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10 CAUSAS DEL DIVORCIO

A. Entramos ahora en una serie de temas que tienen que ver con las causas que
pueden desembocar en un divorcio. Abordamos este tema con el fin de:

a) Tomar conciencia de nuestros posibles errores, para poder rectificarlos;


b) Tener herramientas concretas para prevenir y evitar futuros errores;
c) Tener una pauta o guía de orientación.

1. Falta de conocimiento mutuo de la pareja: numerosas parejas deciden casarse


después de un noviazgo, por lo mismo, superficial. El noviazgo es un tiempo
que tiene una razón de ser muy justificada: crecer en el conocimiento y
entendimiento reciproco, y el amor mutuo.
2. La falta de autentica libertad en la decisión de contraer matrimonio: cuando
ya hay un embarazo de por medio, la existencia de presiones familiares y
sociales, la edad de los novios, quienes sienten que ya se les esta pasando su
juventud; el miedo a la soledad, entre otros.
3. Falta de madurez sicológica: la ausencia de juicio y cordura, que proporciona
la experiencia y el aprendizaje adquirido por nuestros errores, para soportar y
sobrellevar las cargas del matrimonio.
4. Falta de autentica conciencia del compromiso adquirido: las parejas que se
casan ahora son mas vulnerables debido a los profundos cambios socio-
culturales, a la ambigüedad de ciertos valores humanos clásicos, al ejemplo a
través de los medios de comunicación social y el Internet de miles de parejas
adultas: infidelidades, divorcios, segundas nupcias, que son, antes del
matrimonio, alternativas posibles en su futuro.
5. La desvalorización y el desinterés de la dimensión religiosa: con la
consiguiente relajación de los compromisos cristianos, de los medios espirituales
y el ejercicio de las virtudes, indispensables para construir y sostener el
matrimonio cristiano.
6. El excesivo ambiente erotizado: el que tienen que vivir hombres y mujeres,
que hace que se confunda una compulsión erótica con un amor maduro y
comprometido.
7. Entre otros motivos importantes también nos encontramos con:
 Falta de dedicación a la pareja
 Destrucción consciente y violencia en el matrimonio
 La moderna separación de la familia y el mundo laboral
 El escaso apoyo social y eclesial que recibe la familia, lo mismo en el
periodo de preparación.
 La presión de las opiniones sociales sobre la sexualidad, el amor y la
fidelidad
 Desamor.
B. ¿Cuáles son algunas actitudes y acciones positivas que contrarrestan a las
anteriormente vistas?

1. Sincerarse con la pareja sobre los puntos positivos y negativos a trabajar en la


relación matrimonial.
2. conocer cada vez más al cónyuge y darle cada día más respeto y amor.
3. Entender y comprender las metas, planes y gustos de la pareja.
4. Aumentar ka confianza e intimidad mutua.
5. Ser confidente solo con el cónyuge, y cerrar las puertas a personas que quieren
intervenir en la intimidad y en las decisiones nuestras.
6. Buscar más la ayuda en la pareja en otras personas.
7. Buscar estar y sentirse más cerca de mi cónyuge.
8. Proporcionar felicidad y paz a la pareja, comprendiéndola.
9. Crecer continuamente en amistad con el cónyuge, para ser un verdadero amigo.
10. Buscar más equilibrio y madurez personal en las actitudes y reacciones
espontáneas, para que mi pareja me tome con seriedad y respeto.
11. Acostumbrarse a tomar decisiones juntos.
12. Vivir horas de intimidad con mi cónyuge para rechazar tentaciones que me
hagan sentir vació.
13. Motivar a mi pareja para orar juntos.
14. Decir a la pareja sus defectos con caridad y delicadeza.
15. Pedir fortaleza a Dios, para conocerlo y amar su voluntad.
16. Buscar continuamente la presencia de Jesús en medio de nosotros y en nuestro
hogar.
11. EL DIVORCIO Y EL ALEJAMIENTO DE DIOS

Los DVC experimentan muchas veces un alejamiento de la Iglesia y también de


Dios, producido muchas veces por una mala experiencia con algún sacerdote, que no
estaba preparado para recibirlos o con una comunidad parroquial que no los acogió
debidamente o porque le pidieron a Dios que los ayudara a no separarse y ocurrió la
separación o simplemente porque ellos mismos intuyen que algo en su nuevo
matrimonio no esta bien y prefieren alejarse. Como que sienten que hay una especie
de mancha en su vida y ellos mismos se alejan de Dios. En muchos casos, existe
ciertamente, una falta de preparación religiosa.

Sin embargo también existen personas que no han tenido dificultades en la Iglesia,
y que van de vez en cuando a ella, sin conocer ni comprometerse demasiado;
también están quienes siempre han vivido lejos de la Iglesia y permanecen igual; y
particularmente, los que vivian alejados de la Iglesia, pero ahora en su nuevo
matrimonio, por alguna razón a veces por la fe de unos de los cónyuges, empiezan a
acercarse a Dios por primera vez, empiezan a conocerlo y amarlo; estos últimos son
los que de alguna manera sufren más.

Es importante tomar en cuenta la etapa de duelo que han experimentado los de


DVC, durante y después de su proceso de divorcio, antes de contraer nuevas
nupcias. La etapa de duelo es el resultado de la frustración de un proyecto pensado
para toda la vida, que consiste en un proceso anímico natural, que desencadena una
espiral de: negación, autoinculpación, coraje y depresión, incluso en un trasfondo de
soledad e impotencia.

Una de las formas en que esta etapa de duelo se manifiesta en los DVC es una
actitud de enojo y alejamiento del entorno social, de la Iglesia y de Dios; esto
último, agravado si es que no encuentra acogida y lugar en la Iglesia.

Lo contradictorio de este alejamiento de Dios, es que se produce precisamente


cuando más se necesita de él. Cuando mas se precisa de la convicción de que Dios
sigue amando infinitamente y esta más cerca de nosotros, y que si confiamos en él,
pronto cicatrizara nuestra herida, podremos sanar y volver a sonreír ante un nuevo
horizonte. Todo reforzado con la conciencia de la inmutable fidelidad del amor de
Dios, que mantiene la verdad sobre la santidad del sacramento del matrimonio y, al
mismo tiempo, invitándoles a no abandonar la esperanza.

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