Un alcano es un hidrocarburo que sólo contiene enlaces sencillos. Los alcanos
forman la clase más sencilla y menos reactiva de los compuestos orgánicos, ya que sólo contienen hidrógeno y carbono. Los alcanos no tienen enlaces dobles o triples, y tampoco heteroátomos (átomos distintos al carbono e hidrógeno). Son ácidos y bases muy débiles, así como electrófilos y nucleófilos muy débiles. Aunque los alcanos experimentan reacciones como el craqueo térmico y la combustión a altas temperaturas, son mucho menos reactivos que otras clases de compuestos que tienen grupos funcionales. Los nombres metano, etano, propano y butano tienen raíces históricas. Apartir del pentano, los alcanos se nombran utilizando el prefijo griego que corresponde al número de átomos de carbono, más el sufijo -ano para identificar la molécula como un alcano. Los alcanos se utilizan principalmente como combustibles, disolventes y lubricantes. El gas natural, la gasolina, el queroseno, el aceite de calefacción y la “cera” de parafina, se componen básicamente de alcanos con propiedades físicas diferentes que resultan de los distintos intervalos de masas moleculares. Los alcanos son no polares, por lo que se disuelven en disolventes orgánicos poco polares. Se dice que son hidrofóbicos (“repelen el agua”) porque no se disuelven en ella. Son buenos lubricantes y preservan los metales, debido a que evitan que el agua llegue a la superficie del metal y provoque su corrosión. El gas natural es un recurso natural igual de valioso que el petróleo, y se extrae y almacena alrededor del mundo. El gas natural está compuesto aproximadamente por un 70% de metano, 10% de etano y 15% de propano, según la fuente del gas. El metano es el alcano que tiene el punto de ebullición más bajo (-160°), seguido por el etano y luego por el propano. OBJETIVOS
Obtener metano por deshidratación del acetato de sodio.
Identificar al metano por sus propiedades físicas y químicas.