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oe cua Kiera DE IFICACION Prof. EUCLIDES GUZMAN ~~ ENSENA A CONSTRUIR ||. VIVIENDAS Y EDIFICIOS —.1_ A NIVEL ARTESANAL Be ae DE Nai Nae OTST CHIL ESTE CURSO es el resultado de una larga ex- periencia en la ensefianza técnica de adultos, tanto en la sala de clases como en la faena misma. Talvez convenga mencionar que el autor reorganiz6 y condujo en su juventud, durante mas de diez aios —antes de la docencia universitaria— la Escuela ‘Nocturna para Obreros de la Construccién (ENOC), que mantenia entonces y vuelve a hacer funcionar ahora el Centro de Estudiantes de la Facultad de Ar- quitectura y Urbanismo, de la Universidad de Chile. Al encuentro diario de esa época entre estudian- tes de arquitectura y obreros de la construccién— donde, dicho sea de paso, ambos grupos resultan igualmente favorecidos—, sigue en aos posterio- res un constante intercambio de experiencias con artesanos especializados, en las faenas mismas, que dejan siempre un saldo de particular interés Es asi como las lecciones que siguen, preparadas especialmente pensando en las personas que traba Jan 0 desean trabajar en la construccién de edificios, recogen este variado ejercicio y tratan por sobre to do de ser claras, faciles de comprender, ¢ ir avanzan do paso a paso por las diversas facetas del proceso constructivo. EL CURSO se inicia con un capitulo dedicado a dar nociones basicas sobre las estructuras resistentes de los edificios en general. Luego se ve en detalle 1a construccién de una vivienda de made- +a, luego una de albafileria (de ladrillos, de piedra, de bloques de cemento) y una de adobes. La forma de comenzar el curso representa una innovacién. Lo frecuente es que se empiece de in mediato a describir los trabajos de una faena, en el mismo orden en que se realizan, como excavaciones, cimientos, etc. Es probable que muchos lectores lo Prefieran también asi, por una natural impaciencia por saber pronto cémo se ejecutan las diversas 1a- bores. Pero ese orden no es bueno, porque antes de explicar un punto determinado del proceso cons- tructivo, es indispensable tener una idea clara del conjunto que conforma una casa o un edificio. Me- Jor que eso, comenzar por conocer el esqueleto que sostiene en pie esa construccién, cémo son sus partes, cémo resisten las cargas que deben sostener, como trabaja una viga, un arco, un tijeral. Con esta prepa- racidn previa, que abarcan las primeras 70 paginas, se comprenden mucho mejor y mas cabalmente las lecciones que siguen, a la vez que se puede avanzar ha tratado de todas maneras de de estas materias, con numero 805 ejemplos practicos, de utilidad inmediata. LO DESCRITO forma la primera parte o el Primer Tomo del curso que, como se ve, da una vision general basica de los problemas de edifica cidn. ‘A partir del Segundo Tomo se comienza lo que podria Mamarse construccién general de cualquier tipo de edificios. Se estudia en primer lugar una instalacién de faenas y luego, los diversos tipos de cimientos, etc., hasta completar 1a etapa que se co: noce como obra gruesa de un edificio. Por iiltimo, el Tercer Tomo se dedica a trabajos menores 0 terminaciones. Se completa el curso con Ja revision de un modelo de especificaciones técni- cas de una obra, que es una buena aplicacién y orde namiento de los conocimientos adquiridos. Un buen complemento de estas lecciones es el Manual para Jefes de Obra, que se publica en la cu- bierta posterior de los fasciculos (el curso se edité en esta forma parcializada), que conforma un libro de consulta muy itil, en formato mas reducido. VALE la pena decir algo mas sobre la clari- dad y sencillez con que se ha tratado en todo momento de preparar este curso. Debemos conte- sar que tuvimos cierta reticencia al iniciarlo, debido ‘ala poca seriedad que suele aquejar a este tipo de pu- blicaciones. No pocas veces nos hemos preguntado en efecto por qué los textos de divulgacién técnica son tan def cientes. AI hojearlos dan a menudo una buena impresion.. Ilustraciones atractivas invitan a leer. Pero pronto constatamos que no siempre el texto escrito corres ponde a los dibujos y verificamos algo todavia mas sorprendente: No son claros, no son faciles de com- prender. Es asi como, ademas de echarse de menos tun cierto orden sistemético y algo de buen sentido pedagdgico, se tropieza a menudo con la peor barrera para extender el conocimiento: precisamente la fal- ta de claridad y de sencillez. {Por qué ocurre este extraiio fenémeno? Algunos casos pueden deberse a simples improvisaciones, sin mayor seriedad. O a falta de rigor critico para seleccionar en el desmesurado caudal de informa cidn técnica, Pero nos interesan mas los otros casos. {Por qué resultan dificiles de comprender libros ‘que parecen preparados con indudable interés? ‘Al examinar con cuidado algunos textos en que se constata esta ocurrencia, hemos creido hallar una respuesta. En ellos se ha tomado una parte de una explicacion ténica, redactada en su origen para otro nivel de conocimientos, dirigida a personas que poseen una determinada preparacion previa en esa materia, y se ha trasladado esa parte simplemente este otro texto, que desde luego precisa de un len- ‘auaje diferente. Si se considera que esa explicacién técnica, que fen un comienzo respondié sin duda a un raciocinio riguroso, ha sufrido ya muchos transvases y podas, de un escrito a otro, tenemos que a la postre va que- CURSO DE EDIFICACION dando reducida a un remedo irreconocible, 0 a un par de t6picos 0 lugares comunes sin mucho sentido. Es que el conocimiento no se simplifica parciali zandolo, recortando algunas partes y armando con ellas explicaciones mas reducidas. El resultado viene a parecerse al recado de un mensajero, repetido en un idioma para él descono cido. Se diria, en resumen, que todo el asunto se debe a la falta de una adecuada traslacion desde un len guaje de un nivel determinado, hacia otro lenguaje comprensible para una persona que desea comen. zar a familiarizarse con estas materias. Resulta facil decirlo asi, pero eso aparentemen: te tan simple, requiere de un largo proceso. No bas ta asimilar paso a paso el conocimiento necesario, ino que es preciso haberlo macerado a través de aiios, enriquecido con minimas pero numerosas adiciones, hasta llegar a hacerlo nuestro. Sélo cuando se entiende algo bien, es posible expresarlo con claridad y sencillez ABREVIATURAS cap. Capitulo 1 litro . véase cem —_ cemento pag pagina 7 véase Vocabulario cm ——_centimetro parr parrafo em? centimetro cuadrado ton tonelada cm? centimetro cibico voc * vocabulario herr herramientas . grado Los pitrrafos se citan indican: kilégramo por centime: grado tro cuadrado % por cient m metro , pie mm milimetro ” pulgada SS grado Celcius 0 centi- do el Capitulo y el mimero (ejem- plo: parr. I. 23). Cuando se indi- ca sélo el niimero, es porque son del_mismo capitulo en que apa- rece lacita. 0 INDICE CORRELATIVO Capitulo 1 NOCIONES SOBRE ESTRUCTURAS fcc cee iSptha score naa Limes seep aeeewae eee ‘Laconia O Lene Ctahee Dasnmiews D.tipmie Eanes cute Tato domes, Baxi | Om ease deermacin Tesora dee erhomyes eniat Srnera met isin tinge dering the nae i eenaeae Bastin de vatojde ena | osm eaneces Fe eos - unpbloma sobre reste de murs Aine curator emee Trantormemes tp ingle Cee ee taae crete eon BD potion evar anal heaters Dive nen dora Var cts dese in cate Un pont clgame Forman que ayn reo Latovtay Inca (Coase asap Cte mayor er 1 ‘Dos formas parecidas Oven tee eres via armas Forman qese use wna carta : Nuevos recursos estructurales Estructuras estercométricas Estructuras laminares Membranas Tipos principales de estructuras El arco y la boveda Lamadera y el acero EL hormigén armado Capitulo tt LA VIVIENDA DE MADERA a quincha —Viviendas de troncos 6 0 0 20 2 2B 2% » 32 M 35 38 40 41 41 2 2 4“ 45 46 4 48 0 31 32 33 3 56 36 50 37 9 39 6 3 oa 6 6s 6s 65 oa or 9 10 1 Puede consultarse al final de este Tomo, on Ia agi 226, un completo INDICE AL FABETICO, con cerea de 100) referencias las diversas materias. (Casa de entramado ‘Cuailes son las viviendas de madera EI material: La madera Maderas para estructuras Coigiie: roble; tines: ulmo; pino araucaria: ‘pio insigne DDimensiones en que seofrecen estas maderas Precio relativo de venta Preparacién dela madera | Madera labrada Madera aserrada o escuadrada Madera acepillada Madera elaborada 5. Madera tratada Partes de un madero [Nombres de piezas de madera Dimensiones de las maderas La madera y la humedad Resistencia de las maderas Deformaciones dela madera Defectos de 1a madera ientos de la vivienda de madera Cimientos corridos “Radier” o plataforma general Zanja Moldaje y hormigén ‘Anclajes para tabiques Vivienda sobre poyos aislados Entremados verticales Panes de un tabique Propiedades de un tabique Los pies derechos 0 montantes Posicion de las riostras 0 diagonales Uniones en el tabique tradicional Unién pie derecho -solera Unidn pie derecho - carrera Unién soleras y pie derecho esquinero Unién carreras y pie derecho esquinero Union diagonal -solera ‘Union diagonal - pie derecho CCruce diagonal - pie derecho Unidn dintel - pie derecho Dintel armado Proceso constructive Varias casas iguales Enlaces metilicos (Otros tipos de unin ‘Tabiques con relleno de adobes ‘Tabique con relleno de adobillos ‘Caras formadas por lstones y barro ‘Tabiques con rllenos moldeados Relleno de tierra apisonada Relleno de hormigén pobre Inconveniencia del relleno de ladrillos “Tabiques con reves 102 103 Jos 104 105 106 106 CURSO DE EDIFIC Revestimientos de madera Tablas tingladas Otros entablados Rellenos sislantes Entramados horizontales Distancias y escuadrias Endurmientados Ventanillas de ventilacion Envigados de piso Cadenetas Ensordinado Escotillas para escaleras Envigado de cielo Estrueturas de dos pisos ‘Tabique armado Sistema americano o “Balloon Frame” Sistema tablon y vga Enmaderacion de techumbre Pendienteo cimica Estructura dela techumbre Separacin y dimensiones de los maderos Cumbrera ‘Costaneras Correas Tomapuntas Techumbre a cuatro aguas Limas texas Techumbre con lima hoya Techo con buhardilla ‘Sistemas indusrilizados Panels prefabricados Procedimiento de fabricaciin CClavado automitico (Otras formas atuales dela madera Capitulo 1 LA VIVIENDA DE ALBANILERIA Albadileria de tadrilo Sistemas anterioes al hormigon armado Influencia del hormign armado { Tipos de albafilrias 1. Albailria simple 2. Albaiileria armada 3. Albafileriarelorzada I material: Ladsilo de arcilacocida Lado hecho a mano Coceién Ladrillos hechos a maquina Fabricacion mecanizada Resistencia de ls ladrillos de aril Recepeion en obra CCimienos de a vivienda de albaileria ‘Trazado nel terreno Excavaciones CCimientos de hormiga Preparacién a pala del hormigin Lenado de las zanjas ‘Armadura de ls pilares, Sobrecimiento Niveles Vaciado del hormigén Los muros de ladsillos Aparejo Medias de os ladrilos Muros resistentes divsorios El tendely el descantillon Ei monero y la mezcla 107 107 133 133 134 1B7 37 138 138 13 138 ~ Be Bo Bo 140 M40 — vai 43 146 146 Mar 150 Ist re 1s 133 153 1s iss 136, 137 160 Grado de humedad de los Iadrillos Ejecucion del muro Vanos de las puertas Miras Formacion de as hiladas Junta verticales 0 llagas Endientado anos de ventanas y entrevanos Andamios y caballetes Vertcalidad de jambas y esquinas Panderetas de ladrillo Altura de dinteles El paso de a humedad en las albaiilerias ‘Otras fuentes de humedad Refuerzos de hormiga armado Pilares Cadenas jecuciin de os plares y cadenas Moldajes ‘Amarras de alambre Moldaje dela cadena Armaduras de acero Hormigonado Curado (tro tipo de refuerzos Envigados de madera Enmaderacion de techumbre Tijerales de tablas clavadas Distancia y arviostramiento entre tjerales Aaclajes Clos de las habitaciones Albafileria de bloques de cemento EI material: Bloque hueco de cemento Ejecucion de los muros Cadena Refuerzos metilicos Aloafileria de piedra I material: La piedra ‘Tipos de albaileria de piedra 1. Mamposteria 2 Silleria Ejecuciin del muro de piedra Arcos de piedra Revestimientos de piedra Bjecucion Emboquillado o rejuntado Capitulo 1V LA VIVIENDA DE ADOBE El material: adobe Confeccién de los adobes Propiedades principales ‘Cimientos de la casa de adobes ‘Tamaio y disposicién de los muros Ejecucion de los muros Refuerzos esquineros Tacos de madera en los vanos Dinteles Solera superior Tabiques divisorios Techumbre de la vivienda de adobe “Terminacién interior de los muros de adobes Regulacion del {rio y del calor en las casas antiguas Viviendas rurales Reparaciones de sobrecimientos La tiera apisonada El tapial El suelo cemento CURSO ELEMENTAL DE EDIFICACION << Prof. EUCLIDES GUZMAN TOMO PRIMERO FACULTAD DE ARQUITECTURA Y URBANISMO UNIVERSIDAD DE CHILE Publicacion de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo dela UNIVERSIDAD DE CHILE © Eueclides Guzman Alvarez Inscripcién Ne 49.670, de 1979. Impreso en EDITORIAL UNIVERSITARIA, 1980. Impreso en Chile/Printed in Chile El autor es Master of Architecture de la Universidad de Pensylvania. Durante casi 12 afios (1954-6: dirigid la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Chile. Fue Director-fundador de la Escucla de A quitectura de Valparaiso, de 1a misma universidad, que condujo durante nueve afos (1957-65). Organiz y dirige, durante mas de cuatro afios (1965-69), la sede Talca de la Universidad de Chile. Cuando estudi: ba arquitectura, en su calidad de Presidente del Centro de Estudiantes, reotganiza (1938) y dirige por mé de diez aos la Escuela Nocturna para Obreros de la Construccién (ENOC), que habia funcionado ante en diversos periodos. Ya en esa fecha se preparan algunos cursos escritos, que sirven como textos de estt dio, hasta llegar al curso actual, que resume las experiencias anteriores. antecedentes © Este curso es el resultado de una latga experiencia en la enseftanza técnica de adultos, tanto fen la sala de clases como en la faena misma. Talver convenga mencionar que el autor teorganizé y condujo en su juventud, durante més de diez aos —antes de la docencia ‘universitaria— la “Escuela Nocturna para Obreros de la Consteuccién"” (ENOC), que mantenia tentonces y vuelve a hacer funcionat ahora el Centro de Estudiantes de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, de la Universidad de Chile ‘AL encuentro diario de esa Epoca entre estudiantes de arquitectura y obreros de lx construccidn —donde, dicho sea de paso, ambos geupos resultan igualmente favorecidos—, sigue fen afios posteriores un constante intercambio de experiencias con artesanos especializados, ‘en las faenas mismas, que dejan siempre un saldo de particular interés. Es asi como las lecciones que siguen, preparadas especialmente pensando en las personas ‘que trabajan o desean trabajar en la construccign de edificios,recogen este variadd ejerccio y tratan por sobre todo de ser clatas, faciles de comprender, e ir avanzando paso a paso por las diversas facetas del proceso consteuctivo. partes del curso © Como se aprecia en el Plan del Curso —que aparece al lado inquierdo de esta hoja— comenzara con una parte (PRIMER TOMO) que podria llamarse bisica. Ademis de incluir en clla nociones generales de las estructuras resistences de los edificios, se veri en detalle la conserucciéa de uaa vivienda de madera, luego una de albasileria y después una de adobes Esta manera de comenzat el curso eepresenta una innovacién. Lo frecuente es que se empiece de inmediato a describie los trabajos de una faena, en el mismo orden en que se realizan, como ‘excavaciones, cimientos, etc. Es probable que muchos lectores lo prefieran también asi, por una natural impaciencia por saber pronto cémo se.cjecutan las diversas labores. Pero ese orden no es bueno, porque antes de explicar un punto determinado del proceso constructivo, indispensable tener una idea clara del conjunto que conforma una casa 0 un edificio. Mejor que ‘es0, comenzat por conocer el esqueleto que sostiene en pie esa construcciéa, cémo son sus partes, ‘como resisten las cargas que deben sostener, cémo trabaja una viga, un arco, un tijeral. Con ex preparacidn previa, que abatcard los tres primeros fasciculos, se comprenderin mucho mejor y mas ‘cabalmente las lecciones que siguen, 2 la ver que se puede avanzar con mas rapider. Se ha tratado de todas maneras de aliviat la explicacién de estas materias, con numerosos ejemplos pricticos, de utilidad inmediaca En el fasciculo 4 se enteari'de leno a conocer los detalles de la vivienda de madera, para contiauat con las otras ya mencionadas. ‘A partic del SEGUNDO TOMO se comienza lo que podria Ilamarse construcciOn general de cualquier tipo de edificios. Se estudia en primer lugar una instalaci6n de faenas y lego, los diversos tipos de cimientos, etc., hasta completat la etapa que se conoce como vbra gruess de wn edificio Por iltimo, ei TERCER TOMO se dedica a tcabajos menores o fermineciones. Se completa el ‘curso con la revisién de un modelo de especificaciones téenices de una obra, que es una buen aplicacién y ordenamiento de los conocimientos adquitidos. (© Mencia aparte merece el MANUAL PARA JEFES DE OBRA, que se publica en Ia cubierta posterior de cada fasciculo, y que conformara un utlisimo libro de consulta, en formato mas reducido. Contendré un cesumen de las informaciones mas importantes que debe tener siempre a mano el encargado de una faena ‘Asimismo, en el interiot de la primera cubierta (donde aparece ahora el Plan del Curso) se comenzara a publicat a partir del préximo ndmero, un repaso de conocimientos bisicos de ‘Aritmética, con esolucién de problemas aplicados a la edificaciéa. Mis adelante, se revisarin imaterias de Geometria necesatias para tcatatciertas figuras en el teeno, en trabajos de carpinceria, cn el cilculo de superficies de techumbres, etc. Por dltimo, se dari un resumen de los aspectos mis iiles de la Interpretacion de Planos, con proyecciones, escalas, etc. “Todas las lecciones avanzarin asi gradualmente, apoyadas por los repasos de materia afines mencionadas y por medio de vocabularos técnicos, que se intercalan a lo largo de las paginas del control de aprendizaje ‘@ Impéngase en la pensiltima pagina de este atimero, de la posibilidad de estudiar este curso en su casa_y obtener al final un certificado otorgado por la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, de esta Universidad. © Un aspecto muy particular, pero de importancia para los lectores, es el precio de estos fas ciculos. El no puede comparatse con el precio de oteas publicaciones parecidas, que nos llegan del exterior, puesto que ellas cesponden a tiradas inmensamente mayores que el de un curso como Este. Es sabido que el costo de impresién cambia de manera decisiva con la cantidad de ejemplares ‘que se preparan. Publicaciones de tiradas moderadas es frecuente se financien con avisos. En el presente caso —que responde a una labor de extensin de un organismo universtario— el precio de cada fasciculo es estrictamente el de costo, mis los gastos de dist © No queremos terminar estas observacidnes sin agregar algo mas sobre la claridad y senciller con que hemos tratado de preparar este curso, Debemos confesar que tuvimos cierts teticencia al iniciatlo, debido a la poca seriedad que suele aquejar a este tipo de publicaciones. 'No pocas veces nos hemos preguntado en efecto pot qué los textos de divulgacién técnica son tan deficientes. ‘Al hojeatlos dan a menudo una buena impresiGn. Uustraciones atractivas invitan a leer. Pero pronto constatamos que no siempre el texto corresponde a los dibujos y vetificamos age todavia ‘mas sorprendente: No son claros, no son ficiles de comprender. Es asi como, ademas de echarse de ‘menos un cierto orden sistematico y algo de buen sentido pedagégico, se topieza a menudo con la peor batrera para extender el conocimiento: precisamente la falta de claridad y de senciller {Por qué ocurte este extrafio fendmeno? Algunos casos pueden deberse a simples improvisaciones, sin mayor seriedad. O a falta de rigor critico para seleccionar en el desmesurado. ‘caudal de informacién técnica. Pero nos inceresan mas los otros casos. Por qué resultan difkciles de ‘comprender libros que parecen preparados con indudable interés? ‘Al examinar con cuidado algunos textos en que se constara esta ocurrencia, hemos creido hallar una respuesta. En ellos se ha tomado uaa parte de uaa explicacion técnica, recaciada en su origen para otto nivel de conocimientos, dirigida 2 personas que poscen una determinada preparatiéa previa en esa materia, y se ha trasladado esa parte simplemente a este otro texto, que desde luego precisa de un lenguaje difereare ‘Si se considers que esa explicaci6n técnica, que en un comienzo respondié sin duda 2 un raciocinio riguroso, ha sufrido ya muchos transvases y podas, de un escrito s otro, tenemos {que a la postte va quedando reducida 2 wa remedo irreconocible, 0 a un par de t6picos o lugares communes sin mucho sentido, 'Es que el conocimiento no se simplifica patcialixindolo, recortando algunas partes y armando con ellas explicaciones mis reducidas. El resultado viene 4 patecerse al recado de un mensajero, repetido en un idioma para él desconocido. ‘Se diria, en resumen, que todo el asunto se debe 2 Ia falta de una adecuads translaciéa desde in lenguaje técnico de vn nivel determinado, hacia otto lenguaje comprensible para una persona {que desea comenzar a familiacizarse con estas materias. Resulta facil decitlo asi, pero exo aparentemente tan simple, requiere de un largo proceso. No basta asimilar paso a paso el conocimiento necesario, sino que es preciso haberlo macerado a través de afos, énriquecide con minimas pero numerosas adiciones, hasta llegar a hacerlo auestro, Sélo ‘cuando se entiende algo bien, ex posible expresatlo con claridad y senciller. Capitulo | NOCIONES SOBRE ESTRUCTURAS iQUE ES UNA ESTRUCTURA RESISTENTE? 1. Todos los objetos 0 cosas fabricados por el hombre —ya se trate de una silla, de una estatua o de una casa— deben tener una armazén esqueleto, que sea capaz al menos de sostener su propio peso y de mantener su forma. Si miramos a nuestro alrededor pode mos observar que todos los seres vivos. tanto animales como vegetales, poseen una estructura que les sostiene en pie. En los animales, ella esta claramente di. ferenciada y constituye una armazon de material mas resistente —los huesos. que llamamos esqueleto (Figura 1.A). En este caso es particularmente comple ja y perfecta, porque ademas de sostener el peso del cuerpo, tiene que permitir el movimiento de cada una de sus partes. lo que logra con formas muy apropiadas y con la maxima economia de material. La mayoria de las veces el esqueleto va en el interior del cuerpo, pero no faltan casos en que se ubica en el exterior, adquiriendo la forma de caparazones duras. como en la tortuga, en crustaceos como los can- grejos 0 nuestra conocida y en muchos insectos. 2. Los Arboles y plantas poseen asi mismo una estruetura, constituida por su parte lefiosa o dura, también muy bien dispuesta para resistir su peso, de acuer do a las condiciones del medio. ambiente en que se desarrollan (Figura 1.B). Por ejemplo, un arbol que es azotado por el viento de manera constante, inclina su tronco. y adquiere éste ‘una ‘seecion®’ ovalada en vez de circular, para resistirlo mejor. Por otra parte, una planta acua tica, que tiene una estructura apropiada FIGURA 1. Los seres vivos tienen una estructura resistente, con formas muy apropiadas y con una maxima economia de material. En los animales ella esta constituida por el esqueleto (letra A), y en los arboles, por su parte lefiosa o dura (letra B). — 10 FIGURA 2. Todos los objetos 0 cosas fabricados por el hombre también deben tener una estructura que los sostenga en pie. A veces puede verse ella con mucha claridad, como en esta torre metalica, la escalera de ay lassilla de la figura. para sostener su forma sumergida en agua, no es a veces capaz de mantenerla si la sacamos de este elemento. Para sub- sistir fuera del agua tendria, entre otros cambios, que modificar su estructura, haciéndola mas resistente que antes. 3. Observemos ahora lo que _ suele ocurrir con la estructura de una casa, que es el tema que nos interesara de pre- ferencia en este curso. Si un carpintero se aboca a la tarea de construir una jaula para conejos, por ejemplo, comienza por armar un esque leto de madera, uniendo piezas vertica- les*' a otras horizontales*', con algunos refuerzos inclinados, que aseguren cierta firmeza al conjunto (Figura 3.A). Es decir, comienza por construir una estruc- tura. Luego pensara en el piso de la jaula; en cerrar sus costados laterales, algunos con tablas, que reparen el viento, y otros con re ja; pensara en la cubierta superior, en una puerta, etc. (Figura 3.B). construye un estante para libros, también comenzara sin duda por una armazén*! que asegure su estabilidad. 4. Lo curioso es que este mismo car pintero, enfrentado al problema de construir su propia vivienda, olvida a menudo estos elementales y sanos prin cipios, olvida de comenzar a preocuparse de su estructura, y utiliza en cambio el Cap. I. NOCIONES SOBRE ESTRUCTURAS sistema de apilar un material sobre otro, usando el mismo _procedimiento que emplea el nifio para armar construc ciones con trocitos de madera (Figura 4), No. siempre se procede asi por econo mia, sino mas bien por una pérdida de escala®', es decir, por una cierta dili cultad para concebir la casa como un todo, imaginarla de la misma manera que la jaula para conejos, solo que de un tamafio mayor. 5. EI defecto. principal de la cons truccién que arma el nifio, superponiendo un trozo de madera sobre otro, desde el punto de vista técnico, es que solo consi dera lo que lamamos esfuerzos vertica FIGURA 3. Cuando un carpintero enfrenta la tarea de construir una jaula para conejos, co mienza por armar un esqueleto resistente con listones de madera (letra A). Después agrega el piso, las paredes —con tablas 0 con mallas de alambre—. el techo, etc. (B). Sin embargo. al construir su propia vivienda, olvida a veces estos anos principios. n FIGURA 4. “Construccion™ nifio. colocando un trozo de madera sobre otro. sin tener en cuenta la idea de estructura. Cualquier movimiento de la base que la sustenta, la hara caer con toda facilidad. armada por un les. originados por el peso propio de cada trozo de madera empleado. En electo, cada cuerpo solido que él usa, es atraido hacia el suelo por la fuerza de gravedad de la Tierra, en una magnitud: representada en cada caso por lo que lamamos su peso. Todas estas fuerzas, partiendo del centro de gravedad* de cada cuerpo, siguen la direccién vertical, © sea, la del hilo a plomo, y mientras puedan transmitirse 0 trasladarse hasta el suelo, pasando verticalmente de un cuerpo al otro que esta debajo, hasta llegar al terre- no, no aparece problema alguno, y el coh- junto puede mantenerse en pie. Pero existen en la practica otros esfuerzos, aparte de los verticales, que pueden tener una direccién cualquiera horizontal o inclinada— como los originados por ciertas formas _cons- tructivas o también por el viento, que en algunas zonas geograficas es par. ticularmente temible, o por los movi mientos sismicos, tan frecuentes en nuestro pais. 6. Se pueden ilustrar estos otros es- fuerzos, si suponemos la “construccién” n de la Figura 4 armada sobre una mesa y luego damos a la mesa un movimiento os cilatorio en cualquiera direccion. Casi de inmediato se producira su derrumbe. Debe preocuparnos el hecho de que muchas construcciones_modestas. con cebidas asi, no podrian resistir el mas pequefio esfuerzo de este tipo. Cuando estan construidas con materiales pesados, como adobes*’, ladrillos*’, tejas*’ —lo que por suerte no es lo frecuente— consti- tuyen a veces verdaderas trampas que en ¥OCABU Figuran en estos vocabularios aquellas palabras téenicas que, por alguna razin, aparecen en el texto de este curso antes de que su significado haya sido explicado. Ocu Fre que al exponer algunas materias gene rales —particularmente las del comienzo y en especial, cuando se dan ejemplos prac ticos, es inevitable el empleo de términos técnicos o de nombres de partes de una construccién que no se han visto ain y que seran estudiados en detalle mas ade- lante. Para obtener una mejor compren sién de las lecciones, sin complicar mas su exposicion, se ha recurrido a este sistema, que consiste en adelantar el significado de algunas palabras, presentadas en gu: pos numerados a lo largo de las paginas, 2 medida que ellas van apareciendo. Cada vez que se utiliza en el texto una palabra nueva que esta definida en algun grupo de este vocabulario, se sefiala con tun asterisco (*) seguido de un nimero pe. quefio, que corresponde al niimero del ‘grupo donde ella aparece. También se han incluido palabras téc nicas de otras especialidades, que suelen utilizarse en edificacion. A medida que se avance en las materias del curso, debera ir sin duda disminuyendo 1a necesidad de adelantar estas explicaciones auxiliares. HORIZONTAL. Se dice de la linea 0 del plano que tiene la misma direccion de la superficie de las aguas tranqui las. VERTICAL. Linea 0 plano que tiene la direccién del hilo a plomo. CURSO DE EDIFICACION cualquier momento podrian caer sobre sus moradores. Si ello no ocurre con mas fre cuencia, se debe a que las variadas partes que constituyen una casa, aparte de su es tructura, quedan en alguna manera traba das unas con otras, y aunque nadie lo haya previsto asi, sirven en cierto modo como amarras entre ellas. 7. Podemos ya responder la pre gunta inicial. Se lama estructura re- sistente, o simplemente estructura, de LARIO 1 OBLICUO. Linea 0 plano inclinados, 0 cen direccion diferente a lay anteriores, SECCION 0 CORTE. Figura plana que resulta. al cortar un cuerpo, para co. nocer mejor su forma, Se llama SEC CION LONGITUDINAL, cuando el corte se realiza a lo largo del cuerpo, y SECCION TRANSVERSAL, cuando se efectia a trave's de él (véase Figura 8). ARMAZON. Conjunto de maderos o pie zas metilicas unidas convenientemente para algin fin, como una techum bre, una estructura determinada, un esqueleto —resistente. También se dice ARMADURA, aunque esta ultima palabra se emplea mas para designar el conjunto de barras de acero del hormigén armado, ESCALA. Relacion entre el tamaio de las partes de un edificio y el tama fio con que se representan en los técnicos. Por ejemplo, escala 1:10 significa que una distancia cual- quiera de! dibujo corresponde a una dis- tancia 100 veces mayor en el terreno. Cap 1. NOCIONES SOBRE ESTRUCTURAS FIGURA 5. Estructura de madera de una casa. Puede apreciarse un conjunto de elementos verti- ales, horizontales € inclinados, dispuestos y unidos de manera de dar solidez a la obra. Sus detalles constructivos seran estudiados luego, en el. capitulo siguiente de este curso, dedicado a viviendas de madera, una casa, de una torre o de una silla, al conjunto de elementos resistentes. uni dos entre si y dispuestos de manera orde nada. que aseguren su estabilidad (Fi guras 2 y 5). Se habla también de su esqueleto resistente, usando también la misma palabra que, como vimos, denomi na a la estructura resistente de los animales. 8. En algunos edificios 1a estructura esta mucho mis claramente visible que en* otros, porque esta constituida por una armaz6n*! 0 conjunto muy dife renciado de pilares*”, vigas*, losas*’, ya sea de hormigén armado*’, de acero © de madera: pero no siempre es nece sario que sea asi. En otros casos, los propios muros y los techos pueden estar dispuestos como elementos estructura les suficientes. A medida que vayamos adquiriendo en este curso conocimien- tos téenicos, nos sera mas facil damos cuenta si son adecuadas 0 no determinadas soluciones constructivas. Por aho.a, basta que no perdamos de vist: sa 0: -esidad general de que lo que vayarus a construir posea un conjunto » armaz6n resistente que lo sostenga, con c.crta seguridad. LAS PARTES DE UN EDIFICIO TRABAJAN 9. Los muros*”, los pilares, las vigas de um editicio, se dice que trabajan, como las personas. Y también como las per sonas, pueden desempeiiar diferentes clases de trabajo: Algunos elementos constructives son capaces de soportar grandes pesos sin sufrir daiio alguno, otros pueden ser usados como tirantes’ © elementos de gmarra, otros resisten bien para cubrir grandes luces 0 espa- 4 a ey : cios, como los tijerales*” 0 las losas de hormigon armado. 10. Cuando un elemento construc tivo de determinado material esta rea lizando alguna de estas formas de tra bajo, cada una de sus moléculas 0 peque jiisimas partes de que esta compuesto. sufre los efectos de ese trabajo y el ele mento (pilar, viga, tirante) se deforma Rara vez estas deformaciones se notan a simple vista y s6lo pueden ser medidas por instrumentos especiales. Cuando resultan visibles, como en el caso de una viga de madera que se curva hacia abajo, es porque el espesor de la viga es insuficiente o ha recibido cargas** superiores a las que es capaz de so portar, IL. Tedricamente, todas las partes de un edificio que estan soportando algun esfuerzo, por pequefio que sea, sufren al guna deformacion. Ella, como es légico, aumenta a medida que aumenta la carga o el esfuerzo que actéa, no debiéndose sobre pasar ciertos limites, que se establecen para cada caso. LIMITES DE SEGURIDAD. 12, Hay una pregunta que toda per sona que habita un edificio tiene derecho a formular: ;Qué seguridad hay de que esta losa de hormigon armado que tengo sobre mi cabeza no se rompa y caiga sobre mi? {Qué precauciones han tomado los técnicos para que ello no ocurra? Se puede responder a esta pregunta con claridad. Tomemos un caso mas simple, como es el de un tablén de andamio, sobre el cual trabajan obreros, a veces a gran altura. Por lo general se usa un tablon de alamo, de 5 cm, de espesor por 25 cm, de ancho y 3,20 m.de largo, que se apoya en tavesaiios a 3,00 m de distancia, aproximadamente. CURSO DE EDIFICACION XS FIGURA 6. Tablon de andamio, apoyado en sus extremos, que recibe el peso de una persona y de un saco de cemento. Si cargamos este tablon con 75 kilo: gramos en el centro, por ejemplo, lo que corresponde al peso aproximado de .una persona, los resiste _ perfecta mente. Agreguemos un saco de cemen to. de 42.5 kil6gramos, y también resiste bien (Figura 6). ;Sera suficiente ‘una prueba como ésta? Desde luego que no. Po- dria ocurrir que estuviésemos muy cerca de su ruptura y con una pequefia carga mas © con un movimiento oscilatorio de arriba a abajo, el tablon podria romperse seria con 13. Al efectuar estas pruebas, perfectamente posible — observar atencion lo que ocurre al tablon. En un laboratorio de ensaye* de mate riales, con instrumentos muy sensibles, podrian conocerse sus _ delormaciones y podrian formularse conclusiones. por comparacion con ensayes anteriores, Pero es posible que esta explicacin no satisfaga al obrero que ha de expo- ner su vida en un andamio. 14. El procedimiento que ¢s mucho mas directo y seguro. Hay un limite muy real, que no elegi mos nosotros, sino que es privativo de cada material, y es el momento en que el tablon se rompe. Procedemos pues a cargar lentamente el tablon, hasta rom- perlo, y anotamos la carga que necesi- tamos para ello. Es lo que lamamos se prefiere Cap. | NOCIONES SOBRE ESTRUCTURAS carga de ruptura y a la resistencia que opuso el tablén hasta ese momento. Fe- sistencia de ruptura, o simplemente resistencia. Después veremos que hay una resistencia de ruptura para cada tipo de trabajo, o de esfuerzo a que so metemos a un elemento constructivo. VOCABU FUERZA. Accion y causa capaz de poner un cuerpo en movimiento o de modifi- car el desplazamiento de uno que ya esta en movimiento. También se Hla. ma ESFUERZO, como por ejemplo, el esfuerzo de compresiin, de traccién, atc, que se explican a partir del parra- fo 21. En los dibujos se representa cada fuerza por una flecha. CARGA. Peso que soporta una estruc- ura, o una parte de un edificio, como ‘muro, pilar, viga, etc. CENTRO DE GRAVEDAD. Punto Je aplicacién del peso de un cuerpo. Si pudiésemos suspender el cuerpo desde este punto, quedaria en equilibrio en cualquiera posicion que le dejemos. Se llama GRAVEDAD @ la fuerza que atrae a los cuerpos hacia la tierra y {que se expresa por su peso. PILAR. Elemento vertical y aislado que sirve de soporte a un techo o a un piso superior de un edificio: puede ser de madera, de acero 0 de hormigon ar mado. Nosotros llamamos pilar al refuerzo vertical de hormigén armado que se coloca en las esquinas o cruces de los muros de _ladrillos, _formando parte de ellos. VIGA. Elemento estructural largo, colo- cado libremente entre dos apoyos, en direccién horizontal 0 un poco incli- nada, capaz de soportar cargas. También se da este nombre a un ma- dero largo y grueso o a un elemento de acero. con perfil doble T 0 similar, apropiados para constituir una viga. DINTEL. Parte superior de un hueco o vano de puerta 0 ventana, que se apoya en los costados del vano (jambas) y sostiene el muro que va encima. Por lo comin es recto. y horizontal. Cuando es curvo, se llama ARCO. 5 15. Hay variadas formas en que puede resistir un material, fuera de las cargas 0 esfuerzos que estamos considerando. Pue- de interesarnos, como hemos visto, el peso que es capaz de resistir un tablon o la carga que puede soportar un pilar o una viga; pero puede interesarnos también la dureza LARIO 2 LOSA. Placa plana de hormigén armado, de poco espesor, por lo general en po- Sicién horizontal, que se apoya en los muros y sirve de separacion entre dos pisos de un edificio, o de cu bierta o techumbre. También se llama asi a una piedra grande, plana y de poco espesor, que sirve para pavimentar suelos. Ts RS CADENA. Nosotros llamamos de esta manera ala amarra horizontal y continua de hormigén armado, que corre por sobre los muros de ladrillos 0 bloques de cemento. Se diferencia de una VIGA del mismo material, en que la cadena descansa sobre el muro en toda su longitud, porque no esta prevista para recibir cargas, como la viga, sino s6lo como elemento de amarra En otros paises de le llama CARRERA, que es una denomins mas apro- piada, puesto que asi se llamaba antes al elemento de madera que corria so- bre los muros, para recibir el envigado o la techumbre. MURO. Pared de ladrillos, piedra, bloques de cemento, hormigén, especialmente la que recibe o es capaz de recibir cargas. TABIQUE. Pared delgada que no soporta cargas y sirve para separar o dividir los recintos de un edificio. 6 de un pavimento*’, su resistencia al des- gaste, que es algo bastante diferente; puede interesarnos que un muro no deje pasar la humedad al interior de una vi vienda; la duracion de una pintura; la adherencia de un ladrillo al mortero*’, etc. Los laboratoriés de ensaye de ma- teriales estan dia a dia sometiendo a las pruebas mas diversas a todo tipo de materiales que se san en la edifica- cién. Y casi siempre’ sus ensayos llegan al limite final, hasta que el material se rompe, 0 se desgasta, o es atravesado por la humedad, o la pintura se descolora © desprende, etc. Esto como una manera de obtener para cada caso un punto se guro de referencia. 16. Sigamos todavia con el ejemplo de! tablén. Obtenida la carga de ruptura, que es el limite del que necesitamos guardar una debida distancia, establecemos una especie de margen de precaucién, que lla- mamos coeficiente de seguridad. Se esta- blece un coeficiente diferente para cada material y para cada tipo de trabajo, que se expresa en cada caso con una cifra o con un nimero. {De qué depende que este coeficiente de seguridad sea mas grande 0 mas pe- queiio? Depende de la mayor o menor uniformidad con que el material acos tumbra a responder o comportarse fren. te a cada tipo de esfuerzo. Lo que se sabe 0 se estudia con los miles y miles de ensayos que se han realizado y se conti niian realizando en los laboratorios. Por ejemplo, si se trata de barras de acero redondo para hormig6n armado, y se observa que las miles de veces que se someten a determinados —ensayos, siempre el resultado es parecido, hay el derecho de suponer que este material, cuya fabricacion es muy controlada, ha de continuar comportandose de una manera semejante. Luego el coeficiente de seguridad puede ser pequetio. (CURSO DE EDIFICACION 17. Pero si se trata, por el contrario, de un material como la madera, tal que en nuestro ejemplo del tablon, los resul- tados de los ensayos suelen arrojar valores muy diferentes. Su resistencia, aun tratandose de una misma especie de madera, como el alamo, depende de la conformacién del arbol, de la parte del tronco desde donde proviene el ta- blon, de su grado de humedad, de si tiene nudos 0 no, y de otros defectos po: sibles. Es necesario por lo tanto, adop- tar un coeficiente de seguridad bastante grande. Por lo general se toma en el alamo un coeficiente 6, que equivale a hacer trabajar normalmente al tablon con una carga igual a la sexta parte de aquella que provoca su ruptura. En el caso del acero, mencionado recién, este coeficiente de seguridad es igual a 2,5 y aveces a3. 18. Dividiendo, pues, la carga de rup- tura por el coeficiente de seguridad. obtenemos lo que se llama carga admi- sible o tension de trabajo, que es el limite de carga, como lo indica clara- mente el primer nombre, que admite el material, sin ofrecer peligro alguno. O sea, si el tablén se rompe con 630 kilos (resistencia de ruptura), dividimos esa cantidad por 6 (coeficiente de seguridad) y nos resultan 105 kilos (carga admisi- ble). Esta es la carga con que se hace trabajar el tablén, sin peligro para quie- nes lo utilicen. Se desprende de lo que s© ha explicado, que lor coticien tes de sepuridad de los divers materiles son fjados. en cada caso, por lor ortanismos téenicos oficiales, segun Se persge una mayor 0. menor sepuridad para las cont truccione, Como al mismo tiempo se busca para lls 4 veces con mayor intensidad— su economia, su bajo Sito, que ¢s un f2ct0r por Io. general opuesto a la mayor sequridad, no. siempre facil haar los valores mas Apropiados. Con razon 36 ha Hegado & devi que los coe ficients de seguridad que estableces lot relamentos de una nacion, reprevntan el valor que se signa en elt 4 la vida humana, puesto que de ellos dependen en gran Cap. | NOCIONES SOBRE ESTRUCTURAS medida Ia seguridad de quienes ocupan los diversos edit 0s que a diario se construyen. Suelen sulrir asi no pocas fluctuaciones. entre la necesidad de ofrecer una adecuads seguridad —aumentada a veces cuando se esta cetea de una catastzole sismica— y el 90 menos impor tante factor del costo razon able de las consirucciones. 19.Si a primera vista pudiesen_pa- recer altos los coeficientes de seguridad que se indicaron para el alamo y el acero, en el parrafo 17 de este capitulo, que les hace trabajar a un sexto y a menos de un tercio de su resistencia, _respectiva- mente, ello no es asi, si se tiene en cuenta que las cargas y esfuerzos normales que soporta una estructura, pueden a veces aumentar considerablemente. Aparte del incremento que experimentan sus elemen- tos cuando ella esta sometida a movimien- tos oscilatorios, como los causados por los temblores, por ejemplo, deben consi- derarse hechos accidentales, de ocurren- cia muy eventual, como la acumulacion de gente en un techo o en lugares aun menos previsibles para ello, como una marquesi- nat’ o alero™’, etc. FORMAS DE TRABAJO DE LOS MATERIALES 20. Hemos visto que cada edificio debe tener una estructura, una armazén © esqueleto resistente, que haga posible su. permanencia segura en pie. Para comprender bien como ello se logra, como actuan sus diversas partes resis- tentes, es indispensable comenzar por estudiar —aunque sea en forma some- ra— las distintas formas de trabajo de los materiales. Estas formas de tra bajo —las principales— se _conocen con los nombres de compresion, traccién, flexion, pandeo, cizalle, y las veremos separadamente. Su conocimiento previo nos facilitara enormemente el estudio y la compren sin de los capitulos siguientes, en que se explicara en detalle el proceso constructivo de una vivienda a base de madera, luego de otra a base de alba ” c FIGURA 7. Trabajo de compresiéa. En A se representa a ura piedra que recibe un peso encima; en B, se ve una pieza de madera sometida @ compresin entre ambos extremos, y en C, un trozo de goma recibiendo un peso similar a A. jiileria de ladrillos, de bloques de ce- mento, de adobe, etc. Es posible que esta parte del curso sea un poco arida; pero es necesario considerar que en los capitulos que. si- guen no solo entraremos de Ileno a explicar los procedimientos — construc- tivos mismos, sino que —debido a estos conocimientos que ahora veremos— seran comprendidos en mejor forma. A. LA COMPRESION 21. Si cargamos un trozo de_piedra con un peso grande, representado por la flecha de la Figura 7.A, la piedra es capaz, sin duda, de resistir la carga sin que se note en ella alteracién alguna. Decimos que esta siendo comprimida. © que esta trabajando a la compresién. La piedra esta siendo presionada en- tre dos fuerzas que actiian en sentido contrario, y que tratan de achatarla. La segunda fuerza, que no aparece re presentada en la figura, esta consti tuida por el apoyo en que ella descansa, en forma de reaccion hacia arriba. Se ven mas claramente estas dos fuerzas en sentido contrario, en la letra B de la misma figura, en que se trata de una pieza de madera, comprimida lon gitudinalmente (en. el sentido de su largo). Estas fuerzas tratan de acor tar el madero. 22. La pequeiisima deformacién que debe experimentar el cuerpo que esta sien- do comprimido, seria posible observarla a simple vista, si en vez de piedra o madera, hiciésemos la misma experiencia con un trozo de goma, por ejemplo, que es lo que se ilustra en el caso C de la figura. Al mismo tiempo que se acorta. el trozo de goma se en sancha hacia los lados. 23. La capacidad de resistencia de un elemento constructivo esta _relacio nada con su tamafo, especialmente con la superficie de la cara que recibe HORMIGON. Mezcla de arena, ripio y un agiomerante (que puede ser cemento, al, yeso, etc), amasada con agua, y que tiene la propiedad de fraguar o endurecer. Vulgarmente se le llama ‘CONCRETO. HORMIGON ARMADO. Se llama al que contiene armadura en su interior, for ‘madas por barras de acero redondo. MORTERO. Mezcla de arena con un aglo merante (cemento, cal, eso), sada con agua, que se utiliza para pegar ladrillos, baldosas, para’ es. tucar ~muros, etc. Se le conoce tam bien con los nombres de ARGAMASA y MEZCLA ama ALBARILERIA. Arte de construir obras de ladrillos, piedra o bloques diver sos, unidos 0 revocados con mortero. Se Mama igualmente asi a la obra resul tante. LADRILLO. Elemento de forma geome trica regular, que se fabrica de arcilla cocida. Sus variedades y dimensio- nes se veran en el capitulo Vivienda de albaiiileria. ADOBE. Ladrillo tosco y de mayor tam; fio, que se fabrica de tierra. arcillosa amasada con paja y secado al sol. VOCABULARIO 3 CURSO DE EDIFICACION el esfuerzo, 0 mas exactamente, con la seecién*’ del elemento comprimido. (Llamamos seccién 0 corte de un cuerpo, a la superficie que resulta si le cortamos transversal 0 —_longitudinal- mente —a través o a lo largo de él—. En este caso interesa la seccidn transversal, que es la que se ilustra en la Figura 8). Es asi como un pilar cuya seccién mide 20x20 cm resiste cuatro veces mas a la compresion que uno que tiene una seccién de 10x10 cm (ya que la superficie de la primera seccion es de BLOQUE. Ladrillo de mayor tamaio o elemento de formas geométricas, de diversos materiales. Los bloques de cemento, por ejemplo, son por lo ge- neral huecos TEJA. Cada una de las piezas de arcilla cocida 0 de mortero de cemento, que se san para cubrir los techos de los edi ficios TRABAJO. Accion de soportar 0 ejercer esfuerzos mecanicos, como el de un pilar, una viga, etc, que se expli- can a partir del parrafo 20. En fisica se llama ‘trabajo al producto de una fuerza por el camino recorrido por su punto de aplicacién ALERO. Parte de la techumbre que so- bresale de la pared exterior de un edi* ficio MARQUESINA. Cubierta hormigén armado 0 de materiales transparentes, que proteje de la llu- via una acera o la puerta de entrada de un edificio, PAVIMENTO. Revestimiento que __se coloca a un suelo, para hacerlo sélido, parejo, de aspecto agradable y limpio. ENSAYE. Prueba a que se someten los materiales en laboratorios especiales, para comprobar sus cualidades. APOYO. Parte en que descdnsa el extre- mo de una viga o de un tijeral**. Pun- tal que sostiene algo. voladiza de Cap. | NOCIONES SOBRE ESTRUCTURAS A FIGURA 8. Secciones traneversales de dos cuerpos comprimidos, uno en posicion vertica y otro en posicién horizontal. 400 cm*, cuatro veces segunda, de 100 cm’). mayor que la 24. En general, las cargas*’ que reci- be un elemento constructivo se miden en kilogramos o kilos (kg), y la resistencia de un material a la compresién se mide segin los kilos que es capaz de resistir por cada centimetro cuadrado de su seccién. Se ha bla, por ejemplo, de una madera determi nada que resiste 450 kilos por centimetro cuadrado (se escribe esto asi: 450 kg/cm’). Si cada cm? resiste a la ruptura 450 kg, un pilar que tenga 100 cm’ de seccién resistira, también a la ruptura, 450 x 100 = 45.000 kg. 25. En un edificio, casi todos los mu- ros. los cimientos, los pavimentos, es- tan trabajando a la compresién. Cada ladrillo de un muro trabaja a la com- presién. Los ladrillos de las _hiladas inferiores trabajan mas que los de las hiladas —superiores, porque —_reciben mayor carga. Cuando este trabajo llega © esta proximo a sobrepasar la carga admisible del ladrillo, podemos proce der a aumentar el espesor de! muro. 26. Como este tipo de trabajo es uno de los mas elementales, la mayoria de los materiales lo resiste bien, aun- que naturalmente unos resisten mas que otros, con grandes diferencias. Pen- semos en el adobe, el ladrillo, la piedra, las maderas, el hormigén, el _acero. Todos ellos son capaces de resistir una determinada carga. que varia con la calidad del material, dentro de los limi tes que establecen los laboratorios ofi ciales. La resistencia a la compresion expe rimenta cierta’ pequefiavariacién si cambia también a altura del trozo que estamos cargando. Por esta razon las mediciones de los laboratorios se ha- cen con muestras de forma cubica, es decir. que tienen su alto igual a cada uno de sus lados. Cuando se ensayan ladrillos, es necesario preparar un cubo 0 un cuerpo similar, pegando con mortero dos trozos de ladrillos (Fi- gura 9). En el caso de materiales como la madera, la compresién es diferente si la cargamos en la direccién de la fibra o en direccién contraria a ella. He agui la carga admisible a la compresion de_ algunos materiales, que damos a manera de ejemplo: Piedras (segin su composicxin) 302.60 ke/em! Hormigon (segin su dosiicacion) 10.2 70 kglem? “Muros de larillo (segun calidad) 4a 12 kgiem’ Roble (en el sentido de las fibras) 80 kgiem* Alamo (en el sentido de las fibeas) 42 kglem* Los tertenos © suelos sobre los cuales edificamos, a bajan tambien a la compresin, puesto que soportan et ‘peso del edifcio. Su carga admisible se mide, como siem pre, en kg/em’, y fluctua entre 0.25 a 6 kglem! co segin la "za del suelo, legando ‘on casos muy especiales a 20 0 25 kglem’. Se veran mis detalles sobre la resistencia de los terrenos em el capitulo dedicado alas fundaciones. psy FIGURA 9. Muestras para efectuar prucbas a la compresion de hormigén, de mortero o mez cla, y de ladrillos. En el tercer caso es necesario preparar de antemano un cubo, como el que se ve en la figura, pegando con mortero dos trozs de ladrillo. 