Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Dios creó al ser humano para que caminara con ÉL. Sin embargo el ser humano escogió su propio
camino.
En los tiempos de Cristo, los primeros discípulos aprendían de ÉL, oyendo sus palabras y
observando su manera de vivir, y estarían dispuestos a cumplir su misión, que puede implicar
rechazo, dolor e inclusive la muerte, pero recibirían la gloria eterna. Ellos gozaron del privilegio
de aprender de ÉL personalmente.
Hoy lo seguimos espiritualmente al igual que los profetas, podemos seguirlo a través de tres
instrumentos registrados en la biblia en el capítulo 6 de la carta a los Efesios son: La oración, el
estudio diario de la biblia, y el apresto del evangelio de la Paz, éste último es buscar una persona
y hacerla un discípulo de Cristo. Estos instrumentos deben funcionar juntos, caso contrario
puede llevar al fanatismo, o al misticismo. Los discípulos necesitan orar mucho más de lo que
oran comúnmente, sin embargo muchas veces no se tiene ganas de orar, aún a pesar de ello se
debe orar, ejemplo nos dio Jesús que oraba a su padre temprano por la mañana y tarde por la
noche, esto le ayudó a vencer la tentación y realizar obras prodigiosas, el propósito de la oración
es mantener la comunión con Jesús, andar, y permanecer en ÉL. El verdadero discípulo debe
tener empatía, sentir el dolor, el sufrimiento de otros como si fuera propio, sufrir por las
necesidades y angustias ajenas, Jesús se identificó tanto con el pecador que murió, resucitó y
aún sigue intercediendo por nosotros. Los discípulos de la Iglesia primitiva eran hombres de
oración y la iglesia crecía tanto que los poderes del mal temblaban.