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Morphologia (1,5)
1.- Declina el siguiente sintagma nominal: respublica (recuerda que en este sustantivo se
flexionan “res” y también “publica”, cada una por su propia declinación.
Singularis Pluralis
N Respublica
Voc
Ac
G Reipublicae
D
Abl
2.- Coloca los participios de presente de los siguientes verbos en el caso, género y
número que se te pida. Se te facilitará el infinitivo:
Alter oculos non aperit neque se movet, alter oculis apertis iacet et super lectum se vertit.
Servus qui pueros excitare solet cubiculum intrat exclamans: “Marce! Quinte! Mane est.
Traductio (3)
A mane ad vesperum
Marcus et Quintus in lectis eorum cubant. Uterque puer vult dormire, neuter surgere vult.
Iam est mane, hora prima. Pueri gallum canentem novum diem salutantem audiunt, neque
surgunt. Alter oculos non aperit neque se movet, alter oculis apertis iacet et super lectum
se vertit.
Servus qui pueros excitare solet cubiculum intrat exclamans: “Marce! Quinte! Mane est.
Surgite e lectis!”
Marcus et Quintus surgunt, et servus iis aquam affert. Pueri manus et facies aqua frigida
lavant. Deinde a servo vestimenta poscunt, et ipsi se vestiunt. Calceos quoque induunt.
Phonetica (1)
Explica la evolución fonética de las siguientes palabras con la terminología precisa y di, al
menos, además de la palabra resultante otra derivada del mismo étimo, ya una palabra
patrimonial, ya un cultismo. (Se marca en negrita la sílaba tónica)
Oculum:
Aperire:
Lectum:
Frigidum:
Latinismi (1)
Locus amoenus:
Mens sana in corpore sano:
Cultura (1)
1.- ¿Cuáles son las cuatro agrupaciones que encontramos en el Panteón romanos?
2.- De las siguiente divinidades escoge dos y comenta lo que sepas: Júpiter, Marte, Diana,
Mercurio o Neptuno.
Lectio (1)
1.- Comenta el siguiente poema de Catulo. Explica los tópicos literarios que observes y lo
que consideres digno de comentar.
¡Vivamos, Lesbia mía, y amemos! Y todos los rumores de los viejos, demasiado severos,
valorémoslos en un solo céntimo! Los soles pueden morir y renacer; nosotros, cuando
haya muerto de una vez para siempre la breve luz de la vida, debemos dormir una sola
noche eterna. Dame mil besos, luego cien, después otros mil, y por segunda vez ciento,
luego hasta otros mil, y otros ciento después. Y cuando sumemos ya muchos miles, los
borraremos para olvidarnos de su número o para que ningún maligno pueda echarnos mal
de ojo cuando sepa qué grandes fueron nuestros besos.