20 FIGURA 10. Trabajo de traceiéa. Se ilustran en la figura una pieza de madera y una barra de hierro © acero, sometidas a esfuerzos de traccion. B. LA TRACCION 27. Se llama asi a una forma diferente de trabajo de los materiales, opuesta a la anterior, y en que actuan fuerzas en direcciones contrarias, que tienden ahora a producir su alargamiento, como se ilustra en la Figura 10. En el lenguaje corriente, se usa esta palabra para indicar el acto de tirar de algo para moverlo, especialmente arras. trar carruajes sobre el suelo. Se habla asi de traccién animal, traccién a vapor, trac- cién eléctrica, de un automévil con traccién en las cuatro ruedas, etc. 28. En la Figura 11 se muestran cua tro casos comunes de traccién: A. El cable de una grua que levanta un cuerpo pesado. B. La cuerda con que un hom bre tira su carruaje. C. El refuerzo de un carro. plano de ferrocarril. D. Ti rante de un tijeral o elemento de te chumbre. CURSO DE EDIFICACION En un edificio trabajan a la traccion algunas barras de los tijerales, como acabamos de ver, las eadenas™ de hor migon armado y otras amarras que ponemos en lo alto de los muros. Inter- viene este esfuerzq en muchas solucio- nes de vigas compuestas, en torres metalicas y techumbres, y en otros re fuerzos 0 amarras que veremos mas adelante. 29.Se mide la traccién en la misma forma que la compresion, 0 sea, en kg/ cm’. En los laboratorios se preparan muestras de cada material y se les aplican fuerzas en direcciones opuestas, hasta que el material se corta, Se establece asi su resistencia a la ruptura por trac cién. Tal como ya vimos, se divide este valor por el coeficiente de seguridad, para obtener la carga admisible a la traccién. 30. Al contrario de lo que vimos con respecto a la compresion, son muy pocos los materiales que resisten bien la traccion, siendo los principales el acero y la madera. También resiste bien la traccién el hormig6n armado (no el hormigon solo), _ precisamente porque tiene armadura de acero en su interior El resto de ladrillos, las los ce- los materiales, como piedras, bloques de FIGURA 11. Ejemplos de trabajo a la traeeioa: A. El cable de una griia, que levanta un cuerpo pe sado. B. La cuerda con que un hombre tira de un carruaje. C. La barra de acero que sirve de refuerzo en un carro plano de ferrocarril. D. Barra llamada tirsmte en un sistema de techumbre. Cap. 1. NOCIONES SOBRE ESTRUCTURAS 2 mento, hormigon solo, resisten muy poco a la traccion y, por lo general, se evita que trabajen a este esfuerzo. Si se prensa que et acero y ef hormigin armado son mate rlales relativamente recientes (su uso generalizado no se remonta a mas de 100 afos) y la madera tiene una du ‘acion limitada, se comprenden las dificutades de otras epocas para erigir grandes edificios, sin ningun material apropiado para resistir este esfuerzo. Es interesante jconsiderar a este respecto los problemas que debieron vencer y el ingenio que tuvieron que desplegar los cons tructores de tiempos pasados. al utilizar solo. materiales aptos para resistir Ia compresiin, Pudieron 0 obs lante levantar enormes y hermosas _construcciones. trltando de evitar cuidadosamente en ellas la aparicion de esta forma de trabajo. la traceién, como algo comple tamente Tendremos oportunidad de verlo mas adelante C. LA FLEXION 31. Llamamos_viga** a un elemento largo de madera, acero u hormigon armado, que se coloca en posicion ho rizontal en los edificios, apoyado en sus extremos, y es capaz de recibir car gas (Figura 12). No siempre las vigas estan en posicion estrictamente _ hori zontal, pudiendo a veces tener un apoyo un poco mas alto que el otro. La distancia entre los apoyos se llama luz, y la pequefia cantidad que baja en el centro por efecto de la carga, reci be el nombre de flecha. 32. Una viga que recibe cargas, se dice que trabaja a la flexion, Con este esfuerzo trata de curvarse hacia abajo. lo que también se llama flexionarse. FIGURA 12. Dos vigas, una de madera y la otra de acero, trabajando a la flexiéa. Estan apoyadas en sus extremos y reciben una-carga en el centro. Arriba se ve una viga sin recibir Peso encima. Abajo se ha dibujado la misma viga con una carga en el centro y muy deformada, Para que se vean su zona inferior traccionada y la superior comprimida. En efecto, es evidente que el borde inferior de la viga aparece mas largo que su borde superior. La flexion es una forma de trabajo en que intervienen los, dos tipos de tra bajo recién estudiados, la compresion y la traccion. En efecto, si observa mos la viga muy deformada por una carga de la Figura 13.B, (se ha exagerado la deformacion para apreciar mejor el fenémeno), podemos notar que hay una zona superior en que la viga tiende @ acortarse y una zona inferior en que, al revés de la anterior, tiende a alargarse. La de arriba trabaja a la compresién y la de abajo, a la traccion La flexion es, pues, un compuesto 0 combinado, de y compresion esfuerzo. traccion 33. Si observamos una seccién o cor te a través de la viga, como se ve en la Figura 14, podemos notar que el esfuerzo de compresion, que es maximo en su cara superior, va decreciendo hacia abajo, hasta llegar a cero en-el plano cen. tral (horizontal) de la viga. Alli co. mienza a parecer la traccion, que aumenta hacia abajo, hasta ser maxima en la cara inferior de la viga Esto se ha tratado de expresar en forma grafica en la figura, en cuya sec cin —aumentada de tamaiio al lado izquierdo del mismo dibujo— — puede observarse cémo la compresion decrece de arriba hacia abajo, hasta desapare cer en la zona neutra, para transformar- a _ FIGURA 14, Se destaca aqui un corte 0 seccién a través de una viga —dibujado mas grande a la izquierda— para ver la magnitud y ubicacion del trabajo a la compresidn, arriba, y el de la zona traccionada, abajo. se en el esfuerzo contrario, que aumenta luego hacia abajo, hasta ser maximo en el extremo inferior. El plano cen tral. por ser una zona en que no se efec ta trabajo alguno, se llama eje neutro. 34. Como se ve, el trabajo a la flexion obliga a que una parte de la viga trabaje de una manera completamente distinta y opuesta a la otra, de modo que solo es posible usar un material que resista bien los dos tipos de esfuerzo, el de traccion y el de compresion. La madera y el acero cumplen esta condicion y ambos arrojan valores de resistencia 4 la compresion sensiblemente semejan tes a los de la traccién, aunque entre ambos materiales las cifras sean bastante disimi les. El hormigon armado se adapta aun mejor a estas exigencias, puesto que en él pueden ubicarse las armaduras de acero de preferencia en las zonas traccionadas, dejando al hormigén solo la principal res- ponsabilidad de las zonas comprimidas Por estas solo es posible utilizar en los edificios vigas de madera. de acero y de hormigén armado. razones, 35.La forma de la via. especial mente en su seccion, tiene bastante importancia, por lo que se vid recién en CURSO DE EDIFICACION el parraio 33. si queremos aprovechar bien los materiales. Por ejemplo, en una viga de madera de seccion rectan gular, como la que aparece en la Figu ra 1S.A. tiene madera sobrante en su zona central, donde los estuerzos son pequefios. Podria disminuirse esa parte de su seccién, como se indica en la letra B de la misma figura, sin que la viga sufra disminucion en su resistencia. Esto explica. también que el _ perfil de una viga de acero, donde el material debe ser usado con mayor economia, adopte la forma que aparece en la letra C, que se llama viga ~ 36. Hagamos otra observacion frente a este mismo fendmeno. Si tomamos una seccion cualquiera de la viga, como la seccién marcada con las letras AB. de la Figura 16 (ampliada abajo), vemos que actian en ella dos fuerzas en sentido con- trario —compresién arriba y traccién abajo— que tratan de hacer girar esa sec- cion en tomo a su eje central. Cada fuerza forma en torno al punto O lo que se llama un “momento estatico”. Aun- que no hayamos estudiado una materia como ésta, sera facil darse cuenta que cualquiera de esas fuerzas es mas efec- tiva si aumentamos Ia distancia al punto O. © eje neutro, aunque la fuerza perma- nezca igual. Como se trata de evitar que FIGURA 15. La forma de una viga es impor tante, especialmente en su seccion. La letra A muestra una viga comin de madera. Ella podria tener la forma indicada en B, sin disminuir su capacidad resistente. En C se ve una viga de acero, de perfil llamado doble T, en que se economiza todavia mas material. Cap. NOCIONES SOBRE ESTRUCTURAS la seccion AB de la viga gire en tomo al punto O, para que ella se deforme to menos posible, se ve con claridad que mientras mayor sea la distancia entre los puntos A y B, tanto mejor resistira la viga los esfuerzos de flexién, aun- que la cantidad de material sea la mis: ma Todo esto quiere decir que es muy im- portante la altura de una viga, en relacién con su espesor. Tanto es asi que con la misma cantidad de madera, por ejemplo, podemos obtener una viga que resista va rias veces mas. Veamos esto en cifras: Si la viga de madera marcada con la letra A de la Figura 17 admite en su punto medio una carga de 80 kg, la viga de la letra B admite el doble, 0 sea, 160 kg. y la de la letra C, cuatro veces esa carga, o sea, 380 kg. Teniendo las tres, como se ve, el mismo volumen o cantidad de madera. 37. Con los conocimientos adquiridos hasta este momento, podemos resolver un pequefio problema: supongamos que se debe pasar una cajieria de agua de 2 pul- gadas de diametro a través de un enviga- do*! de madera. Es frecuente que los maestros fontaneros (o “gasfiters”), des- conociendo el verdadero dafio que ocasio- nan a una viga de madera, hagan una enta- Madura*’ 0 rebaje en su borde inferior o superior, como en los casos B y C de la FIGURA 16. Fuerzas que actiian en una seccién de una viga. La seccidn 0 corte marcado con las letras AB, aparece aumentada abajo, para ver dos fuerzas en sentido contrario, que tratan de hacer girar la seccién en torno al punto O. 2B FIGURA 17. Ejemplo de tres vigas con igual vo lumen de madera, pero de distinta forma o posi cion de su seccion. Mientras la primera es capaz de soportar un peso de —supongamos— 80 kg, la segunda soporta 160 kg.y la tercera, 320 kg. Figura 18, cortando de esta manera aquellas partes de la viga que resisten un mayor esfuerzo. Demas esta decir que con este corte se disminuye la sec cion itil de la viga a la parte restante, disminuyendo su resistencia propor cionalmente. Si en cambio, hacemos un agujero en ella, del mismo tamajio, en su zona central o neutra, como se ve en la letra A, de la figura, no le oca- sionamos dafio alguno. 38. DESLIZAMIENTO. Hagamos la siguiente experiencia con una viga de madera. Dividamos. su volumen o su cuerpo en una cantidad de tablas colo cadas de plano una sobre otra, como se indica en la Figura 19.A. (En la letra B se muestra la viga entera) Desde luego, si aplicamos una carga en el centro de este conjunto de tablas, comprobamos que resiste menos que una viga entera o maciza de igual volumen, 0 lo que es lo mismo, el con- junto se flexiona con mayor facilidad. Esto. es bastante l6gico, porque al curvar 0 flexionar una viga maciza, obligamos a alargarse a su zona inferior y a acortarse a su zona superior, lo que no es facil que ocurra, puesto que hay oposicién del cuerpo de la viga a tomar esa deformacién. Pero si noso- tros separamos las distintas zonas. les damos facilidades para que puedan des 4 FIGURA 18. ;Dénde se puede abrir un agujero a una viga de madera, sin disminuir su resistencia? En la zona del eje neutro, como en A, no se ocasiona daiio alguno a la viga. No asi abajo 0 arriba de ella, como en B y C, en que se corta la parte mas itil de su seccion. lizarse unas sobre otras, sin dificultad, pudiendo tomar el conjunto la forma curva con un esfuerzo mucho menor. Puede comprobarse lo dicho, si antes de cargar este conjunto de tablas, le hacemos unas rayas verticales a los costados, como se ve en la Figura 20.A Después de curvado el conjunto por efecto de la carga, observamos que en el centro (marca 1 de la Fig. 20.B) no se ha producido deslizamiento; ha ocurrido uno muy pequefio en la marca 2, mayor en la marca 3 y mayor aun en el extremo de la viga. 39. Podemos aprovechar el _conoci miento de este fendmeno, para el caso de FIGURA 19. Para comprobar el fendmeno del deslizamiento, dividimos una viga de madera en un conjunto de tablas colocadas de plano una sobre otra, como se ve en A. En la letra B se mues. tra la viga entera. CURSO DE EDIFICACION necesitar una viga de madera compuesta de dos piezas, si su tamafio no hace posi- ble usar una sola. En este caso es necesario unir las dos piezas de madera, precisa- mente para evitar el deslizamiento (Fi- gura 21.A). Lo que se consigue colocando tacos de madera entre ellas, evitando su separacién por medio de abrazaderas me- talicas. Notese que estos dispositivos se colocan mas préximos hacia ambos extre- mos, donde es mayor la posibilidad de des lizamiento. FIGURA 20. Dibujamos en los costados varias rayitas verticales como en la letra A, que sefiala mos con los numeros 1, 2, 3. Después de curvado el conjunto por efecto de una carga \B). compro: bamos que en la marca I no se ha producido desli zamiento, este es pequeio en 2, mayor en 3 y maximo hacia el extremo de la viga. Un efecto contrario al descrito. se persigue en lo que llamamos ~paquete de resortes” de un vehiculo —su nombre correcto es muelle de bales ta— (Figura 21.B). caso en que se desea que el conjunto posea la mayor flexibilidad posible. Para’ ello se divide justamente el volumen del pa quete en una serie de laminas que pueden deslizarse unas sobre otras. Obsérvese que las hojas del resorte estan unidas en el centro por un perno —donde no hay deslizamiento— y en los extremos por abrazaderas, que dejan libre su_ posi bilidad de movimiento longitudinal. Si en vez de estas abrazaderas, atravesara mos las hojas en su extremos con sendos pernos, de inmediato dariamos figidez* al conjunto. Cap. 1. NOCIONES SOBRE ESTRUCTURAS 40. Con lo que hemos aprendido hasta este momento, podemos entender en ge- neral el funcionamiento de diversos tipos de vigas, como las que se ilustran en la Figu ra 22. Ya explicamos en el parrafo 36 de este capitulo la importancia de la altura de una viga, y de distanciar al maximun las dos zonas, la comprimida y la trac cionada, de su eje neutro. Puede con cebirse pues el perfil de una viga, con un nucleo capaz de trabajar a la com presién arriba, con otro niicleo apto para resistir la traccién abajo, y con un simple elemento de separacién en tre ambos, que se llama alma. Este elemento de separacion puede ser mucho mas delgado y es frecuente que vaya perforado (Figura 22.A) 0 esté for: mado por barras. como en el caso B de la_ misma figura. Este ultimo tipo de viga, muy usado en la actualidad, se conoce como viga de celosia, y esta formada por barras de hierro redondo unidas por soldadura eléctrica. Se estu- diar mas en detalle en el capitulo destinado @ construcciones metalicas. La viga de acero que vimos en la Figura 15.C, se lla- ma de “alma llena”, para diferenciarla de la que estamos considerando. Se muestra también en la letra C de la Figura 22 una viga triangulada de 23 FIGURA 21. A. Viga de madera compuesta de dos piezas. Para evitar el deslizamiento se unen las dos piezas por medio de abrazaderas de hierro, colocando pequeitos tacos de madera entre ellas. B. El efecto contrario al descrito se Persigue en un “paquete de resortes” —o ‘muelle de ballesta— de un vehiculo. madera, en que se producen las mismas zonas de trabajo que hemos descrito. En los casos sefialados con las letras By C de esta figura, las barras oblicuas trabajan comprimidas y traccionadas, alternadamente. 41. En el caso de vigas de hormigon armado, la traccion esta soportada por el acero de su armadura y la compre sién, particularmente por el hormigon. FIGURA 22. Tres tipos diferentes de ‘A. Viga metalica con alma perforada. B. Viga de celosia, formada pur barras de acero redondo, soldadas eléctricamente, de uso muy frecuente en la actuali, dad. C. Viga triangulada de madera. 26 Es decir, las barras de acero que colo. camos en su interior, permiten a esta piedra artificial que es el hormigon, trabajar a la traccién y, por lo tanto, @ la flexion. (Recordemos que las pie dras naturaies sold resisten bien la compresion). Un caso interesante, para ver mejor los fenémenos que estamos _conside rando, lo constituye una viga de hormi gén armado sobre varios apoyos. que recibe el nombre de “viga continua”, por estar constituida por un solo ele mento, que no se corta en los apoyos. como las vigas de madera (Figura 23.A). Si cargamos esta viga a lo largo de toda su longitud, va a tender a deformarse como se indica en la letra B, es decir, curvandose hacia abajo en las partes libres y hacia arriba frente a cada apo yo. Es evidente que la parte traccio nada, la parte que trata de alargarse, © sea, la parte convexa o saliente de su curvatura, cambia en cada tramo de abajo hacia arriba 0 viceversa. Se muestra en la letra C como, por esta razon, las principales barras de acero de la viga siguen el mismo camino de la zona traccionada CURSO DE EDIFICACION En la figura, el extremo derecho de la viga aparece saliente mas alla del tltimo apoyo, lo que se conoce con el nombre de consola o voladizo, pudien do decirse “viga en consola” o “viga en voladizo”. Notese como en este caso la zona traccionada permanece en la parte alta y la armadura de acero ocupa logica mente ese lugar. D. EL PANDEO 42. Si aumentamos el trabajo a la compresion de un pilar muy alto y delgado, 0 una barra que sea esbelta (de poca seccion en relacién a su lon gitud), aparece el peligro de pandeo. Se llama asi a una brusca curvatura hacia un lado que sufre el pilar o la barra, y que generalmente termina en su ruptura (Figura 24). Al curvarse esta barra o pilar, su parte convexa (saliente) se alarga_y. tracciona y su parte cOncava (entrante) se acorta o comprime, en forma muy semejante a lo que ocurre en la flexion, por lo que este fendmeno se conoce tam bién con el nombre de “flexion lateral” au Ue Py by POT phd fbb a U FIGURA 23. Ejemplo de viga continua de hormigén armado, con varios apoyos. En la letra B se muestra su manera de deformarse por efecto de las cargas que soporta, notandose que las zonas trac cionadas estan abajo en los tramos libres (entre los apoyos), y arriba, frente a cada apoyo. En C Vemos cémo las armaduras de acero principales siguen la trayectoria de la zona traccionada . aparece una parte en voladizo 0 consola (sin apoyo), con su parte trac extremo a la derecha de la vi cionada arriba. En el Cap. 1. NOCIONES SOBRE ESTRUCTURAS 43. Si bien es cierto. que el pandeo, una vez producido, se asemeja a la fle- xion, difiere mucho la forma de produ cirlo, Notese, por ejemplo, que en una viga, la flexion es ocasionada_ por una fuerza o carga perpendicular” a lla, mientras que en el pandeo hemos apli- cado cargas en el sentido de su eje mayor (Figura 25). Otra diferencia muy importante desde el punto de vista constructivo, es que en el caso de la viga. sabemos de antemano en qué sentido se ha de flexionar, y por lo tanto, podemos prever esta deformacion. sin desperdi ciar material. En cambio el pandeo que en realidad es un accidente— puede producirse en diversas _direc- ciones, y debemos preverlas todas. FIGURA 24. Ejemplo de pandeo. En la figura aparece un pilar delgado que, al recibir una car ga, se pandea. También se ve una barra delgada sometida a compresién, que sufre el mismo fend meno. “44. ;Por qué se produce el pandeo? Al comprimir un elemento muy esbelto. por medio de dos fuerzas opuestas. aplicadas en su eje (linea central) lon gitudinal, dichas fuerzas deben trasla darse en linea recta a lo largo de ese eje, hasta -anularse o contrarrestarse una frente a la otra. En teoria, si el elemento comprimido es _ perfectamente recto, no deberia producirse pandeo. 7 FIGURA 25. Diferenciay entre la flexion y el pandeo. En el primer caso la ilexian es ocasionada por una carga perpendicular a la viga, mientras, que en el segundo caso, se ha sometido una barra dos fuer cas en el sentido de su largo. No obstante, en pilares 0 barras muy argos, es posible que las fuerzas se aparten levemente de su eje. En ese mismo instante aparece un momento de fuerzas, como se ilustré en la Figura 16, que antes de disminuir, origina un es- fuerzo perpendicular al elemento com- primido, que aumenta a su vez el momento Por eso deciamos que una vez producido el pandeo, generalmente termina con la ruptura de la pieza afectada, salvo que desaparezca o disminuya antes la carga. 45. El pandeo se produce en la di- reccion en que la seccién del elemento comprimido es mas pequefia. Por ejemplo, si un pilar tiene seccion rectan- sgular (Figura 26.A), tiene mucha faci- lidad para pandearse, pero solo en dos direcciones; si su seccién es cuadrada (letra B de la figura), la posibilidad de pandeo es menor, pero posible en cuatro direcciones; y si es circular (letra C), puede pandearse en cualquiera direc cién, sin predominio de ninguna. Esta ltima es la forma mas economica para prevenir esta deformacion. 46.La manera corriente de evitar el pandeo es aumentando la seccién del ele- mento comprimido. Sin embargo, la parte realmente util de la seccién que aumenta- mos. es aquella cercana a los bordes 0 ca- ras de la pieza. 28 A B Cc FIGURA 26. Direcciones en que puede produ cirse el pandeo. A. En un pilar de seccién rectan gular. B. En un pilar de seccion cuadrada. C. En un pilar de seccién circular. Expliquemos por qué, Dijimos ya que al producirse el pan- deo se forman en la pieza dos zonas opues tas, una comprimida y otra traccionada, igual a la que vimos en una viga. Tal como en la viga, es importante separar estas zonas, para aumentar el momento entre las fuerzas opuestas. Por eso. se aumenta la seccion de la pieza. Pero también a semejanza de lo que ocurre en una viga, entre estas fuerzas se pro duce una zona neutra, donde el trabajo es minimo o nulo. Esta razon explica que los pilares metalicos, por ejemplo, que estan constituidos por un material caro, sean huecos. 47. Analicemos un caso. determinado. Una losa de hormigén armado, que sirve de techo de un pasillo cubierto, descansa sobre pilares metalicos (Figura 27). Es tos pilares trabajan a la compresion. Si calculamos la seccion necesaria para resis tir este esfuerzo, de acuerdo a los kilogra mos por cm’ que es capaz de resistir el acero, nos resultaran barras redondas de unos 20 mm.de diametro**. Facil es com- prender que pilares de esta seccion, aunque ‘CURSO DE EDIFICACION sean capaces de resistir la compresion. su friran un pandeo inmediato. Hagamos notar sin embargo que si esta losa de hor- migon armado estuviese muy cerca del suelo y estos pilares fuesen de no mas de unos 15 centimetros de largo, resistirian \perfectamente su peso, sin pandearse. FIGURA 27. Paso cubierto formado por una losa de hormigon armado, que descansa sobre pilares metalicos. Si se considerara solo la carga que gra vita sobre los pilares, ellos tendrian un diametro muy pequefio, que los expondria al peligro de pandeo. Cualquiera. persona adulta sabe, aun que no conozca la causa exacta de los fend menos que estamos considerando, que este caso se resuelve colocando tubos huecos de acero, en vez de las barras redon- das macizas, de muy pequefio diametro, que nos dio el calculo de la compresion. Lo importante es que nosotros compren- damos, con los conocimientos adquiridos hasta aqui, el por qué de esta realidad. Lo légico sera usar tubos que tengan semejante cantidad de acero que las barras redondas de 20 milimetros de diametro, puesto que la compresién sigue siendo la misma (Figura 28). FIGURA 28. Seccion de pilar macizo y hueco, con la misma cantidad de material. Para sostener la losa de la figura anterior, se usa el pilar hueco, para que no haya peligro de pandeo. Cap.1. NOCIONES SOBRE ESTRUCTURAS barras rectas de sus por pie- Ahora bien, las lados podemos reemplazarlas zas de una forma especial (letra D), sin que la estructura basica del trian gulo y sus propiedades desaparezcan. Unicamente que al tener ahora la barra una forma ligeramente doblada o curva- da, tenemos que aumentar su grosor en la parte media, porque alli trabaja mas que cuando era recta, para evitar su deforma- cién Una pieza con una forma iregular como ta puede chimnerse en la actualidad con el sistema llamado. ma tere laminnds, que comsste en peuar tablas,trslapadas unas con otras, con la curvatura y forma final deseada Tambien puede lograrse con barras o laminas de acero soldados, Incluso, en casos especiales, con una varian {fe del hormigon armado, llamado hormigia precompri ido. 90. ;Qué ventajas se obtienen de una forma como ésta? Desde luego, se logra un recinto con un espacio util mas amplio y regular y también mas agradable (letra B de la fi- gura), cuyas proporciones entre el ancho y el alto pueden desde luego variarse a voluntad. Cada elemento o unidad, como el de la letra E de la figura, esta articulado en tres puntos, en la misma forma que el triangulo primitivo y, tal como él, es indeformable OTRAS FORMAS DE RESOLVER LOS ESFUERZOS HORIZONTALES 91. Deciamos que un simple poste puede estar expuesto a esfuerzos ho- rizontales, que traten de derribarlo, aunque esté empotrado* o introducido en el terreno. Si la fuerza acta en una direccién determinada, el poste puede reforzarse de dos maneras: en el caso B de la Figura 55 se ha puesto un puntal que forma un triangulo con el terreno y que trabaja a la compresion. En el caso C, en vez de un puntal se ha puesto un tirante, que trabaja a la traccion Logicamente son diferentes los apoyos en el te reno de ambos refueraos. En el primer caso, el puntal empuja hacia Ia estaca; que debe evitar su desizamiento 0 FIGURA 54. Se repite aqui en A el recinto que vimos en la figura anterior (marcado con una D). Estos triangulos indeformables pueden ser reem- plazados por una forma especial, como se ve en B. O sea a cada barra recta de sus lados (C) se le da la forma especial que se repite en D, sin que se modifique basicamente el triangulo indeformable, que puede estar articulado en sus tres esquinas. Se obtiene asi un recinto con mayor espacio itil a base de un elemento estructural (E) que trabaja de manera semejante al triangulo primitivo. En el segundo ejemplo, el tirante trata de extraer Ia estaca y debe estar unido a ella. En vez de estaca, actia mejor un dado 0 tro20 de hormigén enterrado en el suelo 92. Si en vez de un poste, se trata de un muro que pudiera volcarse, como se ilustra en la figura 46.C, el caso tiene cierta semejanza. Tomemos la parte central del recinto de forma alargada que estudiamos en la Figura 52, que como se recordara, era la parte que no resistia bien los esfuerzos laterales. 0 muestra de esa zona En la Figura 50.A_ se nuevo —separada del resto del recinto, que se reduce a dos trozos de muro con una losa sobre ellos. Sa: bemos ya que si aplicamos una fuerza en el sentido de la flecha, por pequeiia que sea, se produce su caida. {Cémo podriamos dar resistencia ante los esfuerzos horizontales a una forma constructiva como ésta Comencemos por simplificarla, para facilitar el problema, a dos piezas ver ticales, con una tercera apoyada sobre ellas, como se ve en la letra B.1. Podemos comenzar por elegir entre diversas maneras de afirmar los elemen tos verticales desde su base, tratando tam bién de empotrarlos al terreno. En la le- tra B.2 se ven los pilares prolongados hacia abajo y unidos a la tierra por un cimiento 0 por un relleno de hormigon, tal como afirmariamos un poste de cemento de alumbrado. En B.3 se ha reforzado el mismo sistema, con sendos machones que aumentan la rigidez del empotramiento Por iiltimo, en B.4 se han unido los pilares en el nivel del terreno por un elemento horizontal, conformando con ellos una especie de letra U, que puede lograrse en hormigén armado. (Solucién te6 rica que rara vez se emplea, porque no es econémica) En los cuatro casos la viga superior est simplemente apoyada en los pilares. 93. En los ejemplos de la letra C se invierte el sistema, buscando la rigidez en los angulos superiores, en vez de los angulos que forman los pilares con el terreno. Esta es la forma que vimos en el parrafo 77 y que correspondia a la estructura de una mesa. Este mueble, en efecto, resiste bien los esfuerzos horizontales y sus patas (que corres- ponden a los pilares) no estan empotra das en el suelo. En este grupo de casos se busca la unin rigida de los pilares con la viga (CURSO DE EDIFICACION AB. Cc. FIGURA $5. A. Poste empotrado en el suelo, ca paz de resistir pequefios esfuerzos horizontales. Cuando soporta una fuerza, en una direccién de terminada, puede reforzarse de dos maneras: B. Con un puntal trabajando a la compresion. C. Con un tirante traccionado. superior, de manera que las tres piezas actuan como una sola, con la forma de una U invertida. Las soluciones C.1 y C.2 se_prestan para estructuras de madera. La pri- mera se usa, por ejemplo, en la enma- deracién de un parrén, en que los pila res suelen estar simplemente apoyados en una base de piedra o de hormigén. (No es facil empotrar en el suelo un pilar de madera, como se vera mis ade- lante). La segunda solucién se presta para recintos de cierto tamafio, como .el de una sala de clases, o algo similar. La forma C.3 es apropiada para es- queletos metalicos. Por ultimo, la solucién C4 es la que mas se emplea y corresponde al hormigén armado. En este material, en el que desaparece el problema de las uniones, pueden construirse los _ tres elementos como si fuera uno solo, con el espesor aumentado y la armadura de acero concentrada donde los esfuer zos son mayores. Comparada esta forma con la que vimos en B.4, que es casi la misma invertida, resulta mas econémica y mas logica, puesto que el elemento horizontal, que en aquélla sélo servia para reforzar el angulo de los pilares con el terreno, aqui sirve también como viga que completa el recinto, 0 recibe cargas de otro piso superior. Cap.1. NOCIONES SOBRE ESTRUCTURAS A. oF y > } >i] [ OTTO TOT ETTORE: FIGURA $6.A. La zona central de wi aislada, puede volcarse con facilidad. ccinto de forma alargada (Figur: Diversas maneras de dar resistencia lateral a dos elemen considerada de manera tos verticales, que sostienen a un tercero horizontal (explicadas en el parr. 92), tratando de reforzar su union con el terreno. C. Soluciones al mismo problema buscando —por el contrario— la rigidez en: los angulos o esquinas superiores (parr. 93). Es interesante comparar estas ultimas soluciones con la estructura de una mesa, que vimos en el parr. 77. 94. Este ultimo sistema estructural, for- mado por dos pilares intimamente unidos a una viga, es lo que se conoce con el nom- bre de pértico. Este que acabamos de ver es un portico con dos articulaciones, Puesto que los pilares no necesitan estar empotrados en el suelo, tal como vimos que ocurre con las patas de una mesa. Se utiliza mucho, como se dijo, en es- tructuras de hormigén armado y de acero. El elemento estructural que vimos an- tes en la Figura 54.E, se conoce también como portico de tres articulaciones. EL PROBLEMA DE SALVAR UNA LUZ 95.Se dice salvar una luz por resol- ver o cubrir una distancia entre dos apoyos. Este es un asunto de particular im- portancia en edificacin, puesto que siempre que abrimos un vano en un muro © deseamos dar forma a un recin- to 0 a un espacio determinado, tenemos que cubrirlo. Lo que implica que una parte de la estructura, de material pesado, tiene que ser capaz de soste- nerse en el aire, apoyada solo en sus extremos © en su contorno. Por eso —por ser importante y por adoptar muy variadas soluciones— lo veremos con mayor detalle. En la figura 57 se ilustran los si guientes ejemplos: A. Tablones de andamio apoyados en sus extremos; B. Una viga de madera que descansa en dos pilares: C. Un dintel que cierra por arriba el vano de una ven- tana; D. Una losa de hormigon armado que separa un piso de otro en un edificio; E. La enmaderacién de techumbre de un galpon. FIGURA 57. Ejemplos de clementos rectos capa ces de salvar una luz: A. Tablones de andamio B. Viga de madera entre dos apoyos. C. Un dintel sobre un vano. D. Losa de hormigén armado. E. Enmaderacién de techumbre de un gal pon. Pueden distinguirse elementos de . poco espesor lateral, en que predomina su lon- gitud, como los casos B y C de la figura, y otros que sirven para cubrir una super- ficie horizontal, como el caso A y, todavia mejor, los casos D y, E. 96. Cuando moderada, basta con utilizar una la distancia a salvar es viga CURSO DE EDIFICACION para los casos lineales y una losa si se trata de cubrir una superficie. No obstante, cuando las distancias entre los apoyos 0 las cargas que recibe son mayores, el problema se toma algo mas complejo y es necesario recurrir a varios elementos, 0 a barras 0 piezas combinadas. Veamos las manera ordenada. formas principales, de 97. Una viga reforzada. En la letra A de la Figura 58 tenemos una viga de mucha longitud, en relacién con su seccién, en peligro de flexionarse. La manera mas sencilla de resolver el problema es colocar un pilar inter medio, como se ilustra en la letra B de la figura, que reduce de inmediato a la mitad la luz primitiva. Si no deseamos 0 no podemos recu- rrir a este nuevo apoyo, tenemos que buscar por otro camino. Desde los apoyos de la viga podria mos colgar un cable capaz de resistir un peso semejante a la carga que ella recibe (letra C). Se ha colocado en cada apoyo una polea o roldana, donde el cable puede deslizarse y sostener sendos pesos que equilibran la carga central. (Notese que las pesas de los apoyos son iguales a la mitad de la carga central). En efecto, sosteniendo un tirante** desde cada apoyo de la viga (letra D) podemos reemplazar al pilar central que vimos en B. En este caso el elemen- to corto central y vertical (1-2) que se interpone entre los tirantes y la viga, trabaja ala compresién. Su funcion consiste en producir una separacion entre la zona traccionada inferior y la zona comprimida superior de este con- junto, tal como antes habiamos visto que ocurre en cualquiera viga simple. (Parrafos 31a 41). Cap.1,NOCIONES SOBRE ESTRUCTURAS 98. El mismo recurso podemos apli- carlo a un nivel mas alto (letra E), le- vantando cada apoyo por medio de un pilar. Para que estos pilares sean ca- paces de resistir las cargas iaterales, te- nemos que sostenerlos por medio de ti- rantes desde el suelo (como vimos antes en el parrafo 91 y en la Figura 35.C). En esta solucién, los pilares traba- jan a la compresién y todos los elemen- tos que hemos dibujado con una sola linea, trabajan a la traccién. En principio, los casos D y E son muy similares, pues to que no hemos hecho otra cosa que trasladar los tirantes lun poco mas arriba, manteniendo su misma direccion y Jos esfuerzos que soportan. Con este traslado, ha desa pparecido el elemento distanciador central y han apare ido los dos pilares de los apoyos, desempefando pare ‘ida funcion 99. También podriamos tomar el trian- gulo de la letra D y darlo vuelta hacia arri- ba, como se ve en la letra F. Al proceder asi —como ocurrira en otros casos similares— se invierten los esfuerzos: las barras incli- nadas trabajan ahora a la compresion (en vez de traccion) y el elemento vertical central esta traccionado (en vez de com- primido). En la solucion ilustrada en la letra D el punto 1 se apoya en el punto 2, mientras que en la solucion de la letra F, el punto | esta eolgado desde el pun- to 2. 100. La misma serie de _soluciones puede emplearse en una viga larga, que dividimos en tres tramos, en vez de dos, como se aprecia en la Figura $9. Vea, paso a paso, como trabajan las diversas partes de estas soluciones, com- parandolas con las de la Figura 58. 101. Diferente inclinacién de las fuer- zas. ;Qué ocurre si cambiamos el angulo de las barras inclinadas de estas solucio- nes, como las de las Figuras 58.D y 58.F? FIGURA 58. A. Viga de poca seccién que amenaza flexionarse. B. La solucién mas directa podria ser un apoyo central. En vez de este apoyo, podria tratarse de originar una fuerza hacia arriba equi valente, representada por el peso que cuelga de un cable (letra C), idea que se aprovecha en’ la solucién con tirantes de igual inclinacién, ilustrada en la ietra D. El elemento vertical 1-2 trabaja a la_compresion. Si trasladamos esta. misma solu- cidn un poco mas arriba (letra E) desaparece el elemento central y aparecen dos pilares compri- midos, que es necesario sostener con tirantes laterales hacia el terreno, como se vio antes en la Figura 55.C. Por iltimo, en la letra F se invierte todo el sistema, de manera que ios esfuerzos prin cipales resultan también opuestos: comparando asi la solucién de la letra D con la de la letra F, se observa que los elementos inclinados "traeciona dos estin ahora comprimidos y la barra central 1-2 comprimida esta ahora traceionada. (Las \iezas traccionadas se han dibujado con una sola linea) 20 sea, qué diferencias podrian apreciarse entre los dos sistemas que hemos dibujado de nuevo, con diversas inclinaciones, en la . Figura 60? FIGURA 59. La misma serie de soluciones de la fi gura anterior, dividida ahora en tres tramos. Los sistemas mas usados son los de las letras D y F, en que los esfuerzos de las barras correspondientes aparecen también invertidos. Vale la pena que nos detengamos un poco a considerar estas variaciones. Para ello, vamos a llevar a cabo un pequefio experimento. Colgaremos otra vez un cable desde dos apoyos, co mo hicimos en 58.C, pero ahora lo, ha remos de manera que las dos poleas puedan desplazarse horizontalmente con facilidad, como 10 hace un pequefio carro sobre un riel (representado en la letra A de la Figura 61). Por lo tanto, los apoyos o puntos des de donde antes colgaban las _poleas, que eran fijas, ahora pueden moverse sobre un riel horizontal. CURSO DE EDIFICACION Observemos las _ilustraciones_ marca das con las letras B, C y D de esta Figura ol. Se han dado diversas inclinaciones a los cables que sostienen el peso central. Lo que desde luego puede conseguirse solo mientras mantengamos fijas_ las poleas de los apoyos. Qué ocurre si las dejamos en li bertad de deslizarse sobre el riel? En los tres casos, las poleas de los apoyos tratan de correrse hacia el cen- tro del tramo. Las poleas del ejemplo B trataran de desplazarse con una fuerza relativamente pequefia; las del ejemplo C. con una fuerza igual al peso de cada pesa lateral, y la del ejemplo D, con una fuerza mucho mayor. Estas fuerzas horizontales pueden me- dirse por medio de otras poleas adiciona- les, que permitan colgar pesas, como se ve en la letra E de la misma figura. 102. Lo que acabamos de comprobar nos indica que en las soluciones que vi- mos en la Figura 58.D y en la Figura 59.D se originan fuerzas que tratan de aproxi- mar a ambos apoyos del sistema, que pro- duce una compresion en la barra horizon- tal que los une. FIGURA 60. Diferente inclinacién de las fuerzas © de las barras de los sistemas vistos en la Figura 58, letra Dy F. NOCIONES SOBRE ESTRUCTURAS Cap.t FIGURA 61. Diversas experiencias con pesos sostenidos por un cable entre dos poleas. En este caso los apoyos estan constituides por poleas que pueden moverse a lo largo de un riel horizontal (letra A). En los tres primeros casos (letras B, C y D) se comparan distintas inclinaciones del cable, que originan esfuerzos cada vez mayores de los apoyos, tratando de aproximarse entre si. Tales es fuerzos pueden medirse con una polea y peso adicional, que se ilustra en E. En las figuras restantes (Ie tras F, G y H) se muestran ejemplos de cables que soportan varias cargas, cuyos apoyos también tratain de aproximarse. De mayor importancia es lo que ocurre en las soluciones de la Figura 58.F y 59.F, Recordemos que en elas —por lo que vimos en el parrafo 99— todos los esfuerzos resultan invertidos. Es asi como en este caso las barras in- clinadas tratan de separar los apoyos, lo que ocurre con mayor intensidad mientras estén mas tendidas o su_incli- nacion sea menor. Estos esfuerzos dis minuyen cuando el conjunto tiene mayor altura 0 cuando las barras estan mas inclinadas. El valor intermedio se pro duce cuando ellas estan a 45°. La barra horizontal que une los apo- yos impide que estos se separen, si: guiendo los esfuerzos descritos. Para ello soporta un trabajo de traccién. Por ejemplo, en la Figura 60, los ma yores esfuerzos horizontales se produ cen en los ejemplos de la letra A (en el de la izquierda, por aproximar los apo- yos, en el de la derecha, por separarlos). En los ejemplos de la letra C. los esfuer zos son menores, e iguales al peso que recibe cada apoyo. En los de la letra B, son de valor intermedio. 103. Varias cargas desde un cable. En la Figura 61 se incluyen otros ejemplos de cables que soportan varias cargas (le- tras F, G y H). En ellos se producen tam- bign esfuerzos que tratan de aproximar fos apoyos, y que aumentan cuando el ca- ble esta mas tenso, o lo que es lo mismo, con menor curvatura. En los casos en que se voloca una serie de pesos iguales, 4 distancias también iguales, como en las letras Gy H, el cable forma una curva que recibe el nombre de eavenaria Eg B. FIGURA 62. Cable que sostiene varios pesos iguales (letra A), que corresponde a la estructura de un puente colgante (letra B). Los dos pilares del puente trabajan a la compresion. Los grandes esfuerzos laterales que produce el cable princi pal, se contrarrestan con tirantes anclados en el suelo. En este caso, las distancias entre las cuerdas que tostienen los pesos no son iguales. En cambio, cuando los pesos se tbican de tal manera que la distancia entre las cuerdas ver ticales sea la misma, la curva que se forma es una parsbola. ‘Ambas curvas geométrcas son muy parceidas, 104. Un puente colgante. Una aplica- cién muy conocida de esta forma de salvar una luz, como en la letra H de esta figura, ia constituye un puente colgante, del tipo ilustrado en la Figura 62.B. Los dos pilares del puente trabajan a la compresién. Para sostener los enormes esfuerzos laterales del cable principal, deben unirse sus extremos, con tirantes hacia el suelo, como ya hemos visto mas de una vez (Figuras 55.C; 58.E; 59.E). 105. Forma en que trabaja un arco.\ Si de nuevo damos vuelta 1a figura que forman estos cables que sostienen varios pesos, como ya hicimos antes (en los pa rrafos 99 y 102), sabemos que los es fuerzos resultan invertidos. Es asi como el arco ilustrado en la Fi gura 63.B trabaja Gnicamente a la com presion (al revés del cable de la letra A de la misma figura) y produce esfuerzos hacia los lados que tratan de separar los apoyos (a la inversa también de lo que ocurre en A). CURSO DE EDIFICACION Cada pieza de un arco o dovela es com- primida por las dos piezas vecinas actiia entre ellas como una cua. Los esfuerzos laterales que tratan de separar sus apoyos son menores en un arco alto, como el de la letra C de la figura y muy grandes en un arco bajo, como el de {a letra D. 106. La forma del arco proporciona la unica posibilidad de salvar una luz con materiales que s6lo trabajan a la com- presion, 0 dicho de otra manera, es la for- ma capaz de cubrir un espacio, sin que aparezca el esfuerzo de traccién, 0 el de flexion. Recuérdese que hasta hace poco, se disponia Unicamente de materiales capa ces de trabajar sdlo a la compresion con excepcion de la madera— como los ladrillos, las piedras, los _marmoles, ete. Por eso gran cantidad de edificios de la antigiiedad resolvieron de esta manera el problema de salvar una luz. A qué precio nos libra este recurso Qué con del arco, del esfuerzo de traccién? desventaja representa, comparado una viga recta que trabaja a la flexion? El arco da origen en sus apoyos a es. fuegzos horizontales o inclinados, que siempre ocasionan problemas en una es- tructura. En cambio la viga se apoya en sus extremos de manera simple, sélo con su propio peso y el de las cargas que so porta. Ellas son transmitidas al suelo | por los pilares 0 los muros, en direccién vertical Los esfuer2os inclinados de los arcos deben ser re sueltos cada vez. Pueden ser contrarrestados © equi dos por otf0$ arcos, por muros © por machones © cont fuerte, dando lugar a una variedad de soluciones, que seria interesante deseribir, plicarian imiilmente estas lecciones. Los edficios de piedra de otras épocas, como las gran des catedrales gotieas, de estructuras muy esbeltas y complejas, estabay resueltor con elementos superpues tos trabajando sélo a la compresion y representan un ver: dadero alarde de ingenio y equilibrio.(Véase Figura 76) pero que alargarian y com 107. La béveda y la capula. E] mismo principio dei arco se aplica a una bé- veda, que es un elemento estructural Cap.1, NOCIONES SOBRE ESTRUCTURAS FIGURA 63. Forma en que trabaja un arco. En A se ve un cable con varios pesos que corresponden a las dovelas y a las cargas del arco de la letra los del arco —al revés ‘Asi como los apoyos det cable tratan de aproximarse, tratan de separarse. En un arco alto (como en C) los estuerzos laterales son relativamente pequefios; en cambio, en uno bajo (como en D) ellos se toman muy grandes. En la letra E se ve un arco que sirve de apoyo a un puente. Los elementos verticales —al contrario de los de! puente colgante de la Figura 62.B— trabajan comprimidos. curvo en que predomina la superficie, por lo que sirve para cubrir o techar un es pacio (Figura 04.A). Se da el nombre de capula a una boveda con forma de media naranja o que tiene una base circular (le tra B de la figura) Ambas soluciones, con multiples va: riantes se aplicaron mucho en edificios de piedra y ladrillo —antes de la existencia del hormigon armado— por requerir, como se ha dicho, slo el trabajo de com presion de sus materiales. 108. Un simple horno de campo para cocer el pan es un buen ejemplo, en me- nor escala, de esta iiltima solucién cons tructiva (letra C) (Los principales provedimientos de arcos y bovedas se veran mas adelante) ecucion de COMO FUNCIONA UN TIJERAL 109. Para resolver una techumbre de madera o acero, se necesitan elementos triangulares planos, capaces de “salvar la luz” entre los apoyos laterales (Fi- a gura 65). Llamamos tijeral*' a cada uno de estos elementos transversales, cuyos de- talles constructivos se explicaran en un capitulo posterior. Por el momento, interesa_com- prender como funcionan sus _ partes, frente al problema general de salvar una luz, que venimos analizando. nos Consideremos quefio, de poca luz y grande. primero un tijeral_pe- luego, uno mas 110. Ya habiamos conocido en la Fi gura 58.F un conjunto de barras igual al que aparece de nuevo en la Figura 66, letra D. Pero vamos a llegar ahora a com- prender su funcionamiento — siguiendo otro camino, ilustrado en esta misma Fi- gura 66. Si colocamos sobre los muros de los costados de un recinto, dos maderos for mando las pendientes del techo, como se ve en la letra A de esta figura, ocurriria que ellos, al recibir el pesc de la cubierta, originarian esfuerzos laterales, que tra- tarian de separar los apoyos 0 de volcar los muros (letra B). se FIGURA 64. A. Un ejemplo de béveda, o ele mento estructural curvo, parecido al arco, pero con mayor superficie lateral. B. La béveda con forma de media naranja se llama eapula. C. Homo de campo para cocer pan, con estructura en forma de cupula. ‘Por qué ocurre este fendmeno? ;He mos visto ya su explicacién? (repasar pa rrafos 99 a 102) 111, Para evitar que los apoyos se separen por la accion de estos dos ma: deros —que se llaman pares o piernas del tijeral—, los unimos con una barra horizontal, que se llama tirante** (letra C). Los pares trabajan_principalmente a la compresion (iratan ademas de {lexio narse por las cargas de la cubierta), y el tirante a la traceion. : Hasta este momento podemos consi derar resuelto el problema basico, puesto que hemos formado un tridngulo, que sabemos es perfectamente indeformable. Sin embargo, si aumenta el tamafio de este triangulo, comienzan a aparecer pro blemas secundarios. Ya que no conven- dria recurrir s6lo a aumentar el grosor 0 escuadria*’ de los maderos, sino mas CURSO DE EDIFICACION bien adoptar otros caminos, como los que pasamos a considerar. 112. Por ejemplo, si el tirante es muy largo, comienza a flexionarse por su propio peso. Para evitar este inconve niente podemos sostenerlo desde la cus pide del tijeral (letra D). En este caso, el nudo 2 de la figura cuelea desde el nudo I y por lo tanto esta nueva barra ver- tical, llamada pendolén,* trabaja ala traccién. Nos ha sido posible colgarnos desde el audo I porque es un punto perfectamente firme del tijeral. ;Por qué? Porque se apoya en ambos pares y para descender seria necesario que ambos pares se sepa- raran en su base, lo que no es posible por- que lo impide el tirante. 113. También los pares tienden a fle xionarse si aumenta el tamafio del tijeral Podemos evitarlo, colocando otras ba Tras que actien como puntales, apoyan- dose en el nudo 2 (letra E). Estas barras se Haman tornapuntas* y trabajan a la compresién. Ellas disminuyen a la mitad la luz de los pares, constituyendo un nuevo nudo, el numero 3. Este nuevo nudo se apoya en el 2, que a su vez, cuelga del 1. Se tiene asi un sistema cerrado, forma- do por una serie de piezas que trabajan en conjunto, apoyandose y complementan. dose unas con otras. FIGURA 65. Conjunto de tijerales o elementos estructurales planos, que sostienen 1a cubierta de una techumbre. Cap. NOCIONES SOBRE ESTRUCTURAS 114. Un tijeral de mayor Iuz. Obser- vemos la Figura 67, en cuya letra B tene- mos una forma semejante a la altima de la figura anterior. Sabemos que el nudo 3 es tan firme co mo el 2, puesto que se apoya en él. A su vez, que el nudo 2 resiste los esfuerzos que le transmiten las tomapuntas, porque cuelga del nudo 1. La tnica diferencia del nudo 3 de este tijeral, con respecto al del anterior, es que no esta en el punto medio del par. Pero como es un punto firme, podemos colgar de él el nudo 4 (letra C de la figura). Lo hacemos con una nueva barra vertical, que trabaja a la traccién y que se llama péndola*’ . Desde el nudo 4 podemos sostener otra tomapunta (letra D), que procu rara un nuevo punto de apoyo al par, en el nudo 5. Por ultimo, el nudo 6 cuelga del 5 por medio de una péndola de menor longitud. En estas figuras s¢ han dibwjado con una linea las paras ccionadas y con dos lineas las barras compr sides), 115. Dos formas parecidas. Conviene no confundir las dos enmaderaciones de techumbre que se ilustran en la Figura 68 y que para una persona no técnica pueden parecer casi iguales. En la letra A se muestra un madera, apoyado en sus dos extremos, que corresponde al tipo ya estudiado en la Figura 66.£. En cambio, en la le tra B no hay propiamente un tijeral (que salva una luz entre dos apoyos), sino una enmaderacion corriente del techo de una vivienda, con tres apoyos. En este caso, en vez del tirante traccionado de A, te- nemos envigados de cielo sobre tres apo- yos, que trabajan en cada tramo_ princi- palmente a la flexion. No obstante, la diferencia mas impor- tante entre las dos formas de la figura esta en el pendolén traccionado de A, que en el segundo ejemplo viene a ser una prolongacién hacia arriba del ta- bique de la vivienda, que constituye el tijeral de 9 T FIGURA 66. Forma en que trabaja un tijeral Pequefio. Si se colocan sobre dos muros (vistos en un corte o perfil) dos maderos inclinados, como se ven en A, ellos tenderin a separar los apoyos y a volear los muros (B). Lo que se evita uniendo los apoyos con ef tirante (C) que trabaja traccio nado. Si hay peligro de que el tirante se flexione, puede colgarse su punto medio desde el nudo | (letra D) con una barra vertical traccionada que se llama pendolon. Por iiltimo, en el nudo 2 se pueden apoyar puntales (E) que disminuyan la luz de los pares. y que reciben ei nombre de torna- puntas. Trabajan comprimidos. apoyo central de las vertientes. Este elemento trabaja a la compresién y en €l se apoyan los pares, como si. fuesen vigas inclinadas. VOoCcCABULARIO 7 CUBIERTA. Capa o parte exterior de Ia te chumbre de un edificio, que lo pre tege de la lluvia, Puede estar consti tuida_por laminas de acero galvanizado. de cobre, por tejas de arcilla cocida 0 de cemento, por planchas de asbesto cemento (“Pizarrefio”), por carton em- breado (“fonolita”), ete ESCUADRIA. Nombre que se da a las dos dimensiones de la seccién transversal de un madero aserrado 0 labrado a es cuadra. Se indica por lo general en pulgadas. En las maderas cepilladas debe agregarse su. equivalencia en mili metros. Se dice asi roble de 2x4" bla 3/4 XS" (14 115 mm). PENDOLA. Elemento vertical de una ar madura de techumbre 0 tijeral que une un punto del par con otro del tirante, como se ilustra en Vocabulario 4. Tra baja siempre a la traccién. ‘A la pendola central del tijeral, por ser mayor, se le designa con el aumen tativo de PESDOL ON TORNAPUNTA. Madero de una arma dura ensamblado en uno horizontal, para apear 0 sostener otro horizontal 0 inclinado, como se ve en la figura. Cuando este madero se apoya en un ele: mento vertical, para sostener igual mente a otro horizontal 0 inclinado, se llama JABALCON. VANO. Hueco de un muro 0 de un tabique, por lo comin para colocar una puerta ventana. LU CURSO DE EDIFICACION FIGURA 67. Tijeral de mayor luz. La diferen cia entre este tijeral y el de la figura anterior. es que el nudo 3 (letra B), en vez de estar en el centro del pars esta mas cerca de su extremo su perior. Desde el nudo 3 se cuelga, por medio de una péndola, el nudo 4 (letra C), que sirve para apoyar una nueva fornapunta, entre el 4 y el 5. Desde el nudo 5 se cuelga el nuda 6 (por medio de otra péndola), que de nuevo sirve de apoyo a una altima tornapunta. Las péndolas trabajan traccionadas y las tomapuntas, comprimidas. Es indudable que estas diferencias tan importantes en el trabajo que efectuan sus partes, se reflejan en los sistemas de union de cada nudo, que serin estudia dos en capitulos posteriores. 