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INTRODUCCIÓN

El derecho a la Libertad, como parte del conjunto de derechos y garantías individuales,


tiene ubicación importante dentro de nuestro texto constitucional y en casi todos los
textos constitucionales del mundo, en especial de Latinoamérica, pudiendo apreciarse el
grado de importancia que el legislador le ha dado a lo largo de la historia constitucional.

La libertad es un derecho esencial del ser humano, si bien es cierto no absoluto; si


esencial, por cuanto “derecho fundamental” o “derecho humano” o de la “personalidad“,
no nace del hecho de pertenecer a un Estado parte en alguna Convención de Derechos
Humanos, sino que tiene como fundamento los atributos de la persona humana y que
además, como lo estableció la Convención Americana de Derechos Humanos de 1969,
en cuyo preámbulo se dijo: “los derechos esenciales del hombre no nacen del hecho de
ser nacional de determinado Estado, sino que tienen como fundamento los atributos de
la persona humana. (…) sólo puede realizarse el ideal del ser humano libre, exento del
temor y de la miseria, si se crean condiciones que permitan a cada persona gozar
de derechos económicos, sociales y culturales, tanto como de sus derechos civiles y
políticos”. Y es que, como derecho inherente de la persona humana, debe ser objeto de
protección de todos los Estados, más aún si éstos son Estados democráticos – como los
latinoamericanos – protección que los Estados deben brindar a toda persona, incluyendo
claro está, a quienes son sometidos al sistema jurídico penal en condición de acusados o
procesados por un supuesto hecho delictivo.

Como es sabido, el derecho a la libertad como garantía fundamental no


tiene carácter absoluto e irrestricto, pues se admite que en ciertas circunstancias pueda ser
restringido, en contraposición a intereses sociales más importantes, y por ello
nuestra Constitución Política y la propia Convención Americana de Derechos
Humanos establecen los casos o situaciones en que puede restringirse el disfrute de la
libertad y la forma como debe darse como supuestos de excepción en el ámbito penal y
procesal penal.

Es cuando la privación de libertad se convierte en arbitraria, el Hábeas Corpus cumple


una importante función, que es la de cesar la violación y reponer las cosas
al estado anterior a la misma. En nuestro país, importante función cumple esta institución,
y, más aún con la dación del Código Procesal Constitucional, cuyas disposiciones dan
gran importancia al Proceso de Hábeas Corpus, como lo veremos en el desarrollo de estas
líneas.
El proceso Constitucional Habeas Corpus, es una institución jurídica de gran
importancia para no solo las ramas del Derecho Constitucional, Procesal
Constitucional, Derechos Humanos, sino para toda la sociedad en general. Se trata de
una acción de garantía que procede en los casos en que se violen o
amanecen Derechos Constitucionales por acción o por omisión de actos de
cumplimiento obligatorio. Siendo la libertad individual su razón de ser. A pesar de ser
una institución antigua y presente en el desarrollo de los distintos pueblos,
su evolución no ha sido idéntica.

El proceso de habeas corpus es pues una institución cuyo objetivo consiste en proteger
la libertad personal, independientemente de la denominación que recibe el hecho
cuestionado (detención, arresto, prisión, desaparición forzada, etc). Nuestra
actual constitución señala que procede contra cualquierautoridad, funcionario o persona,
por cualquier acción u omisión que implique una amenaza o violación de la libertad
personal.

Dicha acción de garantía es básicamente un proceso de resguardo y tutela de la libertad


personal en sentido lato. En puridad representa la defensa de aquello que los antiguos
romanos denominaban ius movendi et ambulando o los anglosajones consignaban
como power of locomotion.

Lo que se tutela es la libertad física en toda su amplitud. Ello en razón a que ésta no se
ve afectada solamente cuando una persona es privada arbitrariamente de su libertad,
sino que también se produce dicha anomalía cuando encontrándose legalmente
justificada esta medida, es ejecutada con una gravedad mayor que la establecida por
la ley o por los jueces.

En efecto, la facultad de locomoción o de desplazamiento espacial no se ve afectada


únicamente cuando una persona es privada arbitrariamente de su libertad física, sino que
ello también se produce cuando se presentan circunstancias tales como la restricción, la
alteración o alguna forma de amenaza al ejercicio del referido derecho; asimismo,
cuando a pesar de existir fundamentos legales para la privación de la libertad, ésta se ve
agravada ilegítimamente en su forma o condición, o cuando se produce una
desaparición forzada, etc.

Podemos decir entonces que la función que cumple el habeas corpus es esencial, pues
actúa como medio para controlar el respeto a la vida e integridad de la persona, para
impedir su desaparición o la indeterminación de su lugar de detención, así como para
protegerla contra la tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes.

CAPITULO I

ANTECEDENTES

Antecedentes históricos del Habeas Corpus

El Habeas Corpus tiene su origen en Europa, especialmente en los países


de Italia (Imperio Romano), España e Inglaterra. El antecedente más antiguo lo
encontramos en la época del Imperio Romano, con el Interdicto de "homine libero
exhibendo" que tenían por objeto exhibir al hombre libre que se retiene con dolo
(Quem liberum dolo malo retines, exhibeas), y se otorgaba contra todo particular que
restringiera en su libertad a una persona que tenía derecho al goce de ella, y para que
inmediatamente lo presentara al Pretor quien decidiría de la buena o mala fe con que
había procedido el demandado. Este interdicto se encontraba regulado en la parte sexta
del Digesto o Pandectas del Emperador Justiniano.

El interdicto de homine libero exhibendo sólo se otorgaba contra los particulares que
restringían la libertad de alguna persona, y no cuando tales restricciones partían de los
gobernantes ni de otras autoridades, pues en esta época la noción sobre los derechos de
los hombres a la libertad que se tenía era muy primitiva.

En Roma el Habeas Corpus estaba dirigido en reprimir y evitar las detenciones contra
aquellas personas libres por actos arbitrarios de particulares. Si la detención procedía de
una autoridad este interdicto no tenia efecto de protección.

Por otra parte en Inglaterra la situación era diferente. Según la doctrina Constitucional
se encuentra en este país el origen del Habeas Corpus, específicamente en la
Carta Magna de 1215 a.c.

En el siglo XIII, los reyes empezaban a suscribir pactos con sus súbditos mediante el
cual reconocían la existencia de ciertas reglas de gobierno las cuales debían de ser
respetadas y nunca dejadas de lado, siendo el mas conocido el de la Carta Magna
otorgada por Juan Sin Tierra el 15 de junio de 1215, cuya sección 48, determina que "
ningún hombre podrá ser apresado, puesto en prisión, ni desposeído de sus bienes,
costumbres, libertades sino en virtud del juicio de sus pares, según la ley del país.". El
11 de enero de 1931 se realizo un referéndum que plasmo el deseo del pueblo de contar
con esta institución jurídica, incorporándose en el CPE.

En el interdicto de homine libero exhibendo se basaron los ingleses varios siglos


después cuando crearon la institución del Habeas Corpus, el antecedente por excelencia
de esta garantía.

El pueblo inglés se ha caracterizado siempre por ser el menos propicio para soportar
tiranías, y por llevar a sus instituciones desde todos los momentos de su
vida, principios que garantizaron las libertades de sus ciudadanos.

Otro antecedente de esta maravillosa institución jurídica se encuentra en España, en la


famosa Justicia de Aragón. Cuando el Rey Alonso III, sancionó el Privilegio I de
Aragón, el 28 de diciembre de 1287, como consecuencia de las desavenencias graves
habidas con la Unión Confederada, pactando por medio de él, que como monarca, ni él,
ni sus sucesores, podrían mandar a hacer preso o presos, a algunos de los hombres ricos,
caballeros, infanzones, procuradores, así como clérigos y legos, sino por sentencia dada
por el Justicia de Aragón dentro de la ciudad de Zaragoza con consentimiento y
otorgamiento de la Corte de Aragón.

El fuero o juicio de manifestación instituido en 1428 en el reino de Aragón se puede


tomar como otro de los antecedentes más inmediatos del habeas corpus en el sentido y
la forma de lo que en la actualidad es considerada dicha institución.

Mediante el juicio de manifestación de las personas se separaba a la autoridad para que


no siguiera ejerciendo su acción sobre el manifestante. La persona detenida podía
recurrir al justicia de Aragón antes mencionado, y examinado el juicio, quedaba en
libertad, o en su defecto éste continuaba alojado en la cárcel a la espera del fallo
definitivo y al amparo del justicia.

En 1381, en las Cortes de Zaragoza, se promulgó un fuero que subsistió hasta el año
1835 en que se derogó.

A decir por Domingo García Belaunde, el Habeas Corpus, como garantía constitucional
de la libertad, es una institución muy antigua cuya aparición en Inglaterra parece
remontarse al siglo XII. Aunque, más antes, se conocía de ésta figura en la antigüedad
griega y en Roma. Pero, es en Inglaterra del siglo XII en que se reconoce una serie de
derechos y libertades; ejemplo que más tarde seguirían nuestros pueblos americanos. El
primer país que introdujo la figura del Hábeas Corpus en nuestra región fue Brasil en
su Código Penal de 1830 y más concretamente en su Código de Procedimientos Penales
de 1832.

Sin embargo, es importante hacer referencia a la antigüedad, pues lo encontramos en las


leyes de Solón, en el Decreto de Erucrates, en el Juramento de Andocides e incluso
más propiamente en el famoso instituto romano del Homini Libero Exhibendo, que
era una acción civil privilegiada para los ciudadanos romanos libres. También rastrea
esta institución a favor de la Libertad en la edad media y moderna, así lo vemos en las
cartas de los Fueros de León, Castilla, Navarra, Vasconia, Cataluña y Aragón en
los siglos XI y XII; especialmente se encuentran en las exigencias que hicieron los
barones ingleses a favor de sus derechos al tiránico Juan Sin Tierra en la
célebre Carta Magna de 1215, cabe decir que este documentos es uno de los más
importantes y reconocidos históricamente, aunque no por ello deba olvidarse a la Bula
de oro de 1222, del rey de Hungría Andr´s II; a la primera carta de Baviera de 1311; a
la Gran Ordenanza de los Estados Generales de Francia en el año 1357, todas ellas
prepararon la célebre Petition of Rights de 1628 y el Agreement of the People de
1647, que no eran otra cosa que la reafirmación de los derechos de libertad de la
nobleza extendida ya a la burguesía; estos documentos culminaron finalmente en la
reglamentación que el Rey Carlos III de Inglaterra llevó a cabo en el año 1679 por
medio del Acta de Hábeas Corpus en la cual los súbditos ingleses obtuvieron garantías
de libertad para sus personas, las mismas que serían detalladas luego de diez años, en la
denominada Bill of Rights de 1689, que abrió camino a las Declaraciones de Derechos
de las Colonias Americanas y sobre todo a la Declaración Francesa de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano de 1789. Y desde entonces el resto es historia conocida.

Antecedentes nacionales del Habeas Corpus

En el Perú, como Estado, el sentido del Hábeas Corpus ha estado presente desde que
nace la República, en el Estatuto Provisorio de San Martín el 8 de octubre de 1821, pues
se advierte en la Octava Sección lo siguiente: “Todo ciudadano tiene igual derecho a
conservar y defender su honor, su libertad, su seguridad, su propiedad y su existencia y
no podrá ser privado de ninguno de estos derecho, sino por el pronunciamiento de la
autoridad competente, dado conforme a las leyes, el que fuera defraudado de ellos
injustamente podrá reclamar ante el gobierno esta infracción”. En ese orden de ideas el
Reglamento Provisorio promulgado el 15 de Octubre de 1822 por José de La Mar
prescribía en su Artículo 5°: “Sólo podrá mandar arrestar o poner preso a alguna
persona e individuo, cuando lo exija la salud pública pero certificada la prisión
remitirá al reo con su causa a disposición del juzgado o tribunal correspondiente
dentro del término de24horas”. Años más tarde, 21 de octubre de 1897, se cautela la
libertad personal contra las detenciones arbitrarias mediante Ley, es decir que
su nacimiento es eminentemente legal. Posteriormente, el tratamiento al habeas corpus
es enriquecido por las leyes 2223 y 2253 de 1916. Y será recién con la Constitución
de Leguía de 1920, en la que de manera concluyente y por primera vez aparecerá el
vocablo latino de Hábeas Corpus en su Artículo 24 se lee: “Nadie podrá ser arrestado
sin mandamiento escrito del juez competente o de las autoridades encargadas
de conservar el orden público, excepto infraganti delito, debiendo ser puesto
el arrestado dentro de 24 horas a disposición del juez que corresponda. Los ejecutores
de dicho mandamiento están obligados a dar copia de él siempre que se les pidiera. La
persona aprehendida o cualquier otra podrá interponer conforme a Leí/, el recurso de
Hábeas Corpus por prisión indebida”. Cuarenta años más tarde en 1961 se expide la
Ley N° 2223 que establece las garantías individuales.

Finalmente, el 8 de diciembre de 1982, se publica la Ley 23506 de Hábeas Corpus y


Amparo, culminando así un largo proceso histórico de lucha por la libertad.

En la actual Constitución Política de 1993, se regula al Hábeas Corpus en el Artículo


200º inciso 1) que a la letra dice lo siguiente:

“Son garantías constitucionales:

1) La Acción de Hábeas Corpus, que procede ante el hecho u omisión, por parte de
cualquier autoridad, funcionario o persona, que vulnera o amenaza la libertad individual
o los derechos constitucionales conexos”.

Asimismo, también es regulado el Hábeas Corpus por el nuevo Código Procesal


Constitucional, promulgado por Ley 28237 y publicado el 31 de Mayo del 2004; que
más adelante describiremos.

Sostiene, Alberto Borea que, la experiencia judicial de los Hábeas Corpus en el Perú a
un nivel práctico antes que teórico, ha sido asumir una interpretación restringida de la
libertad individual, en particular de la libertad física, seguridad personal y libertad de
tránsito, básicamente; a pesar que el artículo 12 de la Ley de Hábeas Corpus, establece
los supuestos de procedencia de dicha garantía, habiendo quedado desprotegida la
libertad en la mayoritaria jurisprudencia nacional en los casos vinculados, al derecho a
la vida en las demandas por detenidos-desaparecidos, a la integridad física, psíquica y
moral; a no ser incomunicados; y a la excarcelación en el caso de reo absuelto, entre
otros.

