El proceso único de ejecución tiene como fin que se cumpla con un derecho
que ya ha sido reconocido en un título ejecutivo, a diferencia del proceso
cognitivo o de conocimiento, en el que se persigue la constitución, declaración
o extinción de una relación jurídica.
Podemos decir que el proceso único de ejecución es una etapa más que se
debe seguir para llegar a la plena satisfacción del derecho invocado. Como lo
hemos mencionado, con la sentencia se declara o se constituye un derecho;
sin embargo, éste no puede ejercerse hasta que no se haya ejecutado la
decisión tomada por el órgano jurisdiccional. Es ahí donde se debe accionar el
proceso único de ejecución para dar fuerza y vigor práctico a la sentencia firme
emitida y de esta manera ejecutar la sanción.
Son los que se refieren a la existencia del documento mismo que contiene
la obligación. La legislación en cada caso determinará los requisitos
indispensables para que un documento tenga el carácter de un título. Así
por ejemplo, la Ley de Títulos Valores señala la forma esencial del
documento para que tenga calidad y efectos de título valor y como es obvio
para que posteriormente sea título ejecutivo, con lo cual, concluimos que no
basta que se cumplan los requisitos de fondo, sino también los de forma
En ese sentido, un laudo por el solo hecho de haber sido emitido por un
tribunal arbitral, tiene desde ya, la facultad de ser ejecutado; es decir,
puede constituir un título ejecutivo
En ese sentido, quien presenta una demanda ante el Poder Judicial, debe
previamente cumplir con un conjunto de requisitos de fondo y de forma, los
mismos que se caracterizan de la siguiente manera:
Asimismo, los artículos 424 y 425 del CPC, contienen los requisitos y anexos
que deben presentarse con la demanda. Siendo los primeros, los elementos
intrínsecos, que deben estar presentes ineludiblemente en todo proceso,
mientras que los segundos, son todos los documentos necesarios para el
cumplimiento de los requisitos de admisibilidad y procedencia de la demanda
al respecto, se precisa la efectivizacion de lo que consta en un título ejecutivo:
“En los procesos ejecutivos el juicio no discurre por el análisis de la cuestión de
fondo que pudiera surgir de cualquier relación jurídica, sino que se tiene a
hacer efectivo lo que consta y fluye del propio título ejecutivo –partiendo de un
derecho cierto pero satisfecho– pues no se trata de pronunciarse sobre
derechos dudosos y no controvertidos, sino de llevar a efecto lo que consta de
manera indubitable en el título que por su misma naturaleza constituye prueba
del derecho que contiene y, por ende, hace del proceso ejecutivo uno en el que
desaparece la fase en la que se trate de obtener la declaración de aquel” (Exp.
Nº 213-2005-Lima)
“Es competente para conocer los procesos con título ejecutivo de naturaleza
extrajudicial el juez civil y el de paz letrado. El juez de paz letrado es
competente cuando la cuantía de la pre-tensión no sea mayor de cien unidades
de referencia procesal. Las pretensiones que superen dicho monto son de
competencia del juez civil.
Cuando nos referimos a los títulos ejecutivos judiciales la norma establece que
será competente el juez de la demanda del proceso de cognición, dentro del
cual se encuentran las resoluciones firmes: las sentencias de condena,
acuerdos conciliatorios o transacciones homologadas (arts. 328 y 337 del
CPC). Mientras que no sucede lo mismo cuan-do nos referimos a los títulos
ejecutivos extrajudiciales donde será competente el juez civil y el juez de paz
letrado dependiendo de la cuantía; en cambio como se verá más adelante, en
los procesos de ejecución de garantía siempre será el juez civil.
Cuando hablamos del contenido del mandato ejecutivo, nos referimos a lo que
ya hemos venido desarrollando y lo que necesariamente debe contener:
Así, la contradicción sólo podrá fundarse según la naturaleza del título en:
causales
1) Inexigibilidad o iliquidez de la obligación contenida en el título:
Dicha causal se invoca para cuestionar el fondo del título. Aquí no hay
cuestionamiento al documento en sí, sino al acto que recoge dicho
documento. Se cuestiona la ejecutabilidad del título por carecer de una
prestación cierta, expresa y exigible; condiciones básicas para que un
título revista ejecución, tal como lo describe el artículo 689° del CPC.
2) La liquidez de la obligación contenida en el título: La contradicción
puede invocar la “iliquidez de la obligación contenida en el título”. Esto
implica que no tiene inmediata ejecución una prestación ilíquida se
puede demandar la primera. Las prestaciones liquidables se liquidan
mediante operación aritmética. Cuando el título es ilíquido, no puede
procederse a la ejecución con una simple operación aritmética porque
ella responde a razones muy distintas. En estos casos, estamos ante las
llamadas sentencias de condena genérica o de condena de reserva.
