Está en la página 1de 6

Unidad 1- Fase 0

Contextualización.
Curso 403004A_471

Presentado por
Angie Camila Jabela Madrid
Grupo 403004_167

Presentado a
Luz Imelda Rivas.
Tutora.

Universidad Nacional Abierta y a Distancia UNAD


Escuela de Ciencias Sociales Artes y Humanidades
Programa de Psicología.
Febrero 2018.
Introducción:
En la actualidad, uno de los temas que más se están investigando dentro del ámbito de la
Psicología de la Personalidad es el relacionado con el desarrollo de la personalidad, con
su estabilidad y cambio a lo largo del tiempo. La cuestión de si la personalidad puede o no
cambiar ha sido un tópico constante en nuestra disciplina.
Aunque la personalidad parece que cambia a lo largo de toda la vida, hay determinados
períodos en los cuales los cambios que se experimentan son mayores y tienen más
repercusión en la vida presente y futura de los individuos; me estoy refiriendo
concretamente a la infancia, la adolescencia y la adultez temprana.

Objetivo:
El hilo conductor del presente trabajo es clarificar, en la medida de lo posible, cuáles son
las características personales más destacadas durante las etapas de crecimiento de las
personas, cómo se han desarrollado, cómo influyen en la adaptación a los distintos
ámbitos de la vida y qué puede hacerse para cambiarlas si no nos gustan o para
aprenderlas si no las hemos adquirido.
Siguiendo una clasificación tradicional dentro de la disciplina, se divide este trabajo en
una serie de preguntas, claramente diferenciadas. algunas de ellas estarán centradas
sobre los distintos elementos de la personalidad que se han propuesto habitualmente. Las
otras versarán sobre el desarrollo del sí mismo en sus diferentes acepciones.

Contenido:

¿Qué es la personalidad?
La personalidad es el conjunto de rasgos psicológicos que define todo el universo de
sentimientos y cogniciones, que configura los comportamientos y la manera habitual en el
que el individuo se relaciona consigo mismo y con los demás.
Es frecuente observar en niños muy pequeños ciertos rasgos muy definidos que nos
pueden dar pistas de cómo puede ser en su futuro su personalidad, pero en estas edades
todavía es muy temprano para hablar de que existe una personalidad marcada, sería más
correcto decir que se observan “rasgos” de personalidad. Estos rasgos característicos
pueden ir desarrollándose hasta llegar a la etapa de la adolescencia en donde decimos
que se “cristaliza” la personalidad, es decir, adquiere forma y consistencia. A partir de
entonces es difícil observar cambios llamativos en la forma de ser salvo que éstos sean
provocados por alguna situación traumática. Sin embargo, aunque es difícil que una
persona pueda cambiar su personalidad, sí es posible que pueda modificar ciertos
comportamientos o aprender nuevas formas de actuar.

¿Qué son los rasgos temperamentales?


Los rasgos temperamentales pueden definirse como una disposición congénita para
responder de manera uniforme a un determinado tipo de estímulo o para reaccionar en
forma más o menos idéntica en presencia de situaciones que el individuo juzga como
análogas.
Se exploran 7 áreas temperamentales que ponen de manifiesto los rasgos que son
relativamente estables de cada persona, excluyendo aquellos que reflejan influencias
sociales recientes, nuevas experiencias perturbadoras o las que resultan del dominio de la
propaganda:
- Activo.
- Vigoroso.
- Impulsivo.
- Dominante.
- Estable.
- Sociales.
- Reflexivo.

¿Qué son los rasgos disposicionales de la personalidad?


Los rasgos disposicionales de la personalidad son características que destacan el
temperamento del individuo.
Existen 3 clases de rasgos que definen algunas características de temperamentos.
1- Disposición personal. Es un rasgo, característico determinante general, pero es
único para el individuo que lo tiene.

2- Disposición central: Se refiere a tendencias muy características de un individuo.


Proporcionan los adjetivos o frases que una persona podría usar para describir las
características de otro individuo.

