Está en la página 1de 4

República Bolivariana De Venezuela

Universidad Bicentenaria De Aragua


San Joaquín de Turmero Edo. Aragua
Inteligencia Emocional

Prof: Alumna:

Jesús Eduardo Reyes. Aurynnella Ojeda

C.I: 20.774.057

Sección: 3

Octubre, 2019
Introducción

El concepto de inteligencia emocional fue mencionado por primera vez a principios


de los 90’s, por Peter Salovey y John Mayer, estos la describen como “un tipo de
inteligencia social consistente en la aptitud para controlar las emociones propias y
de los demás, discriminar entre ellas y emplear esta información para guiar
nuestro pensamiento y acción” (Goleman, 1995). Según estos autores, la
inteligencia emocional posee las siguientes competencias (Goleman, 1995;
Shapiro; 1997; Pueyo, 1997; Colom y Froufe, s.a.):

Los estudios realizados acerca del cerebro humano en la última década han
puesto de manifiesto que poseemos “dos cerebros”, o en otras palabras, dos
hemisferios cerebrales, y cada uno de ellos suele estar destinado a actividades
específicas, que actúan de manera propia, distinta y diferenciada, dando como
consecuencia dos tipos de inteligencia: la inteligencia racional y la inteligencia
emocional (Shapiro, 1997).

La influencia del hemisferio derecho nos lleva a conducirnos, o a ser


dirigidos de una manera emocional; si, por el contrario, mostramos en nuestros
actos una conducta racional, seguramente nuestro hemisferio cerebral
predominante es el izquierdo. Por lo tanto, cuanto mayor sea el grado de
influencia de un determinado hemisferio cerebral seremos tanto más racionales o
más emocionales (Goleman, 1995; Jáuregui, 2000).

Ante esta explicación, la mayoría de las personas se puede preguntar:


¿existe una oposición entre razón y sentimientos?, y la posible respuesta es NO,
ya que sabemos que “estas dos formas fundamentales de conocimiento
interactúan para construir nuestra vida mental” (Goleman,
1995). Ambas mentes tienen que ser atendidas en toda situación de la vida que
se trate de educar, esto es, no debe haber predominio ni oposición, en todo
momento se debe buscar el equilibrio, ya que “los sentimientos son indispensables
para la toma racional de decisiones, porque nos orientan en la dirección adecuada
para sacar el mejor provecho a las posibilidades que nos ofrece la fría lógica”
(Colom y Froufe, s.a.), por lo tanto, ambos componentes de la mente aportan
recursos sinérgicos: el uno si el otro resultan incompletos e ineficaces.
La inteligencia emocional, según Goleman "es la capacidad para reconocer
sentimientos en sí mismo y en otros, siendo hábil para gerenciarlos al trabajar con
otros.

Durante toda la vida del ser humano, las emociones ocupan un lugar primordial
como principal fuente de experiencia y sensación en todas las actividades que
éste realiza, brindándole un valor determinado a cada conducta en cada
momento. Sin embargo, ¿sabemos lo que realmente es una “emoción”?; cuando
hablamos de este constructo debemos tomar en cuenta que nos referimos a un
fenómeno multidimensional, es decir, a una respuesta biológica acompañada de
reacciones fisiológicas que preparan al cuerpo para una acción adaptativa;
también, a un estado afectivo subjetivo que aparece gracias a un proceso de
cognición, además, la emoción es funcional, ya que posee un propósito
determinado desde un punto de vista evolutivo, y por último, las emociones son
fenómenos sociales que producen expresiones faciales y corporales
características que suelen comunicar nuestra experiencia interna a los
demás (Reeve, 1994; Jáuregui, 2000).

Es esta combinación de reacción fisiológica, subjetividad cognitiva, funcionalidad y


aspectos expresivos, la que hace que la emoción sea tan difícil de definir
(Goleman, 1995; Shapiro, 1997).

Debido a esto, han surgido una variedad de teorías que intentan explicar cómo
surgen las emociones, desde las enteramente biologístas, hasta las que pretenden
una coherencia entre cada una de las dimensiones que la componen,
comencemos con aquellas relacionadas a la fisiología de la emoción.

Para entender conviene hacer una reflexión, si hacemos un pequeño esfuerzo,


todos podemos recordar cuál fue la última vez que perdimos el control de los
impulsos y “explotamos”, ya sea con nuestro hijo, pariente, amigo y después,
analizando lo ocurrido fríamente, nos sorprendemos e incluso nos preguntamos
¿Cómo eh podido decir o hacer semejante barbaridad? que ha podido pasar, para
que se produzca este comportamiento? En definitiva, que le ocurre al ser humano
para que se vuelva irracional con tanta facilidad y casi de forma automática?

Afortunadamente, La ciencia está en condiciones de responder a estas preguntas.


Nos dice que hemos sido víctimas de un secuestro emocional o neuronal, que está
relacionado con el sistema límbico, y más concretamente con la amígdala. Las
emociones son inherentes al ser humano y nos exponen constantemente al riesgo
de perder el control, la buena noticia es que existen competencias emocionales
que podemos aprender y practicar para evitar estas situaciones comprometidas.
Conclusión

A pesar de lo relativamente nuevo que el concepto de inteligencia emocional es,


su influencia se puede extender a casi todos los ámbitos de la vida actual, desde
la familia hasta el ambiente laboral. Sin embargo esto no ha ocurrido en su
totalidad en nuestro país, ya que su utilización dentro de la crianza de los hijos, así
como en la escuela aun no es muy clara. Este fenómeno puede darse ya que no
existe un organismo que se encargue de su divulgación e instrucción de manera
formal y estructurada.

Dentro de las escuelas se han empezado a manejar textos que propicien la


conducta emocionalmente inteligente, sin embargo, los profesores no lo enseñan
con el ejemplo, y sus instrucciones son un mensaje doble que en los niños genera
mayor confusión.

Por lo tanto la instrucción debe iniciar, en un primer momento con los


responsables de la crianza de los niños, es decir, padres y maestros. Sin esta
primera etapa, cualquier intento por enseñar estas técnicas a los menores será
desgastante y quizá, en vano.

A través de la exposición de algunas teorías y modelos sobre inteligencia


emocional, se ha mantenido el propósito de compartirlas, con ella se llega a
diversos aspectos concluyentes, es preciso fomentar el estudio en este campo
pues es relevante el papel que desempeña en todos los contextos y su
repercusiones tanto para el propio individuo como para los demás y, por otra,
resaltar que promocionar su desarrollo, su difusión y su aplicación en el día a día
puede tener beneficios para la salud.

Son indispensables en nuestro crecimiento personal, familiar y empresarial, para


llenarnos de conocimientos y aprender a manejarnos en ciertas y determinadas
circunstancias aplicando y Practicando pensamientos y sentimientos saludables
como estos:
Sonríe: Este cambio en los músculos faciales produce una serie de cambios
bioquímicos que cambian nuestra emoción y favorece la salud.
Reenfoca el problema: Trata de encontrarle lo positivo a lo que sucede, recuerda
que las situaciones difíciles son una gran oportunidad para aprender y que has
experimentado situaciones conflictivas en el pasado y pudiste seguir adelante.
Practica Ejercicio: Como mínimo 20 minutos continuos Interdiario.
Expresa tus Sentimientos: Sean molestia o dolor conversando con la persona
involucrada (con personas amigas o de confianza) o escríbele una carta donde
desahogues tus emociones.

También podría gustarte