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Estética II

Ber nini, Caricatura del c ardenal S cipione Borghese , dibujo, Biblioteca del Vaticano, Roma
Semestre 201 9 -2
Pro fesor Humb erto Ortiz B .
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Índice

El sujeto y la experiencia infinita (Resumen), Humberto Ortiz B.………….…..3

Kant, Sergio Givone…………………...10

Algunas Nociones Kantianas……………………14

Crítica a la facultad de juzgar (fragmentos), Emmanuel Kant…………………16

El alma y el sueño, Albert Béguin…….………..28

El Romanticismo. La intuición romántica, Humberto Ortiz B………….37

Textos de Friedrich v. Schlegel

Fragmentos de Lyceum (selección), …………44

Ideas (selección) ……………..…..44

Textos de Novalis. Granos de Polen (selección)…………….47

Ironía y romanticismo de G.W.F. Hegel………….……49

Introducción a la estétca de G. W. F. Hegel. (Resumen del plan feneral de la obra)………..54

Bibliografía de la asignatura……………73
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El primer problema con el que tropezó la ciencia exacta


fue el de cómo reducir la “experiencia sentida” a un orden
El sujeto y la experiencia infinita legítimo fundamentado en el mismo hombre y no en la palabra
(Resumen) de la Biblia. Señala Ernst Cassirer, en El Problema del
conocimiento, que todos lo empeños renacentistas estaban
Humberto Ortiz B.
dirigidos a encontrar una manera de conocer el mundo a partir
Desde finales del siglo XIV, el pensamiento europeo de su realidad concreta y no desde postulados elaborados por
se debatía entre los problemas del conocimiento elaborados por una lógica meramente abstracta; pero también estas intenciones
la racionalidad escolástica y por la importancia de introducir la comprendían que la “trama confusa de las sensaciones”, con la
experiencia del mundo sensible, la experiencia natural directa, infinitud de afectos que la experiencia de ellas produce en el
como variante importante a tomar en cuenta para alcanzar un espíritu del hombre, “no podía ser directamente objeto de
verdadero saber. Con el humanismo renacentista, el investigación” sin el apoyo de algún sentido que organizase
pensamiento europeo se esforzó por rescatar la confianza en las esas sensaciones, un sentido que debía ser naturalmente
posibilidades humanas para conocer, con su razón, la misma humano. La actividad pensante empezó a verse como una
naturaleza. La razón comenzó a servir no sólo como una facultad que se definía a partir del mismo individuo y sólo en
herramienta para comprender complejas estructuras lógicas que él.
enmarcasen una realidad ideal, sino también como el
instrumento humano para acercarse al conocimiento ofrecido A raíz de este problema cognoscitivo, se abrió en la
por la experiencia inmediata con la realidad concreta. Se abrió historia del espíritu europeo una revisión profunda de las
así una exaltación del “hombre natural”; se reconoció como naturales facultades humanas para aprehender la realidad, en la
esencial la continua actividad que en la naturaleza se que no sólo se ponía en juego la verdad del conocimiento sino
manifestaba, en la que participaba activamente la humanidad, también las reales posibilidades humanas para alcanzarla. Este
sin pretender envolverla en una realidad ideal que se alejara de giro en el modo de conocer la naturaleza, abonado por los
la misma experiencia mundana. Este intento va a dar grandes cambios religiosos y morales provocados por la
nacimiento a la nueva ciencia o ciencia exacta, y con ella se irá Reforma luterana y la Contrarreforma católica, trajo como
revelando, con el tiempo, una manera nueva de concebir la consecuencia una concepción nueva del individuo, sustentada,
relación humana con el mundo y su conocimiento, lo que será además, en las nuevas leyes de mercado que empezaban a
el pilar fundamental de la cultura moderna e ilustrada de determinar lo que será la economía moderna. A partir del
Europa. Renacimiento, en la medida en que el pensamiento europeo
avanzó en el estudio objetivo de la naturaleza, en el
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conocimiento certero de la vastedad exterior, se profundizó de los cambios y a la multiplicidad, no puede tampoco
también en la conciencia que el hombre puede tener de sí encontrar nunca en sí mismo un punto seguro de apoyo y de
mismo, de sus límites naturales y de sus posibilidades de quietud", (1993: 69. Tomo 1) La “experiencia sensible” sobre
transformar o no la misma naturaleza para su propio beneficio. la que habrá de levantase el conocimiento sería el único apoyo
posible y, al mismo tiempo, será lo inconmensurable, lo
Respecto al arte y a la creación artística, la polémica
imposible de abarcar y explicar en su totalidad.
alcanzaría mayor complejidad. Siguiendo a Erwin Panofsky en
su libro Idea. Contribución a la historia de la teoría del arte, el Se empezó a vislumbrar una relación dialéctica en el
primer Renacimiento había aceptado como principio del arte el conocimiento –distinta de la dialéctica platónica– que
desarrollo de una perfección técnica capaz de garantizar el constituirá el meollo esencial de todo el pensamiento moderno:
valor objetivo de la obra realizada; las reflexiones estéticas se por un lado están los sentidos externos que mueven y estimulan
preocupaban sobre todo en definir el arte bajo este principio. el intelecto o sentido interno y, por otro lado, el mismo sentido
Lo cierto es que la belleza artística comenzó a valorarse más interno, como facultad natural, que produce el conocimiento
que la belleza ideal o abstracta, y los artistas, orgullosos de su cuando alerta a los sentidos externos, “poniéndolos en
trabajo, buscaron diferenciar el arte de los oficios y separarse condiciones” de poder asimilar la imagen del ser exterior. Así,
de los artesanos. Es importante destacar que también comenzó el intelecto o sentido interno se revelaba como la fuerza
a reconocerse el valor cognoscitivo de la visión directa del propulsora y, también, como la meta final de todo acto de
mundo, de la percepción sensorial del mundo, de la experiencia conocimiento, pues del manejo que se haga de él se levantaría
misma, puesta en duda por la tradición medieval. La el reconocimiento del mundo y el poder del hombre sobre lo
experiencia del mundo se convirtió desde entonces en el que en el mundo se manifiesta. Si la Edad Media había
trayecto real posible para lograr la luz de la verdad, y la subrayado el anhelo del alma humana de librarse de las
actividad artística era el medio idóneo para alcanzarla. tentaciones materiales del mundo sensible buscando la unidad
esencial, el Renacimiento subrayó en la conciencia humana la
Pero el pensamiento renacentista no aceptó radicalmente
actividad unificadora del mundo empírico que le permitía
que las facultades inferiores de la sensibilidad, las que elaboran
participar y estar en él, sin perderse ante la vastedad de la
la experiencia, fuesen el centro mismo de la verdad. Aunque los
experiencia, comprendiéndola. Comienza así a perfilarse la
artistas y pensadores de entonces reconocen el poder
paradoja del conocimiento moderno: por un lado la importancia
cognoscitivo de esas facultades, a la vez reconocen, unos más,
de la experiencia de los sentidos, por otro, la fuerza del
otros menos, sus límites y sus imposibilidades para alcanzar la
intelecto para organizar y dar forma al conocimiento de esa
verdad suprema representada por Dios. Refiere Cassirer que
misma experiencia, que se abre al infinito como posibilidad.
para Nicolás de Cusa (1401-1464), "El saber, referido al mundo
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Dentro de las reflexiones en torno al arte el espíritu ese pensamiento de transición, no sólo en lo referente a la
inquieto del Renacimiento comenzó pronto a preguntarse, poesía y el arte, sino al conocimiento en general, el cual servirá
aunque –como lo refiere Panofsky– no todavía de manera de enlace entre la visión racionalista del primer renacimiento y
explícitamente teórica, si aquello que origina la obra de arte es la complejidad del pensamiento barroco de los siglos
una revelación del alma o una formulación basada en la posteriores. El nolano1 reconoce –en Los heroicos furores– que
experiencia con lo real. El pensamiento renacentista no quiso la voluntad y el conocimiento humano se determinan
abandonar del todo la idea de que por encima del sujeto y del mutuamente, pero que la voluntad humana era la que daba la
objeto, por encima del hombre y su relación con la naturaleza, pauta para iniciarse en el camino de la verdad y el
existiera un verdadero sistema de leyes universales y conocimiento. Ahora bien, el conocimiento sería, en última
necesariamente válidas, de las cuales se derivarían las normas instancia, indeterminable por el hombre, ya que la verdad se
que rigen la creación artística, pero, junto a esto, se le pedía al identifica con lo infinito. "Pues así como no tiene fin el acto de
arte una representación apegada en lo posible a la realidad la voluntad con respecto al bien, asimismo es infinito e
percibida por la experiencia. Nos cuenta este historiador que el indeterminable el acto de cognición con respecto a la verdad."
renacimiento comenzó a exigirle al arte, a diferencia de la (1987: 18) Para Bruno, el hombre se encamina hacia el
exigencia medieval, fidelidad a la naturaleza y belleza, sin conocimiento gracias al furor amoroso y con la certeza de un
advertir –aún– la contradicción que ello encierra, y que será último fracaso. La “inspiración creadora” del arte y la poesía no
causa de grandes polémicas en períodos posteriores. Lo que sería, tampoco, una revelación inmediata de las musas, al
queda claro en el Renacimiento es la exigencia de que la obra contrario, ella exige un esfuerzo constante del poeta y del
de arte se sitúe ante la naturaleza, ya sea como imitadora o artista por ver el mundo, pues la luz inspiradora será siempre
como correctora. constante en la naturaleza, madre de toda experiencia, que
también es infinita. Desde esta perspectiva, las llamadas reglas
En realidad, la polémica del arte moderno que se inicia
para la creación artística –en Bruno, las normas de la poesía–
en el Renacimiento descrita por Panofsky, gira en torno a la
serían consecuencias de una buena actividad creadora y no sus
libertad del acto creador y de las reglas que debían regir,
causas, por lo que habrá tantas reglas verdaderas como tantos
independientemente del autor, una bella forma artística. El
verdaderos artistas hayan. Es decir, si el pensamiento sobre el
Renacimiento no logró precisar aún con claridad las relaciones
arte en los primeros años del Renacimiento había intentado
fluctuantes entre el genio creador y las reglas formales del arte,
definir reglas claras que pudieran garantizar un método artístico
y provocó, en la práctica, posiciones que van a debilitar poco a
poco la postura formalista de los primeros años renacentistas. objetivo y real, cuando se enfrenta a la polémica entre la
Giordano Bruno (1548-1600) nos puede servir de paradigma de 1
Nacido en la ciudad de Nola-Italia, en la provincia de Nápoles.
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individualidad creadora y las reglas formales, el Renacimiento sustentándose en el nuevo racionalismo propuesto por René
tardío terminó por reconocer que no resulta fácil determinar de Descartes (1596-1650), defendió los valores absolutos de la
dónde se origina una verdadera obra maestra, ni cuáles eran los belleza. Es lo que se conoce como “la estética clásica”.
valores reales de una actividad como la del arte. Con la puesta Luego, el pensamiento del siglo XVIII, valorando la
en duda de la existencia de reglas prácticas precisas para la experiencia como criterio de verdad y sin querer enemistarse
actividad artística, los artistas, ganados quizá por una con la razón como principio del saber humano, se acercó al
exaltación de la individualidad que subraya el virtuosismo y la
placer o displacer que podía afectar la sensibilidad mediante la
óptica personal, como en el manierismo, y, también quizá por obra de arte, y con la razón y el sentido común intentó descifrar
intentar establecer un contacto más directo con los distintos el dificultoso problema del gusto. Fue David Hume (1711-
pueblos no conocedores de las reglas artísticas formales 2 , 1776), empirista inglés y amigo de los enciclopedistas
empiezan a indagar diferentes maneras y estilos para elaborar franceses, quien planteó "más filosóficamente el problema
obras de arte. específico del gusto" (Bayer, 1965:255). Para Hume lo común
Ya en el siglo XVII los teóricos del arte se encontraron en todos lo hombres sería el sentimiento, porque no tiene
en la gran disyuntiva de defender y explicar, de alguna manera, referencia a nada fuera de sí, y es siempre real, en tanto que el
los valores objetivos que realzaban la belleza de las obras hombre sea consciente de él. La gran variedad de sentimientos
artísticas, y se hizo muy complejo precisar, con cierto margen que puede motivar un mismo objeto, serían todos valederos. Y
de exactitud, no sólo las reglas que configurarían una obra de el agrado por la belleza pertenece, indiscutiblemente, al campo
arte sino también cuáles serían los criterios primordiales para del sentimiento pues está referido a una relación individual de
juzgar lo que realmente debería ser válido en las proposiciones placer con un objeto. “La belleza no es una cualidad en las
estéticas. En este siglo se intentó la última defensa de lo que cosas mismas; existe solamente en la mente que las contempla,
Tatarkiewicz llama la “Gran Teoría” sobre la belleza 3 , que y cada mente percibe una belleza diferente. Una persona puede
incluso percibir uniformidad donde otros perciben belleza, y
2
Como señala Arnold Hauser respecto del barroco. Ver: Historia Social de cada individuo debería conformarse con sus propios
la Literatura y el Arte.
3
Toda la tradición europea, de una manera u otra y por distintos caminos,
sentimientos sin pretender regular los de los otros.” (Hume,
había defendido que la belleza se hallaba fundamentalmente en aquellos “Sobre la norma del gusto”, 1998: 27-28)
objetos cuyas partes mantenían una relación clara entre sí, siempre que se
estableciera una relación armónica entre las partes de un todo. Tatarkiewicz
llama a este pensamiento sobre lo bello la “Gran Teoría” y ubica sus
orígenes en los pitagóricos: "Han existido pocas teorías en cualquier rama
de la cultura europea que se hayan mantenido durante tanto tiempo o que comprenden los diversos fenómenos de la belleza de un modo tan
hayan merecido un reconocimiento tan grande, y son pocas las que comprensivo" (1995: 157).
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Para este pensamiento lo subjetivo era algo esencial de “gusto mental” sería provocar emociones de naturaleza "más
la belleza relacionada íntimamente con las sensaciones de tiernas y delicadas" que un hombre educado puede y debe
placer, así como la deformidad con las sensaciones de dolor. cultivar en la medida de lo posible, y ello implica un
Placer y dolor constituirían la esencia misma del gusto. El refinamiento del gusto del cuerpo.
gusto lo entendía Hume como una facultad necesaria para Existe, así, un “buen gusto” como facultad de percibir
relacionar distintos elementos, que no obedecía a sensiblemente la verdad detrás de la formación de las cosas,
planteamientos necesariamente lógicos y donde permanecía
que "equivale en alguna medida, a buen sentido, o al menos
abierta la facultad intuitiva. Se atiende, con esta noción del depende tanto de él que son inseparables." (Hume, “Sobre la
gusto, a un nuevo componente en el arte que destruye normas y delicadeza del gusto y de la pasión”, 1998: 55). Para aprender a
prescripciones ajenas a la sensibilidad propia e intransferible de percibir la belleza artística y cultivar el buen gusto, habría que
cada uno, y que se considera necesario para la creación y para acudir a la tradición, porque, aunque la belleza y la deformidad
la contemplación del arte. En el gusto, decía Hume, intervienen pertenezcan exclusivamente al ámbito de lo sensible, la historia
factores como la disposición de los órganos, la educación, el de las artes nos muestra cómo la experiencia en el tiempo, la
temperamento, los hábitos y opiniones particulares de cada costumbre, ha enseñado a los hombres a elaborar ciertas
época y de cada país e, incluso, los conocimientos del sujeto particularidades en los objetos capaces de provocar tales
que le hace percibir ciertas cualidades de los objetos. La sentimientos. Las obras de arte bellas, unas más, otras menos,
belleza, por tanto, tampoco podría definirse sino apenas de acuerdo a la experiencia del artista y del sujeto que las
discernirse exclusivamente por un gusto o sensación, y contemple, nos ofrecen ese inmenso placer por ciertas
permanece, así, en el orden de lo afectivo. La belleza sería lo particularidades formales que le son propias y que el buen
que place a un alma individual, lo que despierta una particular artista logra exponer. Educar el buen gusto por las artes
satisfacción. significaba familiarizarse con los cánones aceptados por la
No obstante, Hume distinguió dos tipos de gusto, tradición como grandes obras, y se evitaba, así, la
relacionados con diferentes facultades naturales del hombre subjetivización radical del gusto. En definitiva, si bien era
para percibir el mundo: el gusto del cuerpo y el gusto de la imposible determinar a priori, mediante la razón, las normas
mente. Si en el primero son fundamentales las facultades de los del buen gusto, la tradición, como experiencia humana, nos
órganos sensitivos que determinan el nivel de agrado o ofrece elementos objetivos dentro de cada particularidad
desagrado, en el segundo, aunque esté sustentado en el primero, artística para discernir la belleza de un objeto estético.
adquiere más importancia la capacidad reflexiva del hombre Entonces, al existir un buen gusto cultivable por el
que siente y juzga. La particularidad del gusto de la mente o sentido común o buen sentido, las afecciones de placer que nos
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pueden causar las obras de arte quedan también afectadas por por la tradición– pero sólo para el individuo que la vive o, en
nuestros conocimientos de la experiencia humana a través de la todo caso, para los que de alguna manera conozcan, por
historia, conocimientos que son también experiencias y que experiencia personal o por tradición, los problemas que un
permiten una visión más compleja y matizada del hombre. artista haya podido plasmar en su obra, reconociendo, por el
Hume sostenía que si bien no hay principios universales de gusto, la habilidad para hacerlo. En el gusto entran en juego las
belleza –ni tampoco reglas generales para el bello arte, pues diferencias en la misma experiencia, diferencias que están
estos se fundan sólo en la experiencia y en los sentimientos estrechamente unidas a la educación, que se convierte en el
comunes de la naturaleza humana– de todos maneras podemos "acervo universal" necesario para la adquisición del buen
juzgar, sin temor, lo que tienen de bello otras bellezas a las que gusto.4
no estamos acostumbrados. De lo que se trata es del Con respecto al arte, la cuestión se plantea ahora
reconocimiento de las experiencias humanas expresadas en las referida a la impresión que la obra de arte produce en el
obras bellas. A mayor capacidad de experiencias con espectador, mediante las formas reconocidas en la tradición, y
conciencia, mayor sabiduría. El mismo Voltaire (1694-1778), al juicio con que trata de fijarla para sí y para los demás. En la
defenderá el ideal de un “gusto universal” en los que todos los elaboración y en la contemplación de la obra de arte no sólo
hombres convergen, gracias a una buena educación, y que participa, entonces, la facultad racional del hombre sino que
revela la forma expresiva de la sociedad civilizada. El buen permanece también abierta la facultad intuitiva de la
gusto, como la capacidad de distinguir los matices en los sensibilidad, que permite la libre relación de los distintos
lenguajes del arte y la poesía, que en definitiva implica un elementos. Lo esencial de la noción de gusto para la
conocimiento de las almas humanas, se convierte en algo digno sistematización de la estética del siglo XVIII va a ser la abierta
del hombre libre. permanencia de esa facultad intuitiva de la sensibilidad que
Ahora bien, la experiencia, como la define el mismo permite la libre relación entre los distintos elementos. Así, la
Hume, es tan concreta en la historia personal como el imaginación conquista un lugar fundamental tanto en la
temperamento o las condiciones fisiológicas; por lo que las actividad creadora del arte como en la contemplativa.
diferencias en torno al gusto en términos de diferencias de El pensamiento ilustrado seguirá muy de cerca estas
experiencia, suponen inmediatamente diferencias en la historia ideas y se alejará, cada vez más, de la problemática de la pura
personal e incluso diferencias sociales y culturales (Summers, forma lógica que había propuesto el clasicismo en los albores
1993). Además, la sola “experiencia estética” como valor
objetivo no pasa de ser una experiencia única –y si se quiere
4
Es importante subrayar que tanto para Hume como para Voltaire, el cultivo
objetiva dentro de un lenguaje artístico en particular elaborado
del buen gusto permitiría la elevación moral del sujeto.
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del Renacimiento, y que la estética clásica del siglo XVII Panofsky, E. (1984) Idea. Contribución a la historia de la
defendió apoyada en el racionalismo cartesiano. teoría del arte. Madrid: Cátedra.
El gusto, como juicio estético, estaba fundamentado en Summers, D. (1993) El Juicio de la sensibilidad. Renacimiento,
las experiencias sensibles particulares y en el almacenaje y naturalismo y emergencia de la estética. Madrid: Tecnos.
fundición de distintas experiencias en la memoria, de esto Tatarkiewicz, W. (1995) Historia de seis ideas: arte, belleza,
resultará el “sentimiento de lo bello”. Noción que ya venía forma, creatividad, mimesis, experiencia estética. Madrid:
formándose en algunos pensadores ingleses anteriores a Hume.5 Tecnos.
El “sentimiento de lo bello”, separado ya del conocimiento
racional y científico, quedó desde entonces ligado a cierta
actitud moral que servía de apoyo a la libertad reflexiva del
hombre ilustrado. Emmanuel Kant intentará demarcar con
mayor precisión los límites últimos entre el juicio del gusto y
los criterios morales.

Bibliografía consultada:
Bayer, R. (1965) Historia de la estérica. México: F. C. E.
Bruno, G. (1987) Los Heroicos Furores. Madrid: Tecnos.
Cassirer, E. (1993) El problema del conocimiento. México: F.
C. E.
Hauser, A. (1979) Historia Social de la Literatura y el Arte.
Barcelona: Guadarrama.
Hume, D. (1998) La norma del gusto y otros ensayos.
Barcelona: Península.
5
Son referencias importantes los textos Los moralistas y Sensus Communis
de Anthony Ashley Cooper, tercer conde de Shaftesbury (1671-1713) y Una
investigación sobre el origen de nuestra idea de belleza de Francis
Hutcheson (1694-1746).
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Kant libre y armónico ejercicio de las facultades independientemente