César Landa, manifiesta que sin embargo con la entrada en funcionamiento del Tribunal
Constitucional, la jurisprudencia en materia de protección de la libertad personal y
derechos conexos a ella, fue mayoritariamente tutelar. Coincidimos con César Landa,
pues observamos que en el año 2003, a través de múltiples sentencias el Tribunal, ha
asumido y definido su posición en defensa de los derechos fundamentales y de sumo
intérprete de la Constitución.

El Habeas Corpus contra resoluciones judiciales

Es un hecho que, la libertad personal como derecho fundamental no


tiene carácter absoluto e irrestricto pues admite que en ciertas circunstancias pueda ser
restringido en contraposición a intereses sociales más importantes. Pero, esta restricción
traducida en una medida coercitiva dictada por el órgano competente en el marco de
un proceso penal debe cumplir con determinados requisitos previstos en nuestra
legislación procesal penal y de condiciones esenciales que deben asistir a la
detención personal tales como: excepcionalidad, provisionalidad, proporcionalidad y
subsidiariedad.

El Proceso de Habeas Corpus contra Resoluciones Judiciales toma en la actualidad


importancia en nuestro contexto, sobretodo con ocasión de procesos penales instaurados
en contra de ex – funcionarios estatales a quienes, en muchos casos, se les priva del
derecho a la libertad personal y que no en pocos casos, cuestionan las decisiones
judiciales en su contra por considerarlas arbitrarias.

El hecho que un juez emita una resolución judicial en la que se priva de su libertad a
una persona, no significa que esta decisión no pueda ser objeto de control constitucional
alguno, esto es parte también del debido proceso al que todo ciudadano sometido al
órgano jurisdiccional tiene derecho. La libertad se ve afectada cuando, entre otros
motivos, una persona es privada de ésta por una resolución judicial arbitraria. Es
arbitraria porque no respetó un debido proceso penal, lo cual hace al mismo,
un proceso irregular.

CAPITULO II

MARCO TEORICO

Definición del Habeas Corpus

El Hábeas Corpus proviene de una expresión latina que significa “traedme el


cuerpo” y que en síntesis puede decirse de él que es la suprema garantía del derecho a
la libertad que asiste a toda persona detenida o presa de manera arbitraria o sin la
formalidad legal para que su detención sea vista inmediata y públicamente por un juez o
tribunal, a fin que, luego de oírlo, se decida si su detención es o no legal y si debe
levantarse o no.

El Hábeas Corpus es una acción de garantía constitucional que procede contra todo
acto u omisión de funcionario, autoridad o particular que vulnera o amenaza la libertad
individual y los derechos íntimamente relacionados a ella, con excepción de aquellos
tutelados por la Acción de Amparo. En el nuevo Código Procesal Constitucional
peruano a entrar en vigencia en diciembre del 2004 se le denomina “Proceso de
Hábeas Corpus”, en contraposición a la denominación de Acción de Habeas Corpus de
la Ley 23506.

Para el maestro García Belaunde el Hábeas Corpus es “Una acción en garantía de la


libertad personal frente al poder público, cuando éste le afecta en alguna forma y
siempre que la afectación implique una ilegalidad”. Asimismo, señala que el Hábeas
Corpus es un instituto de Derecho Público y Procesal, por tener origen y fundamento
en la Constitución misma y estar destinado a la protección de la garantías conocidas en
la doctrina como derechos públicos subjetivos. El Hábeas Corpus constituye así un
remedio, o sea, un medio para restablecer algo.

Víctor Ortecho Villena afirma que: “es una acción de garantía constitucional sumaria
entablada ante el juez penal o ante la Sala Penal Superior, dirigida a restituir la
libertad que ha sido vulnerada o amenazada, por actos u omisiones provenientes de
autoridades, funcionarios o particulares”
Walter Díaz Zegarra afirma que el Hábeas Corpus “es un proceso constitucional que
tiende a hacer respetar la libertad personal, que en su origen estaba dirigido contra los
abusos de poder de autoridades. Hoy en día los abusos no solo provienen de autoridades
sino también de particulares que ostentan algún tipo de poder“.

El profesor argentino Néstor Pedro Sagués, citado por Ortecho Villena en su Obra:
“Jurisdicción y Procesos Constitucionales”, señala que: “…lo cierto es que resulta el
instrumental más elemental y contundente para asegurar la libertad
personal contra los abusos del poder” y continua diciendo: “(…) las excelencias el
Habeas Corpus – por algo ciertamente es tan apreciado- deriva del bien jurídico que
sustancialmente tutela, esto es, la libertad ambulatoria. Sin ésta – extinguida o
restringida- poco puede hacer el hombre. El Hábeas Corpus, en otras palabras es una
suerte de garantía fundante, en el sentido que posibilita, merced a la obtención a la
libertad corporal, la práctica de las restantes libertades humanas. De ahí que sea la
herramienta básica de todo habitante y el mecanismo jurídico más odiado por el
despotismo.”

Finalidad del Habeas Corpus

La finalidad principal del Hábeas Corpus es el restablecimiento de la libertad


personal vulnerada o amenazada; es decir, volver al estado anterior a la privación de
libertad de la persona.

Ivan Noguera Ramos señala que el Hábeas Corpus persigue dos finalidades:
una Inmediata, es decir reponer el derecho violado o vulnerado y, la
segunda: Mediata que es sancionar penalmente a los responsables.

En nuestra opinión, la finalidad del Hábeas Corpus es detener la violación de


un derecho constitucional o impedir que la amenaza de violación del mismo se
cometa (libertad personal y conexos). El Hábeas Corpus no consiste en determinar
la responsabilidad penal de la persona a favor de quien se interpone, como dijimos,
por medio de este proceso sólo se verifica si existe amenaza o afectación de la libertad
individual y, en caso que esta se verifique, ordenar se repongan las cosas al estado
anterior de la violación o amenaza de violación.

Características
El habeas corpus es un derecho y a la vez un proceso concreto al alcance de cualquier
persona, a fin de solicitar del órgano jurisdiccional competente el resguardo de la
libertad corpórea, la seguridad personal, la integridad física, psíquica o moral, así como
los demás derechos que le son conexos. También protege a la persona contra cualquier
órgano, publico o privado, que ejerciendo funciones de carácter materialmente
jurisdiccional, adopta resoluciones con violación de la tutela procesal efectiva que
lesiona su libertad personal.

Como derecho humano y su vez como acción y proceso (garantía constitucional), el


habeas corpus se caracteriza por ser:

2.4.1. Sumariedad

El Habeas Corpus debe ser resuelto por el Juez Penal con rapidez, inmediatez y
bajo responsabilidad. El carácter sumario de este procedimiento exige la
preferencialidad por parte de los jueces, claro está, bajo su responsabilidad.

2.4.2. Subsidiaridad

Debido a que si no existe recurso alguno o si se agotó todo recurso en defensa de la


libertad personal vulnerada, el Hábeas Corpus se convierte en el único instrumento de
defensa de esta libertad constreñida por una resolución que a decir de Cesar Landa, no
se ajusta al derecho constitucional.

2.4.3. Informalidad

A través de Hábeas Corpus se debe determinar si existió o no la violación al derecho a


la libertad y por ser este procedimiento sumario, debe ser lo menos complejo posible,
pues en juego está la libertad de un procesado o denunciado. Inclusive, en este tipo
de procedimientos, la acción se puede presentar verbalmente ante el juez penal.

2.4.4. Brevedad

El proceso de hábeas corpus se promueve con objeto de solicitar del órgano


jurisdiccional la salvaguarda de la libertad corpórea, seguridad personal, integridad
física, psíquica y moral, así como de los demás derechos conexos. Pero también protege
a la persona contra cualquier autoridad que, ejerciendo funciones jurisdiccionales, emite
resoluciones violando la tutela procesal efectiva y, consecuentemente, la libertad
individual. En ese sentido, lo que se pretende con este remedio procesal es que se
restituya el derecho y cese la amenaza o violación en el menor tiempo posible debido a
la naturaleza fundamental del derecho a la libertad individual. Por ello, el proceso de
hábeas corpus no puede ser considerado ni mucho menos utilizado como un recurso más
para modificar la decisión emitida por un órgano jurisdiccional que puso fin al proceso
y que fue expedida a la luz del debido proceso.

1. TIPOS DE HABEAS CORPUS

La doctrina ha elaborado la tipología de los diferentes Habeas Corpus que pueden


presentarse, claro está, que todos ellos se encuentran dirigidos a controlar el
respeto a la vida e integridad de la persona.

Al tratar el tema del proceso constitucional de Habeas Corpus necesariamente


debemos de tener en cuenta los efectos, pues el mismo puede ser reparador cuando
remedia la violación ya consumada, en cambio, es preventivo si se pretende evitar
la violación o agresión (amenaza).

1) HABEAS CORPUS REPARADOR.- Conocido como habeas corpus


principal, clásico o tradicional, se presenta como la privación de la libertad
física es arbitraria, ya sea que provenga por mandato judicial expedida por
los jueces en general, orden policial, omisión en dar libertad a un
sentenciado que cumplió su pena o disponer sin las formalidades de ley el
internamiento en centro psiquiátrico de una persona.

Este es el tradicional habeas corpus que se conoce, el mismo que


procederá cuando no la detención no se ha producido en estado de
flagrancia. En puridad, el habeas corpus reparador representa modalidad
clásica o inicial destinada a promover la reposición de la libertad de una
persona indebidamente detenida.

2) HABEAS CORPUS RESTRINGIDO.- Llamado también accesorio o


limitado, cuando la libertad física o de locomoción es objeto de
perturbaciones o incomodidades o molestias para su desarrollo normal, no
para atender supuestos de detención arbitraria (o de su amenaza) lo cual
constituye una limitación al desplazamiento.
Como ejemplo podemos mencionar las rejas que se colocan en las calles,
el seguimiento de personas para cobros, citaciones policiales dictadas
injustificadamente, vigilancia domiciliaria injustificada, impedimento al
ingreso de algún establecimiento público o privado, entre otros.

3) HABEAS CORPUS CORRECTIVO.- Mediante el cual se determina la


razonabilidad y proporcionalidad de las limitaciones impuestas a las
personas recluidas en establecimiento a penitenciarios, centros de
readaptación juvenil y centros de salud. Actuaria para subsanar la
agravación de las limitaciones legalmente seguimientos.

En efecto, en el caso Alejandro Rodríguez Medrano vs. La Presidencia del


Instituto Nacional Penitenciario y otro (Exp. N° 726-2012-HC/TC), el
tribunal constitucional señalo que: “mediante este medio procesal puede
efectuarse el control constitucional de las condiciones en las que se
desarrolla la restricción del ejercicio de la libertad individual, en todos
aquellos casos en que este se haya decretado judicialmente” Así, procede
ante la amenaza o acto lesivo del derecho a la vida, la integridad física y
psicológica, o del derecho a la salud de los reclusos o persona que se
encuentran bajo una especial relación de sujeción internados en
establecimientos de tratamientos públicos o privados (tal el caso de
personas internadas en centros de rehabilitación y de menores, en
internados estudiantiles, etc.).

Igualmente, es idóneo en los casos en que por acción u omisión, importen


violación o amenaza del derecho al trato digno o se produzcan tratos
inhumanos o degradantes. Es también admisible la presentación de esta
modalidades n los casos de arbitraria restricción del derecho de visita
familiar a los reclusos; de ilegitimidad del traslado de un recluso de un
establecimiento penitenciario a otro; y por la determinación penitenciaria
de cohabitación en un mismo ambiente de reos en cárcel de procesados y
condenados
4) HABEAS CORPUS PREVENTIVO.- Se presenta cuando existe una
amenaza cierta e inminente a la privación de la libertad. El mismo que
puede tener dos modalidades:

 Habeas Corpus Principal: Que opera ante la amenaza de detención


 Habeas Corpus Restringido: Como el riesgo a sufrir restricciones
menores como seguimientos.

En efecto en el caso de Patricia Garrido Arcentales y otro contra el capital


PNP Henry Huertas (Exp. N° 399-96-HC/TC), el Tribunal Constitucional
preciso: “Que, en cuanto a las llamadas telefónicas a través de las cuales
se amenazaría con detener a los recurrentes, según afirman, este Tribunal
considera que no se han dado los supuestos para que se configure una
situación que constituya amenaza a la libertad personal que haga
procedente al acción de Habeas Corpus, es decir, tal como la consagra el
Art. 4 de la Ley N° 25398, se necesita que esta sea cierta y de inminente
realización; se requiere que la amenaza sea como conocida como
verdadera, segura e indubitable, que se manifieste con actos o palabras que
no deje duda alguna de su ejecución y propósito y eminente y posible esto
es, que no deje duda sobre su ejecución en plazo inmediato y previsible”.

5) HABEAS CORPUS TRASLATIVO.- También conocido como habeas


corpus de PRONTO DESPACHO, procede cuando cumplido el plazo para
que se resuelva un proceso penal, la judicatura no cumple con resolverlo
y mantiene con detención a una persona, también contra otras violaciones
al debido proceso. Cesar Landa Arroyo, Teoría del Derecho Procesal
Constitucional, Editorial Palestra, Lima 2003, Pág. 116, refiere que en este
caso “Se busca proteger la libertad o condición jurídica del status de la
libertad de los procesados, afectados por la burocracias judiciales.

En efecto, en el caso Ernesto Fuentes Cano Vs. Vigésimo Cuarto Juzgado


Penal De Lima (Exp. N° 110-99-Hc-Tc), El Tribunal Constitucional
textualmente señalo lo siguiente: “ Que, el tercer párrafo del Art, 9 del
pacto internacional de derechos civiles y políticos, aprobado mediante
Decreto Ley N° 22128, dispone que toda persona detenida o presa a causa
de una infracción penal tiene derecho a ser juzgada dentro de un plazo
razonable y, en el caso de autos se inicia el proceso en marzo de 1993, y
en diciembre de 1997 se encontraba en el estado de instrucción, por haber
sido ampliada esta ; y el hecho de no hacérsele completado la instrucción
no justifica que se mantenga privada de su libertad a una persona que ya
lo había estado por más de veinte meses, no dándole cumplimiento así el
artículo 137° del código procesal penal, en caso de efectivizarse esta nueva
orden de captura.

