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V .Coleg¡o.í»
eracruz
Primera edición 2008
Derechos Reservados
ISBN 978-968-9525-07-3
Introducción ...........................................................................1
Introducción
■&:,
Pero el asunto de la relatividad deja de ser una cuestión de
diversión intelectual cuando pensamos en situaciones límite. El
filósofo e internacionalista canadiense Michael Ignatieff, en su viaje
por Afganistán, a finales de los noventa, presenció el dilema moral al
que las organizaciones internacionales se enfrentaban. La Cruz Roja
Internacional, por ejemplo, decide no interferir en las inhumanas
prácticas de los talibanes hacia las mujeres; la agencia internacional
tiene como finalidad humanizar la guerra, lo cual incluye dar
atención médica a los heridos y un trato digno a los prisioneros, más
no intervenir en cuestiones políticas. Ignatieff reflexiona al respecto:
41
Michael Ignatieff, El honor del guerrero. Guerra étnica y conciencia moderna, trad. Pepa
Linares, Madrid, Taurus, 1999 (Ia ed. en inglés, 1998), p. 141.
42
Cfr. Alasdair Maclntyre, Tras la Virtud, trad. Amelia Valcárcel Barcelona, Critica, 1987
(l"ed. en inglés, 1984)
86
Comparar para denostar-los
Toda sociedad tiene una actitud específica respecto a los otros. Los
chinos, para referirse a los extranjeros y a las cosas que les atañen, lo
hacen casi siempre con términos peyorativos. En un brillante ensayo
sobre el etnocidio, el antropólogo francés Pierre Clastres, se
preguntaba si Occidente tiene el monopolio de esta manía de medir
las diferencias con la vara de su propia cultura. Y afirma:
87
que puede, en cierta forma, ir más allá de sus certezas culturales. Lo
anterior conllevó a la afirmación de su identidad.
45
Rene Girard, La violencia y lo sagrado, trad. Joaquín Jordá, Barcelona, Anagrama, 1983 (Ia
ed. en francés, 1972), p. 88.
El historiador de las ideas Francois Chátelet, nota esta
peculiaridad en la Historia de Herodoto, quien, lo mismo al describir
las costumbres de los griegos que las de los otros pueblos, intenta
justificarlas y comprenderlas. Más aún, tanto en el carácter griego
como en el persa, encuentra, defectos y virtudes. Incluso, siglos más
tarde, Plutarco exaltó a los persas y se le acusó de filobarbarie.
Intentaba, mostrando las virtudes de los orientales, luchar "contra los
prejuicios griegos respecto a todo lo que no es heleno".46
46
Francois Chátelet, El nacimiento de la historia, trad. César Suárez, México, Siglo XXI, 1979
(Ia ed. en francés, 1961), p. 77.
89
Iván Illich, ha descrito la colonización de las instituciones
eclesiásticas sobre las comunidades vernáculas como un
imperialismo enmascarado: en el fondo, no se trata de ayudar sino de
convertir a nuestra propia civilización y esquema de poder, a los
extranjeros. Y todo ello bajo la premisa de que nosotros conocemos
mejor que ellos, sus necesidades. Se trataba entonces de usar la
comparación con la finalidad, no de comprender al otro ni de
comprendernos a nosotros mismos, sino, de controlarlo.47
47
Cfr. Iván Illich, "La colonización del sector informal", Trabajo fantasma, trad. Alfons
Garrigós, Barcelona, copia del manuscrito original, 1994 (Ia ed. en inglés, 1981).
48
El miedo al extranjero, ya sea justificado o bien inventado por la élite para mantener la
cohesión, es uno de los temas más importantes en los estudios de la filosofía política e
historia contemporánea. Por ejemplo, están los textos de Jean Delumeau, El miedo en
occidente, siglos XIVa XVIII. Una ciudad sitiada, trad. de Mauro Armiño, Taurus, Madrid,
2002 (Ia ed. en francés, 1978) y el de Remo Bodei, Geometría de las pasiones. Miedo,
esperanza y felicidad: filosofía y uso político, trad. Isidro Rosas, México, Fondo de Cultura
Económica, 1995 (Ia ed. en italiano, 1991).
90
otro planeta distinto al que habitan sus vecinos: los turcos, los rusos y
los polacos.
49
Marcel Detinne, La invención de ¡a mitología, trad. Aurelio Galmarini, Barcelona,
Península, 1985 (Ia ed. en francés, 1981), p. 97
91
radical. Los filósofos de la era clásica ya no valoran lo que valoraron
sus padres ni lo que reverenciaron sus abuelos. De tanto comparar el
hombre está confundido. Se discute todo, incluso qué es el bien y
qué es el mal. Las civilizaciones de la antigüedad entran en una
profunda crisis espiritual. La polis, la moral, las religiones, están en
decadencia. El cristianismo ofrece una nueva esperanza.