3- Disposiciones secundarias: Son tendencias enfocadas, más específicas que a


menudo son de carácter situacional y menos cruciales para la estructura de la
personalidad.
¿Cómo se da el desarrollo de la personalidad positiva?
Las experiencias de estado de positividad son parte integrante de nuestra estructura
psíquica, el modo, pues, de revivir la actitud positiva consiste esquemáticamente en lo
siguiente:
1. Evocación. – En actitud cómoda y con la mente tranquila, evocar el recuerdo de los
momentos en los que se ha sentido el mejor estado de ánimo y la actitud más positiva.
Procurar que el recuerdo sea lo más definido y vívido posible. Concentrar la atención, acto
seguido, en la resonancia subjetiva, es decir, en la sensación, el sentimiento y la
disposición interior de la experiencia evocada: volverlas a sentir con toda nitidez y
mantenerlas presentes en la conciencia. Entonces se pasa inmediatamente a la
actualización.
2. Actualización. –Si el paso anterior ha sido bien dado, éste será fácil. Manteniendo en la
conciencia el sentimiento vívido de la evocación, dígase con lentitud y reflexión: «Yo estoy
sintiendo esto, esto está en mí, yo soy esto».
Como se ve, en este punto se trata de incorporar a la conciencia del yo el estado de
referencia que, en la primera fase, aunque estaba presente, permanecía aparte del yo.
Cuando se consigue realizar bien este segundo tiempo, se notará una definida sensación
de energía, acompañada muchas veces de un ligero escalofrío.
3. Consolidación. –Consiste en el hecho de mantener el estado conseguido en los puntos
anteriores durante el máximo de tiempo posible y en repetir todo el proceso cada vez que
el estado tiende a desvanecerse en virtud de los hábitos mentales adquiridos, bajo la
acción de algún estímulo negativo o por simple olvido.
La consolidación puede hacerse también convirtiendo los dos primeros puntos en ejercicio
obligado durante tres meses, por ejemplo, a base de dos sesiones diarias: por la mañana
y por la tarde, quince minutos antes de marcharse a trabajar.

¿Cómo se desarrolla el YO?


el “YO” principalmente actúa dándole sentido a las experiencias, de esta manera el
desarrollo del “YO” evoluciona en la medida que crece nuestra capacidad cognoscitiva,
por lo tanto, las personas pueden organizar y estructurar sus experiencias de manera más
elaborada y consecuentemente, ésta sofisticación es la función integradora del “yo”. Y se
supone que el progreso de las personas sigue un orden particular conforme vamos
avanzando etapas superiores, se va haciendo más diferenciada y compleja; pero también
más integrada e internamente consistente. Y podríamos decir que nuestro “yo” evoluciona
porque a lo largo de nuestra vida encontramos circunstancias que nos representa un
desafío, por eso, el proceso sintetizador define al “yo” se modifica con el curso de la vida y
que cada nueva característica se levanta sobre las etapas precedentes. Siempre y
cuando no tengamos una limitación bilógica, por lo que podríamos quedarnos fijados en
una de estas etapas, pero, aunque a veces podemos tener otro tipo de recursos para
aparentar funcionar adecuadamente.
Según Shaffer, 2002, Al menos tres factores influyen en el progreso del adolescente hacia
el logro de identidad:
1. El desarrollo cognitivo. Cuando ya se ha alcanzado un dominio sólido del
pensamiento formal y se puede razonar lógicamente acerca de situaciones
hipotéticas, existe más capacidad para imaginar y contemplar identidades futuras.
2. La crianza personal. Es difícil que uno establezca su propia identidad sin haber
tenido la oportunidad de identificarse con figuras parentales respetadas y de
adoptar algunas de sus cualidades deseables. Así, los adolescentes con una
mejor identidad parecen tener una base emocional sólida en su casa combinada
con una libertad considerable para ser individuos por derecho propio. El mismo
estilo parental cariñoso y democrático que ayuda a los niños a lograr un sentido
fuerte de autoestima también está asociado con resultados de identidad sanos y
adaptativos en la adolescencia.
3. El contexto sociocultural. Las sociedades occidentales permiten y esperan que los
adolescentes planteen cuestiones serias acerca de ellos mismos y que las
respondan. Los adolescentes deben elegir una identidad personal después de
explorar cuidadosamente muchas opciones.

