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INTRODUCCIÓN

El proceso único de ejecución tiene como fin que se cumpla con un derecho
que ya ha sido reconocido en un título ejecutivo, a diferencia del proceso
cognitivo o de conocimiento, en el que se persigue la constitución, declaración
o extinción de una relación jurídica.

Cabe precisar que antes de la modificatoria realizada al Código Procesal Civil


(CPC) mediante Decreto Legislativo Nº 1069, se distinguía entre procesos
ejecutivos y procesos de ejecución. Debido a una confusión en los operadores
respecto al trámite diferenciado de cada uno de ellos, así como a sus causales
de contradicción, se introdujo una serie de modificaciones al Título V de la
sección quinta del Código Procesal Civil, estableciéndose así un “proceso único
de ejecución”, pero, aunque es cierto que el trámite respectivo ha sido
simplificado, también es cierto que todavía es posible distinguir, en cierto modo,
entre: ejecución de títulos ejecutivos de naturaleza judicial, ejecución de títulos
de naturaleza extrajudicial, ejecución de obligación de dar suma de dinero,
entro otros. Es decir, no se llegó al fin de establecer un proceso “único de
ejecución”.
PROCESOS UNICOS DE EJECUCIÓN

Es preciso señalar que en la vida social siempre van a existir conflictos de


intereses por parte de quienes la conforman, y es necesario que el Estado
como ente regulador de la vida social instaure mecanismos de solución a
dichos conflictos. Es por ello, se ha creado mecanismos de solución o también
llamándolos de otra manera procesos judiciales

Como sabemos, todo proceso empieza con la interposición de la demanda con


la que se busca una tutela jurisdiccional efectiva por parte de los órganos que
administran justicia y por consiguiente, se llegue a la declaración de un derecho
mediante una sentencia.

Si observamos con mayor precisión, con la demanda estaríamos instaurando


un proceso judicial dando inicio así a la primera etapa del mismo. Pues, en esta
etapa se va a conocer y dirimir el conflicto y además se va a preparar y
justificar la sanción que se dará en la sentencia.

La segunda etapa vendría a ser la sentencia con la que se pondría fin al


proceso en sí. Pues aquí se va a constituir o declarar el derecho peticionado
por quien accionó el proceso. Sin embargo, ésta no es suficiente para
satisfacer la petición interpuesta en la demanda; pues, si bien es cierto el
derecho puede estar ya declarado pero aún no se puede ejecutar.

Es por ello, que se ha creado el PROCESO ÚNICO DE EJECUCIÓN, un


proceso sui generis, es decir, único en su género. Se dice esto porque como lo
mencionamos en párrafos precedentes, todo proceso judicial empieza con una
demanda y termina con una sentencia; empero, veremos que este proceso no
termina con sentencia, sino con un auto (resolución).

En el Perú, los procesos únicos de ejecución no se encontraban regulados bajo


esta denominación sino hasta la entrada en vigencia del Decreto Legislativo N°
1069, que implementa cambios sustanciales en el anteriormente llamado
proceso ejecutivo. Sobre el particular, la doctrina es mayoritaria al señalar que
es más exacto denominarlo proceso ejecutivo, toda vez que dicha
denominación es coherente con el título ejecutivo, donde el adjetivo, significa
que no admite espera ni permite el aplazamiento de la ejecución. (Guerra
Cerrón, 2011, pág. 15)

Podemos decir que el proceso único de ejecución es una etapa más que se
debe seguir para llegar a la plena satisfacción del derecho invocado. Como lo
hemos mencionado, con la sentencia se declara o se constituye un derecho;
sin embargo, éste no puede ejercerse hasta que no se haya ejecutado la
decisión tomada por el órgano jurisdiccional. Es ahí donde se debe accionar el
proceso único de ejecución para dar fuerza y vigor práctico a la sentencia firme
emitida y de esta manera ejecutar la sanción.

II. LOS TÍTULOS EJECUTIVOS: art. 688

1. Noción del título ejecutivo

El título ejecutivo es aquel documento en el que consta el derecho adquirido


que, como se señaló anteriormente, se pretende materializar. En ese sentido, al
contener un derecho reconocido, únicamente puede estar constituido por
resoluciones judiciales firmes o por documentos privados a los que la ley les
otorgue dicha cualidad ejecutiva, tal como lo son los títulos valores (llámese
pagarés debidamente protestados, letras de cambio a la vista, etc.), o las actas
de conciliación extrajudicial a las que se les ha conferido el valor de una
sentencia con calidad de cosa juzgada, entre otros. Así, señala Luis Rodríguez
que el título ejecutivo consiste en una declaración, el reconocimiento de un
derecho cierto. Reconocimiento que puede emanar de una decisión
jurisdiccional o bien puede ser creado contractualmente por las partes.
(Rodríguez, 1984, págs. 474-475). Por su parte, Caballol Angelats, en la misma
línea de pensamiento, considera que “el nexo entre la declaración del derecho
y su ejecución, cuando sea preciso acudir a ella, es el título ejecutivo”,
señalando también que “efectivamente, título ejecutivo es el documento al que
el Estado le reconoce la virtualidad de comprometer su poder de coerción para
hacer efectivo su contenido. Es por tanto el resultado de la fase de 20
declaración y es el presupuesto del inicio de la ejecución” (Caballol Angelats,
1993, pág. 25)
El presupuesto infaltable para iniciar un proceso único de ejecución (aparte de
los requisitos de los artículos 424 y 425 del CPC) es el título ejecutivo, de ahí
que el vocablo Nulla executio sine título establece la imposibilidad de que haya
ejecución sin título.

 Tal es así que, el maestro Calamandrei resume lo dicho con la siguiente


frase: “como la llave indispensable para abrir la puerta de la ejecución, o
mejor como la tarjeta de entrada sin la cual no es posible atravesar el
umbral del proceso ejecutivo”

Pero, ¿qué es realmente el título ejecutivo?, y ¿por qué su exigencia antes de


iniciar un proceso único de ejecución?

Para responder estas dos preguntas es necesario ilustrarnos con la famosa


polémica entre Carnelutti y Liebman sobre el título ejecutivo:

 Carnelutti sostenía que el título ejecutivo era el documento que contiene


la obligación y no el acto que está representado; mientras que Liebman
sostenía que el título no era el documento, sino el acto constituido en el
documento.
 Liebman sostenía que el documento no es más que el aspecto formal
del acto y en tanto tiene una eficacia constitutiva que consiste en otorgar
vigor a la regla jurídica sancionatoria y en posibilitar la actuación de la
sanción en el caso concreto, crea una nueva situación de derecho
procesal que no debe confundirse con la situación de derecho material.

Por su parte, el maestro colombiano Hernando Devis opinaba que:

 “El título ejecutivo exige requisitos de forma y requisitos de fondo. Los


primeros son que se trate de documentos; que estos tengan
autenticidad; que emanen de la autoridad judicial, o de otra clase si la
ley lo autoriza, o del propio ejecutado o de su causante cuando aquel
sea heredero de este. Los segundos son: que de esos documentos
aparezca una obligación clara, expresa, exigible y además líquida o
liquidable por simple operación aritmética si se trata de pagar una suma
aritmética”
Una versión más completa se ofrece en la siguiente donación: “En los procesos
ejecutivos, el análisis no se centra en la cuestión de fondo respecto de las
relaciones jurídicas sino por el contrario se trata de hacer efectivo lo que consta
y fluye del propio título ejecutivo, pues no se trata de emitir pronunciamiento
sobre derechos dudosos y no controvertidos, sino de hacer efectivo lo que
consta de manera indubitable en el título que, por sí mismo, constituye prueba
del crédito y, por ende, hace del proceso ejecutivo uno en el que desaparece la
fase en la que se trate de obtener la declaración de un derecho” (Exp. Nº 382-
2005- Lima).

