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DEFINICION:
Como lo indica el nombre, los muros de contención son elementos estructurales diseñados
para contener algo; ese algo es un material que, sin la existencia del muro, tomaría una forma
diferente a la fijada por el contorno del muro para encontrar su equilibrio estable. Son muchos
los factores que intervienen en el diseño de un muro de contención, pero el principal es el
empuje del relleno. Para determinar el valor de este empuje existen varias teorías más o
menos aceptadas hoy en día, con las cuales el estudiante debe familiarizarse para comprender
hasta donde se puede ir en las aproximaciones. La literatura existente es muy amplia e incluye
todos los textos de mecánica de suelos por su aplicación directa a los problemas estructurales.
FUNCIONES:
Los muros de contención se utilizan para detener masas de suelo u otros materiales
sueltos manteniendo pendientes que naturalmente no pueden conservar. Estas
condiciones se presentan cuando el ancho de una excavación, corte o terraplén está
restringido por condiciones de propiedad, utilización de la estructura o economía.
Por ejemplo, en la construcción de vías férreas o de carreteras, el ancho de servidumbre
de la vía es fijo y el corte o terraplén debe estar contenido dentro de este ancho. De
manera similar, los muros de los sótanos de edificios deben ubicarse dentro de los límites
de la propiedad y contener el suelo alrededor del sótano.
Puntera: Parte de la base del muro (cimiento) que queda debajo del intradós y no
introducida bajo el terreno contenido.
Tacón: Parte del cimiento que se introduce en el suelo para ofrecer una mayor
sujeción.
Talón: Parte del cimiento opuesta a la puntera, queda por debajo del trasdós y bajo el
terreno contenido.
Alzado o cuerpo: Parte del muro que se levanta a partir de los cimientos de este, y que
tiene una altura y un grosor determinados en función de la carga a soportar.
Intradós: Superficie externa del alzado.
Trasdós: Superficie interna del alzado, está en contacto con el terreno contenido.
Muros de gravedad
Son aquellos cuyo peso contrarresta el empuje del terreno. Dadas sus grandes
dimensiones, prácticamente no sufre esfuerzos flectores, por lo que no suele armarse. Los
muros de gravedad a su vez pueden clasificarse en:
Muros de hormigón en masa. Cuando es necesario, se arma el pie (punta y/o talón).
Muros de mampostería seca. Se construyen mediante bloques de roca (tallados o no).
Muros de escollera. Se construyen mediante bloques de roca de mayor tamaño que
los de mampostería.
Muros de gaviones. Son muros mucho más fiables y seguros que los de escollera ya
que, con estos, se pueden realizar cálculos de estabilidad y, una vez montados, todo
el muro funciona de forma monolítica.
Muros prefabricados o de elementos prefabricados. Se pueden realizar mediante
bloques de hormigón previamente fabricados.
Muros aligerados. Aquellos en los que los bloques se aligeran (se hacen huecos) por
diversos motivos (ahorro de material, reducción de peso...).
Muros jardinera. Si los bloques huecos de un muro aligerado se disponen
escalonadamente, y en ellos se introduce tierra y se siembra, se produce el muro
jardinera, que resulta mucho más estético, y de menor impacto, ver rocalla.
Muros secos. Constituidos por piedra de 8" a 10" que van sobrepuestos y amarrados
entre sí; no llevan ningún tipo de mortero o concreto. Conforme se van construyendo
se van rellenando con piedras de lugar o cascajo de 3/4" de diámetro en caso de que
se utilice con drenar el agua.
Muros estructurales
Son muros de hormigón fuertemente armados. Presentan ligeros movimientos de flexión y
dado que el cuerpo trabaja como un voladizo vertical, su espesor requerido aumenta
rápidamente con el incremento de la altura del muro. Presentan un saliente o talón sobre el
que se apoya parte del terreno, de manera que muro y terreno trabajan en conjunto.
Siempre que sea posible, una extensión en el puntal o la punta con una dimensión entre
un tercio y un cuarto del ancho de la base suministra una solución más económica.
Tipos distintos de muros estructurales son los muros «en L», «en T invertida».