del hecho de estar dirigidas a un fin. En la Crítica del juicio6
Sergio Givone (1790) la obra con la que concluye la gran trilogía compuesta
En la reflexión kantiana sobre el arte y la belleza además por la Crítica de la razón pura (1781) y la Crítica de la
confluye la vasta problemática que se venía desarrollando a lo razón práctica (1787), Kant mantienen firmemente estos dos
largo de todo el siglo XVIII, especialmente en Inglaterra y puntos. Con ello retoma y desarrolla de modo sistemático
Francia: en la estética de Immanuel Kant (1724-1804) pueden motivos que pueden encontrarse en las páginas de apuntes en
reconocerse, críticamente elaborados, rasgos significativos del los que Kant anotaba la elaboración de su pensamiento: por
empirismo y de la Ilustración. Sin embargo, atento a los nuevos ejemplo, desde los años sesenta, en el período llamado pre-
fermentos de ideas que venían madurando en ambientes más crítico, habla de la poesía como una producción de imágenes
cercanos a él –podrían citarse a este propósito los nombres de únicamente dirigida a «poner en juego» todas las facultades
Winckelmann, Hamann y Herder–, conduce esta problemática a espirituales y a «alterarlas vivamente» sin tener en cuenta la
un plano más avanzado anticipando los grandes temas «inteligibilidad» de dichas imágenes.
románticos e idealistas. Será Kant quien, tanto en el campo
También es cierto que, como subrayan los románticos,
estético como en el de la filosofía en general, ponga las bases
el tratamiento kantiano del problema del arte y de la belleza
para la gran revolución intelectual que en poco tiempo invadirá
plantea el problema más general del conocimiento más allá de
Europa.
la dicotomía entre mundo sensible y mundo inteligible, entre
El arte y la belleza con rango de problema filosófico; fenómeno y noúmeno, entre necesidad y libertad en lo que
problema que tanto el romanticismo como el idealismo, al parecen detenerse respectivamente la Crítica de la razón pura y
menos en su primera fase, situarán en el centro de su horizonte la Crítica de la razón práctica. En efecto, por una parte, la
especulativo, como demuestra la tesis según la cual el arte, primera Crítica proponía una concepción del saber construida
revelando la verdad en la belleza, aparece como el más enteramente sobre el modelo físico-matemático y destinaba al
adecuado y el más elevado instrumento de conocimiento. Pero ámbito de la incognoscible cosa en sí, cuando no lo abandonaba
esto no sirve para Kant. Es más, en cierto sentido, puede al grupo de las quimeras y de las fantasías, todo lo que
decirse que Kant trata este tema para demostrar que arte y trasciende el límite de una posible experiencia. Por otra parte,
belleza no tienen nada que ver con la verdad, porque la belleza la segunda Crítica exigía para los contenidos de la experiencia
es «apariencia», es decir, guarda relación no tanto con la moral (una experiencia por así decir, más allá de la experiencia,
constitución de los objetos cuanto con nuestra reacción
subjetiva al acto de percibirlos; el arte es «juego», expresa el 6
Crítica a la Facultad de Juzgar
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en cuanto que alcanza el corazón de la realidad nouménica, la la naturaleza y el mundo de la libertad porque su dimensión es
cosa en sí, la libertad) una certeza no menos absoluta de la que puramente subjetiva, es el sentimiento. Más exactamente el
posee la ciencia a nivel fenoménico, natural. La Crítica del sentimiento de placer y dolor. Aparece aquí el problema
juicio adelanta la posibilidad de un acuerdo entre ambos fundamental de la Crítica del juicio. Si esta facultad no posee
mundos, en un plano que no pone en discusión ni la estructura ningún poder cognoscitivo –como se ha visto, no penetra ni la
rigurosamente trascendental del conocimiento teórico ni el realidad fenoménica ni la realidad nouménica, sino que
carácter puramente hipotético de la certeza moral. A la vez que permanece en el ámbito de la subjetividad, y sólo allí,
la naturaleza aparece animada por la finalidad, por la ateniéndose a la apariencia muestra la disposición de los
espontaneidad, en definitiva, por la libertad que el intelecto fenómenos según un principio de orden infundamentado y libre
había excluido de su dominio y había atribuido únicamente a la igual que infundamentado y libre es en esencia el sujeto–,
razón en su uso práctico, es decir, a la moralidad. Esto lo revela entonces ¿cómo es posible expresarse en términos de «gusto»,
el arte que actúa como la naturaleza, y lo testifica la belleza que es decir, en términos de placer y dolor, reconociendo al mismo
deja aparecer a los fenómenos a la luz de su correspondencia tiempo que se trata de una afirmación subjetiva que, sin
con la necesidad de unidad, de orden y de armonía propia del embargo, aspira a la universalidad, al consenso común, al
sujeto cognoscente. reconocimiento general? Precisamente sucede esto cuando
decimos de algo que es «bello», tanto si se trata de productos
Se trata, para Kant, de observar cómo una tercera
del arte como si se trata de productos de la naturaleza. Según
facultad distinta de la facultad de conocer y de la de desear
permite, en el sujeto, el encuentro entre los dos mundos; el Kant han errado tanto los empiristas que reducen la belleza a la
percepción sensible perdiendo de vista su carácter de
encuentro, no la conciliación; porque la conciliación implicaría
universalidad; como los racionalistas que conciben la belleza
la objetividad del medio que concilia, y sin embargo el acuerdo
como un concepto confuso y, por tanto, la distinguen, sí, de la
lo es sólo subjetivamente. El mundo sensible, el mundo de la
sensación, pero la asimilan al conocimiento.
naturaleza con su mecanismo, permanece rígidamente separado
del mundo de la libertad, que es tal por el imperativo ético. Esto A propósito de esto Kant distingue entre «juicio
no impide que el mundo de la naturaleza, con sus leyes que determinante» y «juicio reflexionante». Juzgar significa, para
regulan los fenómenos de modo universalmente válido y Kant, subsumir lo particular en lo universal; esto puede
necesario, aparezca al sujeto libre y espontáneamente acordado efectuarse tanto a través de una regla objetiva formada por el
con él. intelecto sobre la base de la estructura trascendental del
conocimiento, como mediante un principio subjetivo que el
Esta facultad que no conoce y no desea, esta facultad
sentimiento considerará válido cuando la forma de un objeto
de la que ni si quiera puede decirse que esté entre el mundo de
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corresponde a sus exigencias. Aquí radica la distinción entre que la apariencia estética es la que revela la verdad de las
juicio determinante y juicio reflexionante: reflexionante el uno cosas.
porque está limitado a consideraciones puramente formales que Dentro del juicio reflexionante, es decir, del juicio del
no tienen que ver con la constitución del objeto; determinante que se ocupa la tercera Crítica, Kant efectúa una nueva
el otro porque hace que el objeto sea lo que es y, por distinción entre juicio estético y juicio teleológico. (en este
consiguiente, lo constituye y determina. punto es necesario recordar que Kant introduce una decisiva
La regla objetiva del juicio determinante es a priori, variación semántica: lo «estético» a que se refiere este tipo de
así como el principio subjetivo del juicio reflexionante, y juicio no designa el ámbito de la reflexión trascendental de las
posee, por tanto, un carácter de universalidad, acontece según formas a priori de la sensibilidad, sino, en una acepción que es
una necesidad; responde a la idea de fin que es, por así decir, el ya la nuestra, la reflexión sobre el arte y la belleza). Juicio
fundamento infundamentado del sujeto. Responde a aquella estético, como ya hemos visto, es aquel en el que el principio
finalidad que no necesita fin, finalidad que es necesidad pura, de la finalidad es inmediato: la forma del objeto aparece
absoluta. La belleza no es sino la expresión de esta «finalidad inmediatamente en sintonía con las expectativas del sujeto. El
sin fin», de esta «universalidad sin concepto», de este «placer juicio teleológico es el juicio que reflexiona sobre la finalidad
sin interés». En cuanto no tiene que ver ni con un fin, ni con un en la naturaleza, aquel en el que el principio de la finalidad está
concepto, ni con un interés, sino únicamente con la satisfacción mediado por su mismo concepto, el concepto de fin. Esto
de armonizar la espontaneidad de la imaginación y la legalidad significa que para llevar a cabo observaciones sobre la
del intelecto, se manifiesta a través del «libre juego de las naturaleza, donde emergen infinitos seres organizados como
facultades»: esto es válido tanto para la belleza «libre» (la de desde el fondo de un abismo, es preciso responder a la
una flor, la de un arabesco, la de una melodía), que excluye necesidad de organización ordenada finalísticamente propia del
cualquier adecuación a un fin, a un concepto, a un interés, sujeto cognoscente y, por tanto, es preciso reconocer este
como para la belleza «adherente» (la de un hombre o la de una orden, este fin tanto dentro como fuera de todo «producto
obra arquitectónica), que, sin embargo, sí mantiene cierta natural». Dentro porque, dada la estructura de nuestro
referencia a un fin, concepto o interés, aunque sea en el plano conocimiento, es como si al proceso de formación y desarrollo
de sus implicaciones extra estéticas. Es en este sentido en el de cada organismo lo presidiese una causa final sin la cual
que, en la contemplación de la belleza, el mundo natural dicho proceso no sería siquiera concebible. Y fuera porque, por
encuentra al mundo de la libertad como si encontrase así su el mismo motivo, es como si los organismos estuviesen en
verdadera esencia. Forzando, aunque quizá entendiendo el relación entre ellos y presupusiesen una mente divina y
sentido profundo de la tesis kantiana, los románticos sostendrán
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ordenadora según una causa no sólo final, sino directamente ante el hombre como una fuerza frente a la cual no puede hacer
providencial. nada (sublime dinámico). Sin embargo, de este modo la
naturaleza suscita en el hombre, por un lado, el conocimiento
La naturaleza, por tanto, enteramente encerrada en el
de que incluso la más grande realidad, como por ejemplo la
mecanismo de sus leyes, se abre a la libertad y se manifiesta
serie de los números naturales, forma parte de la idea de
como la obra de un espíritu libremente creador. Con esto Kant
infinito que él posee; y, por otro, de que ninguna violencia, ni
parece no sólo indicar, en la polaridad naturaleza-libertad, el
siquiera la que le podría aniquilar, le quita la posibilidad de no
hilo conductor de la Crítica del juicio, sino también aludir a la
cometer el mal. Es como decir que el acuerdo, deshecho y
verdad de la apariencia, la verdad alcanzable abriendo lo real a
encontrado en un plano superior, siendo la humillación del
una mirada que lo aprehenda en su productividad inagotable.
sujeto se transforma en la exaltación de su superioridad y de su
Kant señala un punto de máxima convergencia y otro de
autonomía.
máxima divergencia en esta polaridad.
Precisamente serán estos dos puntos los que suscitarán
El primer punto está representado por la doctrina del
las más vivas discusiones en el horizonte romántico e idealista,
«genio». El genio es, para Kant, la disposición innata mediante
respecto a la estética de Kant. Por otra parte, serán ellos los que
la cual la «naturaleza da la regla al arte». Esto significa que los
marcarán la diferencia entre la doctrina de Kant y sus
productos artísticos son bellos cuando poseen la apariencia de
desarrollos sucesivos. La teoría del genio, por ejemplo, será en
la naturaleza y, presentándose como productos no del arbitrio,
cierto modo destruida por los románticos (hasta tal punto que se
sino de su propia legalidad interna, presentan una especia de
llegará a decir que es el arte el que da la regla a la naturaleza y
prolongación natural. Pero significa también que la naturaleza
que la naturaleza no es sino arte inconsciente) para extender a
parece darse ejemplarmente a sí misma su propia ley y, por
la naturaleza la idea típicamente kantiana de que la libertad es
tanto, apoyarse sobre un fundamento que es la misma libertad.
el corazón de la realidad. La teoría de lo sublime, con la
El segundo punto está representado por la teoría de lo restauración de la autonomía del sujeto, adquirirá, al contrario,
«sublime». En lo sublime, a diferencia de lo que sucede con lo un tono clasiquizante y reactivo respecto a los elementos de
bello, la naturaleza y la libertad no aparecen inmediatamente en disociación, de disolución y de crisis que el propio concepto de
relación, porque la naturaleza, provocando un sentimiento de lo sublime en otras perspectivas, quizá pre kantianas, había
dolor y no de placer, rompe la autonomía del sujeto impidiendo impuesto a la reflexión filosófica.
así el libre juego de las facultades. Esto sucede cuando la
Givone, S. (2006) Historia de la estética. Madrid: Editorial Tecnos. p. 37-42
naturaleza muestra grandezas que supera la capacidad humana
de la comprensión (sublime matemático) o cuando se presenta
14

Algunas Nociones kantianas derecho convertir en regla para todos un juicio que
concordara con ella y también la complacencia en un objeto
que ese juicio exprese, y es que el principio, aunque es sólo
 "Gusto es la facultad de juzgar un objeto o modo de subjetivo y se lo asume, empero, como subjetivo-universal
representación por una complacencia o displacencia sin una idea necesaria para cada cual, podría… exigir
interés alguno. El objeto de tal complacencia se llama asentimiento universal, al igual que un principio objetivo, a
bello". condición de que se estuviese seguro de haber hecho una
 "Para discernir si algo es bello o no lo es, no referimos la correcta subsunción".7
representación por medio del entendimiento al objeto con  "Las ideas, en la acepción más general, son
fines de conocimiento, sino por medio de la imaginación representaciones referidas a un objeto según un cierto
(quizá unida al entendimiento) al sujeto y al sentimiento de principio (subjetivo u objetivo), pero en cuanto jamás
placer o displacer de éste." podrán llegar a ser un conocimiento de ése. Son referidas,
 "Bello es lo que place universalmente sin concepto". según un mero principio subjetivo de la concordancia de las
facultades de conocimiento entre ellas (de la imaginación y
 "Belleza es forma de conformidad a fin de un objeto, en la del entendimiento), a una intuición, y se llaman entonces
medida en que ésta sea percibida en éste sin representación estéticas, o bien referidas, según principio objetivo, a un
de un fin" concepto, pero no pueden entregar un conocimiento del
 "Bello es lo que es conocido sin concepto como objeto de objeto, y se denominan ideas de la razón, en cuyo caso el
una complacencia necesaria". concepto es un concepto trascendente, que es diferente del
concepto del entendimiento, al que siempre puede serl
 "En todos los juicios a través de los que declaramos a algo
asignada una experiencia adecuadamente correspondiente y
bello, no permitimos a nadie ser de otra opinión; y sin
al cual, por eso, se llana inmanente.
embargo, no fundamos nuestro juicio en conceptos, sino
Una idea estética no puede llegar a ser un conocimiento,
sólo en nuestro sentimiento que ponemos por fundamento,
porque es una intuición (de la imaginación) para la que
pues, no como un sentimiento privado, sino como uno
jamás puede encontrarse un concepto adecuado. Una idea
común. Pues bien, este sentido común… no dice que cada
de la razón no puede llegar a ser conocimiento, porque
cual vaya a estar de acuerdo con nuestro juicio, sino que
contiene un concepto (de lo suprasensible) para lo cual
debe concordar con él. El sentido común… es, por tanto,
una mera norma ideal, bajo cuya suposición podríase con 7
"Juzgar significa, para Kant, subsumir lo particular en lo universal." Sergio
Givone. (1990) Historia de la estética. Madrid: Tecnos. Pág. 39.
15

nunca puede darse una intuición apropiada.


Pues bien, creo que a la idea estética podría llamársela
una representación in-exponible de la imaginación, y a la
idea de la razón, en cambio, un concepto indemostrable de
la razón. De ambos se supone que no son generados acaso
sin fundamento, sino (según la definición arriba dada de
una idea general) conforme a ciertos principios de las
facultades a las que ella pertenecen (aquélla conforme a los
principios subjetivos, ésta, conforme a los principios
objetivos. (…)
Tal como en una idea de razón no alcanza la imaginación,
con sus intuiciones, el concepto dado, así tampoco el
entendimiento, a través de sus conceptos, alcanza jamás, en
una idea estética, toda la intuición interna de la imaginación
que ella enlaza con una representación dada. Y como traer
una representación de la imaginación a conceptos equivale
a decir: exponerla, la idea estética puede ser llamada una
representación in-exponible de aquélla en su libre juego (...)
ambas especie de ideas, las ideas de la razón como las
estéticas, deben tener sus principios y ciertamente ambas en
la razón, aquéllas en los principios objetivos de su uso,
Textos de:
éstas, en los subjetivos.
Emmanuel Kant (1991) Crítica a la Facultad de Juzgar.
Caracas: Monte Ávila Editores.
16

(retórica8 y arte poético), por una confusión de palabras se les


ha denominado ciencias bellas.
Crítica a la facultad de juzgar Cuando el arte, adecuado al conocimiento de un objeto
(fragmentos) posible, ejecuta simplemente los actos requeridos para hacerlo
Emmanuel Kant efectivo, es mecánico, pero si tiene por propósito inmediato el
sentimiento de placer, llámese arte estético. Este es arte
§ 44. Del arte bello
agradable o bien arte bello. Es lo primero, cuando su fin es que
No hay una ciencia de lo bello, sino sólo una crítica, ni el placer acompañe a las representaciones en cuanto meras
bella ciencia, sino solamente arte bello. Pues en cuanto a la sensaciones; lo segundo, que las acompañe como modos de
primera atañe, debería resolverse científicamente, es decir, por conocimiento.
medio de argumentos probatorios, si algo ha de ser tenido en
Son artes agradables las que sólo tienen por finalidad el
cuenta por bello o no; el juicio sobre belleza, si perteneciera a
goce; de esa índole son todos los atractivos que puedan deleitar
la ciencia, no sería entonces juicio del gusto. En lo que alcanza
a los comensales en torno a una mesa, como el relato
a la segunda, una ciencia que como tal deba ser bella es cosa
entretenido, el provocar en la compañía una franca y viva
absurda. Pues cuando en ella, como ciencia, se inquiriese por
locuacidad, templarlos por medio de chanza y risa en un cierto
razones y pruebas, se lo despacharía a uno con sentencias de
tono de regocijo, donde es posible, como se dice, charlar en
buen gusto (bonmots). Lo que ha motivado la expresión
abundancia y con soltura, sin que nadie quiera hacerse
habitual de bellas ciencias no es otra cosa, sin duda, que el
responsable de lo que dice, pues sólo se tiene en vista el
haber advertido muy correctamente que se requiere mucha
momentáneo entretenimiento y no una materia duradera para
ciencia para el bello arte en su total perfección, como por
ulteriores meditaciones y repeticiones (también pertenece, pues,
ejemplo, conocimiento de antiguas lenguas, erudición en los
a esto el modo en que esté la mesa arreglada para el goce, o
autores que se considera clásicos, historia, conocimiento de las
aun, en grandes ágapes, la música de acompañamiento;
antigüedades, etcétera; y puesto que estas ciencias históricas
admirable cosa que sólo ha de mantener, como un rumor
constituyen la preparación y basamento necesario para el arte
agradable, templados los ánimos para la jovialidad y, sin que
bello y, también en parte, porque bajo ellas está comprendido
nadie preste la menor atención a su composición, favorece la
por igual el conocimiento de los productos del bello arte
conversación de unos y otros vecinos). Pertenecen a esto

8
La retórica es considerada por Kant como arte bello, a diferencia de la
elocuencia, esto es, el arte del orador.
17

también todos los juegos que no comportan otro interés que mero enjuiciamiento (no en la sensación de los sentidos ni a
hacer al tiempo discurrir imperceptiblemente. través de un concepto). Mas el arte tiene siempre el propósito
determinado de producir algo. Si esto fuese, empero, simple
Arte bello es, por el contrario, un modo de
sensación (algo meramente subjetivo), que debiera ser
representación que es en sí mismo conforme a fin y que, aun
acompañado por el placer, placería este producto, en el
carente de fin, promueve la cultura de las fuerzas del ánimo con
enjuiciamiento, sólo por medio del sentimiento de los sentidos.
vista a la sociable comunicación.
Si el propósito estuviese dirigido a la producción de un
La universal comunicabilidad de un placer implica ya en determinado objeto, placería éste –cuando el propósito fuese
su concepto que ése no debe ser un placer del goce que surja de logrado a través del arte– solamente por conceptos. En ambos
la mera sensación, sino de la reflexión; y así, el arte estético, casos, sin embargo, el arte placería en el mero enjuicimiento, es
como arte bello es uno que tiene por medida la facultad de decir, no como arte bello sino mecánico.
juzgar reflexionante y no la sensación de los sentidos.
La conformidad a fin en el producto del bello arte, pues,
§ 45. Un arte es bello en cuanto que a la vez parece ser si bien es ciertamente intencional, debe sin embargo, no parecer
naturaleza intencional; es decir, el arte bello debe dar aspectos de
Ante un producto del arte bello debe hacerse uno naturaleza, aunque, por cierto, se esté consciente de que es arte.
consciente de que es arte y no naturaleza; no obstante, la Y como naturaleza aparece un producto de arte al ser acertada,
conformidad a fin en la forma de aquél debe parecer tan libre con toda puntualidad, la conveniencia respecto de reglas únicas
de toda sujeción a reglas arbitrarias como si fuera un producto según las cuales puede el producto llegar a ser eso que debe
de la mera naturaleza. Sobre este sentimiento de libertad en el ser 9 ; pero sin penosa prolijidad, sin que la forma académica
juego de nuestras facultades de conocimiento, que, empero, transluzca; esto es, sin mostrar la menor huella de que la regla
tienen que ser a la vez conformes a fin, descansa ese placer que haya estado en la mira del artista, poniéndole trabas a su
es el único universalmente comunicable, sin fundarse, no fuerzas del ánimo.
obstante en conceptos. Bella era la naturaleza cuando a la vez § 46. El arte bello es arte de genio
tenía visos de arte; y el arte sólo puede ser llamado bello
Genio es el talento (don natural) que le da la regla al
cuando somos conscientes de que es arte y, sin embargo, nos
arte. Dado que el talento, como facultad productiva innata del
ofrece visos de naturaleza.
Pues podemos decir de modo general, concierna ello a 9
Obsérvese que la puntualidad referida no es imitativa –como simple
la belleza natural o a la del arte: bello es lo que place en el reproducción exacta del parecer del modelo natural-, sino que habla del
deber de ceñirse a reglas del arte.
18

artista, pertenece, él mismo, a la naturaleza, podría uno consiguiente, que la originalidad debe ser su primera propiedad.
entonces expresarse también así: genio es la innata disposición 2) Que, pudiendo también haber un sinsentido original, sus
del ánimo (ingenium) a través de la cual la naturaleza le da la productos deben ser a la vez modelos, esto es, ejemplares; en
regla al arte. consecuencia, no son originado por medio de imitación, pero
deben servir a otros para ello, es decir, como criterio o regla del
Cualquiera sea el caso de esta definición, y sea ella
enjuiciamiento. 3) Que no puede él mismo describir o
simplemente arbitraria o adecuada al concepto que suele ligarse
científicamente indicar cómo pone en pie su producto, sino que
a la palabra genio o bien no lo sea (lo que debería ser debatido
da la regla en cuanto naturaleza; y de ahí que el propio autor
en el siguiente párrafo), ya por anticipado puede demostrarse
del producto, que debe éste a su genio, no sepa cómo se
que, según la significación del vocablo adoptada aquí, las bellas
encuentran en él las ideas para ello, y tampoco tenga en su
artes tienen que ser consideradas necesariamente como artes del
poder pensar algo así a discreción o conforme a un plan, ni
genio.
hacer partícipes a otros en tales preceptos, que los pusieran en
Pues todo arte supone reglas, por cuyo establecimiento condición de producir productos similares (de ahí también,
viene primeramente a ser representado como posible un pues, que presumiblemente la palabra genio se derive de
producto, si ha de ser llamado artístico. El concepto del bello genius, el espíritu peculiar dado a un hombre en su nacimiento
arte no permite, sin embargo, que el juicio sobre la belleza de para protección y guía, de cuya inspiración procedieran
su producto sea derivado de alguna regla que tenga por aquellas ideas originales). 4) Que la naturaleza, a través del
fundamento de determinación un concepto ni, por tanto, que genio, prescribe la regla no a la ciencia, sino al arte; e incluso
ponga por fundamento un concepto del modo en que ése es ello solamente en la medida en que este último deba ser bello
posible. Así, no puede el arte bello inventarse la regla según la arte.
cual deba poner en pie su producto. Y, puesto que sin regla
§ 47. Esclarecimiento y confirmación de la anterior definición
precedente jamás un producto podrá llamarse arte, tiene la
del genio
naturaleza que dar la regla al arte en el sujeto (y a través del
temple de las facultades de éste); es decir, el arte bello es sólo En ello están todos de acuerdo: el genio ha de ser
posible como producto del genio. totalmente contrapuesto al espíritu de imitación. Y puesto que
aprender no es sino imitar, la más grande aptitud, la facilidad
Desde aquí se ve que el genio es: 1) un talento de
para aprender (capacidad), como tal, no puede valer como
producir aquello para lo cual no se puede dar ninguna regla
determinada; y no una disposición de habilidad para aquello genio. Pero aun cuando por sí se piensa o fantasea y no se toma
simplemente lo que otros han pensado, y si aun se descubre
que puede ser aprendido según alguna regla determinada; por
algo para el arte o la ciencia, no es todavía ésta, sin embargo, la
19

recta razón para llamar genio a semejante (y a menudo gran) para el bello arte son favoritos de la naturaleza. En el estar
cabeza (en oposición a aquel que, no pudiendo nunca más que hecho ese otro talento para la siempre progresiva y mayor
meramente aprender a imitar, es apodado necio); y es que eso perfección de los conocimientos y de todo provecho que de
también podría haber sido aprendido y está, pues, en el camino ellos depende, consiste precisamente una gran ventaja de
natural del indagar y el meditar de acuerdo a reglas y no aquellos ante los que merecen el honor de llamarse genios;
específicamente distinto de lo que puede ser adquirido con porque para éstos se detiene el arte en algún punto, en cuanto
laboriosidad por medio de la imitación. Es así como todo lo que que le está fijado un límite más allá del cual no puede ir y que
Newton expuso en su obra inmortal acerca de los Principios de presumiblemente ha sido alcanzado hace ya tiempo y no puede
la Filosofía de la Naturaleza –por grande que fuera la cabeza ser más ampliado; y a más de esto, no se puede comunicar
requerida para descubrir parecida cosa– bien puede ser habilidad semejante, sino que a cada cual debe serle conferida
aprendido; pero no se puede aprender a hacer poesía con por la mano de la naturaleza y muere, pues, con él, hasta que la
riqueza de espíritu, por exhaustivos que puedan ser todos los naturaleza vuelva a dotar de mismo modo a otro, que no ha
preceptos para el arte poético y excelente los modelos de menester más que de un ejemplo para poner en obra de
aquéllos. La causa de ello es que Newton podría mostrar todos parecida manera el talento del que está consciente.
los pasos que tuvo que hacer, desde los primeros elementos de Puesto que el don natural tiene que dar la regla al arte
la geometría hasta sus grandes y hondos descubrimientos, no (como arte bello), ¿de qué especie es entonces esta regla? No
sólo a sí mismo, sino a cualquier otro, muy evidentemente y puede servir, redactada en una fórmula, como precepto; pues
destinado a la sucesión; pero ni un Homero ni un Wieland10 entonces el juicio sobre lo bello sería determinable según
podría indicar cómo surgieron y se juntaron en su cabeza sus conceptos, sino que la regla debe ser abstraída del hecho, es
ideas, ricas en fantasía y, sin embargo, a la vez plenas de decir, del producto, en que otros podrán probar su propio
pensamientos, porque él mismo no lo sabe ni puede, pues, talento, para servirse de ése como modelo, no de contrahechura,
enseñárselo a otros. En lo científico, entonces, el mayor sino de imitación. Cómo sea esto posible es difícil de explicar.
descubrimiento se distingue sólo por el grado del imitador y Las ideas del artista despiertan parecidas ideas en su pupilo,
aprendiz más laborioso y, por el contrario, es específicamente cuando la naturaleza ha proveído a éste con una proporción
diferente de aquel a quien la naturaleza ha dotado para el bello parecida de las fuerzas del ánimo. Los modelos del bello arte
arte. Sin embargo, no hay en esto rebajamiento alguno de son, por eso, las únicas guías que pueden traerlo a la a la
aquellos grandes hombres a quienes la humanidad tiene tanto posteridad; lo cual no podría ocurrir a través de meras
que agradecer, enfrentados a los que en virtud de su talento descripciones (sobre todo no en la rama de las artes de la
10 palabra); y aun en éstas sólo los modelos que están en lenguas
Christoph Martin Wieland (1733-1813) fue un prolífico poeta alemán.
20