2. Requisitos comunes del título ejecutivo: art. 689

Para que proceda la ejecución de un título ejecutivo, es necesario que


identifiquemos y expliquemos a detalle los requisitos comunes que todos ellos
deben contener, nos referimos específicamente a los requisitos de fondo y de
forma de todo título.

2.1. Requisitos de fondo

Son los que versan sobre la declaración de la existencia de la obligación. Están


contemplados en el artículo 689 del CPC como requisitos comunes, el cual
prescribe: “Procede la ejecución cuando la obligación contenida en el título es
cierta, expresa y exigible. Cuando la obligación es de dar suma de dinero, debe
ser, además, líquida o liquidable mediante operación aritmética”. Veamos:

 Cierta: Cuando su objeto (prestación) de la obligación como la


participación de los sujetos (acreedor y deudor) están señalados en el
título.
 Expresa: Cuando aparece así (sin discusión) en el título y, no es
resultado de una presunción legal o de la interpretación de algún
precepto normativo
 Exigible: Cuando la obligación en el título no está sometida a alguna
modalidad (plazo o condición) o a alguna contraprestación. Por tanto,
será exigible, por razón de tiempo, lugar y modo.
 Líquida: Es una exigencia solo aplicable a las obligaciones dinerarias y
aparece cuando el monto es claro y concreto.
 liquidable: cuando gracias a una operación aritmética se puede obtener
el monto exacto. Asimismo, si en caso una parte de la obligación sea
líquida y otra liquidable, entendemos que se deberá tener en cuenta el
artículo 697 del CPC, esto es, se tendrá que demandar por ser líquida

2.2. Requisitos de forma

Son los que se refieren a la existencia del documento mismo que contiene
la obligación. La legislación en cada caso determinará los requisitos
indispensables para que un documento tenga el carácter de un título. Así
por ejemplo, la Ley de Títulos Valores señala la forma esencial del
documento para que tenga calidad y efectos de título valor y como es obvio
para que posteriormente sea título ejecutivo, con lo cual, concluimos que no
basta que se cumplan los requisitos de fondo, sino también los de forma

3. Clasificación de los títulos ejecutivos (ART. 688)

La ejecución procesal es la actividad desarrollada por el órgano jurisdiccional


del Estado para lograr el cumplimiento de una obligación que consta en titulo
ejecutivo o de ejecución. El titulo ejecutivo puede ser judicial o extrajudicial, y
este último puede ser convencional y administrativo.

El titulo ejecutivo judicial es la sentencia que ha pasado en autoridad de cosa


juzgada. El titulo ejecutivo convencional es el que resulta del reconocimiento
hecho por el deudor a favor del acreedor de una obligación cierta y exigible,
reconocimiento al cual la ley le atribuye efectos análogos a la sentencia. El
titulo administrativo es el que tiene su origen en un acto de la administración
publica

Para iniciar un proceso ejecutivo, según el artículo 690º-A del CPC, a la


demanda ejecutiva se tiene que acompañar un título ejecutivo (además de los
requisitos que establecen el artículo 424º y 425º del Código Civil); y, de
conformidad con el artículo 688º del CPC, sólo se puede promover ejecución
en virtud de títulos ejecutivos de naturaleza judicial o extrajudicial según sea el
caso.
Son títulos ejecutivos los siguientes:

A. Resoluciones judiciales firmes: Cuando la norma hace referencia a


las resoluciones judiciales firmes, se debe entender a aquellas
decisiones que sean susceptibles de ejecución. En sentido estricto,
podemos calificar como tal a las sentencias de condena, es decir,
aquellas que imponen el cumplimiento de una prestación de dar, de
hacer o de no hacer.
 Sentencias de condena: las que orientan no solo a declarar la
certeza de una determinada situación jurídica, sino que además
ordena al vencido el cumplimiento de un dar, hacer o no hacer
algo; por ejemplo, la obligación de dar suma de dinero, el
desalojo, etc.
 Sentencia declarativa: las que buscan la declaración de la
existencia o inexistencia de un derecho o de una determinada
relación jurídica con la finalidad de eliminar una incertidumbre
jurídica; así, por ejemplo: la falsedad de un documento, la
inexistencia de una obligación;
 Sentencias constitutivas: son las que crean, modifican o
extinguen una determinada relación jurídica; por citar un ejemplo,
la resolución de un contrato o la disolución del vínculo conyugal
 Las sentencias extranjeras: Para que constituyan títulos
ejecutivos requieren del trámite del exequátur, aquí al respecto
Jorge Carrión nos enseña: “nuestros jueces verifican si una
sentencia judicial emitida en un país extranjero reúne o no los
requisitos que permiten su homologación con las resoluciones
nacionales en nuestro país. Es decir, si reúne los requisitos para
permitir su cumplimiento en nuestra patria, como son, entre otros,
la reciprocidad con nuestro país en el país de origen de la
sentencia, la compatibilidad de la sentencia extranjera con
nuestro ordenamiento jurídico, etc. Previo al trámite del exequátur
se podrá determinar si la sentencia dictada en el extranjero y que
contiene una obligación es eficaz, y, por lo tanto, pro-duce cosa
juzgada en nuestro país. Cumplido este trámite favorable al
acreedor, la sentencia extranjera constituirá título de ejecución
para los fines a que se refiere el Código Procesal Civil al regular
el proceso único de ejecución”
B. Laudos arbitrales firmes: Los laudos arbitrales firmes también
constituyen títulos de ejecución porque los árbitros, sean de derecho o
de equidad, no cuentan con imperium para ordenar la ejecución del
laudo que emitan, pues ello solo es monopolio de la actividad
jurisdiccional. los dispositivos normativos que trae consigo la Ley de
Arbitraje para entender nuestro cometido. A saber:
El artículo 59 prescribe sobre los efectos de laudo:
1. Todo laudo es definitivo, inapelable y de obligatorio cumplimiento
desde su notificación a las partes.
2. El laudo produce efectos de cosa juzgada.
3. Si la parte obligada no cumple con lo ordenado por el laudo, en la
forma y en los plazos establecidos, o en su defecto, dentro de los
quince (15) días de notificada con el laudo o con las rectificaciones,
interpretaciones, integraciones y exclusiones del laudo, cuando
corresponda; la parte interesada podrá pedir la ejecución del
laudo a la autoridad judicial competente, salvo que resulte
aplicable el artículo 67.