116. Otros tipos de tijerales y de vi- gas armadas. Un tijeral es en realidad una viga armada (como la que se ilustrd en la Figura 22.C), en que se aprovecha su forma triangular para formar las _pen- dientes de la techumbre. En la Figura 69 se reunen los principa~ les disefios que suelen emplearse tanto en tijerales como en vigas armadas, particu larmente cuando son de acero. En todos ellos se cumplen las ideas ge~ nerales que se han revisado hasta aqui. NOCIONES SOBRE ESTRUCTURAS Cap. B T £ “jl rif FIGURA 68. Estas dos enmaderaciones de te chumbre, que a primera vista son parecidas, tra bajan en forma muy diferente. La de la letra A es un fijeral, que descansa en dos apoyos, como se vio en la Figura 66.E. La letra B muestra una enmaderacion corriente de una vivienda, con tres apoyos. Las piezas horizontales son vigas de cielo, trabajando a la flexion (en vez del tirante de A). El elemento central es una continuacion del tabique divisorio, que trabaja a la compre sion (en vez del pendolon traccionado). CVV FIGURA 69. Principales disefios de tijerales y de vigas armadas que se construyen en acero en madera. En todos ellos se cumplen las ideas generales que se han visto para una viga simple, en cuanto a que tienen una zona superior com primida y una zona inferior traccionada. Las barras intermedias, que forman triangulos mas pequefios, trabajan altemadamente a la trac cidn y ala compresion Tal como en una viga simple, hay siempre una zona inferior traccionada y una zona superior comprimida. También como en unia viga, es muy importante la separacién entre estas dos zonas, especialmente hacia el centro de ta luz, lo que se cum- ple muy bien en la forma de un tijeral 6 Légicamente, el conjunto es mas resis- tente mientras mayor sea su altura. Las barras intermedias —que forman multiples triangulos pequefios— —_man- tienen la separacién entre las dos zonas principales y trabajan alternadamente a la compresién y a la traccién. FORMA EN QUE SE MUEVE UNA ESTRUCTURA 117. Si la estructura de un edificio recibe fuerzas externas que traten de moverla, como ocurre en el caso de tem- blores de tierra o de huracanes, no todas lo hacen de la misma manera. Cada es- tructura, no solo de un edificio sino de cualquier objeto, tiene una forma particu lar de moverse o de deformarse. Hagamos un sencillo experimento: Colguemos desde un liston horizon- tal —como se ve en la Figura 70— tres objetos suspendidos por hilos de diversas — = | &- FIGURA 70. Si colgamos tres pesos desde un listén horizontal, sujetos con hilos de diversa longitud y movemos el liston de izquierda a de recha, altemadamente, podemos observar que los tres pesos adquieren movimientos _pendu. lares a distintas velocidades. El que tiene el hilo mas corto se mueve mas rapido, y el de! hilo mas largo, con mayor lentitud. Se lama pe riodo al tiempo que demora cada peso en llevar a cabo un movimiento completo. 2 (CURSO DE EDIFICACION longitudes. Si provocamos luego en el listn un movimiento oscilatorio hacia ambos lados, en su misma direccién, po demos observar que los tres objetos ad quieren movimientos pendulares o alter- nativos a diversas velocidades. El que tiene el hilo mas corto se mueve mas rapido que el mediano y éste, a su vez, con mayor rapidez que el del hilo mas largo. Incluso, si los objetos estan mas o menos proximos, pueden producirse cho ques entre ellos. Llamamos periodo al tiempo que de. mora cada objeto en cumplir un movi miento completo. De modo que pode mos decir que cada objeto colgante de nuestro ejemplo adquiere un movimiento de periodo diferente al del vecino, puesto que tarda en efectuarlo una cantidad de tiempo también diferente. Asimismo, el periodo de cada obje- to colgado, en condiciones semejantes, es siempre el mismo. Por eso se usa el mo- vimiento de un péndulo, de longitud de terminada, en el mecanismo de ciertos relojes, 0 sea, se le utiliza precisamente para medir con exactitud el transcurso del tiempo. 118, Consideremos ahora, al revés del ejemplo anterior, diversas estructuras que se alzan desde cl suelo, de diferentes for- = —_ FIGURA 71. Estructuras de diversos materia les, con diferentes alturas, formas y pesos, que se alzan desde el suelo. Unas son flexibles y livianas, otras rigidas y pesadas. Si se mueve cl suelo, cada una de ellas se deforma y oscila de manera diferente, también a velocidades distin tas entre si. Sin embargo, cada una tiene una manera particular de moverse, tiene un periodo propio, que el diseniador debe tener en cuenta. mas, alturas y materiales, como en la Fi- gura 71. Intervienen en ellas factores mas diversos y complejos que los del ejemplo anterior, puesto que a las diferencias de altura, tendriamos que agregar variacio- nes en su masa 0 peso, en su grado de elasti- cidad o flexibilidad, en su unién al suelo, etc. Algunas son altas y delgadas, otras bajas y macizas. Unas son eldstieas, pue- den deformarse con facilidad, otras son rigidas, se oponen a cambiar su forma. Sin embargo, todas ellas —a seme. janza de los objetos colgados de la Figura 70— tienen al moverse un periodo pro- pio, es decir, efectian un movimiento completo. en un tiempo determinado, que es caracteristico para esa estructura y diferente al de otras estructuras vecinas. En la practica, ya sea que se trate de estructuras si sidas 0 elasticas, debe cuidarse que su periodo propio no se parszca al periodo de los movimientos sismicos, que es mas 0 menos conocido y posible de determina Elio para evitar que se produzca entre ambos movi rmientos oscilatorios el fendmeno llamado resonancia, que hace que su amplitud 9 magnitud de las ondas se va yan sumando en cada periodo, de manera que podrian llegar a provocar la destruccion de la estructura, Mas alla de estas precauciones generales, estudios modernos sobre estructuras, consideran que cada te reno de fundaciin de un edificio tiene caractersticas particulares de movimiento en el caso de un sismo, que se pueden conocer de manera experimental, Lo que faci cada ver Ia eleccion de Ia estructura mas apropiada para ln determina caso, 119. La conclusion que nos interesa de- ducir de estos aspectos apenas esbozados aqui, es que cada esqueleto resistente de un edificio se comporta de una manera pro- pia o particular, que puede ser diferente al de otras estructuras contiguas. Consideraciones que refuerzan lo apren- dido en los parrafos 64 a 68 de este capitulo, cuando deciamos que ellas deben ser homogéneas, 0 sea, con materiales y ele- mentos de la misma naturaleza en todas sus partes. Tendriamos que agregar que no deben juntarse dos estructuras de muy diverso comportamiento elastico, puesto que no solo podrian dificultarse entre ellas su natural oscilacion frente a un movimiento Cap.l. NOCIONES SOBRE ESTRUCTURAS sismico 0 a golpes de viento, sino que pueden provocarse choques y graves dajios entre NUEVOS RECURSOS ESTRUCTURALES 120. Mencionaremos de pasada otras formas actuales, bastante empleadas en edificios especiales, que podemos enten der facilmente con los conocimientos adquiridos hasta aqui. Su presentacién y explicacién somera nos servira al me- nos como un ejercicio. FIGURA 72. estercométricas 0 es paciales. A. Este ejemplo esta formado por varias vigas de celosia (véase Fig. 22.B), que se cruzan en ambas direcciones. B. Con las barra pueden formarse piramides de base cuadrada unas con la base hacia abajo y otras con la base hacia arriba. C. Estructura circular a base de vigas de celosia que se cruzan en el centro. Estructuras 6 121. ESTRUCTURAS —ESTEREOME- TRICAS. Todas las formas de tijerales que vimos en los parrafos 109 a 116 son planas. Constituyen una red o retieu- lado de barras que forman triangulos, todos contenidos en un plano. Pero también pueden construirse for- mas triangulares en tres dimensiones, es decir, que en vez de estar todas en un plano, avancen en diversas direccio- nes, como las de la Figura 72. Se conocen como estructuras estereométricas 0 es tructuras espaciales. Pueden ser rec. tas o curvas. ‘Asi como la unidad bisica de las estructuras anterio res era el triingulo, como elemento indeformable, ahora lo es el tetraedro. constituido por cuatto tridngulos en diversos planos, que forman una unidad espacial resis tente en cualquiera direccion. A veces se recurte a formas mas acles de combinar, como las piramides de base ‘cuadrads, con su cspide hacia arriba o hacia abgj. 122. Una placa horizontal _estereo- métrica, de caras planas, puede cubrir un espacio en forma similar a una losa de hor. migén armado. Como en ella, las barras de su cara inferior trabajan a la traccion y las de su cara superior, a la compresion. En el caso de estructuras curvas, que se parecen mas a una boveda o a una ciipula, predomina, como en ellos, el trabajo a la compresién 123. ESTRUCTURAS —LAMINARES. Si tomamés una lamina de yeso, por ejemplo, apoyada en sus extremos y le aplicamos una fuerza en direccién per- pendicular a su cara principal, como se ve en la letra A de la Figura 73, ella ofrece poca resistencia y se rompera con cierta facilidad. Si en cambio la some- temos a esfuerzos en la direccion de su propio plano, como en la letra B, resiste cargas notablemente superiores. Laminas menos resistentes, como una simple hoja de papel, que mientras tienen su forma plana solo podrian sopor- tar algin esfuerzo de traccién, pero nin- guno de flexion, adquieren rigidez y resistencia a la flexion al ser plegadas convenientemente (letra C). CURSO DE EDIFICACION FIGURA 73. Estructuras laminares y cascaras. A. Si aplicamos a una lamina de yeso una carga perpendicular a su cara principal, podemos romperla con facilidad. B. Si en cambio la cargamos en la misma direccion de su plano, resiste mucho mas. C. Plegando una simple hoja de papel en varios do bleces, adquiere rigidez longitudinal Esto se aprovecha en una plancha de acero galvanizado aca nalada y en varios elementos y formas de techumbre, D. El mismo principio se emplea en laminas del gadas curvas, que reciben el nombre de cdscaras, aludiendo a una cascara de huevo. Se muestran aqui varios ejemplos de formas muy usadas en la actualidad. Es lo que hace que una plancha de acero galvanizada plana, que no tiene resistencia. a la flexion, la adquiera cuando se le imprimen ondulaciones, para ser empleada en cubiertas. Esta nueva forma permite separar, para cada onda de la plancha, una zona_ inferior que resiste esfuerzos de traccién y una superior, que trabaja a la compresion. 124. Aprovechando este principio de hacer trabajar superficies delgadas solo en la direccin de su mayor extensidn, se han construido obras notables, que a veces se llaman easearas, aludiendo a una cascara de huevo (letra D de la fi gura) o que adoptan la forma de laminas plegadas. Con el empleo, en efecto, de materiales actuales como el hormigén armado y este nuevo principio laminar, se han construido cupulas —inmensas, —_proporcionalmente mas delgadas que una cascara de huevo (unas siete veces mas delgadas), que pesan Cap.1.NOCIONES SOBRE ESTRUCTURAS IGURA 74. En las llamadas_membranas se aprovecha la resistencia a la traccion de algunos tipos de laminas. A. Una carpa o toldo de lona est solicitado a la traccion en todas direcciones. B. Pista de patinaje de la Universidad de Yale. en Estados Unidos. La techumbre esta soste nida por un arco longitudinal, con curvatura invertida en los extremos. Desde alli cuelgan cables hacia tas paredes exteriores, que sostic nen una cubierta de madera. hasta 30 veces menos que una cépula de igual luz, construida en piedra. 125. MEMBRANAS. Utilizando sélo la resistencia a la traceién de algunos tipos de -laminas, puede resolverse también el problema de cubrir un espacio. Es el principio que se emplea en una carpa (Figura 74. A), en que la lona esta solicitada a la traccion en todas direc- ciones. Las membranas pueden construirse de diversos materiales que resistan la trac- cidn. Incluso se utiliza a veces el sistema de cables de acero, para sostener entre ellos otro material de relleno. En fa letra B de esta figura se ilustra la estructura de una pista de patinaje de Ia Universidad de Yale, en Esta dos Unidos. disefiada por el arquitecto Saarinen. La techumbre esti formada por un arco central, con curvatura invertida en los extcemos. Desde este arco cuelgan et bles hacia 1as paredes exteriores, que sostienen una cu bierta de madera TIPOS PRINCIPALES DE ESTRUCTURAS 126. A modo de resumen y para dar término a estas nociones generales so- bre estructuras, demos un vistazo so- mero a los principales tipos que pode- mos reconocer en los edificios. Hasta hace un tiempo, antes del em pleo del hormigén armado y del acero en los esqueletos resistentes. | —cuyo uso sGlo se generaliza a fines del siglo pasado— predominaban en los ed cios de albafileria los grandes pafos de muros resistentes, con pocos huecos 9 vanos de puertas y ventanas. No se notaba una separacion entre las partes resistentes y las que servian para dividir los ambientes, como ahora, sino que por lo comin todo el edificio, 0 por lo menos, todos sus elementos _verticales, eran macizos, capaces de soportar gran- des cargas y de resistir esfuerzos hori- zontales (Figura 75). Estos muros podian ser de piedra, de ladrillo, de adobe, de tierra apiso- nada, segin la categoria del edificio. Entre un piso y otro se utilizaban envi gados de madera, simplemente apoya. dos en los muros. En lo alto, una armazén de techumbre, también de madera, soste- nia la cubierta®’ . La totalidad de las cargas originadas por los pesos de las techumbres, de los envigados y de los demas elementos eran trasladadas verticalmente al _terreno, por medio de los muros y pilares. 127. El arco y la béveda. Un avance importante en este tipo de estructuras fue alcanzado con la introduccién del arco y la béveda: el primero para cubrir vanos © salvar una luz entre dos apoyos FIGURA 75. Edificio antiguo de albafileria de ladrilios, de dos pisos. Muros macizos con po ‘cos vanos de puertas y ventanas. Entre los pisos. un envigado de madera, apoyado simplemente en los muros (sobre Maves de madera). A nivel del piso, un envigado de menor luz, sostenido en ‘su centro por viges maestras, que descansan a su vez en povos. Este sistema debia ser ventilado transversalmente, para impedir 1a putrefaccion de la madera (obsérvense las vensanillas de ven tilacion). La totalidad de las cargas son tras ladadas por los muros verticalmente al terreno. En lo alto, una enmaderacion de techumbre recibe la cubierta. y la segunda para techar o cubrir super- ficies (Figura 76). Se podian aprovechar asi amplia- mente materiales como la piedra y el ladrillo, que sdlo resisten bien la com- presion, para estructuras completas, en que cada pequefio trozo de arco 0 boveda © muro, es comprimido por sus elementos contiguos. Sin embargo, no obstante sus amplias posibilidades, estas soluciones dan ori- gen (como vimos ya en los parrafos 105 a 108), ademas de las cargas verticales, a fuerzas inclinadas, que deben ser estudia- das y equilibradas por otras fuerzas, 0 por machones y refuerzos especiales. CURSO DE EDIFICACION Talver convenga destacar en esta parte —trente al problema general de sabar una luz— que siempre se repite ‘el mismo esquema que hemos estudiado en una viga sim ple, en una viga armada y en un tjeral. en cuanto a la exis: tencia de una zona inferior traccionada y una zona supe ior comprimida Incluso en este elemento tan diferente, como es el ‘arco, podemos descubrit el mismo principio. Sabemos {que todas y cada una de sus partes estan comprimidas. {Pero e8 posible que en este caso se climine por completo Ja traccion? Puede lograrse una forma capaz de cubrir un espacio, o de salvar una lu7, sin aue aparezca en parte alguna la traccion’? La verdad e que ef arco, al originar estuerz0s incl nados, que tratan de separar sus apoyos, no hace sino tras ladar Ia zona de traccion hacia el terreno en que se afirman e305 apoyos. FIGURA 76. EI arco y 1a béveda permiticron resolver dificiles problemas _constructivos, con materiales que solo podian trabajar comprimi dos. como Ia piedra, el ladrillo, ei marmoi. Es asombroso comprobar como es posible con ellos no solo cubrinun espacio, sino obtener las formas y estructuras mas complejas. en base a peque jos trozos de piedra o ladrillo, que se transmiten los esfuerzos de compresion unos a otros, hasta evarlos al terreno. Con esta solucion se origi nan fuerzas inclinadas, que deben ser equili bradas por otros arcos 0 bovedas, por machones exteriores u otros elementos especiales Cap.1. _NOCIONES SOBRE ESTRUCTURAS Esto se ve con claridad en el arco ancho y bajo de la letra A de la Figura 77. Los grandes esfuerz0s inclinados que actian sobre los apoyos en direcciones opuestas hacen que el terreno, al impedir que estos puntos se sepa ren, deba trabajar a la traccién. Algo muy semejante por lo demas a lo que ocurre con el triangulo de la letra B, for ‘mado por dos maderos apoyades en e! suelo © sea, que el principio general se repite, slo que la ona inferior traccionada esta ahora en e terreno mismo. EI arco podria ser considerado pucs, desde este punto e vista, como una viga muy especial, en que slo cons truimos su zona superior comprimida y cuya zona trac ionada esti constituida por el terreno en que descansan sus apoyos. En este sistema tan particular, la parte itil y habitable se halla ubieada entre ambas zonas, Lo mismo se puede decir que ocurre en arcos mas altos © de otras formas. En ellos solo se complica un poco mas, la transmision de las cargas inclinadas hacia el suelo, 128.La madera y el acero. En todas las épocas se ha aprovechado la madera para construir gran variedad de arma zones y esqueletos resistentes, por ser durante mucho tiempo el unico material disponible capaz de récibir traccion y apto para trabajar, por lo tanto, a la flexion. Se construyeron en este ma- terial estructuras para viviendas, puen- tes, torres, fortificaciones, ademas de sus numerosos empleos en obras meno- res, de todo tipo de muebles. de revest mientos, de adornos, etc. Ha sido por ello la madera un material de particular importancia, sin dejar de tener algunas limitaciones. Una de ellas se refiere a la dificultad para unir 0 en- samblar las piezas o barras que confor- man un esqueleto, sin disminuir- demasiado sus secciones utiles, como tendremos opor tunidad de estudiar mas adelante. Otro inconveniente es su menor duracion, con respecto a otros materiales. Hasta que aparecieron, ya casi en nuestra época, los perfiles de acero, que en un principio se utilizaron en estructu- ras muy semejantes a las anteriores de madera. Hemos visto que una barra de acero es capaz de trabajar en forma muy parecida a una barra de madera, solo que con una resistencia’ considerable- mente mayor (Figura 78). Los esqueletos de acero, como los de madera, aparecen claramente _ diferen- ciados en un edificio, en relacion a las FIGURA 77. El arco no elimina la zona traccio nada que vimos en una viga dimple, sino que en cierto modo 1a traslada al terreno. Puede consi derarse asi como una viga muy especial, en que solo construimos su zona superior comprimida y cuya zona traccionada esta en el suelo. Su parte Util se ubica entre ambas. A. Arco que cubre un hangar para aviones. B. EI mismo fendmeno descrito se produce con estos dos maderos que tratan de separar sus apoyos. partes que sirven de separacién de los ambientes, tanto en sentido vertical, como horizontal. 129. El hormigén armado. Por prime- ra vez se puede obtener con este material —también aparecido en nuestra época— una estructura completa de una sola pieza, formando un solo todo, como tendremos ocasion de apreciarlo mas adelante, en un capitulo especial de este curso. En general, para construir algo, siem- FIGURA 78. de acero. fueron los de madera Los esqueletos en un principio. semejantes a La falta de diagonales o de triangulacién, pue- de reemplazarse con la rigidez de los numerosos nudos 0 uniones. Estas estructuras aparecen claramente diferenciadas, con respecto a los materiales que sirven para separar los recintos. (Su estudio detallado se vera mas adelante). 08 (CURSO DE EDIFICACION pre fue necesario unir elementos mas pe- quefios. Ya se trate de ladrillos, piedras, adobes, madera, acero, siempre es necesa- rio pegar, adherir, ensamblar, clavar, apernar, soldar. Asimismo deben unirse después a la estructura los rellenos, los re- vestimientos, los pavimentos, los cielos, las molduras, los artefactos, etc. Se diria que construir consiste principalmente en unir partes entre si. Sin embargo, con el hormigén ar mado desaparecen de golpe todos los pro- blemas de union en las estructuras, de manera que los muros, los pilares, las forman un solo elemento vigas, las losas, continuo. Surge asi una nueva propiedad con este material, conocida como continuidad, que se traduce, por ejemplo, en que los diversos tramos de un pilar, en un edificio de varios pisos, como los tramos de una viga larga, entre varios apoyos, en vez de estar formados por diversas barras 0 piezas unidas en cada nudo o cruce, estan constituidas por una sola pieza. Esta propiedad permite un notable ahorro de material, a la vez que hace desapa- recer numerosos problemas _construc- tivos. Proporciona también el hormigén ar- mado, entre otras ventajas, una gran libertad de formas, que permite realizar obras muy diferentes a las que se venian construyendo hasta ahora. A medida que avancemos en las leccio- nes de este curso, iremos poco a poco comprendiendo mejor estas y otras ca- racteristicas de los edificios, de igual o mayor interés que las anotadas. 130. Observemos, para terminar este capitulo, las estructuras que se muestran —en corte esquematico— en la Figura 79. La primera (letra A) fue muy co min en edificios antiguos de albafileri con predominio de muros resistentes y pocas ventanas o vanos. La de. la letra B es el caso opuesto, de una estructura en hormigén armado, con apoyos centrales y vigas y losas en voladizo. En ella se apro- vecha la parte central para escaleras, ascensores y todos aquellos elementos fijos en un edificio, dejando el resto como grandes espacios libres, que se pueden dividir a voluntad. Hacia el exterior, un tabique liviano, vidriado u opaco, que recibe en la actualidad el nombre de muro cortina. En la letra C se muestra el esquema de una estructura. muy frecuente en hor- migon armado para edificios de depar- tamentos, en que los elementos resis- tentes, verticales y horizontales, forman un cuadriculado, que recuerda un panal de abejas. Es mas econémica, pero tiene la desventaja de no permitir trans- formaciones en la division de los recintos. FIGURA 79. Esquemas de tres tipos de estructuras diferentes. A. Edificio antiguo de albafileria, que se vid con mas detalles en la Figura 75. B. Estructura en hormigén armado, con apoyos centrales y vigas en voladizo. Hacia el exterior van tabiques livianos —vidriados u opacos— que se conocen en la actualidad como muros cortina. C. Estructura de hormigén armado para edificios de departamen tos, en que las losas horizontales y los muros verticales forman un cuadriculado resistente. Cap.ll. LA VIVIENDA DE MADERA La continuidad de los elementos de hor- migon armado, especialmente en el ejem- plo de la letra B que acabamos de ver. nos hace pensar en la estructura de un arbol. como el de la primera ilustracién de este curso. estructura también continua y per- fecta desde muchos puntos de vista. Capitulo I LA VIVIENDA DE MADERA I. Recordemos que la madera era el Unico material disponible —hasta el siglo pasado — capaz de trabajar a la traccién y, por lo tanto, también a la flexion. Propie dad ésta que, sumada a su manuabilidad y facilidad de empleo, la hacen apta para resolver la mayoria de los problemas es tructurales Observemos Ia figura 80, que muestra algunos casos caracteristicos de la evolu cidn de la vivienda con este material. Vemos otra vez en la letra A la forma de estructura mas elemental posible, que ha biamos mencionado en el parr. L88 y en la Figura 53. letras A y B. El espacio que resulta con este esqueleto triangular —que es resistente en todas direcciones— puede ampliarse con la estructura que se ilustra en B. Esta formado por una horca u horcdn, que es un elemento constituido por dos palos verticales hincados 0 empo. trados en el suelo y un tercero’ horizontal FIGURA 80. Ejemplos caracteristicos del desarrollo de la vivienda de madera a través del tiempo. A. Forma que vimos en la Figura 53 del Cap. anterior. como empleo primitivo del triangulo. B. Aparece el uso del horedn, formado por dos maderos verticales y uno horizontal. C. Uso mas elaborado del mismo sistema, D. Estructura semejante a la de cualquiera choza campesina. E. Muy buena forma de re solver las paredes. con ramas de arbustos y barro, llamada quincha, chilenismo de origen quichua, que se usa también en Peri, Argentina, Ecuador y Colombia. F. En zonas en que hay abundancia de madera, Se construye a menudo en base a troncos, canteados en dos caras, G. Vivienda a base de entramados, que estudiamos en este capitulo, apoyado en ellos. (Servia precisamente para colgar a los condenados a esta pena) Cada poste termina por arriba con una horcadura, que es el angulo natural formado por el comienzo de dos ramas que nacen del mismo punto. Luego, en esta base se apoyan numerosos maderos incli nados 0 costaneras®, que dan forma al recinto. CURSO DE EDIFICACION Una estructura algo mas elaborada, utilizando el mismo elemento basico de la horea, tenemos en la letra C. Por lo comin los maderos van amarrados en las uniones con mimbre® 0 con cintas de cuero. Y todavia una estructura mas parecida a la que vemos aun en construcciones ru- rales, en la letra D. 2.La quincha. Cuando la estructura VOCABU COSTANERA. Cada uno de los maderos largos que se apoyan en la cumbrera, 0 pieza horizontal que forma el caballete dela techumbre de un edificio. (Esta palabra’ merece una _aclaracion. Es corriente que se Mame tambien asia las correas 0 maderos horizontales, que reciben la cubierta, Ella deriva en primer lugar de cuesta, © terreno en pendiente, que justificaria su empleo para designar maderos inclinados. Sin embargo. tam bien tiene igual origen la palabra costa, costado. orilla del mar, que viene a seme jarse mas a la direcciin horizontal, en la pendiente de la techumbre). Nosotros usaremos en este curso la pala bra costanera para los maderos inclinados, parecidos al par de un tijeral, y correa para los horizontales. Sin que se conside re un error emplearia en cl otro. sentido que explicamos: COLIGUE. Madera muy dura y resistente de una planta chilena de tallo parecido al bambi, aunque macizo, interrumpido de trecho en trecho por nudos tlenos. En otra época se uso mucho sobre la enmade racion de techumbre — ya en tallos enteros © partidos longitudinalmente — en vez de entablado, para recibir el barro que ser via de asiehto a las tejas. En la actualidad su empleo se ha restringido a Ja estructu ra de un tipo de muebles muy carac co, a veces combinado con mimbre. MIMBRE. Varillas delgadas y flexibles que se obtienen de un arbusto. Hamado min brera. Su madera blanca, que se torna con el tiempo algo amarillenta, es muy resistente y se utiliza, entera o partida, para confeccionar muebles, sillas, me sas, canastos, cubiertas de botellas, etc Se prepara con ramas generalmente cor tadas en inviemo, que se dejan en agua isti LARIO 8 ESS Je ce nn aS hasta la primavera. Se deja partir y clavar con facilidad, mientras esta verde. que es el estado en que se trabaja, CEPO. Conjunto de dos maderos 0 barras que sostienen 0 sujetan entre ellas a una tercera. Se dice unit en cepo piczas de madera, cuando se emplea este siste ma (ver figura). También se Hama cepo o tajo a un madero grueso, en que se fija o asienta una bigor nia, un yunque © un tomillo de carpinte 0,0 sirve para partir madera con un hacha. CALAFATEAR. Cerrar las junturas de la madera o de otros elementos, con estopa y brea o materiales semejantes, para que no pase el agua. En alcantarillado, se Nama particularmente asi a la union de tuberias de hierro fundido, que se efectia con estopa y plomo derretido. MUESCA. Concavidad 0 hueco que hay 0 se hace en una cosa para encajar otra. ENTREPISO. Separacién horizontal entre un piso 0 nivel de un edificio y otro conti guo. Puede estar formado por un envi ado 0 entramado horizontal o por una losa de hormigén armado, PANEL. Elemento prefabricado plano, que sirve como un tramo de tabique. de cielo, de piso o techo de una vivienda. (La palabra designaba en un comienzo al trozo de pared o de la hoja de una puerta. que quedaba limitado por las fajas 0 mol duras de la ornamentacion). Cap. LA VIVIENDA DE MADERA, En estos grupos de herramientas. que se titularan —de manera semejante a los Vo cabularios— Herramientas I, Herramientas 2, ete. se iriin presentando estos instrumen tos de trabajo, a medida que se vayan necesi tando en las faenas que se describen. Es asi como empezaremos con las herramientas de carpinteria, para trabajos de obra gruesa Después. en el capitulo dedicado a la alba ‘iileria se verin las herramientas de esa es Pecialidad. En su oportunidad presenta remos las de trazado en el terreno, de prepara cin de hormigones, enfierradura, soldadura. instalaciones, pintura, etc. Mas adelante. cuando tratemos los trabajos de carpinteria de terminacione Tramientas que los carpinteros emplean en ellos. mostraremos las nuevas he MARTILLO DE CARPINTERO. Es tal vez la herramienta mas conocida y una de las mas antiguas. Para trabajos generales, tie ne un peso de alrededor de 450 gramos, y para otros mas pesados, hasta unos 800 gramos. El acero de la cabeza debe ser capaz de sopor tar golpes contra superficies duras, sin que dar marcado ni astillarse. Las orejas saca clavos deben tener filo suficiente como para permitir extraer cabeza. El martgo es de madera y no metalico, con el ob jeto de absorber parte del impacto de los go! pes. MAZO DE MADERA. Se utiliza para golpear el formén (Herr. 4). al hacer tas clavos sin HERRAMIENTAS 1 " Se cajas para el ensamble de caja y espiga (parr. 37.1), el rebaje para una bisagra, etc. DIABLO. Herramienta muy itil para desar- mar moldajes de hormigén y cualquiera otra armazén de madera. Tiene una longitud que varia entre 30 y 90 em, con una punta plana, para usar como cufia y palanca y la otra con orejas, para deselavar. (Véase un martilio ‘mecdnico, en Figura 138). de la letra D corresponde a una vivienda, 0 mas propiamente a una choza, 0 a veces a un corral, se resuelven sus paredes en nues- tros campos con el sistema llamado quin cha. Consiste la quincha o tabique delga- do en un armado de ramas finas de arbus tos: vari *. cafas, ama as, coligiies*, tradas en cepo* entre dos varillas hori zontales, a diversas alturas del tabique. Esta trama de pequefios elementos vege tales, en estado seco, se cubre por ambas ca- ras con barro empajado, que adhiere muy bien a la madera. con mayor razén al tener formas irregulares entrelazadas, como és tas. La quincha es un excetente tabique econémico, muy resistente y durable, que proporciona buena aislacion del trio, del calor y de los ruidos. A menudo la cubierta de estas construc- ciones campesinas esta resuelta con la co nocida fotora, que es una planta herbacea (con caracteristicas de hierba), de hojas largas y angostas, resistentes a la traccion, que hinchan con la humedad, y que crece en terrenos pantanosos. La misma que sirve para fabricar esteras, 0 tejido grueso que se pone en los campos sobre el suelo, a modo de alfombra: asientos de sillas, etc. 3. Viviendas de troncos. En este punto mencionamos un sistema constructivo a base de troncos, para zonas madereras, uno, n de cuyos detalles se ve en la letra F de la fi gura. Los troncos, de un diametro entre 5 y 0". se cantean (véase mas adelante parr. 11.1) solo en dos caras as, para producir un buen asentamiento entre unos y otros. De todas maneras, para que no se filtre el viento o la Iluvia, conviene dejar entre es tas dos caras un material blando que asegu re una union mas perfecta. Por ejemplo, existe en el sur de Chile la llamada estopa de alerce, que es una materia fibrosa impreg nada en resina natural, que se halla debajo de la corteza de este arbol y que se emplea en el calafateo* de embarcaciones. Po dria ser una trenza de fotora (parr. an terior) impregnada en brea, o algo seme Jante. Cerca del extremo de los troncos y en cada cruce de muros, se les hace dos mues: cas, una en cada cara labrada, con una profundidad igual a 1/4 de su espesor. 4. Casa de entramado. Hasta que tle gamos a la casa de entramado, nombre que se da a una armazon de maderos que confor man un tabique. un entrepiso®, un pa nel etc. {Qué altura puede aleanzar hoy la es tructura de una vivienda de madera? De acuerdo a las ordenanzas chilenas, puede tener una altura maxima de 7 metros, 0 sea, dos pisos, con no mas de 3,50 m cada uno Se admite ademas el aprovechamiento de la techumbre para un piso en mansarda 0 co mo buhardilla (véase Figura 135). En ge- neral, estas alturas pueden sobrepasarse hasta 5 m por torres, miradores, etc. que ocupen una superficie maxima de un 20% de la construccién. En cuanto al interior de la vivienda, la altura minima de sus recintos habitables (dormitorios, sala de estar, comedor) es de 2.40 m, de piso a cielo, pidiendo en casos especiales aceptarse una disminucién a 2.30 m. CURSO DE EDIFICACION Se han alcanzado sin embargo. en estructuras de made ra, tamaios muchisimo mayores. En la ciudad de Stuttgart, ‘Alemania, se levanto una torre de madera para antena de radio, con uniones a base de conectadores (se veran en Cap. Techumbres), de \00 metros dealt. Hay una techumbre formada por tijerales de madera en Moscu de 48 m. de luz y arcos de madera laminada, en EEUU, de 100 metros nice apoyos. En Santiago, se construyd a comienzos de si elo un recinto para guardar tranvias, que aim existe en calle Chacabuco, com tijerales de madera de 30 metros de luz Corresponde estudiar en este capitulo los diversos sistemas constructivos de vi- viendas a base de este material. CUALES SON LAS VIVIENDAS DE MADERA $.;En qué casos podemos decir que una vivienda es de madera? Vale la pena aclarar este punto desde un comienzo, pues si bien es cierto que nadie duda en llamar asi a una casa construida enteramente de este material. se presen- tan otros casos en que puede haber dudas. Veamos un ejemplo: Hace un tiempo era muy comin construir casas con tabique rias de madera y con adobes colocados y sos: tenidos de canto entre sus pies derechos, como se ve en la Figura 81.A. (Dicho sea de paso, este es un sistema constructivo bas tante recomendable para viviendas econd- micas, que estudiaremos luego en esie ca pitulo, a partir del parr. 45) {Como clasificariamos este caso? (Se trata de una casa de adobe o de madera’ En general, el criterio que debemos se guir para clasificar cualquier tipo de edifi cio es mencionar en primer lugar el mate rial de su estructura resistente. O sea, de bemos considerar como vivienda de ma: dera a aquella cuya estructura resistente es de madera. Este es el caso del ejemplo mencionado, cuya definicién podriamos completar, di- ciendo que es una vivienda de madera, con relleno de adobes {Cuando diremos entonces que una vi Cap. LA VIVIENDA DE MADERA 3B Abowes: FIGURA 81. Dos sistemas constructivos que se prestan a confusion, por utilizar ambos el adobe. Para clasificar el tipo de construccion de una vivienda se comienza por indicar el material de su estruc ura resistente. Asi el ejemplo de la letra A corresponde a una vivienda de madera y el de la letra B, a una de adobe. vienda es de adobes? Podemos llamar asi a una vivienda cuyos muros resistentes 0 muros de gran espesor, sean de adobes: (Figura 81.B). Demos comienzo al estudio detallado de las viviendas de madera, iniciandolo con el conocimiento de su material basico. las. EL MATERIAL: LA MADERA 6. Chile es un pais productor de made- ra. Desde la provincia de Talea hacia el sur posee unos 34 millones de hectareas de tierras forestales, entre las que se cuentan unos 4,6 millones de hectareas de bosques comercialmente accesibles. Es decir, las tierras forestales ocupan un 45% de su terri torio continental (sin considerar la Antar uca). Sin embargo, en el resto del pais la ma dera no resulta un material mas econdmico que otros. Es asi como en la zona central las viviendas con estructura lefiosa no son muy frecuentes. Y su empleo se reduce por lo general a revestimientos, armazones de techumbres. pavimentos y partes acceso. rias. 7. El estudio de este material, con sus variedades. es muy extenso y complejo Por lo que daremos aqui las indicaciones indispensables para su correcto empleo. Comenzando por ahora con las maderas que se utilizan en obra gruesa*’ o en es tructuras resistentes. En general, en nuestros bosques pueden contarse unas 60 especies de Arboles dife- rentes, entre las cuales unas 20 a 25 propor- cionan madera aserrable. Las mas abun. dantes son el coigiie y la tepa, pero hay también importante existencia de made- ras de ulmo, tineo, maiio, olivillo, rauli, alerce. roble. araucaria, etc. Entre las especies aclimatadas en Chi- le, tenemos en primer lugar al pino insigne —que crece con mayor rapidez que en Ca- lifornia, su tierra de origen— el eucalipto, el dlamo, el acacio 8. En un Arbol, la madera mas resisten- te esta hacia el interior del tronco, llama- da duramen (Figura 82). Esté rodeado por una zona de células mas nuevas y activas para la vida del arbol, llamada albura y luego, por ia corteza o envoltura exterior. Cada afio se forma alrededor de la albura un cilindro nuevo de madera, que se llama anillo anual, con una capa hacia el interior mas clara o madera de primavera y una FIGURA 82. Este troz0 de irbol cortado, sin ramas, se conoce como troza o rollizo. En el corte se apre- cian los anillos anu ales, 1a corteza, luego la albura y mas al centro el duramen. A estas dos zonas iltimas se les da en Chile los nombres de hualle y pellin, res- pectivamente. CURSO DE EDIFICACION T bientes SION Luna. "somo reanyacenunanen se srasoenr SERRUCHO ORDINARIO. Es el que con mas frecuencia usa el carpintero, para trozar y partir maderos. Tiene unos 60 cm de largo. Hay serruchos de dientes oblicuos. apropiados para (rozar o cortar en contra de Ia fibra y otros de dientes rectos, mas apro: piados para partir madera a lo largo de a fi bra (ver esquema mas abajo). Para trabajos de obra gruesa, los dientes oblicuos pueden tener entre 36 y 4,2 mm (entre el extremo de uno y otro) y los rectos, entre 5.1 y $0 mm. Para trabajos de terminacion 0 para cortar planchas de cholgudn cs preferible que los dientes oblicuos tengan unos 2,8 mm. Todos los serruchos, ademas de tener sus dientes afilados, deben tenerlos trabados (inclina. dos a uno y otro lado), para que el corte sea mis ancho que el espesor de la hoja. SERRU- HUE RR AM EN Aas: 2. sane fae} CHO DE PUNTA. Es un serrucho de unos 25 a 30 cm de largo, con hoja muy angosta, para recortar aberturas pequeiias en lineas curvas, a partir de un agujero practicado con un barreno. Sus dientes son finos, de unos 28 mm. SERRUCHO DE COSTILLA. Es un serrucho especial para utilizar en la caja de ingletes (Hert. 5), cuya hoja tiene un re fuerzo en su borde superior, para que perma- nezca recta. Longitud variable, entre 25 y 40 cm. Sus dientes pequefios, entre 2.1 y 2.5 mm, dejan un corte muy fino y bien termi nado. SIERRA FIJA, Una hoja angosta, de unos 60 em de largo, se tensa en un bastidor de madera por medio de dos cuerdas torcidas 0 garrote, que s€ sostiene con la tarabilla. La (sigue al frente Cap. ll, LA VIVIENDA DE MADERA hacia el exterior mas densa o madera de ve tano. Por los anillos puede conocerse la edad del Arbol y en algunas especies es posi ble obtener informacion acerea del clima de cada afio. En Chile se le da al duramen y ala albura los nombres de pellin y hualle, respectiva mente. 9. MADERAS PARA ESTRUCTURAS. Por el momento nos interesan. como diji mos, las maderas que se utilizan para es- tructuras resistentes. Las principales son: Coigiie, roble, tineo, ulmo, pino arauca ria, pino insigne. Veamos sus caracteristicas. mas sobre salientes, Coigiie. Es como se dijo, el arbol que mis abunda en nuestras selvas, desde las provincias cen trales hasta el Estrecho de Magallanes. Su color varia entre el crema rosado y el café claro, con un ve teado suave. Moderadamente pesada, un pie ma derero (1" x 12" x 12") de madera seca pesa 1.5 kg ;——Su principal cualidad es la dureza, por lo que €s apropiada para pisos. parquets, cubiertas de me —sa, gradas de escalera. Ofrece también una gran_resistencia a la cidn, al estar expuesta a la intemperie. por To q Usa en revestimientos exteriores. Por su aspecto decorativo, se emplea asimismo en revestimientos interiores y en la fabricacion de madera terciada. Debido a su buena resistencia mecdnica (0 sea, a que es capaz de realizar trabajos de compresion. traccidn, flexién), se le emplea en estructuras de edificios, puentes, barcos, puntales de minas, etc + Roble. Es una madera también abundante, en tre Biobio y Puerto Monit; a veces se encuentra mas al norte, pero su intensa explotacion ha producido cierta escasez. En relacién a su aspecto, presenta un marcado contraste entre el hwalle (0 albura), de color blan udri- quecino, y el oscuro pellin (0 duramen), de color castafo rojizo y de veteado suave. Fs una madera pesada, con 1,6 kg por pie maderero, en estado seco. Las grandes cualidades del roble son su resisten- cia mecinica (a los esfuerzos y cargas) y su resis: tencia a la pudricidn, por lo que es la madera que mas se usa en estructuras de edificios y puentes, en Vigados, postes para cierros, rodrigones de vifias, durmientes de ferrocarril. ete: Entre sus inconvenientes estan su dificultad y demora para secar y en que tiende a deformar y agrie tarse con los cambios de humedad. Cuando esti se ca es muy dura. Tineo, o Teniu. Madera también abundante en: tre Arauco y Malleco, hasta Aysén, conocida a ve ‘ces con el nombre de Palo Santo. Es obscura, de color café rojizo, con suaves vetas pardas, muy semejante al roble, tanto que es fre cuente se venda en vez de éste. Cuando esta seca, pe sa aproximadamente 1,5 kg por pie maderero.. Tiene cualidades mecinicas y de duracion pa recidas también al roble, por lo qite se emplea en es-, tructuras de edificios y demas usos de esta iltima. Por su dureza y bonito aspecto, estando convenien temente secada, se usa en parquet y en chapas (la minas delgadas) para muebles. Ulmo. Es un arbol de gran tamafio, que se pre senta con cierta abundancia entre Arauco y Chiloe. La madera es obscura, de color pardo rojizo, ve teado suave y grano apretado, muy semejante al roble y al tineo. Pesa lo mismo que esta dltima. Sus cualidades mecanicas y de resistencia a la~ pudricién también se parecen a las anteriores, por Jo que puede reemplazarlas. Pino araucaria. Fsta especie forma extensos bosques en las provincias de Malleco, Arauco y Cau tin. Se le Hama también simplemente araucaria o pino chileno. La madera es clara, de color crema amarilento, con suaves vetas de color castafio. Moderadamen te pesada, con 1.3 kg por pie maderero, en estado seco. Cuando procede de la zona interna del tronco del arbol, se caracteriz por tener nudos de 1 a 2 pul gadas de diametro. a distanciay relativamente pe quefas. Tiene el mérito de poderse trabajar y secar sin (de frente) hoja de estas sierras puede ser muy delgada y por lo tanto, el corte es de poco espesor Ofrece asimismo poca resistencia, por la pequefia superficie de la hoja. SIERRA GIRATORIA. Se diferencia de 1a anterior en que su hoja esti sujeta entre pivotes que pueden girar, para variar su posicion. Por lo que puede realizar cortes en diversas direc cones, incluso paralelos a los bordes de una tabla. SVERRA DE VUELTA, Igual a la anterior, pero con la hoja mass angosta, para fa cilitar los cortes curvos. TRONZADOR 0 TORVINA”. Sierra constituida por hoja larga, que aleanza hasta 2.20 m, con mangos en sus. extremos, para ser accionada por dos hombres, que se utiliza para cortar troncos de Arboles. Los dientes —que cor tan en ambas direceiones — son de tres tipos: unos actian hacia un costado del corte, otros hacia el opuesto y un tercero que sirve de uia entre ellos, una % dificultad, y no tueree ni agrieta con las variaciones de la humedad, Por su buena resistencia mecanica, aunque inferior a otras, tiene cada ver mayor aplicacién en las estructuras de edificios, siempre que no esté en contacto con a tierra o con humedad permanente Se usa mucho en revestimientos. en muebles y en Ia produccion de madera terciada Pino Insigne. Arbol aclimatado en el pais, como se dijo. con excelentes resultados. Las. principales plantaciones se han hecho en Concepcion, Maule, Biobio. Arauco, Nuble, Malleco y Linares Es una madera clara. de color crema rosado. con anillos de crecimiento muy notorios. que le propor cionan un pronunciado veteado. Fs blanda y livia na, con 1.2 kg por pie maderero, en estado seco Facil de secar. no se agrieta y tuerce poco con los Cambios de humedad. Por ello suele reemplazar al alamo en moldajes para hormigon, aunque con algo menos de resistencia, Su precio es bastante inferior al de las otras Sefeccionada en forma adecuada, puede usarse en estructuras de edificios que no estén en contacto con ta tierra humeda. Para mayor duracién, suele im Pregnarse con creosota 0 tratarse con otros preset Vativos Se le emplea en revestimientos econémicos, en mucbles de estilo rustico, en cajones y embalajes como materia prima para planchas de madera pren sada (“Cholguén") y celulosa para fabricar pa pel FIGURA 83. A. Posicidn y forma de sostener un madero para cantearlo con hacha. Se deja caer uno de sus extremos con fuerza contra un madero tran. versal. provisto de un clavo. Primero se hacen cortes inclinados proximos, para cortar las fibras en la parte del tronco que se va a rebajar. Luego, con gol Pes mas finos. se va aproximando el corte al plano definitivo. B. El carpintero usa la azwela para des bastar. trabajando el madero por su cara superior. CURSO DE EDIFICACION 10.1. Dimensiones en que se ofrecen estas maderas. El roble, el tineo y el ulmo se venden en las siguientes dimensiones: Espesores: 2”; 3°; 4"; 6" y 10°. Anchos: 4"; 5":6";8" y 10”. Largos: 9 pies: 4, 4,5, 5 y 0 vara y 8 metros. El coigiie y el pino araucaria se en- cuentran en espesores de 1”, 1.5", 2” y 4” (la araucaria, ademas en 6", 8” y 10") Anchos iguales a los de las otras maderas. Largos: el coigiie, de 6 a 12 pies: la arau caria, de 8 a 20 pies. EI pino insigne se trabaja con los mis- mos espesores y anchos que el coigiie y solo en un largo de 10.5 pies (3,20 metros). 