antiguas y muertas y que ahora sólo se conservan como lenguas nuevas, por comparación a lo cual le parece el detalle (a través
sabias, pueden llegar a ser clásicos. de explicaciones comedidas y académico examen de los
principios) ser no más que obra de chapuceros.
Si bien el arte mecánico y el arte bello, el primero como
simple arte de la aplicación, el segundo como arte del genio, § 48. De la relación del genio con el gusto
son muy diferentes uno del otro, no hay, sin embargo, arte bello Para el enjuiciamiento de objetos bellos como tales se
en que algo mecánico, que puede ser comprehendido y seguido requiere gusto; para el arte bello mismo, empero, es decir, para
de acuerdo a reglas, por tanto, algo académico, no constituya la la producción de objetos bellos, genio.
condición esencial del arte. Pues allí algo tiene que ser pensado
como fin, de otro modo no se puede adscribir su producto a Si se considera al genio como talento para el arte bello
ningún arte; sería un mero producto del azar. Pero para poner (como lo indica la significación peculiar de la palabra) y a este
un fin en obra se requiere de reglas determinadas, de las que no propósito se lo quiere analizar en las facultades que deben
se puede declarar un libre. Ahora bien: puesto que la concurrir para constituir un talento similar, es necesario
originalidad del talento constituye una pieza esencial (aunque determinar previamente con exactitud la diferencia entre la
no la única) del carácter del genio, creen las cabezas frívolas no belleza natural, cuyo enjuiciamiento sólo requiere gusto, y la
poder mostrar de mejor manera que son genios florecientes que belleza del arte, cuya posibilidad (que también debe tomarse en
declarándose libres de la académica sujeción a todas las reglas, consideración en el enjuiciamiento de un objeto semejante)
y creen hacer mejor parada montando un caballo colérico que exige genio.
uno amaestrado. El genio no puede proporcionar más que rico Una belleza natural es una cosa bella; la belleza artística
material para productos del arte bello; la elaboración de ése y la es una bella representación de una cosa.
forma exigen un talento formado por la academia, para hacer de
Para juzgar como tal una belleza natural no necesito
aquél un uso que pueda sostenerse ante la facultad de juzgar.
tener antes un concepto de qué cosa deba ser el objeto; esto es,
Mas cuando alguien habla y decide como genio aun en materias
no tengo necesidad de conocer la conformidad a fin material (el
de la más cuidadosa investigación racional, resulta ello por
fin), sino que en el enjuiciamiento la simple forma place por sí
completo risible; no se sabe bien si reírse más del charlatán que
misma, sin conocimiento del fin. Pero cuando el objeto es dado
ha difundido en torno suyo un vaho tal –a propósito de lo cual
como producto del arte y debe ser, en cuanto tal declarado
nada puede uno juzgar con nitidez, y tano más imaginarse–, o
bello, tiene que primariamente ponerse por fundamento un
del público que se figura candorosamente que su incapacidad
concepto de qué deba ser la cosa, porque el arte supone siempre
de conocer y aprehender con claridad esa obra maestra de
un fin en la causa (y su causalidad); y como la concordancia de
penetración viene de serle arrojadas masivamente verdaderas
21

lo múltiple en una cosa con la interna determinación de ésta fealdad que inspira asco. En efecto, debido a que en esta
como fin es la perfección de la cosa, en el enjuiciamiento de la extraña sensación, que descansa en la imaginación neta, el
belleza artística habrá que tener en cuenta la perfección de la objeto es representado, por decir así, como si se impusiera al
cosa a la vez, acerca de lo cual no se hace cuestión en absoluto goce, contra lo cual, no obstante, nos debatimos con violencia,
en el enjuiciamiento de una belleza natural (como tal). Por la representación artística del objeto no se distingue ya en
cierto que en el enjuiciamiento, sobre todo de los objetos nuestra sensación de la naturaleza misma de ese objeto, y es
animados de la naturaleza, de un hombre o de un caballo, por entonces imposible que ésa fuera tenida por bella. También el
ejemplo, se toma también comúnmente en consideración la arte escultórico –dado que en sus productos casi se confunde el
conformidad a fin subjetiva para juzgar sobre la belleza de arte con la naturaleza– ha excluido de sus figuraciones la
ésos; pero entonces el juicio ya no es estético puro, es decir, representación inmediata de objetos feos y, en cambio, se ha
mero juicio de gusto. La naturaleza no es ya juzgada en cuanto permitido representar, por ejemplo, la muerte (en un bello
tiene apariencia de arte, sino en la medida en que efectivamente genio), el valor guerrero (en Marte), a través de una alegoría o
es arte (aunque sobrehumano); y el juicio teleológico le sirve al de atributos que se destacan placedoramente y, por tanto, sólo
estético de fundamento y condición, que ése tiene que tomar en de modo indirecto por medio de una interpretación de la razón
consideración. En un caso como este, cuando se dice, por y no con vistas a la simple facultad de juzgar estética.
ejemplo, «ésa es una bella mujer», de hecho no se piensa en Con ello baste acerca de la bella representación de un
otra cosa sino que la naturaleza representa en su figura los fines objeto, que es propiamente sólo la forma de la representación
de la constitución femenina bellamente; pues tiene que mirarse de un concepto, a través de la cual éste es comunicado
más allá de la mera forma, hacia un concepto, para que el universalmente. Mas para darle esta forma al producto del bello
objeto sea pensado, de ese modo, a través de un juicio estético arte no se requiere más que de gusto, al cual atiene el artista su
lógicamente condicionado. obra, después de haberlo ejercitado y corregido mediante
El arte bello muestra precisamente su eminencia en que ejemplos diversos del arte o de la naturaleza, y tras varios
describe bellamente cosas que en la naturaleza serían feas o ensayos, a menudo esforzados, por contentarlo, encuentra la
displacientes. Las furias, las enfermedades, las devastaciones forma que le satisface; de ahí que no sea ésta, por decir así,
de la guerra y las cosas de esa índole pueden ser descritas, cosa de inspiración o de un impulso libre de las fuerzas del
como nocividades, muy bellamente, e incluso representadas en ánimo sino de un mejoramiento lento y muy penoso para hacer
pinturas; sólo una especie de fealdad no puede ser representada que esa forma llegue a ser adecuada al pensamiento 11 y, sin
en conformidad con la naturaleza sin echar por tierra toda
complacencia estética y, con ello, la belleza artística: es la 11
“dem Gedanken”, esto es, al contenido del pensamiento.
22

embargo, no perjudicial para la libertad en el juego de aquellas dirá que es bonita, comunicativa y gentil, mas sin espíritu.
fuerzas. ¿Qué es aquí, entonces, lo que por espíritu se entiende?
Pero el gusto es meramente una facultad enjuiciadora, y Espíritu en acepción estética, significa el principio
no productiva; y lo que se le conforma no es por ello una obra vivificante en el ánimo. Pero aquello a través de lo cual este
del arte bello; puede ser un producto según reglas principio vivifica el alma, el material que para ello aplica, es
determinadas, perteneciente al arte utilitario y mecánico o aun a aquello que, en conformidad a fin, pone en oscilación a las
la ciencia, reglas que pueden ser aprendidas y tienen que ser fuerzas del ánimo, esto es, en un juego tal que por sí mismo se
observadas exactamente. Pero la forma placedora que se le da mantiene y aun intensifica las fuerzas para ello.
es sólo el vehículo de la comunicación y una manera de la cual Ahora bien, yo sostengo que este principio no es otra
se permanece aun en cierta medida libre, aunque, por lo demás, cosa que la facultad de la presentación de ideas estéticas; y bajo
ella esté ligada a un fin determinado. Se exige, así, que el idea estética entiendo aquella representación de la imaginación
servicio de mesa, o también un discurso moral e incluso una que da ocasión a mucho pensar, sin que pueda serle adecuado,
prédica deba tener en sí esta forma del arte bello, sin que, empero, ningún pensamiento determinado, es decir, ningún
empero, parezca buscada; mas no por ello se las llamará obras concepto, a la cual, en consecuencia, ningún lenguaje puede
del arte bello. Entre estas últimas, en cambio, se contará un plenamente alcanzar ni hacer comprensible. Fácilmente se ve
poema, una música, una galería de cuadros y otras cosas que es ella la pareja (pendant) de una idea de la razón, que
semejantes; y se podrá a menudo percibir, en una pretendida inversamente es un concepto al que no puede serle adecuada
obra de arte bello, genio sin gusto, y en otra gusto sin genio. ninguna intuición (representación de la imaginación).
§ 49. De las facultades del ánimo que constituyen al genio La imaginación (como facultad de conocimiento
De ciertos productos, de los cuales se espera que deban productiva) es por cierto muy poderosa en la creación, por
mostrarse, al menos en parte, como arte bello, dícese que decirlo así, de otra naturaleza a partir del material que la
carecen de espíritu, a pesar de que no se encuentre en ellos naturaleza real le da. Con ella nos entretenemos allí donde la
nada que en lo que atañe al gusto fuera censurable. Bien puede experiencia se nos hace demasiado cotidiana y hasta
que un poema sea muy pulcro y elegante, pero carece de transformamos ésta; por cierto, siempre según leyes analógicas,
espíritu. Una narración es exacta y ordenada, mas no tiene pero también según principios que residen más alto en la razón
espíritu. Un discurso solemne es profundo a la vez que florido, (y que nos son también naturales, de igual modo que aquellos
pero sin espíritu. Mucha conversación hay que no carece de según los cuales aprehende el entendimiento la naturaleza
entrenamiento, aunque sí es de espíritu; y hasta de una mujer se empírica); sentimos en ello nuestra libertad respecto de la ley
23

de asociación (que está ligada al uso empírico de aquella concepto determinado, ampliando estéticamente, con ello, al
facultad), según la cual ciertamente se nos entrega material de concepto mismo de modo ilimitado, entonces es creadora la
la naturaleza que, no obstante, puede ser revalorado por imaginación y pone en movimiento a la facultad de ideas
nosotros con vistas a algo totalmente distinto, a saber, aquello intelectuales (la razón), para pensar, con ocasión de una
que supera la naturaleza. representación (lo cual, es cierto, pertenece al concepto del
objeto), más de lo que en ella pueda ser aprehendido y puesto
A semejantes representaciones de la imaginación se las
en claro.
puede llamar ideas; por una parte, porque al menos tienden
hacia algo que yace fuera del límite de la experiencia y buscan, A las formas que no constituyen la presentación misma
así, aproximarse a una presentación de los conceptos de razón de un concepto dado, sino que sólo expresan, como
(de las ideas intelectuales), lo cual les da la apariencia de una representaciones laterales de la imaginación, las consecuencias
realidad objetiva; por otra parte, y sin duda principalmente, enlazadas a él y el parentesco suyo con otros conceptos, se las
porque en cuanto intuiciones internas, ningún concepto puede denomina atributos (estéticos) de un objeto, cuyo concepto,
serles enteramente adecuado. Osa el poeta hacer sensible ideas como idea de la razón, no puede ser representado
racionales de seres visibles, el reino de los bienaventurados, el adecuadamente. Así, el águila de Júpiter con el rayo entre las
de los infiernos, la eternidad, la creación y cosas semejantes; o garras es un atributo del poderoso rey del cielo, y el pavo real,
volver también sensibles, por encima de los límites de la de la espléndida reina celestial. No representan, como los
experiencia, aquello que sin duda tiene ejemplos en ellas, la atributos lógicos, lo que hay en nuestros conceptos de la
muerte, la envidia y todos los vicios, por ejemplo, y asimismo sublimidad y majestad de la creación, sino otra cosa, que da a la
el amor, la gloria y parecidas cosas, por medio de una imaginación motivo para extenderse sobre una multitud de
imaginación que emula el ejemplo de la razón en el logro de un representaciones emparentadas, las cuales hacen pensar más de
máximo, y con una integridad para la que no se halla ejemplo lo que se puede expresar en un concepto determinado mediante
alguno en la naturaleza; y es propiamente en el arte poético palabras12, y dan13 una idea estética, que le sirve a aquella idea
donde la facultad de ideas estéticas puede demostrarse en toda de la razón en lugar de una presentación lógica, aunque
su medida. Pero esta facultad considerada por sí sola, es, en propiamente para vivificar el ánimo abriéndole la perspectiva
propiedad, sólo un talento (de la imaginación).
Ahora bien: cuando se pone bajo un concepto una 12
Hemos conservado en la traducción la ambigüedad del original, que oscila
representación de la imaginación que pertenece a la entre un concepto determinado que se expresa lingüísticamente y la
expresión de un concepto determinado por la palabra. La primera lectura
presentación de ese concepto, pero que da por sí sola ocasión parece, en todo caso, la apropiada.
de pensar tanto como nunca podría ser comprehendido en un 13
Ha de subentenderse que el sujeto es aquí “los atributos estéticos”.
24

de un campo inabarcable de representaciones afines. Pero el como de la virtud la calma mana». La conciencia de la virtud, si
bello arte hace esto no sólo en la pintura o el arte escultórico nos ponemos aunque sólo sea en pensamiento en el lugar de un
(donde habitualmente se emplea el nombre de atributos), sino virtuoso, difunde en el ánimo una multitud de sentimientos
que el arte poético y la retórica misma toman el espíritu que sublimes y apaciguadores y una ilimitada perspectiva en un
anima a sus obras también sólo de los atributos estéticos de los porvenir dichoso, que ninguna expresión, que fuese adecuada a
objetos, que van al lado de los lógicos y dan a la imaginación un concepto determinado, alcanza plenamente.
un impulso a pensar a ese propósito, aunque de modo no
En una palabra, la idea estética es una representación de
desarrollado, más de lo que se deja comprehender en un
la imaginación asociada a un concepto dado, la cual está ligada
concepto y, por tanto, en una expresión lingüística determinada.
a una multiplicidad tal de representaciones parciales que no se
Por causa de la brevedad, debo limitarme sólo a unos pocos
puede hallar para ellas ninguna expresión que designe un
ejemplos.
concepto determinado y que deja, pues, pensar a propósito de
Cuando en uno de sus poemas se expresa el gran rey así: un concepto mucha cosa innominable, el sentimiento de lo cual
Acabemos, pues, sin querellas y muramos sin lamentos, dejando al vivifica las facultades del conocimiento y al lenguaje, en cuanto
universo de nuestros beneficios colmado. Así, el asunto del día, al mera letra, asocia el espíritu.
final de su carrera, sobre el horizonte expande una dulce luz, y los
rayos últimos que dispara a los aires sus últimos suspiros son que Las fuerzas del ánimo, entonces, cuya unificación (en una
dona al mundo. cierta proporción) constituye al genio, son imaginación y
Da vida, así, a su idea racional de un sentir cosmopolita, entendimiento. Pero como en el uso de la imaginación con
aun al término de la vida, a través de un atributo que la vistas al conocimiento ella está sometida a la coartación del
imaginación (al recordar todos los agrados de un cumplido y entendimiento y la restricción de ser adecuada al concepto de
bello día de verano, que una noche serena invoca en nuestro éste; y siendo, en cambio, en sentido estético, libre la
ánimo) asocia esa representación, y que excita una multitud de imaginación para proporcionar, más allá de ese acuerdo con el
sensaciones y representaciones laterales, para las cuales no se concepto, aunque de manera no buscada, un rico material sin
halla expresión alguna. Por otra parte, aun un concepto desarrollar para el entendimiento, que éste no ha tomado en
intelectual puede, a la inversa, servir de atributo a una consideración en su concepto, pero que, no tanto objetivamente
representación de los sentidos y, así, vivificar a esta última a con vistas al conocimiento, como subjetivamente con vistas a la
través de la idea de lo suprasensible; mas sólo utilizando a este

propósito el carácter estético que está adherido subjetivamente Acaso nunca se ha dicho algo más sublime o ha sido expresado de más
sublime modo un pensamiento que en aquella inscripción sobre el templo de
a la conciencia de este último. Así, por ejemplo, dice un cierto Isisi (la madre de la Naturaleza): “Yo soy todo lo que hay, lo que hubo y lo
poeta en la descripción de una bella mañana: «Brotaba el sol, ha de haber, y mi velo ningún mortal ha solevado”.
25

vivificación de las fuerzas del ánimo, aplica de modo indirecto por tanto, una relación de la imaginación con el entendimiento;
y, por tanto, en todo caso, con vistas a conocimientos; el genio en tercer lugar, que no se muestra tanto en la ejecución del fin
consiste, entonces, propiamente, en la feliz relación que encomendado en la presentación de un concepto determinado
ninguna ciencia puede enseñar y ninguna laboriosidad como más bien en la exposición o expresión de ideas estéticas,
aprender, de descubrir ideas para un concepto dado y, por otra las cuales contienen, a este propósito, rico material, y que, por
parte, encontrar la expresión para ellas a través de la cual puede tanto, hace representable a la imaginación en su libertad
ser comunicado a otros el temple subjetivo del ánimo por ese respecto de toda dirección por reglas, como conforme a fin, no
medio efectuado, como acompañamiento de un concepto. El obstante, para la presentación del concepto dado; y finalmente,
último talento es propiamente aquel que se denomina espíritu; en cuarto lugar, que la conformidad a fin subjetiva, no buscada
pues expresar lo innominable en el estado del ánimo a y no intencionada, en la libre concordancia de la imaginación
propósito de una cierta representación y hacerlo universalmente con la legalidad del entendimiento supone una tal proporción y
comunicable –consista la expresión en lenguaje, pintura o temple de estas facultades como no puede efectuar ninguna
plástica14–, exige una potencia para aprehender el juego de la obediencia a reglas, ya de la ciencia, ya de la imitación
imaginación que pasa velozmente y para unificar en un mecánica, sino solamente suscitar la naturaleza del sujeto.
concepto (que es, por eso mismo, original, y abre, a la vez, una Según estos supuestos, genio es la originalidad ejemplar
nueva regla que no ha podido ser inferida de ningún principio o del don natural de un sujeto en el uso libre de sus facultades de
ejemplo precedente), el cual puede comunicarse sin la conocimiento. De tal manera, el producto del genio (según
coartación de reglas. aquello que en él ha de ser atribuido al genio, no al posible
Si tras estos análisis volvemos la vista a la definición que aprendizaje o a la escuela) es un ejemplo, no para imitación
arriba dimos de aquello que se denomina genio, hallamos (pues se perdería entonces lo que en ello es genio y constituye
primeramente que es un talento para el arte, no para la ciencia, el espíritu de la obra), sino para la sucesión de otro genio, que a
en que reglas nítidamente conocidas tienen que ser precedentes través de aquél es despertado al sentimiento de su propia
y determinar el procedimiento de ésta; en segundo lugar, que, originalidad, para ejercer en el arte una libertad respecto de la
como talento artístico, supone un concepto determinado, del coartación de las reglas de modo tal que el arte muestre el
producto en cuanto fin y, con ello, entendimiento, pero también talento como ejemplar. Mas debido a que el genio es un
una representación (bien que indeterminada) del material, esto favorito de la naturaleza y tal cosa es vista sólo como raro
es, de la intuición, para la representación de este concepto y, fenómeno, su ejemplo produce para otras buenas cabezas una
escuela, es decir, una enseñanza metódica de acuerdo a reglas,
14 en la medida en que puedan éstas ser extraídas de aquellos
Abarca escultura y arquitectura.
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productos del espíritu y de su peculiaridad; y para ésos el arte comportamiento de aquel de quien se dice que se escucha
bello es en dicho alcance imitación, a la cual da la naturaleza la hablar o que se para y anda como si estuviese sobre un tablado,
regla a través del genio. para ser admirado con la boca abierta, cosa que siempre delata
a un chapucero.
Pero esta imitación se vuelve remedo simiesco cuando el
alumno todo lo contrahace, incluso aquello que el genio ha § 50. Del enlace del gusto con el genio en productos del arte
debido consentir sólo como deformidad, porque no se dejaba bello
eliminar sin debilitar la idea. Esta bizarría es mérito en un genio Cuando se pregunta qué importa más en asuntos del arte
únicamente; y bien le cuadra una cierta audacia en la expresión bello, si que en ellos se muestre genio o se muestre gusto, ello
y, en general, algún apartamiento de la regla común, mas de equivale a preguntar si más se trata de imaginación que de
ninguna manera es digno de ser imitado, sino que sigue siendo juicio. Ahora bien: en vista de lo primero un arte merece más
una falta siempre, cuya eliminación tiene que buscarse, pero ser llamado arte ingenioso, y sólo en vista de lo segundo, en
respecto de la cual le cabe al genio, por así decir, un privilegio, cambio, arte bello; lo último es, al menos como condición
puesto que lo inimitable de su impulso espiritual padecería por indispensable (conditio sine qua non), lo eminente, a lo que se
cautela temerosa. El amaneramiento es una especie de remedo, tiene que mirar en el enjuiciamiento del arte como bello arte. A
a saber, de la mera peculiaridad (originalidad) en general, a efecto de la belleza no se requiere con tanta necesidad ser rico y
objeto de alejarse en todo lo posible de los imitadores, sin original en ideas, pero sí se requiere de la conformidad de
poseer, no obstante, el talento para ser en tal caso ejemplar a la aquella imaginación en su libertad a la legalidad del
vez.– Ciertamente hay dos clases de modo (modus), en general, entendimiento. Pues toda la riqueza de la primera produce, en
de ordenación de los propios pensamientos en la exposición, su libertad sin ley, nada más que el sinsentido; la facultad de
uno de los cuales se llama manera (modus aestheticus), el otro juzgar es, en cambio, la facultad de adaptarla al entendimiento.
método (modus logicus), que se diferencian entre sí en que el
primero no tiene ningún otro criterio más que el sentimiento de El gusto es, así como en general la facultad de juzgar, la
la unidad en la presentación, y el otro, en cambio, sigue aquí disciplina (o crianza) del genio, y mucho le corta a éste las alas
principios determinados; para el arte bello vale, pues, sólo el y lo civiliza y lo pule; pero al mismo tiempo le da una guía de
primero. Pero amanerado se llama a un producto de arte sólo por dónde y hasta qué alcance debe extenderse para permanecer
cuando la exposición en él de la propia idea apunta a la conforme a fin; y en cuanto introduce claridad y orden en la
singularidad y no se le ha conformado a la idea. Lo ostentoso abundancia de pensamientos, hace a las ideas sostenibles de
(preciosista), lo alambicado y afectado sin más fin que una duradera y, a la vez, también universal aprobación, de la
distinguirse de lo común (aunque sin espíritu), son parecidos al sucesión por otros y de una cultura siempre progresiva.
27

Cuando, pues, en el antagonismo de ambas propiedades en un


producto debe ser sacrificado algo, tendría que ocurrir ello,
antes, del lado del genio, y la facultad de juzgar, que en asuntos
del arte bello sentencia a partir de principios propios, permitirá
que se quebrante la libertad y la riqueza de la imaginación antes
que el entendimiento.
Para el arte bello serían, pues, requeribles imaginación,
entendimiento, espíritu y gusto.