En ese sentido, un laudo por el solo hecho de haber sido emitido por un
tribunal arbitral, tiene desde ya, la facultad de ser ejecutado; es decir,
puede constituir un título ejecutivo

C. Actas de conciliación de acuerdo a la ley: Un punto que no podemos


dejar de analizar es que las actas de conciliación no son títulos
ejecutivos judiciales; para ello, nos apoyaremos en la propia Ley Nº
26872 (Ley de Conciliación) cuando en su artículo 4 de manera clara y
precisa señala que: “La conciliación no constituye acto jurisdiccional”,
siendo así, el procedimiento conciliatorio no puede generar un título de
ejecución de naturaleza judicial
El acta conciliatoria es el documento que contiene la manifestación de
voluntad de las partes. Su validez está condicionada a la observancia de
las formalidades establecidas en el artículo 16 de la ley N° 26872,
modificado por el Decreto Legislativo N° 1070, bajo sanción de nulidad.
Asimismo, la regulación de la conciliación extrajudicial es distinta a la
regulación intra proceso. Por tanto, en este extremo sí es de valiosa
importancia el acta de conciliación, pues será el único documento,
título ejecutivo, para iniciar un proceso único de ejecución, sin siquiera
transitar por un proceso de cognición
D. Los Títulos Valores que confieran la acción cambiaria: Para que
pueda iniciarse un proceso único de ejecución, es necesario contar con
un título valor que confiera acción cambiaria, pues no todos los títulos
valores, por el solo hecho de ser un título valor confiere acción cambiaria
o tiene mérito ejecutivo. Por tanto, el título valor para que califique como
título ejecutivo, debe reunir requisitos adicionales.
Uno de estos requisitos es que primero sea un título valor y por tanto
cumpla con todos los requisitos que requiere la Ley de Títulos Valores
(en adelante, LTV); es decir, que deberá cumplir con ciertos requisitos
formales como por ejemplo: que representen o incorporen derechos
patrimoniales, estén destinados a la circulación, y los que por su propia
naturaleza sean exigibles, siempre que reúnan los requisitos formales
esenciales que, por imperio de la ley, le corresponda según su
naturaleza (artículo 1 de la ley 27287 de títulos valores). sino realmente
no estaremos frente a un título valor; en pocas palabras, el rótulo del
título valor, no lo hace realmente un título valor.
El artículo 18 de la LTV, sobre mérito ejecutivo y ejercicio de las
acciones cambiarias, prescribe:
1. Los títulos valores tienen mérito ejecutivo, si reúnen los requisitos
formales exigidos por la presente Ley, según su clase”.

Ahora bien, es necesario precisar, que la LTV, realmente se debió llamar


“Ley de Valores Negociables”, porque regulan tanto a los títulos valores
como a los valores negociables. Nos explicamos, el género es valores
negociables porque tiene valor papel o documento y valor informático,
de ahí que el título valor, es el valor documento con soporte material,
mientras que el valor informático es el regulado en el inciso 5 del artículo
688 del CPC (La constancia de inscripción y titularidad expedida por la
Institución de Compensación y Liquidación de Valores, en el caso de
valores representados por anotación en cuenta, por los derechos que
den lugar al ejercicio de la acción cambiaria, conforme a lo previsto en la
ley de la materia). Por lo tanto, los valores son: títulos valores o valores
con anotación en cuenta

Al respecto, la propia LTV, pese a su equivocada nomenclatura, deja en


claro esta importante distinción cuando clasifica a los títulos valores
como: materializados o desmaterializados, importándonos para el
presente título ejecutivo lo concerniente al primero.

Las características de los títulos valores materializados son las


siguientes (artículo 1.1 de la LTV):

 Representan o contienen derechos patrimoniales, lo cual les


confiere carácter de instrumentos de contenido económico.
 El destino a que están dedicados es la circulación, pues existen
para movilizar valores
 Tienen carácter formal, lo que obliga a otorgarlos de conformi-dad
con las prescripciones legales que imponen determinados
requisitos”

La importancia de elegir el ejercicio de la acción cambiaria es porque los


“títulos valores son documentos privilegiados en el ordenamiento jurídico, es
lógico que su cumplimiento sea más expedito que otros documentos. Teniendo
en cuenta que el origen de los títulos valores respondió a una necesidad de
agilización del comercio y seguridad en las transacciones, deben existir
mecanismos que faciliten su cumplimiento efectivo. Entonces, la satisfacción
del derecho contenido en el título valor se realizará a través del proceso
ejecutivo (ahora llamado proceso único de ejecución) al ser este una vía más
célebre para obtener la tutela de crédito.

E. La constancia de inscripción y titularidad expedida por la


Institución de Compensación y Liquidación de Valores: La nueva ley
de títulos valores otorga reconocimiento jurídico a las operaciones con
soporte electrónico e informático que están representados por anotación
en cuenta. El artículo 2 de la ley de títulos valores dice: “los valores
desmaterializados, para tener la misma naturaleza y efectos que los
títulos valores señalados en el inciso 1) requieren de su representación
por anotación en cuenta y de su registro ante una institución de
compensación y liquidación de valores”.
El Certificado expedido por la Institución de Compensación y
Liquidaciones de valores correspondientes según el artículo 2 de la LTV,
es una empresa privada que en el Perú es Cavali, Institución de
Compensación y Liquidación de Valores S.A. (Cavali ICLV S.A.), la cual
es una asociación anónima cuyo objeto exclusivo es el registro,
custodia, compensación, liquidación y transferencia de valores, de
acuerdo con lo previsto en la Ley del Mercado de Valores (D. Leg. Nº
861), la que está autorizada y controlada por la Comisión Nacional
Supervisora de Empresas y Valores (Conasev). Cabe precisar que estos
títulos valores desmaterializados surgieron para el beneficio del tráfico
comercial, respaldando los créditos en un soporte informático
Las principales funciones de Cavali ICLV S.A. son:
1. Llevar el registro contable de valores representados por anotaciones
en cuenta de emisiones no inscritas en Bolsa y realizar las
anotaciones correspondientes
2. Efectuar en exclusiva la transferencia de valores por anotaciones en
cuenta que se deriven de la negociación extrabursátil de estos
valores;
3. Expedir certificaciones de los actos que realice.
F. La prueba anticipada que contiene un documento privado
reconocido: Los incisos 6) y 7) del artículo 688° atribuyen la condición
de títulos ejecutivos al reconocimiento y absolución de posiciones
provenientes de la prueba anticipada. Sobre el particular, es necesario
desarrollar algunas ideas preliminares, en relación con la prueba
anticipada. Es un procedimiento orientado a facilitar la vida del proceso
principal que se agrupa en dos categorías: diligencias preparatorias y
diligencias conservatorias de prueba, en atención a la finalidad que se
persigue.
La copia certificada de la Prueba anticipada que contiene una absolución
de posiciones, expresa o ficta:

G. El documento privado que contenga transacción extrajudicial: Un


análisis sobre el tema fue el realizado a raíz del Primer Pleno Casatorio
en materia civil –Cas. N° 1465-2007-Cajamarca–, que tuvo como eje
central exactamente la “transacción extrajudicial”. En esta reunión de
jueces supremos se estableció varios puntos resaltantes, siendo uno de
ellos el siguiente:
“(…) Se concluye que para nuestro ordenamiento jurídico nacional la
transacción es un acto jurídico de naturaleza patrimonial (contrato) por el
que las partes, en ejercicio de su autonomía de la voluntad, haciéndose
concesiones recíprocas, deciden sobre algún asunto dudoso o litigioso.
A nivel formal, al ser un contrato, apunta a zanjar cuestiones ya
existentes entre las partes, es decir, a extinguir relaciones jurídicas
existentes que se encuentran en controversia. Por ello su ubicación es
más clara dentro de los medios extintivos de las obligaciones. En cuanto
al nivel de fondo, lo que subyace en el corazón de esta figura se centra
en la búsqueda de la paz y la armonía”
Asimismo, se precisa que “La causa o función de la transacción es la
composición de la controversia jurídica que existe entre las partes, cuya
solución o liquidación asumen los propios interesados, evitando provocar
un pleito o acabando el ya iniciado, y se realiza mediante recíprocas
concesiones. Sobre esta causa, que en sus múltiples aspectos revela la
virtualidad operativa del contrato, y sobre la situación o relación jurídica
controvertida debe recaer, impelido por el animus transigendi, el con-
sentimiento de los contratantes”
Ahora bien, también se sostiene que los efectos de la transacción, como
es opinión mayoritaria en la doctrina, produce los siguientes efectos:

a) es obligatoria o vinculante: por dos razones: por su carácter


contractual y porque el contrato entre las partes es ley;
b) es extintiva; ya que luego de celebrada la transacción se resuelven
conflictos que no pueden volverse a discutir tiene efecto declarativo;
pues ya existía previamente al acuerdo, solo que se reafirma con su
celebración
d) tiene valor de cosa juzgada: la cual solo ocurre, sin embargo, con
la transacción judicial, mas no con la extrajudicial porque aquella está
sometida a un control jurisdiccional con la homologación
correspondiente