10.2. Precio relativo de venta. El cos to comparativo entre las maderas descri- tas es muy importante, puesto que por lo general es un factor decisivo para la elec- cin de una u otra. Si damos al roble un va- lor igual a 100, tendriamos que ellas costa- rian en Santiago, en el mismo orden, apro- ximadamente: 6,7 Coigiie 112 Roble 100 Tineo 98 Ulmo 100 Pino Araucaria 112 Pino Insigne 28 Il. PREPARACION DE LA MADE- RA. Comenzando por el rollizo 0 troza, nombre que se da a los trozos de tronco del arbol, desprovisto de ramas, con o sin cor teza, la madera pasa por diversos grados de preparacién, antes de llegar a una fae- na. Veamos los principales: © I1.1, Madera labrada. Es la que obtie- ne su forma o es trabajada por medio del hacha, de uso frecuente aun en nuestros campos y en viviendas de estilo colonial. Para cantear la madera con hacha, se sostiene el rollizo con firmeza, dejando caer con fuerza uno de sus extremos con- tra un madero transversal. provisto en su parte central de un clavo sobresaliente, de punta afilada (Figura 83.A). El maes tro cantero avanza, con un pie a cada lado Cap. LA VIVIENDA DE MADERA HUINCHA DE MEDIR. Cinta metitica de 2 y 3 mde largo. graduada en centimetros y pulgadas, que reempiaza al antiguo metro de madera, plegable. El tope de su extremo debe ser capaz de efectuar un pequeiio des plazamiento. equivalente a su espesor, ya que el punto cero cambia si el extremo de la huincha se coloca de tope contra una superfi cle, 0 se engancha en un borde o arista de lo que estamos midiendo. En el comercio, es posible encontrar cintas de repuesto, para cambiarla cuando esta deteriorada. CATE TO. Regia de madera que utilizan los carpin teros para aplomar pies derechos, marcos de puertas, etc. En su eje cuelga un hilo a plomo, cuyo peso termina en punta (diferente al de albafil, que se vera en el Cap. 111). La regla debe tener sus bordes perfectamente rectos y. paralelos. GRAMIL. Instrumento para marcar una linea paralela al borde de un ma ero o de una plancha, por medio de una pun ta afilada y un tope que se fija a la distancia adecuada. Fl segundo ejemplo, para ser con feccionado de manera artesanal, se fija por medio de una cufta, en vez de tornillo. ES CUADRA. Herramienta para trazar cortes en Angulo recto en la madera. Tiene una hoja de 15 a 25 cm de longitud, con una base de 10 a 15 cm. La llamada falsa escuadra puede va riar su angulo y correr la hoja por una ranura. NIVEL DE BURBUJA. Instrumento para comprobar las direcciones horizontal, ver tical y de 45°, por medio de tubos con liquido y una burbuja de aire, que debe ubicarse entre ——-HERRAMIENTAS 3 i HUMGHA DE MEDIA ~\ | oo AS? a W \ Cor Sw] dos marcas de! tubo, cuando el nivel estit en la posicion correcta. Sirve para verificar las direcciones indicadas solo en longitudes pe quefas (su uso se explieara mas adelante). del rollizo, desbastando una de sus caras laterales. Comienza por hacer con el ha cha cortes transversales a poca distancia unos de otros, a unos 45°, llamados cospes, para cortar las fibras de la parte del tronco que va a rebajar. Lugo. con golpes mas finos. va aproximando el corte al plano deseado. Por lo general, se coloca unas entrepiemas puesto que para levantar el hacha, en esta segunda opera- cin, apoya ligeramente el extremo de su mango cada vez entre las piernas, con lo que ahorra cierta cantidad de esfuerzo. Terminada una cara, se gira el tronco y clava de nuevo, con esa cara hacia abajo. para continuar con el canteado de la si guiente. de cuero, A este trabajo se le puede dar distintos arados de afinamiento, pudiendo quedar la pieza labrada con sus caras perfecta mente planas y rectas. Por ejemplo, los famosos “lanchones maulinos” que se construyen desde antiguo: en Constitucion, de gran tamajio, estan compuestos de pie zas de madera, de formas muy complejas y variadas, labradas enteramente a hacha. Hasta hace poco se vendian en las barra cas vigas y viguetas® de alamo para an- damios y otras estructuras risticas, labra das en esta forma. La viguera, de 5 m de largo. se obtenia del extremo mas delgado del tronco del alamo y Ia viga, de 7 m, del trozo siguiente. Incluso los cuartones® para puntales y alzaprimas®, de 3,20 8 m, se preparaban de igual modo. En es- tos casos, para no disminuir la resistencia de la madera, se preferia seguir la direc cién de Las fibras del arbol —sin cortarlas, como ocurre con la madera aserrada— aunque la pieza resultante no quede bien recta Un trabajo parecido, en menor escala, realiza el capintero, cuando necesita a ve ces desbastar o rebajar una pieza de ma- dera. La diferencia esta en que él usa una herramienta especial, Iamada azuela, provista de un borde cortante de unos 8 6 10 cm, con mango, que actua en la cara superior del madero (no por el lado, como el hacha), golpeandola hacia si, como se hace en la tierra con la azada (Figura 83.8). Es un trabajo peligroso, que requiere de gran pericia. Por lo comin el carpintero se para sobre la viga 0 el madero a desbas. tar, golpeando con la azuela practicamente bajo la punta de uno de sus zapatos, que utiliza para graduar el avance del corte 11.2, Madera aserrada 0 escuadrada. Es la que tiene sus cuatro caras con for- mas _planas, obtenidas por cortes gitudinales efectuados por una sierra. Se dice partir por dividir un madero en la direccién de su largo y cortar trozar, lon CURSO DE EDIFICACION por dividirlo al través, o sea, en direccién perpendicular a su largo. En general, cuando nos referimos a piezas aserradas, todavia sin pulir, se habla de madera en bruto. Hay muchos tipos de sierras para par- tir un madero, comenzando por el simple serrucho (HERRAMIENTAS 2). Entre las maquinarias para hacer este trabajo, te nemos las siguientes: A. Sierra altemativa (Figura 84.A). Se compone de un bastidor con varias ho jas angostas de sierra, ubicadas parale lamente, que efectia movimientos de ida y vuelta, alterativos, imitando los movi- mientos de un serrucho. Es capaz de efec tuar ala vez varios cortes paralelos. B. Sierra circular (Letra B). For mada por un disco plano de acero, con dien- tes en su borde, que gira con gran rapidez. De uso mas frecuente para cortar madera que para partir. En esta segunda funcién tiene el inconveniente de efectuar un cor- te mas ancho, con mayor desperdicio de madera. Esto porque a medida que au- menta el diametro del disco, debe aumen- tar su grosor y el tamaiio y traba*'” de los dientes - Algunos aserraderos rurales que tra bajan al pie del bosque, todavia la usan, por FIGURA 84. Explicacion esquematica de tres maquinas para partir o dividir a lo largo un madero. A. SIERRA ALTERNATIVA. Bastidor con varias hojas angostas y paralelas de sierra, que efectda movimien tos altemativos, como los de un serrucho corriente. Como se ve, es capaz de efectuar a la vez varios cortes Paralelos, con poco desperdicio de madera. B. SIERRA CIRCULAR. O disco de acero, con dientes, que gira con gran rapidez. Hace un corte mas ancho a medida que aumenta su didmetro, con gran pérdida de madera. Se le utiliza mas para trozar que para partir. Puede tener dientes de formas muy variadas, segin sea su accién y el tipo de madera a dividir. C. SIERRA DE CINTA 0 DE HUINCHA. Es una sierra angosta de acero, en forma de anillo cerrado, que gita entre dos poleas planas. Por hacer un corte de poco espesor, se le utiliza en las barracas y en los aserraderos mejor instalados (ver Figura siguiente) Cap. LA VIVIENDA DE MADERA. FIGURA 85. Equipo de aserradero cereano @ un bosque. para efectuar los primeros trabajos con la madera rolliza, que es enviada después, en piezas aserradas de gran escuadria, Hamadas basas, a las barracas, para su transformacién en otras mas elaboradas. Las primeras tablas que se obtienen al cuadrar el tronco, con partes de sus aristas redon deadas 0 cantos muertos, son as tablas de tapa (Fig 87). En los aserraderos se usa con mas frecuencia este equipo con sierras circulares de gran tamaio, de dientes. intercambiables. con la desventaja de hacer un corte de mucho espesor ser una maquina mas simple que la de cin ta, que vemos en el parrafo siguiente. Las sierras tienen diversas formas de dientes, en rela bajo que han de realizar, si son para trozar 0 partir; con los diferentes tipos de madera, ya sean duras 0 blandas: con Ia velocidad con que los dientes atacan el cor te, Velocidad que depende no solo de las revoluciones por minuto que efectie e disco, sino tambien de su diimetro Las sierras circulares de gran tamafio que suelen usar se en los bosques, tienen dientes intercambiables. y hacen tun corte de un espesor considerable C. Sierra de cinta o de huineha (Letra C). Constituida por una cinta angosta de acero, con dientes en un borde y forma de anillo cerrado, que gira entre dos poleas planas, Tiene la ventaja de hacer un corte de po- co espesor, ya que la cinta, por ser angosta y- delgada. opone menos resistencia a su paso por el corte. Por esta razén se le em plea en todas las barracas y también en los aserraderos mejor instalados. La diferencia entre el trabajo de un ase rradero y el de una barraca o estableci miento de claboracion de maderas, es que en el primero se trabaja directamente con el rollizo, como se ve en la Figura 85, mien » tras que al segundo llega la madera ya ase rrada, en piezas enterizas, que son las de mayor tamaiio que puede obtenerse con la sierra de un tronco, para ser partidas y recibir otras etapas de preparacién. D. Sierra radial. Fs una sierra circu lar, sostenida en un brazo movible, que puede tomar miltiples posiciones e inter- cambiar herramientas (esta ilustrada y ex plicada en HERRAMIENTAS 6). Se presta mas para un trabajo variado de taller 0 de la faena misma. 11.3, Madera acepillada. Es la pieza de madera alisada con maquina cepilla dora en una o varias de sus caras 0 cantos. Cuando debe ser acepillada por una cara se anota asi: Cep. IC. Cuando son dos ca ras: Cep. 2 C. Puede desearse que sea ace pillada por un canto: Cep. 1Cto. Es. posi ble combinar esta anotacion (por ejem- plo: Cep. 1 C y 2 Cto,) 0 indicar por ultimo un trabajo en las cuatro caras: Cep. 4 C. Las maquinas cepilladoras estan pro vistas de un cilindro o un cuerpo de seccién cuadrada (Figura 86) que gira a gran velo cidad, al que se aseguran dos cuchillos, po- sibles de retirar, para ser afilados. Hay méaquinas apropiadas para acepi lar una cara de la madera y los cxintos 0 cos. tados de las tablas, llamadas canteado ras. 11.4. Madera elaborada. Es la que ha recibido una etapa mas de preparacion, para darle alguna forma especial. Solo las mencionamos ahora, puesto que seran estudiadas en capitulos posteriores de este curso. Son las siguientes: ‘A. Madera) machihembrada. Uno de cuyos cantos tiene una ranura y el otro una FIGURA 86. Dos esquemas de cuchillos de una maquina cepilladora, montados en un cilindro 0 en un cuerpo rectangular, que giran a gran velocidad. Los cuchillos deben sobresalir no mas de 1,5 mm de la arista que sostiene su filo, CURSO DE EDIFICACION HERRAMIENTAS 4 Fee 7 BERBIQUI. Instrumento para sostener y hacer girar diversas herramientas. For mado por un doble codo, que se presiona en el cabezal y se hace girar desde la empufia dura. Las herramientas se fijan por medio de un mandril, 0 mecanismo que acciona unas mandibulas. El irinquere se ut en que no hay espacio para dar la vuelta com pleta al berbiqui, de manera que el arco pue de retroceder, sin que se mueva la herramien. ta. Puede ajustarse para que actue en una direccién y en 1a opuesta. (Al trinquete, se le Mama también carraca 0 chicharra). Con este elemento se accionan “mechas” 0 brocas, como las que aparecen al pie de la figura, destomilladores, etc. CEPILLO METALICO. Herramienta para alisar 0 ce pillar madera. Consta de una cuchilla pare cida a un formén, de 45 a 50 mm de ancho, un contrahierro del mismo ancho, sostenidos en un cuerpo metalico, por un mecanismo que regula su exacta posiciin. La cantidad que sobresale la cuchilla en la cara inferior, @ ira vés de una ranura o lumbrera, regula el espe sor de la viruta de madera que arranca. La longitud de esta herramienta es importante, puesto que se utiliza, segin ella, para efec tuar diversos grados de cepillado. El mas corto es precisamente el Mamado cepillo, que mide unos 20 em. Puede alisar con rapi dez una superficie, aunque no sea muy plana. EI garlopin mide unos 35 em y es uno de tos mas comunes (como et de la figura). La garlopa pequeria tiene unos 45 em de largo y la garlopa, entre $0 y 60.cm. La mayor longi tud permite lograr superficies y cantos completamente rectos, en piezas mas grandes. FORMON. Herramienta con un extremo cortante. con filo en un angulo de 18 a 20°, de un ancho que varia entre 3 y 50 mm. Sirve pa ra efectuar cortes, muescas, rebajes © aguje ros rectangulares en la madera. El afilado se realiza del mismo modo que si se tratara de un hierro de cepillo, en piedras abrasivas de grano fino. Se golpea con un mazo de ma dera (Herr. 1). DESTORNILLADOR. He rramienta para hincar y sacar tomillos, de tamaiio muy variado, con espigas entre Sy 30 cm de longitud. Su boca debe tener los cantos rectos y ajustar con la ranura de la ca beza del tomillo, sin sobresalir hacia los lados, para no daiiar el material que lo rodea. Hay destomilladores con la boca en cruz, para tomillos Phillips, y otros automatico: con ranuras helicoidales, que giran al correr un tubo a lo largo de su espiga. “MECHA o (sigue al frente) Cap. tl. LA VIVIENDA DE MADERA lengiieta, para obtener una unidn cerra da al juntarse (ver parr. 58.2). B. Madera tinglada. Tiene sus cantos con formas especiales, para que una tabla quede traslapada con respecto a la otra. y evitar el paso de la lluvia (ver parr. 58.1). C. Madera moldurada. La que tiene diversos perfiles, como guardapolvos*""', pilastras*'” ,junquillos*"” etc 11.5. Madera tratada. Se llama asi a la que ha sido sometida a tratamientos quimicos 0 fisicos, para aumentar su dura cidn y conseguir su estabilidad de tamaio. 12. PARTES DE UN MADERO. Si cor tamos una pieza.aserrada, notamos en el corte dos dimensiones. La menor se llama canto, grueso 0 espesor y la mayor, cara o ancho. Estas dos dimensiones, 0 sea, el grueso y el ancho de una pieza. es lo que se llama escuadria. Se acostumbra indicar las di mensiones en ese mismo orden. Por ejem plo: Una pieza de roble de I’ x 4”. Para individualizar un madero, ademas de su escuadria, debe indicarse su largo. (Las unidades de medida se dan en el parr. 14). 13, NOMBRES DE PIEZAS DE MA- DERA. Son muy usados los siguientes nombres para. sefialar tamaiios aproxi- mados de piezas de madera (Figura 87). Listones. Piezas de hasta 1.1/2" de es pesor y de hasta 4” de ancho. Tablas. De hasta 11/2” sobre 4” de ancho. Tablones. Con espesor entre 1.1/2”. y 2" y un ancho mayor a 6”. Los tablones de espesor y FIGURA 87. Ejemplos de nombres corrientes para indicar tamaios aproximados de piezas de made ra, Los limites y las caracteristicas de estas denomi naciones estin explicados en el parr. 13 de alamo para andamios miden 2” x 1 3,2 mde largo. Cuartones*', En general, laman asi los maderos cuyo espesor y ancho fluctiia entre 2” y 6". Sin embargo, es mas fre- cuente llamar asi a las piezas de seccién cuadrada, mas o menos irregulares, con cantos. muertos*'°, que se utilizan en moldajes para hormigon. Los hay de 3” y de 4” por lado, y tienen 3,2 m de largo. Tablas de tapa. Son las tablas conti guas a la corteza del tronco, que se produ se (det frente) BROCA SALOMONICA. Sirven para per: forar agujeros, movidas por el berbiqui. Tienen una punta con hilo conico (o “gusa no”) que penetra en la madera y sirve de eje de rotacién, dos filos cortantes laterales, que abren una canal circular y dos cortantes fron tales, que desprenden 1a viruta. El carpinte ro necesita un surtido con diametros desde 1/4" hasta 1” (6 a 25 mm_ aproximada mente). “MECHA” DE EXTENSION. Para agujeros de mayor diimetro. Tiene “gusano” como la anterior, pero el filo cor tante lateral y frontal puede desplazarse transversalmente, variando el diametro. del agujero, de acuerdo a las dimensiones de 1a cuchilla. 82 cen en los aserraderos, con sus bordes irre gulares y cantos muertos. Tienen por lo comin un espesor de 3/4” 0 de 1” y an cho variable. Se les utiliza en entablados rusticos. Basas. Piezas aserradas 0 labradas de espesor y ancho superior a 10 pulgadas. HERRAMIENTAS 5 CAJA DE INGLETES. Utensilio para efectuar cortes a 45° (el angulo de 45° s¢ a. ma inglete) que puede confeccionarse en obra. Se trata de una especie de canal de ma: dera, al que se le efectian cortes trazados co mo se ve en la figura, con la mayor exactitud posible. Estos cortes sirven para guiar un serrucho de costilla (Herr. 2). que deja un corte fino y bien terminado. Fs indispensa ble para cortar molduras, junquillos. pilas tras o ensambles a 45°. La pieza a cortar se sostiene contra un rincén de la caja de ingle tes, con 1a mano izquierda, mientras se accio na el serrucho con la derecha. A veces se agrega a este dispositive un corte en angulo recto, para cortar piezas iguales, por medio de un tope en el otro extremo, sin necesidad de trazado previo. CURSO DE EDIFICACION 14, DIMENSIONES DE LAS MADE- RAS. Existen varios tipos de dimensio- nes. Se conoce como dimensién nominal, ala que da el nombre a una pieza de madera. Por ejemplo, se habla de una pilastra de I" x4", que en la realidad mide menos, porque al cepillarla y moldurarla, fue disminuyendo su escuadria. La medida ltima se llama dimension real o efectiva. También se habla de dimension normal, por la que sefialan las normas, o sea, las que de berian tener las diferentes piezas de madera. {Qué unidades de medida se emplean en cada caso? La escuadria de la madera en bruto se indica en pulgadas. Ejemplo: Alamo de 3/4" x6”. (La pulgada tiene 25.4 mm). La de la madera cepillada o elaborada debe sefialarse también en pulgadas. pero seguida de su equivalencia real en milime- tros. Por ejemplo: Rauli cepillado de 2” x 4° (45 x90 mm). Es decir, se esta indicando en pulgadas la medida nominal, 0 la que tenia la pieza antes de ser cepillada, y en milimetros, el equivalente que deberia te- ner en realidad. La longitud de la madera aserrada debe indicarse en pies (un pie tiene 304.8 mm o 12 pulgadas) y de la madera elaborada en ‘metros, con una sola cifra decimal. Ejem- plo: 3,2 m. Todavia se continita usando en algunos casos la vara, medida espafola que tiene 836 mm. 15. ;Cémo se mide el volumen de la ma- dera? Ello es importante, para calcular el. pre cio de una pieza determinada, puesto que indica la cantidad de material que desea- mos adquirir. Se utilizan con este fin dos unidades de medida: Pie maderero. Equivale a un trozo de ta. bla de 1” de espesor por I pie de ancho y I pie de largo (Figura 88). Pulgada maderera. Es 10 veces mayor que el pie maderero y corresponde a una tabla de 1” de espesor por 10” de ancho y 12 pies de largo (3.0 m) Cap.ll. LA VIVIENDA DE MADERA. 1 precio de la madera, como se dijo. se indica en pies 0 en pulgadas madereras. Para saber asi el valor de un madero eterminado, tenemos que calcular cuantas veces su volu ‘men es mayor que alguna de estas unidades. O dicho de otra manera, tenemos que averiguar cuantas veces Ia unidad de medida cabe en nuestro. madero. En las barracas utilizan tablas en que estan los resultados de estos caleulos. En Chile se acostumbra usar para algunas maderas, co ‘mo el pino insigne y el alamo, una unidad mis pequeiia, co rocida como pulgada corta, que sélo tiene 8.75 pies made reros, en vez de 10. Se origing esta costumbre al considerar cf largo de estas maderas, de 3.2 m. como si fuera de 3,9 m. 16. LA MADERA Y LA HUMEDAD. Todos sabemos que la madera se hincha o aumenta de tamaio con la humedad y se encoge o disminuye su volumen al secar El tronco de un arbol recién cortado pue de contener mas de el doble de su peso en agua. Para utilizar la madera en obra debe haber perdido la mayor parte de esta hume- dad Hay para secarla. El primero consiste en encastillarla o apilarla ordenadamente al aire libre (Fi gura 89) dejando espacios entre los made ros. para que circule el aire. El peso de la misma madera de las capas superiores im- pide que las piezas se deformen. Este es un procedimiento bastante bueno, pero muy lento. Segun el clima y el tipo de made ra, tarda aproximadamente dos afios para las maderas blandas y avanza mas 0 menos Jem por aio para las maderas duras. E] secado artificial se inicia después de un mes de secado al aire libre y se realiza en tineles y camaras especiales, en que circu la aire caliente, a temperaturas que fluc- sistemas naturales y artificiales FIGURA 88. Voliimenes de madera que corres ponden a lo que se llama pie maderero y pulgada ‘maderera, en el mismo orden, medidas que se utili zan para indicar su precio. HN ata et Ha aaa haat nay i tt : naa FIGURA 89. Un procedimiento natural para secar la madera es encastilldndola o apilandola de ma nera ordenada al aire libre. Se dejan espacios entre Jas piezas para que circule el aire y se facilite asi un secamiento gradual. El peso de la madera misma impide que las piezas se deformen. Fs frecuente que tanto la base del castillo como las capas de madera no sean horizontales, sino con una cierta pendiente, para facilitar la circulacion del aire. tuan entre 50 y 75°, segin el grosor y la espe- cie de madera. Es un trabajo deticado, que debe ser Ilevado a cabo por expertos, puesto que la madera podria ser dafiada. 17. Se considera como madera verde a la que tiene mas de un 30% de humedad; ma- dera semiseca ala que tiene entre un 15 y un 30% de humedad, y madera seca, a la que tiene menos de 15% de humedad. La madera que se emplea en carpinte ria de taller debe tener entre un 8 y un 10% de humedad y 1a que se destina para exte riores, entre un 15 y un 18%, tos. porcentajes de humedad pueden medirse en un Jaboratorio, comparando el peso de una muestra de madera en estado natural, con sw peso después de ser sometida @ un secamiento completo. Hay. instrumentos.clectronicos (Hi igrimetro) que indican de inmediato 1a humedad de una pieza de este material. de manera bastante aproximada. Tambien puede servir de referencia pesar un ple ma dderero ("12°12") de la madera en estudio y comparar sus peso con el que se dio para la madera seca de diversas es pecies. ene parr. 9. CURSO DE EDIFICACION LA SIERRA RADIAL. Se da este nom bre a una sierra circular, cuyo motor esta sos tenido por un sistema de ejes que permite po nerlo en cualquiera posicin, sistema que se desliza ademas a lo largo de un brazo (letra A). También es posible colocar dicho brazo en diversas posiciones y alturas. Todas es tas posiciones pueden ser muy exactas, en Jos ngulos deseados, por medio de gradua jones y sistemas de fijacion. Pueden efec tuarse con ella todo tipo de cortes inclinados © rectos, y se presta para preparar formas iguales repetidas. B. Los ejes horizontal y vertical en la suspension del motor. permi ten diversas posiciones. C. Colocando dos discos de dientes especiales y, entre ellos uno © mas elementos separadores, provis tos de dientes como formones, puede lograrse un corte ancho en forma de canal. Corte que sirve para hacer espigas en varios maderos ensambles a iguales, en forma simultinea media madera, en direccion recta u oblicua: canales en las caras de un madero (como en las zaneas 0 Jargueros de una escalera) 0 rebajes en los cantos (como en las “pal metas” de un parquet). D. Forma de utili zar esta sierra en cortes curvos de gran radio. como en el caso de una cercha semicircular, formada por varias tablas unidas entre si que se utiliza para sostener moldajes. curvos. En el caso de la figura, se hace girar el conjun to en tomo aun eje auxiliar. Por medio de ottos numerosos acceso rios, esta maquina puede utilizarse como up. o trompo, para hacer molduras, rebajes. ranuras, machihembrado, ete. También es posible ajustar en su eje un mandril, para sostener brocas o barrenos, y efectuar agu jeros en sitios precisos de un madero, apro vechando su recorrido horizontal Cap. ll. LA VIVIENDA DE MADERA. 18, RESISTENCIA DE LAS MADE- RAS. Es en realidad muy variada, puesto que cada Arbol de donde proviene —ade- mas de la especie a que pertenezca— es un organismo vivo, con grandes diferencias entre uno y otro. En la madera que llega a la obra han in- fluido las condiciones de corte del arbol. época de talado, su conservacion, buen api- lamiento, grado de humedad. crientacion de las fibras (ver parr. siguiente), presen cia de nudos, edad. Antes, han dejado su huella en el arbol los factores naturales del ambiente, la naturaleza del suelo, las varia- ciones climaticas, direccién dominante y fuerza de los vientos, enfermedades, etc Por ejemplo, la presencia de nudos in fluye notablemente en la resistencia a la traccion de la madera, pudiendo reducirla a valores muy bajos. Por el contrario, no provoca efecto alguno en la resistencia a la compresién, si son nudos firmes y ocu- pan menos de la tercera parte de la seccion del madero. Esto nos aconseja dejar hacia arriba los nudos que pueda tener una viga de madera, es decir, tratar de que sdlo ocupen su parte comprimida. Por la misma razén, un tablon para andamio, debido a la poca separacién entre su zona traccionada y comprimida, y a los riesgos especiales que su uso implica, no debe contener nudos. La madera se somete a completos yr rosos ensayos de laboratorio para estable cer sus propiedades y su resistencia a los esfuerzos de compresion —tanto en direc cidn de las fibras, cemo en sentido contra- rio—, de traccion, de flexién, de corte, de dureza, de resistencia a la extraccion de clavos. ete De estos ensayos surgen indices comple tos, con las caracteristicas de cada especie de madera, como asimismo disposiciones para su mejor empieo. 19, DEFORMACIONES DE LA MA- DERA. Como ya dijimos, la madera expe: rimenta un encogimiento 0 contraccién al secar. Si esta disminucién de volumen fuese 8s la misma en todas direcciones y en todo el cuerpo de la madera, ella mantendria su forma, aunque disminuyese su tamafo. Desgraciadamente no es asi. Si se apresura su secamiento, se encoge- ran s6lo sus zonas superficiales, sin que ocu- VOCABULARIO 9 OBRA GRUESA. Se llama asi a la parte de la construccion de un edificio, correspon diente a los cimientos, estructura resis. tente, muros soportantes y techumbre, para separarla de la etapa llamada OBRA MENOR 0 TERMINACIONES. Se amplia en a prictica la idea de obra gruesa a aquellas partes que, sin ser resis tentes, protegen la obra en el caso de una paralizacién de su construccién, co mo cubierta, canales, ete. VIGUETA. Viga de menor tamafo, que a veces se apoya en otras principales o vigas maestras. En el caso del dlamo, se conoce con este nombre el primer madero labra: do a hacha que se prepara desde la punta del tronco, de 5 m de largo. El madero que sigue, de mayor grosor, se llama viga*? y tiene 7 m de largo. (En maderas aserra: das se llama viga a una pieza entre 6 y 10" de espesor y ancho). CUARTON. Esta palabra indica en primer lugar 1a parte que resulta de aserrar en cruz un madero enterizo (que es a su vez el de mayor tamaiio que se puede obtener de un trozo de tronco de un Arbol). En ge neral, se da este nombre a pie, das cuyo espesor y ancho fluctua entre 2 yo". Entre nosotros, sin embargo, es mas fre cuente designar asi a las piezas semirris. ticas, de seccion cuadrada, de alamo o Pino insigne, que se utilizan en moldajes. Las hay de 3" y de 4”, con un largo de 3.20 m (Figura 87), ALZAPRIMA. Hemos Ilegado a dar este nombre a los puntales 0 pies derechos verticales con que sostenemos el moldaje de losas y vigas de hormigon armado, cuan do en realidad se Hama asi a las cufias que se colocan en su base, para graduar su altura. También se denomina alzaprima a una palanca 0 barra resistente, para levan- tar cosas pesadas. Pe iS aserra rra lo mismo en su interior, lo que origina- ra tensiones de traccién en su superficie, que terminan provocando grietas. Ellas no son otra cosa que rupturas de la zona su- perficial, por estar fuertemente traccio- nada. Por otra parte, el encogimiento de la ma. dera es diferente, segun sea la zona y la posi- cion que tenia en el tronco del arbol de donde proviene. Es asi como la contraccién llamada tangencial (véase Figura 90.A), que sigue la direccién de los anillos anua les, es aproximadamente el doble de la contraccién radial, que es 1a que se produce en direccion perpendicular a la anterior. En la figura se muestra la deformacién que sufren al secar diversas tablas, piezas cuadradas y redondas, segin la posicion que tienen en el tronco del arbol. La tabla que menos se deforma es Ia que esta en posciin radial dl wonco, 0 sea. en dreciin hacia su ge Por esta arin, la madera que se prepara para casos muy especiales, como cietos instrumentos musicales, se corta slo mest direc, La longitud de las piezas de madera ex- perimenta un encogitniento muy pequefio. En la letra B de la Figura 90 se muestran las diversas deformaciones de una tabla, ‘con los nombres que le dan las normas chile. nas. 20. En general, debe considerarse tam- bién que las maderas, después de colocadas en obra, sufren una deformacién lenta du rante varios meses, provocadas por las car gas permanentes que soportan. Ello es mis evidente en Jos envigados, que trabajan ata flexién. La delormacidn lenta se produce ‘gas diez veces menores que las que ocasionarian su ruptura, fen un proceso que'demora unos 3 a 6 meses, segin Ia especie de madera: La flecha o cantidad que la viga baya en su centro, lNega a ser aproximadamente el doble de la flecha inci Por esta razén, la carga admisible (parr. 1.18) no debe ser mayor a la quinta parte de su resistencia a la ruptura (Es decir, su cveficente de seguridad no debe ser menor de 5). ¥ es aconsejable dar a los envigados una contraflecha (curvatura hacia arriba) igual al doble de la fecha normal que dal caleulo de fexién (véase parr. 72). Solo en un plazo que fluctua entre 3 y 6 meses, los envigados de madera adquie- ren su posicién definitiva. Lo que convie CURSO DE EDIFICACION Xo PF FIGURA 90. A. La madera sufre diferentes defor maciones segin sea la zona y posicion que ocupé antes en el tronco del artol. Ello se debe a que el encogimiento contraccion llamada tangencial es casi el doble de 1a llamada radial, cuyas direcciones se ven en el dibujo. B, Diversas deformaciones que puede experimentar una tabla, con sus nombres. ne tener en cuenta cuando se colocan bajo ellos, por ejemplo, cielos rasos con mate- riales fragiles, como planchas de yeso. (Se verin detalles al respecto en el Cap. Pa- vimentos y Cielos de este Curso) 21, DEFECTOS DE LA MADERA. Son muy numerosos, entre los que se cuen- tan los nudos —que pueden ser firmes 0 sueltos — rajaduras, grietas, apolilladura. pudricién, manchas, etc Las piezas se clasifican, segin la canti dad de defectos que presentan, ya sea que afecten su aspecto o su resistencia. (Una explicacion algo mas detallada aparece en el Manual para Jefes de Obra, que se pu- blica en la cubierta posterior de estos fas ciculos). Para evitar que la madera de una cons- Cap.tI. LA VIVIENDA DE MADERA ” truccion sea atacada por insectos (apoli- lladura) 0 por hongos (pudricion), con | yOCABULARIO 10 viene que se impida su contacto con el suelo y se asegure una buena ventilacion de los recintos en que se encuentre (véase mas adelante el parr. 04). También se emplea la impregnacién creosota*’, ou otros productos quimicos. como el sulfato de cobre. el cloruro de cine con La creosota es muy efectiva, pero tiene et inconvenient Ue su olor persstente y de no permitr a adherencia posterior de las pinturas. Por lo que se emplea en construcciones ris: Uieas, galpones, torres para. estangues, rrocarrl. durmientes de fe Ademas de los insectos y hongos que . proliferan en ambiente himedo y con aire detenido, existen en el clima seco del norte de Chile Las termitas, que horadan y destru yen la madera. Se previene su aparicin tratando la madera con las substancias in. dicadas, y en caso de que ya existan en un edificio, puede fumigarse con gases de Acido hidrocianidrico. CIMIENTOS DELA VIVIENDA DE MADERA 22, Figura mas adelante en este Curso un capitulo especial destinado al estudio de las fundaciones 0 cimientos de los edifi cios. su forma de trazarlas en el terreno, sus variedades, segin los diversos tipos de suelo y segin el tamaiio y forma de las cons trucciones que soportan. Por esta razon describiremos muy bre vemente los cimientos para una casa de mz dera, que por lo demas son muy simples. porque el peso de ella es pequefio, menor que el de una casa de cualquier otro mate- rial. 23. CIMIENTOS CORRIDOS. Se Ila ma asi a los cimientos que van debajo de to dos los muros de una casa, sin cortarse. Son los de uso mas frecuente, especial mente en las viviendas de muros mas pesa- dos. como las de albajiileria de ladrillos 0 de bloques de cemento. TRABA. Esta palabra tiene dos signitica- dos en edificacion. Por una parte se re fiere a 1a buena union, endentado 0 traba zn entre los ladrillos de un ‘muro. Y por otra, designa el efecto de inclinar alter nativamente a uno y otro lado, los dientes de una sierra, para que 1a hoja corra sin dificultad por el corte. Trabar una sierra © serrucho tiene el mismo significado que trisear. GUARDAPOLVO. Nombre que se da en tre nosotros al elemento de defensa que se coloca al pie de los muros, en el interior de las habitaciones, donde hacen incon pavimento. En otros paises se le lama rodapié, anquii.es 44 Z| oe PILASTRA. Llamamos asi a la moldura que rodea el marco de puertas y ventanas, con cl objeto de cubrir la junta entre éste y el También se da este nombre @ una columna de seccién cuadrada. JUNQUILLO. Moldura especial para sos tener los vidrios a los marcos, bastidores © palillos de ventanas, puertas vidriadas, ete. También los hay. para proteccién y adomo. en juntas o ngulos, de revesti mientos y muebles, Cuando tiene la for. ma de un cuarto de circulo saliente se la. ma esgucio y cuando es entrante, caveto. CANTO MUERTO. Parte de li arista de una pieza de madera en que aparece un troz0 de corteza 0 de 1a redondez primitiva del tronco. Se acepta este defecto en los euartones* para moldajes o en Ia ila mada tabla de tapa (parr. 13). CREOSOTA. Liquido aceitoso, amarillento, con olor a acido fénico, venenoso, que se obtiene de la destilacin del alguitrdn y se emplea en la impregnacién de la made ra, para protegerla de la humedad y de los insectos (ver parr. 86 En el caso de viviendas de madera. solo se justificarian cuando los tabiques estu viesen _rellenos pesados, como adobes, hormigon pobre, etc. 0 1a construccion fuese de dos pisos Se describiran en detalle en el Cap. HI de este Curso, destinado a viviendas de al baiiileria 24. “Radier” 0 plataforma general. F's corriente asentar una casa de madera sobre una plataforma de hormigon, que sirve al mismo tiempo de suelo a sus babi taciones interiores. con materiales Esta plataforma. debe estar a lo menos unos 20 cm mas alta que el terreno circun dante, para proteger la casa de la humedad del suelo, y debe tener un ensanchamiento hacia abajo en sus bordes, que penetre por lo menos unos 15 a 20 em bajo el nivel del terreno (Figura 91.A) El terraplén que ha de recibir la losa o plataforma de hormigén debe estar bien compactado. $i hay tierra vegetal muy re movida, es preferible retirarla y reempla zarla por escombros o por tierra mas firme. que contenga en lo posible arena, gravilla © ripio. Teniendo presente que el relleno va aquedar en este que el nivel del suelo. En general, cuando se rellena con es combros © con tierra, se procede por capas de unos 10 cm de espesor, que se humede 3o unos 12 cm mas alto — (DE HORMIGON FIGURA 91. Confeccion de una base 0 plataforma general de hormig6n, como CURSO DE EDIFICACION cen y apisonan, hasta que el suelo deje de comprimirse. 5 facil fabricar psones de hormigon, lenando un pe queio cajon 0 un tarro vie de tamaio apropiado. al que Se deja anelado como asidero un tfo70 de tubo metaico © una harra de acero redondo. Puede prepararse un psn indivi dual o uno mis pesado, con una cruceta superior, para ser sccionado por dos personas (Figura 91D). Como releren ia, diemos que un psn de 15 x 1S em y 20m de alto. pesa La compactacién del terreno se termi na con una pequefia capa de ripio. que también debe apisonarse, dejando libre en este caso unos 8 cm para recibir el hormi gon Fsta capa de ripio tiene por finalidad impedir que la humedad del suelo suba ha. cia la plataiorma de hormigon, al inte- rrumpir la capilaridad de estos materiales, fenomeno que se explicara en el capitulo proximo. 25. Zanja. En todo el contorno o peri metro*'' del radier se hace una zanja 0 pequefia excavacion de 15 a 20 cm de pro fundidad, como se ve en la letra B de la figu ra. Esta zanja pudo hacerse antes de relle nar y compactar el suelo, sosteniendo la tierra con un tablon colocado de canto, que se retira al momento de hormigonar. Este tablon puede sostenerse con pe- quefios listones 0 codales*'', desde un cuarton tendido en el suelo, afianzado con estacas, que se utilizar luego para sostener el moldaje. enna c TON miento de una casa de madera. A. Forma de la base, con un corte para mostrar la capa de hormigon, con un ensanchamiento hacia abajo en los bordes, y el terraplén. B. Forma de hacer la pequefia zanja y de terraplenar luego, sos teniendo la tierra con un tablén. C, La mitad de la zanja sera ocupada por el hormigon y la otra mitad por €l tablero que sirve de molde. Mancra de sostener el tablero en su sitio. D. Pisones de hormigén para compactar la tierra. El de la izquierda pesa unos 9 kg Cap.ll. LA VIVIENDA DE MADERA El ancho de la zanja sera el de la pala (28 a 30 cm), coincidiendo su ee con el borde de la plataforma. Es decir, una mitad de la zanja sera ocupada por el hormigon y 1a otra mitad exterior servira para recibir el mol daje (letra C). 26. Moldajey hormigén. EI primero estara formado por fableros® de alamo © pino insigne. En este caso, tres tablas de 1x5", clavadas a travesaiios de 1x2", a 50 cm de distancia Estos tableros se sostienen en su borde inferior por medio de trozos de madera o de ladrillos, contra la excavacion misma y en su borde superior. con listones desde cada travesaiio hasta el cuarton horizontal, co- mo se ve en la letra C de la figura. Los deta: lles para la ejecucién de este trabajo, como también el trazado y la marcacién de los niveles, se veran en el Cap. III de este Cur so. Diremos ahora que el hormigon —cuya confeccién también se explicara en ese capitulo — puede ser de 170 kg de cemento por metro ciibico. En esta dosificacion co- rresponde, por cada bolsa de cemento de 42,5 kg, aproximadamente 110 litros de arena, 200 litros de ripio'y 33 litros de agua. El rendimiento*'' de esta dosificacién es de 250 litros de hormigon Voge f! WO AGE. A. B ye | cy 27. ANCLAJES PARA TABIQUES. En este momento, antes de hormigonar los cimientos corridos 0 Ia plataforma gene- ral, corresponde decidir la forma en que va- mos a anclar o unir a los cimientos la solera de madera o pieza inferior que conforma- ra los futuros tabiques de nuestra vivienda. La forma mas corriente y sencilla es de: jar cada cierto trecho dos hierros redondos de 6 mm de diametro, sobresaliendo unos 16 cm, que abrazan después a la solera y se amarran entre ellos (Figura 92.A). Es posible asimismo dejar anclados per nos de unos 3/8 x5” (letra B), aunque es un poco mas dificil después marcar en las so- leras la posicién correcta de los agujeros. Los pemos pueden sostenerse en su sitio antes de hormigonar, dejandolos colgar desde pequefias tablas auxiliares, clava- das en el moldaje, como se ve en la figura. En otros paises se venden anclajes espe- ciales, como los dos primeros que se mues- tran en la letra C de la figura. Podemos por Ultimo adaptar pletinas*' de hierro pa- recidas a las patas para marcos de puerta, como el tercer ejemplo de la misma letra e 28. Si la vivienda se va a construir en alguna zona expuesta a fuertes vientos —lo que es poco frecuente en nuestro pais - no FIGURA 92. Tipos de anclajes para unir la solera de madera al hormig6n. A. La forma mas corriente y sencilla, con dos hierros redondos de 6 mm de diametro, pués, abrazando 1a solera. B. Pemnos y anclajes, con tuercas. Manera de sostener el perno, que sobresalen unos 16 cm y se amarran des- por medio de un suple clavado en el borde del moldaje. C. Les dos primeros son anclajes especiales usados en otros paises. El tercero es una pata para marco de puerta, de un tamaio un poco mayor, que se prestalpara | el mismo fin. 0 PVOCABULARIO RENDIMIENTO. Cuando se habla de un hormigon, se entiende por rendimiento la cantidad 0 volumen que resulta al mezclar las distintas cantidades de ingre dientes de una determinada dosificacion Se indica por lo comin en litros. En general, es el producto o porcién util de un material, como el numero de ladri os que entran por metro cuadrado de un muro; cantidad de tablas por metro cuadrado de pavimento; superficie que se puede cubrir con determinada cantidad de pintura; litros de agua que sale por minuto de una lave, a determinada pre sidn, ete. PERIMETRO. Contorno 0 conjunto de 1i eas que forman una figura. Asi el peri metro de un triangulo, de un cuadrado 0 de otra figura de varios lados, se obtiene sumando la longitud de sus lados. CODAL. Madero atravesado horizontal mente entre los costados del marco de un vano, entre las paredes de una excavacién © los costados de un moldaje. PLETINA. Perfil plano de hierro, de 4 0 mas milimetros de espesor y no mas de 200 mm de ancho, que se utiliza mucho en refuer zos de una estructura de madera. A menu. do se comete el error de lamar platina a esta forma. TIRAFONDO. Tomnillo grande con hilo pa ra penetrar en la madera y cabeza de per no, cuadrada 0 hexagonal, que se hace gi: rar con una Have. Se utiliza para unir re fuerzos metalicos a la madera. PLANTILLA. Tabla o plancha cortada con la misma figura que ha de tener la cara de una pieza y puesta sobre ella, Sirve de modelo para trazarla-o cortarla. Se Hama también asi a un liston en que se marcan una o mas medidas, que van a repe tirse en una obra, VIENTO. Cuerda, alambre 0 tabla que se une a un elemento vertical, para mante nerlo derecho en alto. ANTEPECHO. Pequeiia pared o baranda que se pone en una terraza, baleon o para je elevado, para evitar caidas. Parte infe CURSO DE EDIFICACION basta con anclar Ja solera inferior de los ta- biques, sino que debe ampliarse el anclaje a algunos pies derechos principales, como por ejemplo, los de las esquinas. Para ello deben dejarse en esos puntos una ple: tina mas larga, que sobresalga a lo menos unos 25 cm del cimiento, para unirlas con tirafondos*'' al pie derecho. También es aconsejable dejar, al confeccionar esta pla taforma de hormigon, las cuberias para el aleantarillado del bafo y la cocina. Asi se hace cuando se construyen varias casas iguales. En el caso de la construccién de una sola, si no hay una buena programacion de sus diversas etapas, suele preferise postergar ese trabajo, aunque “haya que pear o demoler después algunas partes. 29. VIVIENDA SOBRE POYOS AIS- LADOS. Es muy frecuente que las casas de madera se construyan a cierta distan- cia del suelo, para preservar la madera de la humedad. Conviene advertir que el suelo, aunque en algunas partes se vea casi siempre seco, puede ser fuente de humedad. Cuando ella no proviene del suelo mismo, como es frecuente, se acumula en él en dias de lluvia, cuando se riegan las plantas circundan tes 0, en forma accidental, en caso de des borde de alguna acequia, etc. Por eso siempre deben construirse las casas con su pavimento mas alto que el nivel del terreno. Los poves son pequefos pilares que sostienen la casa algo levantada del suelo. Lo malo esta en que es costumbre hacerlos también de madera, material que tiene po- ca duracion en contacto con el terreno. No es el agua la que daa la madera, sino cierto grado de humedad, que favorece Ia reproducciin de hongos © in sectos perjudiciales. La madera sumergida permanen temente bajo agua, dura de manera indelinida, a voces més «que a Ia intemperie, sino es atacada por la broma o pequetos ‘moluscos que viven en el agua. Por ejemplo, un pilar de madera de un embarcadero, comienza por deteriorarse al nivel del agua —porque continuo cambio de volumen que experimenta la madera al mojarse y secarse de manera repetida, termina por destruir rmecinicamente as paredes resistentes de sus. células tarda mas en deteriorarse 1a parte del pilar que esta mis, arriba, a la intemperie, y todavia mis, Ia parte que queda siempre bajo el agua Por esta razén, veremos también en otro capitulo, que ‘cuando se clavan en el suelo pilotes de madera, ellos deben ‘quedar bajo las napas permanentes de agua del subsuelo, para que duren mis, Cap-Il LA VIVIENDA DE MADERA 30. Es aconsejable desde todo punto de vista hacer estos poyos de hormigon. Cuesta muy poco preparar unos dos o cuatro moldes de madera, que puedan abrir- se y cerrarse con facilidad, para usarlos varias veces, y fabricar en obra una serie de poyos. En el caso de usar hormigon co: rriente —sin vibrar y sin aditivos especia- les para apurar el endurecimiento— pue- den retirarse del molde cada 24 horas. No se tarda asi mas de una semana, con unos cuantos minutos diarios, en fabricar los poyos necesarios para una casa Pueden tener la forma que se muestra en la Figura 93, letra A. Debe dejarseles en su extremo superior algin sistema de an claje, para unirlos posteriormente a las vi- gas maestras (letra B de la figura). Es conveniente que tengan en su interior cua- tro barras de acero redondo de 6 mm y hor quillas de alambre del Ne 10. Con mayor ra: 26n el poyo tercero del dibujo, con su parte superior sobresaliente, que podria rom- perse. Su longitud puede ser de unos 70 em, para hincar entre 40 y 50 cm en el terreno. Si en esa profundidad el suelo fuese alin poco re- sistente, pueden seguirse dos caminos: a) Vaciar unos 10 cm de hormigén fresco en el fondo de cada hoyo que ha de recibir a este pequefio pilar de hormigén, lo que ademas facilitaria su ajuste y su correcta nivela- cién, y 6) Fabricar poyos con la base mas ancha. EI hormigén debe ser a Jo menos de unos 227 kg de cemento por m’ (1 bolsa de ce- mento, 82 litros de arena, 149 litros de ripio y 25 de agua. Rendimiento de esta mezcla: 186 litros de hormigén). Los moldes de ben pintarse cada vez en su interior con acei- te usado de automévil. 31. Las vigas maestras se distribuyen a una distancia aproximada de 1,5 m entre ellas y descansan en poyos también a 1,5 m mas 0 menos entre si, Pueden Ser_de roble, tineo 0 ulmo, de 3x6". Sobre estas vigas maestras, se tiende un envigado de 2x4”, colocado a una distan- cia de 45 cm de eje a eje. Este envigado cons- o =e : FIGURA 93. Base de madera sobre poyos aislados. A. Proposicién de poyos de hormign armado —en vez de los de madera, que se usan con frecuencia— confeccionados previamente en la obra misma B. Los poyos van a una distancia aproximada de 15 m y sobre ellos, las vigas maestras. Después, un envigado a 45 cm de eje a eje, que recibira mas adelante el entablado de piso. Sobre el envigado se colocan las soleras de los tabiques. tituye el suelo interior de la futura casa. En él descansaran las soleras de los tabiques y el entablado de piso. (Mas detalles pue- den consultarse en el parr. 63 de este capitu- lo). ENTRAMADOS VERTICALES 32. La palabra entramado, como se dijo en el parr. 4, designa una armazén de ma- deros, generalmente plana, para conformar un tabique, un suelo, etc: Palabra que pro- viene de trama o conjunto de hilos que for man un tejido. Nosotros estudiaremos en primer lugar los entramados verticales, qué constitu- yen los tabiques de nuestra casa, con sus variedades, para ver después los entrama- dos horizontales 0 manera general de agru- para lo que Ilamaremos endurmientados, envigados de piso y envigados de cielo. Y terminar con la enmaderacién de techum- bre de la vivienda. 2 (En otros paises se usa bastante la expresion forjado, para refeitse en especial alos entramados horizontales) Comenzaremos por los entramados tra dicionales, que se vienen realizando desde muy antiguo, para mostrar después las nu- merosas variaciones que aparecen con el uso de nuevos materiales. Asimismo, ve remos en un principio aquellos sistemas que se construyen en obra, paso a paso, para referimos al final a métodos de prefabrica- cidn 0 construccién en serie de partes pre- paradas en talleres especiales. 33. Partes de un tabique. Observemos la Figura 94, que representa un tramo de tabique de una casa. Esta formado por una solera, que des cansa en el sobrecimiento, una carrera o frontal, en su parte superior y varios pies derechos. 9 montantes. Otros elementos importantes son sus riostras 0 diagonales, para triangular el conjunto ¢ impedir su deformacion, como se explicé en los parrs. 1.69 al 1.72. Sobre el vano* de la puer- ta aparece un pequefio dintel y sobre el de la ventana, un dintel armado, que se ase meja en su estructura a un pequefo tijeral (la barra central vertical trabaja a la trac- cin). La pieza inferior de este vano suele lamarse peana. El pie derecho esquinero recibe el nombre de cornijal. Este esqueleto o parte resistente de un tabique puede completarse de dos mane ras: Es posible que lleve un relleno entre sus maderos, de materiales apropiados (que veremos luego), para formar el muro mis- mo; o puede estar revestido en sus caras exteriores, por otros materiales planos o planchas. (Conviene insistir en que este que hemos llamado elle ‘no completa ta parte estructural del tabique, debido a que hay otros rellenos accesorios, de materiales fragiles © gra rulados, que cumplen tarcas especificas de aislaciin tée ‘mica 0 acistica). Segin se adopte alguna de las muchas altemativas posibles, puede variar la ma- nera de ubicar estos elementos basicos, los sistemas de unién entre unos y otros, las es- (CURSO DE EDIFICACION FIGURA 94. Tramo de entramado vertical 0 tabi que, de tipo tradicional, mostrando los nombres de sus partes principales. Corresponde a la forma que adopta esta armazin cuando es construida en el terreno, paso a paso. Aunque viene constrayéndose asi desde hace mucho tiempo, su utilidad esta perfec tamente vigente. No obstante, nuevos materiales y sistemas mas recientes, han introducido mod ciones que se explican mas adelante. cuadrias, etc. Es lo que nos corresponde re- visar en los parrafos que siguen 34, Propiedades de un tabique. En ge- neral, un tabique 0 muro delgado de una casa debe satisfacer algunas condiciones mi- nimas: Si esta en el interior de la vivienda y slo sirve de separacién entre dos habitacio- nes, debe ser capaz de aislar el ruido y la vista entre una y otra. Sida aun bafio o ala cocina, debe ser también resistente a la hu- medad. Cuando limita la casa con el exterior, de- be protegerla ademas del frio o del exce- sivo calor, y su cara exterior tiene que ser resistente a la Iluvia y, en general, a la in temperie. En todos los casos’ necesita ser apto para resistir el trato que se da por lo comin a un muro, en cuanto a afirmar obje- tos, el respaldo de una silla, recibir peque jios golpes. colgar una repisa, etc., al mis- mo tiempo de mantener una apariencia agradable. En las viviendas de madera, la mayoria de los tabiques deben ser capaces ademas de resistir el peso de la techumbre o de otro piso superior. En los laboratorios se realizan una serie de ensayos, no sélo para comprobar estas propiedades, sing para medirlas y fijar li mites minimos que se deben cumplir en las Cap ll. LA VIVIENDA DE MADERA viviendas. Desafortunadamente, a medida que se aumentan las exigencias, crece el costo de las construcciones, lo que a veces obliga a sacrificar en mayor o menor gra- do alguna de estas condiciones. 35. Los pies derechos 0 montantes. An- tes de entrar en detalles, es conveniente que pensemos en algunas ideas generales. Si la tarea de los pies derechos fuese solo la de sostener el peso que carga sobre el tabique, ya sea a causa de la techumbre o de otro piso (en viviendas de dos pisos), seria suficiente un numero mucho menor de ellos. Talvez bastaria con un pie derecho en las esquinas, en los cruces de muros, 0 uno cada tres metros, por ejemplo. Pero es necesario que ellos estén cerca uno de otro para que cumplan ademas otra tarea, cual es la de dar forma al entramado mismo del tabique, en cuanto a sostener el material de relleno o a tener donde cla- var o afirmar el revestimiento. Esto quiere decir que podemos dismi- nuir bastante su grosor y ahorrar una bue- na cantidad de madera, siempre que no perjudiquemos el cumplimiento de sus funciones. Por ejeraplo, si son muy delgados, po- dria haber peligro de pandeo lateral (Parr. 1.42). Es decir, todo el tabique podria cur- varse, ya sea con el peso que recibe, 0 si aplicamos alguna fuerza lateral contra él (Figura 95.A). Hay peligro de pandeo en la direccién del plano del tabique? (letra B de la figura). No lo hay, porque en esa direccién el pie derecho puede afirmarse en el relle- no, cuando existe, o esta sostenido por el revestimiento, en los demas casos. Por esta razon puede disminuirse bas- tante el espesor del pie derecho, no asi su ancho, que previene el peligro que vimos en primer lugar. En otras palabras, la sec- cién del pie derecho no es cuadrada, sino rectangular (puede ser 2X4”, incluso a ve ces hasta 1X4") y va siempre colocado de peffil, con respecto al plano del tabique. Notese que su ancho determina o fija el grosor que ha de tener el tabique. En ca- 3 FIGURA 95. Posibles deformaciones de los pies de rechos. A. Si son muy delgados, el peso que reciben desde arriba o un esfuerzo lateral, podrian pandear os, 0 curvarlos hacia un costado del tabique. B. Los esfuerzos que puedan producirse en la direc cién del plano del entramado no ofrecen peligro, por ‘que en esa parte colabora a sostener el pie derecho el relleno o el revestimiento del tabique. sos extremos, se construyen tabiques de 3” de espesor. Por. el contrario, cuando debe sostener, por ejemplo, un segundo piso, con rellenos pesados, se le da a veces 5” de espesor. En las esquinas cruces de muros, por mantener el espesor del tabique en dos di- recciones y también porque suelen concen- trarse alli algunos esfuerzos, se acostum- bra hacerlos de seccion cuadrada. Tam- bien suelen ser de mayor escuadria los pies derechos que forman los costados del vano de una puerta. 36. Posicién de las riostras 0 diagona- les. Estos refuerzos trabajan siempre a la compresién, para evitar problemas de unién en sus extremos. (Repasar explica- cidn del parr. 1.73). Como criterie general, colocamos dos diagonales en cada tramo de tabique, en direcciones contrarias, para resolver es- fuerzos en ambos sentidos. Un esfuerzo horizontal en una direccién es recibido por una diagonal y uno en Ia direccién opuesta, es recibido por la otra. FIGURA 96. Formas en que pueden colocarse las ygonales en un tramo de tabique, que se analizan en la figura siguiente. Sin embargo ellas podrian esta dispues- tas de las dos maneras que se ven en la Fi- gura 96, letra A y B. ;Cual posicidn es pre ferible? Digamos que ambas disposiciones resuel- ven bien el problema, puesto que en los dos casos el entramado queda indeformable o resistente a los esfuerzos horizontales, que es lo que nos interesa. No obstante, la solucién de la letra A es preferible a la de la letra B, por las siguien tes razones: sowucion_& ] | ESFUERZOS HORIZONTALS. FIGURA 97. El esfuerzo horizontal representa do por la flecha 1 ¢s recibido de inmediato en la solu cin A por la diagonal 1. En la solucién B es recibido por la diagonal 2, después de un recorrido a lo largo de la carrera. Las cargas verticales son repartidas en la solucion A hacia la solera. En la solucion B re sultan concentradas en la esquina de la base del ta bique. CURSO DE EDIFICACION En el primer caso, el esfuerzo horizon- tal marcado con la flecha 1 (Figura 97, solucién A) lo recibe de inmediato la dia- gonal 1. En el caso de la solucién B, ese es- fuerzo tiene que ser transmitido por la ca- rrera hacia la diagonal 2. Es decir, obliga ala carrera a realizar una tarea nueva, y si es de mucha longitud, puede originarle pro- blemas de pandeo lateral. Lo mismo ocu- rrira con un esfuerzo horizontal en direc- cidn contraria. Si consideramos las cargas verticales que recibe el tabique en su parte superior, tenemos que en la solucién A, las diagonales ayudan a repartirlas en la base del tabique. Por el contrario, en 1a solucién B, las car- gas de una buena parte de la carrera son concentradas y dirigidas por las diagonales hacia la esquina. 