Kant, E. (1991) Crítica a la facultad de juzgar. Caracas: Monte


Ávila Editores. pp. 214-228
28

El alma y el sueño románticos para que, a pesar de todo, no experimentemos la


necesidad de conocer mejor la naturaleza de esta herencia.
Albert Béguin Quizá no lo podamos lograr sino por una serie de
La idea de un alma es un objeto tan grande y tan capaz aproximaciones sucesivas y por la evocación de los mitos
de arrobar a los espíritus con su belleza, que, si tuvieras
predilectos del romanticismo. Así vendría a construirse, a su
la idea de tu alma, no podrías pensar ya en otra cosa.
Malebranche, Meditaciones. vez, una especie de mito del romanticismo. Pero de este mito
bien podemos prescindir: lo que urge ser reconocido es aquello
que, en nuestro pensamiento y en nuestra vida, puede
Desde el romanticismo hasta nuestros días persiste la
sobrevivir a la enseñanza romántica, seguida con mayor o
misma incesante angustia, que como respuesta a ella suscita
menor fidelidad. No sólo porque estas cosas existieron en un
creencias muy semejantes y que ha contribuido a hacer surgir
tiempo, sino porque las respuestas del pasado a las grandes
ciertas tentativas poéticas. Entre estas tentativas se pueden
cuestiones humanas prosiguen en nuestro interior su existencia,
señalar muchas diferencias que no siempre concuerdan con las
continúan vivas en nosotros y siguen exigiendo a las
diferencias de época o de país: a menudo Brentano se asemeja
generaciones que elijan entre ellas.
más a Baudelaire que a Arnim, y éste parece ser comprendido
más fácilmente por algún poeta surrealista que por los críticos La actitud romántica, que no se limita al simple plano
de su tiempo. Por lo demás, ninguna de las aventuras literario, fue una época determinada, y es innegable que no se
espirituales vividas por los románticos alemanes y por sus la puede asimilar por completo a ninguna otra cosa. Sin
émulos del siglo XIX francés es reductible a otra. Así, pues, embargo, por sus creencias esenciales se vincula al mismo
¿por qué no contentarnos con el desfile de esas personalidades tiempo con ciertas actitudes que el espíritu humano puede
tan originales y diversas? reasumir de una época a otra si sigue una de las pendientes
naturales de su meditación. A ellas vuelve, de manera
No obstante, el espíritu queda insatisfecho: sin que sea
particular, tras estos períodos en que, cultivando únicamente
posible fijarlas en una fórmula, percibe ciertas afinidades que
sus poderes conscientes, se esfuerza por gobernar el mundo
hacen de esos poetas una sola familia, y de la poesía de todos
según las leyes de la razón. Entonces la creatura se siente
ellos un clima de unidad innegable. Ninguna definición, al
aislada en la inmensidad de un universo al cual se opone, y,
parecer, puede captar verdaderamente esta esencia del
por haberse seducido a las actividades lúcidas, se siente presa
romanticismo, que pertenece al orden de la cualidad sensible y
del temor y de la tristeza al adivinar, vivas a pesar de todo en la
de la afirmación vital, no al de la inteligencia pura. Sin
sombra de sí misma, las fuerzas que ella quiso dejar sepultadas
embargo, nuestras tendencias intelectuales, nuestras corrientes
para siempre.
de pensamiento, están demasiado mezcladas con elementos
29

Deseosa de una dilatación, inventa, para tranquilizarse, El error más grave posible consistiría en no ver en la
esos mitos que vemos reaparecer por intermitencias y que psicología romántica sino un primer bosquejo, todavía torpe, de
tienden a arrebatar a la creatura de su soledad para reintegrarla las concepciones de la ciencia moderna. Lo que los románticos
en el conjunto de las cosas. Él inventa, en los dos sentidos de la se proponían no era conocer ni describir el funcionamiento de
palabra: lo redescubre en el tesoro de la historia espiritual, nuestros resortes internos. Sus esfuerzos y sus abandonos
pues ya han existido; pero los crea, pues nunca han tenido apuntan, manifiestamente, a mayor altura que este análisis. Las
enteramente la inflexión particular que ella les imprime en cada efusiones líricas de los personajes jean-paulianos, en el seno de
ocasión. Lo que importa no es averiguar el origen histórico de una naturaleza convertida pronto en algo musical; los extraños
esos mitos, sino captar bien su nueva coherencia: en la época significados que adquieren los objetos y las acciones del
romántica, unos proceden del ocultismo, otros provienen de universo de Hoffmann y lo que ese poeta llamaba sus
antecesores inmediatos, Herder o Goethe; pero hay otros, como “momentos cósmicos”, acontecimientos anteriores de su
el mito del sueño y del inconsciente, que parecen haber dolorosa agudeza; los valores simbólicos que Novalis se
recibido del romanticismo su primera expresión cabal. Sin esfuerza por encontrar en todos los lenguajes de la ciencia de
embargo, viejos o nuevos, sólo adquieren un valor original por los números, de las sensaciones y de las imágenes: todo eso se
el hecho de ser encontrados: se desprenden de sus fuentes refiere al conocimiento “mágico” que pone nuestra vida oscura
históricas para entrar en un sistema de pensamiento muy en relación con la inmensa realidad presentida más allá del
diferente, donde su presencia responde a una necesidad interior. universo sensible. Entre los románticos más espontáneos como
Podemos, pues, seguir su génesis en relación con este sistema Tieck o Brentano, el límite entre el “afuera” y el “adentro” se
particular, sin preocuparnos ya de su procedencia libresca: borraba hasta tal punto, que ya no sabemos si sus personajes se
pues, como han sido recogidos por un espíritu que no podía buscan a sí mismos o a través de los espectáculos y de las
vivir sin ellos, se animan con una vida nueva. aventuras, o si a través de sus estados de ánimo, al azar de los
juegos del pensamiento y del lenguaje, van en busca de algún
I
tesoro vislumbrado. ¿Por qué pista corren desatinadamente, de
Hay grandes semejanzas que cruzan la cara del mundo, y la
dejan marcada aquí y allá con su luz. Aproximan y ajustan lo
qué descubrimiento único están ansiosos todos esos seres que
que es pequeño y lo que es inmenso. Sólo de ellas puede nacer huyen unos de otros y vuelven a encontrarse refugiándose
toda nostalgia, todo espíritu, toda emoción. alternativamente entre el sueño y la realidad? Cuando Arnim,
Jean Giraudoux, La escuela de los Indiferentes. ese hombre aparentemente tan bien plantado en lo real, tiende
las mallas de una dimensión maravillosa muy arbitraria, cuando
enreda la palabra y las sílabas, ¿qué profecía espera leer en esa
30

mancha de café? ¿Con qué objeto organiza Rimbaud su de súbitas resurrecciones, les enseña que hubo un tiempo
inmenso y razonado trastorno? Hugo en sus orgías de lejanísimo en el que la creatura, en sí misma más harmoniosa y
metáforas, Nodier y Nerval edificando el mito de su propia menos dividida, encajaba sin dificultad en la armonía de la
vida, Baudelaire y Mallarmé ansiosos de transparencia pura, los naturaleza.
surrealistas ensayando sus métodos, todos juegan ¿Por ventura no guarda cada ser humano en su corta
evidentemente un juego gravísimo en el cual exponen su memoria el recuerdo de una época en que la separación no
existencia misma. ¿Está vedado reconocer por medio del
había sobrevenido aún? Edad de oro de la infancia que creía en
pensamiento el camino que siguieron, y que va de la angustia a las imágenes y no sabía que hubiera un mundo exterior real y
sus extrañas tentativas, a sus certidumbres irracionales, y un mundo exterior imaginario. Edad de oro de las épocas
también a sus fracasos? primitivas, en que el hombre gozaba de poderes más tarde
Un vago remordimiento le advierte al hombre moderno perdidos y cautivaba con su palabra los objetos que lo
que quizá ha tenido, que podría tener, con el mundo que habita, rodeaban. Edad de oro aún más antigua, de que hablan las
relaciones más profundas y más armoniosas. El hombre sabe fábulas de los pueblos, época en que Orfeo seducía a las bestias
muy bien que en sí mismo existen posibilidades de felicidad o y a las peñas. La reminiscencia remonta la cadena infinita de
de grandeza de las cuales se he apartado. Ciertos seres, en los recuerdos. Quien está dotado de esta memoria se pone a
particular, traen al mundo esa nostalgia: los poetas son aquellos esperar, porque adivina dentro de sí, adormecidos pero capaces
que, no contentos de expresar las voces interiores, tienen la de despertar, los gérmenes que dejaron esas épocas infantiles.
temible audacia de seguirlas hasta las más peligrosas aventuras. Aquello que el hombre ha perdido está ahí todavía, sofocado,
Insatisfechos de la realidad externa y los contactos elementales pero vivo. Será necesario un largo esfuerzo, un descenso a los
que con ella tenemos, experimentan ese malestar, esa infiernos interiores, si la creatura, dispersa por obra de la
incertidumbre que es imposible sofocar en el espíritu cuando separación, poco segura de poseer todavía un centro, quiere
éste ha escuchado la voz del sueño. Su primer sentimiento es el encontrar de nuevo su integridad. Pero basta que lo consiga en
de pertenecer a la vez al mundo exterior y a otro mundo que parte para que la edad de oro no sea ya una cosa del pasado:
manifiesta su presencia en accidentes de toda suerte, será la tierra prometida hacia la cual nos orienta todo nuestro
interrumpiendo el curso cotidiano de la vida. Ante esos bruscos progreso.
saltos de lo real, los poetas se dan cuenta de que algo ocurre, de Así nacieron los grandes mitos, descubiertos o renovados,
que algo pasa “en el aire”. Saben entonces que no es una cosa con los cuales el romanticismo respondió al extremado análisis
tan natural ser un hombre en esta tierra. Una especie de del siglo precedente. Confiándose a las imágenes, procuró
reminiscencia enclavada en toda creatura, pero capaz en ellos encontrar la fecundidad de la imaginación mítica –y algo más
31

que la fecundidad: la verdad del conocimiento mítico y su El segundo mito será el del Inconsciente: el alma, en
saludable influencia. Las imágenes hacen bien al alma, se había busca de salidas abiertas hacia sus propias prolongaciones se
dicho ya en los comienzos del romanticismo. La poesía es la empeña en creer que el sueño, el éxtasis, todos los estados de
realidad absoluta, se añadirá muy pronto. liberación más o menos perfecta de los límites del yo son más
ella misma que la vida ordinaria. Abandonando la vida
El primer mito fue el del Alma, mientras la razón
periférica de las percepciones y de los pensamientos habituales,
descomponía al ser en facultades yuxtapuestas, ruedas de una
cree poder alcanzar una concentración que le rebele su esencia
máquina desmontable, una creencia inexplicable, pero
más pura. Pero al mismo tiempo espera que esta capa, la más
ferviente, reafirmó la existencia de un centro interior; principio
profunda, al liberarse del aislamiento de la existencia separada,
de nuestra vida, morada de nuestras certidumbres, entidad
sea el sitio de una comunicación con la realidad más vasta en
inalienable, el alma ya no es objeto de curiosidad psicológica
que estamos sumergidos: realidad cósmica o divina, ambas
interesada en averiguar el funcionamiento de nuestro espíritu.
infinitas y de naturaleza espiritual. Así, podríamos llegar a
Vuelve a ser una esencia viva, ocupada en su destino eterno y
nuestro verdadero yo, al término de la concentración, y esa
no en su mecanismo, sabe que viene de más lejos de sus
conquista nos aseguraría una expansión ilimitada; al
orígenes conocidos y que le está reservado un porvenir en otros
convertirnos finalmente en nosotros mismos seríamos por ello
espacios. Frente al mundo que ha venido a habitar experimenta
más que nosotros mismos.
el estupor de un extranjero transportado al seno de pueblos
lejanos. Una ansiedad profunda se apodera de ella cuando se Pero este mito del sueño trae consigo peligrosas
pregunta hasta dónde se extiende su propio domino: tentaciones. Podemos llegar al extremo de divinizar al
provisionalmente desterrada en el tiempo, recuerda o presiente inconsciente, de renegar de la otra mitad de la vida: lo que
que no pertenece del todo al mundo de este destierro. Asomada había parecido como una salida hacia la luz amenaza con ser la
a sí misma o vuelta hacia la inmensidad sensible, procura puerta abierta sobre el abismo. El camino que lleva al
percibir esas melodías secretas que en las esferas siderales, lo verdadero conocimiento del yo también puede conducir a la
mismo que en el fondo de la persona, conservan aún el acento pérdida de la individualidad, a su irremediable disolución. La
de una patria añorada. aventura no carece de riesgos. Al huir de la prisión del yo
consciente, hay que evitar el peligro de quedar encerrado en la
El alma reconoce las más preciosas de esas melodías en
prisión del sueño, de la cual nadie regresa. De ahí los terrores.
el canto salvaje que sirve como de sordo acompañamiento a
Quien ha tenido confianza en las obras de su propia
nuestra existencia y que a veces, gracias a ciertos estados
imaginación, quien ha aceptado ver en ellos la auténtica
excepcionales, cubre con su extraña voz las palabras
expresión de sí mismos y un conocimiento válido, se atemoriza
inteligibles y falaces por las cuales creemos expresarnos.
32

en ciertos momentos de su exploración. No es fácil encontrar la Aquí interviene el tercer mito, el de la Poesía,
salida del laberinto interior; las formas, las imágenes, los considerada como una serie de gestos mágicos realizados por el
horizontes y los habitantes creados por el inconsciente liberado poeta sin conocer claramente su significación, pero con la firme
de sus cadenas no siempre tienen un aspecto sonriente. Los creencia que estos ritos son elementos de una hechicería
terrores de Hugo, el estupor de Arnim corresponden a ese soberana. El poeta es un vidente, un visionario; llega a lo
dramático instante. El sentimiento de lo prohibido, ajeno a las desconocido, encuentra lo nuevo. La poesía es lo real absoluto,
tentaciones prometeicas, se mezcla sordamente a toda la poesía su verdad es superior a la verdad histórica. Todas estas
romántica, desde Hoffmann y Nerval hasta Baudelaire y fórmulas a través de todo el siglo tratan de resumir el nuevo
Rimbaud: temerario unas veces, el “ladrón del fuego” desafía concepto que los hombres tienen de la poesía.
las maldiciones, y otras veces, inquieto, se somete. Casi todos Puesto que de la imaginación y de todos los productos
los que se han lanzado a la aventura han vuelto a “la rugosa espontáneos del inconsciente, reconocibles sólo por ese choque
realidad” enriquecidos con todos los tesoros de las afectivo que de ellos recibimos, se cree que aprehenden una
profundidades, pero convencidos de que los límites impuestos a realidad a la vez interior y objetiva, el poeta buscará un método
nuestra existencia actual no se pueden traspasar sin que sea que le permita captar, en la trampa del lenguaje, fragmentos de
castigada la osadía. la vida secreta. Reunirá las palabras según sus afinidades
No obstante, si hay que esperar la gran partida definitiva, sonoras, se abandonará a los ritmos, a los ecos de las sílabas, a
gracia que llegará a su hora, si es sacrilegio querer precipitarla todas las relaciones interiores del material lingüístico. Admitirá
por medios humanos, en cambio no nos está vedado –todo lo que más allá de su significación, buena para los intercambios
contrario: nos lo prescribe nuestra nostalgia misma– captar de la vida colectiva, las palabras tienen otra virtud, propiamente
desde ahora todos los presagios que se nos dan. El mágica, gracias a la cual pueden captar esta realidad que escapa
conocimiento es un pecado cuando el hombre pretende hacer de a la inteligencia. Y con la misma esperanza se abandonará a las
él un instrumento de divinización de sí mismo en el curso de la imágenes que suben de las profundidades del ser, inexplicables
vida presente. Pero también la ignorancia es culpable, por lo y a menudo chuscas, pero dotadas de una fuerza emotiva muy
menos esa ignorancia que nos invita a instalarnos en nuestra propia de ellas. Las elegirá según la integridad del eco que
existencia fácil y a dejar en la sombra todo aquello que, en provocan en él mismo –no sólo en él, pues si el poeta obedece
nosotros, sobrepasa los límites aparentes. Es vanidad y locura sinceramente a ese criterio de la emoción, las palabras y las
querer evadirse; pero es necedad y cobardía no tratar de imágenes tendrán igual poder sobre los demás. De este modo la
comprender los signos que nos revelan nuestra verdadera obra no responderá ya sólo a una necesidad particular, que sería
naturaleza. la de un placer estético sin valor de conocimiento. Por medio de
33

la metáfora y de acuerdo a las leyes informulables de la vida es preciso que una misma ley impere en lo que llamamos
profunda, la obra relacionará los objetos más alejados en el exterior y en lo que nos parece interior a nosotros mismos.
tiempo y en el espacio. Y el poeta se persuadirá de que esas La idea de la universal analogía, a la cual se refiere el
imprevistas vecindades corresponden a un parentesco real de concepto romántico y moderno de la poesía, es la respuesta del
los objetos mismos. espíritu humano a la interrogación que se hace a sí mismo, a la
Así, la poesía será una respuesta, la única respuesta expresión de su anhelo más profundo. Ha deseado huir del
posible, a la angustia elemental de la creatura prisionera en la tiempo y del mundo de las apariencias múltiples para captar por
existencia temporal. Al acoger esos agrupamientos imprevistos fin lo absoluto y la unidad. La cadena de las analogías se le
de los objetos, la ambición del poeta no conoce otro límite que muestra por instantes como el lazo que, vinculando cada cosa
el de arrancarlos del orden fortuito de nuestro tiempo y de con las demás, recorre el infinito y establece la indisoluble
nuestro universo espacial para redistribuirlos según un orden cohesión del Ser.
nuevo. Pero este ordenamiento no será sólo el de la unidad Considerado desde este punto de vista, el mito del sueño
esencial; al recuperarla por medio de su magia particular, el adquiere una nueva significación. El sueño no es ya sólo una de
poder llegará, por un momento, a ese Absoluto cuya sed lo las fases de nuestra vida en que volvemos a estar en
atormenta. comunicación con la realidad profunda, es más todavía que el
Esta poética, que no fue formulada ni puesta en práctica modelo preciso de la creación estética, y ya no nos contentamos
de manera consciente antes de Baudelaire y Rimbaud, se apoya con recoger aquellas innumerables metáforas espontáneas por
en intuiciones y en creencias metafísicas que son las mismas medio de las cuales el genio onírico pone en relación momentos
del romanticismo alemán. Todas esas afirmaciones –valor de separados por el tiempo, y seres y objetos distantes en el
las invenciones del azar y de las libres asociaciones surgidas de espacio. El sueño y la noche se convierten en los signos por los
la fantasía, del sueño, de todos los automatismos; posibilidad cuales un espíritu deseoso de abandonar las apariencias para
de conocer por ese medio la realidad que no quiere entregarse a llegar al Ser trata de expresar el aniquilamiento del mundo
nuestras otras potencias– tienen su origen en la concepción sensible. Para el romántico, como para el místico, la noche es
analógica del universo. La poesía emanada de la vida secreta ese reino de lo absoluto a dónde no se llega sino después de
no se puede asimilar a un conocimiento sino a condición de que haber suprimido todo lo que nos ofrece el mundo de los
la estructura más profunda del espíritu o del ser total y sus sentidos.
ritmos espontáneos sean idénticos a la estructura y a los Así, pues, la ambición de la poesía romántica es llegar,
grandes ritmos del universo. Para que a cada hallazgo de por medio del acto de la creación, a esa misma contemplación
imágenes corresponda una afinidad real en el universo objetivo,
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sin objeto, a esa pura presencia inefable hacia la cual se orienta hacia la noche –animado al mismo tiempo de la necesidad
el místico. Esta ambición define la osadía de la tentativa poética– se detendrá al borde del abismo entrevisto. Llegando a
romántica –y también sus límites. Porque querer hacer de la la cumbre de la colina, desde donde la mirada abarca las dos
poesía el camino del conocimiento, cuyo término es el total pendientes, ya no irá más lejos. Porque el conocimiento del
despojamiento de imágenes, es hacerla depositaria de las más Sueño le permitirá volver, pero enriquecido con una
nobles esperanzas humanas; pero, a la vez, es conducida a su comprensión nueva, hacia la luz de este mundo. Y si ha
propia negación. comenzado por querer reconquistar los poderes perdidos, si
para ello le ha sido preciso renegar de toda la parte diurna de sí
La grandeza del romanticismo será haber reconocido y
mismo, se volverá finalmente a la conciencia: y en esto seguirá
afirmado la profunda semejanza de los estados poéticos y de las
fiel a su propósito inicial, que era la integración de todo el ser.
revelaciones de orden religioso, haber puesto su fe en los
poderes irracionales y haberse consagrado en cuerpo y alma a Los románticos no ignoraron esos límites fatales y
la gran nostalgia del ser desterrado. Pero si los estados poéticos precisos que se han impuesto a la conquista poética. Supieron
son los signos manifiestos de la realidad distinta de la de que el sueño sólo era fecundo cuando la persona encontraba en
nuestras percepciones triviales, no es seguro que la poesía él un ahondamiento y volvía después a la vida consciente: pero
pueda llegar alguna vez hasta el conocimiento que nuestros a una vida consciente ya transfigurada, vista con ojos nuevos.
poetas le fijan como meta. La necesidad de este conocimiento El sueño no es la poesía, no es el conocimiento. Pero no
va acompañada, en la actividad poética, de la necesidad de la hay conocimiento –si se da a esta palabra un sentido más
obra: deseo de crear un objeto, de dar a luz a una forma, de elevado– ni hay poesía que no se alimenten en las fuentes del
decir por medio de la imagen lo que ha sido la revelación sueño. Es inútil, sin duda, esperar que los espectáculos oníricos,
interior. Ese deseo, vivo en toda creatura, no es, en su esencia, de cada uno de sus cuadros, una significación traducible, y
diferente de la inmensa necesidad de perfección que nos inspira querer vivir más en el sueño que en la morada que nos ha sido
la nostalgia del conocimiento. Pero en el final de la senda
prescrita. La verdadera enseñanza del sueño está en otra cosa:
mística no hay más que silencio o ausencia de imágenes, en el en el hecho mismo de soñar, de llevar en nosotros mismos todo
final de la tentativa poética está la palabra y el nacimiento de ese mundo de libertad y de imágenes, en saber que el orden
una forma. aparente de las cosas no es su único orden. De vuelta del sueño,
La Noche, el Sueño absoluto, donde nada subsiste del la mirada humana es capaz de ese asombro que se experimenta
mundo sensible, ya no tienen lugar para la poesía. Aquel que, cuando de pronto las cosas recuperan por un instante su
desesperado de alcanzar por medio de las facultades normales novedad primera. Yo nazco a las cosas; ellas nacen a mí. Se
ninguna realidad que lo satisfaga, ha emprendido el gran viaje restablece el intercambio, como en los primeros minutos de la
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existencia, el asombro restituye al mundo su maravillosa soledad. Lo único que queda de mí es la creatura y su destino,
apariencia mágica. su inexplicable e imperioso destino. Con estupor descubro que
yo soy esa vida infinita: un ser cuyos orígenes se remontan más
La magia poética, dice Éluard, consiste en llamar a las
allá de todo lo que puedo conocer, cuyo destino va más allá de
cosas por su nombre. Y esta fórmula, que conserva el lenguaje
los horizontes donde alcanza mi mirada. Ya no sé en virtud de
del rito de la hechicería, se encuentra de pronto a un paso de
qué pobres razones he organizado la pequeña existencia de este
otra poesía, que es contacto con el mundo concreto y no
individuo que yo era. Sólo sé que ahora se me muestran las
evasión fuera del mundo. El poeta nombra a los objetos y helos
razones de mi vida verdadera: siguen sin nombre, pero están
aquí transformados, restituidos a su realidad. Ramuz, Claudel,
presentes; son lo que experimento, la inmensidad de mi
los maestros de esta evocación de lo concreto, no son distintos
dimensión real.
de los poetas que comenzaron por querer despedirse de lo
sensible; ellos también ven el mundo a través de un gran sueño Y he aquí que, en esta desnudez, las cosas y los seres –las
y la creación se les convierte en una “inmensa octava”. cosas menudas, los seres engañosos– adquieran también una
vida totalmente nueva. Yo los invento; ellos surgen. Para esa
He encontrado el secreto; sé hablar si así lo quiero, y
creatura anónima en que me he transformado, las cosas
puedo deciros eso que cada cosa quiere decir.
adquieren de pronto una extraña realidad. Recuerdo que, no
II hace mucho, apenas si me daba cuenta de su presencia, y ahora
Voy del brazo de las sombras, las oigo hablar, entendiendo lo que me dicen, comprendiendo
estoy debajo de las sombras, su lenguaje y su canto. También los seres han dejado de llevar
solo. esa absurda existencia fuera de mí, que me hacía huir o buscar
Paul Éluard.
compañía. Están en mí; son yo mismo. Ellos y yo compartimos
esa misma suerte infinita, ese estupor, esa alegría que estalla en
En los brazos del sueño, estoy solo. Despojado de todas el fondo de la angustia.
mis garantías, desnudo de los artificios del lenguaje, de las
protecciones sociales, de las ideologías tranquilizadoras, me En la profunda soledad, cuando he tenido el valor de
encuentro de nuevo en el aislamiento perfecto de la creatura aceptar la desnudez, lo que encuentro no es la desesperación y
ante el mundo. Nada subsiste ya del yo construido; apenas si en la tristeza. He desesperado de todo lo que el mundo me brinda,
ese instante, en que ya no soy yo mismo, tengo todavía la y no por eso he llegado a la desolación. Al apartarme de esas
conciencia de ser alguien. Soy un ser humano, no importa cual, fáciles y contristadoras comuniones que se establecen entre los
semejante a mis semejantes. Pero ya no hay semejantes en esta individuos en la vida diaria, no he perdido la alegría. Soy un ser
humano, y estoy con los demás seres humanos en esa
36

comunión, la más profunda, la que no existe sino en el centro


del alma, pero que, de hoy en más duradera, me permitirá
conocer por fin, de vuelta ya en mi existencia trivial, presencias
humanas reales. Por un instante vivo una vida que es entre
todos nosotros el único bien común; pero habiéndola conocido
una vez, ya no puedo perderla.
Cuando salgo del sueño, cuando vuelvo a esa existencia
que es la nuestra, todo en ella es distinto, como tras una larga
ausencia. Los lugares y los rostros han recuperado esa
apariencia que tuvieron para mis ojos de niño. Regreso del
sueño con ese poder de amar la vida, de amar a los hombres, de
amar las cosas y los actos, que había olvidado y desprendido al
salir del paraíso infantil.
La soledad de la poesía y del sueño nos libera de nuestra
desoladora soledad. Del fondo del abismo de la tristeza que nos
había apartado de la vida se levanta el canto de la más pura
alegría.
Béguin, A. (1981) El alma romántica y el sueño. Ensayo sobre
el romanticismo alemán y la poesía francesa. Fondo de Cultura
Económica. Madrid. pp. 478-479.
37

El Romanticismo. La intuición romántica Ya en 1798 el poeta Novalis (1772 - 1801) escribirá:

Humberto Ortiz Buitrago El mundo ha de ser romantizado. Así se reencuentra el sentido


original. Romantizar no es sino una potenciación cualitativa.
Llamaremos aquí Romanticismo al movimiento El sí mismo inferior se identifica en esta operación con el sí
filosófico, literario y artístico que se inició a finales del siglo mismo mejor. Al igual que nosotros mismos somos una cadena
cualitativa de potencias de esa especie. Esta operación es aún
XVIII, tuvo su florecimiento las primeras décadas del siglo
del todo desconocida. En cuanto doy un sentido elevado a lo
XIX y le dio a todo ese siglo sus características particulares. La vulgar, un porte misterioso a lo habitual, la dignidad de lo
palabra romántico –nos dice Mario Praz– aparece a mediados desconocido a lo conocido, una apariencia infinita a lo finito,
del siglo XVII, refiriéndose a ciertas características, de índole lo romantizo. Para lo más elevado, desconocido, místico,
infinito, la operación es exactamente contraria –todo ello se
fantástica e irracional, de los sucesos y sentimientos de las
transforma en logaritmo por ese enlace– recibe una expresión
novelas caballerescas y pastoriles y nace como una calificación corriente. Filosofía romántica. Lingua romana. Elevación y
peyorativa. Durante el siglo XVIII comienza la palabra rebajamiento cambiantes. (Novalis “Poeticismos”. Fragmentos
romántico a usarse para definir un sentimiento ante lo para una teoría romántica del arte. 1994: 109)
desconocido y lo indistinto que producen algunas obras de la Romantizar el mundo es, para Novalis, mirar a la
literatura y la poesía, y se asocia con la palabra pintoresco naturaleza y la historia de una manera mítica y fabulosa para
cuando ese sentimiento se refiere, además, a la Naturaleza. encontrar su sentido original y liberar, así, el espíritu. El poeta
(Mario Praz. La carne, la muerte y el diablo (en la literatura es, para el romántico, un exégeta de la Naturaleza, un intérprete
romántica) 1969: 29 y siguientes)15 capaz de descubrir el misterio de su apariencia. De ahí que
“sacerdotes y poetas fueran originariamente una misma cosa”.
15
Según Gilbert Highet: “La palabra roman proviene del latín romanice. El antecedente más inmediato del Romanticismo lo
Este adverbio sirvió ante todo para designar (por contraposición a las encontramos en un movimiento filosófico y literario alemán de
lenguas de los pueblos bárbaros) la lengua del imperio romano después de
su desmembración, la lengua latina que se fue diversificando hasta dar mediados del siglo XVIII denominado “Sturm und Drang”
origen a las modernas lenguas neolatinas, que por eso se llaman todavía (Tempestad e ímpetu), donde tomaban en consideración los
lenguas “romances” (como el catalán, el español, el francés, el italiano, el límites que Kant impusiera a la razón, apelando a la experiencia
portugués y el rumano) Pero el adverbio romanice produjo también, más
tarde, designaciones para las obras escritas en la lengua vulgar (por mística y a la fe.
contraposición a las escritas en latín, lengua de los letrados); así el romance
español como género poético, y el roman francés que significó sobre todo Sin embargo, Todorov, reconoce en Karl Philip Moritz
poema de aventuras caballerescas. Una reliquia más extraña aún de los (1756 - 1791) al primero que reunió en sus obras todas las
romanos es la palabra con que se designa el griego coloquial moderno, que
ideas, aunque no necesariamente originales, que determinarán
se llama romaico, esto es, el habla del Imperio romano (de oriente)”. (La
tradición clásica. Vol: II) el perfil de la estética romántica. Moritz escribe, hacia finales
38

del siglo XVIII: “Estamos en una especie de laberinto. No Todorov. 1991: 221) Idea que será replicada de diferentes
encontramos el hilo que nos permita salir, y seguramente no es maneras por todo el romanticismo. También escribe Schelling
necesario que lo encontremos”. Describiendo un laberinto en 1807: “aquello por lo que es auténticamente bella una obra o
terrestre –para usar la imagen de A. Béguin– en el que los el conjunto ya no puede ser la forma. Está por encima de la
románticos se sentirán encerrados y en el que la expresión forma, es esencia, generalidad, mirada y expresión del espíritu
artística, la poesía, será el posible hilo liberador. natural inmanente.” (Friedrich Schelling. “Espíritu creador y
ciencia de la naturaleza”. Fragmentos para una teoría
La innovación introducida por Moritz, que será seguida y
romántica del arte. 1994: 55)
desarrollada por los románticos, gira en torno al principio de
imitación en las artes. Si el papel del arte fuese reproducir de Los románticos entenderán, entonces, la belleza como
manera perfecta la naturaleza, sería “difícil precisar con una voluntad de aparecer de la forma. Lo bello de las
exactitud en qué consistiría su interés, puesto que el prototipo apariencias, apreciado tanto en la naturaleza como en el arte,
ya existe”. (Tzvetan Todorov. Teoría del símbolo. 1991: 217) responde a una voluntad creadora anterior al hecho creado, pero
–aquí la paradoja romántica– esa instancia original nos es
El pensamiento ilustrado había avanzado en la idea del
reconocible sólo mediante las formas bellas. Así, lo que imita el
arte como imitador de la “naturaleza bella” o “ideal”, pero
artista no son las apariencias naturales, sino las fuerzas
Moritz da un paso más cuando admite que no es la obra la que
creadoras de la naturaleza; el artista imita a Dios. El artista se
imita, sino el artista.
hace ahora, junto con los dioses, creador.
Comienza Moritz insistiendo en la importancia de
Bajo esta nueva perspectiva romántica, la semejanza
diferenciar lo bello de lo útil. Aunque ambos son causas de
entre la obra de arte y la de la naturaleza no se encuentra en el
placer, “llamamos bello aquello que nos produce placer sin ser
parecido externo de sus formas, sino en un origen interno
útil.” Toda forma bella, natural o artística, causa placer no por
común traducido en una cualidad formal particular. Ambas
una finalidad externa a ella, “sino únicamente por su propia
formas, la artística y la natural, al ser bellas son universos
perfección interna.” De este modo, el objeto bello “debe ser
completos, totalidades en sí mismas, autosuficientes, que
algo acabado en sí mismo.” (“Propuesta para la unificación de
responden a relaciones necesarias entre sus partes y a la libertad
todas las artes”. Fragmentos para una teoría romántica del
de una voluntad creadora.
arte. 1994: 81 - 84)
Pero Moritz, y con él el romanticismo, insistirá en cierto
Dice Moritz: “La naturaleza de lo bello consiste en que su
privilegio del arte sobre la naturaleza, ya que las obras
interior se encuentra fuera de los límites de la facultad de
naturales pueden utilizarse, es decir, pueden verse con una
pensar, en su aparición, en su propio devenir.” (Citado por
39

finalidad externa a su propia totalidad, mientras que las del arte (Schelling. Fragmentos para una teoría romántica del arte.
tienen su finalidad únicamente en ser bellas. Precisamente, la 1994: 55)
labor del artista es transformar la finalidad externa de las cosas El arte se separa de las apariencias de la naturaleza, para
naturales en finalidad interna, resaltando aún más la belleza. alcanzar el fondo mismo de la naturaleza.
“El artista debe procurar que el fin –siempre exterior al objeto
en la naturaleza– se dé en el interior de ese objeto mismo para Para los románticos, el arte va a ser el lugar, el medio y el
hacer que de ese modo se cumpla en sí.” (Cita de Todorov. órgano de la verdad, porque entenderán la verdad más acá, o
1991: 226) El arte bello termina por resaltar la verdad misma más allá, de la distinción entre lo verdadero y lo falso.
de los objetos, en este sentido, el arte es superior a la Defenderán que incluso, lo falso, el engaño, la ficción del arte –
naturaleza. (En este punto, Moritz anuncia la estética de Hegel) eso que es su particularidad– revelan la verdad misma, esto es,
la original libertad para la formación.
Ahora bien, la facultad característica del artista es una
facultad de formación por lo que el artista no puede satisfacerse Se rompe la separación entre el reino de la ilusión y el
solamente con observar la naturaleza, sino que quiere y debe reino de la verdad, entendida desde la filosofía y la ciencia
“imitar” la fuerza formadora de la belleza que hay en la ilustrada. El arte, como actividad creadora que es, se impone
naturaleza. La “mímesis” es entendida como “poiesis”, esto es como práctica de la liberación de la verdad. Incluso la verdad
acto creador. El momento de formación de la obra de arte se afirmada en los campos humanos de la ciencia y la religión –
hará incluso más importante que el resultado ya formado. entienden los románticos– tiene un origen directamente
artístico, un origen mitológico y poético. Arte y verdad están
Hace ya tiempo –insiste Schelling en 1807– se originariamente unidos.
comprendió que el arte no se organiza únicamente por la
conciencia, que a la actividad consciente ha de ligarse una La verdad, que es infinita, se manifiesta en el juego de
fuerza inconsciente, y que de la compenetración y del recíproco entregarse a una determinada forma. La creación artística logra
influjo de ambas surge en el arte lo más elevado. Obras a las que esa verdad infinita se haga inmediata y tome forma en lo
que les falta el sello de esta ciencia inconsciente pueden ser finito, de tal modo que nada de la forma bella pueda ser
reconocidas por su patente carencia de una vida autónoma, modificado sin destruir el encanto de “la perfecta adecuación”
independiente de la del creador, puesto que, muy por el de la belleza. Con esto, la experiencia creadora estética
contrario, allí donde ella actúa confiere el arte a su obra, junto a contiene en sí a todas las demás y está en la raíz de todas las
la más alta claridad del entendimiento, aquella realidad experiencias. El arte es función de la verdad, la original función
insondable que la hace semejante a una obra de la naturaleza. de la verdad.
40

Escribe Friedrich Schlegel (1772 - 1829): acercarse a este mismo centro original de creación. La
Todos los sagrados juegos del arte sólo son lejanas imitaciones subjetividad que se place profundamente ante la obra de arte
del infinito juego del mundo, de la obra que eternamente se bella, se reconoce originalmente en ella, ya que la belleza,
forma a sí misma. (…) Los misterios más recónditos de todas como valor espiritual, está ubicada en el equilibrio entre el
las artes y ciencias son propiedad de la poesía. De ella todo ha instinto y la razón, un equilibrio donde los conflictos yo-
salido, a ella todo debe retornar. En un estado ideal de la
humanidad habría sólo poesía; entonces las artes y las ciencias mundo, pasado-presente, individuo-colectivo, se convierten en
serían no obstante una sola cosa. En nuestra situación sólo el el meollo esencial de toda existencia humana y de toda
verdadero poeta sería un hombre ideal y un artista universal. certidumbre, de la cual todos se sienten originalmente
(Friedrich Schlegel. Poesía y Filosofía. 1994: 127) partícipes. Al contemplar el arte bello y dejarse atrapar por su
Para el romanticismo, tanto la realidad de la naturaleza encanto, los límites de la subjetividad, en los cuales los
como la realidad del espíritu (la ciencia, la religión y la individuos acostumbran a encerrarse, se expanden
filosofía) tienen un origen común, derivan de una inagotable imaginariamente de tal manera que aquello que observa como
actividad inventiva y creadora de tipo estético, como bello se presenta como si fuese una proyección de la misma
expresiones de una razón absoluta e infinita. subjetividad. El espectador se hace, junto con el artista, creador
El pensamiento romántico sugiere la posibilidad de de la obra. Reconocemos, en el arte bello, una potencia original
someter bajo una perspectiva estética todos los temas y todos e infinita que nos concierne a todos.
los contenidos; posibilidad que resalta esa verdad infinita Los románticos van a buscar en la mitología antigua el
presente en cada uno de ellos y desde la que todos se originan. modelo a seguir para alcanzar la conciencia de lo infinito,
Entonces la filosofía del arte, dirá Schelling (1775-1854), no aquello que escapa a la mera razón humana.
puede partir de un principio distinto al de lo infinito;
Un gran privilegio tiene la mitología –reafirma Schlegel–,
“tendremos que exponer lo infinito como principio necesario
lo que de otro modo huye eternamente a la conciencia, es aquí
del arte.” (Schelling. Fragmentos para una teoría romántica
posible contemplarlo de manera sensible-espiritual, y fijarlo
del arte. 1994: 87) El mismo hombre histórico y temporal es
como el alma en el cuerpo que la envuelve y por el que ella
una mera apariencia pasajera de ese infinito inabarcable.
aparece a nuestros ojos, habla a nuestros oídos. (Schlegel.
Pero este acercamiento a la verdad esencial, a la voluntad 1994: 122)
y a la libertad original, no es mero privilegio de los artistas y
El arte romántico persigue esta misma cualidad.
poetas, ya que cuando la obra que estos realizan es bella,
quienes las contemplen realmente, es decir, alejándose de los El arte, que cuando es verdadero siempre es poesía, deja
interesas utilitario y egoístas, tendrán la posibilidad de definitivamente su apego por la pura realidad, para convertirse
41

en manifestación sensible de lo divino, de lo inefable. La poesía propia conciencia: el de los afectos, el de la imaginación, la
es ahora forma finita de lo infinito. vida oscura de nuestras pasiones y nuestros sentimientos.
Los conflictos entre sensibilidad y espiritualidad, realidad Hay un vuelco a la fe, que había sido dejada de lado por
e idealidad, apariencia y contenido, se convierten en el el pensamiento ilustrado, pero entendiéndola no como deber
conflicto mismo de la poesía, por ser esos conflictos la manera moral establecido por la institución eclesiástica, sino como
como se manifiesta la voluntad creadora de la naturaleza a móvil del espíritu hacia los confines de la existencia individual,
través de la individualidad artística. hacia el infinito, hacia lo desconocido y lo in-aprehensible. La
actividad poética era la facultad humana que se abría por este
La actividad artística no podía ser ni una mera imitación
camino hacia un verdadero conocimiento, que en realidad era
de la realidad, ni una habilidad para asumir reglas que
un reconocimiento de nuestro origen.
determinan de antemano sus formas, sino una íntima relación
con aquello ajeno a la conciencia racional, con el misterio Los románticos toman el arte como el producto elaborado
mismo de la naturaleza. por una indagación progresiva hacia la unidad esencial e
infinita. La obra es la representación, temporal e histórica, de
El ideal del poeta romántico era alcanzar, por el camino
esa unidad.
individual,
…una unidad que residiera a la vez en la intención y en una Escribe F. Schlegel: “La poesía romántica es una poesía
especie de relación musical entre los diversos elementos de universal y progresiva”, pues la poesía logra convertirse en
una obra: unidad formada de ecos, de llamados, de imagen de su época y al mismo tiempo elevarse sobre ella,
entrecruzamientos de temas, más bien que líneas claramente “libre de todos los intereses reales e ideales”. “Lo que sucede
dibujadas. (Albert Béguin. El Alma romántica y el Sueño.
1981: 17) en la poesía no sucede nunca o siempre.” Se aparta de lo
puramente real, sin abandonarlo.
Hay en las obras románticas, una tendencia a sugerir un
estado inconcluso que sería inherente a todo acto de El arte era entonces, para los románticos, la actividad
conocimiento humano. propia del espíritu por la cual el sujeto tenía acceso intuitivo –el
único posible– al conocimiento de lo Absoluto, es decir a lo
El romanticismo comienza a apuntar hacia las esferas
que se explica a sí mismo y a todo. Se trata éste de un
donde la razón no llegaba, ni en el plano del conocimiento, ni
conocimiento en el cual participa no sólo el intelecto, sino el
en el ámbito del deber ser moral. El lugar para atrapar el
ser entero, con sus más oscuras e ignoradas regiones. “En
“misterio de la vida” estaba en ese espacio oscuro de nuestra
ningún lugar, sino en nosotros, se encuentra la eternidad con
sus mundos, el pasado y el porvenir”, escribe Novalis. (“Granos
42

de polen”. Fragmentos para una teoría romántica del arte. absoluta frente a cualquier hecho. El verdadero artista, el poeta,
1994: 49) ha de hacerse espectador de sí mismo y espectador de ese
espectador, para poder alcanzar esta divina ironía.
“El pintor no debe pintar meramente lo que ve ante sí,
Representarse al mundo y a sí mismo representándose el
sino lo que ve en sí. Y si en sí mismo no viera nada, que deje
mundo, hasta el infinito: ésta sería la Ironía. En palabras de
entonces de pintar lo que ve ante sí”, recomienda Caspar David
Schlegel: “la ironía es la conciencia clara de la agilidad eterna,
Friedrich (Fragmentos para una teoría romántica del arte.
del caos infinitamente lleno.” (1994)
1994: 98)
G. W. F. Hegel (1770 - 1831) va a intentar superar lo que
El alma individual era la única ventana posible hacia lo
he tratado de expresar aquí como el principio fundamental del
infinito. Se abre el culto a la personalidad subjetiva, el
romanticismo, esto es, la intuición artística que anula todas las
romántico emprende el camino a una aventura espiritual única,
diferencias, la conciliación inmediata de lo finito y lo infinito,
propia de cada alma. “Solamente puede ser un artista aquel que
entre magia y espíritu, entre lo particular y lo universal,
tiene una religión propia, una visión original de lo infinito”,
principio que pretendía alcanzar lo Absoluto sin la mediación
sentencia Schlegel. (1994: 152)
del concepto. Para hacerlo, Hegel debe oponerse
La poesía romántica se presenta como la forma superior principalmente a la noción de Ironía romántica, pues la
de la cultura, capaz de abarcar todas las formas de considera una negación del mundo concreto, objetivo y ético,
conocimiento humano desde las más racionales hasta las más que termina reduciendo al sujeto a algo vacío y vano.
intuitivas. Este estado de conciencia superior es lo que Schlegel
Tal es la significación general de la genial ironía divina –
llamará Ironía.
escribe Hegel–: es la concentración del yo en el yo, por la cual
Albert Béguin define la Ironía romántica como el intento todos los lazos están rotos y sólo puede vivir en la felicidad que
de mostrar a la vida que somos capaces de desenmascararla, de produce el goce de sí mismo. (Hegel. Introducción a la
hacer de ella un juguete y de probarnos de esta manera, la Estética. 1985: 118)
supremacía de nuestro espíritu. (1981: 60) El estado irónico es
cuando el poeta, o el filósofo, que son más o menos lo mismo,
identificándose con un yo absoluto, llega a considerar toda
realidad firme como una sombra o juego del yo; por lo tanto es
llevado a devaluar la importancia de la realidad o a no tomarla
en cuenta. Para la conciencia irónica toda realidad es juego de Bibliografía consultada:
apariencias, sea cual seas su carácter. La ironía es la verdad
43

Arnaldo, J. (1994) Fragmentos para una teoría romántica del


arte. (Antología) Madrid: Tecnos.
Béguin, A. 1981. El Alma romántica y el Sueño. México: F. C.
E.
Hegel, G. W. F. (1965) Introducción a la Estética. Barcelona:
Península.
Highet, G. La tradición Clásica. México: F. C. E. México. Vol:
II.
Praz, M. (1969) La Carne, la Muerte y el Diablo (en la
literatura romántica), Caracas: Monte Ávila.
Schlegel, F. (1994) Poesía y Filosofía. Madrid: Alianza.
Todorov, T. (1991) Teorías del símbolo. Caracas: Monte Ávila.
44

ningún erudito del arte a desarrollar una teoría del género


Textos de Friedrich v. Schlegel poético diabólico?

Fragmentos de Lyceum (48) La ironía es la forma de lo paradójico. Paradójico es todo


lo que es a la vez bueno y grande.
(selección)
(55) Un hombre verdaderamente libre y cultivado debería poder
(1) Se llama artistas a muchos que en realidad son obras de arte
situarse, a voluntad, en una tesitura filosófica o filológica,
de la naturaleza.
crítica o poética, histórica o retórica, antigua o moderna; a su
(16) El genio no es, ciertamente, cosa de la voluntad (Willkür), entero arbitrio, igual que se templa un instrumento, a cada
pero sí lo es de la libertad, al igual que el ingenio, el amor y la momento y en cualquier intensidad.
fe, que en su momento han de llegar a ser artes y ciencias. Debe
(63) Ni el arte ni las obras hacen al artista, sino la sensibilidad
exigirse genio de todo el mundo, pero sin esperarlo. Un
y el entusiasmo y el impulso.
kantiano llamaría a esto el imperativo categórico de la
genialidad. (85) Todo genuino autor escribe o para nadie, o para todos.
Quien escribe para que le lean éste o aquel merece no ser leído.
(19) A más de un poema se lo ama igual que las monjas al
Salvador. (90) El ingenio es una explosión de espíritu latente.
(20) Un texto clásico nunca debe poder comprenderse (104) Lo que habitualmente se llama razón es sólo un género de
totalmente. Pero aquellos que son cultos y que se cultivan la misma. Hay también una razón espesa e ígnea, que hace del
deben siempre querer aprender cada vez más de él. ingenio propiamente ingenio y que confiere al estilo genuino lo
que tiene de elástico y eléctrico.
(23) En un buen poema debe ser todo intención y todo instinto.
Así se hace ideal. Ideas
(24) Incluso los autores más insignificantes se asemejan cuando (selección)
menos al gran autor del cielo y de la tierra en que después de (2) Un hombre de religión es quien vive sólo en lo invisible y
concluir su jornada de trabajo suelen decir para sí: “Y vio que para quien todo lo visible tiene sólo la verdad de una alegoría.
cuanto él había hecho era bueno”.
(8) El entendimiento –dice el autor de los Discursos sobre la
(30) En las tragedias modernas aparece de vez en cuando Dios religión– sólo sabe del Universo; cuando la fantasía reina tenéis
padre en lugar del destino, pero aún con más frecuencia aparece
el mismo diablo. ¿Cómo es que esto todavía no ha inducido a
45

un dios. Totalmente correcto: la fantasía es el órgano del entonces es moral. Si es sólo la obra de una fuerza y una arte
hombre para la divinidad. aislados, entonces no lo es.
(11) Sólo por medio de la religión nace de la lógica la filosofía, (34) Quien tiene religión, hablará como poeta. Pero para
sólo de ella viene todo lo que en ésta es más que ciencia. Y, sin buscarla y descubrirla el instrumento es la filosofía.
ella, tendríamos, en vez de una poesía eternamente plena e (38) En el mundo del lenguaje, o lo que significa exactamente
infinita, tan sólo novelas, o el jugueteo que ahora se denomina lo mismo, en el mundo del arte y la cultura, la religión aparece
bellas artes. necesariamente como mitología no como Biblia.
(13) Solamente puede ser un artista aquel que tiene una religión (45) Un artista es quien tiene su centro en sí mismo. Quien
propia, una visión original de lo infinito. carece de él debe elegir un guía o mediador determinado fuera
(15) Todo concepto de Dios es palabrería vana. Pero la idea de de sí, naturalmente no para siempre, sólo al principio. Pues sin
la divinidad es la idea de todas las ideas. un centro vivo el hombre no puede existir, y si todavía no lo
tiene en sí, entonces sólo es lícito buscarlo en un hombre, sólo
(16) El hombre de religión meramente como tal se halla solo en
un hombre y su centro pueden estimular y despertar el suyo
el mundo invisible. ¿Cómo puede aparecer ante los hombres?
propio.
No querrá ninguna otra cosa sobre la tierra que dar a lo finito
forma de lo eterno y, así, tenga su tarea los nombres que tenga, (54) El artista debe querer dominar tan poco como servir. Sólo
debe ser y seguir siendo un artista. puede formar, y nada más que formar; no puede hacer, por
tanto, otra cosa para el Estado que formar a los señores y a los
(20) Artista es aquel para quien el fin y el medio de la
servidores, elevar a los políticos y administradores a la
existencia es cultivar la sensibilidad.
categoría de artistas.
(25) La vida y la fuerza de la poesía consiste en que salga de sí
(69) La ironía es la conciencia clara de la agilidad eterna, del
misma, arranque un pedazo de la religión y, apropiándoselo,
caos y su infinita plenitud.
retorne entonces a sí misma. Exactamente lo mismo ocurre
también con la filosofía. (71) Sólo es un caos la confusión de la que puede surgir un
mundo.
(28) El hombre es una creadora mirada atrás de la naturaleza.
(75) La poesía, como la más bella florescencia de una
(33) La moralidad de un escrito no reside en su objeto, ni en la
organización concreta, es muy local; la filosofía de diferentes
relación entre el autor y el lector, sino en el espíritu del
planetas no podría ser muy diferente.
tratamiento. Si éste rezuma toda la riqueza de la humanidad,
46