6) HABEAS CORPUS INSTRUCTIVO.- Es utilizado cuando no sea


posible ubicar el paradero de una persona detenida, con la finalidad de
garantizar la libertad y la integridad personal, sino, también asegurar el
derecho a la vida.

7) HABEAS CORPUS INNOVATIVO.- La intervención de la judicatura


es que no se repitan nuevos hechos que limiten al derecho de libertad física
del justiciable, pese a que ya ceso la amenaza o la violación de la libertad
personal que dio origen al habeas corpus planteado.

Al respecto, Domingo García Belaunde [Construcción Y Política, Eddili,


Lima 1991, Pág. 148], expresa que dicha acción de garantía “Debe
interponerse contra la amenaza y la violación de este derecho, aun cuando
este derecho, aun cuando este ya hubiera sido consumado”. Asimismo,
Cesar Landa Arroyo [tribunal constitucional, estado democrático, editorial
palestra, lima 2003, pág. 193], acota que “A pesar de haber cesado la
violación de la libertad individual, sería legítimo que se plantee un habeas
corpus innovativo, siempre que el afectado no vea restringida a futuro su
libertad y derechos conexos”.

8) HABEAS CORPUS CONEXO.- Cuando el derecho reclamado guarda


relación o conexión con la libertad física o de locomoción. Tales como la
restricción del derecho a ser asistido por un abogado defensor libremente
elegido desde que una persona es citada o detenida; o de ser obligado; a
prestar juramento; o compelido a declarar o reconocer culpabilidad contra
uno mismo, o contraer la conyugue, etc. Previstos en el Art. 3 de la
Constitución-entroncados con la libertad con la libertad física o de
locomoción puedan ser resguardadas.

CAPITULO III
DERECHOS PROTEGIDOS
Artículo 25.- Derechos protegidos

Procede el hábeas corpus ante la acción u omisión que amenace o vulnere


los siguientes derechos que, enunciativamente, conforman la libertad
individual.

Este artículo presenta una numeración enunciativa de los derechos que


protege el habeas corpus, entonces no constituye un grupo cerrado de
derechos que se pueden proteger mediante este mecanismo, sino que se
pueden ir incorporando otros que tengan simular naturaleza.

1.- La integridad personal, y el derecho a no ser sometido a


tortura o tratos inhumanos o humillantes, ni violentado para
obtener declaraciones.

Es numeral tiene relaciona la protección física y psicológica de la


persona, a que ninguna persona pueda menos cavarse su identidad
corporal, menos aun de ser sometido a torturas o tratos humillantes
y desde luego ser violentado para obtener declaraciones.

Un hecho que con bastante regularidad se presenta en los procesos


penales es el referido a que los procesados refieren que las
declaraciones inculpatorias prestadas a nivel policial han sido
producto de violencia, y cuando no sometidos a tratos inhumanos
o humillantes; sin embargo, en muy pocos casos se ha probado que
ello fuera así; entonces, este derecho se ha convertido en mayoría
de los casos en un argumento de tratar de evadir la responsabilidad
penal, más aún, si en las declaraciones aparece la intervención del
Ministerio Publico, queda perfectamente delineado que estos
hechos deben ser puestos de inmediato en conocimiento de la
judicatura para evitar que se produzcan excesos y no pasar después
a constituir argumentos de defensa.

JURISPRUDENCIA
EXP. N° 803-2003-HC/TC
LIMA 30-11-2004

Antecedentes
El recurrente con fecha 30 de enero 2003 interpone acción de habeas corpus
contra la tercera sala Penal de la Corte Superior de Arequipa, integrada por los
señores vocales, por violación a su derecho constitucional a la libertad personal.
Requiere que al sala emplazada le revoca el beneficio penitenciario de semi
libertad que le fuera concedido por el tercer juzgado Penal de Lima en el Procesal
Penal N° 72-896 seguido en su contra, aduce que la emplazada arbitrariamente
dispuso que cumpla con el integro de la pena revocada de tres años la que
comienza a correr desde el 28 de octubre de 2002 y vence 27 de octubre de 2005
asimismo que ilegalmente la accionada dispuso que a partir de esta última se
empieza a cumplirla segunda pena por la que se encuentra recluido. Finalmente,
alega que la acumulación aritmética de las penas impuestas lesiona su derecho a
la libertad individual.

FUNDAMENTOS
Por consiguiente, la aplicación sucesiva de penas al demandante ha sido dictada
con arreglo al artículo 2°, inciso 24 literal b) de la constitución, que establece que
los límites del derecho a la libertad deben sujetarse a los procedimientos, causas y
condiciones previstas en la ley, en consecuencia, no se acredita la vulneración
constitucional que sustenta la demanda.
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda.

2.- El derecho a no ser obligado a prestar juramento ni compelido


a declarar o reconocer culpabilidad contra sí mismo, contra su
cónyuge, o sus parientes dentro del cuarto grado de
consanguinidad o segundo de afinidad.

Es un principio elemental la defensa de toda persona, entendida


como la protección con la que cada individuo cuida su integridad
física, y es en ese sentido que toda persona en el proceso penal
tiene el derecho a ser considerado inocente hasta que el estado no
demuestre la responsabilidad del mismo, deviniendo en un acto
nulo y violario del derecho a la persona a que se obligue a prestar
juramento para reconocer su culpabilidad, su conyugue y parientes
dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad.

Es un proceso penal obligatoriamente si se quiere que declaren los


parientes de un procesado deberá hacérseles presentes la libertad
de declarar si lo desean; en caso de hacerlo no pueden ser
sometidos a juramento, hacerlo equivaldría no solo lesionar el
derecho fundamental sino recibir una declaración invalida para
efectos probatorias.

3.-El derecho a no ser exiliado o desterrado o confinado sino


por sentencia firme.

El exilio se da cuando aún ciudadano se le separa de su hogar y


territorio en que reside, el derecho es comentario se refiere cuando
es aplicado como pena restrictiva de la libertad en el caso de
nacionales en el crédito de rebelión y la que el código penal
denomina como expatriación.
4.- El derecho a no ser expatriado ni separado del lugar de
residencia sino por mandato judicial o por aplicación de la Ley
de Extranjería.

Este inciso complementa al anterior, pero se refiere a la pena


accesoria aplicada a los extranjeros a la que el código penal
denomina expulsión.
Tanto la expatriación como la expulsión se ejecutaran después de
cumplida la pena principal.

JURISPRUDENCIA
EXP. N° 3966-2004-HC/TC
Lima 3-3-2005

Antecedentes
Con fecha 30 de diciembre de 2003, el recurrente interpone demanda de hábeas
corpus a favor de don Enrique José Benavides Morales, contra la Jueza del Quinto
Juzgado Penal Especial de Lima, el Fiscal Adjunto Supremo de la Primera Fiscalía
Suprema en lo Penal, los magistrados de la Sala Penal Permanente de la Corte
Suprema de Justicia y los miembros integrantes de la Comisión de Extradición
Activa, solicitando que se ordene la suspensión del trámite de extradición activa
del beneficiario y, en consecuencia, se oficie al Ministerio de Relaciones
Exteriores a efectos de que el cuaderno de extradición no sea remitido a la
República Federal de Alemania; o, en todo caso, se disponga el inmediato cese de
la amenaza de violación a su libertad individual, ordenando que el gobierno
peruano revoque la solicitud de extradición acordada.

Delimitación Del Petitorio


El objeto de la demanda es que se disponga la suspensión del trámite de
extradición activa del beneficiario y que se oficie al Ministerio de Relaciones
Exteriores a efectos que el cuaderno de extradición no sea remitido a la República
Federal de Alemania, en donde se encuentra detenido el beneficiario o, en todo
caso, se disponga el inmediato cese de la amenaza de violación a su libertad
individual, ordenando que el gobierno peruano revoque la solicitud de extradición
acordada.

HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda de hábeas corpus.

5.- El derecho del extranjero, a quien se ha concedido asilo


político, de no ser expulsado al país cuyo gobierno lo persigue,
o en ningún caso si peligrase su libertad o seguridad por el
hecho de ser expulsado.

Este derecho se encuentra reconocido por el artículo


36°Constitucion Política, que consisten en la protección que otorga
un Estado a un ciudadano extranjero que es perseguido por razones
políticas.

El asilo se divide en diplomático (otorgado en la embajadas) y


territorial (en el territorio).por razones de derechos humanos no se
puede entregar al Estado que lo persigue a la persona extranjera
que obtenido asilo político; y en ningún caso si peligrase su
libertad y seguridad, norma que es consecuente con la protección
de los derechos fundamentales de la persona.

6.- El derecho de los nacionales o de los extranjeros residentes a


ingresar, transitar o salir del territorio nacional, salvo mandato
judicial o aplicación de la Ley de Extranjería o de Sanidad.

Obviamente el derecho de transitar es ilimitado, salvo que exista


un mandato judicial que limite el derecho (impedimento de salida
país, prohibición de ausentarse de lugar de residencia); asimismo,
por razones de salud pública puede restringirse el ingreso o salida
de las personas que se presuma puedan ocasionar daños en la salud
de los demás.

JURISPRUDENCIA
EXP. N° 3247-2004-HC/TC
Lima, 24-11-2014

Antecedentes
Con fecha 18 de agosto de 2004 el recurrente interpone acción de hábeas corpus
contra Edgar Barrón Vargas y Machie Ebisui de Barrón. Manifiesta que los
emplazados impiden su ingreso y circulación por una carretera afirmada que
conduce a la mina de su propiedad, que se encuentra en la Concesión Minera
Giovanna Hermosa; que dicha carretera pertenece a la Red Vial Nacional, ubicada
en el Km 14 de la Autopista Callao – Ventanilla, hoy avenida Néstor Gambeta,
distrito del Callao; que cuando ingresaba al terreno eriazo de su propiedad, los
emplazados, provistos de palos y perros, en compañía de ocho personas, le
impidieron el libre tránsito, situación que hasta la fecha persiste, transgrediendo
con ello su derecho constitucional a transitar libremente.

Fundamentos
En este orden de ideas, el emplazado propietario se encuentra obligado a respetar
tal gravamen, es decir, a permitir el libre paso de terceros por la trocha carrozable
denominada Av. Néstor Gambeta, sin impedir su uso, toda vez que esta es una
limitación legal al ejercicio de su derecho de propiedad, en tanto que el libre
tránsito por el predio sirviente es una facultad legal conferida al accionante.

Por consiguiente, queda acreditada la afectación del derecho constitucional del


accionante, pues al impedírsele que transite libremente por la vía que da acceso al
denuncio minero de su propiedad, se está restringiendo su derecho a transitar
libremente por el territorio nacional, tal como lo señala el inciso 11), artículo 2°,
de la Constitución.

Sin que lo expuesto constituya pronunciamiento respecto a la validez o invalidez


de la Resolución Ministerial que integra la trocha carrozable a la Red Vial
Nacional, conviene precisar que no le corresponde a este Colegiado emitir
pronunciamiento sobre la validez de dicho acto.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere
la Constitución Política del Perú.

HA RESUELTO
Declarar FUNDADA la demanda.

7.- El derecho a no ser detenido sino por mandato escrito y


motivado del Juez, o por las autoridades policiales en caso de
flagrante delito; o si ha sido detenido, a ser puesto dentro de
las 24 horas o en el término de la distancia, a disposición del
juzgado que corresponda, de acuerdo con el acápite “f” del
inciso 24) del artículo 2 de la Constitución sin perjuicio de las
excepciones que en él se consignan.

Constituyen los casos más recurrentes en este tipo de proceso


constitucional.

JURISPRUDENCIA
EXP. N° 3914-2004-HC/TC
Lima, 29-12-2004

Antecedentes
1. Demanda
Con fecha 13 de agosto de 2004, el recurrente interpone acción de hábeas corpus
a favor de don Florencio Tomateo Espinoza contra el Cuadragésimo Segundo
Juzgado de Instrucción de Lima, Secretaria Carmen Velásquez, Exp. N.° 273-
2002, alegando la vulneración de su libertad personal, por la emisión de una
arbitraria orden de captura en contra del favorecido, la cual fue ejecutada por la
autoridad policial el 24 de julio de 2004. Aduce que cuando el beneficiario se
presentó a la dependencia policial de manera voluntaria a fin de esclarecer la
denuncia en su contra, no se le permitió realizar su descargo de ley a través de su
declaración instructiva, tomándole únicamente sus generales de ley, demostrando
este hecho una clara afectación de la presunción de inocencia y del derecho a la
defensa.

2. Declaraciones indagatorias
Con fecha 13 de agosto del 2004, en su declaración indagatoria el favorecido alega
desconocer si sus familiares han interpuesto recurso de apelación contra el
mandato de detención, y afirma que no le tomó su declaración instructiva por
existir una huelga general de trabajadores del Poder Judicial.

Con fecha similar, en la declaración indagatoria tomada a la señora Yolanda


Gallegos, jueza del Cuadragésimo Segundo Juzgado Penal de Lima, ésta alega que
el accionante fue puesto a su disposición por el Cuarto Juzgado de Procesos en
Reserva de Lima el 26 de julio de 2004, por tener una orden de captura, para que
su juzgado determine la apertura del proceso que se le sigue por delito contra la
libertad – violación de la libertad sexual, con el consecuente mandato de
detención, y pese a que todo el proceso se ha paralizado por el problema de la
huelga de los trabajadores del Poder Judicial, ha reprogramado la fecha de la
continuación de la declaración instructiva, según resolución emitida el 12 de
agosto de dicho año.

1. Contestación de la demanda
Con fecha 16 de agosto del 2004, el Procurador Adjunto a cargo de las
asuntos judiciales del Poder Judicial se apersona al proceso solicitando que
se declare de improcedente la demanda, por tratarse el cuestionado de un
proceso regular, en el cual el hábeas corpus no puede ser eficaz.

