes-, han reconocido su situacio´n y manifestado su rpotesta de
alguna forma (Lerner, 1993). Auqnue podemos encontrar precursoras en la
década de 1630, el auge de la actividad y los escritos feministas han tenido
lugar en los momentos de liberación de la historia moderna occidental;
encontramos una primera cota de productividad en las décadas de 1780 y
1790 como motivo de los devbates que rodearon las revoluciones
americanas y francesa; posteriormente un esfuerzo mucho más orgnaizado y
definido en la década de 1850 como parte de la movilización contra la
esclavitud y a favor de los derechos políticos para la clase media; y, por
último, la enorme movilización a favor del sufragio de las mujeres y de la
reforma legislativa cívica e industrial a principios del diglo XX, especialmente
en la Era Progresita de los EEUU.
Todo esto influyó en el desarrollo de la sociología, en particular en la obra de
una serie de mujeres que se situaban dentro del área o tenían alguna
relación con ella: Harriet Martineau, Charlotte Perkins Gilma, Jane Addams,
Florence Kelly, Anna Lujia Cooper, Ida Wells Barnett, Marine Weber y
Beatrice Potter Webb, por nombrar sólo algunas. Pero con el tiempo sus
obras fueron empujadas hacia la periferia de la profesión, situadas en
apéndices, descartadas o excluídas del registro público de la sociología por
hombres que estaban organizando la sociología como una base de poder
profesional. Las preocupaciones feministas se filtraron en la sociologogía
sólo en los márgenes, en la obra de teóricos varones marginales o de
teóricas mujeres cada vez más marginadas. Los hombres que adquirieron
importancia central en la rpofesión –desde Spencer hasta Weber y
Durkheim- dieron respuestas básicamente conervdoras a los argumentos
feministas que les llegaban, convirtiendo las cuestiones realtivas al género
en un tema intrascendente al que respondían de modo más convencioanl
que crítico en lo que identificaban y promocionaban públicamente como
sociología. Respondían de este modo a pesar de que las mujeres estaban
escribiendo un cuerpo relevante de teoría sociológica. Sólo ahora se está
escribiendo la historia de esa política de género en la profesión, que también
forma parte de la histroia de las respuestas masculinas a las demandas
feministas (por ejemplo, véase Deegan, 1988; Fitzpatrick, 1990; Gordon,
1994; Lengerman y Niebrugge-Brantley, 1998; Rosenberg, 1982).
El desarrollo de la sociología francesa
Raíces y naturaleza de las teorías de Marx Weber (1864-1920) y
George Simel (1858-1918)
La teoría de Simmel

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