(108) Aquello que podía hacerse mientras que filosofía y poesía


estuvieran separadas está ya hecho y acabado. Así, pues, ha (156) A Novalis.
llegado el momento de unir ambas.
Tú no vacilas en el límite, sino que en tu espíritu se han
(117) La filosofía es un elipse. Uno de sus centros, del que compenetrado íntimamente poesía y filosofía. Tu espíritu fue
estamos ahora más cerca, es la autonomía de la razón. El otro para mí el más cercano en medio de estas imágenes de
es la idea del universo, y, en éste, la filosofía entra en contacto inconcebible verdad. Lo que tú has pensado, lo pienso yo; lo
con la religión. que yo pienso, lo pensarás tú, o lo has pensado ya. Hay
desacuerdos que no hacen sino confirmar el supremo acuerdo.
Todas las doctrinas del Oriente eterno pertenecen a todos los
artistas. A ti nombro en lugar de todos los demás.
47

aparición al contemplar algunos rostros y figuras humanos, será


Textos de Novalis excelente al descubrir ciertos ojos, minas, movimientos, al oír
determinadas palabras, al leer ciertas páginas, en ciertas
Granos de Polen orientaciones de la vida, el mundo y el destino. Muchos azares,
(selección) algunos acontecimientos naturales, y especiales años y
21. Genio es la facultad de tratar tanto objetos inventados como estaciones nos traen ese tipo de experiencias. Ciertos estados de
objetos reales, y de tratar objetos inventados como objetos ánimo favorecen enormemente dichas evidencias. La mayoría
reales. Presentar el talento mismo, observar correctamente, son momentáneas, muy poco detenidas, casi ninguna
describir las observaciones conforme a su finalidad, son cosas permanente. Se da aquí una gran diferencia de unas personas a
distintas al genio. Sin ese talento sólo se ve a medias y no se otras. Unos disponen de una capacidad para la revelación
llega a ser genio. Puede contarse con disposiciones geniales superior a la de otros; unos tienen más sentido, los otros más
que, a falta del nombrado talento, no llegan a desarrollarse. entendimiento para la misma. A los últimos se les pronunciará
como una mansa luz en su permanencia, mientras que los
22. Uno de los prejuicios más infundados es el que le esté
primeros sólo disfrutarán de iluminaciones cambiantes, aunque,
negada al hombre la facultad de hallarse fuera de sí, de
eso sí, más luminosas y variadas. Esta facultad puede
mantenerse en un estado de conciencia más allá de los sentidos.
desembocar asimismo en enfermedad, que, en su caso, indicará,
El hombre querría ser en todo momento una esencia
o bien una sobreabundancia de sentido e insuficiencia de
suprasensible. Si no, no sería ciudadano del mundo, sería una
entendimiento, o bien sobreabundancia de entendimiento e
bestia. Obviamente, en tal estado el discernimiento, el auto
insuficiencia de sentido.
encuentro de sí mismo, es enormemente difícil, pues el hombre
queda ligado ininterrumpida y necesariamente al cambio del 30. Lo insignificante, vulgar, tosco, feo, grosero se hace
resto de las circunstancias. Pero, cuanto más consistentes sociable por medio del Witz. Únicamente lo es, por así decirlo,
seamos en tal estado, la convicción que de éste surge será cada en virtud del Witz: su determinación final es el Witz.
vez más viva, poderosa y suficiente; la fe en la auténtica 40. En almas serenas no existe el Witz. El Witz manifiesta un
evidencia del espíritu. No es ver, oír, sentir; está compuesto de equilibrio perturbado; es la consecuencia del trastorno y al
todos ellos, más incluso que los tres juntos: un sentimiento de mismo tiempo el mediador de su aparición. La pasión posee el
conciencia inmediata, una visión más real, más propia de mi Witz más agudo. El estado de disolución de todas las relaciones,
vida. Los pensamientos se transforman en leyes, los deseos en la desesperación o la muerte espiritual son las formas más
consumaciones. Para el débil la cristalización fáctica de ese espantosas de Witz.
momento es un artículo de fe. Especialmente llamativa será la
48

71. Poeta y sacerdote eran uno al principio, y sólo en tiempos


posteriores se separaron. Pero el verdadero poeta es siempre
sacerdote, del mismo modo que el verdadero sacerdote ha
permanecido siempre poeta. ¿Y no debería el futuro hacer
renacer la antigua condición?
110. El mundo de los hombres es el órgano colectivo de los
dioses. La poesía lo unifica, como a nosotros.
49

Ironía y romanticismo tendencias o puntos de vista completamente secundarios, a los


que declaraban, con gran impertinencia, como la representación
G. W. F Hegel más elevada y excelsa del arte.
Esta corriente y principalmente las ideas y doctrinas de
Beneficiándose del despertar filosófico de la idea, A. W. F v. Schlegel han dado origen a la ironía en sus formas varias.
y F. V. Schlegel (para resumir brevemente esta evolución), en Por una parte, ésta ha encontrado una justificación más
su búsqueda de lo nuevo y original, se han apropiado de la idea profunda en la filosofía de Fichte, en la medida en que los
filosófica, justamente de aquello que sus naturalezas, más principios de esta filosofía han sido aplicados al arte. Schlegel
críticas que filosóficas, eran capaces de asimilar. En efecto, ni y Schelling han tomado ambos como punto de partida el punto
uno ni otro podían pretender a la vocación a través del de vista de Fichte, Schelling para superarlo y Schlegel para
pensamiento especulativo. Pero, gracias a su talento crítico, han desarrollarlo a su manera, y a continuación, olvidarlo. En lo
sabido aproximarse al punto de vista de la idea y se han lanzado que concierne a las relaciones más estrechas entre las
con gran audacia, aunque con un bagaje filosófico más bien proposiciones de Fichte y una de las corrientes de la ironía,
escaso, a una brillante polémica en contra de las formas bastará con indicar que Fichte veía en el yo, el yo absoluto y
corrientes de ver, y han introducido en varias ramas del arte un formal, el principio absoluto de todo saber, de toda razón, de
nuevo criterio de juicio y puntos de vista más elevados que todo conocimiento. El yo es concebido así como simple en sí,
aquellos que combatían. Sin embargo, como su crítica carecía lo que implica, por una parte, la negación de toda
del apoyo que podía suministrar un conocimiento filosófico particularidad, de toda determinación, de todo contenido (pues
profundo de su criterio, éste se revelaba algo vago y vacilante, todas las cosas se deterioran en esta libertad y esta unidad
y por ello sus juicios pecaban una veces por defecto y otras por abstractas); por otra parte, todo contenido sólo tiene valor para
exceso. Pero aunque hayan conseguido el mérito incontestable el yo en cuanto es sustentado y sancionado por él. Todo lo que
al exhumar y estudiar con amor las obras de tiempos pasados, es, sólo es por el yo, y todo lo que existe por el yo puede
tratadas por su época con desprecio, como la antigua pintura igualmente ser destruido por el yo.
italiana y holandesa, los Nibelungos, etc., o ignoradas
Mientas sólo se tengan en cuenta estas formas
totalmente, como la poesía hindú y la mitología, cometieron,
completamente vacías, que tienen su origen en lo absoluto del
sin embargo, el error de atribuir a estas obras un valor
yo abstracto, nada parece tener un valor propio, salvo el que le
exagerado, al admirar, por ejemplo, obras tan mediocres como
imprime la subjetividad del yo. Pero, si esto es así, el yo se
las comedias de Holberg, o al atribuir un valor general a lo que
convierte en el amo y señor de todo, y no hay nada, ni en la
sólo tenía un valor relativo, o bien entusiasmándose por falsas
moral, ni en el derecho, ni en lo humano y lo divino, en lo
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profano y lo sagrado, que no deba ser previamente sustentado aspecto bajo el cual me presento a ellos, si creen que tomo en
por el yo y no pueda, por lo mismo, ser suprimido por él. consideración lo que soy y lo que hago. ¡Cómo se equivocan
Asimismo, todo lo que existe en sí y por sí sólo es apariencia; estos pobres individuos limitados y privados del órgano y de la
en lugar de llevar su verdad y realidad en ellas mismas, las facultad necesarios para comprender mi punto de vista y
cosas sólo poseen la apariencia que recibe del yo, sometidas elevarse a su altura! Esto demuestra que todo el mundo no es
como están a su fuerza y arbitrio. La afirmación y la supresión bastante libre (una libertad formal, se entiende) como para ver,
dependen completamente de la voluntad del yo, concebido en todo lo que para el hombre aún tiene valor, dignidad y
como un yo absoluto. carácter sagrado, únicamente un producto de mi fuerza y mi
voluntad, que son las únicas guías que utilizo cuando tengo que
Además, el yo es un individuo vivo, activo, y su vida
afirmar, expresar y decidirme. Ahora bien, esta virtuosidad de
consiste en formar su individualidad por sí mismo y por los
una vida artísticamente irónica ha recibido el nombre de divina
otros, expresarla y afirmarla. Cualquier hombre, mientras vive,
genialidad para la que todo y todos sólo son cosas desprovistas
intenta realizarse y se realiza. Aplicado al arte, este principio
de substancia, a las que el creador libre, liberado de todo, no
significa que el artista debe vivir como artista, y dar a su vida
sabría apegarse, ya que puede tanto destruirlas como crearlas.
una forma artística. Pero, según este principio, vivo como
Aquel que se sitúa en este punto de vista de la divina
artista si todos mis actos, todas mis expresiones, con tal que
genialidad, mira a los otros hombres de arriba abajo, los
posean un contenido cualquiera, sólo son para mí apariencias y
considera limitados y vulgares, puesto que están aún aferrados
únicamente reciben la forma que les impone mi fuerza. Se
desprende que no puedo tomar en serio ni este contenido, ni su al derecho, a la moral, etc., y ven en estas pequeñeces cosas
esenciales. Por esto el individuo que vive de tal forma puede
expresión y realización, pues sólo se toma en serio lo que
mantener relaciones con otros, tener amigos, amantes, etc.,
presenta un interés substancial, algo plenamente significativo
pero, al ser un genio, estima que dada la realidad que se
como la verdad, la moralidad, etc., un valor esencial, de forma
atribuye a sí mismo y a su actividad particular, y en relación a
que yo me transformo en esencial yo mismo, por mí mismo, en
lo general como tal, todas estas relaciones no tiene importancia
la medida en que me sumo en ese contenido y me identifico con
y las trata desde lo alto de su ironía.
él a través de todo mi saber y toda mi actividad. Si el artista
adopta este punto de vista de un yo que establece y destruye Tal es la significación general de la genial ironía divina:
todo, para el cual ningún contenido es absoluto ni existe por sí es la concentración del yo en el yo, por la cual todos los lazos
mismo, a sus ojos no aparecerá nada que tenga un carácter están rotos y sólo puede vivir en la felicidad que produce el
serio, pues el formalismo del yo es la única cosa a la que goce de sí mismo. Fue F. v. Schlegel quien inventó esa ironía, y
atribuirá valor. Los otros pueden muy bien tomar en serio el
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muchos otros se han librado a habladurías sobre el tema del sujeto irónico, sino que el artista debía igualmente, además
después de él o han comenzado a hablar en nuestros días. de estas obras de arte que son sus propias acciones, etc., crear
obras de arte exteriores por un esfuerzo de imaginación. El
Otra expresión de la negatividad irónica consiste en la
principio de estas producciones, de las que se encuentran los
afirmación de la vanidad de lo concreto, de la moral, de todo lo
principales ejemplos en la poesía, es tanto la representación de
que es rico en contenido, de la nulidad de todo lo que es
lo divino como de lo irónico. Pero lo irónico, que es lo propio
objetivo y posee un valor inmanente. Cuando el yo adopta este
de la individualidad genial, consiste en la autodestrucción de
punto de vista, todo le parece mezquino y vano, a excepción de
todo lo que es noble, grande y perfecto, de forma que, incluso
su propia subjetividad, que, por ello, se convierte en vacía y
en sus producciones objetivas, el arte irónico se encuentra
vana. Por otra parte, el yo puede no sentirse satisfecho de este
reducido a las representaciones de la subjetividad absoluta,
goce de sí mismo, considerarse incompleto y sentir la necesidad
puesto que todo lo que tiene valor y dignidad para el hombre se
de algo sólido y substancial, que posea intereses precisos y
revela inexistente a consecuencia de su autodestrucción. Ésta es
esenciales. De esto se desprende una situación incómoda y
la razón por la que no se toma en serio no sólo la justicia, la
contradictoria, pues el sujeto aspira a la verdad y a la
moral, la verdad, sino tampoco lo sublime y lo mejor, puesto
objetividad, pero es incapaz de salir de su aislamiento, de su
que, al manifestarse entre los individuos, en sus caracteres y sus
retiro, de su interioridad abstracta e insatisfecha. El sujeto cae
acciones, se contradicen y se destruyen ellos mismos; dicho de
entonces en una serie de tristeza lánguida, de la que se
otra manera, sólo son una ironía de ellos mismos.
encuentran síntomas en la filosofía de Fichte. La insatisfacción
que se desprende de este desencanto y de esta incapacidad que Considerada de una forma abstracta, esta forma se
impiden al sujeto actuar y ocuparse de cualquier cosa, mientras aproxima a lo cómico, pero entre lo irónico y lo cómico
su nostalgia de lo real y absoluto le hace sentir su vacío e subsisten diferencias esenciales. Lo cómico se limita a demoler
irrealidad, que son un rescate de su pureza, engendra un estado lo que está desprovisto de valor en sí, un fenómeno falso y
mórbido que es el de una hermosa alma muriendo de hastío. contradictorio, una chifladura, una manía, un capricho
Una alma verdaderamente hermosa actúa y vive en lo real. Pero particular que se levanta contra una pasión poderosa, un
el hastío procede del sentimiento que tiene el sujeto de su principio o una máxima que nada justifican y que no resisten a
nulidad, de su vacío y de su vanidad, así como de su impotencia las críticas. Pero es otra cosa cuando se repudia y se reniega de
para escapar de esa vanidad y conseguir un contenido todos los valores concretos, de todo contenido substancial
substancial. existente en el individuo y, además, cuando esta repudiación y
esta negación son el hecho del individuo mismo, portador de
Pero erigida en forma de arte, la ironía no se contentó
estos valores y de este contenido. Se puede decir de ese
con imprimir un carácter artístico a la vida y a la individualidad
52

individuo que está dotado de un carácter mezquino y carácter otras. Y es bueno que sea así, que estas
despreciable, y que sus negaciones prueban únicamente su deshonestidades e hipocresías no consigan satisfacer y que los
debilidad y su inferioridad moral. hombres no consientan en internarse más que en cosas vivas
verdaderas, en caracteres llenos de savia.
Por ello las diferencias entre lo irónico y lo cómico
afectan esencialmente el contenido de lo que se destruye. Pero A modo de observación histórica, habría aún que añadir
aquellos que se complacen en estas destrucciones son sujetos que han sido Solger16 y Ludwig Tieck17 quienes han hecho de
malos e ineptos, incapaces de poseer objetivos firmes e la ironía el principio supremo del arte.
importantes, y que, una vez han conseguido imponerse un No es este el lugar indicado para hablar de Solger como
objetivo, no tardan en renunciar a él y aniquilarlo. Es una ironía lo merece. Por ello me limitaré a hacer algunos breves
basada en una falta de carácter, y aquella que los partidarios de alusiones. Lejos de contentarse, como otros, con una cultura
la ironía aprecian más. Lo que caracteriza, en efecto, a un filosófica superficial, Solger sentía una profunda necesidad
hombre que tenga carácter, es que sabe fijarse objetivos y especulativa que le impulsaba a proseguir a fondo sus
defenderlos, hasta el punto que estimaría que habría perdido su meditaciones relacionadas con la idea filosófica. Llegó así
individualidad si tuviera que renunciar a ellos. Esta constancia hasta el momento dialéctico de la idea que yo llamo
y la sustancialidad del objetivo constituyen la base de lo que se "negatividad absoluta e infinita", a los esfuerzos de la idea para
llama un carácter. Catón podía vivir solo como romano y negarse, como general e infinita, para afirmarse como
republicano. Pero desde el instante en se hace de la ironía la terminada y particular, para negar a continuación esta negación
base de la representación artística, se hace de lo no artístico el misma y reafirmarse finalmente como lo universal e infinito en
gran principio de la creación de las obras de arte, y sólo se llega el seno de lo particular y finito. Solger insistía mucho en esta
a realizar formas que, si están vacías, carecen completamente negatividad, que constituye, es cierto, un momento de la idea
de contenido, puesto que lo substancial queda eliminado como especulativa, pero, concebida como la expresión de la
desprovisto de valor. A lo que se añaden aún a veces los
decaimientos y las contradicciones no resueltas, de las que 16
Karl Wilhelm Ferdinand Solger (1780-1819), profesor en Berlín. Pone
hemos hablado con anterioridad. Semejantes representaciones énfasis en la negatividad del arte, exponiendo que en arte la idea se revela
no están hechas para suscitar interés alguno. De ahí las como proceso dialéctico a través de su negación, proceso por que accede del
continuas quejas de los irónicos contra el público, al que acusan objeto a su representación. En este sentido, la experiencia estética
representaría el fracaso del racionalismo metafísico, de la reconciliación
de falta de comprensión de ideas acerca del arte y del genio, lo entre finito e infinito, idea que recogerán Kierkegaard y Schopenhauer.
cual prueba que el público no experimenta ningún placer al 17
Ludwig Tieck (1773-1853). Escritor, dramaturgo, poeta. Traductor de
contemplar estas producciones vulgares, absurdas unas y sin Don Quijote al alemán.
53

inestabilidad dialéctica y de la supresión dialéctica de lo


infinito y de lo finito, sólo es un momento, y no, como creía
Solger, toda la idea. Una muerte prematura ha impedido
desgraciadamente a Solger llegar a una elaboración completa
de la idea filosófica e ir más allá de este aspecto de la
negatividad que, por su destrucción de lo que es preciso y
substancial en sí, se aproxima a la concepción irónica y en la
cual había creído reconocer el verdadero principio de la
actividad artística. Pero, en su vida real, dio prueba de una
firmeza, una seriedad y una distinción de carácter que no
permiten situarlo sin reserva entre los artistas irónicos que
hemos caracterizado anteriormente, y su profunda comprensión
de las obras de arte auténticas, que sus profundos estudios han
llevado al más alto grado, no tenía nada de irónica propiamente
hablando. Tenemos el deber de rehabilitar a Solger, que por su
vida, su filosofía, y en nombre del arte, no debe ser confundido
con los apóstoles de la ironía.
En lo que concierne a Ludwig Tieck, su formación se
remonta igualmente al período de que Iena (Jena) fue durante
algún tiempo el centro. Tieck y otros miembros de este
honorable medio se sirven de una formación completamente
familiar de expresiones tomadas de los irónicos, sin decirnos, G. W. F. Hegel. (1985) Introducción a la Estética. Barcelona:
por otra parte, lo que entienden por ellas. De esta forma Tieck Península. Pp. 115-122
no cesa de glorificar la ironía, pero cuando comienza a juzgar
las grandes obras de arte lo hace de una forma perfecta y sabe
apreciarlas en su valor, y aquellos que esperan que se beneficie
de la excelente ocasión que se presenta para desprender la
ironía encerrada en una obra como Romeo y Julieta, por
ejemplo, quedan decepcionados, pues prescinde de la ironía.
54

Introducción a la estética De esta condición se desprende una segunda: el contenido