2. Resolución de primera instancia


Con fecha 16 de agosto de 2004, el Cuadragésimo Sexto Juzgado Penal de
Lima declaró improcedente la demanda, argumentando que la detención
del accionante se realizó en virtud de un mandato de detención expedido
en un proceso regular, por su condición de No Habido en la etapa policial.
3. Resolución de segunda instancia
Con fecha 13 de septiembre de 2004, la Sexta Sala Especializada en lo
Penal para Procesos con Reos Libres de la Corte Superior de Justicia de
Lima, revocando la apelada, declaró infundada la demanda, por
fundamentos similares, e insistiendo en que se ha respetado el debido
proceso, por lo que el proceso debe considerarse regular, y por ende, el
derecho a la libertad personal no se ha vulnerado.

FUNDAMENTOS
1. La limitación del derecho a la libertad personal

Por lo expuesto, la supuesta afectación a la libertad personal del


demandante se sustenta en una actuación judicial sustentada en un mandato
judicial perfectamente permisible a la luz de las normas constitucionales.
En la Norma Suprema (artículo 2° inciso 24, acápites “b” y “f” se señala
que: “no se permite forma alguna de restricción de la libertad personal,
salvo en los casos previstos por la ley”, y dentro de estos se señala que
“nadie puede ser detenido sino por mandamiento escrito y motivado del
Juez o por las autoridades policiales en caso de flagrante delito”.

En tal sentido, debe precisarse que el mandato de detención se emitió


dentro de un proceso judicial regular, por ser el favorecido objeto de una
acusación fiscal por el delito contra la libertad – violación de la libertad
sexual, acusación que puede ser materia de impugnación a través de los
recursos que en el proceso penal se otorgan a los acusados. Por tanto, no
hay afectación alguna a la libertad personal del recurrente, y menos aún de
la presunción de inocencia, por esta garantía limitada en el caso de un
mandamiento judicial de detención.

2. La validez del proceso constitucional del Hábeas Corpus


El Código Procesal Constitucional, en su artículo 25°, precisa que el
hábeas corpus puede incoarse cuando se vulnera o amenaza la libertad
individual, pero se declarará improcedente en caso de que el proceso
judicial haya sido realizado de manera regular.

Justamente esta regularidad del hecho se advierte en el presente caso,


pues el mandato de detención fue expedido en virtud de las pruebas y
el grado de convicción del órgano judicial.

FALLO
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad
que le confiere la Constitución Política del Perú.

HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la acción de hábeas corpus de autos.

8.- El derecho a decidir voluntariamente prestar el servicio


militar, conforme a la ley de la materia.

Anteriormente se producían las famosas levas, que consistían en el


reclutamiento realizado por fuerza de jóvenes en edad del realizar
el servicio militar; asimismo, todo joven se encontraba obligado a
prestar dicho servicio militar. Situación que ha cambiado con la
ley N° 27178 que ahora da la facultad para elegir si el joven desea
realizar servicio militar, eso gracias a la intervención de la
Defensoría del Pueblo.

Ley del Servicio Militar N° 27178


Articulo 6.- De la prohibición del reclutamiento forzoso

Queda prohibido el reclutamiento forzoso como procedimiento de


captación de personal para ser incorporado al servicio en el activo.

9.- El derecho a no ser detenido por deudas.


Constituye un derecho fundamental en que la persona no puede ser
detenida por deudas; sin embargo, la excepción se encuentra en el
caso de alimentos, que llevado el proceso correspondiente el
obligado rehúye al pago de las mismas, razón por la cual, en el
proceso penal por omisión a la asistencia familiar el Juez Penal
puede ordenar la detención del obligado.

JURISPRUDENCIA
EXP. N° 3544-2004-HC/TC

Antecedentes
Con fecha 21 de mayo de 2004, el recurrente interpone acción de hábeas corpus
contra el titular del Decimonoveno Juzgado Laboral de Lima, doctor Sandro
Alberto Núñez de Paz; la titular a cargo del Decimocuarto Juzgado Penal de Lima,
doctora Claudia Almenara Álvarez; y la titular a cargo del Tercer Juzgado Penal
para Procesos en Reserva, doctora Sonia Pacora Portilla. Manifiesta que mediante
orden judicial se ordenó a la empresa Fuerzas Especiales de Resguardo, Seguridad
y Apoyo Delta S.A., de la que es Gerente General, el pago de los beneficios
sociales de don Teobaldo Lima Quispe Huamán y que, ante el impago de los
mismos, el titular del Decimonoveno Juzgado Laboral de Lima lo denunció por el
delito de violación a la libertad de trabajo, iniciándosele proceso ante el
Decimocuarto Juzgado Penal de Lima. Asimismo, señala que la Juez a cargo del
Tercer Juzgado Penal para Procesos en Reserva ordenó su inmediata ubicación y
captura. Alega que tales hechos vulneran el principio de legalidad penal,
reconocido en el artículo 2, inciso 24, literal “d”, de la Constitución Política,
puesto que el delito que se le atribuye, tipificado en el artículo 168 del Código
Penal, sanciona a quien “incumple resoluciones dictadas por la autoridad
competente”, encontrándose excluida de ello la “autoridad jurisdiccional”. Agrega
que tal supuesto solo es aplicable en materia de violación de libertad de trabajo, y
no en el caso de deudas o de obligaciones de dar sumas de dinero dispuestas por
el Poder Judicial, por lo que, a su juicio, también se ha violado la prohibición
constitucional de la prisión por deudas.
Realizada la investigación sumaria, la titular del Decimocuarto Juzgado Penal de
Lima sostiene que no constituye violación o amenaza de violación de derechos
constitucionales abrir instrucción contra una persona previamente denunciada por
el Ministerio Público. Por su parte, la titular del Tercer Juzgado Penal para
Procesos en Reserva manifiesta que el accionante fue declarado reo ausente en el
proceso seguido en su contra por el delito contra la libertad de trabajo ante el
Decimocuarto Juzgado Penal de Lima, derivándose los actuados a su despacho a
efectos de que dispusiera su ubicación y captura.

El Trigésimo Sexto Juzgado Penal de Lima, con fecha 2 de junio de 2004, declara
improcedente la demanda, por considerar que, de conformidad con el inciso 2) del
artículo 6° de la Ley N.º 23506, no proceden las acciones de garantía contra
resoluciones judiciales emanadas de procedimiento regular.

La recurrida confirma la apelada estimando que la calificación del delito no es


materia que pueda ser dilucidada en un proceso constitucional, pues ello es
competencia exclusiva de la justicia ordinaria.

FUNDAMENTOS
1. Sin ingresar a evaluar el fondo de la controversia, este Tribunal considera que
debe desestimarse, por prematura, la demanda. En efecto, conforme se ha
acreditado de autos, el recurrente ha alegado la excepción de naturaleza de
acción, la misma que, después de haberse declarado infundada, fue apelada,
no advirtiéndose en autos que el recurso haya sido resuelto. Por lo demás,
tampoco se ha acreditado que exista una sentencia condenatoria que tenga la
condición de firme.

2. Respecto de la alegada violación de la interdicción de la prisión por deudas,


este Colegiado considera que si bien el artículo 2, inciso 24, literal “c”, de la
Constitución Política vigente establece como uno de los contenidos
constitucionalmente garantizados de la libertad y seguridad personales, que
“no hay prisión por deudas”, lo que garantiza al ciudadano frente a privaciones
de la libertad individual por incumplimiento de obligaciones cuyo origen sea
de carácter civil, en el presente caso, la resolución judicial que ordena la
ubicación y captura del accionante no se funda en el incumplimiento de pago,
sino en su condición de reo contumaz.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le


confiere la Constitución Política del Perú

HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda.

10.-El derecho a no ser privado del documento nacional de


identidad, así como de obtener el pasaporte o su renovación
dentro o fuera de la República.

Toda persona tiene el derecho a la identificación, razón por la cual


no se le puede privar del único documento que acredita su
personalidad como el documento nacional de identidad, digo
único, porque mediante este se realiza todos los actos privados y
públicos de la persona.

11.- El derecho a no ser incomunicado sino en los casos


establecidos por el literal “g” del inciso 24) del artículo 2 de la
Constitución.

El facultando para disponer la incomunicación de una persona es


el Juez en el correspondiente proceso penal, siempre y cuando sea
necesario para el esclarecimiento de un delito y por tiempo
limitado, norma que se encuentra su desarrollo en el actual Código
de Procedimientos Penales.

12.- El derecho a ser asistido por un abogado defensor


libremente elegido desde que se es citado o detenido por la
autoridad policial u otra, sin excepción.
Constituye un derecho no solo tomar conocimiento de los hechos
que se imputan sino también ser asistido por abogado de su
elección, en caso que la persona carezca de medios económicos el
estado le proporciona a dicho profesional, que es el defensor de
oficio, claro está, que esta facilidad se presenta en el ámbito penal.
En el desarrollo de los procesos penales se ha apreciado que como
una maniobra dilatoria que el defensor designado inasiste a las
audiencias, postergando las mismas, situación que puede ser
corregida con el nombramiento del defensor de oficio, en caso que
se evidencia una maniobra dilatoria.

Este derecho en caso que se vulnere debe ser protegido por el


Habeas Corpus conexo.

JURISPRUDENCIA
EXP. N° 2028-2004-HC/TC
Arequipa, 5-7 -2014

Antecedentes
La accionante, con fecha 8 de marzo de 2004, interpone hábeas corpus contra el
Juez del Octavo Juzgado Penal Colectivo con Reos en Cárcel de Arequipa, don Carlos
Mendoza Banda, sosteniendo que es procesada por el delito de terrorismo (Expediente N°
2181-2003), y que desde el 12 de enero de 2004 ha presentado recursos ante el Juzgado
Penal demandado que no han sido admitidos por carecer de firma de letrado, hecho que
vulnera el derecho constitucional de defensa, reconocido en el artículo 139°, inciso 14)
de la Constitución Política del Perú.

Realizada la investigación sumaria, el Juez emplazado rinde su declaración


explicativa negando los cargos.

El Quinto Juzgado Especializado en lo Penal de Arequipa, con fecha 11 de marzo


de 2004, declaró fundada la demanda, por estimar que el texto del artículo 8°.2 de la
Convención Americana de Derechos Humanos establece el derecho del inculpado a
defenderse personalmente o a ser asistido por un defensor de su elección.
La recurrida revoca la apelada y, reformándola, declara improcedente la demanda,
por considerar que la doble dimensión (formal y material) que conforma el derecho de
defensa solamente puede ser ejercida por el inculpado, como un todo, cuando éste a la
vez tiene la condición de abogado, debidamente capacitado y habilitado conforme a la
ley; por consiguiente, está facultado a defenderse personalmente.

FUNDAMENTOS
1. Delimitación del petitorio

a) El objeto de la demanda es que se tutele el derecho de defensa de la accionante,


alegando que en la causa penal que se le sigue ha presentado diversos recursos que
han sido rechazados por carecer de firma de letrado.

2. Materia de controversia constitucional: El derecho de defensa

b) La Constitución Política del Perú, en su artículo 139°, inciso 14), reconoce el derecho
de defensa. El Tribunal Constitucional considera que el principio de no ser privado
del derecho de defensa en ningún estado del proceso, constituye una de las
condiciones indispensables para que un proceso judicial sea realizado con arreglo al
debido proceso.

c) El ejercicio del derecho de defensa, de especial relevancia en el proceso penal, tiene


una doble dimensión: una material, referida al derecho del imputado de ejercer su
propia defensa desde el mismo instante en que toma conocimiento de que se le
atribuye la comisión de determinado hecho delictivo; y otra formal, lo que supone el
derecho a una defensa técnica, esto es, al asesoramiento y patrocinio de un abogado
defensor durante todo el tiempo que dure el proceso. Ambas dimensiones del derecho
de defensa forman parte del contenido constitucionalmente protegido del derecho en
referencia. En ambos casos, se garantiza el derecho a no ser postrado a un estado de
indefensión.

d) Al respecto, en casos análogos al de autos, el Tribunal Constitucional ha afirmado


anteriormente (Expediente N.° 1323-2002-HC/TC), que ambas dimensiones del
derecho de defensa pueden ser ejercidas por un abogado que, al mismo tiempo, es
procesado. Para ello, es preciso que el letrado esté debidamente capacitado y
habilitado conforme a ley; y, en particular, que no esté comprendido en ninguno de
los impedimentos previstos en los artículos 285°, 286° y 287° del Texto Único
Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial.

e) En otras palabras, reconocer el ejercicio del derecho de defensa en forma integral, a


un procesado que no ostenta la calidad de abogado, implicaría someterlo a un estado
de indefensión por ausencia de una asistencia letrada, versada en el conocimiento del
Derecho y de la técnica de los procedimientos legales, situación que, además,
quebranta el principio de igualdad de armas o igualdad procesal de las partes.

f) Por lo expuesto, no se ha vulnerado el derecho constitucional invocado en la demanda,


puesto que la demandante puede ejercer personalmente su defensa en los momentos
procesales que le garantiza la ley penal de la materia, sin perjuicio de ser asistida por
un abogado de su elección, o en todo caso, contar con un defensor de oficio asignado
por el Estado.

g) Siendo así, las resoluciones judiciales que resolvieron negativamente


las peticiones en que la demandante ejerce su autodefensa, no resultan contrarias a la
ley, ni son incompatibles con las normas constitucionales de la materia.

Por los fundamentos expuestos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le


confiere la Constitución Política del Perú,

HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda de hábeas corpus.

13.- El derecho a retirar la vigilancia del domicilio y a


suspender el seguimiento policial, cuando resulten arbitrarios
o injustificados.
Este derecho puede ser protegido por el Habeas Corpus restringido
que tiende a eliminar las perturbaciones o molestias al derecho a la
libertad de locomoción.

El derecho en comentario puede resultar arbitrario o injustificado


cuando no es razonable de la comisión de un delito, si le está
permitido a la policía efectuar los mismos, considero que ello es
posible, no obstante, es necesario evaluar la razonabilidad y
proporcionalidad de la misma en caso en concreto.