37. UNIONES EN EL TABIQUE TRA- DICIONAL. Estas uniones requieren bas- tante obra de mano de carpinteria y se justifican en tabiques cuyos pies derechos deberin sostener un material de relleno pesado. 37.1. Union pie derecho-solera. La so- lera es un madero que descansa en toda su extensién en el sobrecimiento 0 a veces so- bre un envigado, con apoyos muy proximos, cada 45 cm, por lo que se coloca de plano (con la mayor dimensidn de su escuadria en sentido horizontal). Por lo general es de 2x4", Su union con el pie derecho se hace a caja y espiga (Figura 98.4). La caja o agujero en la solera mide en su lado menor un tercio del ancho de la solera, y en su lado mayor es igual al espesor del pie derecho. Su profundidad es de unos 4 cm para las so- leras mencionadas de 2x 4”. Se construyen por lo general estas cajas abriendo dos o mas agujeros con un barre- no o berbiqui y dando forma después a sus paredes rectas con el formén. La espiga debe tener en este caso una lon- gitud de unos 3 cm (menor que la profundi dad de la caja), para que el pie derecho no descanse en su extremo, sino ‘en los hom. bros laterales. Cap. LA VIVIENDA DE MADERA 9s FIGURA 98. Uniones de las diferentes piezas de un tabique tradicional. (En los pequefios esquemas de la izquierda —arriba y centro— aparecen las letras de cada ensamble, indicando su ubicacién en ¢l tabique). Los ensambles son de caja y espiga, a media madera y otros, y estan explicados en detalle fen los parrs 37 y 38. Al realizarlos con las herramientas corrientes, lo mas demoroso son las cajas 0 agujeros rectangulares en la solera y carrera. Después de trazados, se hacen en su interior dos 0 mas agujeros con un barreno, para cortar las fibras de la madera y facilitar el trabajo posterior del formén, que termina de dar forma a la caja. Las espigas y cortes inclinados se facilitan enormemente con una sierra radial (ver HERRAMIENTAS 6). Al preparar elementos en fabrica, las cajas pueden realizarse de manera muy rapida con una maquina llamada escopleadora. * 37.2. Unién pie derecho-carrera. El madero horizontal llamado carrera tiene una tarea mas importante que la solera, puesto que amarra los tabiques en su parte superior y recibe el envigado de cielo y la enmaderacién de techumbre. Trabaja por lo tanto a la fraccion (por servir de amarra) y a la flexién (por recibir cargas entre los apoyos). Sin embargo, debido a que los pies derechos, que constituyen sus apoyos, es- tan muy proximos —como es lo frecuente— puede tener también una escuadria de 2x4”, y mantener la misma posicién de la solera. Si por alguna razon especial distanciamos mas los pies derechos (mas de 60 cm) 0 au- mentan las cargas que recibe, como en el 96 caso de sostener el envigado de un segundo piso, debe aumentarse su espesor, de 2a 3”, € incluso a4”. Su unidn con los pies derechos (letra B) sdlo se diferencia de la anterior en que ahora la caja atraviesa la carrera y la espiga es mucho mas larga, debiendo sobresalir por sobre ella alo menos unos 5 em {Con qué fin se hace esta espiga tan lar- ga? 's dificil descubrir la respuesta a esta pregunta, porque la finalidad que se per sigue es completamente ajena al trabajo mismo que realiza esta unién La espiga larga sirve para facilitar la ereccion del tabique o su armado en el lu gar mismo en que ha de quedar. Si estas espigas superiores fuesen cortas, se necesi- taria sostener todos los pies derechos en su posicion final, para poner sobre ellos la carrera y calzar de una vez cada espiga en su respectiva caja. Tarea bastante dificil En cambio, con las espigas largas, basta encajar la carrera en los pies derechos es quineros, pudiéndose colocar luego, uno a uno, el resto de ellos. Efectivamente, se co mienza por meter la espiga superior del nuevo pie derecho. uego, para poner en su caja a la espiga inferior, debe levantar se un poco la carrera, no mas de unos 3 cm. Lo que es posible hacer, sin que los otros pies derechos se caigan. Una vez armado el tabique, pueden cor- tarse aquellas espigas sobresalientes que molesten, por coincidir. por ejemplo, con la ubicacion de alguna viga. 37.3. Unién soleras y pie derecho es- quinero (letra C). Las soleras se unen @ media madera, haciendo a cada una una muesca 0 rebaje hasta la mitad de su espe. sor. Sus extremos se prolongan mas alla del cruce, para darle al ensamble mayor re sistencia. Sin embargo, ahora esto no es indispensable (como lo sera en el caso si guiente) porque las soleras, por estar uni das al cimiento, no podrian separarse en este punto. En el centro del cruce debe ir 1a caja para recibir la espiga del pie derecho, que en (CURSO DE EDIFICACION este caso es cuadrada, con 1/3 del ancho de la solera por lado. Su profundidad es igual a las de las otras cajas de la solera. 37.4. Unidn carreras y pie derecho es- quinero (letra D). Igual al anterior, pero con la espiga del mismo largo que las de la letra B. Aqui es también mas necesario que los extremos de las carreras se prolonguen, para aumentar la resistencia de la union. En este ensamble puede apreciarse la enorme disminucién de la seccién util que suele experimentar un madero en las. unio- nes de tipo tradicional (como habiamos adelantado en el parr. 1.128). En efecto, la espiga del pie derecho viene a quedar redu- cida a una novena parte de su seccién, mien- tras las carreras reducen su seccién a un tercio de la primitiva. La extrema reduccién de la espiga, se agrava con el empuje hacia afuera que ori- ginan las diagonales en este punto, como puede apreciarse en la letra F de la figura. Es asi como en casos especiales. esta unién debe ser reforzada por medio de escuadras metalicas u otros medios que se veran lue- go. 37.5. Unién diagonal-solera (letra E). Es suficiente con que la diagonal llegue al rincén formado por el pie derecho y la solera, con la forma apropiada, que se puede trazarpresentandola en un costado del angulo. Para evitar que la diagonal se desplace fuera del plano del tabique, basta colocar un clavo inclinado, en cualquiera de sus caras. 37.0. Unién diagonal-pie derecho (letra F). En este caso, se rebaja un pequefio hombro en el pie derecho, a unos 15 cm de la carrera. El hombro puede tener I cm de profundidad y debe seguir la direccion que divide el angulo, entre la diagonal y el pie derecho, en dos partes iguales. 37.7. Cruce diagonal-pie derecho (le tra G). En este nudo se prefiere cortar el pie derecho, porque la diagonal es mas im portante (vimos ya en el parr. 35 que, des- de el punto de vista resistente, hay mas pies ap.Il, LA VIVIENDA. DE MADERA derechos de los necesarios). Basta hacer pequefios hombros. como los que vimos en laletra F. Aunque esta es una solucién logic ‘que si se procede al revés, cortando la diagonal en ver del pie derecho, el resultado es casi el mismo, Ello porque con am bas altemativas los esfuerzos se wansmiten a través del nude, que no puede desplazarse, puesto que estara sosteni ‘do en su sitio por el relleno © por los revestimientos del ta bigue 37.8. Union dintel-pie derecho (letra H). Es suficiente una muesca, como la de la figura, de no mas de 1 cm de profundidad. 37.9, Dintel armado (letra I). Puede estructurarse como una pequefia viga ar- mada, como se dijo, en que su elemento cen tral vertical, trabajando a la traccién, es preferible que sea un perno. 38. PROCESO CONSTRUCTIVO. Con sideremos en primer lugar el caso de una vivienda individual, que se construye por una sola vez. Se comienza por colocar en su sitio a la solera de toda la casa, con sus uniones en tre sia media madera, dejandola anclada a su base, ya esté constituida por el hormigon del sobrecimiento 0 por el envigado de ma dera que se describid en el parr. 31. Luego se procede a marcar el contorno de las cajas que corresponden al ensamble de cada pie derecho. Para ello se comienza por trazar en cada solera el eje del futuro tabique, ya que no siempre coincide en toda su longitud con el ej del madero corres- pondiente. O sea, se aprovecha este tra- zado para corregir pequeiios errores de alineacién que pudieran haberse produci- do en la solera (Figura 99.A). EI trazado de este cje se marca por medio de una lienza teflda con tierra de color. Los carpinteros usan con freeuen cia para ello el almagre, que es un Oxido de hierro aluminoso © arcilla rojiza. Puede estar en una pequefla caja, con dos ranuras. por donde pasa Ia lienza. En seguida debe soste rnersele tensa entre dos puntos extremos del eje a marcar. LLuego se levanta desde un punto intermedio y se deja cacr ‘contra la solera, donde queda marcada su trayectoria recta La posibilidad de este trazado depende del tipo de an laje que hayamos usado. Si el anclaje interrumpe parcial © totalmente la cara superior de la solera, podemos trazar cesta recta ligeramente desplazada hacia un costado, 0 tra -PLATACHADO. VOCABULARIO 12 ENLUCIDO. Capa de mortero, de yeso u otra mezcla que se da a los muros y tabi ques de una casa, con objeto de obtener una superficie plana. Resultado de extender una lechada de cal 0 de estuco sobre la su perficie plana de un muro, por medio del platacho, — imprimiéndole — movimientos, mas © menos circulares. Esta herramienta consta de un rectingulo de acero 0 de ma: dera, con un asa o asidero en su parte cen tral, para menejarla. TAPIAL. Pared gruesa 0 muro de cierto que se utiliza en los campos, formado por trozos de tierra apisonada, con 1a ayuda de moldes de madera. Cada troz 0 sapia mide por lo comin 50 x 50 x 100 em :PANDERETE. Tabique formado por ladri Hos puestos de canto o de panderete PERSPECTIVA. Se llama asi al dibujo que representa a los objetos, casas, personas, etc., tales como se ven en la realidad, de una manera semejante a la fotografia. No es aprovechable como dibujo técnico —sal vo para dar una idea del aspecto que ten Gri una forma u_ objeto determinado puesto que en la perspectiva las dimensio- nes y los Angulos aparecen deformados. PLANTA. Dibujo que representa el corte 0 seecidn horizontal de una vivienda o de un piso de un edificio, mirado de arriba hacia abajo, de una manera tedrica, como si todos los rayos visuales fuesen vertica les (para que las dimensiones y los angu: Jos no aparezcan deformados). Fs fre cuente que el corte se haga a la altura de Jas ventanas, 0 mas arriba, segin to que nos interesa que aparezca en el dibu jo. También puede interesarnos el exte rior de una techumbre, mirada desde arri- ba, en 1a forma que se ha explicado ¢ Hama asimismo planta a la figura que forman en el terreno los cimientos de un edificio CURSO DE EDIFICACION FIGURA 99. A. Después de colocada y anclada la solera en el sobrecimiento, con la ayuda de ios ejes de cada tabique, se procede a copiar dichos ejes en la solera misma, como una manera de corregir peque jios errores de alineacion de la madera. Guiandose por este eje, se traza el contomo de las cajas y se procede a ejecutarlas. B. Terminado el mencionado trabajo, se arma la carrera, apoyando pieza por pieza sobre la solera. Luego se copian las cajas de la solera, levantando las marcas de sus costados, con el nivel de burbuja. C. Forma de armar el tabique, sosteniendo algunos pies derechos en su posicion ver tical por medio de tablas o vientos. Los pies derechos intermedios se colocan encajando primero la espi ga larga superior y corriendo su extremo inferior sobre 1a solera, hasta que ajuste en la caja que le co rresponde. La carrera se levanta en esta operacion unos 3 a 4 em, de manera que no aleanzan a soltarse los pies derechos ya colocados. zarla por partes, en los tramos libres. Los puntos interme dios se establecen hajindolos desde una lienza colocada un poco mis alto que los ances. 39. Antes de trazar cada caja, utili- zando este eje, deben distribuirse los pies derechos, de acuerdo al plano de planta*' de Ia vivienda, comprobando Las distancias entre ellos, los vanos de puertas, etc. Hay casos especiales en que tales distancias tie- hen que ser mas exactas, cuando entre los pies derechos va un material de relleno de tamaiio determinado, 0 cuando los tabi ques iran revestidos con planchas que no debemos cortar. Sélo cuando este trazado completo’ coin cida en todas sus partes con lo previsto en los planos, procedemos a marcar el con- torno de cada caja y podemos iniciar su eje cucién, con el taladro y el formén. 40. Terminada esta etapa, armamos la carrera completa de la vivienda, apo yandola parte por parte sobre la solera ter- minada y haciéndola coincidir con ella en toda su extension (letra B de la figura). Manteniéndola en esta posicién por medio de algunos clavos “lanceros” a medio hundir, procedemos a copiar el trazado de las cajas de la solera, cuyas marcas deben aparecer en sus costados. Ahora no mar- camos en la carrera un eje como hicimos en la solera, sino que trazamos las cajas al centro de la pieza de madera. Tenemos en efecto que confiar en la linea recta de este madero, razén que aconseja elegir para ca rreras las piezas mejores de que dispone- mos. En este mismo sitio pueden ejecutarse las cajas de la carrera. Las espigas de los pies derechos pueden prepararse en serie, si disponemos de una sierra radial (HERRAMIENTAS 6). En caso de usar serrucho ordinario, conviene disponer de una plantilla*'' para su tra zado repetido. 41. Para armar verticalmente los fa- biques, comenzamos por sostener un pie derecho esquinero por medio de dos tablas 0 vientos*'', clavadas a la solera (Figura Cap. I. LA VIVIENDA DE MADERA 99.C). Levantamos luego un tramo de cz rrera, con un segundo pie derecho, soste nido como el anterior. Después de tener en su lugar varios tramos de carrera, podemos ir colocando el resto de los pies derechos completos (dejando el hueco donde van aquellos cortados por las diagonales 0 por las ventanas). Ya dijimos que para colocar uno a uno los pies derechos, se encaja pri mero la espiga superior, luego se levanta la carrera unos 3 cm, corriendo la base del pie derecho sobre la solera, hasta que ajus te con la caja que le corresponde. Podemos optar por terminar este arma do provisorio, sostenido por vientos, 0 co: menzar a colocar las diagonales definiti vas. Si hacemos esto ultimo, tendremos ca da vez que aplomar con exactitud el pie de recho que recibe estos refuerzos, para lo que el carpintero utiliza el cateto (ver HERRAMIENTAS 3) en ambas direcciones del tabique Después de las diagonales, seguimos con los dinteles de puertas y ventanas, las peanas que forman los antepechos*'' de estas Ultimas y, por ultimo, ajustamos los 9 pies derechos cortos. Las uniones de todos los pies derechos con Ja carrera deben Ile- var alo menos un clavo por el costado, que atraviese la espiga. 42. Varias casas iguales. En general, tratandose de este sistema o de cualquier otro, es necesario realizar un prototipo o casa modelo, cuyas partes serviran de plantillas, para repetirlas en serie. Una vez que el modelo es aprobado, se numeran sus partes para preparar otras iguales, en la cantidad necesaria. (Ver parr. 99 mas adelante). En estos casos y en relacién ala cantidad, se incorporan sistemas mecanizados para obtener mayor rapidez y exactitud en la preparacion de las partes, con lo que se puede obtener una apreciable economia. Vimos, por ejemplo, como podian eje- cutarse en serie Las espigas de los pies dere- chos. De la misma manera pueden realizar- se los ensambles a media madera. En cuan- to a las cajas, que representan el trabajo mas demoroso, pueden hacerse en fabrica con una maquina escopleadora. 7) FIGURA 100. Enlaces metilicos muy usados en otros paises para unir piezas de madera en construc. ciones menores. en vez del ensamble. Ademas de las uniones del pie derecho con Ia solera, se muestran otras, que pueden ser muy variadas. Se afianzan con clavos especiales. de espiga rugosa, para aumentar su adherencia ala madera. 00 43. ENLACES METALICOS. En_ pai ses de mayor desarrollo tecnologico se tra ta de reemplazar los sistemas que requieren mucha obra de mano, como el que acaba- mos de explicar, por otros mas expeditos, aunque haya que disponer en cambio de piezas auxiliares. En general, en cuanto el costo de tales elementos nuevos llega a ser menor que el de la mano de obra que se ahorra, comienza a imponerse su empleo. Es el caso de las escuadras metdlicas que se ilustran en la Figura 100, en reem- plazo del ensamble de caja y espiga y de otras uniones de trabajo mediano en ma dera. (Veremos uniones para piezas que resisten mayores esfuerzos, en el Cap. de dicado a Techumbres) Se observan en la figura los tipos mas frecuentes de enlaces, que se presentan en parejas —derecha e izquierda— para adaptar a los diversos casos de union que se presentan. Por lo general, no se afianzan con tomillos (de colocacién demorosa), sino con clavos especiales, de espigas ru. gosas, que aseguran una maxima adheren cia a la madera. Tienen mas agujeros que los que se han de usar, para elegir los mas convenientes, segin 1a posicion de las piezas de madera. Naturalmente se evita clavar muy cerca del extremo de las piezas o de sus bordes. ‘Ademas de las uniones de los pies dere chos con la solera y la carrera, se ven en la figura otras uniones frecuentes entre pie zas de madera, evitando siempre el ensam ble tradicional. 44, OTROS TIPOS DE UNION. Las uniones que hemos visto hasta aqui entre pies derechos, soleras y carrer fican cuando el entramado va a recibir un relleno pesado, que no sdlo no ayuda 0 co labora con las uniones, sino que ejerce em. pujes contra esta estructura En cambio hay otras terminaciones de los tabiques, generalmente en base a re- vestimientos, como entablados, planchas se justi FIGURA 101. A.B.C. Tres tipos de entablados que colaboran por ambas caras a mantener la union entre si de los maderos del tabique, por lo que hacen innecesarios los ensambles de caja y espiga. D. Basta en estos casos con la union llamada america na. E, Clavos “lanceros” en la solera y clavos rectos en la carrera. F. Sistema intermedi de unin, sin espiza. de variada naturaleza, que pueden ayudar eficazmente a reforzar las uniones entre las piezas de un entramado vertical En la Figura 101, letras A, By C, pueden observarse tres tipos de entablados que ayudan por ambas caras a mantener la union entre si de las piezas estructurales. En estos casos puede eliminarse el ensam- ble, reemplazandolo por dos clavos incli muy nados, que los carpinteros Haman “lan ceros” (letra D). EI sistema conocido como “america no” (letra E) contempla clavos_ inclina- dos en la solera y clavos rectos en la carrera, desde su cara superior. Una forma intermedia de union para estos casos se muestra en la letra F, mas fa- cil de realizar que la caja y espii 45. TABIQUES CON RELLENO DE ADOBES. El entramado tradicional, con uniones de caja y espiga, ya descrito, se presta para este sistema, que fue muy usado hace algunos afos. Representa aun una buena solucién para viviendas econdmi cas, que no sabemos por qué se ha dejado de ado. Cap. LA VIVIENDA DE MADERA El adobe corriente mide 10 x 30x 60 cm, pesa unos 30 kg, y se utiliza en este caso colocado de canto, de manera que su espe- sor coincide con el ancho de la estructura, de 2x4” (Figura 102). El adobe se comporta bien en los sismos como relleno de una estructura leiosa (no asi otros materiales pétreos, que luego vere- mos) y‘el barro que se introduce en los in- tersticios y recubre ambas caras, adhiere bien a la madera. Acepta varios tipos de terminaciones, y proporciona una buena aislacion del frio, del calor y del sonido. (La confeccidn de los adobes se explica en el Cap. 1V de este Curso). Los pies derechos deben ubicarse a una distancia libre entre si de 60 cm, salvando las diferencias de medida con respecto a un tramo de tabique, con un hueco mas pe- quefio, que se situara donde mejor conven ga, después de trazar los vanos de puertas y ventanas. Los adobes se sostienen con alambres de acero del N° 14 (de 2,08 mm de diametro), colocados diagonalmente, a unos 20 cm de distancia entre si, por ambas caras del tabi- que. 101 Este alambrado, ademas de sostener el adobe, aumenta la adherencia del revoque posterior de barro. En los campos se usa el llamado “alambre de fardo”, que es el que se ha utlizado ya para amarrar los fardos de pasto. Es un alambre negro (no galvanizado), recocido (para quitarle rigidez) del Nv 14, E1 grado de conserva ‘én de este alambre a través de! tiempo parece aceptable, aunque no hemos podido comprobarlo con certeza. En los tabiques mis antiguos que hemos observado, se sostenian los adobes por medio de listones de madera, colocados tam bin en direccidn diagonal, embebidos en una capa mis gruesa de barro. Si se desea mayor garantia de duracion, puede usarse alambre galvanizado, aunque es de mayor precio. 46. Proceso constructive. Se comienza por alambrar una cara completa del tabi- que, como se ve en la Figura 102.A. Para que el alambre quede tenso, conviene co- menzar por clavarlo solo en los extremos y luego, al clavar los puntos intermedios. se trata de desviarlo con la grapa hacia un lado y hacia el otro, altemadamente, dan. dole asi una trayectoria en zig-zag. Después de alambrada una cara se pro cede a colocar los adobes de canto en los huecos entre pies derechos (letra B de la figura), avanzando de preferencia hori- zontalmente. Algunos adobes se sostienen solos; a los que quedan sueltos, se les colo- FIGURA 102. Tabique de madera relleno con adobes de canto. A. Los pies derechos deben dejar entre zilos una cabida justa al adobe, que es sostenido por alambres del N° 14, a unos 20 em de distan © de 7/8”. Se consigue mayor tensiin del alambre, clavandolo primero en los zados con grapas de 3/4” afian extremos y desviandolo luego, al clavar los puntos intermedios, hacia uno y otro lado, con ayuda de las grapas. B. Los adobes se colocan en hiladas horizontales, sosteniendo a los que quedan sueltos, con Pequefias cufias de madera. En cuanto se completa la colocacién del adobe en un tramo, se procede a alambrar la otra cara, en direccién opuesta. 102 can pequefias cufias de madera entre el adobe y el pie derecho, sin darles a ellas mucha presion, que podria tender a sepa- rar los pies derechos. Al avanzar por hila- das horizontales, la presién de las cufias se compensa con las de las vecinas. Debe tenerse cuidado en las esquinas, donde la suma de pequefias presiones podria cur- var hacia afuera los pies derechos esqui- neros. Contribuye a que esto no ocurra, la tensién de los alambres y 1a mayor es. cuadria de este madero. En los tramos en que hay diagonales, como en los huecos mas angostos, deben cortarse los adobes. En este caso no im- porta que un pedazo quede sin ser sosteni- do por el alambre, porque el revoque pos terior de barro, lo incorporara al resto del tabique. El alambrado de la segunda cara, que debe efectuarse en cuanto se va completan- do la colocacién del adobe en cada paiio de tabique, se pone en direccién contraria al anterior. 47. Estos tabiques reciben por ambas caras un revoque de barro con paja de trigo —Ilamado también embarrado— que debe penetrar en los intersticios del adobe y en- tre éste y la madera, para formar un todo unido. ‘A In superficie rstica del embarrado puede darsele hhacia el interior de las habitaciones un enfucido*” en base ‘arena fina y pollo (\iera arcillosa o gredosa, muy fina), con una terminacién perfectamente plana, ya que se alisa con regla. No apoyando la regla en macstras, como en otros enlucidos, sino dindole mis bien movimientos circulars, en diversas direcciones, Debe graduarse la dosificacion del polvillo, haciendo algunas muestras, puesto que un exceso de él produce gr: tas y su falta hace que no aglomere o una suficientemente a la arena, notindose un leve desprendimiento de ella al pasar la mano. ‘Al enlucido puede darsele aun un afinado a yeso, para Pintar, 0 una mano de agua de cola, para empapelar. Por la cara exterior del tabique puede protegerse el em: bbarrado con un platachado® con lechada de cal, al que se le agrega al momento de colocario, un 10% de cemento. Este platacnado conviene hacerlo con el barro humedo, para {que la capa protectora se incorpore y mezcle un poco con él Una vex seco, puede pintarse a 1a cal, con color, o bien con pintura a tex. CURSO DE EDIFICACION 48. TABIQUE CON RELLENO DE ADOBILLOS. El adobillo es un adobe de forma especial (Figura 103) que mide 10 x 15 X50 cm y tiene en los extremos unas ranuras, para alojar listones verticales de 1x1", unidos a los costados de los pies derechos. A veces se fabrican de 12 cm de ancho, para dar mas resistencia a sus orejas, lo que obliga a un pie derecho de 5” también de ancho, en vez de 4”. Los listones agregados a los pies dere- chos reemplazan a los alambrados del siste- ma anterior. También se clavan estos lis- tones en los maderos diagonales del tabi- que, y al cortar los adobillos para adosar- los a ellos, debe hacérseles de manera apro- , ximada asimismo una muesca o ranura. Los que quedan, no obstante, debajo de una diagonal, 0 debajo de la carrera, se meten por el lado, con la ranura y un solo borde, o sin bordes, confiando su adheren- cia al embarrado posterior. Las caras horizontales 0 de asiento de los adobillos pueden ir pegadas o no, aun- que es preferible lo primero. Para ello, antes de poner cada adobillo, se vacia sobre el anterior una delgada capa de un barro muy fluido, casi una lechada, preparado FIGURA 103. Tabique con relleno de adobillos. Los pies derechos llevan en sus costados listones de 1x1", donde se alojan las ranuras de este tipo espe- cial de adobe. Es frecuente que convenga aumentar el espesor del tabique a 5” para dar mas resistencia alos bordes de los adobillos. Cap. LA VIVIENDA DE MADERA con tierra arcillosa, sin paja, que debe re balsar un poco hacia los costados. Las terminaciones del tabique son se mejantes a las del anterior. Este sistema constructivo fue muy usado hace un tiempo —easi tanto como el que se explied anteriormente siempre con muy buenos resultados. Hemos observado en estos dias, por ejemplo, en la demolicién del antiguo edi co de la Asistencia Piblica de Santiago, en calle San Fran cisco, cmo su segundo piso estaba construido en esta for rma. En otros tabiques de este edificio se us6 el sistema del parrafo que sigue 49. CARAS FORMADAS POR LISTO- NES Y BARRO. Este procedimiento se cuenta también entre los empleados con frecuencia hace un tiempo. Podria clasi ficarse entre los tabiques con revestimien- fo, que se describen a partir del parr. 56, pero hemos preferido considerarlo entre los que utilizan el barro como material, por pertenecer a una misma época y tener parecidas terminaciones y propiedades. Consiste en cubrir ambas caras de la estructura de madera, de 4” de espesor, con listones del mismo material, de 1 x 1" de escuadria, a 1” de distancia entre si. Los listones pueden ir clavados en direccién horizontal o inclinada. En el segundo caso —como los alambres del sistema que ya vimos— se clavan en ambas caras en direc- ciones opuestas (Figura 104.A). Para mantener la distancia entre ellos se utili 103 zan dos “separadores” formados por tro- zos de los mismos listones. Entran unos 80 clavos de 2.1/2” por metro cuadrado de tabique. Las caras asi listoneadas se cubren con una capa de barro, que el albaiiil presiona con el platacho para que penetre entre los listones y, fluyendo hacia el interior, tome una forma tal que produce una adherencia perfecta a los listones. Entre ambas caras del tabique asi revestidas, queda una capa de aire que favorece la capacidad aislante del conjunto (letra B). El espesor resultante de este tipo de ta- bique es de unos 18 cm. Puede darsele una terminacién semejante a la descrita en el parr. 47. La solucién resulta _ particularmente apropiada para zonas rurales, donde exis- ten pequefios aserraderos que trabajan el alamo. Al cuadrar los troncos, para obte- ner tablones y tablas, se produce una bue- na cantidad de tablas de tapa (Figura 87), conocida también con el nombre de “‘/am- pazo"’, de escaso valor. De cada tabla de tapa pueden obtenerse dos 0 mas listones, que para este efecto no importa tengan sus anchos y bordes irregulares. Basta que su espesor sea constante, para que la capa de barro no tenga que ser muy espesa. (letra C). TABLALDE TARA sees . B FIGURA 104. Excelente sistema para tabiques de viviendas econémicas. A. Ambas caras llevan un listoneado de 1x1", a una distancia entre si obtenida con un trozo del mismo listén, como separador. Pueden ir en direccién oblicua u horizontal. B. Cada superficie se cubre de una capa de barro, que debe penetrar entre los listones, para obtener una optima adherencia. C. En zonas rurales, pueden partirse tablas de tapas —de escaso valor— aunque los bordes de los listones resulten irregulares. Tal como los dos tipos anteriores —los tabiques rellenos con adobe y con adobi- llo— este es un excelente sistema para vi- viendas econémicas, que recomendamos sin reserva, de preferencia para regiones donde la mano de obra es menos especiali- zada y los materiales elaborados mas esca- sos. 50. TABIQUES CON RELLENOS MOLDEADOS. Se trata de materiales de relleno que es necesario conformar con moldes por ambas caras del tabique y que se sostienen entre los pies derechos por me- dio de listones clavados en ellos, en igual forma que el tabique con adobillos (salvo el caso que se explica mas adelante en el parr. 54). Los tableros que forman el moldaje de- ben ser resistentes, puesto que deben sopor- tar pisoneos y tendran que ser trasladados y servir varias veces Pueden ser de alamo o de pino insigne, de 11/2” de espesor o de tabla de piso ma- chihembrada, de 1”, con travesafios de 22", a.una distancia entre sf igual a la de los pies derechos, que a su vez no debe so brepasar los 50 cm. Un tamaiio apropiado puede ser el largo de la tabla (3,20 m) por unos 60 a 80 cm de ancho (Figura 105). Es aconsejable unir ambas caras por medio de pernos de unos 3/8” de diametro —dos en cada travesafio—, con tuercas de mariposa, para armarlos y desarmarlos con facilidad. Los tableros se colocan li- geramente desplazados de los pies dere- chos, para que los pernos atraviesen el ta bique junto a ellos. En caso de que uno o mas travesafios coincidan con los pies derechos, por no estar a la distancia regular prevista, y no puedan ponerse los pernos, es posible practicar otros agujeros en los tableros y hacer pasar los pernos entre travesafios auxiliares. Al molde conviene darle por su cara in terior una mano de aceite usado de automd: vil, cada vez que se use. $1. Relleno de tierra aspisonada. En este caso es aconsejable dar algo mas de (CURSO DE EDIFICACION e a < ANE FIGURA 105. Tabiques con rellenos moldeados. ‘A. Estos rellenos se sostienen de manera similar a los adobillos. Cuando son de tierra apisonada, se les da un espesor de 5”, que baja a 4” cuando el re leno es hormigén pobre. B. Los moldes pueden sostenerse por medio de pernos con tuerca de mari. posa, para armarlos y desarmarlos con facilidad. Las distancias entre los travesafios debe ser la mis ma de los pies derechos, medida de eje a eje. espesor al tabique, aumentando el ancho de los pies derechos a 5”. La tierra apiso nada podria ser con paja de trigo —como la que se emplea en los sapiales*'* de cierro en los campos— o sin paja. La tierra debe ser algo menos arcillosa que la que se emplea para hacer adobes (30 a 40% de arcilla) y se utiliza con un mini mun de agua, apenas la necesaria para humedecerla. . El terreno apropiado se excava y se ex- pone a la intemperie por algunos dias, en capas de poco espesor. Luego se harea, para que esté bien desmenuzado. Se hu- medece apenas, se le agrega la paja y se revuelve. Il LA VIVIENDA DE MADERA El relleno de los moldes se hace en capas de no mas de 15 cm de alto, que deben ser compactadas con un pisén de madera, hasta que dejen de comprimirse. Cuando esta accion es suficiente, el pisén tiende a re- botar. Al terminar de lenar y compactar el molde, si el tipo de tierra y la humedad es apropiada, pueden retirarse los tableros de inmediato, para correrlos horizontalmen te y avanzar otro tramo. Sin embargo, no conviene iniciar una segunda o tercera hi- lera horizontal hasta que la anterior no tenga suficiente consistencia. En la parte alta del tabique, debe tra tarse de llegar lo mas cerca posible de la carrera. A medida que sea dificil pisonear, puede aumentarse la humedad de la tierra, e incluso terminar los ultimos centimetros con barro espeso. 52. Relleno de hormigén pobre. Este relleno, que pareceria ser el mas resisten te y durable es, paradojalmente, el mas peligroso. Ello debido al importante con- cepto general que sigue: El relleno no debe ser mas resistente y mds denso que el mate- rial que conforma la estructura, Es decir, en este caso, el relleno de hormigén no debe ser mas resistente que la madera. Si ello ocurre, en el caso de un movimien to sismico, las tensiones originadas por las oscilaciones del terreno, se transmitirian por el relleno en vez de hacerlo por el esque leto de madera, y como el hormigén es ri gido, al resbalar un bloque de relleno con Tespecto a otro, terminan por destruir las piezas de madera y sus uniones. Caso bastante inesperado, porque las viviendas de madera en general, se han considerado y pueden considerarse muy apropiadas para resistir los _movimientos sismicos. En el terremoto de Las Melosas, nl Cajén del Maipo, jocutrido en septiembre de 1958, pudimos observar Io ocu ‘ido a la Estacion de Ferrocarril de El Volean. Constaba de una estructura de madera, muy bien constrvida, con relleno de hormigén. de dosificacin mas © menos alta. Las luniones se rompieron por completo y no pocas piezas de ma 10s era resultaron trituradas entre los bloques de hormigén. Fl edificio entero quedd destruido, al extrema de ser dificil esplazarse entre los trozos de hormigon y maderos eruza dos en todas direcciones. Debe considerarse que este terremoto fue en esa zona particularmente violento y sus efectos en la localidad de EI Volein fueron devastadores. 53. Al efectuarse este relleno, por lo tanto, debe ser con un hormigén de 1a mas baja dosificacién posible, para que tenga una resistencia sdlo algo mayor que la tie rra apisonada o el adobe. Puede volverse, desde luego, a un espe- sor de muro de 4”. La dosificacién a usar podria ser alo mas de unos 113 kg de cemen to por metro ciibico de hormigén (0 sea, 1 bolsa de cemento de 42,5 kg por 169 litros de arena, 300 litros de ripio y 43 de agua. Rendimiento de esta dosificacion: 376 li- tros de hormigén). Otro inconveniente de este relleno es que tanto el hormigén como el mortero de cemento, que deberiamos usar para estu- car el tabique, no se unen bien a la madera, por lo que es posible que aparezcan peque- jias grietas frente a los pies derechos. Seria posible evitarlas clavando, antes de estucar, fajas de mallas de alambre en las piezas de madera. $4, Hemos visto una manera diferente de colocar los pies derechos, para evitar los listones laterales y disminuir 1a super- ficie de madera a la vista. Consiste en em: FIGURA 106. Forma especial de colocar los pies derechos para rellenos de hormigén pobre. Made ros de seccién cuadrada de 3 x 3”, dan un espesor de muro un poco mayor de 4”. Sin embargo, su resis- tencia al pandeo lateral no es mejor que la de un pie derecho de 2x4”. plear pies derechos de seccion cuadrada, ubicados diagonalmente, como en la Fi- gura 106. Una escuadria de ellos de 3x3" da un ancho para el tabique ligeramente mayor alas 4”. ‘Sin embargo, desde el punto de vista de la lexkin lateral el tabique, estos pies derechos —a pesar de tener un volu: men algo mayor que uno de 24" — ofrecen menos resisten cia, por oponer menos material en las zonas traceionadas y comprimidas En todo caso, esta forma de colocar los pies derechos, no evita la pequefia grieta que se produce frente a ellos. 55. Inconveniencia del relleno de la- drillos. Hemos observado con frecuencia esta solucion, en construcciones hechas por aficionados, en base a ladrillos pegados de canto 0 de pandereta*” entre los pies derechos de madera. Es algo que no debe hacerse, por las razones dadas en el parrafo anterior. La pandereta de ladri- Ilo es mas rigida que un hormigon pobre y no adhiere a la madera, de modo que ante ualquier movimiento sismico, ambos ma- teriales se disocian y el resultado es alta mente deficiente. 56. TABIQUES CON REVESTIMIEN- TOS. Si en vez de los materiales colocados entre los pies derechos, deseamos resolver un tabique con materiales adosados a sus caras exteriores, en forma de revestimien tos, debemos solucionar algunos peque jios problemas. Por ejemplo, en las esquinas y en los encuentros de muros, donde teniamos un pie derecho de seccién cuadrada, sera dificil clavar los revestimientos interio- res, puesto que en los rincones disponemos solo de una arista del pie derecho (Figura 107.A). Si la estructura esta ya terminada en esta forma, podemos resolver el problema clavando primero el paramento o cara de uno de los tabiques, y colocando luego so- bre él un suple o listén auxiliar, para recibir el paramento del segundo tabique (letra B). CURSO DE EDIFICAC oa FIGURA 107, Forma de clavar los revestimientos interiores a los, pies derechos. A. Se muestra aqui —en plama*? y en perspectiva®'*— la dif cultad que se produce en las esquinas y encuentros de muro, al disponer en cada rincén solo de una aris ta del pie derecho, de seccién cuadrada de 4x4" B, Manera en que pueden resolverse ambos proble mas, agregando un suple, después de clavar el pri mer revestimiento. C. Se prefiere a veces, sin em bargo, poner dos piezas de 2x4” en las esquinas y tres piezas iguales en los encuentros, de manera de formar rincones aptos para clavar. En el ex: terior de la esquina, se colocan tacos, a la distan cia que convenga al tipo de revestimiento, para clavar. D. En otros paises, es frecuente que la esquina se resuelva también con tres maderos de 2x4" (ver Figura 119). Tambien en este caso se necesitan tacos espaciadores entre los maderos. Cap. NDA DE MADERA Otra solucién consiste en reemplazar el pie derecho de seccién cuadrada de 4x4” por dos maderos de 2x4” colocados en la esquina como se ve en la letra C, 0 por tres maderos de 2X4” colocados en los encuen- tros, produciendo entre ellos rincones apropiados para clavar. En la esquina del tabique, por el lado exterior, suelen cla- varse facos 0 trozos cortos de madera, para dar forma al angulo esquinero, a una distancia entre si que depende de la natu- raleza del revestimiento exterior. En otros paises es frecuente que en es- tas esquinas vayan también tres _maderos de 2x4", colocados como se muestra en la letra D, con tacos espaciadores entre los dos maderos paralelos. (Véase ejemplo en Figura 119). 57. Hay revestimientos en planchas que necesitan barras horizontales para clavar. Lo mismo ocurre cuando los entablados se colocan en direccién vertical. Caso en que deben ponerse codales 0 travesaiios cortos entre los pies derechos. Hay diver sas _maneras de proceder: Colocandolos en linea recta, con clavos lanceros (Figura 108.A), alternados, para poder clavarlos de cabeza, a través de los pies derechos (le- tra B) 0 inclinados, para adaptarlos a pe quefias variaciones en la distancia entre los pies derechos (letra C). Si el revestimiento necesita barras ho- rizontales por una sola cara, puede recu- rrirse simplemente a un listoneado auxi- liar para esa cara (letra D). En general, conviene tener presente que las barras transversales de un tabique o de un entramado horizontal —que interrum. pen los espacios vacios entre sus caras y, por lo tanto, la circulacién del aire a lo lar- g0 de ellos— son beneficiosas para el caso de un incendio, contribuyendo a retrasar sus efectos. En algunos paises, las orde- nanzas prescriben su colocacion, con este fin. 58, REVESTIMIENTOS DE MADERA. Aunque en este Curso figura un capitulo especial sobre Revestimientos, adelanta- 107 FIGURA 108, Maneras de poner barras horizonta les, para entablados verticales o ciertos revestimien tos en planchas. A. En linea recta, con clavos lance- ros. B. Altemados, para clavar por cabeza. C. In clinados, para adaptarlos a pequefias diferencias de distancia entre pies derechos. D. Cuando se ne- cesitan s6lo por una cara, suele recurrirse a un listo neado auxiliar, que aumenta el espesor del tabique. mos al menos los perfiles mas comunes pa- ra entablados de tabiques. 58.1. Tablas tingladas. Cuando se co locan las tablas en direccién horizontal, en vez de juntarlas por sus cantos, es frecuen- te que vayan montadas unas sobre otras, como las tejuelas de una cubierta, para im- pedir la pasada de la Iluvia. Es lo que se conoce como tabla tinglada. Puede clavarse en esta forma una tabla corriente, pero poco a poco los perfiles van tomando diversas formas, para facilitar el traslapo, a la vez de producir diversos aspectos en la superficie exterior (Figura 109.A). 58.2. Otros entablados. Se dan en la letra B de la figura diversos perfiles para entablados de revestimiento, que pueden ir en direccion vertical u horizontal. Se incluyen algunos en que se pueden combinar perfiles de diferentes maderas. Notese que algunas tablas anchas llevan cortes longitudinales en su reverso, para evitar deformaciones. ox 59, Rellenos aislantes. En climas « ri gurosos, se agregan entre los entablados de un tabique, materiales aislantes térmi cos. que pueden presentarse en forma de FIGURA 109. Ejemplos de revestimientos de ma- dera. A. Tablas tingladas. Uno de sus bordes va montado sobre el de 1a tabla inferior, para impedir B. Diversos perfiles y com binaciones —a veces con diferentes maderas— para entablados de revestimientos, que pueden colocar se en direccién vertical u horizontal. CURSO DE EDIFICACION colchonetas, 0 a granel. Pueden ser de la- na de vidrio, lana mineral, de escoria de fundicién de cobre, poliestireno expandi- do, etc. Se fabrican colchonetas de 5 cm de espesor, de 46 y 50 cm de ancho por 120 y 240 cm de largo, entre otras medidas. ‘Algunas tienen papel en una cara y papel impermeabilizado con asfalto en la otra. Este ultimo con bordes salientes para clavar 0 “corchetear” a los pies dere- chos. El papel impermeabilizado, denomina- do también papel de construccién, actua como barrera de vapor, impidiendo el paso de la humedad de la zona calefaccionada a la zona fria. Es importante su uso en zonas de clima humedo, como la costa y sur de Chile. En otros paises, practicamente to dos los tabiques de madera Mevan, debajo de uno de los entablados o revestimientos, una capa de papel de construccion. En el caso de las colchonetas, su cara impermea- bilizada se coloca hacia el interior de 1a ha- bitacion, para que la humedad no afecte al material aislante. ENTRAMADOS HORIZONTALES 60. Los entramados horizontales de ma dera, tal como el resto de la estructura de este material, se realizan de preferencia en roble, tineo, ulmo o pino araucaria. Pueden distinguirse tres tipos, con ca racteristicas diferentes, que se ilustran de manera esquematica en la Figura 110. ‘Avanzando de abajo hacia arriba, tenemos: 60.1. Endurmientado. Por estar a nivel del suelo, se aprovecha para apoyarlo en vi- gas maestras 0 durmientes (de aqui su nombre), que a su vez descansan en po yos, que cargan sobre el terreno. Debe ser capaz de resistir un peso, en el caso de una vivienda, de 200 kg por cada metro cuadra- do de piso. 60.2. Envigado de piso. O simplemen- te entrepiso, es el que sirve de separacion entre un piso y otro de un edificio. Debe re Cap. LA VIVIENDA DE MADERA — Se aad = a | FIGURA 110. Ubicacin de tres tipos de entrama dos horizontales, con caracteristicas diferentes, que se resumen en el parr. 60. sistir la misma carga que el anterior. pero como por lo comun no tiene apoyos inter medios, las vigas son de mayor altura 60.3. Envigado de cielo. Fs el que esta debajo de la enmaderacién de techum, bre y conforma el cielo raso de una habit cidn. Aunque tiene la misma luz (distan cia entre apoyos) del anterior, no recibe mas cargas que su propio peso. Como en los entramados horizontales en general. las piezas de madera trabajan a la flexion, conviene recordar lo que se dijo en el parr. 18 del presente capitulo. en el sentido de evitar que los nudos que pue dan tener los maderos queden en su zona traccionada, tratando de dejarlos, a la in versa, en las partes que soportan solo es: fuerzos de compresién. Es decir, debe pro curarse en los envigados de madera que los nudos queden hacia la parte superior de los maderos Estudiaremos los tres tipos de entrama- dos separadamente. 61. Distancias y escuadrias. En todo entramado horizontal —o algo inclinado, en el caso de las techumbres— en que hay piezas paralelas en un plano. que sostie: nen a otras, en direccion puesta, y éstas a veces a otras mas. en la direccidn de las pri meras (Figura 111), hay un problema de distancias entre si y escuadrias en cada nivel de piezas, relacionado todo con la economia de material Si aumentamos la distancia entre las primeras, necesitaremos menos cantidad de piezas para cubrir una superficie deter- minada, pero las que descansan sobre ellas, debern aumentar su escuadria, por tener que salvar una luz mayor. Y lo mismo ocu- rrira. con las que siguen. Es decir, por una parte tenemos economia de material, pero por otra mayor gasto del mismo. Como elegir las distancias que nos den en conjunto cantidades y escuadrias mas econémicas? Este es un problema matematico que no estariamos en condiciones de resolver, por lo que —ademas de dejarlo planteado— trabajaremos con sus resultados. Las dis- tancias y escuadrias que daremos en estos parrafos estén, en efecto, entre las que significan menos gasto de madera. Agreguemos todavia un ejemplo obje tivo. para aclarar mejor lo que tratamos de explicar: Nos encontraremos en seguida con que todos los envigados que reciben tablas de piso de una habitacién, deben. estar a una distancia de 45 cm de eje a eje. ;Por qué esta distancia y no otra? FIGURA 111. En entramados de piso y de techum bre es frecuente que se necesite aminorar gradual mente las luces 0 distancias entre apoyos. por me: dio de varias capas de maderos, en direcciones opues: tas. Se produce un problema al clegir las distancias y escuadrias de cada nivel, para obtener una mayor economia de madera, que se analiza en el parr. 61. CURSO DE EDIFICACION = a rene rt : as | | aT) ; a ()\|i4 ar | A 4 all x= ViGa waestRA™ CEs FIGURA 112. Detalles de un endurmientado de piso. A. Distribucion de las vigas maestras y poyos en un recinto determinado. visio en plana*?. B. Vi sta parcial, mostrando 1a forma en que puede apo yarse el extremo del envigado en la solera de! tabique. C. Otro detalle del envigado, que recibe la tabla. Union de una viga maestra sobre un poyo. Porque la tabla de piso que estamos acostumbrados a usar y que encontramos en cualquier barraca, tiene 1” de espesor en bruto y no mas de 22 mm ya elaborada. Esta tabla es capaz de resistir la carga que corresponde a un pavimento, siempre que descanse sobre apoyos a 45 cm de distancia. Si colocamos las vigas mas lejos unas de otras, tendriamos que usar una tabla de mayor espesor. 62. ENDURMIENTADOS. Esta forma de resolver un pavimento de madera, muy usada hasta la década del 40, comenz6 a ser reemplazada entonces por un sistema completamente nuevo, cual es el parquet de madera sobre hormigén. Antiguamen te se ponia el parquet, generalmente de maderas muy finas, sobre un entablado corriente, que descansaba, como los otros, sobre un endurmientado. En cuanto el nuevo sistema comenz6 a igualar en costo al anterior piso de tabla se generalizo su empleo casi de inmediato. En la actualidad, ademas de esta especie de baldosa de madera. existe la baldosa de plastico, la de goma, las de tejidos sinté- ticos y, desde luego, la de cemento, todas con el factor comin de requerir una base plana de hormigén. Solucién completa- mente diferente a un endurmientado. Sin embargo, para casos especiales, en que se precise de un’ pavimento mas flexi ble o para viviendas enteramente de ma- dera, se justifica el que ros detengamos un poco en detallar la manera de construir un endurmientado. 63. Las vigas maestras 0 durmientes conviene ponerlos aproximadamente a 1.5 m entre si y tienen una escuadria de 3x6". EI nivel de su cara superior es aconseja- ble que quede a la misma altura de la cara superior de la solera de los tabiques. para apoyar en estas ultimas el envigado pro piamente tal (Figura 112). Dichas vigas maestras descansan_ en poyos de hormigén, también a la distancia aproximada de 1,50 m, tal como se vid en el parr. 31. Van ancladas a los poyos. por medio de alguno de los sistemas que se vie ron en e] parr. 27 y si es necesario unirlas. Cap.ll. LA VIVIENDA DE MADERA ello se hace sobre un poyo. con un corte a 30°. Todo elemento de madera ha de quedar se parado del suelo. a lo menos en unos 20 em El envigado mismo que, como se dijo. debe ir a 45 cm de eje a eje, puede tener en este caso una escuadria de 2x 4”, por salvar una luz pequeita. Sus extremos van apoya dos en la solera del tabique, tratando de distribuirlos entre los pies derechos. que por lo comin van a distancias diferente La union entre estas piezas se hace cru- zandolas, una al lado de la otra. frente a una viga maestra, como puede apreciarse en la letra A de la Figura. 64. Ventanillas de ventilacién. Ade mas de la precaucion de distanciar del suelo a los maderos de un endurmientado, debe procurarse también una adecuada reno vacion del aire que queda debajo del piso Con este fin se dejan en los sobrecimientos pequefias ventanillas, de no mas de 10x20 cm, ubicadas de manera de favorecer una circulacién transversal del las diversas habitaciones de una casa que llevan este tipo de pavimento. (Puede verse un ejemplo en la Figura 75). La falta de estas ventilaciones provoca la acumulacién de humedad bajo el piso que. junto a otros factores, favorece la aparicion de hongos € insectos que destruyen la madera aire, entre 65. ENVIGADOS DE PISO. Como se explicd, reservamos esta denominacion pa ra el entramado que va entre dos pisos de un edificio. Por no tener apoyos interme- dios —salvo que nos convenga poner vigas maestras entre los apoyos mas. proximos, como se vera— son por lo general de escua drias bastante mayores. Se mantiene siempre su espesor de 2”, variando solamente el ancho de la escua- dria, segin la luz que se desea cubrir. Esto debido a la mayor influencia que tiene la altura en una viga que trabaja a la flexion, como se recordara (parr. 1.36). La dis- tancia entre una y otra viga es, como en el caso anterior, de 45 cm, medida de eje a eje. un Las luces mdximas que se pueden cu- brir. para soportar 1a mencionada carga de 200 kg por m’, son las siguientes, con las escuadrias que se indican: Envigados de 2x8", hasta una distancia maxima entre apoyos de 4,20 m: envigados de 2 10", hasta 5.30 m y de 2x 12", hasta 0.20m Ex nocesario insstt, frente a las escuadrias que aca: bbamos de sefalar, que deben cumplirse tres condiciones para que ellas sean vilidas: a) Que las vigas sean de roble: Que ta distancia entre ellas sea de 45 em de eje a ej. ¥ ©) ‘Que la carga que recibe el piso sea de 200 kg/m (Las flechas 0 curvaturas de las vigas pueden verse al fin del pare. 72). 