del arte no debe tener nada de abstracto, no sólo debe ser
G. W. F. Hegel sensible y concreto, por oposición a lo que participa del espíritu
Resumen del plan general de la obra y el pensamiento, sino también por oposición a lo abstracto y a
lo sencillo en sí. Pues todo lo que existe verdaderamente en el
Después de todos los preliminares que se acaban de espíritu y en la Naturaleza es concreto y, a despecho de toda
leer, ha llegado el momento de abordar nuestro estudio, el del generalidad, subjetivo y particular.
tema propiamente dicho. Después de haber hablado del arte Cuando se dice de Dios, por ejemplo, que es simplemente
como de una emancipación de la idea absoluta y tras asignarle uno, el ser supremo como tal, sólo anunciamos una abstracción
como objetivo la representación sensible de lo bello, tenemos muerta producto del entendimiento irracional. Tal Dios, por el
ahora que demostrar en este resumen, al menos de una forma hecho de que no está concebido en su verdad concreta, no
muy general, cómo las partes particulares se desprenden del suministrará al arte, sobre todo al arte plástico, ningún
concepto de lo bello artístico, concebido como una contenido. Por esto los judíos y los turcos, para los que Dios no
representación de lo Absoluto. Igualmente, para que este es una abstracción del entendimiento, no lo representan jamás
resumen no parezca arbitrario, debemos darle como base la en el arte de una forma positiva, como los cristianos a su Dios.
necesidad, es decir, comenzar por una definición muy general En efecto, en el cristianismo la idea de Dios es la de un Dios
del concepto. verdadero, de una persona, de un sujeto y, más exactamente, de
Ya hemos dicho que el contenido del arte está formado un espíritu. Lo que él es como espíritu es exteriorizado para la
por la idea, representada bajo una forma concreta y sensible. La representación religiosa bajo la forma de una trinidad que es al
tarea del arte consiste en conciliar, formando con ellas una libre mismo tiempo unidad. De esta manera se realiza la unidad de lo
totalidad, estas dos partes: la idea y su representación sensible. esencial, lo general y lo particular, y esta unidad es la que
La primera condición que debe cumplirse para que exista esta constituye lo concreto. Ahora bien, lo mismo que un contenido
conciliación es que el contenido a representar se preste a la sólo es verdadero por su calidad de concreto, el arte exige lo
representación por el arte. Sin esto, obtenemos una mala mismo para sus representaciones de los contenidos concretos,
asociación: unas veces se quiere dar una forma determinada a pues lo abstracto y lo general no están hechos para diluirse en
un contenido impropio a la representación concreta y exterior, particularidades y en apariencias, sin romper su propia unidad.
otras veces tal tema prosaico en sí no puede encontrar su Para que una forma o una figura sensible corresponda a
representación adecuada más que bajo una forma opuesta a la un contenido verdadero y, por consiguiente, concreto, es
que se quiere darle. necesario, pues, y esta es la tercera condición, que esta forma o
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figura sea igualmente individual y esencialmente concreta. En puramente accidental de hacer sensible un contenido, no ofrece
efecto, es la cualidad concreta de las dos partes del arte, tampoco el medio más perfecto para captar lo concreto
contenido y representación, lo que constituye el punto de su espiritual. El pensamiento, en este aspecto, le es superior, pues
encuentro, de su correspondencia: de esta manera la forma aunque relativamente abstracto, para estar de acuerdo con la
natural del cuerpo humano, por ejemplo, es un concreto verdad y la razón, el pensamiento no debe dejar de ser
sensible capaz de representar al espíritu y de acomodarse a él. concreto. Para darse cuenta en qué medida tal forma artística
Por ello hay que renunciar a la idea según la cual sólo por azar corresponde a tal contenido, y para saber si éste, por su
se elige una forma para representar tal realidad exterior. El arte naturaleza, no exige una forma más elevada y espiritual, sólo
elige una forma determinada, no porque la encuentre en el hay que comparar los dioses de la escultura griega con la idea
estado preexistente, ni porque no encuentre otra, sino porque el cristiana de Dios. El dios griego no es una abstracción, es
mismo contenido concreto le facilita la indicación de la forma individual y recibe una forma que se aproxima a las formas
de su realización exterior y sensible. Por esta razón este naturales; el dios cristiano es también una personalidad
sensible concreto, en el cual se manifiesta un contenido de concreta pero lo es en tanto que espiritualidad pura y debe ser
esencia espiritual, habla igualmente al alma y a la forma conocido como espíritu y en espíritu. Lo que nos garantiza su
exterior, por la cual se hace accesible a nuestra intuición y existencia es principalmente el conocimiento interno que
representación, y tiene por objeto el despertar un eco en nuestra tenemos de él, pero no su representación exterior, que será
alma y nuestra mente. Con miras a este objetivo, el contenido y siempre incompleta, puesto que no puede traducir toda la
su realización artística se combinan recíprocamente. Lo que profundidad de su concepto.
sólo es el concreto sensible, la naturaleza exterior, no existe Puesto que, después de lo que se acaba de decir, la tarea
únicamente con miras a este objetivo. El plumaje variopinto de del arte consiste en hacer que la idea sea accesible a nuestra
las aves brilla, aunque nadie lo vea, su canto suena, aunque contemplación bajo una forma sensible, y no bajo la del
nadie lo oiga; hay flores que viven sólo una noche y se ajan, sin pensamiento y la de la espiritualidad pura en general, y que esta
haber sido admiradas en las selvas vírgenes del Sur, y estas representación saque su valor y dignidad de la correspondencia
selvas lujuriantes forman una red inextricable de plantas raras y entre la idea y su forma, fundidas juntas interpretándose, la
magníficas, de aromas deliciosos, que perecen y a veces cualidad del arte y la medida en que la realidad que representa
desaparecen sin que nadie haya podido admirarlas. Pero la obra esté de acuerdo con su concepto dependerán del grado de
de arte no representa este despego desinteresado: es una fusión, de unión, que exista entre la idea y la forma.
pregunta, una llamada hecha a las almas y a las mentes.
Aunque, bajo este aspecto, el arte no constituye un medio Es esta marcha hacia la expresión de la verdad cada vez
más alta, cada vez más de acuerdo con el concepto de espíritu,
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en una palabra, cada vez más espiritualizada, lo que suministra 1) En primer lugar tendremos una parte general. Tendrá
las indicaciones concernientes a las divisiones de la ciencia del por objeto la idea general de lo bello artístico, en tanto que
arte. En efecto, el espíritu, antes de llegar al verdadero ideal, así como las relaciones más estrechas que existen entre
concepto de su esencia absoluta, debe pasar por diversos grados éste y la Naturaleza, por un lado, y la creación artística
que le son impuestos por este concepto mismo, y esta evolución subjetiva por otro.
del contenido que se da a sí mismo corresponde, en estrecha 2) El concepto de lo bello artístico da a continuación
conexión con ella, una evolución de representaciones concretas
lugar a una parte especial; las diferencias esenciales que abarca
del arte, de formas artísticas, por medio de las cuales el espíritu este concepto se convierten en una sucesión de formas artísticas
toma conciencia de sí mismo. particulares.
Esta evolución que se realiza en el seno del espíritu 3) Finalmente, tendremos que considerar la
presenta a su vez dos aspectos, en relación con su naturaleza: diferenciación de lo bello artístico, la marcha del arte hacia la
en primer lugar, esta evolución es de orden espiritual y general; realización sensible de sus formas y hacia el establecimiento de
consiste en la sucesión gradual de representaciones artísticas un sistema que comprenda las artes particulares y sus
relacionadas con las concepciones del mundo, que reflejan las variedades.
ideas del hombre respecto a sí mismo, a la Naturaleza y a lo
divino; en segundo lugar, esta evolución que se realiza en la En lo que concierne a las dos primeras partes, conviene
evolución del arte debe traducirse de una forma directa y por recordar, para facilitar la comprensión de lo que va a seguir,
medio de existencias sensibles que corresponden a las artes que la idea de lo bello artístico no debe confundirse con la idea
particulares formando una totalidad, pese a sus diferencias como tal, que una lógica metafísica debe considerar como
necesarias. Las diferentes modalidades de la creación artística absoluta, sino como una idea transfigurada en realidad y no
participan del espíritu de una forma general, no están ligadas a formando más que un todo con ella. Ciertamente que la idea
materiales determinados, a exclusión de todas las otras, y sus como tal es la verdad en sí, pero la verdad en su generalidad,
expresiones sensibles presentan, por su lado, diferencias aún no objetivada, mientras que la idea de lo bello artístico
esenciales; pero en la medida en que está animada por el tiene una función más precisa: ser una realidad individual, lo
concepto, se establecen entre una materia sensible determinada mismo que las manifestaciones individualidades de la realidad
y tal o cual forma de creación artística unas relaciones más están destinadas a dejar transparentar la idea de la cual ellas son
estrechas y un acuerdo, por decirlo así, secreto. las realizaciones. Esto viene a decir que debe haber una
adecuación completa entre la idea y su forma, como realidad
Partiendo de estas consideraciones, se puede dividir concreta. Comprendida de esta forma, la idea, realizada
nuestra ciencia en tres secciones principales:
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conforme a su concepto, constituye lo ideal. Se podría, a simple conciencia y de la representación artísticas, puede ocurrir que el
vista, interpretar esta correspondencia, suponiendo que artista desprecie o suprima intencionalmente, y no por falta de
importara poco la forma a condición de que expresara tal o cual experiencia o habilidad técnicas, tales o cuales formaciones
idea definida. Pero en esta suposición se confunde la verdad de naturales, porque tal es la exigencia del contenido que se
lo ideal con la simple exactitud que consiste en expresar una encuentra en su conciencia. Existe así un arte en el que, sin
cosa de una forma conveniente, con tal de que se encuentre faltarle nada en su propio ámbito, y desde puntos de vista
directamente el sentido y la significación en la manera como técnicos y otros, es imperfecto en cuanto concepto del arte
está expresada. No es esta la forma en que hay que considerar mismo y de lo ideal. Ahora bien, en el arte más elevado, la idea
lo ideal. Es posible obtener una representación adecuada de un y la representación se corresponden de una forma conforme con
contenido, en lo que tiene de esencial, sin que haya lugar a la verdad, en el sentido de que la forma en que la idea se
hablar a este propósito de belleza artística. Desde el punto de incorpora es la forma verdadera en sí, y de que la idea que
vista de la belleza ideal, se puede encontrar semejante expresa constituye, a su vez, la expresión de una verdad. A esto
representación defectuosa. A este propósito, destaquemos se añade además, como ya se dijo, que la idea considerada
inmediatamente, sin perjuicio de volver sobre el tema más como tal, independientemente de su representación, actúa como
adelante, que la defectuosidad de una obra de arte no es una totalidad concreta que tiene en ella misma la medida y el
siempre debida a la falta de habilidad del artista, sino que la principio de su particularización y de su modo de
insuficiencia de la forma resulta igualmente de la insuficiencia manifestación. Por ejemplo, la imaginería cristiana sólo puede
del contenido. Por ello, por ejemplo, los chinos, los judíos y los representar a Dios dándole una forma humana y una expresión
egipcios han creado obras de arte, imágenes de dioses e ídolos espiritual, porque concibe a Dios como un espíritu concentrado
deformes o que tienen formas imprecisas, de los que la verdad en sí mismo. La determinación es como el punto que permite
está ausente, sin que nunca pudieran llegar a la belleza llegar a la representación, a la manifestación exterior. Cuando
verdadera, y ello porque sus representaciones mitológicas, el esta determinación no es inherente a la totalidad que se
contenido y las ideas incorporadas en sus obras de arte, estaban desprende de la idea misma, y se puede representar esta idea de
aún, también ellas, imprecisas o mal precisadas, en lugar de otra forma que siendo capaz de determinarse y particularizarse
tener un carácter absoluto. Una obra de arte es tanto más por medio de sus propias fuerzas y medios, permanece
perfecta cuanto más su contenido y su idea corresponde a una abstracta y ofrece su determinación y el principio de su
verdad más profunda. No se trata únicamente de una facilidad manifestación particular adecuada, no en ella misma, sino fuera
de captar y reproducir las formaciones naturales, tal y como de ella. Por esto la forma que reviste una idea abstracta es una
existen en la realidad exterior. En cierta fase de desarrollo de la forma exterior, una forma que no se ha dado a sí misma. Por el
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contrario, la idea concreta lleva en ella misma el principio de su relaciones entre el concepto y la realidad, en la manera como el
modo de expresión, se da a sí misma, en completa libertad, la concepto está incorporado en lo real. Estas relaciones son de
forma que le conviene. Por ello la idea verdaderamente tres clases.
concreta engendra la verdadera forma, y es esta En primer lugar, hay una búsqueda de esta unidad
correspondencia entre una y otra lo que constituye lo ideal. verdadera, aspiración a la unidad absoluta: el arte, que no ha
Dado que la idea se presenta así como una unidad llegado aún a esta perfecta interpretación y que no ha
concreta, ésta sólo puede entrar en la conciencia después de una encontrado el contenido que le conviene, no posee aún una
diferenciación, seguida de una mediación conciliadora, de las forma precisa y definitiva. El contenido y la forma siguen
particularidades de la idea, y gracias a este proceso la belleza buscándose, y mientras no se hayan encontrado, reconocido y
artística se convierte en una totalidad de grados y formas unido, el contenido y la forma continuarán siendo ajenos uno a
particulares. Así, pues, tras haber considerado lo bello artístico otra, sólo tendrán entre ellos una relación de contigüidad.
en sí, nos queda por ver cómo se diferencia en sus Al principio, la idea es indeterminada, abstracta,
determinaciones particulares. Este será el tema de la segunda desprovista de claridad, en estado de sustancialidad general, no
parte de nuestra exposición, que estará dedicada a las formas es aún una realidad precisa que se manifieste bajo su verdadera
del arte. Las diferencias que separan estas formas proceden de forma; idea indeterminada –decimos– que no es aún la
las diferencias que existen entre las maneras de captar y subjetividad que exige el ideal o que ella debe ser para ser una
concebir la idea. Por ello, naturalmente, las diferencias están apariencia verdadera; dicho de otra manera, lo bello. Mientras
relacionadas con los modos de expresión. Las formas del arte que la idea no ha asimilado la subjetividad que es la de lo ideal,
corresponden a las diferencias de las relaciones que existen se puede decir que la forma bajo la cual aparece no es su
entre la idea y el contenido, estas relaciones que se desprenden verdadera forma. Nos encontramos aún en presencia de la idea
de la idea misma y facilitan así el verdadero principio de no determinada, sin forma, de la idea que busca su forma,
división del sujeto. Esto se debe a que la división tiene siempre
porque no lleva en sí misma su forma absoluta. Mientras la idea
su raíz en el concepto del que representa, por así decirlo, la no se encarne en una forma absoluta, cualquier otra forma que
ramificación, la diferenciación, la separación de sus elementos pueda revestir permanecerá siéndole ajena.
constitutivos.
Una vez más aparecen dos cosas: la idea y la forma: la
La belleza –como ya hemos dicho– representa la unidad idea es aún abstracta, pues no ha encontrado todavía la forma
del contenido y del modo de ser de este contenido, y deriva de absoluta; la forma bajo la cual se presenta le es ajena,
la apropiación y de la adecuación de la realidad al concepto. inadecuada; no es otra que la materia natural, sensible en
Las modalidades del arte sólo pueden estar basadas en estas
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general. En su inquietud, la idea, no satisfecha, evoluciona en tritura e introduce la desmesura. En las formas así obtenidas, el
esta materia, se esparce en ella, intenta que sea su forma elemento universal se nos presenta como un carácter voluble,
adecuada y apropiarse de ella. Pero dado que es aún arbitrario. Pero como el contenido es indeterminado, su
desmesurada, no puede apropiarse de la materia natural, y expresión es igualmente llevada más allá de toda
hacérsela verdaderamente adecuada; por ello la trata de una determinación. De semejante arte se puede decir que es
manera negativa, intenta elevarla hacia ella y lo hace de una sublime, pero no tiene nada que ver con la belleza. Y, sin
forma igualmente desmesurada, triturándola, violentándola y embargo, incluso en este arte debe haber una cierta
esparciéndose en ella. Es esto consiste lo sublime, y la primera correspondencia, una correspondencia entre el contenido y la
forma de la idea es la forma simbólica; en el arte simbólico forma. La forma, bien es cierto, sufre una violencia y es, por así
tenemos, por un lado, la idea abstracta y, por otro, las formas decirlo, devorada. Sin embargo, debe ser adaptada de cualquier
naturales que no le son adaptadas. La idea, en su desmesura, la forma a un gran contenido. Además, si la materia natural no
idea infinita, se apropia de la forma, y esta apropiación de una está aún verdaderamente adaptada al contenido, es porque el
forma que no le conviene tiene todas las apariencias de la contenido mismo no se presta aún a esta adaptación. La
violencia: para que una forma sea apropiada a una idea a la que correspondencia entre los dos, pues, sólo puede realizarse
no conviene, es necesario que sea maltratada y aplastada. La gracias a una determinación abstracta.
idea que llega así a encarnarse en formas utilizando para ello la Esto es lo que caracteriza al arte simbólico u oriental.
violencia aparece como la representación de lo sublime, porque
estas formas no le son adecuadas. Este arte pertenece a la categoría de lo sublime, y lo que
caracteriza a lo sublime es el esfuerzo de expresar lo infinito.
El contenido es más o menos abstracto, agitado, falto de Pero aquí este infinito es una abstracción a la que no sabría
determinación, de verdadera precisión, y la forma, aún exterior adaptarse ninguna forma sensible; además la forma es llevada
e indiferente, es directa y natural. Tal es la primera más allá de toda medida. La expresión queda en estado de
determinación, determinación abstracta. El contenido es
intento, de ensayo. Se obtienen así gigantes y colosos, estatuas
confuso y abstracto y su aspecto figurado está sacado de la con cien brazos y cien pechos. Por otra parte, sin embargo (y
naturaleza inmediata. Al seguir al arte con más detenimiento en acabamos de decirlo), debe haber, bajo una relación cualquiera
sus esfuerzos y aspiraciones, se comprueba que el pensamiento, una adecuación entre estas formas naturales y sus contenidos.
la idea que carece aún de verdadera determinación, actúa Esta adecuación se presenta bajo el aspecto de una generalidad
arbitrariamente en relación a la materia exterior, natural, y, al abstracta y puramente sensible, que no ha sufrido aún una
no haber conseguido armonizarse con ella, hace que no sean concreción precisa.
naturales las formas naturales mismas, quema la materia, la
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Cuando se presenta, por ejemplo, la fuerza bajo la forma expresión de lo espiritual. Una distancia separa la idea de su
de un león y, por esta razón, se hace de él la representación de representación.
un dios, se establece una correspondencia puramente exterior, Después del arte simbólico viene el arte clásico que es el
abstractamente simbólica. La forma animal, dotada de la de la libre adecuación de la forma y del concepto, de la idea y
cualidad general de la fuerza, tiene una determinación, aunque de su manifestación exterior; es un contenido que ha recibido la
abstracta, pero adecuada al contenido que está destinada a forma que le conviene, un verdadero contenido, exteriorizado
exteriorizar. Este arte es, pues, un arte que busca y aspira, y en
en su verdadero aspecto. Lo ideal del arte se eleva aquí en toda
ello está su simbolismo. Pero, por su concepto y su realidad, es su realidad. Lo que importa, ante todo, es que esta adecuación
un arte aún imperfecto. de la representación y la idea no sea puramente formal: la
Lo que caracteriza al arte simbólico es que tiene como figura, el lado natural, la forma que utiliza la idea, debe estar,
punto de partida las intuiciones extraídas de la Naturaleza, las en sí y para sí, de acuerdo con el concepto. Si no fuera así,
formaciones naturales. Estas formaciones están tomadas tal y cualquier reproducción de la Naturaleza, cualquier retrato, la
como aparecen, pero, se les ha introducido, para darles una representación de cualquier paisaje, de cualquier flor o escena,
significación, la idea substancial, universal, absoluta; etc., en que se pueda hallar un contenido, podrían, si sólo se
interpretadas a la luz de esta idea, aparecen como lo implicante, tuviera en cuenta la correspondencia pura y simple entre el
como lo conteniente. Esta forma de tratar las formaciones contenido y la forma, ser clasificados de clásicos. En el arte
naturales constituye lo que se llama el panteísmo de Oriente. clásico lo sensible, lo figurado, deja de ser natural. Se trata
Una libertad abstracta en infinita se da así libre curso. Al querer evidentemente de una forma natural, pero sacada de la
hacer que la materia sea adecuada, se la lleva hasta lo indigencia de la caducidad y perfectamente de acuerdo con su
monstruoso, se desfigura la forma y se la hace grotesca. O bien concepto.
se introduce la idea, lo universal, en las formas más ingratas. El concepto primitivo y universal es el que, gracias a su
Este es el arte simbólico. El símbolo es una representación con
actividad creadora, ha descubierto esta forma que hay que dar a
un significado que no forma unidad con la expresión, la lo espiritual. Está representada por la figura humana, y era
representación: hay siempre una diferencia entre la idea y su utilizable, puesto que la forma humana, de una manera general,
expresión. El simbolismo está caracterizado por una diferencia representa a su vez el desarrollo del concepto; es la única en la
entre lo de afuera y lo de adentro, por una falta de apropiación, cual se exterioriza, se representa y se manifiesta, y no en
de adaptación, de adecuación, entre la idea y la forma que debe ninguna otra forma; de manera que lo espiritual, en la medida
significarla, lo que hace que esta forma no constituya la pura en que se manifiesta, sólo puede hacerlo revistiendo la forma
humana. El espíritu del arte ha encontrado por fin su forma. El
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verdadero contenido es un espiritual concreto, cuyo lo cual no puede, por otra parte, encontrar su expresión más que
elemento concreto está representado por la forma humana, en la espiritualidad pura. Esta última circunstancia constituye la
pues es la única que puede revestir lo espiritual en su debilidad y la insuficiencia del arte clásico, debilidad e
existencia temporal. En la medida en que el espíritu existe, insuficiencia ante las que termina, a su vez, por sucumbir.
y existe como una existencia sensible, sólo puede La fase siguiente, que es la tercera, está marcada por la
manifestarse bajo la forma humana. Así se encuentra ruptura de la unidad del contenido y de la forma, es decir, por
realizada la belleza en todo su esplendor, la belleza perfecta. Se
una vuelta al simbolismo, pero por una vuelta que es al mismo
había pretendido que la personificación y la humanización de lo tiempo un progreso. Como arte, el arte clásico ha alcanzado los
espiritual equivalían a su degradación; sin embargo, si el arte más altos niveles; su defecto es el de ser únicamente un arte, un
quiere expresar lo espiritual de manera que lo haga sensible y arte simplemente, nada más. En esta tercera fase, el arte busca
accesible a la intuición, no puede hacerlo más que su elevación a un nivel superior. Se convierte en lo que se
humanizándolo, pues únicamente cuando el espíritu se llama el arte romántico o cristiano. En el cristianismo se ha
encarna en el hombre puede hacerse sensible. En este experimentado un divorcio entre lo verdadero y la
sentido, la metempsicosis constituye una representación representación sensible. El dios griego es inseparable de la
completamente abstracta, y se ha convertido en uno de los intuición; representa la unidad visible de la naturaleza humana
principios de la fisiología: el que la vida debía necesariamente, y de la naturaleza divina, y aparece como la única y verdadera
en su evolución, terminar en el hombre, por ser éste la única realización de esta unidad. Pero esta es de naturaleza sensible
manifestación adecuada del espíritu. Tal es la segunda fase de mientras que en el cristianismo está concebida en el espíritu y
la evolución del arte: adecuación de la idea y de su forma. Si, en la verdad. Lo concreto, la unidad subsistente, pero concebida
para poder expresar el contenido que le está destinado, la forma según el espíritu, independientemente de lo sensible. La idea se
debe ser, por así decirlo, purificada, liberada de trabas que la ha liberado.
tienen prisionera de su miserable caducidad, la espiritualidad
debe a su vez, para que el acuerdo entre la significación y la El arte romántico nace de la ruptura de la unidad entre la
forma sea completo, ser tal que pueda ser expresada de una realidad y la idea y de la vuelta del arte a la oposición que
forma exhaustiva en la figura humana, sin que por ello supere existía en el arte simbólico. Vuelta que no debe, sin embargo,
esta expresión; dicho de otro modo, sin que se deje absorber ser considerada como una simple regresión, como un deseo de
completamente por lo sensible y corporal, sin que se identifique volver a empezar. El arte clásico ha conseguido elevarse a las
completamente con él. De esta forma, el espíritu se afirma al cimas más altas. Ha dado de sí el máximo de que es capaz, y en
mismo tiempo como un particular, no como absoluto y eterno, este sentido no se le puede reprochar nada. Los defectos del
arte clásico, de los que hemos hablado con anterioridad,
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dependen de las limitaciones a las que está sometido el arte en humana, pero esto es sólo un contenido concreto y, como la
general. En cuanto al arte romántico, que ha realizado lo idea es unidad en sí, sólo puede manifestarse de una forma
máximo, desde el punto de vista de la idea, debía sucumbir ante directa, sensible. El dios griego, al ofrecerse a la contemplación
los defectos que emanan de las limitaciones a las que estaba objetiva y a la representación sensible, reviste la forma carnal
sometido él mismo, en tanto que romántico. Las limitaciones del hombre; por su potencia y naturaleza, es un ser individual y
del arte en general, del arte como tal, se deben a que, fiel a su particular, y, con relación al sujeto, representa una substancia y
concepto, el arte intenta expresar bajo una forma concreta lo una fuerza en la cual este puede muy bien reconocerse, sin
universal, el espíritu, y el arte clásico realiza la unión de lo tener el sentimiento, la convicción íntima, de formar un todo
sensible y espiritual, su correspondencia perfecta. Pero no es con él. En un grado más elevado interviene la conciencia de
menos cierto que, en esta fusión, el espíritu está lejos de ser esta unidad, el conocimiento de lo que era en sí la fase
representado según su verdadero concepto, pues el espíritu precedente; este conocimiento de lo en sí, esta conciencia de la
constituye la infinita subjetividad de la idea que, en tanto fase precedente constituyen justamente la superioridad de la
que interioridad absoluta, no sabría expresarse libremente, fase actual, de la fase romántica. Si el arte griego tiene por
desarrollarse completamente en la prisión corporal en donde se substancia la unidad, la subjetividad es la base del arte
encuentra encerrada. La idea sólo existe, según su verdad, en romántico. Una fase, un grado, puede existir en sí pero puede
el espíritu, por el espíritu y para el espíritu. Para lo igualmente ser captada por la conciencia. La diferencia es
espiritual, el espíritu es el único terreno en donde puede grande, y lo que distingue al hombre del animal es justamente
desarrollarse. Existe una relación entre la idea concreta de lo la conciencia de esta diferencia. Lo que eleva al hombre por
espiritual y la religión. Según la religión cristiana, Dios debe encima del animal es la conciencia que tiene de ser animal,
ser adorado en espíritu: Dios sólo es un objeto para el espíritu. y esta conciencia implica otra, la de su participación en el
En el arte romántico, que por su contenido y modo de expresión espíritu. Por el hecho mismo de que sabe que es un animal,
ha superado al arte clásico, la idea, que participa del espíritu, se deja de serlo.
encuentra enfrentada a lo que participa de la Naturaleza, lo El hombre es un animal, pero, incluso en sus funciones
espiritual se encuentra enfrentado a lo sensible. Esta ruptura le animales, no es un ser pasivo; a diferencia del animal, toma
es común con el arte simbólico, pero en él el contenido de la conciencia de sus funciones, las reconoce y las refina, para
idea es de un orden más elevado, de un carácter absoluto. Este hacer de ellas el objeto de una ciencia, iluminada e inesperada
contenido no es otro que el espíritu mismo. Sus relaciones con por la conciencia. Esto es lo que ha hecho, por ejemplo, en el
el arte clásico pueden ser definidas de la siguiente forma: el proceso de la digestión. Al proceder de esta forma, el hombre
arte clásico descansa sobre la unidad de las naturalezas divina y rompe la barrera de su pasividad e inmediatez, de suerte que
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precisamente por eso sabe que es un animal, que deja, como subjetivo. Es un arte que sirve para expresar todo lo que está en
acabamos de decirlo, de serlo, para reconocerse y afirmarse relación con los sentimientos, con el alma. Trata al mundo
como espíritu. exterior con indiferencia, de una forma arbitraria y aventurera.
No hay unidad absoluta entre este mundo y el contenido, pero
Si el en-sí de la fase precedente está superado, y si la