3) La nulidad formal del título: El documento se cuestiona de nulo
cuando no acoge la forma señalada por ley.
4) El título valor completado en forma contraria a los acuerdos
adoptados: Se debe probar que se completó en el título valor
contrariamente a los acuerdos adoptados por las partes intervinientes en
el título; siendo que la actividad probatoria se reduce a la prueba
documental.
5) La falsedad del título: Cuando se invoca la falsedad del “título
ejecutivo” es necesario tener en cuenta que el título valor es un
documento constitutivo, en cuanto el derecho contenido en el título se
constituye en el mismo título; con él nace y se transmite el derecho
incorporado. Un documento redactado con caracteres indelebles sobre
soporte adecuado, puede ser falso en el acto que le da vida o ser
falsificado en su contenido en cualquier momento posterior a la creación;
tanto la alteración como la falsificación de la firma del emitente
constituyen diversos aspectos de la falsedad.
6) Extinción de la obligación: La “extinción de la obligación” constituye
otra causal para sustentar la contradicción contenida en el artículo 690-D
inciso 3) del CPC. Los hechos extintivos para invocarla no se diferencias
de aquellos previstos para aquellas obligaciones del derecho común,
como el pago, la novación, la compensación, la consolidación, etc.
7) Excepciones y defensas previas: Bajo el proceso único de ejecución
se permite recurrir a las excepciones y defensas previas.
Tradicionalmente se definía a las excepciones como medios de defensa
del demandado que atacan aspectos formales o procesales de la
demanda interpuesta o el derecho material en que se funda la
pretensión. Si se declara fundada una excepción procesal, su
consecuencia será la nulidad de todo lo actuado, no existiendo
pronunciamiento sobre el fondo; mientras que de ampararse una
excepción sustantiva, va a existir un pronunciamiento sobre el fondo de
la litis y se declarará fundada la oposición e infundada o fundada.
La defensa previa viene a ser una modalidad de ejercer el derecho de
contradicción y busca la suspensión del trámite del proceso hasta que se
cumpla con el requisito de procedibilidad que la ley dispone se debe
satisfacer previamente sin los cuales no es posible iniciar el proceso
civil.
Por otro lado, para los títulos ejecutivos extrajudiciales, tenemos las siguientes
causales para invocar:
Continúa el artículo 691 del CPC. En todos los casos que en este título se
conceda apelación con efecto suspensivo, es de aplicación el trámite previsto
en el artículo 376. Si la apelación es concedida sin efecto suspensivo, tendrá la
calidad de diferida, siendo de aplicación el artículo 369 en lo referente a su
trámite.
Al respecto, el artículo 695 del CPC establece que: A la demanda con título
ejecutivo para el cumplimiento de una obligación de dar suma de dinero se le
dará el trámite previsto en las Disposiciones Generales
Como recordaremos este capítulo fue derogado del Código Procesal Civil, a
raíz de la modificatoria por el D. Leg. Nº 1069; sin embargo, se precisó que
cuando se interpongan demandas ejecutivas que versen sobre ejecuciones de
obligación de dar suma de dinero, consecuentemente todo el procedimiento de
ejecución se atenderá con las reglas establecidas para el proceso único de
ejecución. Vale decir, que serán atendidas dichas pretensiones específicas con
las reglas que hemos desarrollado anteriormente.
Las reglas que debemos identificar son: la demanda ejecutiva, la cual tendrá el
mismo tratamiento que señala el artículo 690-A del CPC, lo mismo sucederá
con la competencia a determinarse según el artículo 690-B del CPC. Con
respecto al mandato ejecutivo, artículo 690-C del CPC, se presenta una
singularidad, que el mandato dispondrá la orden de pago de lo adeudado
incluyendo intereses y gastos demandados, de lo contrario se iniciará la
ejecución forzada. Asimismo, se puede presentar contradicción, como
excepciones procesales y defensas previas las cuales serán resueltas según el
artículo 690-E y demás normas del procedimiento desarrolladas líneas arriba.
1) Exigir la ejecución forzada, a no ser que fuese necesario para ello emplear
violencia contra la persona del deudor (excepcional porque no se podría obligar
mediante la violencia al deudor).
Ahora bien, el artículo 710 del CPC establece que si el título ejecutivo contiene
una obligación de no hacer, el proceso se tramitará conforme a lo dispuesto en
las disposiciones generales; vale decir, nuevamente nos remitiremos a las
categorías desarrolladas anteriormente para llevar a cabo la ejecución,
contradicción y el procedimiento