JURISPRUDENCIA
EXP. N° 2648-2003-HC/TC
Lima, 29-11-2014

Antecedentes
Con fecha 18 de junio de 2003, los recurrentes Freddy Horacio Ara Ara y Felipe
Santiago Miranda Limache interponen acción de hábeas corpus contra el Procurador
Anticorrupción de Tacna, César Augusto Raffo Palza, y contra el Presidente de la
Asociación de Residentes del Distrito de Estique Pampa, César Rivera Montálico, con el
objeto que cese la afectación de su derecho a la libertad, que se respete la inviolabilidad
de su domicilio y se suspenda el seguimiento policial que se le aplica a ambos. Alegan
que los accionados emitieron declaraciones en todos los medios de comunicación con el
propósito de amedrentarlos, restringiéndoles su derecho constitucional de elegir
libremente el lugar de su residencia; también que se refieren a ellos como “golondrinos”
que variaron su domicilio real, a efectos de influir en los comicios electorales. Finalmente,
aducen que los accionados arbitrariamente han solicitado información sobre ellos a la
Reniec, y que han dispuesto constatación y vigilancia policial en sus domicilios, excesos
que lesionan sus derechos constitucionales.

Realizada la investigación sumaria, los accionantes se ratifican en el contenido de su


demanda; alegando que los emplazados al referirse a ellos, en declaraciones que como
autoridades rinden en los medios de comunicación, los tratan como si fueran culpables,
sin tomar en cuenta la presunción de inocencia, lo cual atenta contra su derecho a elegir
libremente el lugar de su residencia, así como vulnera la inviolabilidad de su domicilio y
restringe su libertad ambulatoria. En tanto que los emplazados no rinden sus declaraciones
indagatorias pese a estar válidamente notificados, a fojas 41/44.

El Juzgado Mixto de Tarata, con fecha 14 de mayo de 2004, declaró infundada la


demanda por considerar que no se ha acreditado, ni probado, la agresión de los derechos
constitucionales invocados.

La recurrida confirmó la apelada por los mismos argumentos.

FUNDAMENTOS
1. Los accionantes recurren al hábeas corpus para buscar tutela a su derecho de elegir
libremente su lugar de residencia, que consideran vulnerado por las declaraciones
periodísticas radiales y escritas vertidas por los emplazados en ejercicio de sus cargos; a
las cuales les atribuyen fines persecutorios.

2. El hábeas corpus es un mecanismo procesal específico de tutela de la libertad y seguridad


personales, y de derechos conexos, que se considera restringido –de acuerdo a la
doctrina- cuando se produce una contínua y pertinaz limitación de la libertad y seguridad
personal, como es la restricción a la libertad de tránsito realizada por un particular o
autoridad, el seguimiento policial, las reiteradas citaciones de la autoridad policial o las
permanentes retenciones por control migratorio, buscándose el cese de la afectación
contínua.

3. Del estudio de autos se advierte que, ante la proximidad del proceso electoral, que
culminara con el sufragio de fecha 17 de noviembre de 2002, muchos ciudadanos
efectuaron cambios domiciliarios masivos hacia la localidad de Estique Pampa y
Tarucachi; lo cual fue considerado por los accionados como la exteriorización de voluntad
de los votantes destinados a influenciar en los referidos comicios, conforme lo expresaron
en sus declaraciones periodísticas, que obran de fojas 78 a 84 de autos.

En tal sentido, no se acredita que las declaraciones vertidas por éstos a los medios
periodísticos lesionen la libertad locomotora o impidan el derecho al libre tránsito de los
accionantes, o que éstas transgredan su derecho a elegir libremente el lugar de su
residencia, el cual es ejercido por ambos en forma irrestricta, conforme se acredita en la
demanda como domicilio real la Calle Central N. º 57 del Distrito de Estique Pampa. En
consecuencia, este Colegiado estima que, al no acreditarse la vulneración constitucional
que sustenta la demanda, resulta de aplicación el artículo 2. º contrarius censu de la Ley
de Hábeas Corpus y Amparo N.º 23506.

Por los fundamentos expuestos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que


le confiere la Constitución Política del Perú,

HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la acción de hábeas corpus.

14.- El derecho a la excarcelación de un procesado o


condenado, cuya libertad haya sido declarada por el juez.

Este derecho tiene que ver con la libertad declarada por el juez, que
ante ello no se proceda a la libertad del procesado o condenado,
obviamente se trata de una conducta renuente en dar cumplimiento
a un mandato judicial.

JURISPRUDENCIA
EXP. N° 549-2004-HC/TC
Lima, 21-1-2005

Antecedentes
La recurrente, con fecha 10 de setiembre de 2003, interpone acción de hábeas
corpus a favor de su patrocinado Manuel Rubén Moura García, contra los vocales de
la Segunda Sala Penal Para Procesos con Reos en Cárcel de la Corte Superior de
Justicia de Lima, integrada por Biaggi, Izaga y Saquicuray, con el objeto que se
ordene la inmediata libertad del beneficiario, por exceso de detención. Aduce que el
favorecido fue detenido el día 18 de febrero de 2003 en la ciudad de Tarapoto, e
internado el 20 de marzo del mismo año en el Establecimiento Penal Miguel Castro
Castro, sin que a la fecha se le haya juzgado de conformidad al artículo 321.º del
Código de Procedimientos Penales; por lo que solicita su excarcelación, dado que
tanto la detención indefinida que lo aqueja como el proceso penal sin duración
determinada que se le sigue, transgreden sus derechos constitucionales a la libertad
individual y al debido proceso en el extremo de ser juzgado en un plazo razonable.

Alega que contra el beneficiario se dictó mandato de detención y que, al haber


transcurrido 50 meses sin haberse expedido sentencia, este Tribunal dispuso su libertad
mediante pronunciamiento recaído en el Expediente N.º 961-2000-HC; siendo
excarcelado con fecha 19 de enero de 2001. Alega, también, que luego su patrocinado,
en calidad de reo libre, asistió a las audiencias públicas señaladas por la sala
emplazada hasta la fecha de lectura de sentencia, diligencia judicial a la cual no pudo
concurrir por encontrarse mal de salud, pero que éste, luego, solicitó se señale nueva
fecha para dicha diligencia, el cual fue denegado. Finalmente, alega que el favorecido
ya tenía la condición de reo libre por resolución expedida por el Tribunal
Constitucional, y que, al no existir mandato de detención definitiva dictado en su
contra, dicha condición jurídica aún subsiste, por lo que su detención ha devenido en
arbitraria e ilegal.

FUNDAMENTOS

1. La accionante solicita que se ordene la inmediata excarcelación del favorecido porque


considera que su tardío juzgamiento, pese a tratarse de un proceso reservado, sumado
al hecho de que no se haya expedido sentencia, lesiona sus derechos constitucionales.
En tal sentido, el derecho que se alega como vulnerado es el de no juzgado dentro de
un plazo razonable.

DELIMITACIÓN DEL PETITORIO


2. Del contenido de la demanda se infiere un doble petitorio: primero, solicita un
pronunciamiento sobre una supuesta vulneración al debido proceso en el extremo de
tramitación in limite del proceso penal seguido en su contra; y segundo, un
pronunciamiento respecto de una presunta detención arbitraria sin previo mandato
judicial.
El derecho a ser juzgado sin dilaciones indebidas

3. En relación al derecho a ser juzgado sin dilaciones indebidas, este Tribunal considera
pertinente recordar que el derecho a que una persona sea juzgada dentro de un plazo
razonable no se encuentra expresamente contemplado en la Constitución. Sin
embargo, se trata de un derecho que coadyuva el pleno respeto de los principios de
proporcionalidad, razonabilidad, subsidiariedad, necesidad, provisionalidad y
excepcionalidad, que debe guardar la duración de un proceso para ser reconocido
como constitucional. Se trata, propiamente, de una manifestación implícita del
derecho al debido proceso y la tutela judicial efectiva reconocida en la Carta
Fundamental (artículo 139 3 de la Constitución) y, en tal medida, se funda en el
respeto a la dignidad de la persona humana.

Es necesario precisar que el derecho a la razonabilidad del plazo de la prisión


preventiva es distinto –tanto en su contenido como en sus presupuestos– del derecho
a la razonabilidad del plazo del proceso en su totalidad, al que hace alusión el artículo
8°1 de la Convención Americana.

4. Por lo demás, la interpretación que permite a este Tribunal reconocer la existencia


implícita del referido derecho en la Constitución, se encuentra plenamente respaldada
por su Cuarta Disposición Final y Transitoria, que exige que las normas relativas a
los derechos y las libertades que la Constitución reconoce se interpreten de
conformidad con los tratados sobre derechos humanos ratificados por el Perú.

5. Al respecto, debe señalarse que existen diversos tratados en materia de derechos


humanos, ratificados por el Estado, que sí reconocen expresamente este derecho. Tal
es el caso del artículo 9°3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que
establece que “toda persona detenida tendrá derecho a ser juzgada dentro de un plazo
razonable o a ser puesta en libertad”. Por su parte, el artículo 7°5 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, reconoce el derecho de “toda persona detenida
o retenida a ser juzgada dentro de un plazo razonable o a ser puesta en libertad, sin
perjuicio de que continúe el proceso”.
Según el artículo 9.4 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos "Toda
persona que sea privada de libertad en virtud de detención o prisión tendrá derecho a
recurrir ante un tribunal, a fin de que éste decida a la brevedad posible sobre la
legalidad de su prisión y ordene su libertad si la prisión fuera ilegal".

A mayor abundamiento, el artículo 8.1 de la Convención establece que:

Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro
de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e
imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de
cualquier acusación penal formulaba contra ella, o para la determinación
de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier
otro carácter.

5. En tal sentido, el principio de “plazo razonable” al que hacen referencia los artículos
7.5 y 8.1 de la Convención Americana, tiene como finalidad impedir que los acusados
permanezcan largo tiempo bajo acusación y asegurar que ésta se decida prontamente.

6. En consecuencia, el derecho a que el proceso tenga un límite temporal entre su inicio


y fin, forma parte del núcleo mínimo de derechos reconocido por el sistema
internacional de protección de los derechos humanos, y, por tanto, no puede ser
desconocido.

Esta sentencia se ocupa sólo del segundo de los referidos derechos, es decir, del
derecho de toda persona a ser juzgada dentro de un plazo razonable, esto es, el
derecho de todo justiciable de no padecer dilaciones indebidas, o, dicho de otro
modo, la obligación del Estado de proveer recursos judiciales efectivos.

Razonabilidad de la duración de un proceso penal

7. Es evidente la imposibilidad de que en abstracto se establezca un único plazo a partir


del cual la tramitación de un proceso pueda reputarse como irrazonable. Ello implicaría
asignar a los procesos penales una uniformidad objetiva e incontrovertida, supuesto
que es precisamente ajeno a la grave y delicada tarea que conlleva merituar la eventual
responsabilidad penal de cada uno de los individuos acusados de la comisión de un
ilícito.

8. Este criterio es compartido, por ejemplo, por el Tribunal Europeo de Derechos


Humanos (TEDH), al referir que “el plazo razonable (...) no puede traducirse en un
número fijo de días, semanas, meses o años, o en varios períodos dependiendo de la
gravedad del delito" (Caso Stogmuller. Sentencia del 10 de noviembre de 1969,
párrafo 4).

En tal sentido, para determinar si dicha razonabilidad ha sido rebasada, es preciso


atenerse a las específicas circunstancias de cada caso concreto.

9. Sin embargo, la imposibilidad de establecer un plazo único e inequívoco para evaluar


la razonabilidad o irrazonabilidad del tiempo de duración de un proceso, no impide el
establecimiento de criterios o pautas que, aplicadas a cada situación específica,
permitan al juez constitucional determinar la afectación del derecho constitucional a
ser juzgado más allá del tiempo razonablemente necesario. A continuación, el Tribunal
procede a desarrollar los referidos criterios.

Criterios de evaluación para determinar la razonabilidad

10. Sobre este tema, la Corte Interamericana, siguiendo el criterio expuesto por el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos, ha señalado que “se debe tomar en cuenta
tres elementos para determinar la razonabilidad del plazo en el cual se desarrolla el
proceso: a) la complejidad del asunto, b) la actividad procesal del interesado y c) la
conducta de las autoridades judiciales” (Sentencia de la CIDH, Caso Suárez Rosero,
de 12 de noviembre de 1997, fund. 72).

a) La complejidad del asunto

11. En relación a la complejidad del asunto, este Tribunal considera pertinente recordar,
tal como lo hiciera en la sentencia recaída en el caso Berrocal Prudencio (Expediente
N°. 2915-2004-HC/TCL ), que para valorar la complejidad de un caso es menester
tomar en consideración factores tales como la naturaleza y gravedad del delito, los
hechos investigados, los alcances de la actividad probatoria para el esclarecimiento
de los eventos, la pluralidad de agraviados o inculpados, o algún otro elemento que
permita concluir, con un alto grado de objetividad, que la dilucidación de una
determinada causa resulta particularmente complicada y difícil.

b) Actividad procesal del interesado

12. En lo que respecta a la valoración de la actividad procesal del procesado, a efectos


de determinar la razonabilidad del plazo, es preciso distinguir el uso regular de los
medios procesales que la ley prevé y la falta de cooperación mediante la pasividad
absoluta del imputado (muestras ambas del ejercicio legítimo de los derechos que el
Estado Constitucional permite), de la denominada “defensa obstruccionista” (signo
inequívoco de la mala fe del procesado y, consecuentemente, recurso repudiado por
el orden constitucional).

En consecuencia, “Lla demora sólo puede ser imputable al acusado si éste ha abusado
de su derecho a utilizar los resortes procesales disponibles, con la intención de atrasar
el procedimiento” (Informe N.° 64/99, Caso 11.778, Ruth Del Rosario Garcés
Valladares. Ecuador, 13 de abril de 1999. Asimismo, Caso Wemhoff, TEDH, párrafo
2; y Caso Neumeister, TEDH, párrafo 2).

13. En reiterada jurisprudencia este Colegiado ( Caso Bozzo Rotondo Expediente N°.
0376-2003-HC/TC, FJ. 9 C) ha sostenido que “[s]i bien todo procesado goza del
derecho fundamental a la no autoincriminación, una de cuyas manifestaciones
incluso autoriza al inculpado a guardar un absoluto silencio y la más imperturbable
pasividad durante el proceso, en el correcto supuesto de que debe ser la parte
acusatoria la encargada de desvanecer la inocencia presunta, ello no le autoriza para
que mediante actos positivos se desvíe el camino del aparato estatal en la búsqueda
de la verdad dentro del proceso”.