lo sensible, la materia en general, sólo recibe su significación
unidad de la naturaleza divina y de la naturaleza humana deja
del alma.
de ser una unidad directa e inmediata, para convertirse en una
unidad consciente, ya no es lo sensible y lo corporal, En esta tercera fase lo espiritual aparece como espiritual,
representados por la forma humana, sino la interioridad la idea es libre e independiente. Lo que domina aquí es el saber,
consciente de ella misma lo que se convierte, a su vez, en el el sentimiento, es decir, la idea, el alma. Cuando el espíritu ha
contenido verdaderamente real del arte. Por esto el llegado a un estado en el cual puede ser por sí mismo, queda
cristianismo, al concebir a Dios como un espíritu, no individual liberado de la representación sensible. Lo sensible es, pues,
y particular, sino absoluto, y al aferrarse, por consiguiente, a la para el espíritu algo indiferente, pasajero, inesencial. Es el
idea de representarlo en espíritu y verdad, ha renunciado a la alma, lo espiritual como tal, lo queda a lo sensible su
representación puramente sensible y corporal, a favor de la significación. La forma, la representación exterior se convierte
expresión espiritualizada e interiorizada. Por lo mismo, la así en simbólica. El espíritu puede integrar lo sensible, con todo
unidad de lo divino y lo humano es una unidad de la que se lo que comporta de esencial; la forma queda entonces libre,
tiene conciencia y que no puede realizarse más que en el abandonada ella misma. Pero esta accidentalidad de lo sensible
espíritu y por intuición espiritual. El nuevo contenido obtenido debe ser atravesada por una corriente interior, pues le interesa
así no está ya ligado a la representación sensible, sino que se al espíritu que lo accidental mismo le sirva de guía hacia la
encuentra liberado de esta correspondencia directa, que, región del alma. El espíritu debe dominar todo lo que forma
reconocida como de naturaleza negativa, está vencida, superada parte del contenido presupuesto. En el arte romántico el
y transformada en una correspondencia, una unidad deseada y elemento espiritual es el elemento predominante, el espíritu que
consagrada por el espíritu. En este sentido se puede decir que el goza de su plena libertad y, seguro de sí mismo no teme las
arte romántico es un esfuerzo del arte de superarse a sí mismo, aventuras y las sorpresas de la expresión exterior, no retrocede
sin por ello salirse de los límites mismos del arte. delante de los caprichos de las formas. Puede tratar lo sensible
como a un elemento accidental, pero sometiéndolo a una
Lo sensible se convierte entonces en un aparte de la idea
corriente de espiritualidad que transforma una apariencia
espiritual, subjetiva. No hay ya necesidad, pero lo sensible se
accidental en realidad necesaria.
libera a su vez dentro de su esfera, en la esfera de la idea. Lo
que caracteriza a este arte, es, pues, su en-sí, lo espiritual, lo
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Se puede, pues, decir que en esta tercera fase es la libre y y según sus caprichos del momento, tanto reflejar lo que existe
concreta espiritualidad, tal y como debe ser aprendida por la tal y como es, como realizar entre las formas exteriores las
interioridad espiritual, lo que constituye el objeto del arte, y el combinaciones más absurdas, más grotescas. De ahí, como en
arte romántico se fija como tarea ponerla en presencia de el arte simbólico, que se produzca la inapropiación de la idea y
nuestras propias profundidades espirituales, de confrontarla con de la forma, su separación, la indiferencia de una por la otra;
nuestra propia espiritualidad. Al tener este objeto delante, el sin embargo, hay entre el arte simbólico y el arte romántico esta
arte no puede, pues, trabajar por la simple contemplación de lo diferencia: que la idea, cuya defectuosidad en el símbolo tenía
sensible, sino que tiende a satisfacer nuestra interioridad por efecto una defectuosidad de la forma, aparece como si
subjetiva, el alma, el sentimiento que, como partícipe del hubiese alcanzado en el arte romántico su mayor grado de
espíritu, aspira a la libertad por sí mismo y sólo busca un perfección, y, por el hecho de su comunión con el alma y el
sosiego en y por el espíritu. El mundo interno es lo que forma espíritu, se sustrae a la unión con lo sensible y lo exterior, para
el contenido del romanticismo, y en su calidad de interno y buscar su realidad en ella misma, sin haber necesitado, para
bajo la apariencia de esta interioridad, recibe su desarrollarse, recurrir a los medios sensibles, o, al menos,
representación. Lo interior celebra su triunfo sobre lo exterior, soportar su presión.
y afirma este triunfo negando todo valor a las manifestaciones Tales serían las características de las artes simbólica,
sensibles. clásica y romántica, enfocadas como tantas posibilidades de
Sin embargo, este arte, como los otros, necesita para relaciones entre la idea y el contenido en el terreno del arte. El
expresarse de elementos exteriores. Pero al retirarse el arte simbólico está aún a la búsqueda de lo ideal, el arte clásico
elemento espiritual del mundo exterior, al haber roto todo lazo lo ha alcanzado, y el arte romántico lo ha superado.
con él, para volver a sí mismo, el lado exterior y sensible es
tratado, como en el arte simbólico, como algo sin importancia y
A partir de ahora, no tendremos que enfrentarnos con el
perecedero, de forma que no se ve ningún inconveniente y no
desarrollo interior de la belleza artística, efectuándose bajo el
se siente ningún escrúpulo en representar al espíritu y a la
impulso de sus determinaciones generales, pero deberemos
voluntad subjetivos y finitos hasta en las menores
examinar la manera en que estas determinaciones se realicen,
manifestaciones particulares de lo arbitrario individual, hasta en
afirmen exteriormente las diferencias que las separan, y
los rasgos de carácter y los comportamientos más caprichosos,
exterioricen todos los elementos del concepto de la belleza, no
hasta en los acontecimientos y complicaciones más extraños en
bajo una forma general, sino bajo la de tantas obras de artes
apariencia. Todo lo que es exterior está abandonado a lo
independientes. La objetividad exterior, en la cual estas formas
accidental, a las aventuras de la fantasía, que puede, a su gusto
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se integran por medio de los materiales sensibles y particulares objetividad de donde el espíritu está ausente. Por otro, es la
de cada una de ellas, opera una separación entre ellas, cada objetividad subjetiva, divinidad como reflejo de sí mimo; o,
forma encuentra su realización adecuada en una materia incluso, es objetividad abstracta y extraña al espíritu, por una
exterior determinada y en su representación. Por otra parte, sin parte, subjetividad concreta, subjetividad que sólo existe en sí,
embargo, estas formas de arte que, pese a su carácter a partir de espiritualidad particularizada, divinidad subjetiva por otra.
ahora particular, no han perdido contacto con la determinación Podemos expresarnos de la misma manera respecto a la
general del arte en sí, consiguen, gracias a un cierto artificio,
religión, con la que el arte, en su grado más elevado, presenta
superar su particularidad y, apoyándose en otras artes, contactos directos. En la religión distinguimos la vida exterior,
colaborando con ellas de una manera, bien es cierto, terrestre, finita, y la elevación hacia Dios, a propósito de la cual
subordinada, cada arte consigue obtener su realización no puede haber diferencia entre la subjetividad y la objetividad.
adecuada. Por ello, las artes particulares forman, por un lado, Hay también la piedad de la comunidad, el culto, el espíritu
parte específica de una de las formas generales del arte y crean divino que se integra a la comunidad y permanece en su seno.
la realidad artística que les corresponde, y, por otro lado,
representan, por su modo de exteriorización, la totalidad de las La primera manera en la que se afirman estas diferencias
formas de arte. generales implicadas en el arte, o su modo de realización más
directo, nos es ofrecida por la forma del arte que hemos
El arte se desarrolla, pues, como un mundo; el contenido, llamado simbólico. El terreno en donde evoluciona esta forma
el objeto mismo está representado por lo bello, y el verdadero de arte es el de la exterioridad; la forma de sus representaciones
contenido de lo bello es el espíritu. Es el espíritu en su verdad, no tiene con el contenido ningún contacto puramente exterior,
es decir, el espíritu absoluto como tal, lo que constituye el el dios no ha encontrado aún su forma adecuada, su expresión
centro. Se puede decir, incluso, que esta región de la verdad perfecta, pues carece él mismo aún de precisión concreta. La
divina que el arte ofrece a la contemplación intuitiva y al primera realización del arte está representada por la
sentimiento constituye el centro del mundo del arte entero,
arquitectura. Aquí, según sea el contenido más o menos
centro representado por la figura divina, libre e independiente, profundo, o, por el contrario, agitado y superficial, la forma
que ha asimilado completamente todos los lados exteriores de será más o menos significativa, o, por el contrario,
la forma y de los materiales, haciendo de ellos la perfecta insignificante, más o menos concreta, o al revés, abstracta.
manifestación de ella misma. Cuando este arte que es la arquitectura quiera realizar una
Es Dios, es el ideal lo que constituye el centro. Dios, al adecuación perfecta entre el contenido y la forma, sale de los
desarrollarse, se convierte en el mundo. Hecho esto, se límites de su propio terreno para entrar en un terreno más
desdobla. Por un lado, Dios es la naturaleza inorgánica, la elevado, que es el de la escultura. Y de esta forma hace
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aparecer su naturaleza limitada por sus relaciones puramente hechura exterior, ejecutada según las reglas abstractas de la
exteriores con lo espiritual y por la necesidad en que se simetría. Así es como se erige un templo a Dios, como se
encuentra de superarse para aproximarse a la idea, al espíritu. edifica su casa. Se somete la naturaleza exterior a
transformaciones y a menudo es atravesada por el destello de la
Su tarea consiste en imprimir a la naturaleza inorgánica
individualidad. Dios hace su entrada en su templo, toma
transformaciones que, por la magia del arte, la aproximan al
posesión de su casa. El destello de la individualidad es el medio
espíritu. Los materiales en los cuales trabaja representan, por su
por el que se manifiesta, y su estatua se erige a partir de
aspecto exterior y directo, una pesada masa mecánica, y sus
entonces en el templo.
formas continúan siendo las de la naturaleza inorgánica,
ordenadas según las relaciones abstractas de la simetría. El arte En otros términos: es así como, gracias a la arquitectura,
comienza, pues, aquí por la naturaleza inorgánica, se realiza en el mundo inorgánico exterior experimenta una purificación, es
ella y, como su contenido es el mismo abstracto, le es extraño ordenado según las reglas de la simetría, aproximado al
y, en lugar de hacer aparecer exteriormente a Dios mismo, se espíritu, y el templo de Dios, la casa de su comunidad está lista.
contenta con una simpe alusión a él. La arquitectura no hace En este templo, Dios mismo hace a continuación su entrada,
más que abrir la vía a la realidad adecuada de Dios y cumple imponiendo su cuño, penetrando la masa inerte del destello de
con sus obligaciones hacia él trabajando sobre la naturaleza la individualidad, y la forma infinita no ya únicamente simetría
objetiva y esforzándose en sacarla de la maleza de la caducidad del espíritu, se apodera de la materialidad del templo y la
y de las deformidades de lo accidental. Prepara el camino que modela para hacerlo digno de su verdadero destino.
debe conducir hacia él, le erige templos, le crea espacios, El templo ha recibido un alma, un contenido espiritual,
limpia el terreno, elabora, para ponerlos a su servicio, los bajo la forma de un dios creado por el arte. Entre este dios y la
materiales exteriores a fin de que no le sean extraños, pero los forma bajo la cual aparece, las relaciones no son ya exteriores.
hace aparecer, y se convierten en idóneos para expresarlo, Por el contrario, hay una identidad absoluta y completa entre lo
capaces y dignos de recibirle. Construye lugares adecuados
uno y lo otro, y el mérito de haber conseguido realizar esta
para reuniones íntimas, edifica un recinto para los miembros de perfecta adecuación corresponde al arte clásico, que es la
estas reuniones, una protección contra la amenazante tormenta, escultura. La escultura introduce a Dios mismo en la
contra la lluvia y la intemperie, contra las fieras. Exterioriza, al objetividad del mundo exterior; gracias a ella, la subjetividad,
darle una forma concreta y visible, el querer-estar-juntos. Tal es la individualidad, se manifiesta exteriormente por su lado
su destino; tal es el contenido que debe realizar. Sus materiales espiritual. El dios se introduce, penetra al mismo tiempo en
proceden de la vulgar materia exterior, bajo forma de masas estas manifestaciones exteriores de lo subjetivo y lo individual,
mecánicas y pesadas. La hechura de estos materiales es una y realiza allí su representación total. Sólo aparece entonces la
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espiritualidad, la forma corporal no significa nada y no satisfacción exterior de la misma unidad y del mismo descanso.
exterioriza nada por ella misma, sino únicamente como reflejo Es la figura en su abstracción espacial. El espíritu representado
de una profundidad íntima, como representación del espíritu. por la escultura es el espíritu que se satisface a sí mismo, y que
Lo sensible no significa ya nada que no sea la expresión de lo no está dispersado en el juego de los accidentes, las
espiritual mismo, como, por otra parte, la escultura no podría causalidades y las pasiones. Así mismo la escultura procura que
representar un contenido espiritual sin darle una forma sensible, la forma exterior se pierda en la variedad de accidentes y
accesible a nuestra intuición. La escultura representa el espíritu causalidades, pero sólo representa este lado, es decir, la
bajo su forma corporal, en su unidad inmediata, en su estado de espacialidad abstracta en la totalidad de sus dimensiones.
calma sereno y dichoso, mientras que la forma, por su lado, se Lo espiritual, pues, ha asimilado completamente sus
encuentra vivificada por la individualidad espiritual. La forma materiales; la forma infinita está concentrada en lo corporal, la
y el contenido son de una adecuación absoluta, ninguno de masa inerte se ha convertido en forma infinita. El dios interior
ellos vence al otro, la forma determina el contenido, el se ha hundido en la exterioridad; la exterioridad se ha
contenido, la forma; es la unidad en su pura universalidad. La transfigurado en dios, se ha individualizado. Lo exterior se ha
estatua reproduce así la figura divina misma. El dios es convertido en interior, lo interior, en exterior. Aquí los
inmanente a su expresión exterior, en un estado de calma materiales no son ya indiferentes; son, es cierto, sensibles, pero
inmóvil, de serena beatitud. Sólo tiene relaciones consigo puros y monocromos, y su particularización no se ha efectuado
mismo, está allí como una especie de manifestación orgánica. a costa de lo que hay de universal en su unidad. Tal es el
Tenemos, pues, aquí, el concepto encerrado en sí mismo, en destino de la escultura.
una relación consigo mismo que no tiene nada de apariencia.
Hemos visto que en la tercera forma del arte, en el arte
Así es como los materiales exteriores y sensibles son el romántico, la interioridad, el sujeto, el contenido de la obra de
objeto de una elaboración, no como masas pesantes que sólo arte abandona su tranquilo silencio, su unidad absoluta con su
poseen cualidades mecánicas, ni como formas inorgánicas e
forma, su materia, su representación exterior, para entrar en sí
indiferentes a la coloración que se les da, sino como formas mismo, haciendo exterior su libertad, que, por su parte, vuelve
ideales de la figura humana, y esto en la totalidad de sus a entrar en ella misma, rompe su unión con el contenido, se le
dimensiones espaciales. De acuerdo con esta relación, lo presenta extraño e indiferente. La poesía, en su sentido general,
importante es reconocer en la escultura el mérito de haber sido es lo que constituye la realización de esta forma. En la poesía,
la primera en servir de expresión al mundo interior y espiritual, en efecto, el tema y la forma siguen cada uno su camino y se
en su descanso eterno y su independencia esencial. A este particularizan.
descanso y a esta unidad consigo mismo corresponde una
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La arquitectura ha erigido templos en honor de los dioses, al particularizarse, al fragmentarse por así decirlo, y justamente
el dios mismo ha surgido de la mano del escultor, y alrededor en circunstancias en que la apariencia, la manifestación, es el
de él, en los vastos espacios de su casa, se reúne la comunidad. objeto principal. La unidad substancial de Dios se descompone
Contra la indivisión general del contenido y la forma se erige en la escultura en una multiplicidad de interioridades
ahora la diferenciación, la subjetividad, la particularización de particulares, reunidas entre sí por lazos que, en lugar de ser
uno y otro. La comunidad es el dios arrancado al mundo sensibles, son puramente ideales. Es Dios mismo el que está
exterior, en el que estaba sumido y encerrado en sí mismo; el presente en todas partes, tanto cuando se realiza en el saber
dios representado en la estatua no es ya lo único, sino que la subjetivo y en su particularización como cuando sirve de lazo
unidad abstracta ha quedado rota ya ha dejado su sitio a de unión de estas numerosas particularidades. Es verdadero
subjetividades de una multiplicidad indefinida. Y así nos espíritu, espíritu de la comunidad. En esto, Dios está por
encontramos ahora en presencia de particularidades subjetivas encima tanto de la identidad abstracta y cerrada consigo mismo
de los sentimientos y las acciones, de una variedad de como de la absorción en el elemento corporal, como lo
movimientos individuales vivos, de deseos y no deseos representa la escultura: es pura espiritualidad, saber puro, es
individuales. Los materiales están fragmentados, contra-apariencia en el sentido de que es esencialmente interior
particularizados e individualizados a su vez. Ya no son los y subjetivo. El contenido es ahora de un orden más elevado: se
materiales macizos de la arquitectura, ni la apariencia abstracta ha hecho espiritual y al mismo tiempo absoluto. Pero, gracias a
y simple que la escultura imprime a estas masas: se trata de una la fragmentación de que acabamos de hablar, este contenido
materia que se ha hecho particular y subjetiva, y que sólo recibe espiritual y absoluto es al mismo tiempo un contenido
su significación de su subjetividad misma. Se obtiene así una particularizado, repartido entre las almas particulares; y como
unidad más elevada de la forma y del contenido, pues el ya no es la calma serena e impasible de Dios lo principal, sino
contenido subjetivado tiene, en esta ocasión, por expresión una la apariencia general, el ser, no en sí y para sí, sino para otra
materia particularizada; lo particular está representado dentro cosa que sí mismo, la manifestación, la representación artística
de lo particular. El contenido se doblega ante la materia, la tendrá a partir de ahora por objeto las subjetividades más
materia, ante el contenido. Sin embargo, esta unión íntima no variadas, en sus movimientos y en sus actividades vivas; dicho
va más allá del lado subjetivo, y sólo se realiza, a medida que la de otro modo, el vasto dominio de los sentimientos, del querer
forma y el contenido se particularizan, a expensas de la y del no querer humanos.
universalidad objetiva. Para la expresión de estas particularidades, tenemos tres
De esta forma, el tercer elemento está formado por la elementos: la luz y el color, el sonido como tal y, finalmente, el
comunidad, y es el elemento subjetivo. Lo divino se manifiesta sonido como signo de la representación, es decir, el lenguaje.
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Tenemos, pues, aquí una representación de lo divino en su pensamiento. El aspecto de conjunto bajo el que se presenta
espiritualidad aparente, esto es, en su particularización. La esta forma de arte es el de la pintura.
forma del arte romántico se presenta, pues, a su vez bajo un Otra materia a través de la cual se realiza el arte
triple aspecto. En primer lugar, necesita materias visibles para romántico tiene, aunque sea sensible, un origen aún más
sus representaciones. Los materiales de la arquitectura y de la profundamente subjetivo. Ya hemos dicho que el color mismo
escultura sin igualmente materiales visibles, pero de una era un medio de subjetivación. La subjetivación más profunda
visibilidad concreta y no abstracta. En el arte romántico, se
que existe en la actualidad consiste en suprimir las
trata de una visibilidad abstracta, pero, al tiempo que sirve a la coexistencias indiferentes que llenan el espacio y que el color
representación particular no permanece puramente abstracta, deja aún subsistir, idealizándolas y reuniéndolas en un punto.
sino que se convierte ella misma y por ella misma en una Pero este punto de supresión es un punto concreto, y esta
visibilidad particularizada y subjetiva, por medio del color, por determinación puede ser considerada como el comienzo de la
ejemplo, y principalmente de la luz, que implica la idealización de lo espacial por el movimiento comunicado a la
determinación de lo oscuro, con el que forma una unidad materia, movimiento que la hace, por así decirlo, temblorosa, y
específica y particularizada. Esta visibilidad subjetiva, que modifica las relaciones que tiene consigo misma: esto es lo que
lleva en sí misma su determinación, no tienen necesidad, como se obtiene a través del sonido dirigido al oído, otro sentido
la arquitectura, de contrastes abstractos de masas mecánicas, ni, ideal. La visibilidad abstracta se transforma en audibilidad
como la figura, de la materialidad espacial de las tres abstracta; la dialéctica propia del espacio se desarrolla para
dimensiones, sino que los contrastes que necesita le son, por así llegar a tiempo a esta sensibilidad igualmente negativa que está
decirlo, inmanentes, bajo la forma de colores. El arte allí, sin estar, y, en su no ser, engendra ya su futuro ser,
romántico, de esta forma, se libera de lo que es puramente suprimiéndose así, y engendrándose continuamente. Esta
material y sólo se dirige al sentido abstracto e ideal de la vida. materia que es la abstracta interioridad constituye el medio en
Por otra parte, el contenido sufre a su vez una particularización donde evoluciona la sensación igualmente indeterminada y que
llevada más lejos. Todo lo que se estremece en el alma, todo lo no ha tenido aún la fuerza de llegar al grado de la
que intenta exteriorizarse en el acto, se transforma aquí en autodeterminación. La música expresa sólo el despertar y la
materia de representación. Toda la vida de los sentimientos,
extinción del sentimiento, y forma el centro del arte
todo el terreno de la particularidad encuentra aquí su lugar.
subjetivo, el paso de la sensibilidad abstracta a la
Pero las formas naturales pueden ser adoptadas, en la medida espiritualidad abstracta. Por su materia, la música como tal
en que una alusión a algo espiritual las aproxima al está fundada, como la arquitectura, en las relaciones racionales,
y es, en general, para definirla de una forma abstracta, el arte
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que manifiesta la interioridad abstracta y espiritual del simples signos del espíritu. Esta variedad de arte constituye lo
sentimiento. que llamamos poesía, en el justo sentido de la palabra. La
El sonido no es aún material; es un elemento abstracto. poesía es el arte general, el más comprensivo, aquel que ha
conseguido elevarse a la más alta espiritualidad. En la
La vista y el oído son justamente los sentidos hechos para
poesía, el espíritu está libre en sí, se ha separado de los
las manifestaciones puras y abstractas. El sonido en general
materiales sensibles, para hacer de ellos signos destinados a
representa esta idealidad de lo material; en tanto que
expresarla. El signo no es aquí un símbolo sino algo
estremecimiento, movimiento de lo material, es un elemento
completamente indiferente y sin valor, sobre el cual el espíritu
ideal, hecho para la manifestación de lo divino; el vasto espacio
ejerce un poder de determinación.
se transforma en un punto; el punto que continúa no es otro que
el tiempo. A este elemento corresponde la segunda subdivisión Este tercer elemento es, pues, el elemento perfecto; es el
del arte romántico: la música. sonido, como signo de representación, y es lo espiritual que, de
una forma espiritual, se expresa por el signo de la
En lo que concierne a esta última variedad, la más
representación: poesía épica, lírica y dramática. Insistamos en
espiritual del arte romántico, está caracterizada por el hecho de
este punto: lo que caracteriza más particularmente la poesía es
que el elemento sensible, del que el sonido había ya comenzado
el poder que tiene de someter el espíritu y sus representaciones,
la liberación, sufre una espiritualización total, y el sonido ya no
el elemento sensible del que la pintura y la música habían ya
sirve para hacer vibrar el sentimiento, sino que se convierte en
comenzado a liberar el arte… El sonido se convierte en la
un simple signo, sin contenido, no ya del sentimiento
palabra articulada, destinada a designar las representaciones e
impreciso, sino de la representación ya concreta. El sonido, que
ideas, el punto negativo hacia el cual tendía la música se
en la música era una resonancia imprecisa, se transforma en
transforma en un punto perfectamente concreto, el del espíritu,
palabra, se convierte en sonido articulado, preciso, en el cual su
representado por el individuo consciente que, por sus propios
papel consiste en expresar las representaciones, las idea, en ser
medios, asocia el espacio infinito de la representación al tiempo
el signo de una interioridad espiritual. El elemento sensible
del sonido.
que, en la música, está aún estrechamente asociado al
sentimiento, está aquí separado del contenido como tal, pues el Esas serían las características generales de las formas de
elemento espiritual es necesario para convertirse en arte representadas, por una parte por la arquitectura y la
representación que será expresada por el signo desprovisto de escultura, y, por otra, por las artes subjetivas, pintura, música y
cualquier valor y significación intrínsecos. El sonido, pues, poesía; sólo nos queda por hablar del lado, por así decirlo,
puede ser también una letra del alfabeto, ya que aquí lo visible mecánico de estas artes. Su lado sensible consiste en sus
y lo audible están igualmente reducidos a ser únicamente relaciones con el tiempo y con el espacio, que son ellas mismas
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abstracciones de lo sensible, y gracias a esto o por medio de lo incondicionado, la arquitectura se alía a ella a título
esto, lo sensible es sensible; son abstracciones generales de lo accesorio. El arte romántico es principalmente el terreno de la
sensible. Considerado desde este punto de vista, el arquitecto pintura y la música, en las cuales se revela su independencia
toma como materia de su representación el espacio en tres incondicionada. El tercer arte romántico que se eleva a la
dimensiones, pero de tal forma que las determinaciones objetividad en sí es la poesía que, extendiendo indefinidamente
fundamentales del espacio, ángulos, superficies, líneas, tienen su terreno, interviene en las otras dos artes románticas, e
una regularidad que les impone el entendimiento. Las formas introduce en ellas un elemento nuevo, y obtiene de ellas, al
son aquí simple cristalizaciones de las que el espíritu, el alma, mismo tiempo, elementos para su propia formación. En efecto,
están aún ausentes. La pirámide sólo encierra a un Dios la poesía es común a todas las formas de lo bello y se
ausente. En lo que concierne a la escultura, ha dado a todo el extiende a todas, pues su elemento verdadero es la fantasía,
espacio una figuración orgánica, partiendo desde dentro. A de la que toda creación, que tiene como objetivo la belleza,
continuación vienen las artes románticas, en las cuales lo sea cual fuere su forma, tiene necesidad.
exterior comienza a subjetivarse, y el espacio a convertirse en La obra de arte tiene tanta riqueza, presenta tal cantidad
abstracto. Este espacio abstracto termina por reducirse al punto de aspectos, que es fácil adoptar tal o cual criterio particular
que se transforma en un punto del tiempo, un punto negativo para la división del tema. Al elegir un solo aspecto, al adoptar
que es al mismo tiempo un punto de separación, una negación un solo criterio, no se tarda en caer en inconsecuencias, dado
de la separación. Este elemento sensible del tiempo es el de la que el aspecto elegido no existe por sí mismo, sino en virtud de
música. En la poesía el punto corresponde igualmente al un principio superior al que está subordinado. Enfocado en su
tiempo, pero éste, en lugar de ser una negatividad formal, es particularidad, aparece consecuente, pero al obedecer a un
perfectamente concreto, en tanto que punto del espíritu, en principio superior, le está subordinado. Se había querido
tanto que sujeto pensante asociado al sonido temporal en el establecer una división, basándose en las relaciones con el
espacio infinito de la representación. De esta forma, a cada arte tiempo y el espacio; pero éstas son relaciones perfectamente
particular corresponden determinaciones particulares de la abstractas. La arquitectura se convierte entonces en
exterioridad. cristalización, la escultura en forma orgánica de la materia, la
En lo que concierne a las relaciones de las artes pintura en superficie y línea; en la música, el tiempo se reduce
particulares con el arte en general, destacaremos aún que el arte al punto, al punto que no está nunca vacío, es decir, al tiempo
simbólico tiene su aplicación más amplia en la arquitectura; en y, en fin, en la poesía surge otra determinación distinta de esta
ella se desarrolla de una forma completa, sin convertirse aún en determinación abstractamente sensible. Pero a este grado más
el lado inorgánico de otro arte. En el arte clásico la escultura es elevado, el arte se supera y se convierte en prosa, pensamiento.
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Lo que las artes particulares realizan en cada obra de


arte, considerada aparte, son, según su concepto, las formas
generales de la idea de lo bello en vía de desarrollo. En
cuanto a su realización exterior, el arte aparece como un
panteón en el cual el espíritu de lo bello, aprehendiéndose a sí
mismo, es a la vez arquitecto y obrero, y no estará acabado
hasta después de milenios de historia universal.

Hegel, G. W. F. (1985) Introducción a la estética. Barcelona:


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