En algunos casos, los límites de la propiedad u otras restricciones obligan a colocar el
muro en el borde delantero de la losa base, es decir, a omitir el puntal. Es en estas
ocasiones cuando se utilizan los muros en L.
Como se ha indicado, en ocasiones muros estructurales verticales de gran altura
presentan excesivas flexiones. Para evitar este problema surge el 'muro con contrafuertes',
en los que se colocan elementos estructurales (contrafuertes) en la parte interior del muro
(donde se localizan las tierras). Suelen estar espaciados entre sí a distancias iguales o
ligeramente mayores que la mitad de la altura del muro. También existen muros con
contrafuertes en la parte exterior del mismo.
En ocasiones, para aligerar el contrafuerte, se colocan elementos con un tirante (cable
metálico) para que trabaje a tracción. Surgen así los muros atirantados
Se le suelen colocar escamas (planchas de piedra u hormigón), sin fin estructural alguno,
sino para evitar que se produzcan desprendimientos.
Los muros de tierra armada pueden rematarse también con bloques de hormigón huecos,
rellenos de tierra, y sembrados, creando muros jardinera.
Un 'muro de suelo reforzado' es un muro de tierra armada en que se sustituyen las
armaduras metálicas, por geomalla. Es una solución más barata.
Análogamente a los muros de tierra armada, se pueden recubrir con escamas, o
rematarlos con muros jardinera. Aunque existe otra alternativa, que consiste en colocar un
geotextil sobre la ladera del muro, y cubrirlo de tierra y semillas. Surge así un 'muro
vegetalizado'.
Verificaciones típicas en el cálculo
Para el cálculo de un muro de contención de tierras es necesario tener en cuenta las
fuerzas que actúan sobre él como son la presión lateral del suelo o la subpresión y
aquellas que provienen de éste como son el peso propio. Con estos datos podemos
verificar los siguientes parámetros:
haya adelante de él, creando así un empuje pasivo que ayuda a la estabilidad al
deslizamiento puesto que debe ser vencido antes de que el muro pueda deslizarse; e
tendrá así que la fuerza que se opone al deslizamiento es:
Como la fuerza que produce el deslizamiento es la horizontal ( 1H) y el factor de
seguridad contra esta eventualidad está normalmente fijado en 1.5, se deberá tener que:
Debe advertirse que para poder contar con el empuje pasivo es necesario estar seguro de
que el terreno delante del muro estará siempre ahí y de que estará en su posición antes
de la colocación del relleno; esto no siempre es posible y de ahí que muchos ingenieros
prefieran despreciar el efecto del empuje pasivo al buscar el coeficiente de seguridad
mínimo de 1.5 o aumentar este coeficiente mínimo a 1.7 ó 1.8 al si tener en cuenta el
efecto del empuje pasivo. Para aumentar el factor de seguridad al deslizamiento se
utiliza muchas veces una “llave”, que consiste en una prolongación inferior del vástago
y que tiene como efecto desplazar en parte el plano de posible falla desde la cara
inferior de la base a la cara inferior de la llave aumentando así considerablemente el
empuje pasivo que debe ser vencido, además se ve en el esquema que cuando hay llave
la fricción que se opone al deslizamiento es la que hay entre concreto y suelo en las
zonas ab y cd, mientras que en la zona d-e tenemos fricción entre suelo y suelo puesto
que en d-e es el suelo el que debe romperse para producirse el deslizamiento, en
consecuencia f1 será coeficiente de fricción entre concreto y suelo, mientras que f2 será
el coeficiente de fricción del suelo o sea tg(φ). En la mayoría de los casos la llave se
coloca inmediatamente debajo del vástago para poder anclar ahí los hierros del mismo,
pero a veces puede resultar más ventajoso colocar esa llave más atrás y aún en el
extremo del talón.
De todas maneras es prudente despreciar generalmente la altura del terreno por encima
de la base por que éste puede ser removido con facilidad y en ese caso del triángulo de
empuje pasivo a considerar como efectivo es el efg y no el ef’g’. El análisis de
estabilidad debe incluir también, además de la seguridad el volcamiento y la seguridad
al deslizamiento, el estudio de las reacciones del terreno las cuales no deben ser
superiores en ningún punto a la fatiga admisible del terreno.