Efectos de la Transacción Extrajudicial:

El último párrafo del artículo 1302 del CC establece en forma genérica


que la transacción tiene autoridad de cosa juzgada (…). Sin embargo, en
el caso de la transacción extrajudicial, tal característica no puede ser
equiparada o asimilada la de una sentencia, pues existen diferencias
esenciales entre ambas (…)”

El inciso 8) del artículo 688 hace referencia al documento privado que


contenga transacción extrajudicial. La transacción siempre contiene
pretensiones patrimoniales y exige reciprocidad en ellas. Conforme lo
señala el artículo 1302° del código civil, “por la transacción civil las
partes haciéndose concesiones recíprocas, deciden sobre algún asunto
dudoso litigioso, evitando el pleito que podrían promoverse (…)”

H. El documento impago de renta por arrendamiento: siempre que se


acredite instrumentalmente la relación contractual. El inciso 9) del
artículo 688° del CPC, hace referencia al documento impago de renta
por arrendamiento, como título ejecutivo, siempre que se acredita
instrumentalmente la relación contractual.
Antes de la modificación de este inciso se exigía que el arrendatario se
encuentre en uso del bien como condición para ser calificado de título
ejecutivo el documento impago de la renta, situación que felizmente hoy
se ha corregido para considerar como tal a todos los documentos que
evidencien el no cumplimiento de la prestación pactada, siempre y
cuando se demuestre documentalmente la existencia de la relación
contractual.
En este título ejecutivo ha existido múltiples contradicciones en la
doctrina, por establecer ¿cuál es realmente lo que constituye título
ejecutivo. ¿Es el documento impago de renta (recibo) o el contrato de
arrendamiento celebrado por las partes?
Consideramos que son ambos documentos los que componen el título
ejecutivo, a pesar de que algunos consideren que, como la celebración
de un contrato no requiere de soporte material sino el solo con-
sentimiento entre las partes para celebrarlo, no es necesario adjuntar el
contrato de arrendamiento. No obstante, creemos que tal afirmación es
veraz pero solo desde una interpretación genérica de la norma, en
cambio en este extremo, cuando la propia ley exige la formalidad de
acreditar la
instrumentalidad de la relación contractual, es necesario (como es obvio)
que se presente también el contrato de arrendamiento celebrado.
I. El testimonio de escritura pública: El inciso 10) del artículo 688° del
CPC considera al testimonio de escritura pública como título ejecutivo.
Lo importante en este título ejecutivo es la participación del notario como
profesional del Derecho que está autorizado para dar fe de los actos y
contratos que ante él se celebran. Para ello formaliza la voluntad de los
otorgantes, redactando los instrumentos a los que confiere autenticidad,
conserva los originales y expide los traslados correspondientes. Su
función también comprende la comprobación de hechos y la tramitación
de asuntos no contenciosos previstos en las leyes de la materia (art. 2
del D. Leg. Nº 1049)
Ahora bien, las escrituras públicas son instrumentos públicos
protocolares que el notario incorpora al protocolo notarial, que debe
conservar y expedir los traslados que la ley determina y siempre
contiene un acto jurídico; en cambio, los instrumentos públicos extra
protocolares, son las actas y demás certificaciones notariales que se
refieren a hechos o circunstancias que presencie o le conste al notario
por razón de su función y; de manera excepcional, también actos
jurídicos
J. Otros títulos a los que la ley le da merito ejecutivo: El mérito
ejecutivo de los títulos también puede ser otorgado por leyes especiales,
como refiere el inciso 11 del texto en comentario (artículo 688° CPC).
Véase en el caso de la ley general del sistema financiero, Ley N° 26702.
En el inciso 7 del artículo 132 de la citada ley se aprecia el mérito
ejecutivo a las liquidaciones de saldos deudores que emitan las
empresas comprendidas en tal disposición legal, entre ellas los bancos.

Además, y conforme al artículo 689º del CPC, procede la ejecución cuando la


obligación contenida en el título es cierta, expresa y exigible.

Se dice que la obligación es cierta, cuando se determina en el título quien es el


sujeto acreedor y quien es el sujeto deudor. La prestación es expresa cuando
se indica en el título aquello que el deudor debe realizar a favor del acreedor; y,
la prestación es exigible, cuando la obligación ya puede ser reclamable, es
decir, que no esté sujeta a condición o plazo.

III. EL INTERÉS Y LA LEGITIMIDAD PARA OBRAR EN EL PROCESO


ÚNICO DE EJECUCIÓN

En cualquier proceso, sea de cognición (conocimiento, abreviado y


sumarísimo), y de ejecución, siempre debe exigirse previamente que se
identifique el interés y la legitimación para obrar, de lo contrario debe
declararse su improcedencia.

1. El interés para obrar


el interés para obrar se presume por la ley en atención a la certeza de la
existencia de la obligación que ofrece el título ejecutivo, y en tal sentido,
la alegación del incumplimiento es per se suficiente para autorizar el
ejercicio de la pretensión ejecutiva, en atención a la utilidad que
obtendrá el acreedor de la actividad ejecutiva del órgano jurisdiccional.
como podemos apreciar, no existe nada más que el incumplimiento para
accionar un proceso único de ejecución, porque es indiscutible el origen
del título, bastará simplemente con presentarlo para que pueda
ejecutarse
2. La legitimidad para obrar
sobre la legitimidad para obrar debemos recordar, que en el proceso
único de ejecución estamos frente a una parte ejecutante (demandante)
y otra parte ejecutada (demandada), que es lo mismo decir, partes
procesales dentro de la relación jurídica procesal.
Cuando la ejecución pueda afectar derecho de tercero, se debe notificar
a este con el mandato de ejecución. La intervención del tercero se
sujetará a lo dispuesto en el artículo 101. Si se desconociera el domicilio
del tercero se procederá conforme a lo prescrito en el artículo 435.
Entonces, tendrá legitimidad para obrar activa aquel que aparezca como
acreedor en el título ejecutivo y tendrá legitimidad para obrar pasiva
quien aparezca en el título como deudor.

IV. PROCEDIMIENTO DEL PROCESO UNICO DE EJECUCIÓN

4.1. demanda ejecutiva. - La demanda es conocida como el acto procesal


que da inicio al pro-ceso, a su vez contiene la pretensión procesal y materializa
el derecho de acción frente al órgano jurisdiccional en busca de tutela
jurisdiccional efectiva

En ese sentido, quien presenta una demanda ante el Poder Judicial, debe
previamente cumplir con un conjunto de requisitos de fondo y de forma, los
mismos que se caracterizan de la siguiente manera:

a) Requisitos de fondo: Estos son intrínsecos a la demanda, se basan en la


construcción jurídica de la misma; por ejemplo, argumentar el interés
para obrar; sin embargo, ante la ausencia o imperfección, el juez ordena
inmediatamente el rechazo de la demanda. Estos son los requisitos de
procedencia de la demanda.
b) Requisitos de forma: Son los anexos de la demanda, como también
algunas formalidades que hagan viable su ejecución como la firma del
abogado, los aranceles judiciales etc.; sin embargo, su incumplimiento
impide que la demanda produzca efectos jurídicos, no obstante, el juez
puede pedir que se subsane en un plazo la omisión o insuficiencia.
Estos son los requisitos de admisibilidad de la demanda