66. Como es natural, se trata siempre de poner el envigado en el sentido de la menor luz del recinto que cubre. No obs: tante. debe tenerse en cuenta otra conside racion, aparentemente secundaria, pero im- portante. Ella se refiere a la direccion del entablado que, en iltimo término, es lo que queda a la vista. En una vivienda se trata por lo general de que todos los entablados estén en una misma direccién. Cuando hay recintos de formas diversas, no siempre se puede dar al envigado la direccién de la menor luz. Una solucién a este problema puede hallarse en la utilizacion de vigas maestras, también de madera, que representan a ve ces asimismo una economia de material, al favorecer la disminucién de la escuadria del envigado. En la letra A de la Figura 113 se ven dos recintos rectangulares, dibuja- dos en planta** , con 1a menor luz en direc- ciones diversas. Sin embargo, estan envi- gados en un solo sentido, por medio de dos vigas maestras, que consiguen la seme- Janza entre si de las luces a cubrir. Las vigas maestras deben tener mayor espesor lateral, para no aumentar demasiado su altura y por igual motivo, se colocan al mismo nivel del eavigado, dejando cor- tadas las piezas que se apoyan en ellas (ver detalle en la figura). FIGURA 113. A. CURSO DE EDIFICACION Dos recintos de diversas proporciones, en que conviene poner vigas maestras, Se obtiene ahorro de material y una direccion uniforme det entablado. Detalle con 1a forma de ubicar la viga maestra con rel facion al envigado. para no aumentar la altura del entramado. B. Caso especial, en que se recurre aun listoneado auxiliar de 2 x 2°, para mantener una misma direccién del entablado. 1 envigado trabajaria mejor si, en vex de estar cortadas, as vigas continuaran a lo largo de un solo madero en tos res tramos, apoyade sobre la viga maestra. Esto no se hace paramo aumentar Ia altura del entramado y porque no siempre es facil conseguir maderos muy largos, que ademas tienen un recargo en su precio En otros casos, puede recurfirse,a un lis toneado auxiliar sobre una parte del envi gado, que nos permita mantener la direc cidn del entablado (letra B de la figura). Para lo que tendriamos que dejar esa par te 2° mas baja, para permitir sobre ella un pequefio envigado auxiliar de 2x2", al que iran clavadas las tablas de piso. 67. Cadenetas. La mayor altura de es tas vigas en relacidn a su espesor, hace apa- recer en ellas el peligro de voleamiento o el de torsion. Para precaverlo es necesario poner entre una y otra un sistema de arrios- tramiento transversal, que lamamos ca deneta Puede estar formado por trozos de viga de la misma escuadria, colocados de tope entre ellas, a una distancia de 1.5 a 2.0 m entre una cadeneta y otra. Para poderlos clavar de cabeza, se ponen ligeramente desplazados unos de otros. como se mues tra en la letra A de la Figura 114. Es lo que [CADENETA OE SAN ANDRES FIGURA 114. Dos formas de cadenetas, para evitar el voleamiento 0 la torsion de las vigas. A. La ca deneta lena tiene la misma escuadria del envigado y se coloca altenadamente, para clavarla de cabeza. B, La de San Andrés est formada por listones cruzados de 1 <3”, avados a las vigas. Cap. Il. LA VIVIENDA DE MADERA se acostumbra llamar cadeneta Ilena, para diferenciarla de la de San Andrés, que se ve en la letra B. En lugar del trozo de madero Ileno. cuyo uso solo se justifica en caso de que se pro duzcan suficientes despuntes 0 puedan aprovecharse maderos defectuosos, se co locan dos listones cruzados en forma de X. (Esta disposicion de dos maderos, en cual- quier parte de una estructura que se use, se conoce como “cruz de San Andrés”) Basta preparar un liston de | <3", como plantilla, para repetirlos después en serie, en la cantidad necesaria, Van unidos a las vigas con dos clavos inclinados en cada extremo 68. Ensordinado. Se da este nombre a un entablado intermedio que va entre las vigas, a mitad de su altura, y ala capa de material aislante que se apoya en él. con el fin de aminorar la transmision de ruidos que se produce entre un piso y otro. Se trata por lo comin de un entablado ris tico, en que se aprovechan los trozos de tablas sobrantes de los moldajes, soste nido entre dos listones. clavados lateral- mente en las vigas (Figura 115.A). Los listones pueden ser de 1x1" y las tablas descansan en ellos, sin necesidad de estar clavadas. Hasta hace un tiempo, el mate: rial aislante mas usado era el barro, en una capa de unos $ cm. Su inconveniente prin cipal es el peso, que representa unos 85 kg por m’. De manera que una habitacion de 45 m soportaria por este concepto un peso muerto de 1.700 kg. En la actualidad, hay materiales aislan tes muy eficientes y tan livianos, que hacen bajar los 85 kg hasta I kg por m’. Puede usarse, por ejemplo, el poliestireno expandido. ceuyo nombre comercial, cuando esti granulado es “Aisa pol”, y cuando esta en planchas, es“ Plumavt’ bien el “Aislan” granulado, que es una lana obtenida de la escoria de Ia fundicion de cobre,o ta lana de vidrio a gran! Sin embargo. debe tenerse en cuenta que estos materiales alislan mejor el calor y el ri, que el sonido. Tam Antes de poner materiales granulados. conviene pegar una hoja de papel kraft (papel de las bolsas de cemento) sobre el entablado del ensordinado, Es mas posi ble que queden pequefios huecos en el ajuste de las tablas con la cadeneta, cuando se usa la de San Andrés. 69. Tratar de que el ruido de los pasos y de pequefios golpes que se dan en un piso de madera, no pasen a las habitacio nes inferiores, es bastante dificil Se recomieida en la actualidad clavar el entablado independientemente en listo- nes que descansan sobre una cinta de ma terial flexible, que lo separe del envigado resistente y amortigte las vibraciones pro- ducidas por el ruido (letra B de la figura). Las cintas pueden ser de espuma flexible de poliuretano, la misma que se usa en relle: no de cojines de muebles, con el nombre de Moltopren”. También seria aconsejable evitar esos ruidos en su origen, para lo que existen hoy materiales muy apropiados y cuyos precios se van acercando al de otros mas corrientes. FIGURA 115. A. Detalle de un ensordinado. Sobre un entablado ristico, sostenido por listones, se dispone una capa de material aislante. El barro que se usaba para ello hasta hace poco. —cuyo nico inconveniente es su excesivo peso— se ha reemplazado por materiales aislantes livianos y de gran efi- cacia. B. Se recomienda en la actualidad clavar las tablas en listones que descansan en cintas de material flexibl - que los separa del envigado resistente, a fin de amortiguar el ruido. ua Por ejemplo, hay alfombras blandas de ma- terial plastico, que pueden incluso colo carse sobre una delgada capa de la espuma flexible mencionada, en reemplazo de otro tipo de pavimento. 70. Escotillas para escaleras. Se llama escotilla a la abertura que se deja en el entrepiso, para la llegada o entrega de la escalera. Si ella tiene forma rectangular (Figura I10.A). basta cortar el envigado con un madero en posicion perpendicular. a: mado brockal. El apoyo de las vigas en este madero puede hacerse por medio de un lis ton firmemente adosado a él 0. mejor, utili zando un estribo 0 pieza metalica especial para ese efecto. El brochal mismo debe es. tar sostenido por estribos y las vigas en que se apoya, han de ser de mayor escuadria. El caso. talvez mas frecuente, en que la escotilla tiene forma en angulo (letra B de la figura), origina el problema de sostener la meseta del rincén del angulo, que debe quedar en voladizo o en consola. La mese ta esta sefialada en el dibujo con las letras escoritca CURSO DE EDIFICACION del rectangulo LMNO. Se resuelve el pro blema sosteniendo el madero LN firme mente apoyado en sus extremos. Notese que tiene menos altura que el resto, es de seccién cuadrada y debe cruzar entero (sin rebaje en el punto P). Sobre él descansa el_madero OM que, afirmandose en los puntos O y P, sostiene en consola a su se gunda mitad PM. (En el punto P solo Ileva rebaje 0 muesca este segundo madero). Con frecuencia las uniones mencionadas deben llevar refuerzos metilicos La solucion que se ha explicado se apre- cia con mas claridad en la pequefia meseta en voladizo de la letra C de la figura. 71. ENVIGADO DE CIELO. En muchos aspectos es semejante al envigado anterior, con la diferencia basica que no recibe car- gas. como él. Tampoco lleva ensordinado, ya que ahora podemos hacer el entablado riistico para recibir el aislante, sobre el envigado de cielo. En esta parte de la vivienda necesitamos una buena proteccién del calor y del frio exterior, que al mismo tiempo impida el | wssuagy FIGURA 116. Dos tipos de escorillas o aberturas para entrega de las escaleras. A. Escotilla de forma rectangular, en que se coloca un madero a través —el brochal— para cortar el envigado, y apoyar en él sus extremos. Por lo comiin tiene mayor escuadria que el envigado, como asimismo las vigas en que se apoya. El mejor sistema de apoyo es el estribo metilico. B. Escotilla en forma de angulo. mas frecuen te que la anterior, y manera de sostener la meseta en voladizo que se produce en el rincn del angulo. La pieza OM se apoya sobre la pieza LN, que cruza entera en el punto P. C. Meseta pequefia en que se ve con ‘mas claridad el trabajo de sus partes. Cap. ll, LA VIVIENDA DE MADERA escape por la techumbre del calor interior. cuando ella esta calefaccionada. Los ma. teriales aislantes que mencionamos reali zan bien esta funcion Por no recibir cargas. este envigado tie ne escuadrias menores que el de piso. Es asi como las medidas que se dieron en el parr. 65 pueden disminuirse en unas dos pulgadas cada una 72. En general, los envigados de made ra que trabajan a la flexion’ sufren una de formacion lenta que dura entre 3 y © meses después de colocados, segiin la especie de madera, su grado de secamiento. ete Este fendmeno, que se explicd en el parr. 20 de este capitulo, debe tenerse pre sente en el momento de colocar los cielos rasos. ya sea para darles una contraflecha (curvatura hacia arriba) adecuada, 0 es: perar que se alcance su posicion mas defi nitiva. Una flecha corriente para vigas de madera de 3.m de luz 5 de unos 10 mm; para 4m de uz, de unos 13 mm y para Sm e luz, unos 16 mm, La deformacién lenta puede alcanzar el doble de estos valores, que es lo que podria darse de con traflecha alos suples para poner un material de cielo. ESTRUCTURAS DE DOS PISOS 73. Entre nosotros, lo mas frecuente es construir viviendas de dos pisos con es tructuras casi independientes entre un piso y otro (Figura 117). Es decir, sobre los entramados vertica les del primer piso, se apoya un envigado de piso como el que hemos descrito, y sobre €l se coloca una nueva solera, para alzar los tabiques del segundo piso. Los cambios que suelen son los siguientes: introducirse 73.1. Si se trata de una estructura con relleno de materiales pesados, es aconse- jable aumentar el espesor de los tabiques del primer piso, de 4 a5” 73.2. Asimismo, debe aumentarse el espesor de las carreras del primer piso, de 2a 3”, quedando por lo tanto de 3 x 5". Esto FIGURA 117. Estructura tradicional para vivien das de dos pisos. Puede decirse que se repiten dos partes muy semejantes, constitutivas del primero y segundo pisos, separadas por el envigado de en: trepiso. Si el relleno es pesado, se suele aumentar el espesor de los tabiques del primer piso, de 4” a 5”. Es necesario aumentar también la escuadria de la carrera del primer piso, por trabajar a veces a la Mlexidn, debido a que el envigado del entrepiso no coincide con los pies derechos. Las diagonales se cambian de direccién en el segundo piso. Los extremos del envigado del entrepiso. se cubren con un madero de igual escuadria, que ayuda a la tarea de las cadenetas. debido a que las vigas del entrepiso que descansan sobre ellas no coinciden con los pies derechos, porque sus distancias entre si son diferentes, de manera que esta pieza tiene a veces que trabajar a la flexion. 73.3. Las diagonales del segundo piso se colocan en direcciones diferentes a las del primero, precisamente para que la ac- cin de ambos pisos se complemente mejor. 73.4. Las cadenetas del envigado inter medio adquieren gran importancia, por- que es mayor el peligro de volcamiento de las vigas. Notese que los extremos de ellas se cubren con una viga perpendicular, de igual escuadria, con el mismo fin 16 74. Tabique armado. Un caso que suele ocurrir en una estructura de dos alturas, es la necesidad de construir un tabique en el segundo piso, que no se apoye en otro seme jante del primero, sino solo en sus extre mos. Este problema se resuelve estructuran do el tabique como si fuese una viga arma da, 0 como el esquema que vimos antes en la Figura 59.F. Las diagonales del tabique forman la zona comprimida de ese esquema (Figura 118.A). Las partes de los pies de. rechos que quedan debajo de las diagonales deberian estar traccionadas y las partes superiores. comprimidas, porque se apoyan en ellas. Sin embargo, para no complicar las uniones de los trozos traccionados. po dria ser ms facil recurrir a dos pernos largos que unan la carrera con la solera. Esta A I SOLERA TRACCIONATA ATA ry FIGURA 118. Dos ejemplos de tabique armado 0 tabique colgante, que se produce en un segundo pi so, cuando solo esta poyado en sus extremos. A. For ma de viga armada, que se asemeja al esquema que se vid en 1a Figura 59.F. Los pernos largos'sostienen la solera en dos puntos, de manera que ella trabaja ‘como tirante, para que no se separen los apoyos de las diagonales, y a la flexién, entre los tramos en que la dividen los pemos. B. La existencia de una puerta, hace subir la viga armada a la parte superior del tabique. Caso en que el resto del entramado debe colgar de la viga armada, ya sea haciendo tra bajar los pies derechos a la traccién (se dificultan as uniones), o recurriendo a pemos largos, como, en el caso anterior. FIGURA 119. Sistema american conocido como “Balloon Frame". Se caracteriza en que los pies derechos entre ambos pisos son de una sola pieza. Su escuadria es de 2X4”, pero van a 40,6 cm (16”) de distancia entre ellos, distancia que se repite en los ‘envigados. El entrepiso se apoya en una carrera co locada de perfil, de 1x6”, embutida en los pies de rechos. En forma semejante van las diagonales, que son de 1x4”. Es frecuente que los pisos y los tabiques leven doble entablado, de manera que el primero, de 7/8” de espesor, esté en direccién diagonal altima trabajaria ahora como tirante (uniendo las bases de las diagonales, para que no se separen) y como viga, entre los tramos sostenidos por los pernos. Si el tabique tuviese una puerta, que in- terrumpiera la trayectoria de las diagona les (letra B de la figura), puede trasiadar- se la viga armada mas arriba. El resto del tabique debe colgar desde ella. En algunos casos es posible incluso trasladar esta viga armada a la techum- bre, como un tijeral mas resistente que los otros y estructurar todo el tabique col gado desde ese tijeral. 75. SISTEMA AMERICANO 0 “BA- LLOON FRAME”. Este conocido siste ma, cuyo nombre significa “estructura de dirigible 0 de globo aerostdtico”’ se carac Cap. Il, LA VIVIENDA DE MADERA teriza en que los pies derechos del primero y segundo pisos estan formados por una sola pieza de madera (Figura 119). Los pies derechos son de 2 x 4", pero estan a 40.6 cm (16") de eje a eje, bastante mas cerca que en los tabiques nuestros. Los envigados de piso van a igual distancia. por lo que pueden coincidir siempre con los pies derechos Es por esto que el madero horizontal que reemplaza a la carrera, donde se apoya el envigado de entrepiso, puede ser de 1x0". © sea, bastante delgado. para no debilitar alos pies derechos También es frecuente que las diagona les sean, como en el caso de la figura, de 1x 4”, estén a 45° y vayan embutidas en los pies derechos. Las cadenetas se colocan a 2.40 m de distancia aproximadamente. 76. Debe considerarse en general que por razones de climas mas rigurosos, es frecuente que estas viviendas estén revesti das con un doble entablado, cosa que suele ocurrir también con los pisos. Incluso el entablado rustico o forro, que es de 7/8” de espesor (casi 1”), se acostumbra poner en direccion diagonal, cambiando esta di reccion en las esquinas, lo que proporciona a la estructura una triangulacién adicio nal El entablado primario de los pisos tam bién se pone en direccion diagonal, cam biandola en el segundo piso, para que el refuerzo que implica quede compensado. Esto es de bastante importancia, puesto que corrige una de las deticiencias de los entramados horizontales. cual es su defor mabilidad, por no estar triangulados (ver parr. 1.87) 77. El sistema descrito puede ser acon sejable en estructuras livianas 0 con reves timiento, desde que simplifica bastante la mano de obra. De todas maneras, para comparar los costos de madera, debe tenerse en cuenta que las piezas de algo mas de 5 m de longi tud que se necesitan para sus pies derechos, tienen un recargo sobre las piezas mas cor tas. Por el otro lado, en el sistema corriente uw de pisos separados, debe constatarse si la parte que se corta al madero para cada pie derecho (el largo minimo de la madera es 3.20 m) tiene aplicacion en la misma es- tructura, por ejemplo, en travesaiios 0 co- dales entre los montantes 0 en algo seme- jante Es decir, deben compararse estructu ras completas, con todos sus elementos, en cuanto a cantidad de madera, tiempo de gjecucién, resistencia y eficacia del con- junto. 78. SISTEMA TABLON Y VIGA. Bas- tante usado en EE.UU. (llamado “Plank and Beam System"'), tiende también a sim- plificar su construccion. Lo citamos co- | | FIGURA 120. Sistema americano llamado “Ta blon y viga’”. Consiste en reemplazar las numero- sas piezas que conforman los entramados horizonta les, por una capa de tablones machihembrados de 2x6" 6 2 x8", apoyados en vigas mucho mas separa~ das entre si, por lo comin a 2,13 m. La capa superior de tablones se pone inclinada, sobre ella el material aislante y luego la cubierta. La aislacién se ubica a veces debajo de los tablones, en forma de losetas que constituyen el cielo de 1a habitacion, pegadas con adhesivos a los tablones. Los tabiques y divisio- nes verticales son de paneles independientes modu- lados (parr. 78). us mo referencia para que podamos com parar con los nuestros. Consiste este procedimiento en el uso de tablones de madera de 2x6" y 2x8", machihembrados, que se apoyan en gas de madera, por lo comin a unos 2.13 m de distancia (la distancia fluctua en tre 1.83 y 3,05 m). Estos tablones asi apoyados se utilizan de preferencia en reemplazo de los entra mados horizontales, tanto del primer piso. como del segundo y también conformando la cubierta de la vivienda ( Figura 120). Comenzando por arriba, digamos que el material aislante se acostumbra indistin tamente colocar sobre los tablones, en for ma de colchonetas, para recibir sobre ellas la cubierta, o en forma de losetas aislantes, pegadas en la cara inferior de los tablones. entre las vigas, como material de cielo. Se reemplaza asi a la enmaderacion tradi cional de techumbre, al envigado de cielo; entablado para aislante, etc. En el entrepiso, las dos caras de los tablo nes van cepilladas, porque quedan a la vis vi- SO DE EDIFICACION ta, constituyendo el piso del recinto supe rior y el cielo del inferior. En el piso de abajo, se repite la misma estructura. con una sola cara visible de los tablones. Los tabiques o entramados verticales estan constituidos en este sistema por pa- neles o tramos modulados, es decir, con di- mensiones que pueden repetirse y coinci- den con las del resto de la estructura. ENMADERACION DE TECHUMBRE 79. Forma de los techos. Hay denomi- naciones que se refieren a la forma exterior de un techo y otras para las partes de la es tructura o enmaderacion que lo sostiene Las partes planas e inclinadas, por don de corre Ja Iluvia, se llaman vertientes o aguas. Hay asi techos a una agua, a dos aguas, a cuatro aguas (Figura 121). En tre nosotros usamos mucho el chilenismo mediagua para referirnos tanto al techo eB a gD ae ont = 3.pm CON VERTIENTES MAS BAIAS FIGURA 121. Formas exteriores mas comunes de los techos de una vivienda, con sus denominaciones En cada caso se muestra la forma como se ve el techo en perspectiva**, al lado’ del mismo techo dibujado en planta*'”. Puede apreciarse que las limas (parr. 79) 0 aristaS inclinadas que separan dos vertientes de 1a misma pendiente, aparecen en el dibujo a 45°. Cap. IL LA VIVIENDA DE MADERA con una vertiente, ligera que lo tiene. Cuando la vertiente tiene forma de triangulo se Mama faldon, y cuando una fachada o muro exterior de una casa ter mina arriba con el angulo que forman dos vertientes. del recibe el nombre de hastial. Veamos ahora las aristas o lineas que se forman en el angulo de dos vertientes. La mas alta, de posicion horizontal, es el ca hallete © lomera. Las inclinadas se llaman limas. Ahora bien, la de angulo saliente, recibe el nombre de lima tesa y la entrante, donde debe ir una canal, el de lima hoya. El punto superior donde se encuentran. es el ventice. como a la construccion techo, ¥ 80. Pendiente 0 camica. Son los nom- bres que se da a la inclinacion de la vertien te o agua de una techumbre. Se mide o establece de dos maneras: a) En grados, segiin el angulo que forma la vertiente con el plano horizontal (Figura 122.A). Se habla asi de una pendiente de 15 grados (15°), de 40 grados (40°), segin sea ese angulo. b) En tanto por ciento, que se refiere ala cantidad de centimetros que sube la pendiente por cada 100 em horizon tales que avanza (letra B de la figura). O sea. cuando una pendiente sube 15 cm por cada 100 cm horizontales. decimos que su inclinacion es de 15 por ciento (15%) Como puede apreciarse en la figura, estas son dos maneras completamente dis tintas para medir una misma caracteristi ca de una techumbre y no tienen relacin numérica entre si, Debe cuidarse, por lo tanto: de no confundir las dos maneras de expresarla. ya que una inclinacion. por ejemplo de 30° es diferente y casi el doble de una de 30%. Miremos una techumbre dibujada en planta, es decir vista desde arriba (tedricamente, ralelos y normales al plano horizontal) tal como las que aparecen en la Figura 121. Cuando todas las pendintes son iguales, las limas 0 atistas entre dos vertientes conti 12uas, aparecen en el dibujo a 45°. Sino es as, si este angulo no es de 45» (como se ve en el Rimo ejemplo de Ia figura), ‘quiere decir que las pendientes son diferentes. con rayos.visuales pa Ls 81. La parte de la techumbre que sale fuera de los muros de la casa constituye el alero. Y las cabezas de las vigas 0 de los pares que también sobresalen para soste- ner el alero. son los canes. Por ultimo, el material que cubre por el exterior toda la techumbre e impide la pasada de la Hluvia, como las tejas, el ace- ro galvanizado, el asbesto-cemento, con- forma lo que llamamos la cubierta 82, Estructura de la techumbre. Expli caremos por ahora la techumbre de una vivienda de madera, teniendo presente que las estructuras mayores —de madera y de acero— son materia de un capitulo es- pecial de este curso. En estas viviendas de madera, ya sean de un piso o dos, por lo comin hay tabiques intermedios donde apoyar la enmadera- clon. lo que nos permite adoptar un tipo de estructura con varios apoyos, que es mas simple. En las viviendas de albafileria, que se estudian en el capitulo siguiente, es mas frecuente un armazén de techumbre apo eG A en graves A oy e * . J - AE “ FIGURA 122. Dos maneras completamente dife rentes de medir la pendiente de una techumbre, que conviene no confundir. A. Indicando la abertura del angulo que forma la techumbre con un plano ho rizontal, en grados. B. Refiriéndose a la cantidad de centimetros que sube la pendiente, por cada 100 ‘em horizontales que avanza, o sea, en tanto por cien- to. En esta segunda forma se acostumbra indicar la pequefia pendiente de un pavimento de terraza (por ejemplo: 0,5%), de las tuberia’ del alcant Hado (3%), ete. 120 yado solo en los muros exteriores, por lo que se hace necesario recurrir a pequeiios cuchillos de armadura o tijerales. En la actualidad esta muy difundido el sistema de hacerlos con tablas clavadas. Se verdn en ese capitulo. 83. Separacion y dimensiones de los maderos. Este es un problema muy pare cido al que vimos en los entramados hori zontales (parr. 01), puesto que a partir del material de cubierta hacia abajo, tenemos dos o mas capas de maderos, en direccio nes opuestas, colocados a diversas distan cias, que @ cada caso determinan sus es cuadrias (Figura 123), Los techos horizontales 0 de inclinacion menor de 5% deben ser capaces de resistir. ademas del peso de la cubierta misma, una sobrecarga de 100 kg por metro cuadrado. Si pueden utilizarse como terrazas. esta carga aumenta a 250 kg/m’. Cuando la inclinacion es mayor que un 5%, la, sobre carga minima es de 30 kg/m. En todo caso. las correas, que son los maderos ho- rizontales que reciben el material de cu bierta. deben ser capaces de resistir una carga concentrada de 100 kg en el punto medio de un claro, entre dos apoyos (ver parr. 95). Debajo de la cubierta suele ir un enta blado, para el caso de que ella sea de plan chas lisas (de cobre, acero galvanizado, aluminio), o pueden ir correas. a una dis tancia a veces determinada con exactitud FIGURA 123. La separacién y escuadria de las pie zas de madera de una techumbre representan un problema semejante al que vimos en los entrama dos horizontales (parr. 61), en cuanto a ir disminu yendo las distancia entre los apoyos, por medio de ‘maderos en direcciones opuestas. CURSO DE EDIFICACION por el material de cubierta a usar. Por ejemplo, ocurre asi con las tejas de arcilla cocida o de cemento, con las tejuelas y las planchas de asbesto-cemento, etc. La escuadria de las correas, como es na tural, esta en funcidén de la distancia de las costaneras. ‘Comencemos con un caso de techumbre sencillo, de una vivienda de planta rectan gular, a dos aguas. 84. Cumbrera. Este es el madero hori zontal que forma la arista mas alta de la te chumbre, donde se apoyaran las costane- ras, o maderos inclinados. Ademas de cumbrera, se le llama indistintamente hi era, 0 parhilera. Trabaja a la flexién como una viga, por lo que se coloca siempre de canto. Su sec cion depende de a distancia de sus apoyos. ya sean verticales 0 inclinados. Si puede ser apoyada en toda su exten- sidn, se alza sobre una solera —que des cansa en el envigado de cielo — y es soste nida por soportes verticales 0 montantes (Figura 124.A). La- solera puede ser su- primida, si los montantes salen desde la carrera de un tabique interior de la vivienda. Esta armazén, que a veces es una simple prolongacién hacia arriba de tabiques di- visorios de la casa, debe tener a lo menos dos riostras en los extremos, que impidan su deformacion. Si solo es posible apoyarla en dos pun tos. puede darsele la forma de viga armada (letra B de la figura). Sus diagonales y disposicién general dependen de la ubi cacion de los apoyos, como se ve en C. 85. Costaneras. Son, como hemos dicho, los maderos inclinados que sostie- nen las vertientes del techo, y correspon den a los pares de un tijeral. Se diferencian en su forma de trabajo: Mientras las cos taneras son simples vigas inclinadas, con un apoyo mas alto que otro, y trabajan a la flexion, los pares estan fuertemente com primidos. Esta diferencia de trabajo in fluye desde luego en el disefio de sus unio nes 0 apoyos. Cap ILA VIVIENDA. DE MADERA FIGURA 124. Diverse alta de la techumbre. de viga armada, apoyada solo en sus extremos. C. puntos de apoyo. por medio de diagon ales comprimidas Es muy frecuente llamar costaneras a los maderos 0 ba ras horizontales que reciben el material de cubierta que con el nombre de correas, veremos en el parr. 87. No podria in embaras califiearse de error eh amar asi a esas hima, ‘como se explica en el Vocabulario 8. En este Curso, para evi ar confusiones, llamatemos costaneras a las piezas incl nadas y covreas, a as horizontales, Por trabajar flexionadas, se colocan de canto y su escuadria —considerada siem pre en relacién a la distancia entre apo yos — est entre la de una viga de cielo y una de piso. A veces es posible proporcio apoyos intermedios, que disminu yen su luz (parr. 88). La distancia mas frecuente entre una y otra costanera, es de 0.80 a 1,0 m. En el caso de esta techumbre a dos aguas. las costaneras pueden ir simplemente cru zadas sobre la cumbrera (Figura 125.A): pueden ir también sobre ella, ensambladas entre sia media madera (letra B): corta das de tope (letra C), 0 apoyadas en sus ca ras laterales (letra D). En los dos ultimos casos suelen unirse ambas piezas clavan- doles una tabla de refuerzo. Su extremo inferior va apoyado en la carrera, con un pequeiio hombro (letra E). La ubicacion de este apoyo es indepen diente al de las vigas de cielo, ya que lo mas comun es que sus distancias entre si sean diferentes. narle n90¥0 c maneras de sostener la cumbrera, © madero horizontal que forma la arista mas A. Caso en que ella puede ser apoyada en toda su extension Dos maneras de aprovechar diversas ubicaciones de B. Con estructura 86. ;En qué orden conviene proceder? Colocada en su lugar la cumbrera, como se vid en el parr, 84, comenzamos por ubi- car las costaneras de los extremos de la te- chumbre. Ellas deben ir en el mismo plano exterior del tabique de esas fachadas, puesto que conformaran su continuacion hacia arriba o hastial. Por lo tanto, am- bas deberan estar también en un mismo plano entre si, lo que impide emplear la union que vimos en la letra A de la figura 125. Aunque las demas costaneras estén simplemente cruzadas, estas primeras de- beran estar ensambladas a media madera o de tope. Para trazar los cortes de sus apoyos. se presenta el madero en su posicion defini tiva, cuando ello es posible, 0 bien un poco desplazado paralelamente a ella, 0 sea, manteniendo su misma direccion. En la Figura 120 se muestra en A la posi cion definitiva de una costanera. En B se ha levantado el extremo superior con un suple equivalente a la profundidad de la muesca del apoyo inferior, de manera de mantener su misma direccién. En C se ve la forma de trazar el hombro inferior uti- lizando el nivel de burbuja, tanto en Ia linea vertical, como en la horizontal. En esta misma posicion del madero se puede trazar el ensamble superior, ya esté constituido CURSO DE EDIFICACION FIGURA 125. Maneray de unir los extremos de las costaneras en los apoyos. A. Simp B. Unidas entre si, a media madera. C a los costados de la cumbrera, con un refuerzo semejante das. sobre la cumbrera bla de refuerzo. D. De tope. = E. mente crust De tope, sobre la cumbrera, con una ta anterior. E. ‘Apoyo del extremo inferior de la costanera, en la carrera. Lieva un pequefio hombro, cuyo trazado se muestra en la figura siguiente. — pS i 5) POSIGIONES nivEL oP cumgnena FIGURA 126. Forma de trazar los cortes de los apo yos de las costaneras. A. Position en que debe quedar la costanera en definitiva. B. Ubicacién del madero para trazar sus cortes, en la misma di reccién de su posicion final, lo que se consigue levan tando su extremo superior con un suple, semejante a la profundidad del hombro inferior. C. En esta posicion se trazan ambos cortes, por medio del nivel de burbuja: por un simple corte vertical 0 unido a me. dia madera (eri este segundo caso convie ne presentar el par de costaneras de am bos lados). Estas costaneras de los extremos de la techumbre sirven de guias para las restan- tes. Se colocan lienzas como se indica en la Figura 127, para que los bordes superiores de los maderos queden en el mismo plano. Esto se consigue variando la profundidad de las muescas de los apoyos 0 poniendo su ples donde sea necesario. A veces es pre ferible poner las lienzas unos 5 cm mas altas, para facilitar a presentacion de las piezas de madera, lo que se hace clavando peque- jios listones auxiliares, como se muestra en la misma figura. Completadas las costaneras de una ver tiente, procedemos a cortar su extremo in ferior. Para ello se tiende una lienza indi- cando la medida exacta del alero. Si el cor te es vertical, se traza con el nivel de burbu jay sies en angulo recto. con la escuadra 87. Correas. Como se explicd, son los maderos horizontales que reciben la cu bierta misma. Trabajan a la flexién y deben ser capa ces, como se recordara, de resistir en su punto medio una carga de 100 kg. Para una dis Cap IL LA VIVIENDA DE MADERA tancia entre costaneras de 0,80 a 1,0 m pueden ser de 2x 2” Antes de poner las correas, deben dis- tribuirse sus distancias a lo largo de una costanera completa, de acuerdo a las se paraciones que requiere el material de cu bierta previsto. La primera, abajo. se pone en el extremo del alero, y la ultima, arriba, a una distancia del eje de la techum bre, que permita la colocacién posterior del caballete 0 remate superior de la cubierta. (Figura 128.A). Por ejemplo, cuando a cubierta es de tejas o de otro material con traslapo*’ fijo. 1a longitud de la parte visible del ma terial debe ser igual a la distancia entre correas, medida de eje a eje (letra B). Una vez aprobada la distribucién de las correas, conviene preparar un liston con muescas 0 topes salientes, que sirva de plantilla*". para medir las distancias entre ellas. En construcciones de mayor magnitud, los apoyos de las correas suelen estar mas distantes, lo que hacé aumentar su escua- dria. Se produce entonces una tendencia al volcamiento de la pieza de madera, de bido a su posicion inclinada, lo que se evita FIGURA 127. Las costaneras de los extremos sir ven de guia para colocar las otras. Se tienden lienzas para establecer Ia altura de sus bordes superiores, altura que se obtiene variando la profundidad de las muescas © poniendo suples en los apoyos. A veces se prefiere colocar la lienza un poco mas alta, por medio de listones auxiliares, como el que se ve en el detalle de la derecha, por medio de pequefios topes del_ mismo material, ilustrados en la letra C de la figu- ra, que reciben el nombre de edn. Esta es también uno de los empleos posibles de los enlaces metilicos que se vieron en el parr. 43 DIstANCIA Conneas 1108 c FIGURA 128. Distribucién de las correas a lo largo de una costanera. A. Debe ir una abajo, en el extre- mo del alero, y otra arriba, a una distancia de la arista superior, determinada por el ancho del caballete. B. En materiales de cubierta de traslapo fijo, como planchas de “Pizarrefio”, tejas, etc., la distan- cia entre las correas, medida de eje a eje, debe ser igual a la longitud de la parte visibie del material. C. En correas de mayor escuadria, debe evitarse su voleamiento por medio de topes de madera o de elementos metalicos, como los que se vieron en la Figura 100. Reciben el nombre de sobresalen de los _muros extremos de la casa, para conformar el alero en esa parte. En vez de hacerlo en una can- tidad uniforme, suele ser mas ancho arriba, en el caballete, que en las partes inferiores. Caso en que se le da el nombre de visera, por semejanza con el ala de ciertos sombreros. Debe tenerse presente que esta altima forma afecta y puede complicar el remate del material de cubierta. 88. Tornapuntas. En el caso de ser po sible apoyarse en la base de la armazén que sostiene la cumbrera (esa que se vio en la Figura 124), pueden ponerse tornapun tas © puntales hacia las costaneras, para disminuir su luz y, por lo tanto, su escuadria (Figura 129). Estas torapuntas sella man también jabalcones, segin se apoyen en una pieza horizontal o vertical, respecti- vamente (Vocabulario 7) 89. Techumbre a cuatro aguas (Figu- ra 130.A). En este caso aparecen nuevos elementos estructurales, como son las cua tro limas tesas, que los carpinteros Ilaman simplemente limatones. Piezas _inclina das que, vistas en planta, forman angulos de 45° (letra B). Esto es importante para ubicar sobre el envigado de cielo, los puntos exactos que sirven para establecer el comienzo y el ter Las correas CURSO DE EDIFICACION FIGURA 129, Jabalcones —segin se apoyen en una pieza hori zontal 0 vertical — para disminuir la luz de las costa neras y, por lo tanto, su escuadria. Para colocarlas debe saberse si es posible apoyarse en la parte baja del armazon de la cumbrera. Puntales, lamados tornapuntas © mino de la futura cumbrera. Esos puntos estn en el eje del rectangulo que forma el contomo de la casa (letra C), a una dis tancia de los extremos —que hemos sefia lado con una letra a— igual a la mitad de su ancho. (Lo mismo da que tomemos el con torno de los muros exteriores de la casa, 0 el que forma la techumbre, incluyendo los aleros). La cumbrera se sostiene de manera se mejante a la que vimos en el parr. 84. En este caso es menos importante su_arrios- tramiento, puesto que las propias costane ras se encargaran de apuntalarla después en todas direcciones. N B FIGURA 130, Enmaderacion de una techumbre a cuatro aguas. A. Diversas partes que la forman, con sus nombres. Aparecen en este caso cuatro limas tesas y costaneras cortas, que se apoyan en ellas. B. La misma enmaderacion, vista en planta, donde se aprecian los angulos de 45° que forman las limas te sas. C. Forma de establecer, sobre el envigado de cielo, los puntos exactos en cuya vertical estan los vértices de la techumbre, donde comienza y termina la futura cumbrera, Cap.tl. LA VIVIENDA DE MADERA 90. Limas tesas. En esta forma de te chumbre, una vez instalada la cumbrera, se comienza por tender las lias tesas. que deben servir de apoyo a las costaneras cor tas (Figura 130). En este sentido, cada |i ma tesa es una especie de cumbrera incli nada. Su trabajo ala flexion es mayor que el de las costaneras corrientes, puesto que ade mas de servir de apoyo a las costaneras cor tas, como se dijo, tiene mayor longitud que ellas. Deberia, por lo tanto, tener una es cuadria también mayor, si no es posible casi siempre lo es—_ proporcionarle apoyos intermedios, por medio de torna puntas, en forma similar a lo explicado en el parr. 88. Su extremo superior puede descansar sobre la cumbrera (Figura 131.A) 0 apo- yarse en su cara lateral (letra B). Su ex- tremo inferior pasa justo en medio de la esquina de la carrera. Si en ese punto las carreras tienen sus puntas sobresalientes —como se aconsejé en el parr. 37.4— la lima tesa pasa por el angulo que forman esos dos salientes (letra C). Es aconsejable presentar tablas auxi liares en los sitios donde iran las limas te- sas (pudo hacerse esto antes de levantar la cumbrera, por medio de una armaz6n tam- bién auxiliar), para constatar y visualizar la forma real que va a tener esta enmade racién de techumbre, distribuir los made- ros, segin las distancias que deben tener entre si, y aclarar todas las dudas que se pre- senten. Se entiende que las medidas, escuadrias yubicacion exacta de todos los elementos que conforman esta estruc ura, estin previamente indicados en in plano de techum bre de Ia vivienda. Este plano ha de ser estudiado en todos sus detalles por el maestro encargado del trabajo. Demas cesta decir que la faena no deberia iniiarse hasta que todas Jas dudas estén debidamente aclaradas oresueltas, 91. El trazado de los cortes 0 muescas de los apoyos de la lima tesa se realiza de una manera semejante a descritas para las costaneras (parr. aunque ahora son algo mas complejos. las 86), Ny a FIGURA 131. Detalles de los apoyos de las limas tesas. A. De tope, sobre la cumbrera. B. De tope, a los costados de la misma, C. Apoyo del extremo inferior en 1a esquina de la carrera, cuando esta Ultima forma un angulo saliente, 0 bien un rineén, entre las prolongaciones de sus extremos. Se presenta el madero en posicién cer cana y paralela a la definitiva, con sus caras laterales en sentido vertical, levantindo lo en la cumbrera con un suple semejante al que vimos antes, para asegurarnos que mantiene su direccién. Veamos paso a paso el trazado de la muesca inferior, que aparece algo mas dificil de representar en un dibujo. En la Figura 132.A hemos dibujado de nuevo el extremo de la lima tesa apoyada en la esquina. Ella topa con sus aristas inferio- res el borde de las carreras solo en dos puntos, M y N, a cierta distancia de la es- quina misma. En el dibujo de Ja letra B se muestra un costado de la lima tesa, visto en la direccién de una de las carreras (la di- reccion esta sefialada en el dibujo de la le. tra A). Desde el punto M se dibuja una linea vertical, con ayuda del nivel de bur buja. Otra linea horizontal sefiala 1a can tidad que deseamos que baje la lima tesa. Las mismas dos lineas se trazan en la cara opuesta del _madero. Por iltimo, en su cara inferior, marcamos un punto que es donde topa con el madero Ia prolongacion hacia arriba de la arista de la esquina del tabique. A este punto (que no se ve en la letra B), lamaremos P. En la letra C del dibujo, aparece tres ve ces el extremo de la lima tesa con su cara inferior hacia arriba. Comenzamos por unir los puntos M y N con el punto P. El Angulo resultante corresponde al _rincon formado por las dos carreras. Después unimos los extremos de las otras dos mar cas de los costados del madero, que corres- CURSO DE EDIFICACION pondian a lineas horizontales. Final mente hacemos cortes en tres direcciones, para formar dos muescas. como se ve en el tercer dibujo de esta letra C. Antes de proceder con las piezas de ma dera definitivas, conviene hacer una mues- tra de esta unidn con un trozo de madera auxiliar, de igual escuadria. Para evitar que la lima tesa resbale o se deslice hacia la esquina, conviene poner una pieza debajo de ella, como se ve en la letra D, Mamada cuadral, que sirve al mismo tiempo para reforzar la union de la carrera, en un punto débil (como se indicé en el parr. 37.4). Sobre esta pieza va una cufia que penetra en un hombro de la lima tesa, como La que alli se ilustra. 92. El corte del extremo superior es mas sencillo. Colocado ahora el _madero FIGURA 132. Trazado de la muesca para el apoyo inferior de la lima tesa. A. Antes de hacer la muesea, el madero se apoya sdlo en los puntos M y N de sus aristas inferiores. B. Costado de la lima tesa (vista en la direccion que se indica en A). Desde el punto M se traza una linea vertical, con ayuda del nivel de burbuja. Otra linea horizontal sefiala la cantidad que deseamos que baje en ese punto la lima tesa Igual trazado se hace en la cara opuesta del madero. Por su cara inferior, marcamos el punto en que la prolongacién de la arista de 1a esquina del tabique topa con ella (punto P). C. Aqui se ve el madero dado vuelta, con su cara inferior hacia arriba, en tres etapas: Con las marcas descritas; luego, la forma en que ellas se unen y, por iltimo, después de efectuar cortes en tres direcciones. D. Cuiia para evitar que la li ma tesa se deslice hacia 1a esquina, descansando en el cuadral, pieza que sirve a la vez de amarra entre los dos maderos de la carrera. Cap. Il. LA VIVIENDA DE MADERA en su ubicacion definitiva, después de en cajarlo en su apoyo inferior, se procede a marear el corte (Figura 133), siguiendo un plano vertical imaginario que pasa por el eje de 1a cumbrera. Las lineas verticales de los costados se trazan con el nivel de burbuja, partiendo desde el _mencionado eje. La linea de la cara superior —que es la unién de ambas— debe tener la misma direccién de la cumbrera. Puede tender se una lienza en el eje de esta ultima, para comprobarlo. Por la cara inferior tam- bién conviene cerrar el contorno del corte. Corresponde ahora a la pericia del car pintero en el manejo del serrucho, el reali- zar un buen corte, en un plano que pasa por estas cuatro rectas Finalmente, pueden extre mos de las dos limas tesas con un peo, en direccion perpendicular a este corte. dis tanciado lo mas posible del extremo de los maderos. unirse los Las costa ya estudia- 93. Costaneras y correas. neras largas son idénticas a las das en el parr. 85. Las costaneras cortas tienen un inclinado en su unién a la lima tesa. Para trazarlo debe ubicarse el madero apoya do sobre ella, con sus caras laterales en posicion vertical, levantando su extremo inferior con un suple sobre la carrera, para darle —como se ha visto mas de una vez. una direccién paralela a la definitiva. El trazado se efectia de una manera seme jante a la deserita en el parrafo anterior: Esta unin se asegura con clavos de 4”. Las correas se colocan también de ma nera similar a.la descrita en el parr. 87. Ellas, en cada nivel, rodean por completo las cuatro vertientes del techo. corte 94. Techumbre con lima hoya. Cuan- do la techumbre tiene la arista inclinada entrante, llamada lima hoya, debe pre verse en la estructura un espacio para la futura canal, que ha de recibir las aguas de las dos vertientes contiguas. Si las correas no tienen altura suficien te para conformar ese espacio, deben po- nr FIGURA 133. Corte del extremo superior de la lima tesa. Ubicado el madero en su posicion defini tiva, después de encajarlo en el ensamble inferior. se procede a trazar lineas verticales, que se levan tan desde el eje de la cumbrera. La union de ambas verticales, en la cara superior del_madero, debe coincidir con el mismo eje. nerse dos maderos paralelos, a unos 15 a 20 cm de distancia libre entre ellos, en el lugar de la lima hoya (Figura 134.A). En cambio, cuando las correas son de 3” 0 mas de alto, basta con ellas para formar el perfil de la canal (letra B), En el resto, se procede de manera seme- jante ala lima tesa. 95. Techo con buhardilla. En los luga- res en que se producen nevazones, los techos deben ser empinados, para evitar que se acumule en ellos la nieve. Precaucion de gran importancia, puesto que este factor accidental puede significar un peso de tal magnitud, que un techo corriente no re- sistiria. peso de la neve recien caida Nucta entre $0 y 190 kg por metro cibico, pero mojada y compactada por In luvs, ‘a de 240 a 800 kg/m’, O sea, que una capa de nieve de unos 40 cm de espesor puede llegar a pesar 320 ke/n’. Re cudrdese que la sobrecarga coriste de wn techo es de n0 mis de 1000 de 30 kg Para aprovechar el espacio que confor- ma esta techumbre pueden disponerse ha: bitaciones, que reciben el nombre de bu- hardillas (Figura 135), nombre que se da también a las ventanas que sobresalen des de las vertientes laterales. A veces la cu- bierta tiene una quebradura horizontal, a la altura del cielo de las habitaciones, continuando hacia abajo mas empinadas. CURSO DE EDIFICACION FIGURA 134. Formacion de la lima hoya, dejando espacio para la futura canal. A. Cuando las co rreas son delgadas. debe formarse la lima hoya con dos maderos. que reciben las costaneras cortas. a unos 15 a 20 cm de distancia entre si. B. Si la altura de las correas lo permite, se forma entre ellas el espacio para la canal. Caso en que basta con un madero central La habitacion en el interior de esta forma se conoce como mansarda. Cuando estos recintos habitables tienen su cielo inclinado, se acepta una altura libre minima, en la parte mas baja del cie~ lo, de 1 metro, siempre que la altura me- dia minima sea de 2,20 metros. En recintos no habitables, como piezas de guardar, alacenas*'', cocinas 0 baiios, la altu- ra media puede ser de 2 metros. FIGURA 135. Techo con buhardilla. tn zonas en que debe evitarse 1a acumulacién de nieve en las cubiertas, se aprovecha la altura de los techos para disponer habitaciones Mamadas buhardillas. Cuan do la cubierta tiene una quebradura horizontal, como el ejemplo de arriba, se conoce.con el nombre de mansarda. SISTEMAS INDUSTRIALIZADOS 96. Se designan de este modo los siste- mas basados en la preparacion previa en taller, en mayor o menor grado, de partes de una vivienda, que pueden ser traslada das y armadas con facilidad en el terreno. Se aprovecha con ellos 1a rapidez y mayor exactitud que puede lograrse con el empleo de maquinarias y la repeticion en gran es cala de elementos iguales. Muchos de los materiales que se usan_normalmente en un edificio son ya elementos prefabricados. comenzan. {do por un simple adobe o ladrillo, siguiendo con una cerra dura, artefacto sanitario, etc. Se entiende, por Io tanto, cuando se habla de vivienda prefabricada o indus Ja produceion en fabrica de elementos esteucturales de ma yor tamaio o de partes constructivas determinadss, que antes se acostumbraba a elaborar en el terreno. Por cjem: plo, pancles de muros 0 de entrepisos completos, tramos de csealera, ventanas terminadas (marcos con bastidores, vidrios, persianas, herrajes. pinturas), que se ubican en su sitio en el momento de levantar la albafileria o se insertan cen el vano de un panel, ec. Daremos sélo ejemplos _caracteristi: cos, puesto que es un tema que va mas alla de la finalidad de este curso, ademas de ser muy extenso y variado, como que dia a dia se plantean en él novedades. Cap. Il. LA VIVIENDA DE MADERA 97. Paneles prefabricados. Con tre- cuencia se ofrecen casas prefabricadas de madera, en base a paneles que se arman en el terreno Se llaman paneles a trozos 0 tramos de muros, de pisos, de cielo o techos, de un ta majio relativamente grande, con la limi- tacion de ser transportables entre el lugar en que se confeccionan —fabrica o ta ller— y el terreno definitivo en que se ha de armar la vivienda. Por lo general. los paneles de madera que sirven de tabiques, miden 2.30 a 2,40 m de ancho (que representa el alto de una habitacién), por el largo corriente de una tabla (3,20 6 3,60 m). En todo panel pueden distinguirse tres partes: Dos que forman sus caras y una tercera central, que las mantiene unidas y a veces sirve como aislante del frio, del calor y del ruido. Esto se logra con la uni6n de tres capas de materiales (panel tipo sandwich”) 0 formando el conjunto en base a un bastidor o entramado central (Figura 136) En el primer grupo se juntan o pegan con adhesivos dos planchas en ambas ca- ras de una tercera. La industria contemporanea produce una enorme variedad de laminas o plan chas, con diversas propiedades y costos, de modo que las combinaciones que pue. den hacerse son muy numerosas. En este caso, las laminas externas del panel reci ben los principales esfuerzos de traccién y compresién (al tratar de curvarlo), mientras el material central hace mas bien el papel de aislante. Es frecuente que una plancha liviana y aislante, aun que sin resistencia, como el “Plumavit”, vaya en la parte central de este tipo de pa. neles, revestida por ambas caras con li minas de otros materiales mas resisten tes, El conjunto puede estar rodeado o no de un marco o borde de otro material, a ve- ces con perfiles especiales, para ser unido con otro. 9 La mayoria de estas soluciones son, de costo mas o menos alto. 98. En el caso de utilizar la madera, se recurre con mas frecuencia a un simple bastidor 0 armazén plano de este mate- rial. revestido por uno o dos caras con ta- blas y a veces también con planchas de ma- dera prensada o de otros materiales (le- tra B). Al bastidor se le da un espesor de no mas FIGURA 136, Existen muy diversos tipos de pane les 0 de tableros. Comenzando por el tipo “san dwich", constituido por tres capas unidas, de dife rentes materiales, en que las exteriores soportan los principales esfuerzos de traccion y compresién (al tratar de curvar el panel), y 1a intermedia hace con frecuencia el papel de aislante. En el No 2 de la figu ra se muestra un tablero de madera aglomerada, con capas mas finas cerca de las caras. El 3 corresponde a la lamada placa carpintera, con dos laminas de madera terciada, separadas por listones de madera blanda. En el 4 se ilustra un tablero especial, cono- cido como “pana! de abejas”. Por iltimo, la letra B. ilustra un bastidor de madera, entablado. por ambas caras. Ride 130 _ de 3°, utilizando listones de 15 x 3" y hasta de 1 x 3”. Es frecuente que tenga barras en dos direcciones, formando un cuadriculado, a unos $0 cm de distancia. Sus bordes tienen que estar estudiados para poder unir entre si los paneles con fa- cilidad en el terreno, por medio de pernos, a veces agregando un perfil especial, etc Es precisamente en estos aspectos don- de se ofrece una mayor variedad de solu ciones. Tendremos oportunidad de ver las mas conocidas en un capitulo especial de este curso, dedicado a Tabiques divi sorios y muros-cortina. 