92
sus conquistadores. Durante la antigüedad tardía, los cristianos
consideraron que las creencias de los demás no constituían una
religión; los mitos fueron reducidos a falsas creencias y los rituales a
eventos culturales forjados por el hábito y no por la revelación.50
50
Cfr. Peter Brown, Authoriíy and the Sacred. Aspeéis ofChristicmisation qfthe Román
World, Nueva York, Cambridge University Press, 1995, p. 19.
51
Cfr. David Cayley, The Rivers North qfthe Future. The Testament of Ivan Illich as told to
David Cayley, Toronto, Anansi, 2005, pp. 32-36.
52
San Agustín, "Certeza de la verdad en la duda", F. Cañáis Vidal (edita), Textos de ¡os
grandes filósofos. Edad Media, trad. F. Cañáis, Barcelona, Herder, 1985, p. 18.
93
la actividad elemental era la conversión de los bárbaros, los paganos,
los infieles, los salvajes. La Iglesia tuvo entonces qué lidiar con
distintos pueblos en una enorme variedad de condiciones. Además, al
ser el cristianismo una religión que, en principio promueve el amor al
prójimo, la conversión por la fuerza no era lo más aconsejable. La
Iglesia se convirtió antes que en un gran ejército, en una agencia
diplomática y propagandística. Los príncipes cristianos ponen las
armas y la Iglesia los sacramentos y las escuelas. En el transcurso de
su labor los misioneros se convirtieron en los mayores conocedores de
los otros pueblos. Pero I estos portadores de la verdad no
construyeron una ciencia, sino tablas valorativas.
94
de todos los pueblos es reflejado en sus creencias religiosas, con
excepción de un caso: el pueblo elegido, pues en él, la providencia ha
conservado la verdad.
95
explicación ha de buscarse en las afecciones de la
humanidad: el temor, la admiración, el agradecimiento P
53
Carlos García Gual, La mitología. Interpretaciones del pensamiento mítico, Barcelona,
Montesinos, 1989, p. 88
54
Cfr. Peter Sloterdijk, Crítica de la Razón Cínica I, trad. Miguel Ángel Vega, Madrid,
Taurus, 1989 (Ia ed. en alemán, 1983), pp. 53-119.
96
En el siglo XVIII el cristianismo seguía siendo, en Europa, el
principal criterio para hablar del otro. Pero un criterio adicional se
sumó al esfuerzo de los misioneros por reconceptualizar al otro; este
nuevo criterio fue la construcción de la humanidad.
55
Wolfgang Sachs (edita), "Un mundo", Diccionario del desarrollo, trad. L. Hakansson, Perú,
Pratec, 1996 (ls ed. En inglés, 1992), pp. 379-380.
97
comparatistas barredores desean minar el cristianismo; no obstante,
estos últimos aún buscan un objetivo positivo: quieren construir una
nueva civilización, la moderna. Pero junto a las dos ramas de
comparatistas denostadores de los otros pueblos y del pasado, en la
modernidad también han florecido los comparatistas cuya vocación
es la auto humillación.
93
trato independiente [...]. El ejemplo de los salvajes, que han
sido hallados casi todos en este punto, parece confirmar que
el género humano estaba hecho para quedarse siempre en
él, que ese estado es la verdadera juventud del mundo, y
que todos los progresos ulteriores han sido, en apariencia,
otros tantos pasos hacia la perfección del individuo, y en
realidad, hacia la decrepitud de la especie.56
56
Jean Jacques Rousseau, "Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad
entre los hombres", en Obras selectas, Madrid, Edimat, 2000 (Ia ed. en francés, 1755), p.
317.
57
The Ecologist, El Nuevo Ecologismo. Manifiesto de los Ámbitos de Comunidad, trad.
Gustavo Esteva, México, Posada, 1995, p. 44.
99
agresivos. Así, las dos culturas no sólo no se acercaron
durante el último tercio del siglo XX sino que [...]
prevaleció una rivalidad inusitada entre ellas. Los
científicos se sintieron muy heridos por los intentos
posmodernos de relativizar su verdad, de presentarla como
una construcción social. Muchos de ellos han
experimentado su actual popularidad como un acto de
justicia cósmica y denuestan y ridiculizan a los
intelectuales humanistas que tienen una visión del mundo
tan pesimista que hasta critican la ciencia, donde palpita la
vida del progreso.58
100
que otras, algunas tienen métodos más eficientes de conocimiento y
manipulación de la realidad que otras.