En este orden de ideas, podría merituarse como defensa obstruccionista todas


aquellas conductas intencionalmente dirigidas a obstaculizar la celeridad del proceso,
sea la interposición de recursos que, desde su origen y de manera manifiesta, se
encontraban condenados a la desestimación, sea las constantes y premeditadas faltas
a la verdad que desvíen el adecuado curso de las investigaciones, entre otros. En todo
caso, corresponde al juez penal demostrar la conducta obstruccionista del procesado.

c) Actuación de los órganos judiciales: PRIORIDAD Y DILIGENCIA DEBIDA

14. En relación a la actuación de los órganos judiciales, este Tribunal, en reiterada


jurisprudencia (Caso Berrocal Prudencio Expediente N°. 2915-2004-HC/TC), ha
sostenido que será preciso evaluar el grado de celeridad con el que se ha tramitado el
proceso, sin perder de vista en ningún momento el especial celo que es exigible a
todo juez encargado de dilucidar una causa en la que se encuentra un individuo
privado de su libertad. En tal sentido, serían especialmente censurables, por ejemplo,
la demora en la tramitación y resolución de los recursos contra las decisiones que
imponen o mantienen la detención preventiva; las indebidas e injustificadas
acumulaciones o desacumulaciones de procesos; o, como estableciera el TEDH, los
repetidos cambios de juez instructor, la tardanza en la presentación de un peritaje o
en la realización de una diligencia en general (Caso Clooth, párrafo 45).

15. En cuanto a la duración in limite del proceso penal, que invoca el accionante, de
autos se advierte que el actor es procesado por los delitos de tráfico ilícito de drogas
y peligro común, en la modalidad de tenencia ilegal de armas, Expediente N°1826-
2000, en el cual se dictara mandato de detención; siendo excarcelado al declararse
fundado el hábeas corpus interpuesto por exceso de detención. Concurriendo, luego,
en forma continua, durante más de un año, a las audiencias públicas de su
juzgamiento, iniciado el 15 de junio de 2001, hasta, inclusive, el día 8 de julio de
2002, fecha en la cual se le notifica su concurrencia obligatoria a la diligencia de
lectura de sentencia, bajo apercibimiento de revocarse la libertad que viene gozando,
conforme se acredita de las Actas de Audiencia que en copias certificadas obran en
autos de fojas 140 a fojas 157.

16. No obstante ello, enterado que el representante del Ministerio Público durante su
requisitoria oral solicitó que se le impusiera la pena de cadena perpetua, no concurre
a dicha diligencia señalada para el día 11 de julio de 2002, aduciendo, mediante un
certificado médico, padecer de enterocolitis aguda, el cual, en aplicación del artículo
321.º del Código de Procedimientos Penales, es resuelto inmediatamente siendo
declarado reo contumaz a solicitud fiscal, reservándose su juzgamiento y
disponiéndose su captura, conforme se acredita de autos de fojas 201 a fojas 203.

De lo cual se colige que la sala accionada, al disponer la reserva del proceso en lo


que respecta al accionante, respetó el principio constitucional de no ser condenado
en ausencia, enunciado en el artículo 139º inc. 14 de la norma fundamental.

17. Por consiguiente, está acreditado que las dilaciones indebidas del proceso penal no
son imputables a la negligencia del Colegiado que conoce del proceso, sino que la
demora es atribuible al accionante, quien abusando de su derecho a utilizar los
resortes procesales disponibles, con la intención de atrasar la imposición de la su
condena, no concurre a la diligencia de lectura de sentencia.

Del derecho a la libertad individual

18. En cuanto a la presunta detención arbitraria invocada, del examen de la resolución,


que obra a fojas 165 de autos, se advierte que no existen elementos de convicción
que permitan aseverar que el mandato de detención se haya dictado en forma
subjetiva, arbitraria e inconstitucional. Antes bien, ésta, al disponer su internamiento
en un establecimiento penal, se adecuó a las condiciones legales que establece el
artículo 135° del Código Procesal Penal. Esto es, prognosis de pena, peligro procesal
y suficiencia probatoria.

Tanto más, si, conforme refiere la cuestionada, el Colegiado, al advertir de autos la


existencia de elementos de prueba que vinculan al actor con los hechos imputados,
asimismo, que la sanción a imponerse superaría los cuatro años de pena privativa de
libertad y la evidenciada actitud de evadir la acción de la justicia demostrada en
anterior oportunidad, procedió a dictar la medida. De lo cual se colige que los
criterios que sustentan la detención y el posterior internamiento del accionante, en un
establecimiento penal, son legítimos. En consecuencia, el demandante se encuentra
detenido por mandamiento escrito y motivado del juez.
Por los fundamentos expuestos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le
confiere Constitución Política del Perú

HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda.

A. El derecho a que se observe el trámite correspondiente cuando


se trate del procedimiento o detención de las personas, a que se
refiere el artículo 99 de la Constitución.

Nuestra carta política contiene procedimientos de acusación


constitucional:

El antejuicio político

Constituye un beneficio a que tiene derecho el presidente de la


república, los congresistas, los ministros de estado, los miembros
del tribunal constitucional los miembros del consejo nacional de la
magistratura, los vocales de la corte suprema, los fiscales
supremos, el defensor del pueblo y el controlador general de la
república, de no ser procesados por los tribunales ordinarios, si
previamente no han sido sometidos a un procedimiento
previamente regulado ante el congreso, donde se los hechos que se
imputan tienen contenido penal, esto es, que se les reputa una
responsabilidad penal.

El juicio político
Es la sanción política contra los altos funcionarios del estado por
responsabilidades políticas que cometan el ejercicio de sus
funciones, en lo que se denomina acusación constitucional.
El artículo es comentario tiene que ver con el antejuicio
constitucional; asimismo se ha legislado sobre materia de la
manera siguiente:

Articulo 1.- titular de la investigación preliminar

El fiscal de la nación puede realizar investigaciones preliminares


al procedimiento de acusación constitucional por la presunta
comisión de delitos de función atribuidos a funcionarios del estado
comprendidos en el Artículo 99 de la constitución.

El plazo de la investigación preliminar no excederá de 60 (sesenta)


días naturales. En caso de encontrar evidencias o indicios
razonables de la comisión de los delitos a que se refiere el párrafo
procedente, el Fiscal de la Nación formula la denuncia
constitucional correspondiente, adjuntando copia autentica de los
actuados en dicha investigación.

Artículo 2.- Medidas limitativas de derecho

Los funcionarios del Estado comprendidos en el Artículo 99 de la


Constitución pueden ser objeto de las medidas limitativas de
derechos previstas en la Ley N° 27379. Esta disposición no es
aplicable a los funcionarios mencionados en el primer párrafo del
Artículo 93 de la Constitución.

Están excluidas de las medidas limitativas de derechos las


previstas en el Artículo 143 del código procesal penal, así como
las establecidas en el Artículo 2 de la Ley N° 27379 en su inciso
1) y el impedimento de salir de la localidad en donde domicilie o
del lugar que se le fije previsto en su inciso 2).
El fiscal de la nación solicita la aplicación de las medidas
limitativas de derechos al vocal titular menos antiguo de la sala
penal de la corte suprema, el cual puede concederlas mediante
resolución motivada. Así mismo, puede pedir el levantamiento del
secreto bancario y la reserva tributaria sin requerir autorización
judicial.

Las subcomisiones investigadoras designadas por la comisión


permanente, esta última o el pleno del congreso, según
corresponda, pueden requerir al vocal titular menos antiguo de la
sala penal de la corte suprema la cesación, modificación o
imposición de las medidas limitativas indicadas en el presente
artículo, desde el inicio del procedimiento de acusación
constitucional y hasta que se comunique al fiscal de la nación la
resolución del congreso que pone fin al procedimiento de
acusación constitucional. En caso de resolución acusatoria de
contenido penal aprobada por el congreso, la vigencia de dichas
medidas se mantiene hasta 30 (treinta) días naturales después de
publicada la resolución acusatoria.

JURISPRUDENCIA
EXP. N° 1011-2000-HC/TC
Lima, 18-01-2001
Antecedentes
El accionante interpone acción de hábeas corpus a favor de don Franciso Javier
Errázuriz Talavera, contra doña Nilda Egocheaga Ferrel, Jueza del Trigésimo Cuarto
Juzgado Especializado en lo Penal de Lima, ante la amenaza de la libertad individual
al haber dictado un Auto de Apertura de Instrucción contra el beneficiario, no obstante
asistirle la prerrogativa de inmunidad parlamentaria como Senador de la República de
Chile. Afirma que dicha prerrogativa configura un impedimento procesal para la
apertura de instrucción penal y que su inobservancia conculca los principios del debido
proceso jurisdiccional y el que ninguna persona puede ser sometida a procedimiento
distinto a los previamente preestablecidos por ley, así como el derecho de defensa

La emplazada manifiesta que sólo los Jefes de Estado y Agentes Diplomáticos están
exentos de las leyes peruanas, conforme a los artículos 297º y 298º del Código de
Bustamante, y que su inmunidad es diferente a la inmunidad parlamentaria; que el
antejuicio "únicamente es aplicable a los congresistas peruanos"; que el artículo 343º
del citado código es una excepción, y, que, según el artículo 10º del Código Penal, las
prerrogativas de ciertas personas por su función o cargo, deben de estar taxativamente
previstas.

El Primer Juzgado Corporativo Transitorio Especializado en Derecho Público, a fojas


cuarenta, con fecha veinticinco de abril de dos mil, declaró improcedente la acción de
hábeas corpus, por considerar que sólo los Jefes de Estado y los Agentes Diplomáticos
están exentos de las leyes peruanas por motivos de función, y que la inmunidad de
éstos es diferente a la inmunidad parlamentaria; que el antejuicio es sólo aplicable a
congresistas peruanos; que el artículo 10º del Código Penal establece que las
prerrogativas deben estar taxativamente previstas en las leyes o los tratados
internacionales, no existiendo ninguno aplicable al beneficiario, y, que, tratándose de
un proceso penal en curso, las anomalías deben resolverse dentro del mismo proceso.

FALLA
REVOCANDO la recurrida, que, confirmando la apelada, declaró improcedente la
demanda, y, reformándola, declara FUNDADA la acción de hábeas corpus; en
consecuencia, dispone se deje sin efecto el auto apertorio de instrucción en el extremo
que comprende a don Francisco Javier Errázuriz Talavera, Senador de la República de
Chile, como presunto responsable penal en el proceso signado con el Expediente N.°
724-99, seguido ante el Trigésimo Cuarto Juzgado Especializado Penal de Lima;
ordena así mismo, se deje sin efecto toda medida restrictiva de su libertad que dentro
del proceso mencionado se haya dictado en su contra, no siendo de aplicación el
artículo 11° de la Ley N.° 23506. Dispone la notificación a las partes, su publicación
en el diario oficial El Peruano y la devolución de los actuados.

15.-El derecho a no ser objeto de una desaparición forzada.

El derecho a no objeto de desaparición forzosa debe protegerse


mediante el Habeas Corpus instructivo, mediante el juez
constitucional debe agotar los medios para ubicar a la persona
desaparecida.

16.- El derecho del detenido o recluso a no ser objeto de un


tratamiento carente de razonabilidad y proporcionalidad,
respecto de la forma y condiciones en que cumple el mandato
de detención o la pena.

También procede el hábeas corpus en defensa de los derechos


constitucionales conexos con la libertad individual, especialmente
cuando se trata del debido proceso y la inviolabilidad del domicilio

Como ya se ha mencionado no se trata de una lista cerrada de


derechos susceptibles de ser protegidos por el proceso de Habeas
Corpus.

JURISPRUDENCIA
EXP. N°1790-2005-PHC/TC

Antecedentes
Con fecha 22 de diciembre de 2004, el recurrente interpone proceso constitucional
de hábeas corpus a favor de don Alan Michael Azizolahoff Gate, contra el titular del
Vigésimo Primer Juzgado Penal Especializado de Lima, solicitando que se declare nula
y sin efecto la orden de impedimento de salida del país dictada en su contra con fecha 8
de julio de 2004, debiendo oficiar de tal decisión a la División de Requisitorias de la
Policía Judicial. Refiere que mediante auto apertorio del 17 de mayo de 2004 se le inició
un proceso penal en el juzgado denunciado, por el delito contra la vida, el cuerpo y la
salud – homicidio culposo, en agravio de Maritza del Pilar Alfaro Melchiore y otros,
habiéndose dictado mandato de comparecencia restringida. Agrega que en dicho proceso
el juez denunciado, a solicitud de la parte civil, dictó medida cautelar de carácter personal
de impedimento de salida del país contra el beneficiario, por considerar que existía el
peligro de sustraerse a la acción de la justicia, debido a que, si bien había rendido su
declaración instructiva, lo hizo en segunda ocasión, además de no haber asistido a las
citaciones que se le hicieron en la investigación efectuada por el Congreso de la República
a consecuencia de los trágicos sucesos acontecidos en la discoteca Utopía. De otro lado,
sostiene que dicha resolución vulnera los derechos constitucionales del beneficiario al
libre tránsito, al debido proceso y la tutela jurisdiccional, pues el mencionado juez ordenó
el impedimento de salida del beneficiario a pesar de haber sido recusado previamente por
su abogado el día 2 de julio de 2004, sin tener en cuenta que en dicha fecha se encontraba
vigente el artículo 34.º del Código de Procedimientos Penales, modificado por la Ley N.º
27652, que taxativamente señalaba las diligencias judiciales que el juez recusado estaba
autorizado a realizar, entre las cuales no se encontraba la de emitir pronunciamiento sobre
el petitorio de una medida cautelar de naturaleza procesal, como es el impedimento de
salida.

FUNDAMENTOS
1. La demanda tiene por objeto que se deje sin efecto la resolución judicial de fecha 8
de julio de 2004, que dictó impedimento de salida del país contra el beneficiario del
presente proceso constitucional.

Materia sujeta a análisis constitucional

2. En la presente resolución, este Colegiado debe llegar a determinar si la resolución


judicial que dispuso la medida de impedimento de salida del país en contra del
beneficiario ha vulnerado su derecho constitucional a la tutela procesal efectiva y
afectado su libertad individual.