¿Cómo se desarrolla el rol sexual?


En nuestra sociedad, al igual que en otras muchas, ocurre un fenómeno que viene a
aumentar considerablemente la importancia de la categorización hombre/mujer. Este
fenómeno consiste en que los niños y niñas no sólo aprenden una serie de definiciones
culturales de la masculinidad y la feminidad, que comprenden un amplio y diverso
conjunto de asociaciones ligadas al sexo (como anatomía, función reproductora, división
del trabajo y atributos de personalidad), sino que también aprenden, asociándolos con el
sexo, rasgos que están metafóricamente o remotamente ligados a él, como pueden ser la
angulosidad o redondez de un modelo abstracto. No parece, pues, que haya otra
dicotomía en la experiencia humana que aparezca con más entidades asociadas que la
distinción varón/hembra.
Esta importancia de los roles sexuales queda patente en la importancia que ellos tienen
tanto para la propia personalidad del individuo como para las relaciones grupales y
sociales del mismo. El autoconcepto, la autoestima (a nivel individual), las relaciones de
pareja, la familia, los grupos de amigos (a nivel grupal) y las relaciones sociales, políticas
y económicas están en gran medida influidas por los roles sexuales.

Conclusión:
En el presente trabajo he intentado dar una visión bastante general de aquellas
características personales que pueden ayudarnos a tener un buen ajuste a nuestro
contexto social, haciendo también énfasis en los factores que las facilitan o las
obstaculizan.
Sin embargo, no quisiera concluir el capítulo sin exponer, aunque sea brevemente,
algunas de las conclusiones a las que creo que puede llegarse en relación con el
desarrollo de la personalidad. Son las siguientes:
1. La personalidad no es algo estable y poco sujeto a cambios sino algo que cambia
durante toda la vida.
2. La adolescencia y los años posteriores son una etapa clara para mejorar nuestras
características y para aprender habilidades interpersonales y emocionales
específicas, ya que se produce un avance en aspectos como la cognición social, la
empatía, la autoconciencia, las relaciones interpersonales (se amplían y
diversifican) y los roles sociales (nos volvemos más activos y participativos).
3. Este aprendizaje puede mejorar nuestra visión de nosotros mismos y nuestra
autoestima.
4. Como consecuencia de lo anterior, una de las principales aportaciones que puede
hacer la psicología es, modificar aquellos comportamientos o aspectos
desadaptativos de la personalidad y enseñar aquellos que no se han aprendido.

Referencias:
Cantón, D. J., Cantón, C. D. & Cortés, M.R. (2014) Desarrollo de la personalidad y del rol
de género. En Cantón, D. J., & Cantón, C. D. (Eds.) Desarrollo socioafectivo y de la
personalidad. (pp. 150 - 185) Madrid, España: Larousse - Alianza Editorial.
Recuperado: http://bibliotecavirtual.unad.edu.co:2077/lib/unadsp/reader.action?ppg=1&do
cID=11038864&tm=1485104494119

Bermúdez, J., Pérez García, A.M. y Sanjuán, P. (2003). Psicología de la Personalidad.


Teoría e investigación. I y II. Madrid: UNED.

Blasco, J.P. (2014) Desarrollo personal y social durante la adolescencia. En Vidal-Abarca,


E., & García, R. R. (Eds.) Aprendizaje y desarrollo de la personalidad. Madrid, ES:
Larousse - Alianza Editorial. Recuperado
de: http://bibliotecavirtual.unad.edu.co:2077/lib/unadsp/reader.action?ppg=6&docID=1103
8581&tm=1485106910249

Pérez-García, A.M. y Bermudez, J. (2011) Cap 1. Introducción al Estudio de la


Personalidad: Unidades de Análisis. En Bermudez, J., Pérez-García, A.M. y Ruíz-
Caballero, J.A. (Ed). Psicología de la Personalidad. (Pp. 25-69). España: UNED.
Recuperado
de: http://bibliotecavirtual.unad.edu.co:2077/lib/unadsp/detail.action?docID=10626048

También podría gustarte