60
Cfr. David Landes, La pobreza y la riqueza de la naciones, trad. Mirta Jajam de
Waitzman Javier Vergara Editor, México, 1998 (Ia ed. en inglés, 1998).
61
Cfr. Victor Hanson, Why the West Has Won: Carnage and Culture from Salamis to
Vietnam, Londres, Faber, 2001.
101
no ideológico, él mismo revelado por el
análisis comparativo y sólo por él.62
62
Louis Dumont, Homo aequalis. Génesis y apogeo de la ideología económica, trad. Juan
Aranzadi, Madrid, Taurus, 1982 (Ia ed. en francés, 1977) p. 29.
63
Cfr. Ninian Smar, "Comparative-Historical Method", Encyclopedia of Religión, Vol. 3,
University of Chicago Press, 1987, p. 571
102
conforman con estudiar la realidad a través de patrones o tipologías
atemporales. Dichas disciplinas estudian los patrones de la
experiencia democrática, pero no estudian cómo fue que esos
patrones surgieron históricamente o en qué forma afectan o son
afectados por el contexto cultural.
Pero las ventajas que este método ofrece son muy valiosas.
Nos estimula a revisar nuestras certezas y a generar una mayor
conciencia de nosotros mismos.
103
Por otra parte, aunque haya temas recurrentes en dos o más
tradiciones, no necesariamente tienen el mismo significado. El
sentido del liberalismo varía de acuerdo a la trayectoria específica
del país o la región. El hecho de que el método comparativo sea
también histórico, pone de relieve no sólo la existencia de
similitudes generales sino también la de las particularidades de cada
contexto. ¿Por qué surgieron teocracias centralizadas lo mismo en
las civilizaciones del cercano oriente que en mesoamérica? ¿Cuáles
son sus similitudes y sus diferencias?
104
Conclusión
105
crece al 100% cada 10 años; Goldmansachs, ha
profetizado que la economía China será la más grande del
mundo en el 2040.64
/&</., p. 317.
Ibid., p. 319.
106
Diamond, en Colapso, plantea el problema de aquellas civilizaciones
que, al devastar su entorno, se hicieron inviables. Sus comparaciones
son pertinentes y nos permiten comenzar a comprender que, el talón
de Aquiles de la modernidad, es la predominancia del criterio
pecuniario. Al fin y al cabo, el poder del dinero no es más que una
convención. ¿No podemos aprender de los hinduistas tradicionales
que el agua, debe ser algo distinto a una mercancía? ¿No es
conveniente comprender que existen muchas formas de satisfacer las
necesidades humanas y no todas ellas implican la mano del mercado?
¿No debemos aprender que la concentración del poder contribuye a
una toma de decisiones distantes, inadecuadas para los contextos
locales?
107
Bibliografía
IOS
> David Cayley, The Rivers North ofthe Future. The Testament of
Ivan lllich as told to David Cayley, Toronto, Anansi, 2005.
> San Agustín, "Certeza de la verdad en la duda", F. Cañáis Vidal
(edita), Textos de los grandes filósofos. Edad Media, trad. F.
Cañáis, Barcelona, Herder, 1985.
> Carlos García Gual, La mitología. Interpretaciones del
pensamiento mítico, Barcelona, Montesinos, 1989.
> Peter Sloterdijk, Crítica de la Razón Cínica I, trad. Miguel Ángel
Vega, Madrid, Taurus, 1989 (Ia ed. en alemán, 1983).
> Wolfgang Sachs (edita), "Un mundo", Diccionario del desarrollo,
trad. L. Hakansson, Perú, Pratec, 1996 (Ia ed. En inglés, 1992).
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fundamentos de la desigualdad entre los hombres", en Obras
selectas, Madrid, Edimat, 2000 (Ia ed. en francés, 1755).
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tiempo redimido), Morelos, México, núm. 49, enero-febrero de
2005.
> Ernst Gellner, Postmodernism, Reason and Religión, Nueva York,
Routledge, 1992.
> David Landes, La pobreza y la riqueza de la naciones, trad. Mirta
Jajam de Waitzman Javier Vergara Editor, MéxTco, 1998 (Ia ed. en
inglés, 1998).
> Víctor Hanson, Why the West Has Won: Carnage and Culture from
Salamis to Vietnam, Londres, Faber, 2001.
> Louis Dumont, Homo aequalis. Génesis y apogeo de la ideología
económica, trad. Juan Aranzadi, Madrid, Taurus, 1982 (Ia ed. en
francés, 1977).
> Ninian Smar, "Comparative-Historical Method", Encyclopedia of
Religión, Vol. 3, University of Chicago Press, 1987.
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