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Victoria de Chavez en Venezuela: el eterno retorno del populismo Arturo Usiar Pietri EI Estado es rico y 1a poblacién pobre. Asi se resume, en pocas pa- labras, la més importante de las paradojas venezolanas: el desfase abis- ‘mal entre la opulencia del Estado y la miseria de los ciudadanos. Repartidos desigualmente sobre un vasto tertitorio de cerca de un ‘milldn de kilometros cuadrados (dos veces Espatia), 10s 22 millones de habitantes estin principalmente concentrados en torno (y en el seno) de algunas aglomeraciones. En inmensos cinturones de miseria sobre- viven los que, habiendo abandonado sus lugares de origen, se han agru- pado en ranchos (suburbios), esos barrios improvisados hechos de ba- sracas con techo de zine 0 de cartén, desperdigados por las colinas y los barrancos. Caso dnico en el mundo, en Caracas, Ja capital, la poblacién mar ginal de los ranchos sobrepasa en niimero (60 por 100) a quienes pro- iamente habitan en ta ciudad. Los servicios urbanos indispensables (vfas publicas, transportes, escuelas, basureros, agua, dispensarios, clectricidad, desagiies, etc.) legan raramente a esos barrios deteriora. dos y el orden legal mfnimo es inexistente. La delincuencia contintia siendo una plaga considerable y el grado de violencia urbana esté entre Jos més altos del mundo ', La venta de hidrocarburos supuso para el Estado, entre 1976 y 1995, cerca de 270.000 millones de délares, Sin embargo, esta cifra tronémica, equivalente a varios planes Marshall, no ha servido para do- tar al pafs de las minimas infraestructuras ni para reducir las escanda- loses desigualdades sociales... ' Ignacio Ramonet, «Le Venezuela vers une guerre sociale?», Le Monde di- ‘plomatique, julio de 1995, 300 ‘Vietoria de Chavez en Venezuela, Mientras que los beneficiarios del mand petrolero sacan ilegal mente cerca de 100.000 millones de délares, mas del 71 por 100 de os venezolanos contindan viviendo en la pobreza, el 21 por 100 de Ia Poblacisn activa esté en el paro, el 48 por 100 s6lo sobrevive gracias la economia sumergida y unos dos millones de nilos siguen hundi- dos en Ia miseria, de los que 200.000 slo consiguen subsistir men- digando... Por un azar histérico, Venezuela ha conservado, desde su indepen- dencia en 1811, el régimen legal de las minas del perfodo colonial, se- ‘atin el cual el subsuelo pertenece a la Corona. El Estado es, por tanto, Propietario de todos los recursos del subsuelo y recibe directamente, ‘mediante tasas e impuestos diversos, la mayor parte de las riquezas del petréleo. Esta situacién alcanzé su punto culminante en 1976, después del alza del precio det petréleo en el mercado mundial. bajo la presi dencia de Carlos Andrés Pérez (Socialdemoerata), que estataliz6 las ‘empresas petroleras y creé un monopolio para la explotaci6n y el co- mercio de los hidrocarburos, Petrdleos de Venezuela, Sociedad Anéni- ‘ma (PDVSA), que, con 3,1 millones de barriles al dia, se convirti6 en el segundo productor mundial. A diferencia de lo que, en circunstancias andlogas, ocurrié en otras partes (en Noruega, por ejemplo), el Estado no se ha preocupado de in- vertir este mand para industrializar el pafs y favorecer su despegue eco- n6mico. En cambio, y lo mismo que otros palses petroleros, a través de luna economia de renta, compra la pasividad de los ciudadanos garanti- zndoles una renta minima. A medida que el Estado se ha hecho mis rico, mds dispendioso, la poblacién se ha ido haciendo mas dependien- te de los gastos piblicos. Petréleo y corrupetén Los gobiernos salidos de los partidos de tendencia popular—en par ticular el Comité de organizacién politica electoral independiente (Co- pei), demécrata cristiano, en el poder hasta ahora— 0 socializante ~como Accién Democratica (AD), socialdemécrata-, que han acapara- do de manera determinante la vida nacional desde Ia caida de la dicta- dura de Marcos Pérez Jiménez, en 1957, se han servido de la inmensa 301 mh 264.6 O8f806 6&6 26644464. ‘América Latina, a30 altos de la muerte del Che, riqueza petroleta para corromper el pais por medio de un sistema de subsidios, dones, prebendas, exenciones fiscales y privilegios. Se