Análisis del acto lesivo materia de controversia constitucional


3. En cuanto al fondo del asunto controvertido, se aprecia de lo actuado que al
beneficiario se le inició un proceso penal ante el Vigésimo Primer Juzgado Penal
Especializado de Lima, por el delito contra la vida, el cuerpo y la salud – homicidio
culposo, en agravio de Maritza del Pilar Alfaro Melchiore y otros, víctimas de los
lamentables sucesos acontecidos en la discoteca Utopía el 20 de julio de 2002,
habiéndose dictado en su contra mandato de comparecencia restringida, mediante
auto de apertura de instrucción del 17 de mayo de 2004. Posteriormente, con fecha 2
de julio de 2004, el beneficiario, a través de su abogado, formula recusación contra el
juez denunciado, la misma que es rechazada con auto de fecha 5 de julio del mismo
año. En la misma fecha, la parte civil solicita el impedimento de salida del país del
favorecido con el presente proceso constitucional, pedido que es resuelto el 8 del
mismo mes con la resolución cuestionada.

4. De los hechos señalados en el fundamento precedente se desprende que el juez


denunciado efectivamente dictó la orden de impedimento del país cuestionada cuando
ya había sido recusado. Sin embargo, este Colegiado, para poder determinar si dicha
actuación se encuadra dentro del marco constitucional y legal o si, a consecuencia de
ella, se vulneraron los derechos a la tutela procesal efectiva y la libertad de tránsito
del procesado, considera necesario previamente repasar los criterios vertidos sobre
este derecho fundamental, integrante de la libertad individual del beneficiario.

5. Conforme a lo establecido por este Tribunal en reiterada jurisprudencia (STC 1091-


02-HC/TC y 2046-2003-HC/TC), todo derecho fundamental, como lo es el de la
libertad de tránsito, no constituye un derecho absoluto y ciertamente tiene sus límites,
pues así lo establece el artículo 2.°, inciso 11), de la Constitución, que lo regula y
también lo restringe o limita por razones de sanidad, mandato judicial o por aplicación
de la ley de extranjería. En tal sentido, ningún derecho fundamental puede
considerarse ilimitado en su ejercicio, más aún cuando, en el presente caso, la medida
cautelar impuesta al accionante, como límite extrínseco, tiene su fundamento en la
necesidad de proteger o preservar otros bienes, valores o derechos constitucionales.

6. Asimismo, en la sentencia recaída en el Exp. N.º 2663-2003-HC/TC, este Tribunal


Constitucional señaló que el denominado hábeas corpus restringido se emplea
cuando la libertad física o de locomoción –como en el caso de autos– es objeto de
molestias, obstáculos, perturbaciones o incomodidades que, en los hechos, configuran
una seria restricción para su cabal ejercicio. Es decir, que, en tales casos, pese a no
privarse de la libertad al sujeto, “se lo limita en menor grado”.

7. En ese sentido, el artículo 25.º, inciso 8), del Código Procesal Constitucional señala
que el hábeas corpus procede ante la acción u omisión que amenace o vulnere el
derecho de los nacionales o de los extranjeros residentes a ingresar, transitar o salir
del territorio nacional, salvo mandato judicial.

8. Al respecto, de conformidad con los artículos 33.° y 34.° del Código de


Procedimientos Penales, modificados por la Ley N.º 27652, vigente al momento de
ocurridos los hechos, mientras esté pendiente el incidente de recusación, el juez
emplazado puede actuar las siguientes diligencias:

 La inspección, por sí mismo, y con asistencia obligatoria de la persona que


desempeña el Ministerio Público y de peritos, si fuera necesario, del lugar en que
se cometió el delito; el reconocimiento e identificación de los efectos de este.
 La incautación y el recojo de armas, instrumentos u objetos de cualquier clase que
tengan relación con el hecho que se investiga; la declaración instructiva, con
asistencia necesaria del defensor.
 La declaración de los testigos que deberá actuarse obligatoriamente en presencia
de la persona que desempeña el Ministerio Público.
 Las confrontaciones, los reconocimientos y la presentación de los informes
periciales, reservándose su ratificación y examen hasta que se resuelva el
incidente de recusación.
 Dictar la orden de detención o comparecencia, según el caso, y decretar la medida
de embargo sobre los bienes propios del inculpado que basten para asegurar
prudencialmente el pago de la reparación civil a que hubiere lugar, mientras esté
pendiente el incidente de recusación.

Asimismo, se dispone que el juez no podrá conceder libertad al inculpado recusante


sino después de estar resuelto dicho incidente.
9. Este Supremo Tribunal, en el contexto de una interpretación integradora de los
dispositivos constitucionales y legales antes señalados, no considera que las
disposiciones de los citados artículos del Código de Procedimientos Penales
contengan una prohibición para que un juez recusado, en tanto esté pendiente de
resolverse en forma definitiva dicho incidente, no pueda dictar una medida cautelar
de carácter personal, como lo es el impedimento de salida del país en contra de un
inculpado. Dicho impedimento de salida deberá ser dictado atendiendo a la naturaleza
de dicha medida y a las necesidades que existan al interior de un proceso, las cuales
pueden ir graduándose de acuerdo con su desarrollo y/o al latente peligro procesal que
evidencie que el procesado pueda sustraerse a la acción de la justicia o perturbar la
actividad probatoria. En ese sentido, el juez, dentro de dicha graduación, puede llegar
incluso a dictar la orden de detención del acusado, máxima restricción a la libertad
individual.

10. Por tanto, este Colegiado considera que la medida de impedimento de salida del país
impuesta al beneficiario es compatible con las formas de restricción a la libertad
individual previstas por la Constitución, y que en su otorgamiento no se ha vulnerado
su derecho a la tutela procesal efectiva.

HA RESUELTO
Declarar IMPROCEDENTE la demanda.

17.- También procede el habeas corpus en defensa de los derechos


constitucionales conexos con la libertad individual, especialmente
cuando se trata del debido proceso y la inviolabilidad del
domicilio.

Como ya se ha mencionado no se trata de una lista cerrada de


derechos susceptibles de ser protegidos por el proceso de Habeas
Corpus.
CAPITULO IV
EL PROCESO CONSTITUCIONAL DE HABEAS CORPUS

PROCESO DE HABEAS CORPUS

El proceso de Habeas Corpus está previsto en el artículo 200, inciso 1 de la


Constitución, y en el Título II del Código Procesal Constitucional, procede ante
la acción u omisión, por parte de cualquier autoridad, funcionario o persona, que
vulnera o amenaza la libertad individual o los derechos constitucionales conexos
como son:

 El derecho a no ser objeto de desaparición forzada


 A no ser sometido a tortura o tratos inhumanos o humillantes, etc.

Ahora bien el proceso de habeas corpus como señala:

 Luis Alberto Huerta Guerrero – Libertad Personal y Habeas Corpus (LIMA)


Comisión Andina de Juristas, 2013, PAG. 47 – “Es una institución cuyo objetivo
consiste en proteger la libertad personal, independientemente de la denominación
que recibe el hecho cuestionado (detención, arresto, prisión, secuestro,
desaparición forzada, etc.)
 Constitución de 1993 “Procede contra cualquier autoridad, funcionario o persona,
por cualquier acción u omisión que implique una amenaza o violación de la
libertad personal”.

Dicha acción de garantía es básicamente un proceso de resguardo y tutela de la


libertad personal en sentido lato. En puridad representa la defensa de aquello que
los antiguos romanos denominaban Ius Movendi Et Ambulandi o los
anglosajones consignaban como Power Of Locomation.

2. OBJETO

El proceso constitucional de Habeas Corpus protege la libertad individual o


derechos conexos (libertad personal, física y ambulatoria) su objeto o finalidad
última es reponer las cosas al estado anterior a la amenaza o violación del derecho
constitucional.

Claro está que la amenaza o violación de derecho constitucional tienen un


responsable, pero el objeto del Habeas Corpus no es precisamente realizar
una función punitiva, posteriormente ello se hará efectivo en la vía penal,
sino lo que le interesa al Habeas Corpus es que no se siga violando o
impedir que la amenaza de violación se haga efectiva del derecho
constitucional (libertad personal y conexos).

Artículo 26.- Legitimación

La demanda puede ser interpuesta por la persona perjudicada o por cualquier otra
en su favor, sin necesidad de tener su representación. Tampoco requerirá firma
del letrado, tasa o alguna otra formalidad. También puede interponerla la
Defensoría del Pueblo.

La legitimidad entendida como el interés para obrar aunado con la capacidad


procesal para demandar, en el proceso constitucional de Habeas Corpus es un
concepto flexible, ya que permite que otras personas o entidades diferentes al
agraviado puedan plantear la demanda.

 Persona Directamente Perjudicada: La persona natural directamente es


la que por propio derecho puede plantear la denuncia para iniciar el
proceso constitucional de Habeas Corpus, nótese que solo la persona
natural es quien puede ser perjudicada y no la persona jurídica, ello debido,
a los derechos que se cautelan en el Habeas Corpus tienen que ver con la
protección de los derechos inherentes de una persona física como son la
libertad física, de locomoción y otras.

 Tercera Persona a Favor de la Agraviada: Cuando la persona


directamente agraviada no se encuentra en la posibilidad física de plantear
el proceso Habeas Corpus puede realizarlo cualquier otra persona sin
necesidad de acreditar la representación de la afectada, usualmente se
presenta en caso de detenciones, donde el agraviado se encuentra detenido.

 La Defensoría del Pueblo: Organismo constitucionalmente autónomo


facultado como defensor de los derechos fundamentales ante la
administración pública, esta es una atribución adicional a la que le
corresponde tener legitimidad para iniciar un proceso de Habeas Corpus,
claro está en defensa de los derechos fundamentales de los ciudadanos.

Ausencia De Formalidades

Dada la naturaleza de los derechos que se cautelan la exigencia de


formalidades es mínima, no exigiéndose firma de letrado en la demanda,
pago de arancel judicial u otra no trascendental para el proceso.

Artículo 27.- Demanda

La demanda puede presentarse por escrito o verbalmente, en forma directa


o por correo, a través de medios electrónicos de comunicación u otro
idóneo. Cuando se trata de una demanda verbal, se levanta acta ante el
Juez o Secretario, sin otra exigencia que la de suministrar una sucinta
relación de los hechos.

La forma en que se presenta la demanda de Habeas Corpus puede ser:

 Por Escrito

Cuando la demanda se presenta por escrito debe indicarse en que


consiste la amenaza o violación del derecho constitucional.
o Directamente presentando la demanda
o Remitir la demanda vía correo
o A través de los medios electrónicos (correo electrónico o
vía facsímil)
 Verbalmente
Cuando se formula demanda en forma verbal, el juez o secretario,
levantarán un acta donde consten en forma concreta los hechos que
motivan el petitorio.

Artículo 28.- Competencia

La demanda de hábeas corpus se interpone ante cualquier Juez


Penal, sin observar turnos.

La demanda de Habeas Corpus se interpone ante cualquier Juez


Penal, sin observar turnos; en caso de no existir este se interpondrá
ante el Juez Mixto.

Anteriormente cuando se trataba de una detención arbitraria por


orden judicial se interponía ante la Sala Penal Superior, la misma
que remitía la demanda al Juez Penal para que la tramite y resuelva,
este procedimiento era innecesario ya que la intervención de la
Sala Superior solo era para remitir el expediente, como una mesa
de partes, lo que evidentemente era una distorsión a la celeridad de
este tipo de proceso constitucional.

Artículo 29.- Competencia del Juez de Paz

Cuando la afectación de la libertad individual se realice en lugar


distinto y lejano o de difícil acceso de aquel en que tiene su sede el
Juzgado donde se interpuso la demanda este dictará orden
perentoria e inmediata para que el Juez de Paz del distrito en el que
se encuentra el detenido cumpla en el día, bajo responsabilidad,
con hacer las verificaciones y ordenar las medidas inmediatas para
hacer cesar la afectación.
El código procesal constitucional ha mantenido esta norma que se
encontraba en la anterior legislación y que consiste en que los
lugares alejados y de difícil acceso del territorio nacional, el Juez
de Paz pueda ser habilitado por el Juez Penal o Mixto para que,
primero verifique si la persona que sería favorecida con el Habeas
Corpus se encuentra detenida; y, segundo de comprobar la
arbitrariedad dicte las medidas necesarias e inmediatas para que
cese la afectación al derecho constitucional.

En lo que parecía que se trata de un exhorto, pero con


características muy especiales y sumarísimas.

Artículo 30.- Trámite en caso de detención arbitraria

Tratándose de cualquiera de las formas de detención arbitraria y de


afectación de la integridad personal, el Juez resolverá de
inmediato. Para ello podrá constituirse en el lugar de los hechos, y
verificada la detención indebida ordenará en el mismo lugar la
libertad del agraviado, dejando constancia en el acta
correspondiente y sin que sea necesario notificar previamente al
responsable de la agresión para que cumpla la resolución judicial.

El Juez Penal resolverá de inmediato en los casos de detención


arbitraria y afectación de la libertad individual, para ello se
constituirá en el lugar de los hechos y verificada la detención
indebida ordenara en el mismo lugar la libertad del agraviado,
dejando constancia en el acta correspondiente y sin que sea
necesario notificar previamente al responsable de la agresión para
que cumpla la resolución judicial.

Se entiende también que la detención es arbitraria cuando se dilata


la liberación de un detenido, existiendo mandato judicial para
ponerlo en libertad.
Artículo 31.- Trámite en casos distintos

Cuando no se trate de una detención arbitraria ni de una


vulneración de la integridad personal, el Juez podrá constituirse en
el lugar de los hechos, o, de ser el caso, citar a quien o quienes
ejecutaron la violación, requiriéndoles expliquen la razón que
motivó la agresión, y resolverá de plano en el término de un día
natural, bajo responsabilidad.

La resolución podrá notificarse al agraviado, así se encontrare


privado de su libertad. También puede notificarse indistintamente
a la persona que interpuso la demanda así como a su abogado, si lo
hubiere.

