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Laura Isabella Palomino Bucheli Agosto 30, viernes del 2019

Semiótica.

Los trastornos psiquiátricos hacen parte de nuestro constructo social.

Con la llegada de la postmodernidad el control en la sociedad empezó a reflejarse de diferentes maneras; se

presenta disfrazado en ideas como la seducción y el hedonismo, que se ven cada vez más reforzadas por el consumo

y por los diferentes dispositivos tecnológicos, mediante los cuales nos convertimos en sujetos vulnerables al control

social y donde nos muestran una vida ideal, con la que poco a poco nos obsesionamos y tratamos de alcanzarla a

como dé lugar, generando vacíos emocionales o muchas veces hasta perder nuestros sentidos. Todo esto se vuelve

un ciclo en el que se empiezan a crear falsas necesidades, las cuales tratamos de satisfacer por medio del consumo,

haciendo así que el sistema económico se mantenga. Al exponer lo dicho, se quiere indagar sobre un ciclo que se

basa en el consumo y en las relaciones de poder que están inmersas en nuestra sociedad.

Muchos de las sustancias o productos que consumimos a diario se convierten fácilmente en una droga, la cual

genera una adicción, en la que en ocasiones se puede ver afectado nuestro psique. Es por esto que se puede afirmar

que los trastornos psiquiátricos son parte de nuestro constructo social; estamos en un momento donde las sociedades

están caracterizadas por los grandes avances tecnológicos, pero también por la falta de conexión y empatía en las

relaciones interpersonales. Estamos cada vez más expuestos a una vida llena de consumo y cosas innecesarias que

generan una dependencia.

En la cinta cinematográfica Réquiem por un sueño realizada en el año 2000, en Estados Unidos, por el director

Daren Aronofsky, se ejemplifica claramente lo planteado anteriormente, con unos de los personajes principales: Sara

Goldfarb y lleva a cuestionarse la vida humana en la sociedad actual y el manejo que se le da a los problemas que se

salen del marco de lo “normal”. Para ello se hará un análisis del personaje y de los rasgos que nos aportan evidencias

para sustentar el argumento, desde una perspectiva social, psiquiátrica y psicológica.

Se ha mencionado que existen diferentes medios a través de los cuales existe una manipulación directa de nuestro

comportamiento, y es inevitable pensar que uno de lo más eficaces es sin lugar a duda la televisión; en el siglo XX,

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