han dilapidado sumas gigantescas en proyectos megalémanos ¢ indktiles. Por si esto no fuera suficiente, se contrajeron enormes deudas {con bancos extranjeros, prestatarios de un montante equivalente al 60 por 100 del producto interior bruto (que era, en 1997, de 59,000 millones de dolares, y la deuda exterior se elevaba a 37.000 millones de délares).. EL Estado, a pesar de las recientes privatizaciones, controla los sec- tores industriales del hierro, el aluminio, 1a electricidad, los hidrocar buros y numerosas actividades manufactureras y agricolas, hasta el punto de que la economfa de Venezuela sigue siendo una de las més es- tatizadas del mundo. ¥ todo ello sin que la poblacién haya sacado al- ‘tin beneficio o algun bienestar general. FI desafio que tenfa Venezuela, a causa de su fortuna petrolifera, cra la construccién de una nacién moderna, préspera y poderosa, con especial atenci6n a las areas de la educaci6n, la salud y los servicios pa- blicos. Obsesionados por el control de la economia, los dirigentes de Jos partidos en el poder se han cuidado mucho de emprender las gran- reformas indispensables, atados como estaban a los métodos inter- sionistas y preocupados por su propio enriquecimiento. Raramente ‘se habré visto cémo algunos cientos de familias hacen pedazos un pats tan opulento y. desde hace decenios, se reparten, cualquiera que sea su opcisn politica, sus fabulosas riquezas. ‘Sin embargo, si existe un lugar en cl que el mito de Eldorado ha cobrado todo su significado ha sido sin duda en el territorio venezola- no, Desde comienzos del siglo xv1, y especialmente desde el reinado de Carlos V, increibles expediciones salieron en su busca. Febriles por el ansia del oro, aventureros delirantes recorrieron las Hanuras, los rios, las montafias y las selvas virgenes, en busca de los fabulosos yaci- mientos de oro. En vano. Y de esta forma se ha elaborado este sor- prendente contraste entre un conjunto de provincias coloniales pobres y el mito de su legendaria riqueza. El papel preponderante de los venezolanos en la lucha por la eman- ccipacién de América del Sur merece también ser subrayado. Este pe- ‘quefio pais forj6 el poderoso mito de una tinica gran nacién latinoame- ricana que se lamaria Colombia (en homenaje a Cristébal Colén), y proporcion6 un gran niimero de idedlogos y jefes militares que cum- 302 Victoria de Chavez en Venezuela plieron una gesta prodigiosa y Hevaron las banderas de la libertad has- ta las fronteras del Rio de la Plata. Los nombres de Miranda, Bolivar y Sucre, los tres gigantes de la independencia suramericana, y su con- cepeién politica de América Latina, bastan para comprender la prodi- ssiosa desmesura de la empresa Por haber desempeado un papel tan determinante en las guerras de Independencia, Venezvela ha tenido que pagar un precio singularmente alto. Una ver aleanzada la separacién definitiva de Espafia, en 1821, vino una época de pobreza extremads, de caudillismo que no dej6 espacio para ningin progreso real de la vida econémiea y social. y durante la cual se impusieron hombres como José Antonio Péez, Antonio Guzmén Blan- £0 y Juan Vicente Gémez, caudillos autoritarios y unificadores. Y fue en este universo de arcaismos, pobreza y autocracia cuando apareci6, en 1922, la fabulosa fortuna petrolera transformando al pats, para bien y para mal loro negro metamorfoses el pats, Las consecuencias negativas de este fenémeno repercutieron tanto en el régimen electoral como en la ‘administracién de la justicia. No ha existido nunca, como exige la pro- pia esencia de la democracia, un partido en el poder que tuviera frente 1 él uno o varios partidos de oposicién, representando a diferentes op- ciones politicas. Elegido en 1993. el hasta ahora presidente Rafael Caldera (funda- dor del Copei) intent6 en una primera etapa, no sin valor, guardar dis- tancias con la politica neoliberal. Juré que no se pondria de rodillas, ante el FMI y confié el Ministerio de Planificacién Econémica a Teo- doro Petkoff, antiguo guerrllero de los afios sesenta y fundador del par- tido de extrema izquierda Movimiento hacia el Socialismo (MAS). Su politica heterodoxa fue combatida por los organismos financieros