99. Procedimiento de _fabricacién. Lo explicamos de manera breve, porque puede servimos cada vez que debamos confeccionar algin elemento de madera que se repita muchas veces. Se comienza por hacer un prototipo o modelo (como deciamos en el parr. 42) con el fin de comprobar la eficacia del di sefio que se ha de repetir, perfeccionar algunos detalles y. por ultimo, separar y numerar las partes que deben prepararse, indicando 1a cantidad de cada una. (hc: CURSO DE EDIFICACION La preparacion de estas series iguales de piezas de madera se hace por medios mecanizados, .utilizando _plantillas. 0 topes. con las medidas y formas adecua das, de manera que cada elemento se ob- tenga con rapidez y del mismo tamaio- que los otros 100. Para armar y clavar cada tipo de panel. se rtcurre a un método —reitera- mos— aconsejable para cualquiera fae na en que se necesite repetir una estruc tura determinada de madera, como es el caso de armar tableros para moldes de hormigon armado, tijerales, etc. Consiste en preparar mesas especia les, con el tamaiio del panel o de lo que se ha de repetir, a una altura cémoda para trabajar de pie (Figura 137) Sobre estathesa se clavan listones que sirven de guia y de tope a las diversas ba Tras que constituyen el bastidor de la es tructura, de manera que cada una encaje en una ranura o entre topes que la man- tengan exactamente en su lugar, sin que sea necesario trazar 0 tomar medida al guna. FIGURA 137, Mesa para armar y clavar paneles y elementos que han de repetirse, como tijerales, ta bleros para moldajes, etc. Sobre los tablones de la mesa se arma una muestra de la estructura que se va a repetir y se clavan listones y topes, que serviran de guia para las siguientes. Todas las partes a armar deben estar preparadas a la medida, de acuerdo a un prototipo inicial. En la actualidad es frecuente uti lizar el sistema de clavado automatico, que se ilustra en la figura siguiente. ILA VIVIENDA DE MADERA FIGURA 138. Maquinas-herramientas para clavado automatico. A. MAQUINA GRAPADORA que funciona con aire comprimido, producido por una compresora de 1/2 caballo de fuerza, y es capaz de clavar 12 grapas por segundo. Las grapas pueden ser de variadas formas y dimensiones, hasta 2,5” de largo. B. MARTILLO AUTOMATICO que puede hincar clavos de 3.5” a razén de 6 unidades por segundo, C. La grapa produce en la madera una union més apropiada que los clavos, puesto que introduce dos puntas delgadas en vez de una gruesa, y rodea un haz de fibras de 1a madera, en vez de tra tar de partirla, Desde luego, se presta para clavar planchas y todo tipo de revestimientos. A veces se recurre a cufias o sistemas de apriete para algunas barras, si ello es pre- ciso. Las tablas 0 planchas —que también deben estar previamente cortadas a la medida— se ubican en su lugar y se pro cedé a clavarlas. 101. Clavado automitico. Para el efecto de clavar o de unir elementos de ma- dera, a escala industrial, se utilizan en la actualidad —herramientas —_ neumaticas (accionadas por aire comprimido), muy rapidas y eficientes. Pueden emplearse grapas especiales 0 clavos. 101.1. Las grapas, de forma angular y patas de diversos largos (Figura 138. A), producen una unién entre las tablas y el bastidor, mas apropiada que los clavos, puesto que ademas de introducir en la madera dos puntas mas delgadas en vez de una —que tiende a partirla— rodea cada vez en forma muy segura un haz de fi- bras de madera (letra C). En casos espe- les, pueden utilizarse grapas cuyas pa tas estan cubiertas de una pintura plas. tica que aumenta unas 4 6 5 veces su adherencia a la madera. Las grapas pueden tener un largo. de hasta 2,5” (6,3 cm) y se introducen en la maquina grapadora en forma de ristra © ringlera (conjunto de piezas en fila) tal como las grapillas que se usan para unir papeles en una oficina (erroneamente llamadas “corchetes” entre nosotros). Las maquinas grapadoras se alimen tan de aire comprimido por medio de una manguera que las une a una compresora. El modelo que se ilustra en la figura pesa unos 3,5 kg _y es capaz de clavar 12 grapas 132 VOCABULARO Le ADHERENCIA. Resistencia a la separa cién 0 al deslizamiento que experimentan dos materiales unidos en una parte de su superficie. Interesa en un muro la adhe rencia entre los ladrillos y el mortero; en tre una baldosa y su base; entre una barra de acero y el hormigén que la envuelve, Se mide en el laboratorio con diversas pruebas y su valor se expresa en kg/em2. ABSORCION. Propiedad de un cuerpo, como un ladrillo, una baldosa, un pedazo de hormigon, de atraer y admitir en su seno a otro cuerpo, generalmente fluido (li quido o gas) También los cuerpos pue den absorber calor, vibraciones, etc. Una tierra de color absorbe o admite cier: ta cantidad de aceite de linaza, para ad. quirir determinada —consistencia. In teresa conocer la cantidad de agua que puede admitir un ladrillo bajo ciertas condiciones, para saber como reaccio nara con el mortero (parr. 49) 0 si sera afectado por 1a intemperie o las heladas, POROSIDAD. Cualidad de algunos cuer pos de tener pequefiisimas cavidades 0 intersticios que, desde luego, disminu en su peso. Estos miniisculos espacios pueden ser cerrados 0 abiertos, es decir, pueden estar aislados 0 comunicados en tre si, Por ejemplo, un cuerpo permeable, que deja pasar la humedad, tiene porosi dad abierta. La propiedad opuesta a la porosidad es la COMPACIDAD. MACHON. Asi se llaman los refuerzos de ladrillo 0 de piedra que se ponian en los muros, a veces incluidos en su espesor 0 bien sobresalientes. Servian con fre cuencia como arranques © como soportes finales de arcos y bovedas. Cuando eran del mismo material que el muro, debian sobresalir, constituyendo un refuerzo lateral. Entre los mischos. nombres que recibian, citemos: estribo, contrafuerte, botarel, espoldn, estantal. Es el antece sor de nuestro PILAR de hormigén ar mado. HORMIGONAR. Se dice por vaciar el hor migon en los moldes 0 encofrados. Esta faena puede incluir el traslado del hor mig6n recién preparado hasta el moldaje mismo € incluso su compactacion o piso neo. —— CURSO DE EDIFICACION por segundo. El cargador admite una ris- tra de 110 grapas. Requiere de un com- presor de 1/2 caballo de fuerza (0,5 HP) para atender 1 6 2 maquinas y de 3/4 HP, para 364 maquinas. Demas esta decir que las grapas sir- ven muy bien para unir planchas de “Cholguan” 0 cualquiera otra de ma- terial clavable, como asimismo laminas de fieltro, cartones, tejuelas de madera, colchonetas aislantes, etc. 101.2. La clavadora automatica (Ie- tra B de la figura) tiene su depésito carga- dor con una inclinacién de 30°, que faci- lita su ubicacién en diversas posiciones, con relacidn a los elementos a unir. Como la otra maquina, el modelo de la figura es capaz de hincar hasta el fondo, con facili- dad y rapidez, clavos de hasta 3,5” (8,8 cm) de largo, en cualquier material clavable. Pesa también 3,5 kg, admite ristras de 60 a 90 clavos (segiin el tamafio) y puede impulsar 6 clavos por segundo. Necesita un compresor de igual tamaiio que la grapadora. 102. OTRAS FORMAS ACTUA- LES DE LA MADERA. La técnica mo- derna, especialmente 1a aparicion de una gran cantidad de nuevas colas y adhesi- vos sintéticos muy eficientes, como asi- mismo el perfeccionamiento de los siste- mas de unién, han modificado sustancial- mente el empleo de este material. Tam bin se utiliza ahora la madera como ma- teria prima para fabricar una enorme variedad de planchas y tableros, de uso muy importante en la edificacién actual. Es asi como nos correspondera estu diar en otros capitulos de este curso, tije- rales de tablas clavadas; sistemas de unién en estructuras lefiosas de mayor tamafio; la llamada madera laminada, que consiste en prefabricar grandes pie- zas, formadas por tablas unidas con adhe- sivos; planchas y tableros de madera aglo- merada (“Masisa”), de madera pren- sada (“Cholguan”), madera _terciada, placa carpintera, etc. (Cap. I. LA VIVIENDA DE ALBANILERIA. a Capitulo 1 LA VIVIENDA DE ALBANILERIA 1. Se llama albariileria al arte de cons. truir edificios con ladrillos, bloques de cemento, piedra u otros materiales ana- logos. A las obras levantadas con estos materiales, a sus muros o partes de ellas, se les da también el nombre de fdbrica. Cuando se habla asi de un muro de fabrica, de un entrepiso de fabrica, se entiende que esta construido o relleno con estos materiales pesados, unidos con argamasa © mortero. Estudiaremos en este capitulo en pri- mer lugar las albafilerias de ladrillo, luego las de bloques de cemento y algo de las albafiilerias de piedra, en sus apli caciones actuales. El capitulo siguiente aasoncossetl! estara dedicado a la vivienda de adobe que, aunque también es una albaiileria, constituye un caso especial. ALBANILERIA DE LADRILLO 2. El ladrillo de arcilla cocida es uno de los materiales mas antiguos fabrica- dos por el hombre, con una posible edad cercana a los 12.000 aiios. Lo usaron los egipcios, los babilonios, los chinos, con caracteristicas muy semejantes a algu- nos ladrillos que usamos hoy. Se levantaron con este material edificios de dimensio- res colosales. La cipula de Santa Sofia de Constantinopla, FIGURA 139. Una antigua faena de albaaileria, cuando no se usaban’aiin los pilares, cadenas y dinteles de hormigon armado. Los tramos de muros podian se? mas continuos y se comenzaba por levantar sus extremos, que servian de guia para el resto de las hiladas. Ahora se procede de manera diversa, como sé explica mas adelante en este capitulo. Ba FIGURA 140. Comparacion entre la magnitud de! interior de la iglesia de Santa Sofia de Constantino pla, construida en ladrillo el afio $30 d.C., y de un io de nuestra época, como el Hotel Carrera, de Santiago. por ejemplo, contruida en ladrillo el ao $30 de nuestra era, ccubre una luz de 30 m. y alcanza una altura interior de $4 m. Para formarse una idea de su extraordinaria magnitud, hhabria que compararia con construcciones actuales co: rocidas. Por ejemplo, el edificio del Hotel Carrera, en centro de Santiago, con sus 12 pisos, legaria apenas a los dos tercios de su espacio interior (Figura 140). Resulta interesante, para esta comparacién, al frente de este edificio de nuestra época ¢ imaginar una cipula de forma semicircular 0 de media naranja, mucho mas alta que él, construida en ladrillos, y que esta en pie después de mas de 14 sigios. A diferencia de la madera, el ladrillo es un material pesado que, como sabemos, solo trabaja a la compresién. Los muros FIGURA 141. Estructuras antiguas de una, dos o mas crujias, nombre que se da al espacio compren dido entre dos muros resistentes. Tenia importan cia este término porque el resto de la estructura, en vigados, muros del segundo piso, etc., estaban de- terminados por esta forma de distribuir los apoyos. CURSO DE EDIFICACION son por lo comin macizos y de espesor mas bien amplio. Debemos considerar —no obstante su particular antigiedad— que los siste- mas constructivos de este material han experimentado en nuestra época una transformacion tan grande, desde el ad- venimiento del hormigén armado, que es posible separarlos en dos etapas comple- tamente diferentes: Albafiilerias de la- drillo antes del hormigon armado y des- pues de este nuevo material. SISTEMAS ANTERIORES AL HORMIGON ARMADO 3. Hemos visto cémo las construccio- nes de ladrillo hasta comienzos del pre- sente siglo estaban sostenidas por gran des muros Ilenos, macizos, con formas en Angulos, tes y cruces, como las que mostra- mos en la Figura 48. No se nota en ellas con claridad su estructura _resistente, porque no esta separada del resto de la construccién. Son sus propios muros los que, adoptando formas y espesores deter- minados, deben sostenerse a si mismos. Esto se traduce en limitaciones ya co- mentadas, como que los vanos de puertas y ventanas sean de reducido tamaiio y es- tél ubicados siempre a cierta distancia de las esquinas y de los encuentros. Los muros podian estar dispuestos en- tre si formando una, dos o mas erujias, de signandose con este nombre al espacio comprendido entre dos muros resisten- tes (Figura 141). Tomé asi este término bastante importancia, puesto que el numero y la magnitud de las crujias deter- minaba en cierto modo la organizacién constructiva, la disposicién de los envi gados, de la enmaderacin de techumbre, ete. Esos muros resistentes debian tener un espesor minimo de 30 a 40 cm en el ultimo piso, espesor que aumentaba en 15 cm en cada piso, cuando sus alturas eran de 4m —lo mas frecuente en la época—o en (Cap. IL LA VIVIENDA DE ALBANILERIA, {T] FIGURA 142. Los pilares de ladrillo debian tener un espesor no inferior a la octava parte de su altura. Diversas formas de ubicar los ladrillos. los mismos 15 em cada dos pisos, cuando la altura de los pisos era de 3 m. Facil- mente se llegaba asi a grandes espesores en los primeros niveles. Los pilares de ladrillo debian tener un espesor no inferior a la octava parte de su altura. O sea, que un pilar de 4 m de altu- 13s ra debia tener un grosor minimo de 50 cm, y uno de 3 m de altura, un espesor no me- nor de 38 cm (Figura 142). Los entrepisos horizontales eran en- vigados de madera, o bien endurmienta- dos, si podian apoyarse en el suelo. 4, El trabajo artesanal de estas alba- jiilerias alcanzé un alto grado de perfec- cién. Todavia pueden verse en nuestras ciudades fachadas de edificios antiguos construidos de ladrillo a la vista, con com- plicadas molduras y elementos de adorno que debian irse formando hilada por hi- lada, al momento de alzar los muros (Figura 143. A). Los dinteles de puertas y ventanas se hacian del mismo material, con los ladri- llos colocados como dovelas, trabajando a la compresién (letras B y D). Cuando eran de forma curva podian alcanzarse lu- ces relativamente grandes, sin otro, pro- blema que los esfuerzos laterales que ellos originan. En cambio, ‘los dinteles rectos, que trabajan como arcos de mini- FIGURA 143. En las albafilerias de ladrillo de otra época se alcanzé un alto grado de perfeccion arte sanal. A. Fachada de ladrillo a la vista de una iglesia de Santiago, con molduras y elementos de adorno que se van conformando hilada por hilada. B. En los dinteles curvos el ladrillo se coloca como dovela, trabajando a la compresion. C. En dinteles rectos la compresion es mayor y las luces no pueden ser muy grandes. D. Forma de colocar los ladrillos en arcos de diverso radio. E. En dinteles rectos de mayor ta- majo, se disminuia la carga por medio de un sobrearco o arco de descarga. 136 CURSO DE EDIFICACION HERRAMIENTAS 7 Herramientas mas comunes que usa el albaiil. 1. PLANA. Es un trozo de lamina de acero flexible pulido, de forma de trapecio, con un mango soldado y puiio de madera. Este lle va un anillo metalico, para que no se parta, llamado virola. El largo de la hoja fluctia entre 130 y 300 mm. 2. PALETA 0 MEDIA PLANA. Parecida a la anterior, pero con la hoja de acero en forma triangular. Su extre mo puede ser redondeado o puntiagudo. Tamato de la hoja: 120 a 250 mm. A veces se utiliza una pequefia, puntiaguda, de no mas de 100 mm. 3. LLANA. Hoja de acero flexi ble pulido, rectangular, con asa de madera, de 13 x 27 cm. 0 de 15 x 30 cm. aproximada- mente. La utiliza el albafil para sostener una porcion de mezcla en la mano izquierda, mientras coloca una parte en obra y le da for- ma con la plana, accionada con la mano dere cha. O bien, para extender el mortero, apla- narlo 0 alisarlo sobre un muro o en un suelo. 4, FRATAS 0 “PLATACHO". Liana de madera, con bordes biselados, que se utilizan para igualar y frotar la superficie plana de un revestimiento de mortero 0 pasta. Esta provisto de una asa de madera y tiene pareci das dimensiones de la lana. Cuando lleva mango en vez de asa, se le Hama TALOCHA. S. ALCOTANA 0 HACHUELA DE ALBA NIL. Herramienta con cabeza y mango, que termina en un extremo con forma de hacha y Co ene en el otro de azuela. Los cortes miden unos 45 mm. y el largo del mango, unos 280 mm. La usa el albaiiil para cortar ladrillos © bal dosas, quitar las rebabas, desbastar, etc. 6. ACICHE. Herramienta parecida a la an terior, con los dos extremos en forma de azue la, 7. PIQUETA. De tamaio semejante ‘a las dos anteriores, con una boca plana co- mo martillo y la otra terminada en punta, para picar muros que han de ser estucados. ma altura, solo pueden salvar luces pe- queiias (letra C). Cuando se necesitaba construir un dintel recto de mayor longitud, se solia re- currir a lo que se conoce como sobrearco © arco de descarga (letra E), que era un arco de ladrillo que se construia sobre el dintel recto, incluido en el muro, para so- portar el peso de las hiladas de ladrillo su- periores, alivianando asi al elemento rec- to. ‘Antes de los dinteles de hormigén armado, se vieron en abbafilerias de ladrillo dinteles de vigas de scero, forma dos por varios perfiles laminados doble T, colocados uno al lado del otro: a veces incluso con rieles de ferrocarl También se cubrieron con este mate- rial de arcilla cocida grandes espacios con diversos tipos de bovedas y cupulas, a ve- ces de tamafios enormes. En estos casos los esfuerzos inclinados de las bovedas eran recibidos a veces por otras bovedas menores, para terminar en muros de gran- des espesores, generalmente apuntala- dos con machones* 0 contrafuertes hacia el exterior. Cap. LA VIVIENDA DE ALBANILERIA, INFLUENCIA DEL HORMIGON ARMADO 5. Hemos dicho que el hormigén ar- mado, por contar con el acero entre sus principales componentes, resiste bien los esfuerzos de traccién y de flexion. El hormigén solo, sin armadura de ace- ro, se parece mucho a una albaiileria de ladrillo, en cuanto es capaz solamente de trabajar a la compresién. El acero le con- fiere esa nueva y extraordinaria cuali- dad. De igual modo, si metemos varillas de acero en un muro de albaiiileria, puede adquirir también la propiedad de resistir esfuerzos de traccién y de flexién. Es decir, un material rigido, que se quie- bra si tratamos de curvarlo, 0 de someter lo a trabajo de flexidn, llega a transfor- marse asi en un material mas 0 menos flexi- ble, capaz de soportar movimientos 0 es fuerzos horizontales sin romperse. Esta importante posibilidad no puede sobre- pasar cierto limite, puesto que el ladrillo no es capaz de alcanzar tan elevada resis- tencia a la compresion como el hormigén. FIGURA 6. Un resultado todavia mejor es posi- ble alcanzar si en vez de agregar barras de acero dentro de la albafileria misma, la Teforzamos de trecho en trecho, tanto en direccion horizontal, como vertical, con elementos lineales (cadenas, pilares) de hormigon armado. Mas clara es ain la ventaja, si entre piso y piso de un edificio, agregamos losas de este mismo material. Es decir, con el auxilio del hormigon armado, logramos transformar un siste- ma constructivo tradicional, que sélo era capaz de trabajar a la compresién, con to- das las limitaciones que ello implica, en un sistema flexible, que resiste bien es- fuerzos de cualquier naturaleza. Facil es comprender que las nuevas albanilerias de ladrillo, solucionado su principal problema estructural, que las obligaba a no salirse de normas muy es- trechas. © in podido servir en la actuali- dad a —_arquitectura de formas mucho mas | «sy diversas. 7. TIPOS DE ALBANILERIAS. Con Io dicho haste aqui, podemos distin- guir, desde el punto de vista de su resis- 144, Diversos tipos de albafileria. A. Albafileria simple, sin refuerzos especiales. B. Albafileria armada, con barras delgadas de acero horizontales, entre las hiladas, o barras verticales, aprovechando agujeros especiales de los ladrillos. C. Albafiileria reforzada. La que lleva cadena, pi- lares y, a veces, losas de hormigén armado. El primer tipo es el que se us6 siempre, desde muy antiguo, mientras los dos tiltimos pertenecen a la época actual, a partir del uso del acero y del hormigén armado Le tencia, tres tipos de albafiileria, que se acostumbra a llamar como sigue (Figura 144): 7.1. Albaiilleria simple. La de tipo corriente tradicional, formada por la drillos unidos con mortero de cemento (o mixto, de cemento y cal), y que solo es capaz de resistir esfuerzos de compre sion. 7.2. Albaiiileria armada. La que lleva barras delgadas de acero, ya sea en direc- cin horizontal, entre algunas de sus hila- das de ladrillos, 0 en direccién ‘vertical, aprovechando agujeros especiales de los mismos. Puede ser mucho mas flexible y resistente que las anteriores. 7.3. Albaaileria reforzada. La que se construye con cadenas, pilares y losas de hormigon armado y se aproxima asi a las caracteristicas resistentes de este ultimo material. Demas esta decir que el primer tipo de albafiileria es el que se us6 desde siempre, a través de muchos siglos. Los dos ulti- mos se conocen sdlo en la época actual, a partir del uso del acero y del hormigon armado. EL MATERIAL: LADRILLO DE ARCILLA COCIDA Podemos comenzar por separar dos grupos de ladrillos, desde el punte de vista de su fabricacién: el ladrillo hecho a mano y el ladrillo hecho a maquina. 9. LADRILLO HECHO A MANO. Es de calidad muy variada, puesto que se fabrica en lugares ocasionales, sin un control técnico determinado, slo por personas practicas 0 aficionadas Se acostumbra fabricarlo en dos di- mensiones, que se conocen con los nom bres de ladrillo fiscal (de 31 x 15 x 7 cm) y ladrillo comin 0 de muralla (de 41 x 20 x6 a7cm). (Figura 145). Estos dos tipos se cortan en el suelo, lle- nando ynos marcos o gradillas de madera con el barro previamente preparado y CURSO DE EDIFICACION - eB FIGURA 148. Los dos tipos mas frecuentes de la drillo hecho a mano, llamado de muralla y fiscal, con sus dimensiones. amasado. Para evitar que se agrieten al secar 0 al ser cocidos, se procura que la tierra no sea muy arcillosa, agregandole guano seco de animales, cascara de arroz o algun otro “desgrasante” pare- cido, a veces en cantidades excesivas. Al quemarse estos agregados en la coccién, dan por resultado un ladrillo poroso y poco resistente. Se habla de arcilas grasas por las que son muy plast ‘eas y untuosas y de arcillas magras, por las que son poco plisticas, arenosas y quebradizas. Como las primeras. se agrietan al secar, se les agregan elementos desgrasantes, {que pueden ser los nombrados y también la aren Por qué se permite usar este ladrillo de calidad tan precaria? Curiosa y para- dojalmente, ello se debe a nuestra preocu- pacion por los temblores. Es asi como las normas chilenas no permiten construir edificios enteramente de ladrillos, como ocurre en algunos paises. Obligan, por el contrario, a que las albafiilerias estén re forzadas con cadenas, pilares y, en lo posi- ble, con losas de hormigén armado. Pasa asi este material a ocupar un lugar de segundo orden en la resistencia de los edificios, que es soportada en primera instancia por esos elementos de hormigén armado o de acero. Sus dimensiones resultan también bas- tante irregulares. No porque se trabaje con gradillas de dimensiones diferentes, sino porque el -ladrillo experimenta du- rante su fabricacién dos reducciones de tamajio apreciables, una al secar y otra al ser cocido, cuya magnitud depende en gran parte del tipo de tierra empleado. Cap. ILA VIVIENDA DE ALBANILERIA FIGURA 146, Forma de cocer el ladrillo hecho a mano, en pilas conocidas como chonchones. Entre las bancadas horizontales se dejan delgadas capas de carbén y en su base, troneras para iniciar la com bustion, utilizando lefia de eucalipto 10. Coceién. Se lleva a cabo en pilas de base rectangular y paredes inclinadas, que se conocen como chonchones (Figu ra 146). Estan formadas por bancadas de ladrillos de canto, entre capas delgadas de carbon. En su base se dejan troneras 0 agujeros transversales, apropiadas para recibir la lefia —generalmente de euca- lipto— que inicia la combustién. Las pa- redes del chonchén se revisten de barro, para aumentar y aprovechar mejer el ca lor. Un chonchén puede cocer unes 150,000 ladrillos en 15 dias, con un rendimiento medio de un 60 %. Con este sistema, en efecto, la coccién es bastante irregular. Muchos |ladrillos quedan poco cocidos y deben ponerse de nuevo en la pila siguiente. @tros quedan cocidos en exceso, semifundidos 0 semi- vitrificados, con formas desiguales. FIGURA 147. Ejemplos de ladrillos hechos a maquina, de los tipos macizos, perforados y huecos, con las dimensiones mas frecuentes. 11, LADRILLOS HECHOS A MA- QUINA. Desde luego, desaparecen en ellos varios de los inconvenientes que se han mencionado, obteniéndose un pro- ducto de calidad homogénea, de dimen- siones mas constantes, formas regulares y mas resistentes. Pueden clasificarse en ladrillos mac zos, perforados y huecos (Figura 147). Los primeros son Ilenos, sin agujeros. Los perforados tienen agujeros peque- fios, que no ocupan mas de un 33% de sus caras principales, y pueden ser usados RENILLA GORDO Be 85x 11a Rend 32-6 CERAMCO ESPECIAL 244 175490 Rand 40-58 nivan 2» ee 40-60 FIGURA 148. Tipos de ladrillos perforados que ofrece la industria, con los nombres que les dan los, fabricantes, medidas y rendimiento por metro cua drado de muro. La primera cifra corresponde a drillo colocado de soga y la segunda, a ladrillo colo- cado de cabeza (parr. 31, mas adelante) suponiendo una unién de 10 mm. ee Beats ao tag =o FIGURA 150. Esquema del proceso de la fabricacién de ladrillos. La preparacion de la masa se lleva a cabo con diversas maquinarias, ademas de su paso por la trituradora de molinos y el “cilindrado” que se ve en el dibujo. Finalmente, la forma de hélice del eje de la iltima maquina obliga a la masa a pasar por la hilera, que le da forma de barra —maciza 0 con uno o mas huecos longitudinales—, para luego ser corta da por alambres de acero. Cap. IL LA VIVIENDA DE ALBANILERIA podemos mencionar que nuestras normas establecen resistencias limites a la com- presidn (0 sea, resistencia de ruptura ala compresién) que van de 30, 70 a 100 kg por centimetro cuadrado. Esos paises, en cambio, llegan a fabricar ladrillos con resistencias superiores a 400 kg por m2. Logran por lo comin estos resulta- dos, entre otros factores, sometiendo los ladrillos a fuertes compresiones, antes de. su coccién. Estos se llaman Jadrillos comprimidos o prensados. Por ejemplo, en Zurich, al norte de Suiza, se han cons: truido edifcios modemos de 18 pisos con muros de ladri los, de pequeios espesores. El ingeniero P. Haller, que hha dirigido en ese pais estudios especiales en este sentido, Prevé la posibilidad de legar a 25 pisos, con muros de ape nas 1S em. de espesor. En el otro extremo, digamos que las normas britanicas aceptan una resistencia. minima para este material, leve mente inferior a la muestra, de 28 kg. por centimetro cus draco, 14. Recepcién en obra. Los ladrillos son sometidos en los laboratorios a prue bas de resistencia a la compresion; de adherencia*® al mortero; de —_absor- cién*® de agua y otras. Su tipo de po- rosidad*'* nos indica si son heladizos, © sea, si son afectados por las heladas. EI agus al congelarse, aumenta su volumen. Un ladri lo poroso, si no dispone de pequetisimas cavidades adi cionales de reserva, capaces de compensar este aumento de Volumen del agua durante las heladas, sufte Ia destruceion Jenta de su superficie, pequeios descascaramientos, re ondeo de sus aristas y disminucién de su resistencia. Esta condicion puede advertirse comparando los resultados el ensayo de absorcién, con otro ensayo mis extreme, la mado de saturacin Para recibir los ladrillos en obra debe- mos comprobar que estén uniformemente cocidos, sin llegar a la vitrificacién; que tengan regularidad en las dimensiones, las aristas vivas y las caras planas. Deben producir un sonido claro y metalico al golpearlos con el martillo. (Mas detalles, en Manual para Jefes de Obra). 1a BREERERAMIEBNTAS & ge 1. COMBO. Martillo pesado, para gol- pear sobre un cincel 0 un punto. Pesa alre- dedor de 1 kg, con mango de unos 30 cm. Se Usa a veces uno mas pesado, con mango largo, llamado también MACHO y que puede pesar hasta 12 kg. 2. CINCEL. Herramienta de acero, de unos 25 cm de largo, con boca recta de doble bisel de unos 10 a 24 mm , que se uti: liza para abrir agujeros en albaiilerias, golpeandolo con el combo. 3. PUNTO. Barra de acero semejante a la anterior, ter minada en punta, para picar hormigén. En las obras se fabrican ambas herramientas a menudo, de despuntes de acero de alta re- sistencia, con la ayuda de una fragua y un yungue. Debe mantenérseles_constante mente afiladas, cuidando de darles el temple adecuado. 4. PICO o PICOTA. Herra- mienta de acero forjado, de mango largo, de ‘ojo ovalado y dos extremos, uno terminado en punta y otro en cincel (de punta y corte) 0 os dos extremos en punta. Pesa entre 1,5 y 3,2 key mide unos 55 cm entre ambos extre mos. Se le utiliza para excavar tierra y para picar el hormigon que se ha de estucar. a2 CURSO DE EDIFICACION HERRAMIENTAS 9 Ca Sa Instrumentos para verificar la_direccin horizontal. 1, NIVEL DE ALBANIL. Anti guo instrumento de madera, compuesto de un tridngulo isésceles (con dos lados_iguales) y un hilo a plomo, actualmente en desuso. 2. NIVEL DE BURBUJA. Le vimos en Herr. 3 para carpinteria, pero también lo utiliza el albafil. Consta de tubos de vidrio ligera mente curvos, con liquido y una burbuja de aire, que busca siempre el punto mas alto, ‘montados en una barra de madera 0 —ahora con mas frecuencia— en una regla de alumi- nio. Sirve para comprobar la direccién ho rizontal, vertical y de 45°, Para verificar su exactitud, se coloca dos veces sobre el objeto que se desea nivelar, cambiandolo de lado: Si esta bueno, las dos veces la burbuja que dard en el centro, entre las dos marcas del tu: bo. Si hay diferencia en la posicién de la bur. buja, la direccién correcta se halla entre las dos posiciones, justamente en la mitad. Hay niveles en que se puede ajustar la inclina. cién de los tubos. 3. NIVEL DE MANGUE- RA. Se utiliza para nivelar distancias mayo res, entre unos 6 y 15 metros. Consiste en una manguera de unos 18 metros de largo, de 12 a 18 mm de didmetro, que funciona lena de agua. Hace un tiempo, debian po- nerse en sus extremos sendos tubos de vidrio de 30 cm. de largo, para ver el nivel del agua. ‘Ahora ello no es necesario, porque pueden usarse. mangueras de plastico transparente (de polietileno). Segin el principio fisico de los vasos comunicantes, si vaciamos agua en dos 0 mas vasos comunicados entre si. cualquiera sea su forma y dimensién, el agua tomara la misma altura en todos ellos. coin cidente con un plano horizontal. Para apro vechar este principio en una manguera, te emos que aseguramos que no queden bur bujas de aire en su interior, junto con el agua, que hacen variar su peso y su posicion hori zontal. Para cello, no conviene Ilenarla desde la lave del agua, sino mas bien por suc cin, desde un recipiente mas alto. Es mejor comenzar esta operacién con la manguera lena, para facilitar 1a succién. Se deja co rrer el agua un momento, hasta que no pasen burbujas de aire, y se tapan ambos extremos, con el dedo pulgar. El trabajo se efectiia entre dos personas, que deben mantener los extremos tapados al trasladar la manguera. Uno de los extremos se hace coincidir con la marca de la altura que deseamos trasladar. mientras el otro extremo se coloca en el nuevo punto, aproximadamente a la mis- ma altura. Ambas personas deben actuar de acuerdo. Al destapar los extremos de la manguera y esperar que el agua esté en re- poso, deben levantar o bajar ambos extre- mos, hasta que el nivel del agua coincida exactamente con la primera altura. En este momento puede hacerse la nueva marca. La operacién se repite en nuevos tramos. las ve ces que sea necesario, tratando de seguir un recorrido que forme un circuito cerrado, hasta volver al punto de partida, con el objeto de comprobar si ha habido error. En el tra: zado del nivel del sobrecimiento de una vi vienda, por ejemplo, es aceptable un error de hasta unos 10 mm. Cap. IL LA VIVIENDA DE ALBANILERIA CIMIENTOS DE LA VIVIENDA DE ALBANILERIA 15. El tema general sobre cimientos 0 fundaciones de los edificios —lo hemos dicho ya— se desarrollara en un capitulo especial de este curso. Por lo tanto, ade- lantaremos aqui sélo un resumen de las condiciones mas corrientes de un cimien- to para una vivienda como ésta, con muros de ladrillos. Se emplean por lo comin los llamados cimientos corridos, que son los que van debajo de todos los muros, de manera continua, sin cortarse (Figura 151). La parte de la fundacién que queda bajo el nivel del terreno es lo que Mamamos propiamente cimiento (Figura 152) y la que va sobre ese nivel, es el sobrecimiento (lo que no impide que también Ilamemos cimiento al total). La separacién entre estas dos partes no es un plano horizontal, sino que sigue la forma del terreno. 1 Los cimientos deben tener una profun- didad minima de 60 cm, incluyendo una parte de 20 cm a lo menos, que debe pene- trar en las capas no removidas del terreno (Figura 152. A). Un terreno ripioso com- pacto es muy bueno para apoyar un ci- miento. Pero para una casa de un piso es suficiente una arcilla compacta 0 una ar- cilla con arena seca. . En caso de que la resistencia del terre- no nos merezca dudas, podemos recurrir a ensanchar la base del cimiento (letra B de la figura), para aumentar la superficie de apoyo en el terreno. Estas ideas se desarrollan con mis extension y_clar ddad en el cap. Fundaciones, Por el momento podemos de cit que una vivienda de albafileria de ladrillo, que des cansa en un cimiento corrido con una base de 30 em de an cho, origina sobre el terreno una presién del orden de I ke. por cada centimetro cuadrado, que es resistida perfecta mente por el terreno de arcilla compacta o arclla con arena seca, que mencionamos recién. Un terreno ripioso com: pacto puede recibir por cada cm? una carga 3 a 7 veces su perio. FIGURA 151. Vista general de una faena, tratando de mostrar diversas etapas de las fundaciones que, por supuesto, se efectitan en Ia realidad parte por parte y no asi entremezcladas. Se ve una parte de trazado en el terreno; algunas excavaciones o zanjas; una parte del cimiento ya hormigonado, con las jaulas de los pilares, y en la parte de atras, el moldaje del sobrecimiento, Ileno de hormigon © © DIFICACION HERRAMIENTAS 10 a - E FIGURA 152. La parte de la fundacién que queda bajo el nivel del terreno es lo que se llama propia mente cimiento. Sobre ese nivel va el sobreci- ‘miento. En el segundo ejemplo (letra B) se ha en. 1. HILO A PLOMO. Herramienta diferen. te a la plomada del carpintero, que vimos for maba parte del cateto (Herr. 3). El hilo a plomo del albafiil consta de una nuez, por lo sanchado la base del cimiento, debido a que el peso comin de madera, el plomo propiamente di- | de 1a construccidn es mayor o a que la resistencia de! cho, con cubierta de acero 0 de bronce, que | terreno es menos segura. pesa entre 200 y 750 gramos y una lienza. El largo de la nuez es igual al diametro del plo mo. Debe aplicarse siempre refiriéndolo una misma hjlada, para que no aumente el 16. Trazado en el terreno. La ubica- Pequefio error que puede producirse, al cion exacta de un muro, del sobrecimien- cortar luz entre el plomo y la cara de lahilada_ | to y el cimiento que lo sostiene, se esta- de referencia. Asimismo, mientras mayor | blece con su eje (Figura 152), que es una distancia hay entre la nuez y el plomo, el po sible error influye menos en Ia linea verti cal. No debe usarse este instrumento ex especie de plano vertical imaginario que lo divide en dos mitades. puesto al viento, que lo hace variar con mayor Es asi como debemos comenzar por tra- ‘© menor facilidad, segiin su peso. En caso de zar en el terreno los ejes o lineas centrales no poderse evitar este inconveniente, tiene | de los futuros muros de la vivienda. Para gue usarse otra herramienta, como pot | etig se roded el contorno que ocupara la ejemplo, el nivel de burbuja (Herr. 9). 2. ’ ESCUADRA DE ALBANIL. Tambien dite. | ©4S@ de un cerco formado por una hilera rente a la de carpintero (Herr. 3). Constitui. | de tablas (de 1 x 5” aproximadamente), da por una platina de acero pulido, formando | sostenidas de canto por estacas de 2 x 2”, Angulo recto, en una sola pieza, de un acho hincadas o clavadas en el suelo (Figura de 35 a 50mm,con ellado mayor de utlos 50 a 153). Este cerco se coloca en lo posible a blenny ¢ menol, Sie 20 YO critic! 1 metro de distancia del contorno de los ZA. Asi llamamos a una cuerda torcida (0 corchada) de unos 2 mm de diametro, que se | imientos, y a una altura algo superior a la utiliza para unir dos puntos en linea recta, | que debera tener el sobrecimiento de la como las hiladas de un muro. En otros paises vivienda. se le lama tendel. El albafil y el carpin Los ejes mismos se sefialan tendiendo tero la mantienen enrollada en un palo pe Stat noab Surana alambres delgados que se sostienen en clavos a medio hundir en el borde superior del cerco recién mencionado. Se usa para ello alambre negro Ne 18 (que tiene 1,25 (Cap. ILA VIVIENDA DE ALBANILERIA a gt \ = ener FIGURA 153. La futura construccién se rodea con un cerco de tablas, colocado aproximadamente a | metro de distancia de los cimientos y a una altura un poco mayor a la que tendra el sobrecimiento. Los ejes se sefialan con alambres delgados, sostenidos en clavos a medio hincar. mm de diametro) y es el mismo que se emplea después para amarrar entre si las barras del hormigon armado. Conviene marcar los dos extremos de cada eje, con una letra mayuscula (la misma del plano de cimientos), para no confundirlos. (Partimos de la base, en efecto, que la ubicacién de la vivienda en el terreno, su distancia a la linea de la calle, a los mu tos medianeros, como las distancias en- tre si de los diversos ejes de los muros, de- ben estar claramente indicadas en el plano de cimientos de la futura construc cién). Digamos que la ubicacién exacta de es- tos ejes, que también se vera en detalle mas adelante, en el cap. Fundaciones, im- plica saber trazar lineas paralelas, lineas perpendiculares entre si y, a veces, cier- tas figuras especiales, que daremos en los repasos de geometria Por ejemplo, adelantemos que cuando se necesitan twazar dos ejes formando dngulo recto, caso en que una es IX [oe FIGURA 154, Triangulo 3: 4 gulos rectos en el terreno. 5 para dibujar an ccuadra corriente resutaria un instrumento muy pequefio, recurrimos a dibyjar el conocido triingulo 3:4: 5, basado cen el llamado cridngulo de Pitdgoras. Esta es una figura de lees Iados que tiene un ngulo recto (Figura 154), cuyos la dos 0 catetos miden 3 y 4 metros (puede usarse cualquiera fora unidad de medida). El tercer lado, llamado hipoten 1a, mide exactamente S metros. 17. Los ejes se bajan al terreno por medio del hilo a plomo, como se ve en la Fi- gura 155. A. Sin embargo, no se dibujan en el terre- no los ejes, sino los bordes de la futura ex- cavacién. Para ello es muy conveniente usar en cada extremo de un trazado, un lis- FIGURA 155. A. Los ejes se bajan al terreno por medio del hilo a plomo. B. Para marcar e! ancho de la excavacion conviene utilizar listones como pfan. tillas, que se ponen en cada extremo de la zanja a mar car. 146 ton o plantilla que tenga marcado el an- cho de la zanja y el eje, en la forma que se muestra en la letra B. Guiandose con es- tos listones, se presenta una lienza ten- dida a ras del suelo, para proceder a mar- car con alguna tierra blanca o de color claro, como yeso, tiza molida o simple- mente ceniza. Si no se dispone de ayudantes que sostengan los extre mos de la lienza, mientras otra persona vierte la linea de pol vo blanco, los listones-plantlla tendran que set_momen taneamente fijados al terreno, ya sea clavando pequefas, varilas de hierro redondo —si hay despuntes a mano— cargindolos con un par de ladrilos. 18. Excavaciones. Cuando se cava o rebaja el terreno en fajas largas y angos tas, como en este caso, es mas propio Ila- marlas zanjas. A estas zanjas se les da en- te nosotros el nombre de heridos. En este caso le damos un ancho minimo de 30 cm , que corresponde al ancho de la pala (28 a 30 cm). En caso de que el terre no tenga una consistencia suficiente (no sea desmoronable) pueden dejarse sus paredes verticales, hasta dar la profundi- dad prevista. En el caso contrario —me- nos frecuente— tendria que hacerse mas ancha, con paredes inclinadas. Y en vez de servir sus propias paredes como mol- daje del futuro cimiento, seria necesario sostenerlo con moldajes especiales de madera. El fondo de la zanja, que servira de asiento al cimiento, debe ser horizontal. En caso de terrenos inclinados, puede hacerse el fondo de la zanja escalonado, siempre que cada bancada o tramo, sea también horizontal. Si por error . queda una parte de la excavacion mas baja, no debe rellenarse con tierfa, aunque ella se pisonee. Debe corregirse el error reba jando las partes altas o produciendo un pequeiio escalén o rellenando la depre- sidn con hormigén pobre. La tierra proveniente de la excavacién se deja a cierta distancia del borde de la zanja, para evitar que caiga al interior. CURSO DE EDIFICACION Cuando las zanjas estan muy cerca unas de otras y no hay espacio suficiente para amontonarla, se hace una defensa en los bordes con piedras provenientes de la misma excavacién o con ladrillos, que sirvan para contener la tierra suelta. 19. Cimientos de hormighn. Pueden es- tar constituidos por hormigén simple u hormig6n con bolén desplazador. La dosificacién que se usa en este caso para la masa del cimiento es de 170 kg de cemento por m3 de hormigén elaborado, cuya forma de prepararlo veremos en el parrafo que sigue. Se acepta por lo comin un 25% de “bo- lon desplazador”, piedras _relativamen- te grandes, con diametro entre 10 y 30 cm, que deben quedar totalmente rodeadas de hormigén. Su diametro en general no deberia ser mayor que un tercio del ancho del cimiento, tamafio que en la practica se sobrepasa con frecuencia Se miden de manera aproximada, calculando la cantidad total de bolones que se necesita para todo el cimiento. Luego se distribuyen —_uniformemente en un costado de las diversas zanjas, para saber cuantos bolones corresponde va- ciar mas adelante en cada tramo del ci- miento. Para calcular el total de bolones, tenemos que averi guar primero el volumen del cimiento, que es igual a su an ido Por su alto (ello nos da la superficie de su y este resultado multiplicado de nuevo por su longitu. Si el cimiento tiene, por ejemplo, 8 metros cibicos, Auiere decie que puede admitir 2 metros cibicos (25%) de bo lones. Pero estos 2 m3 se refieren al volumen neto de los bolones, es decir, al volumen de las piedras mismas, des contando los huscos entre ellas. La forma exacta de obte rer dicho volumen neto se explica en el part. 1. 31 del Ma ‘nual para Jefes de Obra, pero en la practica podemos tomar sélo una cifra aproximada, Para este ejemplo, podemos considerar que un metro cidbico bruzo de bolones, 0 sea, como viene medido en el ca ‘min, tiene aproximadamente unos 650 litros netos de piedra. Por lo tanto, para enterar 2 m3 (2.000 litros) netos de bolones, se requieren muy poco mis de 3 metros ciibieos de volumen bruto (2.000 : 650 = 3,07). Cap. Il LA VIVIENDA DE ALBANILERIA HERRAMI 1.'BATEA 0 ARTESA. Especie de cajon de madera, de forma rectangular y paredes bajas € inclinadas, que utiliza el anbafil para preparar el mortero. Mide unos 35 x 70 em. 2. HARNERO, CRIBA 0 TAMIZ. Marco de madera, con un fondo de tela metilica para separar por tamafios la arena y el ripio, Los hay de mallas (0 tamaio de las abertu ras) muy variadas. Por ejemplo, la arena fina debe pasar por una malla de 2mm. y la arena guesa, por una de 4,7 mm. ESPARA VEL. Utensilio que se emplea en otros paises para que el ayudante le suba el mor tero al albafil, apoyandolo en el hombro. Entre nosotros no se usa, porque el ENTAS 1 agregre el agua en la batea. 4. REGLA o MABSTRA. Tabla recta de mas de dos metros de largo, generalmente de rauli cepillado de 1 x 4”, que tiene diversos usos, especial mente en estucos y pavimentos. Son muy apreciadas las reglas de pino oregon, que ¢s una madera importada. 5. [GUALA. Lis ton o regla mas pequefia, que se utiliza para verificar la alineacién de ladrillos, de bal dosas. etc. 6. CUBO, BALDE 0 TARRO. Recipiente cilindrico o en forma de tronco de cono invertido, de plancha de hierro gal vanizado, para proveer de agua al albaiil A veces se usa uno cilindrico, sin galvanizar. para subir el hormigén que ha de Henar un pilar o una cadena. 20. Preparacién a pala del hormig6n. Este sistema es bastante defectuosoy desfavorable, comparado con la prepa- racion a maquina (que se estudiar mas adelante en otro capitulo). Implica una disminucién en su resistencia entre un 29 y un 41%. Su principal defecto es el exceso de agua, condicién a que se tiende con el fin de facilitar su revoltura, que re presenta un trabajo _particularmente duro. Otros defectos son su falta de homo- geneidad, debido a revoltura insuficien- te, y los fraguados parciales en cancha, motivados, por demora en utilizarlo y por humedad de la arena, al iniciar la prepa- racion. Por estas razones, slo se acepta este procedimiento en trabajos ocasionales_y siempre que la necesidad diaria no sea superior a 10 m3 de hormigon. En todo ‘SO_DE EDIFICACION 148 FIGURA 156. Proceso de preparacion del hormigon a pala. A. Se mide la arena. utilizando un cajon sin fondo, que mide 50 x 100 x 100 cm. en su interior. B. Se extiende la arena en una capa delgada. C. Se agrega el cemento. mas © menos distribuido en la superficie. D. La arena seca y el cemento se revuelven hasta que la mezcla tome un color uniforme. Se extiende de nuevo. E. Se vacia sobre la mezcla seca una capa de ripio, medido en carretilladas. F. Se abre con 1a pala una especie de zanja al borde de la pila y se agrega el agua. G. Se practica la revoltura final, avanzando de manera ordenada con la pala, una y otra vez. hasta que la mezcla se torne pastosa y homogénea. caso es aconsejable compensar su_dismi nucién de resistencia con un aumento en la dosificacién de cemento 21. Se necesita en primer lugar para esta faena una cancha o era apropiada, que mantenga limpios los ingredientes y no deje escapar parte del agua con la le chada de cemento. Puede ser un suelo con pavimento de cemento, de baldosas 0 similar, de unos 2.5 x 2,$ m 0 un poco mas grande, segin el tamaiio de cada opera cién o pilada Sino hay un sitio asi cerca de la fuura construccn, es aconsejable preparar una cancha con una capa delgada de hormign —unos siete o mas dias antes de la fena—, con tun ligero desnivel hacia el centeo, Por ultimo, puede servir ecasionalmente una plataforma de madera, con tablas de piso machihembcadas."0 bien una formada por dos Planchas planas de hierro, de unos 0.6 mm de espesor. unidas en su borde central con remaches, La unidn puede calafatearse en un comienzo con un poco de estopa y brea © pasta de pintura, ya que luego el mismo cemento termi nar por cerrar sus huecos Nunca debe prepararse hormigon en un suelo de tierra. 22, Por cada bolsa de cemento (que pesa 42,5 kg), debemos medir en este caso 110 litros de arena gruesa, 200 litros de ripio y aproximadamente unos 33 li tros de agua. Estas cantidades mezcla: das rinden un cuarto de metro cibico de hormigon. Vamos a suponer una revoltura con el doble de estas cantidades de ingredien- tes, para preparar medio metro cibico de hormigon. Se procede, paso a paso, como sigue: a) Se miden 220 litros de arena. Para ello utilizamos un cajon abierto por aba jo. que ‘mide en su interior 100 x 100 cm y 50 cm de alto (Figura 156. A.) En este cajon cada centimetro de alto representa un volumen de 10 litros. Por lo tanto, te nemos que vaciar arena, hasta 22 cm de alto. (Pueden estar marcadas las altu ras en el interior del cajén, con una hilera vertical de clavos, por ejemplo, de 5 en Sem). (Cap. IIL.LA VIVIENDA DE ALBARILERIA 139 Conviene que la arena esté mas o menos seca, por dos razones: para que no haya peligro de esponjamiento (parr. 1.28 del Manual), que afectaria la medicion, y para que no comience a fraguar con el ce mento antes de tiempo. Los dos inconvenientes son subsanables: Sila arena esta esponjada, medimos su aumento de volumen (pare citado) y adaptamos su medida a este factor. En cuanto 3 la fragua anticipada del cemento, ello no tiene importan cia..si la revoltura final del hormigon se efectia de inme iat. La dmica manera de apresurar el seca de la arena excesivamente hi- meda, es extendiéndola en una capa mas o menos delgada, si hay una cancha pavi mentada disponible y el tiempo lo per mite miento b) Se extiende la arena. Una vez medi- da la arena, se retira el cajon y se extiende sobre la cancha (letra B) en una capa del orden de unos 8 6 10m de espesor. ©) Se agrega el cemento y se revuelve en seco. Sobre esta capa de arena se vacian dos bolsas de cemento, mas o menos dis: tribuidas en su superficie (letra C). Lue g0, con la pala, se revuelve la arena seca y el cemento (letra D), avanzando orde nadamente, una y otra vez, hasta que la mezcla quede de un color completa- mente uniforme. Terminada esta re: voltura, se extiende de nuevo la mezcla seca, para dejarla como antes. @) Se adiciona el ripio. Debemos va- ciar sobre la mezcla de arena y cemento, formando una nueva capa, 400 litros de ripio. Esta cantidad puede medirse apar te con el cajén, hasta llegar a 40 cm de al tura, 0 —lo que es mas frecuente— se mi- de simplemente en carretilladas (Letra E), ya que su cantidad no es tan importante como la de la arena. Para ello conviene tener en la obra un calculo previo de cuan- tos litros carga cada carretilla (lo que se averigua llenando con ripio o arena seca una carretilla y midiendo luego estos ay. at 4 FIGURA 157. Para controlar la cantidad de agua ‘que se ha puesto al hormigén, se utiliza un molde abierto arriba y abajo, llamado cono de Abrams. Se retira el molde y se miden los centimetros que ba jal hormigon,o sea, lo que se llama su asentamiento, materiales en un tiesto de capacidad co- nocida). Esta vez el conjunto no se revuelve. e)Se agrega el agua y se revuelve. An- tes, se abre con la pala, cerca del borde de esta capa de mezcla, todavia seca, una es- pecie de zanja para impedir que se escape el agua. Este ultimo ingrediente —el agua— rara vez se mide con anterioridad. Se va agregando de a poco, en una zona de la mezcla seca, ya sea con una manguera 0 con un balde, y de inmediato se inicia la revoltura final, que es la mas importante (letra G). La cantidad de agua —que sa- bemos ha de totalizar en este caso unos 66 litros— se gradia apreciando a consis- tencia que va adquiriendo el hormigon. No es aconsejable mojar y revolver una parte de la mezcla, para seguir mas tarde con el resto, como suele procederse. Por el contrario, debe prepararse cada vez la cantidad que pueda revolverse en una sola operacién, y que sea posible colocar luego en su lugar definitivo, sin tardar en ello mas de unas dos horas. 23. Como dijimos, esta faena de revol ver el hormigén, es talvez la mas dura de cuantas se realizan en una obra. Ha de efectuarse avanzando de manera orde- nada con la pala, para que no quede nin- guna porcion sin revolver, hasta que la mezcla se torne pastosa y homogénea. Resulta natural que se tienda a agre- gar mas agua que la necesaria, ya que asi 150 CURSO DE EDIFICACION la revoltura no resulta tan pesada. Lo que conforma a veces un verdadero proble: ma, puesto que el exceso de agua —lo aprenderemos mas adelante—_—_dismi nuye notablemente la resistencia futura del hormigon. Como obtener un criterio o un proce dimiento sobre este aspecto? No es un buen sistema hacer en la faena recomen daciones de tipo general, sin establecer un punto claro de referencia. El operario que prepara el hormigén estima con toda honestidad que ha puesto la cantidad de- bida de agua, mientras notamos a veces a simple vista —especialmente cuando es transportado en carretilla-- que se com porta casi como un liquido. Para evitar estas imprecisiones. es aconsejable hacer en obra, cada vez que se presente una duda al respecto, una sen- cilla prueba, con el llamado cono de Abrams. Conviene que la hagamos con el mismo operario que esta preparando el hormigon. Este aparato es un tronco de cono (Fi gura 157), abierto arriba y abajo, que mi- de 20 cm de didmetro en la base, 10 cm en su boca superior y 30 cm de alto. Se llena con el hormigén recién preparado. hasta enrasarlo por arriba; se retira el molde y medimos los centimetros que des- ciende el hormigon por su propio peso. Para ello apoyamos un pequefio listén en el molde vacio y medimos la distancia entre el liston y el hormigén del ensayo, como se ve en la figura. El descenso que experimenta el hormi gon en esta prueba —Ilamado asen tamiento—, para el caso de un cimiento simple como éste, debe estar entre 3 y 10 cm. La forma de consteuir un como de Abrams y mayores detalles sobre 1a forma de hacer esta prucba, se verin en el Cap. Hormigdn armade. 