Como se advierte, los requisitos de admisibilidad y procedencia de la demanda


son imprescindibles para que produzcan efectos jurídicos

Asimismo, los artículos 424 y 425 del CPC, contienen los requisitos y anexos
que deben presentarse con la demanda. Siendo los primeros, los elementos
intrínsecos, que deben estar presentes ineludiblemente en todo proceso,
mientras que los segundos, son todos los documentos necesarios para el
cumplimiento de los requisitos de admisibilidad y procedencia de la demanda
al respecto, se precisa la efectivizacion de lo que consta en un título ejecutivo:
“En los procesos ejecutivos el juicio no discurre por el análisis de la cuestión de
fondo que pudiera surgir de cualquier relación jurídica, sino que se tiene a
hacer efectivo lo que consta y fluye del propio título ejecutivo –partiendo de un
derecho cierto pero satisfecho– pues no se trata de pronunciarse sobre
derechos dudosos y no controvertidos, sino de llevar a efecto lo que consta de
manera indubitable en el título que por su misma naturaleza constituye prueba
del derecho que contiene y, por ende, hace del proceso ejecutivo uno en el que
desaparece la fase en la que se trate de obtener la declaración de aquel” (Exp.
Nº 213-2005-Lima)

4.2. Competencia en el proceso de ejecución: La potestad jurisdiccional es


aquella función atribuida constitucionalmente a algunos órganos del Estado por
medio de la cual se busca la actuación del derecho objetivo al caso concreto a
fin de lograr la efectiva tutela de las situaciones jurídicas de los particulares, la
sanción de determinadas conductas antisociales y la efectividad del principio de
jerarquía normativa por medio de decisiones definitivas y que son ejecutables;
logrando con todo ello mantener la paz social en justicia

la competencia es la aptitud que tiene un juez para ejercer válidamente la


potestad jurisdiccional. La competencia, es un presupuesto procesal para la
validez de la relación jurídica procesal y sus características son: de orden
público, legales, improrrogables (salvo para el criterio territorial), indelegables,
inmodificables y los criterios para la determinación de la competencia son:
materia, función, cuantía, grado, territorio y turno

el artículo 690-B del CPC, señala que:

“Es competente para conocer los procesos con título ejecutivo de naturaleza
extrajudicial el juez civil y el de paz letrado. El juez de paz letrado es
competente cuando la cuantía de la pre-tensión no sea mayor de cien unidades
de referencia procesal. Las pretensiones que superen dicho monto son de
competencia del juez civil.

Es competente para conocer los procesos con título ejecutivo de naturaleza


judicial el juez de la demanda.
Es competente para conocer los procesos de ejecución con garantía
constituida, el juez civil”.

Cuando nos referimos a los títulos ejecutivos judiciales la norma establece que
será competente el juez de la demanda del proceso de cognición, dentro del
cual se encuentran las resoluciones firmes: las sentencias de condena,
acuerdos conciliatorios o transacciones homologadas (arts. 328 y 337 del
CPC). Mientras que no sucede lo mismo cuan-do nos referimos a los títulos
ejecutivos extrajudiciales donde será competente el juez civil y el juez de paz
letrado dependiendo de la cuantía; en cambio como se verá más adelante, en
los procesos de ejecución de garantía siempre será el juez civil.

sin embargo, este artículo no precisa el juez competente territorialmente que


debe conocer la ejecución de las obligaciones contenidas en títulos ejecutivos
de naturaleza extrajudicial, a que refieren los incisos 2 al 11 del artículo 688 del
CPC. Frente a ello, debemos recurrir a lo regulado en el artículo 34 del CPC
que dice: los procesos de ejecución se someten a las reglas generales sobre
competencia, salvo disposición distinta de este Código; esto es, el lugar del
domicilio del demandado, tal como lo señala el artículo 14 del CPC o por el
artículo 17 del CPC, si se trata de personas jurídicas; sin embargo, se debe
tener en cuenta que además del domicilio del demandado, también es
competente, a elección del demandante, los supuestos que regula el artículo 24
del Código Procesal”

4.3. El mandato ejecutivo

El artículo 690-C del CPC establece:

“El mandato ejecutivo, dispondrá el cumplimiento de la obligación contenida en


el título; bajo apercibimiento de iniciarse la ejecución forzada, con las
particularidades señaladas en las disposiciones especiales. En caso de
exigencias no patrimoniales, el juez debe adecuar el apercibimiento”

Si bien la norma no estipula un plazo para que el mandato ejecutivo se


concretice o desde cuando se da inicio a la ejecución forzada, es la propia
administración judicial quién se encargará de señalar el mencionado plazo.
Como podemos apreciar este es el momento para que el mandato ejecutivo
vincule al deudor; es decir, para que este cumpla espontáneamente la
obligación o se prosiga con la ejecución forzada.

Cuando hablamos del contenido del mandato ejecutivo, nos referimos a lo que
ya hemos venido desarrollando y lo que necesariamente debe contener:

a) la calificación de demanda por parte del juez;

b) la verificación de la concurrencia de requisitos formales y de fondo;

c) admitir y dar trámite a la demanda con el mandato ejecutivo;

d) el cumplimiento de una obligación contenida en el título;

e) el apercibimiento o advertencia de la posibilidad de sancionar para el


ejecutado en caso no cumpliera con la prestación debida de manera
espontánea

f) el plazo para su cumplimiento

4.4. CONTRADICCIÓN Y CAUSALES DE CONTRADICCIÓN PROCESO


ÚNICO DE EJECUCIÓN

Luego de interpuesta la demanda ejecutiva, el Juez la califica y en el caso que


la admita emitirá un mandato ejecutivo, tras lo cual se emplaza al demandado
(que en estos procesos es denominado ejecutado), quien, dentro de cinco días
de notificado con el mandato ejecutivo, puede contradecir la ejecución y
proponer excepciones procesales o defensas previas. En el mismo escrito
puede presentar los medios probatorios pertinentes; de lo contrario, el pedido
será declarado inadmisible. Sólo son admisibles la declaración de parte, los
documentos y la pericia (Artículo 690-D CPC).

En el proceso único de ejecución, las causales para contradecir la demanda


ejecutiva son taxativas ya que sólo puede invocar las señaladas en ese
artículo, caso contrario el juez declarará liminarmente la improcedencia de la
contradicción (Artículo 690-D CPC).