in- temacionales y por Washington (Venezuela es el principal proveedor de petr6leo de Estados Unidos). A partir de 1996, Caldera se vio obligado ‘8 ceder. Se comprometié en negociaciones con el FMI y acepté un se- ‘vero plan de ajuste estructural pilotado por Petkoff, reconvertido a la economia de mereado*, lo que se tradujo en un alza brutal del precio, A los ave provestaron contra este cambio, PetkofT replicé que se trataba no ‘de un plan neoliberal sino de un programa de sentido comins (Le Monde, 4 de mayo de 1996), 303 América Latina, a 30 afios de la muerte del Che, de la gasolina, la liberaci6n de los tipos de interés, una devaluaci6n det bolivar, la moneda nacional; la privatizacién de numerosas empresas pliblicas y, decisién histérica, Ia negativa de permisos de biisqueda de hidrocarburos a compaftas extranjeras, Esta politica no sirvié para cambiar gran cosa Ja miseria de la po- blacién que, ahora, desconfia de los partidos en el poder, especialmente del Copei pero, también, de los socialdemdcratas de AD que, vencedo- resen las titimas elecciones municipales de diciembre de 1995, contro- lan casi todas las grandes ciudades (y a partir de ahora, gobernardn). {Es una casualidad que actualmente el hombre mds popular sea el coronel Hugo Chavez, el oficial «bolivariano» que se sublevé el 4 de febrero de 1992, a la cabeza de once batallones de combate y con el apoyo de estudiantes de izquierda de la Universidad de Valencia, para derrocar a Carlos Andrés Pérez y acabar con la corrupeién?. La gente esti harta de promesas no cumplidas, de la incuria general y de la com- plicidad de tos partidos dominantes. Los dos partidos, Copei y AD, se distinguen por fnfimas divergen- cias ideolégicas y han establecido, entre ellos, un sistema de coalicién de hecho y de colaboracién mutua. El partido que pierde las elecciones no pierde, sin embargo, todas las ventajas de que disponia, y conserva 1 disfrute de un gran nimero de privilegios. Las cuotas de poder se han distribuido de forma permanente para que Ia nomenklatura de los dos grandes partidos se reparta igualmente los cargos judiciales, hurtando de esta forma su independencia a la Justicia. Desgastados, los dos partidos dominantes no han tenido el valor de modificar una situacién de la que obtienen un gran provecho. Por no hhaberlo hecho y no haber emprendido las reformas fundamentales que necesita imperativamente el pafs, los ciudadanos se alejan ahora ma yoritariamente de ellos. Desean soluciones més dristicas para acabar con la politica del compadreo, Después de las elecciones legislativas > Carlos Andeés Pérce fue destitudo on 1993, Bajo arresto domiciiario (a eau sa de su edad, setenta y tes aos) desde mayo de 1994 fue condenado en mayo de 1996 a veintisis meses de uresto domiciliario por el desvio de fondos pablicos, “Después de dos aos de efrcel y una amnistia concedida por el presidente Caldera, el ex coronel Chez se puso ala eabeza de los sondeos en las elecciones 304 Vietoria de Chavez en Venezuela... y regionales del 8 de noviembre, marcadas por una fuerte abstencién (45.42 por 100), el Movimiento V Repiiblica (MVR) de Chavez se con- virtis en ta segunda fuerza politica del pais (19,84 por 100), detris de Aceién Democritica (24,16 por 100). Pero el Polo Patridtico, que agru- pa al MVR y a numerosos partidos independientes, es ahora mayoria en el Congreso. Se acaba un ciclo politico, De corrupcién, de incuria y de desbarajustes. Ha durado cuarenta aftos. ‘que ba ganado, Esta victoria del antiguo golpsta ~que se ha declarado partidario de una economéa mixta, eritiea el programa de privatizaciones en marcha y prevé tuna moratoria de [a deuda exterior y anuncia la disolucién del Congreso y la con- vocatoria de una Asamblea Constitayente inguieta a los medios econémicos (tan- {onactonalee come intemacionsles) ya stares Inidee Hasta el panto de que, con ‘rzdn o sit ella, Hugo Chaver.ya ha denurciado, en varias ocastones, la prepara- cid de un «golpe de Estado preventivon, ¢ incluso un posible intento de asesina- to para impedir su acceso al poder (cf: nforme latinoamericano, Londres, 27 de ‘octubre de 1998).

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