Está en la página 1de 3

Los pensamientos son la energía más sutil de los 4 cuerpos o vehículos que componen el

ser humano. Son una facultad de nuestra consciencia, nuestra inteligencia Divina y
nuestro poder de crear. Se asemejan a las ondas de una emisora de radio, por lo que se
expanden a gran velocidad causando impacto en la creación de realidades diversas y
posibles según sea el contenido de los mismos.

Con nuestros pensamientos creamos nuestro sistema de creencias que acompañan


nuestro accionar cada día, conforman las normas y reglas según las cuales vivimos.
Estas normas pueden ser liberadoras y potenciadoras y darte permiso para vivir de
acuerdo con tus valores. Pero también pueden ser obstáculos que hagan poco probable
el logro de tus objetivos o que te lleven a pensar que no eres capaz de alcanzarlos. Las
creencias son principios de acción, de modo que si quieres saber lo que cree una persona
fíjate en lo que hace no en lo que dice. Construimos las creencias basándonos en
nuestras experiencias. Luego actuamos como si fuesen ciertas. Es decir, son profecías
auto cumplidas.
Seguramente habrás escuchado más de una vez que los límites la mayoría de las
veces nos los ponemos nosotros mismos. Una persona pesimista o negativa,
debido a su sistema de creencias y falta de fe en sí misma, está descartando, sin
ni siquiera darse cuenta, un abanico enorme de opciones para salir de una
situación adversa o conseguir realizar sus sueños.

Nosotros podemos crear nuestra vida, crear nuestra realidad, somos seres
creadores en potencia y al ser creadores, esta cualidad nos une con la
espiritualidad y la capacidad de hacer todo aquello que queramos si le damos la
intención, atención, sentimiento y la dirección necesaria. Y esto no lo están
diciendo unos pastores, lo están diciendo ahora los físicos cuánticos.

“Vosotros podéis hacer cosas como las que yo hago y aún superiores, si
tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicomoro:
desarráigate y plántate en el mar, y él os obedecería”. Nos dijo Jesús de
Nazaret.

Cuando conectamos nuestro corazón, nuestra mente y nuestra conciencia,


entramos en la armonía que necesitamos para materializar nuestros deseos.

Si tu vida no es tal y como deseas, no esperes a que nadie la cambie. Tú eres el


único que puede hacerlo. Todo el poder está dentro de ti. La fe en tu propio poder
te abrirá a manifestar tus deseos, te permitirá aprovechar enormemente el
potencial de tu cerebro, activando las conexiones neuronales necesarias para
llevar a cabo tus propósitos. Tu cerebro empezará a trabajar de otra manera,
mucho más eficiente y potenciadora.

Puedes comenzar repitiendo diariamente alguna frase potenciadora, doy


ejemplos:

1.- Yo soy próspero y exitoso


2.- Yo soy capaz de lograr cuanto me propongo

3.- Yo Soy la Prosperidad Universal

4.- Dentro de mí hay un poder infinito

5.- Merezco todo lo bueno y bello que la vida tiene para dar

Lcda. Maryluz Aponte M.

Psicólogo Organizacional

FVP N° 10.659

19/01/19

También podría gustarte