Tratándose de una estructura sometida a cargas horizontales y verticales, la forma del
diagrama de reacciones del terreno dependerá de la posición de la resultante de las
cargas con respecto al centro de la base pudiéndose presentar los 4 casos
esquematizados según la conocida expresión de la estática:
(recuérdese que los muros se diseñan por metro de longitud y por tanto b = 1.00 m). El
caso 1) o sea cuando la resultante cae exactamente en la mitad de la base y el diagrama
de reacciones es por tanto uniforme, es difícil y antieconómico de lograr porque
generalmente requiere una base muy grande, el caso 4), o sea cuando la resultante cae
fuera del tercio medio de la base, no es deseable porque parte de la base resulta inútil en
vista de que no pueden suponerse o admitirse esfuerzos de tracción entre concreto y
terreno, la base deberá dimesionarse, por tanto, de tal manera que se esté en el caso 2)
con diagrama de reacciones trapezoidal o, como máximo, en el caso 3) con diagrama
triangular. Para evitar la posibilidad de asentamientos diferenciales debe procurarse que
la diferencia entre σ máx. y σ min. no sea muy grande. Una vez comprobada la
estabilidad del muro, puede entrarse a estudiar la resistencia de cada una de sus partes
con respecto a las fuerzas que las solicitan, o sea puede hacerse el análisis estructural.
En un muro de gravedad el análisis estructural consistirá en la comprobación de que
todas sus secciones están sometidas a esfuerzos de compresión por debajo de un límite
admisible en un muro en cantilíver o con contrafuertes; este análisis consistirá en el
estudio de cada una de las partes constitutivas sometida a un sistema determinado de
fuerzas exteriores que producen momentos, esfuerzos cortantes, etc., y la colocación del
refuerzo necesario para absorber los esfuerzos correspondientes.
Como es apenas lógico, para un caso dado habrá varias soluciones que satisfagan tanto
las condiciones de estabilidad como las de resistencia, así por ejemplo, para aumentar la
seguridad al deslizamiento puede aumentarse el largo de la base o colocarse una llave,
siendo iguales todos los demás considerados del caso; el factor económico será entonces
el decisivo.
A través de lo anterior, el estudiante ya habrá podido darse cuenta que tanto para el
análisis de estabilidad como para el estructural deben suponerse a priori las dimensiones
del muro y estas a su vez dependen en definitiva del resultado de los dos análisis; es
decir que se está ante un círculo vicioso, el cual se rompe mediante tanteos sucesivos. El
proceso de diseño consiste entonces en suponer, con base en experiencia anterior
generalmente, las dimensiones el análisis de este muro; verificar con esas dimensiones
el análisis de estabilidad y el estructural; en la mayoría de los casos los análisis
mostrarán la necesidad de algunos ajustes en las dimensiones iniciales pero
normalmente con 2 ó 3 ensayos se llegará al dimensionamiento definitivo. Algunas
guías para las dimensiones iniciales son las siguientes:
1) Para muros de gravedad al ancho de la base varía entre el 50 y el 60% de la altura
total, dependiendo principalmente de si hay sobrecarga o no; el ancho de la corona debe
ser por lo menos de 30 cm.
2) Para muros en voladizo el ancho de la base también varía entre el 50 y 60% de la
altura, el ancho de la corona debe ser 1/24 de la altura a 25 cm., (el mayor de los dos
para facilidad de la colocación del Concreto); el ancho del muro en la base debe ser 1/12
de la altura; el espesor de la base debe ser por lo menos igual al espesor máximo del
muro (1/12 h) y preferiblemente un poco mayor; el vástago debe colocarse sobre la base
de tal manera que el voladizo delantero sea aproximadamente 1/3 del ancho de la base,
con el objeto de que la resultante de las fuerzas exteriores caiga dentro del tercio medio
de la base.
En claro que estas no son sino guías generales y cada caso deberá estudiarse y
resolverse como problema particular.