Así, la contradicción sólo podrá fundarse según la naturaleza del título en:
causales
1) Inexigibilidad o iliquidez de la obligación contenida en el título:
Dicha causal se invoca para cuestionar el fondo del título. Aquí no hay
cuestionamiento al documento en sí, sino al acto que recoge dicho
documento. Se cuestiona la ejecutabilidad del título por carecer de una
prestación cierta, expresa y exigible; condiciones básicas para que un
título revista ejecución, tal como lo describe el artículo 689° del CPC.
2) La liquidez de la obligación contenida en el título: La contradicción
puede invocar la “iliquidez de la obligación contenida en el título”. Esto
implica que no tiene inmediata ejecución una prestación ilíquida se
puede demandar la primera. Las prestaciones liquidables se liquidan
mediante operación aritmética. Cuando el título es ilíquido, no puede
procederse a la ejecución con una simple operación aritmética porque
ella responde a razones muy distintas. En estos casos, estamos ante las
llamadas sentencias de condena genérica o de condena de reserva.
3) La nulidad formal del título: El documento se cuestiona de nulo
cuando no acoge la forma señalada por ley.
4) El título valor completado en forma contraria a los acuerdos
adoptados: Se debe probar que se completó en el título valor
contrariamente a los acuerdos adoptados por las partes intervinientes en
el título; siendo que la actividad probatoria se reduce a la prueba
documental.
5) La falsedad del título: Cuando se invoca la falsedad del “título
ejecutivo” es necesario tener en cuenta que el título valor es un
documento constitutivo, en cuanto el derecho contenido en el título se
constituye en el mismo título; con él nace y se transmite el derecho
incorporado. Un documento redactado con caracteres indelebles sobre
soporte adecuado, puede ser falso en el acto que le da vida o ser
falsificado en su contenido en cualquier momento posterior a la creación;
tanto la alteración como la falsificación de la firma del emitente
constituyen diversos aspectos de la falsedad.
6) Extinción de la obligación: La “extinción de la obligación” constituye
otra causal para sustentar la contradicción contenida en el artículo 690-D
inciso 3) del CPC. Los hechos extintivos para invocarla no se diferencias
de aquellos previstos para aquellas obligaciones del derecho común,
como el pago, la novación, la compensación, la consolidación, etc.
7) Excepciones y defensas previas: Bajo el proceso único de ejecución
se permite recurrir a las excepciones y defensas previas.
Tradicionalmente se definía a las excepciones como medios de defensa
del demandado que atacan aspectos formales o procesales de la
demanda interpuesta o el derecho material en que se funda la
pretensión. Si se declara fundada una excepción procesal, su
consecuencia será la nulidad de todo lo actuado, no existiendo
pronunciamiento sobre el fondo; mientras que de ampararse una
excepción sustantiva, va a existir un pronunciamiento sobre el fondo de
la litis y se declarará fundada la oposición e infundada o fundada.
La defensa previa viene a ser una modalidad de ejercer el derecho de
contradicción y busca la suspensión del trámite del proceso hasta que se
cumpla con el requisito de procedibilidad que la ley dispone se debe
satisfacer previamente sin los cuales no es posible iniciar el proceso
civil.

Es necesario precisar que dependiendo de la naturaleza del título de ejecución


pueden plantearse excepciones procesales y defensas previas, los mismos que
solo estarán sujetos al plazo de interposición (5 días para títulos extrajudiciales)
y (3 días para títulos judiciales), siendo los mismos plazos para plantear
propiamente la contradicción

Como podemos apreciar, en este enunciado normativo existen tres aspectos


muy importantes a tomar en cuenta: la primera referida al plazo que existe para
plantear la contradicción dependiendo de la naturaleza del título ejecutivo
(judicial o extrajudicial), la segunda respecto a las causales de contradicción,
su invocación y aplicación según la naturaleza del título ejecutivo y finalmente
la tercera, el ofrecimiento de determinados medios probatorios para su
actuación y valoración respectiva.

Primero: respecto a la diferencia de los plazos, la norma señala que dentro de


los cinco días de notificado el mandato ejecutivo, el ejecutado puede
contradecir la ejecución y proponer excepciones procesales o defensas previas
cuando se refiere a títulos ejecutivos extrajudiciales, y cuando el mandato
ejecutivo se sustenta en título ejecutivo de naturaleza judicial, solo podrá
formularse contradicción, excepciones procesales y defensas previas, dentro
del tercer día.

Consideramos que esta diferencia de plazos no tiene un sustento doctrinario,


sino simplemente atribuye a considerar que los títulos ejecutivos judiciales
deben ser tramitados más rápidos que los extrajudiciales, otorgándoles mayor
urgencia.

Segundo: respecto a las causales de contradicción, su invocación y aplicación


según la naturaleza del título ejecutivo es primordial. Veamos: para los casos
donde se esté ejecutando un título ejecutivo judicial, se podrá formular
contradicción solo si se alega el cumplimiento de lo ordenado o la extinción de
la obligación (consolidación, compensación, pago, etc.) que se acredite con
prueba instrumental. Como puede apreciarse solo se pueden formular estas
dos causales de contradicción debido a que una vez concluido el proceso de
cognición con una sentencia de condena, finaliza toda posibilidad de discusión
sobre la relación de la existencia del derecho subjetivo y de la obligación
misma. Ya no podrá volverse a discutir lo resuelto debido a su protección por el
manto de la cosa juzgada. De lo contrario el juez rechazará liminarmente la
contra-dicción si se funda en supuestos distintos a los detallados.

Por otro lado, para los títulos ejecutivos extrajudiciales, tenemos las siguientes
causales para invocar:

a) Inexigibilidad o iliquidez de la obligación contenida en el título: La


inexigibilidad comprende la evaluación de la declaración de la existencia
de la obligación. Se debate la ejecutabilidad del título por carecer aún de
una prestación cierta, expresa y exigible en todas sus dimensiones:
sujetos (acreedor y deudor señalados en el título), la existencia de
presunción del título y objetos determinables de la prestación exigible,
las cuales no deben contener o estar sometidas a alguna modalidad
(plazo, lugar o condición) o a alguna contraprestación.
Mientras que la iliquidez de la obligación contenida en el título implica
que no tiene una inmediata ejecución. Si la obligación comprende una
parte líquida y otra parte es ilíquida, se puede demandar la primera. Las
prestaciones liquidables se liquidan mediante operación aritmética.
b) Otra causal de contradicción en los títulos ejecutivos extrajudiciales es:
la Nulidad formal o falsedad del título; o, cuando siendo este un
título valor emitido en forma incompleta, hubiere sido completado
en forma contraria a los acuerdos adoptados, debiendo en este
caso observarse la ley de la materia; aquí la norma hace referencia en
primer lugar a la nulidad del título pero con respecto a su cobertura, a su
forma, de su aspecto externo preestablecida por ley (dependiendo del
título ejecutivo), mas no del acto jurídico que lo contiene, por tanto no
podría discutirse la nulidad del título por coacción o violencia porque
esta sería una discusión de fondo (el cual deberá dilucidarse en un pro-
ceso de conocimiento), pero sí la nulidad del título; por qué la firma es
de otra persona o por qué el documento está deteriorado y tiene
enmendaduras, etc.
c) Finalmente, la extinción de la obligación exigida, que es una causal
abierta donde pueden existir muchas formas de extinguir la obligación
referidas en el Código Civil, así por ejemplo: novación, subrogación,
pago, condonación, etc. Pero también existen hechos por los cuales se
extingue la obligación: la consolidación, la prescripción extintiva, el
vencimiento del plazo extintivo o el cumplimiento de la condición
resolutoria, la pérdida sobreviniente del bien sin culpa del deudor; la
muer-te del deudor o del acreedor produce también extinción de la
obligación cuando se trata de obligaciones y derechos personalísimos

Tercero: en cuanto a la actividad probatoria en el proceso único de


ejecución. La norma señala que solo son admisibles la declaración de parte,
los documentos y la pericia, para títulos ejecutivos extrajudiciales de lo
contrario cualquier otro medio probatorio presentado será in-admisible. Y
solo podrá presentarse documentos para títulos ejecutivos judiciales

Finalmente, en caso que se realice la contradicción a un título de naturaleza


judicial, solo podrá formularse contradicción si se alega el cumplimiento de lo
ordenado o la extinción de la obligación, sustentándose en prueba documental.
4.5. TRAMITE

a) si hay contradicciones y/o excepciones procesales o defensas previas, se


concede traslado al ejecutante, quien deberá absolver dentro de tres días
proponiendo los medios probatorios pertinentes.

b) Con la absolución o sin ella, el juez resolverá mediante un auto, observando


las reglas para el saneamiento procesal, y pronunciándose sobre la
contradicción propuesta.

c) Cuando la actuación de los medios probatorios lo requiere o el juez lo estime


necesario, fijará día y hora para la realización de una audiencia, la que se
realizará con las reglas establecidas para la audiencia única.

d) Si no se formula contradicción, el juez expedirá un auto sin más trámite,


ordenando llevar adelante la ejecución

El artículo 690º – E: Si hay contradicción y/o excepciones procesales o


defensas previas, se concede traslado al ejecutante, quien deberá absolverla
dentro de tres días proponiendo los medios probatorios pertinentes. Con la
absolución o sin ella, el juez resolverá mediante un auto, observando las reglas
para el saneamiento procesal, y pronunciándose sobre la contradicción
propuesta.