En casos distintos a la detención arbitraria o vulneración a la


integridad personal el juez tiene las siguientes opciones:

 Constituirse en el lugar de los hechos.


 Citar a quien ejecuto la violación para que explique la razón
de su proceder

En ambos casos resolverá en el plazo de un día.

La resolución final se podrá notificar al agraviado así se


encuentre detenido, es obvio que el derecho reclamado no es el
de detención arbitraria sino otro, o notificarse al tercero que
interpuso la demanda o al abogado que patrocina la causa.

Artículo 32.- Trámite en caso de desaparición forzada

Sin perjuicio del trámite previsto en los artículos anteriores,


cuando se trate de la desaparición forzada de una persona, si la
autoridad, funcionario o persona demandada no proporcionan
elementos de juicio satisfactorios sobre su paradero o destino,
el Juez deberá adoptar todas las medidas necesarias que
conduzcan a su hallazgo, pudiendo incluso comisionar a jueces
del Distrito Judicial donde se presuma que la persona pueda
estar detenida para que las practiquen. Asimismo, el Juez dará
aviso de la demanda de hábeas corpus al Ministerio Público
para que realice las investigaciones correspondientes.

Si la agresión se imputa a algún miembro de la Policía


Nacional o de las Fuerzas Armadas, el juez solicitará, además,
a la autoridad superior del presunto agresor de la zona en la
cual la desaparición ha ocurrido, que informe dentro del plazo
de veinticuatro horas si es cierta o no la vulneración de la
libertad y proporcione el nombre de la autoridad que la hubiere
ordenado o ejecutado.

En este caso se aplica el denominado Habeas Corpus


Instructivo, cuando no es posible ubicar el paradero de una
persona detenida.

Sin perjuicio de que el Juez se constituya en el lugar de los


hechos o citar a quienes ejecutaron la violación, el Juez debe
adoptar las medidas necesarias cuando la demandada no
proporcione datos sobre el paradero del desaparecido, incluso
se puede comisionar a Juez de otro Distrito Judicial para que
se constituya en el lugar donde se presuma que pueda estar
detenida la persona; asimismo, informa de la demanda al
Ministerio Publico para que realice las investigaciones
pertinentes.

Artículo 33.- Normas especiales de procedimiento

Este proceso se somete además a las siguientes reglas:

1. No cabe recusación, salvo por el afectado o quien


actúe en su nombre.

No puede plantearse la recusación del Juez, salvo el


agraviado o quien actúa en su nombre.
La recusación constituye un apartamiento del Juez por
causales establecidas en el Código Procesal Civil y de
Procedimientos Penales.
Considero que en caso de impedimentos tampoco el
Juez puede apartarse del proceso, debido al carácter de
los derechos fundamentales que se pide su protección.

2. No caben excusas de los jueces ni de los secretarios.

Con el mismo argumento de la no procedencia de la


recusación, tampoco el Juez ni secretario pueden
excusarse de conocer y resolver el conflicto planteado.

3. Los jueces deberán habilitar día y hora para la


realización de las actuaciones procesales.

Dado el carácter sumarísimo del proceso del Juez debe


habilitar día y hora para las actuaciones judiciales,
pudiendo realizarse en horas o días no hábiles para el
despacho judicial.

4. No interviene el Ministerio Público.

En el desarrollo del proceso constitucional de Habeas


Corpus no interviene el Ministerio Publico ni como
parte del proceso ni como dictaminador.
Obviamente de lo que se trata es de exigir menos actos
que pese a su importancia podrían perjudicar la rapidez
de la decisión jurisdiccional
5. Se pueden presentar documentos cuyo mérito
apreciará el juez en cualquier estado del proceso.

En si el proceso constitucional de Habeas Corpus no


tiene una etapa probatoria, por lo que, después de
presentada la demanda es factible presentar nuevos
documentos que tiendan acreditar la violación del
derecho constitucional.

6. El Juez o la Sala designará un defensor de oficio al


demandante, si lo pidiera.

A fin de proteger los derechos del demandante se


permite que se designe a un abogado de oficio para el
demandante.

7. Las actuaciones procesales son improrrogables.

Las actuaciones judiciales no son prorrogables dada la


urgencia con la que se tiene que resolver

Artículo 34.- Contenido de sentencia fundada

La resolución que declara fundada la demanda de


hábeas corpus dispondrá alguna de las siguientes
medidas:

1) La puesta en libertad de la persona privada


arbitrariamente de este derecho;
2) Que continúe la situación de privación de libertad de
acuerdo con las disposiciones legales aplicables al
caso, pero si el Juez lo considerase necesario, ordenará
cambiar las condiciones de la detención, sea en el
mismo establecimiento o en otro, o bajo la custodia de
personas distintas de las que hasta entonces la ejercían;
3) Que la persona privada de libertad sea puesta
inmediatamente a disposición del Juez competente, si
la agresión se produjo por haber transcurrido el plazo
legalmente establecido para su detención;
4) Que cese el agravio producido, disponiendo las
medidas necesarias para evitar que el acto vuelva a
repetirse.

LIBERTAD INMEDIATA

Tratándose de una detención arbitraria establecida por el


Juez procede que se disponga la libertad inmediata del
detenido.

VARIACION DE CONDICIONES DE DETENCION

En caso que la medida de detención se encuentre dentro de


los parámetros legales; sin embargo, las condiciones de
detención son inadecuadas podrá exigirse el cambio de
estas, que pueden darse en el mismo centro penitenciario u
otro.

En este tema tiene que ver con las condiciones en que se


sufre carcelería como el estado de salud, medidas de
protección de los internos, régimen de visitas de familiares,
entre otras.

PERSONA A DISPOSICION DE JUEZ


COMPETENTE

Si transcurrido el plazo legal de detención que es de 24


horas, salvo el caso de narcotráfico y terrorismo de 15 días,
vencidos dichos plazos se la persona que se le imputa un
delito cuya detención deviene en arbitraria al exceder los
plazos de detención debe ser puesta a disposición del Juez
competente para que determine su situación jurídica.
Considero que este es un aporte sustantivo que se aprecia
del Código Procesal Constitucional, pues hasta antes de la
vigencia del Código, el juez a comprobar la detención
arbitraria (arresto fuera de plazos establecidos en la Carta
Política) terminaba ordenando la libertad de la persona
detenida y con ello la frustración de la administración de
justicia, que por un error en sus operadores terminaba
liberando a persona que habría cometido un delito; cuando
lo razonable es que sea puesta a disposición del juez
competente, quien evaluara su situación jurídica por el
hecho que se le imputa. Obviamente, si realizadas las
investigaciones policiales se determina que no se encuentra
incurso en ningún delito se tendrá que disponer la libertad
en forma inmediata.

MEDIDAS NECESARIAS PARA QUE NO SE


REPITA EL ACTO

El Juez aparte de disponer el cese del agravio también debe


adoptar las medidas necesarias para evitar nuevamente al
acto violatorio se produzca.

Artículo 35.- Apelación

Sólo es apelable la resolución que pone fin a la instancia.


El plazo para apelar es de dos días.

El artículo se refiere a que solamente es apelable la


resolución que pone fin a la instancia, lo cual implica que
las cuestiones interlocutorias que se presenten en el
desarrollo del proceso sumarísimo no serían apelables, lo
cual considero que no debiera ser así, en todo caso, se debe
recurrir al concepto apelación sin efecto suspensivo y con
la calidad de diferida, a fin que cuando se apele de la
sentencia también ahí se revise las cuestiones
interlocutorias surgidas en el proceso constitucional, lo
contrario significaría generar una indefensión en las partes.
El plazo para apelar es de 2 días contados desde la
notificación de la resolución que pone fin a la instancia.

Artículo 36.- Trámite de Apelación

Interpuesta la apelación el Juez elevará en el día los autos


al Superior, quien resolverá el proceso en el plazo de cinco
días bajo responsabilidad. A la vista de la causa los
abogados podrán informar.

RECURSOS IMPUGNATORIOS

La corte superior a través de la Sala Penal o Mixta, según


sea el caso, conoce los procesos de garantía en segunda y
última instancia, en vía de apelación. Contra la resolución
denegatoria que esta expide procede el recurso de agravio
constitucional ante el Tribunal Constitucional.

a) Recurso de apelación
Solo es apelable la resolución que pone fin a la
instancia. El término para apelar es de dos días
hábiles.
Interpuesta la apelación al Juez elevara en el día los
autos al Superior, quien resolverá el proceso en el
plazo de cinco días bajo responsabilidad. A la vista
de la causa los abogados podrán informar.

b) Recurso de agravio constitucional


Procede recurso de agravio constitucional ante el
Tribunal Constitucional, dentro del plazo de diez
días contados desde el día siguiente de notificada la
resolución. Concedido el recurso, el presidente de
la sala remite al Tribunal Constitucional el
expediente dentro del plazo máximo de tres días,
más el término de la distancia, bajo
responsabilidad.
c) Recurso de queja
Contra la resolución que deniega el recurso de agravio constitucional
procede recurso de queja. Este se interpone ante el Tribunal Constitucional
dentro del plazo de cinco días siguientes a la notificación de la denegatoria.
Al escrito que contiene el recurso y su fundamentación, se anexa copias
de la resolución recurrida y de la denegatoria, certificadas por el abogado,
salvo el caso de proceso de Habeas Corpus. El recurso será resuelto dentro
de los diez días de recibo, sin dar lugar a trámite. Si el Tribunal
Constitucional declara fundada la queja, conoce también el recurso de
agravio constitucional, ordenando al Juez superior el envío del expediente
dentro del tercer día de oficiado, bajo responsabilidad.
CONCLUSIONES

La Institución del Hábeas Corpus, como garantía constitucional de la libertad, se adopta


en el Perú por ley del 21 de Octubre de 1897; es decir que su nacimiento es
eminentemente legal. Posteriormente, el tratamiento al habeas corpus es enriquecido
por las leyes 2223 y 2253 de 1916, para tener consagración constitucional recién en
la Constitución de 1920

El Hábeas Corpus es un instituto de Derecho Público y Procesal, por tener


origen y fundamento en la Constitución misma y estar destinado a la protección
de la garantías conocidas en la doctrina como derechos públicos subjetivos
Si bien es cierto el derecho a la libertad individual es un derecho esencial e
importante, no es absoluto pues puede ser limitado en su ejercicio por
contraponerse a valores de mayor nivel para la sociedad. Los límites al
ejercicio de este derecho pueden ser “Intrínsecos”, si se deducen directamente
de la propia naturaleza y configuración del derecho en cuestión; o,
“Extrínsecos”, si se deducen de la inserción de los derechos en el
ordenamiento jurídico, y su fundamento reside en la necesidad de proteger
otros bienes o derechos constitucionales
La detención judicial, limitativa del derecho a la libertad individual no debe ser
la regla general dentro de un proceso. Esta se debe dictar en
situaciones excepcionales y ajustándose estrictamente a la naturaleza y
objeto del proceso
Lo razonable es contrario a lo arbitrario y la razonabilidad le informa al juez de
su obligación de justificar por qué ordena una detención preventiva y no otra
medida cautelar.
La detención judicial preventiva debe ser una medida provisional o temporal;
es decir que se mantenga mientras permita lograr los fines del proceso y
mientras no hayan desaparecido los motivos o razones que sirvieron para su
dictado.
El Hábeas Corpus no consiste en determinar la responsabilidad penal de la
persona a favor de quien se interpone, como dijimos, por medio de este
proceso sólo se verifica si existe amenaza o afectación de la libertad individual
y, en caso que esta se verifique, ordenar se repongan las cosas al estado
anterior de la violación o amenaza de violación.
El Proceso de Habeas Corpus contra Resoluciones Judiciales toma en la
actualidad importancia en nuestro contexto, sobretodo con ocasión de procesos
penales instaurados en contra de ex – funcionarios estatales a quienes, en
muchos casos, se les priva del derecho a la libertad personal y que no en
pocos casos, cuestionan las decisiones judiciales en su contra por
considerarlas arbitrarias.
La libertad de un procesado se ve afectada cuando, entre otros motivos, es
privado de ésta por una resolución judicial arbitraria. Es arbitraria porque no
respetó un debido proceso penal, lo cual hace al mismo, un proceso
irregular.
El Juez Constitucional tiene la delicada responsabilidad de defender la libertad
como derecho fundamental inherente a la persona humana sobre cualquier
juez que ve en la detención el único medio existente para asegurar los fines de
un proceso.
El Código Procesal Constitucional, recientemente promulgado el 28 de Mayo
del 2004, constituye un paso importantísimo en la defensa de los derechos
fundamentales por quienes imparten justicia en el Perú.
El Código hace una distinción en cuanto al trámite del Hábeas Corpus en caso
de detención arbitraria (Artículo 30º) y en “casos distintos” (artículo 31º). En
este punto, consideramos que el término “detención arbitraria” podría traer
algunos problemas de interpretación por el Juez, en el sentido de qué tipo de
detención es arbitraria y cuál no es detención arbitraria?. En que casos
estamos ante una detención arbitraria? Y, por último, quién y con qué criterio
se diferenciará los supuestos de “casos distintos” a detención arbitraria?.
El Juez que conoce del Hábeas Corpus debe verificar el cumplimiento de
requisitos de orden sustantivo (supuestos de peligro criminal)
y procesal (supuestos de peligro procesal) para que la detención no sea
arbitraria o ilegal. Asimismo, el Juez debe verificar la concurrencia de las
características propias de la detención (Excepcionalidad, Subsidiaridad,
Proporcionalidad y Provisionalidad o temporalidad), pues si estas no se
cumplen la detención es ilegal también, no tendría razón de mantener vigente
una detención ya que de esta manera se vulnera el derecho a la libertad
individual.
El hecho que un juez emita una resolución judicial en la que se priva de su
libertad a una persona, no significa que esta decisión no pueda ser objeto
de control constitucional alguno, esta condición también conforma a la garantía
del debido proceso.
 BIBLIOGRAFICAS
Chaname Orbe, Raúl. Comentarios a la Constitución. Juristas editores.
Cuarta edición 2008.
Bernales Ballesteros, Enrique. La constitución de 1993 Análisis Comparado. Rao editora.
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LANDA ARROYO, César. Tribunal Constitucional y Estado Democrático. Segunda Edición.
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