24. Lienado de las zanjas. El hormi g6n se vacia en fongadas o capas horizon- tales de poco espesor y se pisonea con una barra de hierro redondo de unos 16 a 20 FIGURA 158. Las armaduras de los pilares se po nen en su lugar definitivo. unos 20 em antes de lle gar con el hormigon al nivel del terreno. Se ubican por medio de los ejes y se sostienen con amarras 0 vientos. mm de diametro, hasta asegurarnos que lene todos los rincones. Los bolones, que deben estar limpios. se dejan caer con fuerza contra el hormigén fresco, sin que se topen unos con otros. Se distribuyen de acuerdo a la cantidad ya calculada (parr. 19), guidndonos por los que ha biamos acopiado a lo largo de cada zanja. Toda esta faena debe realizarse tra tando de no desmoronar los bordes de las excavaciones, sobre el hormigén recién vaciado. La cara superior del cimiento que esta mos llenando coincide aproximadamen te con la superficie del terreno, No es ne cesario que esté a nivel, como lo habiamos advertido en él parr. 15, sino que for- mando una superficie mas 0 menos regu- lar, para apoyar luego en ella sin proble mas el moldaje del sobrecimiento. (Cap. II. LA VIVIENDA DE ALBARILERIA 25, Armadura de los pilares. Cuando falten unos 20 cm para alcanzar con el hormigén el nivel del terreno, deben ubi- carse en su sitio definitivo las jaulas 0 ar- maduras de los futuros pilares, con el fin de asegurar su anclaje a la fundaci6n. En general, para que una armadura o, mejor, una barra de acero se considere unida o anclada al hormig6n, debe estar embutida en él en una longitud no inferior a 40 veces su didmetro. En este caso, la armadura de una casa de un piso esta for: mada por barras de 10 mm de diametro, y por lo tanto, deben estar ancladas al ci- miento a lo menos en 40 cm. Si tomamos en cuenta que la altura mini- ma del futuro sobrecimiento sera de 20 cm, es suficiente para completar el anclaje de los pilares, dejarlos otros 20 cm em- butidos en el cimiento. Las jaulas de los pilares se ubican en su lugar definitivo con el auxilio de los ejes del trazado (los pilares se hallan ubica- dos siempre en el cruce de dos ejes) y se sostienen en posicidn vertical por medio de amarras o vientos (Figura 158). En este caso, para mayor comodidad, pueden tenderse los alambres, no en el eje mismo, sino desplazados paralelamente unos 15 cm, teniendo mayor cuidado en las me- didas, para no equivocarnos. Si la armadura de los pilares no esta lista. al momento de hormigonar, es nece sario dejar huecos en el cimiento, para an clarlas con posterioridad, Tales huecos ‘se producen con trozos de tablas o ladri Tlos colocados de canto, de manera que Sea posible retirarlos unos dos dias des puts. Es preferible que los huecos que- den con paredes irregulares, para que adhiera mejor el hormigon que pondre mos mas adelante. Asimismo, deben de- jarse cubiertos con madera, sobre papel de cemento, para que no caiga tierra en ellos y cuidar después. al lenarlos, que estén limpios y hiimedos 26. SOBRECIMIENTO. Con este cle mento damos a la fundacion su nivel hori- zontal. Su principal funcion o tarea es Ist FIGURA 159. £1 moldaje del sobrecimiento pue de sostenerse clavando una estaca al terreno frente cada travesafio (A) 0 tendiendo un cuartén en el suelo, también sostenido por estacas, para clavar en él el extremo de los listones (B). aislar al resto de la construccion de la hu- medad del suelo. Para cumplirla en buena forma debe es- tar formado por un material compacto, o poco poroso, que no permita que la hu- medad suba a través de él. Los hormigones son mas compactos mientras su dosificacién es mas rica en cemento, ademas de cumplirse otras con- diciones, como una adecuada variedad en el tamafio de los granos de la arena y el ripio. Por esta razén, la dosificacion mi- nima para un sobrecimiento es la de 170 kg de cemento por m3, que acabamos de explicar. Por lo general no llevan bolo- nes desplazadores 27. El, sobrecimiento casi siempre es mas angosto que el cimiento. teniendo un espesor igual 0 un poco mayor que el del muro. Para. ubicar los tableros que serviran 132 FIGURA 160. Forma de ubicar y armar los table ros. A. Se comienza por hacer coincidir el borde in ferior de uno de los tableros, con la linea marcada en el sobrecimiento y se clava el sostén inferior. B. Se comprueba su direccién vertical con el nivel de bur buja y se clava el segundo liston. C. La distancia con el tablero del frente se controla por medio de co dales de dos tipos. D. Dos maneras de unir los table ros entre si de molde para el sobrecimiento (Figura 159) se comienza por dibujar de nuevo los ejes en la cara superior del hormigén re- ciente del cimiento, indicando de inme- diato el ancho del nuevo elemento. Se empieza por hacer coincidir el borde inferior de uno de los tableros con la linea correspondiente marcada en el cimiento (Figura 160. A) y se clavan los listones inferiores. Luego se comprueba la direc cién vertical del tablero, aplicando el ni vel de burbuja frente a cada travesaiio y clavando el segundo liston, para formar el tringulo (letra B). En forma semejante se procede con el tablero de enfrente. En este caso, ade mas de su posicién vertical, se verifica cada vez la distancia libre. entre ambos tableros, por*medio de un codal cortado al largo exacto en su parte inferior y otro con dos muescas para el borde superior (CURSO DE EDIFICACION (letra C). También se verifica la correc- ta alineacién de los moldajes, por medio de lienzas horizontales tendidas en la parte superior de su cara interior. Por ultimo se unen entre si ambos ta- bleros en su borde superior, con listones de la misma escuadria que los anteriores (1 x 2"). A veces se acostumbra —al pre- parar los tableros— dejar sus travesafios mas largos por un costado, para clavar este ultimo listén horizontal, en la forma que se ve en la letra D de la figura. Si el sobrecimiento fuese algo mas alto, seria necesario unir los tableros con ama- rras de alambre a media altura, rodeando los travesafios que se enfrentan desde ambos costados. Las _—_describiremos luego, al referirnos a los tableros de los pi- lares. Suponemos que el pavimento™ de in fuwra casa (va se trate de losetas plisticas, de baldosas de cemento 0 de parquet sobre hormigén) ira sobre un relleno de tierra, En caso contrario, si planeamos un entablado sobre un en » ° FIGURA 221. Formas mas conocidas de arcos. con sus nombres, obtenidas con trozos de circunsfe rencias de diversos radios (0 distancias al centro de ellas). En cada caso se indica la linea de los arran ques, que sefiala el comienzo del arco. y los centros de la circunsferencia o de los trozos de circunsfe- rencia que forman la curva. Como se ve, hay arcos con uno, dos. tres. cuatro y cinco centros diferentes. FIGURA 222. Al construir un arco es necesario apoyar las dovelas en un soporte de madera. llama do cimbra. Solo cuando se cierra el arco con la cla ve o dovela central, comienzan a trabajar sus par tes y puede retirarse la cimbra. eso es necesario comenzar por construir un soporte de madera, con la curvatura del arco, que se lama cimbra (Figura 222), formado con varias tablas super puestas o cerchas, cuyo borde se recorta luego (ver figura de Herr. 6. D, pag. 84). Al construir este molde, debe tenerse en cuenta un espacio del 1” para el listo neado transversal que formara la. super ie curva donde han de asentarse las dovelas. 120. Recordemos que las dovelas ac tian como cufias, comprimiéndose unas con otras y que en suma el arco origina esfuerzos laterales que tratan de sepa rar sus apoyos (parr. I. 105). Cuando se construye una serie de ar cos iguales o arqueria, dichas fuerzas inclinadas se equilibran con el arco si guiente (Figura 223), resolviéndose en una fuerza vertical, que coincide con el eje de los pilares, para ser Ilevada al te: rreno. Se produce un problema al final de la serie, con el empuje lateral del il timo arco, que queda sin ser contrarres- tado © equilibrado por otra fuerza igual, en sentido contrario. No hay otro ca- mino ante este problema, que agregar un machén o contrafuerte al ultimo pi- CURSO DE EDIFICACION lar (letra B) 0 unir los apoyos del iltimo arco con un tirante metalico (letra C). Todo lo dicho para los arcos es aplica ble a las bévedas (parr. I. 107). REVESTIMIENTOS DE PIEDRA 121. Dijimos que en la actualidad, la mayor parte del empleo de la piedra se reduce a labores de revestimientos. En- tre ellos predomina el tipo de revesti- miento mas 0 menos rustico, que veremos en seguida. Los mas finos se estudiaran en un capitulo especial del Tercer Tomo de este curso. Se emplean piedras mas o menos pla nas y delgadas, conocidas como lajas, que se venden en las canteras por metro cuadrado (colocando en el suelo una piedra contigua a las otras, de manera NV ONY N\A bo oi ly i = FIGURA 223. A. En una serie de arcos, los es fuerzos inclinados que se dirigen a un mismo apo yo —iguales y de direcciones opuestas— se trans forman en una fuerza vertical, que baja por el pilar hacia el tefreno. B. Al final de la arqueria, cuando a fuerza inclinada es una sola, obliga a recibirla con un machén o contrafuerte, que la lleve también al terreno. C, Otra solucién consiste en unit los apoyos del iltimo arco, con un tirante metalico que trabaja a la traccion. Cap. IIL LA VIVIENDA DE ALBARILERIA FIGURA 224. Revestimiento de piedratorma do por lajas poligonales (de varios lados), de bor des concertados 0 careados (cada dos piedras contiguas). conocido entre los maestros como re vestimiento a capricho. revesti- aproxi aproximada). Es asi como el miento puede tener un espesor mado de 8, 10, 12.6 15 cm. Suponemos que existe un muro resis tente de ladrillo o de hormigén, que es el que ha de recibir y sostener el revesti miento. Si se construye este muro a pro posito con este fin, conviene dejarle ba tras de hierro redondo de 6 mm, que so bresalgan cada cierto trecho unos 10 6 12 cm, para sostener las piedras-lajas. 122, La apariencia. mas frecuente que se da a este revestimiento, es el de una mamposteria concertada 0 careada, constituida por lajas de bordes poligo nales (de varios lados), que van aproxi madamente _ confrontadas carea das—, conservando su forma irregular (Figura 224). En el paramento, las jun tas forman lineas quebradas, en diver sas direcciones, tratando de que su es pesor sea uniforme. Debe evitarse que dos 0 mas tramos de las juntas queden en linea recta, y procurar que los tamaiios de las piedras mas grandes y de las mas pequefias estén uniformemente _repar- tidos. Los lados de dos piedras conti- guas que forman una junta han de ser de igual longitud. —o Esta forma de disponer las piedras es conocida entre los canteros como reves timiento a capricho. Otro. ordenamiento parecido de pie dra concertada, es con juntas horizonta les y verticales, disponiendo _ piedras rectangulares de diverso tamafo (Fi- gura 225), conocido como capricho a escwadra. Deben elegirse en este caso las lajas cuya forma se aproxime a un cuadrado o a un rectangulo. Se dejan a veces en este tipo de revesti- miento algunas piedras que sobresalen del paramento del muro, lamadas al mohadillas, distribuidas también de manera caprichosa. 123. Ejecucidn. Las piedras planas cuyos bordes tienen la forma mas proxi- ma a la que se necesita, se recortan en las partes que corresponda. Para ello el cantero traza el nuevo borde y desbasta la parte sobrante con el cincel. Su ex- periencia le indica la direccién en que debe poner esta herramienta y la inten- sidad de los golpes que ha de dar con el combo, para que la parte sobrante vaya desprendiéndose en pequefios__trozos, FIGURA 225. piedra con Revestimiento de juntas verticales y horizontales, conocido como capricho a escuadra. Las piedras que sobresalen un poco del paramento del muro se Ilaman almoha dillas. En relacién a la junta entre las piedras, en este caso, en que no hay emboquillado. se dice que las lajas estan a hueso. B = \ eons aT FIGURA 226. A, La piedra laja se sostiene en su posicion definitiva con ayuda de calces de madera y luego se vierte mortero entre ella y el muro. Con viene dejar, en lo posible, barras de hierro redondo de 6 mm, para que sirvan de anclaje. B. Patas metalicas para anclajes. que se aproximan al trazo_marcado, sin sobrepasarlo. En seguida debe ubicar la piedra en su posicion definitiva, con la ayuda de la lienza y el plomo, y tratar de que se sos tenga alli por si misma. Lo que se logra asentandola en una porcién de mortero y sosteniéndola con pequefios calces o cuiias delgadas de madera (Figura 226. A). Luego vacia mortero mas o menos fluido entre 1a piedra y el muro, cuidan do de no afectar la posicién de la prime ra. Contintia acomodando otras _ pie dras en direccién horizontal, para dar tiempo a fraguar al mortero de ésta, an tes de cargarla con una segunda serie. Cada cierto trecho se aprovechan los anclajes que se dejaron en el muro. para sostener mejor el revestmiento. Los hierros sobresalientes se doblan segiin convenga. Si es posible. se engarfia su extremo con alguna depresién en el bor de de la piedra, o se amarran a ellos patas metalicas, que se ajustan a una muesca especial que se practica en el borde de la piedra con el cincel (letra B) 124, Emboquillado 0 rejuntado. Se lama asi a la terminacién con mortero que se da a las juntas. Conviene prepa rar esta mezcla con un 75% de cemento y un 25% de cal, con unas dos partes de CURSO DE EDIFICACION arena fina. Puede emplearse cemento blanco, si se desea ese color o alguna tie rra de otro color. Se comienza por retundir o raspar el mortero de las juntas, que todavia no esta muy duro, hasta una profundidad no menor de 2 cm, humedecerlas y rele narlas con el nuevo mortero. Puede darseles una de las siguientes termina ciones (Figura 227): a. Junta enrasada. Se obtiene compri miendo el mortero con la plana, hasta FIGURA 227. Tipos de rejuntado 0 emboquilla do entre las piedras. a. Junta enrasada, para pie dras con aristas regulares. b. Junta rehundida. e. Junta matada. con inclinacién favorable al es currimiento de 1a tluvia, d Junta concava y Na ‘guero para darle forma. e. Junta resaltada, Cap. IV. LA VIVIENDA DE ADORE hacerlo coincidir con el plano del para mento. Se emplea en juntas muy angos tas y en que las aristas de las piedras son regulares. b. Junta rehundida, En que se forma un plano. ligeramente remetido o mas atris que el plano del muro. Se presta para los revestimientos descritos en el parr. 122, en que la junta tiene un ancho variable y los bordes de las piedras no son regulares. Se le da forma corriendo un trozo de liston de madera dura y ter minando los rincones con la paleta o plana pequeia. cc. Junta matada, O- entrante incli nada. El mortero se aplasta con la pale ta, hundiéndolo en uno de sus bordes, de manera que la inclinacién favorezca el escurrimiento de la Iluvia. d. Junta céncava. Se forma pasan- do un Iaguero, 0 hierro redondo, a lo largo de la junta, comprimiendo el mor tero hacia el interior del muro. e. Junta resaltada. La que sobresale del paramento de las piedras, con diver sos perfiles. Produce un aspecto de uni formidad en las uniones del revestimien- to. Se puede formar cortiendo un Ha- guero con el perfil de 1a junta, o bien con la aplicacion de una regla, para cortar los bordes con la paleta. También es posible dejar la junta a hueso, es decir, sin retapar, lo que obliga a recortar las piedras con mayor exacti- tud. Capitulo IV LA VIVIENDA DE ADOBE 1. El adobe es sin duda el material de construccién mas antiguo y el que mas ha usado el hombre a través de muchas épocas, desde hace miles de afos. Hoy dia se continia empleando en las cons trucciones rurales de muchos paises, in- cluido en menor grado el nuestro (Fi- gura 228). {Puede ser aconsejable todavia su empleo, en ciertas condiciones? ,;No han sido sobrepasadas con creces sus limi tadas cualidades por materiales actua- les, que ofrecen indudables ventajas? 4No es un sistema constructivo _peli- groso para un pais sismico? ,Es efectivo - que una vivienda de adobe antigua pue- de ser mas fresca en verano y mas abriga- da en invierno que las casas actuales? {Por qué nos referimos siempre, al hablar del adobe, a construcciones ru rales o campesina Trataremos respuesta a con explicar risticas constructivas. en este capitulo de dar estas preguntas, junto sus particulares caracte- Ha ocurrido algo curioso con la vivienda de adobe. A pesar de representar un sistema constructivo tan anti {uo y tan profusamente usado desde siempre, no ha tenido Ja suerte de ser estudiado con la misma acuciosidad y cons tancia que el resto de los materiales de eificacion Se diria que un buen niimero de laboratorios y centros de estudios dedicados a estas materias comparada con la edad del adobe, es apenas reciente— parten de la base que este sistema corresponde a una etapa tan primitiva de la tecnologia de Ia edificacion, que debe cnsiderarse de hecho completamente superado, Cuando aparecen a veces intenciones de volver a dar vigencia a su empleo, se echa de ver este largo abandono técnico, en la cantidad nada pequeiia de indicaciones fequivocadas que se formulan. Las hemos visto incluso en folletos de organismos \éenicos internacionales, prepa rados x professo para fomentar estas eonstrucciones ccuya existencia 2. La imagen desfavorable que acom- paia con frecuencia a este tipo de vi- CURSO DE EDIFICACION FIGURA 228. Partes constructivas principales de una antigua vivienda tipica de adobes. con mu Fos gruesos, ventanas pequefias, corredores. aleros, cubierta de tejas sobre barro y coligie. Los tijerales de madera enteriza canteada tienen una forma especial, con un madero paralelo al tirante. Namado entrecinra. A menudo sus piezas estan unidas con tarugos de madera dura. Posteriormente se emplearon grandes clavos de hierro forjado, viendas se debe en buena medida a fac- tores ajenos. Uno de ellos —talvez el mas importan. te— se origina en un hecho basico: La gran mayoria de las casas de adobes han sido construidas por aficionados o per- sonas carentes de toda preocupacion de orden técnico. Se mantienen en ellas, es cierto, algunas caracteristicas 0 proce- dimientos de ejecucién, que se han veni do transmitiendo por generaciones a través de los afios. Muchas de estas ca- racteristicas son positivas y explican. sin duda la permanencia tan prolongada del sistema, a pesar de la aparicién suce siva de tantos materiales que ofrecen indudables ventajas. Pero también se repiten no pocos de- fectos constructivos —algunos por fal ta de conocimientos técnicos. otros por extrema economia— que afectan de ma nera grave la buena calidad de la vivien- da. Cada vez que observamos una cons truccién de adobes muy deteriorada, podemos comprobar la ocurrencia de alguno o varios de los siguientes defec- tos: —Muros resistentes con su base ero- sionada 0 carcomida por la humedad del suelo y, a veces, por la accién de roedo- res, debido a carencia de sobrecimientos apropiados. Demas esta agregar que la base de un muro es su parte mas impor tante, Muros desplomados 0 agrietados, a causa del hundimiento de alguna parte de la fundacién —Trecho importante de un muro re- sistente —a veces una esquina o un en cuentro— practicamente deshecho por una prolongada filtracién de agua de Iluvia. —Otros defectos _generales, como inadecuada disposicién de los _muros resistentes. carencia de aleros, vanos de IV. LA VIVIENDA DE ADOBE ventanas muy anchos, dinteles y vigas de madera con mayor carga de la que son capaces de sostener, muros con espesor insuficiente, mal unidos en las esquinas, etc. 3. Otro factor que influye para una predisposicién en contra del adobe. esta configurado por la ausencia de termina: ciones mas 0 menos adecuadas. Esta mos acostumbrados a ver en los campos casas de adobe con pisos de tierra. con paredes cubiertas por un embarrado ex- tosco. envigados llenos de hollin. Lo que casi siempre va aparejado con el desaseo, presencia de insectos. ete cesivamente No siempre se debe ello a falta de re cursos. Hay terminaciones —riisticas. proporcionadas al costo de esta vivienda, que pueden cambiar por completo su aspecto. Un pavimento de ladrillos de arcilla cocida, por ejemplo, estucos pla tachados a la cal, con color, envigados a la vista, pueden dar forma a un ambiente muy grato. Sin contar con muchos otros materiales de mayor costo, _perfecta- mente posibles de utilizar. ANTETECHO, 208 Enire los problemas producides por movimientos. sis micos, vale la pena mencionar una observacion técnica formulada a peoposito de los efectos del cerremoto de 1939, en Chillan Se trata de viviendas antiguas de adobe, con alero a la calle, que fueron en algin momento “modernizadas suprimiendo el aero o parte saliente de la techumbre y prolongando hacia ariba et muro de la calle, hasta ocultar 1 techo, como se explica en la Figura 229, letras Ay B. Se complementa este cambio. estucando la fachada con rmortero de cemento, sobre una malla de alambre, sosteni «da a su vez en cufas de madera, que se clavan entre los ado. hes (sistema doblemente indebido, que trata por un lado dle unir materiales demasiado diferentes. y por otro. inten ta dar ala vivienda una apariencia que no le corresponde). La grave esta, sin embargo. en el aspecto estructural Al cortar el extemo del tera, se sostiene el par con un so porte vertical, probablemente dos tablas laterales en cepo (letra C), mientras se construye el muro, para apoyario ali en definitwa. Con este cambio. se comsigue transformar cl tridmgulo de madera de la techumbre, perfectamente indelormable (letra D) en un elemento de cuatro. tados. {que no solo es deformable, sino que da origen a una fuerza inclinada que empwja al pequeio muro antetecho. con ran parte del peso de la cubiera de teja, tratando de vol carlo (letra E) Después de una wansformacion como ésta, resulta ex trao que el muro antetecho no caiga de inmediato, En todo caso. la techumbre de la vivienda queda transforma dda en una verdadera trampa, que caerii sobre sus morado res justamente en el momento en que salgan a la calle por efecto del temblor 4. Al estudiar los diversos aspectos de este sistema constructive. veremos FIGURA 229. Ay B. Explicacion de una frecuente y desafortunada transformacién de casas an tiguas de adobe con alero a la calle, consistente en cortar el alero y construir un pequefio muro ante- echo, observada al analizar los efectos del terremoto de Chillan de 1939. C. A menudo se sostiene el par. mientras se construye el muro, con dos tablas verticales clavadas en cepo. D y E. El triangulo de madera del tijeral. perfectamente indeformable, se transforma en una figura de cuatro lados. defor mable. en que el peso de la techumbre empuja contra el muro ante-techo, tratando de volcarlo. que constituye un caso especial, diferen te en muchos aspectos al empleado con otros materiales. Es decir, la vivienda de adobes debe tener una determinada disposicién de sus muros, ubicacion y tamafio de los va nos de puertas y ventanas, posicién de los refuerzos, etc, Sdlo puede emplearse en viviendas de un piso. El considerable espesor de sus mura las se debe, en primer lugar, a su. preca ria resistencia a la compresion, Condi cion que aparece mas 0 menos compen sada con una mayor flexibilidad —en comparacion con el ladrillo y con el blo que de cemento— que le permite al muro de adobe resistir_movimientos sismicos de cierta magnitud, sin romperse. Ese mismo espesor de los muros, como asimismo: la pesada techumbre de teja asentada sobre barro, sirven a esta vi vienda para la regulacién del frio y del calor de su interior, como se explicara mas adelante. Todas estas caracteristicas especiales hacen que una vivienda pensada para ser construida en albafileria de ladrillos o con esqueleto de madera, no pueda ser construida en adobes, sin _ introducir cambios de cierta importancia. Comencemos por familiarizarnos con la fabricacion y propiedades del mate rial basico. EL MATERIAL: ADOBE 5. Como se sabe, llamamos asi a un ladrillo tosco de mayor tamajfio, for mado de barro con paja, secado al sol, que empleamos para construir muros. El adobe es probablemente el primer material prefabricado que utilizd el hombre para construir. Su tamafio esta limitado por el peso que es capaz de mo ver el albafil, para colocarlo en el muro. Es asi como la dimensién mas frecuente CURSO DE EDIFICACION que se le da en nuestro pais es de 60 x 30x 10 cm, con un peso de unos 30 kg. A veces se fabrica un adobe de 50 cm de largo. manteniendo el ancho y espesor anota dos El barro, a base de tierra y agua, es el aglomerado 0 mezcla mas primitiva que se conoce. Su endurecimiento se pro duce al evaporar el agua, actuando como elemento de union la arcilla contenida en la tierra o suelo. Las reacciones inti mas que se producen al secar el barro no son faciles de precisar, pero se sabe que su resistencia mejora a través de los afios. si no es perjudicado por la humedad. En climas. secos se conservan construeciones de ado bes a través de los siglos. Por ejemplo. aun pueden verse en Epipto partes de un elegante palacere del farain R: I, construido 1190 aos antes de Cristo, con muros de ado bes y algunos elementos de piedra. En el museo de EI Cairo Se muesira todavia un extraordinario ejemplar de adobe de 95 x 52x 30 em, de semejante antiguedad, que se uu sruccion de fueres para la defens 6. En relacion al suelo que se utiliza como materia prima, podemos decir a grandes rasgos que se compone —dentro de una variedad muy grande de otros ingredientes— de _arcilla arena. Pueden tener mayor cohesion aquéllos mas abundantes en arcilla, pero con el defecto de que su mayor contraccién 0 disminucion de tamafio al secar, produ ce grietas. La arcilla es un producto mineral, muy finamente molido, que abunda en la ma yoria de los suelos, con variadas calida des. generalmente mezclada con arena. Cuando su porcentaje es alto, se le co noce como greda, que es la que se emplea en ceramica, y en estado mas puro, es el caolin, con que se fabrica la loza. La arcilla en polvo se torna en una ma sa plastica a medida que se le afiade agua, aumentando su volumen. Por el contra- rio, al eliminar lentamente el agua, ya sea por estar expuesta al sol o al aire, ex. perimenta| una considerable disminu Cap. IV. LA VIVIENDA DE ADOBE cion de volumen. Si dejamos secar un trozo de greda, veremos que ademas de disminuir su volumen, se le produciran resquebrajaduras o grietas. {Por que se agrcta a veces un larillo crudo al secar? Flo ocurre desde luego cuando tiene mucha arclla por una razon de tipo mecanico, bastante facil de exph car. La pérdida de agua al secar no se produce de manera Lniforme, desde la totalidad de su masa, porque la arcila ‘humeda es impermeable ¢ impide la salida del agua desde su nucleo central, La desecackin, por lo tanto. con su con siguiente disminuciin de volumen, se produce primero en las capas superficiales de ladrillo y como el nucleo cen teal mantiene todavia su volumen invariable, se legs la ruptura de la superficie por traccién en forma de gritas Al agregarle al barto arena u otro material granular apropiado, se toma mas permeable, de manera que el agua puede salir con mas facilidad, lo que hace posible un seca miento. mas uniforme. El ladrillo disminuye de tamaio fen su conjunto, sin tensiones superficiales y por lo tanto, sin arietaduras. Muchas grietas en estucos, enlucidos u otros aglome ‘dos, tienen una causa semejant, 7. CONFECCION DE LOS ADO- BES. Se comienza por elegir una tierra apropiada. Eliminando la capa vegetal del suelo, a veces de poco espesor, se ob: serva si la tierra que sigue hacia abajo es mas o menos arcillosa. Una persona experimentada se da cuenta de ello de inmediato. Una excelente materia pri ma —que puede servirnos de compa racién— la constituyen los restos de mu ros antiguos, tanto de adobes como de tapiales, convenientemente desmenuzados. {Como puede saber una persona sin experiencia, de manera sencilla, sila tierra es apropiada o no? El estudio prolijo de un suelo es bas tante complicado. Sin embargo, para el efecto que nos preocupa podemos hacer una prueba facil, que nos dara una idea aproximada de si la tierra de que disponemos sirve 0 no para hacer ado- bes Con un poco de tierra desmenuzada preparamos una pequefia cantidad de barro, agregandole el minimum de agua, Su humedad ha de ser la_indis- 207 FIGURA 230. Prueba sencilla para formarse un juicio aproximado sobre la proporcién de arcilla que posee una tierra y si sirve o no para hacer ado: bes. A. Se trata de formar con un poco de tierra humedecida, una barra delgada y larga, sobre una mesa 0 una tabla, arrollandola con la mano. B. Se desliza la barra, haciendo sobresalir uno de sus extremos lentamente de la mesa, hasta que se quie bre 0 doble completamente, por su propio peso. La longitud del troz0 quebrado 0 doblado nos informa sobre la presencia mayor o menor de arcilla (parr. 7), pensable para aglomerar o unir las par ticulas de tierra, sin que se pegue en la espatula o en las manos. Luego tratamos de formar con ella sobre una mesa 0 so bre una tabla ancha, una barra cilindri- ca delgada y larga, arrollandola con las manos (Figura 230). Puede ser una ba- rra de unos 150 mm de largo, por un dia- metro entre 14 y 18 mm. La sola dificul tad para dar forma a esta barra nos co- menzara a informar sobre la presencia de arcilla. Si la tierra tiene poca arcilla, cuesta mas arrollar la masa sobre la ta- bla, pues trata de disgregarse con cier~ ta facilidad. El paso siguiente consiste en deslizar esta barra delgada sobre la tabla hasta 208 FIGURA 231. Marco para hacer adobes. gene ralmente de rauli cepillado de 15 x 4” (0 de 15 x 45°). Debe tener asideros en sus extremos, para levantarlo, una vez que se ha formado el adobe. hacer sobresalir uno de sus extremos. Aumentamos con lentitud su parte sa liente, hasta que se quiebre 0 doble com- pietamente, por efecto de su propio pe so. Medimos el trozo quebrado 0 dobla- do. Si su longitud esta entre los 45. y los 75 mm, el porcentaje de arcilla puede considerarse apropiado para hacer ado bes. Si la tierra es mas arcillosa y observa mos que los adobes tienden a agrietarse al secar, puede agregarsele un poco de arena, hasta que esta tendencia desa parezca. 8. Elegida la tierra que vamos a em- plear, se excava el terreno y se expone por algunos dias a la intemperie, en una capa de poco espesor. (Es lo que se conoce co mo meteorizacion). Luego se criba o harnea, para terminar de desmenuzar la, quitarle las piedras y restos de plan- tas. En este momento podemos agre- garle la tierra proveniente de muros an- tiguos, también desmenuzada yy har- neada. Se afiade el agua y se revuelve 0 amasa hasta obtener un barro espeso. El ama sado suele efectuarlo el pilero (asi se lla- ma al que realiza esta faena) pisando y revolviendo el barro con los pies. Hace un tiempo era todavia posible ver en ios campos unos primitivos malacates mo- vidos por mulas o bueyes. Consistian CURSO DE EDIFICACION en un eje vertical de madera dura, unido a una pértiga © vara horizontal, desde cuyo extremo tiraba el animal, para hacerlo girar. En el eje o arbol vertical sobresalian algunas paletas, que revol- vian el barro. Al finalizar el amasado se agrega la paja, cominmente la de trigo, y se re vuelve una vez mas. La paja ha de ser de alguna longitud, puesto que sirve para dar cierta resis tencia a la traccion a la masa del adobe y aminorar su agrietamiento. Si se desea utilizar una paja diferente a la de trigo, debe tener al menos su resistencia a la taccion y su buena conservacion a lo lar- go de los aiios. En los campos se suelen usar trozos de zarza seca (arbusto cuyo fruto es la zarzamora), e incluso a veces, con menos frecuencia, el crin de anima. les. 9. El moldeo del adobe se hace con un marco de madera, llamado gradilla o adobera (Figura 231) que tiene natural mente en su interior las medidas del ado be. Esta provista de un asidero a cada lado para levantarla después de formado el adobe. Se utiliza como fondo el suelo mismo, para lo que se elige una cancha mas 0 me- nos plana, de preferencia con algo de are na en su superficie, para evitar la adhe. rencia. Se coloca la adobera cada vez lo mas cerca posible del adobe anterior y se mo- jan sus caras con un trapo, mantenido en un balde con agua, para impedir la adhe- rencia al molde. (Figura 232). El ayu dante deposita en el centro de la adobera una tortada de barro muy consistente. Lo hace de dos a tres paladas, si trans- porta el barro hasta la cancha en carreti- lla, o de una vez, si usa un balde, que le sir ve en cierto modo de medida. Esta torta da de barro es distribuida y compactada en el molde por medio de unas cuatro o cinco pisadas muy precisas, para luego FIGURA 232. A. Se coloca la adobera lo mis cerca posible del adobe anterior, dejando espacio n los extremos para tomar el asidero. Se mojan ada vez sus caras interiores con un trapo, mante nido en un balde con agua. B. El ayudante depo: sita en el centro del molde una tortada de barro muy consistente. C. Bl barro es distribuido y compac tado con unas cuantas pisadas. D. Se termina la compactacion y enrasa la cara superior con una re ala corta. enrasar el barro en el borde superior de la adobera con movimientos de ambas manos, una en un sentido y la otra, en el opuesto. En la actualidad es mas fre- cuente que se termine la compactacién con una regla corta, dandole pequefios golpes con su canto y luego utilizandola para, enrasar. El barro sobrante existe— se deja en el suelo, en el lugar que ocupara el proximo adobe. El molde es retirado de inmediato, le- vantandolo con cuidado desde sus asi deros. El maestro adobero le da un leve movimiento alternativo para _favorecer su deslizamiento desde la masa_fresca. Puede notarse en la forma final del adobe una pequefia concavidad*' hacia los bordes de su cara superior, producida por el retiro del molde. 's importante observar en este mo- mento que las caras laterales del adobe mantengan su plano vertical, sin sufrir hinchamiento por deformacién 0 asen- tamiento de la masa. Si ello ocurre, indi ca un exceso de agua en el barro, que debe ser corregido. Puede agregarse un poco de tierra seca y repetir su revoltura, 0 dejarlo un tiempo aparte, para ser em- pleado mas adelante. 10. Al cabo de unos tres 0 cuatro dias, en cuanto es posible mover los adobes, se les coloca de canto en el mismo lugar en que fueron moldeados, en zig-zag, apo- yandose entre sus extremos (Figura 233), con el fin de que el secamiento continue por sus dos caras principales. Asi trans curren unos diez a veinte dias, segin el calor, el viento y la humedad del aire, has ta poderlos apilar en un costado de la can- cha. Las dos caras principales del adobe son diferentes. La superior es mas plana y regular, con la ligera inclinacién de sus aristas hacia arriba, ya _mencionada. Conserva a veces la huella de las manos al enrasar el barro. La cara inferior es FIGURA 233. En cuanto es posible mover los adobes, se les coloca de canto, en el mismo lugar en que fueron moldeados, para que el secamiento continiie por sus dos caras principales. Al cabo de unos diez 0 mas dias —segiin el clima aun costado de la cancha. se les apila 210 mas © menos irregular, segin haya sido la superficie de la cancha. Su textura es mas aspera, con restos de arena del suelo adheridos a ella. Se acostumbra colocar_ mas adelante el adobe en el muro con la cara superior hacia abajo. para que ajuste mejor al tendel, de muy poco espesor, como se vera 11, Propiedades principales. La den- sidad del adobe (0 su peso en relacién a su volumen) es de 1,6 a 1,7. Esto quiere decir que un decimetro ciibico pesa 16 a 1,7 kg 0 que un metro cuibico de muro de adobe pesa 1600 a 1700 kg. Su resistencia a la compresion fluc tua entre unos I1 a 16 kg por centimetro cuadrado, pero no debe hacerse traba jar (carga admisible) a mas de 1,0 a 15 kg por igual superficie, (Un muro de 4 m de alto mas el peso de la techumbre de teja sobre barro, representa en su base, un peso de alrededor de 1,0 kg por cm2). EI adobe es un buen aislante del trio, del calor y del ruido, semejante o supe: rior al ladrillo de arcilla cocida. Tiene una gran capacidad térmica, propiedad que explicaremos luego en el parr. 31. Su principal problema es que es afec tado muy desfavorablemente por la hu medad, que altera las condiciones de su aglomerante, la arcilla CIMIENTOS DE LA CASA DE ADOBES 12, En lo posible esta vivienda debe ser ubicada en la parte mas alta del terre no, donde el suelo es mas seco y no hay pe ligro de inundaciones o de acumulacién de agua o de humedad. El cimiento corrido debe ser unos 5 6 10 cm mas ancho que el muro y tener una profundidad minima de 60 cm. Puede ser de hormigén con un porcentaje alto CURSO DE EDIFICACION de bolén desplazador 0 —mas econdmi co— de bolones de piedra pegados con mortero de cemento. En zonas de clima muy seco podria aceptarse incluso” pe- gar estas piedras con barro, como solia hacerse en el pasado, en la parte que queda bajo el nivel del terreno El sobrecimiento tiene mayor impor- tancia. en este sistema _constructivo, puesto que debe asegurar la proteccion de los muros de la eventual humedad del suelo. Puede ser de piedra canteada ris ticamente, pegada con mortero de ce mento 0, mejor, de hormigon con_piedra desplazadora, segin sean los materiales disponibles. {Por qué se acepta aqui la piedra des plazadora, que no se permitia en el so- brecimiento de la vivienda de albafile- ria de ladrillos 0 de bloques de cemen to? Porque este sobrecimiento tiene el doble 0 mas de ancho que el otro y el peso que recibe por centimetro cuadrado es menor No es aconsejable el sobrecimiento de ladrillos, usddo con frecuencia en los campos, porque permite la subida de la humedad. Con relacin a ta altura del sobrecimiento suelen apa ever detalles inesperados bes com aleros pequeiios. donde el agua de la luvia cae desde la cubierta al pie del muro, en un punto en que es po sible salpique justamente en las hiladas inferiores del mu ro de adobes, provocando su deterior. Se observa en casas de ado TAMANO Y DISPOSICION DE LOS MUROS 13. Hemos dicho ya que este muro tiene caracteristicas propias, tanto en su espesor como en su disposicién misma en la construccion Cuando las habitaciones tenian una altura libre de 4 mo algo mas —por ra zones que se veran luego— el espesor de los muros resistentes era de 60 cm, con Cap. IV. LA VIVIENDA DE ADOBE los adobes colocados de cabeza. Si en la actualidad construimos muros de menor altura, es aconsejable disminuir su espesor a la mitad, como se hace con fre- cuencia. Podemos hacerlos de 50 cm, con adobes de esa longitud, 0 a lo mas, en viviendas de altura minima de 2.40 m, podriamos reducir su espesor a unos 40 cm, con adobes de medidas especiales, por ejemplo, de 40 x 30 x 10 cm (o de 40 x 40 x 10 cm), mas semejantes al tamaio me- nor que tienen en otros paises. La longitud de un tramo de muro libre, entre una esquina y un cruce, no debe ser mayor que unas 10 veces su espesor. no Suclen aconsejarse muros de 30 cm de espesor para vi viendas de altura minima, en el entendido que las techum bees son livianas. Se explicara luego que una de las carac teristicas de las techumbres de este sistema constructivo, es que sean a base de teas y, por lo tanto, pesadas 14. Disposicién de los muros. En la vivienda de adobe no hay tramos de mu- ros rectos, entre dos vanos, como ocurre casi siempre en las albafiilerias actua les, que estudiamos en el capitulo ante f i \ A rior (Figuras 50 y 51). Recordemos que esos tramos rectos. con los vanos de las puertas en las esquinas y las ventanas de muro a muro, tan usuales en la arqui- tectura de hoy. son posibles por la exis tencia de la cadena o de la losa de hormi gon armado en su parte superior. in la casa de adobes no existe la ca- en Ja forma acostumbrada. dena Si alguien quisiera eolocar una eadena de hormigon armada sobve los muros de adobe, ella funcionaria perfec: tamente bien como amarra, pero seria un despropisito desde el punto de vista del costo, Esa sola cadena, que ten dia que ser del mismo ancho del muro, representaria en ‘metios cibicos de hormigon armado, un valor semejante Al del resto de la construccion 15. Los muros deben estar dispuestos formando angulos © encuentros, que se ven en planta como letras L y T 0 como cruces (Figura 234. A). Tal como lo ha- biamos adelantado en el parr. 1. 83, es tas formas obligan a distanciar todos los vanos de las esquinas, a lo menos | metro. Cada una de ellas es capaz de soste- ve \ % FIGURA 234, A. Los muros de adobe deben tener estas formas —como habiamos visto en el primer capitulo de este curso. paces der Una vivienda org: la forma acostumbrada para otras albafilerias. + que son zada con ellas puede sostenerse relativamente bien, sin nei C. La techumbre de madera, con cubierta de teja stir esfuerzos horizontales en todas direcciones. Be sidad de cadena, en constituye una buena amarra en la parte superior de los muros, nerse en pie por si misma y de soportar es- fuerzos laterales en diversas direccio- nes. La casa entera organizada con estas formas de muros, como en la letra B de la figura, se sostiene mas o menos bien, sin necesidad de cadena. Deciamos también que podia compro. barse experimentalmente, como esa dis posicién de los muros podria resistir mas si los cargamos con un elemento horizon tal en su parte superior (parr. 1. 82). En efecto, ese conjunto de formas, construi- das a escala (unas 30 veces mas pequefias que la realidad) y colocadas sobre una mesa, ¢s capaz de permanecer en pie si movemos la mesa con relativa suavidad. Tal resistencia a caer aumenta si colo camos sobre los muros un objeto plano pesado, que actua mejor si carga sobre todas y cada una de las partes. El papel de ese elemento horizontal del experimento es realizado por la te- chumbre de la vivienda, siempre que sea pesada (veremos en el parr. 30 otra ven taja de ese mayor peso). Si la techumbre es muy liviana, los muros de adobe po- drian desplomarse debajo de su estruc tura, sin que ella ayude para nada a evi- tarlo. Este es un aspecto que puede parecer contradictori. Fs frecvente en efecto que se aconseje alivianar el peso de Ja techumbre en las viviendas de adobe, pensando. sin duda en le limitada resistencia a la compresién de sus mu ros. Se obtiene con ello una aparente ventaja para su esta idad, en cuanto et centro de gravedad del conjunto que dda mas cerca de! suelo. Si los muros de la casa tienen el espesor debido, como Jos que hemos indicado, no ofrecen problemas para soste nner una techumbre pesada, obteniendo en cambio asi una efectivaamarea en relacion a los esfuerzos_horizontales ademis de jugar un papel importante en la regulacion de la temper interior, que veremos luego. 16. A veces truccion de una dera, que sirva se ha planteado la cons- especie de cadena de ma: de amarra superior para los muros. Ello no es tan facil de lograr, considerado asi en forma aislada, si se piensa que un muro de adobe de 60 cm de CURSO DE EDIFICACION espesor por 5 metros de longitud pesa unas 15 toneladas. Desde luego, ese peso de 15 toneladas, que en un tramo de muro recto y aislado, representa un peligro cierto de voleamiento, da mayor estabilidad a un muro en forma de To en angulo —mayor estabilidad que si fuese fiviano siempre que no fale su unidn en la esquina La posibilidad de una cadena de ma- dera debe ser considerada de otra mane- ra. Las soleras de este material que se colocan sobre los muros, para recibir el envigado y la techumbre, tienen como principal finalidad la de repartir esas cargas en el muro de adobe, como vere- mos luego, mas que desempefiar las ta- reas de una cadena. Pero si consideramos toda la enma- deracién de techumbre, con sus maderos en diversas direcciones, sus _entabla. dos, soleras, correas, etc., todo ello mas el peso de la teja y de capas de barro, for: man un conjunto trabado entre si, bas- tante resistente para. servir de antarra horizontal, de manera muy semejante a una cadena. ‘Al observar los efectos producidos por los sismos, rara vez se ve una techumbre a cuatro aguas, por ejemplo, dividida o separada en partes. Por el contrario, suelen verse muros desplomados, por no cumplir algunas de las normas descritas, con la techumbre completa sobre ellos. EJECUCION DE LOS MUROS 17, Para pegar los adobes se prepara un barro arcilloso bastante fluido, sin paja, de manera que el tendel tenga un es- pesor minimo. Al extenderlo sobre la hi- lada anterior y asentar el nuevo adobe, el barro debe revalsar por los lados, asegu- rando un contacto total de ambas caras. ‘Antes de ubicar el adobe en el muro, el albafiil lo coloca de canto en el suelo y revisa. sus caras principales. Con fre- cuencia es necesario desbastar con la hachuela partes salientes de su cara infe: Cap. IV. LA VIVIENDA DE ADOBE 213 A FIGURA 235. Diversas soluciones para la esquina de una albafileria de adobes a una asia. A. Si todos los adobes estan colocados de cabeza, es necesario cortar dos adobes en cada hilada. B. Hiladas con adobes de cabeza y de soga, con solucién semejante en Ia esquina. C. Solucién de la esquina, en que se aprovechan todas los trozos de adobe. rior, por irregularidades de la cancha en que fué fabricado. Su alineamiento se consigue con Ia lienza, sostenida en las miras, el hilo a plomo y el nivel de burbuja, como ya he- mos visto, con la desventaja de su mayor peso y menor manuabilidad, comparada con el ladrillo. Suelen verse muros de adobe con un tendel de espesor francamente mayor, a base de barro con paja, semejante al em- pleado en la confeccién de los adobes. Ello requiere una nueva faena de prepa racion de barro con paja —ya que se ne- cesita una buena cantidad— y no ofrece ventaja alguna frente al sistema descri to. Salvo talvez una mayor facilidad para acondicionar los adobes en el muro, al no disponerse de una mano de obra mas ex- perimentada 18. Traba o aparejo. Cuando el ado- be esta colocado de soga no se presenta problema alguno en las esquinas y en- cuentros de muros. Pero en albaiiilerias a una asta, en que el espesor del muro co rresponde al largo del adobe, caso bas- tante frecuente, debemos algan cuidado en el aparejo. En la Figura 235 se ven algunas solu ciones. La letra A muestra el caso mas frecuente, en que todos los adobes estén de cabeza. En la esquina se hace necesa- rio cortar cada vez dos adobes, aprove- chando 3/4 de su longitud, En la letra B se colocan adobes de cabeza y de soga, alternadamente, con el‘ tratamiento de la esquina semejante al anterior. La solu cidn de la letra C se ve un poco mas com plicada, pero aprovecha mejor los ado bes (no se pierden los dos pedazos de 1/4 de los casos anteriores) y la traba es bas: tante mas efectiva. poner Los adobes se cortan con la hachuela del albafiil: Con la misma herramienta marca la trayectoria del corte en las dos caras principales y sus costados corres pondientes. Luego le va dando golpes con el filo de la hachuela a lo largo de la marca, por las cuatro caras, hasta que es posible quebrarlo en ese plano. REFUERZOS — ESQUINEROS. esquinas y encuentros principales 19. Las 2s de muros en las viviendas de adobe re presentan un punto débil, que suele oca sionar falas estructurales. — Conviene por lo tanto reforzarlas con un material resistente a la traccién, como es la made Ta, con mayor razén cuando la traba ele- gida no es muy efectiva. En cada metro de altura del aproximadamente, es__aconsejable cluir un refuerzo de este material, en forma de escuadra para las esquinas y de T para los encuentros mas importantes muro, in Estos refuerzos pueden estar forma dos por dos maderos de 1.5 x 4”, clavados perpendicularmente y con travesafios, como se ve en la Figura 236, con una lon. gitud aproximada a 1,60 m en cada lado (para obtener dos partes de un madero de 3,20 m). En los campos puede usarse el alamo, que se conserva bien entre los ado: bes, u otra madera mas resistente. Tam bién es posible emplear tablas de 1 x 5” 0 maderos de 2” de espesor, si se quiere que este refuerzo tenga el espesor de un adobe. Deben asentarse en barro, colocando adobes en sus huecos y completando tam bién con barro la altura de la hilada. 20. TACOS DE MADERA EN LOS VANOS. Al levantar los muros, es in dispensable ir dejando tacos de madera, FIGURA 236. Refuerzos de madera para los muros de adobe. intercalar en las esquinas, aproximadamente a | miento y Ia solera, B. Refuerzo en forma de T para los cu SO. DE EDIFICACION debidamente anclados al muro, como se ve en la Figura 237, a ambos costados de los vanos, con el fin de clavar en ellos des pués los marcos de puertas y ventanas y a veces los forros de madera que suelen cubrir estos vanos. Estos elementos —que puede ser fa cil olvidar— son imprescindibles en este tipo de muros, en que no hay otra forma efectiva de posterioridad las piezas de madera de las terminacio nes. afianzar con A los tacos se les da una escudria de 4 x 4°, para que coincidan con el alto de una hilada y su tabla de anclaje (una o dos, se gin el espesor del muro) con una cruceta en el extremo opuesto. tiene una longitud de unos 30. em. 21, DINTELES. Los dinteles de ma dera deben tener el ancho del muro. apo- yarse sobre los adobes unos 50 6 60 cm en cada extremo, segiin el ancho del vano. y tener suficiente resistencia para _soste ner el muro que va sobre ellos. Pueden construirse de dos maneras, segiin el tipo de madera de que disponemos (Figura 238). —Pueden ser macizos, formados por varios maderos, colocados uno al lado del otro, ya sean aserrados o canteados a A. Escuadra de tablas clavadas para metro de distancia vertical, distribuidas entre el ci encuentros principales de muros. FIGURA 237. En los costados de los vanos de puertas y ventanas es indispensable dejar ancla dos a los muros de adobes. tacos de madera de 4 x4”. con una o dos tablas hacia el interior del muro segiin su espesor— y una cruceta en el extremo ‘puesto. En ellos se clavarin despues los marcos y los posibles forros de madera de puertas y venta nas. Si las puertas son altas. se colocan tres tacos distribuidos en su altura, considerando que el ca bezal superior del marco puede clavarse en el din tel. hacha (letra A). Conviene que estén unidos con algunas tablas transversa. les. —Dintel en forma de cajén. formado por dos vigas de canto, unidas por enta blados en ambas caras (letra B). En este —— caso la altura de las vigas ha de compensar el menor volumen de madera. Si es posible, el alto de los dinteles. in- cluidos sus travesafios. conviene que coincida con el alto de dos o tres hiladas de adobes. de acuerdo con el ancho libre del vano. 22. SOLERA SUPERIOR. En la parte alta del muro se produce un buen ejemplo de lo que Hamamos reparticién de cargas. Si apoyamos una viga de ma dera de 2 x 8” directamente sobre un muro de 50 cm de espesor, tendriamos una superficie de contacto de 250 centime tros cuadrados (resultado de 5 x 50 cm). Figura 239. Como es muy posible que en cada ex- tremo de la viga actite una carga de unos 700 kg o mis, cada cm2 de adobe que es cargado por la viga, estaria recibiendo tun peso cercano a los 3 kg, sobrepasando con creces su carga admisible (de 1.0 a 15 kg). {Como se resuelve este problema? Aumentando la superficie de contacto entre la viga y el adobe. o lo que es lo mis- mo. repartiendo las cargas en una super ficie mayor. Esta es la principal tarea que cumple la solera de madera sobre un muro de ado. be. Puede adoptar formas diversas, co- mo se aprecia en las letras B y C de la figu-

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