Cuando la actuación de los medios probatorios lo requiera o el juez lo estime


necesario, señalará día y hora para la realización de una audiencia, la que se
realizará con las reglas establecidas para la audiencia única.

En el proceso único de ejecución, si hay contradicción y/o excepciones


procesales o defensas previas, se concede traslado al ejecutante, quien deberá
absolverla dentro de tres días proponiendo los medios probatorios pertinentes.
Con la absolución o sin ella, el Juez resolverá mediante un auto, observando
las reglas para el saneamiento procesal, y pronunciándose sobre la
contradicción propuesta.
Cuando la actuación de los medios probatorios lo requiera o el Juez lo estime
necesario, señalará día y hora para la realización de una audiencia, la que se
realizará con las reglas establecidas para la audiencia única.

En este tipo de procesos, cabe la posibilidad de realizar audiencia de pruebas,


cuando la actuación de los medios probatorios lo requiera o el juez lo estime
necesario, la que se realizará con las reglas establecidas para la audiencia
única que se encuentra regulada en el artículo 555° del CPC.

Si no se formula contradicción, el Juez expedirá un auto sin más trámite,


ordenando llevar adelante la ejecución. En este punto, hay que precisar que
antes el Juez resolvía mediante sentencia en este tipo de procesos, sin
embargo, en este tipo de procesos el Juez no declara un derecho, sino que
ejecuta un título ejecutivo que contenía un derecho ya declarado, porque se vio
oportuno precisar que ente tipo de procesos no se emite sentencia, sino que se
el Juez emite un auto en el que se pronuncia sobre la contradicción propuesta.

En el caso que se quiera apelar el auto que resuelve la contradicción, se tiene


el plazo de tres días para hacerlo, desde el día siguiente a su notificación, y es
concedida con efecto suspensivo

4.6. AUTO Y APELACIÓN

El plazo para interponer apelación contra el auto que resuelve la contradicción


es de tres días contados desde el día siguiente a su notificación. Los
legisladores han determinado que debido a que es un auto que pone fin al
proceso, esta deba estar sujeta a un análisis del órgano superior, respetando la
pluralidad de instancia

Por eso, el auto que resuelve la contradicción, poniendo fin al proceso único de


ejecución es apelable con efecto suspensivo. Para tal efecto, deberá
suspenderse su ejecución a la espera del resultado por el órgano jurisdiccional
de mayor jerarquía

Continúa el artículo 691 del CPC. En todos los casos que en este título se
conceda apelación con efecto suspensivo, es de aplicación el trámite previsto
en el artículo 376. Si la apelación es concedida sin efecto suspensivo, tendrá la
calidad de diferida, siendo de aplicación el artículo 369 en lo referente a su
trámite.

Por lo tanto, en los procesos únicos de ejecución y pese a su naturaleza


jurídica, la actividad impugnatoria concede a las partes ejecuta-das la
posibilidad de seguir discutiendo lo resuelto por el juez de primer grado en los
demás órganos de mayor jerarquía debido a que no puede ejecutarse de
inmediato una decisión sin antes tener la oportunidad de alegar un agravio que
vulnere los derechos de ambas partes y ser corregido.

V. TIPOS DE PROCESOS UNICOS EN LA EJECUCIÓN

5.1. proceso de ejecución de obligación de dar suma de dinero. -

Debemos comprender que el intercambio de bienes y servicios en una


sociedad es indispensable para el desarrollo y evolución de los pueblos. Tanto
así, que se establece una estructura basada en relaciones de intercambio, a
través de los cuales se busca la satisfacción de las necesidades mediante la
cooperación ajena, siendo precisamente una de las herramientas para su
concreción el mercado; siendo el Estado responsable a través del Derecho
Patrimonial, de reconocer dicha importancia del intercambio de bienes y
servicios, proporcionando un conjunto de reglas que permiten que este se
realice asignando de manera óptima los recursos.

Dentro de este grupo de relaciones obligacionales, se encuentran por la


naturaleza de la prestación, las de dar, hacer y no hacer. Encontrándose dentro
de las de dar: las obligaciones de dar suma de dinero, dar bien cierto y dar bien
incierto.

Al respecto, el artículo 695 del CPC establece que: A la demanda con título
ejecutivo para el cumplimiento de una obligación de dar suma de dinero se le
dará el trámite previsto en las Disposiciones Generales

Como recordaremos este capítulo fue derogado del Código Procesal Civil, a
raíz de la modificatoria por el D. Leg. Nº 1069; sin embargo, se precisó que
cuando se interpongan demandas ejecutivas que versen sobre ejecuciones de
obligación de dar suma de dinero, consecuentemente todo el procedimiento de
ejecución se atenderá con las reglas establecidas para el proceso único de
ejecución. Vale decir, que serán atendidas dichas pretensiones específicas con
las reglas que hemos desarrollado anteriormente.

Las reglas que debemos identificar son: la demanda ejecutiva, la cual tendrá el
mismo tratamiento que señala el artículo 690-A del CPC, lo mismo sucederá
con la competencia a determinarse según el artículo 690-B del CPC. Con
respecto al mandato ejecutivo, artículo 690-C del CPC, se presenta una
singularidad, que el mandato dispondrá la orden de pago de lo adeudado
incluyendo intereses y gastos demandados, de lo contrario se iniciará la
ejecución forzada. Asimismo, se puede presentar contradicción, como
excepciones procesales y defensas previas las cuales serán resueltas según el
artículo 690-E y demás normas del procedimiento desarrolladas líneas arriba.

Aquí de lo que se trata es que el Estado-juez le permita al ejecutante obtener


satisfacción inmediata a través del dinero que le adeuda el ejecutado

5.2 proceso de ejecución de obligación de dar bien mueble

Decíamos que, dentro del grupo de relaciones obligacionales, se encuentran


por la naturaleza de la prestación, las de dar, hacer y no hacer. Encontrándose
dentro de las de dar: las obligaciones de dar suma de dinero, dar bien cierto y
dar bien incierto

Nuestro Código Procesal Civil ha regulado lo concerniente a las obligaciones


de dar bien mueble determinado; es decir, ambos tipos de prestaciones, las de
dar bien cierto e incierto

Con respecto a los bienes ciertos, la característica que la norma material ha


regulado es que la prestación se halla individualizado. Los profesores Felipe
Osterling y Mario Castillo entienden por bien cierto a aquel que al momento de
generarse la obligación (cualquiera sea su causa) se encuentra total y
absolutamente determinado o individualizado, vale decir, que se ha establecido

con precisión que deberá entregarse. Asimismo, señalan que el principio de


identidad va implícito el derecho del deudor de no estar obligado a pagar
entregando un bien diferente, lo que implica, a su turno, que el acreedor puede
negarse a recibir el bien.

Su rasgo característico es la entrega física y jurídica de un bien de-terminado;


sin embargo, existe la posibilidad de que el deudor entregue otro bien siempre
y cuando el acreedor esté dispuesto a aceptarlo

Ahora bien, respecto a la ejecución de las obligaciones de dar bien mueble


determinado, el Código Procesal Civil en su artículo 704 ha establecido que se
tramitará conforme a las disposiciones generales que anteriormente hemos
desarrollado. No obstante, en la demanda se indicará el valor aproximado del
bien cuya entrega se demanda. La pregunta es ¿por qué la norma procesal
exige ello?

5.3. procesos de ejecución de obligación de hacer

En este tipo de obligaciones lo importante como dice el profesor Lino Palacio


es que el Derecho entra aquí en contacto con la vida, de tal manera que su
reflejo exterior se percibe mediante las transformaciones de las cosas; si se
condena a demoler el muro, se demuele; si se condena a entregar el inmueble
se aleja de él a quienes lo ocupen; si se condena a pagar una suma de dinero y
esta no existe en el patrimonio del deudor, se afectan y venden otros bienes
para entregar su precio al acreedor.

Según Francesco Messineo, la obligación de hacer alude esencial-mente a una


actividad del deudor; consiste el hacer, por lo general, en una energía de
trabajo, proporcionada por el deudor a favor del acreedor o de un tercero, ya se
trate de trabajo material o de trabajo intelectual. Agrega el citado autor italiano
que de este tipo son las obligaciones de los trabajadores dependientes, de los
artesanos (trabajadores libres), de los empleados (particulares), de los
profesionales y de los artistas; es también obligación de hacer, la de custodiar,
que implica la predisposición de la cosa, como en el contrato de suministro, y la
de desplazar una cosa de un lugar a otro, como en el transporte.

Con ello, nos queda claro que lo importante es determinar cuál es el


cumplimiento de la obligación que buscamos del ejecutado para satisfacer
nuestra pretensión. Se debe identificar qué debemos acreditar en la relación
obligacional, específicamente en el título ejecutivo (requisitos comunes) para
así exigir su cumplimiento

Por otro lado, es importante precisar en la relación obligacional qué tipo de


obligaciones de hacer se va a efectuar. Por su parte, Luis María Boffi Boggero
establece que las obligaciones de hacer pueden dividirse de acuerdo con
cuatro criterios distintos:

a) según la prestación se halle vinculada íntimamente con la persona del


deudor, en fungibles o no fungibles;

b) según la prestación importe una conducta que cristalice o no una obra, en


obra o de servicio;

c) según que la prestación se consuma en un solo acto o más de uno, en


instantáneas o permanentes, pudiendo ser estas últimas continuadas o
periódicas;

d) según un criterio muy semejante al anterior, si las prestaciones se cumplen


mediante uno o varios actos aislados, la prestación es transitoria; y si se
cumple mediante una conducta permanente, la prestación es duradera

5.4. proceso de ejecución de obligación de no hacer

Este tipo de obligaciones se esencialmente similar a las obligaciones de hacer,


solo que tienen un contenido negativo, estan destinadas a que el deudor no
realice una actividad o trabajo para cumplir con la prestación; es decir, su
conducta recae precisamente en la abstención, impedimento, omisión de
realizar dicha actividad. Pero esta a su vez puede desplegarse de dos formas:
La de estrictamente no hacer y la de mantener un no hacer (sujeto a la firma de
la obligación). También pueden clasificarse en obligación de no hacer
inmediatas; es decir, que se agota en un solo acto, sin poder revertirse tal
situación, y las de tiempo determinado o duradero. Lo importante en estos
casos es que se establezca el vínculo de la obligación, pues habrá situaciones
que requieran su cumplimiento en un plazo fijo y que su no cumplimiento
resulte irreversible. Así el caso de la actriz de cine que se obligaba a no quedar
embarazada mientras dure la filmación de la película, más aún cuando esta
tenía un tiempo determinado de siete meses

Cuando se presentan estas obligaciones, la norma material ha establecido que


el incumplimiento por culpa del deudor de la obligación de no hacer, autoriza al
acreedor a optar por cualquiera de las siguientes medidas:

1) Exigir la ejecución forzada, a no ser que fuese necesario para ello emplear
violencia contra la persona del deudor (excepcional porque no se podría obligar
mediante la violencia al deudor).

2) Exigir la destrucción de lo ejecutado o destruirlo por cuenta del deudor.

3) Dejar sin efecto la obligación (cuando la situación es irreversible)

Ahora bien, el artículo 710 del CPC establece que si el título ejecutivo contiene
una obligación de no hacer, el proceso se tramitará conforme a lo dispuesto en
las disposiciones generales; vale decir, nuevamente nos remitiremos a las
categorías desarrolladas anteriormente para llevar a cabo la ejecución,
contradicción y el procedimiento

5.5. proceso de ejecución de resoluciones judiciales

El proceso de ejecución en este acápite debe iniciar previamente acreditando la


sentencia de condena y los autos que ponen fin la controversia y que ameritan
ejecución, para luego requerir al condenado a cumplir con la prestación
ordenada. El pedido o solicitud como hemos estudiado en la sección de
competencia de los procesos únicos de ejecución se formula ante el mismo
juez que conoció el proceso para que se materialice “el mandato ejecutivo”, de
lo contrario se iniciará la ejecución forzada.

Con respecto al mandato ejecutivo: si el mandato contuviera exigencia no


patrimonial, el juez debe adecuar el apercibimiento a los fines específicos del
cumplimiento de lo resuelto; es decir, para los casos donde no haya ningún
cumplimiento dinerario sino en casos como tenencia de menores de edad u
otros, el juez deberá resolver en atención a la naturaleza de la prestación. Una
salida nos parece la que hemos advertido para los casos de obligaciones
personalísimas, donde la multa continua y progresiva permite una presión
psicológica en la esfera del ejecutado hasta su cumplimiento
El texto del artículo 715 del CPC, también regula los casos en que no existan
medidas cautelares, en ese caso, a petición de parte, se ordenará las medidas
de ejecución adecuadas a la pretensión amparada con la finalidad ejecutar y ya
no asegurar.

Sobre las ejecuciones de suma líquida. Si el título de ejecución condena al


pago de cantidad líquida o hubiese liquidación aprobada, se concederán a
solicitud de parte, medidas de ejecución con arreglo al subcapítulo sobre
medidas cautelares para futura ejecución forzada; es decir aquí el artículo 716
del CPC, direcciona a las medidas de aseguración de derechos. Mientras que
si ya cauteló, judicial o extrajudicialmente, se procederá con arreglo al Capítulo
V de este título; en otras palabras, se iniciará los mecanismos para la ejecución
forzada

Cuando el mandato de ejecución contiene exigencia no patrimonial, el Juez


debe adecuar el apercibimiento a los fines específicos del cumplimiento de lo
resuelto

Cuando el título de ejecución condena al pago (de suma líquida o ilíquida,


después de aprobada la liquidación), se concederán a solicitud de parte,
medidas de ejecución con arreglo a lo normado para las medidas cautelares
para futura ejecución forzada.

5.6. proceso de ejecución de garantías

Antes de la modificatoria introducida por el DL Nº 1069, el CPC, no identificó el


título de ejecución en los procesos de ejecución de garantía y no estableció
reglas claras para su emplazamiento

Asimismo, ante la existencia del saldo deudor en los procesos de ejecución de


garantía, estableció la necesidad de iniciar un nuevo proceso ejecutivo.

Ahora, se han introducido una serie de modificaciones, en ese sentido, procede


la ejecución de garantías reales, siempre que su constitución cumpla con las
formalidades que la ley prescribe y la obligación garantizada se encuentre
contenida en el mismo documento o en cualquier otro título ejecutivo.
En cuanto al saldo deudor, si después del remate del bien dado en garantía,
hubiera saldo deudor, se proseguirá la ejecución dentro del mismo proceso,
conforme a lo establecido para las obligaciones de dar suma de dinero.

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